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I TEMA

VIDA CONSAGRADA
NUESTRO SER

TEMAS DE REFLEXIÓN
PARA EL ENCUENTRO ZONAL
30 DE ABRIL 2022
X CAPÍTULO PROVINCIAL
PROVINCIA DEL BUEN PASTOR

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FIELES A LA ALIANZA
VIVIENDO NUESTRA CONSAGRACIÓN COMO CAMINO DE LIBERTAD-

Mi consagración religiosa no puede reducirse a una llamada inicial o a un momento de


decisión cuando ésta ha madurado, es más bien una serie de opciones a lo largo de la
existencia. Se trata de un itinerario, que nos exige situarnos ante el misterio; por eso no
es fácil y todo lo que podamos decir no son más que balbuceos… En realidad, se trata de
un doble misterio, el de Dios y el de la persona humana hecha a su imagen y semejanza.
Ante el misterio de Dios es mejor callar… Es un descubrimiento siempre nuevo que supone
un continuo volver a empezar y no nos permite vivir de rentas. No podemos, como decía
Anthony Bloom, anclar nuestra mente en una gracia pasada sin perdernos gracias futuras.
No podemos alimentarnos de memorias, sino estar siempre dispuestos a ser sorprendidos.

Ante el misterio de la persona humana, nos encontramos ante un ser paradójico del que
Santo Tomás afirma que es la única criatura que Dios ha amado por sí misma y que es un
horizonte entre dos mundos, es decir, un ser frontero entre el universo corporal y el
universo espiritual. Los Salmos nos presentan así esta ambivalencia: Lo hiciste poco
inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo has puesto bajo sus pies
(Sal 8). El Señor se acuerda de que no somos más que barro (Sal 103). Creados por Dios
tendemos al infinito, provenientes de la nada tendemos a la nada. Hablar de nuestro
itinerario es ciertamente situarnos ante el misterio.
Decía el poeta León Felipe:
Nadie fue ayer
ni va hoy
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que voy yo.
Para cada hombre
guarda
un rayo nuevo de luz
el sol
y un camino virgen,
Dios.
Mi itinerario es único, irrepetible, inédito, aventura siempre abierta, imprevisible. Lo
anterior no puede ser ajeno a nuestra vida consagrada. Por una parte soy alguien único y
precioso para Dios. Basta que recordemos dos textos de Isaías: Yo te llamé por tu nombre,
tú eres mío (Is 43,1); Yo te llevo grabado en mis manos (Is 49,16). Por otra, estoy llamado
a unificar mi vida como respuesta al amor, que me desborda permanentemente, que da
sentido a lo que soy y hago y que es el fundamento de mi entrega total a Dios en castidad,
pobreza y obediencia.

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1. DIMENSIÓN TEOLOGAL

El 1º de enero del 2000 morían en Guatemala dos Hermanos en un accidente vial de


regreso a su comunidad misionera en medio de los indígenas ketchíes en el Atlántico del
país. Uno de ellos era un joven hermano indígena guatemalteco de 25 años. El día de su
entierro contaba su mamá que, cuando alguna vez le preguntó a su hijo por qué había
hermanos que dejaban la congregación, siempre respondía que era porque no estaban
enamorados. Creo que este joven había captado lo verdadero, el absoluto de Dios en
nuestras vidas. Él toma la iniciativa y nos llama a nosotros nos toca responder.

Este joven escribía a sus superiores varias cartas, una de ellas, dirigida al Hermano
Provincial y a su Consejo para la renovación de sus votos anuales, decía: “Les escribo
dejando volar mi imaginación auscultando los proyectos de Dios diluidos en todo mi ser.
Este proyecto, del que les hablo es el de la libertad. Una libertad que amplía los horizontes
y se inspira en el deseo de Dios de liberar a la humanidad por y para el Amor…Y es en
esta libertad que he decidido, luego de discernir con el corazón libre, permanecer en el
Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, renovando mis votos, procurando
hacer del amor – el rostro visible de Dios – mi religión, mi ley y mi fe”. (Guatemala,
viernes 31 de octubre de 1997)

