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El documento describe la historia del dinero y los bancos. Explica que originalmente los humanos utilizaban el trueque, pero luego se crearon las primeras monedas para facilitar el intercambio. Las primeras monedas datan del 1100 a.C. en China y del siglo VIII a.C. en Lidia. Los griegos popularizaron el uso de monedas acuñadas con símbolos de sus ciudades. Más tarde, los bancos privados y públicos se desarrollaron para administrar transacciones monetarias y otorgar préstamos. Los primer
El documento describe la historia del dinero y los bancos. Explica que originalmente los humanos utilizaban el trueque, pero luego se crearon las primeras monedas para facilitar el intercambio. Las primeras monedas datan del 1100 a.C. en China y del siglo VIII a.C. en Lidia. Los griegos popularizaron el uso de monedas acuñadas con símbolos de sus ciudades. Más tarde, los bancos privados y públicos se desarrollaron para administrar transacciones monetarias y otorgar préstamos. Los primer
El documento describe la historia del dinero y los bancos. Explica que originalmente los humanos utilizaban el trueque, pero luego se crearon las primeras monedas para facilitar el intercambio. Las primeras monedas datan del 1100 a.C. en China y del siglo VIII a.C. en Lidia. Los griegos popularizaron el uso de monedas acuñadas con símbolos de sus ciudades. Más tarde, los bancos privados y públicos se desarrollaron para administrar transacciones monetarias y otorgar préstamos. Los primer
En un principio los hombres utilizaban el trueque como forma de intercambio de
productos o servicios; es decir, que canjeaban cosas u horas de trabajo por otras cosas o tareas que necesitaban para sus vidas. Pero esto no era siempre posible porque a veces los dos tenían lo mismo para ofrecerse y entonces no había trueque que valiera. Fue entonces que a alguien, nunca sabremos a quien, se le ocurrió simbolizar el valor de las cosas en un objeto que podía ser un caracol, cabezas de ganado, bolsitas de sal (de ahí la palabra «salario») o esclavos como forma de pago. ¿Cómo eran las primeras monedas? Las monedas chinas -que son las más antiguas que se conocen y datan del 1100 a.C.- eran copias en bronce de las herramientas que antes se cambiaban por mercancías. La moneda-cuchillo de bronce, por ejemplo, era demasiado delicada como para usarse como herramienta y sólo servía como moneda. Pero las primeras monedas hechas con una aleación de oro y plata aparecieron en Lidia (Asia Menor), que por aquel entonces formaba parte del mundo griego (Asia Menor) en el Siglo VIII a.C. Con el tiempo, cada ciudad griega tuvo su propia moneda, menos Esparta, que seguía utilizando barras de hierro como elemento de cambio.
¿Cuál fue la moneda más rica?
El cacao, que además de para preparar su sabroso invento, el chocolatl, era utilizado por los aztecas como medio de pago. Parece que era un problema mandar a los chicos a hacer los mandados: muchos se quedaban con el vuelto en la panza.
¿Cuál fue la moneda más popular de la antigüedad?
La ateniense, que fue difundida por comerciantes y soldados griegos por todo el mundo antiguo. En los países con los que los griegos comerciaban llamaban a sus monedas «pequeñas lechuzas». La lechuza que venía acuñada en las monedas era el símbolo de Atenea, la diosa de la sabiduría, que, al igual que Zeus, podía lanzar terribles rayos en defensa de una causa justa. Estas monedas se hicieron tan populares que muchos países las copiaron e hicieron las suyas con diseños muy parecidos. ¿Cara o ceca? Filipo, rey de Macedonia, unificó toda Grecia y creyó conveniente emitir una sola moneda, eliminando las de cada ciudad. Para que no quedara ninguna duda sobre quién mandaba, mandó acuñar su cara en las monedas. Su hijo, Alejandro Magno, siguió su ejemplo y al ritmo de sus conquistas, impuso la costumbre. A partir de allí todos los reyes querían ver sus caras en las monedas. Esta era prácticamente la única oportunidad que tenían los romanos de conocerle la cara al emperador. Pero esto no le garantizaba al mandatario su perpetuación en la historia. Cuenta el historiador romano Suetonio que a la muerte del emperador Calígula, todas las monedas con su efigie fueron fundidas y reutilizadas para que se olvidara el rostro del tirano.
