Está en la página 1de 9

EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1.

LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA (1939-1959)


CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

El 1 de abril de 1939 se dio por terminada la Guerra Civil, ese final no fue más que el de las
confrontaciones bélicas, no hubo paz porque oficialmente el estado de guerra, y con él la actuación
de los durísimos tribunales militares, se mantuvo hasta abril de 1948. Poco antes de finalizar la
guerra, febrero de 1939, Franco dictó la Ley de Responsabilidades Políticas, que con efectos
retroactivos, estaba destinada a perseguir a quienes desde octubre de 1934 habían colaborado “con
actos u omisiones a forjar la subversión roja”
Para que nadie pudiera quedar libre de sospecha en marzo de 1940 se promulgó la Ley de
Represión de la Masonería y el Comunismo cajón de sastre que sirvió para condenar a todo aquel a
quien no se le pudiera probar otra cosa.
Con el armazón legal de las leyes citadas el régimen de Franco procedió a una represión
sistemática y selectiva de todas aquellas personas que de una u otra forma pudiesen hacer cualquier
tipo de oposición, no se vislumbraba el menor atisbo de reconciliación entre vencedores y vencidos.
En el orden demográfico la guerra se había saldado con 243.000 españoles muertos, sin
contar las bajas de los extranjeros combatientes, y con unas consecuencias económicas importantes
ya que la producción española descendió en todos los sectores de forma dramática, no
recuperándose el nivel de renta anterior a la guerra hasta 1959.
En cuanto a las consecuencias sociales, y unidas a la anterior, fue la carencia de alimentos
lo que obligo al racionamiento, la falta de viviendas en buena parte del país y la carencia de las
mínimas condiciones de vida. A esto se une el efecto moral. La guerra dejó marcadas a varias
generaciones por el trauma del sufrimiento durante los tres años de conflicto, pero también por la
represión posterior y la atmósfera de la España postbélica, un clima de revancha, de persecución y
de imposición de una escala de valores unilateral, la de los vencedores, que prolongó durante
muchos años la división y el enfrentamiento entre los españoles.

LA ESTRUCTURA DEL NUEVO RÉGIMEN


FUNDAMENTOS POLÍTICO-INSTITUCIONALES

En los primeros años el franquismo fue definiendo el sistema institucional de un nuevo


Estado autoritario.
La clave de todo el sistema político fue siempre el poder dictatorial, personal y vitalicio de
Franco como jefe del Estado, presidente del gobierno, cabeza del partido único y generalísimo de
los ejércitos. Cabe destacar varias notas diferenciales del Estado franquista surgido tras la victoria
en la Guerra Civil:
 Concentración total de poderes (ejecutivo, militar, legislativo e incluso resortes del judicial)
en manos de Franco.
 Rechazo de los principios democráticos y negación del sufragio universal, del pluralismo
político y de la separación de poderes.
 Restricción de las libertades de expresión, asociación y reunión.
 Ausencia de Constitución escrita y lentitud en el proceso de institucionalización plena del
régimen, cuya legislación fue elaborándose entre 1938 y 1967 a bases de las llamadas “leyes
fundamentales”i, que definieron los principios antidemocráticos del régimen y el carácter
autocrático del ejercicio del poder. Durante la guerra civil ya se había promulgado el Fuero
del Trabajo (1938) y en los años cuarenta se promulgaron otras cuatro leyes importantes.
Dentro de este marco legal destaca el Fuero de los Españoles (Ley de 1945) donde aparecía
enunciada la declaración doctrinal del régimen, presentándose como una enumeración de
derechos y deberes, sin ninguna garantía democrática, que en realidad no pasó de ser una
pura ficción. Realizado el fin de distraer a la presión internacional en un momento en que
cuestionaba duramente las esencias totalitarias del régimen. Las libertades formalmente

-1-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

reconocidas quedaban limitadas y reducidas en la práctica, ya que jamás podían contravenir


los principios del régimen.

