HABLA, TU SIERVO OYE
“Pues tus palabras son mis delicias”
Julio 2022
Tres son las veces que
encontramos en las Escrituras la
mención sobre Abraham como
amigo de Dios:
PRIMERA MENCIÓN:“Y se
cumplió la Escritura que dice:
Abraham creyó a Dios, y le fue
contado por justicia, y fue llamado
amigo de Dios.” (Santiago 2:23).
En este primer versículo vemos
REVELADA lo que es la amistad
para Dios, con Dios y de Dios. Para
empezar, él es quien desea
amistarse con nosotros, “No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo
os elegí a vosotros” (Juan 15:16).
El Dios que no depende ni necesita
de nadie ha manifestado a lo largo
de los tiempos la amistad que
desea establecer con sus criaturas.
Que el Dios creador, santo y
excelso quiera una amistad
conmigo supera todo
entendimiento.
Su propósito es retomar el estado
original de amistad que existía en el
Edén antes de que el hombre
pecara, pero de una forma aun más
excelente. La desobediencia de
Adán nos enemistó, nos alejó;
hasta que Cristo se manifestó, y
“siendo enemigos, fuimos
reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo” (Romanos 5:10).
Dios envió al Amado para que
llevara en la cruz el juicio santo por
el pecado y de esta manera
amistarnos nuevamente con él, y
en Jesucristo la amistad de Dios fue
REVELADA: “Nadie tiene mayor
amor que este, que uno ponga su
vida por sus amigos.” (Juan 15:13).
Ta l a m i s t a d t i e n e c o m o f i n
bendecirnos, “Bendito sea el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales
en Cristo” (Efesios 1:3), de manera
que, todo aquel que reconoce el
amor de Dios en el sacrifico de
Jesús como único medio de
salvación, comienza una hermosa
relación de amistad en la que Su
señorío, el de Cristo, es prioridad,
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AMIGOS DE DIOS
no solo en ese futuro eterno, sino
también en nuestro presente aquí
en la tierra, obedeciendo sus
mandatos de todo corazón (Salmo
119:69), pues él ha dicho: “Vosotros
sois mis amigos, si hacéis lo que yo
os mando.” (Juan 15:14). Por lo
tanto, la amistad de Dios es en sí
mismo una consecuencia de
nuestra sujeción y dependencia de
él. Está escrito en su palabra y ella
es su voz que sin confusión, titubeo
o contradicción se ha cumplido, se
cumple y se cumplirá.
SEGUNDA MENCIÓN:“Dios
nuestro, ¿no echaste tú los
moradores de esta tierra delante de
tu pueblo Israel, y la diste a la
descendencia de Abraham tu
amigo para siempre?” (2 Crónicas
20:7).
Este es un RECORDATORIO, pero
no porque Dios pierda la memoria,
porque eso es imposible, “No
olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que
ha salido de mis labios.” (Salmo
89:34), sino un reconocimiento de
los hombres acerca de quién es
Dios, que no muda, no cambia.
Las palabras que encontramos en
Crónicas fueron dichas por el rey
Josafat, afirmando cómo es Dios,
según su obrar en tiempos pasados
con su pueblo Israel, “¿no eres tú
Dios en los cielos, y tienes dominio
sobre todos los reinos de las
naciones? ¿no está en tu mano tal
fuerza y poder, que no hay quien te
resista?” (2 Crónicas 20:6).
Así es la amistad para Dios, él no
olvida su pacto y nosotros le
Nº 89
recordamos como quien reconoce
su fidelidad. Esto fue lo que hizo
Abraham cuando, intercediendo
por Sodoma y Gomorra, y por su
sobrino Lot, le “recordó” a Dios que
por su amor divino perdonaría a los
justos que hubiera en ese lugar
(Génesis 18:24). Abraham también
dijo: “El Juez de toda la tierra, ¿no
ha de hacer lo que es justo?” (v.25).
Una declaración en toda regla de la
fe que tuvo en su Señor. Fe que nos
sostiene en nuestro caminar por
este mundo.
Vivamos recordando cómo es
nuestro Dios y reconociéndole en
todas sus hazañas. No solamente
fuimos amistados con él por Cristo,
sino que seguimos siendo sus
amigos gracias a su señorío.
TERCERA MENCIÓN:“Pero tú,
Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a
quien yo escogí, descendencia de
Abraham mi amigo.” (Isaías 41:8).
Llegará el día en que el mismo Hijo
de Dios RECONOCERÁ en alta voz
que somos sus amigos. Él vendrá a
buscar a los suyos, a su pueblo a
quien salvó; y nos gozaremos
porque nuestros nombres están
escritos en los cielos (Lucas 10:20),
donde reunirá a sus amigos, los
redimidos por la sangre del
Cordero.
