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Seppia Ofelia. Entre Libros y Lectores I Cap. 5
Seppia Ofelia. Entre Libros y Lectores I Cap. 5
O f e l ia S e p pia / F a b i o l a E t c h e m a i t e
M a r ía D . D u a r t e / M a r í a E . L . d e A l m a d a
Editorial
Colección Relecturas
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O f e l i a S e p p ia / F a h io i.a E t c h e m a i t e
M a r ía D . D u a r ti; / M a r ía E . L, d i; A i m a d a
Colección Relecturas
Entre libros y lectores 1 : el texto literario / Ofelia
Seppia ... [et.al.]. - la ed. 4a reimp. •
Buenos Aires : Lugar Editorial, 2012.
160 p. ; 20x14 cm. - (Relecturas / Susana Itzcovich)
ISB N 9 7 8 -9 5 0 -8 9 2 -1 0 9 -3
1. Promoción de la Lectura. I. Seppia, Ofelia
CDD 418.4
CDD 808
P r im e r a e d i c i ó n : f e b r e r o d e 2001.
P r im e r a r e i m p r e s i ó n : n o v i e m b r e d e 2003.
S e g u n d a r e i m p r e s i ó n : s e p t i e m b r e d e 2005.
Directora de Colección
S u s a n a I t z c o v ic h
Idea de tapa:
J u l iá n R o l d a n
M otivo de tapa:
D e t a l l e d e l L íb e r d il ig e n t ia r u m (1749)
ISBN: 978-950-892-109-3
© 2001 Lugar Editorial S. A.
Castro Barros 1754 (C1237ABN) Buenos Aires
Tel/Fax: 4921-5174 / 4924-1555
e-mail: lugared@elsitio.net
w ww.lugaredi torial .com .ar
1-Introducción
cercarse a la literatura infantil suele verse como
A una de las actividades más simples del mundo.
¿Qué parece más fácil que seleccionar y contar un cuen
to a los chicos? Sin embargo, si consideramos que la li
teratura infantil forma parte de la serie literaria y le
otorgamos un estatuto teórico, naturalmente veremos
que es imprescindible modificar el lugar desde donde se
la concibe. Para enseñar, estudiar o aprender literatu
ra infantil es necesario tener en cuenta conocimientos
teóricos que nos permitan abordarla como un verdade
ro discurso literario.
Para los docentes, bibliotecarios y adultos en general, la
tarea de promoción responsable no termina en leer o hacer
leer, en las actividades que los manuales nos ofrecen, o en
las prácticas superficiales más frecuentes en las institucio
nes. Más que la adquisición de recetas o ejercicios de fácil
aplicación, es imprescindible abocarse a la construcción de
un conocimiento acabado del objeto literario.
ÍS. Ponce,A. M. Cuentos y Rimas con sol, Buenos Aires, Oriente, 1995.
Y así, Don Respeto, se fue con su bolsita a regalarles chis-
pitas de amor a otros corazones del mundo”
“Mamá-que-sabe-todo.-Que-es-alimento-y-cama-y-abrigo-
y-mil-respuestas. -Mamá-que-puede-todo-es-paz-camino-segu-
ro-sin-peligros. ”
¿N o te gu stó, m am ita?
- Sí, me gu stó. ¡Viva la nena gord a que escrib ió una a!
P ero no me gu stó.
L a a' en el p a p el es la p u erta redonda p o r donde com ien
za a escaparse la infancia.
Y p o r d ond e em pieza a en tra r m i miedo.
A h ora tú eres mi relo j, y la s h ora s p a s a n m u y rá p id a
m en te."
“Para los que nunca fueron de visita -cosa que dudo- les
cuento que Villa Niloca es un pequeño poblado que queda aquí
nomás” 14
A su manera
floreció por primavera
para dar gracias al sol
y perfumar la vereda...'’
20. Schujer, S ilv ia , Las visitas, Buenos A ires, Juvenil Alfaguara, 1991.
zuelo Yvancos(89) “la lengua literaria se sirve de las fi
guras retóricas como un instrumento -entre otros- para
salvar la forma del mensaje e inscribirla como forma
permanente e inalterable'1.
Los recursos estilísticos, las figuras y los tropos lite
rarios, corresponden al estudio de la disciplina llamada
retórica. Algunas corrientes teóricas (el estructuralis-
mo, por ejemplo) pusieron el acento en los mismos al es
tudiar el texto literario y así es como la aplicación esco
lar que se hizo de ellas llevó a simplificar el análisis li
terario a límites absurdos, señalando imágenes, metáfo
ras o comparaciones como única justificación de la con
dición artística de la obra.
Antes de dar algunos ejemplos, debemos decir que
tropos y figuras no son adornos ni tampoco son reduci-
bles a una fórmula; no significan aisladamente sino que
contribuyen a la conformación de los sentidos del texto.
Un texto literario es mucho más que recursos retóricos
aislados. Es un complejo entramado de significaciones
donde cada uno de ellos aparece subordinado al efecto
pragmático buscado por el texto.
