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ACOMPANAMIENTO

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VANEGAS
ACOMPAÑAMIENTO
PRIMEROS AUXILIOS EMOCIONALES

Introducción

Vivimos actualmente realidades que nos interpelan, sea desde


los hogares golpeados por el empobrecimiento y la violencia
intrafamiliar, como desde la calle, amenazados por la
inseguridad ciudadana, como también por las relaciones,
situaciones todas que generan sufrimiento, dolor cruel, injusto y
duradero.
Por ello, con el apoyo de Pax Christi International, ofrecemos
este material de “Primeros Auxilios Emocionales” (PAE), para
apoyar a religiosos/as, agentes de pastoral y personas que
realizan tareas de acompañamiento, ofreciéndoles una guía
sencilla y práctica, para el cumplimiento de su misión.
El trabajo sigue las líneas básicas propuestas por la Universidad
John Hopkins, para este tipo de intervenciones. Es necesario
tener en cuenta, que como su nombre lo dice, se trata de
“primeros auxilios” por lo que el trabajo de acompañamiento
integral tiene necesidad de ser complementado, con otro tipo de
intervenciones sea médicas, terapéuticas o sicológicas, según la
necesidad de la persona.
Esperamos que estas herramientas permitan escuchar y
acompañar y así ayudar a las personas a superar situaciones de
dolor y sufrimiento emocional y animarlas en el proceso de
reconciliación consigo mismas y con la sociedad.

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Los Primeros Auxilios Emocionales son un acompañamiento en el
momento de crisis (reacción ante una experiencia amenazante que
afecta la estabilidad de la persona por el sufrimiento que trae
consigo la pérdida de aquello que se ha perdido o de lo que está
próximo a perder y que compromete su capacidad de adaptación y
funcionamiento), entendiéndose como una ayuda breve e
inmediata de apoyo y rescate a las personas para restablecer su
estabilidad emocional y facilitarle las condiciones de un continuo
equilibrio personal en la restauración de una nueva realidad.
Los PAE están enfocados a brindar alivio emocional inmediato,
facilitar la adaptación y prevenir el desarrollo de una psicopatología.

ESCUCHA ACTIVA

Al encontrar a una persona en condiciones de crisis manifestada en


estrés o ansiedad generada por pérdidas de personas, problemas
relacionales o económicos etc., el principal apoyo inicial que se
puede ofrecer es el de la ESCUCHA. Ahora bien, escuchar no es sólo
“oír al otro”, es ante todo una actitud, que exige:

Estar presente

En la vida, muchas veces, se A este respecto, son muy


está presente “físicamente”, importantes las actitudes y
pero con la mente y el corazón comportamientos que se
en otro lugar, las personas son muestran, pues ya, el adagio
selectivas en la escucha y popular afirma: “El ruido de lo
simplemente no sintonizan que haces, impide oír lo que
con lo que no les interesa. dices”. Así, una actitud abierta,
Ahora bien, el situarse frente a serena, segura por parte del
la otra persona con voluntad acompañante, que se
de acompañarla, exige el evidencia a través de los
dejarse interpelar por sus gestos, la manera como se
gestos, sus palabras, sus saluda, la posición que asume
silencios, en otras palabras, al sentarse, el tono de la voz,
estar presente y con voluntad son comportamientos que
de acoger lo que el otro dice o comunican calma e inspiran
siente. Guardar silencio confianza.
también significa permanecer
a su lado y es de gran ayuda.

Lo central de la escucha activa es ser capaz de trasmitirle a la otra


persona que allí hay un ser humano que está comprendiendo lo que
le pasa.

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Componente estratégico: REALIZAR CONTACTO

¿QUÉ HACER? ¿QUÉ EVITAR?


Hacer sentir a la persona que es
escuchada y comprendida, aceptada y
apoyada con sinceridad

Afanarse por dar una solución. No dé


Hágale saber y sentir que usted entiende
falsas esperanzas. No le diga “no se
y comprende por lo que esta pasando,
preocupe son solo nervios”, “eso va a
que está escuchándolo (asiente con la
pasar pronto”, “usted no es única persona
cabeza o diga “mmm… sí, claro” a la que le sucede esto”.

Tenga paciencia con el relato, tolere No ofrezca respuestas, más bien, facilite
espacios de silencio, pena o el llanto. la reflexión.

Permanecer cerca a la persona es de


gran ayuda. Aceptar y respetar el No permita que el enojo u hostilidad que
derecho que tiene la persona a sentirse puede demostrar la persona lo afecte,
como se está sintiendo en ese no es contra usted.
momento.

No asuma una actitud de lástima o


Favorezca la dignidad y libertad para que
paternalismo. Tampoco se exprese de
la persona exprese su sentir.
manera autoritaria o impositiva.

Empatía

En la escucha existe un componente emocional, que en el caso del


acompañamiento se orienta a generar empatía, que no es otra cosa
que la aceptación incondicional, que, en versión coloquial, significa
“ponerse en los zapatos del otro”. Importa, en primer lugar, focalizar
la persona, sus percepciones, sentimientos, actitudes y no
centrarse “exclusivamente” en el problema que el otro trae entre
manos.

La actitud empática implica valorar lo que la persona expresa, sin


banalizarlo ni juzgarlo; permitir su desahogo, asintiendo con
palabras cortas como “si”, “comprendo”, “claro”, “por supuesto” etc.,
que animan a la persona a continuar. Son importantes los
comportamientos verbales y no-verbales, como mantener contacto
visual y conservar una prudente distancia impersonal.