Familias políticas y principios ideológicos

La política aplicada por Franco se caracterizó por la adaptación pragmática a los


acontecimientos que se iban produciendo en el contexto internacional (II Guerra Mundial y Guerra
Fría) y en la propia sociedad española.
Sin aptitud para grandes planteamientos políticos, y dado su carácter pragmático, Franco se
limitó a adoptar los principios de aquellas instituciones y formaciones políticas y sociales que lo
habían encumbrado a las más altas magistraturas del nuevo Estado: el ejército, la Iglesia y la
Falange, que, junto a los tradicionalistas y monárquicos, formaban las llamadas familias del
régimen. Pero a la vez procuró que nadie contrarrestara su influencia, con el fin de que ni persona ni
grupo alguno acaparara tanto poder que se pudiera llegar a cuestionar el suyo propio.
Su dictadura mantuvo siempre una serie de principios ideológicos que le dieron sus señas de
identidad. Entre ellos destacaron estos tres: el nacionalpatriotismo, el nacionalsindicalismo y el
nacionalcatolicismo.

El Ejército y el nacionalpatriotismo

La principal aportación ideológica de los militares al régimen fue el nacionalpatriotismo,


una visión unitarista y tradicionalista de España que Franco asumía como propia, dada su
trayectoria personal y su formación exclusivamente militar.
Se trataba de una concepción de España en la que la defensa de la integridad territorial de la
patria había de ser el objetivo prioritario del gobierno. Por ello, cualquier asomo de particularismo
regional fue tachado invariablemente de separatismo y, en su afán uniformizador, se prohibió el uso
público de cualquier lengua que no fuera el castellano.
El ejército fue el principal baluarte del nuevo Estado. Con un espíritu tradicionalista y muy
impregnado de las ideas totalitarias del momento, conseguía copar las más altas esferas de la
Administración. En los años cuarenta un amplio porcentaje de los ministros y subsecretarios fueron
militares.
Sin embargo, no dejó de haber reticencias dentro de esta propia institución. A partir de
1943, algunos generales conspiraron sin éxito contra Franco, preocupados por las consecuencias de
un alineamiento excesivo en favor de las potencias fascistas en un momento en que ya se adivinaba
la victoria de los aliados. Otros mostraron su desacuerdo con la arbitrariedad con que Franco ejercía
su poder, promocionando a los mandos más jóvenes que le eran más fieles, o con la corrupción que
se había generalizado en la Administración pública.
Los símbolos militares y la organización castrense impregnaron también muchas
manifestaciones de la vida cotidiana. La vestimenta militar, la educación física como instrucción
militar, la exaltación de la bandera crearon una escenografía especial durante varias décadas. A
partir de los años sesenta, la modernización del país y la introducción de ideas, comportamientos
sociales y costumbres extranjeras harían pasar a un segundo plano ese conjunto de valores, sobre
todo en las generaciones que no habían vivido la guerra.

La Falange y el nacionalsindicalismo

En los años cuarenta, la Falange aportó al franquismo los elementos más novedosos de su
ideario, así como su imagen externa. Antiliberal, antimarxista y antidemocrática, la Falange
propiciaba un sistema totalitario al que denominaba nacionalsindicalismo. Las bases de dicho
sistema se habían inspirado en las teorías del fascismo italiano sobre la organización del Estado
corporativo, un Estado controlado por un partido y un sindicato únicos que habrían de superar los
conflictos entre clases sociales fomentando los sentimientos de solidaridad nacional.
Si al estallar la guerra la Falange contaba con unos 6 000 militantes, los llamados camisas
viejas, durante los años cuarenta llegó a tener unos 600 000 afiliados. Ejerció su labor de

-2-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

adoctrinamiento y captación de cuadros a través de organizaciones paralelas que atendían sectores


sociales específicos, como las mujeres (Sección Femenina), la juventud (Frente de Juventudes) o la
infancia (Organización Juvenil Española, OJE).
En el ámbito sindical y bajo su inspiración se creó la Central Nacional Sindicalista (CNS) o
sindicato vertical, una ficción de sindicato interclasista y único en el que fueron obligados a afiliarse
tanto patronos como obreros, y cuyos cuadros fueron ocupados por miembros de la propia Falange.
En el campo se crearon las Hermandades de Labradores y Ganaderos.
La Falange ocupó cerca de un tercio de los altos cargos del franquismo en los primeros años
cuarenta. Sin embargo, su influencia política real fue bastante discutible. Aunque hasta 1945 los
sectores falangistas tuvieron un claro predominio, Franco controló en todo momento a la Falange a
través de dirigentes afines, como su propio cuñado Ramón Serrano Súñer, al que nombró ministro
de Asuntos Exteriores entre 1939 y 1942.
La presencia de los falangistas en la vida pública española empezó a ser intensamente
criticada por los militares y los monárquicos tradicionalistas a partir del 42, hasta desencadenar un
enfrentamiento abierto en el santuario de la Virgen de Begoña en Bilbao, donde dos granadas de
mano lanzadas por los falangistas provocaron un centenar de heridos entre carlistas vasconavarros.
Esta ocasión fue aprovechada por Franco para relevar a Serrano Súñer.
Dos años más tarde, la derrota de Italia y Alemania aconsejó disimular los aires fascistoides
del régimen. Se impuso el relevo en el gobierno de los falangistas más destacados mientras se
promocionaba a destacados miembros de asociaciones católicas, principalmente personas
vinculadas al tradicionalismo y a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, en un intento
de homologar al régimen con la democracia cristiana italiana que en la posguerra había tomado el
relevo al fascismo.
La Iglesia y el nacionalcatolicismo

