Está en la página 1de 9

Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos De Israel

Colegio Bautista De Teología

San Miguel Centro

Tema de Investigación: Nombre de Jerusalem.

Materia: Geografía bíblica

Maestro: Pastor. José Isael Alfaro Vásquez

Alumno: Ing. Rafael Ernesto Diaz

Ciclo: 01-2018

San Miguel 02 de mayo de 2018.


Nombres Que Ha Recibido La Ciudad De Jerusalén A Lo Largo De
La Historia.

Sobre una meseta calcárea de los Montes de Judá y a 800 metros sobre el nivel
del Mediterráneo se alza la ciudad de Jerusalén. El topónimo “Jerusalén”
deriva del término hebreo “Yerusalaim” que, a su vez, procede de la palabra
cananea “Urusalim” que significa “bajo la protección de Salem”, o más
literalmente “fundación de Salem”.

El vocablo “Salem” identifica al dios cananeo que personificaba el


crepúsculo vespertino, y cuyo santuario estaba erigido en lo alto de la colina de
Sión; es decir, sobre una de las colinas sobre las que se asienta actualmente la
Ciudad Santa. Por tanto “Jerusalén” tiene un sentido religioso: recuerda que la
ciudad se construyó bajo la advocación del dios Salem.

La arqueología constata que el desarrollo de la Ciudad despunta hacia el año


4.000 aC gracias al agua de la fuente de Guijón, con la que se hacía posible
regar los campos y abrevar los ganados. La referencia más antigua a Jerusalén
(Urusalim) aparece en los archivos reales descubiertos en la ciudad de Ebla (en
Siria actual) destruida por el 2250 aC. También es mencionada en algunos
textos egipcios del siglo XIX aC; y, sobre todo, en la correspondencia entre el
príncipe de Jerusalén, Abdí-Jipá, y la corte del faraón Amenofis IV (Akenaton)
en el siglo XIV aC. Más tarde y en fecha incierta, figura en los registros asirios
bajo el nombre de “Urusilimmu”. Durante el período de los Jueces (XII aC) se
denominó “Jebus” (Jue 19,10-11), pero al conquistarla David (2Sam 5,6-7)
devino la capital del Israel y pasó a llamarse “Ciudad de David”.
El Génesis menciona a Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios
Altísimo que bendijo a Abrán (Gen 15,18); y, esa ciudad, Salem, es
identificada con Jerusalén, que en una lectura poética puede entenderse como
“ciudad de paz”. Desde la óptica religiosa, Jerusalén recuerda que su fortaleza
radica en que ha sido levantada bajo la protección de Dios, esa es la fuerza la
Ciudad Santa y también la fuerza de nuestra vida: sabernos siempre sostenidos
en las buenas manos del Dios que nos ama.

Se detallan a continuación los siguientes nombre que Jerusalem ha tenido


atravez de la historia:

a) Rusalim.

Una ciudad llamada Rušalim en los textos de la Execración del Imperio Medio


de Egipto (hacia el siglo XIX aC) a veces se identifica como Jerusalén.

b) Urusalim.

se llama Urusalim (ú-ru-sa-lim ) o Urušalim ( URU ú-ru-ša -lim ) en las letras


de Amarda de Abdi-Heba (1330s aC). También en las cartas de Amarna , se
llama Beth-Shalem, la casa de Shalem.

El nombre sumero-acadio para Jerusalén, uru-salim , se etimologiza de diversas


maneras para significar "fundamento de [o: por] el dios Shalim ": del yry
hebreo / semítico , "para fundar, poner una piedra angular", y Shalim, el dios
cananeo del sol poniente y el mundo inferior, así como de la salud y la
perfección.

c) Salem.

El nombre "Shalem", ya sea como ciudad o deidad, deriva de la misma raíz que
la palabra " shalom ", que significa paz, modo que la interpretación común del
nombre ahora es "La ciudad de Paz " o" Morada de la Paz ". la ciudad del rey
Melquisedec (basado en Génesis 14:18).
d) Jerusalén.

