HABLA, TU SIERVO OYE
“Pues tus palabras son mis delicias”
Diciembre 2022
BIOGRAFÍA DE RICHARD WURMBRAND
Por predicar el evangelio, este Escrituras, Richard fue ordenado
hombre soportó 14 años de como ministro anglicano. Durante
encarcelamiento y tortura en una la Segunda Guerra Mundial el
cruda y precaria prisión. Su voz se matrimonio aprovechó la
convirtió en una de las más oportunidad para evangelizar a las
importantes de la historia a favor de tropas alemanas que habían
la iglesia perseguida. ocupado el país. Predicaron en los
Richard Wurmbrand nació el 24 de refugios antiaéreos y ayudaron en
marzo de 1909 en Bucarest, el rescate de muchos niños judíos
Rumania. Fue el menor de los de los guetos. Por estas acciones,
cuatro hijos de una familia judía. fueron arrestados y golpeados
Sus primeros años transcurrieron repetidamente, y casi fueron
en Estambul, pero cuando el ejecutados en una ocasión. Sabina
pequeño Richard tenía 9 años, su también tuvo que ver cómo toda su
padre murió y la familia tuvo que familia judía fue arrestada y
regresar a Rumania cuando él ya asesinada en los campos de
era un adolescente de 15 años. concentración. Un momento
Luego fue enviado a Moscú para decisivo llegó en 1944, cuando los
estudiar. Cuando regresó a su país, soviéticos invadieron Rumania
Wurmbrand ya era un importante como un primer paso para instalar
líder político y agente de bolsa. En un gobierno comunista en el país.
octubre de 1936, Wurmbrand se Wurmbrand decidió empezar a
casó con Sabina Oster, quien trabajar para alcanzar a los
también era judía. soldados del Ejército Rojo y a sus
Pronto, el nuevo matrimonio compatriotas con el evangelio. Pero
conoció el cristianismo y ambos se cuando el régimen se dio cuenta de
convirtieron, dos años después de la labor de Wurmbrand y quiso
casados. Su conversión estuvo controlar la misión de las iglesias, el
fuertemente influida por el ministerio se hizo clandestino. En
testimonio de un carpintero 1945, en un congreso de cultos
cristiano alemán sin educación organizado por el gobierno rumano
llamado Christian Wolfkes, quien al que los Wurmbrand asistieron,
les entregó una Biblia y los instó a Richard se puso de pie y denunció
leer uno de los Evangelios. En poco el control del gobierno sobre las
tiempo de estar cerca de las iglesias. Declaró a los delegados,
“Dad gracias
en todo,
porque esta es
la voluntad de Dios
para con vosotros
en Cristo Jesús.”
1 Tesalonicenses 5:18
ANA RUIZ
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cuyos discursos se transmitieron a
toda la nación, que su deber era
glorificar a Dios y solo a Cristo. La
denuncia se producía ya que
muchos líderes religiosos
comenzaron a elogiar al
comunismo y a jurar lealtad al
nuevo régimen. En los próximos
dos años, los Wurmbrand y su
iglesia distribuyeron al menos un
millón de copias de evangelios a las
tropas rusas, a menudo
disfrazando los libros como
propaganda comunista, mientras
ayudaban también a organizar el
contrabando de evangelios a
Rusia. Las denuncias públicas
contra el régimen y la labor
evangelística de Richard, lo
pusieron en el primer plano de la
vigilancia del estado, hasta que en
febrero de 1948 fue arrestado
mientras se dirigía a un servicio en
su iglesia. Fue encerrado en una
celda solitaria y etiquetado como
“Prisionero número 1”.
Wurmbrand pasaría por varias
cárceles del país. Estuvo tres años
en confinamiento solitario. Gran
parte de este confinamiento lo vivió
en un cuarto a doce metros bajo
tierra en una celda sin luces ni
ventanas. Para soportar la tortura
del aislamiento total, Wurmbrand
dormía durante el día para
permanecer despierto durante la
noche y poder ejercitar su mente y
alma componiendo sermones y
luego recitándolos en voz alta.