El fin último de nuestra vocación, a lo que todo lo demás debe de estar subordinado es
Dios, su Gloria. El, la realidad insondable nos ha elegido con amor gratuito, por pura
misericordia a la desconcertante aventura de ser plenamente suyos. Dios Trinidad de
personas, se nos presenta como el Amor que atrae hacia sí todo nuestro ser y exige todo
nuestro ser. Estamos involucrados en una aventura de amor, en una especie de
enamoramiento, en la seducción de Dios, como lo expresaban los profetas:

“Tú me sedujiste, Señor y yo me dejé seducir. Tú eras más fuerte que yo y fui vencido...
Y aunque me dije: no me acordaré de Él, no volveré a hablar en su nombre, es su palabra
dentro de mí como un fuego abrasador encerrado dentro de mis huesos, me he fatigado
por apagarlo, pero no puedo." (Jer. 20,7-9).

“Por tanto, mira, voy a seducirla llevándomela al desierto y hablándole al corazón " (Os.
2,16) Se trata de una respuesta de amor. Es una oblación y de ninguna manera una simple
búsqueda de autorrealización. Es una respuesta para servir, para dar, para amar, para ser
para los demás y no tanto para recibir.

Martín Descalzo en una obra de teatro titulada "A dos barajas", nos presenta en dos actos
el fracaso de una persona, como sacerdote en el primer acto, como casado en el segundo.
La culpa del primer fracaso parecen ser las estructuras, la disciplina eclesiástica, el
obispo... ¿Y las del segundo?... En realidad, la culpa de los dos fracasos: una persona
centrada en su propia felicidad, alguien que busca obsesionadamente ser feliz, que hace
de su persona lo más importante, el centro de su vida y no se abre ni a Dios ni a los
demás. Como diría el Papa Francisco, una persona autorreferencial. (una persona

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autorreferencial generalmente no escucha otras opiniones, siempre está utilizando el “yo”
”lo mío es”).

La Consagración religiosa es todo lo contrario a la búsqueda de autorrealización. Si


queremos, se trata también, de una obsesión. La obsesión de hacer de Dios lo único
necesario, la razón última de nuestro existir. Aquel que merece la oblación de todo
nuestro ser. El Papa Francisco en la carta que nos envió con motivo del año de la vida
consagrada, nos dice: Jesús, hemos de preguntarnos aún, ¿es realmente el primero y
único amor, como nos hemos propuesto cuando profesamos nuestros votos? Sólo si es
así, podemos y debemos amar en la verdad y la misericordia a toda persona que
encontramos en nuestro camino, porque habremos aprendido de él lo que es el amor y
cómo amar: sabremos amar porque tendremos su mismo corazón.

Y en esta misma sintonía de onda, Karl Rahner expresaba lo siguiente en una entrevista
concedida a la revista Vida Nueva, con ocasión de cumplir 80 años, pocos días antes de
su muerte:" La verdadera cima de mi vida está aún por llegar. Es el abismo del misterio
de Dios, en que uno se precipita con la esperanza de ser acogido eternamente por su
amor. ¿Qué es lo que espero? La luz de Dios, su eternidad y su misericordia. Espero poder
rezar con Teresa de Ávila, el Nada te turbe... sólo Dios basta, y con Ignacio de Loyola:
Toma Señor y recibe..., dame tu amor y gracia que ello me basta. Ambas son una oración
que se rezará no sólo de palabra sino en plenitud de vida para siempre.

El salmista, lo sintetizó en pocas palabras: " Tu amor vale más que la vida" (Ps.62, 3).

2. DIMENSIÓN COMUNITARIA

Pero esa entrega personal a Dios, la hacemos en el seno de una comunidad. Nuestro
compromiso con Dios está mediatizado por unos hermanos con los cuales también nos
comprometemos, como se comprometieron nuestros primeros hermanos Amigonianos en
1889 con nuestro P. Fundador.

Es que no podemos hablar de fidelidad a Dios si no somos capaces de vivir la fidelidad


humana. La consagración no es solamente una alianza con Dios, es también una alianza
con los hombres, los hombres de mi comunidad de mi comunidad, de mi provincia, de mi
congregación. Eso se llama sentido de pertenencia, identidad,
corrrespondabilidad. Es una forma de decir, estoy dispuesto.