La ciudadela de Jerusalén es la misma identificación hecha por Josefo y las


traducciones arameas de la Biblia. Este nombre se encuentra en los textos
egipcios desde el segundo milenio a.C. en una forma que responde al semítico
Urusalim. Como los antiguos semitas acostumbraban designar a las ciudades
por el nombre del personaje, y sobre todo de la divinidad a la que se atribuía su
fundación, el significado primitivo de Jerusalén es "fundación de Salén",
nombre divino conocido ya a comienzos del segundo milenio. Salén es el
nombre de la ciudad en tiempos de Abrahán, cuando reinaba allí Melquisedec
(Gén 14,18); otro rey de Salén lleva un nombre semejante: Adonisedec (Jos
10,1). El nombre hebreo de la ciudad más usado en la Biblia es Yerusalaim,
con la forma aramaizada de Yerusalem. En los textos griegos tenemos la forma
lerusalem o lerosolyma. El nombre Jebús (Jue 19,10) no fue nunca un nombre
propio y verdadero de la ciudad, sino que se deriva del nombre de los jebuseos,
el clan cananeo que habitaba en ella.

e) Sión.

El monte Sión fue originalmente el nombre de la colina donde se levantaba la


fortaleza jebusea, pero el nombre fue luego aplicado al Monte del Templo al
norte de la fortaleza (también conocido como el Monte Moriah , posiblemente
también referida como "Hija de Sión"

Menos usado en la Biblia es el nombre Sión, de etimología incierta, preferido


por los profetas y por los poetas como indicación de toda la ciudad o de parte
de ella. Isaías lo carga de significado religioso, en cuanto que la ciudad es el
monte santo sobre el que mora Dios en el templo: es la "Sión del santo de
Israel" (60,14). Según la mentalidad hebrea, que idea diversos tipos de
derivación y de pertenencia mediante el término hijo, sus habitantes son
llamados los hijos o las hijas de Sión (3,16). En singular, "hija de Sión" y
"virgen hija de Sión" son una personificación poética de Jerusalén. Unido al
nombre Judá, Sión indica el centro político del reino hebreo del sur.
f) Ciudad de Yebus.

era una parte de la ciudad de Yevus (Jebus, véase Jueces 19:10) habitada por
los jebuseos. Según la Biblia, esta tierra fue vendida al rey David por Ornán (el
jebuseo) por el precio total de la compra (seiscientos shekels de oro). 1Ch
21:26 para construir un altar en la era para el sacrificio, para resistir la plaga
que Dios había visitado en Israel. Salomón más tarde construyó el Templo allí.

g) La Ciudad Santa. 

Lo que Jerusalén representó, y sigue representando todavía, para todos los


israelitas es fácil deducirlo de los innumerables textos bíblicos, rebosantes de
fe heroica y orgullosa y de tierna devoción, así como de otros muchos por los
que circula una vena de desolación y llanto.

h) La Ciudad Inolvidable. 

El entusiasmo religioso por la ciudad de Dios adquiere mayor relieve por el


contraste de las calamidades que caen sobre ella. Dramático documento del
desaliento que entonces invade al corazón del israelita son las 1
Lamentaciones, que reflejan la tragedia de la destrucción de Jerusalén por obra
de los babilonios. La ciudad llora sobre sí misma por haber perdido todo su
esplendor (Lam 1,2), ver sus calles y puertas desiertas (1,4-6). Humillada y
objeto de burla de sus enemigos, Jerusalén, postrada por un dolor sin consuelo
y sin ejemplo (1,12), lanza profundos lamentos porque el Señor ha derribado
por tierra y ha profanado la "majestad de Israel" (2,1) y ha permitido que fuera
destruida su morada, hermosa como un jardín (2,6). De la cabeza del pueblo de
Dios se ha caído la corona; en su corazón se ha apagado el gozo (5,15s).

i) Ciudad de David.

