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HOMILÍA EN LA CATEDRAL PRIMADA EUCARISTÍA POR LA VIDA, EL PERDÓN Y LA ESPERANZA

5 de julio de 2007

En esta celebración, unidos con todos los colombianos, clamamos: “Desde lo hondo a ti grito, Señor”:
Señor escucha mi voz.

Porque el Señor es el dueño de la vida y quien nos hace libres, por eso clamamos desde lo más
profundo del alma, porque rechazamos los criminales comportamientos y los proyectos de quienes
optaron por los caminos de la violencia, el secuestro y el asesinato. Si queremos la paz, todos, sin
excepción, tenemos que defender la vida, vida con dignidad y libertad.

El Evangelio nos convoca a la construcción de nuevos caminos de solidaridad, con esperanza, como
hijos de Dios, porque lo que estamos viviendo es muy grave, nadie puede ser indiferente en la
construcción de la paz verdadera, para que todas las familias, en todo el territorio colombiano, no
sigan sufriendo la amenaza de sus vidas por la violencia, el desplazamiento, la exclusión y la injusticia.

“En su nombre se predicará la conversión” nos recuerda San Lucas. Jesucristo se entregó por nosotros,
fue crucificado, pero venció la muerte con su resurrección, para que tengamos vida y vida en
abundancia.

Los colombianos sólo podremos abrir caminos de diálogo y reconciliación por el camino de la verdad,
la justicia y la libertad.

Conversión desde la verdad para respetar y defender la vida y la integridad de toda persona humana,
por esto no podemos olvidar a nadie: Ni a los secuestrados por los grupos ilegales e insurgentes; ni a
los que sufren el flagelo del desplazamiento y el empobrecimiento, y a todos aquellos excluidos de la
educación, de la salud y de una vida digna.

Una conversión desde la verdad que nos acerque y nos comprometa con el dolor de tantas familias
que hoy sufren el inconcebible martirio de la separación forzada de sus seres queridos y de las que
sufren la indiferencia de quienes tienen la obligación de entregar los despojos mortales de los caídos
por inexcusables decisiones criminales.

En el nombre del Señor proponemos a todos los colombianos una nueva mirada a todo este proceso,
para trazar nuevos planes y recorrer nuevos caminos, para “estar presentes” y rechazar enérgicamente
el secuestro, el asesinato y todo tipo de violencia.

Estas manifestaciones de solidaridad ante el dolor de Colombia tienen que perdurar, hasta que
tengamos una Colombia en paz.

Tengamos esperanza, sin dejar pasar por alto los atentados contra la vida, esperar y comprometernos
a construir con ahínco, nuevos caminos y nuevas salidas a este conflicto.

No dejemos apagar en el alma y en el corazón las llamas que en toda Colombia se han encendido ante
esta oscuridad; no dejemos extinguir la llama de la esperanza que quieren apagar los violentos, porque
la luz de las antorchas las apaga el viento o la lluvia, pero nuestra luz de esperanza es más fuerte que la
muerte y nadie la podrá apagar.

Creemos en el Señor de la vida, quien vivió en su propia carne la experiencia de la violencia, el odio y la
venganza, Él permanece con nosotros.

Nuestra Señora, la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de Colombia no permita que nos dejemos dominar
por el conformismo, la desesperanza y el olvido. Ayúdanos Señora de Chiquinquirá a mostrarles a
todos los violentos de Colombia que tenemos la entereza y el valor para no dejarnos vencer por el odio
y la venganza.

Ayúdanos a construir sin tregua la paz en esta patria que amamos, sin claudicar, sin dejarnos llevar por
el pesimismo, todos los colombianos tenemos la obligación y el compromiso de trabajar por la paz, la
libertad, la verdad y la reconciliación, que hoy estamos expresando.

