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Para dominar la resistencia

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Para dominar
la resistencia
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•i Guía práctica de· terapia familiar

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Caro! M. Anderson
y Susan Stewart
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Amorrortu editores

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Buenos Aires
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Directores de la biblioteca de psicología y psicoanálisis, Jor- Indice general


ge Colapinto y David Maldavsky
Mastering resistance. A practica/ guide to /ami/y therapy, Ca- . ~ ....
rol M. Anderson y Susan Stewart . . .-?~t:· .
© The Guilford Press, 1983, por acuerdo con Mark Paterson
& Associates, Colchester, Inglaterra
Traducción, Susana Bauer

Unica edición en castellano autorizada por The Gui/ford Press


clo Mark Paterson & Associates, y debidamente pr.otegida 9 Palabras preliminares
en todos los países. Queda hecho el depósito que previene la ti' 13 Prefacio
ley nº-11.723. © Todos los derechos de la edición castellana
reservados por Amorrortu editores, S.A., Paraguay 1225, 19 1. Resistencia

1
7° piso, Búenos Aires.
19 Introducción
La reproducción total o parcial de este libro en forma idénti- 2J Breve historia de la resistencia y la cura
ca o modificada por cualquier medio mecánico o electrónico, ;~ _, ....
28 La resistencia: goza de buena salud -y_ vive bajo otro
incluyendo fotocopia, grabación o cualquier sistema de alma- nombre
cenamiento y recuperación de información, no autorizada por 33 La terapia familiar: en busca de una teoría de la
los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilización resistencia
debe ser previamente solicitada. 49 Un enfoque pragmático de la resistencia
69 Resumen
Industria argentina. Made in Argentina
71 2. Resistencias iniciales
ISBN 950-518-S01-4 . ... _

ISBN 0-89862-044-9, Nueva York, edición original 72 La invitación a la danza: contactos iniciales entre la
familia y el sistema
75 La primera llamada: el establecimiento del contacto
79 La primera llamada: expresiones comunes de
resistencia

·r 93

101
La primera entrevista: variaciones sobre el tema de
negociar la frontera familiar
La primera entrevista: expresiones comunes de
resistencia

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,1.
119

121

125
Resumen

3. Resistencias relacionadas con el contrato

Establecimiento del contrato: ¿qué se incluye en el


contrato?
128 . ¿Cómo se realizan los contratos de tratamiento?
,

7
132 Resistencias comunes al establecimiento de un Palabras preliminares
contrato
156 Resistencias a mantener el contrato
172 Resistencias a la terminación del contrato
179 Resumen

181 4. Cuestionamientos de la competencia del terapeuta

184 Cuestionamientos relacionados con las cualidades


personales: el mito del terapeuta perfecto o el pro y Este libro es de gran interés para terapeutas familiares y
estudiosos de la familia. Primero y ante todo, ofrece al clíni-
el contra de la experiencia de vida "' co ·que trabaja con familias y parej_as la primera obra que tra•
187 La cuestión de las credenciales profesionales
ta en especial y exhaustivamente de las dificultades y puntos
189 Principios básicos
192 Cuestionamientos comunes de la competencia del muertos de la terapia. Diversos estudios se han dedicado á
considerar· facetas de una escuela particular de terapia o el
terapeuta
211 Cliestionamientos relacionados con las conductas de tratamiento de determinados problemas familiares. Pero no
existía un abordaje minucioso de las distintas situaciones en
220
los terapeutas
Resumen
~- que las personas se atascan o rehúyen el problema: las resis-
tencias que realmente enfrentan los terapeutas familiares y a
223 5. Resistencias comunes en el trascurso del· las que. ellos mismos contribuyen desde la primera llamada
telefónica hasta la finalización del tratamiento. Esta diversi-
tratamiento
dad de cuestiones interesa a todos los componentes del siste-
224 Las resistencias en el trascurso de la terapia ma terapéutico: la familia, el terapeuta y el contexto institu-
229 Resistencia sistémica: un ejemplo de caso cional. Algunos de los temas simplemente se habían omitido
242 Expresiones comunes de resistencia en el trascurso en los textos sobre terapia familiar, en particular el de las re-
sistencias que aparecen en forma de cuestionamientos a la com-
del tratamiento
petencia del terapeuta y las producidas por los sistemas asis-
297 Resumen
tenciales, o sea, terapeutas e instituciones. Para cada·proble-
299 6. Resistencias producidas por los sistemas ma de tratamiento; detallado rigurosamente, se ofrece una serie
de sugerencias extraídas, se puede decir, de todas las escuelas

303
309
asistenciales

Resistencias de los terapeutas


Expresiones comunes de resistencia del terapeuta
rr
""' actuales de terapia familiar, con numerosos ejemplos que in-
dican cuándo conviene el empleo de cada una. Este aspecto
del volumen será de gran ayuda para terapeutas que se inician
en este campo y que están confundidos por la diversidad de
311 Resistencias de las agencias e instituciones
abordajes propuestos por diferentes autores. Aquí se coloca
320 Resistencias de los sistemas más amplios
325 Evitación y superación de las resistencias comunes a cada escuela en su lugar, por así decirlo: cada una ocupa
el que le corresponde, pero ninguna proporciona por sí sola
originadas en el sistema r -4¡ ' ·
el repertorio íntegro de las habilidades requeridas.
351 Resumen
La obra constituirá una fuente valiosa para docentes y su-
pervisores de terapia familiar que no se afilien a una sola es-
353 Bibliografía
cuela de terapia. También para terapeutas con experiencia y
con algún conocimiento de la disciplina en su totalidad, ofre-

9
8
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cen las autoras sugerencias sutiles· que habían sido omitidas como fuera de ella, la resistencia surge de este volumen dota-
en los libros de texto. Por ejemplo, el examen sobre el modo
de abordar las resistencias al establecimiento del contrato con
la familia incluye puntos que serán de utilidad para la mayo-
ría de los supervisores.
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da de funciones positivas y negativas.

Lyman C. Wynne

No hay duda de que los teóricos de la familia son quienes


pueden llegar a objetar los conceptos formulados por las auto-
ras. En algunos grupos, el concépto de resistencia es clara-
mente resistido, pero creo que es consecuencia de no haberlo
comprendido correctamente. Anderson y Stewart comienzan
con una espléndida revisión de la bibliografía sobre el tema, .....
no sólo en el campo de la terapia familiar sino en el de otros
tipos de te~apia en que el concepto ha sido utilizado. Acaso
la razón más comúnmente aducida para evitar el término
«resistencia» es que se la suele entender, de modo erróneo,
como una función que sólo atai'ie al paciente o a la familia.
Y se apunta entonces que es el terapeuta inepto quien debería
corregir su técnica. Anderson y Stewart señalan que resisten- ,.,,_
cias pueden localizarse en cualquier componente del sistema
terapéutico; principalmente la interacción y la sintonización
de las tres esferas -familia, terapeuta y contexto- son el
campo de acción para la tarea de dominar las resistencias.
Otra objeción a la idea de resistencia es que permite al tera-
peuta racionalizar un error terapéutico. Este volumen prag-
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mático reconoce gustosamente errores, pero las racionaliza-


ciones brillan por su ausencia. Según cierto punto de vista,
por último, todo armoniza de tal manera que realmente no
hay lugar para la resistencia; es esta en definitiva una posi-
ción filosófica que poco interesa al clínico atascado en los pun-
tos muertos de la terapia.
Considero que las autoras demuestran convincentemente . 1
que estas diversas objeciones al concepto de resistencia pro- ~'
vienen, en lo esencial, de no emplear el término en acepción
sistémica. A saber: resistencia es cualquier propiedad del sis-
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tema terapéutico (este incluye a los miembros de la familia,
al terapeuta y al contexto en que se desarrolla la terapia) que
estorbe el logro de los objetivos· perseguidos por la familia i•
en el tratamiento. Desde esta óptica, la.resistencia, como SU· ,,,.· '·
gieren las autoras, «está viva y existe bajo otro nombre». Po-
dría agregarse que la resistencia es una espina que pincha lo
mismo con cualquier otro nombre. Además, en tanto es un
componente universal y necesario del cambio, así en t_erapia

10
11
Prefacio

La terapia familiar es uno de los más potentes y apasio-


nantes abordajes de psicoterapia. Ofrece una nueva forma de
.... comprensión de la conducta y la oportunidad de modificar
pautas de interacción que han persistido durante ai'\os, si no
durante generaciones. También presenta un verdadero desa-
fío a los que desean ser creadores en la práctica profesional.
Si las teorías sobre terapia familiar son de fácil comprensión,
en éambio su práctica es compleja. En ocasión de quejarse
una de las autoras de la dificultad que tenía para hacer que
r ·-
' los residentes tomaran casos de familia, una recién graduada
del programa de residencia le dijo llanamente: «Los residen-
tes no hacen terapia familiar porque es demasiado arduo».
En nuestra experiencia como docentes de terapia familiar,
que nos ha permitido observar ai'\o tras ai'\o el esfuerzo de
los estudiantes para poner en práctica la teóría, por momen-
tos nos inclinamos a convenir en que la terapia familiar es
demasiado compleja para principiantes. Pierden un excesivo
número de casos durante la primera entrevista, o antes y des- ·
.pués de ella; se encuentran con muchas familias que cuestio-
nan sus credenciales y atacan su competencia; quedan ·atasca-
dos porque los miembros de la familia no producen cambios
o no cesan de echarse culpas unos a otros. En síntesis, tropie-
zan de lleno con la resistencia. Pero los que se inician en tera-
(' pia familiar no son los únicos que experimentan problemas
con la resistencia. Terapeutas familiares de mucha experien-
cia también suelen quejarse de familias resistentes que no de-
sean tratamiento, no. quieren cambiar y, lo peor de todo, se
muestran hostiles hacia sus terapeutas durante el proces.o.
~...... \o La resistencia es uno de los principales componentes de
cualquier forma de psicoterapia. Sin embargo, en terapia fa-
miliar resulta complicado enfrentarla con eficacia. Esto, por
diversos motivos: la cantidad de personas que participan en
la terapia; la variedad de formas sutiles en que se manifiesta

13
ayuda de que no disponen en la forma de un padre espiritual
la resistencia en los sistemas familiares; además, la facilidad o de un equipo de profesionales detrás del espejo.
con que los propios terapeutas pueden concurrir ellos mismos J Los conceptos e intervenciones que se presentan en este
a perpetuar o aun a alentar tendencias de la familia a resistir libro provienen de la experiencia clínica de las autoras, sus
el cambio. Si bien la resistencia es natural e inevitable, los colegas y sus alumnos. Todos los ejemplos se basan en casos
terapeutas familiares recién iniciados tienden a sorprenderse reales; es claro que los nombres y datos identificatorios de
y desconcertarse cuando aparece. Se sienten heridos por los las familias y, a veces, de.los terapeutas han sido modificados
cuestionamientos de su competencia y aceptan con demasia- para proteger al inocente y, en ocasiones, al culpable. Las auto-
da prontitud, por su mero valor declarativo, el hecho de re- ras han procurado no adoptar un enfoque teórico particular,
husarse la familia a cooperar. Aun terapeutas familiares ex- prefiriendo reflejar la forma ecléctica y a menudo pragmática
perimentados, a quienes la resistencia no sorprende, tienen en que se practica la terapia familiar.
problemas para enfrentarla· con eficacia. Los desanima el pre- .... . El capítulo I narra el desarrollo del concepto de resisten-
dominio y la persistencia de conductas resistentes. Cuando el cia y provee de un sintético panorama sobre las ideas actuales
monto de resistencia es alto o cuando es escasa la energía del en la materia. Se presenta una definición amplia del concep-
terapeuta, \este se ve coartado en su creatividad, incapaz de to, que incluye todas las conductas de la familia, del terapeu-
desarrollar una perspectiva provechosa para un caso difícil, ta y del sistema terapéutico que concurren a inhibir a la fami-
o una técnica nueva para movilizar el statu quo. Si se tienen lia en su compromiso con la terapia o que estorban o demo-

r
en cuenta todos estos factores, la tarea de aprender a recono- ran el cambio en la familia ya comprometida. El capítulo 2
cer, comprender y manejar las distintas maneras en que las aborda las resistencias iniciales que ocurren en la primera eta-
familias manifiestan resistencia es a menudo una de las más pa del tratamiento, cuando las familias aún no están seguras
difíciles que debe afrontar el que quiera llegar a ser o seguir de que quieren hacer terapia y, mucho menos, cambiar. El
siendo un terapeuta familiar competente. ¡il capítulo 3 considera las resistencias al contrato terapéutico,
'\
En la tradición de «hombre precavido vale por dos», el
es decir, los cuestionamientos de los límites del tratamiento.
propósito de este libro es ayudar a terapeutas de familia a
El capítulo 4 se ocupa de los cuestionamientos de las creden-
prever manifestaciones comunes de resistencia y a tener pre-
ciales profesionales o personales del terapeuta: aquellas pre-
paradas varias estrategias que permitan superarlas. La inten-
guntas directas ó indirectas acerca de su estado civil o su gra-
ción es que constituya un manual sobre la resistencia en tera-
do de formación, que son sentidas por los terapeutas noveles
pia familiar, que abrevie el largo y arduo proceso de unir teo-
como ataques directos. El capítulo S se refiere a las resisten-
ría y práctica y ofrezca un apoyo al terapeuta desalentado
cias que aparecen cuando terapeuta y familia están ya en ple-
frente a una situación terapéutica dificil. Puede ser utilizado
na tarea. Incluye las resistencias comunes a todo tratamiento
por terapeutas de familia que se inician en la profesión, para
(intelectualización, negación) y las que son más específicas de
obtener ideas sobre intervenciones específicas hasta qüe ha-
if"', la terapia familiar (confabulaciones, secretos y seudo hostili-
yan desarrollado su propio repertorio de intervenciones; o por 'i' dades). Finalmente, el capítulo 6 examina las resistencias crea-
terapeutas experimentados que sufran de «fatiga del terapeu-
das o sustentadas por los terapeutas y por los sistemas en los
ta», hasta tanto puedan redescubrir su propia energía y crea-
cuales ellos trabajan.
tividad. En general, el libro está destinado sobre todo a estu-
Aquí cabe una advertencia. Esta obra ofrece una serie de
diantes y profesionales que no tienen acceso a los centros de
estrategias de supervivencia para uso del terapeuta en situa-
tratamiento y formación en los que se han desarrollado o se
~·v.. ciones que de otra manera pudieran provocarle ansiedad, frus-
elaboran actualmente Jcis principales abordajes de terapia fa-
tración o resentimiento. La clave pa~a una aplicación lograda
miliar. Estos centros o'freeen orientación y capacitación, pero
de cualquiera de las estrategias es una correcta evaluación,
muy diferentes suelen ser las circunstancias en que se desen-
vuelven la mayoría de los terapeutas de familia. Los que tra, por parte del terapeuta, de la naturaleza y función de la resis-
bajan en circunstancias menos ideales a menudo necesitan la tencia en una situación dada. Por atinada que sea la estrate-

15
14
gia, rio funcionará si el terapeuta no la ha elegido de manera aporte los estudiantes del Certificate Program in Family Thera-
adecuada. Una intervención inapropiada recuerda a la histo- py, de la Smith College School for Social Work, y su direc-
ria de aquel loco que trataba de componer su reloj con man- tor, Gerry Schamess. Recibimos comentarios valiosos, y críti-
teca y, no consiguiéndolo, afirmaba apenado: «¡Pero si es la cas a los borradores, de Michael Goldstein, Alan Gurman,
mejor manteca, la mejor que existe!». Jerrold Maxmen, Monica McGoldrick y Froma Walsh. No
Las formas en que las familias ofrecen a sus terapeutas podemos dejar de mencionar a Selma Stone, quien pasó en
resistencia o, al contrario, oportunidades para producir el cam- limpio el manuscrito, y a Joanne Cobb, que la remplazaba
bio son virtualmente infinitas. Advertirá el lector que este li- cuando Selma Stone debía atender otras tareas.
bro contiene recomendaciones para esquivar la resistencia en-
frentándola directamente o bien utilizándola como vehículo
para el cambio. Esas recomendaciones son muchas y varia-
·♦
das·, pero constituyen sólo una fracción de las opciones que
pueden utilizar los terapeutas una vez que se encuentran có-
modos, ló suficiente para pensar con claridad. Comoquiera
que fuere, hacer frente a la resistencia de manera creadora,
sea por recurso a las estrategias sugeridas en este libro, sea
por elaboración de las propias, requerirá siempre del terapeu-
ta familiar el continuado ejercicio de las cualidades enumera-
das por Douglas Hofstadter como las habilidades de la inteli-
gencia:

a. responder de manera flexible a las situaciones;


b. sacar partido de circunstancias fortuitas;
c. encontrar el sentido de mensajes ambiguos o contradic-
torios;
d. discernir la importancia relativa de diferentes elemen-
tos de una situación;
e. descubrir similitudes entre situaciones a pesar de las di-
ferencias que puedan separarlas;
f. inferir las diferencias entre situaciones a pesar de las
similitudes que puedan unirlas; 1

g. sintetizar conceptos nuevos tomando conceptos ya exis-


tentes y reuniéndolos de manera novedosa;
h. aportar ideas novedosas (1979, pág. 26).
~-
Queremos mencionar los aportes ,que hemos recibido del
personal y de los estudiantes de la Family Therapy Clinic del
departamento de psiquiatría de la Universidad de Pittsburgh, ,~
y de miembros de la facultad: Peter B. Henderson, Paul Ap-
pelbaum, Michel Hersen, Paulina McCullough y Paul Pilko-
nis. Agradecemos además al director del departamento, Tho-
mas Detre, su apoyo a este proyecto. También hicieron su

16 17
1. Resistencia ·

«Lo que más teme ia gente es dar un paso nuevo, pronunciar


una palabra nueva». Fedor Dostoievski.

Introducción
La resistencia al cambio en general, y la resistencia a ser
influido en particular, aparecen en toda ocasión en que las
"' circunstancias requieren de individuos, grupos o sistemas un
cambío de su conducta habitual. Salvo que una evidencia abru-
madora los persuada sin dilación de que un cambio de con-
ducta es indispensable o beneficioso, por ejemplo, responder
al fuego huyendo de un edificio en llamas, resistirán toda mo-
dificación de su statu quo. Un hombre de negocios que bus-
que introducir nuevas técnicas de mercado, un médico en su
intento de curar pacientes, padres empeñados en enseñar há-
bitos a sus hijos: todos los que intentan producir un cambio
encuentran resistencia a sus esfuerzos. ·
Puesto que su oficio es promover el cambio, los psicotera-
peutas tropiezan de continuo con resistencias. Por afligidos
que estén, los. individuos se resisten a pedir asistencia y, si
se deciden a hacerlo, se resisten a dejarse influir por los pro-
' fesionales a quienes han encomendado la tarea de ayudarlos.
Esta resistencia se puede expresar abiertamente en la inasis-
tencia a las reuniones o en negativas tajantes a cumplir con
los términos del contrato terapéutico. Pero es más frecuente
que se exprese en forma encubierta por medio de la omisión
., ·-· de información importante, d.e una aparente incapacidad pa-
ra comprender los comentarios del terapeuta o del-rehusamien-
to a abandonar expectativas ó conductas antiguas.
A primera vista, la resistencia en psicoterapia aparecería
como un proceso irracional que no concurre a ningún propó-

19
sito útil. ¿Qué motivo podría tener la gente para demandar un miembro sintomático, los otros miembros pueden no per-
asistencia y después conducirse de modo de sabotearla? Lo cibir el sentido del compromiso de toda la familia o temer
lógico sería que los individuos en dificultades hicieran de buen que el pedido de participar suponga que el terapeuta los acu-
grado todo lo indispensable para aliviar la aflicción que los sa de las dificultades del miembro problema. El manejo ade-
movió a demandar terapia. Sin embargo, por irracional que cuado de la resistencia nacida de estas percepciones se com-
parezca, la resistencia es universal. plica si consideramos que algunos miembros se interesarán más
Por ser ·tan universal la resistencia, los terapeutas deben que otros por el cambio, que algunos ofrecerán resistencia ma-
aprender a esperarla y superarla, prescindiendo de su orienta- nifiesta y otros encubierta, y que la resistencia manifiesta de
ción teórica o de la modalidad terapéutica que practiquen. algunos miembros puede representar una función encubierta
De lo contrario se frustrarán los esfuerzos que hagan para para otros.
producir el cambio. Sin embargo, dominar la resistencia no En el trascurso de un tratamiento, los terapeutas deben
es una tarea fácil. La mayoría de los terapeutas han elegido hacer frente a las diversas expresiones de resistencia al cam-
su profesión porque están interesados en ayudar a la gente. bio de cada miembro y, al mismo tiempo, estar atentos a la
A caIPbio de su preocupación y su buena voluntad, los terapeu- función que puedan tener las resistencias para la familia c<>-
tas esperan gratitud o, al menos, respeto. A veces apare- mo un todo. Si los terapeutas carecen de experiencia~ están
cen muestras de gratitud o respeto, pero cuando los intentos cansados o ambas cosas, estos factores pueden combinarse
de ayuda tropiezan con manifiesta indiferencia, escepticismo para estorbar el cambio. Por ejemplo, los padres de un joven
o aun franca hostilidad, las respuestas de los terapeutas no de veintitrés ados solicitaron tratamiento con la queja de que
son siempre racionales. Ellos sienten la resistencia como algo su hijo mayor había abandonado primero sus estudios uni-
personal. Aunque sepan que es previsible, cuando se encuen- versitarios, a pesar de sus excelentes calificaciones. Después
tran con ella se frustran, se desconciertan y hasta rechazan había perdido un empleo y últimamente limitaba sus contac-
abiertamente a sus pacientes. A su vez, comunican inadverti- tos sociales a los miembros de la familia, y sus actividades,
damente su enojo o frustración a los pacientes resistentes, fo- a mirar televisión en el sótano. La familia parecía muy ansio-
mentando su ulterior resistencia y perpetuando una espiral de sa por recibir ayuda. Sin embargo, a pesar de la instrucción
interacciones negativas que probablemente termine en fraca- específica de que trajeran a los cinco hijos, acudieron a la
sos terapéuticos. Los terapeutas jóvenes y sin experiencia son primera entrevista sólo con el paciente individualizado y con
particularmente vulnerables a personalizar la resistencia in- la hija menor, una nitla de nueve aftos, alegando que los de-
terpretándola como un rechazo o como una confirmación de más -adolescentes y adultos jóvenes- no podían• concu-
su- falta de destreza. Estos terapeutas son entonces los más rrir. Á pesar de la presión de la terapeuta y de la declarada
susceptibles de mostrarse irritados, hostiles. o desanimados promesa de la familia, no sólo no asistieron los hermanos y
cuando aparece la resistencia. Aun terapeutas experimenta- hermanas del paciente individualizado a la segunda sesión, si-
dos pueden resultar vulnerables o quedar atrapados por sus no que tampoco se presentó aquel. Estos padres aceptaban
consecuencias negativas. Si es menos probable que la tomen pasivamente la expresión de sentimientos ambivalentes o ne-
como algo personal, suelen considerar que el efecto acumula- gativos de sus hijos respecto de la terapia como una negativa
tivo de enfrentar resistencias puede traer por resultado una absoluta a asistir y no hacían nada para alentarlos a que cam-
pérdida de energía creadora y un incremento de la fatiga del biaran de parecer. Por otra parte, si esta conducta de los pa~
terapeuta. Estos factores pueden concurrir a las mismas ten- dres reflejaba el gran problema que tenían para gobernar su
dencias al abandono o a las represalias, que son comunes en familia, en conversaciones posteriores surgieron indicios de
los principiantes. que ellos también eran ambivalentes hacia la terapia en gene-
Si todos los terapeutas tropiezan con resistencias, la resis- ral y hacia la asistencia de sus hijos en particular. Se averiguó
tencia que experimenta el terapeuta familiar es particularmente que estos habían criticado la forma en que trataban al pacien-
intensa. Siendo que la mayoría de las familias se presenta con te yque los padres temían las confrontaciones que podían ocu-

20 21
rrir si participaba la familia entera. Cuando la terapeuta abor-
dó estos sentimientos, los padres no atinaron a comprender Difícilmente se habría podido censurar a la terapeuta si
que su propia conducta contribuía a la resistencia de sus hijos daba excusas o aun si encontraba la manera de disuadirlo de
y que estas cuestiones desalentaban el cambio. El padre afir- utilizar sus servicios. Ella se sintió atacada. Sintió que duda-
mó: «Yo no entiendo lo que pasa. Conversamos acerca de ban de su valía, que cuestionaban su competencia. En esos
lo que debemos hacer, pero no logramos ponerlo en prácti- momentos resulta difícil darse cuenta de la angustia y la frus-
ca». La terapeuta, frustrada, pronto renunció a sus esfuerzos tración que se esconden en conductas de ese tipo. Es mucho
de incluir a los hijos, temiendo que si presionaba demasiado más fácil enojarse, sentirse herido, responder con la misma
a estos padres, su pasividad se convertiría en hostilidad. Si moneda o rechazar al.interlocutor por considerarlo escasamen-
bien no fue un caso totalmente perdido, el cambio fue míni- te motivado para beneficiarse del tratamiento. ·
mo y lento. Los terapeutas deben aprender a no personalizar esas eva-
En este caso, la resistencia manifiesta de los hijos servía siones o esos ataques. En particular deben comprender que
a un propósito encubierto de sus padres en apariencia coope- sólo rara vez la ·resistencia se relaciona con sus cualidades co-
rativos. El manejo de estas resistencias pasivas es relativamente mo terapeutas; forma parte de una resistencia al cambio, que
fácil una vez que se ha aprendido a reconocerlas. Pero no to- es universal y natural, y de una resistencia a ser influido, que
das las resistencias de miembros de una familia están tan exen- tiene muchas funciones positivas. Si no hubiera cierto monto
tas de .hostilidad manifiesta. En efecto, su resistenci.J. frecuen- de resistencia al cambio, todos los sistemas sociales entrarían
temente se expresa en observaciones escépticas u hostiles y en en caos y confusióri porque responderían sin orden ni con-
cuestionamientos directos de la competencia del terapeuta. . cierto a los influjos recibidos. Sin algún monto de resistencia;
Considérese el ejemplo siguiente: Hace algunos años un exi~ la familia sería incapaz de proporcionar la estabilidad necesa-
• toso comerciante llamó a nuestra clínica de terapia familiar. ria para que· sus miembros crecieran y se desarrollaran. Y si
Sin revelar nada acerca de sí mismo ni de su problema, quiso no ofrecieran resistencia· a ser influidos, los individuos y las
saber si la profesional que atendía su llamado había leído va- familias se convertirían al credo del primer taumaturgo, pro-
rias obras de prominentes autores sobre el tema de trastornos pagandista u orador «experto» que les endilgara un discurso.
de la ingesta. Cuando se hubo asegurado de que la terapeuta Es decir, la resisten¡:ia puede ser una señal de salud y buen
efectivamente estaba familiarizada con la bibliografía, proce- juicio. Como dice Lynn Hoffman, la resistencia debería lla-
dió a citar varios centros asistenciales donde ya había hecho marse mejor persistencia. Pero cualquiera que sea el nombre,
consultas, IIlencionó una relación personal con el director del de alguna manera los terapeutas deben prestar atención al pro-
departamento de psiquiatría -el superior de mayor jerarquía ceso que sobreviene cuando intentan influir sobre los pacien-
de la terapeuta-, y pidió conocer las credenciales profesio- tes y las familias que les demandan asistencia.
nales y personales de su interlocutora. Este hombre, tan habi-
tuado al éxito en los negocios, experimentaba un fracaso en
sus esfuerzos de curar la anorexia nerviosa de su hija. No le
daba resultado buscar consultores caros para que analizaran Breve historia de la resistencia y la cura
~l problema y lo asesoraran (el método que él empleaba con
tanto éxito en su profesión). Para colmo, su último consultor La resistencia como fenómeno que acompai\a al proceso
había sugerido terapia familiar, insinuando que la familia aca- terapéutico tiene una historia que parece remontarse a las cul-
so contribuía al problema. Su estilo era irritable, negativo y turas humanas más antiguas. De la observación de chamanes
cuestionador. El y su familia necesitaban desesperadamente y sacerdotes parece deducirse que los especializados en roles
asistencia. Sin embargo, su conducta parecía calculada para curativos comprendieron desde siempre que si no inducían al
enajenarse de la misma gente de la que esperaba que pudiera paciente en el proceso de la cura, este «se resistiría» a curar-
ayudarlo. se, Los rituales de adoctrinamiento utilizados por chamanes
a menudo incluyen procedimientos complejos disei\ados para

22
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establecer un clima de expectativa; esto significa guiar al pa- cientes o inconcientes, que contrarian el progreso de la tera-
ciente para que espere ser curado (Frank, 1961). Parece que pia» (Greenson, 1967, pág. 60), reside en el inconciente del
los chamanes son hábiles para evaluar quién responderá a sus paciente_ y se expresa en el contexto de la trasferencia. Los
métodos y saben cómo usar los rituales para potenciar esa analistas consideran que, en el tratamiento, los pacientes pro-
respuesta. Después de introducir al paciente en el proceso, ge- yectan en la relación con el terapeuta conflictos no resue"ttos,
neralmente haciéndolo pasar por ciertas· ceremonias, utilizan originalmente vivenciados en relaciones tempranas. En la me-
un ritual para provocar el cambio; este puede consistir en es- dida en que la terapia intenta explorar estas proyecciones, re-
cupir un pedazo de material cubierto de sangre, que es sena- vive antiguos conflictos e incrementa la angusda. Frieda
lado como la causa del mal del paciente. Los que esperan ser Fromm-Reichmann dice: «La misma fuente que motivó los pro-
curados suelen serlo en efecto. Los hechiceros evidentemente cesos de disociación y represión originales, es decir, la angus-
logran curar manipulando expectativas y percepciones. tia, es también el principal motivo de resistencia» (Fromm-
El alivio del dolor físico y mental por la manipulación de Reichmann, 1950, pág. 110). Resistencia significa reactivación,
procesos psicológicos se ha practicado. en todos los· tiempos fuera de la conciencia del paciente, de las fuerzas motivado-
y hoy no se lo practica menos. En nuestra cultura se lo suele ;t ras responsables de sus originarios procesos mentales disocia-
llamar psicoterapia, salvo en los movimientos religiosos mar- dores y represores patógenos (Fromm-Reichmann, 1950). Si
ginales, en cuyo caso se habla de cura de fe. Poco a poco él puede ser conciente de su renuencia a revelar determinados
se le sumaron embellecimientos científicos y especulaciones pensamientos o impulsos, no lo es del significado de su resis-
acerca del modo, las causas y la efectividad de su operación. tencia hasta no reelaborar esta en el proceso terapéutico.
Sigmund Freud fue uno de los primeros en aplicar méto- Por lo tanto, en los abordajes psicoanalíticos gran parte
dos científicos al estudio de la manipulación de procesos psi- de la terapia consiste en analizar cuándo, por qué y cómo el
cológicos con fines terapéuticos (Freud, 1900/1952). Pronto paciente se resiste a declarar sus pensamientos y sentimientos,
descubrió que pacientes que le demandaban el alivio de sus así comQ la significación de lo que esas resistencias revelan
males se resistían a revelar sus pensamientos y sentimientos, acerca de sus problemas. En otras palabras, los psicoanalistas
se resistían a sus interpretaciones y sé resistían a examinar su pasan a investigar la resistencia natural del paciente a lograr
relación con él. En opinión de Freud, las resistencias, como la comprensión y el cambio. Tradicionalmente se consideraba
los mecanismos de defensa, servían para proteger a los pa- que este sobrevenía como resultado del insight logrado por
cientes de la iJttensa angustia inherente a la circunstancia de el paciente una vez que se levantaba la resistencia y él queda-
tomar conciencia de sus conflictos intrapsíquicos no resuel- ba exento de sus conflictos patológicos. Pero hoy dentro de
tos, o de pensamientos e impulsos inaceptables. A pesar, en- la comunidad analítica se sostienen variados puntos de vista
tonces, de su deseo de ser asistidos, los pacientes eran reacios sobre esta visión del cambio y aun sobre la definición de la
a abandonar sus síntomas porque estos como tales eran el mé- resistencia. Algunos dirían que es la experiencia de la relación
todo que ellos utilizaban para mantener un equilibrio intra- terapéutica, y no el insight como tal, lo que permite a los pa-
psíquico que de lo contrario estaría amenazado. cientes renunciar a la resistencia y a· 1a sintomatología. Por
Si se parte de este concepto de resistencia, resulta fácil com- otro lado, si antes se consideraba que la resistencia se situaba
prender por qué se convirtió en la piedra fundamental de la por entero en el paciente, y desde esa realidad interna era pro-
práctica psicoanalítica. Según lo expresó un psicoanalista a yectada sobre la relación trasferencia!, hoy algunos psicoana-
las autoras, «la resistencia es todo». Evidentemente, para el listas tienen una concepción más interactiva de la resistencia;
abordaje psicoanalítico del tratamiento, la resistencia no es llegan· a contemplar potenciales fundamentos realistas a que
algo que deba ser vencido para llegar al núcleo «real» de la pudiera obedecer, incluido el error terapéutico (Greenson,
terapia: trabajar con la resistencia es la terapia misma. En · 1967). No obstante esta variación en las definiciones, el pro-
general se considera que la resistencia, definida como «todas ceso de reelaboración de la resistencia sigue siendo central para
las emociones, actitudes, ideas, pensamientos o acciones, con- las terapias de ,?,,~.ieritación psicoanalítica.- Por esta razón, la
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terapia de este tipo demanda mucho tiempo: el cambio sólo la única vía -ni siquiera la más importante~ de enfrentarla.
es posible cuando los pacientes están suficientemente motiva- Por ejemplo, dos líderes contemporáneos del movimiento de
dos para tolerar el dolor del insight y el lento proceso de re- la terapia psicodinámica breve, Peter Sifneos (1973) y James
trabajar antiguos conflictos en una relación nueva. Mann (1973), tratan la resistencia primero evitando tener que.
Al movimiento psicoanalítico se debe en gran medida la enfrentarla, y segundo, venciéndola por medio de un ataque
aceptación en general de la psicoterapia como medio legítimo directo y masivo. Ambos proponen un proceso de selección
de asistir a las personas para que enfrenten la vida de manera que aparentemente se quedaría con el paciente más sano, el
más efectiva. Sin embargo, como se ha mencionado, el pro- menos resistente. Los pacientes seleccionados para este tipo
ceso de reelaborar la resistencia exige mucho tiempo y dine- de terapia son caracterizados como «personas muy motiva-
ro. y requiere del paciente un serio compromiso con el proce- das, inteligentes, que demuestran tener lados fuertes en su yo
so terapéutico. Como estos requisitos restringen la posibili- y destrezas interpersonales ( ... ) que pueden soportar el dolor
dad de terapia a una población muy selecta, surgió la demanda (ansiedad) sin desintegrarse o poner término a la terapia pre-
de terapias que pudieran aplicarse a una mayor cantidad de maturamente» (Burke, White y Havens, 1979, pág. 177). Por
pacientes en períodos más breves y por menos dinero. Los lo tanto, se evita tener que hacer frente a la resistencia, en
intentos de elaborar terapias breves se remontan a la época parte, eligiendo pacientes menos proclives a «necesitar» resis-
de Freud, y en particular a dos de sus discípulos, Sandor Fe- tir. Uno de los criterios de selección sugeridos es la capacidad
renczi y Otto Rank. Ambos advirtieron que, para acelerar la del paciente para aceptar y responder a una interpretación en
terapia, el terapeuta debía aplicar técnicas diferentes en el abor- la primera sesión.
daje de la resistencia. Este riguroso proceso de selección también asegura que
Ferenczi recomendó una conducta más activa en el esta- ef paciente tolerará mejor el ataque del terapeuta a las resis-
blecimiento del vínculo con el paciente. Sugería promover el tencias que aun así él oponga. Esto es decisivo, porque los
desarrollo de la confianza del paciente por medio de abrazos, terapeutas enfrentan directamente al paciente con interpreta-
besos y ternuras no eróticas (Ferenczi, 1950). Si bien abando- ciones que incluyen referencias inmediatas a sus relaciones ob-
nó pronto el contacto físico con el paciente por temer que jetales del pasado, a sus actuales vínculos y a la trasferencia
esta técnica resultara problemática, indicó vías para superar misma. En relación con la técnica de Peter Sifneos, Burke ·
más activamente la resistencia al cambio, llegando al extremo y colaboradores (1979) afirman: «La interpretación se realiza
de prohibir a sus pacientes que aliviaran la tensión con movi- de una manera tan enérgica que el paciente puede optar entre
mientos corporales o masturbación. Otto Rank también in- pelearse, reconociendo de esta manera su verdad, o abando-
tentó elaborar técnicas para facilitar la relación terapéutica nar el tratamiento» (pág. 178). Si bien el concepto de resis-
y reducir al mínimo la resistencia. Recomendó captar la tencia no se consigna directamente en estos enfoques, los mé-
«voluntad» del paciente (Rank, 1947). Probablemente quiso todos de intervención sugeridos con claridad implican que se
decir que la resistencia se superaría con mayor rapidez si se - trata de un factor que ha de evitarse y/o superarse para crear
explotaba la motivación del paciente y se comprometia su vo- un cambio r·ápido.
luntad en el proceso terapéutico. Otros terapeutas que realizan psicoterapia dinámica breve
Hoy la respuesta de terapeutas de orientación psicodiná- son más explícitos en la cuestión de la resistencia y defienden
mica a la demanda de terapias menos prolongadas y costosas el enfrentamiento activo y directo desde el comienzo de la te-
es una forma de tratamiento abreviada que se llama indistin- rapia (Davanloo, 1980; Malan, 1980). Davanloo enfrenta las
tamente psicoterapia dinámic;1 breve o psicoterapia psicoana- resistencias temprano y tenazmente; utiliza la trasferencia y
lítica. Estas formas de terapia se basan en los insights y los establece conexiones entre el vínculo terapéutico y los víncu-
principios teóricos básicos del psicoanálisis clásico (Marmor, los actuales y pasados del paciente. Aplicando esta técnica lo-
1979), pero su abordaje de la resistencia es diferente por com- gra, según informa, un alivio de los síntomas; y cambios im-
pleto. La reelaboración de la resistencia ya no se considera portantes de personalidad, en un máximo de veinticinco se-
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siones, con beneficios que al parecer se han mantenido durante


por lo menos cinco años (Davanloo, 1980). Estos resultados tajosa. Es de suponer que las personas que ac_ceden a terapia
son particularmente notables si se tiene en cuenta que Davan- ya no consideran ventajosas sus conductas y, por lo tanto,
loo recomienda de manera específica esta técnica para pacientes están dispuestas al cambio.
con problemas psiconeuróticos y caracterológicos severos y En los casos en que los· terapeutas conductistas se refieren
de larga data. Malan atribuye estos logros en gran medida a la resistencia, tienden a señalar un no acatamiento·: por al-
al hecho de que esta técnica, si bien se basa firmemente en guna razón, el paciente omite llevar a cabo la tarea asignada
principios psicoanalíticos, no lleva a responder a la creciente por el terapeuta, y entonces no se produce el cambio que se
resistencia de los pacientes con una mayor pasividad por par- preveía en su conducta. La mayoría de las técnicas descritas
te del terapeuta (Malan, 1980). La resistencia es central y no por los terapeutas conductistas para incrementar el acatamiento
se le da cuartel. del paciente servirían para evitar la producción de resistencia.
Es responsabilidad de los terapeutas asegurar la anuencia con
diversas técnicas, por ejemplo, comprometiendo al paciente
y prescribiendo tareas apropiadas (Hersen, 1979). Martín y
La resistencia: goza de buena salud y vive bajo
otro nombre
Worthington sugieren la prescripción de verdaderas tareas para
el hogar,_ especificando que han de presentar una relación ló-
gica con el objetivo de la terapia. Recomiendan además que
Se puede decir que las terapias breves de orientación psi- las sugerencias se propongan de manera -que séan aceptadas
codinámica han heredado su concepto de resistencia, como por el paciente, que las tareas sean pequeñas, concretas, espe-
sus otros conceptos fundamentales, de la tradición analítica cificas y simples, y que los pacientes participen en su elabora-
clásica. Otras formas de terapia breve, sin embargo, tienen ción. Diversos autores conductistas han insistido en este últi-
nociones menos claras acerca de lo que es la resistencia y có- mo punto, o sea, en la necesidad ·de incluir activamente al
mo se debería manejar. A menudo se describen técnicas tera- paciente en el proceso de su tratamiento. En relación con el
péuticas y procedimientos que podrían servir al propósito de incumplimiento de las tareas, por ejemplo, Shelton y Acker-
evitar o reducir a un mínimo la resistencia, sin mención espe- man (1974) citan como las dos razones más comunes la falta
cífica de esta. En realidad, las referencias a la resistencia se de instrucciones específicas y la improcedencia de la tarea pa-
suelen haceF en forma indirecta, reconociendo su existencia ra las necesidades del paciente. Afirman: «Cuanto más parti-
de manera tácita, sin intentar definirla. cipe el paciente en el esfuerzo, mayores serán sus posibilida-
Por ejemplo, llama la atención lo poco que se ha escrito des de lograr los cambios deseados. Idealmente, el paciente
acerca ·de la resistencia en las obras de terapia conductista, y el terapeuta coparticipan en el tratamiento, trabajando jun-
por lo general tan prolíficas en casi todos los temas. Basán- tos para clarificar, seleccionar y alcanzar los objetivos de la
dose en la teoría del aprendizaje social, este enfoque conside- terapia» (pág. 14).
ra la psicoterapia primordialmente como un proceso educati- Hacer participar al paciente en el proceso de tratamiento
vo, como un aprendizaje de habilidades (Shelton y Ackerman, a menudo se amplía a un empeño de quitar visibilidad al rol
1974). Los terapeutas enseñan a resolver problemas y trasmi- del terapeuta como causante del cambio, haciendo menos ma-
ten habilidades interpersonales, modelando, formando y asig- nifiestos sus intentos de influir sobre el paciente. Este proce- _
nando tareas. Desensibilizan a los pacientes respecto de situa- der parece basado en una tesis que se sostiene en la bibliogra-
ciones que provocan angustia y promueven el cambio por el fía de psicología social: es más probable que se mantenga el
uso efectivo de refuerzos positivos y negativos, o sea, por el cambio atribuido a uno mismo que el atribuido a agentes ex-
manejo de contingencias. Las estrategias terapéuticas se ba- ternos (Kopel y Arkowitz, 1975; Kanfer, 1975; Martín y Worth-
san en la premisa de que los humanos son seres racionales ington). Según lo señalan Hoyt, Henley y Collins (1972), «la
que sólo perseveran en una conducta mientras les resulta ven- atribución, correcta o incorrecta,· a lo interno, incrementará
al máximo la prohabilidad de que el acto produzca un cam-

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bio personal duradero» (pág. 209). La participación del pa- sión o de habilidad por parte del paciente; ausencia de mo-
ciente también se puede utilizar para garantizar que la tarea tivación o bajas expectativas de éxito; angustia o culpa pro-
o la directiva se corresponda con sus necesidades. La falta venientes de terapias previas, y los beneficios secundarios que
de acatamiento se evita, de esta manera, anticipando junto obtiene el paciente de sus síntomas. Este último punto es muy
con los pacientes los problemas que tendr4n en el cumplimiento interesante porque lleva a considerar la ambivalencia de una
de tareas o directivas (Martin y Worthington). manera que pudiera hacerla congruente con la teoría conduc-
Esto no significa que ne> se haya prestado atención directa tista. Si los pacientes obtienen beneficios secundarios de sus
a la resistencia en la bibliografía conductista. Hersen (1971), síntomas, se puede dar una explicación racional para la resis-
·por ejemplo, discierne la resistencia, y lamenta que se la mez- tencia al cambio.
cle a menudo con explicaciones sobresimplificadas de condi- A pesar de estos ejemplos, debe decirse que, por lo menos
cionamiento operante, pasando por alto la necesidad de com- hasta hace poco, la mayoría de los terapeutas conductistas
prender los fenómenos o de elaborar estrategias para superar no se han ocupado del tema de la resistencia. La razón de
la resistencia que no dependan de la no ambivalencia del pa- ello se explica, en parte, por una tendencia a escribir acerca
ciente respecto del cambio. Wilson y Evans (1977)_ sostienen de los éxitos y no de los fracasos (Hersen, 1971); y en parte,
que en terapia conductista se puede afirmar que existe resis- por la falta de una clasificación específica de las resistencias
tencia si ocurre u·no de estos dos fenómenos: que los terapeu- que estimulara estudios empíricos, la columna vertebral de la
tas provoquen fuerte antipatía en los pacientes, o que no con- literatura conductista (Jahn y Lichstein, 1980). ·por lo menos
sigan de estos determinadas respuestas. Cuando la causa de un autor afirmó que la omisión de la resistencia por parte de
la resistencia es un resentimiento tácito hacia el terapeuta, su- los conductistas puede atribuirse a su falta de entrenamiento
gieren que la ejercitación de la agresividad favorecerá su ex- analítico (D' Alessio, 1968), lo que supone que ellos no tienen
presión y, por lo tanto, su control. Para los casos de repetida una explicación propia en relación con el fenómeno. Algunos
omisión de las tareas asignadas, proponen un análisis lógico han sostenido que los conductistas dedicaron poco tiempo al
de las posibles causas. Se inclinan a considerar que la conduc- estudio de la resistencia porque esta no es congruente con sus
ta requerida o bien no se encuentra en el repertorio de con- puntos de vista sobre la naturaleza de la conducta humana,
ductas del paciente, o bien produce más angustia de la que a saber, que los pacientes son seres racionales que, si se en-
puede ser contrarrestada por el terapeuta. En ambos casos, cuentran en las circunstancias apropiadas, cambiarán. Cuan-
sugieren un proceso más gradual de ajuste de la conducta pa- do los pacientes rehúsan comprometerse en conductas que me-
ra hacer frente a esas resistencias. Mahoney (1974) es uno de jorarían los males que enuncian, parecen ser irracionales. La
los pocos conductistas que tratan específicamente la resisten- mayoría de los conductistas se verían en aprietos para expli-
cia a ser influido por el terapeuta; la llama «contracontrol» car la respuesta de una de nuestras pacientes, quien, al ofre-
porque el paciente actúa en la dirección contraria a la contin- cérsele un régimen de conductas que le ayudaría a hacer reali-
gencia establecida. Cita, por ejemplo, el caso de un varón de dad su deseo de dejar de comer en forma desordenada, excla-
seis af\os que comenzó a mojar más la cama cuando empeza- mó: «Esto no dará resultado porque yo sé que no voy a
ron a darle buñuelos como premio por las noches en que no hacerlo».
se mojaba. Sostiene que la probabilidad de estas respuestas La resistencia, por lo tanto, «cuestiona directamente al te-
negativas a las tareas asignadas depende de la falta de opcio- rapeuta conductista en sus supuestos, to_mados de la teoría
nes, de la visibilidad de los esfuerzos coercitivos del terapeuta del aprendizaje, acerca de la adquisición y el mantenimiento
y de la presencia de modelos de no acatamiento. de conductas. El paciente resistente no obedece a las contin-
Por lo menos un grupo de autores de orientación conduc- gencias establecidas por el terapeuta, cuando justamente la
tista ha intentado construir un modelo de resistencia que pu- regulación de la conducta por el manejo de las contingencias
diera ser sometido a prueba. Munjack y Oziel (1978) propo- es un principio básico de la teoría conductista» (Jahn y Lich-
nen cinco tipos de resistencia, que incluyen: falta de compren- stein, 1980, pág. 303). Como la conducta resistente es in~om-

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prensible desde un punto de vista conductista, no sorprende antemano destaca la importancia del trat,ajo independiente
que una explicación conductista común de estas situaciones del pacie~te fuera de las sesiones. Explican los mencionados
sea que el terapeuta no ha atinado con las contingencias co- aa:tores: «Se alienta al paciente a considerar la tarea para el
rrectas. De aquí se sigue que para la mayoría de los conduc- hogar como un componente integral y vital del tratamiento.
tistas no se trata de resistencia, sino de ausencia de refuerzos La tarea para el hogar no es un mero procedimiento électivo
o de falta de competencia por parte de los terapeutas (Her- y accesorio. El terapeuta generalmente dedica un tiempo a pre-
sen, 1979). sentar las justificaciones de cada tarea. La importancia del
Otra forma de tratamiento breve que se puede incluir en cumplimiento de la tarea se realza frecuentemente a lo largo
la tradición de la teoría del aprendizaje social es la terapia del tratamiento» (Beck et al., 1979, págs. 272-3). Por otra
cognitiva. Esta se propone ensei'\ar a los pacientes a pensar parte, para evitar el no acatamiento, estos autores entienden
y percibir de manera diferente su realidad del momento. En importante tratar de prever con el paciente sus fuentes poten-
la terapia cognitiva, los terapeutas esencialmente cuestionan ciales. La insistencia en la empatía, en la aceptación, en el
la percepción selectiva del mundo por parte del paciente, exa- cuidadoso adoctrinamiento y en la anticipación de los proble-
mil\ando las pruebas que utiliza para los juicios acerca de sí mas de acatamiento, da a entender que de lo contrario el te-
mismo o de su medio. Los terapeutas cognitivos parecen con- rapeuta no logrará comprometer al paciente y la terapi~ fra-
ceptualizar la resistencia como «cogniciones negativas» acer- casará.
ca de la terapia ..Sostie!}en que_ los terapeutas deben prestar
mucha atención a los propios enunciados del paciente acerca
de la terapia, atendiendo cuidadosamente a comentarios co-
mo «esto no dará resultado» o «la terapia nunca sirvió». Pa- La terapia familiar: en busca de una teoría de
ra evitar conductas de no acatamiento, el terapeuta refuta esos la resistencia
cc;,mentarios y los remplaza por actitudes más positivas res-
pecto de la terapia. Si bien estas prescripciones están clara- Si el concepto analítico de resistencia provenía especifica-
mente disei'\adas para evitar la resistencia, Beck y colabora- mente de terapeutas que intentaban provocar un cambio in-
dores, en su popular libro Cognitz'1e therapy of depression terno incrementando el insight en un individuo motivado, las
(1979), no se refieren específicamente al tema; la palabra variaciones en el concepto de resistencia parecen empero ha-
. resistencia ni siquiera aparece en el índice. Sin embargo, ber sobrevivido a la transición desde el análisis clásico hasta
la insistencia con que recomiendan establecer una alianza te- los nuevos modelos de tratamiento, incluidos los que se ba-
rapéutica parece indicar que esta sería uno de los factores prin- san en teorías sobre la disfunción, y en estrategias de cambio,
cipales que permitirían evitar la resistencia. Los autores sei'\a- radicalmente diferentes. Parece haber un reconocimiento casi
lan que el terapeuta cognitivo ha de ser un buen psir:oterapeu- universal de que la resistencia existe, si bien no hay un acuer-
ta, capaz de responder al paciente con interés, empatía y do universal acerca de cómo llamarla, en qué consiste y cuál
aceptación, y también «_habilidoso para manejar la reacción es la responsabilidad del terapeuta en lo que a ella se refiere.
,trasferencia!» (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979). El campo de la terapia familiar incluye a teóricos de tradición
El establecimiento de un vínculo de colaboración en que psicoanalítica y también de la teoría del aprendizaje social,
el terapeuta comprometa de manera activa ál paciente y es- así como a otros que han introducido conceptos enteramente
tructure la terapia, pero en que el paciente lleve a cabo gran nuevos. Podemos esperar, por lo tanto, que adolezca de la
parte del trabajo de terapia entre sesión y sesión, probable- misma falta de consenso acerca de la existencia y naturaleza
mente evite la resistencia. Quizá también para evitar el no aca- de la resistencia que encontramos en el campo más amplio
tamiento, o lo que Mahoney define como contracontrol, Beck de la psicoterapia, así como de la misma falta de acuerdo acer-
y colaboradores prefieren que los pacientes determinen sus pro- ca de la responsabilidad que cabe al terapeuta en el manejo
pios deberes y tareas para el hogar. Además, el terapeuta de de la resistencia y en la producción del cambio. Hasta hace

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poco, los terapeutas familiares solían referirse al tema de la constituye una patología, cómo producir el cambio y cuál de-
resistencia de manera indirecta, detallando técnicas para pro- be ser la naturaleza de la relación terapéutica. El foco de aten-
ducir el cambio que suponen que la resistencia existe y debe ción de la terapia pasó de los procesos psicológicos internos
ser superada, pero sin consignar de manera explícita el tema. del paciente a los procesos de interacción dentro de una fami-
(La bibliografía incluye excepciones a esta generalización, por lia. Las familias fueron consideradas sistemas autogoberna-
ejemplo, Hoffman, Stanton y Solomon.) dos, con reglas y pautas repetitivas de interacción discerni-
El movimiento de la terapia familiar comenzó allá por la bles, y se redefinió la conducta sintomática como una expre-
década de 1950; en esa época el campo de la psicoterapia es- sión de disfunción del sistema familiar. ·
taba dominado por los puntos de vista psicoanalíticos. Unas · Mientras algunas escuelas de terapia familiar mantuvie-
pocas almas valientes que se habían formado en tradiciones ron su interés en los procesos intrapsíquicos, otras llegaron
terapéuticas preexistentes, como los enfoques psicodinámico ·a1 extremo de catalogar a la psicopatología individual, el in-
y conductista, comenzaron a centrarse en la relación entre la sight, y hasta la información histórica, como carentes de va-
sintomatología de un individuo y sus vínculos actuales, incor- . lor en un mundo conceptual orientado hacia el presente, po-
pofando ideas de fuentes no tradicionales, por ejemplo, la teo- blado por nociones de las que son ejemplos las de «jerarquía»
. ría de la comunicación, la cibernética y la teoría general de y «lazo de realimentación». En verdad, en el curso de la deli-
sistemas. mitación de este nuevo territorio, algunos pioneros parecían
Las escuelas de terapia familiar comenzaron a crecer alre- más interesados en atacar y rechazar las ideas caras a los ·
dedor de estos «padres y madres fundadores» que terminaron círculos psicoanalíticos que en desarrollar un nuevo abordaje
adoptando lo que se llama una «orientación hacia los siste- para el alivio de los síntomas. El concepto de resistencia fue
mas familiares», pero cuyo acuerdo en muchos casos no iba una de las víctimas temporarias: era central para el psicoaná-
más allá de la idea básica de que la familia es un sistema y lisis, y por lo tanto no tenía lugar en el desafiante nuevo mundo
que la mejor manera de entender la conducta es situarla en de la terapia familiar.
el contexto del sistema en que ocurre. «Orientación terapéuti- Había otras razones para el rechazo del concepto de resis-
ca hacia los sistemas familiares» denomina una perspectiva tencia en los comienzos del movimiento de terapia familiar.
general, pero no dice gran cosa sobre las premisas teóricas Además del deseo de establecer una identidad distinguiéndo-
o la filosofía de intervención de una escuela determinada, y se del círculo psicoanalítico reinante, algunos de los teóricos
mucho menos sobre sus ideas acerca de la resistencia. Por lo más radicales sostenían que para provocar el cambio no ha-
demás, los terapeutas familiares difieren tan radicalmente en- bía necesidad de traer a la luz el inconciente, las representa-
tre sí que uno se acuerda de la máxima: «en México, todos ciones inconciliables ni los impulsos. Esto los dejó sin un marco
son católicos, incluso los protestantes». teórico en el cual apoyar la noción tradicional de resistencia.
La falta de enunciados claros acerca de la resistencia en Evidentemente no era posible hacer una traducción isomorfa
la mayoría de las escuelas de terapia familiar parece estar re- del concepto analítico al lenguaje de la terapia familiar.
lacionada con dos circunstancias: la na~uraleza iconoclasta del Las posiciones adoptadas por los diferentes modelos de
movimiento de terapia familiar y la dificultad de trasformar terapia familiar sobre el tema de la resistencia variaron, pero
el concepto original de resistencia en un concepto pertinente no necesariamente de acuerdo eón la importancia que asigna-
para el tratamiento de sistemas familiares. Como ocurre en ban a los procesos internos. Las escuelas de terapia familiar
todo movimiento que nace, el campo de la terapia familiar pueden distribuirse a lo largo de un continuo que va desde
intentó establecer sus fronteras definiendo y destacando sus los terapeutas que defienden las relaciones psicodinámicas y
diferencias respecto de otras tradiciones psicoterapéuticas. No de objeto, y que valoran los procesos intrapsíquicos casi tan-
hay duda de que esas diferencias eran entonces y siguen sien- to como sus colegas analíticos, hasta el grupo del Mental Re-
do significativas. Los primeros terapeutas de familia elabora- search Institute, que adopta un enfoque de «caja negra» y
ron puntos de vista radicalmente diferentes acerca de lo que sólo se interesa en las conductas observables. Es notable que

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los teóricos de ambos extremos del continuo atribuyan gran categoría a otra con el paso de los años y que a. todas luces
significación a la resistencia y adopten posiciones explícitas utilizan más de una teoría en forma simultánea.
y claras sobre ella. En uno de los extremos del continuo,
Boszormenyi-Nagy y Ulrich (1981) describen la resistencia con
términos analíticos clásicos. Abordaje psicoanalítico o de las relaciones de objeto
«No es menor la resistencia encontrada aquí que en el abor- Los modelos psicoanalíticos de terapia familiar que aquí
daje psicoanalítico. Evitación, negación, represión, disocia- se describen son aquellos que intentan integrar ideas de la teoría
ción, retraimiento, évasión, dc;svinculación, dificultad para en- psicoanalítica y de las relaciones de objeto con los principios
frentar o conectarse, huida de la responsabilidad: cualquiera de los sistemas familiares .. En este grupo se incluyen terapeu-
que sea el nombre que se les dé estos antiguos y familiares tas familiares como Nathan Ackerman, Norman Paul, A. C.
procesos intervienen cuando se investigan lealtades y manda- Robín Skynner, Clifford Sager, Helm Stierlin y Henry Dicks.
tost (pág. 184). · Lo que distingue a este grupo de terapeutas es su respeto por
la influencia de los procesos familiares históricos, en particu-
En el otro extremo del continuo, Watzlawick afirma: lar las relaciones de objeto tempranas, sobre el desarrollo in-
dividual y, por lo tanto, sobre los vínculos que los individuos
«La resistencia es muy importante. Una vez que se aprende establecen y mantienen. La patología familiar es en general
a usarla, se alcanza un nivel en el que se puede realmente ser considerada el resultado de un déficit evolutivo experimenta-
eficaz. Concentrarse sólo en cosas positivas lleva al fracaso do en la familia de origen. Esto tendría como consecuencia
de la terapia. La resistencia es una cuestión terapéutica mu-. que en el individuo quedaran expectativas inconcientes inade-
cho más importante» (citado en Ard, 1982, pág. 3). cuadas sobre la conducta de él mismo y de los demás, que
proyectaría en sus vínculos familiares actuales del mundo real.
La resistencia es menos explícita y menos central en otras Estos sistemas proyectivos no se vivencian como procesos in-·
escuelas de terapia familiar. Whitaker y Keith afirmaron: «Nos ternos que se proyectan hacia afuera, sino como realidad. En
trae problemas el concepto de resistencia. Da a entender que otras palabras, expectativas y conductas aprendidas en víncu-
el terapeuta debe hacer algo con eso» (Whitaker y Keith, 1981, los del pasado han quedado sin resolver y se aplican en forma
pág. 214). Ahora bien, una revisión general de la posición inapropiada e inconciente a los vínculos actuales. Los espo-
adoptada por algunos de los principales representantes de la sos o padres pueden intentar exteriorizar, revivir o dominar
terapia familiar en relación con el tema de la resistencia pue- conflictos de su familia de origen en su familia nuclear ac-
de servir de antecedente para aquellos terapeutas que elabo- tual. Los síntomas aparecerían cuan.do la intensidad ·de las
ran su propio abordaje para manejar ese fenómeno. emociones y experiencias negadas crece lo suficiente para ame-
Lo que sigue es una sintética revisión de las principales nazar las defensas de un miembro de la familia. Entonces se
orientaciones de terapia familiar y de las posiciones manifies- proyecta un aspecto del conflicto interno sobre otro miem-
tas adoptadas respecto de la resistencia. Existen resef\as deta- bro, perpetuando de esta maneraJa patología (Skynner, 1981).
lladas sobre los abordajes de terapia familiar. Pueden consul- En ese caso, un miembro sintomático sirve a una función in-
tarse, por ejemplo, Barker (1981), Gurman y Kniskern (1981), trapsíquica de otros miembros de la familia (Ackerman, 1970).
Walsh (1982). Las autoras asumen la responsabilidad por la También acontecimientos del pasado, sobre todo duelos por
inclusión de diferentes terapeutas en categorías específicas y pérdidas, no resueltos, pueden afectar la capacidad actual .de
reconocen que muchas de las clasificaciones e interpretacio- los miembros de la familia para tolerar tanto la separación
nes de posiciones pueden no ser aceptables para los interesa- como la intimidad (Paul y Paul, 1975).
dos. Esto constituye un problema sobre todo en el caso de En los abordajes psicoanalíticos del tratamiento familiar
aquellos terapeutas que parecen haber evolucionado de una se considera posible producir cambio asistiendo a los miem-

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bros de la familia para que enfrenten y superen estas tareas Abordajes trigeneracionales
evolutivas no resueltas. La asistencia se puede llevar a cabo
~ Murray Bowen, Ivan Boszormenyi-Nagy y James Framo
de diferentes maneras. Norman Paul, por ejemplo, insiste en
la _necesidad de revivir la experiencia de pérdidas no resueltas son quizá los más conocidos defensores de abordajes que pue-
(Paul y Grosser, 1965). A. C. Robin Skynner se inclina por den ser calificados de trigeneracionales (Gurman y Kniskern,
la interpretación y la normalización de procesos dinámicos; 1981). Murray Bowen; en particular, tiene muchos seguidores
esto se logra investigando los sistemas proyectivos y retrotra- entre los terapeutas, que han sumado sus propias variaciones
yendo los conflictos proyectados al lugar a que pertenecen (a individuales al método (Guerin, 1976; Fogarty, 1976;. Fried-
la relación individual o marital), de manera que se alcance man, 1971; Carter y McGoldrick, 1980; Kerr, 1981; etc.). Los
una resolución más constructiva que no requiera, de ningún tres representantes de este tipo de abordaje tienen antecedentes
miembro de la familia, actuar disfuncionalmente. Como mu- psicoanalíticos, aunque no lo suelen consignar de manera ex-
chos terapeutas de orientación dinámica, Skynner se empeña plícita. Si bien cada uno ha desarrollado su propia teoría y
en obtener una explicación dinámica consistente de la patolo- su propia técnica de intervención, comparten elementos en co-
gía y la conducta, pero parece admitir una amplia variedad mún. Consideran que la patología existente en las relaciones
de métodos de intervención. Por ejemplo, sugiere que las ne- familiares actuales se relaciona con cuestiones inconclusas en
gaciones y distorsiones se pueden reducir .por la enseñanza di- los vínculos de la familia de origen (Framo, 1981; Bowen, 1978;
recta de nuevas habilidades de relación o produciendo un cam- Boszormenyi-Nagy y Spark, 1973). La evaluación y la inter-
bio en la estructura de poder de la familia (según lo proponen vención se centran en una ex·ploración de las pautas trasgene-
Minuchin, 1974a, o Bowen, 1978). De la misma forma, el rol racionales (Walsh).
del terapeuta puede variar de un estilo autoritario y directivo, Para Murray Bowen, el objetivo de la terapia es una ma-
o neutral y observador, al de un participante más, que utiliza yor diferenciación de los individuos dentro de la familia. In-
habilidades comunicativas (Skynner, 1981). tenta reducir la angustia individual y la reactividad emocional
En el abordaje psicodinámico de la terapia familiar se con- de manera que las personas puedan pensar correctamente y
sidera que la resistencia es el resultado de niveles de defensa evitar la triangulación y los cortocircuitos emocionales que, .
creados para evitar reencontrarse con el dolor de experiencias según sostiene, se producen cuando la angustia crece. Gene-
tempranas inconclusas y/o el resultado de deseos irreales de ralmente trabaja con parejas más que con familias enteras,
una inalcanzable gratificación perpetua. Para manejar la re- alentando a los esposos a elaborar cada uno el vínculo con
sistencia, Skynner seftala que el terapeuta ha de hacer con- su familia de origen. ....
cientes los sentimientos que la familia provoca en él (se trate Ivan Boszormenyi-Nagy (Boszormenyi-Nagy y Spark. 1973)
de sentimientos sexuales, de tensiones o de p.reocupaciones), también estimula el reencuentro con la familia de origen, pe-
a fin de comprender la dinámica familiar subterránea. El su- ro insiste en un objetivo un tanto diferente. A su juicio la
puesto es que estos sentimientos del terapeuta son producto lealtad es el factor central de motivación en la vida, y en éon-
de sentimientos o problemas negados de la familia. Por ello, secuencia opina que la salud se logra creando un equilibrio
una vez establecida la confianza, los terapeutas comparten sus de fuerzas entre retribución o lealtad a la familia y realiza-
sentimientos con los miembros de la familia, normalizando ción personal. La cura de relaciones del pasado estancadas
así los sentimientos de esta y reduciendo su necesidad de re- o inconclusas mejora entonces las presentes.
sistir (Skynner, 1981). Para manejar la resistencia frente a los Si bien James Framo no destaca la diferenciación o la leal-
sentimientos provocados en el proceso de duelo operativo, tad tanto como lo hacen los autores previamente menciona-
Norman Paul utiliza técnicas dramáti<;:as de evocación, que dos, formula la hipótesis de que los problemas de la familia
incluyen fotografías dé tamaño natural de la persona perdida actual y de la pareja nacen en gran medida de los intentos
y tareas como la visita a cementerios. Se supone que estas téc- de dominar conflictos tempranos acaecidos en la familia de
nicas liberan y franquean sentimientos negados y resistidos. origen (Framo, 1981). Los problemas de los hijos son para

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él metáforas de la índole del vínculo conyugal, que a su vez pende de la motivación de los pacientes para superar su resis-
es función de los conflictos no resueltos en la familia de ori- tencia. Estos deben traer su propia motivación, o quedarse
gen de cada uno de los miembros de la pareja. Framo difiere en su· casa.
de Bowen (1978) y Boszormenyi-Nagy (Boszormenyi-Nagy y No obstante, también Bowen (1978) utiliza diferent~s vías
Ulrich, 1981) en que propone incluir a los miembros de la fa. para manejar la resistencia de manera indirecta, sobre todo
milia de origen en las sesiones de terapia. Pero los tres procu- empleando métodos que evitan provocarla. En primer lugar,
ran destriangular el pasado (para erradicarlo como fuerza que intenta asumir una actitud científica neutral en su averigua-
actúa en el comportamiento actual) de manera que los indivi- ción de vínculos y circunstancias, y hace foco sobre pautas
duos puedan desempeñarse mejor en el presente. y hechos, no sobre sentimientos. Utilizando el humor, cuen-
· Estos autores difieren mucho en cuanto al manejo de la tos y trastrueques para animar a los miembros de la familia
resistencia. Boszormenyi-Nagr (Boszormenyi-Nagy y Ulrich, a ver las cosas de un modo diferente, Bowen evita las luchas
1981) adopta el punto de vista más tradicional; considera que de poder y el enfrentamiento. Su actitud neutral y su estilo
la resistencia es inherente al tratamiento, dando a entender· indirecto tienden a provocar menos angustia, y por lo tanto
que fa reelaboración de la resistencia es central para su reso- menos resistencia, que los abordajes más directos. En segun-
lución. Framo (1981) también considera que la resistencia es do lugar, evalúa los sistemas para descubrir el mejor punto
inevitable e indicativa del poder potencial inherente a un abor- de accesó (es decir, la persona más capaz de cambiar); así
daje trigeneracional. Sin embargo, este autor insiste menos calcula la potencialidad del sistema, para emplearla después. En
en la reelaboración de la resistencia y expone técnicas que pa- otras palabras: hace causa común con el miembro menos re-
recen destinadas a reducirla a un mínimo. Por ejemplo, pre- sistente, y eventualmente asiste a ese miembro motivado para
parar cuidadosamente a los miembros de la familia para te- que supere la resistencia de otros miembros de la familia. De
ner sesiones con su familia. de origen o asistir a charlas de esta manera evita la resistencia y la necesidad de manejarla
terapeutas que se proponen cómo modelo narrando su propia de modo directo. Finalmente, su técnica de conducción de la
experiencia vital, de manera de animar a los miembros de la terapia, que consiste en poner a uno de los partícipes frente
familia a experimentar el dolor inherente a la terapia. Es de- a otro o frente a un grupo familiar múltiple, pareciera concu-
cir, asume la responsabilidad de convertir la terapia en algo rrir a la misma función. Los individuos «resistentes» sólo ne-
aceptable para la familia, y de manejar su resistencia. cesitan oír cómo trabajan los otros; pero «incidentalmente»
Bowen (1978), por otro lado, establece con toda claridad pueden cosechar algo para sí.
que no se considera responsable de que los pacientes acepten,
inicien o continúen la terapia. Con la premisa de que las cues-
tiones no resueltas en la familia de origen afectan los vínculos Abordaje estructural
presentes, la terapia constituye un reencuentro cognitivo con
el pasado tal como es representado en el presente. En este mo- El abordaje estructural de terapia familiar se asocia pri-
delo de terapia, los .individuos deben reingresar en sus fami- mordialmente con Salvador Minuchin y sus colegas de la Phi-
lias y retrabajar las relaciones primarias significativas. Pero ladelphia Child Guidance Clinic: Braulio Montalvo, Harry
no se busca cambiar a otros miembros de la familia, sino la Aponte y, después, Lee Combrink-Graham, H. Charles Fish-
manera en que el protagonista los percibe y enfrenta. Para man, M. Duncan Stanton y Thomas Todd. Estos terapeutas
Bowen, los miembros de la familia son dueños de fijarse sus se interesan sobre todo por las fronteras entre subsistemas,
propios objetivos y tareas; el terapeuta actúa como un ins- las pautas de estos y sus relaciones, y por el vínculo del siste-
tructor que los ayuda a decidir la forma de alcanzar sus obje- ma familiar en su totalidad con su medio ecológico más am-
tivos. Si los terapeutas consiguen esto sin verse enredados en plio (Barker, 1981). Este abordaje sostiene que los síntomas
el «juego» de la familia, podrán ayudarla a cambiar. Lo mis- individuales representan un fracaso de la familia para acomo-
mo que en la práctica psicoanalítica tradicional, el cambio de- dar su estructura a los cambiantes requerimientos del ambiente

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y de la evolución de sus miembros (Walsh). Los síntomas tie- mencionan a veces la activación directa de resistencias por parte
nen su sustento en la estructura operativa de la familia, tal co- de los terapeutas en determinados miembros de la familia, se
mo esta se evidencia en la modalidad de relación recíproca inclinan a presentar la resistencia como una función de meca-
entre sus miembros. Se desarrollan configuraciones disfun- nismos homeostáticos. La .insistencia de algunos de ellos en
cionales (reacciones de no resolución de problemas frente al las maniobras de «coparticipación», y la atención cuidadosa
estrés) que perpetúan los problemas (Minúchin, 1974b). «Por que prestan a la manera de proponer tareas y de impartir di-
ello», afirman Aponte y Van Deusen (1981), «sea cual fuere rectivas, se pueden considerar prescripciones destinadas a evi-
la historia del problema, la dinámica que lo mantiene perma- tar, reducir al mínimo y vencer la resistencia, incluso•cuando
nece activa en la estructura del sistema, manifestándose en no se presentan como tales. Estas técnicas parecen basarse en
las secuencias interactivas de la familia» (pág. 315). la premisa de que las familias se resistirán no sólo al cambio
Los terapeutas estructurales insisten en la fuerza de los me- en general, sino a la influencia del terapeuta -un extraño-
canismos homeostáticos de la familia, que describen por refe- en particular. Por otro lado, ellas suponen que es responsabi-
rencia a las reglas que gobiernan las formas de interrelación lidad del terapeuta manejar la resistencia. Considérese el si-
de sus miembros. Estas reglas, de cuya existencia estos no se guiente párrafo que, por un lado, describe la forma en que
percatan, tienen que ser modificadas para permitir el cambio la resistencia funciona para mantener el equilibrio homeostá-
de la estructura familiar y, por lo tanto, de las conductas sin- tico y>por el otro, señala la responsabilidad del terapeuta en
tomáticas individuales. La responsabilidad por el cambio com- la superación de la resistencia:
pete primordialmente al terapeuta, quien lo provoca por me-
dio de tres estrategias fundamentales, a saber: cuestionamiento «Los miembros de la familia tienen un s.entido del oído dis-
del síntoma, cuestionamiento de la estructura familiar y criminativo, con áreas de sordera selectiva que están regula-
cuestionamiento de la realidad familiar (Minuchin y Fishman, das por su historia común. Además, todas las familias, aun
1981). Para realizar estas tareas, los terapeutas en primer lu- las compuestas por personas altamente motivadas, operan den-
gar «hacen coparticipación» con la familia; es decir, nego- tro de un determinado alcance. Como resultado de ello, el
cian la frontera de la familia de manera que los acepte y los mensaje del terapeuta puede no registrarse nunca o puede per-
dote de poder terapéutico. Minuchin y Fishman equiparan es- der penetración. El terapeuta debe lograr que la familia "oiga"
te proceso con el de subir al barco de la familia en el puesto y esto requiere que su mensaje supere el umbral de sordera
de timonel (Minuchin y Fishman, 1981). Después mueven a de la familia» (Minuchin y Fishman, 1981, pág. 116).
la familia a actuar sus asuntos, de manera de poder observar
el proceso y elaborar hipótesis acerca de su estructura. Las Por lo tanto, los terapeutas estructurales, aunque no se
P-autas disfuncionales repetitivas se convierten en el blanco de interesen por el pasado o por el inconciente, esperan la resis-
1: terapia y los terapeutas recurren a tareas y directivas para tencia y están preparados para manejarla, especialmente cuan-
do se presenta en forma de intentos de la familia de excluir
reestructurar las interacciones de la familia.
Con excepción de Stanton y sus colegas (1981), los tera- al terapeuta o de desobediencia a las directivas. Se considera
peutas estructurales no singularizan la resistencia como tal. que los terapeutas son los responsables de evitar o vencer la.
Sin embargo, sostienen claramente que las familias se resisten resistencia y deben modificar su ritmo, su estilo y sus inter-
al cambio, sea requerido este por las cambiantes necesidades venciones para acomodarlos a las necesidades de la familia.
evolutivas y del medio, o por los terapeutas. Minuchin y Fish-
man afirman rotundamente: «A lo largo de la historia común
de la familia se desarrollaron reglas que definen las relaciones Abordajes conductistas
recíprocas de sus miembros. Todo cuestionamiento de estas
reglas será automáticamente contrariado» (Minuchin y Fish- La terapia familiar y conyugal conductista se basa en el
man, 1981, págs. 28-9). Si bien los terapeutas estructuráles · supuesto, tomado de la teoría del aprendizaje social y/o la