La escucha empática permite entender al otro, lo que genera


confianza y permite que la persona pueda expresarse sin temor, lo
que es importante en una relación de acompañamiento.

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Componentes estratégicos: REALIZAR CONTACTO

¿QUÉ HACER? ¿QUÉ EVITAR?


Reducir la intensidad de la Angustia

Adopte una actitud similar a la persona No minimice lo que la persona está


afectada, de tal manera que le permita viviendo. Evite decir “no se preocupe”
ver que usted está en la misma sintonía “Haga un esfuerzo”, “usted tiene que
afectiva, le puede decir “esto es difícil poner de su parte”, “afortunadamente no
para usted…” fue para tanto”.

No le tenga miedo a los silencios, permita


tiempos para pensar y sentir. No juzgue lo que la persona hizo, sintió o
Controle el impulso por hacer algo por no sintió, por ejemplo evite decir “no
quien está sufriendo, esto lo puede llevar a debería sentirse así”
decir o hacer cosas que dañen a la No cuente la historia de otra persona.
persona aunque no sea su intensión.

Realice eventualmente a la persona una


lectura de los hechos relatados para
resumir y cerciorarse de que usted le está No trate de dar interpretaciones ocultas
entendiendo bien, haciéndole saber que de un comportamiento.
entiende diciendo por ejemplo “…
entonces usted me dijo que…”

Captar
Acoger información es importante en el proceso de acompañamiento y
ello implica un hábil manejo de las preguntas. En primer lugar, están las
preguntas cerradas, que son aquellas que se pueden responder con un
simple “si” o “no”, y que es necesario emplearlas con prudencia, pues si
bien, pueden ayudar en un momento de angustia y confusión, también
pueden hacer que la persona se sienta intimidada y se coloque a la
defensiva; también, están las preguntas abiertas, que van precedidas
por palabras interrogativas como: ¿Qué?, ¿Quién?, ¿Quiénes?, ¿Cómo?,
¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Por qué? Aunque este tipo de preguntas ayuda,
también hay que emplearlas con tacto, sin plantear sucesivamente una
después de otra, generando un “bombardeo”, que puede hacer que la
persona se sienta en un examen.
En la relación de acompañamiento es muy importante parafrasear o
reformular lo que la persona expresa porque permite que se sienta
escuchada. No se trata de repetir “palabra por palabra” lo que el otro
dice, sino de devolverle nuestra percepción tanto de lo que siente,
como lo que expresa. El parafraseo permite a la persona en
condiciones de estrés tanto identificar, como aceptar sus emociones.
Un grupo de Sico-humanistas1, caracteriza así algunas formas de
parafraseo o escucha refleja:

1 Cfr. https://psicohumanistaes.wordpress.com/2015/09/15/como-escuchar-como-reflejar/

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REFLEJAR LA ESENCIA: Reflejar es en gran medida una cuestión de elección.
Nos preguntamos a nosotros mismos qué palabra es más importante que
reflejemos.
REFLEJAR RESUMIENDO: si la otra persona, tiene muchas cosas que decir y le
desbordan las palabras, podemos frenar el aluvión ofreciéndole un espacio de
reflexión con nuestro resumen de lo que nos ha contado, incluyendo la
observación de cuándo y cómo nos lo ha contado.
REFLEJAR LO POSITIVO: el reflejo sienta las bases para el cambio, pero el
repetir las cosas negativas que la persona está haciendo puede inhibir más
que estimular. Entonces, si tenemos elección, asegurémonos de reflejar las
cosas positivas
REFLEJAR UN CAMBIO VISIBLE: es importante estar atentos durante la
conversación a los posibles cambios en la expresión facial, la respiración o en
la postura de la persona: unos hombros que se caen (si decimos que se relajan
estaríamos interpretando más que reflejando), un sonido que se escapa (lo
que parece un suspiro), un cambio en la comisura de los labios (lo que parece
una sonrisa). Devolver está información es una forma de reflejar. Es
importante recordar hacerlo evitando manifestar algún juicio o apreciación:
“ahora tienes mucho mejor aspecto” manifiesta aprecio, pero puede generar
resistencia mucho más fácilmente que “veo que no tienes el ceño tan fruncido
como antes”
REFLEJAR UN DESCUBRIMIENTO: cuando la persona descubre algo por sí
misma puede ser un enorme incentivo para ella, especialmente si lo oye de
nosotros a través de nuestro reflejo. Si la persona introduce algún elemento
nuevo, asegurémonos de reflejarlo. Partes de alguna historia que ya había
contado, o repeticiones de algo que ya apareció antes, no tenemos que
reflejarlas por segunda vez.

En todo este proceso es necesario también cuidar el manejo de los


silencios y del tono –hablar despacio, claro, sin alzar la voz-, y
acompañar con expresiones de asentimiento; pero, sobre todo, no
juzgar, no discutir, no contradecir a la persona, ni apresurarse a
ofrecer soluciones fáciles.

EVALUAR

Cuando se encuentra a una persona que ha sido víctima, ha vivido


alguna pérdida, o sobrevivido a algún desastre, lo primero, es
brindarle apoyo emocional a través de la escucha; pero, enseguida
es necesario focalizar sus necesidades. Para ello, es necesario
captar no sólo lo que sucedió, sino las reacciones de la persona
frente a lo acontecido.

En un primer momento, pueden emerger las necesidades de orden


material, pero es también relevante la condición sicológica, que
aparece como consecuencia del impacto recibido.

