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EJE I
PROPÓSITOS Y RECORRIDO
En esta primera clase, presentaremos los contenidos y modalidad de cursada del presente
seminario e introduciremos la primera unidad referida al “canon escolar”, el problema de los
géneros que circulan en la escuela (Bombini, 2015) y las formas de abordaje, en especial el
trabajo con la formulación de consignas de lectura y la escritura de invención (Sardi, 2010).
DESARROLLO
La presente cursada se ofrece como SEMINARIO (Enseñar Aprender) para el Plan 2000, en el
cual no se especifican correlatividades, y como SEMINARIO SOBRE ENSEÑANZA DE LA
LENGUA MATERNA Y/O LA LITERATURA (Plan 2014), de carácter obligatorio, para el cual se
consignan las siguientes materias correlativas:
GRAMÁTICA I (L02)
Este año organizamos un PTD al que titulamos “Literatura y canon en la escuela. Los
géneros secundarios en un proyecto educativo transmedia”. Uno de los fines de esta
propuesta es poner en cuestión un tema siempre vigente y polémico, que a menudo
plantea tensiones en lo referido a la articulación entre la formación universitaria y las
prácticas de enseñanza en el nivel medio: la selección de lecturas literarias destinadas al
ámbito escolar. Se trata de un tópico cuyo carácter conflictivo data del inicio mismo de la
constitución de la Literatura como asignatura escolar, ligada a procesos políticos, sociales y
culturales, e inserta en una institución en permanente diálogo con el discurso hegemónico,
como también con los emergentes, los residuales y los alternativos (Williams, 1980). Lejos
de la unidireccionalidad planteada por ciertos planteos reduccionistas, la enseñanza de la
literatura en la escuela no ha oficiado únicamente como reproductora de la voluntad
oficial; muy por el contrario, ha sido el espacio de convergencia de intereses,
innovaciones, rupturas y cuestionamientos provenientes de los sectores sociales que
participan en ella y que han modificado los modos de pensar dicha enseñanza en el
transcurso del tiempo.
Qué textos y autores leer en la escuela, qué géneros resultan adecuados a lo que se
pretende transmitir y a lo aceptado como legible en ese ámbito, qué aporta cada uno de
ellos a la formación del ciudadano imaginado por ella, son algunos de los interrogantes que
toman como centro la cuestión del canon y evidencian su carácter plural (Fowler, 1988),
dinámico, estratégico e ideológico. Así, es posible indagar en las complejas tramas que
conforman el canon escolar, su relación con otros cánones (académico, disponible, personal,
vigente) y con una jerarquía de géneros considerados legítimos en la educación literaria del
sujeto secundario, estratificación visible en documentos, programas, libros de texto y otros
materiales escolares confeccionados para su legislación y uso. Pero también, como dijimos,
se trata de una estructura abierta al influjo de otros transformadores no menos importantes
en el circuito de producción y consumo de bienes culturales, tales como el Estado, el
mercado, los mismos lectores, la relación con otras artes y las nuevas tecnologías, entre
otros. De esta manera, se comprende el desplazamiento –hasta el olvido- de obras o autores
que en determinado momento fueron considerados faros orientadores de la dirección
asumida por la lectura literaria, el entronizamiento de otros nacidos en los márgenes, la
pugna de algunos por persistir en su estatus de clásico y la de otros por conseguir la
legitimidad del ingreso al corpus de los indispensables.