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teoría del intercambio, de que la conducta se aprende y se «La resistencia al cambio parece funcionar ... como una ma-
mantiene por contingencias del ambiente social de un indivi- nera de racionalizar un tratamiento no logrado. La presun-
duo. A estos abordajes adhieren, entre otros, Gerald R. Pat- ción de que las parejas resistirán el cambio tiene.la potenciali-
terson, Robert S. Weiss, Neil S. Jacobson, James Alexander dad de una de esas profecías que provocan su propio cµmpli-
y Richard B. Stuart. miento. Si los terapeutas esperan que las parejas se resistan
No obstante que en efecto existen diferencias entre quie- a sus esfuerzos para lograr el cambio, su conducta en sesión
nes practican intervenciones conyugales y familiares, en gene- resultará influida significativamente, y tal vez generen resis-
ral puede considerarse que existe una disfunción o patología tencia» (Jacobson y Margolin, 1979, pág. 45). ·
familiar cuando los miembros de la familia no han sido capa-
ces de aprender habilidades sociales apropiadas o les ha suce- Sin embargo, estos autores, como muchos conductistas,
dido reforzar -o al menos no extinguir oportunamente- con- parecen prestar atención a los temas de la resistencia de ma-
ductas negativas o sintomáticas en otros miembros. Por ejem- nera implícita cuando proponen estrategias que tienden a re-
plo,. un acting-out de un niño puede ser el resultado de · ducir a un mínimo la probabilidad de que se produzca y a
conductas inapropiadas o inconsistentes en la fijación de lí- aumentar la probabilidad de que los terapeutas no tengan que
mites por parte de sus padres, quienes de esta manera pueden ocuparse de ella en los estadios tempranos de la terapia. Por
estar sin saberlo reforzando las conductas sintomáticas .. Pro- · ejempló, en una obra sobre terapia conyugal, Jacobson y Mar-
blemas conyugales pueden obedecer a la falta de habilidades golin (1979) recomiendan diversos métodos para evitar la re-
en los campos de la comunicación y/o la resolución de con- . sistencia. Entre otros: seleccionar las parejas apropiadas,.de-
flictos (Jacobson, 1981), o a una preponderancia de los inter- sechando aquellas en las que uno de los esposos tiene una re-
cambios negativos sobre los positivos en las relaciones fami-. lación paralela o en las que uno de los miembros de la pareja
liares. no desea hacer terapia. También recomiendan una evaluación
Para quienes tienen una orientación conductista, el obje- cuidadosa de los problemas de la pareja, en que es responsa-
tivo de la terapia familiar es ensenar a padres y esposos for- bilidad del terapeuta «inducir una actitud de colaboración»;
mas más efectivas de trato recíproco, modificando las conse- a raíz de esto sefl.alan que raras veces las parejas inician una
cuencias interpersonales de su conducta; específicamente, al- terapia con ánimo de cooperar (Jacobson y Margolin, 1979).
terando las contingencias de refuerzo. ·Después de realizar una Una actitud de colaboración se obtiene, al menos en parte,
evaluación para averiguar las contingencias que mantienen una proponiendo a la pareja un análisis de su vínculo, en que se
conducta no deseable (el marco en el que ocurre, las personas suponga causalidad recíproca y responsabilidad mutua, y se
presentes, etc.), los terapeutas fijan metas específicas (a veces senale la necesidad de un compromiso de ambos cónyuges.
incluso estableciendo contratos por escrito) y proceden a en- En el trascurso de esta evaluación, se da tiempo a la pareja
senar nuevas habilidades, a modelar conductas nuevas, o a para que se interiorice de las características de la terapia, an-
requerirlu por medio de la asignación de objetivos por cum- . tes de pedirle que se comprometa en ella. Este método prevé
plir y de tareas para el hogar. que las primeras entrevistas se estructuren de manera de real-
Como sus colegas de orientación no familiar, los terapeu- zar los lados fuertes del vínculo, para contribuir a que los cón-
tas conductistas de familia no suelen abordar directamente el yuges tengan de este una visión positiva. Es probable que las
tema de la resistencia. Jacobson y Margolin son una excep- parejas resistentes desistan en la fase de evaluación, lo que
ción interesante porque mencionan la resistencia de manera ayudará a los terapeutas a evitar tanto la resistencia como los
explícita, pero lo hacen para señalar las consecuencias negati- errores terapéuticos.
vas del concepto. Argumentando que .los terapeutas atribu-
yen los fracasos del tratamiento a la resistencia en lugar de
aceptar que han empleado métodos de tratamiento inapropia-
dos, afirman:

44 45

lilllii,,
Terapia familiar estratégica sisten al cambio; y las estrategias diseñadas· para producir el
cambio parecen fundamentarse en la idea de que la resisten-
La terapia familiar estratégica, según la elaboró original- cia es central y ha de ser utilizada creadoramente para resol-
mente el grupo del Mental Research Institute (MRI) de Palo ver el punto muerto.
Alto, tuvo tres inspiraciones principales: las teorías de la co- Para vencer la resistencia, los terapeutas familiares estra-
municación de Gregory Bateson (Bateson, Jackson y Haley, tégicos a menudo intentan modificar la realidad percibida por
1956), los procesos de inducción e hipnóticos de Milton Erick- los miembros de la familia empleando técnicas de reclasifica-
son (1954) y la sabiduría clínica de Don Jackson (1965). Más ción y reformulación. Un terapeuta puede, por ejemplo, re-
recientemente, los puntos de vista estratégicos de Haley pare- clasificar un componente particular de una conducta para mo-
cen haber evolucionado en un sentido algo diferente (1976), dificar el sentido que tiene en el contexto familiar, o puede
y ha aparecido otro modelo de terapia familiar estratégica, redefinir la situación de manera que el sentido percibido de
elaborado por el grupo de Milán: Mara Selvini Palazzoli, Luigi una conducta sea menos negativo. Los terapeutas familiares
Boscolo, Gianfranco Cecchin y Giuliana Prata (1978); lo han· estratégicos confían también en gran medida en el uso de la
retoniado y ampliado terapeutas del Ackerman Institute de paradoja, que utiliza la fuerza con que los miembros de la
Nueva York (Hoffman, 1981, Papp, 1980, 1981, etc.). El gru- familia resisten el cambio, para encaminarlos hacia las metas
po del MRI adoptó, quizás a causa del contexto californiano, deseables. Por ejemplo, las intervenciones paradójicas más co-
una orientación de aquí y ahora y de caja negra en relación munes son las prescripciones de continuar o incrementar el.
con los procesos internos (es decir, no hay necesidad de cono- mismo tipo de conducta que la familia ha venido a cambiar
cer ni de comprender el pasado o los procesos internos). El en terapia, desequilibrando el sistema fijo con una especie de
grupo de Milán, quizá por su tradición europea, parece con- maniobra Kung Fu. La teoría establece que la prescripción
siderar los síntomas no sólo en el contexto del presente, sino de más conductas sintomáticas mostrará que la familia puede
también en el contexto de la historia de la familia (Selvini Pa- en realidad controlar su síntoma. Las prescripciones de aumen-
lazzoli et al., 1978) .. tar el síntoma a menudo van acompañadas de una redefini-
Los terapeutas estratégicos, como la mayoría de sus cole- ción de aquellas conductas. El grupo de Milán, por ejemplo,
gas en terapia familiar, consideran que las familias operan conecta el síntoma con su función dentro de la familia, de
según secuencias repetitivas de interacción; estas definen las modo que esta «se eche atrás» psicológicamente. Prescriben,
reglas no escritas de la familia. En las familias normales. las entonces, que la familia continúe funcionando de la misma
reglas se modifican de acuerdo con los requerimientos de la manera, y que el portador del síntoma siga en su rol disfun-
evolución y de las circunstancias. En las disfuncionales, la fa- cional, porque esas conductas son necesarias para preservar.
milia ha fracasado en sus esfuerzos de cambiar o de respon- la familia. La idea es que la prescripción de no cambiar la
der a las necesidades cambiantes de sus miembros. Se respon- conducta definida como perpetuadora de los síntomas de un
dió a los cambios requeridos por la evolución del ciclo vital miembro es tan chocante que los miembros de la familia mo-
o la evolución de las circunstancias con mecanismos que se dificarán su conducta. Una reminiscencia del proverbio yu-
reiteraron, y en ocasiones se intensificaron, a pesar de que goslavo «di la verdad y luego huye»: una parte importante
no resolvían los problemas. Las familias no demandan trata- ; de estas intervenciones consiste en pronunciar las prescripcio-
miento a causa de los problemas como tales, sino porque se nes al final de la sesión, de manera que el valor desestructu-
encuentran en un callejón sin salida en sus intentos de resol- rante de la sugerencia no se disipe en un intercambio de opi-
verlos. Según los terapeutas estratégicos, no sólo han sido in- niones consiguiente a los dichos del terapeuta.
capaces de hallar soluciones eficaces, sino que los esfuerzos Varios centros de terapia estratégica u.tilizan un equipo de
que la familia dedicó a resolver sus problemas terminaron per- observadores para aumentar al máximo el influjo y el poder
petuándolos. Por consiguiente, se sostiene que las familias ne- de las interpretaciones y producir un cambio radical. Desde
cesitan de intervención terapéutica precisamente- porque se re- luego que estas técnicas poderosas .imponen al terapeuta la

46 47
máxima responsabilidad por el cambio. La posición de los te- nuevo enfoque de la resistencia: «Es más apropiado definir
rapeutas estratégicos en lo tocante a la responsabilidad del la resistencia como el lugar donde se encuentran el terapeuta
profesional ha sido siempre extrema. Se la puede ilustrar con y el paciente o la familia. La resistencia es simplemente un
un enunciado atribuido diversamente a Haley o a Jackson: artefacto de ese momento y de ese lugar. [ ... ] Podemos pen-
no hay familias imposibles, sólo terapeutas ineptos. (Sin em- sar en forma positiva acerca de la resistencia porque a menu-
bargo, Stanton, 1981, informa que al menos en una ocasión do genera la circunstancia requerida para lograr el cambio»
Haley recomendó que se pospusiera una terapia porque el te- (Hoffman, 1981, pág. 348). Esta descripción tiene la ventaja
rapeuta no tenía suficientes puntos de apoyo, lo que sugiere de clasificar la resistencia como una fuerza del sistema tera-
que aun Haley considera que al menos existen algunas situa- péutico más que del paciente o de la familia, y como poten-
ciones en las que es imposible tratar ·a las familias.) Selvini cialmente provechosa para producir el cambio.
Palazzoli modifica esta posición extrema, asumiendo sólo la Estos son sólo ejemplos sobre el modo en que algunas de
responsabilidad de sacudir a la familia para sacarla del calle- las principales escuelas de terapia familiar abordan el concep-
jón sin salida, no haciéndose responsable de la forma en que to de resistencia. Ante la falta de claridad en este campo, no
finalmente cambie. Afirma: «Nuestras familias tienen inteli- sorprende que algunos terapeutas de familia hayan optado por
gencia suficiente para resolver sus propios problemas después no reconocer la utilidad del concepto (Dell, 1982; Hoffman,
que yo haya interrumpido su pauta repetitiva (o juego)» (Sel- 1981) o incluso negar por completo que la resistencia exista.
vini Palazzoli, 1981). Dell (1982), por ejemplo, afirma: «Las especies no se resisten
Si bien la mayoría de los terapeutas estratégicos confían. al ambiente; sobreviven o perecen». De la misma manera, en
profundamente en la paradoja, Peggy Papp (1981) se.ftala que un ártículo que proclama la «muerte de la resistencia», de Sha-
«si la motivación es alta y la resistencia de la familia es baja, zer (1980) adopta la posición de que no hay familias resisten-
lo suficiente para que responda a intervenciones directas, por tes, sólo familias incomprendidas. Lo que parece resistencia,
ejemplo, explicaciones lógicas, sugerencias o tareas, no hay afirma, es el «singular modo de cooperar» de la familia.
necesidad de recurrir a una paradoja» (pág. 201). Gurman
y Kniskern interpretan que este enunciado significa que el uso
de técnicas_ paradójicas puede tener efectos negativos y, por
ello,. sólo se las debe utilizar cuando la resistencia es grande Un enfoque pragmático de la resistencia
(Gurrnan y Kniskern. 1981).
Lynn Hoffman, un elocuente vocero del movimiento de «Las noticias acerca de mi muerte son excesivamente exa-
terapia familiar en el pasado, aborda la cuestión de la resis- geradas». Mark Twain.
tencia de manera directa. Reconoce que la resistencia existe;
específicamente, que las familias realizan movimientos con-
trarios a los movimientos del terapeuta y que, cuando se cier-
ne el cambio, estos contramovimientos pueden traer consigo Los conceptos viejos nunca mueren; simplemente se rede-
una intensificación de los problemas tan grande que el tera- finen eternamente. Si bien la redefinición de la resistencia co-
peuta se asuste y se eche atrás. La autora señala también que mo el singular modo de cooperación de la familia puede disi-
el terapeuta puede convertirse en el blanco de los sentimien- par temporariamente las respuestas negativas de los terapeu-
tos negativos de la familia por el hecho de que a menudo la tas, el nuevo rótulo pronto adquiere la vieja connotación,
resistencia provoca rechazo en él (Hoffman, 1981). Sin em- como sucedió con el cambio de «psicópata» por «sociópata».
bargo, la mismá autora pone en discusión la utilidad del con- La próxima generación de terapeutas de familia simplemente
cepto de resistencia, que se basa en la noción de homeostasis dirá: «Esta familia tiene un "singular modo de cooperar" im-
familiar, un concepto que ella consldera muy.difundido entre posible». Evidentemente sería mucho mejor que el campo de
los terapeutas de familia. Ella aboga por la adopción de un la terapia familiar pudiera elaborar sobre la resistencia una

48 49
teoría coherente que reflejara una comprensión no sólo de los
sistemas familiares y su forma de cooperar, sino de los siste- Si bien en rigor no es correcto rotular como resistencia
mas terapéuticos, el contexto en que la terapia familiar se de- todas las conductas que estorban la terapia, funcionalmente
sarrolla. Sin embargo, considerando la diversidad de enfoques operan como tal y, por eso, conviene incluirlas en una visión
en este campo, es poco probable que aparezca una teoría co- pragmática. Por ejemplo, considérese el siguiente cáso hipo-
herente. Hay:demasiados aspectos de la resistencia sobre los tético: Una pareja joven que experimenta problemas conyu-
que no existe acuerdo entre terapeutas familiares, y que no gales se enfrenta con su ambivalencia en cuanto a demandar
han sido abordados. ¿Las familias se resisten al cambio, a asistencia. Finalmente, deciden solicitar asesoramiento para
la influencia o a ambos? ¿Se resisten porque los síntomas son evitar el fracaso de su matrimonio. No saben adónde dirigir-
funcionales para el sistema, porque no cuentan con las habili- se, pero tras unas llamadas telefónicas son derivados a su cen-
dades necesarias o porque temen lo desconocido? ¿La resis- tro de salud mental local. Allí se enteran de que cada uno
tencia es un proceso inconciente que se debe elaborar o una ha de pasar por una entrevista estandarizada de admisión, que
serie de conductas que se han de evitar, superar o utilizar pa- consiste principalmente en preguntas acerca de su estado de
ra logrfl.r el cambio? ¿Es la familia la responsable de vencer ánimo, su estado mental y sus antecedentes de salud física
su propia resistencia, es asunto del terapeuta lograrlo o se trata y mental. Por otro lado, también deben someterse a una en-
de una tarea que deben compartir ambas instancias? trevista administrativa para determinar si están en condicio-
Como ·no disponemos hoy de una teoría coherente acerca nes de utilizar los servicios de la agencia. Encuentran que este
de la resistencia, los terapeutas familiares han de aprender a proceso es engorroso e inútil. Cuando por fin se los deriva
tener una visión operativa y pragmática que la considere un al clínico especialista en terapia conyugal, se hallan en un es-
fenómeno universal, una especie de hecho terapéutico de la tado de irritación. La capacidad que tenga el terapeuta para
vida. No sólo es inevitable que las familias se resistan al cam- comprenderlos y para responder a las peripecias que se les
bio, sino que los terapeutas que se inician en el abordaje de impusieron hasta llegar a él determinará que vayan o no más
sistemas familiares se resistan a aprenderlo y que las institu- allá de la Uamada telefónica para concertar la primera sesión.
ciones muy comprometidas en otros modelos de intervención Si el terapeuta se desconcierta ante sus expresiones irritadas
se resistan a tolerarlo. Los terapeutas que lleguen a compren- acerca del sistema y se pone rígido o impaciente, acaso dé el
der por qué la resistencia es inevitable y cómo abordarla en golpe de gracia que mueva a la pareja a desistir de cualquier
las familias, en las instituciones y en ellos mismos descubri- intento. Las explicaciones abruptas acerca de las reglas del
rán que son capaces de atender más familias con mayor éxito. sistema; la incapacidad para ofrecer horarios de reunión con-
venientes o Jas interpretaciones prematuras de su «resistencia»
pueden llevar a la finalización del contacto entre el sistema
Una definición operativa asistencial y la familia. En este ejemplo, puede verse cómo
la resistencia surge de una interacción entre las tres partes del
La resistencia puede definirse como el conjunto de con- sistema terapéutico: la familia, el terapeuta y el sistema de
ductas del sistema terapéutico que interactúan para impedirle prestación del servicio. Si bien las conductas de estos compo-
el logro de los objetivos de la familia en relación con la tera- nentes siempre interactúan, a los fines del examen dividire-
a
pia. El sistema terapéutico incluye los miembros de la fami- mos arbitrariamente estos tres tipos en resistencia originada
en la familia, originada en el terapeuta y originada en la insti-
lia, al terapeuta y al contexto en el cual se desarrolla la tera-
pia, es decir, la agencia o institución donde acontece. La re- tución.
sistencia tiene más probabilidad de triunfo, es decir, de traer
por consecuencia la finalización o el fracaso de la terapia fa-
miliar, cuando resistencias aparecen e interactúan sinérgica-
mente en los tres componentes del sistema terapéutico.

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Resistencia originada en la familia: ¿por qué la familia comportan como lo hacen generalmente incluyen un gran nú-
resiste el cambio? mero de estas creencias no cuestionadas acerca del manejo
de las relaciones y de las conductas de rol. Estas creencias
Los terapeutas de familia parten de dos premisas básiéas hacen que todos nosotros atribuyamos a la conducta sentidos
que son importantes para una teoría de la resistencia. En pri- que se convierten en poderosos reguladores de la vida emo-
mer lugar, las· formas en que operan las familias están deter- cional de una familia y de sus pautas de interacción. De algún
minadas por una combinación de la herencia aportada por modo, las expectativas individuales definen y crean la expe-
cada una de las familias de origen de los padres y por la for- riencia interpersonal. Creencias como «una familia debería
ma en que se han manejado las inevitables diferencias entre siempre estar unida» o «la gente que se ama nunca se pelea»
marido y mujer a lo largo de la historia de su relación. En pueden cobrar el poder de reglas de relación, con potenciales
segundo lugar, las familias se organizan de suerte de reforzar consecuencias lamentables para quien las trasgreda.
la identidad de sus miembros individuales y de asegurar la Es fácil comprender por qué la gente se resiste a cambiar
supervivencia de la familia como una unidad. Ambas premi- sus hábitos de relación, como lo d_ice el proverbio «más vale
sas áportan mucho a la comprensión del porqué de la resis- malo conocido que bueno por conocer» .. La perspectiva de
tencia al cambio en las familias. cambio en las relaciones personales íntimas es más amenaza-
La herencia que cada esposo aporta al nuevo matrimonio dora para el sentimiento de seguridad. emocional de una per-
concurre a· elaborar modelos de relación que se van haciendo sona que la mayoría de los otros cambios; no.sorprende que
habituales con el tiempo. Los viejos hábitos son «diablos co- las personas respondan con miedo y resistencia. El cambio .
nocidos». Están profundamente enclavados en los mitos, va- provoca miedo y puede dar por resultado una situación ·peor
lores y sistemas de creencias internalizados por las personas que la existente. Siempre va acompañado de alguna pérdida.
en su infancia. Los hábitos de relación, aun aquellos que no Para poder cambiar, las personas tienen que resignar algo va-
son demasiado satisfactorios para los miembros de la familia; lioso o considerado esencial, renunciando a menudo a la rea-
tienen la ventaja de ser conocidos y de tener una historia de lidad tal cual ellos la ven.
consecuencias predecibles y seguras. La mayoría de las perso- El resultado es que las familias a vec~s adhieren a mode-
nas aceptan estos modos de relación como premisas básicas los de conducta familiares al punto de ser incapaces de pro-
de la vida y tienen poca conciencia acerca de las expectativas ducir los cambios necesarios para promover el crecimiento de
y los estándares a través de los cuales evalúan las conductas, sus miembros o para resolver problemas creadoramente. Sus
las actitudes y la ejecución de roles de otros miembros de la hábitos y temores limitan su percepción de las alternativas que
familia (Reiss y Oliveri, 1980). Los modelos habituales pro- se les abren. Por ejemplo, una joven madre de tres nin.os que
porcionan a los miembros de la familia un sentido de seguri- se quejaba de severos ataques de angustia fue derivada a tera-
dad, de predictibilidad y una sensación de que están actuan- pia familiar. Esta mujer actuaba con arreglo a la creencia de
do «correctamente». Un comentario como «una mujer debe- que buenas esposas nunca critican a su marido, creencia que
ría manejar el presupuesto familiar» señala una creencia acerca había adquirido inconcientemente observando la conducta de
de conductas en relación con roles y acerca de cómo deberían su madre y que, a su vez, fue reforzada por la airada defensa
manejarse determinadas cuestiones.en una familia, que pro- que emprendía su esposo cada vez que ella insinuaba alguna
bablemente se basa en la forma en que los mismos asuntos leve crítica en los primeros tiempos de su matrimonio. Ella
se manejaban en las familias de origen de los individuos. El entendía que era su deber no criticar a su marido, a pesar
cambio es poco probable, porque la lealtad a los valores de de que desaprobaba la dureza con que disciplinaba a los hi-
la familia de origen se combina con el hecho de que esas creen- jos. No decía nada, pero permanentemente compensaba la con-
cias no se cuestionan, a menos que surja una situación en la ducta de él mostrándose en extremo indulgente con los niños.
que alguien pregunte «por qué» la mujer debe hacerse cargo A ésto, él respondía con una actitud aún más estricta, y así
de aquella tarea. Las razones por las cuales las familias se se estableció una pauta educativa circular, que se autoperpe-

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tuaba e intensificaba. Esta joven mujer se angustió cuando
problemas financieros exacerbaron la ya creciente tensión de reja, algunas parecen estar organizadas de manera que los sín-
su hogar. Le parecía que decir algo respecto de la irritabili- tomas de uno de los miembros ocultan los problemas de otra
dad del marido con los hijos no haría más que agregar a sus parte de la familia, o bien impiden que estos se produzcan.
aflicciones cargas que, temía ella, lo llevarían a abandonar En otras palabras, los síntomas de un miembro parecen servir
la familia. Pronto comenzó a hacer visitas al servicio de emer- al propósito de asegurar que continúe la unidad de la familia.
gencia, presa de angustia y creyendo morir. Sólo cu·ando un Volviendo a la joven madre que padecía de ataques de angus-
terapeuta incluyó a su familia en la terapia, salió a luz su mie- tia, puede formularse la hipótesis de. que esos síntomas de te-
do de criticar a su marido y sus diferencias respecto de la dis- rror enmascaraban su enojo no expresado hacia el marido,
ciplina de sus hijos. Con la ayuda del terapeuta, fue capaz un enojo que ella consideraba tan potente que provocaría la
de expresar algunas de sus preocupaciones, y se sorprendió disolución del matrimonio si lo expresaba directamente. Era
al descubrir que, lejos de reaccionar desfavorablemente, su en realidad más fácil tolerar el permanente miedo de la muer-
marido estaba ansioso de negociar un cambio en su conducta te, que el miedo de mostrarse decidida o desleal con su mari-
haci.a los hijos. Se había sentido cada vez más frustrado por do, lo que lo llevaría a abandonarla.
su incapacidad para establecer simples reglas, sin darse cuen- La lealtad de los seres humanos al grupo familiar nació
ta de que su mujer tácitamente las desconocía. Lograron ne- proba~lemente como una estrategia de supervivencia mucho
gociar algunas pautas aceptables para ambos en la crianza de antes de que nuestros ancestros pudieran enunciar un concep-
los hijos; la experiencia de tratarse en forma cooperativa con- to tan complejo. La pertenencia a un grupo primario asegu-
tribuyó mucho a disminuir la ansiedad de esta mujer respecto raba el reparto de los productos de la caza y la protección
de su matrimonio y a aumentar su confianza en sí misma. frente a los depredadores. Para sobrevivir, aquellos grupos
Las pautas· de conducta de las familias también son refor- debían establecer fronteras claras por las que se distinguiera
zadas por las ideas que ellas se forman acerca de su desarro- quién pertenecía al grupo y quién podía ser un enemigo po-
llo histórico. Por ejemplo, un hombre puede decir: «Mi mu- tencial.
jer y yo somos tan diferentes ... Yo soy una persona a la que Si bien las familias ya no garantizan la supervivencia en
le gusta tocar y ser tocado, mientras que mi mujer prefiere el sentido primitivo en que lo hacían durante los millones de
que no la toquen». Lo que él y su esposa acaso han olvidado años que precedieron al desarrollo de la agricultura y a la apa-
es que cuand~ estaban recién casados, a ella le gustaba ser rición de las sociedades sedentarias, su función de asegurar
tocada. Pero con el correr de los anos la incapacidad del ma- la supervivencia psicológica sigue siendo casi tan lmportante.
rido para diferenciar cuándo ella deseaba afecto y cuándo de- . A poco más, se puede decir que los seres humanos están ge-
seaba sexo, y la incapacidad de ella para hablar sobre el te- néticamente programados para ser leales a sus grupos prim_a-
ma, hicieron que la esposa evitara ser tocada siempre que no rios. Según lo señalan Boszormenyi-Nagy y Spark (1973), nin-
deseaba sexo, a fin de no enviar el mensaje equivocado. Fue- gún terapeuta puede permitirse el lujo de ignorar la fuerza
ra ella demasiado tímida para aclarar a su marido que él con- poderosa de la lealtad familiar.
fundía su necesidad de afecto con sus necesidades sexuales, Las familias son las encargadas de definir y mantener las
o no hiciera concientemente la distinción, con el correr de los imágenes que sus miembros tienen de sí mismos. Es lógico
años surgió el mito de su naturaleza diferente, destinado a que estos se (esistan a modificar pautas de relación que son
«explicar» su conducta. Tanto el marido como su mujer se nucleares para su sentimiento de identidad personal. Por ejem-
resisten a cambiar ese mito porque lo han aceptado corno una plo, Joanie, una joven veinteañera muy dependiente declaró
verdad acaso inmutable. con franqueza en una sesión familiar que si dejaba de ser tan
Si bien todas las familias operan de acuerdo con reglas dependiente de sus padres cesaría todo vínculo con ellos. Su
inconcientes que son el r_esultado de la forma en que han re- sentimiento de sí era ser la hija de su madre y la definición
suelto las diferencias inevitables entre los miembros de lapa- de su madre respecto de sí era ser la madre de Joanie. La
idea de trasformar su relación en el sentido de una mayor equi-

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dad y distancia psicológica traía consigo la amenaza de resul-
tar ella y su madre mortalmente heridas, y de disolver la fa. da a sus padres que representaban para ella la única fuente
milia. No podía concebir la manera de emanciparse sin des- de protección y estabilidad.
truir a sus seres queridos. Cabe conjeturar que la madre de Joanie experimentó re-
sentimiento -sin expresarlo- a causa del excesivo control
de su esposo. Este sentimiento se volvió subterráneo acaso
La constancia del cambio porque ella había aprendido en su familia de origen que las
críticas eran inaceptables y/o porque la respuesta de su espo-
Si bien es cierto que las familias tienden a resistir el cam- so a los intentos de ella por abordar directamente el asunto
bio, desde luego que están obligadas a enfrentarlo a cada pa- en los primeros años del matrimonio la llevaron a creer que
so. Además de los mecanismos homeostáticos, las familias este corría peligro si continuaba en esa modalidad. Cuales-
tienen también mecanismos morfogénicos (Speer, 1970). Las quiera que hayan sido las razones, el resultado fue que Joanie
funciones de la sexualidad y el compañerismo conyugales, el y su madre llegaron a funcionar como una díada que hacía
mantenimiento y la crianza de los niños, la superación de cri- encubierta resistencia al esposo/padre, una díada que no de-
sis impuestas por el ambiente o el cambio de las necesidades jaba a Joanie oportunidades de experimentar con vínculos fue-
de sus miembros, exigen que sea capaz de trasformarse, man- ra de la familia. Como su emancipación podía amenazar la
teniendo empero un sentimiento de identidad y estabilidad fa- supervivencia de la unidad parental, sus padres aceptaban con-
miliares. Las fuerzas que operan en favor y en contra del cam- formes que Joanie permaneciera niña. Buscm-on · ayuda sólo
bio deben funcionar en lo que Lyman Wynne (1980) halla- cuando Joanie comenzó a presentar rituales obsesivos.
mado un «equilibrio dinámico». Si las fuerzas que resisten Sean cuales fueren las causas, la necesidad de estabilidad
el cambio son demasiado débiles, la familia deberá hacer frente de la familia es tan grande que, en general, no es el deseo
a un caos y unas fracturas permanentes. Si al contrario son de cambio lo que la lleva a demandar terapia, sino más bien
demasiado fuertes, las familias fracasan en adaptarse a las el fracaso en acomodarse al cambio. La mayoría de las fami-
necesidades de cambio de sus miembros. La mayoría de los lias acuden a terapia en respuesta a cambios que no les agra-
terapeutas estaría de acuerdo en que estas familias desarro- dan o a los cuales no se han adaptado. La secuencia de cam-
llan lo que Minuchin llama un «funcionamiento estereotipa- bio y terapia no difiere de la secuencia señalada por Eric Hoffer
do» (Minuchin. 1974a), un conjunto rígido de conductas per- cuando sostiene qué las revoluciones no se hacen para produ-
mitidas, que frustra el crecimiento individual. Estas conduc- cir cambios sino para responder a estos:
tas rígidas están gobernadas por reglas de que la familia por
lo general no se percata. Por ejemplo, los padres de nuestra «En realidad, es el cambio radical el que crea el escenario de
ya mencionada Joanie no eran concientes de que se condu- la revolución. El estado de espíritu revolucionario nace de las
cían de una manera que desalentaba su crecimiento psicológi- irritaciones, las dificultades, las hambrunas y frustraciones in-
co. Su madre la había convertido en su mejor amiga y confi- herentes al cambio radical. Allí donde las cosas no han cam-
dente. Ambas funcionaban como si fueran hijas del padre de biado, es mínima la probabilidad de revolución» (Hoffer, 1963,
pág. 6).
Joanie, obedeciendo siempre sus indicaciones sobre conduc-
tas y actitudes. Cuando Joanie se hizo adolescente, ninguno
de sus padres fue capaz de producir los cambios indispensa- La mayoría de las familias acuden a los terapeutas para
bles que le permitieran abandonar su dependencia y volcar restaurar su estabilidad que ha sido amenazada. Sea frente
sus energías en el grupo de pares. A los veintiún años, Joanie a la inevitable progresión del ciclo vital, o a los acontecimien-
estaba aislada y carecía de habilidades sociales; le provocaba tos vividos individualmente por sus miembros, aquellas de-
mandan asistencia cuando tienen que adaptarse a algo nuevo
terror el riesgo de ser rechazada en sus intentos de hacer ami-
y experimentan dificultades para hacerlo (Carter y McGold-
gos. Se convirtió en una prisionera en su propia casa, adheri-
rick, 1980; Hadley, Jacob, Milliones, Caplan y Spitz, 1974).

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Es lógico, por lo tanto, que resistan los esfuerzos del terapeu-
ta destinados a cambiar aún más el estado de cosas. Si el tera- río de su empresa y estaba acostumbrado a mandar a quienes
peuta presupone que la familia no es ambivalente en la pro-. lo rodeaban. La idea de renunciar a parte de ese control en
cura del cambio, no percibirá las dificultades de esta para acep- favor de otro, sobre todo de una profesional en salud mental
tar la terapia, y acaso la ahuyente con un proceder apresurado de sexo femenino, era insoportable para él y respondió en con-
o errado. Una familia puede consultar porque la débil coali- secuencia.
ción de los cónyuges y padres no resiste las demandas· de esta- Además de la tendencia natural a resistir ser influido por
bilidad de un adolescente que exoactúa. Al solicitar terapia, otro, sobre todo si se trata de un extraño, iniciar terapia se
quizá realmente esperan que el terapeuta trasforme de alguna suele percibir como algo humillante porque supone que los
manera a su malhumorado y enojado adolescente, convirtién- individuos o las familias no pueden resolver sus propios pro-
dolo en el dulce niño de antaño, y no que les pida a ellos que blemas. Importa baldón no ser capaz de arreglárselas solo.
aprendan a permitir sus torpes intentos de emancipación. De Esto responde a la idea de que si uno tiene el derecho de vivir
la misma manera, una mujer que lleva a su esposo infiel a su propia vida: a su albedrío, también tiene la responsabilidad
terapia querrá que el terapeuta ayude a acabar con su infide- de saber cómo hacerlo logradamente.
lidad. Acaso no le importe modificar en cambio la índole de Más baldón todavía, en lo que se refiere a la terapia o
su relación conyugal. al asesoramiento, si la asistencia es suministrada por un servi-
cio de sálud mental. A la gente le preocupa estar «loca» o al
menos ser considerada así por amigos y conocidos. Estas preo-
Resistencia originada en la familia: ¿por qué la cupaciones contribuyen a exacerbar las angustias de todo tipo
familia se resiste al influjo terapéutico? que la gente ya trae a la terapia. Cuando la angustia es eleva-
da, la capacidad de recibir y procesar información sufre me- .
Las personas y las familias (que son, después de todo, con- noscabo. La tendencia a «bajarla persiana» a la recepción
juntos· de personas) no sólo resisten el cambio sino que tienen de informaciones en una situación nueva y amenazante puede
reacciones negativas frente a cualquier intento de influir so- parecer resistencia y manifestarse como tal, c'uando en reali-
bre ellas. Desde que cumplimos los dos años y aprendimos dad es un intento adaptativo de mantener un sentimiento de
a decir que no a nuestros padres, la mayoría de nosotros nos identidad y de dominio sobre el ambiente. Por lo tanto, no
hemos empeñado en imponer nuestra voluntad y en evitar la se puede tratar acabadamente el tema de la resistencia sin si-
excesiva influencia de otros. En nuestra sociedad, consentir tuarlo en el contexto de la relación terapéutica y de sus obje-
en ser influido es traicionar el derecho fundamental de la auto- tivos manifiestos y encubiertos. Puede ocurrir que pacientes
determinación, el derecho constitucional del hombre de to- resistan porque el terapeuta no ha logrado convencerlos de
mar decisiones. Iniciar una psicoterapia equivale a establecer que la realidad que les ofrece es mejor que la actual. Que las
una relación de dependencia y, por lo tanto, a una pérdida conductas resultantes se califiquen de defensivas o de resis-
de libertad personal. . tentes está determinado en gran medida por el punto de vista
Aun si los miembros de la familia no presuponen que los del observador.
terapeutas se harán cargo de sus problemas y les dirán qué La resultante de todos estos factores es que la mayoría
hacer, la mera elección de un terapeuta los sitúa en una posi- de los individuos son al menos ambivalentes en su demanda
ción vulnerable frente a la realidad tal como es percibida por de terapia, y esto los lleva a cuestionar la intervención de los
un extraño, frente a los juicios de valor y las habilidades de terapeutas y la conveniencia de los cambios propuestos. Esta
este. Por ejemplo, el comerciante hostil que llamó para solici- resistenc-ia no se debe considerar un fenómeno misterioso o
tar ayuda en la cura de la anorexia de su hija reaccionaba patológico. No significa que las personas. disfruten de sus sín-
en parte de esa manera por el temor a perder su libertad per- tomas o de su dolor sino, simplemente, que la terapia les pro-
sonal y formar una relación dependiente. El era el propieta- duée angustia o les disgusta enfrentarse al hecho de haber si-
do incapaces de resolver sus problemas solos.

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• 'r-
Esta ambivalencia respecto de la terapia en general se acre-
cienta aún más en el caso de los que inician una terapia fami- de autodeterminación (1972). Probablemente diversos facto-
liar. La mayoría de las familias son por lo menos escépticas res influyen sobre el punto del continuo en que se sitúe la fa-
-si no manifiestamente resistentes- frente al concepto de milia: el grado en que sus miembros consideran que su super-
terapia familiar. La. experiencia ansiógena de iniciar terapia vivencia depende de la organización familiar actual; la medi-
se complica con el pedido, aparentemente ilógico, de que acuda da en que valoran la libertad personal o en que la terapia
la familia entera cuando el problema claramente reside en un amenaza revelar a extraños los secretos, esquemas y lealtades
miembro. ¿Por qué debe ser vista toda la familia si es Johnny familiares. Las familias se pueden mover a lo largo de ese con-
quien no quiere ir a la escuela o Mary quien «se porta mal»? tinuo al paso que el tratamiento avanza. Algunas tenderán
La terapia familiar no tiene sentido si no se parte del supues- ·a hacer más oposición al comienzo y a aminorarla cuando
to de que la familia es la responsable de los problemas de sus entran en confianza con el terapeuta. Otras son más obedien-
miembros. No es sorprendente entonces que estos, en par- tes al principio, oponiéndose sólo después de sentir cuestio-
ticular los padres, aduzcan que no es necesaria una terapia fa. nadas sus pautas básicas o su seguridad o cuando les parece
miliar o se pongan a la defensiva percibiendo una crítica im- estar frente a cambios peligrosos.
plícita o explícita en la propuesta de los terapeutas, en el sen-
tido de ser ellos los culpables de los problemas, sean cuales
fueren. La recomendación de terapia familiar contiene esta Resistencia originada en el sistema: la introducción
metacomu·nicación a los miembros de la familia: ellos tienen del terapeuta en la familia
un papel importante en el desarrollo o en la perpetuación de
los problemas del paciente individualizado; se trata de un men- Los terapeutas se introducen en la terapia familiar de di-
saje que no deja de provocar culpa o de incrementar la an- ferentes maneras. No todos los estudiantes de psiquiatría, psi-
gustia, en un momento en que esta última ya es considerable. cología y asistencia social, enfermería y escuelas de asesores,
Si bien esta comunicación puede también concurrir a funcio- reciben formación en terapia familiar. En general, esta es una
nes positivas, ciertamente es susceptible de causar resistencia. parte muy pequei'ia de su currículo: Suelen pasar por varios
Si los miembros de la familia creen que se los acusará, nada ai'ios de formación en terapia orientada hacia el individuo an-
más natural que objeten la utilidad de tratar asuntos penosos tes de ser introducidos en la terapia familiar; y en algunos
y delicados en presencia de otros miembros que después pu- casos, los terapeutas practican psicoterapia individual duran-
dieran utilizar ese material en su contra. te años antes de elegir el trabajo con familias. Estos princi-
piantes deben tener en cuenta que la· resistencia a la terapia
f
;
familiar es tan natural y normal en los terapeutas familiares
Niveles de resistencia recién iniciados como en las familias. Es importante compren-
der qué vuelve la terapia familiar tan diferente de otras for-
No todas las familias manifestarán la misma resistencia mas de terapia que tratan a un individuo por vez. Ella ha ela-
a recibir influencias. El nivel de resistencia de cada familia in- borado un concepto más amplio sobre la ocurrencia del cam-
dividual se puede situar sobre un continuo que va del acata- bio, y por eso asume una mayor responsabilidad en la pro-
miento a la oposición absoluta (Papp, 1980; Tennen, Rohr- ducción de este que la mayoría de las formas de tratamiento
baugh, Press y White, 1981). Algunas familias mostrarán pre- individual, Si diversas variedades de terapia hacen foco sobre
disposición a seguir casi cualquier directiva terapéutica (lo cual, la conducta observable, la terapia familiar ha destacado la
desde luego, puede ser en sí mismo un tipo de resistencia en- importancia del contexto en que las conductas ocurren. Se-
cubierta). Otras se inclinarán a lo que J. W. Brehm ha llama- gún esto, la conducta de los individuos sqlo cobra significado
do «reactancia» y que sería la tendencia a hacer lo contrario dentro del contexto .de sus sistemas personales; el lugar del
de lo que se ha propuesto a fin de reafirmar el sentimiento cambio se traslada entonces de los individuos al sistema de
vínculos íntimos en que viven. Una de las consecuencias de

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a,l't"'
trasladar el lugar del cambio de los individuos a los sistemas
es discernir en la motivación un sentido y un significado dife- sea o no vale el esfuerzo? ¿Tienen los terapeutas el derecho
rentes. de definir esto como resistencia? Si no hay familias imposi-
Los miembros individuales de la familia pueden ser con- bles, sino sólo terapeutas ineptos, ¿no implica esto que los
cientes de sus intenc_iones; y no de las funciones de su con- terapeutas deberían ser capaces de· provocar el cambio aun
ducta dentro del sistema. Por ejemplo, la persona sólo inten- cuando las familias no lo deseen? Esta posición omnipotente
ta concientemente hacer un chiste, y no se percata de que su parecería reflejar una grandiosidad inadecuada o un excesivo
conducta es una respuesta a un aumento del nivel de angustia narcisismo por parte de los terapeutas familiares. Seguramente
de otros miembros de la familia, ni de que el chiste es un in- se puede argumentar en favor de una mayor mutualidad en
tento de evitar la posibilidad de conflicto familiar manifiesto, el proceso de fijación de objetivos y de logro del cambio tera-
maniobra esta que no sólo es esperada, sino apoyada por to- péutico.
da la familia. No puede esperarse de los individuos que dis- Sin embargo, este punto de vista según el cual los terapeu-
ciernan acabadamente las reglas del sistema en que viven, ni tas son los responsables de comprometer e influir a las fami-
que asuman la plena responsabilidad por el cambio de su pro- lias resistentes ha sido un aporte de enorme valor. Los tera-
pio sistema familiar. Las reglas familiares operan en un me- peutas ya no pueden rechazar simplemente a familias difíciles
tanivel, más allá del nivel de conciencia del individuo o de con el argumento de que «no están motivadas». Los terapeu-
la familia. Por ello, la motivación individual no es el princi- tas familiares han aceptado la responsabilidad de elaborar for-
pal criterio en la determinación de la receptividad para la te- mas de conectarse con personas que tradicionalmente nunca
rapia y el cambio. Si no se puede confiar en que la motiva- hubieran admitido terapia. Por ejemplo, la atención que Mi-
ción individual sola lo provoque, y como probablemente no nuchin (1974a) presta a la coparticipación con el sistema fa-
existe algo así como una «motivación familiar», ¿a quién ha- miliar, que se debe hacer de una manera que concuerde con
brá que hacer responsable de provocar el cambio? La respuesta la organización y el estilo de la familia, sin duda ha permitido
que aceptaran terapia muchas familias a las que ese proceso
de los terapeutas familiares a esta pregunta ha sido variada,
de otra manera habría parecido extraño y atemorizador. Aun
pero se han inclinado a colocar la responsabilidad por el cam-
bio en el umbral del terapeuta. Del terapeuta familiar se espe- la posición de De Shazer, para quien la resistencia de la fami-
ra que observe el sistema y sus insuficiencias e intervenga pa- lia es «la única manera de cooperar», tiene valor en este sen-
tido. El que alguna vez haya trabajado con una familia perti-
ra hacerlo funcionar de nuevo satisfactoriamente, como si él
naz en la resistencia dirá que presentar su condµcta como
fuera un técnico o un experto restaurador. La imagen total
es la de un mago de la cibernética del siglo XX. No asombra «singularmente cooperativa» no. es acorde con su experien-
cia; no obstante, hay al menos dos beneficios que resultan
que los que han decidido ser terapeutas porque desean traba-
jar con gente tengan dificultades para adaptarse a ese rol. de este proceso de redefinición: destaca que es responsabili-
dad del terapeuta hacer coparticipación con la familia y redu-
De hecho, esta cuestión de la responsabilidad del terapeu-
ta parece la más problemática para los terapeutas de familia ce la propensión de aquel a tomar la resistencia como algo
personal y a responder a las familias de un modo contrapro-
que se inician. El principiante no siempre tiene claras sus res-
ducente.
ponsabilidades. Si los terapeutas son totalmente responsables
Encuentran particularmente difícil el tema de la responsa-
de vencer o eliminar la resistencia a los fines de favorecer el
bilidad en la terapia familiar aquellos que han n;cibido su for-
cambio, ¿tienen las familias derecho a rechazar sus esfuer-
mación básica en el modelo psicodinámico de la psicoterapia
zos? ¿Dónde termina la responsabilidad por una familia y dón-
individu.al. Para adaptarse al rol del terapeuta en la mayoría
de empieza el derecho de la familia a vivir su propia vida?
de los abordajes de la terapia familiar, deberán introducir un
¿Deben las familias someterse a los objetivos y métodos del
cambio significativo en su conducta implícita y explícita. Si
terapeuta cuando inician un tratamiento, sin la posibilidad de
ellos aprendieron a no asumir responsabilidades y a no indi-
decidir que lo intentado por aquel no es lo que la familia de-
car a la gente lo que debe hacer, ahora se les indica que deben

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'• ,
11, ..
_.J. .

asumir la responsabilidad y mostrarse directivos. Es más, de- miliar, y el hecho de que no se intente poner de manifiesto
ben hacerlo de una manera activa. No pueden seguir la inicia- . los rasgos comunes en lugar de disimular estos, pueden con-
tiva de las familias devolviéndoles las cuestiones y preguntán- tribuir a la frustración de los terapeutas que buscan elaborar
doles «¿qué piensan acerca de esto?». Se les pide que apren- su propio enfoque.
dan un amplio conjunto de intervenciones que les imponen
ser activos e incluso «manipuladores» de los sistemas familia-
res. La manipulación efectiva de los sistemas familiares re- Resistencia originada en el sistema: el arte de calzar
quiere del uso de una complicada mezcla de ideas tradiciona- cuatro clavijas redondas en un agujero cuadrado
les acerca del influjo sobre las personas: formar una alianza
terapéutica, examinar la función de las resistencias. Pero al El pensamiento sistémico es popular más allá del campo
mismo tiempo tienen que producir cambios utilizando «trucos» de la terapia familiar. Uno creería que en esta atmósfera es-
que parecen propios de un chamán: reencuadrar situaciones, clarecida sería relativamente fácil persuadir a los sistemas asis-
prescribir síntomas. tenciales para que comenzaran a pensar en los sistemas fami-
Wtmentablemente en los talleres y conferencias la atención liares, pero esto muy a menudo no es así (véase el capítu-
se centra en esos aspectos sobresalientes de la producción del lo 6). Los sistemas que ofrecen servicios se resisten a incorpo-
cambio. Si bien esas intervenciones en efecto se encuentran rar la terapia familiar por algunas de las mismas razones que
entre los métodos más refinados, descubiertos por los tera- llevan a las familias a resistirse al cambio y a ser influidas.
peutas de.familia para lograr rápidos cambios, ante el princi- Las instituciones tienen sus propios «diablos conocidos», o
piante que asiste a esos talleres o conferencias el terapeuta sea, premisas cómodas acerca de posiciones teóricas y moaos
de familia aparece como un Merlín moderno que produce la de operar. Toda innovación amenaza la estabilidad de lo vie-
ilusión del cambio con una valija llena de trucos. A menudo jo. Muchos de los coordinadores y los clínicos más antiguos
se sienten repelidos o intimidados por esas técnicas y las ven se formaron antes de que la terapia familiar se convirtiera en
lindantes con lo antiético, tan místicas que nunca podrían do- una modalidad aceptable de tratamiento y antes de que fuera
minarlas o tan fáciles que intentan aplicarlas de manera ina- incorporada a un currículo de formación. Ellos han alcanza-
propiada, sin comprenderlas cabalmente. do logros con sus propios modelos teóricos y confían en es-
Otro problema que deben afrontar tanto los principiantes tos. No siempre se mostrarán deseosos de cambiarlos en fa-
como sus col~gas más experimentados es el de la ortodoxia, vor de un enfoque radicalmente diferente. Las instituciones
es decir, un juramento de fidelidad a un determinado aborda- dedicadas a una posición teórica son particularmente reacias
je de la terapia familiar. Los terapeutas que se han formado a los abordajes nuevos porque el cambio amenaza tanto a las
con un profesional ducho en cierto abordaje pueden resistirse jerarquías formales como a las informales.
a ver sus limitaciones y a hacer la experiencia con otros enfo- La terapia familiar no es simplemente una nueva modali-
ques quizá recomendables para el caso específico. Si bien exis- . dad; es una manera muy diferente de pensar acerca de los sín-
ten limitaciones a la cantidad de modelos que uno puede es- tomas y el cambio. Habla un lenguaje distinto, que no tiene
perar que aprenderá bien para aplicarlos competentemente, traducción fácil desde las teorías orientadas hacia el indivi-
también es cierto que diferentes familias responden a aborda- duo. Aquellos terapeutas que desean comenzar haciendo te-
·1 jes distintos. Aquellos terapeutas que manejan varios mode- rapia familiar en instituciones en las que no se la administra

los están en ventaja. Lo ideal sería que los terapeutas extraje- habitualmente se encontrarán, además, con problemas prác-
ran conceptos de diversos modelos para elaborar su propio ticos como consultorios que están diseñados para albergar só-
abordaje y evitar toda necesidad de ortodoxia. Esto tendría lo a dos personas y cuestionarios impresos que no incluyen
la ventaja adicional de alentar la autoevaluación crítica y el preguntas acerca de los vínculos familiares.
uso de. la teoría como guía en elaboración, no como dogma. Lo que un terapeuta puede hacer para modificar el com-
·Pero la rivalidad entre las principales escuelas de terapia fa. portamiento de su institución no suele ser mucho más que ob-

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tener el permiso para practicar terapia familiar, sobre todo psicoterapéuticos que demuestran que gran parte de la varianza
si aquella está muy volcada a otro modelo de intervención. es atribuible al paciente, no al terapeuta (Garfield, 1971). Por-
Lo importante es que el terapeuta sepa que las resistencias que de otrQ modo los terapeutas con menos experiencia se
originadas en el sistema existen y pueden interactuar con su inclinarán a abandonar la profesión oyendo a sus colegas más
propia ambivalencia o la de las familias de manera que se es- antiguos sostener que no hay familias imposibles, sin·o sólo
quive fácilmente la terapia familiar. terapeutas ineptos. Al decidir cuánta responsabilidad toma-
rán, los terapeutas familiares deben tener presente que asu-
mir una completa responsabilidad por el cambio en las fami-
Terapia familiar «sin carisma»: una visión pragmática lias es crear las condiciones del fracaso y la desmoralización.
de la responsabilidad del terapeuta La situación no difiere de la que afrontan los especialistas en
terapia sexual que se atienen a los notables porcentajes de lo-
La mayoría de los terapeutas familiares están intimidados gro publicados por Masters y Johnson (1980). Nadie pudo
por la imagen, creada por los maestros -en videocintas o en · igualar esos porcentajes, y muchos terapeutas se desmoraliza-
escenificaciones de terapia familiar-, del terapeuta familiar ron olvidando que Masters y Johnson habían elaborado un
como un mago de la cibernética del siglo XX. Desesperan de proceso de selección y pudieron permitirse trabajar sólo con
poder producir ellos los cambios que los maestros parecen lo- aquellos pacientes que estaban motivados para ocuparse de
grar con técnicas rutilantes y con el poder de su personalidad su vida sexual al punto de consentir en gastar varios miles
carismática. Aquellos héroes no· parecen encontrar resisten- de dólares y pasarse dos semanas en St. Louis. La mayoría
cias serias y, si las encuentran, las solucionan fácilmente y de de los terapeutas sexuales tienen la responsabilidad de pro-
un vistazo. Lo que los terapeutas familiares «de filas» no com- porcionar servicios a una comunidad, o necesitan pacientes
prenden es que estos maestros tienen pocos problemas con en su consultorio y no pueden darse el lujo de seleccionar o
la resistencia porque han dedicado años a afinar sus habilida- rechazar a pacientes difíciles.
des y a explotar sus lados fuertes y su personalidad. Un Whi- En forma similar, la mayoría de los terapeutas, exceptua-
taker usará su calidez y su magnetismo para conectarse con dos los que trabajan en su consultorio propio, tienen poco
las familias e inspirar cooperación. Un Minuchin hará ma- control sobre las familias que han de aceptar en tratamiento
niobras tan hábiles que raramente encontrará resistencia des- porque su responsabilidad es proporcionar servicio a quienes
pués. La mayoría de nosotros quisiera competir con esos maes- soliciten su asistencia en su comunidad. La mayoría de los
tros, pero nos faltan el carisma y la habilidad que nos permi- terapeutas no son magos ni están en condiciones de :operar
tieran imitar sus intervenciones de manera eficaz. Esto no como equipo, combinando sabiduría, insight y apoyQJ;.de un
significa que los terapeutas familiares, aun principiantes, no grupo de colegas en el empeño de crear estrategias que permi-
puedan ser eficaces. Aunque afirmarlo parezca sacrílego, es tan producir cambio en familias difíciles. Las autoras no quie-
posible hacer terapia familiar sin una excesiva dosis de caris- ren restar mérito a quienes tienen la fortuna de practicar en
ma. Ahora bien, para ello, los terapeutas deben convertirse instituciones en que los terapeutas trabajan en equipo y están
en expertos en la detección y el manejo de la resistencia. Si dadas las condiciones para observarse mutuamente y"proveer
tienen la habilidad de reconocer la resistencia y sus funciones consulta inmediata y apoyo. Estos terapeutas y grupos llevan
en la familia, podrán responder de manera positiva y efecti- a cabo la importante función de elaborar teorías y estrategias
va, evitando, venciendo e incluso utilizando la resistencia co- que el resto de nosotros puede después utilizar en circunstan-
mo un vehículo para el cambio. cias menos ideales. No obstante, una nota de realismo sobre
El primer paso que deben dar los terapeutas para dominar las condiciones en que la mayoría practica la terapia familiar
la resi~tencia es decidir por sí mismos cuánta responsabilidad ayudará a otros terapeutas, particularmente a los principian-
por el cambio pueden asumir de manera realista. Esta deci- tes, a decidir cuánta responsabilidad por el cambio pueden
sión debe moderarse en vista de los estudios sobre resultados asumir de manera equilibrada y realista. Hay familias que pro-

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~ -
baron ser resistentes a los empeños de muchos terapeutas e Resumen
instituciones; hay terapeutas que no pueden tratar a ciertas
familias y hay instituciones que a menudo no son terapéuti- La resistencia ha sido definida como una propiedad del
cas a causa de sus estructuras administrativas o de sus funcio- sistema terapéutico que puede expresarse en la conducta de
nes en la sociedad. cualquier parte de ese sistema. El sistema terapéutico .incluye
Basándose en la consideración de que tanto las familias a los miembros de la familia, el/los terapeuta/s y la institu-
como los terapeutas tienen responsabilidad en la inducción ción en que los terapeutas trabajan. Resistencias situadas en
del cambio, este libro insistirá en la importancia de la respon- diferentes partes del sistema operan de una manera sinérgica
sabilidad mutua en el proceso de facilitar el cambio y vencer y fluctuante, y una de ellas, o todas, pueden estorbar la ini-
la resistencia. Los terapeutas serán considerados responsables ciación o la consumación exitosa de la terapia familiar; Resis-
de comprender la resistencia y su porqué. También se los con-. tencias situadas en cualquier parte del sistema pueden expre-
siderará responsables de desarrollar habilidades para conec- sarse de manera manifiesta o encubierta, y pueden oscilar en-
tarse con una amplia gama de familias, manejar las resisten- · tre miembros de la familia, o entre el sistema familiar y el
cias que estas ofrecen y comprender y elaborar sus propias sistema terapéutico.
resistencias y las del sistema en que se desempeñan. Esto no Diversos factores concurren a la resistencia de la familia.
significa que los terapeutas deban asumir ellos solos la res- Sin embargo, las principales fuentes parecen ser .su empeño
ponsabilidad de provocar el cambio o vencer toda resistencía. natural en lograr la estabilidad y su igualmente natural -aun-
Los que se hacen cargo de toda la responsabilidad se conde- que a veces irracional- miedo al cambio. Ambas tendencias
nan a una lucha interminable: ellos, instando y persuadiendo, la llevan a aferrarse a sus hábitos de relación entre sus miem-
y la familia, esquivando su deber. · bros y a responder con ambivalencia a fa amenaza de pérdida
Por otro lado, los terapeutas no deben atribuir sólo a la de autonomía y control que parece acompañar a la terapia.
familia la responsabilidad por el cambio y la resistencia. Se Algunas familias son más sensibles al cambio y a las amena-
debe permitir a las familias que elijan sus propias metas y re- zas de pérdida de control, y todas, en cada momento, se en-
chacen las impuestas unilateralmente. Las autoras de este li- .cuentran en algún punto del continuo que va del acatamiento
bro consideran que la responsabilidad de un terapeuta en re- al desafío.
lación con cualquier familia es semejante a la del piloto con Si bien la resistencia es inevitable, casi siempre va acom-
el capitán de un barco. El capitán decide el destino del barco pañada de un deseo de alivio de la aflicción que lleva a la
y las particularidades de su funcionamiento. Pero el piloto familia a ponerse en contacto con la institución.
tiene la responsabilidad de usar un tipo determinado de cono- Que exista resistencia no significa que los terapeutas de-
cimiento y destreza para asesorar al capitán acerca de la me- ban hacer algo acerca de ella. Hay muchas resistencias meno-
jor manera de llegar a destino. Si el capitán insiste en navegar res que conviene considerar inevitables inconvenientes, pero
en aguas peligrosas, el piloto tiene la responsabilidad de reco- a las que no es necesario responder abiertamente como a un
mendar una ruta más segura y más efectiva para que el barco servicio lento en un restaurante. Si el terapeuta interviene, su
alcance su puerto. De la misma manera, al aceptar el rol de elección del tipo de intervención y la decisión acerca del in-
terapeuta de una familia, se acepta cierto monto de responsa- tento de vencer, evitar o utilizar la resistencia para producir
bilidad por el resultado de la terapia, lo cual incluye cierto el cambio se basará en su orientación teórica y su conocimiento
monto de responsabilidad por el establecimiento y el mante- del lugar que la familia o un miembro de esta ocupa en el
nimiento de la alianza terapéutica. Si bien la familia se vuelve continuo de acatamiento/desafío en cualquier momento dado.
temporariamente dependiente de la asi~tencia del terapeuta pa- Una advertencia: se recomienda a los terapeutas familia-
ra la c.onsecución de sus objetivos, este debe dejar siempre res no evaluar su propio comportamiento y el de las familias
que en definitiva sea ella misma la que se haga cargo de deter- con el ojo puesto en la resistencia y a exclamar «¡Ah, resis-
minar su propio destino. ' tencia!» y poner en marcha un plan para erradicarla. Las con-

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________....__
ductas sirven a varias funciones. La misma conducta que puede
ser una resistencia en cierto momento puede no serlo en otro. 2. Resistencias iniciales
Los terapeutas deben siempre evaluar el contexto de una con-
ducta para determinar su función en la familia y el sistema
terapéutico.
No se debe perder de vista que es arbitrario clasificar la resis-
tencia según se origine en la familia, en el terapeuta o en el
sistema asistencial más amplio. Sin embargo, esa clasificación
es necesaria para el examen inteligente de estas cuestiones. La
mayor parte de este libro estará dedicada a estudiar las resis-
tencias que ofrecen las familias. El capítulo 4 tratará de los «LA TORTUGA BURLONA: ¿Quieres, no quieres, quieres, no
métodos que permiten evitar las resistencias producidas en los quieres, quieres compartir la danza?». Lewis Carroll.
terapeutas por el cuestionamiento que los miembros de la fa-
milia \tacen de su competencia, y el capítulo 6 tratará de las
resistencias ofrecidas por los terapeutas y las instituciones en
que trabajan, así como de la resistencia provocada en la fa- Difícilmente se exageraría la importancia de los primeros
milia por los organismos de los que esperan asistencia. contactos entre el terapeuta y la familia que demanda trata-
miento. En el capitulo 1 se definió la resistencia como el pro-
ducto de ,varias fuerzas: las porfías, naturales de un sistema
para mantener la estabilidad, el miedo un tanto irracional que
la mayoría de la gente tiene al cambio y su renuencia a dele-
gar el gobierno de su vida, entre otras. Dada esta definición,
es natural que se espere una resistencia particularmente fuerte
en los comienzos del tratamiento. Por ello, la necesidad de
anticiparla, reconocerla y manejarla de manera eficaz es cru-
cial en la apertura de la terapia. Si se ve esta como una suerte
de danza que demanda movimientos complementarios de la
familia y del terapeuta, se comprenderá que, para ser eficaz,
un terapeuta tiene que aprender muchas invitaciones a la dan-
za, así como diferentes ritmos y pasos para acomodarse a los
estilos de las familias. Se atribuye a Braulio Montalvo haber
dicho: «Si trata con familias, danzará al son de diferentes me-
lodías». Este capítulo se centrará en el dominio de la invita-
ción al baile y en los a menudo torpes e inhábiles movimien-
tos de los danzarines en su intento de hacer coparticipación
y de adaptarse a los movimientos del otro. En resumen: se
centrará en los factores que podrían llevar a un mal comienzo
o ni siquiera a un comienzo.
Como lo señalamos en el capítulo 1 y como no dejaremos
de senalarlo en el resto del libro, todas las interacciones hu-
manas ocurren dentro de un contexto que ayuda a explicar
los significados de los mensajes de las conductas. Así como
la repetición de una pequeña parte de un enunciado de un

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,
político fuera de contexto tergiversa su significado, atender El nivel de resistencia también depende de la cantidad de pa-
a la conducta de una familia que demanda tratamiento, sin sos que ha d,ado la familia desde su decisión de demandar te-
considerar el contexto del sistema de tratamiento, puede ter- rapia hasta el efectivo contacto con el terapeuta familiar. En
giversar nuestra comprensión del significado de aquella. El general, a mayor cantidad de pasos, más resistencia a _la tera-
contexto en cuestión está compuesto por la indicación de con- pia familiar puede anticipar el terapeuta. Este es un problema
sulta, los contactos iniciales con el sistema, las ideas que los particular en los grandes sistemas asistenciales, en que el tera-
miembros de la familia tienen sobre la terapia y sobre lo que · peuta familiar es el segundo o tercer profesional con que la
puede esperarse de esta, su estilo particular y otros factores familia se encuentra. En general, los profesionales qúe hacen
de la realidad.
los contactos iniciales se han centrado en un miembro de la
familia que ha sido evaluado, examinado, rotulado, tratado
e individualizado cabalmente como el paciente . .A menudo sólo
cuando otros tratamientos no dieron resultado, o cuando el
La invitación a la danza: contactos iniciales acatamiento se ha vuelto problemático, alguien recomienda
entre la familia y el sistema terapia familiar. Según como se haga esto, los miembros de
la familia pueden sentirse agradecidos, apoyados y compren-
U na parte importante del contexto de las familias .que de •. didos, o bien acusados de ser los causantes de las dificultades
mandan asistencia, en particular si se trata de su primera ex 0 del paciente. Estos hábitos administrativos contribuyen a la
periencia con la terapia en general, es la manera en que se demora entre la demanda de asistencia y el comienzo de la
realiza la recomendación de terapia familiar y la forma en terapia familiar, y desde luego que aumenta la probabilidad
que el organismo, la institución o el terapeuta responden .a de que alguien haya ofendido sin saberlo a la familia a lo lar-
los intentos de la familia de seguir esta recomendación. Las go del camino. Lo que enfrenta el terapeuta en sus primeros
familias no suelen consultar por su cuenta a un terapeuta fa. contactos con los miembros de la familia que han pasado por
miliar. Cuando lo hacen, esto significa que por lo menos un estos procesos puede sonar a resistencia, pero puede ser en
miembro de la familia supone que los problemas de esta guar- realidad una expresión de la perplejidad y el desencanto de
dan relación con la modalidad de trato recíproco, cree que la familia a raíz de su trato con el sistema.
un abordaje familiar sería importante y tiene influencia sufi-
ciente para persuadir a los demás de hacer el intento. En los
casos, más comunes, en que la familia es derivada por otra Falta de familiaridad con la terapia
persona, el nivel de resistencia puede depender de la habili-
dad con que se haya hecho la derivación. Las mejores deriva- Si bi'en es cierto que un porcentaje de la población parece
ciones son las que hacen aquellos colegas que creen en latera- considerar la terapia parte de la vida, algo tan esperado como
pia familiar y son capaces de fundamentar de manera clara la cita semanal con el peluquero o con el profesor de música,
y convincente por qué es recomendable y potencialmente útil. la mayoría de la gente sabe muy poco de la terapia en general
Pero un gran porcentaje de derivaciones proviene de profe- y menos todavía de la terapia familiar. Aun en aquellos casos
sionales que no tienen demasiado en claro por qué indican en que el profesional tiene el cuidado de explicarles por qué
tratamiento familiar. Tal vez se guían por el instinto, por el la terapia familiar es necesaria o deseable para su problema
consejo del supervisor o por el simple hecho de que nada de particular, es probable que los miembros de la familia se acer-
lo que se ensayó ha funcionado. Si los profesionales que deri- quen con muchas dudas. Por ejemplo, la Family Therapy Cli-
van familias no tienen en claro por qué lo hacen, pueden en- nic hace poco recibió una llamada de una mujer a quien le
contrar ·dificil, cuando no imposible, explicar la recomenda- habían dicho que todos sus hijos presentaban problemas de
ción a sus miembros de un modo· que resulte eficaz y con- conducta en la escuela. Según nos contó, mientras que el con-
vincente.
sejero escolar había recomendado terapia familiar, su herma-

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na, que estaba en la universidad, le había dicho que ella nece- ta hostilidad. porque tienden a ver al terapeuta como una ex-
sitaba un «conductista». Si bien no sabía qué era un conduc- tensión de l~s mismas instancias sociales que ejercen un con-
tista, manifestó su desilusión de que el terapeuta fuera «úni- trol ·no deseado sobre su vida. Estas resistencias son mani-
camente» un terapeuta familiar_ común y corriente. Sólo des- fiestas pero de manejo arduo si el terapeuta es tími~o.
pués que el · terapeuta le explicó que la hermana probable- El terapeuta también hará bien en recordar que hay proble-
mente se había referido a las técnicas de modificación de la mas de la vida real que pueden estorbar el comienzo de la
conducta, que podían incorporarse en su modelo de terapia terapia. Una evaluación del nivel de los problemas de·la vida
familiar, la mujer se mostró dispuesta a convenir una entre- real que concurren a lo que parece ser resistencia ayudará al
vista. Un terapeuta insensible a la confusión de la mujer po- terapeuta a decidir sobre la respuesta terapéutica más apro-
dría haber interpretado equivocadamente su falta de familia- piada. Los terapeutas deben tratar de no interpretar la con-
ridad con la terapia en general como desinterés por el abordaje ducta como resistencia hasta tanto no hayan observado pau-
familiar o como resistencia a este. tas repetidas de conducta que lleven a esa conclusión. 'Des-
pués de todo, como diría Freud, a veces un cigarro no es más
que un cigarro. Los automóviles se descomponen, los padres
Estilo, cultura y problemas de"/a vida real de la familia deben trabajar hasta tarde, los niños pueden no volver a casa
después de la escuela. Si la hora acordada para la entrevista
Todos los intercambios entre el terapeuta y la familia en resulta verdaderamente inconveniente, no hay necesidad de
cualquier etapa del tratamiento deben .incluir la consideración interpretar las cancelaciones o las demoras cuando un simple
del estilo general de trato de la familia, y de su estilo de trato cambio de horario bastará para solucionar el problema. Ge-
en momentos de tensión. La ansiedad inicial de un miembro, neralmente, lo mejor es aceptar la explicación más simple e
expresada como hostilidad o bravata pasajera, más que reser- intentar primero la intervención más simple. Recuérdese el re-
vas serias respecto de la terapia familiar, acaso refleje reser- frán: «Si oyes sonar cascos, _piensa primero que se trata de
vas que se pueden resolver fácilmente con alguna explicación caballos, no de cebras».
acerca de lo que sucederá. Por otro lado, la clase social, la
raza y las diferencias culturales pueden afectar el estilo con
el cual una familia encara el proceso terapéutico; es preciso
entonces tener en cuenta estas variables al evaluar el signifi- La primera llamada: el establecimiento del contacto
cado de las conductas de los miembros de la familia y, por
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lo tanto, el nivel de resistencia. Por ejemplo, las familias de En el momento de establécer el primer contacto,:' es im-
$
clase media «enteradas» en materia de terapia se inclinarán portante tener presentes las preguntas que se originan en las
f··1 a mostrarse cooperativas -por lo menos en la superficie- circunstancias antes mencionadas:
porque les parece que es la conducta socialmente correcta. Las
buenas maneras no representan por sí mismas una medida ge- 1. ¿Sabía la fuente de derivación t:n qué consistía la tera-
nuina del nivel de cooperación que el terapeuta puede espe- pia familiar, y estaba por eso en condiciones de explicar cla-
rar. Estas familias pueden ser tan escépticas como las que cues- ramente las razones que aconsejaban terapia familiar y lo que
tionan la terapia directamente o le dicen al terapeuta que re- la familia podía esperar de esta?
nuncie a sus irttentos. 2. ¿Cuántos pasos intermedios hubo entre la demanda ini-
Lo mismo es cierto para algunos grupos culturales que son cial de asistencia y el contacto con el terapeuta de familia?
muy obedientes a la autoridad. Tienden a investir al terapeu- 3. ¿Qué contactos previos tuvo la familia con la terapia?
ta del mismo poder que a un sacerdote, y entonces la resisten- 4. ¿Qué influencia tendrán la cultura de la familia, su esti-
cia suele correr subterránea. Otros grupos, sobre todo los de lo de trato y su realidad actual sobre la probabilidad de ini-
nivel socioeconómico más bajo, pueden responder con abier- ciar un proceso terapéutico logrado?