“El que venciere será vestido de
vestiduras blancas; y no borraré su
nombre del libro de la vida”
(Apocalipsis 3:5). ANA RUIZ
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“Pues tus palabras son mis delicias”
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“Por tanto os digo: No os afanéis
por vuestra vida, qué habéis de
comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir... Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas.”
Lectura en Mateo 6:25-34.
Ansiedad es definida como un
estado de agitación o inquietud del
ánimo relacionada con el sentido de
supervivencia. Estar asustado,
preocupado, turbado o angustiado
son algunas reacciones negativas
de esta condición cuando no las
manejamos correctamente y
dejamos que sean un hábito en
nuestro día a día. El Señor vio la
necesidad de instruir a sus
discípulos sobre este tema. Y es
que todo lo que puede convertirse
en un obstáculo para nuestro
crecimiento espiritual y
conocimiento del Señor debe ser
atendido con diligencia.
Nos preocupamos por el futuro,
decimos: ¿Qué comeremos o qué
beberemos, o qué vestiremos? Y
podríamos añadir muchas otras
inquietudes que pasan por nuestra
mente, pues no se limita
exclusivamente al alimento y la
ropa. El mandamiento del Señor es
“no os afanéis”, es decir, no viváis
preocupados por aquello que aún
no ha sucedido, no gastéis
energías en algo que escapa de
vuestro control porque ¿Y quién de
vosotros podrá, por mucho que se
afane, añadir a su estatura un
codo? Sencillamente se presentan
panoramas inquietantes que
escapan de nuestras manos y con
angustiarnos nada solucionamos;
al contrario, más bien podemos
enfermar.
Así que el Señor hace referencia de
algo extraordinario que sucede en
la naturaleza para considerar:
“Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial
las alimenta.” La provisión para la
existencia de estas criaturas
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FRENTE A LA ANSIEDAD
depende totalmente del Creador.
Luego menciona los lirios, vestidos
por él de forma tan bella que ni
siquiera Salomón, con toda su
gloria, se atavió como uno de ellos.
De manera que, si tanto las aves
como los lirios son provistos de tal
manera, cuánto más no dará a sus
hijos ya que somos de mucho más
valor para él ¿No valéis vosotros
mucho más ...? Su intención es
hacernos ver que no existe razón
para vivir angustiados por el
mañana. El dueño de todo conoce
nuestra necesidad. En
comparación a los que están en
ceguera espiritual viviendo para
obtener estas cosas, nosotros
tenemos un Padre amoroso que se
ocupa de nuestro bienestar.
El Señor no nos está diciendo que
vivamos despreocupados, pero sí
que tengamos claras nuestras
prioridades “Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas”. Enfoquemos
nuestra atención en el reino de Dios
y su justicia. Es un hecho que él
vela por nuestros intereses,
siempre que estos sean de acuerdo
con su voluntad.
Estoy segura de que muchos de los
que leen este escrito han
experimentado la maravillosa
provisión divina por lo que las
palabras del Señor se vuelven una
vivencia real en nuestro caminar.
Saber que nuestro Padre cuida de
cada uno de nosotros y ver el
milagro de su provisión hace que
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merezca la pena pasar por
circunstancias no muy agradables.
Además de la realidad del Espíritu
Santo morando en nosotros, quien
no solo nos guía y ayuda a
comprender la verdad divina, sino a
andar en ella “porque si vivís
conforme a la carne, moriréis; mas
si por el Espíritu hacéis morir las
obras de la carne, viviréis. Porque
todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, estos son hijos de
Dios.” (Romanos 8:13-15, Juan
16:13). La vida del creyente debe
descansar en las manos de nuestro
Señor, dejando que sea el Espíritu
quien tome el control y no nuestra
mente, que así como el corazón
engañoso, puede verse perturbada
por emociones mal gestionadas.
Así pues, confiando en su bondad
inmutable hemos de hacer frente a
la ansiedad, ya que presentando
nuestra inquietud delante suyo
resultará en descanso y sosiego
para nuestra alma, “Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción
de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo
Jesús.” (Filipenses 4:7). Una
enseñanza que debemos recordar
siempre a través de las distintas
circunstancias que como creyentes
experimentamos. Nuestro Dios
está por encima de cualquier cosa
que pueda significar una amenaza
para cumplir su propósito en
nuestra vida. DIANA ZAMBRANO
Habla, Señor, a mi alma,
hazme entender tu voz;
mi corazón reclama
tu fuerte protección.
Débil soy y afligido,
te necesito, ¡Oh Dios!
Tú puedes darme abrigo
de la tormenta atroz.
L. L. PICKETT / ELISA PEREZ
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“Pues tus palabras son mis delicias”
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ESFORZAOS Y COBRAD ÁNIMO
“Pues ahora, Zorobabel,
esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate
también, Josué hijo de Josadac,
sumo sacerdote; y cobrad ánimo,
pueblo todo de la tierra, dice
Jehová, y trabajad; porque yo estoy
con vosotros, dice Jehová de los
ejércitos.” (Hageo 2:4).
