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DINERO, COMERCIO Y MEDIOS DE PAGO

1. DINERO
1.1. INTRODUCCION
En las últimas décadas, hemos presenciado el inicio de una nueva era en la historia monetaria: la era
del dinero electrónico.
De aquellos primitivos sistemas de trueque que durante miles de años sirvieron para intercambiar
bienes y servicios, nacieron las primeras manifestaciones de billetes y monedas que hoy conocemos.
Las monedas fueron mercancías-monetarias primero y metales preciosos después, hasta llegar al
dinero-papel, un medio de cambio que simplificó el comercio, pero obligó a los Gobiernos a un
cuidadoso control de sus monedas.
Hoy, la mayoría de los países del mundo tiene su propio signo monetario, y el avance de la
cibernética y las telecomunicaciones está dando lugar a formas cada vez más sofisticadas de dinero,
todas para la concreción de un mismo fin: agilizar el comercio.
Últimas décadas cambio en la economía: inicio de la era del DINERO ELECTRONICO

1.2. INICIO: TRUEQUE


Sistema de intercambio sin la utilización del dinero (en sus diversas manifestaciones)
Debilidades:
a) ambas partes debían estar interesadas en el bien que la contraparte tiene para intercambiar
b) deben coincidir en el valor otorgado a cada bien a ser intercambiado.
A medida que el comercio entre pueblos se fue intensificando, estas limitaciones del trueque se
volvieron insuperables.
A pesar de ello, el sistema de trueque nunca colapsó: casi naturalmente, las sociedades encontraron
formas más eficientes de continuar desarrollando el comercio y esto dio origen paulatinamente a la
aparición del dinero.
Desde entonces, la mayoría de las transacciones comenzaron a realizarse con el nuevo medio de
intercambio: el dinero. Los bienes eran entonces intercambiados por dinero y el dinero por bienes.

1.3. QUÉ ES EL DINERO?


Dinero es todo aquello que se acepta en el intercambio de bienes y servicios. Y su origen tiene
mucho que ver con el desarrollo del trueque. Las dificultades para comercializar a través del trueque
hicieron que los pueblos buscaran un sistema más rápido de intercambio que diera además un valor
más preciso a sus mercancías.
Así surgió la necesidad de un medio de cambio que lograra representar el valor de todas las
mercancías.
Cualquier mercadería que tuviera la aceptación de todos, separada especialmente, podía convertirse
en equivalente general y ser aceptada como dinero.

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Las primeras manifestaciones de este dinero fueron simples elementos denominados «mercancías
monetarias o dinero mercancía»: alimentos como la sal, objetos como el cuero o «monedas de la
tierra» como la cebada, el cacao, los vacunos o el té, fueron usados como dinero durante siglos por
las distintas culturas del mundo.
Posteriormente, aparecieron formas más sofisticadas de este dinero, como los metales preciosos
(DINERO METALICO), más tarde el dinero-papel (DINERO BILLETE) y después, en su versión más
moderna, el DINERO ELECTRONICO.
Lo increíble de este proceso es que en distintos continentes, y sin conocerse entre sí, los pueblos
fueron simultáneamente transformando el trueque y dando origen a la moneda.

1.4. HISTORIA DEL DINERO


1.4.1 Las primeras monedas
Sobre la aparición del dinero monetario hay diferentes testimonios.
Las primeras monedas que surgieron en el mundo se acuñaron en Lidia, un reino de Asia Menor
enclavado en las montañas de Anatolia (actual Turquía). Como era una zona difícil para la labranza,
pero muy rica en metales preciosos, en el siglo VII a.C. los lidios hicieron circular monedas de electro
(aleación natural de oro y plata).
Rápidamente, las civilizaciones descubrieron que las monedas de metales preciosos como el oro o la
plata facilitaban el comercio, y comenzaron a usarlas en lugar de alimentos como la sal, el pescado o
la cebada, que en general eran productos perecederos y no se podían almacenar por largos períodos
de tiempo. Así, a partir de los lidios, muchos pueblos comenzaron a acuñar sus propias monedas.
El empleo de las monedas se expandió por todas las colonias griegas, por los cartagineses y por los
romanos, facilitando el surgimiento de prestamistas y cambistas de dinero propiamente.
Los prestamistas se conocieron como trapezitas que prestaban dinero con interés y deambulaban de
feria en feria tras una mesa (trápeza). Fueron en realidad los primeros banqueros, mientras que los
kolobistas fueron los cambistas, encargados de constatar la autenticidad y valor de cada moneda,
función importante, toda vez que el uso de la moneda se había expandido ampliamente, al grado
que cada ciudad acuñaba su propia moneda; de ahí la necesidad de contar con especialistas que
garantizaran la autenticidad y validez de las monedas.
La civilización griega tenía un gran tráfico comercial, y así se recibían las más diversas monedas, por
lo que aparecieron los cambistas, antes nombrados, con conocimientos en pesos, medidas y
metalurgia, que se encontraban en el mercado detrás de una mesa (trapezas) en las que se
mostraban las monedas, de ahí deriva su nombre “trapezitas”.
Sobre el origen de los billetes, hay quien sostiene que en el siglo IX, ante la necesidad de un
comercio cada vez más frecuente, los chinos inventaron el papel moneda, que era fácil de
transportar. Su valor estaba garantizado por el oro y la plata del Gobierno chino.
La palabra dinero proviene del latín “denarius”, nombre que se le daba a una antigua moneda.
Marco Polo fue el primer occidental que se sorprendió cuando viajó a China y observó que el
emperador mongol, Kublai Khan, en el siglo XI, había creado el billete como certificado de propiedad
de una cantidad de monedas de oro.
Pero el papel moneda, tal como se lo conoce hoy, habría nacido en Europa durante el siglo XVI.
Inicialmente fueron certificados sobre la existencia de un depósito de oro en un banco. A fines del
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siglo XVI, cuando el dinero comenzó a ser utilizado para saldar deudas y realizar pagos, los bancos
emitieron certificados equivalentes a una cantidad determinada de dinero.
Los primeros billetes oficiales fueron emitidos en 1661 por el Banco de Suecia.
Actualmente, la mayoría de los países tienen su propio sistema monetario e imprimen su dinero. Ese
dinero en sí mismo tiene escaso valor y el valor nominal que representa lo dispone cada Gobierno.
Los diseños de esos billetes y monedas difieren en los colores, tamaños, ilustraciones y
denominaciones. Sin embargo, todos guardan algunas propiedades comunes que les permiten ser
confiables y aceptados por el público.