Nuestra consagración es también con nuestros hermanos. Cuando decimos "puedes contar
conmigo", se lo decimos a Dios, pero también a nuestros hermanos. Por eso ante toda
salida, no sólo debemos juzgar la calidad y hondura con que el hermano ha vivido o no su
compromiso, sino también si la comunidad que lo ha acogido le ofreció el clima adecuado
para vivirlo con intensidad, ya que a eso nos comprometimos al consagrarnos a Dios y
por eso la comunidad debe examinar con tristeza en qué ha podido defraudar al hermano
en peligro.

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3. DIMENSIÓN PROFETICA

Seguramente la mayor denuncia y el mayor anuncio que podemos hacer a nuestro mundo
es nuestra vida consagrada. En este sentido es una palabra profética y contestataria. Esta
es la invitación que nos ha hecho el Papa Francisco en la carta ya mencionada: Esta es la
prioridad que ahora se nos pide: «Ser profetas como Jesús ha vivido en esta tierra... Un
religioso nunca debe renunciar a la profecía» (29 noviembre 2013).

El profeta recibe de Dios la capacidad de observar la historia en la que vive y de interpretar


los acontecimientos: es como un centinela que vigila por la noche y sabe cuándo llega el
alba (cf. Is 21,11-12). Conoce a Dios y conoce a los hombres y mujeres, sus hermanos y
hermanas. Es capaz de discernir, y también de denunciar el mal del pecado y las
injusticias, porque es libre, no debe rendir cuentas a más amos que a Dios, no tiene otros
intereses sino los de Dios. El profeta está generalmente de parte de los pobres y los
indefensos, porque sabe que Dios mismo está de su parte.

Podemos ver ahora la dimensión profética de denuncia y anuncio de nuestros votos.

 En el área económica, nuestra POBREZA debe denunciar el valor absoluto que


nuestra sociedad de consumo da al dinero y a las apariencias. La pobreza opta por la
persona como lo más importante y relativiza el valor de las cosas. Por eso, ya en su
época, afirmaba San Vicente de Paúl: “Dejo de ser pobre cuando las cosas para mí
valen más que las personas". Optar por la persona podría ser otro nombre de nuestro
voto de pobreza.

 En el área política, nuestra OBEDIENCIA relativiza el poder y opta por el servicio,


en contraposición con una actitud de dominio, opta por el proyecto del Padre, en
contraposición con proyectos meramente humanos. Se trata de una Opción por el
servicio.

 En el área erótico-cultural, nuestra CASTIDAD, denuncia la parcialidad que


representa el sexo desvinculado del amor, y opta por el amor a Cristo, presente
en cada rostro humano, sobre todo si es pobre.

Este es el valor profético y contestatario de nuestra consagración. Denuncia, renuncia,


anuncio. A los ídolos del sistema: dinero, poder y sexo, oponemos con humildad, pero sin
miedo, tres opciones fundamentales: Optamos por la persona, por el servicio, por el amor.

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5. DIMENSIÓN PASCUAL

Nuestra Consagración es una invitación a pasar del hombre viejo al hombre nuevo. El
hombre viejo en expresiones de hoy lo podemos sintetizar en tres aspectos:

 Persona-masa: la que carece de conciencia propia, de identidad. No tiene real


participación en la vida de la comunidad: el marginado que no dice su palabra y el
civilizado que dice la palabra para la cual lo han programado.
 Persona-materia: el hombre o la mujer que se relacionan con su mundo como si
fuera pura materia, "cosa manipulable", "útil". Es la creación sin mensaje interior,
sin mensaje para la persona. Materia: dinero, sexo comercializado, armas de
destrucción, objetos de consumo...
 Persona-tiempo: Hombre o mujer cuya vida se ha reducido a una simple duración,
a mera subsistencia, carece de tiempo cualitativo, vida sin sentido...

En realidad, la consagración es todo lo contrario de lo anterior. A partir de la Alianza con


Dios la persona humana restituye su condición de "imagen de Dios" y empieza un nuevo
estilo de ser hombre o mujer, a semejanza de Jesús: "He aquí el hombre":

 Persona-pueblo: es el hombre o la mujer en comunicación con otros, que comparte


un destino, una búsqueda. La persona en diálogo, en comunicación, en colaboración.
La persona abierta, solidaria, acogedora, en permanente actitud de servicio, de
entrega, de compromiso.
 Persona-tierra: el mundo en cuanto templo, en donde el hombre/mujer establece
su relación con el Señor y en cuanto lugar del encuentro con sus semejantes. Las
cosas al servicio del proyecto humano.
 Persona-historia: es el hombre consciente que con sus actos es responsable del
presente y del futuro y no sólo heredero de un pasado

Aplicando lo anterior a nuestros votos podemos descubrir el sentido pascual de nuestra


consagración.

