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SUMILLA: Queja

SEÑORES DEL TRIBUNAL FISCAL

(*), con RUC N° (*), debidamente representado por (*), identificado con DNI N° (*), conforme consta en
el Registro de Personas Jurídicas, Rubro de Nombramiento de Mandatarios, de la Partida N° (*), Zona
Registral XIV – Sede (*); a ustedes atentamente digo:

PETITORIO:

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 155° del Código Tributario, interponemos queja contra la
cobranza coactiva llevada a cabo mediante expediente N° (*); así como del valor contenido en este
(Resolución de Multa N° (*), del periodo 2014-13), al no haberse notificado conforme a derecho; y en
consecuencia, solicitamos lo siguiente:

- Se suspenda la cobranza mientras se resuelva la presente queja.

- Se declare la ilegalidad de la notificación de la resolución de Ejecución Coactiva N° (*), y en


consecuencia del inicio del procedimiento.

- Se declare la ilegalidad del cobro de la deuda contenida en la Resolución de Multa N° (*).

Sustentamos lo anterior en los fundamentos de hecho y de derecho siguientes,

FUNDAMENTOS DE HECHO Y DE DERECHO

Vulneración de los principios de legalidad y de proscripción a la arbitrariedad al emitir el valor.

Sobre el particular, respecto a los principios constitucionales tributarios, el Tribunal Constitucional en la


sentencia recaída en el Expediente N.° 03666-2008-PA/TC ha señalado lo siguiente:

«[…] los principios constitucionales tributarios son límites al ejercicio de la potestad tributaria, pero
también son garantías de las personas frente a esa potestad; de ahí que dicho ejercicio será legítimo
y justo en la medida que su ejercicio se realice en observancia de los principios constitucionales que
están previstos en el artículo 74º de la Constitución, tales como el de legalidad, reserva de ley,
igualdad, respeto de los derechos fundamentales de las personas y el principio de interdicción de la
confiscatoriedad.

 9. Se debe señalar que cuando la Constitución establece dichos principios como límites
informadores del ejercicio de la potestad tributaria ha querido proteger a las personas frente a la
arbitrariedad en la que puede incurrir el Estado cuando el poder tributario se realiza fuera del marco
constitucional establecido. Por eso mismo, el último párrafo del artículo 74° de la Ley Fundamental
establece que “no surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el
presente artículo”».

Por su parte, la Corte Suprema de Justicia en la Sentencia en Casación N° 13587-2013 del 24 de


noviembre de 2016, en cuanto al principio de legalidad, ha señalado lo siguiente:
«Sobre el principio de legalidad tributaria, el artículo 74 de la Constitución Política, fija entre otras
disposiciones: i) Que los tributos se crean, modifican o derogan, o se establece una exoneración,
exclusivamente por ley o Decreto Legislativo en caso de delegación de facultades, salvo los
aranceles y tasas, los cuales se regulan mediante Decreto Supremo, y ii) Que el Estado, al ejercer
la potestad tributaria, debe respetar los principios de reserva de la ley, y los de igualdad y respeto
de los derechos fundamentales de la persona. En concordancia con ello, la Norma IV del Texto
Único Ordenado del Código Tributario, aprobado por Decreto Supremo N° 133-2013-EF, precisa
que sólo por Ley o Decreto Legislativo, en caso de delegación, se puede crear, modificar y suprimir
tributos; señalar el hecho generador de la obligación tributaria, la base para su cálculo y la alícuota;
el acreedor tributario; el deudor tributario, el agente de retención o percepción; conceder
exoneraciones y otros beneficios tributarios; entre otros».

En cuanto al principio de proscripción a la arbitrariedad, tenemos que el derecho fundamental a un debido


proceso (que encuentra reconocimiento constitucional en el artículo 3° de la Constitución, concordado
con su artículo 139°, inciso 3) presenta en nuestro ordenamiento jurídico dos dimensiones: una procesal y
otra sustancial. Así lo ha consolidado nuestro Tribunal Constitucional a través de una vasta
jurisprudencia1. Por la primera, el debido proceso se encuentra conformado por un conjunto de derechos
procesales que aseguran que el acceso, inicio y desarrollo de un proceso sean válidos (el derecho de
defensa, el principio de congruencia, el derecho a la motivación adecuada de las resoluciones, etc.). Por
la segunda el debido proceso importa una exigencia de razonabilidad para que los actos de cualquier
autoridad, funcionario o persona no devengan en arbitrarios, sino que sean respetuosos de los derechos
fundamentales y demás bienes jurídicos constitucionalmente protegidos2.

En ese sentido, nuestro Tribunal Constitucional ha precisado que la arbitrariedad se encuentra proscrita
en todo Estado de Derecho3. Por ello ha insistido en recordar también que este es un deber del juzgador4.