+ Pedro Rubiano Sáenz


Cardenal Arzobispo de Bogotá
La libertad en la Biblia:

Pablo y la libertad de los cristianos

«Cristo nos ha liberado para que seamos libres. Hermanos, ustedes han sido llamados a ser
hombres libres»(11). Estas palabras constituyen el núcleo central de la Carta a los gálatas, texto
en el que Pablo condensó toda su predicación. La vocación a la libertad es la novedad del
Evangelio de Cristo, la conclusión final de toda la historia bíblica, el fundamento de la nueva
existencia para toda la humanidad. Para Pablo el Reino de Dios significa libertad. El cristiano
es libre para conquistar su libertad.
Los judíos veneraban la Ley. Ella era toda su esperanza. Reconocían en la Ley todos los
atributos que más tarde los cristianos reconocerán en Cristo.

Un día, de repente, Pablo abrió los ojos y vio que su pueblo no era libre y que todo el
sometimiento a la Ley no volvía libre a la gente. Existía una esclavitud radical de la que ni la
Ley, ni Moisés, ni las tradiciones podían liberar. Y, a partir de su experiencia de Jesús,
descubre que la liberación viene de Dios por el Espíritu Santo —que es tanto como decir que
procede de dentro del mismo ser humano: «¿No saben que son templo del Espíritu Santo que
habita en cada uno de ustedes?» (12)—. ¿Cómo se realiza esto? Pablo asegura que el camino de
la liberación es la fe, la confianza en Dios y en su proyecto para la humanidad. La Fe para
Pablo es lanzarse hacia adelante, sumergirse en la libertad que despunta. Es como arrojarse al
mar de Dios para aprender a nadar, como el niño que nace y respira por primera vez. En el acto
de fe toda la vida recibe una nueva iluminación, un nuevo sentido, adquiere un nuevo valor.
Pero la liberación que propone Pablo no se reduce a los límites de la experiencia interior. Desde
el principio la fe es un acto corporal y social, la definición de la persona en su pueblo. De ahí
que la liberación paulina implica la liberación económica, social y política, aunque resulte
evidente que todo comienza liberando a la persona de su propia impotencia e incapacidad.
Como puede verse, el tema de la libertad no representa un tema marginal o uno de tantos temas
del cristianismo: Se trata de su centro, su núcleo, pues el mismo mensaje cristiano es un
mensaje de libertad De ahí la importancia de no dejarnos vencer por nuestra eterna tentación: el
miedo a la libertad. No podemos pretender buscar la salvación y el acceso a lo trascendente
huyendo de los riesgos de la historia y estableciendo con Dios el “negocio” de las obras buenas
y de los consiguientes méritos, cuando la auténtica trascendencia nos aguarda en la historia, allí
donde Dios, que sufre con el hermano —en la cárcel, en el dolor, en la desesperanza—, espera
una ayuda que sólo puede venir de nuestra libertad. No correr el riesgo de anunciar que estamos
dispuestos a vivir sin miedo a la libertad sería una traición a nuestra vocación de cristianos,
sería renegar de Cristo.
Los caminos hacia la libertad son las huellas de Dios en el hombre(13); y el camino de todos
nosotros hacia Dios pasa siempre por el hombre, porque la manifestación más genuina de la
libertad —en coordenadas cristianas— es el mutuo servicio voluntario en el amor.
Íngrid Betancourt revela cómo Dios le ha tocado el corazón
Confidencias tras la audiencia con Benedicto XVI

 
Tras los 25 minutos de encuentro con Benedicto XVI, este lunes, en el palacio apostólico de Castel Gandolfo, la
ex candidata a la presidencia de Colombia, Íngrid Betancourt, reveló en una rueda de prensa cómo Dios le ha
tocado el corazón en su cautiverio.

Antes de ser secuestrada, en febrero de 2002, Ingrid era una mujer de poca fe. Ella misma lo reconoce. Sin
embargo, durante los casi siete años que permaneció en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), en el sur de la selva colombiana, los únicos libros que tenía consigo eran la Biblia y el
diccionario, así que durante los largos días de cautiverio se dedicaba a leer y meditar la Palabra de Dios.

Consagración al Sagrado Corazón

Ingrid todos los días escuchaba la radio para poder entretenerse e informarse. Un mes antes de su liberación, el
pasado 1 de junio, estaba oyendo la Radio Católica Mundial y escuchó las promesas que experimentaría quien se
consagre al Sagrado Corazón.

