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Un núcleo en el que todos los seres humanos nos formamos y que afecta nuestro
desarrollo pues tiene el deber de ayudar a formar nuestro carácter y forma en la que
interactuemos en un futuro. Su deber es brindarnos cosas básicas como alimento,
seguridad, educación, y también aspectos emocionales y de protección.
El entorno familiar tiene una gran influencia en el desarrollo del niño, en este se pueden
aprender muchas conductas pro sociales entre estas se encuentran la seguridad de
apego, el no lastimar a otras personas, el poder reparar daños que ocasionan a otros, a
ser personas gentiles, a compartir sus cosas, ayudar a los demás, a tener
comunicación íntima con otros, a expresar sus emociones libremente, a consolar a
otras personas, a tener empatía, a saber dar cumplidos entre otras conductas.
Conductas antisociales
La familia es la base del desarrollo de todo ser humano es en esta en donde toda
persona tiene su primera interacción con otras personas, en donde observan diferentes
conductas que eventualmente tienen un impacto positivo o negativo en sus vidas,
dependiendo de cómo fue el entorno en el que se desarrollaron. Muchas veces las
personas crecen en un entorno familiar positivo que los lleva a crecer siendo personas
buenas, que ayudan a los demás, comprensivas, trabajadoras, y que tienen un impacto
positivo en la sociedad. Aunque también existen aquellos que no tienen la misma
fortuna y crecer en un entorno familiar lleno de violencia, o de padres adictos a drogas
o al alcohol, estos ambientes negativos pueden llegar a impactar negativamente su
conducta y autoestima, muchas veces las personas que crecen en estos ambientes
negativos llegan a ser criminales que impactan negativamente a la sociedad o pueden
llegar a ser personas con bajo autoestima que no se siente felices ni completos.