En base caso concreto, los valores fueron emitidos de manera arbitraria y sin seguir el Procedimiento
legalmente establecidos, por lo que corresponde ser dejados sin efecto.

Aplicación al caso concreta: indebida notificación:

1
El Tribunal en mención estableció que “la observancia del derecho fundamental al debido proceso no se satisface
únicamente cuando se respetan las garantías procesales, sino también cuando los actos mismos de cualquier
autoridad, funcionario o persona no devienen en arbitrarios” (STC de 19 de abril de 2007, fundamento 5, emitida
en el Expediente Nº 3421-2005-PHC/TC). Por ese motivo recuerda: “A partir del debido proceso también es
posible un control que no es sólo procesal o formal, sino también material o sustancial” (STC de 14 de marzo de
2006, fundamento 29, emitida en el Expediente Nº 1209-2006-PA/TC); y en armonía con ello ha señalado que el
debido proceso, además de su manifestación formal o procesal, presenta una manifestación material o sustancial
que actúa como “mecanismo de control sobre las propias decisiones y sus efectos”, con el propósito de evitar
“zonas de intangibilidad para que la arbitrariedad o la injusticia puedan prosperar cubiertas con algún manto de
justicia procedimental o formal” (Ibid., fundamento 30).

2
Véanse: STC de 19 de abril de 2007, fundamento 5, emitida en el Expediente Nº 3421-2005-PHC/TC; y STC de 29
de agosto de 2006, fundamento 4, emitida en el Expediente Nº 3075-2006-PA/TC, entre otras.

3
STC del 5 de julio de 2004, fundamento Nº 12, emitida en el Expediente Nº 0090-2004-AA/TC: “ En un sentido
moderno y concreto, la arbitrariedad aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo incongruente
y contradictorio con la realidad que ha de servir de base a toda decisión. Es decir, como aquello desprendido o
ajeno a toda razón de explicarlo”.

4
STC de 26 de noviembre de 2007, fundamento 3, emitida en el Expediente Nº 00938-2007-AA/TC: “sin caer ni en
arbitrariedad en la apreciación e interpretación del derecho, ni tampoco en subjetividades”
De acuerdo al artículo 155° del Código Tributario, la queja se presenta cuando existan actuaciones o
procedimientos que afecten directamente o infrinjan lo establecido en este Código, en la Ley General de
Aduanas, su reglamento y disposiciones administrativas en materia aduanera; así como en las demás
normas que atribuyan competencia al Tribunal Fiscal.

De acuerdo a la Resolución de Observancia Obligatoria N° 01380-1-2006 emitida por el Tribunal Fiscal,


se señala lo siguiente:

“Procede que el Tribunal Fiscal en la vía de queja se pronuncie sobre la validez de la notificación
de los valores y/o resoluciones emitidos por la Administración Tributaria, cuando la deuda
tributaria materia de queja se encuentra en cobranza coactiva”

Que, conforme lo establece el artículo 104° del Código Tributario, la notificación debe ser efectuada
Conforme al artículo 104° del Código Tributario, la notificación de los actos administrativos se realizará
por correo certificado o por mensajero, en el domicilio fiscal, con acuse de recibo o con certificación de la
negativa a la recepción efectuada por el encargado de la diligencia; se establecen también cuáles son los
requisitos mínimos que el mismo debe contener. Asimismo, se señala que la notificación con certificación
de la negativa a la recepción se entiende realizada cuando el deudor tributario o tercero a quien está
dirigida la notificación o cualquier persona mayor de edad y capaz que se encuentre en el domicilio fiscal
del destinatario rechace la recepción del documento que se pretende notificar o, recibiéndolo, se niegue a
suscribir la constancia respectiva y/o no proporciona sus datos de identificación, sin que sea relevante el
motivo de rechazo alegado.

En el presente caso, la SUNAT pretende el cobro de una Multa, cuya notificación, tanto de la Resolución
que contiene al valor, así como la Resolución que inicia el procedimiento no se encuentran conforme a
derecho; ya que no me fue posible conocerlas dentro de un plazo que me permitiera ejercer mi derecho
de defensa, ya que no revisamos la Clave Sol de manera frecuente. En consecuencia, la Administración,
al advertir dicha situación, debió haber tomado las medidas necesarias a fin de tener la certeza de
haberse recibido dichas notificaciones.

POR TANTO:

Solicito a usted proveer la presente Queja conforme a ley.

ANEXOS:

- Copia de DNI.

- Constancia de Afiliación.

OTROSÍ DIGO: Solicito que se suspendan las acciones de cobranza, mientras se resuelva la presente
Queja.

Lima, 30 de noviembre del 2020

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