1.4.2. Los billetes y monedas de la Argentina


Antes de la conquista española, los grupos de aborígenes que poblaban el territorio nacional y la
zona del Alto Perú no se valieron de ningún elemento como medio de cambio. Comerciaban sólo a
través del trueque, aunque eso no les impidió realizar un intercambio fluido con pueblos de lejanas
regiones.
Pero, para entrar en nuestra historia monetaria, debemos trasladarnos a la etapa colonial.

1.4. Las primeras monedas


La historia monetaria argentina comienza con la creación del Virreinato del Perú (1542).
Algunos años después, el 21 de agosto de 1565, se fundó la primera Casa de Moneda de América del
Sur, que en 1568 comenzó a acuñar en Lima (capital del Virreinato) y luego fue trasladada al Alto
Perú (actual Bolivia), cerca del rico Cerro Potosí, que abastecía de metal precioso a la región. Las
primeras monedas potosinas eran de plata y se acuñaban a golpes.
Con la creación del Virreinato del Río de la Plata, el 1° de agosto de 1776, cuya capital era Buenos
Aires, la Casa de Moneda de la Villa Imperial de Potosí pasó a depender del nuevo Virreinato. Así fue
que las monedas hispanoamericanas que se troquelaban en esta Casa resultaron precursoras de las
amonedaciones argentinas.
Con las primeras luchas revolucionarias en pos de la emancipación, en 1813 se decidió realizar una
moneda y la Asamblea General Constituyente emitió piezas con sello propio. El valor evocativo de
estas monedas determinó que su emisión se considerara el punto de partida de la moneda
argentina.
El estudio de la moneda nacional se ha especializado así en dos grandes períodos: uno que abarca
entre 1813 y 1881, año de la sanción de la Ley de Unificación Monetaria, y otro que comprende el
período entre 1881 y la actualidad.

1.4.2.1. Amonedación de Potosí–Primera Moneda Patria


En 1813, la Villa Imperial de Potosí, donde se encontraba la Casa de Moneda, fue ocupada por las
tropas de Manuel Belgrano, que dispuso inmediatamente una medida de carácter político:
reemplazar las monedas que circulaban por otras que excluyeran el escudo español y llevaran el sello
de la Asamblea de 1813. Se acuñaron monedas de plata y oro similares a las que circulaban hasta
entonces.
Pero en menos de un año se perdió esa zona.
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Los realistas tomaron la ceca de Potosí, fundieron las monedas de los rebeldes y acuñaron otras con
el rostro del rey de España Fernando VII. En 1815 la situación volvió a cambiar: las tropas argentinas
recuperaron Potosí y realizaron una segunda acuñación, esta vez sólo en plata. A pesar del esfuerzo
por expulsar a los realistas del Alto Perú, el desastre de Sipe-Sipe en noviembre de ese año
determinó la pérdida definitiva de esta zona, que en 1825 se independizó y pasó a formar parte de
Bolivia.
CONCLUSIÓN: PUEDE INFERIRSE QUE LA INDEPENDENCIA DE UN PAÌS ESTA ASOCIADA O SE
MANIFIESTA CON LA EMISIÓN DE MONEDA PROPIA

Monedas provinciales
Las provincias del Río de la Plata debieron adaptarse a esta nueva situación, dificultosa ante la falta
de explotación de metales y la pérdida de la Casa de Moneda de Potosí.
Una vez declarada la independencia sin grandes recursos, los caudillos de cada provincia argentina
intentaron diferentes acuñaciones de monedas en cada región. Hubo intentos en La Rioja entre 1821
y 1860; Buenos Aires entre 1822 y 1861; Santiago del Estero entre 1823 y 1836, y Córdoba, 1833 y
1854.
En este contexto aparecieron los bancos privados.
El primero fue el Banco de Buenos Aires, que comenzó la emisión de papel moneda convertible en
1822, y prometía pagar la cantidad de pesos estipulados en el billete en moneda metálica.
A medida que la situación del país se estabilizaba y se incorporaban otros bancos (privados y
provinciales), cada una de las instituciones financieras de esta época (1857-1881), hizo circular su
propio papel moneda. Esto produjo una increíble diversidad de diseños en todas las regiones del
país.

1.4.2.2. Segunda época: 1881 a la actualidad


Unificación monetaria
En diciembre de 1878, el Ministerio de Hacienda advirtió que la falta de una moneda nacional
dificultaba enormemente el comercio. Cada provincia tenía una moneda especial y el valor de una
misma moneda llegaba a tener diferencias de hasta un 25% entre una región y otra. Ante la gravedad
de esta situación, se creó una moneda nacional única.
El 5 de noviembre de 1881 se determinó el Peso Oro como nueva unidad monetaria. Se emitieron
monedas de oro de 5 y 2 pesos; monedas de plata de 1 peso y de 50, 20, 10 y 5 centavos; y monedas
de cobre de 1 y 2 centavos.
Los distintos bancos del país siguieron en tanto con sus propios papeles moneda, pero con la
denominación del valor unificado en pesos.
En 1887, se sancionó la Ley de Bancos Nacionales Garantidos para controlar las emisiones de todos
los bancos. A través de esta ley, toda entidad que tuviera un capital mínimo de 250.000 pesos
moneda nacional, y deseara emitir billetes, debía realizar un depósito en oro en el Tesoro Nacional
por igual cantidad emitida. Así, el dinero circulante tendría respaldo del Estado.

