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ENSAYO ESTADO CONSTITUCIONAL

INTRODUCCIÓN
El Estado constitucional es realidad histórica, susceptible de ser superada. Ahora bien, Estado y

Constitución no son indisolubles, y ofrecen perspectivas bien distintas a la hora de analizar los

procesos políticos (Avendaño William, 2017); la globalización podría afectar a ambas

diferenciadamente. Así, parecen hoy diluirse rasgos esenciales del Estado; la globalización se

presenta como un riesgo para la soberanía, que individualizo su poder específico. Sin embargo, es

mas significativo comprobar hasta que extremo debilita los condicionamientos constitucionales de

su ejercicio. En este ensayo nos limitaremos a explicar que es estado de derecho, sus características,

implementación en Latinoamérica y en Colombia.

ESTADO CONSTITUCIONAL

El estado de derecho tiene tres versiones en donde la doctrina constitucional reconoce, investiga y

promueve, el Estado Constitucional, que algunos autores denominan Estado Constitucional de

derecho, en rigor, todas las versiones del Estado de Derecho corresponden al Estado constitucional,

es decir, el que se sustenta en una Constitución.

Toda forma de Estado de derecho es estado constitucional; evoluciona a partir de la derrota del

absolutismo, tienen como base una Constitución y especialmente un documento escrito.

El estado constitucional, goza de algunas particularidades y comporta algunos efectos que permiten

identificarlo y, si se requiere entenderlo. Lo primero que se requiere para que sea posible un Estado

constitucional es la existencia de una Constitución rígida que consagre un catálogo de valores,

principios y derechos fundamentales. Es decir, una Constitución escrita cuyo procedimiento de

modificación sea mas agravado que el de una ley o de cualquiera otra norma de menor jerarquía.

Este hecho supone que la constitución es la norma de mayor jerarquía del ordenamiento jurídico y,

por tanto, que es inmune frente a cualquier intento de modificación o sustitución por cualquier otra.
De hecho, todas las demás normas derivan su validez de ella, y ninguna otra tiene mayor fuerza

vinculante. El grado de rigidez dependerá de la mayor o menor dificultad de modificación, así como

de los alcances que ella puede tener. La existencia de cláusulas pétreas declaradas como tales en su

texto o reconocidas por el tribunal constitucional, puede hacer imposible la introducción de

modificaciones sustanciales a su escrito, así se cumplan todos los requisitos formales. Un ejemplo

de ello puede observarse en el artículo 1.2 de la Constitución alemana y su adhesión al principio de

dignidad humana, a tal punto que de modificarse su texto podría hablarse más de su sustitución que

de reforma (Aguiló Josep, 2014).

Un segundo elemento para hablar de Estado constitucional tiene que ver con la existencia de una

garantía jurisdiccional que permita mantener la supremacía constitucional y preservar su máximo

nivel de jerarquía cuando quiera que una norma de menor rango transgreda a sus principios o reglas.

Esta garantía puede ser, 1) abstracta o concreta, según se haga sobre una norma o sobre un caso

concreto, 2) a priori o a posteriori, según se haga con anterioridad o posterioridad a la vigencia de

una norma de menor jerarquía o 3) concentrada o difusa según se haga por un órgano especializado,

corte o tribunal constitucional, o se permita a los jueces, dentro del ámbito de su competencia.

La tercera característica de un Estado constitucional es el reconocimiento de la fuerza vinculante de

la constitución. Aunque sobre esta peculiaridad se han adelantado ya algunos aspectos, las

constituciones recientes, en particular, contienen un largo catálogo de derechos y libertades de

carácter programático que existen la actuación estatal con el fin de garantizar su pleno goce. Estos

derechos sociales que propugnan por la garantía de la igualdad materia, suponen importantes

erogaciones con cargo al presupuesto público que han llevado a que algunos no vean en ella más

que la consignación constitucional de aspiraciones políticas y no reconozcan su carácter de

derechos y, por tanto, de normas. Adicionalmente, es claro que las constituciones contemporáneas

contienen una gran cantidad de declaraciones en las que se acogen valores y principios en forma de

derechos, que exigen un trabajo de interpretación y concretización por parte de las autoridades
publicas encargadas de aplicarlos. Dada la forma en que están redactadas muchas de las

disposiciones, no es posible deducir consecuencias específicas y directas de las normas que

permitan su exigibilidad directa, hecho que ha conducido también a que no sean reconocidas por

algunos como normas (Bovero Michelangelo, 2015)