 CELIBATO-PUEBLO: es una clara opción por la comunión fraterna, sin fronteras, es


una opción por el pueblo convocado por el Señor, por el pueblo que el Señor ha querido
formar y por el cual no ha dudado en entregar su vida.

 POBREZA-TIERRA: afirmación de la radical dignidad de la creación, en cuanto lugar


de encuentro con las personas, con Dios con los semejantes. Es una protesta de la
degradación que se hace cuando se reduce la naturaleza a la simple condición de
materia prima, mercancía, comercio explotador, trabajo esclavizante, elemento de
marginación o de guerra, cuando se va contra la integridad de la creación...

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 OBEDIENCIA-HISTORIA: es la decisión de hacer de la voluntad salvífica de Dios la
única norma de vida. El desprenderse de planes alternativos, frente al proyecto de
Dios. Es ser un hombre libre, no atado por compromisos ajenos a los planes del Señor,
conscientes que la gloria de Dios es que la persona viva y en abundancia (Jn. 10,10).

6. DIMENSIÓN LATINOAMERICANA

La Iglesia y nuestras congregaciones están llamadas a vivir un proceso de inculturación.


Así el documento Ad Gentes del Vaticano II en su número 18 nos dice: " Los Institutos
religiosos esfuércense por expresar y comunicar tales riquezas según el carácter e
idiosincrasia de cada pueblo. Consideren atentamente la manera de incorporar a la vida
religiosa cristiana las tradiciones ascéticas y contemplativas, cuyas semillas ha esparcido
Dios algunas veces en las antiguas culturas antes de la predicación del Evangelio. Nuestra
consagración, por consiguiente, debe dejar traslucir los rasgos del pueblo latinoamericano
del que somos parte. Una lectura inculturada de nuestros votos nos invita a vivir la:

1. DIMENSIÓN MISERICORDIOSA

El Papa Francisco en su encuentro con los consagrados en Corea del Sur el 16 de agosto
del 2014 nos hacía ver la relación que tienen nuestros votos con la misericordia: La
experiencia de la misericordia de Dios, alimentada por la oración y la comunidad, debe
dar forma a todo lo que ustedes son, a todo lo que hacen. Su castidad, pobreza y
obediencia serán un testimonio gozoso del amor de Dios en la medida en que permanezcan
firmes sobre la roca de su misericordia.

 Éste es ciertamente el caso de la obediencia religiosa. Una obediencia madura y


generosa requiere unirse con la oración a Cristo, que, tomando forma de siervo,
aprendió la obediencia por sus padecimientos (cf. Perfectae caritatis, 14). No hay
atajos: Dios desea nuestro corazón por completo, y esto significa que debemos
«desprendernos» y «salir de nosotros mismos» cada vez más.

 Una experiencia viva de la diligente misericordia del Señor sostiene también el deseo
de llegar a esa perfección de la caridad que nace de la pureza de corazón. La castidad
expresa la entrega exclusiva al amor de Dios, que es la «roca de mi corazón». Todos
sabemos lo exigente que es esto, y el compromiso personal que comporta. Las
tentaciones en este campo requieren humilde confianza en Dios, vigilancia y
perseverancia.

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 Mediante el consejo evangélico de la pobreza, ustedes podrán reconocer la misericordia
de Dios, no sólo como una fuente de fortaleza, sino también como un tesoro. Incluso
cuando estamos cansados, podemos ofrecer nuestros corazones agobiados por el
pecado y la debilidad; en los momentos en que nos sentimos más indefensos, podemos
alcanzar a Cristo, que se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Co 8,9).
Esta necesidad fundamental de ser perdonados y sanados es en sí misma una forma
de pobreza que nunca debemos olvidar, no obstante, los progresos que hagamos en la
virtud.
CONCLUSIÓN

Nuestra consagración a Dios no puede tener más fundamento que el de una experiencia personal.
Pero no se trata de ninguna manera, de una experiencia que nos aísla en una burbuja lejana de
las preocupaciones de la vida y de los hombres. Como dice San Juan de la Cruz, en este momento
esta alma ya limpia de corazón, en todas las cosas halla noticia de Dios gozosa y gustosa, casta,
pura, espiritual, alegre y amorosa. Sí, en todas las cosas.