Wurmbrand sería golpeado y
torturado de formas profundamente
dolorosas. Llevaría las marcas de
estas torturas durante el resto de su
vida.
Finalmente, recibió una amnistía en
1964 y fue liberado. La Misión
Noruega a los judíos y la Alianza
Cristiana Hebrea negociaron con
las autoridades comunistas su
liberación. Fue convencido por los
líderes de la iglesia clandestina de
irse del país y desde el exterior ser
una voz a favor de la iglesia
perseguida. BITEPROJECT.COM
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Diciembre 2022
Te r r i b l e , p e r o n e c e s a r i o e s
toparnos con Romanos capítulo 7.
El hombre que se describe allí
parece ser peor que un incrédulo
que no ha conocido a Dios. Esto es
porque la escena que deja el
pecado es desierta, triste, fea. Y
esto incluye al creyente, quien es el
protagonista de la porción.
Es la radiografía de un nacido de
nuevo que busca la santificación
desde la carne, por su propio
esfuerzo. El deseo de conducirnos
de manera santa en nuestra vida
cristiana no es malo en sí mismo,
pero cuando creemos poder
hacerlo por nuestros medios y
percepción se dibujan delante de
nuestros ojos declaraciones
nefastas, pero verdaderas como:
“vendido al pecado,… el mal está
en mí,… cautivo a la ley del
pecado”.
¿Cómo es posible que un hijo de
Dios posea esta condición?:
“Porque lo que hago, no lo
entiendo; pues no hago lo que
quiero, sino lo que aborrezco, eso
hago. Y si lo que no quiero, esto
hago, apruebo que la ley es buena.
De manera que ya no soy yo quien
hace aquello, sino el pecado que
mora en mí. Y yo sé que en mí, esto
es, en mi carne, no mora el bien;
porque el querer el bien está en mí,
pero no el hacerlo. Porque no hago
el bien que quiero, sino el mal que
no quiero, eso hago.” (vv.16-19).
Revisemos algunos puntos
fundamentales ante esta dura
realidad:
1.Reconocer que se está hablando
de mí, en primera persona, no del
impío o de ningún otro que me haya
hecho daño. Ningún renacido
escapa de la horrenda condición
carnal de sus primeros pasos
rumbo a la vida eterna por
Jesucristo, siendo santificado en el
presente por el Espíritu.
2.Muy bien Pablo pudiese estar
hablando de su propia condición
porque al igual que otro hijo de
Dios, vive bajo la ley del Espíritu
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EL HOMBRE CARNAL
junto con otras leyes más en sus
miembros. Él no es la excepción. Es
más, reconocerse miserable por
esta condición le hace más
espiritual que carnal. Por lo
contrario, quien no se reconoce en
este pasaje, vive la ceguera del ser
carnal que, pudiendo vivir en el
Espíritu, aun no crece.
3.Todo creyente ha vivido en mayor
o menor dimensión un descubrir de
su ser interior. El gozo de la
salvación le lleva a considerarse
libre de pecado, primer error, pues
cualquiera que crea poseer tal
condición, ya ha pecado: “¿Qué,
pues? ¿Somos nosotros mejores
que ellos? En ninguna manera;
pues ya hemos acusado a judíos y a
gentiles, que todos están bajo
pecado. Como está escrito: No hay
justo, ni aun uno; No hay quien
entienda. No hay quien busque a
Dios. Todos se desviaron, a una se
hicieron inútiles; No hay quien haga
lo bueno, no hay ni siquiera uno.”
(Romanos 3:9-12). Cuando
descubre que el deseo de hacer lo
malo sigue en él, entonces se
esfuerza en no fallar, pero se fatiga,
porque el crecimiento lo da Dios.
