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ESTADO: GARANTE DE LA VIDA, NO DUEÑO DE LA MISMA

ESTADO: GARANTE DE LA VIDA, NO DUEÑO DE LA MISMA

Muchos de los países latinoamericanos en su afán de asemejarse a las grandes potencias

mundiales, implementan modelos y extranjerismos en su estilo de vida, dentro de estos, sus

sistemas; haciendo referencia a los sistemas sociales y judiciales, se puede abarcar la manera en

cómo se imponen las penas para aquellos que contravienen las normas y leyes propiamente

establecidas. Así es como la pena capital podría pensarse como un modelo ejemplar de

concientización pública sobre las consecuencias de lo mal visto moral y humanamente. Pero

¿Cree usted, amable lector que un remedo de Ley del Talión sería una solución eficaz a la alta

tasa de criminalidad atroz que se presenta actualmente en nuestro país?, ¿Son los pocos que

dirimen esta nación, legisladores y a su vez dueños de la vida?

En Europa, por ejemplo, Bielorrusia aun acoge esta medida de penalización contra la vida,

Estados Unidos, la mayoría de los países correspondientes a Oceanía, Guatemala, algunos

estados del caribe, democracias como Japón e India en el continente de Asia, en África:

Botsuana, Zambia, Egipto, Libia, países árabes y en parte del Oriente. En Cuba, no prevalece ley

alguna que contemple que no se puede ejecutar una pena de muerte. (García, José Juan (2015).

La pena de muerte. Philosophica: Enciclopedia filosófica on line. Recuperado de

https://es.wikipedia.org/wiki/Pena_de_muerte). Por lo anterior, Cuba fomenta ambiguamente un

vacío jurídico que se hace notorio; pues lo que no está contemplado como prohibido en buen

orden de ideas, se puede hacer.


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Sabiendo esto, también se infiere que en las grandes potencias del mundo, no existe un mínimo

de respeto por un derecho natural como lo es la vida; ni por el hecho de saber como seres

humanos que atentar contra la vida de otro es un actuar erróneo, ni aun por el saber que el bloque

de constitucionalidad aceptado en otras naciones preserva este derecho.

En el artículo 2º de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, se hace

referencia a esta garantía:

“Artículo 2. Derecho a la vida. 1. Toda persona, tiene derecho a la vida. 2. Nadie podrá ser

condenado, a la pena de muerte, ni ejecutado”.

El artículo 4° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, establece:

“Artículo 4. Derecho a la Vida: 1. Toda persona tiene derecho, a que se respete su vida. Este

derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie

puede ser privado, de la vida arbitrariamente”.

La Declaración Universal de los Derechos humanos en su artículo 3°, también infiere que:

“Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su

persona"

De acuerdo al Pacto Internacional de Derechos Civiles, y Políticos, “Las personas, pueden

actuar libremente, su vida, no puede ser suprimida arbitrariamente, no se pueden tolerar los

medios, para impedir su desarrollo físico, emocional, económico, y social. Asimismo, el Estado,

tiene el deber de realizar acciones de prevención, y sanción del delito de genocidio; prohibir la

tortura, las penas crueles, inhumanas, y degradantes, que afectan directa, o indirectamente al

derecho a la vida digna”. (Asamblea General de la ONU, 1996).


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En el Pacto de San José de Costa Rica, en su Artículo 4º, se encuentra una manifestación de

conservación de la vida:

“Artículo 4º. Derecho a la vida: 1.- Toda persona, tiene derecho a que se respete su vida. Este

derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie

puede ser privado de la vida arbitrariamente.”

Incluso, en Colombia, en la propia Constitución Política se hace salvaguarda, así:

”Artículo 11. El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.”