¿Quién fue el primer falsificador de dinero?
Polícrates, un gobernante de la ciudad griega de Samos que en el 540 antes de Cristo estafó a los espartanos con monedas de oro falsas. Polícrates hizo escuela y muchos lo imitaron. Algunos reyes reducían la cantidad de oro o plata en sus monedas mezclándolos con otros metales engañando a sus súbditos y quedándose con la diferencia.
¿Cuándo aparece el papel moneda?
Los chinos fueron los primeros. Ya en el siglo IX d.C., durante la dinastía Tang, aparecieron los primeros bancos en los que la gente depositaba sus monedas y a cambio se le extendía un certificado por el importe depositado que servía como medio de pago. Así la gente no tenía que movilizarse con las pesadas piezas de plata. Hay, sin embargo, quienes sostienen que los primeros billetes comenzaron a circular en China hacia el siglo VII. En Occidente recién en 1661 comenzó a utilizarse en Suecia este sistema de forma regular, aunque algunos investigadores sostienen que ya en el siglo XV circulaba papel moneda en algunas regiones de la península ibérica. HISTORIA DE LOS BANCOS Desde casi al inicio de la historia humana se ha requerido de instituciones que trabajen con el dinero. El nacimiento de los bancos es casi tan antiguo como la aparición de las organizaciones humanas. Se puede decir que los bancos nacieron con la necesidad de realizar simples operaciones de cambio y crédito a niveles personales, pero pronto se comenzaron a desarrollar funciones más amplias, a abarcar más personas y pasaron a contar con organizaciones más complejas. Así es como, a partir del siglo IV A.C. en varias ciudades griegas se constituyen bancos públicos, administrados por funcionarios especialmente destinados a esta labor. Estas instituciones, además de su rol propiamente bancario (ligado a operaciones de cambio y crédito), recaudaban impuestos y acuñaban moneda. Por su parte, en el mundo romano, en sus primeros tiempos de pueblo de agricultores, se recurre al "mutuum"; esto es, al crédito mutual. Más tarde, adoptan el modelo griego de bancos privados y públicos. En la época de Justiniano, emperador de Bizancio, en el siglo VI, se reglamentan con precisión los usos y costumbres del mundo romano en materia bancaria y se fija la tasa de interés en un 6% al año, con algunas excepciones, considerando el riesgo de las operaciones. Los préstamos marítimos, por ejemplo, pueden alcanzar al 12% al año y los acordados a las iglesias no pueden superar el 3%. Edad Media La sociedad occidental de la Edad Media conoce profundos cambios hacia el término del siglo XI, cuando por la conquista de Inglaterra por los normandos, se pone fin a las grandes invasiones y los cristianos terminan de imponer su presencia en el mediterráneo. Su interés por las innovaciones y los intercambios los lleva a redescubrir la banca, después que Carlomagno prohibió a los laicos prestar cobrando interés. Entre el siglo XII y XIV los bancos conocieron un renacimiento importante, ya que los hombres de negocios de Italia del norte desarrollaron notablemente las operaciones de cambio. No solamente fueron expertos manipuladores de piezas metálicas, sino también, mediante una letra de cambio, podían acreditar a una persona, en una fecha determinada, en moneda nacional o extranjera, ante un determinado corresponsal. Así, muchos comerciantes recurrían a los bancos para tratar sus negocios con terceros. Éstos, por una comisión, los representaban o se comprometían por ellos, con lo que eran comerciantes y banqueros al mismo tiempo. Más allá de los Alpes, los banqueros italianos se instalaron en Cahors, en la época gran ciudad comercial de la Aquitania (que hoy corresponde a la zona central de Suiza). A partir de allí, se extendieron hacia todas las grandes ciudades de Europa occidental, principalmente a Londres y París. Con esta expansión, además del financiamiento de negocios, estos banqueros prestaban a los particulares, hacían préstamos con garantía prendaria y, en ocasiones, prestaban a los poderes públicos. En el siglo XIX, los bancos conocen una época de crecimiento y estabilidad, marcada por el desarrollo de los institutos de emisión, la multiplicación de las casas de "alta banca", que actúan como consejeros, corredores o mandatarios en grandes operaciones financieras; la creación de los grandes bancos comerciales, cuyo capital estaba altamente distribuido en el público, y el nacimiento de las instituciones para-bancarias, destinadas a responder a las necesidades específicas de la clientela. La guerra de 1914 precipita la evolución de los bancos desde una época de reglas y normas, a una de sistemas. Hablamos ahora de los sistemas bancarios, integrados por diferentes componentes, no ya sólo bancos del estado o privados, sino también aquellos que pertenecen a colectividades locales o regionales, a sindicatos o cooperativas, bancos universales y especializados.