Caja de Conversión: 1890 -1935


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En 1890, se creó la Caja de Conversión: una institución del Estado que reemplazó a los bancos
nacionales garantidos. El Estado Nacional tuvo, a partir de ese momento, la potestad de emitir
dinero en todo el país. Los billetes contaban con el respaldo de la Nación y eran convertibles a oro.
Los diseños tenían la imagen de una mujer sosteniendo una antorcha en alto, que representaba la
imagen del Progreso alumbrando el Porvenir.
Se fijó inicialmente una paridad de 44 centavos papel por cada peso oro y, salvo durante la Primera
Guerra Mundial, la Caja mantuvo este canje hasta la crisis de 1929, cuando se dejó de convertir el
dinero.

Nace el Banco Central


Una característica del siglo XX fue la creación de bancos centrales en el mundo. Y la Argentina no
escapó a esa tendencia: en 1935 se creó el Banco Central de la República Argentina, que tendría en
adelante la facultad exclusiva de emitir la moneda.
Las primeras emisiones resultaron similares a las de la Caja de Conversión, pero con el tiempo fueron
evolucionando los motivos y los sistemas de impresión.
En 1943, entraron en circulación billetes con mejores elementos de seguridad. Las monedas también
se modificaron y se cambió el metal (oro, plata y cobre) por bronce y aluminio. En 1961, salió a
circulación el billete de 10.000 pesos cuya primera serie se realizó en Inglaterra y, en 1962, se emitió
el billete de 5.000 pesos.
Una creciente inflación forzó al Gobierno de facto de Juan Carlos Onganía a un cambio monetario,
que sustituyó el Peso Moneda Nacional vigente desde 1881 por la línea Pesos Ley 18.188 a partir del
1° de enero de 1970. En ese cambio, se eliminaron dos ceros de la vieja moneda, con lo cual cien
Pesos Moneda Nacional ($100) eran iguales a un Peso Ley 18.188 ($1).
En junio de 1983, se adoptó una nueva unidad monetaria, el Peso Argentino, y se determinó una
paridad de un Peso Argentino ($a 1) por cada diez mil Pesos Ley 18.188 ($10.000). Es decir, se
quitaron cuatro ceros a la moneda.
El 15 de junio de 1985, se produjo otro cambio de moneda, esta vez denominada Austral. En esta
nueva línea se le corrieron tres ceros al signo monetario.
Un Austral (A1) era igual a mil Pesos Argentinos ($a 1.000). A causa de la hiperinflación, se llegaron a
emitir billetes de hasta 500.000 Australes y las monedas, que inicialmente eran de medio Austral,
finalizaron con un valor de mil Australes.
A partir del 1° de enero de 1992, entró en vigencia la línea Peso. Se estableció una paridad de un
peso ($1) equivalente a diez mil Australes (A 10.000). El peso era convertible con el dólar a una
relación 1 a 1. Los billetes emitidos en esa oportunidad llevaban la leyenda: “Convertibles de curso
legal”.
El 6 de enero de 2002, se derogó la Ley de Convertibilidad y se dispuso suprimir la frase
“Convertibles de curso legal” en los billetes de la línea Peso. De todos modos, los billetes que tienen
esa leyenda y continúan en circulación conservan su valor legal.

1.5. PROPIEDADES DEL DINERO


¿Por qué un billete o moneda, a pesar de no tener valor en sí mismo, puede tener un alto valor de
cambio?
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¿Qué factores hacen que un billete de 100 pesos valga 100 pesos y uno de 5 valga 5 pesos?
 Dinero: instrumento de pago sancionado por el Estado. Esto resuelve la cuestión del valor
nominal del dinero y su validez jurídica. Pero eso no asegura que ese dinero mantenga su
poder adquisitivo.
Un billete de 100 pesos, legal y nominalmente puede valer 100 pesos por muchísimos años, pero lo
que importa no es sólo su valor nominal, sino su poder adquisitivo, es decir, cuánto se puede
comprar con esos 100 pesos. Si lo que se puede adquirir con esos 100 pesos nominales es cada vez
menos, significa que el poder de compra o poder adquisitivo del dinero se ha reducido.
A lo largo de la historia, como consecuencia de las guerras, las malas administraciones o el
desconocimiento de algunas relaciones económicas, muchos países observaron cómo el poder
adquisitivo de su dinero se reducía, y los Gobiernos debieron cambiar el signo monetario o buscar la
forma de recuperar la confianza en su moneda.
A partir de estas experiencias, se pueden identificar algunas propiedades esenciales que debe
tener el dinero para ser considerado como tal:

 El dinero debe servir como medio de pago / cambio. El dinero debe ser aceptado
cotidianamente en las transacciones de bienes y servicios. Si no es aceptado como medio de
pago, no es dinero. El dinero se acepta como medio de pago porque se cree que luego otros
lo aceptarán. elimina el complejo sistema de trueque permitiendo el intercambio de bienes y
el pago de deudas con mayor rapidez y facilidad.

Para ello debe tener otras propiedades.


 El dinero debe servir como unidad de cuenta / medida. Los precios de los bienes y servicios
se miden y expresan en función del dinero aceptado. En la Argentina, la unidad de medida del
dinero es el peso. Los bienes y servicios están medidos en pesos y no en cantidades de otro
bien. Decimos que un kilogramo de azúcar vale 1,5 pesos y no que un kilogramo de azúcar
vale un kilogramo de sal. Permite que exista un sistema de precios, ya que, al establecer la
equivalencia en dinero de cualquier bien y servicio ofrecido en el mercado, este se convierte
en un patrón universal que permite la comparación de los valores de diferentes bienes.
 El dinero debe servir como depósito de valor. El dinero debe mantener su valor con el paso
del tiempo. Con su dinero, una persona debe poder realizar compras en el futuro sin que
pierda su valor. Cuando el dinero pierde esta propiedad, la población busca desprenderse de
él. Un helado sin heladera nunca serviría como depósito de valor porque una vez derretido
desaparecería y no valdría nada. Los rendimientos resultantes del trabajo se pueden
acumular en forma de dinero para poder adquirir bienes y servicios en el futuro. Asimismo, es
una reserva de riqueza pues posibilita acumular ganancias, que luego se convertirán en otros
bienes.
 El dinero debe servir como patrón de pagos diferidos. El dinero que fue prestado debe ser
devuelto en un determinado tiempo. Por eso se dice que el dinero es un patrón de pagos
diferidos, ya que es la unidad que mide la cantidad de dinero que se va a devolver en un
futuro. Se pueden realizar actividades comerciales a futuro, donde una parte se compromete
a entregar a otra bienes o servicios, habiendo recibido un pago previo, o bien mediante una

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operación de crédito donde el acreedor se compromete a entregar una suma de dinero en
una fecha posterior, a la que se recibieron los bienes o servicios.

