Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Alma Galán
El libro los Cuatro Acuerdos
3) No hagas suposiciones
Debemos utilizar la palabra para construir y amar, ni para ofender a los demás,
ni para presentarnos a los demás como víctima. Debemos tener pendiente que
somos un reflejo de los que expresamos.
Cuando nos sentirnos inconforme con tu cuerpo, tu tamaño, color etc. No debe
maldecirnos o ni sentir que somos inferiores a los demás, debemos de tener
conciencia que Dios te hizo a imagen y semejanza suya y eres una persona
con mucho valor.
f) Se humilde
2) No te tome nada personal, este acuerdo tiene que ver con la postura que
tengas frente a la vida y el concepto que tengas de ti mismo.
Una forma muy efectiva de poner en práctica este acuerdo es expresando todo
lo que suponemos al otro para confirmar si lo que estamos imaginando es real
o no. Esto es importante aplicarlo en todo tipo de relaciones.
b) Ser paciente
c) Reflexiona
Milagros Meregildo.
8 Preámbulos a la Solemnidad Nuestra Señora de la Altagracia
Todo lo que tiene que ver con María nos refiere directamente a su Hijo. La
Iglesia Católica, Familia de Dios, está vinculada de manera indisoluble a la
Virgen, primera creyente y primera Discípula del mismo Cristo. Y ella le
engendra en cada uno de nosotros, los hombres, por ser Madre Oyente de la
Palabra que convoca e interpela a la Iglesia misma. Además de ser el Prototipo
de la Iglesia, María es figura y modelo de la Iglesia histórica, e imagen y
comienzo de la Iglesia que un día completará el número de sus hijos que
estarán con aquellos que ya están en el Cielo. ¡Te adoramos oh Cristo, Centro,
Único y Absoluto Mediador, Verbo hecho Carne de las entrañas virginales de
María Santísima, tu Madre! De cierto es que en la medida en que adoramos,
estudiamos y propagamos el nombre de Cristo, único Salvador y Absoluto
Señor Nuestro, descubrimos aún más a María. Anunciar a Cristo a todo el
mundo, su esencia, el Misterio del Dios y Hombre Verdadero en su Única e
Irrepetible Persona es dar a conocer y concomitantemente encontrarnos con su
Madre y ella nos lleva a la Iglesia. María, en todo el sentido de la palabra
depende de Cristo. San Pablo VI nos dijo: En la Virgen todo es referido a y
depende de Cristo. Es su condición, la de miembro iniciador y perfecto de la
Iglesia, y esto demanda de la Iglesia estar encaminada y emplearse a fondo,
con todas sus energías y fuerzas, en un proceso imitativo y de identificación
con María siempre Virgen. ¡No nos descorazonemos, no permitamos que el
desanimo o el peso del los errores, condicionamientos y debilidades nuestras,
seres humanos contingentes y egoístas nos aplasten! ¡No permitamos que nos
dañen nos permeen las oscuridades, las falsedades y el veneno que quieren
adueñarse de los ambientes y los procederes sociales y eclesiales que en un
momento histórico muy breve y con una temporera incidencia local y
permanente pretenda adueñarse de la Morada de Dios entre los hombres, de
su Sagrario más querido! María, la Verdadera Mujer, la Creyente Silente, la
Discípula de su Hijo y el Espejo para mirarse siempre la Iglesia, la Toda Santa
Fiel y Dócil, y la Portadora de la Misión de la Iglesia misma es nuestra
referencia para esas circunstancias pasajeras. Virgen y Madre es. Imposible
dividir a María. En su ser y el Misterio ocurrido en ella, encontramos a Cristo
nuestra inocencia original con la Gracia que recibimos para el perdón de
nuestros pecados en la Confesión Sacramental y los Sacranentos de la Iglesia.
Tengamos la seguridad de que aflorarán por nuestras férreas penitencias,
después de confesarnos, las virtudes, la mansedumbre, la humildad del
Corazón Inmaculado de María, porque creemos que la Voluntad de Dios
reinará por siempre.