Como sabemos, los “géneros” son convenciones literarias arbitrarias, sociales e históricas,
que tradicionalmente han tenido una organización jerárquica (Sarlo, 1990). En el caso de
este seminario, optamos por el sintagma “Géneros secundarios”, aprovechando la polisemia
del adjetivo “secundario”, tal como lo hace Miguel Dalmaroni (2011), para dar cuenta no
solo de ese nivel educativo, sino también de cierta condición de marginalidad que suele
atribuirse a determinados títulos que se leen en la escuela y que paulatinamente pasan a
integrar el “canon escolar”. Dice Dalmaroni:
“(…) En la Argentina, la mayor parte de los críticos literarios o culturales trabajamos como profesores de
futuros profesores que enseñarán literatura y lengua, en las escuelas, a personas de entre
aproximadamente 12 y 18 años de edad. (…): improbablemente entusiasmados o apasionados,
conflictuados, fastidiados o, en el peor de los casos, indiferentes, el modo principal en que de hecho
intervenimos es ese –el de mayor alcance‐, y nuestro principal interlocutor, apenas indirecto, es el sujeto
secundario, y está allí de a miles, de a millones (…)
Cualquiera que tenga contacto con esa mayoría de nuestros ex alumnos de la universidad, es decir con
los más o menos jóvenes profesores de literatura de las escuelas secundarias, sabe que enfrentan
cotidianamente una serie de problemas y situaciones que nosotros, los críticos e investigadores de la
universidad que hemos sido sus profesores, casi ignoramos por completo y sobre los que tenemos
demasiado poco para decir. Esas comunidades de lectores ‐el profesor de literatura y sus alumnos de la
secundaria en el aula‐ están atravesadas por modos de leer y de no leer, por expectativas sobre la
cultura, por bibliotecas y corpus (o por la ausencia de bibliotecas) y por concepciones de la literatura
sobre las que no solemos hacernos demasiadas preguntas. Esa madeja de determinaciones se toca poco
y nada con los prejuicios y los enfoques que ponemos en marcha cuando pensamos la literatura en la
universidad, cuando redactamos proyectos de investigación, o cuando pensamos en el estatuto de la
literatura como práctica o como acontecimiento desubjetivador.”
Nos interesan entonces estos géneros secundarios porque a menudo se leen en la escuela
secundaria, uno de los espacios primordiales para el cual se están formando como docentes,
y porque nos permiten revisar críticamente no sólo el llamado “canon escolar” (sobre el que
trabajaremos en la próxima clase), sino también las operaciones de canonización, siempre
polémicas del campo literario en su conjunto. Como puede verse, no estamos hablando
aquí de los géneros secundarios en el sentido bajtiniano, ya que como recordarán, este
autor sostiene que “cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables
de enunciados, a los que denominamos géneros discursivos” y establece una “diferencia,
sumamente importante, entre géneros discursivos primarios (simples) y secundarios
(complejos); tal diferencia no es funcional. Los géneros discursivos secundarios (complejos)
-a saber, novelas, dramas, investigaciones científicas de toda clase, grandes géneros
periodísticos, etc.- surgen en condiciones de la comunicación cultural más compleja,
relativamente más desarrollada y organizada, principalmente escrita: comunicación artística,
científica, sociopolítica, etc. En el proceso de su formación estos géneros absorben y
reelaboran diversos géneros primarios (simples) constituidos en la comunicación discursiva
inmediata” (Bajtin, 1998:248-250).
Hechas estas salvedades, les proponemos leer el artículo de G. Bombini (2015), “Géneros
difíciles en la escuela”[1], en el cual contextualiza los debates en torno a los “géneros
menores”, las “subliteraturas” los “géneros marginales” en la escuela argentina y establece
algunas interesantes relaciones con las nuevas tecnologías.
Actividad optativa 1
A partir de este artículo recuperen especialmente:
Como veremos en la próxima clase, el canon escolar está compuesto por un corpus de obras,
pero también por ciertos sistemas de interpretación (Piacenza, 2012). Por tanto, en este
seminario nos interesa no sólo abordar ciertos géneros secundarios, sino también las formas
en que esos textos son “trabajados” en las aulas. En este sentido, la propuesta es superar
modelos aplicacionistas (aplicar cierta “teoría” a la lectura de un texto) o deteccionistas
(detectar rasgos o marcas propias de un movimiento, de una escuela, de una poética)
(Gerbaudo, 2011), para invitar en cambio a una lectura entendida como una práctica
sociocultural, que valore al estudiante como lector activo. Por esto, otorgamos un valor
fundamental a la producción dramática, audiovisual y a la escritura de invención como
formas de apropiación y experimentación con los saberes estéticos en general y literarios en
particular.
En este sentido, sabemos que la “escritura de invención”, tal como la concibe M. Alvarado
(2013), pone en juego saberes y prácticas, supuestos, conjeturas e intuiciones sobre la
literatura que pueden articularse a partir de consignas productivas. Estas propuestas, al
decir de Frugoni (2006), apuestan a que los sujetos “saben” sobre la literatura y la escritura
de ficción (más allá de la formación académica, sistemática y formal que hayan o no
recibido) y que pueden usar esos conocimientos para escribir. En efecto, aún aquellos
sujetos que no se relacionan frecuentemente con la literatura construyen ciertas
representaciones sobre lo que es un poema o una novela; sobre el vocabulario y los registros
que pueden encontrarse allí; sobre los temas y los conflictos que suelen presentarse (de allí
su sorpresa o enojo cuando lo que leen no se corresponde con esas expectativas). Por esto,
ofrecerles consignas de escritura de invención es una manera de llevar al papel estas
construcciones y habilitar, a partir de esta práctica, una reflexión que las interrogue, las
confirme o las ponga en crisis. En este sentido sostiene Frugoni (2002):
… percibir las dificultades retóricas que ofrece la producción de un texto ficcional implica dar cuenta,
justamente, de la dimensión retórica de la literatura, aquella que le otorga la densidad semántica que la
caracteriza y que con frecuencia es olvidada en nombre de una apropiación “espontánea” y “placentera”
de los textos, cuando es ella la que exige a los lectores un “trabajo” de interpretación y de mediación
por parte del docente.