2. COMERCIO INTERNACIONAL Y TIPOS DE CAMBIO


La mayoría de las naciones del planeta compran y venden diariamente bienes y servicios a otras
naciones.
El comercio internacional es una práctica muy antigua que, bien gestionada, tiene enormes ventajas.
Pero ¿en qué moneda pagan los países sus compras y ventas de productos y servicios a otras
naciones? En la mayoría de las transacciones internacionales se utiliza el dólar, aunque en los últimos
años ciertas monedas como el euro o el yen han adquirido una creciente importancia.
Al utilizarse una moneda como patrón de pago internacional, como el dólar o el euro, los países
necesitan calcular diariamente el valor de sus monedas en función de estas otras. Ese valor se llama
tipo de cambio.

2.1. Tipo de cambio


El precio de una moneda en términos de otra se denomina tipo de cambio. Los tipos de cambio
desempeñan un papel fundamental porque al expresar los valores en una misma moneda, permiten
comparar los precios de los bienes y servicios producidos en diferentes países.
Si bien en la Argentina se sigue con atención la relación entre el peso y el dólar, porque la mayoría de
las transacciones internacionales se hacen en dólares, también es útil establecer el tipo de cambio en
relación con monedas de otros países con los cuales la Argentina mantiene algún tipo de relación
comercial (por ejemplo, el tipo de cambio entre el peso y el euro o entre el peso y el real brasileño).
Así, el tipo de cambio no es sólo cuántos pesos son necesarios para comprar un dólar sino también
cuántos pesos se necesitan para comprar un real, un euro o un yen. El tipo de cambio es el precio del
dinero de un país en términos del dinero de otro. Y un país tiene tantos tipos de cambio como
monedas hay en el mundo.
Los tipos de cambio pueden subir o bajar. Cuando el tipo de cambio sube, significa que se requiere
más dinero nacional para comprar la moneda de otro país.
Por ejemplo, si el tipo de cambio sube de $3,47 a $3,7 significa que se necesitan más pesos para
comprar un dólar. En ese caso se dice que el tipo de cambio aumentó.
Es común decir que el peso se depreció puesto que, en relación con el dólar, el peso vale menos.
Pero los tipos de cambio también pueden bajar. Si, por ejemplo, el tipo de cambio entre el peso y el
dólar cayera de $3,47 a $3,1, significaría que el peso se apreció. Es decir que el peso valdría más que
antes en relación con el dólar porque con menor cantidad de pesos, sería posible adquirir una unidad
de dólar.
Conocer el tipo de cambio entre las monedas de dos países, por ejemplo del país A y del país B, nos
permite saber cuánto vale en moneda del país A un producto comprado en el país B. Conociendo por
ejemplo, que el tipo de cambio entre el peso y el dólar es $3,47, es posible calcular cuántos pesos
son necesarios para comprar un equipo de música cuyo valor es de 150 dólares. La cuenta es simple,
sólo hay que multiplicar el valor del equipo de música (que está en dólares) por el tipo de cambio.

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2.2. Donde comprar y vender divisas
Tanto en las casas de cambio como en las entidades financieras; aunque habitualmente estas últimas
suelen operar solo con sus clientes
Entre los participantes del mercado cambiario, el tipo de cambio tiene una doble expresión (desde la
posición de las entidades):
- Comprador: el precio que venden los clientes las divisas en las entidades financieras y
cambiarias
- Vendedor: el precio que compran las divisas los clientes en las entidades financieras y
cambiarias
La diferencia entre ambas expresiones es la ganancia de las entidades por la actividad cambiaria; por
ello siempre el tc vendedor es mayor al comprador

2.3. ¿Por qué suben? ¿Por qué bajan?


¿Qué determina el valor del tipo de cambio entre una moneda y otra? Una simple respuesta sería
que es la oferta y la demanda en el mercado de cada una de estas divisas lo que determina el tipo de
cambio.
En tal sentido demandan divisas los que necesitan viajar al extranjero, aquellos que prefieren ahorrar
en divisas y no en MN o quienes quieren invertir en el exterior. También los gobiernos y las empresas
que demandan divisas para pagar sus deudas en ME.
Por otro lado, ofertan divisas los exportadores cuando reciben ME por sus ventas externa y los
cambian a MN, los extranjeros que desean invertir o venir de vacaciones al país o lo gobiernos
cuando reciben préstamos del exterior en ME y las convierten en MN
Pero la oferta y demanda de divisas, que es la cantidad de cada moneda que el mercado quiere
comprar y vender, depende a su vez de muchos factores, como la situación de la economía, la
composición de las exportaciones, la estructura productiva del país, las tasas de interés, la inflación o
la confianza de la gente.
Los movimientos en el tipo de cambio dependerán, sin embargo, del sistema cambiario adoptado
por el país.
En general, los sistemas cambiarios pueden ser flexibles o fijos, aunque pueden darse otras
combinaciones, las que se detallan a continuación.

2.4. Sistemas cambiarios

2.4.1. Tipo de cambio flexible


En un sistema de tipo de cambio flexible o flotante, el tipo de cambio se determina a partir de la
oferta y demanda entre monedas extranjeras y la moneda local. Cuando la demanda de monedas
extranjeras (divisas) es mayor a su oferta, el tipo de cambio sube. Y cuando la oferta de divisas es
mayor a su demanda, el tipo de cambio baja. Por ejemplo, si aumenta la demanda de dólares en el
mercado – bajo un sistema de tipo de cambio flexible - el valor del dólar aumentará. Pero si aumenta
la oferta de dólares, por encima de la demanda, el valor del dólar bajará.