Otro aspecto clave fue la identificación de la dictadura con el catolicismo, hasta el punto de
que se ha generalizado el término nacionalcatolicismo para etiquetar el régimen. Desde el inicio de
la guerra la jerarquía católica se identificó con la sublevación, bautizando la causa nacionalista
como cruzada. El dominio que la Iglesia ejerció sobre la vida social de la España franquista fue
absoluto en la censura, en los medios de comunicación y en la educación, donde el clero controlaba
la enseñanza a través de la censura de los libros de texto y la enseñanza obligatoria de la religión
católica, al tiempo que se facilitó la implantación de una amplia red de centros escolares regidos por
órdenes religiosas.
Además, la participación en los rituales y liturgias católicos (misa dominical, procesiones,
confesiones anuales, bautizos, bodas, entierros) fue casi obligatoria, bajo pena de ser considerado
desafecto al régimen. Se impuso una estricta moral católica, pública y privada, hasta el punto de que
su incumplimiento llegó a castigarse en el Código Penal.
El Estado se declaró confesional y suprimió toda la legislación laica de la República, con lo
que desapareció la posibilidad del matrimonio civil, el divorcio y el aborto, por considerarlos
anticristianos.

Otros elementos configuradores del régimen

Otro elemento en los que se cimentó el régimen fue el anticomunismo, extendido en


realidad en términos amplios a todos los llamados rojos, y que abarcaban, según la óptica de la
dictadura, desde la extrema izquierda revolucionaria hasta la burguesía democrática, por moderada
que fuera. Cuando, a partir de 1950, el régimen fue admitido en las organizaciones internacionales,
la propaganda se concentró en el mensaje anticomunista, acorde con los vientos de guerra fría que
circulaban por Occidente, y moderó sus ataques hacia los estados parlamentarios. El materialismo
comunista, se convirtió en el blanco de las diatribas del régimen, especialmente desde que se
comprobó la gran rentabilidad política que suponía atacar a los soviéticos en el contexto de la
guerra fría que se implantó en Europa al final de los años cuarenta.

-3-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

Por último, Franco sintió por la masonería una especial aversión, ya que la
consideraba ajena al genuino espíritu español. En virtud de ello justificaba la dura represión que se
emprendió contra esta ideología.

Con este substrato ideológico el régimen se tuvo que enfrentar a su primera decisión
importante en materia de política internacional: el estallido de la II Guerra Mundial.

FRANCO Y LA II GUERRA MUNDIAL

La actitud de España ante la II Guerra Mundial fue cambiante. En un primer momento, La


España franquista mantenía unas relaciones excelentes con las potencias del Eje por los apoyos
políticos y militares que le habían proporcionado durante la guerra civil. Sin embargo, a pesar de los
vínculos con la Alemania nazi y la Italia fascista, al estallar la guerra en septiembre de 1939, el
gobierno de Franco se declaró neutral, como consecuencia de su propia debilidad.

A pesar de ello, la colaboración con las potencias fascistas fue constante y, en junio de
1940, ante las arrolladoras victorias alemanas, Franco decidió adoptar una política de no
beligerancia con la que mantenía abierta la posibilidad de intervenir a favor de Alemania (continuó
facilitando el trabajo de los espías nazis contra la Marina inglesa, el aprovisionamiento secreto de
los barcos alemanes en puertos españoles y la exportación de materiales estratégicos, como el
wolframio, el hierro y las piritas para la fabricación de armamento), lo que significaba que aunque
no combatiente en forma directa pasaba a serlo en forma indirecta. El momento de máxima
colaboración se produjo en junio de 1941, cuando se decidió enviar al frente ruso un cuerpo de
voluntarios al que se llamó la División Azul. Con la entrada de EE UU en la guerra, la caida de
Mussolini y a medida que el signo de la guerra cambiaba de sentido y que se hacía más patente la
pérdida de posiciones de la Alemania nazi. El gobierno franquista se acomodó a la nueva situación,
sustituyendo al pro nazi Serrano Súñer por un ministro de Asuntos Exteriores anglófilo (el conde de
Jordana), volviendo a la política de neutralidad y retirando del frente a la División Azul en 1943.

