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Los estudios de capacidad de carga o acogida turística constituyen uno de los que
se podrían considerar primeros intentos de operativizar el concepto de
sostenibilidad en relación con la gestión de la actividad turística en espacios de
distinta índole. Ha sido el instrumento utilizado junto con los estudios de impacto
ambiental para dar respuesta a los problemas de la afluencia masiva de visitantes
en espacios recreativos y para racionalizar el uso abusivo y el deterioro de los
recursos que sustentaban esa actividad recreativa. En origen se trata de un
concepto que surgió en el ámbito de la gestión de la fauna y que se trasladó al
ámbito del turismo por necesidades operativas fundamentalmente relacionadas
con la gestión de los flujos de visitantes en espacios naturales protegidos. Desde
entonces el tema ha suscitado un gran interés también en el ámbito académico y
de la investigación de tal manera que Shelby and Heberlein (1986) cifraban en
unas 2.000 las publicaciones existentes sobre el tema sólo hasta mediados de los
años ochenta.
La capacidad de acogida, como un elemento de la sostenibilidad implica una
gestión del turismo en la cuál los niveles de actividad y desarrollo turístico se
mantienen dentro de unos límites asumidos como aceptables por la colectividad
interesada. No obstante, y a pesar de su claridad conceptual, ha sido y sigue
siendo un instrumento difícil de operativizar y llevar a la práctica; tanto, que en
EE.UU., donde se acuñó el término en las décadas de los años sesenta-setenta,
muchos han sido los investigadores que constatan el fracaso en las aplicaciones
práctica del concepto. A pesar de ello, el tema vuelve a suscitar interés y a
plantearse en la literatura científica en general y en el ámbito de la gestión
patrimonial en particular como condición necesaria para la gestión “sostenible” de
los recursos turístico-culturales. Si bien, la orientación de la investigación ha ido
cambiando. Las primeras aplicaciones del concepto pretendían o estaban
orientadas a determinar los niveles intrínsecos y tipos de uso que se podían tolerar
en un determinado espacio y los límites más allá de los cuales los recursos
podrían destruirse o verse inaceptablemente alterados. Las últimas
interpretaciones, sin embargo, tienen en cuenta también los valores y
percepciones del fenómeno que tiene los usuarios y los gestores y se considera
que la capacidad de carga turística es un concepto de gestión que deriva de unos
objetivos explícitos en cuanto al uso de los recursos. En este contexto la
imposición de unos límites no es más que una opción que usar para poder
conseguir determinados objetivos (Getz, 1983).
De esta manera el énfasis de la investigación ha cambiado de la discusión general
a los casos de estudio concretos y el interés central se ha ido desplazando desde
la búsqueda de límites numéricos (umbrales de capacidad fijos y estandarizados
para cada tipo de actividad turística) hacia el desarrollo de marcos teórico-
conceptuales de planificación y gestión de los espacios turísticos que se
configuran como herramientas más flexibles y dentro de los cuales se consensuan
los niveles de impacto turístico que se está dispuesto a tolerar.
Los estudios de capacidad de carga constituyen uno de los que se podrían
considerar primeros intentos de operativizar el concepto de sostenibilidad en
relación con la gestión de la actividad turística en espacios de distinta índole. Ha
sido el instrumento utilizado junto con los estudios de impacto ambiental para dar
respuesta a los problemas de la afluencia masiva de visitantes en espacios
recreativos y para racionalizar el uso abusivo y el deterioro de los recursos que
sustentaban esa actividad recreativa. En origen se trata de un concepto que surgió
en el ámbito de la gestión de la fauna y que se trasladó al ámbito del turismo por
necesidades operativas fundamentalmente relacionadas con la gestión de los
flujos de visitantes en espacios naturales protegidos.
El concepto de capacidad de carga turística lleva siempre implícita la idea de
restricción o límite más allá del cual la explotación turística de un recurso o de un
destino es insostenible por perjudicial. La naturaleza de eses límite hace posible
que se puedan contemplar distintas dimensiones a la hora de determinar la
capacidad de carga de un espacio concreto. Por ello se habla de distintas
“capacidades de carga turística” del espacio: física, ecológica, económica,
antropológica, social, perceptual, psicológica,…. Aunque varía en función de los
autores considerados, en apretada síntesis es posible diferenciar al menos seis
dimensiones básicas de la capacidad de carga turística:
total de visitas (S), área ocupada por un visitante (s), tiempo total en que el área
está abierta (T) y
tiempo necesario para visitar el lugar (t).
El área total de visita se conforma con las áreas de uso público, incluido senderos,
cabaña de hospedaje, áreas de frutales y de cultivos (donde se puede vivir la
experiencia en torno al cultivo del café), y amplias zonas verdes; éste atractivo
turístico está ubicado en corregimiento de Bruselas, municipio de Pitalito,
departamento del Huila, Colombia.
Conforme los datos obtenidos en Google Earth, y mediante visita presencial se
estimó el área total del atractivo Mirador Nakama en 48.000 m2. El tiempo total de
visita (T) fue considerado como el horario en el cual operan y tienen abierto a los
turistas (entre las 10:00 y las 18:00 horas). Así, el tiempo total de visita fue
estimado en 8 horas/día. El tiempo necesario para la visita (t) fue determinado por
el tiempo medio de permanencia en las diferentes zonas de la finca y viviendo la
experiencia del café con la orientación del dueño e ideador del emprendimiento y
experto en temas de café el señor Javier Sanjuan, durando el recorrido alrededor
de 1,5 horas. El área ocupada por un visitante (s) durante el recorrido caminando
fue considerada como 16 m2/ persona según las normas entorno al virus que
surgieron el año 2020 a raíz del Covid-19. Concretamente, esta área equivale a un
cuadrado de 4 por 4 metros alrededor de la persona, siendo éste el espacio
suficiente como para que la experiencia de un turista no interfiera en la de los
demás ni haya riesgo de contagio.