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Hay personas, que, a pesar de haber sido golpeadas por un
acontecimiento, se muestran resilientes y capaces de reaccionar
por sí solas. A ellas, se les debe la escucha y palabras de aliento. En
cambio, hay otras que es necesario acompañar porque el trauma
vivido interfiere en el desenvolvimiento normal de su vida. Por ello,
es necesario estar atentos a las reacciones comportamentales,
cognitivas, emocionales, fisiológicasyespirituales.

Reacciones comportamentales
La condición de estrés de la persona se puede manifestar a través
de síntomas como fobias, que son temores irracionales por algo que
no representa un peligro real; por comportamientos obsesivos
como el comer excesivamente, el afán de acumular cosas, como
alimentos, dinero; pérdida del sueño, del apetito, dificultad en el
desempeño laboral y escolar, desconfianza, sensación de abandono
o rechazo, sobreprotección o el asustarse desproporcionadamente.
Estas, son reacciones, hasta cierto punto normales, en una
situación de angustia; el problema se presenta cuando esas
reacciones evolucionan y llegan a obstaculizar el desenvolvimiento
normal de la vida y el trabajo normal de la persona, para que eso no
suceda, es importante la cercanía y el seguimiento. La condición
disfuncional en la persona se evidencia pues se muestra bloqueada
e incapaz de desarrollar su vida y tareas cotidianas. Algunos
síntomas pueden ser, comportamientos violentos en el hogar o en
las relaciones sociales; actitudes obsesivo-compulsivas, que llevan
a repetir algo, una y otra vez. También, hay personas que se
encierran en sí mismas o evitan el contacto con el mundo exterior,
otras buscan automedicarse, o se entregan desenfrenadamente al
alcohol, o al consumo de medicinas. Estas personas necesitan una
intervención más especializada, sea esta de carácter sicológico
como físico.
Reacciones emocionales

La condición de estrés, se evidencia a través de actitudes y


sentimientos de miedo, tristeza, irritabilidad, sentimientos de culpa
(hacia sí mismo y hacia otros), rabia, frustración, sentimientos de
impotencia, dificultad para experimentar amor y cariño por otros.
Frente a una situación de pérdida de seres queridos, o de elementos
materiales valiosos para la persona, esta puede asumir una actitud
de duelo y ansiedad, sentimiento de culpa, dolor frente a la pérdida.
Aquí, si las personas muestran resiliencia, lo importante es
acompañarlas a través de la escucha empática.

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La condición disfuncional, se manifiesta cuando la persona, por
ejemplo, queda sumida en una depresión inmovilizante, que le
impide reaccionar. Se muestra embotada e incapaz de ayudarse a sí
misma. Sin embargo, lo más preocupante es el “trastorno de estrés
postraumático”, que hace que la persona quede como “fija” en el
acontecimiento, que rebobina una y mil veces, hasta el punto que es
incapaz de concentrarse en otra cosa. Además, pueden
acompañarla pesadillas, ansiedad y una actitud de sobresalto
permanente y exagerada. La persona que manifiesta estos síntomas
requiere apoyo sicológico especializado.
Reacciones Sico-fisiológicas

La condición de estrés, puede notarse cuando se observan


cambios o pérdida de apetito, dolores de cabeza, sin causas
orgánicas, dolores o espasmos musculares, fatiga, cansancio,
insomnio, y se bajan las defensas del organismo. A este nivel,
importa un apoyo emocional.

La condición disfuncional, que es prácticamente discapacitante,


se muestra con arritmias cardiacas, dolor agudo en el pecho,
cambios gastrointestinales, mareos, entumecimiento o parálisis de
rostro, mano o pierna, incapacidad de hablar o de comprender lo que
se le dice, pérdida de la conciencia. Estos síntomas requieren la
intervención de un profesional de la salud.

Reacciones cognitivas
La condición de estrés, se expresa a través de una sensación de
malestar generalizado, pensamientos obsesivos y recurrentes,
revivir el acontecimiento muchas veces, pérdida del sentido de
ubicación y del tiempo, incapacidad de concentración, pesadillas,
dificultades de memoria, incredulidad, preocupación, autoestima
decaída, noción de autoeficacia disminuida, pensamientos culposos
e insuficiencia a la hora de afrontar los problemas.

La condición disfuncional o inhabilitante, se revela a través de


reiterados pensamientos suicidas u homicidas, alucinaciones como
oír o ver cosas que no están ahí, confusión paralizante, incapacidad
de tomar o asumir decisiones, que normalmente se podrían tomar,
disociación (visión de túnel, sensación de irrealidad, dificultades
para recordar, sensación de separación del cuerpo), capacidad
cognitiva reducida.

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Reacciones espirituales

La condición de estrés, se evidencia al cuestionar la propia fe y a


Dios que permite que tales cosas sucedan.

La condición disfuncional, se expresa, a través del alejarse de la


práctica religiosa, o de apegarse a ella con fanatismo; o también, en
el cambiar la fe aferrándose a las creencias de otros.

PRIORIZAR

Una vez que se evalúa la situación de la persona, es necesario


priorizar la atención. Para ello, aplicamos el “Triage sicológico”, que
como el “Triage médico” significa establecer un orden de atención,
según las urgencias manifiestas al evaluar tanto los signos y
síntomas, como las necesidades específicas que presenta la
persona.

Es necesario detectar las personas más vulnerables emocional y


sicológicamente para brindarles una ayuda inmediata; pero,
también aquellos a los que se les puede demorar la atención y
finalmente, aquellos que no requieren asistencia, pues con el apoyo
familiar, interpersonal, social pueden salir adelante. Una pregunta
orientadora, puede ser: ¿Qué necesita esta persona para recuperar
su desempeño normal?

