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Teoría de Género (5to año)

Edwin Arturo Jaila Quispe

l psicólogo y sexólogo neozelandés John Money (1955), define en su obra los roles de

E géneros como todo aquel comportamiento impuesto, tanto a hombres como a mujeres,
que predefine la identidad masculina y femenina. Así, rol e identidad mantienen, desde
esta perspectiva, una relación inherente siendo el primero la expresión “pública” del segundo.
Posteriormente, David Myers (2006) agregaría a dichos comportamientos, toda norma social que
configura lo subjetivamente “apropiado” para cada sexo y que se circunscribe a distintas
realidades sociales.

En Trabajo y roles de género en la prehistoria de la Universidad de Alicante (2019), se analizaría


el prejuicio y obcecación académica contemporánea en temas de rol de género al estudiar la
prehistoria:

“Se ha generado una imagen de la Prehistoria en la que se atribuyen de forma marcada


a mujeres u hombres trabajos y roles, frecuentemente influenciada por concepciones
contemporáneas…”

De esta manera, se devela la visión estereotipada, no del individuo en la prehistoria, sino acerca
de la misma en cuanto a roles de género, manifestándose efectos del sistema hegemónico
parcializado dentro del ámbito académico en la contemporaneidad. Es menester señalar que ya
trabajos como el de Duarte Cruz y García Horta (2016), exponían diversas tareas que cumplía la
mujer prehistórica, siendo incluso estas las mismas que las del varón: caza, cultivo, pesca, etc.
Sin embargo, pareciera ser que la ausencia de un enfoque de género en el propio campo
académico no nos permite vislumbrar ciertas equidades, en cuanto a la distribución de tareas, o
“roles”, que se daban desde mucho antes de las primeras civilizaciones.
Es de entenderse que la existencia de roles diferenciados para cada sexo puede devenir en la
fijación de una determina posición en la estructura social, es decir, que ciertas actividades o
comportamientos sean “socialmente” mejores o más valorados que otros, en otras palabras, una
jerarquización de roles en el que unos se supeditan a otros; no es de sorprendernos entonces que,
tanto en la edad media como en la moderna, el hecho de considerar inferior o menos trascendente
el accionar de la mujer, terminaba por encasillarla e, incluso, privarla de varias formas de libertad
(Cruz & Horta, 2016). Es importante señalar, tal como indica el historiador David Diaz (2019),
que, principalmente, en la edad Media, entre todas las posibles labores que podía acaparar el
hombre, la mujer, al contrario, se ajustaba generalmente a tres posibles roles en comunión: o
formaban parte de la nobleza, o se unían a la iglesia o, dentro de las masas laicas y legas, eran
campesinas o prostitutas.

Por último, queremos señalar el trabajo de Andrea Velandia y Juan Rincón (2013) respecto a
roles de género y publicidad en el que se maneja la noción del sexismo. El estudio es interesante
como incisivo al determinar que no solo los personajes, respecto a formas y discursos,
estereotipan ciertos comportamientos; sino que, incluso, elementos como la voz, esto es, la voz
en off, cuando es masculina, muchas veces se presta a discursos con argumentos de tipo
“racional”, sino “reflexivo”, incluso “autoritario”; mientras que todo lo “emocional”
mayoritariamente subyace en la voz femenina. Está por demás decir que el rol de “ama de casa”,
en muchas publicidades, pareciera tan arraigado como extendido en todas las culturas y en todos
los tiempos. Otros tópicos interesantes serían las publicidades referidas a cosméticos y comida,
siendo adjuntados a la figura de la mujer los primeros, y al del varón, como consumidor, y a la
mujer, como “realizadora”, los segundos. Finalmente, y quizás lo más grave, sea la conclusión
de dicho estudio en el que un gran número de comerciales inmersos “indirectamente” en temas
de rol de género, circunscriben en sus narrativas al personaje masculino en contextos públicos y
sociales, mientras que, a la mujer, en contextos privados e íntimos, recordándonos
ineludiblemente la imposición histórica en cuanto a funciones privadas y públicas de la que tantas
veces se ha discutido e intentado luchar, pero que ante una fuerza actual y tan gigantesca, como
lo es hoy en día la publicidad, pareciera solamente extenderse cada día más e, irónicamente, de
manera muy “anunciada”.

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