Si bien Ingrid reconoce que no las recuerda todas, las enumeró a los periodistas: la primera es tocar el corazón
duro de quienes le hagan sufrir; la segunda bendecir los proyectos del interesado; y la tercera, la ayuda del
para cargar la cruz y que le esperará en el tránsito de la muerte.

Cuenta Íngrid que al escuchar estas promesas dijo: "Eso es para mí. Yo necesito que Dios toque el corazón duro
de la guerrilla, que toque el corazón duro de todos aquellos que no dejan que se produzca la libertad nuestra".

"Yo necesito que la empresa mía, que es la de obtener la libertad de todos nosotros, Él la tome para sí, la
bendiga y permita que esto suceda. Y yo necesito que Él me acompañe a llevar esta cruz porque yo sola ya no
puedo más", comentó la ciudadana colombo-francesa.

Luego de conocer estas promesas, cuenta Ingrid que le dijo al Sagrado Corazón: "Jesús, yo en estos años nunca
te he pedido nada. Pero hoy sí te voy a pedir algo: como este es el mes del Sagrado Corazón, tu mes, te voy a
pedir que me hagas el milagro, no de mi liberación porque no creo que sea posible, pero hazme el milagro de
que yo sepa cuándo voy a ser liberada porque si yo sé cuándo, por más de que sea dentro de muchos años, yo
voy a tener la fuerza de aguantar. Si tu me haces ese milagro, Señor mío, seré tuya".

Ingrid cuenta que le dijo al Santo Padre: "Yo no sé lo que quiere decir ser de Cristo". Él le respondió: "Él te va a
mostrar la vía"

El 27 de junio un comandante de las FARC fue a hablar con Íngrid: "Hay una comisión internacional que va a
visitar a los prisioneros y es muy probable que algunos de ustedes sean liberados", le dijo.

Cuenta Ingrid que el Santo Padre le respondió: "Él te hizo el milagro de tu liberación, porque tú supiste pedirle.
Porque tú no le pediste tu liberación, tú le pediste que se hiciera su voluntad y que te ayudara a entender su
voluntad"

Creerle a Dios

Betancourt aprovechó la ocasión para invitar a todos aquellos que no creen: "Hay muchas personas que están
enojadas con Dios y no quieren creer y tantas personas a quienes les da vergüenza creer en Dios. Yo lo único
que les puedo decir es que hay alguien que nos oye y nos habla con palabras y que si nosotros entendemos cómo
hablarle a él, él nos va a ayudar".

Tras la audiencia, Ingrid aseguró que Benedicto XVI siempre ora por los secuestrados: "El Papa lleva el dolor de
los que sufren en su alma", es un "hombre de luz".

Igualmente envió un mensaje de aliento a aquellos que fueron sus compañeros de cautiverio y que aún no han
sido liberados: "Sé que esta voz va a llegar a la selva colombiana. Sé que pronto los voy a abrazar en la
libertad".

También hizo un llamado a los miembros de la guerrilla, que actualmente tienen cerca de 3 mil secuestrados en
su poder: "Ustedes me tuvieron siete años cautiva. Los conozco profundamente, conozco su organización su
manera de pensar sus objetivos. Hoy quiero decirles que el mundo los está esperando. El mundo quiere que
haya espacios en su mente para que ustedes logren la paz en Colombia. (...) La respuesta esta en el corazón de
ustedes no en los cálculos militares y políticos", concluyó