El derecho a la vida, es sin lugar a dudas el derecho humano fundamental y esencial de donde se

desprenden los demás, por ende, si se atenta contra éste, todos los demás se violentarían

automáticamente. No existiría una vida que pueda gozar de estas garantías. Asi las cosas, por

más que se quiera justificar un crimen con otro crimen, un castigo de homicidio por errores en el

convivir social, esto solamente traería un sinnúmero de actos que atentan contra la existencia

física de un ser humano, la vida se tornaría como una facultad que tienen unos y otros quizás,

sería disponible frente a los valores como la estabilidad ciudadana o del Estado.

Si en una legislación como la colombiana, se presentan varios errores judiciales de imposición de

pena, tasación de la misma, individualización y de medidas cautelares, se sabe que son penas que

se pueden revertir o resarcir en el tiempo con compensaciones para el presunto culpable o para el

imputado si es el caso de un fallo condenatorio ya en firme, de carácter pecuniario y/o de

retracción, pero, si a un ser humano se le quita la vida, ésta es una pena irreversible frente a un

error judicial procedimental, además impide la rehabilitación y el arrepentimiento, sea como sea,

se le quita la oportunidad de reparación, reintegración y redención a las personas que puedan

demostrarse como víctimas.


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Por el contrario de lo que se piensa, esto no llegaría a ser un modelo de castigo judicial ejemplar

y de resocialización, suele emplearse más bien en sistemas de justicia sesgados, injustos y que no

buscan un modelo de estado social de derecho. Dista entonces de una sociedad que requiere con

urgencia aprender que no se debe matar, no se debe acceder carnalmente por medio de la

violencia, no se debe hurtar y demás porque es de vital importancia que todos sus miembros

sepan que con ello se está causando un daño a un conglomerado; lo que fomentaría la pena de

muerte, sería entonces, una exhortación a las personas a no hacer las cosas que causan daño a los

demás por mero miedo, mas no porque en su sentir esto realmente cause menoscabo alguno.

La solución más efectiva, será entonces enseñar desde una temprana edad a quienes estén a su

cargo hábitos de cultura, filantropía, educación, buenos modales y costumbres. Si usted no

considera la vida como un regalo divino, haga lo que le corresponda para que en las personas que

dependen de usted en cuanto a crianza y enseñanza de vida, se cree la idea de que causar daño y

violentar las garantías de los demás trae una consecuencia social, legal y de contrapeso para sí

mismo, que todo en la vida se vuelve a quien lo creó, si se roba un peso, diez la vida le cobrará.

O para quienes son creyentes simplemente es aplicar lo anteriormente descrito y dar un enfoque

más espiritual, con ánimo de entender la vida como una facultad que un ser supremo llamado

Dios, Alá, Jehová, Yahvé, Emmanuel, Creador… regala a los hombres por gracia, para brindar al

mundo lo mejor que se pueda dar en el tiempo en que se está vivo.

Todas estas actuaciones se aprehenderán por puro ejemplo, así entonces, la certeza de la

actuación de la justicia y unas verdaderas políticas públicas de resocialización se verán

plasmadas en la sociedad colombiana. La aplicación de la justicia será pues, más oportuna y las

autoridades de investigación no estarán en colapso para así incurrir en lentitud y desacierto

procesal.
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Cometer homicidio con sustento legal, no será nunca necesaria para impartir justicia y combatir

la impunidad, al contrario, genera morbo y deseo de venganza, exhorta al miedo por la ley y no

al respeto por el otro.

La pena de muerte estuvo presente en el ordenamiento jurídico colombiano amparado por el

Artículo 29 de la Constitución Política de 1886 (Constitución Política Colombiana, 1886, págs.

10, 11), pero en 1910 se abolió con el Acto Legislativo de 03 del mismo año, (Asamblea

Nacional de Colombia, 1910) por ende, volverla a aceptar como modelo de castigo social, solo

conllevaría a un retroceso legal, a un ir y venir de normas que no garantizarían el mínimo

derecho que tiene un ser humano desde el mismo momento de ser engendrado: la vida. ¿Por qué

entonces valdría la pena facultar al Estado como amo de la vida y no como garante?

Por: Katherine Johanna Espitia Hernández

Facultad. Trabajo Social

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