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Algunos factores que pueden modificar el tipo de cambio cuando es flexible
• Si más argentinos deciden veranear en EE.UU. o Europa, necesitarán comprar dólares (sube la
demanda de dólares) y eso tenderá a incrementar el valor del dólar en el mercado local.
 Si suben las exportaciones, ingresarán más dólares al país y las empresas exportadoras
necesitarán cambiar parte de ellos a pesos, para pagar salarios y realizar sus transacciones
habituales. Eso aumentará la oferta de dólares en el mercado y hará bajar el tipo de cambio.
Así se comportan los tipos de cambio cuando son flexibles o flotantes.

Pero no siempre el valor de tipo de cambio se determina por el juego de la oferta y la demanda.
Puede suceder que alguna norma por decisión del estado modifique esta situación. En la Argentina,
la política cambiaria la fija el congreso y la ejecuta el BCRA.

2.4.2. Tipo de cambio fijo


En un sistema de tipo de cambio fijo, el Banco Central indica el valor de la moneda nacional en
relación a la moneda de otro país. Para elegir qué moneda se va a tomar como patrón, se opta
generalmente por la de un país fuerte y estable. En las épocas del Patrón Oro, se elegía este metal,
cuyo valor no dependía de la fortaleza de un país, porque a diferencia de los billetes, el oro tiene
valor en sí mismo.
Lo que se establece en un sistema de tipo de cambio fijo es una regla que dice cuántas unidades de
moneda nacional se necesitan para comprar una unidad de moneda extranjera. Una vez establecida
esa relación, el Banco Central compra o vende en el mercado todos los dólares que son necesarios
para mantener el tipo de cambio fijado. Por ejemplo, durante la “Convertibilidad” en la Argentina, el
tipo de cambio se había fijado en una relación de 1 peso = 1 dólar y el Banco Central intervenía cada
vez que era necesario para preservar esa paridad.

¿Cómo es la intervención de los bancos centrales?


Si hay más demanda que oferta de dólares en el mercado, el tipo de cambio tiende a subir. Para
evitar que suba y mantener el valor fijado, el Banco Central vende dólares para que haya tanta oferta
como demanda de divisas. De esa manera, el tipo de cambio se mantiene sin variación.
Puede ocurrir la situación contraria: que haya más oferta que demanda de dólares en el mercado. En
ese caso, el valor de esa moneda tenderá a bajar. Para evitarlo y mantener el tipo de cambio fijo, el
Banco Central interviene comprando dólares y mantiene de esa forma el tipo de cambio sin
variación.
Entre los dos sistemas cambiarios de tipos de cambio especificados (flexibles y fijos), se pueden
encontrar algunas combinaciones. Una de las más comunes es la que se denomina “flotación
administrada”. Se trata de un sistema de tipo de cambio flotante donde el Banco Central puede
intervenir con el objetivo de evitar fluctuaciones fuertes.
La elección del sistema de tipo de cambio que tenga un país la realiza la mayoría de las veces el
Banco Central. Aunque esta decisión suele ser consensuada con la política económica que define el
Gobierno. En el caso de la Argentina, la política cambiaria la fija el Congreso de la Nación y la ejecuta
el Banco Central.
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Los diferentes sistemas de tipo de cambio suelen tener ventajas y desventajas. Y a lo largo de la
historia, los países se han trasladado de un sistema cambiario a otro, de acuerdo a las necesidades
del momento.

3. LOS MEDIOS DE PAGO EN LA ARGENTINA: DEL TRUEQUE AL DINERO ELECTRONICO


En las últimas décadas hemos presenciado el inicio de una nueva era en la historia del dinero. A
partir de los avances en las telecomunicaciones y la cibernética, nació el “dinero electrónico”, que
vino a suceder al “dinero plástico” y como consecuencia de ello, surgieron diferentes medios de pago
como alternativas al dinero papel.
Las múltiples formas que adopta el dinero no se excluyen mutuamente y son una manera más de
demostrar que el hombre, de acuerdo a sus necesidades, puede utilizar diferentes instrumentos para
la concreción de un mismo fin: el pago de sus bienes y servicios.
El “nuevo dinero” presenta muchas variedades y modalidades, y en el futuro posiblemente
aparezcan otras que ni siquiera imaginamos. Pero todas tienen algo en común: acrecentar el
dinamismo y la rapidez de nuestras transacciones económicas cotidianas.
En tal sentido, se destaca que es el Banco Central el encargado de organizar el sistema de pagos de la
economía; sistema que incluye tanto aquellas políticas relacionadas con el dinero en efectivo, su
diseño, impresión, distribución y destrucción, como las políticas orientadas a impulsar otros medios
de pago, como los electrónicos.

A continuación, detalle de los medios de pago que se utilizan en la Argentina, en qué circunstancias
usarlos y de qué manera.

3.1. Efectivo
El Banco Central toma diversas acciones para mejorar la utilidad y calidad de los billetes y monedas
en circulación. Así se pusieron en circulación billetes de mayor denominación para atender
adecuadamente una demanda de las entidades financieras y los ciudadanos.
Así la citada autoridad de aplicación desarrolló un plan de destrucción de billetes en mal estado, de
manera que la calidad de los billetes en circulación mejore constantemente. Su eliminación del
sistema permite reducir costos de logística, seguridad y almacenamiento para todo el sistema
financiero, incluyendo al propio BCRA.
Por otro lado, con el fin de lograr una mayor eficiencia en la distribución del efectivo y generar un
ahorro para el Estado, en 2016 el Banco Central promovió la generación de un mercado para el
efectivo, de manera que las entidades financieras pudieran volcar su oferta de efectivo excedente o
cubrir su demanda de efectivo faltante, sin que los billetes y monedas en circulación tengan que
pasar por el Banco Central.
Este mecanismo no sólo es más eficiente para el sistema en su conjunto, sino que implica un ahorro
significativo para la entidad, ya que son las propias entidades financieras las que deben encargarse
de ubicar el efectivo que ofrecen o conseguir el efectivo que necesitan.