“Yo planté, Apolos regó; pero el
crecimiento lo ha dado Dios.” (1
Corintios 3:6).
4.Después de la conversión,
deberá ocurrir en el hombre interior,
y a lo largo de la vida sobre esta
tierra, un cambio llamado más
correctamente crecimiento o
madurez espiritual. Entre tanto que
no reconozca que mi persona,
Nº 94
salvada por gracia, sigue pecando
con los deseos propios del viejo
hombre y que este crecimiento solo
ocurre por el Espíritu de Dios que
habita en mí, seguiré con la misma
conducta carnal, propia de ese
“niño” salvado que aún no conoce a
su Salvador.
5.No es a través de un método o
algún propósito humano, solo el
poder de Dios produce esta vida y la
hace crecer. Él no está interesado
en transformar al viejo hombre, que
es lo que intentamos hacer
nosotros. Al fallar, cuestionamos la
salvación. Entonces la respuesta
está en recordar que es Jesucristo,
Señor nuestro, quien nos libra de
este cuerpo de muerte, como lo
reconoció el mismo apóstol Pablo:
“¡Miserable de mí! ¿quién me
librará de este cuerpo de muerte?
Gracias doy a Dios, por Jesucristo
Señor nuestro. Así que, yo mismo
con la mente sirvo a la ley de Dios,
más con la carne a la ley del
pecado.” (vv.24,25).
El Espíritu está preparando a la
iglesia para ese encuentro glorioso
con el Esposo. El Señor es el más
interesado en nuestra santificación
práctica, después de proveernos la
santificación posicional por su
muerte en la cruz. Ambas son
producto de su obra y poder.
Triste comienzo, pero con un final
victorioso: “Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que
están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu. Porque la ley
del Espíritu de vida en Cristo Jesús
me ha librado de la ley del pecado y
de la muerte... para que la justicia
de la ley se cumpliese en nosotros,
que no andamos conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu.”
(8:1,2,4).
La diferencia radica en quién es el
Señor que ordena tu vida. Animaos,
pues a “Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne.”
(Gálatas 5:16).
ANA RUIZ
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El diccionario define “NECESIDAD”
de la siguiente manera: “carencia o
escasez de algo que se considera
imprescindible”.
En el libro de Nehemías
encontramos al pueblo con una
necesidad urgente. Después de
pasar por el arduo trabajo de la
reconstrucción de los muros, en
medio de la asechanza de sus
enemigos mientras trabajaban,
llegó el momento de tranquilidad al
completar la obra y descansar de su
labor. Pero esto no era todo, había
algo aún más importante que la
propia obra que construyeron:
saciar la imperiosa necesidad de
escuchar la Palabra de Dios. Como
dice el concepto que acabamos de
c i t a r, h a b í a e s c a s e z d e l o
imprescindible, oír la voz de Dios.
El pueblo se juntó como un solo
hombre y pidieron a Esdras que
trajera el libro de la ley delante de
todos y que lo leyera. El salmista
reconoce la necesidad de la ley de
Dios y nos dice: “¡Oh, cuánto amo
yo tu ley! Todo el día es ella mi
meditación.” (Salmo 119:97). La
reacción del pueblo no se hizo
esperar, todos estaban atentos al
libro: “Y leyó en el libro delante de la
plaza que está delante de la puerta
de las Aguas, desde el alba hasta el
mediodía, en presencia de
hombres y mujeres y de todos los
que podían entender; y los oídos de
todo el pueblo estaban atentos al
libro de la ley.” (Nehemías 8:3).
¡Cuán importante es buscar el
consejo de Dios para disfrutar de
sus ricas bendiciones! El apóstol
Pablo le dice a Timoteo: “Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y
útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra.”