El origen de la banca en Guatemala
Se remonta al año 1543, cuando se creó la Casa de Fundición, cuya función era fundir y marcar metales, de donde se originó el “peso de oro minas”, (tepezcute) de calidad inferior, el “peso duro” de plata de 8 reales, y el “tostón” de 4 reales. La primera Casa de Moneda se fundó en Guatemala en el último tercio del siglo XVIII, acuñando su primera moneda de 5 doblones en 1773. Con el traslado de la capital de Santiago de los Caballeros de Guatemala al Valle de la Ermita, la proclamación de la independencia el 15 de septiembre de 1821 y la posterior integración de la Federación Centroamericana; se produjo una confusión monetaria, circulando al mismo tiempo monedas nacionales y extranjeras, exportándose las de buena ley y permaneciendo solamente las inferiores mexicanas y peruanas que llamaban “macacos”. Durante la segunda mitad del siglo XIX el desarrollo del comercio exterior permitió restaurar la Casa de Moneda y aumentar notablemente las acuñaciones de oro y plata mediante la desmonetización y reacuñación de la moneda local y extranjera, y la explotación más intensa de las minas. Adicionalmente se obtuvo un empréstito de Inglaterra que, al recibirse en lingotes de oro y plata de 900 milésimos de fino, permitió fabricar monedas ajustadas a las circunstancias. En los últimos años del siglo XIX se dio una disminución en el mercado de los principales productos de exportación, asimismo, se presentaron algunos problemas políticos, lo cual tuvo como consecuencia una escasez de fondos, Esto ocasionó la casi total paralización de la Casa de Moneda, con el consiguiente desorden monetario. Bajo este contexto nacen y fracasan dos proyectos particulares de 4 bancos emisores y sólo el proyecto oficial del 27 de agosto de 1873 de consolidación de bienes “de manos muertas” dio origen al Banco Agrícola Hipotecario, el cual tenía como fin facilitar dinero a los agricultores, este banco posteriormente se transformó en el Banco Nacional de Guatemala de emisión y descuento, el cual se fundó con dos millones de pesos de capital y autorizado para emitir billetes al portador hasta por una cantidad igual a sus existencias en metálico y en documentos en cartera a no más de tres meses. Este banco fue liquidado en 1877, al no poder cumplir sus compromisos en virtud de la intensa demanda de cambio de billetes por metálico. Luego de esta experiencia surgieron bancos autorizados para emitir billetes hasta por la cantidad de metálico en sus cajas, más el monto de documentos en cartera de corto plazo. En noviembre de 1924 se creó la Ley Monetaria y de Conversión, cuyos objetivos fueron fijar una moneda de tipo estable, patrón oro y convertir los billetes de banco en moneda sana. La nueva unidad fue el Quetzal dividido en cien centavos, de igual valor que el dólar americano, y equivalente a 60 pesos del sistema monetario antiguo. En 1926 se creó el Banco Central de Guatemala como único emisor, el cual se encargó de redimir los billetes de los antiguos bancos de emisión, los cuales quedaron retirados definitivamente de la circulación en 1933, también se recogieron las antiguas monedas de plata y cobre, cambiándolas por las del nuevo tipo acuñadas en Londres. Todo ello restableció definitivamente el orden monetario y bancario en Guatemala. En el año de 1946 derivado de las reformas a la Ley Monetaria se instituyó el Banco de Guatemala, dando comienzo sus actividades el 1 de julio de 1946 con carácter descentralizado y autónomo, la finalidad de darle autonomía fue el asegurar y no entorpecer el desarrollo de su labor, la cual va encaminada a promover el crecimiento ordenado de la economía nacional, siendo el encargado de velar por las políticas cambiarias, monetarias y crediticias del país. Derivado de la modernización financiera del año 2002, se emitió una nueva Ley Orgánica del Banco de Guatemala, con la cual se moderniza la gestión y administración del Banco Central y se armoniza con las funciones de los demás integrantes del sistema financiero nacional.