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La mayoría de los terapeutas pueden citar ejemplos de fa- concurrir a un lugar extraño para ver a una persona extraña.
milias que no pasaron de la llamada telefónica. Pero son po- Pero no se dybe comprometer con ese miembro al punto de
cos los que se ponen a considerar la importancia de esta Ila- perder la objetividad ya antes de la primera entrevista. La
mada. Parece una trivialidad, una insignificancia que no me- orientación teórica determina cuánta información se pedirá
rece el tiempo que en cambio se puede dedicar a las cuestiones, acerca del problema, pe_ro todos los terapeutas deben evaluar
tanto más interesantes, de la causalidad circular o el enmara- aquello que tal vez mueva a las familias a comprometerse y
ñamiento. No obstante, desatender las trivialidades puede traer comenzar a comprometerlas en consecuencia, por medio de
por resultado la imposibilidad de observar las sutilezas de la su representante. Terapeutas urgidos por el tiempo, que sólo
causalidad circular y el enmarañamiento porque se ha perdi- quieren concertar una entrevista y que terminada la conversa-
do a la familia antes que comience la terapia. Profesionales ción telefónica vuelven a sus ocupaciones, pueden no lograr
experimentados elaboran métodos para manejar esta llamada una conexión fuerte. Es más, pueden parecer .indiferentes o
con eficacia, pero raras veces trasmiten el secreto de estas ha- hasta frívolos.
bilidades conseguidas con esfuerzo. Por lo tanto, cada princi-
piante: debe redescubrir la rueda, generalmente a costa de sus
propios errores. La evaluación del nivel y la localización de la resistencia
Por una serie de razones, una llamada telefónica interesa-
da en terapia familiar es más compleja que una llamada para Todo miembro de una familia tiene una visión parcial de
solicitar terapia individual, no en último término por la canti- lo que sucede en esta y trasmitirá inconcientemente esa visión
dad de individuos directamente comprometidos en el asunto. si conversa sobre los problemas familiares. Por eso, los tera-
Cada miembro de la familia tiene su visión particular acerca peutas que hacen el primer contacto con un miembro de fa-
del origen y la severidad del problema, así como del papel milia deben mostrarse receptivos con el informe de la persona
de su conducta y nivel de motivación para hacer algo que lo acerca del problema, pero sin tomarlo como si fuera la única
resuelva. verdad y realidad del sistema_. Puesto que los terapeutas- no • .1
Cuando un miembro de la familia hace la llamada inicial, saben nada acerca de la familia, este proceso de conexión y
su propósito puede no ser en realidad llegar a un acuerdo con de evaluación de la resistencia se asemeja a descender por un
un terapeuta, sino averiguar la posibilidad de terapia, sus cos- pasadizo oscuro y desconocido. Nunca es realmente posible
tos, exigencias y beneficios potenciales. En otras palabras, la para los terapeutas saber qué encontrarán al siguiente paso.
llamada puede servir como una entrevista de selección duran- Los miembros de la familia que llaman tendrán distintos
te la cual el representante de la familia presenta la visión de niveles de motivación, así como distintas perspectivas acerca
esta acerca del problema y evalúa la respuesta del terapeuta. de su propio compromiso con el problema. Sería un error su-
poner que la persona que llama es la más motivada. A veces
· llama el que más desconfianza tiene de la terapia. Suponien-
La conexión con el que llama do que el miembro de la familia que llama acepte la necesi-
dad de terapia, la mejor manera de no resultar envuelto en
Los miembros de la familia que llaman en averiguación un punto de vista parcial es centrarse en la concertación de
de terapia tienden a sentirse vulnerables en el momento del la primera entrevista en vez de discutir los problemas por los
contacto inicial y necesitan particularmente sentir que se los cuales la familia d.emanda terapia. Los terapeutas deben aten-
trata con respeto, que se tolera su manera de ser y que sus der a todos aquellos problemas prácticos y actitudinales que
problemas se escuchan con atención, .El terapeuta tiene que el miembro de la familia presenta como barrera a su propia
dedicar tiempo a conectarse con el miembro que representa participación o a la de otros miembros.
a la familia en su demanda de asistencia, y establecer un con- Frecuentemente, los que llaman localizan la fuente de la
tacto fuerte que pueda vencer cualquier resistencia inicial a resistencia en otro miembro del sistema familiar, con quien

76 77.
el terapeuta no está en contacto directo. Por ejemplo, espo- Finalmente, al evaluar el nivel de resistencia durante la lla-
sas señalan la poca disposición del marido como la causa de mada telefónica, es importante rio dejarse engañar por la for-
la dificultad de establecer un horario, o madres señalan la re- ma. Se tropetará con resistencias tanto manifiestas como en-
nuencia de sus hijos adolescentes. A menudo los padres sos- cubiertas. Es relativamente fácil reconocer las manifiestas, que
tienen que ellos están muy dispuestos, pero que el paciente pueden expresarse de distintas maneras: desde quejas ·por la
individualizado rehúsa acudir. Más a menudo todavía, los pa- falta de lugares de estacionamiento en los alrededores de la
dres juzgan razonable presentar el problema de la familia, es clínica, hasta dudas -declaradas francamente- acerca de la
decir, traer al paciente individualizado, no así a sus hijos no terapia en general y de la terapia familiar en particular. En
sintomáticos, sobre todo si todos estos se resisten. Esto ocu- cuanto a las resistencias encubiertas, es más difícil reconocer-
rre casi siempre en familias con hijos adolescentes y adultos las y manejarlas con eficacia; van desde la simple omisión de
jóvenes, porque los niños están más dispuestos a ser incluidos información pertinente hasta los complejos fenómenos de la
y son más sensibles a las directivas parentales. seudo cooperación, en que el miembro de la familia que lla-
Al recibir la llamada, el terapeuta debe verificar cuanto · . ma parece estar verdaderamente de acuerdo con todo lo que
antes Cómo ha sido tratada la familia por terapeutas anterio- el terapeuta dice, pero no tiene intención alguna de seguir las
res u otros integrantes del sistema asistencial, incluso por la sugerencias ni aun de informar a los demás miembros de la
fuente de derivación. Si la familia ha recibido un mal trato familia acerca de la llamada.
o se ha disgustado, el terapeuta puede comenzar establecien-
do una nueva relación con sus miembros, mostrándose com-
prensivo por lo que han debido pasar y explicando en qué
diferirá la nueva experiencia. En este proceso es importante . La primera llamada: expresiones comunes de.
no criticar ni defender a terapeutas anteriores. La crítica a resistencia
los colegas no inspira confianza y su defensa puede enredar
al terapeuta en la disputa de la familia con terapeutas ante- En esta sección se exponen algunas de las formas más co-
riores u otros sistemas asistenciales. munes de resistencia encontradas en la primera llamada tele-
Si las experiencias de la familia han sido positivas, en mu- fónica. Estas se pueden presentar aisladas, o todas juntas en
chos casos es posible apoyarse en su relación con profesiona- el espacio de una llamada de quince minutos. Las sugerencias
les anteriores. Por ejemplo, una madre llamó hace poco para que ofrecemos pueden combinarse de diferentes maneras, de-
averiguar sobre terapia familiar, diciendo: «El doctor Blen- pendiendo esto de la fuerza de la resistencia, de la situación
der considera que necesitamos terapia familiar, pero yo no y del terapeuta.
estoy de acuerdo». A pesar de su resistencia a la terapia fami-
liar, el re~peto de esta madre por la opinión del doctor Blen-
der fue suficiente para motivarla a hacer, al menos, la llama- Problema 1. El problema se localiza en un miembro
da. Por ello, «:n vez de embarcarse en una disertación acerca
de los beneficios de la terapia familiar, el terapeuta se valió La mayoría de las familias que acuden a la terapia fami-
del respeto de la madre por la opinión del doctor Blender y liar no empiezan buscando esta forma de tratamiento. Gene- .
dijo: «Yo sé que el doctor Blender es un buen médico y tam- ralmente han sido derivadas porque, según el juicio de otros,
bién respeto su opinión. No sé por qué ha recqmendado tera- factores familiares han causado, mantenido o exacerbado la
pia familiar, pero reunámonos y hagamos el intento». El te- conducta disfuncional de un miembro de la familia. Por eso
rapeuta también-pudo haber pedido al.doctor Blender que uti- es común que en el primer contacto telefónico el miembro
lizara su relación con la familia para persuadirla de que la de la familia que llama localice el problema en otro miembro,
terapia era necesaria, en vez de hacerlo él mismo por medio y se muestre entonces resistente a la idea de que sea necesario
de la reflexión que acabamos de citar. , incluir a la familia.

78 79
r
Por ejemplo, la señora Ewing llamó para decir que su hijo Dirá al miembro que llamó que la familia en su conjunto no
Phillip, de diez años, tenía problemas. En la escuela se queja- tendrá que concurrir todas las veces, pero que, para la eva-
ban de que le iba mal en varias asignaturas, que zurraba a luación inicial, sus contribuciones y su participación son in-
otros niños y se negaba a pr-estar atención a sus maestros. Se- valorables. Una variación del mensaje de que se necesita de
gún la señora Ewing, las pruebas administradas por un psicó- la familia para una evaluación completa es dar a entender que
logo de renombre habían determinado que su inteligencia era ello es en beneficio del terapeuta, diciendo: «Bueno, realmen-
superior a la normal y que estaba en condiciones de apren- te a mí me ayudaría más que vinieran todos». La clave está
der. Tanto aquel psicólogo como la escuela habían recomen- en que el terapeuta -como el vendedor ambulante- acepte
dado terapia familiar, recomendación esta que la··señora Ewing todo lo que lo ayude a poner un pie dentro de la casa. Des-
decía no comprender. Ella negó que la familia tuviera otros pués se podrán negociar arreglos más productivos.
problemas y sefialó, defensivamente, que los otros niños esta-
ban bien. Preguntó si no sería posible que el terapeuta viera Aceptar la visión que la familia tiene del problema, pero
a Phillip en forma individual. ampliar su definición. Ya dijimos que en la llamada inicial
conviene evitar largas conversaciones sobre el problema pre-
sentado porque de otro modo el terapeuta podría quedar com-
SUGERENCIAS prometido en la óptica de un miembro de la familia. Sin em-
bargo, la insistencia en que el problema reside en un solo miem-
Aceptar la visión familiar del problema. Para conseguir bro es a veces tan. fuerte que la familia ni siquiera desea
una buena conexión con el miembro de la familia que llama, ' considerar la idea de concurrir para una evaluación, a menos
el terapeuta debe hacer empatía con él y lograr que consienta que reciba alguna explicación. En estos casos, puede ser muy
en traer a la familia al tratamiento. Con este propósito es to- útil una estrategia que poco a poco amplíe la definición del
talmente razonable aceptar la visión familiar del problema sin problema. El terapeuta aplicará los principios generales que
intentar ampliar el foco. No tiene sentido plantear cuestiones aconsejan dar importancia y «oír, hasta el final» las quejas
polémicas por teléfono. El terapeuta tendrá mayor dominio de la familia, e introducirá gradualmente preguntas no ame-
de la situación una vez que la familia esté en su consultorio; nazadoras que amplíen el foco más allá del paciente indivi-
dispondrá por lo menos de una hora de contacto cara a cara dualizado .. Para esto puede, por ejemplo, averiguar cuál es
para persuadirlos de que conviene tratar su problema con te- la respuesta de otros miembros de la familia al problema del
rapia familiar. En el caso antes mencionado, por ejemplo, el paciente individualizado, qué acontecimientos podrían estar
terapeuta podía aceptar la posición de la madre en e!sentido preocupándolo de manera indirecta, provocándole tensión, o
de que Phillip era el único problema de la familia, agregando indagar acerca de la posible falta de disponibilidád de algún
empero que su método o el de la clínica era realizar un diag- miembro de la familia en ese momento (cambios en el trabajo
nóstico que incluía a toda la familia. Si el primer contacto del padre, problemas económicos, embarazos, hermanos que
se define como parte de una rutina de evaluación que debe se alejan con motivo de sus estudios universitarios, etc.). Reu-
incluir los aportes de todos para llegar a comprender cabal- nidos los datos acerca de toda la familia, el foco se mantiene
mente el problema del paciente y los recursos de la familia, sobre el paciente individualizado, pero cada vez se trazan
acaso resulte menos amenazador y más aceptable. El terapeu- círculos más amplios que establecen la participación de otros
ta puede asegurar a los miembros de la familia que su partici- miembros de la familia en el problema del paciente.
pación en un examen completo no los compromete a some- Si el terapeuta relaciona repetidas veces a otros miembros
terse a terapia familiar y que la familia tendrá la posibilidad de la familia con el paciente individualizado, sea en forma
de dar su opinión acerca de cualquier decisión de tratamiento positiva o negativa, crea una situación que ayuda a compren-
que se tome. Si la resistencia persiste, como último recurso der por qué la familia ha de ser incluida en las sesiones. Si
el terapeuta puede pedir a la familia que.sólo acuda «esta veú. el terapeuta logra elaborar, sobre la .base de la información

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80
del miembro que llamó, una razón convincente para la parti-
cipación de todos, hará entonces ese pedido. En el caso de es que los miembros de la familia creen que así se los acusa
la señora Ewing, ella admitió que Phillip también agredía a de ser los culpables de los problemas del paciente. A veces
sus dos hermanos menores, que andaban muy bien, y que su ayuda una declaración expresa que reduzca la posibilidad de
hermano mayor era el único a quien escuchaba en casa. El que la resistencia resulte exacerbada por la culpa o por el sen-
terapeuta comenzó definiendo al hermano mayor como po- timiento de que están siendo acusados por el terapeuta. Este
tencialmente útil para lograr la cooperación de Phillip y co- puede decir, por ejemplo: .«Si bien no consideramos que las
rno un modelo y apoyo para los hermanos menores, que sin familias sean las causantes de problemas como los que pade-
duda necesitaban estrategias más eficaces para hacer frente ce Phillip, sabemos que niños con este tipo de problemas me-
a su hermano.
joran mucho más rápidamente si toda la familia participa en
En otra familia, una madre llamó para solicitar terapia la búsqueda de una solución».
con motivo de que su hija se había pasado comiendo y vomi- Insistir en la necesidad de que la familia participe como
tando durante su primer año de universidad. Si bien sostenía una forma de contribuir al cambio neutraliza el mensaje de
que ella y su marido querían participar en sesiones terapéuti- que ellos serían los culpables; acaso la angus~ia de la familia
cas con su hija, no veía razón para incluir a sus dos hijos se reduzca entonces lo suficiente para que la terapia pueda
mayores que no habían tenido problemas en la escuela y que comenzar. Un mensaje así es indicado sobre todo en el traba-
ahora se habían independizado satisfactoriamente. El terapeuta jo con familias de pacientes crónicos, que pudieron tener mu-
utilizó estos mismos datos como un argumento para incluir chas experiencias negativas con sistemas. de salud mental que
a los dos hermanos mayores de la paciente. Puesto que am- las acusaron de manera implícita o aun explícita.
bos habían sido tan buenos alumnos, su experiencia en los
estudios era potencialmente valiosa para su hermana, quien,
evidentemente, no terminaba de adaptarse a su nuevo medio. Problema 2. La resistencia es localizada en otro
miembro de la familia
. Aprovechar la experiencia. Cuando el que llama no vera-
zón para incluir a toda la familia, se puede insistir en la expe- A menudo, el miembro de la familia que llama localiza
riencia del terapeuta. Cabe suponer que las familias llaman la resistencia en otra parte del sistema, una parte con la que
a un terapeuta porque lo consideran un perito y, por eso, a el terapeuta no está en contacto. En general, el miembro me-
veces están muy abiertas a las recomendaciones si son hechas nos disponible o resistente, sobre todo si se trabaja en clínica
de un modo convincente. Estas técnicas incluyen variaciones de nil\os, parece ser el padre. Se deja a la esposa/madre que
de la frase «De acuerdo con mi experiencia, siempre es mejor se ocupe del asunto. La frase «Me agradaría ir, pero mi espo-
incluir a toda la familia». Desde luego que si el terapeuta so no podrá/ querrá ir» sintetiza el mensaje de ella.
escoge esta técnica, debe poner cuidado en dar mucho peso Por ejemplo, la señora Carter trajo a su hija Mary, de
a «su experiencia>>. Si los terapeutas tienen poca experiencia dieciséis años, al servicio de emergencia a raíz de un intento
propia, pueden invocar otras fuentes de autoridad, diciendo, de suicidio. Unas pocas preguntas sobre la situación familiar,
por ejemplo, «los resultados de investigaciones realizadas in- incluidas en una entrevista de admisión más amplia, pusieron
dican la conveniencia de tratar estos problemas incluyendo de manifiesto un gran conflicto familiar y una evidente grieta
a toda la familia», o «en los últimos años, nuestro equipo en la relación conyugal: existía una franca alianza de la seño-
trató más de mil familias, muchas de las cuales presentaban ra Carter con su hija en contra de su esposo. La respuesta
problemas semejantes al suyo; descubrirnos que ... ». de ella a la recomendación de terapia familiar fue una enume-
ración de las razones por las cuales su esposo no podría ni
Separar causalidad JI tratamiento. Una de las principales querría concurrir. Estas iban desde el argumento de que él
razones que lleva a resistir la idea de hacer terapia familiar no podía faltar al trabajo porque no arriesgaría su puesto «en
estos tiempos duros» hasta la afirmación de que en realidad

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83
1,
a él no le importaban ni su mujer ni su hija. Sus palabras
fueron: «El trabaja hasta tarde. De todas formas no cree en A menudo resulta útil convencer al miembro de la familia
la terapia. Por cierto, que él participara más ayudaría, pero con quien el terapeuta está en contacto de que el compromiso
no lo hará. Lo hemos intentado durante años». del miembro considerado resistente es verdaderamente decisi-
vo para que la terapia obtenga sus frutos, particularmente en
los casos en que su falta de compromiso es alentada por otros
SUGERENCIAS
miembros de la familia. El terapeuta puede indicar que los
miembros «no comprometidos» quizá sean diestros en resol-
Utilizar el sistema familiar para incluir al miembro resis- ver problemas. Por ejemplo, señalará la importancia de un
tente. El terapeuta puede aceptar la información de la familia padre como cabeza de familia, de los hermanos mayores co-
acerca del «resistente» nominal y, no obstante, continuar in- mo modelos para los menores, y de madres y padres como
vestigando la situación familiar en un intento de descubrir fac- pilares de la vida familiar. En este caso, se solicitó al señor
tores que permitieran lograr la cooperación del que se rehúsa, Carter, un comerciante de éxito, que aplicara su experiencia
o biep factores que' pudieran motivar a otros miembros de gerencial a la conducción de su familia.
la familia para hacerlo concurrir. El terapeuta también puede pedir al representante de la
En el caso de la familia Carter, esta exploración reveló familia que recurra a otros miembros del sistema para que
que la señora Carter crónicamente había permanecido infe- manején la resistencia localizada en una persona. En la fami-
riorizada y había tratado de comprometer a su esposo en la lia Carter, por ejemplo, el terapeuta, además de modificar
terapia familiar de la misma manera en que intentaba com- el mensaje que la señora Carter trasmitía a su marido acerca
prometerlo con ella: sermoneando y adulando. Cuando el te- de la terapia, preguntó: «¿Quién, dentro de la familia, tiene
rapeuta le preguntó cómo había intentado lograr la participa- mayor influencia sobre su esposo?». La señora Carter dijo
ción de su esposo en terapias anteriores, quedó en claro que parecerle que era su hijo mayor, John. El terapeuta sugirió
repetidas veces le enviaba el mensaje: «Ven con nosotras a entonces que le pidiera a su hijo que convenciera a su esposo
ver a los peritos para que te digan lo que yo ya sé hace mu- de que debía cooperar. El hijo mayor pudo ayudar asuma-
cho, que eres un desgraciado, irracional irresponsable». Sin dre a persuadir a su padre de que participara «al menos una
saberlo, la señora Carter había estado alentando inconciente- vez». La frase «al menos una vez» es útil porque la mayoría
niente la resistencia del marido, acusándolo de todos los pro- de las personas sienten que no se comprometen o que no pier-
blemas familiares. den demasiado control si aceptan una sola sesión. Esto da
El descubrimiento de la forma en que un miembro de la al terapeuta la oportunidad de que esta única sesión le sirva
familia efectivamente alienta la resistencia de otro da al tera- para lograr un compromiso que asegure el establecimiento de
peuta la posibilidad de sugerir diferentes estrategias para com- la relación terapéutica.
prometer al «resistente». En nuestro ejemplo, la señora Car-
ter fue persuadida de la importancia de comunicar claramen- Cuestionar a un miembro de la familia. En algunos casos
te a su esposo que ni ella ni el terapeuta estaban interesados dan frutos variaciones de la idea «Usted podría hacerlo venir
en acusarlo ni en acusar a otro, sino que problemas como el si realmente lo intentara». El terapeuta puede cuestionar a
intento de suicidio de su hija eran suficientemente serios para un miembro de la familia para lograr la concurrencia del miem-
requerir el compromiso de todos los miembros de la familia, bro resistente. Esta técnica apela al lado positivo de la ambi-
al menos en los primeros estadios de la terapia. Este mensaje valencia del que llama respecto de la asistencia del que se re-
sirvió al doble propósito de vencer la resistencia inicial del siste, y pone en juego sus sentimientos de competencia y com-
marido y comenzar a cambiar la manera inconducente en que petición. Funciona particularmente bien con miembros que
esta mujer intentaba lograr el compromiso de su esposo con a veces se muestran y se sienten desvalidos, pero que tienen
ella y con su hija. un lado fuerte. Es también una buena técnica para utilizar
con padres que no desean admitir, ni siquiera ante ellos mis-

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...
ffittt M t>ot ' " ' ~ ' " · ~ · · - - - - - -

mos, que son tan ineficaces que no pueden lograr que su pro- poder y habilidad de los miembros de la familia en su trato
pio/a hijo/a concurra. recíproco.
En este proceso, el terapeuta debe poner cuidado en no
verse comprometido en una alianza prematura con el repre- Ser flexible en la fijación de los horarios de los primeros
sentante familiar que localiza la resistencia en otro, salvo co- encuentros. Es un buen principio comenzar mostrando la ma-
mo una estrategia para obtener la cooperación de este. El te- yor flexibilidad que se pueda con familias o miembros resis-
rapeuta debe ayudar al miembro que llama a encontrar for- tentes. El terapeuta acrecentará la probabilidad de coopera-
mas de interesar a los miembros resistentes sin adoptar ni ción. de un miembro resistente si presta particular atención
reforzar la idea de que sólo los otros se resisten. Se debe tener a sus conveniencias. Acaso el terapeuta quiera asegurar a los
la precaución de no reforzar la resistencia de otros miembros miembros de la familia que los encuentros pueden programarse
perpetuando la percepción -de los miembros que cooperan en horarios que no les impongan ausencias del trabajo o pri-
o de los que resisten- de que el terapeuta está aliado con vaciones innecesarias. El ofrecimiento de un encuentro de no-
una parte de la familia en contra de la otra. che -aunque esto implique que el terapeuta deba trabajar
extra esa semana-, le dará un acceso a la familia que permi-
L'tamar directamente al miembro resistente. El terapeuta tirá concertar después encuentros a hora más temprana.
puede llamar al miembro resistente directamente. Esto resul- Cuando el terapeuta verdaderamente no puede acomodarse
ta en particular eficaz si el terapeuta sospecha que el repre- a la conveniencia de la familia, a menudo resu1ta útil ofrecer
sentante original de la familia actúa conciente o inconciente- una breve explicación. En ella se comunicará que el terapeuta
mente haciendo colusión con la resistencia, pero no deja mu- considera su pedido, aunque no pueda satisfacerlo. Por ejem-
cho espacio al terapeuta para elaborar directamente esa plo, puede decir: «Tengo completa mi agenda, salvo a las 18,.
colusión. Esta técnica evita uno de los peligros del proceso y realmente quisiera verlos esta semana. ¿Podrían tratar de
de mediación, o sea, la inevitable distorsión del mensaje del venir esta vez y consideramos la forma de encontrar un mejor
terapeuta en su reinterpretación para el resto de la familia. horario para el futuro?». Desde luego, la realidad dicta lími-
El terapeuta puede descubrir que el presunto resistente en rea- tes a la flexibilidad, y los terapeutas no deben permitir verse
Udad está dispuesto a participar cuando el requerimiento de forzados a aceptar horarios masoquistas inducidos por fami-
nacerlo le es presentado de una manera no amenazadora por lias resistentes. La recomendación de flexibilidad no significa
una fuente exterior a la familia. El miembro resistente puede que el terapeuta espere pacientemente hasta las 20 porque la
simplemente desear tener la oportunidad de expresar su am- familia quiere tener una cena apacible antes. Se puede ·apelar
bivalencia o puede estar en una lucha de poder con el repre- al sentido de respeto por el otro, diciendo, por ejemplo,
sentante original de la familia. «Lamentablemente no puedo cenar antes de nuestro encuen-
Pero este tipo de intervención se debe emplear con cuida- tro; por lo tanto, ¿qué tal si pican algo para no morirse de
do y tacto porque tiene sus peligros. El terapeuta debe evitar hambre y vienen a las 18?».
la comunicación tácita o inconciente de que él es más compe-
tente que el miembro que llamó y que fracasó en su intento
de lograr la cooperación. Ese mensaje no haría más que Problema 3. Pedidos expresos de excluir a
aumentar la resistencia del individuo que inicialmente semos- determinados miembros
traba -al menos en la superficie- cooperativo. El terapeuta
debe cuidarse también de no asumir demasiada responsabili- La mayoría de los terapeutas parten de la base de que to-
dad por el trabajo de la familia. En general es preferible asig- dos los miembros de la familia participan potencialmente en
nar a miembros de la familia la tarea de hacer que los demás el mantenimiento de la sintomatología del miembro disfun-
participen. De esta manera, la terapia comienza antes de la cional; por eso consideran importante lograr «el compromi-
primera sesión, porque se refirma el sentimiento de afinidad, so» de los miembros de la familia, al menos para una evalua-

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ción. Muchas familias no comparten esta opinión. Individuos len determinados secretos familiares. Con frecuencia se des-
perturbados pueden suponer que otros miembros de la fami- cubre que los presuntos secretos se conocen desde hace mu-
lia no saben acerca de su problema, no lo tienen en cuenta, cho, aunque no se ha conversado sobre ellos. El sei\or y la
no deberían ser expuestos a él o, simplemente, huelga su pre- señora Taylor llamaron en demanda de terapia para su hija
sencia. Por ejemplo, una mujer joven con anorexia nerviosa Susan, de dieciséis años. Estaban profundamente preocupa-
que llamó para solicitar tratamiento estaba muy dispuesta a dos por su promiscuidad. Ambos padres estaban dispuestos
incluir a sus padres, pero se mostró reacia a hacerlo con otros a concurrir, pero se negaron con vehemencia a traer a los her-
miembros de la familia. A pesar de que permanentemente per- manos menores, entendiendo que debían protegerlos del co-
día peso y se la había visto deprimida durante un tiempo, es- nocimiento de la conducta de su hermana; argumentaron que
taba convencida de que sus hermanos no conocían ni debían probablemente no pudieran ofrecer ayuda y, más aún, con-
conocer su problema. versaciones de esta naturaleza podrían dai\arlos para siempre.
Como la diferencia de edad entre Susan y sus hermanos era
pequeña, y además iban al mismo colegio y compartían ami-
SUGERENCli\S gos, este intento de protegerlos parecía poco realista.
En estos casos es posible atacar directamente la creencia
Descubrir el porqué. El terapeuta puede comenzar investi- de que el protilema es un secreto o asegurar a los miembros
gando las 'razones por las cuales el miembro que llama desea de la familia que el .«secreto» no será revelado si permiten
excluir a determinados miembros de la familia. A menudo hay que acudan los miembros en cuestión. En nuestro ejemplo,
una razón expresada en forma abierta por la cual se desea el terapeuta prometió no revelar la conducta de Susan en tan-
excluir a un miembro, por ejemplo, la percepción de que este to no estuvieran de acuerdo todos. En la sesión inicial, la her-
no sabe acerca del problema, de que es demasiado sensible manita de doce años dejó traslucir que ella no tenía noticia
o no está interesado. Si la razón aducida para excluirlo es su de la conducta de Susan, pero que le habían hecho burlas en
desconocimiento del problema, el terapeuta puede señalar la la escuela. Ella había tenido miedo de conversar sobre el asunto
realidad, o sea, que el otro miembro tal vez no sólo se ha con sus padres, y por ello había sufrido sola. Los Taylor rá-
percatado del problema sino que está preocupado por esa cau- pidamente se percataron de que mantener el secreto no evita-
sa. A menudo las personas no advierten cuánto observan los ba el dolor a los hermanos menores, sino que se los provocaba.
otros de ellas, y presuponen que no se han dado cuenta por- Pueden utilizarse abordajes similares para comprometer
que no han hecho comentarios. En general no los han hecho a un miembro de la familia que es excluido porque otro lo
por no entrometerse o no molestar al miembro que sufre. considera demasiado sensible. En la familia Malloy, por ejem-
La joven aquejada de anorexia creía que ni su hermana plo, Tom estaba convencido de que su mujer, Edith, tendría
mayor, que vivía en la vecindad con su esposo, ni sus herma- un colapso nervioso si se la enfrentaba al proyecto de su hija
nos menores, que vivían con ella, habían notado su pérdida única de mudarse a un lugar distante del país. El quería traer
de peso y su depresión. En la entrevista inicial le agradó y a su hija para que la terapeuta la convenciera de no trasladar-
sorprendió enterarse de que no sólo lo habían advertido, sino se, y decididamente no quería incluir a su esposa en las sesio-
que estaban muy preocupados y lo habían conversado entre nes. La terapeuta evitó discutir con Tom acerca del uso apro-
ellos a menudo. Terminó la entrevista con el sentimiento de piado de la terapia -porque reconoció en ello un problema
tener el apoyo de la familia íntegra para la solución de su pro- familiar clásico en cuestiones de emancipación-; en cambio,
blema, por más que seguía creyendo innecesatio incluir a to- se concentró en convencer a Tom de que ella controlaría la
dos los miembros en la terapia. sesión de manera que el débil equilibrio emocional de su es-
posa no se viera amenazado. Lo más probable era que Edith
Ofrecer seguridad. U na de las principales razones para ex- hubíera establecido una alianza con su marido para impedir
cluir a los miembros de la familia es el temor de que se reve- que su hija se emancipara, o que Tom utilizara la pretendida

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fragilidad de su esposa para evitar perder a su hija. En la pri- sario aclararlo, pero a causa de esto muchos terapeutas pier-
mera entrevista se hizo evidente que la ansiedad de Edith no den familias: dejan que suene en su voz un tono defensivo
se debía menos a su temor a las reacciones de Tom ante la o inamistoso, que es percibido claramente por el miembro de
partida de su hija, que a sus propias reacciones. Con el tiem- la familia. Terapeutas con exceso de trabajo o estudiantes de-
po, la terapeuta pudo ayudar a la pareja a aceptar la pérdida masiado exigidos pueden ser muy vulnerables a responder con
de su hija y reinvestir en su propia vida la energía que habían irritación o impaciencia a esas negativas francas. En particu-
depositado en aquella. lar los que se inician en la práctica de la terapia familiar de-
ben recordar que esta puede parecer insensata a quienes no
han sido introducidos en las teorías que la fundamentan o
Problema 4. Rechazo manifiesto de la terapia familiar no han experimentado sus beneficios. Lamentablemente, al-
gunos estudiarttes de terapia fa~iliar entran en esta catego-
En su primera llamada, las familias pueden hacer comen- ría, y pueden sentir que los obligan a defender algo en lo que
tarios directos de rechazo de la terapia familiar. Estos se ex- ellos mismos tienen poca fe.
presan generalmente así: «Francamente, pedimos tratamien-
to individual para Linda porque ella está muy angustiada», Tener buena disposición. Es importante alentar al repre-
o «En realidad, vinimos a que nos recomendaran medicación sentante dela familia a expresar todas las objeciones que se
para las depresiones de John>>. No es fácil manejar estas de- le ocurran. El terapeuta puede incluso hacer elaboraciones so-
claraciones, sobre todo si el terapeuta simpatiza con personas bre la base de esas objeciones, diciendo: «Supongo que el pe-
que acuden al instituto asistencial trayendo una idea de lo que dido de que vengan todos no le parecerá muy atinado» o
quieren, y les ofrecen otra cosa. Aunque en efecto la terapia «Puede ser que sesiones individuales sean necesarias; conver-
familiar sea más conveniente, estas pe_rsonas se sienten mani- sémoslo en la sesión». Esta técnica generalmente aplaca el eno-
puladas o consideran que sus opiniones no han sido respeta- jo del representante de la familia, no importa qué tenga para
das. Los que tienen escasos ingresos o no conocen los siste- decir, y lo predispone a prestar atención al terapeuta.
mas de salud, y por eso no consiguen en él mercado la asis-
tencia que buscan, son especialmente vulnerables a esas Dejar abiertas las puertas para la negociación. Si la fami-
tácticas. Como en muchos casos son las instituciones las que lia trae muchas preguntas y preocupaciones, lo mejor es dejar
deciden sobre el tipo de terapia por ofrecer, puede ser reduci- todas las decisiones en suspenso hasta la primera entrevista.
da la libertad del terapeuta para responder al pedido de ~tro Si piden terapia individual o medicación, el terapeuta puede
tipo de tratamiento. Por otro lado, terapeutas familiares aca- decir que todas esas demandas son negociables y se examina-
so crean que la terapia familiar es el tratamiento indicado, rán en la primera sesión.
aunque la familia sienta lo contrario. La mayoría de los tera- Es importante recordar que la gente generalmente solicita
peutas tienen un compromiso emocional en lo que se refiere aquello que considera lo mejor para ella. Si demanda algún
a la eficacia de la terapia familiar para un amplio espectro tipo de tratamiento con drogas, suele ser porque le parece la
de quejas. No es grato para un terapeuta sentirse prisionero manera más rápida y efectiva para librarse de su aflicción.
entre los deseos de la familia y su propia opinión. Entonces, si el terapeuta insiste en la terapia familiar, las per-
sonas pueden entender que rechaza una medicación efectiva
en favor de lo que temen será una prolongada terapia de diá-
SUGERENCIAS logo. O si recomienda tanto medicación como terapia fami-
liar, pueden creer que la droga trata el «problema real», mien-
No argumentar y no adoptar una actitud defensiva. A una tras que la terapia es superflua. El terapeuta puede asegurar
persona que ya está molesta por no conseguir lo que ha pedi- al miembro de la familia que si se convence de que su deman-
do, no se le puede plantear una controversia. Parece innece- da es atinada, después de tener la oportunidad de encontrarse

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con sus familiares, de conocerlos y de comprender sus puntos
de vista, hará todo lo posible para complacerlos. Lo funda- La primera entrevista: variaciones sobre el tema
mental es posponer la decisión acerca de tratamientos dife- de negociar la frontera familiar
rentes hasta que hayan concurrido los miembros de la fami-
La primera entrevista es a menudo la parte más interesan-
lia, de manera que el terapeuta tenga la opo~tunidad de utili-
te del proceso terapéutico. Inicia a la familia en una alianza
zar medios para probar la eficacia potencial de su terapia y
con el terapeuta para lograr objetivos mutuamente acorda-
aportar a la familia una base real para una decisión conciente.
dos. Son aplicables aquí todos los principios que hemos ex-
puesto para la llamada telefónica: el terapeuta debe conside-
Dar información. Muchas veces las familias simplemente
rar cómo fue derivada la familia, cómo respondió el repre-
no están instruidas acerca de los objetivos y el poder de la
sentante de esta en la primera llamada, y procurará conectarse
terapia familiar. Por eso puede ser importante dar algo de
con sus integrantes sin ir más allá del lugar en que se encuen-
información acerca de sus beneficios. Por ejemplo, si la fa.
tran.
milia sostiene que el problema del paciente es tan serio que En la primera entrevista, el terapeuta enfrenta la compli-
este necesita de terapia individual, el terapeuta puede mos-
cada tarea de explorar la visión que tiene cada uno del pro-
trarse parcialmente de acuerdo diciendo que en efecto es así,
blema, y de dominar las resistencias mientras descifra las pau-
y por eso necesita de la ayuda de toda la familia en el trata-
tas de interacción de la familia y la persuade de aceptar la
miento. Cuando se trata de familias con miembros seriamen-
terapia y de participar en ella. Esta entrevista, sin embargo,
te perturbados, resulta a veces útil citar pruebas de que la te- ofrece muchas más posibilidades que una conversación tele-
rapia familiar ayuda a asegurar que el enfermo acate otros fónica para dominar la resistencia de la familia y comprome-
regímenes, y a prevenir las rehospitalizaciones. terla en una relación duradera. Una vez que la familia está
en el consultorio, el terapeuta tiene espacio y tiempo para ma,
niobrar, y la oportunidad de convencerla de que la terapia
Problema 5. Cuestionamientos a la competencia del puede ser eficaz. Los principiantes deben tener en cuenta que
terapeuta la meta es conectarse con la familia, y no resolver todos sus
problemas en la primera sesión. Porque si se sienten presio-
Otro conjunto de resistencias que surgen en la primera lla- nados para lograr esto, se angustiarán y provocarán la resis-
mada telefón~ca o en la primera sesión se relacionan con cues- tencia, en lugar de disminuirla ..
tionamientos a la competencia del terapeuta. Preguntas como
estas pueden ser indicativas: «¿Ha visto a otras familias co-
mo la nuestra?» (lo cual en realidad significa «¿Tiene alguna El establecimiento de una alianza terapéutica
experiencia en esto?»); «¿Tiene hijos?» (lo que en realidad sig-
nifica «¿Tiene alguna experiencia en algo?»); «¿Usted es doc- Aun en los casos en que los familiares mantienen serios
tora?, ¿es casada?» (lo que en realidad significa «¿ Tiene si- conflictos, saben al menos lo que pueden esperar uno del otro.
quiera entrenamiento en esto?»). Estas preguntas son tan co- Pero el .terapeuta es percibido al comienzo como un extraiio.
munes y causan tantos problemas a los terapeutas que hemos Es una incógnita: puede ser benéfico tanto como puede des-
dedicado un capítuio a la cuestión. Para soluciones a estos truir. Los miembros de la familia no saben qué esperar de
y similares cuestionamientos, véase el capítulo 4. un terapeuta; entonces, este debe ponerse a prueba. Muchos
teóricos han descrito el concepto de frontera familiar,-esa im-
precisa división entre el «nosotros» de la familia ·y el «ellos»
del mundo externo. Para negociar esa frontera, el terapeuta
debe demostrar comprensión y competencia en el· dominio de
cada resistencia, de manera que los miembros de la familia

92 93
empiecen a concederle un lugar especial, aunque temporario,
tencia de la familia al cambio, pero de repente se rinde y mo-
en el sistema familiar, un lugar que está investido de poder,
difica su actitud y conducta, no es infrecuente observar que
autoridad y responsabilidad. En el capítulo 1 compararnos la
la madre antes dócil se pone a expresar dudas acerca de la
relación entre el terapeuta y la familia con la del piloto y el
eficacia del tratamiento o el valor del cambio en la conducta
capitán del barco. Aquel, corno el piloto, posee una destreza
del esposo. Es importante que los terapeutas estén advertidos
que·hace posible el viaje, pero la familia es dueña de su desti-
sobre esos desplazamientos en la localización de la resistencia
no último o de las metas de su vida. En otras palabras: el
para no desmoralizarse cuando ocurran.
vínculo formado por el terapeuta y la familia debe hacer que
A menudo, terapeutas principiantes quedan atrapados en
esta se sienta dueña de su destino, pero con una clara visión
la resistencia expresada por uno o dos miembros y pasan toda
del terapeuta como el encargado de la terapia y el que posee
la duración del contacto inicial luchando para vencerla. Tera-
la competencia necesaria para la asistencia. Este proceso ha
peutas más experimentados pueden generalmente utilizar una
sido descrito por muchos autores con diversos términos; aca-
parte del sistema para manejar de manera eficaz la resistencia
so el más elocuente es el escogido por Minuchin, «copartici- situada en otra parte. Por ejemplo, un psiquiatra residente
pación». Ef proceso de efectiva coparticipación ayuda a evi-
que descuidó la visión total del sistema quedó atrapado en
tar en gran medida lo que de otra manera sería resistencia. la resistencia manifiesta de Ellen, una joven depresiva de die-
ciséis afl.os que tenía una historia reciente de severa pérdida
de peso seguida de obesidad. La madre insistía en que habían
La resistencia como una propiedad del sistema concurrido a pedido de Ellen, pero esta reveló que no quería
hacerlo y que su padre le h~bía prometido que no tendría que
Las familias se resisten naturalmente a aceptar al terapeu- volver después de la primera entrevista. El residente esperaba
ta en una posición de poder y responsabilidad; a ello concu- resistencia de una adolescente, pero no que fuera apoyada por
rren todas las razones por las cuales se resisten al cambio en el padre. Lamentablemente, se paralizó por el sabotaje ines-
general y al inducido terapéuticamente en particular (véase el perado de este. Sintiéndose inferiorizado, no hizo frente al
capítulo 1). En la entrevista inicial, la resistencia representa padre, sino que se trabó con la hija en una discusión sobre
la manera en que la familia se protege a sí misma del influjo los motivos por los que no quería concurrir. Si hubiera tenido
indebido de lo que está más allá de las fronteras, de una inva- más experiencia, habría podido utilizar esta oportunidad I)a-
sión del «nosotros» por el «ellos». ra explorar los vínculos familiares. Por ejemplo, podría ha-
Negociar la frontera familiar requiere del terapeuta inte- ber alentado a la madre a discutir con el padre el· porqué de
grar en un abordaje sistémico cada conducta resistente de un su promesa sin consultarla. Esa actitud habría evitado la abier-
individuo. Es preciso percibir la resistencia en tanto brota de ta resistencia de Ellen, haciendo que los padres comenzaran
fuentes individuales y es al mismo tiempo expresión del siste- a conversar sobre uno de sus verdaderos problemas, a saber,
ma familiar. La fuente manifiesta de la resistencia puede pa- su relación de pareja. Su matrimonio arrastraba un conflicto
sar de un miembro a otro, puede ser una alianza entre dos de af\os, y no estaban en condiciones de entenderse, ni siquie-
o más miembros, pero son raras las ocasiones en que se loca- ra para ayudar a su hija.
liza de modo consistente en uno solo. Con independencia de Las familias difieren mucho en el monto de resistencia que
la forma en que aparezcan, las conductas resistentes son la ofrecen a los terapeutas que se sitúan en una posición de auto-
resistencia que el sistema entero ofrece al cambio. Puesto que ridad y responsabilidad. Algunas tienen fronteras interperso-
para comprender una resistencia es preciso referirla a su fun- nales e intergeneracionales débiles, y débil es también la fron-
ción dentro del sistema, el terapeuta debe estar siempre pre- tera que las separa del mundo exterior. En estos casos, el te-
parado para dominar una expresión individual de resistencia rapeuta debe poner cuidado en que las familias no se vuelvan
y al mismo tiempo rastrear la respuesta del sistema a los cam- d~rhasiado dependientes y lo hagan responsable del logro de
bios que sobrevengan. Si un padre ha representado la resis- los objetivos, así como de los medios para alcanzarlos. Otras

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pueden tener fronteras interpersonales e intergeneracionales su hijo. Puso buen cuidado en escuchar al padre durante un
débiles, pero una fuerte frontera sistémica. Un terapeuta ex- lapso respetable, y después lo interrumpió para decirle que
perimentado aprende a utilizar el monto inicial de resistencia todo eso pod'ría ser conversado en la primera entrevista. Aun-
que ofrece una familia como fuente de información acerca que el padre persistía en su actitud, la terapeuta continuó in-
de sus fronteras. dicando que la primera entrevista era el lugar apropiado para
discutir esta información. El padre comentó que no podía ven-
tilar estos asuntos en presencia de su hijo, por lo cual este
UN EJEMPLO DE CASO no concurriría. La terapeuta se dio cuenta de que el padre
no cedería; acordó una sesión con los padres solos, y se esta-
En el ejemplo que sigue, la terapeuta negocia con cuidado bleció el horario del encuentro.
una frontera rígidamente defendida, de una familia cuyas fron- Esta conversación telefónica inició la primera negociación
teras interpersonales e intergeneracionales eran débiles, situán- de la frontera familiar. La terapeuta no insistió en hablar con
dose en una posición de autoridad y responsabilidad. Sarah, pero registró su conducta y se propuso averiguar su
Jason fúe derivado a terapia familiar por el servicio asis- significado a medida que avanzara la evaluación (¿se trataba
tencial de un hospital psiquiátrico durante su segunda hospi- de deferencia hacia er° esposo o de renuencia a verse compro-
talización. Ambas hospitalizaciones habían sido el resultado metida?). La terapeuta también fijó algunos límites afables
de sobredósis de aspirina. Difícilmente pudiera hablarse de con Jon respecto de las demandas de él, en parte para plan-
intentos de suicidio, porque Jason se presentó en la sala de tarse como conductora de la terapia, y también para estable-
emergencia con tanta rapidez que la marca de fábrica impre- cer una regla inicial de hablar del problema como una fami-
sa en las píldoras no se había terminado de disolver. No obs- lia:, sin trato individual con la terapeuta. Luego de lograr que
tante, con ello enviaba señales de angustia y agravaba un se- Jon accediera a exponer la queja acerca de su hijo durante
rio trastorno intestinal. Jason vivía con sus padres, Sarah y la p~imera entrevista, la terapeuta evitó una lucha de poder
Jon, a pesar de sus veintitrés años, su educación universitaria en relación con la concurrencia de J ~son, que ella sabía que
y su considerable talento para la música. Estando en la uni- no iba a ganar. ·
versidad, Jason había sufrido un «ataque de nervios» duran- Inmediatamente después de los preliminares, al comenzar
te los exámenes finales de licenciatura. Sus padres volaron al la entrevista inicial, el padre extrajo una «historia psiquiátri-
lugar, distante.muchos kilómetros de su residencia, y se que- ca» que había recopilado retrotrayéndose a la asistencia de.
daron con él hasta que hubo finalizado los exámenes. Des- Jason a una clínica de orientación infantil cuando tenía nue-
pués lo llevaron a la casa y ahí permaneció durante tres años ve años. Insistió en leer su lista de fechas y enfermedades,
sin siquiera intentar conseguir un trabajo o continuar sus es- que en su mayoría ya estaban consignadas en el informe de
tudios. Durante ese tiempo, su ocupación principal había si- Jason. La terapeuta permitió al padre terminar con su lista,
do pelear a los gritos con sus padres, culpándolos de su situa- asintiendo respetuosamente en los puntos que él destacaba.
ción. Su madre, Sarah, desarrolló una severa depresión que Después le pidió permiso para hablar con la esposa acerca
fue tratada con antidepresivos sin mejoría observable. de su hijo. Lo consintió él, a pesar de la afirmación del equi-
En obediencia a la fuente de derivación, que recomenda- po hospitalario de que nunca la dejaba hablar. Sarah inme-
ba terapia familiar, la terapeuta llamó a la familia para acor- diatamente comenzó a referirse a su propia depresión, vincu-
dar el primer encuentro. Atendió Sarah, pero, al descubrir lando sus sentimientos con lo.s de su hijo. Cuando uno de ellos
quién era la interlocutora, dijo de inmediato que llamaría a estaba deprimido -refirió-, al otro le sucedía lo mismo. Jon
su esposo Jon. Acudió este, y comenzó a relatar la historia se declaró de acuerdo y comentó que en determinado momento
entera de los problemas de su hijo. La terapeuta lo escuchó madre e hijo habían estado internados, de manera que él te-
y le hizo comentarios sobre lo difíciles que debían de haber nía que ir de un hospital psiquiátrico al otro para visitar a
sido las cosas para ellos considerando el serio problema de los dos. ·

96 97
La terapeuta había observado en la primera conversación enseguida, y de lograr así un punto de apoyo instantáneo den-
telefónica que el padre se consideraba responsable de mante- tro del sistema. Esto vuelve más probable que lo escuchen en
ner la frontera familiar. La_ respuesta inmediata de Sarah de lo sucesivo. Por ello, la terapia familiar resulta más fácil si
llamar al teléfono a su esposo, y" la conducta de Jon de pre- puede programarse un encuentro dentro de las 24 horas que
sentar la historia psiquiátrica de Jason, indicaban que el pa- siguen a la primera llamada. Si no es posible un encuentro
dre era el único punto de acceso aceptable en esta familia. inmediato, conviene un _contacto telefónico extenso, durante
Por eso la terapeuta se mostró respetuosa hacia él y su rol, el cual el terapeuta comience a tratar la angustia de los miem-
al punto de pedirle permiso para dirigirse a Sarah. Sólo des- bros de la familia. A menudo basta simplemente con que una
pués que aquel hubo dado su permiso, Sarah se sintió en li- persona haga las preguntas adecuadas y proporcione apoyo
bertad de contarle a la terapeuta que sufría de depresión. Sus _Y sostén para que esa angustia disminuya.
comentarios acerca de la relación entre su depresión y la de
su hijo, junto con el estilo de control exagerado ·del esposo, Comenzar allí donde se encuentra la familia. Es probable
revelaron pronto que, si bien la frontera entre la familia y que la familia quiera comenzar examinando lo que sus miem-
el exterior era rígida, había una ausencia estremecedora de bros perciben acerca del problema. Según la manera en que
fronteras interpersonales en su interior. el terapeuta conduzca ese examen, se podrá o no decir que
arranca del-lugar en el que se encuentra la familia. Si consi-
En este caso, la terapeuta negoció con éxito la frontera gue adaptar su estilo y su técnica a las necesidades de esta,
familiar y se alió con Jon, el miembro que podía determinar probablemente haya recorrido un largo camino en la negocia-
si la terapia continuaría o la familia desertaría. En muchos ción de la frontera familiar. Nadie quiere un piloto en Boston
·casos, las resistencias -llegan a desbaratar la terapia porque o en Baltimore que sólo sabe salir de Nueva York. Sin embar-
el terapeuta no atina a conectarse con la estructura de poder go, algunos terapeutas se comportan así: piden a la familia
de la familia y, por lo tanto, fracasa en su intento de negociar que responda a sus rutinas, y las aplican sin tener en cuenta
con éxito la frontera familiar. Afortunadamente, ciertos prin- las necesidades del momento en cada caso. Los terapeutas lo-
cipios generales procuran orientación en este proceso. grarán más si pueden ser flexibles en la adaptación de los mé-
todos a las necesidades de la familia. Por ejemplo, algunos
Facilitar al máximo el acceso a un terapeuta. La mayoría se apoyan en un historial detallado para su evaluación y su
de las familias demandan terapia en uno de dos estados: cuan- plan de tratamiento. Si insistieran en utilizar este procedimiento
do experimentan una crisis aguda que desorganiza su vida o con una familia desorganizada, que se percibe a sí misma en
ante un malestar crónico que en ese momento excede su nivel estado de crisis (en lugar de ocuparse primero de la:·crisis),
de tolerancia a la tensión. Los beneficios de una respuesta lo más probable es que pierdan contacto con ella. De manera
rápida a las familias que soportan una crisis han sido bien semejante, una familia que emplea un estilo intelectual y que
documentados. Pero los beneficios de una respuesta veloz a espera ofrecer una narración como la mejor forma de comen-
las familias con un malestar crónico han sido subestimados. zar la terapia -fue el caso de Jon, cuando insistió en contar
Por ello conviene sef\alar que la intolerancia temporaria que la historia de Jasan- se desconcertará si el terapeuta rehúsa
sobreviene durante una crisis en una familia con una disfun- considerar los datos históricos y sólo hace preguntas acerca
ción crónica ofrece la oportunidad de cambiar pautas invete- del presente.
radas o rígidas. De hecho, si la familia llega a terapia encon- El requisito de flexibilidad terapéutica también abarca el
trándose en uno de esos dos tipos de crisis, resulta más fácil estilo terapéutico; conviene que este se base en parte en el es-
negociar las fronteras del sistema. La angustia o la desespera- tilo de la familia. La misma terapeuta que se mantuvo callada
ción hacen a los miembros de la familia más receptivos para y respetuosa en su acercamiento a Jon y Sarah, bien podrá
la idea de un influjo externo y de nuevas maneras de trato considerar aconsejable mostrarse animada y aun tener un to-
recíproco. El terapeuta tiene la posibilidad de probar su valía que de humor con otra familia. Ser flexible, sin embargo, no

98 99
significa que el terapeuta deba ser un camaleón en materia de «diferenciación», «fronteras personales» o «autonomía»,
de teoría. La flexibilidad pide más bien adaptar la propia po- en caso de ~roponérselos la terapeuta.
sición teórica y práctica a las necesidades de una familia en _Una vez logrado un acuerdo acerca de las metas de la te-
particular y de un momento en particular. . rapia, el terapeuta debe poder recurrir a todas sus técnicas
para alcanzarlas. Estas se pueden considerar legítimas· en tan-
Hacer algo que aporte un beneficio inmediato. No es ne- to se las utilice en bien de las metas deseadas por la familia.
cesario producir un cambio so,i:prendente en la primera entre- No obstante ello, algunos terapeutas estiman que las órdenes
vista, pero es importante hacer algo que los miembros de la paradójicas son ofensivas o directamente inmorales; si las téc-
familia perciban beneficioso. Puede consistir simplemente en nicas que las incluyen permiten a una familia salir de, un ca-
calificar sus conductas como «no tan desatinadas» o su situa- llejón sin salida doloroso e ingobernable, es preciso admitir
ción como «no tan terrible; he visto peores», o simplemente sin embargo que son métodos apropiados de intervención. En
en ayudarlos a reordenar y recapitular lo que ven como pro- su condición de piloto, el terapeuta es el que sabe guiar el
blemático.:_Dado que a menudo la gente acude a terapia sin barco; Y si se navega contra la corriente, se avanzará mejor
tener una idea clara acerca de lo que quiere, más allá de aca- buscando ángulos con el viento, que enfrentando directamen-
bar con la angustia, otra función beneficiosa que puede cum- te las fuerzas de la naturaleza. Es importante reconocer, em-
plir enseguida el terapeuta es ayudar a la familia a ~rdenar pero, que-las técnicas estratégicas requieren gran destreza y
sus metas. Cualquiera que sea la acción del terapeuta, la fa- seguridad por part.e del terapeuta. Por eso, si este se siente
milia debe quedar con mayor esperanza y fe en la posibilidad incómodo con la idea de utilizarlas, deberá abstenerse de ha-
de cambio. cerlo.
Para resumir: los principios aplicables a la negociación
Dejar en manos de la familia la determinación de su desti- lograda de la frontera familiar lo son también al uso de la
no. Negociar la front~ra familiar y ser admitido en una posi- resistencia para producir el cambio en cualquier etapa de la
ción de cierta autoridad no significa hacerse cargo de todo.· terapia familiar. Recordemos: estar disponible cuando la fa-
Las familias deben salir de su primera entrevista confiadas milia percibe que le hace falta asistencia, mostrarse compe-
en sus propios recursos y habilidades, no dependientes del te- tente en comprender el problema de la familia según ella lo
rapeuta. Esto se logra en parte asistiéndolas para que ellas percibe, al tiempo que se mantiene flexibilidad para elegir el
mismas fijen sus metas. rol tt:rapéutico, y dejar a la familia a cargo de su propio des-
Toda esta cuestión acerca d~ quién establece las metas se tino, pero guiándola hacia las metas convenidas. ·~
ha embrollado por el compromiso en el cambio que la mayo-
ría de los terapeutas familiares toman, y por la manipulación
a que recurren para lograrlo. No es necesario ni deseable que
los miembros de la familia comprendan o acepten todas las La primera entrevista: expresiones comunes de
metas implícitas del terapeuta en relación con la familia, en resistencia
particular las metas· generales, como obtener «menor enma-
rañamiento». Pero sí es necesario que el terapeuta compren-
da y acepte las metas de la familia: sería imposible alcanzar Problema l. El/ella es el problema, o yo soy el problema
metas inadmisibles para esta. Por ejemplo, la terapeuta de
Jason, Jon y Sarah tenía metas para la familia, que ella no Aunque ya expusimos esta cuestión en nuestro tratamien-
verbalizó; pero era posible alcanzarlas porque promovían la to de la primera llamada telefónica, la retomamos aquí por-
meta de la familia, que consistía en quE; Jason dejara.~e to- que es la forma más común de resistencia al comienzo de la
mar pastillas e hiciera cosas más ·productivas en su vida. A terapia familiar y, por lo tanto, aparece a menudo en la pri-
la familia nada le habría interesado menos que lps conceptos · mera entrevista. Las familias suelen presentar una idea clara

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acerca de quién es el problema y quién es sintomático. Aun- ñas hermosas, pero baldadas, y desbordada por la impoten-
que el terapeuta advierta que ciertas cuestiones familiares son cia de ambo~ padres para controlar a Larry. Al cabo, cuando
concurrentes al problema que la familia expone, no es acon- no pudo seguir soportando la provocación, pidió al padre que
sejable discutir esta observación en la primera entrevista. Un se llevara a Larry del consultorio. Afortunadamente se le ter-
error común de muchos terapeutas familiares es intentar mo- minó el tiempo y no pudo tratar de extender la visi6n de la
dificar enseguida el punto de vista de la familia. Por ejemplo, familia hacia los demás problemas igualmente serios que ella
un terapeuta sin experiencia acaso habría señalado a Jon y veía. Si bien era cierto que la familia los tenía, quería que
Sarah lo que venía envuelto en su actitud de tolerar la prolon- se tratara el problema de Larry. Era preciso lograr un mejor
gada dependencia de Jason: que ellos lo necesitaban para que comportamiento de Larry y tomar una decisión acerca de su
diera sentido y propósito a sus vidas. Una intervención de ese adopción antes que la familia pudiera invertir sus energías en
tipo acaso imagine ser un intento de adoptar una posición sis- otra cosa. Un clínico experimentado participó de una sesión
témica, haciendo que la familia sea el paciente y aliviando con la joven terapeuta y la familia, mostrando cómo era posi-
a la víctima de las quejas familiares por el recurso de distri- ble sustraerse del juego de Larry para ayudar a los padres a
buir culpas. Como la mayoría de los terapeutas son salvado- establecer cierto control sobre su joven huésped y encauzar
res por naturaleza, esta es una trampa tentadora y peligrosa. la terapia.
Pero mantener una perspectiva sistémica no significa contarle Si bien es un error tratar de ampliar la visión de la familia
a todo el mundo lo que uno piensa. Ningún buen terapeuta demasiado rápido, generalmente lo es también estar de acuer-
individual arroja al rostro del paciente su interpretación más do con una familia que localiza el problema en un miembro.
eficaz en los primeros minutos de terapia, y no hay razón pa-. A veces lo más fácil desde luego es estar de acuerdo con la
ra que lo haga un terapeuta familiar. · familia, porque hasta la persona así individualizada lo acep-
Otra razón por la cual los terapeutas se apresuran en rede- ta, con mucha angustia, claro está. Por ejemplo, hace poco
finir el problema localizándolo en la familia es que mientras· un padre llamó en demanda de asistencia. Su hijo David ha-
esta insiste en la mala conducta de Johnny, el terapeuta ve bía hecho exhibiciones obscenas ante jóvenes del vecindario.
otros problemas que reclaman atención. Una integrante jo- En lugar de enojarse con su hijo o entender su actitud como
ven de nuestro equipo hace poco pidió una consulta en rela- un pedido de ayuda, se atribuyó toda la responsabilidad. Se
ción con una familia cuyos problemas la habían desbordado sentía culpable y consideraba que su descuido de la familia
durante la primera entrevista. La familia estaba compuesta era la principal causa, no sólo de la conducta desviada de su
por el padre, que padecía de un defecto auditivo, dos hermo- hijo, sino de la muerte reciente de su hijo mayor en un acci-
sas adolescentes que habían heredado la misma discapacidad, dente vinculado con alcoholismo. El padre insistió con vehe-
un hijo adoptivo difícil y una madre atormentada. Habían mencia en que él era el verdadero problema en la familia. Su
sido forzados a iniciar tratamiento por el Child Welfare 0e- remordimiento era real, pero dominó la entrevista inicial al
partment porque no se podían decidir a adoptar a Larry, un punto de oscurecer otras cuestiones, por ejemplo, problemas
muchacho de doce años; y no era para menos. Este mucha- referentes al hijo que le quedaba. David ya tenía ·problemas ·
cho había tenido una historia muy movida de traslados de antes de la muerte del hermano; después; con su padre abru-
una familia a otra cuando pequeño. Si bien era evidentemen- mado por la culpa, quedó aislado y sin atención para sus cre-
te muy despierto -en realidad mucho más despierto que cuales- cientes dificultades.
quiera de los miembros de la familia-, también estaba muy Si la terapeuta se hubiera dejado llevar por el dolor del
perturbado. padre, podría haber permitido que las sesiones familiares se
La terapeuta pasó la primera entrevista sintiéndose inti- centraran en sus sentimientos de culpa, de pérdida y de impo-
midada por Larry, que acaparaba la atención amenazand.o con tencia. Pero en vista de los reales e inmediatos problemas de
ejercer violencia física sobre la terapeuta y diciendo que no David, eligió en cambio acordar una entrevista individual con
volvería; consternada por la escasa autoestima qe las dos ni- el padre como parte del proceso de evaluación. En esa oca~

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sión, mostró simpatía hacia su aflicción, pero señaló que no tando terapia individual para su hija, y se negó firmemente
era aconsejable que su hijo lo viera tan indefenso. No objetó a una segunda entrevista familiar. La angustia respecto del -
que su descuido, según él creía, hubiera causado los proble- futuro·del matrimonio, una vez que el último hijo se hubiere
mas familiares, sino· sólo la forma en que él reaccionaba ante emancipado, había sido provocada antes que el practicante
esos sentimientos. Sugirió que el padre se recobrara con el demostrara su competencia para tratar la queja de la 'ramilia.
objeto de que su hijo sintiera que tenía fuerzas suficientes pa- Terapeutas familiares principiantes que han observado vi-
ra dirigirlo. Esto puede sonar a insensibilidad, pero era deci- deocintas de colegas experimentados 1
suelen cometer· el error
sivo que este padre continuara siendo un padre para su hijo, · de actuar demasiado de prisa porque así lo han observado
a pesar de su aflicción. Una vez mitigada la crisis de David,. en aquellos. A veces, terapeutas de gran experiencia o·de repu-
sería posible abordar el duelo inconcluso de toda la familia. tación internacional pueden dar pruebas inmediatas de su
competencia y negociar la frontera familiar con tanta elegan-
cia que sus hábiles maniobras pasan inadvertidas para los prin-
SUGERENCIAS: cipiantes que observan las filmaciones. Como un buen centro-
delantero en el fútbol profesional, ellos pueden «leer las de-
Mantener el foco sobre el paciente individualizado. En la fensas» del equipo adversario y considerar las jugadas en con-
mayoría de los casos, no es conveniente desviar demasiado. secuencia. Lo que para la mayoría de las personas seria un
pronto el foco .del individuo en quien la familia localiza el ataque desorganizado y sin regla, puede ser visto por un juga-
problema. Sus miembros necesitan saber que las preocupa- dor experimentado como un buen ejemplo de coreografía que
ciones que traen son tomadas en serio, y que los límites de a menudo se repite. Esas personas, entonces, pueden antici-
su tolerancia al cambio no serán sobrepasados. El terapeuta par las situaciones y planificar sus jugadas: unas situaciones
debe tener presente que comoquiera que una familia esté or- que para el resto de nosotros simplemente pasarían inadverti-
ganizada, lo está de manera de impedir su propia disolución. das. Los terapeutas pueden evitar la experiencia de ser supe-
Es preciso respetar esta organización en todo momento, pero rados por una familia si siguen su propio ritmo, en lugar de
en particular cuando el terapeuta trata de demostrar que es imitar el de un terapeuta de renombre.
competente piloto para las borrascas que aun los menores cam-
bios no podrán menos que desatar eri una familia ansiosa. Cuestionar al paciente individualizado. La técnica de cues-
Un practicante de psiquiatría experimentó hace poco el aban- tionar al paciente individualizado es muy útil si los problemas
dono de la terapia por parte de una familia después que los de que la familia se queja son vagos o no son severo~ patoló-
hermanos mayores de una paciente individualizada de dieci- gicamente hablando. La queja de que el padre no esta lo sufi-
séis arios mencionaron desavenencias parentales. Ante esa men- ciente en el hogar, o que no se ocupa de los niños, o protestas
ción, el practicante desplazó el foco sobre los padres, pidién- acerca de conductas que no parecen peligrosas, pueden mane-
doles que se unieran para presentar a la hija demandas con- jarse retando al paciente individualizado a que se defienda
sistentes. La madre, enseguida, señaló que eso removerla o a que confirme las quejas de su familia. Esto es esencial-
cuestiones conyugales. El practicante olvidó declarar a la pa- mente una extensión de la idea de mantener el foco sobre el.
reja que no estaba interesado en su matrimonio -al menos paciente individualizado, pero al mismo tiempo permite que
no en ese momento-, .que desde luego ellos eran personas afloren diferencias entre los miembros de la familia. El tera-
capaces que ya habían criado tres hijos, y que él estaba segu- peuta se dirige al paciente individualizado y dice algo así:
ro de que podrían ocuparse de las cuestiones conyugales cuan- «¿Realmente está usted tan mal como dice su familia?» o «Ha
do quisieran hacerlo. Saltó entonces este paso vital y aumen- conseguido que su mujer y sus hijos se unan en contra de us-
tó la presión sobre ellos para que discutieran, en la semana ted». Esto ayuda a lograr que los miembros de la familia ha-
que corría hasta la próxima reunión, acerca de las desavenen- blen entre sí y puede ser seguido de advertencias como:
cias que tuvieran. La madre llamó a mitad de semana solid- «Dígaselo a ella, porque es ella la que se queja».