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Plan de destrucción de billetes
El BCRA puso en marcha su plan para retirar de circulación y destruir la enorme cantidad de billetes
deteriorados que está depositada en las entidades financieras, los que se encontraban
extremadamente gastados y habían visto extendida su vida útil por encima de lo recomendado por
los estándares internacionales.
Mediante el uso de una nueva máquina trituradora con tecnología alemana, el BCRA inició un
proceso que permitió destruir más de 350 millones de billetes de todas las denominaciones, en
especial de 100 pesos. Los fajos de billetes deteriorados son entregados por las entidades
financieras de todo el país al BCRA con gruesas perforaciones que evidencian que ya no tienen valor
de circulación. Una vez recibidos, se inicia un procedimiento de control y recuento, que en algunos
casos es manual ya que el mal estado de los billetes impide recontarlos con máquinas. La trituradora
de billetes permite destruir entre 6 y 8 millones de billetes por día. En pocos minutos, transforma los
fajos en pequeños “ladrillos” de papel triturado y prensado, que luego recibe un tratamiento como
residuo especial según la normativa vigente.

Para lograr la normalización y reducción de la cantidad de billetes que circulan en la Argentina, este
plan es complementado por otras acciones:

- Billetes de mayor denominación: que mejoró la capacidad de la red de 20.000 cajeros


automáticos en todo el país al facilitarse su abastecimiento.

- Medios electrónicos de pago: entre otras medidas, se dispuso la gratuidad de las cajas de
ahorro y sus tarjetas de débito vinculadas, se crearon los Alias CBU para facilitar las
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transferencias, se estableció la posibilidad de depositar electrónicamente los cheques y se
lanzaron nuevos medios de pago como el POS móvil, la billetera electrónica y el botón de
pago. También se determinó que las transferencias por vía electrónica (homebanking,
cajeros, aplicaciones para celulares) sean siempre gratuitas para los usuarios individuales, lo
que llevó a un fuerte crecimiento de su uso.

3.2. Cheque
El cheque es un documento bancario que forma parte de un talonario (chequera) utilizado
comúnmente como medio de pago. Es una orden de pago a la vista (cheques comunes) o a futuro
(cheque de pago diferido).
De Pago Diferido (CPD): es una orden de pago a un plazo futuro, que no puede superar los 360 días.
A diferencia de los cheques comunes, se consignan dos fechas en el documento. Una es la fecha en
la que se extendió el cheque y la otra es la fecha en que debe ser pagado. No se puede cobrar un
cheque de pago diferido antes de esa última fecha. A partir de la fecha de cobro estipulada, hay 30
días corridos para cobrarlo.
Las chequeras son emitidas por los bancos y, para tener una, es necesario contar con una cuenta
corriente en el banco emisor. Cuando un individuo utiliza un cheque como medio de pago, está
autorizando a quien lo recibe a retirar determinada cantidad de dinero de la cuenta corriente que
posee en el banco que emitió la chequera. La persona o empresa que extiende un cheque a otra
debe tener fondos suficientes en su cuenta para cubrir el monto de dinero que especificó en el
cheque. Es posible que quien emita el cheque no sea el titular de la cuenta, pero esté autorizado por
el titular o la empresa a movilizar dinero de la cuenta.

¿Cómo podemos cobrar un cheque?


Una de las formas más comunes de cobrar un cheque es por ventanilla, en el banco y sucursal
indicado en el cheque. Para cobrarlo, el portador debe presentar su documento de identidad y el
dinero se le entrega en el momento.
Los cheques también se pueden depositar en una cuenta corriente o caja de ahorros. En este caso
los fondos se acreditan en la cuenta del tenedor del cheque al segundo día hábil posterior al
depósito (si se depositó el cheque un lunes, los fondos estarán disponibles el miércoles).
Actualmente, en la Argentina, cuando se deposita un cheque para cobrarlo, el banco efectúa un
descuento del 6 por mil del importe del cheque (seis pesos cada mil pesos). Es decir, que si se
deposita un cheque por $1.000, se acreditarán en la cuenta $994. Los $6 restantes es lo que se
denomina “Impuesto a los débitos y créditos” o comúnmente llamado «Impuesto al cheque (Ley
Nro. 25.413). Ese monto el banco se lo entrega a la Administración Federal de Ingresos Públicos
(AFIP).
Los cheques tienen una fecha de pago estipulada que puede extenderse hasta 30 días corridos.
Pasado ese plazo, el cheque vence.

¿Qué es el endoso de un cheque?


Endosar significa transferir un cheque a otra persona.

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Quien transfiere un cheque debe previamente firmarlo en el dorso y colocar su nombre y apellido
completos, número de documento y domicilio (si se deposita, se le debe agregar el tipo y número de
cuenta).
Los cheques comunes pueden tener solo un endoso y los cheques de pago diferido hasta dos.

Tipos de cheques
Los cheques pueden presentarse en diferentes modalidades:
 Al portador: un cheque “al portador” puede ser cobrado por cualquier persona, ya sea por la
ventanilla del banco emisor o depositándolo en una cuenta bancaria (cuenta corriente o caja
de ahorros).
A veces estos cheques suelen tener una leyenda que dice “al portador”. Quien recibe un
cheque “al portador” puede cobrarlo o transferirlo a otra persona sin necesidad de endoso.
Sin embargo, cuando una persona recibe un cheque “al portador” como parte de pago, es
conveniente que esté endosado para saber a quién reclamarlo si hubiera alguna dificultad.
 A la orden: en los cheques que contienen la leyenda “a la orden” figura un beneficiario (por
ejemplo: Páguese a Juan Fernández). El beneficiario de un cheque “a la orden” puede
cobrarlo o transferirlo a otra persona (generalmente como parte de pago por la compra de
algún bien o servicio). Pero a diferencia de los cheques “al portador”, cuando se transfiere un
cheque “a la orden”, el beneficiario que figura en el documento (en este caso Juan
Fernández) deberá primero endosarlo (es decir firmarlo al dorso).
 No a la orden: en un cheque “no a la orden” figura un beneficiario (ejemplo: Páguese a Juan
Fernández) que será el único autorizado a cobrarlo. Para cobrarlo deberá primero firmarlo al
dorso. Pero a diferencia de los cheques “al portador” y “a la orden”, los documentos “no a la
orden” no se pueden transferir.
 Cruzado: cuando un cheque está cruzado, lleva dos líneas paralelas en el extremo superior
izquierdo, y sólo se puede cobrar mediante el depósito en la cuenta bancaria del beneficiario.
Si una persona recibe un cheque cruzado y no tiene cuenta bancaria, no lo podrá cobrar.
 Certificado: el cheque certificado tiene adicionada una leyenda escrita por el banco, en la cual
se indica que la cuenta del titular del cheque tiene fondos y que además esos fondos serán
reservados para el beneficiario durante cinco días. Quien recibe un cheque certificado tiene
la garantía de que dentro de los cinco días de extendido el cheque, habrá fondos para poder
cobrarlo.