Una de las ventanas a la meditación que nos abre la Imagen de María Santa de
la Altagracia para ir en pos de una fe apta a los desafíos del diario vivir es la
manera en que ella habrá acompañado al Hijo de Dios en su crecimiento
humano. La Maternidad Virginal de María no se limitó exclusivamente a lo
biológico, sino que en la manera en que ella contribuyó al crecimiento y
desarrollo de su Único Hijo, el cual posee en sí mismo la plenitud de la
Divinidad, y a la vez, como Hombre Verdadero tuvo necesidad de educadores
humanos, porque el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios lo asemejó en
todo a nosotros, excepto en el pecado. En el Misterio del Crecimiento de Jesús,
desde su infancia hasta su edad adulta, fueron esenciales sus Santos Padres
Vírgenes. Le enseñaron a estar sujeto a ellos, sin caer en un dependencia
enfermiza que le privara de vivir todas las etapas de un hombre pleno y
completo. María recibió dones especiales para cumplir su misión de Madre y
Educadora de Cristo. Una educación para afrontar las cuestiones prácticas del
cada día y la manera de conducirse e interactuar ante los demás hombres y
mujeres acordé a la Ley de Dios, su Padre. San José, el hombre justísimo, trajo
la dimensión del equilibrio, lo varonil, y la maduración necesaria a cada etapa
temprana de la vida del Cristo, el Salvador de este mundo. Una juventud en
plenitud, sin carencias afectivas y sin excesos atrofiantes para su adultez.
Tesoros incalculables que la Familia de Nazaret legó al Joven Dios. ¡Cuán
importante fue la paternidad responsable y presencial de San José Castísimo
en el Hogar de Nazaret! Un ambiente favorable, promotor de todos sus
habitantes y acogedor de los visitantes! Nos urge sacar, como se hace cada
día de nuestras casas los desechos y desperdicios inter-relacionales, las
frustraciones, los procederes tóxicos que hacen daño al resto de la familia y
tantos malos entendidos. Los Esposos son consagrados porque son
cooperadores y están empeñados en que sus hijos se inserten en el mundo
laboral donde se emplean las manos, se caminan largos trechos y se tienen
que sumergir en los conflictos provocados por los resentidos sociales, los
tergiversadores de la verdad y los que ocupan cargos sin la vocación,
capacitación y actualización adecuada para ello a fin de reencauzar las
situaciones afanosas para el bienestar social. ¿Somos uno de estos
saneadores del entorno o somos de los contaminantes que no usan
mascarillas? La pedagogía de María con su Hijo Divino, junto con San José,
para con Jesús, estuvo fundamentada en los ritos, la oración, las
peregrinaciones y los Mandamientos a cumplir con el Dios de la Alianza hecha
a Israel, su Pueblo Santo, al cual ellos pertenecían, pero de una manera
totalmente nueva. En clave de Pascua, y en base a los valores de la mejor
psicología humana. Y sí, estas enseñanzas y todas las que les comparto cada
día, las tomo del Vaticano, en este caso de San Juan Pablo II, de sus
catequesis de los miércoles, día en que San Pablo VI estableció que el Sucesor
de San Pedro nos instruyera a sus pobres hijos del mejor alimento para apaliar
nuestra ignorancia y extravíos, de manera que la mayor caridad y justicia que
podemos hacer es transformarnos en voceros del Magisterio de la Iglesia,
olvidando desacertadas pretensiones que no llegarán a nada válido ni
duradero. ¡Queremos aprender, nunca será tarde, de María y de su Hogar
escuela de la Altagracia, con San José como Custodio y con Jesús nuestro
Maestro en cada una de sus Eucaristías. ¡Qué Viva la Altagracia Santísima, la
Educadora y Pedagoga de la República Dominicana!
1. Dios te salve, María, llena de gracia: Te saludo, Virgen María, con las
palabras del Ángel. Me postro ante tu imagen, Patrona de la República
Dominicana, para proclamar tu bendito nombre de la Altagracia. Tú eres la
“llena de gracia”, colmada de amor por el Altísimo, fecundada por la acción del
Espíritu, para ser la Madre de Jesús, el Sol que nace de lo alto. Te contemplo,
Virgen de la Altagracia, en el misterio que revela tu imagen: el Nacimiento de
tu Hijo, Verbo encarnado, que ha querido habitar entre nosotros, al que tú
adoras y nos muestras para que sea reconocido como Salvador del mundo. Tú
nos precedes en la obra de la nueva Evangelización que es y será siempre
anunciar y confesar a Cristo “Camino, Verdad y Vida”.