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Evangelio Mt 19, 13-15.

Homilía 13/8/22
Sem XIX TO Sal III Ciclo c
Memoria Facultativa
Mártires Papa San Ponciano y San
Hipólito de Roma.

Un Papa y un antipapa. Este


fenómeno social, político y eclesial
que data desde los primeros siglos
de la Iglesia, desde la edad moderna
hasta nuestros días se ha extinguido.
Ya no pueden surgir nuevos
antipapas. El rigorismo no es otra
cosa que el aferrarse a las propias
ideas, gustos y personas de cierta
afinidad o conveniencia en materia
religiosa, postura que desencadena
grandes males. Hacerse como niños
implica no solo ser sencillos indica el
Evangelio, también lo niños han de
aprender las normas de la
socialización con los demás. Esto es
fundamental para la vida de la
Iglesia de todos los tiempos. Hipólito
de Roma no acepó la elección del
Papa y su misericordia con los
caídos durante las persecuciones.
Aquel Presbítero estaba encerrado
en sus aprisionado por sus valiosas
capacidades. Tan empecinado y
obcecado estaba con su intención de
ser Obispo de Roma que se rodea de
personas de igual calaña en
artificios y menor capacidad que él
en lo dogmático, lo litúrgico y
pastoral, así mantener una
hegemonía sobre ellos. Pero la vida
es más grande que todos nuestros
laberintos mentales, afectivos y
condicionados. La persecución se
desata nueva vez y esta vez contra
los Jerarcas de la Iglesia. Tanto el
Papa Ponciano como Hipólito son
desterrados, sometidos a grandes
vejamenes hasta ser martirizados.
Pero antes del final, ambos hombres
de Iglesia se reconciliacian. ¡No les
queda otra alternativa!. El final es
ya inminente. ¡Hay que arreglar
diferencias y dejar las cuentas
pendientes claras y canceladas! De
lo contrario, con enemistades y
rencillas no se alcanza la vida
eterna. Todo se hizo en la hora del
suplicio por el bien de la Iglesia
Romana. El cisma se solucionó con
el derramamiento de la sangre de
estos dos testigos. San Hipólito nos
legó las grandes enseñanzas y ritos
litúrgicos como la Plegaria
Eucarística II con la que rezaremos
ahora en esta Santa Misa, y el Papa
Ponciano fue el modelo del Pastor
legítimo, mesurado en los conflictos,
firme en sus decisiones,
misericordioso con los débiles en la
fe y sólido en la Doctrina y
Disciplina Católica. Gracias a la
postura del Papa se fue
desarrollando la práctica del
Sacramento de la Penitencia
frecuente, y no una sola vez
conferido después del bautismo.
Hipólito no era una mala persona. 
Si un terco y obtuso. Pero supo
terminar sus días conforme a la
grandeza de su Doctrina y su
solemne Celebración de los
Misterios de la Iglesia. ¡María,
Madre de los Pastores y Reina de
los Mártires, reunenos en torno a la
Mesa de la caridad y la  condordia
del Espíritu!

En Jesús, José y María


Evangelizar según el Magisterio de
la Iglesia

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