EL BLOQUEO INTERNACIONAL

Una vez terminada la II Guerra Mundial España quedó marginada internacionalmente. Los
países vencedores consideraban al régimen franquista un residuo del fascismo contra el que habían
luchado, y las grandes potencias –EE.UU., URSS, Gran Bretaña- acordaron que nuestro país no
sería admitido en la recién creada ONU por su pasada vinculación con la Alemania nazi.

La Asamblea General de la ONU aprobó en 1946 varias resoluciones condenando al


gobierno de Franco, considerado una amenaza para la paz mundial, y recomendando a los países
miembros la ruptura de relaciones diplomáticas con España.

Dos años más tarde, la derrota de Italia y Alemania aconsejó disimular los aires fascistoides
del régimen. Se impuso el relevo en el gobierno de los falangistas más destacados mientras se
promocionaba a destacados miembros de asociaciones católicas, principalmente personas
vinculadas al tradicionalismo y a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, en un intento
de homologar al régimen con la democracia cristiana italiana que en la posguerra había tomado el
relevo al fascismo.

Hacia 1950 el nuevo entorno internacional parecía más favorable para España, el inicio de
la Guerra Fría contribuyó a suavizar el rechazo de las democracias occidentales y la ONU
reconoció de hecho al gobierno de Franco. Por su parte, EE.UU. comenzó a modificar su actitud
valorando positivamente el inequívoco anticomunismo del régimen español e iniciando los primeros
acercamientos diplomáticos y financieros.

-4-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

LA SOCIEDAD FRANQUISTA

La dictadura devolvió a la oligarquía terrateniente y financiera su hegemonía social y


económica. No solo recuperaron sus negocios y propiedades, sino sobre todo su dominio de la vida
social, con la incorporación ahora de elementos procedentes del Ejército, la Falange o los grupos
enriquecidos durante la guerra y la posguerra gracias a su cercanía a los centros del poder del
régimen. Fueron, además, los principales beneficiarios de la economía intervencionista de las
primeras décadas del franquismo. Más allá de esas elites, el régimen franquista contó con el apoyo
de las clases medias rurales, sobre todo en el Norte y en ambas Castillas, así como de grupos
urbanos beneficiados directamente por las depuraciones masivas realizadas al término de la
contienda entre funcionarios de la administración, maestros, universitarios y militares republicanos.
Su respaldo entre los jornaleros y entre el proletariado industrial era escaso, y en algunas
regiones prácticamente nulo. Lo mismo ocurría entre las clases medias urbanas, una buena parte de
las cuales había apoyado la República y rechazaba la dictadura franquista. Pero una cosa era la
disconformidad y otra muy distinta la oposición o la protesta. La represión sistemática, la miseria
generalizada, el hambre y el hundimiento moral de la derrota desarmaron cualquier posibilidad de
reacción durante varios años, y sólo desde 1946 comenzó una tímida resistencia en las zonas
industriales de Barcelona, Bilbao y Madrid.
Después, la propaganda, el aumento del bienestar a partir de los años cincuenta y el relevo
generacional, hicieron que parte de esos sectores obreros y campesinos adoptaran una actitud de
acomodamiento, de aceptación del régimen y de apoliticismo, cuando no de respaldo directo a la
dictadura.

LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LA ESPAÑA FRANQUISTA

La destrucción material tras la Guerra Civil y la política económica autárquica (situación en