 La ciudad de David ( hebreo Ir David ‫עיר דוד‬ hebreo tiberiano ‫'עִיר ָּד וִד‬ Iyr


Dāwiḏ ) es el término bíblico para la fortaleza amurallada de la Edad del
Hierro; ahora el nombre del sitio arqueológico correspondiente justo al sur del
Monte del Templo
j) Adonai-jireh.

"El Señor ve", en Vulgate Latin Dominus videt . En la opinión de algunos


comentaristas rabínicos, la combinación de Yir'eh (‫ )יראה‬con Shalem (‫ )שלם‬es el
origen del nombre Jerusalén (‫)ירושלם‬.

k) Al-Quds.

Es el nombre árabe más común para Jerusalén y es utilizado por muchas culturas
influenciadas por el Islam ). La palabra Quds se deriva de la raíz semítica QDS , que
significa "Santo" o "El Santo Santuario".

m) La Esposa.

Dios le ha revelado a Israel no sólo su propio nombre inefable, Yhwh (Ex


3,14), sino también otros nombres que, apelando a la experiencia humana,
resultaban más accesibles y significativos. Del matrimonio, la experiencia más
completa del amor, de la unión y de la intimidad, Dios hizo, por medio de los
profetas, el símbolo de la calidad y de la profundidad de sus relaciones con el
pueblo elegido. / Oseas fue el primero en hablar de Dios como esposo de Israel.
El profeta se inspira en una desventura matrimonial —que, real o imaginaria,
es de todas formas un símbolo— para hablar de Dios esposo de Israel esposa.
Una esposa durante mucho tiempo infiel, porque ha traicionado a su Dios con
los ídolos: por eso el Señor la castigará, obligándola a volver a su "primer
marido", que la conducirá al desierto, al abrigo de toda mala seducción. En la
soledad le hablará al corazón como un esposo habla a la esposa y la unirá
consigo para siempre (Os 2,11-22). Símbolo del pueblo elegido, Jerusalén es a
su vez la esposa de Dios, que ordena a Jeremías decirle en su nombre: "Me he
acordado de ti en los tiempos de tu juventud, de tu amor de novia" (Jer 2,2). ¿Y
cómo podrá la esposa olvidarse de sus joyas y de sus aderezos nupciales?
(2,32).
n) La Madre.

Jerusalén, esposa, es también madre. Este apelativo es común en Palestina para


designar a una ciudad de la que dependían otras aglomeraciones urbanas (2Sam
20,19, que en la versión griega tiene metrópolis = ciudad-madre). Israel es
llamada madre porque es esposa de Dios, y Jerusalén representa lo mejor del
pueblo elegido. Después de haberla privado de sus hijos, que al marcharse
desterrados la han dejado en medio del luto y del llanto (Bar 4,23.34), Dios
volverá a traerlos "con honor, como en un trono real" (Bar 5,6): "Vuelve tus
ojos al Oriente, Jerusalén, y contempla el gozo que te viene de Dios. Mira,
vuelven tus hijos, los que viste partir; vuelven reunidos desde oriente a
occidente, por la palabra del Santo, alegres de la gloria de Dios" (Bar 4,36-37).
Jerusalén, infecunda de hijos durante el destierro, da luz ahora a muchos más,
alimentándolos y saciándolos "de su seno de consuelo... en sus pechos de
gloria" (Is 66,11).

o) Ciudad del Gran Rey:

Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, Es el monte de Sion, a los lados


del norte, La ciudad del gran Rey

p) La Jerusalén Nueva Del Apocalipsis.

