Está en la página 1de 1

Tal y como se ha puesto de manifiesto anteriormente, parece claro que , si está bien planificado, desa-

rrollado y gestionado, el turismo genera puestos de trabajo y renta locales, y ofrece oportunidades a
los empresarios locales para crear negocios de turismo, haciendo que todo ello redunde en un mejor
nivel de vida de los residentes, de la misma manera que los ingresos tributarios generados por el turis-
Asi, por ejemplo, para medir la sostenibilidad económica debe
mo pueden dedicarse a mejorar el equipamiento y los servicios de la comunidad.
Por lo tanto, no es posible proponer un desarrollo turístico ilimitado. Se ha de encontrar un punto de
equilibrio entre el nivel de demanda de los visitantes y la capacidad de absorción que un área o recur- analizarse la actuación del turismo en las siguientes óareas:
so puede soportar sin ser deteriorado. Se reconoce que en todo destino existe una capacidad de carga
social, o umbral de tolerancia, más allá del cual los niveles de desarrollo turístico resultan inacepta-
bles y se hace intolerable la presencia de turistas por parte de la población local. Tierra, trabajo, capital y tecnología, que definen los factores de producción de
la economía. En este sentido, se pueden apuntar indicadores para analizar el
suelo destinado a servicios per cápita, la inversión en construcción, la pobla-
índice de irritación ción ocupada en los distintos sectores, el nivel de educación de la población, el
gasto municipal, la inversión en viviendas, el estado de las infraestructuras, los
servicios financieros per cápita, etc.  Turismo, dado que se trata de analizar
Etapa de euforia: durante las primeras etapas de desarrollo turístico los residentes suelen acoger a los visitantes con entu- la sostenibilidad en dicho sector. En este sentido, es conveniente analizar el
siasmo y perciben el turismo como una buena opción económica. número de plazas turísticas, la existencia de programas Leader/Proder, etc. 
2. Etapa de apatía: una vez la actividad turística se consolida, el turismo empieza a vislumbrarse no ya como una buena al- Precios, cuya evolución resulta también fundamental para estudiar la sosteni-
ternativa de desarrollo, sino como un negocio del que hay que sacar partido. Las relaciones con los visitantes se desarrollan bilidad. En este sentido, analizar los precios turísticos y de servicios, etc. Por lo
en un sentido más comercial. que respecta a la sostenibilidad sociocultural, se pueden establecer los siguien-
tes campos de observación:  Calidad de vida, analizando aspectos como el
3. Etapa de irritación: a medida que se van alcanzando niveles de saturación, la rivalidad por los recursos locales se agudiza
número de establecimientos de ocio, la dotación de servicios públicos, etc. 
y los residentes van retirando su apoyo inicial a la actividad turística.
Patrimonio cultural, para conocer los proyectos de rehabilitación de edificios
4. Etapa de antagonismo: los umbrales de tolerancia han sido sobradamente sobrepasados y los visitantes son considerados
históricos, la percepción del residente de los hábitos de vida del turista, etc. 
como los causantes de todos los males de la zona.
Sociedad y población, con información del asociacionismo de la población, la
5. Etapa final: el destino ha perdido todos los atractivos socioculturales y medioambientales que en un principio lo hicieron delincuencia, y otras variables demográficas. Por último, para medir la soste-
atractivo para el desarrollo turístico, entrando en una etapa de claro declive difícil de remontar. De este análisis se despren- nibilidad medioambiental, se pueden emplear un conjunto de indicadores so-
de que mientras el volumen de turistas y los impactos negativos acumulados se mantengan en los límites razonables de la ca- bre las distintas materias medioambientales:  La contaminación atmosféri-
pacidad de carga, la actividad turística es aceptada por los residentes. Sin embargo, si ese umbral se sobrepasa, la población ca: industrias contaminantes, emisiones de CO2, etc.  La contaminación
local empieza a dar signos de frustración y descontento que son percibidos por el visitante. acústica: número de vehículos censados, distancia entre la zona residencial y
los focos de ruido (zona de ocio, polígonos industriales), etc.  El entorno pai-
sajístico y natural, para analizar la integración de las edificaciones existentes,
el estado de los recursos naturales, etc.  La calidad del agua potable y los
posibles problemas de su abastecimiento.  La generación de residuos.  El
uso del suelo. A su vez, relacionado con todo lo anterior es necesario conocer la
gestión pública en materia medioambiental (ordenanzas, organización de
campañas, personas ocupadas en departamentos medioambientales, etc), como
indicador del interés municipal en estos aspectos.

También podría gustarte