Ante todo, hay que observar las necesidades físicas, sin detenerse
en antecedentes personales, familiares, sociales etc., porque se
trata de una valoración rápida, que permita atender un mayor
número de personas. Primero, hay que identificar los que necesitan
ayuda médica y elementos de supervivencia de primera necesidad
como agua, alimento etc. y remitirlos a los servicios de urgencia;
enseguida, los que necesitan seguridad, como ser retirados de una
situación de peligro y contar con un lugar donde guarecerse.

Después de las necesidades físicas y de seguridad, es necesario


evidenciar las necesidades emocionales y sicológicas:
Prioridad 1 Se refiere a personas en condiciones de vulnerabilidad
emocional, que, por su situación, pueden estar en riesgo ellas
mismas o constituirse en un peligro para los otros.

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Según (Ruiz Muñoz 2015), habría que priorizar:
Victimas en shock emocional, estado disociativo, estupor reactivo.
Victimas con explosión emocional sin autocontrol.
Victimas con familiares aún desaparecidos.
Victimas con familiares menores fallecidos.
Victimas con comportamientos auto agresivos/hetero agresivos.
Victimas con una patología de base psiquiátrica.
Víctimas con crisis de pánico, angustia o crisis de ansiedad.
Victimas menores que se encuentren solos
En síntesis, se trata de personas que experimentan una disminución
de sus capacidades cognitivas como la memoria; que pierden el
control y tienden a realizar acciones impulsivas; que pierden su
capacidad funcional, es decir de autocuidado, de desempeño social
y de realización de las tareas habituales.
Prioridad 2 Son personas en las que se evidencia más autocontrol,
tienen una visión más realista de la situación y no representan un
riesgo para los otros. Siguiendo a  (Ruiz Muñoz 2015) , se trata de:

Victimas con familiares fallecidos.


Victimas que comienzan a expresar emociones y a conectar tras haber
estado en estado de shock pero que aún no han hecho una descarga
emocional.
Víctimas con ira/ culpa
Víctimas que se encuentran en duelo reciente (menos de 1 año)
Víctimas con ansiedad y somatizaciones (dolor en el tórax, disnea, mareos...)
Victimas menores que se encuentren con familia.

Prioridad 3 Son las personas que afrontan la situación con realismo


y no suponen un riesgo ni para sí, ni para los demás. Estas personas
con apoyo interpersonal estarán bien.

Después de observar buscando factores que evidencien, el orden


en que las personas deben ser atendidas; conviene también buscar
los factores de riesgo, que se refieren a preocupaciones que van
progresivamente deteriorando y pueden llevar a trastornos
sicológicos agudos. Entre ellos:

1. Muerte. Cuando la persona se encuentra con restos humanos,


sin estar familiarizada con ellos, conserva las imágenes en su
memoria y las relaciona con su propia muerte, de forma que se
repite muchas veces, que se sintió morir y ese pensamiento se
puede volver reiterativo.

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2. Separación. La persona se encuentra separada de sus seres
queridos. No cuenta con el apoyo de su familia, amigos, entorno. Se
siente aislada, sin hogar, sin refugio.

3. Desconexión. Se refiere a reacciones disociativas, como sentirse


flotando fuera del cuerpo, o sentirse como un autómata o incapaz
de emociones.

En fin, se trata de un marco de referencia


para identificar y priorizar las
condiciones y los comportamientos de
las personas que evidencian factores de
perturbación emocional.

Componente estratégico:

ANALIZAR LAS DIMENSIONES DEL PROBLEMA

¿QUÉ HACER? ¿QUÉ EVITAR?


Retomar las capacidades de la
persona para enfrentar la solución de
los problemas.

Escuchar el relato e identificar las


prioridades de la persona. Peguntarle por Decir cuáles son sus necesidades, sin
ejemplo “¿Qué es lo que le preocupa o prestar atención al relato de la
necesita ahora? ¿Puedo ayudarle a persona.
resolver?”

Ayudar a la persona a priorizar las


necesidades. Se le puede pedir que
distinga entre lo que necesita solucionar
inmediatamente y lo que puede esperar.
Puede decirle: “Me doy cuenta de que son
No empiece a resolver las necesidades
muchas las cosas que le preocupan.
a medida que la persona las va
¿Le parece si vamos paso a paso y
mencionando, sin organizar ni
nos enfocamos primero en lo más
jerarquizar.
urgente”

“Obviamente son muchos problemas


juntos
que sería bueno ordenar para ir uno por
uno…si quiere puedo ayudar hacerlo”

Una vez priorizadas las necesidades se


orienta acerca de la red de apoyo. Tomar la iniciativa y no dejar que la
Recordando siempre que la primera red persona se haga cargo de asuntos
de apoyo es la familia y los amigos. que ella puede hacer. Por ejemplo:
Hacer sugerencias prácticas de cómo “Páseme el celular yo le llamo a su
recibir la ayuda necesitada. Es familiar para contar lo que esta
importante tener claro la información de pasando…”
contactos de servicios y redes de
apoyo.