Considerando la fórmula para el cálculo de la CCF (CCF= S x T/s x t; donde: S =
área total de
visita; s = área ocupada por un visitante; T = tiempo total en que el área está
abierta; t = tiempo
necesario para visitar el lugar) los datos para medir la CCF en el área del mirador
son:
S = 48.000 m2
s = 16 m2/ persona
T = 8 horas
t = 1,5 horas
La Capacidad de Carga Física (CCF) para el área del mirador fue estimada en
36.000 visitantes/día. Hay que destacar que la cantidad de visitantes se refiere a
las 8 horas en que el atractivo está abierto a las visitas (volumen diario de visitas)
y teniendo en cuenta la totalidad del área de la finca.
CCF= 36.000 visitantes/día.
Capacidad de Carga Real (CCR)
Para estimar la Capacidad de Carga Real (CCR) del área del mirador se eligieron
tres Factores de Corrección (FC): la precipitación (FC1), la perturbación de la
fauna (FC2) y la calidad de la experiencia de la visita (FC3).
La precipitación limita la visita debido a que el período de lluvias puede
comprometer los recorridos por las áreas del mirador. La perturbación de la fauna
es un factor limitante porque las visitas pueden tener un impacto negativo sobre
ciertas especies sensibles, especialmente durante los períodos de reproducción y
cría. La calidad de la experiencia de la visita es un factor limitante porque cuanto
mayor número de personas hay en un mismo sitio, mayor será el
congestionamiento en el punto de visita y menor tenderá a ser la satisfacción del
visitante.
Para el cálculo del Factor de Corrección del período de lluvias (FC1) se consideró
el período tradicionalmente más lluvioso en la región: abril a junio y octubre a
diciembre (Firmino, 2006); mientras que para el cálculo del Factor de Corrección
referente a la perturbación de la fauna (FC2) se consideró el período de floración
del café, que recoge a varias especies de polinizadores que se pueden ver
perturbados por la presencia de personas, ésta floración normalmente en la zona
sur del departamento de presenta en los meses de marzo a abril y de septiembre
a octubre, además que coincide con la fecha de floración de varios árboles como
gualanday, ocobo, guayacán, cachingo.
Para el cálculo del Factor de Corrección referente a la calidad de la experiencia de
la visita (FC3) se consideró el área no ocupada a fin de mantener la distancia
entre los grupos que es necesaria para que no se perjudiquen unos a otros.
Considerando la fórmula para el cálculo del Factor de Corrección [FC = 1 –
(Ml/Mt), donde: Ml = Magnitud limitante de la variable; Mt = Magnitud total de la
variable], entonces el Factor de Corrección de la Precipitación (FC1) se estructura
de la siguiente manera:
Ml: 180 días (abril a junio y octubre a diciembre)
Mt: 365 días
FC1: 0,5068
Los datos para el cálculo del número máximo de grupos que pueden visitar las
áreas simultáneamente (NG) son los siguientes:
NG= S/Dmin
S = 48.000 m2
Dmin = 2.827,35 m²
El número máximo de grupos simultáneos (NG) recomendado para las áreas del
mirador es de 16,9.
NG= 16,9
Para calcular cuántas personas pueden visitar el mirador simultáneamente (Pmax)
es necesario multiplicar el número de grupos (NG) por el número de personas por
grupo (G). El tamaño del grupo considerado en este estudio fue definido a partir de
la capacidad de 25 personas máximo por grupo (25 personas). La cantidad de
personas que pueden visitar las zonas del mirador simultáneamente (Pmax) está
dada por la fórmula:
Pmax = G x NG
Donde: Pmax = número máximo de personas simultáneas; G = tamaño del grupo;
NG = número de grupos simultáneos en el punto de visita.
Pmax= 422,5
El número máximo recomendado de personas para visitar el punto del mirador
simultáneamente es de 422,5.
CONSIDERACIONES FINALES
El primer aspecto que se debe considerar en un estudio de capacidad de carga es
verificar si el nivel de uso real se condiciona con la capacidad de carga sugerida.
Debido a la inexistencia de datos oficiales y sistematizados sobre la cantidad de
turistas que visitan el lugar, las consideraciones aquí establecidas son
estimaciones realizadas a partir de las observaciones in situ y de la consulta a las
autoridades locales y a los mismos emprendedores (que no disponen de datos
oficiales sino de estimaciones).
En los términos de un estudio de capacidad de carga los resultados encontrados
apuntarían a un uso sustentable del lugar y los recursos naturales allí existentes.
Pero la realidad no es tan simple. Si bien por un lado la extrapolación del límite de
carga es innegablemente perjudicial para el área analizada, por otro lado respetar
los límites estipulados no garantiza la sustentabilidad del área.
De hecho, a pesar de estar por debajo del límite máximo sugerido las
observaciones in situ muestran que el comportamiento de los turistas es capaz de
poner en riesgo la calidad ambiental del lugar.
Dicho comportamiento afecta no sólo la calidad de los recursos naturales sino
también la calidad de la experiencia de los visitantes y la capacidad de la actividad
turística de generar resultados que beneficien el desarrollo de la misma y del
entorno natural.