Por eso los consejos evangélicos nos llevan al servicio y a la entrega, pero desde Dios, como
transparencia de su presencia. El alma se siente atraída continuamente hacia el torbellino de la
vida de Dios; haga lo que haga, aquella augusta presencia está siempre allí penetrándola,
consolándola, impulsándola, transfigurándola por entero. Ese movimiento de retorno no nos aleja
de los demás: por el contrario, cuanto más está en el centro de sí misma, tanto más el alma está
cerca de ellos y los abraza y sirve y ama con el mismo amor de Dios. (E. Ancilli, Presencia de Dios,
Diccionario de Espiritualidad III, Herder, Barcelona, 1984, p.189, citado por García José A,
Ventanas que dan a Dios, Sal Terrae, 2011, p. 98). El amor misericordioso de Dios.

Los poetas, una vez más, tienen intuiciones que superan lo que nos pueden decir los teólogos,
sobre todo en el campo del amor y de la misericordia, el campo de nuestros votos como lo hemos
visto, que nos ayudan a captar mejor los caminos misteriosos de Dios y la realidad escondida de
las cosas. Por eso termino con este pequeño poema del premio Nobel de literatura, el guatemalteco
Miguel Ángel Asturias.

Dar es amar
dar prodigiosamente,
por cada gota de agua
devolver un torrente.
Fuimos hechos así,
hechos para botar
semillas en el surco
y estrellas en el mar.
Y ¡ay! del que no agote
Señor tu provisión
y al llegar te diga:
como alforja vacía
está mi corazón.

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Nota: De los aportes del Hermano Álvaro Rodríguez Religioso de los Hermanos de las Escuela Cristiana de La Salle

Tomar en cuenta:
Encíclicas
Lumen fidei, sobre la fe (29 de junio de 2013)
Laudato si’, sobre el cuidado de la casa común (24 de mayo de 2015)
Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social (3 de octubre de 2020)

Exhotarciones Apostólicas
Evangeli Gaudium, sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual (24 de noviembre de 2013)
Amoris laetitia, sobre el amor en la familia (19 de marzo de 2016)
Gaudete et exsultate, sobre la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018)
Christus vivit (25 de marzo de 2019)
Querida Amazonía (2 de febrero de 2020)

Documentos Congregacionales
Constituciones
Obras Completas
Espiritualidad Amigoniana

VIDA CONSAGRADA-NUESTRO SER


Para socializar en comunidad-
Tener presente sobre todo la pregunta 5 para el encuentro zonal

1. En nuestra comunidad actual. Según las exigencias del evangelio, ¿sentimos que
nuestro SER y ACTUAR como tal es acorde a lo que nos comprometimos? ¿Es radical
nuestro ejemplo? ¿Cómo creemos que nos ven los laicos en este aspecto? ¿Y la vivencia
de los votos?

2. Estamos manteniendo vivo el carisma de nuestra Congregación, mandato del Señor a


través de nuestro P. Fundador. Hay elementos intrínsecos en nuestro actuar no
negociables: la misericordia y el perdón (Cristo Buen Pastor); la esperanza y fortaleza
(Madre Dolorosa); la humildad y sencillez (San Francisco); la providencia y amor a los
marginados (P. Luis Amigó). ¿Es radical nuestro proceder estos principios y valores con
quienes vivimos y trabajamos?

3. ¿Estamos respondiendo a los signos de los tiempos en la diversidad de necesidades que


existen en el mundo actual y de mi compromiso como consagrado?. ¿Todo lo humano
encuentra eco en nuestro corazón?

4. Si tuviéramos que definir el estado de anímico y motivacional de nuestra comunidad


desde el punto de vista Consagración, cual calificativo le daríamos? alto, bajo, medio,
regular, optimo. excelente, pésimo.

5. Qué hacer para mejorar. Realidad. Desafíos. Retos. Propuestas. Acuerdos.


Conclusiones. (De estos enunciados responder solo los que la comunidad crea conveniente y necesario hacer
mención para luego socializarlos en el encuentro Zonal el día 30 de abril) Función del secretario reunir las diferentes
opiniones para luego socializarlas el día del encuentro.

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