Medios de pago electrónico


El BCRA viene promoviendo el uso de medios de pago electrónicos, a efectos de promover la
inclusión financiera; obstaculizar el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero; así
como a formalizar la economía, lo que permite cargas tributarias más parejas y moderadas.

3.3. Débitos automáticos o directos


Determinada cantidad de dinero de su cuenta bancaria o tarjeta de crédito para pagar la prestación
de un bien o servicio. Esta forma de pago se utiliza comúnmente para el pago de servicios públicos o

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privados (luz, gas, teléfono, cable, colegios, clubes, seguros, sanatorios, etc.). Quien quiera pagar un
servicio mediante débito directo puede dirigirse indistintamente al banco donde tiene su cuenta o a
la empresa que le presta el servicio para notificarla de su decisión. En este caso, deberá firmar una
autorización para que realicen los débitos de su cuenta. Los débitos se realizarán en la fecha de
vencimiento de los servicios. Este medio de pago se utiliza cada vez más en la Argentina.
Actualmente es muy común que muchas familias autoricen a que empresas de luz, servicio de cable
u otras, debiten de su tarjeta de crédito o su cuenta bancaria el costo del servicio.

La clave de identidad bancaria - CBU


¿Cómo identifica la empresa a la persona a quien debe hacerle el débito?
Todo aquel que posea una cuenta en un banco tiene una Clave Bancaria Uniforme (CBU) que es
como su “domicilio financiero”. La CBU es una serie de números que incluyen: el número del banco y
de la sucursal donde el cliente tiene abierta la cuenta y el número y tipo de cuenta. Con estos datos,
“el débito” conoce el “domicilio” bancario de quien tiene que pagar y allí se dirige.
Para potenciar la usabilidad de los medios de pago electrónico, en particular las transferencias
inmediatas, el Banco Central creó el Alias CBU, una clave alfanumérica fácil de recordar que cumple
las mismas funciones del CBU, pero que tiene el potencial de ser usada más fácilmente, por ejemplo
para pagos eventuales y móviles (incluyendo pagos cursados vía Pago Electrónico Inmediato).
Esta disposición permite al cliente asignarle un “alias” o sobrenombre, de entre 6 y hasta 20
caracteres, a cada una de sus claves bancarias uniformes (CBU) de sus cuentas registradas en la
página web de su banco. El alias es único para cada cuenta y/o CBU e irrepetible para todo el sistema
financiero, es decir, admite su vinculación con otro CBU, previa desvinculación del anterior. También
es portable, por lo que un cliente bancario puede desvincular el alias de una de sus cuentas y
vincularlo con otra.
Ningún otro usuario puede usar un alias que ya haya sido utilizado. El sistema es administrado
centralizadamente, para evitar duplicaciones y garantizar la seguridad de las operaciones, por la
cámara de compensación electrónica COELSA.
Desde febrero de 2017, esa misma facilidad se integró a las operaciones utilizadas en el MEP que
requieren ese tipo de dato, que ahora aceptan indistintamente el CBU o el alias CBU ( Comunicación
B11478).
Desde el 01.06.2017 todas las cuentas bancarias llevan un alias. Por ese motivo, se le asignó un alias
por defecto a aquellas cuentas que todavía no lo tenían configurado. Además, todas las cuentas
nuevas, generadas a partir del 01.06.2017, tendrán un alias por defecto, que el usuario podrá
cambiar, si así lo desea y cuando lo disponga, a través de los canales electrónicos del banco donde
posea la cuenta (Comunicación A 6215). El formato del alias por defecto es una combinación al azar de
tres palabras breves y de uso frecuente en español y puede ser consultado el asignado en su
homebanking.

Los actores de este servicio son:


• La empresa que presta el servicio.
• El banco donde tiene cuenta la empresa que presta el servicio.
• El cliente que quiere pagar el servicio.

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• El banco donde tiene cuenta el cliente que quiere pagar el servicio.
• La Cámara de Compensación, que compensa lo que le transmiten los bancos.
¿Cómo es el circuito?
Paso 1: El banco donde tiene cuenta la empresa prestadora del servicio (o sea quien tiene que
cobrar) le envía a la Cámara de Compensación (24 hs hábiles antes del vencimiento) la orden para
debitar el importe pautado al usuario del servicio.
Paso 2: La Cámara de Compensación le transmite al banco, donde tiene cuenta el usuario del
servicio, la orden del débito.
Paso 3: El banco debita a su cliente el importe informado en la fecha del vencimiento del servicio.
Luego el dinero es recibido por la empresa prestadora en su cuenta.

Cámaras de compensación
Son entidades por medio de las cuales los bancos u otros organismos autorizados por el BCRA,
acuerdan intercambiarse medios de pagos y otras obligaciones financieras.
Entre sus funciones se encuentran: compensar electrónicamente todo documento compensable
(cheques, débitos, transferencias, etc.) presentado por una entidad a cargo de otra, liquidar los
saldos resultantes entre ellas y suministrarlos al Banco Central para posibilitar su registro en las
cuentas abiertas allí, ordenando los movimientos que correspondan.