A diferencia de Pablo y de Heb, el / Apocalipsis describe una Jerusalén


"nueva", que "baja" del cielo. Es el último paso que se da en la sublimación de
la ciudad santa en la Sagrada Escritura. Ap se sitúa en la perspectiva total de la
Biblia; El nombre de Jerusalén se menciona con las acostumbradas
denominaciones bíblicas de ciudad santa, ciudad de Dios (3,12; 21,2), pero que
asumen dimensiones nuevas y más amplias. El mismo término "nuevo" refleja
el mensaje escatológico del AT, refiriéndose a una novedad que es el resultado
final de la obra redentora de Cristo. En su última fulgurante visión (21,1-27), el
vidente del Ap contempla "a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del
cielo del lado de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo",
revestida de "lino fino, limpio y brillante", que simboliza las obras buenas de
los santos (19,8).

Esta Jerusalén es la bienaventurada morada de Dios con su pueblo, en


cumplimiento de la promesa que le había hecho de ser el "Dios-con-ellos" (cf
Is 7,14); sus ciudadanos tienen un nombre nuevo, que nadie conoce más que el
que lo recibe (Ap 2,17; 3,12): el nombre de hijo de Dios (21,7). La ciudad
nueva es la novia-esposa del cordero, la Iglesia, que Cristo se ha adquirido con
su inmolación en la cruz. El vidente contempla desde un monte altísimo a la
Jerusalén que baja del cielo, rodeada de la gloria de Dios, brillante como una
perla preciosísima, agotando todos los recursos de la imaginación para expresar
la trascendencia de una ciudad que ningún hombre en la tierra podría edificar.
La ciudad, de oro finísimo, tiene la forma de un enorme cubo, que mide 2,450
km de longitud, de anchura y de altura; está rodeada de altas murallas de jaspe,
en las que se abren doce puertas, que son doce perlas, y llevan los nombres de
las doce tribus de Israel, expresión de la plenitud del pueblo de la alianza
antigua y nueva, que es la Iglesia. En los fundamentos de las murallas,
adornadas con toda clase de piedras preciosas, están escritos los nombres de los
doce apóstoles del cordero.

LUGAR DONDE JOSUÉ HIZO LEER LA LEY.

Después Josué leyó cada una de las palabras del libro de la ley, tanto las
bendiciones como las maldiciones. Según la tradición judía, los levitas que
estuvieron de pie entre los montes Ebal y Guerizim miraban hacia el monte
Guerizim al pronunciar una de las bendiciones, a la que el pueblo congregado
contestaba “¡Amén!”. Luego se dice que se volvían hacia el monte Ebal para
pronunciar una de las maldiciones, a la que los reunidos en aquel lado decían
“¡Amén!”. No obstante, las Escrituras no detallan el procedimiento exacto
seguido en aquella notable ocasión.

En Deuteronomio 27:4, el Pentateuco samaritano dice que las piedras


debían erigirse en el monte “Guerizim”. Sin embargo, según el texto
masorético, la Vulgata latina, la Peshitta siriaca y la Septuaginta griega, la
lectura es “Ebal”. Josué 8:30-32 indica que fue en el monte Ebal donde Josué
erigió las piedras en las que se escribió “una copia de la ley de Moisés”

¿POR QUE PERMITIO DIOS QUE SE QUERARAN ALGUNAS TRIBUS


EN CANAAN Y QUE LOS ISRAELITAS NO PUDIERON ERRADICAR?

Porque Dios conocía el Corazón del pueblo y las dejo para que regresaran al
buscarle ya que Cuando comienza el libro de Jueces, sentimos inmediatamente una
atmósfera diferente, y nos preparamos para lo peor. Josué muere, y Jueces 2:10 nos
dice amenazante: "También toda aquella generación fue reunida a sus padres; y se
levantó otra generación después de ellos que no conocía al Señor, ni la obra que El
había hecho por Israel. Entonces los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del
Señor y sirvieron a los baales".

¿Cómo es que surgió una generación en Israel que no conocía la obra que el Señor
había hecho por Israel? Solo podría haber sucedido porque los padres y madres
ignoraron las enseñanzas de Moisés (Deuteronomio 6:7; 11:19), y se negaron a
hablar a sus niños de las obras poderosas de Dios "cuando te sientes en tu casa y
cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes"

También podría gustarte