Palabras de ánimo y fortaleza para
corazones que están desalentados
o desanimados espiritualmente.
No es ajeno para ningún creyente
experimentar, en algún momento
de nuestra vida, el desánimo
espiritual. Estamos tan expuestos y
somos tan vulnerables que nadie
puede decir o afirmar no haber
pasado por ello. Ahora, lo
realmente importante es cómo
reaccionamos ante el desánimo
espiritual, cómo lo enfrentamos,
cuánto tiempo nos permitimos estar
en ese estado, cuál es nuestra
actitud ante ello.
No podemos permitir que el
desánimo se apodere y se
acomode por largos días o meses
en nosotros porque es allí cuando
viene el peligro. Las consecuencias
de periodos largos de desánimo
espiritual afectan toda nuestra vida,
nuestras decisiones, nuestra
relación con Dios, así como las
relaciones personales con nuestros
hermanos en la fe, con nuestra
familia, amigos, compañeros de
trabajo; pues cuando estamos
desalentados somos inestables y
presa fácil para ser tentados por el
enemigo. También olvidamos las
promesas de Dios, una de ellas es
que está con nosotros todos los
días de nuestra vida “hasta el fin del
mundo. Amén.” ‭(Mateo 28:20), “No
temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios
que te esfuerzo; siempre te
ayudaré, siempre te sustentaré con
la diestra de mi justicia.” (Isaías
41:10). El olvidar las promesas de
Dios nos lleva a desviar la mirada,
dejamos de ver la meta, el propósito
para el cual hemos sido llamados,
tambalean nuestros pasos y
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empezamos a vagar por este
desierto, sin perspectivas. Esto nos MIRAR HACIA ARRIBA
lleva a cambiar nuestras
“Estando yo en medio de los
prioridades, pues damos más
cautivos junto al río Quebar, los
importancia a las cosas terrenales
cielos se abrieron, y vi visiones de
que a las espirituales, empleamos
Dios.” (Ezequiel 1:1)
nuestro tiempo, nuestros talentos,
Cuando recibió esta visión,
nuestros dones, nuestros recursos,
Ezequiel se encontraba en
nuestras fuerzas en satisfacer los
circunstancias muy difíciles. Los
deseos de la carne, de los ojos y la
hijos de Israel estaban cautivos y
vana gloria de la vida. Terminan
parecía que toda esperanza se
estos tres enemigos ocupando todo
había disipado. Sin embargo, justo
nuestro corazón, nuestro
en medio de tales circunstancias,
pensamiento. Las cosas
él recibió esta visión. En nuestras
espirituales pasan a un segundo o
vidas, siempre habrá momentos
tercer plano. Dicha actitud y
en los que, como Ezequiel,
dejadez espiritual abre las puertas
necesitamos una contemplación
al pecado, al enemigo. Dejamos de
renovada de la grandeza y la gloria
obedecer la voz de Dios y nos
de Dios. Todos tendemos a vernos
dejamos atraer y seducir; entonces
influenciados por las condiciones
deshonramos a Dios. En este punto
externas y a deprimirnos como
cerramos las puertas a las
consecuencia de estas. Lo que
bendiciones que el Señor quiere
necesitamos es una visión como
darnos, no hay provecho ni
esta para que nuestra confianza
beneficio de todo lo que hagamos
en Dios sea restaurada.
fuera de la voluntad del Señor. Todo
Lo primero que Ezequiel vio fueron
el trabajo y esfuerzo es vanidad de
los cielos abiertos. Acorralado
vanidades, es como niebla que
por los hombres en la tierra, sin
aparece por un corto tiempo y
salida alguna, el profeta estaba
después se desvanece. Todo va a
seguro que los cielos no estaban
parar a saco roto.
c e r r a d o s p a r a é l .
Así pues, si estás pasando por
Independientemente de las
desánimo espiritual, recuerda que
restricciones que los hombres le
Dios está a tu lado sosteniéndote, él
habían impuesto, Ezequiel debía
no es ajeno a tu desánimo, te anima
aprender que los cielos están
a esforzarte, a cobrad ánimo y a
siempre abiertos para aquel que
seguir trabajando, a no temer. Él no
camina en la tierra sometiéndose
te prohíbe estar desanimado, pero
a las instrucciones del cielo.
sí reprende fuertemente que ese
En segundo lugar, Ezequiel relata
desánimo se prolongue por mucho
que a través de estos cielos
tiempo, pues es ahí cuando trae
abiertos, él vio “visiones de
deshonra a su nombre, es ahí
Dios”. Tenía la seguridad que él
cuando olvidamos, desviamos la
era un objeto de interés para el
mirada, cambiamos nuestras
cielo y que esta visión le fue dada
prioridades, es ahí cuando damos
por la gracia divina. ¡Qué
pie al pecado y cerramos las
diferencia hay entre mirar a
puestas a las bendiciones.