104 105
Problema 2. Cancelaciones sideraba que la tensión disminuiría, tanto para Nancy como
para Dick, una vez que lograran comenzar a hablar acerca ·
Aunque la llamada inicial haya sido bien llevada, algunas de. determinadas cosas y tomaran ciertas decisiones acerca de
familias cancelan la primera entrevista o directamente no se sus prioridades. La terapeuta se mostró comprensiva respecto
presentan. Su angustia puede haber disminuido, y esto les restó de las dificultades, entonces, pero instó a Nancy a que le hi-
motivación para acudir a terapia, o su angustia respecto de ciera saber a su esposo cuán importante era para ella tomar
la terapia puede ser tan alta que decidieron convivir con su una decisión acerca de su matrimonio. Nancy fue capaz de
problema. Si la decisión de cancelar la entrevista carece de lograr que su esposo arreglara los horarios para concurrir la
ambivalencia, es poco lo que puede hacer un terapeuta. En semana siguiente.
estas situaciones está permitido comportarse como aquel per-
sonaje de Alicia en el país de las maravillas, que levanta las Ofrecer llamar directamente al miembro no disponible, de
manos y pregunta «¿Cómo se dice fidle-di-di en francés?», manera de encontrar un horario conveniente. Para examinar
en seiial 4e derrota. Pero algunas familias cancelan la prime- el grado de ambivalencia en la decisión de cancelación, el te-
ra sesión o no concurren a ella de un modo que deja traslucir rapeuta puede ofrecer hablar directamente con los miembros
que son ambivalentes acerca de su concurrencia, lo cual deja que parecen causar el problema de horarios. Si no se trata
al terapeuta algún asidero para trabajar. de una cuestión real, cuanto más cooperador se muestre el
terapeuta, más manifiesta se hará la resistencia. Si el miem-
bro de la familia que hace la llamada acepta ese ofrecimiento,
SUGERENCIAS
o bien el problema de horarios es real, o bien la resistencia
reside en ese momento en un miembro no disponible. En tal
Averiguar las razones de la cancelación. El terapeuta debe pri- caso, el contacto directo procura la oportunidad de enfrentar
mero tratar de determinar si está frente a una cancelación o directamente las resistencias de esa persona.
a un desistimiento carente de ambivalencia, o si hay algún
espacio para renegociar. Nancy, por ejemplo, llamó en de-
manda de terapia conyugal, y se le fijó hora para la tarde. Problema 3. No hay problema
Ese día llamó para cancelar la entrevista, y su voz sonaba de-
cepcionada. Explicó que su esposo, Dick, acababa de ser con- En un lugar famoso de vacaciones, los anfitriones están
tratado y tenía que trabajar hasta tarde. Su horario era im- orgullosos de poder responder a cualquier queja diciendo: «No
predecible; por eso ella proponía suspender la terapia hasta hay problema». Sea cual fuere el problema -extravío'de equi-
tiempos mejores. La terapeuta se mostró comprensiva respec- paje, falta de papel higiénico en el baiio-, la respuesta es
to de lo difícil que resulta hacer demandas a gente que está siempre: «No hay problema». Lo que en realidad parecen que-
muy ocupada, y después comenzó a inquirir si el nuevo em- rer decir, según pronto descubren los veraneantes, es: «No
pleo del marido afectaba la situación conyugal. Nancy rápi- es nuestro problema; es el suyo». Es así como algunas fami-
damente confesó que todo había empeorado, si ello era posi- lias se presentan a terapia: es problema del terapeuta encon-
ble, con el nuevo trabajo, y que consideraba la terapia conyu- trar un problema en esta familia hermosa y feliz.
gal más importante que nunca. Evidentemente, ella no era Estas familias rara vez acuden por si mismas a un trata-
resistente a la idea de la terapia. miento. Generalmente son derivadas por escuelas, centros de
salud infantil o pediatras que se preocupan por los niiios. En
Definir la terapia como una ayuda, no como una carga. cierta ocasión, un psiquiatra de niños derivó a una familia
En este caso, la terapeuta expresó preocupación por la situa- después de examinar a su hijo Johnny, de cinco aftas, a pedi-
ción y seiialó que, si bien agregar terapia a sus ya recargados . do de la escuela. Johnny tenía conductas extravagantes y ca-
horarios pudiera parecer simplemente un ·1astre m.ás, ella con- recía de hábitos sociales. Sus padres, Carl y Helen, acudieron

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,.
a las tres primeras entrevistas y respondieron a las preguntas ríos que exigieran terapia. El terapeuta no necesita -ni debe-
en forma solícita y cooperativa, sonriendo frecuentemente. aceptar que el directór de la escuela esté loco o que el conseje-
El terapeuta no pudo descubrir nada que ellos pudieran con- .ro escolar sea injusto. Esa actitud sería contraproducente poc-
siderar un problema, aunque tenía noticias, por informes re- q ue la familia la utilizaría como apoyo en su lucha con aque-
cibidos, de que el padre no conseguía permanecer en los em- llos sistemas. Pero pu~de utilizar esos sentimientos de la fa.
pleos y de que la madre no se animaba a salir de su casa, milia hacia otros sistemas para motivarlos a que acudan y
como no fuera acompañada de un pariente adulto, por miedo trabajen en terapia familiar, haciendo como si aceptara aque-
a experimentar ataques de angustia. Por otro lado, la hija de llos mitos como motivos racionales.
dos años ya mostraba signos de perturbación, pero ninguno
de los padres consideraba que su conducta fuera peculiar.
Problema 4. Un miembro domina

SUGERENCIA~ Los terapeutas que aún no se sienten cómodos con su pro-


pio poder y con la necesidad de controlar la sesión, suelen
. Servir de apoyo. En algún nivel, familias como esta saben tener problemas con el miembro de la familia que tiende a
que hay algo que las hace diferentes, pero están demasiado dominar aquella. Estas personas no sólo hacen una descrip-
asustadas para confesárselo siquiera a sí. mismas. Lo mejor ción detallada de las faltas o problemas de los otros, sino que
es darles mucho tiempo para que conozcan al terapeuta. antes a menudo responden a las preguntas formuladas a otros y pa-
de ponerlas frente a sus peculiaridades. El. terapeuta. puede recen insensibles a las interrupciones del terapeuta o a sus in-
comenzar apoyándolos de manera directa y ayudando ala fa. tentos de estimular una participación más equitativa. El do-
milia a conseguir más sostén de los allegados. En la familia minio unilateral de un miembro no sólo reduce la posibilidad
antes mencionada, el terapeuta procuró la reinclusión de las de llevar a cabo el trabajo durante la sesión, sino que tam-
familias de origen de ambos padres, con las cuales se habían bién -si se deja que continúe- reduce la credibilidad en el
enemistado, a fin de crear un sistema de apoyo y de infundir terapeuta y en su aptitud asistencial.
algo de realidad saludable en su vida. Sin embargo, hay que Por ejemplo, un practicante de psiquiatría informó acerca
tener la precaución de averiguar cuáles serán los roles proba- de una madre y una hija que aparecieron sin el resto de la
bles de los «apoyos» que se intentan volver a incluir. Las auto- familia que, según ellas, se había negado de plano a partici-
ras han desc~bierto, en ocasiones, lo que pudiera llamarse, par. La madre se puso a hablar sin parar acerca de lo mala
por analogía con la «locura de dos», «locura de un clan ente- que era su hija. Como se trataba de su primera entrevista fa-
ro»: los miembros de la familia extensa agregan tensiones y miliar, el practicante permaneció sentado e impotente mien-
refuerzan la disfunción en lugar de aliviarla. A veces por ra- tras la madre hablaba durante casi una hora. Lo habían en-
zones de peso se distanció la familia de cierta gente; en esos trenado en formular preguntas y en escuchar con atención para
casos, es bueno que las relaciones se mantengan cortadas. examinar los datos y hacer un diagnóstico; y esto fue lo que
hizo. La madre, al no recibir una respuesta a sus quejas, las·
Inventar un mito. Las familias que se sienten amenazadas fue intensificando hasta gritar literalmente, mientras su hija
por cualquier rótulo que suponga atipicidad, aceptarán a ve- se mantenía callada, c::scuchando y haciendo ocasionales mue-
ces la terapia a nombre de otro o de otra cosa. Mitos como cas mientras su madre hablaba. Abrumado, el practicante fi-
«Hacemos esto para que el director de la escuela deje de fas- nalmente pidió a la madre que lo dejara solo con la hija. Se
tidiarnos», o «Los consejeros escolares·creen a cualquiera me- enteró entonces de que esta se comportaba efectivamente co-
nos a los padres. Ellos siempre nos culpan a nosotros; y us- mo afirmaba su madre, es decir, permanecía fuera de la casa
ted, ¿qué hará?», sirven para proporcionar a las familias un . todo lo que podía. Ella se sentía tan desbordada por la acti-
motivo de cooperación, sin tener que con.fesar problemas se- tud invasora de su madre que ponía su vida en peligro que-

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sando que proporcionaría un gran placer a la supervisora, sin ·
dándose toda la noche en el parque o debajo de un puente,
advertir que una niña de doce ai'l.os la habia deslumbrado tan-
o durmiendo en albergues estudiantiles sin que nadie supiera
to que, en lugar de ocuparse de la dinámica esencial de la fa-
de ella. Evidentemente abatido, el residente corrió en busca
milia, había hecho coparticipación con la patología familiar.
de su supervisor enseguida de la sesión. Por desdicha, la se-
Los terapeutas principiantes son particularmente vulnera-
mana siguiente la madre decidió que no había apoyo posible
bles a las distracciones provocadas por estos miembros elo-
para ella de un terapeuta que la sacaba afuera, y la hija en-
cuentes; ello es asi por dos razones. Primero, porque a menu-
tendió que nadie podría controlar a su madre, que «nunca
do creen que el seductor tiene una mejor comprensión de los
cambiaría»; el caso se perdió.
problemas familiares que ellos mismos, y segundo, porque es-
Este es un ejemplo un tanto extremo de lo que puede su-
ceder si se permite que un miembro de la familia domine la tán tan agradecidos de que alguien hable que les cuesta estor-
entrevista inicial. A veces .la persona está simplemente nervio- bar esta circunstancia por temor a que se instale el silencio.
sa por el hecho de encontrarse en una situación nueva y por
no saber lo que se espera de ella. Las personas que están sil,ll-
SUGERENCIAS
plemente ansiÓsas, por lo general responden con facilidad a
intervenciones restrictivas menores, mientras que aquellas que
son genuinamente invasoras y controladoras a menudo per- Recompensar al conversador, pero dirigirse a los otros
sisten si el terapeuta no muestra firmeza. Es fácil sentir anti- miembros de la familia. Después que haya trascurrido el tiem-
patía hacia estas personas porque. suelen acusar de manera po prudencial para que el miembro conversador sienta que
airada a otros miembros de la familia, a terapeutas anteriores el terapeuta lo ha tratado respetuosamente, este puede agra-
o a fuerzas que se encuentran más allá de su control. Muchos decerle su contribución e indicar que es importante que tam-
casos fueron perdidos· por terapeutas que se dejaron llevar. a bién hablen los otros miembros. A las personas que son ver-
una confrontación prematura o a una táctica desesperada, co- daderamente ansiosas. o invasoras les resultará difícil perma-
mo la del practicante que excluyó a la madre de la entrevista necer en silencio, y tal vez continúen interrumpiendo. El te-
conjunta. rapeuta de~e detenerlas cortésmente, prometiéndoles volver
En este tema de la dominación, una variante es que los a ellas en un minuto, pero insistiendo en dar a los otros miem-
miembros de la familia controlen las sesiones por medio de bros de la familia una oportunidad.
amplias habilidades verbales y/o encantos superficiales. En La razón de tanta cortesia en lo que no constituye un en-
este caso, en vez de sentirse abrumado, el terapeuta puede cuentro social es que en la entrevista inicial el terapeuta se
ser seducido por un miembro, y permitirle entonces que do- encuentra aún fuera de la frontera familiar y debe actuar en
mine la situación. Ha sido impresionado por la evidente ca- consecuencia. La cortesia contribuye a asegurar que los tera-
pacidad de comprensión de este miembro y por su habilidad peutas no perderán a la familia por el hecho de que necesiten
para comentar las metacomunicaciones de la familia. El tera- algo de tiempo para resolver hacia dónde encaminarse y qué
peuta imprudente se encuentra con que el tiempo estipulado hacer. No está mal recordar el consejo de la Reina Roja en
se ha escurrido sin que haya averiguado nada de la familia, A través del espejo de Lewis Carroll: «Cortesia mientras pien-
excepto lo que el miembro elocuente quiso darle a conocer. sas qué hacer. Con ello ganas tiempo». Una vez que el tera-
Una de nuestras alumnas se encontró con un caso en que el peuta forma parte de la familia, p1,1ede ser más directo. El
miembro lúcido y elocuente era una brillante niña de doce practicante antes mencionado, en lugar de echar de la sesión
años. La terapeuta quedó totalmente cautivada por ella, y los a aquella madre apabullante, podría haber dicho: «Señora Ja-
padres estaban tan orgullosos de su precoz dominio en los nes, entiendo que usted está muy alterada. Quisiera que se
asuntos- de los mayores, que los tres adultos se pasaron la ho- tomara unos minutos para tranquilizarse mientras hablo con
ra entera escuchándola y expresando su aprobación. La alumna . Jennifer. También necesito escucharla a ella». Sin lugar a du-
todavía rebosaba de alegría cuando llegó· a supervisión, pen- das, habría debido repetir su pedido varias veces, pero, a me-

110 111

·~
nos que fuera manifiestamente psicótica, al fin la madre se adolescente, Emily. Rose era una persona verdaderamente lo-
habría_ sosegado. cuaz, que dominó completamente los primeros diez minutos
de la primera entrevista. La terapeuta logró aplacarla y diri-
Acusar al conversador de hacer todo el trabajo. El tera- gir algunas preguntas a DV, quien las evitó señalando a Rose
peuta.puede -señalar que al hablar de ese modo, el conversa- y diciendo que la terapeuta le preguntara a ella. Rose, por
dor saca del apuro a los demás miembros. Este es el viejo supuesto, estaba ansiosa por dar las respuestas. La terapeuta
truco del cambio de etiqueta, que en este caso consiste en ca- preguntó entonces a DV por qué no decía lo· que pensaba;
lificar esa dominancia como un exceso de responsabilidad y estaba segura -agregó- de que él tenía alguna opinión. DV
un autosacrificio inapropiados para la situación en que se es- se encogió de hombros y afirmó que ese era su estilo, de un
tá. Es una técnica que funciona particularmente bien con per- modo tan concluyente que podría haber convencido a un te-
sonas ansiosas que descargan su propia culpa, y no tan bien rapeuta menos perspicaz de que debía ir por otro camino.
con personas enojadas que acusan a quienes las rodean. La El problema del miembro de la familia que se niega a ha-
atmósfera ~e la entrevista a menudo se alivia si el terapeuta blar por su antipatía a la terapia generalmente se presenta en
dice: «¡Eh!'Espera un minuto, Joe. Estás haciendo el trabajo adolescentes. Como estos a menudo son forzados a venir a
de todos. Apuesto a que ellos también participaron en todo terapia, pueden llegar sintiéndose no respetados, enojados y
esto» (véase también el capítulo 4). con ánimo beligerante. No tienen otra manera efectiva de re-
sistirse a sus padres o al terapeuta que negándose a partici-
Utilizar la proximidad física para detener al conversador. par. En la familia recién descrita,. la forma en que Emily se
En el caso de personas muy ansiosas, o de nii\os y adultos resistía tanto a Rose como a la terapeuta era acurrucarse en
con escaso control de los impulsos, el terapeuta puede pedir su silla y negarse a responder preguntas .. Cuando la terapeuta
al conversador que se siente cerca de él, y anunciar que insistió, Emily estalló finalmente ..con lo siguiente: «Les dije
«ayudará al conversador» tomándolo del brazo cada vez que que no quería venir y me dijeron que debía hacerlo. Y bien,
interrumpa. Este es otro tipo de intervención que podría ha- no tiene por qué gustarme».
ber funcionado bien en el caso de nuestro abrumado practi-
cante. Es importante, sin embargo, que estos ofrecimientos
de ayuda para poner límites a los miembros locuaces no se SUGERENCIAS
realicen en un tono hostil. Si el terapeuta siente que no puede
trasmitir este mensaje de modo cálido y natural, debe evitar Cuestionar la definición que la persona hace de su rol.
esta técnica. Cuando una persona se define a sí misma como «silenciosa»,
el terapeuta puede cuestionar ese rol insistiendo en que todos
tienen una opinión y que la de esa persona es tan importante
Problema 5. Un miembro no habla como la de los otros. Se puede apuntar que es importante co-
nocer el punto de vista del que no participa. Pueden hacerse
Mientras que algunos miembros de la familia hablan de- afirmaciones como «Yo realmente necesito conocer lo que to-
masiado, otros hablan muy poco o no hablan en absoluto. dos piensan acerca de esto», o «Si me contara lo que piensa,
Puede ocurrir que uno de los miembros simplemente se rehú- me ayudaría a comprender lo que sucede en esta familia».
se a participar, por antipatía a la terapia o por el rol que ocu- En el caso antes mencionado, la terapeuta persistió en su in-
pa en la familia. Esto último es a menudo cierto cuando la tento de hacer hablar a DV hasta que este finalmente le dijo
familia contiene también un miembro intrusivo, locuaz; es de- que pensaba que el problema de la familia era un caso de «falta
cir que· frecuentemente se presentan las dos formas de resis- de reglas y límites», y agregó varios ejemplos convincentes.
tencia en la misma entrevista, y operan de un modo comple- La terapeuta se sorprendió oyendo a este sencillo hombre de
mentario. Esto se ilustra en el caso de DV, Rose y su hija campo ofrecer un análisis tan profundo del problema. Se que-

112 113
dó pensando que el conocimiento acerca del hombre no es
del exclusivo dominio de los profesionales de la salud mental. a las primeras preguntas del terapeuta, este puede limitarse
a tratar los asuntos con aquellos miembros de la familia que
Instar al antagonismo. Los adolescentes y adultos silen- están más motivados. En muchos casos el adolescente sentirá
ciosos y pensativos no se deben dejar de lado, en lo posible, que no está bien representado, y comenzará-a participar co-
a pesar de que es siempre una tentación. Sus expresiones táci- rrigiendo los comentarios de otros miembros de la familia.
tas de enojo y beligerancia son comunicaciones. Conviene alen- En otros casos, puede sentirse más cómodo y menos coaccio-
tarlos a que las declaren. Por el hecho de alentar a la persona nado a medida que continúan las sesiones, y comenzar espon-
enojada y prestar atención a su punto de vista, el terapeuta táneamente a participar. Cuando se hace evidente que el tera-
muestra disposición a escuchar y coraje para hacer frente al peuta escucha, es leal y ayuda, los miembros menos coopera-
enojo. En el caso de Emily, la terapeuta aceptó que no quisie- tivos empiezan a ver las ventajas de una participación más
ra estar ahí y prosiguió preguntando si a menudo le ocurría activa.
hacer cosas que rio quería para complacer a sus padres. Esto
golpeó una~.cuerda sensible y Emily comenzó a quejarse de Pedir al miembro no participante que no interrumpa. En esta
un modo más directo. Finalmente llevó a una discusión sobre maniobra, el terapeuta desafía al miembro silencioso pidién-
lo dificil que es hacer las cosas que uno quiere si uno piensa dole que se mantenga en silencio. Como lo propone Milton
que puede herir los sentimientos de otro; era este uno de los Erickson, siempre que las personas se resistan, puede pedírse-
principales problemas entre Emily y su madre. les que hagan justamente eso (Haley, 1973). Esta técnica co-
loca alresistente en la posición de tener que hablar o que obe-
Dar permiso para permanecer en silencio. Si un miembro decer las órdenes del terapeuta. Tambiéntiende a exacerbar
de la familia persiste en negarse a hablar a pesar del manifies- el conflicto, y por eso conviene evitarla si el terapeuta quiere
to interés expresado por el terapeuta en conocer su punto de reducir la ansiedad en lugar de incrementarla:·Recuérdese que,
vista, conviene evitar una lucha de poder en relación con su en general, las técnicas paradójicas requieren de una destreza
no participación. En lugar de forzar al miembro renuente a inusual y de la habilidad para evaluar rápidamente la función
participar, el terapeuta puede dar un permiso explícito para de cada conducta dentro del sistema. Por ello, su empleo pa-
que guarde silencio. En el caso de Emily, si no hubiera res- ra este propósito debe ser siempre cauteloso.
pondido a las preguntas de la terapeuta, esta podría haber
dicho: «Está bien, Emily, entiendo que no quieras estar aquí Hacer foco sobre lo concreto. A veces los silenciosos se
e incluso que no quieras hablar. Puede ocurrir que el solo he- resisten a participar porque el terapeuta se ha internado de-
cho de escuchar a tus padres y a mí resulte beneficioso. Si masiado pronto en aguas peligrosas. Al comienzo de latera-
cambias de opinión y quieres sumarte a nosotros, háznoslo pia esto es particularmente problemático porque el terapeuta
saber». A menudo este tipo de permiso es suficiente para ha- no ha ganado todavía confianza o control, y los miembros
cer que el resistente se sienta menos forzado, y colabore. de la familia pueden temer que se utilice lo que digan en per-
juicio de ellos una vez que salgan del consultorio. Si el tera-
Tomar el camino de la menor resistencia. Alan Leveton, peuta no es un fanático de la terapia samurai -el abordaje
del Family Therapy Institute de San Francisco, aplica lo que rápido y violento-, conviene centrarse en asuntos concretos
él llama la ley de Leveton sobre las luchas de poder: «Evítalas, y mantenerse alejado de los sentimientos de cada uno. Al-
si no puedes ganarlas». Una lucha que casi nunca el terapeuta guien enojado al punto de no querer hablar no tendrá ganas
ganará es hacer que un adolescente hable, y entonces una ma- de conversar sobre sus sentimientos. Si la conversación se li-
nera de evitar esa lucha de poder es pasar, por el momento, mita a temas seguros, es probable que esas personas hagan
a miembros menos resistentes. Por ejemplo, si un adolescente coparticipación.
está manifiestamente enojado, y responde con monosílabos

114
115
Problema 6. La familia insiste en hacer foco sobre la
información histórica tes interrupciones por parte del terapeuta, que pregunta por
la significación de esos detalles para el aquí y ahora, general-
Esta insistencia no sería un problema para un terapeuta mente terminan cediendo. En el caso del médico y su hija de-
familiar que tuviera un enfoque histórico, pero puede ser irri- primida, el terapeuta de continuo hacía preguntas de este ti-
tativa para el que tenga una visión de aquí-y-ahora del proce- po: «Está bien, Dave, entonces Karen tenía trece años cuan-
so de cambio. Algunas familias no pueden renunciar a la idea do su mejor amiga comenzó a salir con muchachos y ya no
de que sólo entendiendo el pasado podrán remediar el presen- se interesó en ella. ¿En qué medida eso influye sobre ella en
te. En vista del arraigo del pensamiento psicoanalítico en la el presente?».
psicología popular y del predominio de la causalidad lineal
en la mayoría de los procesos de razonamiento, no sorprende Estar alerta a las señales de duelo. Antes que los terapeu-
que muchas personas tiendan a insistir en la información his- tas empleen la técnica del «¿Y eso qué significa?», deberán
tórica. Aunque un solo miembro sienta esto y procure domi- asegurarse siempre de que la obsesiva insistencia en el pasado
nar l~ sesiones iniciales con su búsqueda de la causalidad en no es indicio de duelo no resuelto. Algunas personas creen
la historia familiar, el terapeuta y la familia pueden verse atas- que han logrado de alguna manera resolver su duelo en rela-
cados en interminables detalles. Por ejemplo, un médico acu- .ción con una pérdida, pero terminan descubriendo que sus
dió a nuestra clínica con su mujer angustiada y su hija depri- sentimientos siguen afectando todavía en gran medida sus re-
mida de veintJún años. El insistió en rastrear el problema en laciones presentes. En estos casos, es necesario centrarse.di-
el pasado, cuando su hija tenía trece; comenzó en forma ob- rectamente en la pérdida antes de ocuparse de los problemas.
sesiva a dar detalles de su adolescencia: el momento en que actuales. Los indicios de duelo no resuelto consisten general-
mente en una emoción excesiva ligada a acontecimientos. del
-~ i había hecho esto, en que la amiga había dejado de verla, etc.·
pasado. Hablar acerca del pasado suele reducir la emoción;
El terapeuta lo consintió por un tiempo y después intentó lle-
Por ello, si esta aumenta cuando se menciona material histó-
varlo poco a poco a conversar sobre cuestiones más actuales
rico, el terapeuta deberá estar alerta y centrarse en esos puntos.
y relacionadas con la familia, pero fue en vano. Su concep-
ción manifiesta -especialmente entendible en un médico, pe-
ro común en la mayoría de la gente- era que, si podía descu- Problema 7. La familia rehúsa hacer foco sobre la
brir la causa, encontraría la cura. Su intencionalidad encu-
información histórica
bierta era atribuir los problemas de su hija a una causa
extrafamiliar.
Algunas familias no desean dar información histórica por-
que están tan atrapadas en su experiencia actual que conside-
SUGERENCIAS ran una pérdida de tiempo hablar del pasado. Esto es particu-
larmente cierto en lo que respecta a las familias que se en-
cuentran en crisis y a aquellas en que se registra un alto grado
Formular la pregunta pertinente. Cuando la insistencia en
de emoción. Perciben que el terapeuta no comprende su nivel
el pasado se vuelve improductiva o no armoniza con el mode-
de angustia en su pretensión de reunir datos acerca de sucesos
lo teórico que el terapeuta tiene para la producción del cam-
del pasado. No obstante, la información histórica es vital pa-
bio, aquel puede formular amablemente la pregunta: «¿Yeso
ra algunos modelos· de terapia familiar o para llegar a com-
qué significa?». Las familias y los individuos que se obsesio-
prender los problemas familiares, no todos los cuales son el
nan con los detalles históricos en la creencia de que si descu-
resultado de cuestiones recientes o de tensiones actuales. Al-
bren la causa, encontrarán la cura, no se disuaden fácilmente
gunos problemas se encuentran enterrados en la historia fa-
porque el suyo es un enfoque lógico. Ahora bien, si se les
miliar y se expresan en el presente en distanciamientos y re-
permite extenderse en los detalles históricos, pero con frecuen-
. sentimientos familiares que han permanecido encubiertos du-

116 \ 117
rante años sin manifestarse ni resolverse. La obstinada in- rapeuta puede explicar que si bien el problema parece a todos
sistencia en las pasiones del momento puede encubrir la in- evidente, él no quiere ser descuidado para formular hipótesis,
tensidad de estos antiguos sentimientos no resueltos entre los y que la historia del pasado puede proporcionar una perspec-
miembros de la familia. tiva que ilumine los problemas actuales.
A veces, la información histórica modifica la percepción
que el terapeuta tiene de los asuntos familiares, o incluso re- Solicitar sesiones individua/es. Cuando los miembros de
define el problema. Por ejemplo, Larry y Donna demanda- la familia están tan enfadados entre ellos que no pueden con-
ron terapia conyugal debido a un conflicto creciente. Donna versar sobre cuestiones históricas sin interrumpirse y comen-
se quejaba de que su marido era tiránico y estaba demasiado zar a pelear, resulta a veces conveniente ver a cada miembro
interesado en el sexo. Larry sostenía que todo había marcha- de la familia en forma individual para llegar a comprender
do bien entre ellos hasta que Donna empezó a concurrir a un sus percepciones de la situación y de la evolución de esta. Es
grupo de mujeres y había adquirido todas esas nuevas ideas una técnica particularmente importante en terapia conyugal
triviales acerca de la liberación femenina. En la primera se- cuando el problema que se presenta es explosivo, por ejem-
sión, Donna admitió que se resistía más a las directivas de plo, reacciones violentas de un miembro de la pareja hacia
su marido, pero también sostuvo que él estaba más irritable el otro que ha tenido un/una amante. También resulta útil
e irracional. Se hizo una evaluación histórica, a pesar de que cuando una pareja de padres y sus hijos adolescentes llegan
esta querella parecía un clásico ejemplo del influjo de los cam- a la primera entrevista tan enojados que no pueden hablar
bios culturales de nuestro tiempo sobre un contrato conyugal entre ellos de manera civilizada. Una reunión individual con
anticuado. Se descubrió que el padre y el abuelo de Larry ha- cada miembro, antes de reunirlos, ayuda al terapeuta a tener
bían muerto de corea de Huntington. Como la hipersexuali- algunos elementos y cierto control, y da a la familia la posibi-
dad y la creciente irritabilidad son síntomas tempranos de es- lidad de sosegarse.
ta enfermedad, se indicó un estudio médico. Aunque ni lapa-
reja ni el terapeuta habían pensado que la historia pudiera
ser importante, resultó que Larry efectivamente padecía de
esta seria enfermedad. La información resultó decisiva para Resumen
el abordaje y la conducción de la terapia, e impidió que se
exageraran las interpretaciones psicológicas de la conducta en La resistencia es un fenómeno normal y en general se hace
cuestión. particularmente evidente en los comienzos de la terapia. Du-
rante las fases iniciales del tratamiento es a veces difícil distin-
guir entre una resistencia genuina y aquellas realidades de la
familia y de los sistemas que estorban el compromiso de la fa-
SUGERENCIAS
milia con la terapia. Por ello todas las conductas se deben
Proporcionar una explicación. Es necesario ofrecer a las evaluar en el contexto en que ocurren. Los factores que afee- ·
familias angustiadas que se niegan a proporcionar detalles his- tan el nivel de resistencia en cualquier familia son, entre otros,
tóricos una razón para que dejen de lado sus preocupaciones la respuesta del sistema de asistencia médica a la familia, la
actuales. Si el terapeuta puede dar una razó,;i valedera para forma en que se realiza la derivación a terapia familiar, la
conversar sobre esos asuntos, los miembros de la familia ge- disponibilidad de terapia, experiencias previas con otros tera-
neralmente acceden. A veces, la explicación puede ser que es peutas, dificultades de horarios de los miembros de la fami-
lia, niveles diferenciales en cuanto a las expectativas acerca
parte de una buena práctica clínica la indagación de la histo-
ria familiar para detectar sucesos clave y enfermedades físicas de la psicoterapia y diferencias de clase o culturales.
La resistencia es una propiedad de todo el sistema fami-
o mentales anteriores. En otros casos se puede aducir la pre-.
liar. Puede ser expresada en forma persistente por un miem-
senda de pautas trigeneracionales (véase el capítulo 5). El te-

119
118
bro o trasladarse de un miembro a otro, pero, en cualesquiera
de los casos, siempre representa la resistencia del sistema al 3. Resistencias relacionadas con el contrato
cambio. El principio conductor en el manejo de la resistencia
inicial es evitar enfrentarla de manera directa, para poder así
franquear el umbral de la casa. En esta etapa no existe un
lazo fuerte entre el terapeuta y la familia, que los ayude a
tolerar interacciones negativas, ni el terapeuta conoce a la fa-
nima lo suficiente para predecir dónde y en qué forma apare- .
cerá la resistencia. La tarea del terapeuta es persuadir a la
familia de que acepte la terapia, demostrándole, en la conver-
«ALICIA: Por favor, ¿podría decirme por dónde debo salir?
sación telefónica y en la primera entrevista, que es competen-
EL GATO DE CHESHIRE: Eso depende mucho de adónde quie-
te, que comprende la experiencia de cada miembro individual
dentro de la familia y que puede hacer algo útil para ayudar- ras llegar»,. Lewis Carroll.
los en fUS problemas.

En terapiá familiar, ..un contrato de tratamiento.es un acuer-


do que el terapeuta y la familia hacen para trabajar juntos
sobre cuestiones que la familia considera problemáticas, en
procura de objetivos específicos, asequibles y mutuos. Siendo
como es el contrato una parte importante del proceso de tra-
tamiento en cualquier variedad de psicoterapia, es tan poco
lo que en la bibliografía se dice acerca de los contratos de
tratamiento en terapia familiar que se podría inferir que raras
veces forman parte de este abordaje terapéutico.
No obstante, todos los terapeutas familiares hacen con-
tratos implícitos o explícitos con las familias que tratan. To-
das las conductas de la familia y del terapeuta, se las conside-
re o no parte del procedimiento como tal, sientan precedentes.
que llegan a formar parte de las expectativas de la familia en
relación con el terapeuta y de las ideas de sus miembros acer-
ca de lo que se espera de ellos. Estos precedentes establecen
las reglas o los objetivos de la terapia, así como los roles que
desempeñará cada persona en el proceso de alcanzarlos; de
esta manera definen los términos del contrato. Por ejemplo,
un terapeuta que en los comienzos de la primera sesión ad-
. vierte un gran desacuerdo entre un adolescente y su padre,
e interviene para concertar una negociación, está definiendo·
el rol del terapeuta, los roles de los miembros de la familia
y lo que sucederá en las sesiones de terapia.
Una vez que los terapeutas familiares tienen experiencia,
los contratos implícitos pueden funcionar bien. Los terapeu-
tas experimentados suelen saber hacia dónde van y qué se de-

120 121
be hacer para llegar ahí. Además encuentran más fácil ras-
trear las metacomunicaciones de la conducta, de ellos mismos Por último, los contratos explícitos ayudan al terapeuta
y de la familia, y esto les permite reducir la probabilidad de a fijar límites y a obtener control sobre el proceso de trata-
establecer inadvertidamente precedentes que no favorezcan los miento. Al conversar de manera explícita sobre estas cuestio-
intereses de la terapia. nes, y conseguir que la familia esté de acuerdo en los objeti-
Para la mayoría de los terapeutas, y en particular para vos y las reglas básicas del tratamiento (por ejemplo, quién
los principiantes, es preferible un contrato explícito. Esto, por será atendido y qué habrá de discutirse), el terapeuta define
varias razones. En primer lugar, a los principiantes les puede una forma automática de manejar resistencias y cuestionamien-
resultar más difícil mantener un foco constante. En cada se- tos futuros. Si las familias desean abandonar el tratamiento
sión familiar y en la totalidad del proceso de terapia, tienden en un momento en que las cosas se ponen ásperas, el terapeu-
a sentirse sobrecargados de información y a distraerse por mo- ta puede recordarles que consintieron en diez sesiones. Si un
mentos o quedar confundidos. Los contratos de tratamiento miembro se resiste a concurrir, tanto la familia como el tera-
explícitos evitan este problema porque proporcionan un es- peuta pueden señalarle su compromiso previo. En el mínimo:
quem~ que ayuda a organizar los datos presentados por las el contrato permite al terapeuta perder menos tiempo en po-
familias y a deslindar problemas y traducirlos en un foco rea- ner orden en las sesiones e invertir más tiempo en el trabajo
lista. terapéutico. En el máximo: el establecimiento y la utilización
En segundo lugar, los principiantes son más propensos a del contrato puede ser la terapia. El trabajo de Nathan Ep-.
establecer objetivos inadecuados: demasiado limitados, dema- stein y sus colegas sobre terapia sistémica centrada en un pro-
siado ambiciosos, o simplemente inconsistentes con los de la blema proporciona uno de los ejemplos más efectivos del uso
familia. Pueden establecer objetivos que no sean mutuos; es- de contratos explícitos.
to significa que o bien son sus propios objetivos, o bien son Algunos terapeutas encuentran dificil formular buenos con-
los de miembros de la familia con quienes han establecido una tratos. Esto puede ocurrir por dos razones: porque creen que
alianza, en lugar de ser tales que incluyan las necesidades de la negociación de un contrato explícito significa compartir en
todos los miembros. El mismo proceso de negociación de un cada caso su observación y su plan con los miembros de la
contrato explícito ayuda a los principiantes a clarificar lbs pro- familia o porque creen que un contrato mutuo significa que
blemas y las prioridades de la familia y a determinar los obje- todos ellos deben estar de acuerdo en todo y querer lo mis-
tivos realistas en función de la naturaleza del problema y los mo. Nada más alejado de la verdad.
recursos de la familia. Ser explícito en la especificación de los problemas y los
En tercer lugar, los principiantes se inclinan a reaccionar objetivos de la terapia no significa necesariamente que el te-
emocionalmente frente al comportamiento de los miembros rapeuta deba declarar sus hipótesis o los medios que se ·pro-
de la familia, y esto los lleva a no referir las cuestiones nuevas pone emplear para producir el cambio. En muchos casos la
a los objetivos generales: se ocuparán exclusivamente de un discusión de estos puntos provocaría una resistencia innece-
asunto nuevo y que parece importante, cuando en verdad só- saria. Por ejemplo, un terapeuta puede observar que los pa-
lo distrae de un tema que comenzó a hacerse incómodo. Por dres de una adolescente se inmiscuyen demasiado en los deta-
ejemplo, cuando las cuestiones conyugales se encrespan, es lles de su vida, y la interrogan cada vez que vuelve de una
probable que un terapeuta principiante se deje llevar a discu- salida nocturna. Si el terapeuta les dijera que son demasiado
tir con los padres la conducta ofensiva de su hijo. Un contra- invasores, sólo lograría entrar en una inútil lucha de poder.
to de tratamiento explícito proporciona un patrón de medida Pero puede formular el problema de manera que acepten ser
que puede ser utilizado por los principiantes para cotejar su menos_ invasores como un medio para lograr un objetivo im-
propio comportamiento y el de los miembros de la familia, portante. Este objetivo podría ser que la hija asumiera mayo-
para determinar si están trabajando en función de los objeti- res responsabilidades en todos los aspectos de su vida, inclui-
vos o se han ido por la tangente. da, por ejemplo, la necesidad de levantar sus bajas califica-
ciones.

122
123
-,1,
La creación de un contrato explícito y mutuo tampoco sig- Más allá de la experiencia del terapeuta, de la posición
nifica que los miembros de la familia deban estar de acuerdo teórica que sustente o de la elección final de un contrato im-
en todos los puntos u objetivos menores. Una familia cuyos plícito o explícito, importa que sea conciente de que su inter-
miembros estuvieran de acuerdo en todo no solicitaría trata- acción con la familia define los términos del contrato. Por
miento. En terapia familiar, el contrato puede incluir objeti- la importancia del contrato y por su empleo en estatuir limi-
vos diferentes y francamente opuestos para cada miembro. tes y reglas de tratamiento, no sorprende que pueda conver-
Por ejemplo, los padres de adolescentes rebeldes pueden de- tirse en un foco de gran resistencia. Este capitulo tratará de
sear mayor obediencia y acatamiento por parte de sus hijos. la manera de concluir contratos de tratamiento y dividirá en
Los adolescentes, a su vez, querrán más libertad para ir y ve- tres categorías las resistencias que ellos suscitan: resistencias
nir como quieran y mayor privacidad dentro de su casa. Un a hacer un contrato (al establecimiento del contrato), resis- ·
terapeuta que deseara establecer un contrato explícito con una tencias a mantener el contrato (al cumplimiento del contrato)
familia de esta naturaleza podría incluir ambos objetivos en y resistencias a la extinción del contrato (a la terminación del_
el contrato diciendo a ~a familia: «Entiendo que ustedes, co- contrato).
mo padres, necesiten retener algún sentimiento de control so-
bre sus hijos para protegerlos de cometer errores peligrosos,
mientras que ustedes, como adolescentes, necesitan mayor go-
bierno sobre aquellas cosas que consideran importantes. No Establecimiento del contrato: ¿qué se .incluye en
creo que ambos objetivos se excluyan. Sugiero que nos reu-
namos durante ocho sesiones, y veremos luego si se sienten
él contrato?
mejor en lo que toca a esta situación». Para decirlo de manera simple, el contrato de tratamiento
Tanto los contratos implícitos como los explícitos pueden especifica los limites del proceso terapéutico. Define el quién,
contener objetivos radicalmente diferentes o reglas para dife- el cuándo y el dónde del tratamiento, junto con los objetivos
rentes miembros de la familia. Por ejemplo, adolescentes re- y los medios generales para alcanzarlos. Los límites más sim-
beldes, reacios a participar en la terapia, pueden empero es- ples del tratamiento son los referidos al tiempo, la duración
tar dispuestos a aceptar un contrato que inicialmente sólo y la frecuencia de las sesiones. Un poco más complicado es
requiera que acudan y escuchen. Sus padres acaso admitan el tema de quiénes han de participar. Y la parte más compleja
establecer un contrato según el cual ellos debatirán la correc- del establecimiento del contrato es la negociación de la f ron-
ción de las re.glas que quieren imponer y de los métodos que tera familiar mientras se lleva a cabo el proceso de definición
emplean para hacerlas cumplir, mientras sus dos hijos adoles- del problema y se alcanza la determinación de objetivos mu-
centes observan. tuos y asequibles.
No sólo el nivel de experiencia del terapeuta determinará Algunos terapeutas formulan el contrato durante la pri-
cuán explícito sea el contrato, sino también su orientación teó- mera sesión, mientras que otros lo hacen en varias reuniones.
rica. Por ejemplo, los contratos de terapeutas familiares con- Es curioso, pero la parte más simple de la negociación del con-
ductistas tienden a ser muy explícitos y a menudo incluyen trato, es decir, la definición del quién, el cuándo y el dónde,
objetivos verificables, una determinada cantidad de sesiones a menudo ocurre después de los procesos más complicados
y aun acuerdos contractuales por escrito. De la misma mane- de negociación de fronteras, definición del problema y esta-
ra, en la terapia familiar de solución de problemas de Nathan blecimiento de objetivos. No tiene sentido dedicarse a asun-
Epstein (Epstein y Bishop, 1981), el contrato se estudia a fon- tos específicos antes que la familia haya tenido la oportuni-
do y es un foco del proceso de terapia. Otros abordajes de dad de vivenciar la terapia, el estilo y la habilidad del terapeuta.
terapia familiar, como el experiencia! o el psicodinámíco, tien- La habilidad del terapeuta es particularmente importante
den a dejar que estos asuntos queden definidos en términos en el establecimiento de un contrato, porque -como ya
más generales. señalamos- las familias acµdeQ. ~n un estado en que cada
/i;:,~_-•r~•-i·
.,
125
124
miembro espera cambiar la conducta de uno o más de los otros paterno .. Con el objeto de expandir el foco más allá de lapa-
para restablecer el statu quo perturbado, o sea, volver a la ciente individualizada, la estudiante se centró en esta dificul-
situación que existía antes de que alguno sacudiera el bote. tad, haciendo una metáfora respecto de los tres hermanos que
Esto se complica por el hecho de que cada familia, y cada necesitaban encontrar formas de establecer normas para sí mis-
miembro, experimenta una versión diferente y especial de la mos en la vida sin apoyarse en sus padres. Y dijo a los padres
realidad. Los miembros de la familia tienden a verse a sí mis- que así podrían comenzar a dedicar más tiempo a estar solos.
mos influidos por quienes los rodean y a sentir que su con- Terminó la entrevista con lo que ella supuso que era un con-
ducta en cierta situación es mucho más razonable que la de trato implícito, pero firme, para toda la familia, que la com-
otros familiares. Una mujer se quejará de que su esposo es irri- prometía a asistir a terapia para elucidar este tema. Se asombró
table y propenso a los accesos de cólera, y este sostendrá que de que a la sesión siguiente sólo acudieran Millie, Joe y Ca-
ella siempre lo provoca y lo lleva sutilmente a perder la con- ro!, y únicamente para anunciar que se retiraban de la terapia
fianza en sí mismo. Un padre acaso se queje de que su hijo familiar y que querían una terapia individual para su hija pro-
es reservado y cerrado, mientras que este lo considera ausente blema. Tardíamente, la estudiante se dio cuenta de que había
y no d,isponible. avanzado demasiado rápido en redefinir la definición dada
Concretamente, el primer paso en el proceso de estableci- por la familia acerca de su problema, y había impuesto en
miento del contrato consiste en que el terapeuta logre que ca- forma unilateral lo que ella consideraba el objetivo apropia-
da miembro dé su versión del problema; dedicará después un do de la terapia, un objetivo que en realidad ellos experimen-
tiempo a investigar la respuesta de cada persona a una inter- taron amenazador. Debió pensar que en los casos en que los
pretación acerca de qué es lo conflictivo. Si los miembros de jóvenes adultos de una familia no han logrado emanciparse,
la familia tienen diferentes versiones sobre la realidad, es ta- en general existe una buena razón para ello. En este ejemplo,
rea del terapeuta traducir todas estas en una definición fun- no había virtualmente relación viable entre los padres. La pér-
cional del problema y en un acuerdo viable de cambio, que dida potencial de sus hijos, pérdida que estaba implícita en
incluya objetivos generales con los cuales todos los miembros la definición del problema por parte de la terapeuta, los deja-
de la familia estén de acuerdo. Durante este proceso, el tera~ ría sin el lazo que los mantenía unidos.
peuta establece su rol como perito y define las reglas de la Nuestra estudiante perdió a esa familia porque avanzó de-
terapia de acuerdo con el estilo y el contenido de los métodos masiado rápido y de manera demasiado explicita en la expli-
que empleará.para ayudar a la familia a examinar sus proble- cación de su visión «sistémica» del problema. Es probable que
mas y buscar soluciones. su evaluación fuera acertada, pero no era necesario compar-
En el establecimiento del contrato, es de suma importan- tir con la familia esas reflexiones, ni ir más allá de su preocu-
cia partir de donde se encuentra la familia y no avanzar de- pación por la hija, en una etapa tan temprana del tratamien-
masiado rápido hacia una visión del problema que sus miem- to. En casos como este cmben negociarse objetivos distintos
bros no puedan aceptar. El terapeuta debe comprometerlos en diferentes tiempos. Aquellos padres que no están dispues-
con los puntos que realmente les importan, según ellos mis- tos a hacer foco en su conducta íntima o en sus sentimientos
mos los han definido. La falta de mutualidad en esto es una mutuos bien pueden estarlo a comprometerse inicialmente en
de las principales causas de abandono del tratamiento: Por cambiar su trato recíproco con el objeto de ayudar a sus hi-
ejemplo, hace poco una estudiante tuvo una entrevista con jos. Más adelante, si los hijos se vuelven menos sintomáticos
una familia en que el problema presentado era un desacuerdo y la familia ya confía en el terapeuta, se podrá conversar so-
sobre normas entre una hija menor, Caro!, de dieciséis afios, bre los problemas conyugales. La administración del tiempo
y sus padres, Millie y Joe. En la primera sesión se advirtió para el abordaje de los problemas conyugales tiene fundamen-
claramente que los dos hermanos mayores de Caro!, de vein- tal importancia. Después de todo, si no hubieran percibido
ticuatro y veintidós añ.os, todavía no se habían emancipado que el problema conyugal los abrumaba, no habrían hecho
y, de hecho, tenían dificultades para separarse de su hogar foco sobre sus hijos como un modo de evitar sus conflictos.

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¿Cómo se realizan los contratos de tratamiento? Comunicar estas observaciones a Jon y a Sarah no habría ¡.,
hecho más que confundirlos y los habría invitado a ofrecer
Un ejemplo de contrato implícito, negociado con éxito, resistencia en torno de la definición del problema; la terapeu-
puede ayudar a los terapeutas a comprender mejor la manera ta buscó· entonces otra forma de convertir la naturaleza trian-
en que sus intervenciones establecen los términos y las nor- gular del problema en el núcleo legítimo del contrato de tera-
mas de este acuerdo. Volvamos al caso de Sarah y Jon, y su pia familiar. Cuando avanzó la entrevista, Sarah admitió que
hijo Jason, que tragaba una aspirina tras otra (véase el capí- tenía dificultad para levantarse de la cama y solia permanecer
tulo 2). Como se recuerda, la terapeuta negoció cuidadosa- todo el día acostada. La terapeuta apuntó lo trabajoso que
mente la frontera familiar admitiendo la denodada protección sin duda era para Jon cuidar a dos miembros de la familia
que Jon hacía de su posición dentro de la familia y de la fron- disfuncionales. Así lo reconoció él, y agregó que consideraba
tera familiar. Si bien tenía una orientación estructural y no necesario tener consigo los medicamentos de los dos en todo
estaba particularmente interesada en los datos históricos, es- momento para impedir que su mujer o su hijo cometieran sui-
cuchó con todo respeto, y al comienzo no cuestionó el con- cidio. Sostuvo que a veces sentía que la familia era un barco
trol de la efttrevista por parte de Jon. Sólo cuando este hubo que se hundía. La terapeuta, recogiendo la metáfora, presen-
finalizado con la síntesis del problema, ella dio un paso enca- tó el problema como una situación en la que Jon hacía conti-
minado a ampliar la discusión, de manera de incluir a la es- nuos intentos-de mantener el barco de la familia a flote, mien-
posa. El equipo de asistencia a los pacientes internados se ha- tras Jason trataba de hundirlo y Sarah no reaccionaba. Con
bía quejado de que Jon nunca dejaba hablar a Sarah; en con- el permiso de Jon, la terapeuta pactó un cambio en el com-
secuencia la terapeuta le pidió permiso para hablar con Sarah, portamiento de Sarah, explicando que era indispensable que
en lugar de dirigirse a ella en forma abierta y directa. Esto ella ayudara a su marido a mantener a flote el barco de la
mantuvo a Jon al comando del acceso de la terapeuta a su familia, al menos por momentos. La terapeuta convino con
mujer. Sarah amplió entonces el foco potencial del contrato Sarah en que esta se levantaría de la cama al mediodía, se
de tratamiento agregando a la lista de los problemas familia- vestiría y prepararía el almuerzo y también la cena para su
res su propia depresión y la conexión que esta tenía con la marido.
conducta de Jason. Jon no sólo ratificó la legitimidad del pro- La primera entrevista terminó de ese modo. Si bien se había
blema de su esposa, sino que se agregó él mismo a la lista establecido un contrato inicial, en modo alguno era comple-
de problemas .refiriéndose espontáneamente a las dificultades to. Dos miembros de la familia habían aceptado una defini-
que le traía visitar a su mujer y a su hijo en sus respectivos ción familiar del problema y uno de ellos había consentido
hospitales. Estos apuntamientos, unidos uno con otro, comen- en modificar una conducta habitual, pero el tercer miembro
zaban a definir la legitimidad de un foco que iba más allá no había sido visto todavía ni se habían considerado las con-
del paciente individualizado. A esta altura se había vuelto evi- venientes metas para el largo plazo.
dente para la terapeuta que Jon era demasiado central en la En la entrevista siguiente, después que Jason fue presen-
familia y que Sarah estaba demasiado identificada con su hi- tado, la terapeuta preguntó circunstanciadámente a Sarah có-
jo, dos factores que dificultaban a Jason desarrollar la com- mo le había ido con las tareas de levantarse de la cama, ves-
petencia y las fronteras psicológicas indispensables para su tirse y preparar las comidas; hasta se interesó por el menú.
emancipación. Sarah y Jason parecían incapaces de expresar Sarah estaba muy orgullosa de haberse levantado y haber co-
oposición a la conducta excesivamente controladora de Jon, cinado regularmente durante los cuatro días que habían tras-
como no fuera por medio de una coalición pasiva y disfun- currido entre sesiones, y su estado de ánimo parecía un poco
cional. Esta alianza entre madre e hijo era desastrosa para mejor. La atención de la terapeuta por el detalle de los cam-
ambos; hacía falta una alianza más apropiada. Jason no po- bios de conducta pactados mostró a la familia fa importancia
dría dirigir su propia vida mientras siguiera encadenado de- que ella atribuía al contrato. En todas las sesiones que siguie-
pendiente de la depresión de su madre y del control de su padre. ron, el tema de la cocina de Sarah nunca dejó por lo menos

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de mencionarse, lo que ponía de relieve su campo de pericia Tras la segunda sobredosis en un período de tres semanas,
y su aporte a la familia. la unidad de asistencia a pacientes internados recomendó su.
Durante esta sesión, se expuso a Jason la nueva defini- reclusión en un hospital estatal. Se llevó a cabo una sesión
ción del problema familiar. Si bien despreció la parte de la familiar ·de emergencia para discutir esta recomendación. La
metáfora referida a su intento de hundir el barco, en general terapeuta comunicó la decisión de la unidad de asistencia y
se mostró dispuesto a aceptar la nueva formulación. Fue invi- repitió su opinión de que; si él insistía en actuar como un en-
tado, junto con sus padres, a negociar objetivos apropiados fermo mental, debiiner tratado como tal. Jon y Sarah roga-
para la terapia familiar. Las negociaciones comenzaron con ron a la terapeuta que les dijera qué hacer. La terapeuta insis-
el pedido de Jason de encargarse de su propia medicación, tió en que tomaran esta decisión juntos, lo cual era una ex-
y avanzaron -con abundante intervención de la terapeuta- tensión de la estrategia de todo el tratamiento, que consistía
hasta considerar cuáles eran las ocupaciones de la mayoría en alentar a Jon y a Sarah a pronunciarse respecto de Jason, 11
de los jóvenes de veintitr¿s años. Finalmente se establecieron haciéndolos asumir el poder. Jon y Sarah decidieron no fir- 11

tres objetivos de largo plazo: que Jason encontrara empleo mar el alta de Jason, tomando su primera decisión firme de
o retomara sus estudios; que se mudara a un departamento poner límites a su conducta disfuncional. J ason, sacudido por
propio y que Sarah reiniciara sus clases de patinaje sobre hie- la negativa de los padres, negoció finalmente la suspensión
lo. Ella había comenzado a tornar lecciones junto con Jon, de la medida aceptando ir a un hogar de transición, una de
pero las había abandonado a raíz de su depresión. Jon ahora cuyas exigencias fue que trabajara o volviera a estudiar. Se
ya se desempeñaba bastante bien y competía en un grupo de llegó a un arreglo con el hogar de transición para limitar las
esquiadores expertos. El retorno de Sarah al esquí simboliza- llamadas de Jason a sus padres, y Jon y Sarah pactaron visi-
ría que dejaba el apego a su hijo para ocupar.su lugar al lado tarlo una sola vez por semana y no comunicarse con él duran-
del marido. · · te el día cuando estuviera en el colegio. Además, se reiteró
Aunque el contrato seguía poniendo el acento en la con- la importancia de que Sarah continuara con sus lecciones de
ducta disfuncional de Jason, haber definido su problema co- esquí para prevenir que volviera a sobreinvolucrarse con su
mo un conflicto que incluía a todos, combinado esto con una hijo. Al fin se produjeron cambios sustanciales. Jason man-
lista de objetivos alcanzables, proporcionó la base para la fu- tuvo una anormal dependencia de sus padres, en particular
tura terapia. Todos los acontecimientos y cuestiones que si- en cuanto a tomar decisiones, pero fue capaz de completar
guieron se organizaron en torno de esta definición del proble- sus estudios y finalmente consiguió un empleo en otra·~iudad.
ma y esta comprensión de los objetivos. ·La terapeuta conti- Por el recurso de mantener el foco sobre el confrato de
nuó alentando a Sarah para que ayudara a Jon poniéndose tratamiento, la terapeuta retuvo el poder necesario para ad-
de su parte en las disputas con Jason o, al menos, abstenién- ministrar cambios que promovían cierto grado de separación
dose de apoyar a este. Jon fue persuadido poco a poco, por e individuación en una familia enmarañada. El contrato ori-
la terapeuta y por Sarah, de que debía contar más con Sarah ginal indicaba que la terapeuta continuaría trabajando con
y con Jason, y ser menos controlador e invasor. Jason fue la familia mientras sus integrantes se empeñaran en los obje-
el más resistente al cambio y el último en mostrar señales de tivos. La terapeuta toleró algunas omisiones en la prosecu-
mejoría. Se resistía a asumir la responsabilidad de su conduc- ción de la conducta pactada, con lo cual trasmitía el mensaje
ta, como había desdeñado la parte de la definición de los pro- implícito de que ella éomprendía cuán difícil resultaba modi-
blemas familiares referida a él. La terapeuta siguió insistien- ficar pautas de. conducta.
do en que se debía hacer cargo de él mismo, le gustara o no.
Por algún tiempo, continuó poniendo ~ prueba a la terapeu-
ta; cumplía sólo en parte lo pactado y seguía provocando al
sistema de salud mental por medio de periódicas sobredosis
de aspirina.

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Resistencias comunes al establecimiento de un sesiones de terapia conyugal que, según ella, podían mejorar
o no sus problemas matrimoniales, parecía antiterapéutico aun-
contrato que necesario. Es lamentable que, para comenzar la terapia,
Los problemas más comunes y las resistencias que surgen los miembros de la familia deban dar prioridad a sus relacio-
en el proceso de establecimiento del contrato se centran en nes en uri momento en que la familia en sí misma es ·menos
la falta de disponibilidad de la familia entera para las sesio- recompensadora para sus miembros y cuando su misma per-
nes, la falta de disponibilidad de un miembro o de una sec- sistencia resulta cuestionable. No obstante, por difíciles que
ción que es clave para el tratamiento, y en visiones discrepan- sean estas decisiones y compromisos, son esenciales para el
tes sobre problemas y objetivos entre los miembros de la fa- proceso de terapia.
milia o entre esta y el terapeuta. Aquí se ofrecen ejemplos Las sugerencias que siguen contienen buenas mediaas ge-
de cada uno de estos problemas y se sugieren estrategias de nerales de intervención, así como intervenciones más específi- 1111
intervención. cas para el caso en que la resistencia sea un asunto clave.

Problema 1. Falta de disponibilidad de los miembros SUGERENCIAS


de la familia o sea «J oe trabaja de 15 a 23, papá
trabaja muchas horas y yo tengo clases tres veces por Ser flexible en la fijación de los horarios. Si el terapeuta
semana» ha de tratar a familias que no son las más flexibles y motiva-
das, debe estar disponible en horarios en que la mayoría de
A veces, convenir un horario de encuentro entre la familia las personas no trabajan. Programar encuentros nocturnos o
y el terapeuta parece un problema casi insuperable. Es cierto de fin de semana puede resultar problemático para el tera-
que las dificultades en esta etapa temprana pueden ser un sín- peuta que tiene su propia familia, pero es importante ofrecer
toma de resistencia al tratamiento, pero es importante reco- algún horario de noche o en el fin de semana. Mientras que
nocer que no todas las familias con impedimentos para esta- los profesionales pueden en general determinar sus horarios
blecer reuniones regulares son resistentes. El significado de de trabajo, los empleados de fábrica o las secretarias no sue-
los mensajes que comunican que la familia no puede concu- len tener esa ventaja. Como algunos trabajadores cumplen tur-
rrir se debe evaluar en cada caso. El contexto en que se envía nos que rotan frecuentemente, hasta puede ser necesarfo cam-
el mensaje es siempre significativo. Por ejemplo, una familia biar los horarios de reunión cada semana según varíerdos ho-
en la que el padre trabajaba fuera de la ciudad sólo estaba rarios de la familia. Para la mayoría de los terapeútas, la
disponible para terapia aquellos fines de semana en los cuales incomodidad de un horario que en alguna medida es impre-
él podía afrontar el gasto del viaje en ómnibus o hacerse lle- decible se compensa con la satisfacción de una mejor respues-
var por su hermano. En este caso, la falta de disponibilidad ta de las familias.
no era una medida de la resistencia, sino una dificultad de
la vida real, con la cual la terapeuta tenía que contar para Ser flexible en lo que respecta a quiénes concurren a las
establecer el contrato. En otro caso, una joven ·esposa tenía citas. A menos que el terapeuta entienda -siguiendo a Carl
dificultades para programar sesiones regulares porque su tra- Whitaker- que todos los miembros deberían concurrir a to-
bajo de venta de inmuebles requería horarios muy irregula- das las sesiones o de lo contrario no debería haber sesión, se-
res, que dependían de la conveniencia de sus clientes. La pri- rá flexible en la determinación de quién asiste y quién no lo
mera entrevista reveló que su trabajo representaba una gran hace. Por ejemplo, trabajará con aquellos miembros de la fa-
fuente .de apoyo que compensaba un matrimonio con un ma- milia que puedan asistir algunas veces, pero no todas las se-
rido del cual ella sentía que no podía depender. Pedir a esta siones, siempre que el plan de tratamiento lo justifique. La
mujer que arriesgara perder su trabajo para concurrir a las determinación sobre quién ha de asistir a las sesiones se rela-

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cionará con la definición acordada del problema y con los trasferencial no se considera el principal vehículo para lograr
objetivos del tratamiento. Es posible hacer un contrato de te- el cambio; en consecuencia, la intensidad y la frecuencia de
rapia que esté estructurado de manera tal que los objetivos las sesiones requeridas en la terapia individual tradicional no
generales puedan alcanzarse sin que sea necesario que todos son necesarias. El terapeuta puede muy bien considerar acon-
asistan a todas las sesiones. (Por favor, téngase en cuenta que. sejables sesiones bisemanales o mensuales, sobre todo si las
esto no es aplicable a los casos en que los miembros se resis- . sesiones semanales resultan esforzadas para las familias.
ten a concurrir, acerca de los cuales nos extendemos más -ade-.
lante.) Por ejemplo, la Family Therapy Clinic está ·tratando Encargar a la familia la tarea de encontrar horarios disponi-
actualmente a una familia en que la madre y el padre se ausen- · bles. Frente a familias muy activas y desorganizadas, el tera-
tan a menudo de la ciudad a causa de necesidades profesiona- peuta puede enredarse en el intento de negociar la cuestión
les que cada uno tiene. El padre viaja a Europa cada tanto. del tiempo. Si bien muchas actividades de los miembros de
Su esposa a veces lo acompai\a, a veces se queda en la casa, la familia pueden ser modificadas o trasladadas a horarios
y otras:_lo deja en Pittsburgh para hacer sus propios viajes. diferentes, son ellos los mejores jueces para determinar qué
Su hija de veintiséis ai'los, seriamente perturbada, es el único es lo prioritario. Dejando a los miembros de la familia nego-
miembro de la familia que permanece siempre en el lugar d: ciar entre ellos esta tarea al final de la primera entrevista, el
residencia. Su hermano menor estudia en París y viene de vi- terapeuta no sólo recibe una idea del nivel de motivación de
sita dos veces por aifo. El contrato establecido con esta fami- cada persona, sino que aprende algo acerca de la estructura
lia determina que. asistirán a las sesiones los que estén en la c:ie poder de la familia y los procesos de adopción de decisio-
ciudad. Los objetivos son suficientemente flexibles para per- nes~ Si las prioridades de una familia constituyen un proble-
mitir un arreglo de este tipo. Cuando la hija es la única que ma, el terapeuta lo averigua pronto de esta manera.
se encuentra en la ciudad, trabaja. en forma individual, con
un psiquiatra 'residente, en disminuir_ su angustia obsesiva. Hacer visitas al hogar. Si se trata de una cuestión de resis-
Cuando su padre se encuentra en la ciudad, las sesiones fami- tencia, más que de realidad, es legítimo acercar la terapia a
liares hacen foco sobre el problemático vínculo, de excesivo las familias muy resistentes, al menos al principio. Puesto que
consentimiento, entre padre e hija. Si quien está en la ciudad las personas tienden a sentirse más duei'las de la situación cuan-
es la madre, las sesiones familiares hacen foco sobre la reduc- do se encuentran en su propia cancha, una sesión inicial en
ción de la hostilidad entre madre e hija. Las veces que ambos el hogar de la familia ofrece al terapeuta la oportunidad de
padres se encuentran en la ciudad, el foco es la forma en que aparecer menos amenazador. El terapeuta puede mostrarse
inadvertidamente alientan la conducta atípica de la hija. El capaz de comprender los problemas de la familia a11:tes que
hermano menor, en sus infrecuentes visitas, participa de las esta tenga que enfrentarse con la realidad física de visitar una
sesiones para informar acerca de los cambios que observa y institución y recibir el rótulo de «paciente» o «cliente». La
para apoyar los pasos de su hermana hacia la autonomía. visita al hogar de una familia muy resistente es un intento de
establecer un vínculo entre el terapeuta y la familia; por eso
Ser flexible en cuanto a la posibilidad de espaciar las reu- impone un monto mínimo de efectiva terapia. Bastará con
niones. En ningún lugar está escrito que los encuentros deban enunciar algunos de los problemas y lograr el acuerdo de la
ocurrir con intervalos de una semana. Más aún, Selvini Pa- familia para su concurrencia al instituto.
lazzoli y sus colaboradores (1978) consideran que obtienen me-
jores resultados cuando permiten que exista un intervalo de
un mes entre un encuentro y otro, dando así tiempo a las fa- Problema 2. Omisión de una persona importante
milias para reaccionar frente a los mensajes de la sesión ante-
rior y poder. incorporarlos. En la mayoría de los modelos de A veces los contratos fracasan porque el terapeuta no ha
terapia familiar, el establecimiento y empleo de una relación incluido a todas las personas que interesan para el problema

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en cuestión. La mayoría de los terapeutas piden que todos Por ejemplo, Tanya, una niña diabética de doce años, en-
los miembros estén presentes en la entrevista inicial, salvo que vuelta en una increíble lucha de poder con su madre en torno
el pedido sea claramente de terapia conyugal. Sin embargo, de la administración de insulina, fue derivada a nuestra clíni-
se da con frecuencia el caso de personas clave que no concu- ca. Se resistía a inyectarse eila misma, y a menudo se d_ebatía
rren o que no son integrantes de la familia inmediata, pero durante más de una hora con su madre antes de permitirle
que participan íntimamente del problema de suerte que sin .que le aplicara la inyección. Si bien la familia nuclear estaba
su cooperación no habrá cambio. compuesta sólo por Tanya y su madre, y ambas concurrieron
Las omisiones de este tipo son particularmente comunes a la primera sesión y a las sesiones siguientes, todos lbs es-
en familias con una sola figura parental. Una persona impor- fuerzos que se hicieron para apoyar los intentos de la inadre
tante frecuentemente omitida es el amigo o la amiga del que por enseñar a Tanya a administrarse su insulina fueron in-
ejerce la custodia. Si bien a menudo no viven con la familia, fructuosos; la madre no hacía más que afirmar .Y reafirmar
suelen constituir un eslabón importante de lo que sucede. Pue- su impotencia. Como una manera de descubrir qué andaba
den representar un apoyo o ser competidores por el tiempo · mal y quién era importante para quién, el terapeuta les pidió
o el afécto del progenitor que ejerce la custodia. También el una descripción detallada de su rutina diaria. La madre de
progenitor que no ejerce la custodia queda a menudo exclui- Tanya reveló que si bien la abuela materna de Tanya vivía·
do de las sesiones terapéuticas, aunque él o ella viva cerca a más de un kilómetro de distancia, formaba parte de su vida
y vea a los niños regularmente. Es frecuente que el que ejerce diaria. Todas las mañanas, Tanya se detenía a visitar a la abue-
la custodia dude en incluir al ex esposo/a por temor a abrir la en su camino a la escuela. Se hizo evidente, para el tera-
viejas heridas; además, la mayoría de las personas separadas peuta, que debía tener un encuentro con la abuela de Tanya
y divorciadas no son más capaces de cooperar con su cónyuge si quería comprender la impotencia de esta madre.
por la salud de sus hijos ahora que están divorciadas que en
el tiempo en que vivían juntas. Los hijos quedan atrapados lnvitar a la persona significativa a una sesión. La terapia
entre ellos en una lucha permanente, si más distante. Pero familiar no tiene por qué limitarse a la familia nuclear. En
es posible incluir a los ex esposos en la misma sesión o llevar el caso de Tanya, el problema no se esclareció hasta que el·
a cabo sesiones paralelas; Generalmente, la explicación que terapeuta no se hubo reunido con la madre, la abuela y Tan-
se ofrece para incluir a ambos es que no tienen por qué que- ya. Si bien la madre y la abuela negaron repetidamente la exis-
rerse o disfrutar de la presencia del otro, ni aun estar de acuer- tencia de desacuerdos, esta hizo causa común con Tafiya en
do en muchas cuestiones, para unirse en función de la salud todos los asuntos discutidos en las sesiones, salvo en eftema
de los hijos. de la administración de insulina. Al tratar este terna, la·abué-
la se limitó a encogerse de hombros, y se la vio en la misma
actitud de impotencia de su hija. Parecía no darse cuenta de
SUGERENCIAS · que su persistente apoyo a Tanya en cuestiones como el uso
de maquillaje y pantalones ajustados restaba autoridad a la
Expandir el foco. A menudo, problemas que deberían ser madre de Tanya ante los ojos de su hija. Frente a la oposi-
manejables, pero que permanecen resistentes al cambio tera~ ción de su hija y su madre, ella había resignado todo intento
péutico, se relacionan con personas y cuestiones que rebasan de imponer límites a Tanya. Sólo cuando el terapeuta persua-
la unidad en tratamiento. Las cuestiones conyugales pueden dió a la abuela de que se uniera con la madre, se dieron pasos
estar relacionadas con la familia nuclear, y las de la familia en el sentido de que Tanya aprendiera a inyectarse la insulina.
nuclear, con la familia extensa o con la red social. Sea cual fue- En general, si se menciona un nombre en el trascurso de
re ento~ces la unidad en tratamiento, a menudo resulta bene- una conversación o de una discusión entre los miembros de
ficioso extenderla al nivel inmediato s_uperior cuando la tera- la familia, es importante preguntar quién es la persona y qué
pia se ha estancado. lugar ocupa en la situación familiar. Si al parecer es partícipe

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de las pautas que mantiep.en el problema, conviene que el te- a la universidad, la hija mayor rehusó asistir a las sesiones
rapeuta pida a los miembros de la familia que la inviten a familiares. Estuvo dispuesta a acudir sola a una entrevista;
concurrir. Si la familia se opone, con el argumento de ,que en esta, la terapeuta estableció un contrato para verla perió-
no desea abusar, el terapeuta puede señalar que la mayoría dicamente. Como manténía contacto telefónico diario con su
de las personas están dispuestas a ayudar si las invitan a ha- hermana y sus padres, estaba en condiciones de utilizar sus
cerlo. Puede asegt;1rar a los miembros de la familia que ellas sesiones con la terapeuta para elaborar una mejor relación
no ofrecen ayuda directamente porque no quieren ser acusa- con ellos y para apoyar la tentativa de sus padres y de ~u her-
das de entrometerse en la vida de otros. mana de establecer fronteras interpersonales y generacionales
más adecuadas. Respaldaba los objetivos de la terapia en tan-
Ofrecer reuniones especiales. Para el caso ·de miembros de to la terapeuta no la forzara a mezclarse nuevamente en la
la familia que teman la confrontación o la crítica, pueden ser caldera familiar.
indicados encuentros especiales en forma separada. Los ex es-
posos., por ejemplo, a menudo temen que el terapeuta, el ex
cónyuge y hasta sus hijos los ataquen en conjunto y utilicen Problema 3. Desacuerdo entre los miembros de la familia
la sesión como un tribunal para criticar su conducta. Un prac- acerca del problema
ticante resolvió el problema del padre/esposo ausente conven-
ciendo a los hijos de que sería una buena idea que asistiera. No es realista esperar que todos los miembros tengan las
Primero había pedido a la madre que asegurara la presencia mismas ideas acerca de los problemas de la familia, de las
del padre, pero ella sostuvo que él no les hacía aporte alguno metas deseables de la terapia familiar y de la persona que de-
económico, mostrando así una despreocupación que no justi- be asumir la mayor responsabilidad en la producción del cam-
ficaba su asistencia a terapia. Los hijos estaban menos prisio- bio. Un terapeuta que insista en la unanimidad fracasará. Su
neros del resentimiento de la madre por la falta de aportes, tarea es encontrar algún denominador común en las necesida-
y por eso pudieron convencer al padre de que los acompañara des y deseos de todos los miembros de la familia o, al menos, .
a una sesión en la que no estuviera ella. De esta manera, el algún tema común que interese a los miembros más podero-
practicante pudo establecer dos contratos separados, pero re- sos e influyentes.
lacionados: se reunía alternadamente con la madre y los hijos Una mujer de treinta y seis años acudió a tratamiento por
y con el padre y los hijos; y los dos contratos llevaban el pro- insistencia de su esposo. Traía un historial de dieciséis años
pósito de introducir alguna consistencia en la vida de los hijos. de trastornos alimentarios y en ese momento vivía a base de
Los hermanos mayores que viven fuera de la casa a veces vino y café. Se la veía y actuaba como una coqueta ingenua;
no están dispuestos a concurrir a terapia familiar regularmen- se presentaba a las sesiones vestida con voladitos y sonreía
te, sobre todo cuando se trata de una demanda de los padres de manera inapropiada cada vez que encontraba la mirada
a causa de problemas de sus hermanos menores. A menudo · del terapeuta. La. negociación de un contrato práctico llevó
sienten que ·su propia separación psicológica de la familia es varias sesiones porque pasó cierto tiempo hasta que el tera-
tan débil que se pondría en peligro si asistieran a sesiones fa- peuta pudo cerciorarse de que la mujer decía lo que realmen-
miliares. Temen que el compromiso emocional con los pro- te pensaba y no lo que imaginaba que el terapeuta deseaba.
blemas familiares a través de la terapia pueda retrotraerlos escuchar. Lá definición que daba el esposo del problema era
al sistema familiar y destruir su independencia, lograda con simple: su mujer no deseaba comer. Cuando se dilucidó la
tanto esfuerzo. Estos hermanos semi emancipados, sin em- definición del problema por parte de la mujer, resultó. una
bargo, en ocasiones están dispuestos a hacer su propio con- sorpresa para el marido. Ella se quejó de que se sentíá agra-
trato con el terapeuta. Por ejemplo, en una familia en que viada por su estilo controlador desde que se habían casado.
la menor de tres hijas sufrió un episodio psicótico breve du~ Si bien lo había obedecido, siempre sonriendo, alimentó un
rante su primer intento de alejarse del hogar para concurrir creciente resentimiento por lo que ella llamaba su «actitud de

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macho latinoamericano». Para complicar el problema, la ma- Los padres se defendieron aduciendo la necesidad de prote-
dre de él, que pasaba temporadas con ellos, no era a su juicio . gerla y sostuvieron que estaban de acuerdo con las metas de
menos dominadora que su hijo. largo plazo de Karen; Pt?TO que en la actualidad no se las po-
día arreglar sola. Este disenso fue expuesto a la terapeuta con
la intención de que lo resolviera. ¿Quién tenia razón? Para
SUGERENCIAS definir el problema; la terapeuta incorporó tanto la declara-
ción de Karen sobre la intromisión de sus padres como la de-
Encontrar una nueva definición del problema, en que es- fensa que estos hacían de su proceder. Se dirigió a los padres
tén de acuerdo todos los miembros de la familia. A menudo diciendo: «Considerando lo que ustedes han debido pasar,
es posible reencuadrar la situación dentro de un problema en es comprensible que les resulte difícil dominar su angustia lo
que concuerden todas las partes. En el caso recién descrito, suficiente para dejar a Karen su espacio. Pero a fin de que
el marido, a pesar de su sorpresa, se mostró dispuesto a con- ella asuma mayor responsabilidad en la vida, deben sobrepo-
siderarse parte del problema. Le pareció razonable pensar que nerse en parte». Y seiialó a Karen: «Tú deberás comenzar a de-
su estilo dóminador no dejaba a su esposa el gobierno de es- mostrar mayor responsabilidad e independencia teniendo en
pacios, salvo la ingesta. Ambos miembros de la pareja coinci- cuenta la aflicción de tus padres. Ellos seguirán angustiados l 1•'
dieron en que se imponía una distribución más equitativa del hasta que hayas probado que puedes manejar tu vida un poco
poder. Ella aceptó intentar ser más asertiva, mientras él acep- mejor». Cuando los padres de Karen estuvieron seguros de
tó intentar ser menos directivo. qúe no se los acusaba de indebida injerencia y de que la tera-
En otro ejemplo, una mujer joven llamada Karen se enca- peuta tomaba en serio sus preocupaciones, estuvieron dispues-
minaba a convertirse en una paciente psiquiátrica profesio- tos a negociar un contrato que hiciera foco sobre una reduc-
nal. Había sido hospitalizada dieciséis veces entre los diecisie- ción gradual de su control de la conducta de Karen, con dis-
te y los veintiséis años. Le habían hecho diversos diagnósti- minución del apoyo monetario y emocional, y con aumento
cos: desde psicosis maníaco-depresiva, pasando por condición de la autonomía de Karen.
fronteriza, hasta esquizofrenia. Nunca pareció responder de
manera favorable a la medicación, pero era imposible medir Incluir el desacuerdo dentro del problema. No es necesa-
su efecto porque ella la tomaba caprichosamente. La pauta rio que todos los miembros de la familia coincidan en la defi-
de Karen, cuando se volvía psicótica, era marcharse para vi- nición del problema. Es posible decir: «Está claro que uste-
vir «episodios» durante los cuales viajaba por todo. el país des dos están en desacuerdo en cuanto a señalar qué es: lo im-
en busca de un amante imaginario. Estos viajes eran peligro-. portante. Tomémonos un tiempo para conversar sob.re este
sos para su vida porque ponía poco cuidado en su seguridad desacuerdo y encontrar alguna for.ma de resolverlo. Comen-
personal y a veces hacia auto-stop irreflexivamente. Su padre zaremos con una discusión entre ustedes sobre ... ». Esta téc-
debió recogerla en diversas ciudades; cada vez la traía de re-. . nica suele dar frutos en terapia conyugal, cuando ninguno de
greso para hospitalizarla en Pensilvania, donde pronto se re- los miembros de la pareja es sintomático y los dos tienen ver-
cuperaba. Cuando abandonaba el hospital, el ciclo volvía a siones diferentes del problema. En muchos casos, la discu-
repetirse. Fue entrevistada con sus padres, quienes, como es sión del problema deriva pronto en acusaciones mutuas, a me-
comprensible, estaban sobreinvolucrados con su hija pertur- nos que el terapeuta intervenga. Una vez que el terapeuta ha
bada y perturbadora. definido el desacuerdo acerca del problema como tema de dis-
Durante la primera entrevista, Karen acusó a sus padres cusión, puede comenzar a trabajar con la pareja sobre las ma-
de ser entrometidos. Para independizarse un poco, ella se ha- neras de solucionarlo y nuevas formas de comunicación.
bía mudado de los suburbios a la ciudad y había alquilado
un departamentó a pocas cuadras· del- hospital. Entendía que Pedirles que abandonen las nociones de verdad y realidad.
la aflicción de los padres por su determin·ación era exagerada. Una vieja historia presenta a un rabino que escucha a una

140 141
mujer que se queja de su marido y le responde asintiendo sa- la familia Cooper se presentó quejándqse de que su hijo Do-
biamente: «Usted tiene razón, absoluta razón». Cuando el ma- nald volvía tarde, con aliento a cerveza, no colaboraba en las
rido se queja de su mujer, el rabino le da la misma respuesta. tareas domésticas y se ~ostraba descortés. Donald manifestó
La esposa del rabino le enrostra su duplicidad frente a la pa- su rechazo por la severidad de las reglas que los padres impo-
reja, y nuestro hombre torna a decir: «Tienes razón, absoluta nían. El y sus padres disentían respecto del objetivo de la te-
razón». Y el rabino tenía absoluta razón: sus respuestas su- rapia familiar. Los padres querían tener mayor control sobre
ponian reconocer que cada individuo tiene razón en cuanto su conducta, mientras que el hijo quería que el control fuera
al modo en que él vivencia la situación. Cada uno percibe y menor. El desacuerdo en relación· con las metas es 'todavía
experimenta la vida de manera diferente, y es inconducente más común en parejas que demandan terapia conyugal. Casi
en consecuencia la idea de realidad única. Las familias deben todas concuerdan en que desean «una mejor comunicación»
aprender a comprender lo que los buenos terapeutas saben, o «menos conflicto», pero estos objetivos son tan generales
es decir, que tener razón es virtualmente inútil en las relacio- que carecen de sentido. Lo que cada persona quiere decir con
nes íntimas. Nádie ·puede definir la realidad de otto. Lo que · «mejor comunicación» y cómo lograrla es otro asunto. Una
importa es el modo en que cada persona percibe la situación, esposa puede querer realmente mayor intimidad, mientras que
y su opinión consiguiente sobre ella misma, los miembros de su esposo desea mayor distancia. Además de las intervencio-
su familia y los vínculos que mantienen. El terapeuta puede. nes sugeridas para abordar las diferencias de percepción del
ayudar a las parejas a abandonar la tarea imposible de deci- problema (todas ellas son aplicables a las metas), las técnicas
dir quién tiene razón o cuáles son los hechos, para apreciar que siguen pueden dar resultado.
en cambio la versión del otro acerca de la realidad, y respe-
tarla. Más allá de que un hombre machista sea realmente do-
minador, lo que importa es que su mujer lo perciba así. Más SUGERENCIAS
allá de que una mujer realmente ame a su esposo, lo que im-
porta es que él no se sienta querido. Estas son las cuestiones Fomentar la especificidad. Algunas familias se han empe-
reales que han de tenerse en cuenta en el establecimiento del ñado en luchas que han perseverado durante tanto tiempo que
contrato. siguen automáticamente su curso, con facciones polarizadas
que recurren al «cuchicheo», anticipan las respuestas de los
. Declarar /egftimos los sentimientos. Una estrategia afín a otros y dan por supuesto que saben lo que estos 'piensan
la anterior consiste en definir los sentimientos como una par- y sienten. Las cuestiones verdaderas están oscurecidaspor po-
te legítima del contrato. Cuando los miembros disienten res- ses que sirven para proteger a los miembros de penosos senti-
pecto del problema, a menudo es porque un miembro consi- mientos en torno de necesidades no satisfechas y sueños olvi-
dera los hechos, mientras que el otro hace foco sobre los sen- dados. Si el terapeuta promueve la especificidad, a menudo
timientos. Algunos miembros de _la familia se niegan a ver se descubre que las metas reales de cada persona son mucho
en los sentimientos una paz:te legítima de la realidad. El tera- menos objetables de lo que suponían todos. Por eso los tera-
peuta puede ayudar explicando que, en terapia y en la vida peutas deben comprobar en concreto tanto lo que la gente
familiar, los sentimientos son hechos importantes. desea como lo que estaría dispuesta a conceder.