(1 Timoteo 3:16,17). Por lo tanto,
necesitamos siempre escuchar la
voz de Dios a través de su Palabra
revelada para nosotros. Ella no
solamente nos instruye, nos guía,
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NECESIDAD
nos purifica, nos revela Su plan
para nosotros, permanece para
siempre y sobre todo nos muestra a
Su Hijo. Escribe el poeta de un
himno:
Ama la Biblia
que Dios nos ha dado,
pues nos enseña divina verdad.
Cristo es su tema,
el Hijo entregado
para salvarnos de nuestra maldad.
CORO
Ama la Biblia,
lee la Biblia,
sigue a la Biblia,
de Dios es el don.
Cuando tenemos el deseo de
escuchar con atención la Palabra
de Dios, lo primero que ella hace es
confrontarnos con nuestro pecado,
nos declara aquello que no
estamos haciendo bien. El pueblo,
cuando escuchó la ley de Dios, se
humilló y adoró a Dios, inclinados a
tierra, “Bendijo entonces Esdras a
Jehová, Dios grande. Y todo el
pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén!
alzando sus manos; y se humillaron
y adoraron a Jehová inclinados a
tierra.” (8:6). Esto también trajo
gozo y gratitud por las bendiciones
que Dios derrama sobre aquellos
que le buscan y entienden, con
buen ánimo, lo que quiere
enseñarnos, “Y todo el pueblo se
fue a comer y a beber, y a obsequiar
porciones, y a gozar de grande
alegría, porque habían entendido
las palabras que les habían
enseñado.” (8:12).
Qué bueno es cuando, con
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disposición de corazón y sujetos a
Él, entendemos su voluntad en
nuestras vidas. Recuerdo las
palabras de Pablo en su carta a los
Romanos: “os ruego por las
misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la
renovación de vuestro
entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y
perfecta.” (Romanos 12:1,2).
La experiencia espiritual que
vivieron en aquellos momentos los
llevó a responder con obediencia y
trabajo. Lo dicho por Dios a Moisés,
que debía hacer el pueblo, de
preparar ramas de palmeras y
árboles frondosos para hacer
tabernáculos donde habitarían, fue
perfectamente entendido por el
pueblo, “Y toda la congregación
que volvió de la cautividad hizo
tabernáculos, y en tabernáculos
habitó; porque desde los días de
Josué hijo de Nun hasta aquel día,
no habían hecho así los hijos de
Israel. Y hubo alegría muy grande.”
(8:17)
¡Qué lección más preciosa! En el
momento que buscamos escuchar
su Palabra con ánimo pronto,
somos bendecidos grandemente.
Aprendemos también que los
israelitas debían recordar que, el
hecho de habitar en tabernáculos
les hacía mirar las promesas de
Dios y que su pertenencia no era
este mundo. “Mas nuestra
ciudadanía está en los cielos, de
donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo;”
(Filipenses 3:20). De la misma
manera somos llamados a no vivir
amoldados a este siglo, “Amados,
yo os ruego como a extranjeros y
peregrinos, que os abstengáis de
los deseos carnales que batallan
contra el alma,” (1 Pedro 2:11).
JOAB CERVINI
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“Pues tus palabras son mis delicias”
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“Más de Jesús quiero aprender,
más de su gracia conocer,
más del amor con que me amó,
más de su cruz en que murió.”
(Himnos del evangelio. # 415)
Así es como empieza un himno
cristiano en cuyas líneas el poeta
expresa su necesidad de aprender
y conocer más de su Señor, el cual
le amó y murió por él. La primera
estrofa de este cántico vino a mi
mente en estos últimos días del
año, siendo un tiempo propicio para
reflexionar en cómo ha sido nuestro
andar. Probablemente a muchos
nos gustaría que algunas
situaciones hubiesen sido
diferentes y otras que sigan
estando como están. Pero en el
Señor toda circunstancia tiene su
razón de ser, “Y sabemos que a los
que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son
llamados.” (Romanos 8:28).