3.3. TRANSFERENCIA
Es el movimiento de fondos originado por empresas o clientes entre distintos bancos. Para realizar la
transferencia, la empresa o cliente ordena a su banco que acredite determinada cantidad de dinero
sobre la cuenta del destinatario o beneficiario, debitándola de la propia cuenta.
Tanto el pagador (emisor) como el beneficiario (receptor) tienen que contar con una cuenta bancaria
en alguna entidad. Estas cuentas bancarias son las cajas de ahorros y cuentas corrientes.
Como en el débito directo, las transferencias se realizan utilizando la CBU (Clave Bancaria Uniforme o
“domicilio financiero”). Las entidades deben informar al cliente, a través del extracto de cuenta /
home banking, de las transferencias realizadas.
Se pueden realizar desde un cajero automático, por Home Banking o en la ventanilla de los bancos.

3.4. PAGO ELECTRONICO INMEDIATO (PEI)


En 2016, el Banco Central extendió el sistema de transferencias inmediatas a tres nuevas
modalidades, las cuales resultan obligatorias para todos los prestadores de servicios y comerciantes:

3.4.1. Billetera electrónica | Transferencias de celular a celular a través de una aplicación para
teléfonos móviles.
Mediante este esquema, el propietario de un celular puede cargar en su número telefónico una
determinada cantidad de dinero, a través de Pago fácil o Rapipago si no posee cuenta bancaria y a
través de cajeros de la red Link y Banelco o homebanking para aquellos que están bancarizados.
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Al momento de pagar en un comercio, ya sea de barrio o una cadena, el comerciante, quien también
debe estar suscripto, inicia desde su celular la operación de cobranza y el cliente recibirá en su móvil
un mensaje para confirmar la compra.

3.4.2. POS móvil: transferencias iniciadas por medio del deslizamiento de una tarjeta por un
dispositivo lector que se conecta al celular o tableta.
Dispositivo de seguridad que se conecta al teléfono móvil o tableta, para validar transacciones
mediante la tarjeta de débito del pagador, permitiendo realizar el pago en el punto de venta,
mediante transferencia inmediata.
Los proveedores del servicio son Todo Pago y Red Mob

3.4.3. Botón de pago


Se utiliza para la compra y venta de servicios a través de la web y permite que los compradores
puedan realizar sus operaciones en los puntos de venta virtuales (e-commerce) a través de
transferencias inmediatas con débito en las cuentas a la vista.
Los pagos se acreditan inmediatamente en la cuenta del receptor y permiten comprar, pagar, enviar
y recibir dinero de manera más fácil, práctica y segura.

3.5. Débito inmediato (DEBIN)


El Banco Central incorporó en 2016 un nuevo medio de pago: DEBIN, cuyo nombre alude a “débito
inmediato”. Este medio habilita a las entidades financieras y a nuevos actores de la industria de
medios de pago a debitar fondos de las cuentas bancarias de sus clientes, previa autorización de los
mismos, para cursar pagos.
El DEBIN permite pagar con una transferencia directa y también solicitarla desde la PC o el celular.
A diferencia de los otros medios de pago, el DEBIN es una transferencia online inmediata por medio
de la cual el cobrador inicia el trámite y el pagador solo debe aceptarlo. Para esto, los sistemas de
home banking y de banca móvil sumaron el menú "Pagos DEBIN", donde el usuario puede generar
pedidos de pago y también ver la lista de solicitudes recibidas para aceptarlas o rechazarlas.
El DEBIN admite pagos en pesos o en dólares, entre cuentas de igual moneda. A diferencia de las
transferencias comunes, la otra parte no debe ser incorporada previamente y basta con pedirle su
nombre de cuenta (Alias CBU), sin agregar otros datos como el DNI o el CUIT. También permite
programar, para cobros recurrentes, la aceptación automática de pedidos futuros hechos desde
ciertas cuentas, con fechas y topes fijados.

3.4. HOMEBANKING
El cajero automático en la PC. Con este sistema es posible pagar la tarjeta, transferir dinero entre
cuentas y abonar impuestos y servicios desde casa: sólo se necesita una PC conectada a Internet. No
tiene costo y los pagos se validan en forma instantánea. Se puede transferir dinero entre cuentas de
distintos bancos y funciona todos los días, a toda hora.
Su nombre se explica solo: Home Banking, en inglés, significa algo así como el banco en casa.

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Utilizando el Home Banking, cualquier usuario puede tener un cajero automático en su casa (excepto
en lo que se refiere a manejar efectivo).
Los requerimientos básicos para poder hacer uso de este sistema son muy pocos: una PC, una
conexión a Internet y, claro, una cuenta en un banco.

3.6. DINERO PLASTICO


Existen en principio tres tipos de tarjetas que pueden utilizarse como medio de pago: las de compra,
las de débito y las de crédito.

3.7. TARJETA DE COMPRA


Permite realizar compras hasta un monto acordado previamente con el emisor de la tarjeta, con el
compromiso de pagar una factura mensual. Un ejemplo de estas tarjetas son las que ofrecen los
grandes locales para emplearlas en ellos ofreciendo promociones para fomentarlas.

3.8. TARJETA DE DEBITO


Permite operar con cajeros automáticos y realizar compras en los comercios adheridos sin necesidad
de llevar efectivo. El importe que deriva de su empleo se debita, en el momento, de la cuenta del
titular (caja de ahorros o cuenta corriente).
Para realizar compras, el comerciante pasa su tarjeta por la terminal P.O.S. (Point of Sale, por su
significado en inglés). Una vez confirmada la operación entrega un comprobante.

3.9. CREDITO
Permite diferir el pago de una compra en el tiempo. El emisor de la tarjeta puede estipular un monto
máximo de gastos y un monto de financiación. Además, se puede utilizar para realizar adelantos de
efectivo desde cajeros automáticos con un interés. Es factible pagar un importe mínimo del total de
los gastos realizados y financiar el resto también con un determinado interés. En cada facturación
mensual se paga un importe por gastos de resumen y también se pueden cobrar las renovaciones
periódicas del plástico.
A través de estas tarjetas, es posible adherirse al débito automático de distintos servicios (televisión
por cable, Internet, gimnasios, etc.). Eso significa que mensualmente se le debitará la cuota
correspondiente.

BIBLIOGRAFIA
WEB BCRA
MANUAL EDUCACIÓN ECONOMICA BCRA –CAPITULO 1
ARTICULOS PERIODISTICOS VARIOS

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