Caracterizar el desacuerdo como normal. Cuando el desa-


Problema 4. Desacuerdo entre los miembros de la cuerdo respecto de las metas se produce entre generaciones,
familia acerca de las metas como en el caso de la familia Cooper, en que los padres de-
seaban ejercer mayor control y su hijo quería que lo dejaran
Aun en los casos en que las personas están de acuerdo en más suelto, el terapeuta declara que la situación es absoluta-
el problema, pueden no estarlo en las metas. Por ejemplo,· mente normal y felicita a la familia por su normalidad. Esto

142 143
por lo general reduce la angustia de los padres respecto de ba. Negó que le afligiera su propia ingestión de bebidas y sos-
lo que ellos consideran una conducta atípica y peligrosa, y tuvo que no echaba de menos el alcohol en la casa. Cuando
también la actitud defensiva natural del adolescente infrac- se entrevistó al esposo, este admitió el encono entre él y su
tor.. Así la resolución del desacuerdo respecto de las metas mujer, pero afirmó que se había resignado a esa situación.
se convierte en parte del programa de las reuniones familiares. Estaba dedicado a su hija discapacitada y quería mantener
un hogar para ella. Consideraba que el cuidado que su esposa
Utilizar una modalidad terapéutica diferente. A veces los brindaba a la niña era excelente y que él esta dispuesto a tole-
objetivos de los miembros de la familia son tan disímiles que rar la conducta vindicatoria de su mujer como retribución por
es imposible alcanzar un contrato viable en. que la familia se ese cuidado. Sencillamente: no existía un deseo de cambio via-
pueda comprometer, por más que el terapeuta generalice las ble que se pudiera extraer de esta situación. La demanda de
preocupaciones. La versión más común de este problema se terapia familiar por parte de la hija mayor había sido un in-
presenta cuando un miembro está preocupado por otros que tento encubierto de obtener ayuda para sus padres, quienes
carecen totalmente de motivación. No debe avergonzar al te- a veces se hacían pedazos en sentido figurado. Su pedido de
rapeuta admitir que el tratamiento de la familia como grupo sacar las bebidas alcohólicas de la casa parecía relacionarse
no funciona en toda circunstancia. Cuando hay un solo miem- más con la ingestión de alcohol de la madre que con la pro-
bro motivado, es posible trabajar con él utilizando una pers- pia. Una vez ~stablecido que sus padres no estaban dispues-
pectiva familiar (a la manera de Bowen), o derivarlo a otra tos a intentar un cambio en su relación, la hija abandonó sus
modalidad de tratamiento. Por ejemplo, una familia con una esfuérzos y aceptó una terapia para ella sola.
hija aficionada al alcohol acudió a la Family Therapy Clinic.
La hija sostenía que deseaba controlar la bebida, y en la su-
perficie la familia apoyaba esta meta. Se comidieron a traer Problema S. Intento de hacer. un contrato .cuando
a una hermana discapacitada para que el terapeuta pudiera la separación es un programa oculto
evaluar convenientemente la tensión que existía en la casa.
A pesar de toda esta cooperación superficial, la entrevista ini- La mayoría de los terapeutas de familia cultivan esta es-
cial reveló un sistema familiar rígido y resistente, cuyos miem- pecialidad porque creen en la institución familiar y porque
bros negaban la existencia de otro problema que no fuera la desean ayudar a las personas en el mantenimiento de buenos
ingesta de alcohol de la hija, circunstancia que enseguida re- vínculos. A veces, este deseo de ayudar los conduce a negar
solvieron parcialmente haciendo desaparecer todas las bebi- el hecho de que algunas parejas o algunos miembros deman-
das alcohólicas de la casa. La familia negaba que hubiera ten- dan tratamiento para poder romper el vínculo. El miedo de
sión entre sus miembros, pero el nivel de estrés en el consul- precipitar una ruptura puede llevar a los terapeutas a hacer
torio era muy grande e indicaba la tremenda tensión que existía un contrato para trabajar en función de mejorar relaciones,
entre los miembros de la familia. Con el objeto de lograr algo cuando todo indica que un adolescente debe ser ayudado a
de comprensión sobre estas tensiones, el terapeuta entrev.istó emanciparse o que una pareja ha venido para recibir la bendi-
a varias facciones de la familia, comenzando por la paciente ción: «Vayan en paz. Ustedes lo han intentado todo (refirién-
individualizada. La joven indicó que estaba muy preocupada dose a la terapia) y nada dio resultado».
por la relación matrimonial entre sus padres. En una .entre- Cuando se trata de un problema conyugal, a veces ambos
vista conjunta con la madre, reveló que su madre solía beber miembros de la pareja desean terminar la relación, pero es
en exceso e iniciaba peleas mordaces con el padre. La madre frecuente que uno de los dos esté más interesado en mante-
admitió que sentía intenso encono hacia su marido y declaró nerla que el otro. Cuando el miembro menos interesado ya
que consideraba justificada su actitud vindicatoria. Aunque ha decidido romper el matrimonio, no hay verdadero deseo
no le preocupaba gran cosa la relació11, dijo estar dispuesta de cambiar y es imposible establecer un contrato efectivo pa-
. a considerar la posibilidad de terapia conyugal si él lo desea- ra trabajar sobre el vínculo. La disparidad de metas se hace

144 145
manifiesta en casos en que, a pesar de los esfuerzos de uno
de los miembros, el otro continúa sin esperanzas de cambio, matrimoniales. Sin embargo, Debbie se quejaba de que Geor-
aun si lo ha habido. Sally y Stephen se presentaron con pro- ge parecía dedicar la mayor parte del tiempo a los amigos que
blemas conyugales que habían ido empeorando eri los pasados había hecho en la universidad y de que se había metido en
diez años. Su vida sexual, que nunca había sido buena, había muchos proyectos de negocios, la mayoría de los cuales eran
cesado por completo desde hacía tres. Si bien Sally comenzó altamente especulativos. George no tenía quejas precisas de
·enumerando airadamente los pecados de Stephen, pronto cam- . Debbie, pero, cuando se insistió, afirmó que deseaba que ella
bió su postura y c_omenzó a expresar cuán culpable se sentía, no tuviera miedo_ de andar en su motocicleta. George ~ra un
cuánto extrañaba la intimidad que habían tenido una vez y gran aficionado a los viajes largos en motocicleta y manejaba
cuánto deseaba que funcionara el matrimonio. Stephen, quien muy rápido. Debbie lo seguía, segura en su automóvil.
echó toda la culpa a Sally, no mostró emoción alguna cuando La terapeuta no pudo encontrar metas en que pudieran
ella visiblemente se suavizó y le extendió la mano. El continuó coincidir George y Debbie. Parecía ridículo que Debbie de-
diciendo que ella nunca reconocería su participación en los biera dominar su miedo a las motocicletas para preservar su
problemas, a pesar de sus repetidas admisiones de este preci- matrimonio. Sin embargo, era el único aspecto en que Geor-
so hecho. Aceptó a desgana un contrato de seis sesiones «para ge se empeñaba. La terapeuta comenzó a sospechar que este
ver si había alguna esperanza». Sólo después de varias sema- ya había decidido que quería romper el matrimonio, pero te-
nas, la terapeuta y Sally descubrieron que Stephen estaba in- mía decirlo o bien no se lo había admitido aún a sí mismo.
tensamente envuelto en un amorío extramatrimonial. No obs- La terapeuta comenzó a alentar a George a que hablara sobre
tante, Sally le rogó que se quedara, pero él insi$tió en el di- sus viajes en motocicleta, a pesar de sus propias reservas res-
vorcio. Los signos eran claros en este caso, pero la terapeuta pecto de esa actividad. Cuanto más hablaba George, más evi-
eligió ignorarlos porque ella también quería que funcionara dente se hacía que sus viajes en motocicleta eran una expre-
el matrimonio. Si no hubiera puesto una excesiva carga emo- sión manifiesta de la forma en que intentaba vivir su vida.
cional en la salvación del matrimonio, podría haber ofrecido Debbie comenzó a decir que ella realmente no deseaba pasar-
a esta pareja un contrato diferente, que los asistiera para que · se la vida viajando de una ciudad a otra y de un país a otro,
se separaran con dignidad. mientras George iba en busca de excitación. El no hizo nin-
gún esfuerzo por persuadirla de que lo hiciera. Pudieron coin- .
cidir en que su meta debía ser, al menos, una separación de
SUGERENCIAS prueba, cuyos términos negociaron con la terapeuta. Una en~
trevista de seguimiento,. que se llevó a cabo seis meses des-
Ayudar a los miembros de la familia a elegir lo que de- pués, reveló que habían decidido seguir siendo amigos, pero
sean. Muchas personas ni siquiera son concientes de que de- hacer permanente la separación.
sean concluir su matrimonio o de que ya han tomado una de-
Ayudar a los miembros de la familia a decir lo que no
cisión en ese sentido. Los que en un tiempo se han ocupado
han dicho, a volver manifiestos los objetivos encubiertos. Hay
intensamente uno del otro, no admiten con facilidad que la
muchas maneras de hacer manifiestas las metas encubiertas;
relación ha terminado o que pueden haber hecho una mala
esto depende de dónde sitúe la gente su problema. En el caso
elección de pareja. En el caso de George y Debbie, ambos
de George y Debbie, la terapeuta utilizó la motocicleta como
sostenían que querían preservar el matrimonio, pero que ne-
una metáfora para investigar y hacer explícitas las diferencias i!
cesitaban alguna ayuda para renegociar su contrato matrimo-
dentro de la pareja. En otro ejemplo, Mark y Joan acudieron
nial. Se habían casado en el Cuerpo de Paz, en Sudamérica,
a terapia quejándose de que no lograban llevarse bien a pesar
y habían regresado a los Estados Unidos para finalizar sus 1

de los meses de terapia conyugal que habían hecho en otra


estudios. Estaban orgullosos de su contrato matrimonial libe-
ciudad. Creyeron que las cosas mejorarían tras su reciente mu- .
ral, que consideraba legítimas las relaciones sexuales extra- 1
danza porque el nuevo empleo de Mark significaba una pro-

146
1
1 .

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moción y, por lo tanto, les permitía una vida más cómoda.
Pero en verdad la situación sufrió un deterioro. Los cónyuges Una vez que el terapeuta plantea la cuestión de la interna-
se quejaban de que no se podían comunicar entre ellos, pero ción del adolescente o del joven en una institución, los miem-
en las dos primeras sesiones la terapeuta notó que se habían bros de la familia pueden conversar acerca del pro y el contra
comunicado bastante: confesiones sobre las formas en que ha- de esa resolución. En muchos casos se darán cuenta de que
bían descuidado al otro, sobre sus esperanzas de mejorar y este plan es sólo una solución temporaria de sus problemas,
sobre su angustia por no haberlo logrado en su terapia ante- y permitirán al terapeuta hacer foco sobre la manera de resol-
rior. En este caso, la afluente conversación los ayudaba a no ver la cuestión con más eficacia, sin excluir al miembro pro-
decir lo que importaba, a saber, que ya no deseaban seguir blema. En otros casos, la internación del miembro problema
casados. Sus abundantes comunicaciones les permitían evitar puede ser necesaria temporariamente, pero si esta decisión se
enfrentarse con sus sentimientos de tristeza, dolor y pérdida. toma con tiempo, en lugar de hacerlo en medio de la crisis,
La terapeuta intervino pidiéndoles que no hablaran de su re- tendrá menos efectos negativos de largo plazo.
lación durante una semana, y meditaran cuidadosamente en
lo que deseaban uno del otro, y si en realidad querían conti-
nuar su matrimonio. En la sesión siguiente, ambos cónyuges Problema 6 .. Desacuerdos entre la familia y el terapeuta
estuvieron en condiciones de admitir que no querían conti- acerca del problema
nuar trabajando sobre su matrimonio.
El terapeuta y la familia deben ser capaces de lograr algún
Anticipar la resolución radical. En los dos últimos casos acuerdo sobre la índole de los problemas en los cuales se pro-
expuestos, la terapeuta tuvo sospechas de que uno o ambos ponen trabajar juntos. Al comienzo de este capítulo, se afir-
cónyuges habían decidido ya el paso radical de la separación, mó que no es necesario que el terapeuta comunique a la fami-
pero querían hacer todo lo posible para evitarlo. Este mis- lia todo cuanto piensa, ni que todos los miembros estén de
mo deseo de hacer todo lo posible antes de concretar una ruptura acuerdo en problemas y objetivos específicos, en tanto exista
radical en un vínculo está presente a veces en familias con coincidencia en los más generales. Tampoco es necesario que
adolescentes o jóvenes difíciles. Algunas tienen tan poco éxi- todos los miembros de la familia concuerden con el terapeuta
to en sus intentos de hacer frente a una separación y diferen- acerca de la naturaleza del problema, aunque siempre resul- ·
ciación graduales, que vienen a terapia habiendo decidido en tan problemáticos los desacuerdos sobre cuestiones centrales.
forma encubierta que la supervivencia de la familia depende Los desacuerdos entre el terapeuta y los miembros poderosos
de la expulsión abrupta de un joven. Conviene que el tera- de la familia -los que están en condiciones de iniciar el cam-
peuta prevea esta solución radical y ayude a la familia a enun- bio o de sabotear la terapia- son particularmente perturba-
ciarla explícitamente. Es más fácil abordarla si es tema legíti- dores. Estos desacuerdos ocurren, la mayoría de las veces,
mo de discusión y no corriente oculta y angustiante. cuando los padres demandan volver al statu qua, mientras
Muchos terapeutas quedan atrapados en la angustia de la el terapeuta los empuja hacia un cambio significativo de las
familia y entran en colusión con sus miembros para callar la reglas, la estructura y el funcionamiento familiares. El tera-
posibilidad de una inminente separación. Esto suele tener por peuta está interesado en el cambio de segundo orden, mien-
resultado un aumento de la tensión dentro de la familia y pro- tras que los miembros de la familia están fijados a las modifi-
vocar una crisis en el miembro problema, de manera que los caciones de primer orden. Si el terapeuta no los puede per-
otros se unen para expulsarlo. El terapeuta recibirá una lla- suadir de que un cambio en su conducta será beneficioso para
mada en que se le anunciará que la familia ha internado pre- todos, la terapia fracasará.
cipitadamente al miembro culpable en un hospital, en un cen- La familia Lowe representa un buen ejemplo de desacuer-
tro de drogadicción, en una escuela especial, o en otro tipo do entre el terapeuta y los miembros poderosos de la familia
de institución que lo admitiera. acerca de la naturaleza del problema. El señor y la señora Lo-
we se casaron apenas terminaron sus estudios universitarios,

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tuvieron pronto una hija y un hijo, y se puede decir que lleva- que una hija abandone el hogar, desarrolle síntomas y ponga
ron siempre una vida casi feliz. Era gente buena que visitaba en peligro su vida, ayudan a la familia a comenzar a confiar
a sus padres regularmente, aun si no deseaban hacerlo. Su en el terapeuta como alguien que no los acusa ni los induce
paz se vio perturbada cuando su hija Ginnie se afilió a una a hacer más de lo que pueden tolerar. Esta confianza, por
secta en su primer año universitario. Al cabo, los padres la otro lado, permite a sus miembros mostrarse más receptivos
secuestraron -literalmente- y la llevaron al hogar, donde hacia la idea del terapeuta de que en definitiva tendrán que
la sometieron a un interrogatorio. La explicación de la fami- dar un paso atrás para permitir a la hija independizarse, por
lia sobre el motivo que la llevó a unirse a la secta fue que difícil que esto sea. También contribuye a que los padres em-
había sido hipnotizada. Después enviaron a Ginnie a la mis- piecen a confiar en que probablemente no ocurrirá ningún de-
ma universidad a que asistía su hermano, de manera que este
sastre.
pudiera controlarla. La familia fue derivada cuando los pa- Aun la gente culta confunde el sentido de los síntomas aso-
dres descubrieron que Ginnie se atiborraba de comida, tras ciados a trastornos de conducta o psiquiátricos. Los padres
lo cual se forzaba a vomitar. y hermanos pueden estar muy alarmados por síntomas que
La respuesta de los padres, cuando descubrieron la gula parecen graves, pero que .no plantean un peligro inmediato.
y los vómitos de Ginnie, fue aumentar la ya abrumadora su- En el caso de Ginnie, la angustia de los padres se había inten-
pervisión que ejercían sobre su vida. Si en el hogar, uno de sificadó a causa de una reciente publicidad sobre anorexia ner-
ellos permanecía junto a ella constantemente. Si en la univer- viosa. Si bien parecía que Ginnie hubiera experimentado va-
sidad, su padre la llamaba todos los ~ías, y su madre, día rios de los síntomas de la anorexia, su peso era el normal,
.por medio. Ambos la interrogaban con detalle acerca de sus y so nutrición, la adecuada. Los padres de Ginnie se sintieron
actividades y le pedían que diera un informe sobre lo que ha- aliviados cuando oyeron que esta no se encontraba en peligro
cía desde que se levantaba por la mañana hasta que se acosta- inmediato de morir de hambre.
ba por la noche. La terapeuta tuvo el convencimiento de que
los Lowe debían cambiar su estilo sobreprotector a fin de que Calificar de provocadora la conducta del paciente. Es im-
Ginnie pudiera aprender a manejar las tensiones de su vida portante que los terapeutas mantengan una alianza con el po-
de un modo más productivo. Los padres, empero, no veían der dentro de La familia, más allá de que concuerden o no
relación alguna entre su conducta y los síntomas d~ Ginnie. con la interpretación que el miembro poderoso hace del pro-
blema. Si el terapeuta califica de provocadora la conducta del
paciente, da a entender que los demás miembros están res-
SUGERENCIAS pondiendo a la provocación, y no provocando la conducta
sintomática. Esta técnica es particularmente útil en el caso de
Acompañar a los padres en su ansiedad. En el caso que familias en que el paciente es un niño, un adolescente o un
venimos exponiendo, la terapeuta dijo a los padres que com- joven; en efecto, la mayoría de los padres tienden a sentirse
prendía el dolor que tuvo que causarles el ingreso de Ginnie culpables, y están por eso alertas a que se los acuse de los
en la secta, y que, en vista de las circunstancias, su angustia problemas de su hijo. Confiarán más en el terapeuta si este
estaba justificada. Es muy común que miembros de la familia no cae en la trampa. Por otra parte, esta calificación vuelve
aferrados a su definición de los problemas se vuelvan mucho a los demás miembros de la familia menos vulnerables al chan-
más flexibles cuando sienten que se escucha y se respeta su taje por parte del paciente individualizado.
versión de la historia. Si el terapeuta dedica tiempo a comuni- En nuestro ejemplo, la terapeuta dijo a los padres de Gin-
car que comprende los temores de los padres, podrá obtener nie que los vómitos que producía su hija cuando se encontra-
al cabo un contrato que incluya una definición más comparti- ba en el hogar eran una invitación que ella ies hacía a que
da del problema y más metas acordadas. Los comentarios que la trataran como a una niña pequeña, invitación que ellos de-
expresan comprensión de la angustia inherente al hecho de bían rechazar. Esto hizo que el foco se alejara de la conducta

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de los padres para situarse sobre la conducta de la hija, y les SUGERENCIAS
permitió advertir, sin sentirse acusados, la relación entre su
conducta y el síntoma de Ginnie. La terapeuta no intentó ex- Si una familia tiene objetivos demasiado ambiciósos, con-
presar su opinión de que una excesiva dependencia mutua, viene distinguir en estos lo posible de lo imposible. Los tera-
y de sus hijos, y su obsesión de hacerlo todo «correctamente», peutas ponen en entredicho el realismo de metas como la eli-
habían limitado la capacidad de Ginnie para establecer rela- minación de todo conflicto. Si bien a veces conviene tener un
ciones apropiadas con sus pares y dominar la tensión que la ideal por el cual luchar, la creencia de que se lo alcanzará
asistencia a la universidad suponía. Ya fue suficiente que la puede provocar amargura y desaliento. En una familia en la
terapeuta y los padres de Ginnie coincidieran en que existía cual el objetivo de la esposa era que se parecieran más a los
una relación entre los síntomas de ella y su conducta parental. Walton, el terapeuta descubrió que esta mujer no podía valo-
rar los intentos que hacia su esposo para complacerla, porque
Negociar el acuerdo. Después de investigar exhaustivamente él nunca llegaba a ser tan tolerante y afectuoso como John
los puntos de vista de la familia, y de explicar los del terapeu- Walton. Su ideal era de imposible realización. Los terapeu-
ta hasta l:londe sea necesario para elaborar un acuerdo de tra- tas, en consecuencia, deben siempre ayudar a la familia a en-
tamiento, se pueden esclarecer las divergencias entre la fami- caminarse hacia lo posible. Puede que haga falta impartir cierta
lia y el terapeuta. Una vez hecho esto a menudo es posible instrucción a las familias acerca de lo que es un funcionamiento
negociar un acuerdo o compromiso acerca de lo que se inclui- familiar normal. Los terapeutas deben dejar en claro que cierto
rá en el contrato, aun aceptando no coincidir, pero declarán- monto de conflicto, tensión y desacuerdo, es normal en la vi-
-dose dispuesta la familia a trabajar en el problema. da familiar y no supone desamparo o desamor. Es privilegia-
da la posición de que ellos gozan para decirlo porque han es-
tado expuestos al funcionamiento interno de diversas fami-
Problema 7. Desacuerdos entre el terapeuta y los lias. La mayoría de la gente sólo conoce su propia experiencia
miembros de la familia acerca de los objetivos y la que presentan los medios de comunicación. Como se vio
en el ejemplo anterior, la imagen de los medios de comunica-
Los terapeutas disentirán a menudo con los objetivos de ción lleva a algunas familias a esperar lo imposible y a ofen- ·
la familia. La mayoría de las veces los considerarán demasia- derse unos miembros con otros cuando no lo alcanzan.
do limitados, demasiado ambiciosos o demasiado vagos. Al-
gunas familias parecen esperar el paraíso de la terapia. Pre- Cuando las familias no tienen esperanzas de lograr un cam-
tenden convertirse en la familia perfecta, lo que a menudo bio, conviene fijar objetivos pequeños. A menudo es necesa-
entienden equivalente a ausencia de conflictos. Desde luego rio fraccionar el proceso de cambio en pequeños pasos que
que esta no es una meta realista. Por otro lado, algunas no se consideren viables. Muchas de las familias dominadas por
tienen esperanza de mejorar. Sus metas son limitadas, al pun- la desesperanza han estado luchando contra un problema cró-
to de considerarse incapaces de lograr un verdadero cambio. nico o una enfermedad mental grave durante años y se han
Les resulta dificil comprometerse a trabajar en terapia. Otras desalentado por su falta de progreso. Los terapeutas deben
no atinan a definir sus objetivos con claridad, y comunican ayudar a las familias y resolvers.e ellos mismos a ver ganan-
un profundo descontento y generalidades vagas. A menudo, cias significativas en logros muy pequei'ios. En la medida en
estas familias procuran que sea el terapeuta quien les fije sus que se obtienen estas pequeñas ganancias, las f.amilias perci-
objetivos. Le preguntan qué piensa, en lugar de asumir la res- birán que son capaces de lograr cambios aun mayores con
ponsabilidad de decidir y expresar lo que desean. el tiempo. Algunas familias han encontrado útil el concepto
de «patrón interno». Este concepto, creado por uno de nues-
tros ex pacientes, insta a los miembros de la familia a cómpa-
rar lo que son ahora con lo que eran unos meses atrás, en

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152
lugar de medirse con otras familias en el presente. Este proce- ces temía que no lo hiciera. La mayor parte de esta informa-
so los ayuda a apreciar los pequeños signos de progreso y a ción se presentó como un hecho natural, como si todas las
tomarlos como base de nuevas mejorías. familias vivieran con este nivel de tensión. Los padres de Lisa
estaban tan abrumados pé;>r sus problemas que los negaban
Expandir el foco. Cuando los problemas o los objetivos <:<>mpletáme.nte y en~resaban a Usa al clásico mecanismo de
-o unos y otros- de la familia son vagos, a menudo es por- d~~viación del conftiétq; ségun lo ha descrito Lynn Hoffman
que sus miembros temen abordar· las verdaderas cuestiones. 0'971); Li(ampliación de1foco y ia inclusión de la amplia ga-
Acuden a terapia, en gran medida, como el paciente que. va
al médico y se queja de dolores vagos; está seguro de que se
ma de tensiones que soportaba la familia permitieron a los
padres de Lisa y a la terapeuta mejorar su comprensión de
encuentra en una condición terminal, pero teme hablar con los problemas y· objetivos y lograr un contrato viable.
claridad acerca de lo que le duele, por temor a lo que se le
dirá. Cuando el médico descubre la causa del dolor, el pa- Limitar el foco. Algunas familias presentan con vaguedad '

ciente por un iado se asusta del diagnóstico y por el otro se sus problemas porque especifi~arlos ya ha significado peleas
1
alegra de que el médico haya descubierto el problema. Un clá- o porque el problema es tan antiguo que pareciera que todo
sico ejemplo de esto se presentó cuando un ejecutivo de em- «anda mal». Con estas familias puede ser útil pedir repetida-
presa y su segunda esposa trajeron a su hermosa hija de tres mente ejemplos cuando exponen quejas generales y objetivos
años a la Family Therapy Clinic. Ante la sugerencia de la te- muy vagos. Preguntaremos, si no se comunican; ¿qué es lo que
rapeuta, dejaron en casa a su hijo de un año. Sus quejas eran no se comunican? ¿Qué quieren específicamente unos de otros?
•bien específicas; estaban preocupados por la manifiesta deso- .Si una familia se ve obligada a dar repetidamente ejemplos
bediencia intencional de Lisa, sobre todo hacia su madre. detallados de lo que no les gusta a sus miembros.y de lo que
Mientras se desarrollaba este diálogo, Lisa se entretenía con querrían que hubiera sucedido en cambio, el terapeuta casi·
muñecas, pero respondía solicita a las preguntas y a los co- siempre podrá individualizar rápidamente los factores subte-
mentarios que le dirigía la terapeuta. Cuando se les preguntó rráneos. Avram y Zahavah eran una pareja israelí radicada
cuáles eran los cambios que ellos deseaban, no respondieron temporariamente en los Estados Unidos. En las primeras se-
que querían aprender a controlar a Lisa o mejorar la relación siones, Zahavah se manifestaba con mucha vaguedad respec- ·
madre-hija, sino que simplemente se los vio indefensos y con- to de sus insatisfacciones y sus quejas en relación con la con-
fundidos. Al cabo, el padre dijo que él sólo quería saber si ducta de Avram. Pasaba el tiempo repitiendo la acusación de·
Lisa estaba « bien».. · que él anteponía sus necesidades profesionales a las de ella,
La terapeuta pasó por alto la maniobra de la madre, que en tanto que Avram respondía a cada acusación presentando
consistió en decir «La culpa debe de ser mía», y comenzó a datos concretos sobre las razone~ que tenía para hacer las·co-
explorar la situación. En poco tiempo se enteró de que la fa- sas que ella objetaba, a saber: mantener a la familia y retener
milia se había mudado de San Francisco hacia poco, de que sus visas. Zahavah sabía que esto era cierto; entonces se echa-
el hermanito de Lisa sufría de cólicos desde el nacimiento, ba atrás, y vt,lvía a iniciar su queja de otra manera. Cuando
de que la madre de Lisa no había pasado una noche tranquila el terapeuta la instó a dar ejemplos bien detallados de sus que-
desde entonces y de que el padre traía una historia laboral jas, se hizo evidente que la cuestión real no era la prioridad
errática. Su pauta consistía en alcanzar mucho éxito por un que su marido daba a su carrera sino el sentimiento que ella
tiempo, para después renunciar abruptamente al trabajo. Ha- tenía de no ser importante para él en ningún ámbito. No se
cía poco había empezado a quejarse de su posición actual y trataba de la cantidad de tiempo que él pasaba con ella sino
amenazaba con renunciar. La tensión existente entre los pa- de si era un tiempo cualitativo que la convenciera del interés
dres de Lisa era increíblemente alta. La madre se asustaba vital de su esposo en ella.
por momentos ante la posibilidad de que su esposo los aban-
donara como había hecho con su primera familia, y otras ve-

154 155
Resistencias a mantener el contrato producir infracciones al contrato, pero los terapeutas evalua-
rán más fácilmente su sentido si tienen claras las reglas y la
El mero establecimiento de un contrato facilita el curso dirección del tratamiento.
entero del tratamiento. Un contrato claro, que contenga ob- En la observancia efectiva del contrato, como en toda la
jetivos específicos, alcanzables y mutuos, evita las progresi- terapia familiar, las secuencias y las pautas de conducta son
vas peleas por los términos del tratamiento y por los roles de muy importantes. Por ello, al evaluar una resistencia particu-
los interesados. Esto no asegura que los términos del contra- lar al contrato es elemental hacerlo en el contexto del contra-
to no vayan a ser cuestionados repetidas veces. Los miembros to. Algunas infracciones pueden ser ignoradas por el terapeu-
de la familia faltarán a las sesiones, desarrollarán pautas de ta en función del logro de objetivos de largo plazo. Pero in-
llegar tarde,· se negarán a abordar los puntos que ellos mis- fracciones constantes por parte de los miembros más resistentes
mos definieron como prioridad, no se harán responsables de de la familia no pueden ser pasadas por alto si se pretende
su propio cambio u omitirán ejecutar las tareas asignadas por alcanzar esos objetivos. Volviendo al ejemplo de Jason, Jon
el terapeuta. y Sarah, se podía restar importancia por un tiempo al incum-
La' ventaja de un contrato claro es que sirve de guía al plimiento de Jason, mientras Sarah y Jon observaran consis-
terapeuta y le provee de un método para retener el control tentemente su parte. La terapeuta sabía que, al fin, Jason lle-
sobre el proceso de tratamiento. Cada vez que se enfrenta con garía a ún acuerdo con las nuevas conductas de sus padres.
conductas nuevas, temas nuevos o respuestas inexplicables,
puede preguntarse a sí mismo y preguntar a la familia: «¿Cómo
• se relaciona esto con nuestro contrato?», «¿Hemos acordado Problema 1. Omisión de uno o de todos los miembros
trabajar sobre esto?». Si encaja dentro del contrato, tanto me- en concurrir regularmente, como se había prometido
jor. Si no, el terapeuta tiene dos alternativas: volver a aclarar
los términos del contrato o iniciar un debate con miras a revi- Las resistencias manifiestas al contrato más evidentes son
sarlo o a establecer uno nuevo. la cancelación de las citas y los retrasos. Ejemplifican esta
Por ejemplo, si una familia comienza a asistir en forma forma de resistencia las familias que llaman para cancelar una
esporádica, el terapeuta recordará que se habían convenido cita o para acordar otro horario de encuentro; las que faltan
doce sesiones semanales. Si la familia trae a colación cuestio- en forma constante pero responden a las preguntas del tera-
nes nuevas y .a todas luces menos importantes, el terapeuta peuta con declaraciones de buenas intenciones, y las que lle-
puede sei'ialar que la familia había establecido que x e y eran gan tarde. Es más fácil combatir estos problemas en la fase
sus prioridades; así restituye el foco original. Si el punto nue- de mantenimiento del contrato si el terapeuta ha sido capaz
vo, z, realmente parece más importante que x e y, el terapeu- de establecer previamente términos claros. Si esto fue así, cuen-
ta puede sugerir que se revise el contrato para hacer de z el ta al menos con un compromiso verbal de respetar las reglas
foco. Por ejemplo, puede decir: «Si bien acordamos centrar- básicas del tratamiento y tal vez haya conseguido entretanto
nos en x, este punto se presenta como algo mucho más im- entablar una relación con los miembros poderosos de la fami-
portante para todos ustedes. ¿Qué tal si abordamos esto pri- lia (véase el capítulo 2).
mero y después volvernos a x?».
Es muy útil tener el contrato en mente, sobre todo si se
es principiante. La mayoría de los que se inician se sienten SUGERENCIAS
incómodos cuando deben utilizar su poder y controlar activa-
mente las sesiones. Un contrato les permite descargar sobre Evaluar la conducta del propio terapeuta. Es importante
este la función del control. Los terapeutas se convierten en recordar que toda conducta debe evaluarse en el contexto de
los defensores de lo que la familia ha dicho que quería o de lo que sucede en la familia y en la terapia. Si un miembro
aquello a lo que se comprometió. Desde luego que se pueden ha acordado asistir, pero de repente comienza a faltar a las

15.7
156
sesiones, puede ocurrir que el terapeuta tenga que revisar sus fía, los padres decidieron retener una parte de la mensualidad
intervenciones para ver si se ha aliado inconcientemente con de su hijo si este no asistía a terapia porque entendieron que
otros miembros de la familia o si ha descuidado l.as necesida- su ausencia podía prolongar el tratamiento y, por lo tanto,
des de ese miembro en alguna forma. Si esto resulta ser ver- hacerlo más costoso para la familia. Se puede comunicar una
dadero, el terapeuta puede hacerlo explícito admitiendo ha- variedad de estrategias a la familia, al tiempo que se la alien-
ber cometido un error y pidiendo que se lo sei'lalen si vuelve ta a elaborar sus propias técnicas, basándose en lo que sus
a ocurrir, o bien limitarse a atender con más cuidado las ne- miembros conocen unos acerca de los otros.
cesidades de ·esta persona en futuras sesiones. Conviene disuadir a los padres del uso de sobornos, técni-
Si miembros recalcitrantes de la familia producen fuertes ca esta relativamente ineficaz que a menudo tiene efectos se-
reacciones negativas hacia el terapeuta o hacia las sesiones, cundarios adversos. Los padres que utilizan esta estrategia ge-
lo mejor será ponerlas a consideración abiertamente. Pero en neralmente lo hacen porque consideran tener poco control efec-
general debe alentarse a los miembros de la familia para que tivo sobre sus hijos. Por ejemplo, una madre sobornó ·a su
respoIJdan y se expresen con claridad. Si a una persona le dis- hijo para que concurriera a terapia, sabiendo que de esta ma-
el
gusta estilo del terapeuta, quizás este pueda modificarlo. nera le proporcionaba el dinero que alimentaba su hábito de
Si las objeciones no se superan, nada tiene de malo ofrecer abusar del remedio para la tos. En tales situaciones el tera-
otro terapeuta. No todo terapeuta es adecuado para una fa- peuta debe tratar de obtener cooperación asistiendo a la fa-
milia. A menudo los miembros rechazan el concurso de otro milia para que encuentre. otra estrategia. En el caso que refe-
terapeuta, pero el hecho mismo de habérselos ofrecido tal vez rimos, se consiguió que el padre del muchacho se encargara
les haga sentir que se han comprendido y tomado en serio de moverlo a asistir.
sus quejas, lo que les permitirá comenzar a trabajar empei'lo-
samente con el terapeuta que tienen. Ofrecer menos sesiones. Puede resultar más fácil conse-
guir que un miembro resistente acepte sesiones de terapia men-
Enviar una invitación personal. El terapeuta puede consi- suales si las semanales le resultan inaceptables. Selvini Palaz-
derar necesario dar pasos expresos para volver a incluir a un zoli y sus colegas (1978) sostienen haber obtenido excelentes
individuo que ha roto el compromiso de concurrir a terapia. resultados con una frecuencia mensual, pero esta respuesta
Puede llamar al miembro que ha desertado, averiguar los pro- puede tener relación con el abordaje muy particular que em-
blemas prácticos que la asistencia le trae y negociar con él plean. No obstante, vale la pena el intento; y los terapeutas
de manera directa, con afirmaciones que realcen su impor- evaluarán las posibles ventajas y desventajas de encuentros
tancia, como: «No creo que lleguemos a ningún lado sin us- esporádicos frente a la posibilidad de perder totalmente uno
ted». Aun cuando los miembros de la familia propenden a o más miembros. Lo mismo que Selvini Palazzoli, estos tera-
evitar el dolor de las sesiones terapéuticas, se suelen sentir ha- peutas tal vez descubran que aquello que comenzó siendo una
lagados e interesados si el terapeuta dedica tiempo a acercar- necesidad se convierte en una ventaja. Sin embargo, deben
se a ellos de esta manera. revisar sus motivos antes de instituir este plan. No deben usarlo
simplemente para no discutir con la familia o como una ma-
Ayudar a la familia a reincorporar al miembro o a los nera de evitar su propia ansiedad en relación con las sesiones
miembros resistentes. De acuerdo con el principio de dejar familiares. Esta estrategia sólo debería emplearse cuando los
tanta responsabilidad como se pueda en manos de la familia, terapeutas consideren que pueden lograr algo sobre una base
el terapeuta puede hacer de la ausencia de ciertos miembros mensual.
un tema de discusión en las sesiones. No sólo ofrecerá a la
familia estrategias que han funcionado con familias envueltas
en tales luchas sino que sugerirá ideas para hacer que vu,elva
el miembro ausente. En una familia descrita en la bibliogra-

158 159
Problema 2. La omisión de hacer las tareas asignadas bros dan de su incumplimiento. Puede discernirse fácilmente
su nivel de resistencia, al tiempo que se recogen en este proce-
La mayoría de los terapeutas de familia utilizan tareas pa- so datos adicionales acerca de la organización y lás pautas
ra alcanzar sus objetivos. Pueden estar diseñadas para rees- de interacción de la familia. Esta conversación acerca de la
tructurar la familia, para reforzar cambios tratados en las se- tarea y las circunstancias que rodean al incumplimiento pone
siones o para crear una situación que provoque el cambio es- el acento sobre la tarea, lo cual refuerza la importancia que
pontáneo. Pueden ser tan específicas como «Joe sacará la le atribuye el terapeuta. Generalmente este descubrirá, tras
b~sura día por medio y papá se encargará de asegurar que la revisión, que la tarea ha sido demasiado vaga o ambiciosa.
lo haga» o tan vagas como «Sarah ayudará a Jon a tratar Pero al mismo tiempo obtendrá información valiosa que po-
con Jason». Esto depende de lo que quiera lograr el terapeu- drá utilizar cuando asigne nuevas tareas. Recientemente, por
ta. En general, cuanto más específica la tarea, más fácil para ejemplo, uno de nuestros internos pidió a una pareja muy de-
la familia cumplirla y' para el terapeuta decidir si en efecto savenida que dedicara una hora por noche a hablar sobre su
se cumplió. Determinar si Joe sacó la basura es asunto senci- relación. La pareja lo hizo durante quince minutos la primera
llo, pe~o que Sarah haya ayudado a Jon a tratar con Jason noche, se enzarzó en una áspera discusión, dejó de hablarse
es materia opinable. por el resto de Ja semana, y llegó a la siguiente sesión al borde
Las tareas son_ muy útiles, pero su acatamiento por parte del divorcio. El terapeuta comprobó que la tarea que había
de los miembros es a menudo un problema. El terapeuta debe asignado era inviable para una pareja cuyos miembros ni si-
afianzar algún ascendiente dentro de la familia antes que pueda quiera habían decidido previamente si tenían deseos de con-
esperar cooperación en el cumplimiento de tareas. Si bien el versaJ.
simple hecho de ser rotulado «el terapeuta» es suficiente para Si los terapeutas determinan que han cometido un error,
inspirar algo de cooperación, a veces es necesario destacar la es decir, si han asignado una tarea demasiado dificil o no per-
pericia del terapeuta o la utilidad de las tareas. El fracaso en tinente, deberán admitirlo. Si bien algunos especialistas, por
el cumplimiento de tareas es siempre una resistencia. Sin em- ejemplo Jay Haley, han afirmado que los terapeutas deben
bargo, esta bien puede ser provocada por un error del tera- hacer.responsables a los miembros de la familia por su fraca-
peuta. Muchos, particularmente los principiantes, asignan ta- so en cumplir las tareas (Haley, 1976), es probable que haya
reas que son demasiado ambiciosas o que no presentan una claras ventajas en admitir errores en su asignación. Los tera-
relación directa con el problema tal cual lo ve la familia. · peutas no sólo incrementan su credibilidad cuando admiten
libremente que una tarea ha sido equivocada y cuando asig-
nan una más apropiada, sino que también evitan que la fami-
SUGERENCIAS lia se desasosiegue por su incapacidad de realizar algo en apa-
riencia tan fácil.
Evaluar la tarea. Antes de dar otros pasos, es importante
interrogar a los miembros de la familia para determinar si hay Reasignar la .misma tarea. Si la evaluación de la tarea lle-
que atribuir a un error del terapeuta la omisión de la tarea. va a concluir que fue pertinente y adecuada, el terapeuta pe-
Durante este debate, el terapeuta debe hacer para sí la siguiente dirá a la familia que haga un nuevo intento. Sus miembros
reflexión: «Considerando la forma de operar de esta familia, pueden estar probando al terapeuta para ver cuán en serio
¿cuál fue el nivel de dificultad de esta tarea?». Es decir, el deben tomar las instrucciones, o estar expresando su propia
terapeuta evalúa si la tarea fue demasiado ambiciosa para la ambivalencia en relación con el cambio. Reasignar una tarea
familia o si a él le faltó ascendiente para lograr el acatamien- destaca y refuerza su importancia, así como. la de cumplir las
to. Conviene que revea la tarea con la familia para descubrir directivas del terapeuta. Pueden introducirse pequeñas modi-
las razones específicas por las cuales no se la cumplió, Y. que ficaciones en la prescripción, siempre que ayuden a los miem-
haga un empleo diagnóstico de la explicación que los miem- bros de la familia a salvar las apariencias o si de ese modo

160 161
aumentan las posibitidades de que la tarea se lleve a cabo sin de recibir otra que esté estructurada de manera similar, pero
que se desvirtúe su propósito originario. que coloque la responsabilidad del cambio en un miembro dis-
tinto. El cambio nunca es simétrico ni simultáneo en un siste-
Asignar una tarea más fácil y más específica. Si los tera- ma. Generalmente, partes de este están en condiciones de cam-
peutas se inclinan por emplear la técnica de la asignación de biar antes que otras. Si un miembro de la familia está más
tareas, no deben desistir simplemente porque una vez ha fa. preparado para cambiar que otro, no tiene sentido pelear con
liado. Esa renuncia crea en la familia la impresión de que el el más resistente. En función de conservar la energía del tera-
terapeuta es inconsistente o poco serio. Si este no se mantiene peuta y evitar su fatiga, un buen principio es seguir la línea
firme, puede tropezar con dificultades para lograr anuencia de la menor resistencia. Dar a elegir la tarea a la familia pro-
en otras cuestiones. Además, se aprende lo suficiente si se exa- porciona un diagnóstico para determinar quién está prepara-
mina el fracaso de una tarea para poder elaborar y asignar do para el cambio dentro del sistema; al mismo tiempo, redu-
una más apropiada. ce al mínimo la resistencia porque comunica a sus miembros
Eq la pareja descrita antes, probablemente hubiera sido la_·sensación de que controlan el proceso. Por otra parte, pue-
más apropiado asignar una tarea más limitada. Por ejemplo, de alentar una pequeña competencia saludable entre los miem-
se les podría haber pedido que dedicaran media hora por se- bros en cuanto a demostrar quién es el «más preparado» y
mana a hablar sobre una actividad que quisieran realizar jun- el «más cooperativo».
tos. Esto limita tanto el tema como el tiempo, y evita las pre- La familia Carlson incluía a dos muchachas adolescentes
siones y las confesiones íntimas para las cuales los cónyuges que no querían concurrir a terapia y mucho menos participar
no están preparados todavía. Si bien la mayoría de las pare- en la discusión o realizar tareas. Cuando se negaron rotunda-
jas y familias protestan un poco ante tareas que parecen fáci- mente a realizar una tarea, la terapeuta afirmó que no impor-
les («Esto es fácil, sabemos hacer más»), las tareas resultan taba, porque ellas no estaban preparadas para producir cam-
más difíciles de lo que se creyó. bios en la familia. A continuación definió a los padres como
Esto no significa que las familias nunca toleren tareas di- más interesados en el cambio en ese momento. Les pidió que
fíciles. A veces son capaces de enfrentar el desafío. Uno de dedicaran algo de tiempo a conversar y llegaran a un acuerdo
nuestros residentes trató recientemente a una familia grande, en una o dos reglas para sus hijas. Cuando volvieron a la se-
miedosa y desorganizada en la que cada uno se quejaba del mana siguiente, no sólo los padres habían completado su ta-
comportamiento de los demás. Los padres eran por completo rea, sino que las hijas habían realizado la tarea sobre la que
. incapaces de establecer expectativas razonables para el cum- se había conversado pero que no les había sido asignada.
plimiento de tareas hogareñas elementales. El practicante era
un individuo sumamente organizado. La confusión de la se- Emplear un mensaje paradójico. La sugerencia anterior
sión familiar fue más de lo que él podía tolerar. Entonces, es, en alguna forma, una técnica paradójica, método este que
contra el consejo del supervisor, limitó las sesiones a ver sólo se puede usar de una manera más general. Si la familia no
a los padres. Después elaboró -también contra el consejo cumple con una tarea pertinente y significativa, y el terapeuta
del supervisor- un complicado sistema de reglas que los pa- considera que esto se debe a que es resistente, sea al terapeuta
dres debían establecer en su casa, con multas por incumpli- o al cambio, puede elegir un mensaje paradójico como técni-
miento. Asombrosamente, los padres no sólo fueron capaces ca de intervención. Por ejemplo, presentar el cambio como
de sostener esto al pie de la letra, sino que cobraron multas algo peligroso, o afirmar que la familia avanza demasiado rá-
a sus hijos y salieron a pasear el sábado a la noche utilizando pido y entonces instarla a abandonar la tarea o apoyar su re-
la suma recaudada. sistencia. Si la familia abandona la tarea, el terapeuta no re-
sulta desautorizado porque él lo sugirió. Si eligen «vencer»
Dar la oportunidad de elegir otra tarea. A veces, ayuda al terapeuta y completan la tarea, habrán producido un cam-
dar a la familia la oportunidad de repetir la tarea previa o bio para su bien. Por ejemplo, un psiquiatra derivó al dueño

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de una boutique y a su familia a la Family Therapy Clinic; Cuando los miembros de la familia se han confabulado
le preocupaba la relación simbiótica entre la madre, a quien . para evitar compartir un hecho real con el terapeuta, puede
trataba por una severa depresión crónica, y su hija de diez no tratarse de una deéisión conciente tomada entre ellos sino
años. La pareja se quejaba de que no podía lograr que su de una adhesión a las reglas inconcientes de la familia de no
hija se quedara en su propia cama durante la noche. Cada hablar acerca de ciertos temas y de no criticar a determinados
noche, la niña se quejaba de que no podía dormir y trepaba miembros. En algunos casos, se utiliza un hecho real para no
a la cama de los padres. Cuando la terapeuta cuestionó esta hacer foco sobre otro que resulta más penoso. Todos los tera-
práctica, la madre sostuvo que no podía soportar la idea de peutas, tarde o temprano, se encuentran con el ejemplo clási-
que su hija permaneciera en su cama despierta y totalmente co de este fenómeno, aquel en que la familia persiste en 'hacer
sola. Sostuvo además que su medicación le producía un sue- foco sobre los síntomas del paciente individualizado para no
ño demasiado profundo para poder darse cuenta de que su enfrentar un conflicto penoso entre los padres. En un caso
hija venía a su cama. El padre afirmó que no podía llevar reciente, una joven llamada Lilly tenía accesos de vómitos in-
a la nii\a de vuelta a su cama porque él sufría de la columna controlables que la dejaban exhausta y jadeante. Era com-
y la niña no volvía sola. La pareja se resistía consistentemen- prensible que la familia hiciera foco sobre este horrible sínto-
te a la solución evidente más simple, que era cerrar la puerta ma. Los padres de Lilly no podían entender por qué alguien
del dormitorio. La terapeuta comenzó adoptando la postura podía récomendar terapia familiar. Insistieron en que la fa •
de que ellos estaban absolutamente en lo cierto, que erabas- . milia era perfecta y continuaron explicando que sólo habían
tante poco sensato pedir a una nii\a de diez años que durmie- tenido dos discusiones en sus veintidós años de matrimonio.
ra en su propia cama; y agregó unas reflexiones sobre el ta- Esta ausencia de conflicto era notable en vista de las diferen-
maño que debería tener la cama matrimonial cuando la niña cias que existían entre ellos. El padre de Lilly era mezquino,
se convirtiera en una adolescente. Tras algunas semanas así, exigente, perfeccionista y en extremo controlador.. Afirmó que
el padre abruptamente cerró con llave; y cuando su hija repe- sus hijos podían tranquilamente quedarse en la casa hasta que
tidas veces golpeó a la puerta, le ordenó que volviera a su cumplieran los treinta y cinco años, siempre que hicieran las
habitación. Después de varias noches, la niña dejó de golpear. cosas como él quería. La.madre de Lilly era brusca y descui-
dada. Nunca lograba tener la casa de acuerdo con los están-
dares perfeccionistas de su marido. En realidad, en los últi-
Problema 3. La equivocación en el foco mos tiempos apenas se ocupaba de la casa. En general era
Lilly quien se encargaba, y aborrecía esto porque la privaba
La familia que omite mencionar un asunto muy impor- de estar con sus amigos, pero al mismo tiempo le aterrorizaba
tante es muy parecida a la que olvida mencionar a una perso- que el padre explotara si encontraba la casa hecha un chique-
na muy importante. Sus miembros tal vez se confabulan para ro. Sin embargo, cuando el padre insinuó que él pudiera tal
encubrir un asunto delicado, a menudo por temor a que sepa- ·vez exigir demasiado de su hija, tanto Lilly como su madre
re a la familia o hiera a algunos muy profundamente. Si los le aseguraron que sus estándares eran razonables. En el mo-
terapeutas no descubren la cuestión por su propia iniciativa, mento en que Lilly sugirió que su madre podría ocuparse más
sus intervenciones fracasarán misteriosamente y sólo les que- de la casa, el padre defendió a su mujer, afirmando que esta
dará preguntarse por qué no funciona el contrato. Esta for- necesitaba un poco de tiempo de ocio. Lilly se apresuró a ad-
ma de resistencia es común sobre todo en familias en las que mitirlo y, sonriendo inapropiadamente, se sumergió en el si-
ha habido un involucramiento sexual, real o imaginario, en- lencio. Las diferencias evidentes entre los padres eran nega-
tre un adolescente y un padre, padrastro o consorte de alguno das o tomadas en broma por todos los miembros de la fami-
de los padres. En esos casos, todos los miembros suelen parti- lia, mientras Lilly quedaba fijada en el medio. La única forma
cipar de una alianza tácita para esconder esa actividad se_xual, de liberarse de los quehaceres domésticos y evitar la respon-
por culpa o por miedo a que se disuelva la familia. sabilidad de mantener la paz en la familia era desarrollar un

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bles para aquello que a toda costa intentan desconocer. Si una
síntoma debilitante. El terapeuta, que sintió lástima por Lilly, familia no saca a relucir un tema de manera espontánea es
sugirió que había un conflicto sustancial entre las demandas probable que esté obedeciendo a una regla tácita. Señalar asun-
del padre y la conducta de la madre. La familia entera atacó tos delicados, particularmente en las primeras entrevistas, pue-
al terapeuta y, a continuación, dejó el tratamiento, alegando de llevar a una terminación prematura, como sucedió en el
que tras cinco sesiones, Lilly sólo vomitaba los días en que caso de Lilly y en el del practicante que permitió que el deba-
tenían sesión familiar, de manera que quedaba claro que la te sobre los problemas de la crianza se convirtiera con dema-
terapia familiar la perturbaba. siada rapidez en una discusión acerca de los problemas ·con-
No sólo las familias «perfectas» se confabulan para abste- yugales. Son absolutamente decisivos el encuadre del enfren-
nerse de mencionar temas importantes. Los miembros de la tamiento y su oportunidad. Lo mejor que puede hacer el
familia pueden ser abiertamente hostiles entre ellos y, sin em- terapeuta es esperar hasta acreditarse al menos algo de con-
bargo, confabularse para no discutir un punto crucial. La fa- fianza, y luego intentar intervenir para tantear el agua. Si siente
milia de una joven llamada Dorothy ilustra este fenómeno .. que aún está demasiado fría, no le conviene zambullirse.
Ella viho a terapia con su madre y sus tres hermanas meno-
res. La queja presentada era su rebelión abierta contra lama- Reclasificar los problemas. Si el terapeuta de Lilly, un clí-
dre. Pronto se descubrió que también mostraba hostilidad ma- nico veterano, no se hubiera dejado llevar por su simpatía
nifiesta hacia el compañero de la madre, quien se había insta- hacia la lucha desesperada de Lilly por controlar su propia
lado en la casa e intentaba, evidentemente, establecerse como vida, y si hubiera redefinido el conflicto entre los padres co-
fuente de autoridad. Por sugerencia de la terapeuta se inclu- mo algo propio de las tensiones normales entre personas dife-
yó a este hombre, Rob. La madre de Dorothy apoyaba de ma- rentes y complementarias, podría haber retenido el caso. Cuan-
nera sistemática los esfuerzos de Rob para controlar a las ni- do el conflicto ha sido catalogado como normal, su discusión
ñas en el aparente intento positivo de establecer una alianza resulta menos amenazadora. El problema se podría haber de-
parental y límites generacional'es firmes. A pesar de una pro- finido en este caso como una necesidad de encontrar la forma
gresiva consistencia y de lo que parecía buena voluntad, las de ayudar a Lilly a establecer algo de control sobre sus vómi-
cosas no mejoraron. La situación se volvió cada vez más peli- tos, para lo cual se debía mantener al margen de las desave-
grosa cuando Dorothy comenzó a provocar repetidas veces nencias normales entre los padres y tenía que alcanzar cierto
a Rob en peleas físicas que terminaban en lesiones leves. Cuan- control sobre otros aspectos de su vida.
do la terapeuta por fin se reunió a solas con Dorothy, ella ·-·
soltó abruptamente la acusación de que Rob había tratado Estar preparado para afrontar la ansiedad y los ataques.
de molestarla sexualmente mientras su madre se encontraba A veces resulta necesario enfrentar asuntos delicados d·e un
en el hospital a causa de una histerectomía. Como estaba lle- modo directo, aun cuando esta acción pueda provocar el aban-
na de culpa y temía que, si su madre se enteraba, la rechaza- .dono del tratamiento por parte de la familia. En familias ex-
ría y se pondría del lado de Rob, había mantenido el secreto. tremadamente resistentes, en las que ninguna otra cosa ha dado
Lo que no podía mantener en secreto era su tremenda ira ha- resultado y en las que vale la pena el riesgo que implica el lo-
cia su madre, por no protegerla, y hacia Rob, po_r aprove- gro de un cambio rápido o la prevención de un inminente de-
charse de ella. Sentía que tanto ella como Rob habían traicio- sastre, los terapeutas pueden enfrentar asuntos delicados de
nado a su madre. un modo directo. Pero deben estar en condiciones de tolerar
la ansiedad de la familia y aun sus ataques de ira. Por ejem-
plo, Joe, un niño de nueve años, derivado por una unidad
SUGERENCIAS de pacientes internados, había amenazado con suicidarse y ha-
bía prendido fuego a la casa de la familia. Los padres se ne-
No precipitar una confrontación demasiado pronto. Re- gaban a hacerse responsables de la perturbación de Joe o de
sulta útil recordar que las personas sori en extremo suscepti- ·

167
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introducir algún cambio en el modo de funcionamiento de la crisis. Comenzaba cada sesión así: «Bueno, usted sabrá que
familia. No hacían más que quejarse de que la escuela no po- ·han expulsado a Jeffr~y por mentir otra vez» o «Por supues-
nía a Joe en la clase que correspondía. A pesar de la resisten- to, usted adivinará que John se emborrachó y destrozó el auto-
cia que ciertamente encontraría, el terapeuta los enfrentó con móvil». En el aire flotaba un tácito: «¿ Y usted qué hará para
su rol de padres fracasados y con su excesiva afición a la be- remediarlo?». Cuando la terapeuta intentaba hacer foco so-
bida. Se pusieron muy a la defensiva y atacaron al terapeuta, bre la necesidad de establecer una coalición parental más co-
quien se limitó a seguir repitiendo que debían hacer algo pronto herente, los padres presentaban otro problema desastroso, o
porque su hijo estaba completamente fuera de control. Los bien uno de los hijos provocaba una crisis. La terapeuta esta-
padres de Joe faltaron a las dos sesiones siguientes, pero el ba segura de que la alianza conyugal estaba en crisis, pero
terapeuta insistió llamándolos y volviendo a exponer su pun- ambos padres sostenían que su matrimonio sería feliz si no
to de vista. También movilizó otros sistemas para que lo acom- fuera por sus terribles hijos. La terapeuta les permitió mante-
paftaran en su intento de comprometerlos en una acción cons- ner el foco sobre sus hijos, pero siguió insistiendo en que es-
tructiva:. Al fin volvieron e hicieron pequeftos esfuerzos para· tablecieran un conjunto coherente de reglas y las hicieran cum-
modificar su conducta parental. Estas confrontaciones direc- plir. No se sorprendió cuando reaccionaron poniendo a su hi-
tas resultan muy difíciles para terapeutas que no trabajan en jo mayor. en terapia individual la vez siguiente que provocó
un contexto de apoyo; por lo tanto, para los que practican una crisis. Tampoco le sorprendió que un año después el pa-
únicamente en forma privada, se recomiendan sólo si se sien- dre intentara suicidarse y finalmente volvieran para solicitar
ten con coraje y energía. terapia conyugal.

Problema 4. Un foco inconsistente SUGERENCIAS

A menudo resulta difícil mantener un diálogo o una dis- Hacer foco sobre la falta de foco. El contrato se puede
cusión familiar sin apartarse del asunto hasta resolverlo o lle- usar para controlar la falta de foco. Cada vez que se presenta
gar a un acuerdo sobre él. Esto se debe sobre todo a que las una cuestión nueva, el terapeuta puede. señalar que no forma
familias en ese momento discuten acerca de aquello que les · parte del contrato en vigor. Si la familia entiende que una
resulta más displacentero, y dan la bienvenida a todo lo que cuestión tiene importancia bastante para desplazar a los .pro-
las distraiga. En una variación de la técnica de los supermer- blemas ya definidos corno prioridades, entonces se renégocia
cados, sus miembros pueden venir con un problema nuevo el contrato de manera explícita. Generalmente, si la cuestión
cada semana para evitar discutir el problema principal que nueva es una resistencia, la pregunta acerca de su importan-
los trajo al tratamiento. Presentan el problema nuevo como cia basta para reenfocar el problema real.
si fuera infinitamente más apremiante e interesante que el an- · . Pero hay familias que son caóticas. Se les ha convertido
terior. Ló introducen corno una crisis reciente o como algo en un modo de vida plantear y abandonar cuestiones, sin re-
que el terapeuta debería haber descubierto hacía semanas. solverlas. Su incapacidad para hacer foco sobre un problema
Era lo que sucedía en el caso de la encumbrada familia y resolverlo debe convertirse en una de las cuestiones sobre
Sands. Tanto los padres como sus tres hijos tenían muy bue- las cuales acuerden trabajar. Una vez establecida la impor-
na presencia y vestían bien. Durante las primeras semanas de tancia de este punto, las sesiones enteras se pueden estructu-
terapia hablaron sobre el abuso de drogas de su hijo mayor. rar en torno del eje de llegar a un acuerdo acerca de un punto
El siguiente paso fue quejarse de las continuas mentiras de o acerca de una tarea para realizar en la semana. El progreso
su segundo hijo. El padre se complacía en presentar la crisis se puede medir por el tiempo que les lleva lograr una transac-
o el problema nuevos con una pizca de sarcasmo: daba a en- ción en el curso de la terapia. Hace poco, una familia se tuvo
tender que la terapeuta debió predecir o prevenir esta última . que esforzar una hora y veinte minutos hasta alcanzar su pri-

168 169
milia para conseguir esto. Pedir a sus miembros que contro-
mera decisión. Cada miembro tenia varias sugerencias que ha- len su tendencia a presentar cuestiones nuevas, y enseñarles
cer, e interrumpió a los otros por lo menos dos veces. Al final algunas técnicas, hace que recaiga sobre ellos la responsabili-
del tratamiento, sólo se requerían tres o cuatro minutos para dad de decidir cómo van a usar la sesión. Un profesor y su
tomar una decisión. mujer e hijo fueron derivados a la Family Therapy Clinic des-
pués que el hijo fue arrestado por intento de violación. En
Desconocer el cambio e insistir en el foco original. Si el realidad no era tanto; más bien había rondado las casas de
cambio de foco es claramente un intento de evitar una cues- unas adolescentes e intentó tocarles pechos y nalgas, para sa-
tión penosa, el terapeuta puede considerar el nuevo asunto lir enseguida corriendo. Los padres estaban conmocionados
un rato para volver enseguida sobre aquella, o simplemente y atemorizados, sobre todo por la intervención de la policía.
bloquear el intento de cambiar d:e foco. Los Wilson eran una Se manifestaron totalmente dispuestos a hacer un contrato para
familia sin padre, que demandó tratamiento porque la madre comenzar a imponer límites a la conducta del hijo, algo que
sentía que no podía controlar a sus hijos rebeldes. Se pudo no habían hecho antes. Pero tan pronto como el peligro in-
lograr algún progreso en el establecimiento de reglas y expec- mediato de juicio hubo pasado, los tres miembros de la fami-
tativas, pero pronto se llegó a un punto en el tratamiento en lia comenzaron a perder el rastro del tema que se discutía en
que se hizo evidente que estas personas tenían que tramitar terapia y se interrumpían unos a otros a menudo. El terapeu-
el hecho de la muerte del padre. Sus sentimientos en relación ta señaló que ahora que se había desistido de la acusación,
con su padre/esposo, y la forma en que había muerto, les es- todos parecían menos interesados en proseguir con el contra-
torbaban ser una familia; aun así, nunca habían discutido ni to. Los tres admitieron que se sentían menos tensos, pero tam-
elaborado como familia la muerte del padre. Cuando comen- bién dijeron que esto era tal cual ocurrían las cosas en casa,
zaron a aparecer fragmentos de información acerca del padre donde todo quedaba a medio resolver. El terapeuta pidió en-
hacia el final de una sesión, los miembros aceptaron de mala tonces a cada uno que tratara de mantener la atención sobre
gana que el tema del duelo se debía abordar en ese momento. el tema discutido, que se abstuviera de interrumpir a los de-
La sesión siguiente comenzó con una gran crisis. Una de las más y que comenzara cada frase con «Yo pienso». La familia
hijas adolescentes afirmó que no podía seguir viviendo con tuvo una experiencia de intercambio de ideas en que todos
la familia. Uno de los muchachos derribó una mesa y salió se esforzaron en asumir la responsabilidad de no interrumpir
corriendo de la habitación. La madre afirmó enojada que la a los demás y de llegar a una conclusión del debate .
única manera en que la terapeuta podía ayudarlos era encon-
trar un internado adecuado para sus tres hijos porque ella ya Calificar una sesión como día de vacaciones. Si se ha lo-
no aguantaba más. Tras pedir a uno de los miembros que bus- grado algún cambio en el pasado pero ahora la familia parece
cara al muchacho que había salido intempestivamente de la divagar, es a veces inteligente declarar una sesión como día
sala, la terapeuta no abordó la crisis porque pensó que se tra- -de vacaciones e invertir el tiempo en «trato social». Si un te-
taba de una pista falsa. Enfocó directamente el tema de (a rapeuta utiliza esta técnica, es importante que defina la con-
pérdida: «Supongo que es mucho más fácil pelearse entre us- ducta de manera que los miembros de la familia no confun-
tedes que hablar acerca de lo tristes que se sienten y lo mucho dan el trabajo con el juego. Aunque la divagación puede ser
que extraña.o a su marido/padre». Casi todos empezaron a una resistencia o una reacción a algo que ha sucedido en tera-
llorar al mismo tiempo y se inició el proceso de duelo. pia, no siempre es una mala idea dejar que la resistencia sirva
a su función y siga su curso. Esto, por supuesto, sólo es apro-
Poner la responsabilidad por el cambio en ellos. Las fa- piado si se lo-hace muy de tiempo en tiempo y cuando la fa-
milias suelen ser adictas a inducir al terapeuta a que asuma milia tiene antecedentes de trabajar en función del cambio.
todá la responsabilidad por el cambio, más o menos como Por ejemplo, una familia babia sido vista en la Family The-
son adictos los terapeutas a asumirla por su cuenta y en exce- rapy Clinic durante algunos meses. En ese lapso, la animosi-
so. No atenerse a un foco consistente es un recurso de la fa~

.171
170
y el terapeuta ha sido eficiente en su intento de unir a la fami-
dad entre la madre y la hija mayor había disminuido en gran
medida y la situación conyugal había mejorado. Algunos pro- lia y provocar el cambio, puede ser visto casi como un miem-
blemas seguían existiendo, en particular el hecho de que la bro más. En el caso de familias enmarañadas, las separacio-
madre tenía períodos de depresión que no parecian relaciona- nes y las pérdidas resultan siempre difíciles. Más allá de la
dos con la interacción familiar. La terapeuta se propuso con- habilidad del terapeuta para atribuir a los miembros los méri-
versar sobre esto con toda la familia para que los hijos pudie- tos del cambio, estos sentirán cierto grado de dependencia del
ran comprender mejor la conducta impredecible de su madre. terapeuta y algo de temor por no saber cómo se arreglarán
No quisieron saber nada de ello. Todos se pasaron el tiempo · solos.
cambiando de tema o contando a la terapeuta historias acer- Un contrato explícito y claro ayuda mucho a evitar algu-
ca de la escuela. Finalmente, ella desistió y dijo: «Puesto que nos de los problemas de esta etapa del tratamiento. Con un
ninguno quiere hablar acerca de la depresión de mamá, pon- contrato claro, la terminación se convierte casi en una cues-
dré fin a mis esfuerzos y dejaré que ustedes me entretengan». tión de hecho. Si una familia sabe desde el comienzo que el
La familii continuó entreteniéndola un rato y después volvió tratamiento terminará al cabo de doce sesiones o de seis me-
espontánéamente al trabajo. ses, está preparada para ese evento y actuará en consecuen-
cia. Incluso en el caso de que no se haya mencionado un nú-
mero específico de sesiones, si una familia sabe que la terapia
terminará cuando se hayan alcanzado los objetivos x e y, ge-
Resistencias a la terminación del contrato neralmente querrá cesar cuando se han alcanzado esos obje-
tivos .. Los contratos de tratamiento ayudan a evitar expec-
El monto de resistencia a la terminación de un contrato tativas infantiles e inadecuadas de que el terapeuta es para
de tratamiento en terapia familiar varía considerablemente, siempre.
aunque por varias razones no suele constituir un problema Los problemas que surgen en relación con el tema de la
grave. En la mayoría de los casos, las terapias familiares terminación del contrato pueden agruparse en tres categorías:
-incluso las prolongadas- no suponen una relación y una resurgimiento del síntoma, lunas de miel y evitación absoluta
trasferencia tan intensas como la terapia individual tradicio- del tema.
nal. Ya la presencia efectiva de miembros de la familia en las
sesiones lleva a hacer foco sobre la solución de problemas con-
cretos con personas reales o, a lo sumo, sobre la forma en Problema 1. Resurgimiento de los síntomas
que relaciones y conductas aprendidas del pasado se aplican
·de manera inadecuada a las circunstancias actuales. La inten- Cuando se plantea la idea de terminación, algunos miem-
sidad del"apego suele ser amortiguada adrede por el terapeuta bros de la familia comienzan a presentar los mismos viejos
que redirige el foco sobre la interacción entre los miembros problemas que los trajeron a terapia y que habían sido elimi-
de la familia, apartándolo de su interacción con él. Además, nados hacía tiempo. De repente reaparecen los antiguos mo-
algunos modelos de terapia familiar piden que el terapeuta delos de conducta e interacción. Otras familias pueden iniciar
atribuya siempre el mérito y la responsabilidad del cambio discusiones acerca de sus temores de que los síntomas reapa-
o del progreso a la familia, en lugar de situarse él en un rol rezcan, y en ocasiones crean las condkiones propicias para
central y fomentar la dependencia. Por último, gran parte de que ello suceda.
la terapia familiar es relativamente breve y se centra en un Una familia que ha funcionado perfectamente bien sola,
problema, por lo cual desalienta el desarrollo de una fuerte tal vez de repente empiece a llamar por teléfono entre sesión
dependencia del terapeuta. y sesión o a tener crisis inexplicables que requieran sesiones
No obstante, muchas familias se resisten a la terminación extra. Desde luego que todos estos fenómenos son más comu-
cuando esta es inminente. Si la terapia ha sido prolongada. nes cuando el problema presentado era serio y el tratamiento

172 173
ha sido prolongado. En una familia se inició lá terapia des- serie de tareas, y con mucho apoyo, Mary gradualmente aban-
pués que el fracaso de varios tratamientos y hospitalizaciones donó sus síntomas. Tras un logrado viaje a California (tam-
durante un período de siete af'l.os no había logrado modificar bién había tenido miedo de volar) durante el cual pasó pe-
la conducta psicótica y disfuncional del hijo menor. Trascu- ríodos sola en una ciudad desconocida, la terapeuta consi-
rrido un af'l.o y medio de tratamiento familiar, el hijo había deró que podía terminar el tratamiento. Mary pareció desani-
logrado una relativa estabilidad, participaba de actividades mada, y a la semana siguiente telefoneó para decir que deja-
sociales y hacía trabajos voluntario·s en una organización lo- ba su trabajo porque padecía de jaqueca. En la sesión siguien-
cal sin fines de lucro. Cuando el terapeuta comenzó la etapa te, mencionó una ansiedad menor que había sentido al que-
de terminación, convencido de que se había logrado cuanto darse sola una noche,. por lo cual debió refugiarse.en casa
era posible, la madre se puso a seguir al hijo por la casa, di- de vecinos para sentirse más segura. La terapeuta la confron-
ciéndole: «Yo sé que enfermarás de nuevo». Naturalmente, tó con las siguientes palabras: «Está bien, Mary, si no estás
se precipitó una crisis. preparada, no estás preparada. Pero basta de tonterías. ¿Por
qué no haces una regresión en toda regla? Joe, sería conve-
niente que volvieras a llevarla al trabajo; Mary, yo no entra-
SUGERENCIAS ría en los negocios si estuviera en tu lugar». No hubo llama-
dos éntre los dos encuentros siguientes; Mary se volvió menos
Explicitar las resistencias. Un terapeuta puede relacionar sintomática y admitió la terminación. Se mantiene en contac-
de manera explicita el resurgimiento de conductas sintomáti- to con la terapeuta, y le envía tarjetas postales siempre que
cas con la terminación del tratamiento. Puede decir algo así: sale de viaje.
«Bien. Me doy cuenta de que no podemos terminar todavía.
Desde luego, ustedes me quieren decir que no están prepara- Alargar poco a poco el intervalo entre sesiones. Mucho
dos». La mayoría de las personas niegan que este sea su pen- más apropiada para una familia con un miembro seriamente
samiento, y después deben demostrarlo conduciéndose mejor perturbado es la t.écnica de desacostumbrarse gradualmente
sin el terapeuta. Esta técnica es ideal para aquellas familias de la terapia. Las sesiones semanales se pueden trocar por se-
que de verdad creen poder arreglarse solas y están simplemente siones quincenales, luego mensuales y, finalmente, controles
un poco temerosas de hacerlo. Esto no habría funcionado en semestrales. De esta manera, la familia comprueba que puede
el ejemplo que antes citamos, pero funcionó perfectamente manejarse sola sin enfrentarse en realidad con la terminación.
con Mary y Joe. Fueron derivados para terapia de pareja tras El momento en que esta se produce puede quedar difumina- ·
un ataque de depresión de Mary, que respondió perfectamen- do para todos. Este método de terminación gradual tal vez.
te a la medicación antidepresiva. Sin embargo, durante su de- resulte más fácil para el terapeuta. Si el tratamiento ha sido
presión, Mary se había vuelto muy dependiente de Joe y ha- extenso, él está a menudo interesado en que la familia pueda
bía desarrollado varios síntomas que lo ob!i"gaban a estar siem- mantener sus logros. Al incrementar gradualmente el interva-
pre a disposición de ella. Los síntomas eran en su mayoría lo entre sesiones, tiene la oportunidad de observar bien el fun-
de naturaleza psicosomática, como desmayos, fuertes jaque- cionamiento de la familia en ausencia de intervenciones tera-
cas y algún ocasional ataque de pánico. Estos síntomas se aso- péuticas constantes y de asegurarse de que podrá vivir sin él.
ciaban con ómnibus, negocios, cruzar la calle y quedarse sola Una de las autoras trató a una familia en que la hija de veinti-
en la casa durante la· noche. Joe había cambiado totalmente séis años padecía de un trastorno alimentario severo desde ha-
sus horarios de manera de poder llevarla y traerla del trabajo, cía mucho tiempo. El tratamiento fue largo, pero logrado.
acompañarla a hacer compras y evitar dejarla sola de noche. La familia y la paciente individµalizada estaban muy satisfe-
Joe tenía buena disposición y se había acostumbrado a cierto chas con los resultados, y sólo la terapeuta temió una recaí-
monto de dependencia en sus veintisiete af'l.os de matrimonio da. Las sesiones se redujeron poco a poco hasta cesar por com-
con Mary, por lo cual no opuso objeciones. A través de una pleto. La terapeuta hizo este trato con, una familia divertida:

174 175
ellos volverían siempre que la angustia de la terapeuta por fuertes y las habilidades, al tiempo que se establece una dis-
la paciente aumentara hasta un nivel intolerable, de manera tancia cognitiva respecto dda experiencia de terapia, ayuda
que pudiera ver con sus propios ojos que la familia seguía a producir un cierre que permita dejar la terapia sin inconve-
funcionando bien. nientes. Muchas familias parecen sorprendidas cuando. refle-
xionan sobre el curso de la terapia y ven lo lejos que han lle-
Dejar una puerta abierta. Sea que las familias terminen gado. Sería tentador para el terapeuta atribuirse los méritos,
de manera tajante o lo hagan poco a poco, a menudo resulta pero es importante adjudicar estos logros al trabajo y a las
más reconfortante para sus miembros saber que pueden vol- habilidades de la familia, e infundir esperanzas de que po-
ver si es necesario. Por ello los terapeutas deben asegurarles drán conducirse solos en el futuro.
que pueden volver para un repaso si la situación se estropea
otra vez. Harriet y Michel demandaron terapia incluso antes
de estar casados. Ambos lo habían estado antes y ahora que- Problema 2. Lunas de miel
rían convertirse en una familia armónica con cuatro hijos. Uti-
lizaron un contrato de doce sesiones de una manera muy pro- Otro método-utilizado por las familias para evitar enfren-
ductiva, anticipando problemas que encontrarían y estable- tarse de un modo realista con la terminación del tratamiento
ciendo reglas para vivir juntos. Un año después del casamiento es la creación de una atmósfera «de enamoramiento». No só-
retornaron por breve ·lapso, en momentos en que sus hijos lo presentan como maravillosas a su famil,ia y sus relaciones
adolescentes presentaban actings y faltaban al colegio. A los sino que hasta el terapeuta es maravilloso. Es tentador para
· tres años sobrevino otro período de inestabilidad en torno de el terapeuta concordar con una familia de este tipo, sobre to-
la emancipación de la hija. Cada vez que la familia regresaba do cuando esto significa que puede felicitarse y atribuirse el
en busca de tratamiento, aprovechaba bien las sesiones. Cada . mérito de tal fenómeno. Raras son las ocasiones en que se
vez sus miembros parecían más capaces de arreglárselas solos tiene la oportunidad de observar a una familia que se encami-
por más tiempo. Si esta pareja sabía cuándo pedir ayuda, en na sonriente hacia un dulce ocaso para vivir más feliz que nun-
otros casos resulta conveniente ensel\ar a las familias cuáles ca. Y bien, esta no es una buena forma de terminar sino una
son los signos indicadores de que ha llegado el momento de resistencia a enfrentarse con la terminación. Las terminacio-
hacerlo. Esto ayuda a evitar que la familia deje que se dete- nes no tienen por qué traer consigo duelo, desdicha y rechina-
riore la situació!l a tal punto que sea necesario todo un tramo miento de dientes, sino que deben ser realistas.
nuevo de terapia.