la que se encuentra o a la que aspira un país para bastarse a sí mismo, con sus propios recursos,
evitando las importaciones) e intervencionista practicada por el gobierno fueron los factores que
provocaron el estancamiento económico español durante los años cuarenta.
Con las medidas autárquicas adoptadas se pretendía alcanzar el mayor grado de autoabastecimiento
y autosuficiencia sin depender del exterior, prescindiendo de artículos importados susceptibles de
ser producidos en España. Para conseguirlo se estableció, como hiciera antes el dictador Primo de
Rivera, una fuerte intervención del Estado en economía.
El conjunto de las actividades productivas pasaron a ser estrechamente controladas por el
gobierno, que mediante decretos y leyes tomaba las principales decisiones sobre distribución,
consumo, salarios, precios, comercio e inversión. Con esta intervención el estado franquista
favoreció los intereses de aquellos grupos sociales que habían contribuido a la victoria en la guerra:
latifundistas, grandes empresarios y alta burguesía.
Las repercusiones de la política autárquica fueron:
 Descenso de la renta per cápita resultado de un ritmo inferior de crecimiento.
 Retroceso de la producción industrial, estrangulada por falta de materias primas, capitales,
maquinaria y tecnología moderna sólo disponible a través de la importación.
 Elevada inflación, por la excesiva emisión de moneda para financiar la deuda estatal.
 Descenso del nivel de vida, bajos salarios y hambre generalizado, lo que obligó al
racionamiento.
 Aparición del “mercado negro”.

A principio de los años 50 comenzó una fase de lenta recuperación económica coincidiendo con
la obtención de ayuda financiera norteamericana y con el cambio de orientación de la política
económica gubernamental. Las autoridades franquistas, reconocido el fracaso de la política
autárquica, impulsaron la apertura de la economía española al comercio internacional, favorecieron
la importación de productos industriales y disminuyeron las intervenciones estatales innecesarias.
A mediados de la década el crecimiento, especialmente en el sector secundario, se aceleró. Sin
embargo, en 1957 España se encontraba al borde de la suspensión de pagos al exterior, con las

-5-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

reserva de divisas agotadas y casi en bancarrota porque el volumen de las exportaciones nacionales
resultaba insuficiente para compensar la creciente importación de productos. Ese mismo año entran
en el gobierno los llamados tecnócratas que ponen en marcha un conjunto de medidas legislativas
de reforma económica conocidas con el nombre de “Plan de Estabilización”.
Sus objetivos eran modernizar, liberalizar, racionalizar y sanear la economía nacional. Las
medidas concretas tomadas consistieron en:
 Devaluación de la peseta para fomentar las exportaciones y eliminar el déficit de la balanza
comercial.
 Limitación del gasto público y congelación salarial para contener el alza de precios.
 Incremento de impuestos.
 Concesión de facilidades a la inversión de capital extranjero en España.

El plan de Estabilización redujo a corto plazo la inflación y salvó la bancarrota. Por el contra
disminuyo el nivel de consumo de los asalariados e hizo aumentar el desempleo al quebrar empresas
anteriormente protegidas. No obstante, en conjunto, el Plan resultó un éxito y puso las bases para el
espectacular desarrollo económico de los años 60.

-6-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

Texto nº 9 FUERO DE LOS ESPAÑOLES


Art. 1.El Estado español proclama el respeto a la dignidad, integridad y la libertad de la
persona humana, reconociendo al hombre, en cuanto portador de valores eternos y
miembros de una comunidad nacional, titular de deberes y derechos...
Art. 6.La religión católica será protegida por el Estado pues es re como religión oficial. El
Estado, no obstante asume la protección de la libertad religiosa, la moral y el orden
público.
Art. 10. Los españoles tienen derecho a participar en las funciones públicas de carácter
representativo, a través de la familia, el municipio y el sindicato y de otras
representaciones que las leyes establezcan.
Art. 12. Todo español podrá expresar libremente sus ideas mientras no atenten a los
principios fundamentales del Estado.
Art. 15. Nadie podrá entrar en el domicilio de ningún español ni registrarlo sin su
consentimiento, a no ser con mandato de la Autoridad competente y según establezcan las
Leyes.
Art. 16. Los españoles podrán reunirse y asociarse libremente para fines lícitos de acuerdo
con lo establecido por las Leyes.
Art. 18. Ningún español podrá ser detenido salvo en los casos y la forma que establezcan
las leyes. El detenido en el plazo de setenta y dos horas será puesto en libertad o entregado
a la autoridad judicial.
Art. 22. El Estado reconoce y ampara a la familia como instrumento natural de la
sociedad, con derechos y deberes anteriores a toda ley humana. El matrimonio será uno e
indivisible. Se protegerá a las familias numerosas.
Art. 30. Se reconoce y ampara, por parte del Estado, la propiedad privada. Toda forma de
propiedad se subordina a la necesidad de la Nación y al bien común.
Art. 33. El ejercicio de los derechos que se reconocen en este Fuero no podrán atentar a la
unidad espiritual, nacional y social de España.
Art. 34. Las Cortes votarán las Leyes necesarias para el ejercicio de los derechos
reconocidos en este Fuero.
Art. 35. La vigencia de los artículos doce, trece (secreto de la correspondencia), catorce
(libertad para fijar la residencia en el territorio nacional), quince, dieciséis y dieciocho
podrá ser suspendida por el gobierno total o parcialmente mediante Derecho Ley.
Palacio de las Cortes, 30 de junio de 1945.»