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ORIENTAR

Después de escuchar, evaluar y priorizar las necesidades de la


persona, que ha sufrido una pérdida, ha sido víctima de un desastre
o se encuentra en condición de vulnerabilidad, es necesario actuar.
La ORIENTACIÓN primaria tiene como fin proveer el cuidado de sus
necesidades básicas. Para ello, es importante, ubicar las redes o
canales de ayuda que ofrecen tanto organizaciones del estado,
como ONGs., para proporcionar refugio, alimentación etc.
Es importante en este proceso, mitigar el estrés, proporcionando
compañía, cercanía y afecto.
En fin, todos los esfuerzos se orientan a que la persona recupere su
capacidad de desempeño, sea en el ámbito personal, como familiar,
socialyprofesional.

Mitigarel impacto emocional


• Estabilizar
Es importante que la persona se serene, se tranquilice y para ello es
necesario evitar estímulos que generen angustia, como la presencia
de personas alteradas, o de imágenes que le hagan revivir lo
ocurrido.
Puede ayudar el distraer a la persona, fijando su atención en algo
que no sea motivo de preocupación u ocuparla en algo, que puede
ser simplemente organizar algunas cosas, llenar un formulario,
escuchar música etc.

A lo largo de este proceso es importante permitir la catarsis o el


desahogo de la persona que siente que necesita expresar una y otra
vez sus sentimientos y analizar sus reacciones. A veces, las
personas en condiciones agudas de estrés, incluso manifiestan su
deseo de quitarse la vida, de hacer daño a otros, a quienes
culpabiliza de su situación. Importa escuchar serena y
empáticamente, sugiriendo que no es el momento de tomar
decisiones impulsivas, sino que es necesario tomar tiempo para
reflexionar.

• Explicar y empoderar
Las personas en situación de estrés y de alta vulnerabilidad, pueden
sentirse casi paralizadas mentalmente e incapaces de reaccionar,
por eso, una ayuda eficaz es procurar empoderarlas,
proporcionando información acerca de lo sucedido, como las causas
y reacciones comunes de la gente. Es necesario tener en cuenta,
que lo que más afecta a las personas, no es tanto la situación que
vive, cuanto los pensamientos irracionales que se generan en la
mente, que las sitúan en el peor escenario posible.

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El anticipar lo que puede suceder, puede servir como una
preparación mental a lo que la persona deberá afrontar y evitar que
se asuste frente a sus propias reacciones. Por ejemplo, se le puede
explicar que: “probablemente, encontrará dificultades para dormir”,
“es posible, que se encuentre más irritable, de lo ordinario”, “que
rebobine una y otra vez lo sucedido”, “que pierda el apetito”, “que
quiera estar sola” etc., pero, también es posible, que al anticipar lo
que puede suceder, se convierta en “causa” que genere esas
reacciones. Por eso, es necesario, según los casos, decidir si es
conveniente o no, anticipar las posibles reacciones. Es importante,
en estos contextos, alimentar esperanza y serenidad, pero sin
banalizar las preocupaciones y el sufrimiento de la persona y
tampoco normalizar su situación.

Reenfocar y reinterpretar lo sucedido puede ayudar, pues como


humanos, las personas necesitan encontrar el sentido de lo que
viven. Un factor que agrava el estrés, son los sentimientos de
impotencia, de pérdida del control ante lo que viven, por ello, el releer
la situación y encontrar algún sentido positivo, puede condicionar las
emociones y los comportamientos mismos de la persona y hacerla
sentir mejor.

Después de una situación traumática, es posible que la persona no


pueda ordenar sus pensamientos y se sienta abrumada por
interpretaciones y sentimientos negativos que dañan su autoestima.
Un apoyo importante consiste en ayudar a la persona a identificar los
pensamientos paralizantes, descubrir sin son acordes con la realidad
o no y ayudar a la persona a reenfocar positivamente su mente y
cambiar presunciones y creencias que le puedan hacer daño.
Veamos esto prácticamente:
Ejemplo 1: Ante un problema, no dejarse absorber por la situación.
Enfocarse en la búsqueda de la solución y verlo más bien como un
reto. Entonces hay un desafío al que hay que responder, pero sin
engañarse pensando que todo está bien y se arreglará por arte de
magia.

Ejemplo 2: Ante una enfermedad, no caer en el victimismo.


Enfocarse en lograr calidad de vida, escuchar al propio cuerpo,
cultivar relaciones y vivir el regalo del momento presente.
Ejemplo 3: En un accidente de tránsito, que afecta a una familia,
mueren dos personas y sobreviven dos: un joven que logra rescatar a
su hermana menor. El joven se culpabiliza por no haber salvado
también a las otras dos personas; pero, salvó una vida. Si no hubiera
actuado, tres vidas se habrían perdido.

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A través del diálogo empático, es necesario captar los errores de
apreciación de la situación y respetuosamente, y evidenciar que los
hechos, contradicen la conclusión a la que ha llegado la persona;
desafiar las visiones catastróficas y ayudar a descubrir que siempre
es posible, encontrar algo positivo, en las situaciones que se vive.
Se trata, en síntesis, de provocar interpretaciones alternativas de la
situación, que empoderen la persona y alimenten esperanza. En
otras palabras, se trata de desdramatizar cuando la persona se sitúa
en el peor escenario posible; cuando se culpa a sí misma de la
situación, cuando se siente culpable por sobrevivir, cuando percibe
la injusticia de lo que sucede.

