DON BOSCO Y LA HISTORIA
De toda acción
Podemos considerar a Don Bosco como un verdadero cultor de la
historia y un gran histórico; en efecto, es él mismo quien en
diversos escritos suyos nos ofrece una clara comprensión de lo
que es en sí la historia y nos da algunos criterios de cómo
hacerla o escribirla; son elementos que nos pueden iluminar en
nuestra vida como estudiosos y docentes de salesianidad.
La comprensión de la historia que posee Don Bosco es
claramente cristiana; por eso, hablando del modo virtuoso como
debemos proceder, mientras realizamos nuestro compromiso
histórico, dice:
Recuerden que la historia es una maestra grande y terrible para el
hombre. Maestra terrible porque expone las acciones de los hombres tal
como sucedieron sin tener algún reparo con respecto a la dignidad,
grandeza y riqueza de aquellos a quienes se refiere.
realizada, la historia tiene derecho a exponerla, aprobarla o reprobarla
según se lo merezca. Por eso debemos tener un gran temor acerca de lo
que otros dirán con respecto a nuestras acciones, y vivir de tal modo que
los hombres tengan argumentos para hablar bien de nosotros.
La historia es, además, una gran maestra por las cosas que enseña. 1
Pero su preocupación no se queda sólo en el modo de proceder
haciendo historia con nuestros hechos, sino que también se
refiere al deber de quien escribe historia. Así, al inicio de la vida
de Domingo Savio, necesariamente se ve obligado a hablar de sí
mismo, pero lo hace ateniéndose “al deber del histórico, que
consiste en escribir la verdad de los hechos sin hacer demasiado
énfasis en las personas”.2 En ese sentido, es todavía importante,
para el histórico, tener claro que “la historia es diversa de la
crónica, ya que en la crónica simplemente se registran los
hechos, mientras que en la historia se narran los hechos con su
respectiva explicación, de tal modo que sirvan de enseñanza para
quien lee y se puedan extraer de ella útiles y prácticas
consecuencias”.3
Así, después de indicar el modo como debemos proceder como
sujetos históricos desde nuestro ser cristianos y habiendo
precisado los criterios a tenerse en cuenta para hacer o escribir
historia, Don Bosco indica el modo como debe ser leída y
entendida, diciendo que, “quien lee la historia no debe
contentarse con satisfacer su curiosidad, sino que debe procurar
extraer de ella alguna enseñanza útil”.4
1
Giovanni BOSCO, La storia d’Italia raccontata alla gioventù, dai suoi primi abitatori sino ai nostri giorni,
corredata di una carta geografica d’Italia, Tipografia Paravia e Comp., Torino. 1855. 524. Ver OE VII. 524.
2
Giovanni BOSCO, Vita del giovanetto Savio Domenico, allievo dell’Oratorio di San Francesco di Sales,
Tip. G. B. Paravia e Comp., Torino. 1859. 8. Ver OE XI. 158.
3
Giovanni BOSCO, Storia Ecclesiastica ad uso della gioventù, utile ad ogni grado di persone; quarta
edizione migliorata, Tip. Dell’Oratorio di s. Franc. di Sales. Torino. 1871. 5. Ver OE XXIV. 5.
4
Giovanni BOSCO, Vita di san Policarpo, vescovo di Smirne e Martire e del suo discepolo s. Ireneo,
vescovo di Lione e martire, Tipografia Di G. B. Paravia e Comp. Torino. 1857. 91. Ver OE X. 187.
Tales son, justamente, el sentido y la intención con los cuales
Don Bosco escribe Las Memorias del Oratorio, como una
narración amena y confidencial para sus hijos:
Por tanto, me decido a relatar en este escrito pequeñas noticias
confidenciales que pueden iluminar o ser de alguna utilidad para aquella
institución que la divina Providencia se dignó confiar a la Sociedad de
San Francisco de Sales… ¿Para qué puede servir, pues, este trabajo?
Servirá de norma para superar las dificultades futuras, tomando
lecciones del pasado; servirá para dar a conocer cómo Dios mismo guio
cada cosa en todo tiempo; servirá de ameno entretenimiento para mis
hijos, cuando lean los acontecimientos en los que tomó parte su Padre y,
con mayor gusto, cuando –llamado por Dios a rendir cuenta de mis
actos- ya no esté entre ellos.5
Consideramos que, además de los criterios ya expuestos acerca
de hacer historia con las propias acciones que -desde la identidad
cristiana- deben ser buenas, del modo como se debe hacer
historia escribiendo y explicando los hechos de tal manera que
puedan ser adecuadamente comprendidos y, en tercer lugar, de
la manera como debe ser leída la historia comprendiéndola y
sacando de ella algunas enseñanzas útiles y prácticas, Don
Bosco, en el propósito de escribir las Memorias del Oratorio, nos
deja todavía otros criterios para tener en cuenta:
 Aquellas pequeñas noticias confidenciales las debemos tener
siempre presentes, pues son las que concretamente iluminan
nuestro proceder histórico-cristiano-salesiano.
 La historia escrita por Don Bosco, nos debe servir de norma
para saber superar las dificultades que se nos van presentando
en el camino mirando hacia el futuro, mientras aprendemos del
pasado.
5
Antonio DA SILVA FERREIRA, Giovani (s) Bosco: Memorie dell’Oratorio di S. Francesco di Sales dal
1815 al 1855. Introduzione e testo critico. Istituto Storico Salesiano – Roma, Fonti – Serie Prima, 4. Las,
Roma. 1991. 29. 30. Traducción tomada de: San Juan Bosco: Memorias del Oratorio de San Francisco de
Sales de 1815 – 1855, Traducción y notas histórico-bibliográficas de José Manuel Prellezo; estudio
introductoria de Aldo Giraudo, con la colaboración de José Luis Moral de la Parte., CCS, Madrid. 2005. 3. 5.
 La historia cristiana escrita por Don Bosco y la que hemos ido
escribiendo a lo largo de estos años, nos debe ayudar a
comprender cómo Dios mismo ha ido guiando cada cosa en
todo tiempo; es decir, se trata de una lectura de la historia
desde el punto de vista de la fe, tal como la hace el pueblo de
Israel al llegar a la tierra prometida, tomando conciencia de
que, definitivamente, quien los ha venido guiando desde la
salida de Egipto y mientras atravesaban el desierto hasta llegar
a esa tierra que mana leche y miel, es el mismo Dios de los
Padres, es decir, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios
de Jacob. En otras palabras, es llegar a comprender nuestra
historia salesiana como una verdadera historia de salvación
guiada por Dios a través de nuestro padre de Don Bosco.
 La historia-memoria escrita por Don Bosco nos ha de servir
como punto de referencia, en cuanto, leyéndola como ameno
entretenimiento, comprendamos con mayor profundidad el
modo como procedió nuestro Padre en cada uno de los
acontecimientos en los cuales él tomó parte; es decir, al leer la
historia escrita por Don Bosco, nos queda el compromiso de
entender la manera como él mismo hizo historia participando
comprometidamente en cada acontecimiento, de modo que
aprendamos de él.
 Un elemento que subyace en estos criterios, y lo mencionamos
de alguna manera al referirnos a la historia de la salvación, es
el de la completa disponibilidad y el de la obediencia fiel a la
voluntad de Dios por parte de Don Bosco, es decir, siendo Dios
quien ha ido guiando cada cosa en cada tiempo, también es
cierto que ha sido Don Bosco quien se ha mostrado
completamente disponible y ha obedecido fielmente, realizando
cada una de las cosas que Dios le indicaba en cada momento…
pero sólo “a su debido tiempo lo entenderá todo”.