-7-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

TEXTO 8: LA RESOLUCIÓN DE LA ONU SOBRE RELACIONES CON ESPAÑA

“La Asamblea General, convencida de que el Gobierno fascista de Franco


en España fue impuesto al pueblo español por la fuerza con la ayuda de las
potencias del Eje, y a las cuales dio ayuda material durante la guerra, no
representa al pueblo español, y que por su continuo dominio de España está
haciendo imposible la participación en asuntos internacionales del pueblo español
con los pueblos de las Naciones Unidas o por estos organismos, hasta que se
instaure en España un gobierno nuevo y aceptable.
Deseando, además, asegurar la participación de todos los pueblos amantes
de la paz, incluso del pueblo de España, en la comunidad de naciones,
recomienda que, si dentro de un tiempo razonable, no se ha establecido un
gobierno cuya autoridad emane del consentimiento de los gobernados, que se
comprometa a respetar la libertad de palabra, de culto y de reunión, libre de
intimidación y violencia y sin tener en cuenta los partidos, pueda expresar su
voluntad, El Consejo de Seguridad estudie las medidas necesarias que han de
tomarse para remediar la situación.
Recomienda que todos los miembros de las Naciones Unidas retiren
inmediatamente a sus embajadores y ministros plenipotenciarios acreditados en
Madrid.
La Asamblea General recomienda que los Estados miembros de las
Naciones Unidas informen al Secretario General, en la próxima sesión de la
Asamblea, que medidas han tomado de acuerdo con esta recomendación”

Resolución 39/1 de la Asamblea General de Naciones Unidad, 12 de diciembre de


1946.

-8-
EL RÉGIMEN FRANQUISTA 1939- 1975 1. LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA 1939-1959

i
Franco, con su sentido pragmático fue elaborando diversas leyes fundamentales (6) que le sirvieran de base
institucional a su régimen:
• Fuero de trabajo 1937: inspirada en el modelo fascista italiano. Articulaba las relaciones del mundo
del trabajo y los fundamentos de la organización económica del régimen
• Ley de Cortes 1942: que creaba un “órgano parlamentario”, pero sin atribuciones legislativas,
compuesto por más de 500 “procuradores”, de los cuales la mayoría eran de oficio, unos 50
designados directamente por Franco. La elección nunca fue directa, salvo a partir de 1968, cuando se
permitió elegir 1/3 de los procuradores bajo sufragio restringido a los cabezas de familia y mujeres
casadas.
• Fuero de los Españoles 1945: como operación de maquillaje del régimen ante las exigencias
democráticas de los vencedores, que de hecho apenas transformaron en nada la realidad política
española, pues no supuso una democratización del sistema.
• Ley del Referéndum 1945: un sistema sin garantías de voto directo para ratificar textos legales
considerados de extraordinaria trascendencia. Intentó dar una cierta apariencia democrática
reconociendo el derecho de los españoles al voto. Las pocas que se llegaron a realizar estuvieron
sujetas a todo tipo de manipulaciones propagandísticas.
• Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado 1947: que confirmaba el carácter vitalicio de la jefatura
de Franco, regulaba el mecanismo de sucesión y definía España como Reino. El dictador se
reservaba el derecho a designar, a la persona que a su muerte le sucedería como rey, lo que creó
enemistades con Don Juan de Borbón, padre de Juan Carlos I. Esta ley fue aprobada mediante
referéndum en uno de los “pucherazos” de la Historia del Régimen por más del 93 % de los votantes
y tan solo un 18 % de abstención. Su sucesor, como veremos, no se decidió hasta 20 años después.
• Ley de Principios del Movimiento Nacional 1958: que reafirmaba los viejos valores teóricos del
régimen: antiliberalismo, centralismo, nacionalcatolicismo...
• Ley Orgánica del Estado 1967: última ley del régimen, que pretendía refundir legislativamente los
elementos dispersos de las leyes anteriores, depurando algunas connotaciones totalitarias.

-9-

También podría gustarte