• Aplicar técnicas de manejo de estrés


Una situación de crisis afecta el sueño. Es necesario tener en cuenta
que el sueño es esencial para que la persona se tranquilice y
recupere e igualmente, es importante, el consumo de una dieta
equilibrada. Tanto la falta de sueño como el consumo excesivo de
cafeína y bebidas energizantes, provocan un aumento de estrés.
También ayuda a reducir el estrés, el poner a las personas en
condición de asumir el control de su situación. Para esto es útil el
centrar el diálogo en otras situaciones de estrés vividas por la
persona y preguntar: ¿Cómo logro Ud., superar esas dificultades? La
persona al confrontarse con experiencias previas y constatar que ha
podido superarlas, se empodera y descubre estrategias que también
la pueden ayudar en el momento actual.
Si bien, el cambiar los pensamientos negativos e irracionales con los
que la persona afronta una situación, puede ayudarla a sentirse
mejor; también, el cambiar las sensaciones que experimenta, a
través de técnicas de relajación, pueden ayudarla a interpretar
mejor la situación que vive. No se trata de utilizar técnicas
sofisticadas como el yoga, meditación, sino, por ejemplo, motivarla a
prácticas algunos ejercicios de respiración, que ayudan a disminuir
el estrés2.

También ayuda al manejo de una situación estresante la práctica del


ejercicio físico. Los médicos recomiendan 30 o más minutos diarios
de ejercicio, para mantenerse saludable y lograr un mejor control de
las emociones.

2 En YouTube es posible encontrar buenos y fáciles tutoriales para los ejercicios de


respiración.Ejm.https://www.youtube.com/watch?v=SZe_LVS4KyU&ab_channel=TuSaludGu%C
3%ADa

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Componente estratégico: PSICOEDUCACIÓN
¿QUÉ HACER?

Cuando la persona se muestra ansiosa o alterada, sintiendo


confusión o se encuentran sobrepasadas por la situación,
observándose temblorosas, teniendo dificultad para respirar o
sintiendo el corazón muy agitado. Los primeros auxilios
emocionales contemplan unos minutos para enseñar y practicar
técnicas de respiración siempre y cuando la persona lo permita y
quiera recibirlo. Se le dice que esto tomará 10 minutos. Veamos una
de las técnicas de respiración.

Es importante explicar a la persona que la forma como respiramos


influye en nuestras emociones, cuando botamos el aire nos
relajamos y es por eso que debemos trabajar en la respiración.
• Diríjase a la persona y dígale que vamos a ensayar el
re-entrenamiento de la respiración que consiste en inhalar, exhalar
y luego esperar un momento con los pulmones vacíos hasta volver
a inhalar…lo importante es la pausa luego de vaciar los pulmones.
Puede pedirle que lo practiquen juntos.
• Para empezar pida a la persona que adopte una postura
relajada y cómoda, poniendo los pies en el piso y sintiendo ese
contacto. Se le dice “si lo desea y se siente cómodo puede cerrar
ojos o mirar a un punto fijo con la mirada baja, ahora vamos a
intentarlo…

1. Inhala en 4 tiempos.
2. Exhala por la nariz o por la boca en 4 tiempos
3. Retención con los Pulmones “vacíos” en 4 tiempos

Los 4 tiempos no siguen necesariamente el tiempo real (en


segundos). La duración de los tiempos es variable, según el estado
de agitación de la persona. Acomode la duración de los tiempos
para que la persona se sienta cómoda y no se quede sin aire. Se le
dice “Para ayudarse, puede repetir mentalmente y de forma lenta la
palabra calma o tranquilo cada vez que bote el aire o puede
imaginarse que la tensión se escapa con el aire que bota
Intentémoslo de nuevo…”
• Una vez que la persona haya comprendido el ejercicio puede
dejar que continúe solo por 10 minutos, reforzando lo bien que lo
está haciendo “muy bien, lo está haciendo excelente…”
• Indique a la persona que es importante que haga el ejercicio de
respiración diariamente por 10 minutos 3 veces al día (mañana,
tarde y noche preferiblemente antes de irse a dormir) y cada vez
que se sienta angustiado.

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¿QUÉ HACER? ¿QUÉ EVITAR?
Normalización de síntomas

Ayudarle a comprender a la persona


que las reacciones vividas suelen
No aliente a la persona a hacer algo
pasar en dichas crisis. En el momento
que en realidad no quiere hacer
de explicarle las reacciones (anexo 1)
aunque a usted le parezca que le
se pueden utilizar las siguientes
puede ayudar.
frases:
No deje a la persona sola en el
momento de crisis.
“… todas las sensaciones que está
experimentando son muy comunes
después de vivir una experiencia así.
La mayoría de las personas que han
vivido una situación tan estresante
presentan éstas sensaciones por días
e incluso semanas, pero luego se van
yendo. No significan que esté
perdiendo la cabeza o que está débil…”

“Cuidar de usted y pasar un tiempo


acompañado de su familia o de sus
seres queridos puede ser de utilidad
durante este tiempo”

“Afortunadamente los seres humanos


solemos salir delante de este tipo de
situaciones, por más duras que
parezcan, por lo que tengo
confianza en que usted va a superar
esto” “Iremos controlando su
evolución en las próximas semanas.
Normalmente este malestar va
disminuyendo con los días y semanas,
por lo que tengo confianza en que
todo esto irá pasando poco a poco”

Es importante ir resolviendo las dudas


que surgen en la persona.

Promueva estrategias de respuesta


positiva ante el estrés

PARA COMPLEMENTAR

¿QUÉ DEBO ESPERAR FRENTE UNA CRISIS?