nuestro alredor y mirar hacia
“Esforzaos todos vosotros los que
arriba!. A través de su Palabra,
esperáis en Jehová, Y tome aliento
Dios nos revela su majestad y
vuestro corazón… Levántate,
gloria, y si nuestras almas se
resplandece; porque ha venido tu
llenan de estas cosas, nada en
luz, y la gloria de Jehová ha nacido
este mundo logrará deprimirnos.
sobre ti.” (Salmo 31:24, Isaías
60:1). ALEXA CASTRO G. DAVISON (EL SEÑOR ESTÁ CERCA)
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“Pues tus palabras son mis delicias”
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SOMBRAS DE LO QUE HA DE VENIR. PARTE III
Continuamos con nuestra
consideración de los tipos de
Cristo. En esta ocasión hablaremos
de Adán. En Romanos 5:14
encontramos que Adán es figura
(tipo) del que había de venir
(Cristo). Hay un contraste
significativo entre ambos: Por el
pecado de Adán nosotros somos
hechos pecadores, pero por la
obediencia de Cristo nosotros
somos hechos justos, “Porque, así
como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron
constituidos pecadores, así
también por la obediencia de uno,
los muchos serán constituidos
justos.” (Romanos 5:19). Además,
primera de Corintios 15:22 nos
dice: “Porque, así como en Adán
todos mueren, también en Cristo
todos serán vivificados”.
Adán es la cabeza de la creación de
Dios, él fue el comienzo de la
humanidad, “Entonces dijo Dios:
Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra
semejanza” (Génesis 1:26). En
Cristo hay una nueva creación, “De
modo que, si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.” (2 Corintios 5:17) y se
forma la familia de Dios, “Porque
convenía a aquel por cuya causa
son todas las cosas, y por quien
todas las cosas subsisten, que
habiendo de llevar muchos hijos a
la gloria, perfeccionase por
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aflicciones al autor de la salvación
de ellos. Porque el que santifica y
los que son santificados, de uno
son todos; por lo cual no se
avergüenza de llamarlos
hermanos, diciendo: Anunciaré a
mis hermanos tu nombre, en medio
de la congregación te alabaré. Y
otra vez: Yo confiaré en él. Y de
nuevo: He aquí, yo y los hijos que
Dios me dio.” (Hebreos 2:10-
13).Por lo tanto, en Cristo comienza
una nueva raza de seres humanos
regenerados.
Por último, una de las similitudes
entre Adán y Cristo que más me
encanta es la unión entre el primero
y su esposa Eva, como lo es en
perfecto cumplimiento de Cristo
con la iglesia, es decir, todos los
salvados, la cual compró con su
propia sangre. La soledad de Adán
hizo que Dios creara a Eva, “Y dijo
Jehová Dios: No es bueno que el
hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él… Entonces Jehová
Dios hizo caer sueño profundo
sobre Adán, y mientras éste
dormía, tomó una de sus costillas, y
cerró la carne en su lugar. Y de la
costilla que Jehová Dios tomó del
hombre, hizo una mujer, y la trajo al
hombre. Dijo entonces Adán: Esto
es ahora hueso de mis huesos y
carne de mi carne; ésta será
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llamada Varona, porque del varón
fue tomada.” (Génesis 2:18, 21-23).
La herida que Dios hizo en Adán
trajo consigo su compañera idónea.
En Cuanto a Cristo, es aún más
hermoso, el fruto de su herida fue la
iglesia, “Porque nadie aborreció
jamás a su propia carne, sino que la
sustenta y la cuida, como también
Cristo a la iglesia, porque somos
miembros de su cuerpo, de su
carne y de sus huesos. Por esto
dejará el hombre a su padre y a su
madre, y se unirá a su mujer, y los
dos serán una sola carne. Grande
es este misterio; mas yo digo esto
respecto de Cristo y de la iglesia.”
(Efesios 5:29-32). Eva fue la ayuda
idónea para Adán, su
complemento, según el plan
perfecto de Dios, apuntando a
Cristo y la iglesia.
La iglesia es la plenitud de Cristo y
ella está siendo perfeccionada para
alcanzar la plenitud en Cristo, “a fin
de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo;” (Efesios
4:12, 13).
Continuará... JOAB CERVINI
“Aguarda a Jehová;
Esfuérzate,
y aliéntese
tu corazón;
Sí, espera a Jehová.”
Salmo 27:14
“Esfuérzate también,
y cobrad ánimo;
porque yo
estoy con vosotros,
dice Jehová
de los ejércitos.”
Hageo 2:4
ANA RUIZ