No es nuestra intención realizar un exhaustivo re
corrido por cada una de las operaciones que las dis
tintas escuelas retóricas han definido y clasificado ya
que eso excedería los límites de este trabajo. Baste
mencionar que existe abundante bibliografía que las
enumera y analiza: metáfora, metonimia, compara
ción, sinestesia, personificación, enumeración, alite
ración, hipérbaton, hipérbole, anáfora, elipsis, para
lelismo, etcétera.
En los siguientes fragmentos aparecen variados pro
cedimientos que hacen a la connotacion de los textos:
...A l octavo mes ríes
con cinco azahares
con cinco diminutas
ferocidades,
con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes..."1
23. Roldán, Gustavo, El árbol más alto en El monte era una fiesta ,
Buenos Aires, Colihue, 1994, Col, Libros del Malabarista,
O /
“Es un texto que enfrenta dos concepciones de vida, la
dei niño y la del adulto y la voz narradora toma partido
por una propuesta en la que los adultos podemos recu
perar lo que de niños tuvimos y perdimos”.
Muy diferente es el discurso que ofrece Perico, el ba
rrendero24:
30, Roldan, Gustavo, El monte era una fiesta , en El monte era una
fiesta, Buenos Aires, Colihue, 1984, Col. Libros del Malabarista.
Otra forma se da en las Fábulas Salvajes31 de Mar
celo Birmajer en las que el horizonte al que se refieren
los textos es el discurso fabulístico. Leer estas fábulas
sin conocer las características de aquellos particulares
textos folclóricos permite, sin duda, su comprensión pe
ro cuando el lector puede relacionar estos textos con
aquéllos a los que alude el título del libro, ia compren
sión se amplía. Birmajer escribe parodiando las fábulas
tradicionales; elimina de ellas toda la moral sanciona-
dora, las moralejas que inculcan valores universales y
las actualiza presentando otras formas de conducta, al
gunas de las cuales, paradójicamente, son censuradas
en las tabulas. Esta referencia contradictoria es la que
nos permite disfrutar los textos y reírnos de las fábulas
tradicionales.
Similar procedimiento utiliza Augusto Monterroso
en su libro La oveja negra y otras fábulas32, del que
ofrecemos. La Tortuga y Aquiles, como una muestra de
otra forma de intertextualidad.
33. Mariño, Ricardo, Cuento con ogro y princesa, Bs. A s,, Colihue,
1993, Col. Cuentos del Pajarito Remendado.
Otro ejemplo claro es el cuento Hay que enseñarle a
tejer al gato 34 de Erna Wolf. Aquí es muy interesante el
juego planteado entre el texto y la ilustración: intercala
cuadros de doble entrada, incorpora viñetas y otros re
cursos de la historieta, todo en permanente relación con
el discurso instruccional.
34. Wolf, Erna, Hay que enseñarle a tejer al gato, Buenos Aires, Primera
Sudamericana, 1995.
Capítulo 4
La narrativa
‘‘C u a n d o c o n o c í a A n a e s ta b a a p u n to d e c a s a r s e co n un a r
q u itecto , recién recib id o p e r o y a p r ó s p e r o . L e e s p e r a b a u n a v i
d a llen a d e co m o d id a d e s , co m o se s u e le d ecir. H a b ía n c o m
p r a d o d e p a rta m en to , lo h a b ía n lle n a d o d e co sa s, ”
“P o r e sa m ism a é p o c a le e m p e z a r o n a g u s ta r m á s los ta co s
a lto s q u e la s p a n tu fla s .
E n u n o s a ñ o s n a c ió s u ú ltim o n ie to ; y p o c o d e s p u é s , e l
p r im e r o .
El c o m p o n e n t e s e m á n t i c o , ligado a la connotación
de un modo más evidente, atiende al significado, es de
cir, en un lenguaje simple y llano, se refiere a lo que “di
ce la poesía”, a su “contenido” .
El texto literario
E ste sa n to de la espada,
victorioso en M aipú
luchó p o r la in d epend en cia
de A m érica del Sur.
En la lagunita
estaba Don Patón
jugaba con sus hijos
Tum, Tim y Tom.
¡Cuac! ¡cuac!
decía don Patón.
“Cocodrilo
come coco
muy tranquilo
poco a poco.
55. Borneman, Elsa, Poema del amor silbado , en El libro de los chi
cos enamorados, Buenos Aires, Fausto, 1977.
No me dice nada: silba.
El suyo es amor silbado.
(Por su silbo sale al sol
su corazón desatado.)”
“Una palabra
palabritera
despalabrá base
por la escalera.
¡Pobre palabra!
se apalabró
palabrincando
cada escalón.
Cayó de cola
la pala brisa y
palabrochóse
flor de paliza.
Despalabrada
pala que brota
de ser palabra
ya es palabrota.”
“La lombriz
nunca sabe donde empieza ni donde termina
por eso
los lunes
y martes
camina
Pam allá.
Los miércoles descansa en línea recta.
Los jueves
y viernes
camina
para
acá.