Se le plantea así al profesor de literatura otro modo de construir y pensar los problemas
retóricos y los conceptos propios de la teoría y la crítica. Si acordamos con esta idea,
diremos junto con Bibbó (2010) que se trata de proponer a los alumnos “…un desafío que
los interpele como lectores y les dé la posibilidad de ser también escritores, lectores que
además de comentar una obra literaria escriban a partir de ella, escritores que mientras leen
un texto descubren que éste es disparador de otros saberes –tal vez inexplorados-…” (p. 92)
ACTIVIDADES OPTATIVAS
A lo largo de esta clase se han propuesto preguntas y actividades optativas que NO SON
PARA ENTREGAR. Su resolución crea mejores condiciones para la resolución de próximos TP
y del trabajo final del seminario.
Esta presentación será un valioso insumo para el desarrollo de las próximas clases.
Bombini, G. (2015). Géneros difíciles en la escuela. Textos retocados. Lengua, literatura y enseñanza. Buenos
Aires: El Hacedor, 121-128.
Sardi, V. (2010). Una dupla de terror: Poe y Quiroga. En Labeur, P. (Coord.) (2010). Otras
travesías. Cuaderno de bitácora para docentes. Buenos Aires: El Hacedor.
BIBLIOGRAFÍA AMPLIATORIA
Bajtin, M. (1998). El problema de los géneros discursivos. Estética de la creación verbal. México: Siglo XXI.
Bibbó, 2010. “Ceremonia shakespearena. Una invitación para exploradores literarios. En Labeur, P. (Coord.)
(2010). Otras travesías. Cuaderno de bitácora para docentes. Buenos Aires: El Hacedor.
Dalmaroni, M. (2011). La crítica universitaria y el sujeto secundario. Panfleto sobre un modo de intervención
subalterno. En El toldo de Astier. Año 2. Número 2. [Consulta: 2014, Febrero, 19]. Disponible en:
http://www.eltoldodeastier.fahce.unlp.edu.ar/numeros/numero-2/m-dalmaroni-nro-2.pdf
Frugoni, S. (2006). Imaginación y escritura. La enseñanza de la escritura en la escuela. Buenos Aires: Libros del
Zorzal.
Frugoni, S. (agosto de 2002). Escribir ficciones: un camino hacia la literatura. Literatura, lectores escuela
Primeras Jornadas de didáctica de la Literatura. IES N° 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo” Ciudad de Buenos Aires,
Argentina.
Piacenza, P. (2012) Lecturas obligatorias. En Lengua y literatura. Teorías, formación docente y enseñanza.
Buenos Aires: Biblos, 107-124.
Scolari (2013) Narrativas transmedia. Cuando todos los medios cuentan. Barcelona: Planeta de Libros.
BONUS TIC
En el desarrollo de esta clase utilizamos los siguientes recursos digitales, que pueden
resultarles de utilidad en estos tiempos de cuarentena y clases virtuales.
Bombini, G. (2015). Un tema para la didáctica de la literatura: la cuestión del canon. Textos retocados. Lengua,
literatura y enseñanza. Buenos Aires: El Hacedor, 113-120.
Labeur, P. (2019). “Lo que hay que leer”. En: Dar para leer. El problema de la selección de textos en la
enseñanza de la lengua y la literatura. Buenos Aires: Unipe. Disponible en:
https://editorial.unipe.edu.ar/colecciones/herramientas/dar-para-leer-el-problema-de-la-selecci%C3%B3n-de-t
extos-en-la-ense%C3%B1anza-de-la-lengua-y- la-literatura-detail
Piacenza, P. (2001). Enseñanza de la literatura y procesos de canonización en la escuela media argentina
(1966-1976). En Lulú Coquette. Revista de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Año 1, No 1, 86-98.