En Dios podemos descansar con la
certeza de que todo lo que permite
en nuestra vida es para bien, él está
en control de todo suceso. Sin
embargo, esto no anula la
responsabilidad que tenemos los
que por fe confiamos en Jesús, el
Hijo de Dios. Por lo cual, como
dirían los antiguos, es menester
ceñirse los lomos para emprender
este nuevo año que Dios, en su
infinita misericordia y amor, nos
concede empezar.
Como el autor del himno, sea
nuestro sentir en conocer cada vez
más a quien su vida dio en rescate
por nosotros. El caminar de Cristo
en esta tierra fue en perfecta
armonía y dependencia del Padre,
él podía decir: “Porque el que me
envió, conmigo está; no me ha
dejado solo el Padre, porque yo
hago siempre lo que le agrada.”
(Juan 8:29). Aprender del Señor y
seguir su ejemplo requiere el
reconocimiento de su señorío en
todas las áreas de nuestra vida.
Esto no sucede de la noche a la
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MÁS DE JESÚS
mañana, pero sí ha de ser o debería
ser una constante en nuestro andar.
De él aprendemos cómo
relacionarnos con el Padre, con los
creyentes y con aquellos que
necesitan la salvación. Él dijo a sus
discípulos: “Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras
almas; porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga.” (Mateo 11:29-30),
invitación que también es para
nosotros. Conocer más de su
gracia ¡qué importante! ya que en el
camino, no sólo nos vamos
encontrando con obstáculos y
dificultades que nos desaniman y
desconciertan, también está el
obrar del Espíritu descubriendo el
pecado que hay en nuestro
corazón; pero entonces, al mirar a
Jesús, vemos su gracia, la cual es
abundante e ilimitada frente a
nuestros fracasos y traspiés,
tornándose cada vez más preciosa
para nosotros, “Porque de su
plenitud tomamos todos, y gracia
sobre gracia. Pues la ley por medio
de Moisés fue dada, pero la gracia y
la verdad vinieron por medio de
Jesucristo.” (Juan 1:16-17).
Luego está su amor, que también
es abundante, perfecto e
inigualable. Aunque él es amor, sólo
puede ser disfrutado por aquellos
que tienen una relación personal
con él. Nosotros somos objetos de
su amor, el mismo que no cambia y
al que estamos llamados a
permanecer, “Como el Padre me ha
amado, así también yo os he
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amado; permaneced en mi amor. Si
guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; así
como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre, y
permanezco en su amor.” (Juan
15:9-10). Por último, la cruz
símbolo de humillación vergüenza y
maldición, nos recuerda lo grave,
feo y serio que es el pecado ante el
Dios Santo. Y gracias a que Jesús
tomó nuestro lugar en la cruz fue
satisfecha la demanda de la justicia
divina, por tanto, ya no hay más
juicio por el pecado para los
salvados.
Al confiar en Jesucristo como
nuestro Salvador recibimos un
conocimiento básico de lo que él
hizo para salvarnos de la
condenación eterna y esta es la
entrada o comienzo a un
conocimiento más profundo de Su
persona y obra por medio del
Espíritu y a través de las Escrituras,
siendo fundamental para nuestro
crecimiento espiritual.
Que este sea nuestro anhelo y
sentir en este nuevo año, conocer
más de Aquel que nos amó y al que
pronto veremos cara a cara.
El apóstol Pablo expresó: “Y
ciertamente, aun estimo todas las
cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo
tengo por basura, para ganar a
Cristo,... a fin de conocerle, y el
poder de su resurrección, y la
participación de sus
padecimientos, llegando a ser
semejante a él en su muerte,”
(Filipenses 3:8).
DIANA ZAMBRANO
Más de Jesús quisiera hablar,
más de su comunión gozar,
más de sus dones recibir,
más con los otros compartir.
Más de Jesús anhelo ver,
más de su hermoso parecer,
más de la gloria de su faz,
más de su luz, más de su paz.