Reacciones normales (esperables)


· Temblores, Dolores de cabeza, sensación de agotamiento
Pérdida de apetito
· Ansiedad, miedo, estar hipervigilante
· Llanto, tristeza, decaimiento.
· Guardarse todo, reprimir, estar muy quieto y callado
· Irritabilidad, enojo
· Insomnio, pesadillas, despertarse exaltado

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Es esperable que esos síntomas
disminuyan con el paso de los días y que al
cabo de semanas ya no estén presentes.
Todos son normales, por lo que no son una
señal de que usted esté con un problema
de salud mental o como dice la gente loco
o que le falla la cabeza.

ESTRATEGIAS DE RESPUESTA POSITIVA


FRENTE AL ESTRÉS

Intente descansar (entre 7 u 8 horas continuas en la noche)


Recuerde utilizar la técnica de respiración
Comparta con familia y amigos
Realice actividades que le ayuden a relajarse: caminar, rezar,
meditar, salir en bicicleta, etc.
Retome actividades que le gustan y que le dan sentido a su vida
como leer, escribir, pintar, hacer jardinería, tocar guitarra.
Preferiblemente realícelas en compañía de sus seres queridos.
Intente realizar actividad física recurrente (4 o más días por
semana)
Procure establecer rutinas de actividades diarias
Evite el consumo de café, cigarrillo, alcohol y drogas.

A pesar de seguir estas recomendaciones en ciertas personas los


síntomas no se van fácilmente. Identifique:
Si los signos y síntomas se mantienen después de un mes de la
crisis.
Cree que perdió la capacidad de cuidar de sí misma (dejar de
bañarse, de comer) o de cuidar a otros como por ejemplo, niños.
Es atormentado por imágenes o recuerdos recurrentes de la
situación que generó la crisis
Tiene la sensación de “no poder dar vuelta a la página”
Se desconecta de sus emociones y recuerdos
Se aisla de sus seres queridos
Continua con insomnio

Es importante que solicite una atención médica o psicológica. Este


tipo de reacciones tienen buen tratamiento cuando se abordan a
tiempo.
Es relevante destacar que si en cualquier momento del
acompañamiento en crisis, la persona evidencia alguno de éstos
criterios, será necesario referirlo a atención especializada (médica o
psicológica)

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1. Ideación suicida
2. Agresividad hacia sí mismo y/o terceros
3.Catatonia (alteración en el control sobre los movimientos
voluntarios)
4. Psicosis (pérdida de juicio de la realidad
5. Dependencia a sustancias psicoactivas
SEGUIMIENTO
Luego del trabajo “en campo” con la persona, que implicó escuchar,
evaluar, priorizar y orientar, surge espontánea la pregunta: ¿Y ahora
qué sigue? De hecho, ya se han identificado las necesidades básicas de
la persona, se ha estabilizado ayudándole a controlar reacciones
extremas de angustia, se ha mitigado el estrés, ayudándola a recuperar
tanto la capacidad de cuidarse a sí misma, como a los otros. Después,
de todo este proceso, es necesario identificar los pasos a seguir para
proporcionarle el acompañamiento necesario.
Si la persona se muestra capaz de cuidar de sí misma y de asumir sus
responsabilidades habituales, la tarea finaliza, pero es necesario
acompañarla, sea a través de una llamada o de uno o dos encuentros
más, pues a menudo, las personas recaen y es necesario reiniciar el
proceso. Además, aunque la persona se muestre más serena, es útil
ayudarla a encontrar apoyo emocional, sea en su familia, con
compañeros de trabajo, o amigos, para animarla a completar
integralmente el proceso de recuperación.
Si, por el contrario, la persona después del proceso de los primeros
auxilios emocionales, no puede hacerse cargo de sí misma y asumir sus
responsabilidades habituales, es necesario remitirla para que pueda
obtener ayuda especializada sea sicológica, médica, logística,
financiera o espiritual, según el caso. La misión entonces, es identificar
la ruta a seguir y servir de enlace para que encuentre las personas o
instituciones, que pueden brindarle una ayuda efectiva. Es necesario,
ser conscientes de que, se trabaja en el nivel de “primeros auxilios”, y
que, si la persona necesita terapias sicológicas o físicas, por ejemplo,
es necesario que sea acompañada por un profesional en estos campos.

A veces, la persona puede mostrarse reacia y rechazar una ayuda


profesional, sea porque piensa que es un signo de debilidad, sea
porque siente que la estigmatizarán en su ambiente. A veces, es mejor
seguirla y después de un tiempo insistirle en la necesidad de una ayuda
complementaria, para terminar de superar la situación vivida. Hay
situaciones, como cuando la persona alimenta ideas suicidas o
manifiesta comportamientos irracionales, en las que hay que
reaccionar rápido y proporcionar ayuda inmediata.

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Finalmente, es importante insistir en el apoyo emocional que le
puede ofrecer la familia, los amigos, su círculo de trabajo para una
completa recuperación.

AUTOCUIDADO
Siempre está el peligro de que la persona que ayuda, se sienta
omnipotente y que un alto sentido del deber le impida cuidar de sí
misma. El cuidado de los cuidadores tiene una gran importancia
porque si la persona no está bien, en todas las dimensiones de sí
misma, en vez de ayudar, puede hacer daño a aquellos a quienes
pretende prestar.

