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Unidad 5
El género como
construcción social
Apunte de Cátedra
El cuerpo: superficie de inscripción de los acontecimientos (mientras que el
lenguaje los marca y las ideas los disuelven), lugar de disociación del Yo (al que
trata de prestar la quimera de una unidad sustancial); volumen en perpetuo
desmoronamiento
Temas de la unidad
El concepto de “género” como construcción social. Anclaje de la construcción
histórico-teórica de Género y Feminismo, Masculinidad y Patriarcado. Articulación
de la problemática y algunos de los conceptos trabajados por diferentes autores
(por ejemplo: naturalización, ideología, poder, cosificación, entre otros).
LAMAS, MARTA (1999) Género: los conflictos y desafíos del nuevo paradigma, en
PORTUGAL, ANA MARÍA y TORRES, CARMEN (edit.), El Siglo de las Mujeres, Chile,
Isis internacional, Ediciones de las Mujeres N°28 (volumen doble).
Introducción
En el recorrido de la materia se construyó un importante andamiaje conceptual
(desnaturalización, internalización, socialización, poder, ideología, etc.) que nos
permite tener una perspectiva sociológica frente a acontecimientos de la vida
cotidiana, en los medios y en las redes. Entre estos acontecimientos hay uno que
nos parece necesario pensar. Cotidianamente asistimos a manifestaciones de
mujeres y hombres tras la consigna “Ni una menos”. Este movimiento social
denominado “feminista” socaba los principios que el sentido común establece como
división de género. ¿Pero qué relación se establece entre género y feminismo?
Por su parte, Diana Maffía (2013) analiza los estereotipos culturales acerca de lo
femenino y lo masculino a través de conceptos dicotómicos, que son además
jerárquicos y sexualizados, exhaustivos y excluyentes. Esos conceptos son:
OBJETIVO SUBJETIVO
UNIVERSAL PARTICULAR
RACIONAL EMOCIONAL
ABSTRACTO CONCRETO
PUBLICO PRIVADO
HECHOS VALORES
MENTE CUERPO
LITERAL METAFORICO
Cuadro 1
La autora explica que “cuando nosotras tomamos estas columnas, parte de estas
cualidades, las de la izquierda, son las que tradicionalmente se le atribuyen al
varón. Y parte de estas propiedades, las de la derecha, son las que
tradicionalmente se atribuyen a la mujer” (pág. 3). Esto aparece, por ejemplo, en
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frases que afirman que una persona es extremadamente emocional para asumir un
cargo público. En casos como este, el estereotipo oculta el sexismo: si bien es
cierto que no se dice explícitamente que esa persona no es apta para un tipo de
tarea por ser mujer, al apelar a la emocionalidad para descalificarla, se adjudica
como disvalioso un rasgo identificado socialmente con lo femenino.
Feminismo
“No se nace mujer,
se llega a serlo.”
Simone de Beauvoir
Si bien a lo largo de la historia hubo numerosas mujeres que lucharon por sus
derechos, el feminismo como ideología se constituye durante el siglo XVIII. Algunas
pioneras han sido Olympe de Gouges, quien escribió “La declaración de los
derechos de la mujer y la ciudadana”, que en 1789. Tres años después, Mary
Wollstonekraft escribe “Reivindicación de los derechos de la mujer”. Sin embargo,
innumerables testimonios que explican la subordinación de las mujeres son
desconocidos porque han sido borrados de los textos de historia.
¿Y los varones?
Vincent Marques (1997) sostiene que “es posible que muchos varones ilustrados
tengan tácitamente esta concepción: los hombres son tal como son y las mujeres
tal como las ha hecho la sociedad” (pág. 17). Sin embargo, como intentará
demostrar el autor, el varón no es menos producto social que la mujer.
“El sistema patriarcal”, continúa el autor “se encargará de tratar a las personas
como si fueran idénticas a las de su mismo sexo, y muy diferentes a las del opuesto,
aunque nunca lo logre totalmente.” ” (Vincent Marques , 1997, pág. 19). En este
sentido, cabe señalar que existen determinados rituales tendientes a confirmar la
identidad del varón dentro de una sociedad patriarcal. Por ejemplo, podemos
encontrar en la “pandilla” el escenario primordial para el pasaje del niño al hombre.
En este caso, ante sus propios pares, el varón se somete a diversas pruebas
centradas en el culto a la fuerza, el gusto por la transgresión, el desprecio a las
mujeres. Los pactos entre varones internalizan el mensaje patriarcal que tiene
sentido homosocial1. Esto significa que solo los varones son importantes y que la
relación con las mujeres se produce de forma secundaria para a) obtener servicios
específicos, domésticos, sexuales o b) como forma indirecta de relacionarse con
otros varones mediante la posesión y ostentación de la mujer.
Glosario
El siguiente glosario fue elaborado por la UFEM, Unidad Fiscal Especializada de Violencia
contra las Mujeres. Puede servir para aclarar algunos términos que se usan en la bibliografía.
1“El varón que internaliza plenamente el mensaje patriarcal- se relaciona preferentemente solo
con los varones, tiende hacia los varones-, es en este sentido homosocial o androtrópico” (Vincent
Marques, 1997, pág. 27)
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Sexo: Tiene dos acepciones. Una es la referida al acto sexual de “tener sexo”, muchas veces
reducido al coito vaginal, término muy usado socialmente en este sentido. Otra es la referida
al sexo biológico asignado al nacer -y a menudo antes del nacimiento, mediante ecografía-
según la forma y el tamaño de los genitales. Esta clasificación no suele ser problemática,
pero en algunas personas los genitales tienen una apariencia ambigua (ver Intersexuales).
Por lo general, se refiere al conjunto de características biológicas que determinan lo que es
un macho o una hembra en la especie humana.
Sexismo: Suposición o creencia de que hay un “sexo” (utilizado como sinónimo de género)
que es superior al otro y que se manifiesta en discursos y prácticas discriminatorias hacia el
contrario. Por lo general es la afirmación de la superioridad masculina por sobre la femenina.
Es usado también como sinónimo de machismo.
Identidad de género: Es "la vivencia interna e individual del género tal como cada persona
la siente, la que puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento,
incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la
apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra
índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de
género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales." (Art. 2, Ley N° 26.743 de
Identidad de Género).