Explicitar los sentimientos.. A veces los temores relaciona- SUGERENCIAS


dos con la terminación se toleran peor justamente porque no
son del todo concientes. Nubarrones siniestros parecen ame- Revisar la queja presentada y el curso del tratamiento. Re-
nazar a los miembros de la familia. En estos casos el terapeu- sulta conveniente revisar lo que trajo a la familia al tratamiento
ta puede alentarlos a que hablen acerca de su ambivalencia para agregar una nota de realidad al proceso de terminación.
y sus miedos frente a la terminación. Esto, combinado con ·Ayuda, además, conversar sobre el curso de la terapia y sobre
la tranquilidad que brinda el hecho de declarar el terapeuta la forma en que la familia manejaria el mismo problema si
que a su juicio la familia está preparada, a menudo basta. ocurriera en la actualidad. Los debates relacionados con es-
tos puntos contribuyen a situar en perspectiva tanto los senti-
Destacar los lados fuertes. Al final de la terapia, conviene mientos buenos como los malos y establecen cierta distancia
pasar revista a los logros de la familia, insistiendo en lo apren- respecto de una experiencia y un momento emotivos. La revi-
dido por cada uno acerca de los demás, acerca de la solución sión del tratamiento ayuda a las personas a ver también los
de problemas y del modo de salir adelante. Destacar los lados pros y los contras del tratamiento.

176 177
Predecir problemas futuros. Ninguna familia, ni siquiera varlo a descubrir que los objetivos originales han sido alcan-
una muy «terapizada», seguirá por mucho tiempo sin encon- zados, pero que el sobreinvolucramiento con la familia le ha
trar problemas. Los terapeutas pueden ayudar a las familias impedido advertir que era hora de terminar. Las revisiones
a enfrentar la inevitable aparición de problemas pronostican- periódicas del contrato son particularmente importantes para
do que en efecto surgirán y definiéndolos como normales e aquellos terapeutas que conocen su tendencia a sobreinvolu-
inevitables. Al mismo tiempo, pueden ayudar a las familias crarse y a perder perspectiva.
a idear métodos para enfrentar por anticipado problemas fu-

'
.
4'
turos. . Hacer una consulta. Cuando los terapeutas se sienten in-
~,¡
'

En el caso de Mary y Joe, por ejemplo, la terapeuta bien seguros acerca de si siguen encontrándose con una familia por
podría haber pronosticado que Mary se volveóa más fóbica las necesidades de esta o las propias, es tiempo de bu_scar ayu-
siempre que sucediera algo que la pusiera ansiosa o que per- t da externa. Un supervisor o un consultor de terapia familiar
turbara el equilibrio familiar. Se podría haber proporcionado pueden a menudo poner la situación en perspectiva y ofrecer
a los rqiembros de la pareja algunas estrategias para enfriar
las cosás y evaluar si las sei\ales eran suficientemente· serias
para pedir ayuda nuevamente.

Problema 3. Evitación absoluta del tema


j
.... •
.
'1
sugerencias para una terminación lograda. Si no se cuenta con
un consultor de este tipo, puede ser útil conversar el caso con
un colega para establecer cierta distancia.
Algunos terapeutas consideran beneficioso establecer un
proceso de supervisión con un grupo de pares que pueda
proporcionar asesoramiento cuando sea necesario. ·Esto es
particularmente útil en agencias e instituciones en que la prác-
Algunas familias y algunos terapeutas se involui:ran tanto tica de terapia familiar se ha iniciado sólo hace poco. Como
que no se dan. cuenta de que ha llegado el momento de termi- nada es más fácil para un terapeuta que criticar el trabajo
nar. La evitación absoluta del tema de la terminación sólo de los demás, sobre todo a posteriori, puede ser beneficioso
es posible si el terapeuta se confabula. Los que atienden a establecer en tales grupos una regla por la cual toda crítica
varias familias resistentes y no cooperativas son proclives a ha de ser acompañad¡i por una sugerencia útil. Esto ayuda
quedarse prendidos a una familia que cumple, que trabaja a establecer un clima de apoyo y reflexión que promueve traer
bien, que viene con ganas. Una de nuestras colegas expuso casos a consulta.
su problema para dejar ir a una· familia de ese tipo diciendo:
«Es tan raro ser valorada y apreciada. No quiero verlos ter-
minar». No sorprende que a consecuencia de esto alguna gen-
te reciba más terapia de la que necesita, sobre todo si el tera- Resumen
peuta no está demasiado ocupado. Una estudiante, por ejem-
plo, simplemente no podía desprenderse de su primer caso Un contrato de tratamiento sólido y consistente, basado
logrado, a pesar de que las cosas venían andando bien desde en objetivos mutuos y alcanzables, es la mejor garantía de
hacía un tiempo. éxito en terapia familiar. Un contrato de tratamiento está com-
puesto por todas aquellas conductas del terapeuta y de los.
miembros de la familia que concurren a definir las reglas si-·
SUGERENCIAS guiendo las cuales se llevará a cabo la terapia, los objetivos
que esta persigue y los medios que se utilizarán para alcanzar-
Llevar a cabo una revisión periódica del contrato. Si el los. Un contrato de tratamiento puede ser explicito o implici-
terapeuta adopta el método de revisar periódicamente el con- to, pero ningún terapeuta puede evitar tener uno; surge del
trato, siempre sabrá si ha comenzado a confabularse con una proceso de terapia. Es importante que todos los terapeutas
familia para evitar la terminación. Tales revisiones pueden lles se percaten de que hay un proceso de contrato, y que su con-

178 179
ducta se atenga a sus términos de manera consistente. Sobre
todo es importante que los principiantes hagan explícito este 4. Cuestionamientos de la competencia del
proceso, porque esto contribuirá a su habilidad para contro- terapeuta
lar la dirección y el proceso de la terapia.
Los acuerdos más simples son los que definen los límites
de la terapia, las personas participantes y la frecuencia de las
sesiones. Las negociaciones más complicadas incluyen el pro-
ceso de definición del problema y el establecimiento de obje-
tivos.
Los problemas más comunes que surgen en el proceso de
establecimiento del contrato se centran en la falta de disponi- «Me complugo ser capaz de responder sin dilación, y as{ lo
bilidad de la familia en su totalidad, la falta de disponibilidad hice: dije que no sabía». Mark Twain.
de los miembros clave y la divergencia de puntos de vista acerca
de los prQblemas y objetivos entre los miembros de la familia
o entre lá familia y el terapeuta. Las resistencias al manteni-
miento del contrato incluyen cuestionamientos a los límites Los cuestionamientos directos o indirectos de la compe-
de la terapia, como la asistencia a las sesiones y la frecuencia tencia del terapeuta pueden llegar a ser las formas más des-
de estas-, o al trabajo de la terapia, como el cumplimiento de tructivas de resistencia a la terapia familiar. Esto se debe a
tareas y los problemas del foco. Las resistencias a la termina- que suelen iniciar un proceso entre la familia y el terapeuta
ción del tratamiento adoptan la forma del resurgimiento de en que la actitud defensiva de ambos se exacerba más y más.
síntomas, el fenómeno de la luna de miel y la confabulación Si un padre de edad mediana, con todos los signos de ser un
del terapeuta con la familia para evitar la finalización del tra- triunfador, hace un comentario al pasar acerca de la aparien-
tamiento. cia juvenil del terapeuta, es probable que este se sienta ataca-
do. Más allá de que este padre tenga sus propios problemas
relacionados con la crisis de la mitad de la vida o que pueda
envidiar la facilidad con que el terapeuta se relaciona con su
hijo adolescente, el terapeuta siente que su competencia es cues-
tionada. Puede ocurrir entonces que se vea llevado a probar
su poder y su autoridad ante un· padre que necesitaría de apo-
yo y de reafirmación, no de una nueva lucha de poder. Así
se inicia una querella que, en el mejor de los casos, dificulta-
rá la terapia, porque en efecto puede hacer fracasar su reali-
zación misma.
Los terapeutas principiantes son particularmente procli-
ves a caer en estas interacciones negativas. Inseguros de sí mis-
mos como naturalmente lo están, se convencen con facilidad
de que los miembros de la familia llevan absoluta razón cuan-
do expresan sus reservas acerca de su habilidad para ayudar-
los. Terapeutas más experimentados también tienen sus pun-
tos débiles; han vivido y practicado más, pero tuvieron más
tiempo para cometer errores.
La familia y el terapeuta tienen una dificultad particular
para manejar el tema de la competencia de este en tanto par-

180
181
ten de premisas equivocadas o poco realistas acerca de lo que
constituye en verdad su competencia. La mayoría de las fa- «Estuve pensando sobre el asunto, y llegué a la conclusión
milias tienden a suponer que un buen terapeuta es alguien de que todos los problemas con mi mujer son sexuales. Como
«perfecto» en el plano personal y en el profesional. La mayo- mujer soltera, usted no puede saber nada sobre sexo, ¿o sí?».
ría de los terapeutas, en particular los que carecen de expe- Esta maniobra lo ponía a salvo, porque la terapeuta quedaba
riencia, suponen que han de ser capaces de responder a todas en situación perdedora. Si decía que no sabía acerca de sexo,
las preguntas y resolver todos los problemas enseguida, por- · él podía aseverar que ella no podía ayudarlo. Si, en tanto mu-
que de lo contrario no serían competentes. Los que sostienen jer soltera, decía que sabía acerca de cuestiones sexuales, él
premisas tan equivocadas son más propensos a claudicar o podía descalificarla por razones morales.
a ponerse a la defensiva frente a los naturales cuestionamien- Cualquier terapeuta, sobre todo si se sintiera inseguro o
tos de las familias. A diferencia de Mark Twain, no pueden si le faltara experiencia, habría podido ponerse a la defensiva
admitir ignorancia alguna, por miedo a parecer ineptos. Este frente a la hostilidad y la resistencia de este hombre, sin tener
miedo se trasmite a la familia, e inadvertidamente le comuni- en cuenta su angustia y su dificultad para admitir que no sa-
ca que existen razones para dudar acerca de la capacidad del bía, le disgustaba o no comprendía lo que le pasaba en esta
terapeuta; eri definitiva no hace más que provocar o exacer- crisis. Resulta difícil para la mayoría de los terapeutas no
bar su resistencia. Como dijo Napoleón: «Quien teme ser ven- adoptar una postura defensiva, aunque los cuestionamientos
cido, sufrirá una derrota segura». a su competencia no sean intentos serios y hostiles de atacarlo
Pero es cierto que a veces miembros de una familia pue- sino expresiones de una preocupación genuina por saber si
den preguntar deliberadamente por la calificación del terapeuta es capaz de ayudar. Es la tendencia a responder de la misma
para que el foco no caiga sobre su propia conducta. En algu- manera, a tomar el cuestionamiento como algo personal, a
nos casos, el cuestionamiento de su competencia sirve preci- defenderse, la que hace que los cuestionamientos pasajeros
samente a ese propósito. Por ejemplo, hace aiios, una de las normales se conviertan en luchas de poder, destructivas e inú-
'~ autoras tuvo un encuentro con un médico autoritario y rigo- tiles, que nadie puede ganar.
. rista en lo moral, cuya esposa había sido internada a conse- Los cuestionamientos de la competencia del terapeuta pue-
~ncia de un serio intento de suicidio. El era un profesional den ser provocados, además, por factores ajenos a su propia
de ~o. que tenía poco tiempo para asuntos psicológicos en angustia o a los intentos de la familia por evitar que el foco
general, y para trabajadores sociales en particular. El institu- recaiga sobre sus problemas. Nos referimos a la participación
to asistencial exigía una participación muy activa de los miem- misma del terapeuta en el proceso terapéutico. Sus problemas.
bros de la familia: como mínimo debían concurrir a tres se- personales o profesionales pueden llevarlo a enredarse irra-
siones de terapia familiar por semana, además de reuniones cional o emocionalmente en los sistemas familiares y a for-
mar alianzas involuntarias (y quizás inconcientes) con uno o
grupales. Cuando la terapeuta, asistente social, llamó por pri-
más miembros. Como resultado de estas alianzas o triangula-
mera vez al esposo, para pedirle que concurriera, este le res-
ciones inconcientes en que entra el terapeuta, los miembros
pondió que quería conocer sus credenciales profesionales y
de la familia pueden sentir que las intervenciones son inapro-
su nivel de experiencia. Cuando supo que ella era asistente
piadas, y comenzar a resistir.se. En la mayoría de los casos,
social, dijo: «No necesito ver a una asistente social, no tengo
estas resistencias pueden servir como un indicio valioso para
problemas económicos». Después que ella le explicó pacien-
el terapeuta acerca de la oportunidad, la exactitud y la pro-
temente que actuaba como representante de la familia dentro
piedad de sus intervenciones. Los cuestionamientos sólo se
de un equipo multidisciplinario, aceptó de mala gana asistir
vuelven un problema cuando crean entre el terapeuta y la fa-
a la primera sesión evaluatoria. Salió de esta reunión, bastan-
milia una interacción que promueve la resistencia.
te tensa, sosteniendo que había sido «moderadamente útil»,
Los cuestionamientos a la competencia del terapeuta se pue-
y se avino a un segundo encuentro. A los dos días llamó para
den agrupar en dos categorías: 1) los relacionados con las cua-
cancelarlo. Con un tono de voz lleno de hostilidad, declaró:
lidades personales, y 2) los relacionados con la calificación

182 183
profesional. Los primeros suelen basarse en la idea de que
dos. Y si tienen hijos con problemas, que los suelen causar
un buen terapeuta debe ser parecido a la familia en todas las
la mayoría de los hijos en algún momento, son sensibles a
características básicas (raza, clase, antecedentes étnicos) y/o
la cuestión de saber cómo podrían ayudar a otros padres a
debe haber resuelto logradamente su propio matrimonio y su
tratar a sus hijos eficazmente. Por otro lado, todos conocen
propia paternidad para estar en condiciones de ayudar a otros a algunos adolescentes de cincuenta años que aún se pelean
a hacerlo. Los cuestionamientos de orden profesional suelen
con sus padres ancianos, con sus empleadores y con la socie-
relacionarse con una correlación entre competencia y títulos
dad. Te_rapeutas empeñados en semejantes luchas no serán más
o experiencia. Este capítulo se ocupa de los principales cues- sensibles al punto de vista de un padre de familia que los tera-
tionarnientos que se agrupan en cada una de estas categorías, peutas jóvenes que acaban de negociar su proceso de emanci-
ofrece algunas reglas generales para enfrentarlos, evitarlos o pación. La edad no es todo.
utilizarlos, así como sugerencias de intervención.
Si bien la terapia es un arte que incluye un importante com-
ponente humanista, los terapeutas son esencialmente técnicos.
Ser un terapeuta no significa que uno pueda vivir su vida me-
jor que otros, así como un hábil cirujano no está más exento
Cuestionamientos relacionados con las cualidades que otros de contraer un cáncer. Todos los terapeutas fami-
personales: el mito del terapeuta perfecto o el pro liares se han criado o viven en familias que tienen problemas
y el contra de la experiencia de vida
de algún tipo. Todos arrastran cuestiones no resueltas con sus
propios padres, esposos o hijos, que los predisponen a ver
Los terapeutas noveles, cualquiera que sea su edad, adole- las situaciones de un modo distorsionado. En lugar de sentir-
cen de simple falta de experiencia en hacer terapia, pero los se inferiores por no ser perfectos, de explayarse sobre sus in-
terapeutas jóvenes adolecen además de su falta de experiencia suficiencias o de intentar ocultarlas, tienen el deber de cono-
de vida. En general, el terapeuta maduro, con experiencia de cer y aceptar sus puntos débiles. Sólo así podrán usar su capi-
vida, suele tener la paciencia y el realismo necesarios para dis- tal y minimizar las debilidades. Los terapeutas familiares,
tinguir lo posible de lo imposible. Con el correr de los años, como los demás terapeutas, tienen pocas respuestas. Ningún
resulta más fácil comunicar a otros la pequeña sabiduría ob- factor personal o profesional garantiza competencia. Hay ven-
•. tenida en encuentros personales acerca de las peripecias de tajas y desventajas para cada característica personal (se trate
1~ relaciones íatimas.
de la edad, el sexo o el estado civil) y para cada característica
'sJ todas las cosas fueran iguales, quizá los terapeutas con profesional (la disciplina, el cstilq o los afios de experiencia).
mayor experiencia en su propia familia serían más eficientes Los factores que dependen del terapeuta constituyen un
en ayudar a familias similares a la propia. Pero no todas las problema sobre todo cuando provocan su triangulación en el
cosas son iguales. Esa misma experiencia de vida puede cons- sistema familiar. La triangulación aparece cuando un terapeuta
tituir una trampa que actúe en contra del terapeuta veterano, es arrastrado a establecer una alianza involuntaria y, a veces,
de la misma manera en que la juventud y la falta de experien- inconciente con uno o más miembros de un sistema familiar.
cia actúan en contra del principiante. Si es cierto que un tera- El problema puede estar causado por una sobreidentificación
peuta familiar joven puede no entender la pena que causa un o una subidentificación con un miembro, basada en las rela-
hijo ingrato, sin embargo un estudiante joven, con energía, ciones familiares pasadas del terapeuta o en su situación fa-
entusiasmo y determinación, puede hacer un trabajo tan bue- miliar actual. Por ejemplo, una joven terapeuta presentó ha-
no o aun mejor que un terapeuta de más edad y experiencia, ce poco a su supervisora un caso familiar en que era evidente
simplemente por el optimismo y la espontaneidad.que aporta que ella se había sobreidentificado con la esposa, tanto que
a 'los encuentros con las familias. Cuando los terapeutas se pasó por alto características importantes de la situación fami-
han divorciado, son vulnerables a la cuestión de saber cómo liar. La esposa se quejaba amargamente de que su esposo te-
podrán entonces asistir a otros para que permanezcan uni- nía aventuras mientras ella se quedaba en su casa atendiendo

184 185
las necesidades de sus hijos. La terapeuta hizo foco exclusiva-
mente sobre esta joven mujer y la alentó a que impusiera lí-
mites a la conducta de su esposo y le exigiera que participara ga de las autoras suele decir que los terapeutas deben ser ca-
más en el cuidado de sus hijos. También la alentó a que se paces de afirmar una cosa o su contraria, sobre la base de
volviera más independiente y firme. El marido participaba muy lo que piensan, no de lo que sienten. Si quedan comprometi-
poco en las sesiones y tendía a mirar a la terapeuta con des- dos o triangulados emocionalmente, por lo general se verán
confianza. Finalmente le preguntó si ella estaba casada. Ella reducidos a un solo tipo de respuesta. Los miembros de la
admitió, a desgana, que acababa de divorciarse. «No me sor- familia hacen bien en cuestionar la competencia de tales tera-
prende», comentó el marido sarcásticamente, dando por en- peutas hasta tanto estos establezcan cierta distancia emocional.
tendido el resto del cuestionamiento.
Esta joven se vio triangulada entre el esposo y la mujer
por su propio empeño actual de afirmarse y ser más indepen-
diente y por la historia de la infidelidad de su marido, la cual La cuestión de las credenciales profesionales
/ -suponía ella- había destruido su matrimonio. Estaba con-
vencida de que si hubiera hecho valer sus deseos antes, su ma- El problema de las credenciales profesionales proviene de
trimonio podría haberse salvado; inconcientemente proyectó la dificultad que los miembros de la familia tienen para eva-
esa noción sobre la situación de la familia. La pregunta y el luar lo que es un buen terapeuta. La mayoría de las personas
comentario del esposo la atontaron, y su respuesta fue confu- presuponen que la cantidad de tiempo requerida para obtener
sa. Sólo en el proceso de supervisión y consulta pudo com- un título se relaciona con el nivel de capacidad de quien lo
prender por qué su conducta había sido todo menos útil. ostenta. No diferencian entre la formación en general y la for-
En los casos en que un terapeuta se ve sobreinvolucrado mación en terapia familiar en particular. Por eso los psiquia-
emocionalmente con una familia, las cuestiones en juego sue- tras gozan de mayor credibilidad automática que los asisten-
len ocupar un lugar importante también en su propia vida. tes sociales o los enfermeros; en nuestra cultura, ser doctor
Ellas no siempre son concientes, pero a menudo son fácilmente tiene un significado y un status especiales.
identificables si el terapeuta atina a tomarse su tiempo y mi- Los médicos y odontólogos a menudo exhiben en la pared
rarlas desde la distancia. Por desgracia, no siempre es posible de su consultorio diplomas de facultades médicas u odontoló-
hacer esto antes de haber perdido el caso: el terapeuta que gicas, así como certificados de juntas de calificación, de ma-
trataba a Lilly, ia joven que sufría de vómitos descontrolados nera tal que sus credenciales estén bien visibles. La mayoría
(véase el capítulo 3), no consiguió establecerse dentro de la de los terapeutas familiares no pueden hacer esto porque has-
ta la fecha no existe junta de calificación en terapia familiar
frontera familiar, sobre todo a causa de su sobreidentifica-
ción con la lucha de Lilly por afirmarse en un sistema fami- y tampoco parece. haber mucho acuerdo sobre lo que define
.liar rígido que negaba la diferencia y el conflicto. Este tera- al profesional formado. Las familias que buscan un terapeu-
peuta comprobó después que era vulnerable a la triangula- ta competente se encuentran con una abrumadora colección
de títulos que van desde los conocidos hasta algunos de que
ción en esta familia particular porque su propia lucha de
adolescente había sido similar: afirmarse frente a un sistema ni siquiera tienen noticia los más de los profesionales. No sor-
prende que a menudo las familias se sientan confundidas o
familiar rígido que obedecía al mismo tipo de reglas encu-
biertas que vedaban la expresión de todo conflicto y de toda se muestren. escépticas. Algunas se ponen en conservadoras
diferencia. e insisten en que desean «un verdadero doctor», un médico,
un psiquiatra. A otras les asusta ser calificadas de locas y pi-
Los terapeutas que son triangulados en alianzas con de-
den un asistente social para poder decir: «Esto es simplemen-
terminados miembros de la familia pierden la capacidad de
te asesoramiento familiar, no terapia». Más allá de la expre-
ver la situación con el grado necesario de objetividad. Tam-
sión que esto tome, los miembros de la familia suelen solici-
bién pierden la capacidad de intervenir libremente. Una cole-
tar, de manera implícita o explícita, que se les informe acerca
de los antecedentes profesionales y los títulos del terapeuta.
186

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Esta cuestión generalmente aparece en el trascurso de las pri-
meras sesiones y representa un intento de los miembros de Como ya señalamos, los cuestionamientos de las creden-
la familia por determinar el grado de confianza que pueden ciales ·profesionales del terapeuta generalmente reflejan el he-
depositar en el terapeuta. cho de que por más cultos y versados que sean los miembros
Las credenciales profesionales pueden ser una ventaja, pero de la familia en otros terrenos, no tienen idea de la manera
también pueden constituir un riesgo si el terapeuta parece to- de evaluar la credibilidad de un terapeuta y, mucho menos,
marlas demasiado en serio. Algunos graduados en estudios de un terapeuta de familia. Es semejante a la situación que
superiores tienden a considerarse por encima de la cuestión enfrenta la mayoría de las personas cuando deben hacer arre-
de la competencia. Utilizan sus títulos para poner distancia glar su coche. Saben cuándo este no funciona bien, pero no
entre ellos y las familias, o incluso entre ellos y su propia hu- saben por qué. Tampoco saben cómo juzgar las habilidades
.manidad, estimulando de esta manera la resistencia. Los mé- del que dice ser capaz de repararlo. Pueden recurrir a compa-
dicos jóvenes pueden tener una dificultad particular en este ñías o comerciantes conocidos, pero bien se sabe que esto no
sentido por el hecho de que están menos acostumbrados a los garantiza la competencia del mecánico que realiza el trabajo.
cuestionamientos y pueden sentirse ofendidos y responder con Pueden confiar en las recomendaciones de amigos, pero tal
enfado o defensivamente si la familia pone en duda su com- vez suceda que su coche necesite de un tipo de mecánica dife-
petencia. Por su parte, asistentes sociales o nurses a menudo rente. No tienen más remedio que comprobar las cosas por
cometen el error opuesto; se subestiman y desvalorizan su for- sí mismos. Puede parecer una sobresimplificación comparar
mación, hasta el punto de admitir casi el cuestionamiento de el problema de encontrar un buen terapeuta con el de encon-
su competencia. Adoptan la mentalidad de «Soy sólo un es- trar un buen mecánico, pero el proceso probablemente sea
tudiante», o «Sólo tengo el grado de master», cuando abor- muy similar. La mayoría de las personas desconocen en qué
dan un tratamiento familiar. Esto promueve la falta de con- consiste el problema y cómo resolverlo; de lo contrario no
fianza de la familia y puede instituir el tipo de interacción buscarían terapia.como primera medida. Hay algunos princi-
que termina con la destrucción del proceso terapéutico. pios básicos que un terapeuta debe tener presentes cuando se
Los estudiantes a veces cometen el error de fingir que no enfrenta con cuestionamientos de su competencia.
lo son y de ocultar que se reúnen con un supervisor porque
temen que esa circunstancia haga peligrar su credibilidad. Nada
más falso. Idealmente, toda terapia familiar debería practi-
carse en grupo. Los terapeutas de cualquier nivel de experien- Principios básicos
cia tienen que estar siempre dispuestos a discutir sus casos
con colegas o supervisores. La discusión de casos o la revi- Se lo llame contratrasferencia, quedar cautivo del sistema
sión de videocintas pueden revelar la manera en que los tera- familiar, o triangulado, todos los terapeutas familiares adole-
peutas están quedando atrapados en los sistemas familiares, cen de vulnerabilidad ante determinadas familias en determi-
antes que las familias los cuestionen. Los terapeutas experi- nados momentos. Todos se han visto atrapados en sistemas
mentados son los primeros en admitir que los años de expe- familiares en repetidas ocasiones a lo largo de su carrera. Co-
riencia y el cúmulo de títulos no ponen a salvo de la repro- meten errores una y otra vez. Y lo que resulta más irritante
ducción constante de errores. Los estudiantes tienen que se- es que a menudo se trata de los mismos errores. Deben apren-
ñalar que son los terapeutas designados, pero que forman parte der a respetar el influjo de sus propios problemas y la fuerza
de un equipo. Y que otras personas, incluidos supervisores de la carga emocional de las familias, que pueden arrastrarlos
experimentados, intervendrán en el problema de la familia. a responder de un modo irracional, acorde con su propia fa-
Si sabe que ellos conversarán con sus supervisores acerca de milia o con un sistema familiar particular. Resulta convenien-
la situación, la familia tiene la seguridad de beneficiarse con te conocer de alguna manera los propios puntos débiles para
los conocimientos de estos también. evitar ser tomado por sorpresa y responder. por lo tanto, con
confusión llegado el caso. Si bien no siempre es posible pre-

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189
ver la propia vulnerabilidad en situaciones determinadas, con-
viene que, en el momento en que se empieza a asustar, el tera- tos de su competencia es conocer los propios puntos débiles
peuta admita que tal vez enfrenta cuestiones que tienen para y, por lo tanto, estar preparado para enfrentar las cuestiones
él significado personal. En un caso así deberá producir inter- de ese orden. Son las reacciones defensivas de la mayoría de
venciones que le procuren tiempo y distancia hasta compren- los terapeutas las que exacerban las dudas de las familias que
der de qué se trata. buscan terapia. Es importante que el terapeuta logre una pro-
gresiva detección de sus cualidades y debilidades en cada mo-
mento de su carrera. Entonces, es conveniente que el terapeu-
No ponerse a la defensiva ta familiar se examine regularmente para individualizar sus
zonas de más probable confrontación. Como los boy scouts
Los terapeutas a menudo presuponen equivocadamente que hace tiempo lo saben, es importante estar preparado.
una buena familia es aquella en un todo complaciente desde En sus autoevaluaciones, los terapeutas distinguirán aque-
el principio. Si sus miembros cuestionan su capacidad al co- llas características que probablemente sean significativas pa-
mienzo, lo consideran signo de que la familia no aceptará el ra las familias en general, de aquellas que pueden serlo para
tratamiento, en lugar de verlo como signo de buen juicio. Si una familia en particular. Por ejemplo, si un terapeuta tiene
el terapeuta puede recordar que los intentos de la familia por un aspecto muy joven, probablemente sea un factor pertur-
evaluar su competencia, cualesquiera que sean los criterios uti- bador para la mayoría de las familias; deberá entonces estar
lizados, constituyen un fenómeno natural, esperable y sano, preparado para conversar sobre esto en cada nuevo caso. La
estará en mejores condiciones para no ponerse a la defensiva. religión del terapeuta, por otro lado, no suele ser un factor
problemático, salvo que un protestante trate a una familia ju-
A veces el terapeuta puede evitar adoptar una actitud de-
día ortodoxa o que un ateo trate a cristianos muy creyentes.
fensiva haciendo foco sobre las preocupaciones implícitas
Cada fami~ia trae sus propios conflictos, y los del terapeuta
de la familia. Casi siempre las preguntas directas incluyen
cambiarán a lo largo del tiempo: no basta por eso con una
preguntas tácitas como: «¿Nos comprende?», «¿Puede ayu-
evaluación que pudiera servir para siempre. Por ejemplo, el
darnos?», «¿Tengo algún aliado en este penoso proceso?»,
trato con padres que tienen problemas para ponerse de acuer-
«¿Realmente se interesa por mi punto de vista?», «¿Se da cuen-
do sobre los aspectos del cuidado de los hijos que cada uno
ta de lo difícil que resulta para mí bajar la guardia y dejar
ha de tomar a su cargo probablemente no afecte a un tera-
que otro controle la situación?». Si el terapeuta sigue sintién-
peuta recién casado. Pero tres af\os después puede ser un fac-
dose personalmente atacado después de su intento de indivi-
tor con alta carga, que ponga en cuestión su capacidad para
dualizar las preocupaciones implícitas, es probable que haya
enfrentar a estos padres, si entretanto él ha tenido mellizos.
quedado triangulado y el ataque se produzca por un error de
Por eso debe ser continua la preparación para los cuestiona-
él. En esos casos, una actitud defensiva sólo sirve para agra-
mientos de la competencia profesional.
var la situación e impedir .el empleo de la realimentación de
la familia como auxilio valioso para una terapia efectiva.
Evaluar el contexto
Estar preparado
Como en el caso de cualquier resistencia, siempre es im-
portante observar la secuencia. de los acontecimientos en ge-
Los terapeutas pueden esperar problemas -y tenerlos- neral y de las intervenciones del terapeuta en particular para
con ·los cuestionamientos de las familias por dos razones: su comprender por qué se produjo el cuestionamiento. Si las pre~
vulnerabilidad potencial por desconocimiento de una experien- guntas iniciales pueden estar dictadas por factores que no guar-
cia particular o su vulnerabilidad potencial por conocerla de- dan relación con la efectiva conducta del terapeuta, como te-
masiado bien. El factor clave para manejar los cuestionamien- mores o estereotipos de la familia hacia la terapia, o precon-

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191
ceptos o malentendidos acerca del rol del terapeuta, los 3) asistencia soc;ial, y 4) psicología educacional (o cualquier
cuestionamientos posteriores suelen ser el resultado de las reac- otra de las disciplinas en apariencia ajenas, de las que provie-
ciones de la familia a las presiones para el cambio o al error nen la mayoría de los terapeutas de familia) se relaciona con
del terapeuta. la competencia en terapia familiar. Nombrar el título que uno
Estos cuestionamientos posteriores pueden ser indicio de tiene ayuda, pero no responde a todas las preguntas que una
que el terapeuta se aproxima a un área muy importante, de familia puede traer. Afortunadamente, muchas personas que
que no ha respetado los ritmos, se le ha escapado alguna cues- se desempei\an en· otras profesiones se han formado en una
tión o es percibido como un aliado de una parte de la familia disciplina distinta de la que ahora cultivan o aprendieron su
en contra de la otra. En tales casos, los cuestionamientos cons- trabajo como aprendices; pueden compreqder entonces que
tituyen una ventaja para el terapeuta y le trasmiten con fuer- la terapia familiar sea una especialización dentro de un grupo
za el mensaje de que debe atender más al asunto en trámite de profesionales más amplio y se ensei\e principalmente sobre
y a su propia conducta. Es crucial que se formule a sí mismo una base de aprendizaje. De todos los cuestionamientos posi-
preguntas como: «¿Por qué me están cuestionando ahora?», bles, este es el que menos conductas defensivas debiera pro-
«¿Qué significa este cuestionamiento en particular?», «¿Qué vocar en los terapeutas; conviene responder a él de la manera
hicimos (o qué omitimos) la semana pasada que pudo haber más directa.
provocado estas cuestiones?». Muchos terapeutas han sido instruidos para examinar las
Nuevamente, es importante seí'lalar que a veces una pre- . razones de las conductas antes de proporcionar información.
gunta es simplemente eso. La gente se intriga, sobre todo en Por eso esquivan este tipo de preguntas con el clisé psiquiátri-
los intervalos entre sesiones. Con mayor frecuencia que en co tradicional: «¿Por qué lo pregunta?». El noventa y nueve
terapia individual, los miembros de la familia comparten su por ciento de las veces el terapeuta puede dar por sentado que
experiencia terapéutica y a menudo discuten fuera de sesión las familias lo hacen porque les preocupa saber si el terapeuta
acerca de las intervenciones del terapeuta. En algún sentido, podrá o no ayudarlas. Muchas· familias al comienzo obran
este pasa a formar parte de la familia. Por ello, antes de dar como si las reglas de urbanidad se aplicaran en los encuentros
por sentado que todas las preguntas son cuestionamientos, con- terapéuticos, y tienden a no insistir cuando el terapeuta res-
viene determinar si de verdad ha existido un cuestionamiento. ponde a una pregunta con otra, sobre todo si él muestra sig-
nos d.e incomodidad.

Cuestioriamientos comunes de la competencia del SUGERENCIAS


terapeuta
Regularizar el cuestionamiento y la inquietud de la fami-
lia. Es importante, por ello, comunicar a la familia que es
Problema l. «¿Cuáles son sus calificaciones correcto formular preguntas acerca dé las calificaciones del
profesionales?» terapeuta y que es razonable inquietarse acerca de su capaci-
dad para ayudarlos. Estas preguntas e inquietudes existen siem-
Si bien los principios que hay que tener en cuenta para pre. Si d terapeuta no las rotula como materia por discutir,
abordar esta clase de cuestionamiento son los aplicables en sólo demuestra su inseguridad e induce a la familia a ocultar
cualquier otro caso, es importante que los terapeutas recuer- sus inquietudes. Si esta observa en el terapeuta una respuesta
den que la confusión sobre terapia familiar es una de las cau- defensiva, se guardará sus preguntas iniciales y es probable
sas de la confusión en que están los miembros de la familia. que les sume otras. Y si la familia no actúa respetando las
Para responder, el truco generalmente consiste en explicar de reglas de urbanidad, las respuestas evasivas o defensivas del
qué manera la experiencia en 1) psiquiatría; 2) enfermería; terapeuta no harán otra cosa que mostrarle el costado por
'

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donde lo puede atacar. Es mucho mejor alentar a los miem- ción. Tales afiliaciones a m.enudo inspiran confianza en aque-
bros de la familia a formular preguntas, y establecer así un llos miembros de uné\ familia que suponen que ser aceptado
buen clima de trabajo que les permita aclarar sus dudas a lo en uria corporación de este tipo implica competencia• terapéu-
largo de todo el tratamiento. El terapeuta podrá re~ponder tica. Las autoras prefieren aclarar que no existen juntas cali-
diciendo: «Me imagino que ustedes estarán preocupados por ficadoras y que es preciso guiarse por la recomendación de
saber si yo seré capaz de ayudarlos. Hablemos unos minutos personas en quienes se confíe o decidir por cuenta propia si
sobre ello». Si cree que debe conocer la explicación de la fa- el terapeuta parece confiable y competente. No obstante, al-
milia acerca de la razón que la lleva a preguntar por sus cali- gún tipo de certificación tranquiliza, aunque simplemente es-
ficaciones, lo mejor será que exprése además su disposición pecifique que el mecánico de uno ha asistido a la Escuela de
a responder. Puede decir: «Con mucho gusto responderé a Mecánica Automotor «X» .
esa pregunta, pero primero quisiera saber por qué la hacen».

lns;stir en el trabajo de equipo. Por razones evidentes, los Problema 2-7. «Usted es demasiado: demasiado joven/
estudiantes son particularmente vulnerables a las preguntas demasiado viejo; demasiado negro/demasiado blanco;
acerca de sus credenciales profesionales. Deberían recordar demasiado hombre/demasiado mujer; demasiado
siempre que forman parte de un equipo y son apoyados por casado/demasiado soltero; demasiado sin hijos;
supervisores experimentados y por los recursos de la agencia demasiado exento de problemas; demasiado
o institución en la que realizan su práctica. Este conocimien- diferente/ demasiado semejante a nosotros»
to puede infundirles un sentimiento de competencia aun cuan-
do no se sientan particularmente competentes; y puede aumen- Una de las varias objeciones que los miembros de una fa-
tar la confianza de las familias en el servicio conjunto que milia hacen a los terapeutas es que son demasiado distintos
se les ha de brindar. Esto no.necesariamente significa quitarle o, con menor frecuencia, demasiado semejantes en algún as-
importancia al estudiante o principiante; sólo apunta la com- pecto personal; Las familias siempre contienen individuos de
petencia de la agencia o del equipo que trabaja detrás de la diferente edad y sexo; y en una sociedad pluralista es grande
escena. la probabilidad de que un terapeuta no comparta las mismas
A veces resulta ventajoso ser un estudiante cuando se tra- raíces culturales o la misma religión que la familia. El proble-
ta con familias. En un caso reciente, un estudiante emprende- ma de las diferencias atañe a los cuestionamientos de la com-
dor capitalizó su condición. El paciente presentado era un pe- petencia del terapeuta. La que sigue es una lista de cuestiona-
queño que tenía serios problemas en la escuela. Su comporta- mientos relacionados con características personales. Cómo la
miento exoactuado produjo la derivación y la de su familia mayoría de las soluciones presentan similitud, a esta lista de
al Child Guidance Center. Cuando se puso firme en que no problemas seguirá una de sugerencias generales de interven-
quería venir, el interno en psicología que tenía a su cargo el ción. Como algunas intervenciones son específicas para pro-
caso lo convenció de la siguiente manera: «Mira, yo estuve blemas específicos, incluiremos también algunas sugerencias
en la escuela toda mi vida y todavía lo estoy. Conozco todas que se aplican sólo a categorías específicas de diferencias o
las maneras posibles de disfrutar sin tener problemas y puedo semejanzas.
ayudarte para que lo consigas tú también». El niño resistente
accedió a venir.
Problema 2. «Usted parece demasiado joven para ser
Afiliarse a asociaciones. A veces es posible evitar la nece- terapeuta»/«¿Usted tiene hijos?»
sidaa ele largas explicaciones afiliándose a una organización
profesional como la American Family Therapy Association En la década de 1960, el lema era: «No confíe en nadie
e informando a la gente que uno es miembro de esa organiza~ que tenga i:nás de treinta años». Pero en el caso de los tera-
.. .
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peutas, generalmente vale lo opuesto. Los miembros de la fa- cortesía apuntar el hecho. Cuando los niflos lo hacen, sus ob-
milia que tienen el poder para tomar decisiones· acerca de la servaciones son a menudo seguidas de forcejeos verbales en
continuación de la terapia suelen tener más de treinta o de que los padres critican a sus hijos. Esta es una situación difi-
cuarenta aflos y tal vez se muestren escépticos frente a un te- cil porque, según ya señalamos, es recomendable estimular
rapeuta de veinte. El problema puede ser la juventud misma. las preguntas, pero al mismo tiempo conviene aliarse inicial-
Sobre la: base de la premisa de que «Usted tiene que ser al- mente con aquellos miembros de la familia que tienen el po-
guien para tratar a alguien», los padres pueden suponer que, der de determinar si continuarán la terapia. La clave para una
si los terapeutas no han resuelto satisfactoriamente todas las intervención lograda es entonces apoyar las protestas de los
fases. de la educación de sus hijos, no pueden ayudar a otro padres a causa de la descortesía de su hijo y, al mismo tiem-
a hacerlo. En general, resulta duro para padres que se deba- po, permanecer abierto al adolescente o niño. Esto se consi-
ten con adolescentes fisica y sexualmente activos ser desaira- gue reconociendo el apoyo de los padres con una declaración
dos por terapeutas jóvenes que disfrutan de su poder recién de este estilo: «Muchas gracias, pero ... », y dirigiendo luego
adquiridt>. Con más frecuencia, sin embargo, lo qué pregun- la atención a la persona joven .con empleo. de alguna de las
tan es si en verdad el terapeuta es competente y comprende sugerencias que se dan desde la página 206.
sus sentimientos y problemas. A menudo, la formulación de
esta pregunta indica que los padres perciben que el terapeuta
ya ha demostrado ser insensible frente a sus necesidades, o Problema 4. «Si usted no ha constituido matrimonio ... »
que se inclina demasiado en favor de su hijo ó su hija. Esto.
es muy posible cuando el terapeuta es joven y/o padres e hi- Este cuestionamiento a la competencia del terapeuta trae
jos están inmersos en una lucha airada. En este último caso, consigo un efecto sesgado (o dos) y debe ser respondido siem-
los padres presumen que si el terapeuta hubiera atravesado pre reflexivamente. En la mayoría de las sociedades, ser sol-
los problemas que ellos experimentan, apoyaría por entero su tero conlleva connotaciones negativas. En nuestra propia so-
posición y ni por distracción diría algo amable a su hijo o ciedad, hasta hace poco, se consideraba que la mayoría de
hija, y mucho menos daría sustento a la «posición claramente los individuos que elegían no casarse eran desviados sexuales
insensata».de los hijos. La pregunta tácita es: «¿Cómo ten- o sociales, y por ello se los miraba con desconfianza. Las res-
dria usted la suficiente experiencia que le permitiera enfrentar puestas de los adultos solteros a la pregunta «¿Es casado'?»,
este problema tan dificil?». En algunos casos, el terapeuta es en las conversaciones diarias, tendían a ser defensivas-o expli-
sólo unos pocos áflos mayor que el paciente individualizado. cativas, en particular si la persona frisaba los treinta aflos.
Puesto que en tales familias los padres tienden a ver en el pa- Recientemente la soltería ha alcanzado mayor legitimidad, pero
ciente un joven incompetente,· pueden extender esta noción los terapeutas familiares pueden aún estar predispuestos a reac-
al terapeuta o temer que este se ponga del lado del paciente cionar de manera defensiva.
y en contra de ellos, por razón de la edad. El otro efecto sesgado de este cuestionamiento para el que
estuvo casado, pero ya no lo está, es la connotación: «Si us-
ted está divorciado, ¿cómo espera poder ayudarnos? ... ». La
Problema 3. «Usted es demasiado grande para mayoría de las familias creen que alguien que lleva casado
comprender. Me recuerda a mi madre/padre/abuela» mucho tiempo de alguna manera estará en mejores condicio-
nes para remediar cualquier problema que tengan en su ma-
Como los adultos son generalmente demasiado corteses pa- trimonio. Los terapeutas que nunca han estado casados o que
ra hacer observaciones de ese tipo y los niflos creen que todos se han divorciado y esto les escuece tienen que discernir en
son viejos, esta observación suele aflorar en boca de adoles- esta cuestión un disparador de un área vulnerable y, por ello,
centes o preadolescentes. Tener más de treinta años todavía un tema sobre el que han de pensar con anticipación para po-
se considera lamentable en los Estados Ünidos; por eso es des- der responder de manera racional y no emocional.

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de la casa. Esto puede sonar a sexismo o serlo en efecto, pero
Problema 5. «Preferiríamos trabajar con un/a el hecho es que las familias tolerarán de manera diferente in-
terapeuta hombre/mujer» tervenciones de terapeutas de distinto sexo. Los terapeutas no-
vatos de ambos sexos deberían considerar lo que les es acorde
Este cuestionamiento está casi inevitablemente presente en
(por su sexo y su personalidad) y sentirse cómodos así. Los
por lo menos un miembro de la familia o de la pareja que
terapeutas que se sienten cómodos con un estilo o una inter-
acude a terapia, aunque a menudo no se expresa. Los miem-
vención tienen más posibilidades de servir a las familias.
bros de parejas desavenidas pueden temer que ·un terapeuta
del sexo opuesto tome partido por el otro miembro en contra
de ellos. Además, algunos maridos o esposas prefieren un te-
rapeuta que sea del mismo sexo que sus esposos, en particular
Problema 6. «Queremos un terapeuta que sea
si temen que el terapeuta pueda ser seducido por los encantos negro/blanco/ español/ cristiano/judío, etc.»
del cónyuge. A veces, uno de los esposos teme que el otro
no concufra y solicita aquello que piensa que el otro preferi- Este es otro cuestionamiento con que los miembros de la
rla. Por ejemplo, algunas mujeres temen que sus esposos familia buscan alguna razón para tener fe en el terapeuta. No
«machistas» no presten atención a una terapeuta y, por lo debe desconcertar este pedido de terapeuta de otra raza o reli-
tanto, solicitan un hombre. Muchos adolescentes presuponen gión. Es natural que los miembros de la familia deseen un
que cualquier terapeuta del sexo opuesto será incapaz de com- terapeuta que a su juicio ha de ser capaz de comprenderlos
prenderlos, o están turbados por sus incipientes sentimientos intuitivamente, alguien con quien se puedan identificar y que
de sexualidad y temen que el terapeuta del sexo opuesto sim- tal vez comparta creencias, valores y experiencias de vida. Es-
plemente no entienda sus sentimientos. En cualquiera de los to importa para el diagnóstico y el tratamiento correctos. Te-
la
casos, importa el género, y los miembros de familia ptieden ner raíces en común con la fami~ia a menudo proporciona más
indicios acerca de los problemas que pueda enfrentar una
comunicar de manera directa o indirecta que el hecho de que
el terapeuta sea del sexo que es lo vuelve incapaz para tratar familia y los caminos que entienda aceptables para resolver-
su problema. los. Además permite distinguir mejor entre conductas patoló-
En cualquiera de las circunstancias mencionadas, la pre- gicas y las que no son otra cosa que particularidades de deter-
ferencia por un sexo no se suele expresar de manera abierta minadas normas culturales o subculturales.
Por ejemplo, una de las autoras fue liamada a ver a una
por la vergüenza de mostrar sentimientos como los celos. o
por miedo de que el terapeuta favorezca a_ otros miembros · pareja egipcia. La mujer se quejaba de que su marido estaba
de la familia. Los terapeutas deben estar alertas a las expre- loco y era tiránico; el marido se quejaba de que su mujer era
siones encubiertas de resistencia relacionadas cori el sexo del infiel y no lo respetaba. Ambos negaban la acusación del otro.
terapeuta, en particular las que se ocultan tras observaciones La terapeuta tuvo dificultades para diferenciar las cuestiones
humorísticas como «los hombres/mujeres siempre se unen►►• culturales de las psicológicas. Ella sabía que en un matrimo-
En el momento de elegir un método para-enfrentar este nio musulmán la fidelidad era extremadamente importante,
cuestionamiento, y en general de elaborar un estilo terapéuti- así como lo era el respeto de la mujer ·hacia el marido, y su
co, es importante que los terapeutas reconozcan que hay dife- sumisión. Observó que esta mujer parecía occidentálizada y
rencias entre un terapeuta hombre y una terapeuta mujer en naturalmente cómoda en el ambiente de su consultorio, mien-
su forma de abordar una familia, en particular si sus miem- tras que al esposo se lo veía retraído e incómodo. A medida
bros tienen una escala de valores tradicional. Conviene que que avanzaba la entrevista, él se puso cada vez más controla-
las mujeres eviten modelar sus intervenciones según el ma- dor de la terapeuta; la corregía frecuentemente en relación
chismo· de un Walter Kempler o un Salvador Minuchin, sobre con pequefios detalles. También se mostró en extremo des-
todo si su fuerte son la solicitud y la delicadeza y si las fami- confiado: se negó a firmar un documento que sólo autoriza-
lias en cuestión consideran que el hombre debe ser la cabeza ba al hospital a cobrar estipendios. En síntesis, parecía para-

198 199
noide, término que su mujer utilizaba para describir su su- que preocupa a esta, ni siquiera cuando la pregunta o el cues-
puesta enfermedad. Pero en otra consideración tal vez actuaba tionamiento parecen evidentes. Es preciso indagar y hacer ex-
simplemente como se esperaría de un hombre criado en un plícito el problema. ·si una familia niega que exista un signifi-
medio rural en Egipto que estuviera en el consultorio de una cado oculto en la pregunta, el terapeuta al menos habrá plan-
terapeuta mujer en una ciudad occidental, mientras que su teado el tema y abierto un canal para futuros diálogos acerca
esposa, educada· en una ciudad, se sentia más cómoda. En de las preocupaciones implícitas de sus miembros, que tal vez
este caso, la terapeuta habría estado más segura de· su aptitud se vuelvan más capaces de expresarlas. Se puede promover
para diagnosticar y ayudar a esta pareja si al menos hubiera esa apertura diciendo: «A veces las personas tienen preguntas
tenido mayor conocimiento de las creencias y los valores de para hacer sobre si su terapeuta sabe lo que está haciendo.
su cultura. En la mayoría de los casos las· diferencias cultura- Si ustedes las tienen, háganlas». Es importante no pasar por
les son menos marcadas que en este ejemplo. Suelen aparecer alto las insinuaciones sutiles o las dudas expresadas a medias.
si un terapeuta blanco de clase media trata a una familia ne- Si alguien pregunta: «¿Es señora o señorita?», conviene que
gra o hispana, o si un terapeuta católico trata a una familia la terapeuta responda, pero que tome nota de que la familia
judía. puede estar preocupada por su estado civil. Si un miembro
pregunta: «¿A su esposo no le molesta que usted trabaje has-
ta tan tarde?», ella deberá tratar de indagar sus fantasías. Pue-
Problema 7. «Usted no comprende. Usted no ha tenido den estar preguntándose si tiene esposo, si su matrimonio es
un hijo con esta enfermedad/que ha intentado bueno, si puede enfrentar a su marido, si es una profesional
suicidarse/que se droga, etc.» insensible, únicamente preocupada por su carrera. Cualquie-
ra de estas preguntas podría formar parte de una preocupa-
A veces los padres cuestionan a los terapeutas diciendo ción acerca de si ella podrá ayudarlos, y no hay otro modo
que .estos no han pasado por las aflicciones que ellos están de averiguar esto que preguntando. También puede ser útil
viviendo y por eso no serán ·capaces de ayudar.· Esto tiende indagar las razones por las cuales se pregunta acerca del esta-
a ocurrir sobre todo cuando se trata de una experiencia inu- do civil, etc., del terapeuta; así se tendrá la oportunidad de
sual que no ha podido ser discutida por los miembros de la hacer manifiesta la naturaleza ilógica del implícito «Es preci-
familia con otros pariente! o amigos. Si el hijo sufre de grave so ser de tal y tal índole para tratar a alguien».
enfermedad mental o rtsica, los padres encontrarán dificil acep- Esta cuestión, desde luego, cambia según quién formule
tar la guía de terapeutas que no hayan sufrido la tortura de las preguntas. Los padres pueden estar preocupados acerca
un hijo que comete repetidos intentos de suicidio, que requie- de la capacidad de un terapeuta joven, mientras que los ado-
re continuas internaciones en un hospital psiquiátrico o que lescentes se preguntarán si un terapeuta· mayor los tomará en
está al borde de la muerte a causa de una enfermedad fisica. serio. Los miembros de la familia pueden tolerar a cierto te-
rapeuta .para determinados problemas y no para otros. Uno
de nuestros estudiantes fue bien aceptado como terapeuta por
SUGERENCIAS GENERALES PARA ABORDAR LOS PROBLEMAS 2,7 una pareja que frisaba los cincuenta años mientras el foco
de las discusiones familiares fue el hijo que cometía abuso
Las sugerencias que siguen son respuestas directas a los de drogas. Consideraban que el aire californiano de este estu-
cuestionamientos relativamente directos inherentes a los seis diante de cabello crespo coincidía con su idea sobre el aspecto
problemas recién descritos. que debía tener un consejero en drogadicción. Sin embargo,
cuando el tratamiento avanzó y el· foco se desplazó hacia su
Indagar las preocupaciones de la familia. Generalmente matrimonio, solicitaron un terapeuta que tuviera una edad ·más
resulta útil hacer explícitas las preguntas implícitas de la fa.: próxima a la de ellos. El terapeuta les pidió respetuosamente
milia. No se debe dar por supuesto que· uno sabe qué es lo· que le explicaran qué asuntos pensaban que él no entendería,

200 201

il,1
mente ellas se divorcien. Estas fantasías reflejan suposiciones
y les dijo que si estaba de acuerdo con ellos luego de escuchar
falsas acerca del rol del terapeuta y la función de la terapia.
sus razones solicitaría la derivación a otro terapeuta. Cuando
. Un examen de las ideas o fantasías acerca del terapeuta y del
se hubieron cansado de explicar los problemas maritales que
significado que esas ideas tienen para los miembros de la fa-
él no entendería, y él hubo realizado algunas intervenciones
útiles, ya se habían olvidado por completo de su pedido. El milia puede permitir explicarles que no se convertirán en lo
tema no se volvió a tocar. que el terapeuta es, sea este su deseo o su temor.
Frente a aquellas familias que desean un terapeuta que haya
Responder a la pregunta. El abordaje franco y directo de pasado por las mismas experiencias, puede ser útil hacer la
esta forma particular de resistencia ha sido a menudo evitado observación de que también hay desventajas potenciales en
deliberadamente. Si omitir una respuesta es una técnica ati- tener un terapeuta que comparta demasiado la situación que
nada en la terapia individual de orientación psicodinámica, ellos están enfrentando. «Haber vivido las mismas experien-
en que la trasferencia es decisiva y las fantasías del paciente cias significa a veces tener los mismos puntos ciegos. Puede
acerca del terapeuta importan, ello es menos legítimo en tera- ser conveniente que yo sea tan diferente de ustedes». Cuando
pia familiar. i La forma en apariencia arrogante de devolver una familia está preocupada por las diferencias, tal vez la tran-
la pregunta al paciente («¿Por qué lo pregunta?») como una quilice recordarle que al hacer un contrato de tratamiento no
manera de mantener el foco sobre los problemas del paciente ha renunciado a su poder ni al derechó de cuestionar y/o re-
y no sobre los atributos del terapeuta también deja entender chazar los puntos de vista ·o las sugerencias del terapeuta.
que el afán de conocer las calificaciones del terapeuta se rela-
ciona de alguna manera con algún defecto. en la estructura Admitir que las diferencias pueden ser un problema, y so-
de carácter del paciente; ha suscitado quejas de los pacientes, licitar su ayuda. Esta respuesta es particularmente útil y efec-
quienes dicen que nunca logran una respuesta directa. deLte- tiva en las entrevistas iniciales, siempre que la resistencia no
rapeuta. Este tipo de omisión puede contribuir a que todos sea demasiado seria. La gente tal vez baje la guardia si se la
los miembros de la familia se· unan para reforzar su resisten- trata con franqueza y se solicita su ayuda, por ejemplo con
cia a todo lo que el terapeuta diga o haga a partir de ese mo- una declaración como esta: «No, nunca tuve una hija con pro-
mento. La respuesta directa o el reconocimiento de la reali- blemas de drogas; en realidad, no tengo hijos. ¿Les parece
dad de la situación generalmente reduce la tensión y permi- que eso puede constituir una dificultad?». Si esta declaración
te al terapeuta poner en acción algunas de las otras sugeren- es seguida de un pedido de esclarecimiento que la familia de-
cias que enumeramos más adelante. Si dice: «Reconozco mi be dar cada vez que considere que el terapeuta olvida algo
juventud/edad; matrimonio/soltería; hombría; etc.» de un mo- importante o no comprende algún asunto, generalmente se con-
do no defensivo, la puerta quedará más abierta para un diá- seguirá su apoyo y cooperación. Pero cuando los -cuestiona-
logo franco sobre las preocupaciones de los miembros, y es- mientos basados en las diferencias personales son muy persis-
tos sentirán que sus preocupaciones son tomadas en serio. tentes o reaparecen después en el trascurso de la terapia, co-
rresponde tomarlos con más seriedad. Aunque se puede insistir
Explicar lo que la gente recibe y no recibe de la terapia. en que no es necesario haber experimentado todo para poder
Una de las razones por las cuales las personas quieren tera- ayudar, conviene examinar la propia conducta para ver si es-
peutas que hayan pasado con buen éxito por determinadas ta inadvertidamente no alienta la resistencia.
experiencias vitales puede no consistir sólo en que esto supo-
ne conocimiento, sino en la idea errónea de que ellas mismas Pedir un período de prueba. Si las preguntas aparecen al
inevitablemente harán, valorarán o serán lo que el terapeuta comienzo de la terapia, se puede pedir al miembro o a los
hace, valora o es. Creen que si el terapeuta tiene una vida miembros resistentes que consientan en un período de prueba
familiar normal, probablemente lograrán tener una vicla fa- de algunas semanas, tras lo cual la familia y el terapeuta
miliar normal. Y que si el terapeuta es divorciado, probable- · «reevaluarán» juntos la marcha del proceso. Esta técnica s6-

202 203
lo se puede utilizar cuando las quejas acerca de lo diferente lo que está pasando ... ». Esto podría haber sido una alterna-
que es el terapeuta son relativamente directas, o sea, cuando tiva a la metacomunicación en el ejemplo antes citado. La
no constituyan sei\al de que aquel ha sido triangulado. Al darse terapeuta podría haber eludido el cuestionamiento del médi-
tiempo, el terapeuta tiene la oportunidad de que púede ser co mostrándose confundida en relación con la pregunta, lo
útil no obstante la dificultad sei\alada. En los casos en que que habría dejado a cargo de él explicar su punto de vista.
se pide un período de prueba, el número de sesiones pedidas Esto a veces fuerza a los miembros de la familia que sienten
debe ser inversamente proporcional al nivel de resistencia de hostilidad hacia el terapeuta a explicar sus objeciones abierta-
la familia. Si una familia es muy escéptica, no conviene pedir mente, lo que las vuelve más manejables y reduce la tensión
más de tres o cuatro sesiones. del momento. También da tiempo al terapeuta para reflexio-
nar. Volviendo al caso de la estudiante que fue cuestionada
Metacomunicar. Cuando la resistencia está destinada a de- legítimamente por un esposo porque se había sobreidentifica-
jar fuera de combate al terapeuta, resulta útil emplear la me- do con su esposa, otra respuesta podría haber consistido en
tacomunicac;ión, o sea, comentar qué se está diciendo/haciendo mostrarse sorprendida -en realidad lo estaba- y solicitar la
por medio de la comunicación, en lugar de responder al con- ayuda del esposo disgustado para comprender su hostilidad.
tenido de esta. En la introducción .a este capítulo narramos Este tal vez diera su propia versión de la disputa, en cuyo
un episodio en que un médico resistente descalificó a una te- caso la terapeuta podría haber reencauzado sus comentarios
rapeuta soltera con el recurso de dar a entender que o carecía para ayudarlo a que hablara directamente a su esposa, salien-
de experiencia en cuestiones sexuales o, si no, era inmoral. do ella de un triángulo destructivo. Así la estudiante habría
En este caso, la terapeuta reflexionó un momento y, en lugar ganado tiempo hasta reevaluar su propia posición. El princi-
de responder directamente al cuestionamiento, expuso lo que piante, en particular, apreciará pronto la utilidad de esta tác-
el médico había logrado con su comentario. Declaró que se tica, sobre todo si no está muy confundido.
encontraba en una situación sin salida y que, en realidad, no
podía i:esponder sin descalificarse de alguna manera. El mé- Recurrir al humor. El humor es, a menudo, un instrumento
dico reconoció, riendo, que la había colocado en una posi- tan bueno como la sinceridad para desarmar una situación
ción imposible, y accedió de mala gana a concertar un encuen- potencialmente tensa. Si forma parte del estilo de personali-
tro. Esta intervención resultó lograda porque la terapeuta en- dad del terapeuta y si este ha observado en la interacción de
contró la manera de evitar la descalificación sin ponerse a la la familia signos que lo llevan a creer que responderá favora-
defensiva y sin provocar una actitud defensiva en el médico. blemente, no hay razón para n9 chancear. Un terapeu~a cues-
Si bien de ningún mod_o esto significa la extinción de la con- tionado por su edad podría decir: «Sólo tengo veinticinco,
ducta resistente, al menos permite al terapeuta ensayar otra pero algunos días me siento mucho más viejo, ¿no es eso su-
sesión para lograr mayor cooperación y confianza. ficiente?». Desde luego que los toques de humor deben ser
seguidos de una propuesta de discutir el asunto seriamente,
Expresar confusr6n. En algunos casos las preguntas acer- pero el humor puede quitar fuerza al ataque, y tensión, al
ca de la diferencia representan una triangulación y puede ser. debate. El empleo del humor depende de la personalidad del
necesario hacerse a un lado sin abordarlas directamente. La terapeuta. Las personas que no utilizan el humor como parte
técnica consiste en hacer como si se abordara la cuestión pero de su estilo de interacción habitual tampoco recurrirán a él
vacilando de manera que los miembros de la familia se sien-· en una situación terapéutica. Además, el uso del humor re-
tan obligados a hablar para llenar el vacío, o en aparentar quiere habilidad para saber cuándo será útil y apropiado, y
encontrarse tan confundido que ellos se sientan en la necesi- cuándo puede resultar ofensivo. Algunas familias no encon-
dad de rescatar al terapeuta de su confusión. El terapeuta ha- trarán nada graciosa la observación recién señalada, mientras
ce una declaración como: «No estoy seguro de haber entendi- que otras la celebrarán. Una buena regla es: «Ante la duda,
do la pregunta ... » o «Estoy un poco confundido acerca de abstenerse».

204 205
Examinar la necesidad de derivación. Si se sacan a luz las Evitar el cuestionamiento poniendo cuidado en no des-
objeciones implícitas en un cuestionamiento, hay que tomar- airar a los padres. Los terapeutas cuya juventud les instila
las en serio y prestarles atención. A veces se llega a la conclu- natural afinidad cori los puntos de vista de los adolescentes
sión de que sería aconsejable derivar una familia a otro tera- y jóvenes deben desactivar esa afinidad no situándose dema-
peuta, sea por su nivel de re,sistencia, por la profundidad de sido rápido en la postura del «consejero mayor y experimen-
su sentimiento sobre cierta cuestión o porque la familia está tado» respecto de los miembros más jóvenes de la familia.
en lo cierto: algo hay que hace que el terapeuta no esté en Esta actitud lleva a poner al terapeuta en rivalidad directa con
condiciones de tratar adecuadamente ese caso. Si un terapeu- los padres y a debilitar su autoridad y competencia. En-el mo-
ta piensa que la situación lo desborda o que las reservas de mento de entrar en coparticipación con una familia o de in-
la familia son insuperables, debe derivar el caso. La deriva- tervenir en su sistema, conviene que el terapeuta destaque la
ción no significa ser incompetente sino sólo que las dificulta- competencia de los padres para desempeñar su papel.
des sumadas de una combinación particular de familia y tera-
peuta prolopgarían la.terapia, la harían más ardua y proble-
mática para' ambos. En el caso de la estudiante recién di- LA FALTA DE JUVENTUD
vorciada, expuesto en este capítulo, no habría sido signo
de debilidad o incompetencia que decidiera no tratar a aquella No intentar probar que se es joven. Cuando los adoles-
pareja en ese momento de su vida. Si no hay otro terapeuta centes ven en el terapeuta a una persona mayor y distante,
disponible, también se puede plantear esta circunstancia a la p.or más que este sea veinteañero, es un error ponerse en su
familia de manera de tomar una decisión conjunta. Un tera- nivel. Los terapeutas que intentan probar que siguen en esta-
peuta puede decir: «Deduzco que hay algunos impedimentos do generalmente están invitando a que los tiroteen. Resulta
potenciales para trabajar juntos. Teniéndolos en cuenta, es- mucho más conveniente aceptar y admitir la propia edad e
toy dispuesto a hacer un intento, ¿qué piensan ustedes?». identidad, pero manifestando una genuina disposición a es-
Las sugerencias anteriores son útiles para la mayoría de cuchar y respetar el punto de vista de los adolescentes. Esto
los cuestionamientos de la competencia del terapeuta que se no significa que el terapeuta deba estar de acuerdo con ese
basan en diferencias o similitudes. Las que siguen son especí- punto de vista o que el adolescente deba adaptarse al terapeu-
ficas para determinados tipos de diferencia. ta, sino que este se mostrará imparcial. Imparcialidad y sin-
ceridad son la clave. Los adolescentes son especialistas·en de-
tectar falta de sinceridad.
JUVENTUP
· Ignorar toda información acerca de la cultura adolescen-
-Utilizar el abordaje de equipo. Como los supervisores sue- te. Esta es una variación del abordaje adecuado a familias
len tener más edad que sus alumnos, y esta diferencia es evi- que verdaderamente provienen de culturas diferentes. Los te-
dente, puede resultar útil hacerlos asistir a una de las sesiones rapeutas pueden involucrar a los adolescentes pidiéndoles que
iniciales. Algunos clínicos han comprobado que resulta con- les expliquen «qué pasa hoy en día» de manera de poder com-
veniente que los estudiantes introduzcan a sus supervisores ante prender mejor la posición del adolescente con respecto a cual-
los miembros de la familia, señalando que si bien no estarán quier cuestión. Las preguntas que se hagan sobre la base de
presentes en las reuniones, revisarán las videocintas o discuti- la declarada ignorancia acerca de la cultura de los adolescen-
rán la sesión con el terapeuta, y explicando que serán co- tes pueden comunicar respeto hacia la realidad de ellos. El
responsables del proceso de tratamiento. Esto se hace de ma- diálogo resultante tal vez ayude a iniciar una relación.
nera d<: anticiparse a las preguntas que los miembros de la
familia puedan tener en relación con la juventud de la mayo-
ría de los estudiantes.

206 207
LA FALTA DE MATRIMONIO peuta comprende los problemas desde la perspectiva de ellos.
Esta intervención demuestra que el terapeuta no tiene miedo
Admitir la desventaja pero destacar las ventajas. Un tera- de discutir este punto y al mismo tiempo coloca parte de la
peuta que no ha estado casado, generalmente sabe menos acer- responsabilidad en la ·familia.
ca de las circunstancias menudas de las relaciones íntimas que
quien lo ha estado. Como este desconocimiento es una des- Solicitar un coterapeuta o un supervisor del sexo opuesto.
ventaja evidente, es mejor admitirlo si aparece el cuestiona- En la mayoría de los casos, las objeciones relacionadas con .
miento. No obstante, los terapeutas pueden sefl.alar que han el sexo cesan cuando las personas han tenido ya alguna expe-
sido formados para ayudar a otros a trabajar sobre sus rela- riencia con el terapeuta y empiezan a confiar en que el sexo
ciones y que son muy buenos para eso. Además, como indi- de él o de ella no lo ciega para sus problemas, no es seduci-
camos antes, el terapeuta puede también apuntar que estar do/a por su encantador/a esposo/a o es lo suficientemente
casado no deja de tener otros riesgos: «Quizá fuera mejor te- inteligente como para que su esposo machista la tome en se-
rapeuta si ~stuviera casado. Pero sería un inconveniente si a rio. Sin embargo, en algunos casos, el sexo continúa siendo
causa de eso yo tuviera mi propio grano para moler». un problema que perjudica el progreso de la terapia, sea por-
que un miembro de la familia se mantiene -escéptico en rela-
Compartir los sentimientos de angustia. La preocupación ción con él sexo del terapeuta o porque este mismo queda.trian-
por el hecho de que el terapeuta no esté. casado puede estar gulado a causa de su sexo. Lo segundo es más común. Todos
relacionada con la creencia de que el matrimonio es un asun- los t-erapeutas son propensos a comprender instintivamente
to tan dificil que sólo alguien que haya logrado sobrevivir ca- a las personas del mismo sexo o se inclinan a simpatizar con
sado mucho tiempo estará en condiciones de ayudar. A veces ellas o a censurarlas porque no obran de acuerdo con sus pro-
los terapeutas pueden abordar directamente el dolor y el es- pias convicciones acerca del modo en que deben actuar los
cepticismo que se esconden tras la pregunta. Pueden decir, hombres y las mujeres. Como los terapeutas tienen dificultad
por ejemplo: «Pareciera que tuvieran pocas esperanzas de que para reconocer en sí mismos estos presupuestos y conductas,
se produzca un cambio en este momento». Una vez que las resulta a menudo útil contar con un coterapeuta o supervisor
parejas comienzan a tratar aspectos de su propia relación que del sexo opuesto, que llegado el caso cuestione las interpreta-
tienen una gran carga emocional, y ven que el terapeuta no ciones acerca de lo que está sucediendo en las sesiones tera-
se acobarda, dejan de preocuparse tanto por su situación per- péuticas.
sonal.

