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PAPEL U ORO.

Eylin
De todos modos, la gran aventura financiera de John Law no fue inútil. Los economistas llegaron a
ciertas conclusiones, desarrollaron y perfeccionaron la idea de John Law y la pusieron a prueba en
sus respectivos países. En el transcurso del siglo XVIII en la mayoría de los países europeos se
introdujo el sistema del papel moneda. En el imperio Austro-Húngaro, por ejemplo, el papel moneda
fue emitido por primera vez en el año 1,759.

En los siglos XIX y XX el papel moneda se difundió por todo el mundo. El sueño adorado de John
Law se había realizado. En verdad, el papel como medio para la circulación había desplazado al oro,
pero mientras exista el dinero no será posible bajarlo de su trono. El medio para la circulación
mercantil entre países era el oro, y además en cada país los billetes de banco cumplían el papel de
sustitutos del dinero de valor pleno: el oro. Acerca del vínculo que existe entre el papel moneda y el
oro, testimonia la circunstancia, de que cuando en un país cualquiera se emitía papel moneda,
entonces en cada billete de banco se señalaba expresamente su respaldo en oro, es decir aquella
cantidad de oro que este billete remplazaba o representaba. Por ejemplo, hasta principios de la
década de los años setenta del siglo XX un dólar americano representaba 0.888671 gramos de oro,
una libra esterlina inglesa 2.48828 gramos de oro, un franco francés 0.1800000150 gramos de oro,
un franco suizo 0.2032258 gramos de oro, un rublo 0.987412 gramos de oro y un forint húngaro
0.0757575 gramos de oro.

La emisión de papel moneda sobre la base de las reservas de oro tuvo un significado de excepcional
importancia. Esta medida no sólo sirvió para confirmar que cada papel estaba respaldado por una
determinada cantidad de oro, sino que también al comienzo sirvió para garantizar que cada billete
emitido por la entidad legalmente autorizada por el Estado podía ser convertido en oro en cualquier
momento. Cualquier ciudadano podía exigir en la caja del banco la

conversión de su papel moneda en la cantidad de oro señalada en cada uno de los billetes del
banco.

Sin embargo, durante la primera guerra mundial el sistema de papel moneda como signo de oro o de
dinero establecido sobre el principio de la libre convertibilidad sufrió un serio revés. Para cubrir los
gastos militares los gobiernos imperialistas emitieron enormes cantidades de papel moneda, que fue
imposible respaldar con oro. Comenzó la inflación. La libre convertibilidad del papel moneda en oro
que regía en todo el mundo se suspendió.

Por los años 1,924-1,928, en los países capitalistas se ensayó el último intento encaminado a
restablecer el sistema del papel moneda, aunque concebido, ciertamente, en otra forma. Fue
introducido el sistema de las “barras de oro”, cuya esencia consistía en que el banco emisor,
señalaba en la parte superior del billete de banco una suma determinada y se comprometía a
cambiarlo en cualquier momento por un lingote de oro. Por ejemplo, en Inglaterra era posible
convertir en oro los billetes de banco sólo en el caso de que su suma total fuera superior a las 1,400
libras esterlinas (aproximadamente 200,000 pesos). En otras palabras: los poseedores de papel
moneda de poco valor fiduciario no tenían derecho a convertirlo en oro en cambio los capitalistas que
disponían de gran cantidad de dinero, sí. De esta manera estaban asegurados ante el peligro
permanente de la devaluación. Con todo y con esto, la inflación hizo fracasar estruendosamente el
sistema.

En 1,933 también Estados Unidos de América renunció al sistema del papel moneda. A partir de esta
época, el papel moneda prácticamente no era cambiado por oro en ninguna parte, a pesar de que en
cada billete de banco se indicaba su respaldo en oro. De esta manera, los círculos capitalistas
dominantes quedaron con mayor libertad para poner en práctica la política antipopular de la inflación.
En los años de la segunda guerra mundial la devaluación de la moneda alcanzó tales límites que
dejó muy atrás la fantasía más atrevida de la época. En Hungría, por ejemplo a consecuencia de la
especulación de los capitalistas durante la guerra, la inflación alcanzó tal magnitud entre los años
1,939-1,946, que después de la liberación (1 de Agosto de 1,946) cuando se llevó a cabo la
reforma monetaria, 400,000 cuatrillones de pengo se cambiaban por un forint. ¡Un forint equivalía a
400,000,000,000,000,000,000,000,000.000 pengo! ¡Tan bajo había caído el papel moneda en
Hungría inmediatamente después de la guerra!

Así, pues, ya hemos hecho conocimiento con el oro como mercancía universal, es decir como dinero,
y de su secuela lógica: el papel moneda. Ahora ya estamos en condición de decir que conocemos
los rudimentos indispensables acerca del dinero, lo cual nos permitirá seguir paso a paso su secreto
y enigmático camino: la formación de inmensas fortunas a través del pillaje, el despojo y
depauperación de millones de hombres en el período inmediatamente anterior al capitalismo, o sea
en el de la acumulación primitiva del capital, es decir, cuando tuvo lugar la despiadada e implacable
carrera por el dinero.

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