Cuidados logísticos
Antes de salir a prestar ayuda, es necesario plantearse algunas
preguntas:

Con relación al lugar: ¿Cómo llegar allí?, ¿Cuánto tiempo


permanecer allí?, ¿Dónde hospedarse?, ¿Se tiene la dirección y el
teléfono del contacto?
Con relación al trabajo: ¿A quién hay que reportarse?, ¿Se cuenta
con un seguro de salud, de accidentes?
Con relación a la práctica misma: ¿Qué hacer cuando la ayuda no
tiene el desenlace esperado?, ¿Cómo reaccionar frente a individuos
violentos, con pensamientos y comportamientos suicidas u
homicidas?, ¿Con qué recursos adicionales se cuenta?
Cuidados Personales

Significa el cultivo de actitudes y comportamientos saludables


antes, durante y después de la intervención de ayuda. En efecto, los
trabajos de cuidado cobran su precio en las personas que prestan
esos servicios, que llegan a sufrir un desgaste físico, emocional,
sicológico e incluso afectar su desempeño funcional. Entre los más
comunes:

Agotamiento y estrés. La persona experimenta un deterioro de sus


fuerzas físicas y mentales. Entre los síntomas más recurrentes
tenemos fatiga crónica, dilatar responsabilidades, pesimismo,
sentimiento de frustración frente a su vida o a su profesión, pérdida
del sentido de su fe. Este proceso se vive lentamente por lo que es
imperceptible para la persona, quien poco a poco va naturalizando
los cambios.

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Trauma vicario. Se refiere al estrés postraumático por la angustia
que puede vivir la persona, después de observar o acompañar
empáticamente a otra u otras que sufren. También aquí, los
síntomas pueden ser: pérdida de sueño, depresión, pesadillas,
pensamientos obsesivos, ansiedad e incluso, las mismas
condiciones del agotamiento.

Sentimientos de culpa. La persona puede culparse por hacer algo


que no debía, por no hacer lo que se debía hacer e incluso por
sobrevivir. Es una sensación paralizante y dolorosa que se puede
manifestar también en dolor de cabeza, de pecho o de estómago,
tensión en la espalda, ansiedad, nerviosismo, baja autoestima.

Perfeccionismo. La persona se muestra rígida y siempre sufriendo


por no lograr los resultados que ella esperaría. Se relaciona con
ansiedad, frustración, crítica constante. Evidencia falta de
seguridad y confianza en sí mismo.

Todas estas situaciones generan fatiga, bajas defensas y llevan al


abuso de sustancias estimulantes como la cafeína, la teína y las
bebidas energizantes. Además, pueden llevar al exceso de consumo
de comida chatarra, y a un debilitamiento emocional que impide
desempeñarse normalmente.
Por ello urge, un adecuado manejo de sí mismo, además de técnicas
para el manejo del estrés como ejercicios de respiración, apoyo de
la familia, del grupo de amigos, y enfocarse en lo positivo,
celebrando lo logrado.

Otras recomendaciones para el Acompañante en su cuidado


emocional:

Permanecer en constante auto-observación con el fin de


identificar los signos de Burnout, un síndrome que aparece como
señal de sobrecarga emocional y de estar exhausto por el trabajo.

Realizar actividades de autocuidado a nivel individual y de equipo.


Los primeros auxilios emocionales el acompañante también los
puede usar consigo mismo y con los compañeros.

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PARA REFLEXIÓN
EL PAPEL DEL ACOMPAÑANTE QUE SUMINISTRA LOS PRIMEROS
AUXILIOS EMOCIONALES:

Conocer-comprender-comprometerse.

Evaluar-apoyar.
Establecer empatía: capacidad para ponerse en el lugar del otro.

Orientar: Aclarar necesidades específicas.

Establecer una interacción y contacto.

No emitir juicios

Identificar cuáles son los problemas específicos y tener ideas


claras de lo que se puede hacer.

Saber que la Información es confidencial

Remitir a un profesional en el momento más adecuado y de la


mejor manera posible.

Saber que cada caso es especial.

Buscar el momento adecuado.

Cuidar su salud emocional y la del equipo.

«El conflicto está ahí, ni es


deseable ni deja de serlo, y
tratarlo con humanidad puede
llegar a convertirse en un
dinamismo de crecimiento y de
vida.»

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BIBLIOGRAFÍA

Everly, Georges S., y Jeffrey M. Lating. The Johns Hopkins guide to


psychological first aid. Baltimore: Johns Hopkins University Press,
2017.

Everly, Jr, George. «Psychological first aid.» 2020. Johns Hopkins


University, s.f.

Gradillas, V. (1998). Psicopatología descriptiva. Signos, síntomas y


rasgos. Madrid: Pirámide.

Ruiz Muñoz, Eva María. «Cuadernos de crisis.» El triage sicológico.


2015.http://www.cuadernosdecrisis.com/docs/2015/numero14vol
1_2015.pdf (último acceso: 10 de 01 de 2021).

World Health Organization, War Trauma Foundation and World Vision


International. Psychological first aid: Facilitator's manual for
orienting field workers. Geneva: World Health Organization, 2013.

Diseño y diagramación por:


Natalia Delgado Amézquita, Ingeniera Multimedia.
Datos de la autoras

Constanza Arango, FMA, religiosa, educadora y


pastoralista, con maestría en Desarrollo Social y
Educativo y en Orientación y Asesoría Familiar, con
experiencia de acompañamiento de procesos
sociales y educativos. Actualmente, Secretaria
Ejecutiva de la Comisión Justicia, Paz e Integridad
de la Creación (JPIC) y miembro del Equipo de
Reflexión Teológica de la Conferencia de Religiosos
de Colombia (CRC)
Carolina Vanegas, Sicóloga clínica, experta en
logoterapia, con amplia experiencia en liderazgo de
equipos interdisciplinarios, asesoría y montaje de
procesos de formación y acompañamiento
sicológico y también en el diseño e implementación
de estrategias de abordaje individual y grupal con
población vulnerable.

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