CULTURA DIFERENTE
GENERO
Tomarse el tiempo para examinar la cultura. No siempre
Mencionarlo en primer lugar. El género es casi siempre cues- es posible proporcionar a la gente terapeutas que los igualen
tión clave en terapia familiar. Siempre hay una diferencia en- en todas las características socioculturales importantes tales
tre el sexo del terapeuta y el de uno de los miembros de la como raza, religión, color, clase social. Además, la similitud
pareja marital/parental, o entre la orientación sexual del te- cultural no siempre es una ventaja. Como cualquier antropó-
rapeuta y la de la pareja, o se presentan ambas circunstan- logo sabe, es bastante más dificil estudiar la cultura propia
cias, como sucede en el caso de un terapeuta heterosexual que que la ajena, porque muchas cosas se dan por sabidas y pue-
trata a una pareja de lesbianas. Lo mejor es en general decla- de ocurrir que se superpongan varios puntos ciegos. El tera-
rar abiertamente que hay diferencias que podrían causar difi- peuta puede pedir a los miembros de la familia que expliciten
cultades y que por ello el o los miembros de sexo opuesto o sus valores y normas culturales. Tal vez de esa manera se ma-
de orientación diferente deberán estar seguros de que el tera- · tl'ff¡ nifiesten diferencias entre los miembros de la familia respecto

208 209
del valor que otorgan a diversos aspectos de su propia cultu- mas vivencias que otra persona y muchas familias que acuden
ra, y de las interpretaciones que les dan. Además, es posible a terapia han tenido experiencias fuera de lo común. Difícil-
investigar sus descripciones acerca de sus propias conductas mente el terapeuta haya sido testigo del progresivo deterioro
y problemas preguntándoles en qué se diferencian esas con- de la personalidad de un hijo o de una hija que terminan es-
ductas de las de otras parejas o familias de su cultura. De quizofrénicos. Los terapeutas solteros o incluso los casados
esta manera, la falta de conocimiento del terapeuta puede con- no han tenido que hacer frente a un esposo suicida en estado
vertirse en una ventaja. No sólo permite que salgan a luz las maníaco o con depresión severa. Esto no significa que el tera-
diferencias en las expectativas y los valores sino que ofrece peuta no se pueda conectar con la persona que pasa por esa
al terapeuta tempranamente la oportunidad de demostrar que experiencia. La asistencia a las personas que tienen estos sen-
está interesado y dispuesto a respetar la perspectiva de la fa- timientos comienza por la confesión de que el terapeuta no
milia y Que es lo bastante flexible para graduar las interven- conoce lo que ellos han vivido y por la escucha de la visión
ciones en consecuencia. que la fami!Ía tiene acerca de lo que ha vivido. Este proceso
sienta las bases para una relación terapéutica sincera.
Verificar si las diferencias con la cultura dominante cons-
tituyen un problema. Provengan las familias de otro país o Señalar la experiencia acumulada o la pericia técnica para
sean miembros de una subcultura de la propia sociedad, es ayudar a las familias a salir adelante. Tras admitir que no
posible que sus diferencias con la cultura mayoritaria les cau- puede conocer todo lo que ha vivido una famiHa, y escuchar
sen problemas. Investigaciones que se han hecho registran efec- atentamente el relato de sus experiencias, el terapeuta puede
tos negativos producidos por el hecho de vivir en una comu- seftalar que él o la agencia han tratado a muchas otras fami-
nidad incongruente. Obedezcan estos efectos al prejuicio, a lias que han pasado por esas peripecias. Puede indicar que
una red social trunca, o reflejen algún otro tipo de presión en ese proceso ha aprendido bastante acerca de lo que resulta
o variable de personalidad, las diferencias han de examinar- conveniente en tales crisis y del modo de compartir esa expe-
se. La familia puede no tener ni noticia de las presiones que riencia con familias que se encuentran en esas situaciones. Es
para ella suma el hecho de tener que manejar el problema de de suma importancia encontrar el momento oportuno para
la frontera familia-comunidad mientras absorbe el prejuicio realizar esta intervención. Si se efectúa antes que las familias
y los estereotipos o lucha contra estos. Por otro lado, si este hayan tenido la oportunidad adecuada de comunicar lo que
grupo cultural se encuentra en una posición de desventaja o han vivido, se la verá como un falso reaseguro y, en el mejor
de inferioridad, pudo suceder que profesionales en el pasado de los casos, como una trivialidad. Si se hace después de es-
no hayan respetado sus conductas y sus valores, lo que tal cuchar su relato con oído empático, puede ofrecer un bienve-
vez mueva a los miembros de la familia a ver en los profesio- nido alivio y ayudar a establecer la alianza terapéutica.
nales adversarios en potencia en lugar de auxiliares en poten-
cia. Atender a la forma en que han vivido las diferencias cul-
turales en el pasado puede ayudar a trasmitir respeto por el
«surco extra» que han debido laborar, a infundirles confian- Cuestionamientos relacionados con las conductas de
za, y a impedir que desarrollen otro contacto negativo con los terapeutas
profesionales.
Un importante conjunto de cuestionamientos que surgen
tanto al comienzo del tratamiento como en su trascurso se
FALTA DE UNA EXPERIENCIA PENOSA SIMILAR relacionan más con lo que los terapeutas han dicho o hecho
que con sus cualidades personales o profesionales. Estos cues-
Admitir que uno nunca llegará a conocer lo profundo del tionamientos son producidos por triangulación, por conduc-
dolor de la familia. N~die puede verdaderamente tener las mis- tas del terapeuta que se perciben como inadecuadas, o bien

211
210
son el resultado inevitable de las ansiedades provocadas por arbitraria a los miembros de la familia, y los mueve a hacer
el proceso terapéutico. acusaciones de parcialidad.
Si los terapeutas nunca reciben cuestionamientos, existe
la posibilidad de que sigan una línea de conducta de excesivo
apoyo o conservadora, no dirigida a producir cambios en los SUGERENCIAS
sistemas familiares. Es preciso presionar permanentemente a
los miembros de la familia para que tengan diferentes con- Hacer una cuidadosa y sincera apreciación de la propia
ductas de uno u otro tipo, consistan en un trato diferente en- posición en relación con la familia. Toda vez que el cuestio-
tre ellos, en una organización estructural distinta o en un mo- namiento es directo, y que es tan fácil quedar atrapado en
dificado nivel de expresión emocional. Los terapeutas deben el sistema familiar, lo primero que el terapeuta debe exami-
empujar de continuo a las personas hasta el borde de su tole- nar es su propia conducta. Debe empezar por preguntar a los
rancia, deben danzar en el límite de su ambivalencia hacia miembros de la familia cuál es el motivo de las acusaciones
el cambio, pero sin presionar tanto que provoquen una reac- y qué aspecto específico de la conducta del terapeuta ha oca-
ción contraria. Cuando las familias responden al proceso te- sionado esos sentimientos. A continuación, debe examinar cui-
rapéutico con cuestionamientos a la competencia del terapeu- dadosamente esta información y sus propias intervenciones
ta, este debe evaluar cuidadosamente si la resistencia está jus- para ver si estuvieron bien orientadas y persiguieron un obje-
tificada porque ha sido triangulado o porque ha fracasado tivo, o si en cambio fueron meras reacciones emocionales ha-
en la comprensión de un punto importante, o si es la respues- cia el sistema familiar. Si ha cometido un error, debe admitir-
ta a presiones legítimas en el sentido del cambio y por ello lo llanamente sin dar a entender que el error es catastrófico.
la debe enfrentar sin retractarse ni alterar la dirección. Los· Puede decir cosas como: «Tal vez te haya presionado dema-
siguientes son ejemplos de este tipo de cuestionamiento. siado, Joe. Reveamos eso». La mayoría de las familias reci-
ben con agrado este tipo de respuesta y no guardan rencor
a terapeutas que se muestran flexibles y abiertos a la reali-
Problema 8: «Usted no es justo; siempre está del lado mentación del sistema.
de él/ella»
Explicar que la terapia, como la vida, no es justa. Si los
A veces lo~ miembros de la familia acusan a los terapeutas terapeutas están firmemente plantados dentro de la frontera
de estar del lado de uno o más miembros de la familia. Si familiar, mantienen una relación activa con todos los miem-
los terapeutas están triangulados, esto puede ser una queja bros y han verificado que no están sobreinvolucrados en el
legítima. A menudo, los que están atrapados en sistemas fa- sistema, pueden ensei\ar a la familia que la vida no es justa
miliares no son concientes de que apoyan permanentemente y que sus miembros deben aprender a enfrentar esa circuns-
a un miembro o a un subsistema. Esta queja, sin embargo, tancia si pretenden desempei\arse bien en sus relaciones per-
puede ser también el resultado de intervenciones correctas y sonales. Los terapeutas pueden utilizar la queja acerca de la
de procesos terapéuticos legítimos. Los terapeutas que son to- injusticia para introducir el tema de las relaciones recíprocas
talmente «justos» con todos en todo momento probablemen- en· los sistemas jerárquicos. Los adolescentes no son los úni-
te se hayan neutralizado por completo ellos mismos. Los que cos que tienen la idea de que la vida debería ser justa, y equi-
empujan el sistema hacia el cambio apoyarán en ocasiones tativas todas las relaciones. No pocos adu_ltos necesitan que
el cambio de un subsistema o de un miembro, no importa cuán se les diga que no hay relaciones de puntos iguales en el table-
«injusto» pueda ser esto en el momento. En general es nece- ro, es decir, que puede haber relaciones de cincuenta a cin-
sario desestructurar un sistema familiar para producir un equi- cuenta en un área, y de sesenta a cuarenta en otra. Una rela-
librio nuevo y más funcional. A pesar de lo conocida que es ción conyugal nunca es totalmente equitativa en todas las áreas,
esta técnica para los terapeutas familiares, a menudo parece en cuyo caso sería un matrimonio «clónico» obsesivo. Una

212 213
relación padre-hijo podrá progresar hacia un equilibrio a me-
dida que el hijo madura, pero nunca será completamente equi- en ser el primero en cambiar, una vez que ·comprendió que
librada en términos de dar y recibir. era calificado de «fuerte» y que se trataba de una parte de
todo un proceso de cambio recíproco.
Explicar que la eficacia es más importante que la impar-
cialidad. El terapeuta sabe que el cambio no ocurre en forma
simultánea en todas las partes de un sistema familiar. Si bien Problema 9. «No pareciera que estuviéramos haciendo
puede presionar más a algún miembro en un momento dado, algún progreso». («¿Está usted seguro de que sabe lo
, tiene su mirada puesta en el proceso en su conjunto y en los que está haciendo?»)
objetivos últimos de los miembros de la familia. Estos por
lo general perciben con más agudeza lo que está pasando en Cuando los miembros de la familia están impacientes por
el momento. Bien pueden olvidar cualquier apoyo recibido la lentitud del cambio o desalentados por algún episodio par-
del terapeuta a la luz de lo que aparece en el momento como ticularmente regresivo, pueden volverse contra el terapeuta,
una de:daración o un pedido injustos. Un simple recordatorio ya avanzado el curso del tratamiento, y poner en discusión
de que si el terapeuta ha de ser eficaz se le debe permitir de- su competencia. Este cuestionamiento generalmente no se ex-
terminar quién está preparado para el cambio, o quién puede plicita. En las etapas tempranas de la terapia, la queja puede
recibir una presión en cierto momento, es a menudo suficien- adoptar ésta forma: «Las sesiones parecen bastante caóticas»;
te para superar este cuestionamiento. Por ejemplo, Betty y ~n cambio, en etapas más avanzadas, son comunes. las frases
John fueron derivados para terapia familiar cuando el depar- como: «Parece que discutimos las mismas cosas una y otra
tamento de servicio social de un hospital descubrió en entre- vez». En cualquier etapa, un miembro de la familia puede
vistas de rutina, tras el segundo aborto de Betty, que la pare- expresar frustración, diciendo: «¡No llegamos a ningún lado
ja tenía serios problemas conyugales. Se informaba que John con rapidez!». El mensaje es que si el terapeuta fuera compe-
había sido sometido a cirugía cerebral por una ruptura de aneu- tente, habría menos caos y confusión o menos repeticiones
risma con el resultado de que tenía problemas para controlar de viejos problemas y el progreso sería rápido y evidente.
sus impulsos. Betty había sobrellevado sus arranques de irri- Según lo hemos señalado repetidas veces, para compren-
tación durante cuatro af\os, pero no podía seguir tolerándo- der estos cúestionamientos es preciso evaluarlos siempre dentro
los ni soportar las quejas que por esa causa le dirigía su madre, del contexo en que aparecen. ¿Por qué ahora? Si un terapeuta
que vivía con ellos. Para la tercera entrevista, se había enfureci- determina que una familia está reaccionando frente a algo que
do y estuvo a punto de pedirle a John que se fuera de la casa. él ha hecho, sea un error en el cálculo de los tiempos, una
Si bien Betty no veía en qué pudiera alentar ella esa conducta alianza demasiado marcada con uno u otro miembro de la
de John, la terapeuta podía observar qué sistemáticamente lo familia, una concentración en sus propios problemas, etc., de-
irritaba hasta que él perdía los estribos, hecho del cual John berá modificar esa conducta en consecuencia. Por ejemplo,
también se percataba. Este pidió un cambio recíproco y acu- si las sesiones familiares siguen siendo caóticas o han comen-
só a la terapeuta de ser injusta cuando indicaba que John de- zado a serlo, la queja de la familia es legítima y es el resulta-
bía cambiar primero. La terapeuta reconoció que la•situación do del error del terapeuta. Este debe proporcionar seguridad
parecía injusta, pero le explicó que Betty estaba «demasiado a los miembros de la familia, un terreno estructurado donde
enojada para poder cambiar en ese momento» y que alguien puedan tratar los problemas sin temor de que las cosas se va-
debía ser el primero. Prosiguió preguntando a John acerca yan de control. Debe proporcionar un foco estable, con la
de otras situaciones en las que perdía los estribos, y esgrimió mira de resolver.el conflicto y no de evitarlo y, consiguiente-·
que él era capaz de mantener un empleo, ir al colegio y con- mente, repetirlo. En realidad, los terapeutas familiares harían
ducir un automóvil, como pruebas de que tenía la fuerza ne- bien en escuchar al animador Johnny Carson, quien afirmó
cesaria para .contener su irritación. John estuvo de acuerdo en ocasión de una entrevista: «La única regla absoluta es: no
perder nunca el control del show».

214
215
No se debe subestimar la dificultad que los terapeutas tie- los miembros de la familia no hacen más que expresar sus
nen para establecer ese control y para mantener un foco esta- percepciones acerca de la dificultad del cambio. Muchas fa-
ble sobre los problemas. Hace poco, una de las autoras inten- milias desean secretamente que los terapeutas extirpen sus pro-
taba hacer entender a un practicante, que era un entusiasta blemas o hagan un pase mágico para resolverlos. (No pocos
de los deportes, la importancia de que el terapeuta gobierne terapeutas también desearían poder hacerlo.)
la situación en las sesiones familiares. Le señalaba que su con- En otros casos, las quejas encubiertas en relación con la
. ducta como terapeuta familiar debía ser como la de un cen- competencia del terapeuta pueden en realidad representar la
trodelantero en el fútbol, que reclama las jugadas para esqui- ansiedad de los miembros de la familia ante los cambios que
var las defensas de la familia y dirigirlas hacia la meta. El perciben que están sucediendo. La respuesta al cambio es casi
practicante replicó que sus sesiones con familias se parecían siempre ambivalente.
más a un juego de esquivar la pelota, que de tenerla. Nunca
sabía de dónde vendría la pelota y sólo esperaba que si se mo-
vía y esquivaba lo suficiente, no sería el blanco de los tiros. SUGERENCIAS
Evidentemente, 9ualquier queja que la familia tuviera acerca
del caos existente en sus sesiones seria un resultado legítimo Consultar con un supervisor o un colega. Cuando apare-
del sentimiento de pérdida de control que experimentaba él cen quejas implícitas acerca de la competencia del terapeuta,
mismo, y de su inhabilidad para utilizar las sesiones de mane- ~s probable que este deba cambiar su conducta. Para ello,
ra de asistir a la familia en el logro de sus objetivos. debe ser capaz de tomar cierta distancia de la familia, que
Otros errores del terapeuta que pueden llevar a las fami- le procure perspectiva. Esto se logra de la mejor manera con-
lias a cuestionar su competencia son el sobreinvolucramiento versando acerca del caso con un supervisor o un colega o,
y la ansiedad. La primera categoría incluye aspectos tales co- aun mejor, reviendo las videocintas de las últimas sesiones
mo el mal uso del poder que hace el terapeuta cuando presu- con esa persona. Lo que uno tal vez no perciba en su propia
pone que las familias necesariamente quieren lo que él quiere conducta con ciertas familias puede verlo fácilmente un terce-
para ellas. La segunda categoría generalmente incluye una si- ro. Con la posibilidad de sumar esta perspectiva, el terapeuta
tuación en que algún tema que surge en la familia produce puede llevar a cabo las acciones necesarias para imponer más
ansiedad en el terapeuta y este orienta sus intervenciones para control en las sesiones o para desembarazarse del sobreinvo.:.
calmarse él mismo en lugar de asistir a la familia. Un ejemplo lucramiento. Si el problema es que algún tema traído por la
de combinación de estos dos errores terapéuticos lo tenemos familia le provoca ansiedad, debe decidir si esa ansiedad se
en una pareja con un grave problema conyugal que fue vista podrá resolver o si deberá derivar el caso. A veces basta con
por una terapeuta que estaba muy comprometida en mante- hacerse conciente del tema que produce ansiedad para comen-
ner unidas a las familias. Si bien se estableció un contrato zar a controlarla.
centrado en evaluar la viabilidad de preservar el matrimonio,
Revisar el contrato con la familia. Cuando los miembros
la terapeuta tenía como objetivo encubierto salvar la relación.
de la familia expresan la dificultad de lograr el cambio e insi-
Con el tiempo se hizo cada vez más claro que ni ella ni él
núan que la falta de progreso debe atribuirse al terapeuta,
estaban interesados en el matrimonio, pero la terapeuta dila-
puede ser conveniente revisar el contrato. Dadas las idas y
tó el conflicto e intentó mitigarlo. Ella tenía sus propios pro-
venidas características de cualquier tipo de terapia y el hecho
blemas en torno de la separación y de la responsabilidad en
de que cualquier miembro de la familia puede volverse repen-
la preservación de vínculos. Se percató de ello pronto cuando
tinamente resistente y regresar a antiguas conductas disfun-
su supervisora le dijo: «Pareces más interesada en este matri-
cionales, el foco sobre el contrato, y sobre lo que se ha logra-
monio que ellos». do y lo que no, proporciona un sentido de perspectiva de la
Sin embargo, no todas las quejas referidas al curso de la
situación. Una revisión del contrato ayuda a los miembros
terapia son el resultado de un error del terapeuta. A veces

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de la familia a ver los cambios positivos que han ocurrido,
les ofrece la oportunidad de reevaluar sus propios objetivos Problema 10. «Usted no se interesa por nosotros»
y de tener un sentimiento de mayor control del proceso tera-
péutico. Al revisar el contrato, las familias pueden también Las familias a veces cuestionan en forma encubierta el com-
ver más claro lo que las perturba y resolverlo entonces de un promiso del terapeuta con ellos enviando mensajes como es-
modo directo.
te: «Usted en realidad no se interesa por nosotros»; o más
ajustadamente: «Pruébeme/nos que usted realmente se preo-
Tratar las consecuencias del cambio. Los cuestionamien- cupa». Esta forma de resistencia es común sobre todo en las
tos indirectos a la competencia del terapeuta son a menudo etapas intermedia y final de la terapia, cuando el nivel de ten-
una seí'lal de que empieza a haber cambio. La ambivalencia sión_ ha bajado pero quedan por resolver cuestiones difíciles.
lleva a los miembros a cuestionar el acierto de todo ese cam- Estas resistencias son casi siempre encubiertas, desde que la
bio y, por lo tanto, el acierto del terapeuta. Poner el foco mayoría de las familias no quiere admitir su dependencia del
sobre las consecuencias del cambio hace manifiesta la ansie- terapeuta y las éonversac~ones abiertas acerca de la relación
dad pero mantiene encubierto el cuestionamiento. Por ejem- entre el terapeuta y los miembros de la familia no forman ge-
plo, si un adolescente irresponsable o provocador comienza neralmente parte del contrato de terapia familiar.
a actuar como una persona civilizada, los padres pueden ser A veces los terapeutas fomentan este tipo de cuestiona-
prevenidos de que esto los privará de un motivo de queja. miento porque omiten ·mantener el foco entre los miembros
Ahora deberán pensar en otro tema de conversación que no de la familia y de esta manera los alientan sutilmente a mirar
sea el último acto de insolencia de Johnny. ai te@peuta en procura de satisfacer sus necesidades y de re-
Las personas suelen necesitar que se les asegure que reten- solver sus problemas. Esto generalmente no es positivo en te-
drán el control sobre su vida y que el cambio no se producirá rapia familiar, donde se entiende que los miembros de la fa-
con mayor rapidez de la que ellas toleren o deseen. Una joven milia deberi aprender a satisfacer sus necesidades y a resolver
que concurrió a la clínica de terapia familiar sostenía que de- sus problemas entre ellos mismos. En la mayoría de los casos,
seaba desesperadamente tener éxito en sus estudios, pero siem- los terapeutas que reciben mensajes sutiles que cuestionan su
pre fracasaba por motivos que parecían relacionados con su falta de interés por la faqiilia deberían evaluar si han alenta- ·
dependencia de sus padres. En terapia familiar, la familia hi- do d.emasiado la dependencia.. ·
zo grandes progresos en relación con el objetivo de su eman- . Sin embargo; en _aquellos casos en que un miembro está
cipación; con el tiempo, la paciente fue capaz de mudarse de severamente perturbado, es legítimo alentar en la familia cierta
la casa y estudiar en una facultad local. A poco de lograr una dependencia del· terapeuta; como parte de un plan de trata-
calificación sobresaliente en sus estudios, se las ingenió para miento _de largo plazo .. En tales casos, el terapeuta puede ase-
volver a fracasar. Rehusó presentarse a un examen y no se gurar la cooperación continua de los miembros de la familia
excusó ante el profesor. Se quejó con amargura a la terapeu- convirtiéndose en lln auxiliar valioso para ellos en las crisis
ta, de que evidentemente necesitaba más asistencia y dijo que y en los momentos agudos de las enfermedades crónicas. Cuan-
quizá podía intentar con un análisis. La terapeuta respondió do los terapeutas utilizan este enfoque de largo plazo, deben
que se podía tomar todo el tiempo que necesitara para com- estar preparados. para recibir mensajes encubiertos acerca de
pletar su emancipación, y que ella comprendía que la idea de los sentimientos·de dependencia de la familia. Conviene que
asumir las responsabilidades de la vida adulta era deprimen- estén particularmente alertas para tales mensajes tras una in-
te. La paciente corrió a su casa y escribió el examen recupera- terrupción por vacaciones o si el terapeuta ha cancelado, por
torio que el profesor -un hombre inusualmente comprensivo- el motivo que fuere, una_ sesión. En algunos casos extremos,
había preparado para ella. puede provocar- esa respuesta el simple hecho de no haber po-
dido atender una llamada telefónica en un momento en que
uno de los miembros de la familia se sentía particularmente
angustiado.

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Los cuestionamientos del compromiso del terapeuta pue- quier otra forma de resistencia a la terapia familiar. Sin em-
den adoptar la forma de un comentario verbal: «Le dejé un bargo, pueden llegar a destruir el proceso terapéutico si el te-
mensaje aproximadamente hace tres horas»; o pueden ser ac- rapeuta se pone a la defensiva y si una progresiva serie de
tuados en ausencias o cancelaciones con excusas débiles, por interacciones entre el terapeuta y uno o más miembros de la
ejemplo: «No cretmos que faltar una vez pudiera ser dani- familia produce una lucha de poder. Los principiantes son
no». Si el terapeuta no discierne la resistencia, los miembros más vulnerables a estos cuestionamientos porque a menudo
de la familia pueden intensificarla faltando varias semanas, se consideran incompetentes y olvidan que cuentan con el co-
expresando cuestionamientos más manifiestos, por ejemplo, nocimiento y la experiencia de sus supervisores y los recursos
quejas en relación con la eficacia de la terapia; o pueden re- de sus agencias e instituciones.
nunciar totalmente al tratamiento. Los cuestionamientos de la competencia del terapeuta ge-
neralmente surgen de la preocupación de la familia por saber
Satisfacer la necesidad. Afortunadamente, este cuestiona- si el terapeuta será capaz de ayudarla, y de nociones equivo-
miento es de fácil manejo en la mayoría de los casos. Una cadas acerca de las cualidades y calificaciones del buen tera-
simpíe llamada telefónica que restablezca el contacto y el in- peuta. Algunas familias confían en los titulos, mientras que
terés, o una disculpa por no llamar antes, bastan para poner otras creen que si el terapeuta se les parece en raza, cultura,
nuevamente en marcha la terapia. Conviene recordar que la sexo u otros atributos, automáticamente será un mejor tera-
mayor parte de estas familias no desean una conversación peuta para ellas. Los terapeutas, lo mismo que las familias,
abierta acerca de su dependencia del terapeuta, ni extraerían pro- a menudo presuponen erróneamente que sólo un terapeuta que
vecho de ella. Una expresión razonable de interés quizá modifi- haya negociado con éxito todas las etapas del. matrimonio,
que el cuestionamiento lo bastante para continuar la terapia. la paternidad y la vida está calificado para tratar los proble-
mas de otras personas.
Adoptar una actitud autoritaria. La ambivalencia hacia Los cuestionamientos de la competencia del terapeuta se
el cambio, siempre presente, se puede trasformar en un obs- presentan en todos los estadios de la terapia, aunque son más
táculo serio en estadios avanzados de la terapia. Si el terapeu- frecuentes al comienzo. Pueden ser provocados por terapeu-
ta parece desinteresado en ese momento, hará falta algo más tas que inconcientemente se han sobreinvolucrado en el plano
que una llamada telefónica para comunicar que da importan- emocional con un sistema familiar o han quedado triangula-
cia a la familia y a la terapia familiar. Un terapeuta puede dos en luchas que libran entre sí los miembros de la familia.
considerar conveniente adoptar una posición autoritaria en Otros cuestionamientos pueden ser el resultado de imponer
relación con la necesidad de terapia y la puntualidad. Si la el terapeuta sus propios deseos u objetivos a la familia, o alen-
familia falta a una sesión, el terapeuta puede decir: «Considero tar la dependencia de esta cuando no es necesario ni deseable.
absolutamente necesario que fijemos otro horario esta sema-
na», y rechazar todos los consiguientes intentos de la familia
por restar dramatismo al asunto. Esto generalmente asegura
a los miembros de la familia que el terapeuta se interesa por
ellos y que sus propios esfuerzos en terapia importan.

Resumen
Los cuestionamientos directos o indirectos a la competen-
cia del terapeuta son tan normales y previsibles como cual-

221
220
5. Resistencias comunes en el trascurso
del tratamiento
.-

«El hábito es el hábito: no ser arrojado por la ventana, sino


inducido a descender paso a paso». Mark Twain.

Las primeras entrevistas con cualquier familia pueden ser


las que más exijan del terapeuta,. pero también, a .menudo,
las más interesantes y apasionantes. Cada familia representa.
un nuevo desafio, un nuevo enigma terapéutico por resolver,
nuevos individuos que conocer y comprender. Puesto que ca-
da familia es única, aun los terapeutas veteranos sienten un
intenso placer en descubrir cómo opera una nueva familia en
su realidad y con sus problemas particulares. Sí la entrevista
inicial se desenvuelve bien y se establece un contrato razona-
ble,. tanto el terapeuta como la familia salen con un sentido
de dirección y un sentimiento de optimismo acerca del futu-
ro. Después ambos deben disponerse a enfrentar los procesos
de la terapia.
La terapia familiar, como todo tratamiento, avanza a sal-
tos. El terapeuta realiza intervenciones que provocan rever-
beraciones en cada parte del sistema familiar. Cuando algún
miembro de la familia comienza a cambiar su conducta, o
las reglas del sistema familiar son puestas en evidencia o cues-
tionadas, ocurren reacciones en otros miembros. Estas pue-
den incluir movimientos positivos hacia la meta de la familia
o movimientos regresivos para reestabilizar el modo de ope-
rar antiguo del sistema. Los primeros cambios pueden resul-
tar perturbadores. Una vez aceptados e incorporados, es más
probable que se aprecien sus beneficios. Por eso, l~ resisten-
cias tienden a presentarse de una manera cíclica y no conti-
nua. Como tales, son una seflal de que algo está pasando en
la terapia, y su emergencia puede ayudar al terapeuta a regu-
lar el ritmo de sus intervenciones.

223
Las resistencias en el trascurso de la terapia El estilo o las propiedades de un sistema familiar también
pueden operar como resistencias. Una familia que valora mu-
En capítulos anteriores comparamos al terapeuta con un cho la conformidad puede ser incapaz de permitir que emerja
piloto, y a los miembros de la familia, con el capitán de un el conflicto en las sesiones de terapia, por más conciencia que
barco. Las resistencias que surgen en el trascurso de la tera- tenga de que el conflicto es indispensable para la resolución
pia se pueden definir como todas aquellas conductas que difi- de sus dificultades. Una familia que mantiene un foco rígido
cultan el viaje. Incluyen las conductas, los sentimientos, las sobre el paciente individualizado puede ser incapaz de usar
pautas o los estilos que operan en el sentido de estorbar el la terapia para modificar aquellas conductas de sus miembros
cambio. Estas resistencias pueden ser concientes o inconcien- que contribuyen a mantener el síntoma del paciente. Los miem-
tes, intencionales o inadvertidas, pueden residir en la familia bros de la familia que permanentemente se acusan de los pro-
entera, en uno de sus miembros, o estar distribuidas por todo blemas con que tropiezan no advertirán que su propio poder
el sistema terapéutico. Este capítulo tratará de las resistencias influye sobre el sistema familiar. En estos ejemplos, las pau-
que se sitúan en el interior de la familia. tas familiares operan como resistencias al cambio.
Lás resistencias son concientes y llevan un propósito cuan-
do uno o más miembros de la familia dicen: «No quiero tra-
tar ese asunto». Son inconcientes, pero también llevan un pro- ¿ Cuándo ·ocurren las resistencias en el trascurso del
pósito, cuando ellos creen genuinamente que desean cambiar, tratamiento?
pero obstruyen el cambio con una conducta consistente. Por
ejemplo, una mujer manifestaba el deseo de que su esposo Las resistencias aparecen tanto durante las sesiones como
se mostrara más activo en la tarea de disciplinar a sus dos en los intervalos entre ellas. Dentro de la variedad «en sesión»,
hijos adolescentes, pero una y otra vez reprobaba sus inten- algunas resistencias son las propias de cualquier tratamiento
tos de hacerlo. No era conciente de que se resistía a abando- (por ejemplo, la intelectualización, la negación, la racionali-
nar su rol central en la familia y de que sus críticas al marido zación), pero crean problemas especiales cuando se manifies-
eran una realimentación negativa para los intentos de cambio tan en la terapia familiar. Otras resistencias son particulares
de él. . de la terapia familiar (por ejemplo, las alianzas, los secretos
Las conductas a menudo sirven a varias funciones. Para familiares, la seudo hostilidad). Todas estas resistencias pue-
nuestro propósito, lo importante no es la intención de la con- den surgir repetidamente a lo largo del proceso de terapia y
ducta, sino su función al servicio de impedir el cambio. Toda en general brotan cuando la f arnilia trabaja sobre una cues-
conducta, actitud o propiedad de un sistema familiar, sea de- tión muy amenazadora o cuando el terapeuta comete un error
liberada o inconciente, puede funcionar como una resisten- de juicio, no ha respetado los tiempos o quedó «atrapado»
cia. Por ejemplo, individuos verborrágicos pueden no tener por el sistema.
la intención de resistirse al cambio, sino que simplemente se Muchas de las resistencias encontradas en el trascurso del
sienten ansiosos o los mueve el supuesto erróneo de que cuan- tratamiento son simples repeticiones o variaciones de las que
ta más información ofrezcan al terapeuta más ayuda recibi- se presentaron en la primera sesión. Otras son características
rán. No obstante, en estos casos, la charla funciona como re- de una fase particular de la terapia o de los mecanismos par-
sistencia. Del mismo modo, expectativas no realistas pueden ticulares de una familia. Por ejemplo, una resistencia que se
inmovilizarlo todo, impidiendo que los miembros de la fami- encuentra con bastante frecuencia en los estadios intermedios
lia se pongan de acuerdo en cambios pequeños pero significa- de la terapia, pero que raras veces aparece al comienzo, es
tivos. Una actitud desesperanzada puede desmoralizar tanto la «seudo cura». Si bien algunos cambios son evidentes, la
que los miembros de la familia se queden sin energía para el magnitud del cambio requerido para alcanzar los objetivos
trabajo terapéutico. En otras palabras, en algunos casos, el de la familia de repente aparece como algo inaceptable o inal-
idealismo o bien el escepticismo operan corno resistencia. canzable para sus miembr,9_s . .L~ solución es declararse cura-
,.·;'.:.,;:' ,.:),t •

224 225
ductista estará más preocupado por la omisión de los progra-
dos y felices o alterar sus objetivos para que parezca que ya mas de refuerzo.
se los ha alcanzado. Si todos estos factores intervienen, ¿cómo puede un tera-
Las resistencias que surgen en los intervalos son a rnenu- peuta que ni siquiera está seguro de su modelo teórico saber
_do similares a las examinadas en los capítulos 2 y 3, y recaen qué es resistencia y qué no lo es? Después de fodo, la inisma
sobre la concurrencia a las sesiones o consisten en dudar de conducta puede ser o no ser una resistencia; esto depende de
la conveniencia de una terapia familiar en lugar de otru-rno- la persona, la familia, el terapeuta y el momento de l_a tera-
dalidades asistenciales. Por ejemplo, si durante una sesión se pia. Además, si las resistencias pueden estar situadas en el
ha producido un episodio ansiógeno o ha aflorado un terna individuo o en el sistema familiar, y aun se trasladan de una
delicado, los miembros de la familia pueden repentinamente persona a otra y cambian su estilo o su presentación, ¿cómo
solicitar terapia individual para un miembro problema. Otras pueden los terapeutas conocerlas? Es muy fácil discernir re-
resistencias que surgen entre sesiones se relacionan con el in- .sistencias masivas y manifiestas, y se puede pasar por alto una
cumplimiento de tareas asignadas o la anulación de los cam- resistencia menor, simple coqueteo ·con el statu quo. Pero a
bios qile pudieran haber ocurrido o amenazan ocurrir corno menos que los terapeutas aprendan a reconocer fácilmente la
resultado de la terapia. Todas estas conductas pueden ser con- resistencia, sólo sabrán que están frente a ella cuando pier-
sideradas otros tantos esfuerzos de los miembros de la fami- dan a una familia o comiencen a sentir un estado de fatiga
lia para mantener o restablecer el statu quo. del terapeuta. Pero entonces suele ser demasiado tarde. Para
aprender a reconocer y tratar la resistencia que se presenta
en el curso de la terapia, la destreza más importante que se
¿Cómo se inserta el terapeuta? puede desarrollar es el discernimiento de pautas y secuencias.

La teoría, el estilo y la técnica de diferentes terapeutas ten-


derán a engendrar diferentes formas y grados de resistencia La función de las pautas y las secuencias
en diversas etapas del proceso terapéutico. Los terapeutas que
comienzan realizando intervenciones audaces en las pautas fa- Si bien toda familia tiene miles de conductas y ternas en
miliares tal vez tropiecen con una resistencia enorme y directa su repertorio, cada una tiene pautas características de con-
en ese mismo momento. Otros terapeutas, por ejemplo los ducta, incluidas pautas características de conducta resistente.
que tienen un enfoque orientado al insight, podrán comenzar Prestar atención a estas pautas y secuencias de conducta sim-
de un modo más suave, pero tenderán a encontrar una resis- plifica el abordaje de la resistencia y lo facilita más que consi-
tencia que se acrecienta cuando salen a la luz cuestiones serias derar cada pieza de conducta por separado. La apreciación
y desacuerdos de larga data. de las pautas es la clave para comprender la función, el senti-
También sucede que diferentes terapeutas rotulen como do y la fuerza de las conductas resistentes y para diseñar es-
resistencia conductas distintas. Su modo de considerar la re- trategias que permitan enfrentarlas (Tornm, 1981). Todos los
sistencia dependerá de su teoría acerca del cambio y del con- terapeutas deben aprender a preguntarse a sí mismos: «¿Por
trato que hayan estable~ido con la familia. Si entienden que qué ahora?», «¿Qué habrá sucedido para que aparezca esta
el insight y la catarsis son ingredientes esenciales del cambio, conducta, este sentimiento, esta acción?», «¿Qué significa es-
calificarán de resistente a una familia que utilice la negación ta conducta en este preciso momento?». Todo terapeuta debe
y la represión aunque siga las demás directivas terapéuticas. aprender a observar las pautas y las secuencias de conducta.
El estructuralista, por el contrario, que no ve la necesidad del en que viene incluida una conducta específica que parece ami-
insight, dará mayor importancia al incumplimiento de las ta- norar o impedir el proceso de cambio.
reas asignadas. El terapeuta familiar guestáltico considerará En general, cuando en el trascurso de la terapia una con-
que una familia es resistente si sus miembros no expresan sus. ducta parece desempeñar la función de resistencia, el primer
sentimientos recíprocos, mientras que el terapeuta familiar con-

227
226
proceso que hay que examinar es el de la terapia como tal. Resistencia sistémica: un ejemplo de caso
. A menudo, las resistencias emergen cuando el terapeuta pasó
por alto una cuestión importante, quedó atrapado en una alian- Las autoras han seftalado que las resistencias son mani-
za con una parte de la familia o pidió a la familia que cam- fiestas o encubiertas, y que representan las propied~des del
. biara demasiado o de un modo acelerado. Si el terapeuta cree sistema: como tales, pueden trasladarse de un miembro a otro
que ha provocado la resistencia, tiene dos opciones. En_ pri- en el trascurso del tiempo, o estar activas en todos los miem-
mer lugar, puede modificar su propia: conducta de manera de bros simultáneamente. Un ejemplo de proceso terapéutico bre-
tomar en consideración estos nuevos datos. Leves calibracio- ve ilustrará acerca de las variadísimas formas en que se puede
nes de la técnica terapéutica a menudo erradican la resisten- presentar la resistencia a lo largo del tiempo en un mismo caso.
cia y permiten al terapeuta avanzar como antes en función La familia Trope fue derivada a terapia familiar de pa-
de las metas establecidas. En segundo lugar, puede hacer fo- cientes externos después que Danny, de catorce aftos, fue exa-
co sobre la dificultad, y conversar esto o utilizarlo con la fa~ minado en el departamento de psicología de la universidad.
miliaI Esta segunda serie de técnicas es particularmente indi- Ese examen psicológico había sido solicitado por las autori-
cada cuando se tropieza con una pauta familiar importante, dades escolares por sus bajas notas, su haraganería y su con-
muy arraigada, o no se han detectado a tiempo seftales emiti- ducta agresiva hacia sus compafteros y aun hacia los docen-
das por la familia. En casos como este, las familias suelen tes. Danny fue visto primero con su madre y su padre, ambos
mostrarse renuentes a perdonar y olvidar, o no lo pueden ha- de más de cuarenta años, y su hermano Josh, de veintiuno.
cer, sin discutir antes acerca de lo sucedido o sin una inter- Su madre, Lyla, y su padre, Mike, se mostraron enteramente
vención dramática que resuelva la querella. Comoquiera. que dispuestos a aceptar la derivación a terapia familiar, no obs-
esto fuere, es conveniente que el terapeuta verifique primero tante creer que el problema estaba en Danny.
su hipótesis de haber sido él quien provocó la resistencia, pa-
ra lo cual hará una intervención y obse(Vará la respuesta (véase
también el capitulo 4). La primera sesión ·
Esto no significa que todas las resistencias, o la mayoria,
sean provocadas por los terapeutas. Más bien es preciso con- En la primera entrevista, Mike expresó su vaga impresión
siderarlas una parte inevitable de la interacción entre el tera- de que los problemas de Danny pudieran estar relacionados
peuta y la familia. Hay que tener presente, además, que algu- con toda la familia, aunque no sabia decir de qué, manera.
nas resistencias se relacioi:ian menos. con la terapia que con Mientras tanto, su mujer permanecía en silencio y fulminaba
el valor que la conducta «resistente» tiene en otros contextos. a Danny con la mirada. La terapeuta comenzó con'·las pre-
Por ejemplo, el estilo de un padre para hablar a su hijo ado- guntas habituales acerca de la naturaleza del problema, rehu-
lescente puede ser particularmente brusco e imperativo, con yendo los ojos de todos, de manera que la familia tuviera que
lo cual lo reduce a un silencio resentido. Pero ese mismo esti- seleccionar a su interlocutor. Mike mencionó el examen, y se-
lo tal vez sea muy funcional en su trabajo, donde lo recom- ñaló que el psicólogo sostenía que los resultados sugerían la
pensan por desempeiiar un papel autoritario. Si el terapeuta existencia de un problema familiar, pero prosiguió dando de-
no comprende y no reconoce el influjo de su ocupación en talles sobre aspectos de la conducta problema de Danny. La
el estilo del padre, tal vez interprete equivocadamente su re- terapeuta manifestó su perplejidad sobre la manera en que
nuencia a modificar su estilo como una resistencia a la tera- la conducta de Danny pudiera relacionarse con un problema
pia. Una vez que le hayan reconocido la utilidad que su estilo familiar, ante lo cual Josh, el hijo mayor, comenzó la discu-
brusco tiene en su trabajo, el padre podrá comprender mejor sión de problemas familiares, explicando que en la casa había
la necesidad de emplear en su casa un estilo diferente con sus dos criterios, que Danny recibía muchas más cosas que él mis-
hijos adolescentes, y en consecuencia se mostrará más dispues- mo a su edad y que Danny tenía permitido realizar más acti-
to a intentarlo. vidades. Mike protestó, y la terapeuta los alentó a que discu-

228 229
tieran acerca de este desacuerdo de un modo directo. Tras ca de tener que realizar tareas y que toda la familia se inter-
unas pocas frases, Lyla interrumpió la leve acusación de Jpsh nara en una discusió.n acerca de a quién le tocaba hacer cada
de que su padre malcriaba a Danny; dijo que era incluso peor pequei'la cosa. La terapeuta dejó que pasara un tiempo pru-
de lo que decía Josh. Acusó a Mike de sabotear todas las re- dencial, y volvió a instarlos a tomar una decisión. Trei~ta mi-
glas que ella establecía para Danny. Después de declarar abier- nutos después acordaron que Danny sacaría los residuos to-
tamente que no había en absoluto ningún acuerdo entre los dos los días y llevaría el recipiente a la acera los fines de se-
padres, Lyla se volvió hacia Danny para enumerar las diver- mana. La terapeuta, conforme con que hubiesen logrado
sas maneras en que este sacaba partido de la situación. Danny ponerse de acuerdo en una de fas dos tareas pedidas, rápida-
permaneció silencioso y taciturno, a excepción de unas pocas mente indicó a Mike que supervisara el cumplimiento de estas
respuestas monosilábicas dadas de mala gana a las preguntas tareas e indicó a Lyla que descansara de su vigilancia parental
de la terapeuta. sobre Danny durante una semana.
La terapeuta optó por no extenderse en la falta de partici-
pacióni de Oanny y retrotrajo la conversación al desacuerdo
entre sus padres sobre la supuesta destrucción de la autoridad DISCUSION
de Lyla por parte de Mike. A medida que crecía el conflicto
abierto entre los padres, Josh intervenía repetidamente en fa- En esta familia, las resistencias iniciales al tratamiento eran
vor de la madre para ayudarla a demostrar sus afirmaciones. mínimas y reflejaban el estilo de la familia. Así como sus fron-
Cuando el nivel de ansiedad en la sala se hizo intolerable, tanto teras generacionales eran débiles, también lo eran las fronte-
Mike como Josh intentaron reducir el grado de desacuerdo. ras· entre ella misma y los influjos externos. A esta familia
Josh mencionó los problemas que él había tenido en el cole- de clase media, acostumbrada a ceder el poder a los especia-
gio, mientras que Mike, en una actitud cooperativa y razona- listas, le resultó fácil dejar que la terapeuta negociara la fron-
ble, se lavaba las manos de cualquier responsabilidad por el tera familiar y asumiera una posición de poder. A esa altura,
cambio sosteniendo: «Hago todo lo que puedo». La terapeu- la única resistencia manifiesta a la terapia era presentada por
ta instó repetidamente, aunque con suavidad, a Lyla y a Mike Danny. Adoptó la conducta típica de muchos adolescentes,
a que continuaran su discusión; y omitiendo responder a Josh, y típica de su rol en la familia: se mostró resentido y se negó
le dio a entender que si antes había favorecido sus contribu- a participar, con lo cual expresaba la tensión y la infelicidad
ciones, ahora prefería que permaneciera en silencio. La dis- de todos. En el trascurso de la sesión se hizo más y más evi-
cusión entre los padres creció en intensidad hasta que Lyla dente que Danny era un instrumento en la lucha de poder de
llegó al borde del llanto. Reveló que había abandonado el ho- sus padres, si bien un instrumento provocativo. ~-
gar tres veces en el último ai'lo por períodos breves y amenazó Mike trataba de manera consistente de restar importancia
con irse de nuevo. Corno no parecía hacedera una resolución a los problemas de Danny, y Lyla, sistemáticamente también,
razonable del conflicto en lo inmediato, la terapeuta optó por acusaba a su marido: ninguno de los dos hacía responsable
dejar enfriar las cosas para dar lugar a la asignación de una a Danny por su conducta. Si Danny presentaba resistencia ma-
tarea. Para ello formuló algunas preguntas no relacionadas nifiesta, el progreso de la sesión mostró que Mike hacía resis-
con el vínculo entre Mike y Lyla. Oanny continuó con su mal- tencia encubierta. Utilizó su actitud seudo razonable para blo-
humor, pero admitió que se llevaba bien con ambos padres quear todo intento negociador de su mujer o de la terapeuta.
cuando estaba a solas con cada uno de ellos. Sólo cuando es- Esto, desde luego, enfrentaba a la terapeuta con un dilema:
taban los tres juntos surgían los problemas. La terapeuta vol- si intentaba remover o cuestionar la resistencia encubierta de
vió a dirigirse a Mike y Lyla, y les pidió que se pusieran de Mike, habría parecido aliada con Lyla, lo que habría provo-
acuerdó en dos tareas para que Danny llevara a cabo durante cado una resistencia mayor o aun el abandono de la terapia
la semana siguiente. Ambos se resistieron a hacerlo, lo cual por parte de Mike. Josh colaboró en hacer frente al conflicto
permitió que Danny los interrumpiera coh sus protestas acer- familiar hasta el momento en que el nivel de ansiedad excedió
..
230 231
pió el consiguiente altercado entre Lyla y Danny y orientó
su tolerancia. Cuando esto sucedió, hizo resistencia encubier-
a Mike para que discutiera con Lyla la respuesta que debían
ta, tratando de desviar el foco de la discusión hacia él.
· dar a la suspensión de Damiy. Mike sugirió prohibirle las sa-
Sin embargo, nadie intentó resistirse de un modo persis-
lidas durante una semana, y Lyla rápidamente estuvo de acuer-
tente a la terapeuta cuando ella reencauzó la interacción y ne-
do. Danny los enfrentó con estas palabras: «Nunca podrán
goció la frontera familiar asumiendo cada vez mayor mando
hacerme quedar en casa». La terapeuta interrumpió .la pelea
sobre la sesión. Cuando percibió que la familia lo aceptaría,
para promover una discusión entre Mike y Lyla acerca del
realizó una intervención para modificar el punto muerto sin
esperanza en que se encontraban los padres. No eligió abun- modo en que harían cumplir el castigo. Gradualmente asu-
dar sobre la amenaza de Lyla de partir porque consideró que mieron el control de su propia discusión pidiendo a Danny
apenas iniciado el proceso terapéutico era demasiado tempra- cuando este los interrumpía, que no se inmiscuyera. En el tras-
no para que ellos abordaran su problema conyugal de un mo- curso de esta discusión, ambos trajeron a colación algunos
do directo. Por el contrario, dejó que Danny siguiera siendo episodios del pasado que revelaban que en una época habían
el foco, y asignó una tarea destinada a comenzar a modificar sido padres adoptivos de Sherri, una niña huérfana. Sherri
la pauta triangular hostil en que Lyla ordenaba a Danny que había sido mejor estudiante que Danny y ambos habían com-
hiciera algo, Danny se resistía y Mike saboteaba a Lyla sea petido feroztnente en todas las áreas. Para poner fin a esta
haciendo el trabajo por Oanny sea diciéndole que no necesi- competencia, habían enviado a Danny a un internaclo priva-
taba hacerlo. Se encomendó el control a Mike y se alentó a do. Al finalizar la discusión, la terapeuta volvió a las conclu-
Lyla a que se tomara unas pequen.as vacaciones en su tarea siones acerca del castigo de Danny y las medidas que habían
de disciplinar a Danny. previsto para que Danny permaneciera en la casa durante una
El contrato de tratamiento concluyó en un clima casi opues- semana entera, con la excepción de que iría a la escuela una
to al de la sesión. Lyla afirmó que trabajaría en el verano vez que lo readmitieran. Durante la sesión, Josh permaneció
en un lugar de descanso, por lo cual tenían sólo dos meses callado; sólo hizo algunas observaciones acerca de que había
para trabajar juntos. La terapeuta sen.ató que se reunirían to- pasado la semana ocupado en sus asuntos y tratando de man-
das las semanas hasta ese momento para «arreglar este lío de tenerse al margen.
Danny». No hubo mención del evidente lio conyugal.
DISCUSION
La segunda sesión
La suspensión de Danny de la escuela se juzgó directa-
· La terapeuta comenzó la segunda sesión preguntando acer- mente relacionada con la tarea en apariencia insignificante de
ca de la tarea. Mike informó que Danny babia sacado afuera sacar afuera los residuos. Durante la primera sesión, la cues-.
los residuos todos los días. Lyla reconoció que esto era cier- tión importante, y la única que lo movió a expresar algunos
to, pero agregó que había encontrado una bolsa que se había gritos de descontento, se presentó cuando sus padres realmente
caído en el camino evidentemente cuando Danny llevaba el llegaron a un acuerdo para colaborar en asignarle una tarea.
recipiente de residuos a la acera. Relató esto con una leve no- El había cumplido esta tarea, pero se las arregló para castigar
ta de triunfo en su voz. La terapeuta registró ese tono de voz, a sus padres por su nueva alianza y para hacer una jugada
pero optó por no hacer comentarios, como no había hecho importante que los distrajera de su trabajo en común: se hizo
ningún comentario directo acerca de la conducta evasiva. de suspender de la escuela. Esta exoactuación de Danny es uno
Mike en la primera sesión. Mike optó por cambiar de tema. de los varios tipos de resistencia que se producen fuera de las
Informó, con un tono grave, que Danny había sido suspendi- sesiones, y es semejante a la apuesta inicial en· el póker. La
do de la escuela por tres días porque había intimidado a otro conducta de Danny expresaba lo siguiente: «Está bien, ¡vean
muchacho para que robara una radio. La·terapeuta interrum- · lo que consiguen con esto!». No obstante, también guardaba

232 233
que dijera a Danny que ellos tres, es decir, los padres y la ·
relación con circunstancias externas al proceso terapéutico, terapeuta, habían decidido aceptar su negativa.
en este caso, con el funcionamiento interno de su escuela. Sin La tercera sesión comenzó con el relato de Mike acerca
embargo, la escuela en sí no parecía exacerbar los problemas de la respuesta de Danny a su reclusión durante una semana.
de Danny al punto que hiciera falta una intervención directa Tras cinco días de comprobar que sus padres eran ·capaces
de la terapeuta en el sistema escolar, por ejemplo, llamar al de imponer su decisión, se escapó. Sus padres recibieron una
director o realizar una visita a la escuela. (A veces, otros sis-
llamada telefónica de él treinta y seis horas después: les ofre-
temas escolares agravan la resistencia al cambio y exigen una
ció volver a casa si se le garantizaba la amnistía. Mike se opu-
intervención directa.) ·
so vehementemente y colgó, sin saber dónde se encontraba
La terapeuta continuó con su estrategia de promover una
su hijo. Pasaron unas horas y Danny apareció.
alianza parental más fuerte alentando a Lyla y a Mike a que
La terapeuta esperaba que Lyla estuviera satisfecha con
se pusieran de acuerdo en una respuesta frente a la suspen-
la nueva habilidad de Mike para adoptar una posición firme,
sión de Danny. No enfrentó a Lyla con su intento de sabotear
pero su tono antagónico no cedió. Después que hizo varias
la afüµ1za por la vía de apuntar que Mike había pasado por
observaciones negativas acerca de los niños que se van de la
alto una bolsa; esto habría reforzado su pauta negativa en
casa, la terapeuta les preguntó qué había sucedido con She-
lugar de ayudarla a pasar a una más efectiva. Instó a Mike
rri, su hija adoptiva, y por qué ya no formaba parte de la
y a Lyla a que impusieran límites consistentes a Danny, e hi-
familia. Los padres contaron que habían tenido un motivo
zo que empezaran a hacerlo dentro de la sesión. Apreció la
de querella tras aceptar a Sherri en su casa. Mike consideraba
declaración de Josh de que se había ocupado de sus asuntos
que su mujer estaba descuidando a Danny por Sherri; adoptó
y se había mantenido al margen como un reconocimiento de
entonces su típico estilo indirecto de tramitar su enojo hacia
que si sus padres colaboraban entre ellos, él no necesitaba asu-
su mujer enojándose con Sherri. En esas ocasiones, Lyla de-
mir un rol parental sino que podía concentrarse en sus pro-
fendía a Sherri y se peleaba con Mike y Danny a causa de
pios intereses.
la permanente competencia entre Sherri y Danny. La solu-
A esta altura, la mayor resistencia estaba en Danny, y se
ción inicial que tomaron fue enviar a Danny a un internado
producía principalmente fuera de las sesiones de terapia. La
privado. Tras pasar en el colegio un ai'l:o bastante bueno y
resistencia encubierta de Mike pareció disminuir después que
parte de otro, Danny se enteró por Josh de que sus padres
la terapeuta reforzó su rol de jefe de familia al encargarle ve-
habían aceptado otra hija adoptiva en la casa, supuestamente
lar por la disciplina de Danny. Probablemente por esta mis-
como una emergencia temporaria, y que la nin.a estaba ocu-
ma razón, ahora la resistencia de Lyla, en cambio, parecía
pando la habitación de Danny. Esto fue demasiado para él.
ir en aumento.
Escapó de la escuela y retornó al hogar. En el alboroto resul-
tante, Mike insistió en que las dos niñas adoptivas volvieran
al instituto de bienestar social. Nuevamente, su solución en
La tercera sesión
un momento de conflicto fue sacar a 'alguien afuera.
Mientras contaban esta historia, Lyla se ponía más y más
La terapeuta recibió una llamada telefónica poco antes del
enojada. Finalmente gritó que ya no había nada entre ellos,
horario acordado para la tercera sesión. Mike informó que
insinuando que el matrimonio estaba muerto. La terapeuta
Danny se negaba a ir a la sesión y él preguntaba si debía in-
prestó solícita atención y después les dijo que parecían discu-
tentar forzarlo físicamente para que lo hiciera. Como el plan
tir acerca de quién tendría la última palabra en otros aspectos.
de acción de la terapeuta en este punto consistía sobre todo
en reforzar la alianza parental, decidió que no valía la pena que no se relacionaban con Danny, por ejemplo, el funciona-
correr- el riesgo de que fueran derrotados en una confronta- miento del matrimonio. Redefinió a continuación el estilo eva-
ción con Danny a causa de la asistencia a una sesión. Les in- sivo de Mike como «un intento de hacer feli~es a todos en
dicó que dejaran en casa a Danny y a Josh, e indicó al padre . cada momento, una tarea imposible». Laforma de responder

234 235
Mike a esta intervención fue decidir que debía optar entre su lo consideró una salida pobre y destinada al fracaso. Dejó
mujer y Danny, porque evidentemente no podría hacerlos fe- que Mike y Lyla descubrieran solos la inoperancia del exilio
lices a los dos. ¿Su solución? Sacar afuera a Danny de nuevo. como mecanismo de solución de los problemas familiares.
La terapeuta no se opuso a esta idea ni la promovió. Simple-
mente cerró la sesión dejando a Mike a cargo de resolver el
problema de Danny. La cuarta sesión

Lyla abrió esta sesión con otra critica a la competencia


DISCUSION de Mike como padre y esposo. Evidentemente abrumado por
remordimientos a causa de las averiguaciones que había he-
En esta sesión,. si bien el lugar de la resistencia manifiesta cho de lugares a los que pudiera enviar a su hijo, Mike había
permaneció en Danny, el lugar de la resistencia encubierta se intentado indemnizar a Danny haciendo algo con él. Lo ha-
trasladó a Lyla. Como la principal queja que tenía contra su bía sacado al jardín y habían pasado toda una tarde juntos
marido era la permisividad de este, era razonable que ella es- plantando rábanos. Cuando Lyla volvió a la casa, descubrió
tuviera conforme con que Mike hubiese sido tan firme con que en ese proceso habían arrancado sus preciados bulbos de
Danny. Pero nada más lejos de su ánimo. Saboteó todo gusto tulipanes y dado vuelta casi la mitad del jardín. Como era
que cualquiera de ellos pudiera haber sentido por el logro de de esperar, estaba furiosa. Ella mencionó el hecho de que an-
una tarea difícil y desvió otros intentos de avance con obser- tes Mike le había ofrecido participar del proyecto y todos se
vaciones sarcásticas acerca de la actitud descuidada de su ma- podrían haber puesto a plantar «como una familia», con lo
rido. cual se hubiesen salvado los tulipanes y probablemente la uni-
Esto exigió de la terapeuta evaluar las razones de la fuerza dad de 1~ familia. Pero no, él había tenido que largarse por
de la resistencia al cambio de Lyla por medio de maniobras su cuenta con Danny, como siempre. Mike se iba deprimien-
al estilo de «¡Qué enojada está usted!». La historia de Sherri do cada vez más. La terapeuta calmó a Lyla y luego la con-
explicaba el profundo resentimiento de Lyla hacia Mike y frontó con la idea de que seria difícil para el marido dejar
Danny por haber alejado a sus hijas adoptivas, y su tristeza de actuar como un necio si ella lo calificaba de tal. Ella pare-
no resuelta por la pérdida de esas nif\as. Sin embargo; latera- ció sorprenderse ante esta idea e hizo un comentario hostil
peuta consideró que aún era demasiado pronto dentro del pro- hacia la ferapeuta. No obstante, su tono de voz fue cambian-
ceso terapéutico para hacer foco sobre el matrimonio. Y el do lentamente. La terapeuta preguntó luego a Mike qué ha-
enojo y el dolor de Lyla por la pérdida de Sherri todavia esta- bía averiguado acerca de los lugares a los que podía mandar
ba evidentemente demasiado activo para arriesgar hacer foco a Danny. Este respondió que había tenido poca suerte. Había
sobre ello si no se deseaba precipitar tina crisis. Si bien a veces llamad.o a varias escuelas e internados para nidos con proble-
las crisis son necesarias para provocar el cambio en familias mas pero Danny no era aceptado. La terapeuta seí\aló enton-
extremadamente resistentes, no era el caso de esta familia. Pasó ces que a su parecer, puesto que ellos no podían deshacerse
entonces por alto el enojo y volvió a hacer foco sobre los in- del problema, debían intentar resolverlo en terapia. Sugirió
tentos de evasión de Mike frente a los temas conflictivos; los que la semana siguiente trajeran una lista de reglas para Danny
calificó .de intentos bien intencionados, pero inútiles, de satis- en las que estuvieran ·de acuerdo.
facer a todos. Su respuesta fue una sorpresa para la terapeu-
ta, si bien no lo debería haber sido si se. tiene en cuenta el
estilo de esta familia. En lugar de aceptar la imposibilidad DISCUSION
de complacer a todos y la necesidad de unirse con su mujer
para poner límites razonables a Danny, decidió alejarlo de Resultó difícil resistirse a la tentación de interpretar la con-
la casa. La terapeuta no se opuso abiertamente al plan, si bien · ducta de Mike de desenterrar el jardín de Lyla. Evidentemen-

236 237
ción tanto para la salud de su hijo como para su matrimonio.
te, fue un acto hostil, pero calificarlo así podría haber hecho Esta cuestión fue el único foco de la llamada. Mike prometió
peligrar la relación tentativa de la terapeuta con Mike. La te- que esa misma noche pres.entada la lista y convino en pospo-
rapeuta había quedado atrapada en una alianza tácita con Lyla ner ia sesión para la semana siguiente.
desde la primera entrevista en el sentido de que, con el objeto Mike llegó a la sexta sesión con cara sonriente, a todas
de poner término a la conducta evasiva de Mike, lo animaba luces muy satisfecho consigo mismo. Ofreció un panorama
a enfrentar las cuestiones de un modo más directo, y esto coin- de lo acontecido en la semana e invitó a Lyla a que lo inte-
cidía con los propósitos de Lyla. Para compensar esta alianza rrumpiera si no estaba de acuerdo. Contó luego la siguiente
implícita, la terapeuta finalmente confrontó a Lyla con la ma- historia. Tras la llamada telefónica, él y Lyla presentaron a
nera en que ella contribuía a mantener la conducta pasiva- Danny el conjunto de reglas. Danny sacó afuera los residuos
agresiva de Mike. Esto tuvo el efecto de hacer manifiesta la durante algunas jornadas, pero el día de recolección no llevó
resistencia de Lyla y de incrementar la receptividad de Mike el recipiente a la acera. Mike se lo recordó varias veces y lue-
ante la sugerencia de la terapeuta de que crearan entre los dos go lo siguió al sótano y le ordenó que sacara afuera el reci-
un contunto de reglas. piente. Cuando Danny se negó a hacerlo, Mike fue hacia su
habitación y le quitó la radio. Entonces, Danny tomó una pe-
quef\a radio portátil que Mike le pidió que devolviera. Nue-
Las sesiones quinta y sexta vamente, Danny se negó, tras lo cual Mike se la sacó a la
fuerza, rompiendo la antena. Dejó a Danny en su habitación
En la quinta sesión se repitió (aunque de manera algo atem- tras quitarle también el aparato estéreo. Unos minutos des-
perada) la pauta usual: Mike presentaba su solución y Lyla pués, Danny bajó las escaleras para anunciar que Hamaría a
subestimaba su contribución. La pareja había preparado una la policía y denunciaría a su padre por robo y abuso de meno~
lista detallada de reglas y expectativas que comenzaba nueva- res. Mike no le permitió hacer la llamada, luego de lo cual
mente con la tarea de sacar afuera los residuos. Si bien Mike Danny amenazó con abandonar el hogar. Mike le ordenó que
parecía estar más comprometido en el proceso, el comentario fuera a su habitación, cerró la puerta y le dijo que se quedara
de Lyla acerca de la lista fue que Danny debería haber vivido ahí. Si bien Danny mantuvo a sus padres despiertos la mitad
bajo este mínimo de reglas hacía ai\os. En esta entrevista, su de la noche cantando (evidentemente para remplazar la músi-
tensión conyugal comenzó a emerger de un modo más direc- ca de sus radios y estéreo faltantes), a la mai\ana se había
to. La terapeuta calificó sus dificultades de serias, y apuntó vuelto cooperativo. Ni la terapeuta, ni Mike, .ni Lyla espera-
que el trabajo de verano de Lyla era una especie de mini sepa- ban que este comportamiento cooperativo fuera dµradero.
ración de la cual ella no babia prometido explícitamente vol- Danny seguramente pondría de nuevo a prueba las "reglas y
ver. Los esposos admitieron la seriedad de sus problemas con- los límites. Sin embargo, ahora ambos padres sabian que
yugales pero acordaron que su prioridad era trabajar juntos Danny podía responder a límites efectivos y que Mike era ca-
hasta el verano para que Danny se enderezara. Partieron con paz de establecerlos. Mike estaba satisfecho con su nueva ha-
la instrucción de presentar juntos a Danny la lista de reglas bilidad para asumir su lugar, y hasta Lyla admitió a regáf\a-
cuando llegaran a su casa. dientes a la terapeuta que Mike había actuado bien.
Unas horas antes de la entrevista siguiente, Lyla llamó a Esta fue la última entrevista antes que Lyla tuviera que
la terapeuta para decir que Mike aún no había presentado la . partir para la playa. La terapeuta sintetizó los logros de la
lista a Danny y que ella se disponía a abandonar la terapia. terapia y ofreció a la pareja la opción de volver para sesiones
La terapeuta se ofreció a cuestionar a Mike directamente y conyugales en otoño.
lo llamó a su trabajo con ese propósito. Conversó con Mike
sobre .la lista y él sostuvo, en un estilo evasivo, que no había
tenido tiempo para ocuparse de eso. La terapeuta, sin mos-
trarse hostil ni apurarlo, le sei\aló la _importancia de esta aes .

239
238
DISCUSION do para Danny y que había dejado en gran medida de sabo-
tear la disciplina que ella imponía. Reconoció también que
En la quinta entrevista, tanto Mike como Lyla estaban pre- la situación conyugal no había cambiado demasiado. Pero se-
parados para que ocurriera el cambio, pero la actitud de Lyla ñaló que en vista de que las cosas andaban mucho mejor, ha-
era escéptica. Ella claramente trasmitía la expectativa de que bía décidido utilizar en arreglos de su casa el dinero que ha-
Mike fracasaría y la idea de que aun si él tenía éxito con la bría invertido en terapia.
tarea, no sería suficiente. Mike parecía al menos manifiesta-
mente cooperativo y preparado para cumplir. La terapeuta
permitió que se abordaran las cuestiones maritales tanto para . Síntesis
hacerlas explícitas como para calificarlas de posibles elemen-
tos de trabajo futuro, pero simultáneamente enviaba el men- Este caso ilustra el modo en que diversos grados de resis-
saje de que más allá de lo enredado que fuera el matrimonio, tencia se manifiestan en diferentes momentos y en partes dis-
ella esperaba que la pareja cooperara para ayudar a su hijo. tintas de un sistema familiar. Danny fue siempre el lugar de
Cuando la ambivalencia de Mike se manifestaba en con- la resistencia manifiesta en el sistema, pero una resistencia va-
ductas pasivas entre sesiones, Lyla se preparaba para un riable apareció en Mike y en Lyla en diferentes momentos del
desahuciado «Yo te lo ~ije». La terapeuta fue capaz de vol- proceso terapéutico. Como esta familia era moderadamente
ver .las cosas a su carril interviniendo directamente con Mike. resistente al cambio, la terapeuta sólo en dos ocasiones ·en-
No lo castigó por su renuencia a cambiar pero no se echó atrás frentó la resistencia de un modo directo cuando juzgó que
en lo que respecta a la importancia de que él asumiera su lu- · el caso corría peligro de fracasar: confrontó a Lyla con su
gar. Esta confrontación directa fue suficiente para ponerlo papel en el mantenimiento de la conducta de Mike e instó por
en acción. En efecto, ella exhibió la actitud firme y justa que teléfono a Mike a que presentara la lista de reglas a Danny.
quería que Mike asumiera frente a Danny. El enfrentamiento
resultante con Danny fue un clásico ejemplo de respuesta de La terapeuta pensó que con esta familia convenía manejar
un niño a padres que repentinamente imponen límites y ex- la resistencia evitando interpretar la función de la conducta
pectativas allí donde antes no los hubo. Se podría juzgar du- resistente; tampoco confrontó a sus miembros con los cami-
ro este enfrentamiento; sin embargo, suele ser necesario· un nos por los cuales su resistencia perpetuaba los problemas fa-
poco de drama para restablecer fronteras generacionales ra- miliares. En realidad, generalmente conviene evitar tales in-
zonables. Tanto Mike como Danny estuvieron al fin más có- terpretaciones y confrontaciones. Las confrontaciones tien-
modos cuando Mike asumió su lugar. den a poner a las personas contra la pared. Muy pocas podrán
Lamentablemente, el trabajo de verano de Lyla interrum- cambiar en esta posición. Tener la espalda contra la pared
pió el proceso terapéutico. El curso· natural del caso. habría es útil para pelear, pero limita la posibilidad de retroceder,
sido mantener dos focos, uno sobre Danny y otro sobre lo~ de evaluar la situación y elegir la alternativa más atractiva.
problemas conyugales, hasta que los problemas de aquel ce- Otra manera de pensar acerca de esto es utilizando el con-
dieran y quedaran disponibles las últimas sesiones para con- cepto asiático de «cara».· Salvar la cara es muy importante
solidar el matrimonio. Una ruptura de la terapia en este pun- para todos, y la resistencia siempre se mitigará si el terapeuta
to planteaba el riesgo de que los problemas de Danny cedie- encuentra un espacio para que la gente cambie salvando la
ran lo suficiente para disminuir la motivación de la pareja cara.
en orden a resolver las cuestiones matrimoniales. Esto fue en Este capítulo trata primordialmente sobre los «diablos co-
realidad lo que pasó. Cuando la terapeuta llamó en otof!.o, nocidos», es decir, las formas en que las personas se resisten
Lyla le .informó que Danny parecía andar mejor en el colegio a cambiar sus viejos modelos por nuevas formas de relación
y no creaba demasiados problemas en la casa. Reconoció que mutua (véase el capítulo 1). Aquí, en aras de la claridad, ex-
Mike estaba haciendo cumplir las reglas que habían estableci- · ponemos por separado las conductas resistentes, pero es pre-

240 241
ciso recordar siempre que ninguna conducta de un miembro
de familia está verdaderamente separada de la conducta de representaba el poder en la familia y que él tomaba todas las
los demás miembros o de la secuencia en que ocurre. En lo decisiones importantes. Sin embargo, los signos no verbales
que resta de este capítulo presentaremos las situaciones pro- hacían dudar de la fuerza de su poder. Cuando hablaba, a
blema más comunes y algunas soluciones tácticas. Las suge- menudo miraba a su mujer esperando ver su reacción; si ella
rencias van dirigidas a poner las cosas nuevamente en movi- fruncía el ceño, modificaba su comentario en mitad de la fra-
miento cuando se han atascado o a resolver. puntos muertos se. Avanzada la entrevista, cuando la terapeuta preguntó quién
que, de otra manera, contribuirían a la fatiga del terapeuta. había .decidido que la hija debía ser llevada al hospital, el pa-
Si una de estas soluciones no ·funcionara en un caso particu- dre sostuvo que había sido él, pero luego agregó al pasar que
lar, el terapeuta debería reexaminar la función que la resis- él en realidad había querido traerla un año antes pero su mu-
tencia cumple para la familia en ese preciso momento. jer había dicho que no.
Evidentemente, en esta familia la apariencia de domina-
ción masculina era simplemente eso, una apariencia. El ver-
dadero poder, en términos de toma de decisiones familiares,
Expresiones comunes de resistencia en el estaba en manos de la madre. Antes de lanzarse a extraer con-
trascurso del tratamiento clusiones acerca del sentido de la conducta del miembro muy
locuaz, es importante evaluar si la familia ha elegido a esta
persona como portavoz, si su charla sirve como pantalla de
Problema 1. El miembro de la familia demasiado locuaz humo para cubrir la ansiedad de los otros, o si esta persona
es realmente una fuerza dominante en la familia. Un buen
Muy a menudo un miembro dominante de la familia ha- indicio del predominio y de la presencia diaria de este tipo
bla sin parar a todo volumen en momentos de gran ansiedad. de conducta es la facilidad con que el miembro dominante
Otros integrantes se quedan callados y permiten que el miem- admite o sofoca los comentarios de otros miembros de la fa-
bro locuaz parlotee, hable por ellos y controle la sesión sin milia y el grado en que estos lo dejan actuar de esa forma.
ser cuestionado. Los intentos del terapeuta por involucrar a Si otros miembros de la familia comienzan a hablar espontá-
miembros menos activos resultan en un fracaso porque todas neamente o lo hacen a partir de la intervención del terapeuta,
las preguntas son respondidas por el «charlatán». Tales con- y el «charlatán» permite que se lo interrumpa, probablemen-
ductas, por supuesto, pueden ser diagnósticas de roles, pau- te la locuacidad se relacione sobre todo con la naturaleza an-
tas y problemas del sistema familiar. Antes de intervenir, es siógena de una sesión de terapia familiar. Si el «charlatán»
importante determinar el rol de la persona que habla y la fun- continúa dominando tenazmente la conversación a pesar de
ción a que sirven sus palabras en esa situación. Los princi- los intentos de intervención, su conducta probablemente ten-
piantes tienden a identificar locuacidad en las sesiones con ga un papel predominante en las pautas de operación de la
poder: grave error. En una entrevista de demostración en una familia. Puesto que una conducta específica de una situación
unidad de pacientes internos, una de las autoras entrevistó cederá más rápido y con mayor facilidad que una conducta
a una familia que incluía a una niña adolescente con ·anorexia arraigada, el terapeuta debe planificar intervenciones más in-
nerviosa. El padre, un robusto marino con voz y modales enér- tensas y dramáticas.
gicos, parecía ser el representante verbal de la familia. Habla- Sean cuales fueren las razones por las cuales una persona
ba sin parar: Su mujer, una enfermera, era suave al hablar habla en exceso, es importante qué el terapeuta impida que
y raras veces intervenía, salvo que se le dirigiera una pregunta un individuo domine las sesiones.familiares. Si se permite que
de modo que no pudiera trasladarla a su esposo. La hija res- continúe la dominación de un miembro, el sistema familiar
pondía a la mayor parte de las preguntas diciendo «No sé», seguirá operando incuestionado, el terapeuta fracasará en su
o «En realidad no importa». Los tres sostenían que el padre intento de alcanzar el control y mantenerlo, y tal vez la fami-
lia desespere de que alguna vez se produzca un cambio. Si·

242
. 243
el «charlatán» habla por otros, el primer paso para cambiar
el sistema podría ser lograr que estos asuman una mayor res- SUGERENCIAS
ponsabilidad por ellos mismos. Si el «charlatán» funciona co-
mo pantalla, esta debe ser remo_vida. Si un miembro está tan Recompensar y limitar al miembro locuaz. El método más
ansioso en las. sesiones terapéuticas que domina las entrevis- suave de tratar al miembro dominante es definir su conducta
tas, tal vez esa sea la forma en que se comporta cuando las como útil pero con exceso de responsabilidad por lo que suce-
cosas se vuelven caóticas en la vida familiar cotidiana. Esto de en la sesión. Esta intervención puede sonar así: «Aprecio
significa que probablemente se trate de una característica de su interés en que yo comprenda lo problemático que esto ha
esta familia y de una conducta que la familia tomará como sido para su familia y es realmente importante que usted haya
barómetro para medir hasta dónde es capaz de llegar el tera- sido capaz de contármelo. Ahora bien, también es imPortan-
peuta en el manejo de sus problemas. te que yo pueda saber cómo ven la situación los demás miem-
El lector recordará al practicante en psiquiatría .mencio- bros de la familia». El miembro locuaz puede declararse de
nado en el capítulo 2, tan abrumado por la charla de la ma- acuerdo con esta intervención y, no obstante, interrumpir en-
dre de una joven que le pidió que esperara afuera mientras seguida a cualquiera que comience a hablar. -No es de ninguna
él entrevistaba a la hija. Terapeutas de familia principiantes manera inusual que el terapeuta deba intervenir de la misma for-
demasiado a menudo apelan a conducir sesiones de psicotera- ma varias veces antes que el miembro dominante permita a los
pia individual separadas con cada uno de los miembros en demás usar de la palabra. No obstante, la interrupción constante.
vez de enfrentar al formidable «charlatán» para lograr el con- del miembro locuaz puede ·hacerse con afabilidad,. siempre que
trol de la sesión familiar. Es mucho mejor aprender varios el terapeuta no se haya enojado. En nuestra experiencia, los tera-
métodos para hacer frente al proceso de dominación de un peutas sólo se Ponen enojados e impacientes si han dejado que
miembro que desarrollar una pauta de evasión de la escena. esta conducta se extienda demasiado, tras lo cual interrumpen
Cualquiera que sea el método que se emplee para tratar este Por exasperación y no en función de una estrategia terapéutica.
problema, es importante no «apagar» al miembro locuaz de Los limites deben ser puestos, Por ello, así que el terapeuta deci-
tal manera que los otros miembros teman hablar, pero sí Ji. da que esa conducta no contribuye a los objetivos de la terapia.
mitar el proceso de dominación y establecer el derecho del
terapeuta de controlar la sesión. Presionar a otros miembros de la / amilia. En una situa-
En este pro_ceso podrá ser útil que el terapeuta exasperado ción en que la dominación de un miembro es vista como ne-
recuerde que hablen las personas por ansiedad, por buenas gativa y controladora por otros miembros de la familia, pue-
intenciones (algunas realmente creen que el terapeuta pesqui- de ser útil redefinir esa conducta sobre la base de su función
sa hechos y cuantos más proporcionen, antes podrá aquel re- positiva dentro del sistema. La dominación de un miembro
solver el misterio por el cual Johnnie actúa de esa forma y puede ser vista como un hiperfuncionamiento de ese miem-
curar el problema) o por una resistencia manifiesta, general- bro o como un esfuerzo de compensar la falta de cooperación
mente valoran los límites, la estructuración y la dirección, y de los demás. De esta manera, si el miembro dominante per-
así se tranquilizan. Si los terapeutas establecen límites y pro- siste o si los demás tardan en responder una vez que aquel
porcionan una estructura, y observan las secuencias que si- fue detenido por el terapeuta, se puede acusar a los otros de
guen, verán que la resistencia casi siempre disminuye. Nueva- dejar que el miembro locuaz haga todo el trabajo. Al presio-
mente, tomar nota de las secuencias y de las pautas puede nar a los demás miembros para que participen, el terapeuta
refirmar a los terapeutas en que sus intervenciones fueron con- indirectamente limita al «charlatán» sin necesidad de conti-
ducentes. nuar alentando los sentimientos negativos de aquellos hacia
el miembro dominante o hacia el terapeuta. En esencia, esta
intervención sugiere que el miembro locuaz, por aburridor que
sea, saca de apuros al resto de la familia. Si bien esto también
redefine el hiperfuncionamiento «servicial» como daf'loso a