En el contexto de América Latina la adopción del modelo del Estado constitucional ha sido

complejo y se ha incorporado paulatinamente por medio de nuevas Constituciones o reformas a las

mismas, que determinan la supremacía constitucional con la protección de la Carta y los derechos

fundamentales mediante un órgano especializado. Para el caso colombiano, el modelo de Estado

constitucional está plasmado en la Constitución de 1991, con la vinculación de derechos

fundamentales que son reconocidos en el transcurso del texto constitucional. La creación de la

Corte Constitucional, como institución responsable de interpretar la Constitución, es central en la

estructura jurídica colombiana, ya que entre sus funciones está el control jurídico-político al

Ejecutivo y al Legislativo. Los jueces, en conjunto, son reconocidos como constitucionales, por las

funciones jurídicas que les otorga el texto constitucional para proteger derechos fundamentales. La

Corte Constitucional colombiana ha velado por la protección y garantía de derechos fundamentales

que tienen los titulares (ciudadanos) y ha ejercido el control de constitucionalidad sobre las

organizaciones e instituciones políticas. En varias ocasiones se ha pronunciado sobre políticas

gubernamentales que pretenden beneficios particulares que estarían en contravía de los postulados

constitucionales, lo que demuestra que la Corte cumple con sus funciones e, incluso, las supera, en

un contexto convulsionado y desigual como es el colombiano (Nino, Carlos Santiago, 1992)

En algunas ocasiones, la protección de derechos fundamentales se ha visto restringida por parte del

Alto Tribunal cuando existen intereses económicos en juego o intervenciones de desarrollo para

ciertas regiones, relacionados con los problemáticas que enfrenta al momento de ejercer un control

de constitucionalidad pertinente sobre el Parlamento o el Ejecutivo, pues los magistrados que

conforman el Alto Tribunal son elegidos por el Congreso, situación que esta en contravía de lo que
propone el modelo de Esta do constitucional y democrático de Derecho y que podría configurar una

especie de crisis de este modelo estatal.

CONCLUSIONES

Entre las dificultades que se han presentado en la implementación del modelo estatal analizado en el

contexto colombiano se encuentra el cumplimiento de los derechos fundamentales, que son

esenciales para ejercer una ciudadanía plena. Entre los ejemplos está la vulneración permanente del

derecho a la salud, pues para evitar que se vea afectada con gravedad, los ciudadanos acuden a la

acción de tutela, situación recurrente en el país.

Ante el incumpliendo de los derechos fundamentales en el Estado social de Derecho por parte de las

instituciones públicas responsables, el paso al Estado constitucional y democrático de Derecho no

ha podido hacerse en el contexto colombiano y en varios Estados latinoamericanos, por que no se

pueden proteger derechos fundamentales que ni siquiera se han logrado garantizar. Frente a tal

situación de dificultad. Algunos Gobiernos de la región han impulsado la creación de modelos de

Estado propios, mas cercanos a la realidad. La pretensión de crear modelos de Estado propios se

han venido configurando en países de la región como Ecuador y Bolivia que, por medio de la

promulgación de Constituciones con una amplia participación ciudadana, han adecuado derechos y

principios mas cercanos a su realidad indígena. Así, en la Constitución ecuatoriana de 2008 y en la

boliviana de 2009, se determinaron como Estados plurinacionales que reconocían, en el caso de

Ecuador, las tradiciones de la Pacha Mama que protegen los recursos naturales y la participación

indígena en la política y lo jurídico, por medio de movimientos indígenas en los espacios de

decisión, así como la creación del primer tribunal indígena en la región.


REFERENCIAS

Aguiló Josep. La Constitución del Estado constitucional. Bogotá: Temis, 2004.


Avendaño Castro, William Rodrigo  Guacaneme Pineda, Ramón Eduardo. 2015. El concepto de
globalización en la jurisprudencia colombiana (2000-2014). Academia & Derecho
https://dialnet.unirioja.es/metricas/documentos/ARTREV/6713580
Bovero Michelangelo. “Derechos fundamentales y democracia en la teoría de Ferrajoli. Un
acuerdo global y una discrepancia concreta” en Los fundamentos de los derechos fundamentales,
Luigi Ferrajoli, 215-242. Madrid, Trotta, 2015.
Nino, Carlos Santiago, Fundamentos de Derecho Constitucional, Buenos Aires, As-trea, 1992

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