Por Carmen Elena Villa Betancourt


HOMILÍA

Saludo…

Muy queridos hermanos, unidos en Cristo Jesús, en nuestra Iglesia Católica

Escuchado y que exclamó Pedro a nuestro Señor Jesucristo, a quien vamos a acudir. Ttú tienes palabra
de vida eterna, creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios y también podríamos
decir esa exclamación con fe de la Sagrada Escritura “Desde lo hondo a Ti grito Señor”, porque el Señor
es el dueño de la vida, Él es quien realmente nos hace libres. Muchos de nosotros en los momentos de
agobio y tristeza no encontramos el camino, ni sabemos a quién acudir, pero hoy en esta Eucaristía y a
la luz de la Palabra del Señor podemos entender que con su Palabra y con su poder es quién nos hace
libres y nos indica el camino por seguir, el Señor no solamente hace el milagro de liberarnos de los
yugos humanos como el secuestro, llevado por unas intenciones y maldades que nacen de un corazón
mezquino sino también el Señor nos libera de los sentimientos, instintos que hayamos podido anidar y
con los cuales no nos deja vivir en una comunidad como verdaderos hermanos: el orgullo, la soberbia,
el ansia de poder, la prepotencia, el creerme salvo y convertido, el odio, la ambición y muchos más que
está siendo al hombre esclavo y a la vez, llevando al sufrimiento a quienes el Señor nos ha puesto en la
vida cotidiana. Por eso hermanos, en esta tarde, en una actitud muy personal, en esa oración muy
íntima con el Señor clamemos liberación, libertad, rompimiento de yugos y cadenas físicas, pero
también clamemos liberación de nuestras esclavitudes y sentimientos malos porque ya el Señor dirá
“Lo malo no es lo que entra al hombre sino lo que sale del hombre”.

Jesucristo se entregó por nosotros, se cumplió la escritura, pero resucitó. Este Cristo de la Pascua nos
invita a que nosotros también demos el paso a una conversión en lo espiritual, más cercanos a Dios, en
lo humano, en la fraternidad y en la unidad, conversión desde la verdad para respetar y defender la
vida, la integridad de toda persona y por eso que mejor que orar por todos los que sufren y por todos
los que estén alejados del Señor. Llenémonos del Espíritu santo, busquemos la experiencia del Señor
para que así podamos ser testimonio de una presencia vida y real de Jesucristo resucitado, que nos
lleve a transformar la realidad humana tan incoherente y alejada de la Palabra de Dios.

Doy gracias a Dios por vivir como sacerdote, prescidiendo esta celebración Eucarística, pero también
como un ser de sentimiento el poder compartir la alegría que embarga el pensamiento y el corazón del
señor Intendente Carlos José Duarte y de su familia pero más aún la acción de gracias porque el Señor
ha estado grande con nosotros y por eso estamos alegres. Hoy podemos decir que debíamos llevar en
nuestra mente las palabras de Jesús: “Venid a mí los que estén tristes y agobiados que yo los aliviaré”.
El Señor se ha manifestado en la paciencia y la fortaleza que concedió a nuestro hermano Carlos José
en la luz de la esperanza y que hoy podemos decir en el milagro de la libertad. Que esta Eucaristía nos
lleve a acercarnos más al Señor pero también a ser solidarios porque hay muchos hermanos que
sufren cruces más pesadas que la de nosotros. Colombia, país consagrado al Sagrado Corazón de Jesús,
purifique todos los corazones de los colombianos para así un día vivir una Colombia en paz y en
libertad. Así sea.

ORACIÓN DE FIELES

Hermanos y hermanas oremos al Señor nuestro dios, que en Cristo se manifiesta y digámosle:
“Escucha Señor nuestra oración y libéranos”

Pidamos por los que sufren en las diferentes esclavitudes del mundo para que el Señor les fortalezay
les de la libertad. Oremos al Señor.

Pidamos por nuestro municipio de Cabuyaro, por sus autoridades, para que todos unidos en una
misma fe y guiados por la Palabra del Señor, podamos vivir como una verdadera comunidad de
hermanos. Oremos al Señor.

Pidamos por todas la familias que sufren necesidades para que el Señor a través de su misericordia les
socorra en todo momento. Oremos al Señor.

Pidamos por esta patria colombiana para que purificados todos los corazones de cuantos vivimos en
ella, lleguemos a una verdadera paz y libertad. Oremos al Señor.

Por Carlos José Duarte y su familia, para que el Señor los bendiga y los conduzca como testimonio de la
manifestación del poder del Señor. Oremos al Señor.

Intenciones personales.

Escucha la oración de tu Iglesia, y socórrenos por tu misericordia y poder. Amén.

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