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la larga para los demás miembros, lo hace de un modo indi-
recto y no cuestionador. Redefine la dominación como una vioso, las hijas especularon acerca de lo que pasaría. Llega-
propiedad del sistema, destaca la intención altruista de la con- ron a la conclusión de que probablemente las cosas estarían
ducta negativa y resitúa el foco sobre la familia como un todo. muy tranquilas en el hogar. Observaron que desde que se ha-
bía jubilado, el padre pasaba cada vez más tiempo solo en
Emplear técnicas no verbales. Una forma eficaz de conte- el sótano, escuchando la radio portátil a través de los auricu-
ner a un «charlatán» impulsivo o compulsivo es emplear téc- lares. La locución desenfrenada de Diane se presentaba como
nicas que específicamente desalienten. o prohíban la palabra un esfuerzo desesperado de cubrir la depresión de su marido
como medio de expresión. La escultura familiar y los dibujos y la vacuidad de la relación marital, mientras que la depre-
de los miembros son dos posibilidades que entran en esta ca- sión de Lisa parecía tanto espejar la tristeza de los padres cuan-
tegoría. Estas técnicas pueden equilibrar la participación de to expresar su percepción de que le era imposible crecer, para
los miembros de la familia y dar mayor peso a las contribu- dejarlos que enfrentaran su tristeza sin ella. En realidad, la
ciones de los que suelen permanecer más silenciosos. Sin em- madre y las tres hijas estaban muy preocupadas por el padre.
bargo, el terapeuta debe tener presente que muchos «charlatanes» Una vez que se explicitó la situación, Diane fue capaz de per-
compulsivos actúan así por ansiedad y que las técnicas no verba- manecer callada mientras la terapeuta involucraba al padre
les pueden incrementar el nivel de ansiedad del miembro locuaz. de Lisa en una conversación acerca de su retiro. Se averiguó
Esto puede o no convenir a la terapia; hay que dosificar estas que él había invertido mucho en material con el propósito de
técnicas, anticipar aquella· ansiedad y controlar su efecto. poner fuera de su casa un pequeño negocio que le permitiera
seguir manteniendo a la familia. No lo había podido organi-
Examinar la cuestión de un modo abierto. Si el modelo zar y él se sentía inútil como persona y como sostén. Los miem-
de «miembro locuaz-familia silenciosa» se repite de manera bros de la familia fueron capaces de comunicarle toda la im-
consistente, puede ser importante pedir a la familia que des- portancia que él tenia para ellos y aun le hicieron sugerencias
criba lo que sucede en el hogar cuando se produce este tipo sobre el modo de reflotar la idea. Todos los miembros de la
de situación. Puede resultar conveniente investigar los mitos familia se animaron considerablemente, y si bien esta inter-
que existen alrededor de esta cuestión, por ejemplo, la fanta- vención de ninguna manera «curó» la depresión de Lisa, re-
sía de cada miembro acerca de lo que pasaría si alguien inte- dujo la ansiedad de su madre y permitió que la terapia saliera
rrumpiera a la persona que habla o cuáles serían las ramifica- de un temporario punto muerto.
ciones para cada uno si esta persona dejara de hablar. Gene-
ralmente, la familia no había considerado esa eventualidad, Promover el diálog<J e imponer reglas de «igualdad de opor-
y los resultados pueden ser interesantes porque, en el acto de tunidades». Una buena técnica para suprimir el monólogo del.
especular los miembros de la familia acerca de resultados pro- «charlatán» excesivamente activo es insistir en que se dirija
bables, las reglas familiares se ponen de manifiesto. Por ejem- directamente a los demás miembros de la familia. Para ga-
plo, la familia Forbes fue derivada a la Family Therapy Cli- rantizar que se produzca diálogo, y no rei.teración de lo mis-
níc porque Lisa, de dieciséis años, estaba claramente deprimi- mo, el terapeuta puede desear imponer un límite de tiempo
da. Durante la primera entrevista, su madre, Diane, hablaba a cada uno de los dialogantes. Si se limitan los comentarios
por.todos. Respondía casi todas las preguntas de la terapeu- de todos los miembros a sesenta segundos, la intervención tiene
ta, sin tener en cuenta si estaban dirigidas a alguna de sus un efecto equilibrador y modifica de modo radical el curso
tres hijas y, menos aun, si el destinatario era su marido. Co- de la entrevista. Esta técnica es particularmente útil para te-
mo esta pauta persistió en sesiones posteriores, a pesar de rapeutas principiantes que están necesitados de un mayor con-
intentos de modificación, l;t terapeuta señ.aló que Diane esta- trol pero que tienen dificultades para imponer límites expre-
ba haciendo todo el trabajo y prosiguió preguntando qué pa- samente.
saría si ella permanecía en silencio. De un modo lento y ner- Una intervención terapéutica típica de esta modalidad po-
dría incluir alguna de las sugerencias antes consignadas, por

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ejemplo, definir al miembro locuaz como el único que traba-
ja, pero agregando la propuesta de que se dirija directamente tensión. Sin embargo, antes de excluir a los niños, el terapeuta
a su esposo/a y a su hijo/a, que les pida una respuesta directa debe siempre asegurarse de que los padres no se están abstenien-
y que se asegure de no responder a su propia pregunta. Como do de su conducta habitual de fijación de limites para que el te-
el terapeuta está frente a pautas firmemente establecidas (si rapeuta tenga una visión inalterada de la mala conducta de sus
han persistido más allá de las sesiones iniciales), tal vez deba hijos o no están obrando bajo la presunción falsa de que incum-
repetir estas instrucciones varias veces antes que los miem- be al terapeuta hacerse cargo de poner limites en las sesiones.
bros de la familia estén en condiciones de cumplirlas. Pueden En otros casos, la libertad absoluta de los hijos es vista por los
ser necesarias intervenciones de seguimiento, por ejemplo: padres como una posición político-filosófica, más popular hacia
«¿Obtuvo una respuesta a su pregunta? Si no, pregunte nue- fines de la década de 1960 y comienzos de la siguiente que en
vamente y espere la respuesta», o «Está bien, usted ha dicho la de 1980.
cómo se siente, no lo abrume. Oigamos qué tiene él para de- Si los padres consideran la indisciplina un problema, una
cir sobre eso».
razón común por la cual no pueden imponer limites a sus hi-
E~tas técnicas también son particularmente útiles en fami- jos es el temor de que estos no los quieran si proceden de
lias en que los miembros se acusan unos a otros crónicamen- esa forma. Este temor suele aparecer en uno de los padres,
te, porque tienden a estimular un diálogo en lugar de permitir mientras que el otro grita a los nidos desde un lugar de frus-
que una persona informe al terapeuta acerca de los vicios y tración. Si bien esto puede formar parte de una querella con-
las dificultades del resto de la familia. El terapeuta puede en- yugal, algunos padres parecen genuinamente temerosos de que
tonces enfrentarse con el problema de una actitud excesiva- sus hijos los rechacen si ellos dicen «No». Esto es un proble-
mente defensiva por parte de los miembros de la familia, pe- ma grave sobre todo en familias con padrastros, en las .que
ro este es un paso hacia adelante en orden a cambiar las pau- el padrastro siente que no cuenta con el mandato o el apoyo
tas de interacción. de la esposa para disciplinar a su hijastro y que si lo hace
corre el riesgo de ser rechazado por los niños y por la nueva
pareja. Este problema puede exacerbarse si el padre que ejer-
Problema 2. Niños caóticos o revoltosos ce la custodia de los niños se niega a disciplinarlos adecuada-
mente por temor de que pidan vivir con el otro progenitor
A menos que uri terapeuta haya dedicado los cinco primeros que en ese momento no está a cargo de ellos. Esto vuelve al
años de su·carrera a ensei\ar a nii'los perturbados emocionalmen- padre y a la madrastra {o viceversa) susceptibles de·extorsio-
te y le haya gustado esa tarea, hay pocas cosas que pueden alte- nes emocionales.
rarlo más rápido que un cuarto lleno de niftos revoltosos y rui- Más frecuentemente, sin embargo, la indisciplina del niño
dosos que no sean los propios. Aunque se trate de un solo nino o de los niños funciona como distractora de áreas de tensión
revoltoso, la entrevista entera puede quedar enfocada sobre él, de la familia, particularmente de tensión entre los padres. Son
a menos que el terapeuta instaure el orden. Muchos terapeutas aquellos casos en que los padres admiten que la conducta de
de la familia han tenido la experiencia de dedicar la mayor parte sus hijos constituye un problema, pero parecen incapaces de
de la. sesión a evitar que niños pequeños pongan el dedo en el hacer algo para modificarla. Su incapacidad para asumir el
enchufe o a agarrarlos justo antes de que golpeen la cámara de rol que les corresponde frente a sus hijos parece ineptitud pe-
video contra el falso espejo. Por eso muchos terapeutas piden ro es representación de un problema aún más serio. En cierto
a la familia que dejen en casa a niños menores de dos o tres . nivel, no imponen orden por temor de que emerjan otros pro-
años después del período de evaluación. No se puede esperar de blemas graves. La mejor manera de evaluar la función de la
estos niños que aguanten la estructura de una entrevista sin pré- conducta perturbadora de los nidos es prestar atención a las
sentar un motivo de distracción o una oportunidad automática secuencias. ¿Tienden a perturbar cuando uno de sus padres
de resistencia que puede ser estimulada siempre que aumente la se siente incómodo o cuando crece la tensión en la díada con-
yugal? Si es así, probablemente la conducta del niño sea sin-

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tomática de los problemas parentales y constituya una resis-
tencia a su abordaje. sistencia, sino que permitirá lograr una parte importante del
Un estudiante se enfrentó en nuestra clínica con un ejem- cambio necesario en terapia.
plo clásico de conducta de un niño que enmascaraba proble-
mas serios entre los padres. Kevin, de diez años, fue derivado
por su escuela a causa de problemas de conducta en clase. SUGERENCIAS
Sus padres habían protestado ante la escuela porque no veían
nada malo en su conducta, y la acusaron de tener prejuicios Instruir a los padres acerca de expectativas, reglas, etc.,
contra su familia considerando que habían recibido similares adecuadas. En aquellos casos en que los padres parecen des-
quejas acerca de sus otros hijos en años anteriores. Sólo cuan- conocer las expectativas adecuadas para los nii'!.os, conviene
do Kevin produjo un incendio en la casa aceptaron acudir a ser muy específico acerca de cuáles son las reglas y las expec-
terapia. Cuando Kevin se presentó con sus padres, era impo- tativas que los nii'!.os pueden tolerar. Puede ser útil propor-
sible distinguir su conducta de la de sus hermanos. Todos los cionar una explicación acerca de las dificultades que tal vez
nii\os:parecían estar completamente fuera de control. Nues- experimenten los nii'!.os en el momento de enfrentarse con sis-
tro estudiante trató en vano de establecer el orden. En el cur- temas escolarc:s que tienen reglas si no han estado expuestos
so de varias sesiones, instó a los padres a que se impusieran a estas en su hogar. También puede ser necesario asegurar
frente a sus hijos, pero estos parecían indefensos mientras con- a los padres que la fijación de límites no arruinará· la perso-
tinuaban con sus quejas en contra del sistema escolar. Sólo nalidad naturalmente creadora de sus hijos.
cuando nuestro estudiante conoció los informes proporciona- Un terapeuta puede redefinir la razón que recomienda apli-
dos por la escuela, descubrió que los padres tenían problemas car el poder de los padres diciendo que ello es «para bien del
alcohólicos bastante serios. Evidentemente preferían mante- nif\o». Para ello conviene sei'!.alar que ningún nii'!.o es evoluti-
ner el foco sobre la injusticia que cometía el sistema escolar vamente capaz de determinar por completo qué es bueno pa-
con sus hijos revoltosos. Habría sido muy dificil para el tera- ra él, y que los padres deben guiar a sus hijos, particularmen-
peuta plantear preguntas acerca de otra cosa que no fuera los te si corren peligro de descontrolarse. Cuando los padres no
ni.nos por encima del ruido ensordecedor que ellos producían han sido eficaces en la fijación de limites, a veces se sienten
con sus gritos. mal cuando tienen que imponerlos, casi tan mal como los ru-
Con frecuencia, la primera inclinación de un terapeuta es i'!.os que los reciben. El terapeuta puede neutralizar parte de
enviar a los niftos a la sala de espera para conversar acerca la hostilidad que acompai\a a este proceso afirmando que es
de la situación con los padres en un relativo clima de paz. tarea de los padres establecer límites, y tarea de los hijos, po-
Conviene abstenerse de hacerlo siempre que se pueda, aun- nerlos a prueba. El establecimiento de limites se puede definir
que más no sea para evitar la posible represalia del equipo como parte de ia conducta de amor y cuidado de ios padres,
de secretarias y colegas que intentan trabajar. Por otro lado, y su puesta a prueba, como parte de la tarea de crecer y apren- .
más allá de la dinámica a que obedece la conducta perturba- der acerca del mundo. Esta explicación resulta muy útil en
dora, el principio más importante es utilizarla terapéuticamen- familias nuevas porque proporciona una razón -tanto para
te. En general, lo mejor es hacer frente a los niños hiperacti- el padrastro como para el padre a cargo de la custodia- para
vos y revoltosos instando a los padres a que ejerzan el con- establecer la disciplina como un aspecto del carii'!.o y el cuida-
trol, en lugar de asumirlo y ejercerlo por ellos. De esta manera, do. Si el padre (madre) a cargo de la custodia ha desalentado
conductas que han funcionado como resistencia se convierten a su nueva esposa (esposo) respecto de la asunción de un rol
en oportunidades para enseñar conductas nuevas a la familia parental, esto saldrá a la luz cuando se haya dado la explica-
y demostrar a los padres que pueden ejercer mejor su rol. La ción y puede ser abordado abiertamente como otro problema
ayuda a los padres para que manejen la conducta revoltosa por resolver. La instrucción directa es una intervención de pri-
de sus hijos no sólo llevará a superar su utilización como re- mer orden para lograr el cambio y por ello debe utilizarse pri-
mero. Si funciona, es diagnóstica de un problema familiar sim-

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,,i
ple con escasas complicaciones subterráneas. Si no funciona,
será diagnóstica del hecho de que hay cuestiones familiares . to averiguó que el nifto estaba más descontrolado que pertur-
más amplias, y las iluminará realzando los problemas que la bado en el sentido común de la palabra. Pidió a los padres
familia genera para evitarlas. que hicieran que el niño recogiera los juguetes que había des-
parramado por el consultorio. Cuando demostraron su total
Ponerse como modelo o enseñar métodos de control. Na- incompetencia en esta tarea, el terapeuta se sentó encima del
da es más eficaz para demostrar una afirmación que una ex- nii\o hasta que este accedió a recoger los juguetes, con lo cual
periencia inmediata. Por esta razón la terapia misma puede les ejemplificaba de un modo drástico un método para co-
ser utilizada como terreno de experiencia por aquellos padres menzar a tener control sobre su hijo revoltoso. Si bien un te-
que deben alcanzar mayor consistencia y efectividad en el rapeuta no alentaría semejante método de fijación de límites
establecimiento de límites. Si bien siempre es mejor enseiiar en padres capaces de abuso de niños; puede ser útil en el caso
a los padres a controlar a sus hijos, en algunos casos los tera- de padres afectivos y tímidos.
peutas pueden considerar necesario ejemplificar primero los
métO;dós que permiten lograrlo. Entonces, si los padres son Utilizar técnicas conductistas. Cuando el caos causado por
incapaces de poner límites a sus hijos, los terapeutas pueden nii'ios pequeños parece combinarse con una desorganización
establecerlos en su lugar teniendo la precaución de hacerse parental o, al menos, cuando es abrumador para los padres,
a un lado después y dejar el control en manos de ellos. Los resulta extremadamente útil emplear técnicas de modificación
métodos de control ejemplificados son necesarios y efectivos de la conducta. Estas pueden proporcionar una manera efi_.
cuando· 1os niiios son ofensivos -sea verbal o físicamente- caz de establecer el control parental tanto dentro como fuera
hacia los padres o el terapeuta, o cuando su actividad física de tas sesiones. Los padres pueden utilizar dinero o diagra-
es destructiva. En el caso de niftos pequeiios, el terapeuta puede mas con estrellas y rayas, u otros sistemas de recompensa y
mostrar a los padres cómo utilizar la proximidad como con- castigo, para establecer un sentido de la.estructura y la previ-
trol de la conducta; para ello se interpondrá entre dos niiios sión para los niftos y un sentido del control para ellos mis-
dificiles y utilizará el contacto como un modo de terminar mos. Si hay un diagrama expuesto en la puerta de la helade-
con los insultos y los ataques físicos. ra, es fácil para todos saber a quién le toca el turno de qué,
Puede ser necesario que el terapeuta ayude a la familia y quién hace bien o mal las cosas. Las técnicas conductistas
a aumentar su firmeza en el trato con los niftos. Por ejemplo, son a menudo salvavidas para un progenitor que se encuentra
un terapeuta familiar estructural famoso fue visto una vez sen- solo y sobrecargado de tareas prácticas y emocionales.
tarse sobre un nifto cie siete aiios. Esto puede parecer una in-
tervención radical, pero demostró vívidamente a los padres Hacer un juego del establecimiento del control. Una téc-
el grado de firmeza requerido para hacer entender al hijo que nica muy útil que, por lo que sabemos, fue elaborada por pri-
ellos mapdaban. Era el amado hijo adoptivo único de una mera vez en la Philadelphia Child Guidance Clinic, consiste
pareja solícita de mediana edad, que lo había adoptado tras en convertir en un juego el establecimiento del control paren-
aiios de intentos de tener un hijo propio. Lo abrumaban con tal. Esta técnica es particularmente útil en sesiones terapéuti-
afecto y permitían que sus antojos rigieran la vida de ellos. cas en que hay varios nii\os ·revoltosos, cuya conducta desa-
Desde el momento en que se hicieron cargo del nii'io se adap- rreglada es más verbal que física, y en los casos en que el esti-
taron fácilmente a anteponer sus necesidades y deseos a los lo de la familia tiende a la desorganización. El terapeuta rotula
propios. La situación se volvió disfuncional cuando el niño un objeto, sea un sombrero, una regla o un libro, como «el
concurrió a la escuela y se enfrentó con la estructura de una supervisor» de la sesión. Puede hablar quien posee el objeto.
clase. Su completa incapacidad para quedarse sentado y obe- Mientras el terapeuta introduce y explica el juego, entrega el
decer consignas le valió pronto el rótulo de nii'io perturbado. objeto inicialmente a uno de los padres. Este decide luego quién
El terapeuta, al ver al niño en el contexto de su familia, pron- ha de recibirlo en un momento determinado, con lo cual se
refuerzan la autoridad parental y el control sobre los niños .

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Hacer foco sobre la función de la conducta revoltosa. Si un adulto extraño. Llegan a terapia cada semana obligados
un terapeuta considera que la conducta revoltosa de un niño
puede estar sirviendo para distraer a la familia de un asunto y disgustados.
A veces, un adolescente que se mantuvo hosco y silencio-
más importante, le conviene desarrollar, después de tomar nota so en las primeras etapas de la terapia se vuelve abiertamente
de las secuencias, una hipótesis acerca de qué es lo desarre- hostil y critico hacia el terapeuta y la terapia en general. El
glado por esa hiperactividad. Puede entonces llamar la aten- incremento de la resistencia por parte de un adolescente pue-
ción de los miembros de la familia sobre este hecho, y pre- de a menudo ser un signo de cambios en el sistema .familiar
guntarles si desean trabajar sobre eso; en caso afirmativo, de- que tal vez no se han manifestado abiertamente en la conduc-
berán asegurar al niño que el desarreglo introducido por su ta familiar durante las entrevistas. Por ejemplo, cuando los
conducta es innecesario. padres de Danny mostraron una inclinación minima a cola-.
Un buen ejemplo de este tipo de intervención ocurrió en borar para imponerle un castigo por su expulsión de la escue-
una sesión observada por una de las autoras hace varios años la, Danny se volvió hostil al punto que rechazó seguir concu-
en California en el Family Therapy Institute de Marin County. rriendo a terapia. Otros adolescentes acuden, pero activamente
Una joven pareja presentó el problema de la imposibilidad procuran sabotear las sesiones. Una jovencita fue incremen-
de manejar a su hijo de tres años. Al principio el niño se man- tando sus afirmaciones iniciales de que la terapia no daba re-
tuvo tranquilo, pero el padre se alteró más y más cuando ex- sultado y no era una «ayuda suficiente» hasta llegar a los gri-
ponía su relación con su propio padre, y el niñito se fue po- tos, cuando su terapeuta familiar insistió en el problema que
niendo revoltoso e hiperactivo. Cuando la terapeuta le pre- tenían los padres para pqnerse de acuerdo en cuestiones refe-
guntó al padre si él era conciente de que su hijo se estaba
ridas a los hijos ..
agitando, el padre respondió afirmativamente. (Habría sido La ira de un adolescente, sea que este se muestre hosco
dificil no percibirlo porque el niño se trepaba literalmente en- o francamente hostil, puede tener un efecto profundo sobre
cima de los padres.) La terapeuta dijo luego al padre que ella la familia y sobre el terapeuta. Los padres tienden a decir:
pensaba que el hijo necesitaba saber si su padre deseaba o «Se lo dijimos, no tiene remedio». Si el terapeuta no intervie-
no deseaba hablar de esos sucesos penosos a la terapeuta. El ne eficazmente, el adolescente toma el dominio de las sesio-
padre se dirigió al niño y le dijo: «Papá está muy enojado nes derrotando a un adulto más. Sus padres generalmente lle-
y quisiera gritar, pero está bien. Quiero hacer esto; es impor- gan a la conclusión de que el terapeuta no es más hábil que ·
tante para mi». El niño se calmó enseguida y en el trascurso ellos para controlar a su hijo rebelde y autodestructivo.
de la sesión se fue acomodando en el suelo entre su madre
y su padre, hasta que se durmió. El padre y la madre conti-
nuaron entonces tratando temas emocionalmente muy car-
SUGERENCIAS
gados.
Avanzar con los miembros que cooperan. En aquellos ca-
sos en que el adolescente se muestra hosco, pero no abierta-
Problema 3. El adolescente hosco y hostil mente hostil, es a menudo posible trabajar con los miembros
de la familia que cooperan hasta que él o ella esté más dis-
En la entrevista mencionada antes en este capítulo, Danny puesto/a a participar. El terapeuta puede ignorar al miembro
aparecía como un adolescente hosco y, por la mayor parte, hosco o puede hacer explícito su plan diciendo, por ejemplo:
hostil. Esta conducta puede ser característica de adolescentes «Veo que no estás con humor para hablar ahora, así que voy
en cualquier etapa de la terapia. A menudo se encuentran en a trabajar con tus padres. Si cambias de opinión, háznoslo
una lucha de poder con sus padres y en un período de rebe- saber». El adolescente puede activarse si ve que las cosas se
lión contra los adultos. No les gusta hablar de sus sentimien- mueven en una dirección que considera desfavorable para él.
tos en general, mucho menos en presencia de sus padres y de Esto sucedió en la primera entrevista con Danny, cuando vio

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que sus padres estaban de acuerdo con el pedido de la tera- cente como no preparado para participar, o a la familia como
peuta de fijarle tareas. Enseguida comenzó a quejarse de su no preparada para hacerlo participar. En cualquiera d_e estos
pérdida de libertad y a declarar que su vida social se arruina- casos; la instrucción dada repercute en la tendencia del ado-
ría si debía dedicarse a hacer tareas en el hogar. lescente a. resistir directivas y puede también repercutir en
Un adolescente puede también verse compelido a partici- la naturaleza competitiva de muchas relaciones familiares. Por
par si considera que otros miembros de la familia exponen ejemplo, dos muchachas adolescentes fueron traídas a tera-
equivocadamente su posición. El terapeuta puede promover pia por su madre divorciada, que se quejaba de tener serias
esto eligiendo un tema que sabe importante para el adoles- dificultades para gobernarlas y temía que se descarriaran. Am-
cente y prestando cuidadosa atención al punto de vista de los bas ·hijas se negaron a hablar, con el argumento de que su.
padres. Para evitar que se lo perciba en una alianza demasia- madre les había prometido que si venían a terapia no tendrían
do estrecha con estos, puede expresar dudas acerca de las ase- que hacerlo. A pesar de algunos intentos de hacer foco sobre
veraciones de los padres diciendo, por ejemplo: «Me resulta los problemas creados por ~ste trato que la madre había he-
dificil ipiaginar que Greg hiciera eso a propósito. ¿Se pregun- cho llevada por su propio sentimiento de impotencia, las ado-
taron cuáles fueron sus motivos?». Como los padres de Greg lescentes se mantuvieron resistentes. La terapeuta se dirigió
invariablemente están convencidos de haber tenido el mayor a la madre y dijo: «Es evidente que las niñas aún no están
respeto por sus sentimientos, mientras que Greg se considera en condiciones de tratar estos problemas. Es mejor que no
tiranizado por ellos, esto puede moverlo a participar para de- hablen hasta no estar preparadas, pero usted lo está, así que
fender su posición. Esta técnica funciona igualmente bien cuan- comencemos con usted». En menos de uri minuto, la hija más ·;~·· ..
do hay desacuerdo entre hermanos pero sólo una de las par- resistente comenzó a hablar espontáneamente, exponiendo un
tes está dispuesta a hablar. problema más delicado que el mencionado por su madre en
Por ejemplo, una de las autoras trataba a una familia com- ese momento. Pronto se vio a las dos hermanas empeñadas
puesta por un padre, una madrastra y cuatro hijas. La segun- en demostrar que eran no menos capaces de trabajar que su
da hija poco antes había sido dada de alta en el hospital con madre.
un diagnóstico de anorexia nerviosa y nuevamente perdía pe- A menudo, los adolescentes vacilan entre el silencio hosco
so en forma acelerada. Era hosca, depresiva y se negaba a y la denuncia hostil de la terapia, del terapeuta y de la vida
hablar. La hermana mayor se mostraba furiosa con sus pa- en general. En aquellos casos en que el adolescente cumple
. dres y la terapeuta, y la mayor parte del tiempo también se en la familia una vital función de desviar tensiones, en gene~ .
mantuvo en silencio. Sin embargo, finalmente admitió que ade- ral se puede romper su silencio ordenándole que no interrum-
más estaba enojada con su hermana porque no comía, y así pa y aumentando luego la tensión en la familia. El adolescen-
se imponía ciertas restricciones, lo que impedía que ambas te será incapaz de resistirse. a interrumpir y a veces lo hará
hicieran todo aquello que en una época compartían y de lo con una explosión de enojo como «Esto no va a ayudar. Na-
cual disfrutaban. Cuando la terapeuta prestó atención a estos da va ayudar. Para eso, me suicido». Si el terapeuta está se-
comentarios y los alentó, la muchacha enflaquecida no pudo guro de que el adolescente está haciendo un esfuerzo desespe-
tolerar la furia de su hermana y trató de defenderse, lo cual rado por reenfocar la atención sobre sí mismo y sus dichos
constituyó su primera participación en sesiones familiares. no son una verdadera amenaza, puede ayudar al jovencito a
volver a hacer foco sobre la situación de que se trata y a pro-
Pedir al adolescente que no participe. Si el adolescente es- ducir un enunciado más apropiado y útil sobre la situación.
tá en una actitud particularmente defensiva, el terapeuta pue- Una de las autoras recientemente empleó esta técnica con una
de utilizar una leve intervención paradójica y pedir al adoles- familia en que la hija mayor había estado hospitalizada con
cente silencioso que no interrumpa. Esto se puede hacer ca- el diagnóstico de personalidad fronteriza. Carol hacía estra-
racterizando su silencio como· una circunstancia que tiene gos en la casa y en las sesiones, alternando entre periodos de
función estabilizadora en la familia, y definiendo al adoles- silencio hosco, ataques verbales malévolos a sus tres herma-

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nas y amenazas de suicidio. Sostenía no querer participar en una discusión acerca de la forma en que ella había pasado
sesiones familiares; pero de manera consistente trataba de im- por alto la visión que los adolescentes tenían de las cosas. El
pedir cualquier intercambio significativo entre otros miembros incremento usual hasta la rabia impotente de estos cuando
de la familia reenfocando la atención sobre ella cada vez que los padres se ponían severos fue suplantado por dos tc;rapeu-
un tema parecía cobrar vuelo. La terapeuta le pidió que no tas que razonaban acerca de la situación. Los padres, prote-
interrumpiera, y se lo recordó varias veces por el recurso de gidos por la terapeuta de la amenaza de la rabia de sus hijos,
detener sus ataques verbales y dirigir la conversación a la ira fueron capaces de escuchar la otra versión de la historia. La
evidente -aunque no reconocida-'- de la madre de Carol ha- escena finalizó con la negociación por los terapeutas de una
cia el padre de esta. El nivel de ansiedad de la familia aumen- solución razonable para uno de los puntos muertos de la fa-
tó dramáticamente, pero se estabilizó cuando la terapeuta les milia; solicitaron, cada uno de su ¡,ropio bando, la confirma-
aseguró que todos en la familia conocían esta ira y que se ción del trato, después de lo cual se dieron la mano y pidieron
podía habl'ar acerca de ella sin que sucediera nada terrible. a las partes que se atuvieran al contrato. En el posterior tras-
Por uria vez, Caro! participó en la discusión de un modo cons- curso de la terapia, los terapeutas alentaron a las dos partes
tructivo, admitiendo abiertamente su alianza con la madre en a que se animaran a hablar directamente entre ellas, momen-
contra de las tres hermanas y en contra de su padre alegre tos en l.os cuales cada terapeuta pasaba la mayor parte del
pero irresponsable. Gradualmente, su participación en las tiempo recordando al otro que se mantuviera al margen.
sesiones se volvió más constructiva y con el tiempo fue capaz Los primeros tres problemas tratados -el miembro exce-
de consentir en que la terapeuta cambiara de foco sin produ- sivamente locuaz, la familia caótica y el adolescente hosco y
cir ella desviaciones ni refugiarse en un silencio hosco. hostil- tienen en común el hecho de que la conducta mani-
fiesta de uno o más miembros de la familia hace dificil al te-
Socio bueno, socio_malo. En los casos en que dos terapeu- rapeuta usar las sesiones familiares para basarse en los lados
tas trabajan juntos, es posible que uno forme una alianza con fuertes de la familia con el objeto de mitigar sus dificultades:
los padres mientras el otro se alía con el o los adolescentes. La categoría siguiente de problemas incluye propiedades más
·Esto puede iniciarse así: los coterapeutas toman partido por encubiertas del sistema familiar en general o de un miembro
bandos diferentes en la querella de la familia, hablan entre en particular, que funcionan como resistencias a la interven-
si delante de esta, y buscan después apoyo en los subsistemas. ción terapéutica y al cambio. Las familias cuyo estilo consiste
Tener un aliado.anima a los adolescentes a hablar porque es- en utilizar la intelectualización para mantener a raya todos
tán seguros de que sus puntos de vista serán escuchados y res- sus sentimientos pueden no entender siquiera que este· estilo
petados. Si están enojados y agresivos, el terapeuta aliado tiene exacerba y mantiene los problemas de un miembro sintomáti-
la posibilidad de «sugerirles» formas en que puedan reformu- co. Este estilo tal vez se desarrolló por la necesidad de con-
lar sus pensamientos y sus sentimientos con más probabilidad trolar un caos que ahora no existe, o tal vez es el usual en
de que sus padres los escuchen.· todos los demás aspectos de la vida de los miembros. En esos
Por ejemplo, una terapeuta mayor formó un equipo con casos puede dar resultado un ataque frontal, pero seguramente
un estudiante de poco más de veinte años. La familia estaba será necesario utilizar otras estrategias. Es posible decir a los
compuesta por John y Mary, dos pilares de la comunidad más padres de hijos rebeldes: «No puedo seguir una conversación
bien rígidos y autosuficientes, y sus tres infelices hijos adoles- si todos gritan al mismo tiempo». Es más difícil y menos efec-
centes. Mientras la terapeuta mayor pudo simpatizar con el tivo decir a alguien: «No puedo llegar al fondo de la cuestión.
martirio de _los padres a causa de la vergüenza que les produ- si usted racionaliza todas las cuestiones que me parecen pro-
cían los ademanes irrespetuosos que sus hijos exhibían en pú- blemáticas».
blico, el estudiante sondeó los sentimientos de los adolescen-
tes, que se consideraban hipercontrolados y desvalorizados.
El estudiante se enzarzó después con la terapeuta mayor en ·

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cambio rápido, puede facilitar el trabajo con familias intelec-
Problema 4. Intelectualización y racionalización tualizadoras; aliviar sus ansiedades y favorecer una coopera-
. ción más plena de los miembros. Estos modelos les ofrecen,
Sólo en las· familias más caóticas no aparece ocasional- además, la oportunidad de reinsertarse en su familia de origen
mente algo de intelectualización y racionalización para hacer de una manera que potencialmente les procura poder y con-
frente a la ansiedad y mantener el control sobre el ambiente. trol, por oposición a su t~mprana experiencia familiar en que
Estos mecanismos de defensa comunes sólo se convierten en · se sintieron agobiados, controlados e impotentes. No obstan-
un problema cuando constituyen los únicos de que disponen te, el terapeuta puede encontrar algo de resistencia inicial a
los miembros de la familia y operan para reducir el efecto sus intentos de utilizar este abordaje. Por esta razón, especi-
de la terapia. Los terapeutas pueden notar primero que su ficaremos algunas sugerencias que pueden utilizarse cuando
influjo se reduce tan pronto como lo que parecía un intento se inicia este tipo de terapia familiar.
legítimo de individualizar un problema y comprometerse en
su solución· se convierte en un debate teórico. Observarán que 1. Dar una explicación- lógica e intelectual. Cuando una
los _miombros de la familia comienzan a interesarse en la dis- familia intelectualizadora presenta un problema conyugal o
cusión como un fin en sí mismo o como un modo de justifi- trae a un niño sintomático, puede resistirse a la idea de revi-
car su propia conducta, y no para buscar la solución de un sar la historia familiar o a hacer un genograma que revele las
problema familiar. Si los terapeutas son vulnerables a este es- pautas y relaciones familiares a lo largo del tiempo. A menu-
tilo, el problema puede avanzar hasta que caen en la cuenta do alegan no advertir la importancia que esa información pue-
de que ellos también han estado participando en largas discu~ da tener para su vida actual y sus problemas del presente. En
. siones que no produjeron ningún cambio significativo en el tales casos, los terapeutas deben dar explicaciones lógicas que
sistema familiar. Sise sienten cómodos con un enfoque inte- muestren la conexión entre las experiencias, los roles y las pau-
lectual o temen la magnitud de los sentimientos subterráneos tas familiares del pasado y los problemas actuales. Pueden
de la familia, pueden inadvertidamente aliarse con los miem- relacionar específicamente el pasado con el desarrollo de ex-
bros de esta para evitar la tensión del cambio. Si el terapeuta pectativas de un miembro acerca de una pareja o un hijo, o
se encuentra con familias que utilizan la intelectualización y pueden especular acerca de pautas y roles repetitivos que aún
la racionalización, puede adoptar un estilo intelectual de tera- son desconocidos. Por ejemplo, un marido se rehusó a dar
pia, utilizándolo para producir el cambio, o puede interrum- información sobre la historia familiar alegando que sólo que-
pir la intelectualización por medio de intervenciones no ver-
bales, experienciales o paradójicas. Esto dependerá de la filo-
se·
ría evaluar si en su matrimonio quedaba algo que pudiera
salvar; entonces el terapeuta preguntó: «¿Usted quie~e decir
sofía, la personalidad y la habilidad del terapeuta. que no hubo ninguna otra persona en su familia que se haya
divorciado?». El marido admitió rápidamente que sus padres
se habían divorciado pero sostuvo que eso no importaba na-
SUGERENCIAS da para la decisión que debían tomar él y su esposa. Cuando
el terapeuta preguntó qué edad tenía él cuando sus padres se
Utilizar un estilo inte(ectual de terapia. El estilo intelec- divorciaron, y estableció la conexión con la edad actual de
tual de terapia puede ser muy útil siempre que la intelectuali- su hijo, se mostró sorprendido, interesado e inmediatamente
zación no se utilice como una excusa para no producir cam- dispuesto a cooperar.
bios o no entrar en acción. La terapia familiar a la Bowen 2. Indagar el pasado como parte de la evaluación. Si se
o a la Boszormenyi-Nagy es un buen ejemplo de una teoría declara que el abordaje histórico es parte de una estrategia
y un estilo de intervención adecuados para terapeutas y fami-
destinada a lograr una información completa acerca de la fa-
lias que utilizan ese método de hacer frente a la ansiedad. Es-
milia con miras a elegir el método correcto de intervención,
coger un método de intervención que no insista en la expre-
se puede lograr la cooperación de la familia. Esta comprende
sión de los sentimientos, en la confrontación directa, en el

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la necesidad de presentar sucesos, y presentarlos en abundan- Como tarea para el hogar,·el terapeuta sugirió que confeccio-
cia. Al reunir datos históricos (como en el caso mencionado naran una «hoja de balance» donde enumeraran los benefi-
antes) se pueden establecer conexio_nes, y comienza la terapia. cios del traslado reciente y los costos emocionales de la sepa-
Esta se recomienda de esa manera a sí misma por su evidente ración de la familia y los amigos, y la pérdida de satis.facción
racionalidad. laboral de Barbara.
Cada semana el terapeuta preguntaba acerca del estado
Caracterizar los sentimientos como hechos. Los miembros de la hoja de balance, es decir, cómo habían evaluado esa
de la familia que intelectualizan de una manera rígida pueden semana sus sentimientos positivos y negativos acerca de su
ser capaces de tratar con sentimientos si se los legitima en ca- situación. De esta manera; la pareja comenzó a ocuparse de
rácter de hechos. El terapeuta puede adoptar el estilo intelec- sus sentimientos y a entrar en negociaciones para facilitar las
tual de la familia y sei\alar que las explicaciones lógicas son cosas. Por ejemplo, Tim insistió en que Barbara usara parte
buenas, pero los sentimientos ilógicos y conflictivos son muy de sus ingresos para volar a su ciudad a intervalos regulares;
reales. Esto dio buen resultado con Tim y Barbara, una joven así se sentiría menos privada de respaldo emocional. El le dio
pareja que tenía problemas conyugales. Ambos eran gradua- más apoyo expreso, llamándola al trabajo para ver cómo se
dos en administración. de empresas, tenían buenos empleos sentía._ Poco a poco se volvieron tan competentes en el mane-
como jóvenes ejecutivos y estaban orgúllosos de su habilidad jo de cuestiones emocionales como lo eran en el de cuestiones
para afrontar racionalmente las peripecias de la vida. No obs- racionales. Ampliaron los canales de comunicación entre ellos,
tante, Barbara había sido derivada por su empleador porque y con el mundo en general. Tras seis sesiones, habían apren-
sufría ataques de llanto irracionales en el trabajo. En el curso dido bastante sobre la forma de manejar esa parte menos ra-
de la terapia, se averiguó que la pareja se había mudado re- cional pero muy real de la vida, y los llantos de Barbara ha-
cientemente de la ciudad natal de Barbara, donde ambos ha- bían desaparecido.
bían asistido a la escuela y donde ambos tenían empleos inu-
sualmente buenos, para que Tim pudiera optar por una ofer-
Apelar a la autoridad. Es frecuente que las familias inte-
ta de trabajo muy atractiva. Por supuesto, habían discutido
lectualizadoras encuentren mucho más fácil tolerar una inter-
racionalmente todos los aspectos de la mudanza, incluido el
vención terapéutica si esta se basa en alguna forma de autori-
hecho de que Barbara pudiera no conseguir en la nueva ciu-
dad, del terapeuta, de la agencia o de un «equipo indepen-
dad un trabajo tan ventajoso como el ofrecido a Tim. No obs-
diente de investigación». Las personas que intelectualizan
tante, ella accedió a trasladarse porque queria dejar el traba-
tienden a coleccionar hechos para apoyar sus opini~nes y a
jo temporariamente para tener hijos y los dos ambicionaban
menudo se impresionan cuando alguien los utiliza de un mo-
que Tim alcanzara una posición que le permitiera sostener hol-
do persuasivo. Un físico que participaba en varios proyectos
gadamente a la familia durante ese tiempo. El terapeuta adoptó
de investigación fue remitido a la Family Therapy Clinic para
su estilo y explicó que si bien Tim y Barbara probablemente
terapia co11yugal. El estaba tratando de convencer a su mujer
habían tomado una buena decisión de largo plazo, su proble-
de que el «matrimonio abierto» era la única forma lógica de
ma inmediato era que descuidaron los costos de esa decisión.
supervivencia del matrimonio en esta cultura. El terapeuta ad-
Tim y Barbara se sorprendieron al oír hablar de costos, sobre
virtió enseguida que la esposa era totalmente incapaz de aceptar
todo de costos emocionales, que fueron enumerados uno a
esa idea, pero el físico continuó sosteniendo su argumento in-
uno por el terapeuta: separación de un ambiente familiar, pér-
telectual en demostración de que los «matrimonios abiertos»
dida del apoyo de la familia extensa, disminución del presti-
eran superiores. El terapeuta, adoptando el estilo intelectual;
gio en el área laboral de Barbara, su consiguiente dependen-
citó varios estudios realizados sobre la suerte de los matrimo-
cia de Tim, y así sucesivamente. Esos sentimientos de pérdida
debían ser afrontados y resueltos en lugar de ser descuidados, nios abiertos, que comprobaban su mal desenvolvimiento. El
aun si la pareja decidía no alterar sus planes de largo plazo. físico aceptó estos hechos y abandonó su argumento intelec-
tual para confesar que, en realidad, se sentía incapaz de m:o-

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y alentó a Dorothy para que entrara en relaciones más apro-
nogamia. Pronto ambos comenzaron a abordar de manera más piadas con sus pares.
apropiada los aspectos emocionales de la infidelidad de él,
y la incapacidad de ella para tolerarla.
Problema 5. Negación
a
Utilizar otro miembro de la familia para que haga un
·comentario sobre las intelectua/izaciones. En algunos casos La negación es otro mecanismo de defensa común que pue-
la intelectualización es un estilo general de la familia, mien- de operar como una resistencia .a la intervención terapéutica.
tras que en otros sólo uno o dos miembros son los que inte- Es de abordaje más difícil que la racionalización y la íntelec-
lectualizan. Los demás no logran que ellos atiendan a cues- tualización porque las personas se aferran tenazmente a sus
tiones emocionales, o quedan tan abrumados ante su colec- creencias acerca de la realidad. Algunas familias parecen te-
ción de hechos o argumentos filosóficos que cejan en su intento ner compartimentos lógicos rígidos en su «mente familiar»
de expresar sus propios puntos de vista. El resultado es a me- colectiva; y si se las cuestiona, se limitarán a repetir sus defi-
nudo q'ue los demás se callan mientras un miembro intelec, niciones acerca de la realidad una y otra vez, como si el tera-
tualizador pronuncia un monólogo, o dos miembros intelec- peuta fuera un loco porque no ve la verdad de lo que se dice.
tualizadores se enzarzan en un diálogo. En cualquiera de los La negación es particularmente común en familias que tie-
casos parece haber confabulación para evitar las cuestiones nen una gran necesidad de ser «la familia perfecta», o «una
emocionales. Una manera de romper con este proceso es pe- familia muy unida, con mucho amor». A pesar de que al me-
dir a uno de los otros miembros que haga un comentario acerca nos uno de sus miembros presenta síntomas de tribulación,
del monólogo o el diálogo. suficientemente severos para justificar una intervención ex-
Por ejemplo, un profesor de historia y su mujer fueron terna, se atendrán al mito de que todo anda bien en su fami-
remitidos con su hija perturbada, Dorothy, que había tenido lia o que todo, excepto el paciente, está bien. Las familias
ataques de depresión en su adolescencia y ahora alegaba pa- que utilizan una negación excesiva se caracterizan también,
decer de «renguera histérica». En su casa, y durante muchas en general, por un alto monto de ansiedad, y suelen ver al
entrevistas, Dorothy y su padre se sumergían en diálogos in- terapeuta como una amenaza. Se asemejan a las familias
telectuales muy elaborados acerca del sentido de la vida, na- «seudo mutuales» descritas por Lyman _Wynne y sus colegas
da menos. Citaban a filósofos alemanes y a poetas griegos. (1958), o a las familias «consenso-sensibles» descritas P.Or Da-
El terapeuta, confundido, apenas podía introducir una pala- vid Reiss (Reiss y Sheriff, 1970). La seudo mutualidaa ha si-
bra. En una ocasión, cuando Dorothy y su padre iniciaron do definida como «una condición familiar en que los' miem-
uno de esos diálogos, el terapeuta solicitó a la madre de Do- bros de la familia están predominantemente enfrascados en
rothy que diera su opinión acerca de la discusión entre los armonizar unos con otros a expensas de diferenciar cada uno
dos. «Ah, esto es asi desde que ella era pequeña. Siempre es- su identidad personal. Una familia caracterizada por la seudo
tán los dos caminando juntos, hablando entre ellos, mientras mutualidad ve en el sentimiento de identidad personal una ame-
yo los sigo desde atrás». El terapeuta se aferró a esa imagen naza para todo el sistema familiar» (Wynne, Ryckoff, Day
de una hija que usurpa la posición de su madre e instó a esta y Hirsch, 1958, pág. 207). Como afirma Reiss, esta familia
a que expresara alguno de sus sentimientos acerca de su ex- busca «más que una interpretación correcta, una interpre-
clusión de la interacción padre-hija. El comentario de la ma- tación basada en un acuerdo mutuo» (Reiss y Sheriff, 1970,
dre de Dorothy permitió al terapeuta cambiar el foco de la pág. 431). Si bien estos autores describían pautas observadas en
entrevista para comenzar a modificar la poderosa alianza familias esquizofrénicas, la mayoría de los clínicos informa
padre-hija. En sesiones posteriores, cuando Dorothy y el pa- haber registrado estas mismas pautas, en menor grado, en mu-
dre comenzaban su diálogo, el terapeuta instaba a la madre chas familias en que se niegan las diferencias individuales que
a «interrumpirlo». Finalmente, el terapeuta dirigió la tera- potencialmente podrían causar conflicto. Todos actúan como
pia hacia el establecimiento de una alianza conyugal más fuerte

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si fuera posible amarse y estar de acuerdo siempre. Si una mayoría de los terapeutas ~on inducidos por la tendencia de
familia opera como si creyera que las diferencias son destruc- la familia a la simetria y la p~. lo que les hace dificil cuestio-
tivas, es muy difícil que permita al terapeuta conocer sus di- nar el· sistema y sus reglas encubiertas. En consecuencia se
ferencias lo suficiente para ayudarla a enfrentarlas. encuentran a sí mismos conduciendo «reuniones social~s» con
El ya citado caso de Lilly (véase el capítulo 2) nos propor- familias en las que todos parecen quererse, pero sin que suce-
ciona un ejemplo de negación extrema. Lilly tenía ataques de da gran cosa.
vómito incontrolables para los que no se descubría causa or-
gánica. Sus padres, a pesar de sus diferencias evidentes de tem-
peramento, intereses y estilo, negaban que pudiera existir fuen- SUGERENCIAS
te alguna de conflicto en la familia. Cuando se los enfrentaba
con sus diferencias, «borraban» las consecuencias de estas por Aflojare/paso. A las familias con un alto monto de nega-
el recurso de negar que tuvieran efecto alguno en la familia. ción les suele preocupar tener realmente algo inusual o
Lilly, una adolescente de quince años, enfrentaba la tarea im- «impropio». Sus fronteras familiares son muy rígidas y es di-
posible de establecer su identidad separada en un sistema fa- fícil negociarlas. Tras varias sesiones, los terapeutas pueden
miliar que no permitía el conflicto y borraba las diferencias. aún encontrarse fuera de la frontera familiar y enzarzados en
En cierta ocasión el terapeuta sugirió abiertamente que había un juego de «Problema, problema, ¿quién tiene un proble-
un conflicto sustancial entre las demandas del padre de Lilly ma?». Incluso si han logrado algo de aceptación por parte
y la conducta de la madre. En un momento en que su de- de los miembros de la familia y han establecido un contrato
sesperación prevaleció sobre su buen sentido, pidió a Lilly que de tratamiento, puede ocurrirles ofender inadvertidamente el
hiciera un comentario acerca de una interacción entre los pa- sistema de creencias familiar consensual y resultar excluidos.
dres que demostraba su manifiesta evitación del conflicto. Lilly. El peligro de la intervención terapéutica en el caso de estas
sostuvo con entusiasmo la perfección de la relación parental. familias no es simplemente fracasar en comprometer a sus
En un lapsus momentáneo, su padre replicó muy perspicaz- miembros con sus problemas enfla primera o segunda entre~-
mente: «Si todo es tan excelente, ¿cómo es que vomitas todo vista, sino asustarlos con comentarios acerca del funcionamien-
el tiempo?». Pero enseguida borró su pregunta.y la posibili- to de su familia, demasiado radicales para el estadio de la te-
dad de que Lilly respondiera, encogiéndose de hombros y di- rapia.
ciendo: «Y bueno, supongo que es lo que debemos descubrir Por ello, los terapeutas que reciben señales de exceaj_va ne-
aquí». Pero la familia en realidad no quería averiguarlo. Siem- gación deberían aflojar el paso e incluso pedir a la familia
pre que aparecía una diferencia de opinión acerca de la fami- que lo haga. Pueden optar por admitir que ellos mismos se
lia, de sus miembros o de las emociones de alguno, el nivel pusieron demasiado entusiastas y ambiciosos, e insistir en lo
de ansiedad se incrementaba hasta que alguien conjuraba el desaconsejable que es producir cambios tan rápido. Tal inter-
peligro con un comentario negador de la existencia de con- vención puede operar directamente para intensificar su senti-
flicto. miento de control y competencia en cuanto a su capacidad
Una de las principales dificultades que tienen los terapeu- de acelerar el paso.
tas principiantes con estas familias es, en primer lugar, darse
cuenta de lo que sucede. La alianza de la familia para mante- Fortalecer al miembro tapado. En los casos relativamente
ner el foco sobre lo que funciona bien en lugar de ver lo dañi- leves de negación, el no reconocimiento de las diferencias se
no, o el foco rígido sobre el síntoma, dificultan la tarea de puede cuestionar fácilmente porque la familia permite que apa-
individualizar problemas subterráneos. La negación se con- rezca alguna expresión de la diferencia aunque en general sin
vierte e_n seudo cooperación: la familia mantiene la. aparien- reconocerla. Por ejemplo, una madre puede suprimir la ex-
cia de cooperación con el terapeuta, pero no atina a saber presión de una diferencia de opinión de su hija diciendo: «Tú
lo que el terapeuta pudiera querer de ell.os. Poco a poco, la no piensas realmente eso»; de esta manera no reconoce a la

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ro ya había sido caracterizado en la escuela como un «niño
hija como un ente separado. En muchas familias la negación peculiar». Le resultaba difícil congeniar con sus compañeros.
se expresa por la imposibilidad de reconocer que se haya di- Si bien no ·era· particularmente introvertido o agresivo, no pa-
cho algo; alguien cambia de tema y la expresión de la diferen- recía adaptarse. El terapeuta dedicó varias sesiones a buscar
cia se pierde en la conversación. Si un miembro nota que ha algún punto que la pareja· considerara problemático en relá-
sido tapado ·o ignorado, en general no se siente capaz de cues- ción con su hijo o con la familia en general. Todo estaba bien.
tionar eso a los demás. Los terapeutas deben entonces estar La historia evolutiva del niño era buena. La relación con la
alertas para observar ejemplos de familias que no pueden re- hermana menor era buena. En realidad, la había querido des-
conocer la expresión de la diferencia, y ponerse de manera de el momento de su nacimiento y nunca se mostró celoso;
sutil, pero manifiesta, del lado del miembro de la familia que y sí, ellos consideraban eso normal. La relación madre-hijo
ha sido tapado o exhortarlo a que defienda su punto de vista. era buena, como también la relación padre-hijo. El matrimo-
Pueden luego instruir a los miembros de la familia para que nio era bueno. Hasta la escuela era buena. No se quejaban
continúen la discusión entre ellos, e intervenir sólo cuando de que su hijo hubiera sido señalado y estaban dispuestos a
la nepción y la supresión la estorban. Si esclarecen las pe- hacer cualquier cosa que estuviera a su alcance para cooperar
queñás supresiones y normalizan las diferencias por medio de con la escuela y la clínica en favor de su hijo. Finalmente,
afirmaciones como «todas las familias disienten, especialmente el terapeuta fue hasta el armario del material y volvió con
cuando se quieren mucho, porque en esos casos sus sentimien- grandes hojas de papel y un conjunto de crayones para que
tos son muy intensos», comenzarán a fortalecer la individua- hicieran un cuadro del grupo familiar. Les pidió que dibuja-
lidad de cada uno al tiempo que fortalecerán la validez de ran entre todos un cuadro, de ellos mismos o de otro tema
las lealtades familiares. que eligieran. Al estilo de Sherlock: Holmes, se sentó a t.in cos-
Si la vigilancia eterna es el precio de la libertad, también tado para observar las conductas no verbales y el proceso de
es el precio de ensei'iar a familias seudo mutuales que la dife- interacción; quería descubrir señales de los problemas y la es-
renciación no es necesariamente una tarea destructiva. El te- tructura de la familia. Cuando el trabajo artístico hubo fina-
rapeuta deberá repetir una y otra vez la intervención que aca- . lizado, el terapeuta condujo una discusión acerca del dibujo
bamos de indicar, hasta que los miembros de la familia asu- resultante, para verificar la comprensión que ellos pudieran
man la función de señalarse. mutuamente las supresiones. haber logrado acerca de su propio comportamiento.
En este caso, Carl y Helen dejaron que Johnny fuera el
Emplear técnicas no verbales o experiencia/es. Hay toda que predominantemente determinara quién debía hacer qué.~:
una serie de técnicas experienciales que son muy útiles no só- Car! se mostraba vacilante en su participación. Si bien era
lo para familias que utilizan la negación como estilo predo- evidente que no estaba acostumbrado a jugar con sus hijos,
minante, sino también para aquellas en que la racionalización cuando al fin se sentó en el suelo pareció disfrutar plenamen-
y la intelectualización son comunes. Algunas técnicas expe- te. El dibujo que realizó la familia incluía varias escenas típi-
rienciales, como la escultura familiar, dramatizan las dificul- cas de su vida familiar. En una escena, la madre y los niños
tades de la familia y aumentan su nivel de ansiedad, mientras estaban agrupados saludando al padre que se iba. En otra es-
que otras, como los dibujos familiares, permiten a sus miem- cena, el padre, la madre y la hija estaban juntos saludando
bros proyectar cuestiones potencialmente generadoras de an- a Johnny que se iba a la escuela. En la escena final, toda la
siedad en la tarea misma. Aquellas familias que emplean un familia estaba agrupada frente a su casa sonriendo. El tera-
grado extremo de negación suelen ser abordables con el se- peuta comentó que Helen parecía no salir nunca, ni siquiera
gundo tipo de técnicas, mientras que aquellas cuyo problema a hacer compras. Car! explicó que él se encargaba de todas
es una persistente negación leve suelen responder al primer las compras, a pesar de que Helen no trabajaba.-En realidad,
tipo. · cuando el terapeuta examinó esta cuestión, descubrió que He-
Por ejemplo, Carl y Helen vinieron a terapia familiar con len nunca salía de su casa sin Carl; y aun así, sólo lo hacía
· sus dos hijos. El mayor, Johnny, sólo tenía cinco años, pe-

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en raras ocasiones. Por la descripción de las actividades de impedir casi la penetración en los problemas familiares. Los
Helen, se averiguó que sufría de una leve agorafobia, si bien Stenson eran una· familia inteligente que sufría de introspec-
ni ella ni Car! lo mencionaron y lo habrían negado si el tera- ción periódica. Ambos padres formaban parte del cuerpo do-
peuta lo hubiera sugerido. La peculiaridad de Johnny parecía cente de la universidad y habían descubierto que la intelec-
ser un subproducto del autoaislamiento de la madre. Simple- tualización era un método conveniente para hacer frente a la
mente no había estado expuesto a otros niflos ni a muchas cárrera y a las dificultades personales. Su ambiente familiar
situaciones sociales fuera de su hogar. El terapeuta recomen- era tan controlado que su hijo adolescente nunca había disen-
dó un grupo de juego infantil, que pronto resolvió el proble- tido con sus padres. Era un niño modelo; su familia era una
ma de Johnny en relación con otros niflos; entretanto, conti- familia modelo. Un único acto serio de violencia por parte
nuó reuniéndose con la familia. Por el método de las sesiones del hijo trajo a la familia al tratamiento. El hijo prendió fue~
fraccionadas, empleaba la primera parte de cada sesión en en- go a la casa. Los intentos de abordar este tema en terapia
señar a Car! a jugar con sus hijos; para esto recurría a varias tropezaron con permanentes negaciones, intelectualizaciones
técnicas experienciales, como títeres o bloques. Durante la se- y racionalizaciones. Los padres sostenían que no estaban ni
gunda mitad de cada sesión, charlaba sólo con los padres acer- enojados ni trastornados, que sólo querían comprender la con-
ca de su familia extensa, su vecindario y otros temas no an- ducta de su hijo. Después de semanas de terapia, aún no ha-
siógenos, y hacia sugerencias a Helen para que se afiliara a . bía contenido emocional en sus discusiones ni una disposi-
otras organizaciones que pudieran ayudar a su hijo a estar ción real a revisar las pautas familiares que pudieran haber
menos aislado. Heleo admitió finalmente que se sentía muy precipitado el episodio. Por su parte, Wilfred, el hijo, soste-
incómoda lejos de la casa, lo cual permitió al terapeuta con- nía que no tenia idea acerca del motivo de su acto destructivo
versar sobre el hecho de que mucha gente se sentía así y que y afirmó que ciertamente no experimentaba resentimiento ha-
existían terapeutas especializados en tratar a personas que se· cia sus padres.
sentían incómodas en determinadas situaciones, por ejemplo, Una estrategia de intervención no verbal ayudó a atrave-
estar fuera de la casa. Finalmente, ella aceptó una derivación sar estas defensas rígidas para ganar comprensión de la diná-
a un terapeuta conductista individual especializado en fobias, mica de la fa mili a. Esta acordó a desgano ensayar «escultura
y recibió gran ayuda por una combinación de técnicas de de- familiar», proceso en que un miembro ubica fisicamerite y en
sensibilización. forma no verbal a los demás de acuerdo con sus roles y sus
El terapeuta siguió reuniéndose periódicamente con la fa- relaciones emocionales. Wilfred actuó de la siguiente forma:
milia para controlar las inevitables reacciones de sus miem- puso al padre en un rincón, mirando la pared, a la,inadre-
bros y los cambios de modalidad que se producían a medida en otro rincón, mirando la pared, y se ubicó a sí misi:no en
que Helen.se vo(vía más funcional. Carl, de hecho, tenía sen- un cesto de papeles en el centro de la habitación, estirándose
timientos encontrados en relación con la mayor independen- en ambas direcciones. Apenas hubo esculpido a su familia de
ciá de Helen. No todos estos sentimientos eran positivos; por esta manera, su madre rompió en llanto, y comenzó la prime-
eso el continuado apoyo del terapeuta era muy importante. ra indagación de los problemas familiares. ·
Demasiado a menudo, los terapeutas olvidan que cuando cam-
bia la conducta de un miembro (por obra de terapia indivi- Crear una metáfora. Frente a familias que emplean un
dual, de medicación o de modificación de la conducta), el resto monto extremo de negación, el terapeuta debe encontrar. la
del sistema familiar debe hacer reajustes. Aun en los casos forma de introducir la idea o la experiencia de la diferencia-
en que la conducta nueva es deseable, hay que tener la pre- ción sin aumentar el nivel de ansiedad de la familia tanto que
caución de asistir a la familia para que el cambio se produzca esta no pueda asimilar la idea o la experiencia. A veces, una
sin sab<;>taje. . metáfora puede ser un vehículo útil para lograr la introduc-
En otro caso, que finalmente respondió a una técnica no ción del concepto. Una practicante en psiquiatría tuvo su pri-
verbal, la intelectualización y la negación ~e combinaron: para mera experiencia de terapia familiar con Art y Anna, una pa-

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reja de mediana edad, y sus dos hijas, Kim, de veinte años, pañerismo no se establecía automáticamente sino que tenía
y Lisa, de once. La familia había sido derivada por el psi- que ser negociado por miembros de la familia que presenta-
quiatra de Art, quien había observado una exacerbación de ran cada uno su propia visión de un problema. De lo contra-
su ansiedad crónica y había investigado posibles causas. Art rio se basaba en una percepción falsa de lo que ocurría real-
le contó que su hija mayor se había ido de la casa ofendida, mente. A partir de ese momento, anunció, cualquiera que es-
luego de una pelea familiar a causa de su novio. tuviera de acuerdo con otro «simplemente por compañerismo»,
Art aseguró a la practicante que él no tendría problemas o el sospechoso de no expresar sus verdaderos sentimientos se-
en arreglar las cosas para que toda la familia acudiera a tera- ría recompensado con el «Premio al mejor compañero». Así
pia, y así fue. Todos los miembros éolaboraron con su asis- se introdujo, casi a modo de juego, la idea de que diferencias
tencia y participación en las entrevistas familiares mientras el inevitables se podían reconocer y resolver por medio de nego-
foco de la discusión se mantuvo sobre la deslealtad de Kim ciación. Cuando la practicante repetidas veces entregó la caja
al irse de la casa. Art, Anna y Lisa coincidían en que todo de fósforos a los miembros de la familia que encubrían senti-
había funcionado bien hasta que Kim abandonó la casa y en mientos, ellos terminaron por aceptar la idea del «Premio al
que t(?dO volvería a andar. bien si regresaba. mejor compañero» e incluso comenzaron a entregárselo entre
La única defensa de Kim fue que ellos habían sido descor- ellos cuando pensaban que alguno no expresaba sentimientos
teses con su novio, y esto la forzó a buscar un sitio donde verdaderos. Las metáforas son muy útiles cuando ,-como en
estar con él. Sesión tras sesión, la familia bailaba tristemente este caso- surgen de las sesiones terapéuticas. mismas, es de-
alrededor del mismo tema. Art era el único miembro a quien cir, de una expresión de un miembro de la familia. Pero.tam-
se le permitía expresar enojo, pero sólo hacia Kim y en rela- bién pueden ser introducidas.por el terapeuta, quien, a lo lar-
ción con el tema de su mudanza. Todos los esfuerzos de la go de los años, tal vez ha coleccionado metáforas que .con-
terapeuta para ampliar el foco fracasaron. Ella se quejó a su vengan a diversas situaciones.
supervisora de que intentar cambiar el tema del acto de des-
lealtad de. Kim por el tema de la separación .y la diferencia- Usar una paradoja leve y enseñarles que el conflicto no
ción era como proponerse guardar una nube en una caja. El es tan terrible. Las intervenciones paradójicas son efectivas
foco de las entrevistas familiares se le escapaba continuamen- pero se deben emplear con prudencia en el caso de familias
te entre los dedos. que tienen pautas arraigadas de negación. Una vez que la ne-
Desesperada, comenzó a hacer foco cada vez más sobre gación se quiebra, los cambios ocurren rápidamente, y no siem-
la hermana menor de Kim, indagando acerca de acontecimien- pre en la dirección esperada. Cuando aparecen pcquei'ias di-
tos vividos en la escuela y en el barrio. Lisa hablaba de mane, ferencias en familias que temen el conflicto, es particularmente
ra suelta mientras el foco no fueran los problemas familiares. importante que el terapeuta mantenga el control de las sesio-
Cada vez que la practicante intentaba volver al tema de la nes de manera que los miembros de la familia puedan tener
familia, también Lisa dejaba de hablar. Cierto día, Lisa anun- estas primeras experiencias en un ambiente protegido en que
ció que había ganado el premio al «mejor compañero» en la aprendan que pueden resolver los problemas sin hacerse daño
escuela por segunda vez. Nuestra practicante sonreía para sus unos a otros. Tienen que aprender, como dice Virginia Satir,
adentros pensando lo bien entrenada en «compañerismo>> que que no habrá «bajas». Además de protegerlos para que las
estaba una niña de una familia para la que cualquier expre- cosas no se les descontrolen, el terapeuta puede instruirlos acer-
sión de la diferencia era un acto de deslealtad, cuando se le ca del proceso y ayudarlos a tolerar ansiedades temporarias
ocurrió que podía utilizar ese premio como Una metáfora del sei'ialando que las cosas pueden parecer peores antes de mejo-
trato recíproco entre fos miembros de la familia. rar.
Sa~ó una caja de fósforos de su cartera y la .declaró el Adriane y John llevaban más de veinte años casados cuan-
«Premio al mejor compañero». Si bien el compañerismo era do solicitaron terapia conyugal. Durante casi todo ese tiem-
ciertamente un objetivo valioso, explic~, el verdadero com, po, Adriane había intentado provocarlo para lograr algún ti-

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272
po de reacción en él. John toleró casi todo, pero un amorío estrategia a menudo ofrece al terapeuta una información acerca
extramatrimonial reciente de Adriane lo había hundido, de- de las díadas que las díadas mismas no podrían dar, así como
já~dolo en una pasividad casi total. Adriane lo-arrastró a te- información acerca de las percepciones y los sentimientos del
rapia amenazándolo con abandonarlo si no venía. Las sesio- miembro que habla. Esto permite penetrar en un sistema en
nes conyugales alcanzaron pronto un punto muerto cuando que prevalece la negación.
John sostuvo que no tenían quejas acerca de Adriane ahora
que su amorío había terminado. Insistió en avenirse a todos
sus requerimientos y a todas sus conductas. No obstante, el Problema 6. La familia seudo hostil
clima estaba cargado de hostilidad y ambos declararon saber
que las cosas no estaban en orden. En este caso, la terapeuta Algunas familias dedican hora tras hora del tratamiento
prescribió el síntoma, agregando el pedido de que John ver- a discusiones fuertes y ruidosas sobre temas sin importancia.
balizara lo que en efecto hacía. Le pidió que dijera a Adriane Por su monto de aparente disenso y hostilidad, el observador
todas las mañanas, antes de irse a trabajar: «No me voy a casual inferiría que están al borde de la separación o del di-
enojar c9ntigo hoy»; así expresaba en palabras su comporta- vorcio, cuando no del homicidio. Empero, los que observan
miento rio verbal de veinte años. Adriane, por su parte, debía estos procesos durante un tiempo generalmente comienzan a
limitarse a escucharlo. A la semana siguiente, John anunció sospechar del monto de energía que parece invertirse en estas
que quería el divorcio porque el ejercicio lo había puesto en peleas sobre cuestiones relativamente triviales. En realidad,
contacto con el enojo que sentía hacia Adriane. Adriane que- estos disensos más bien superficiales y ruidosos sirven para
dó impresionada y alterada. La terapeuta asumió el control cubrir o disfrazar disensos más profundos y significativos.
y declaró que la expresión abierta de la ira era una señal de Lyman Wynne describió el fenómeno en su forma extrema
progreso que proporcionaría un foco a la terapia conyugal en familias .de esquizofrénicos (Wynne, 1961), pero también
· y un elemento sobre el cual trabajar. Prohibió toda discusión en este caso las mismas pautas se pueden observar en diferen-
acerca del divorcio por un período de seis meses, adelantando tes grados en familias que presentan una amplia variedad de
que los tiempos serían duros pero que un matrimonio de veinte problemas. No siempre está claro si la «seudo hostilidad>> sir-
ai!.os merecía un intento de reconciliación de un semestre. Con ve para encubrir temas sobre los cuales habría un desacuerdo
esta salvaguarda, tanto John como Adriane fueron capaces aún mayor, o si su función e~ procurar distanciamiento psi-
de expresar su frustración, su enojo, su dolor y, por ftn, pu- cológico cuando las presiones hacia la intimidad y los afectos
dieron construir una nueva relación a partir de la anterior, se vuelven intolerables. Quizá las dos dinámicas intervengan
que parecía prácticamente inviable. en diferentes momentos en familias distintas. Cualquiera que
sea la razón, las familias que tienen este estilo se deben consi-
Pedir a un tercero que dé su opinión. En algunos casos, derar resistentes porque si el terapeuta no consigue atravesar
es útil pedir a un tercer miembro su opinión acerca del inter- el alud de trivialidades, no podrá hacer gran cosa para modi-
cambio entre otros dos. Ya presentamos una versión limitada ficar las pautas del sistema.
de esta técnica al tratar los casos de familias en que la intelec- Se considere la seudo hostilidad como miedo a la intimi-
tualización y la racionalización son exuberantes (véase supra, dad o miedo a tratar conflictos más profundos, el curso lógi-
pág. 264). Puede ocurrir que el tercer miembro se muestre co es ayudar a la familia a enfrentar los problemas subterrá-
menos defensivo porque no se trata de su propia relación. Co- neos en tanto el terapeuta provee de un contexto protector
mo en el método de interrogatorio circular de Selvini Palaz- de manera que las familias no teman ser arrastradas por una ·
zoli y colaboradores (1980), se puede pedir a una madre que ola de fusión o por una ola de rabia asesina con posterior
dé su opinión sobre la relación padre-hijo, a una hija que co- dispersión. El siguiente ejemplo es ilustración de una pareja
mente la relación madre-hijo, y así. Algunos estructuralistas «seudo hostil». Jerry y Monica discutían constantemente acer-
tal vez teman la triangulación del tercer miembro, pero esta ca de la división de tareas relacionadas con el cuidado de los

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hijos y los quehaceres domésticos en su matrimonio. Como Beth llamó para decir que se daba cuenta de que las dificulta-
ambos tenían su profesión, Monica consideraba que J erry de- des que existían entre ellos ya no podían ser negadas.
bía hacer tanto como ella, fuera esto necesario o no. Los in- Por lo hasta aquí expuesto, tal vez al lector se le haya ocu-
tentos lógicos de resolver esta cuestión fueron rechazados, co- rrido que tanto la seudo hostilidad como la seudo mutualidad
mo también todos los intentos de hacer foco sobre otras cues- son tipos especiales de negación. La diferencia radica en que,
tiones familiares. Ni Jerry ni Monica estaban dispuestos a ceder para el lego, la familia seudo hostil parece desarrollar un gran
en nada para alcanzar un compromiso. Tampoco estaban dis- monto de acción en las sesiones terapéuticas, cuando en reali-
puestos a considerar la posibilidad de dejar la terapia o termi- dad es un artificio para mantener el statu quo.
nar con su matrimonio. El problema más profundo de esta
pareja resultó ser un temor intenso de Monica de que Jerry
no la amara, y un resentimiento de Jerry por haberlo Monica
SUGERENCIAS
«atrapado» en matrimonio con un embarazo no planificado.
El problema de su matrimonio forzado nunca había sido dis- Ir al grano. Si la cuestión soterrada parece evidente o si
cutido~ porque Monica temía lo que pudiera escuchar de Jerry, el terapeuta tiene una hipótesis razonable que le diga en qué
y Jerry temía que su resentimiento pudiera destruir a Monica. puede consistir, es a veces posible atravesar directamente la
Las· discusiones constantes sobre la división de tareas eran ino- barrera de los ataques constantes. El terapeuta puede simple-
fensivas porque no les preocupaba realmente qué hacía cada mente afirmar: «Me parece que en realidad estamos discu-
uno. Daban escape a la ira y eran una excusa para justificar tiendo sobre su terror de que este matrimonio haya llegado
la distancia que existía entre ellos y que no sabían cómo a sü término». Si el terapeuta está dispuesto a ser tan contun-
romper: dente siempre que haya seudo hostilidad, existe al menos un
También: en familias bigeneracionales son comunes estas cincuenta por ciento de_ probabilidades de que .esta técnica dé
pautas de seudo hostilidad. Por ejemplo, Jim y Beth trajeron resultado y la terapia avance hasta un nivel más productivo.
a sus tres hijos con la queja de que eran ingobernables. Mike, Si no da resultado,' poco se habrá perdido, porque la familia
de dieciocho ai'ios, vivía ebrio; Jason, de trece, había hurtado negará o ignorará la intervención del terapeuta y simplemente
dinero en la escuela y lo descubrieron; y Jane, de once, no · retornará a sus discusiones sobre temas triviales.
podía llevarse bien con ninguno de sus hermanos. Ambos pa-
dres discutierQn acaloradamente primero con uno y después Redefinir la hostilidad como amor. Otra forma de poner
con otro de los hijos, para debatir enseguida entre ellos sobre coto a la comunicación· seudo hostil improductiva entre_ los
cuál de los dos era el padre más inepto. Jim acusó a Beth miembros de la familia, en particular entre marido y mujer,
de malcriar a Mike, enrostrándole que era su <<preferido»; y es redefinida como su forma de hacer el amor. El terapeuta
Beth acusó a Jim de dar un mal ejemplo a sus hijos al fumar puede seiialar que el amor y la pelea son, en esencia, la mis-
marihuana delante de ellos. Esto siguió así sesión tras sesión, ma cosa, puesto que ambos son formas de mantener la inten-
junto con regulares informes sobre peleas caóticas de la se- sidad de una relación. Comentarios como: «El no estaría tan
mana entre Jim y Mike o entre Jim y Jason. En este caso preocupado por su conducta si usted no le importara», o «Ella
particular, los esfuerzos del terapeuta para penetrar a través no iría tan lejos en su provocación si no lo amara profunda-
de la hostilidad fracasaron y la familia finalmente logró un mente», pueden ser útiles. Estos comentarios a menudo al-
grado mínimo de paz cuando envió a Mike y a Jason como canzan para que las personas cejen en su implacable discu-
pupilos a un colegio. El terapeuta les advirtió que esta no era sión, porque quitan fuerza a los ataques. ¿Qué valor tiene
una solución de largo plazo y propuso que Jim y Beth concu- una observación verdaderamente desagradable si hace que el
rrieran sin los hijos. Ellos porfiaron alegremente en que esta- otro se sienta más querido? ¿Cuánto ofenderá una observa-
rían bien con una sola hija más o menos tranquila de la cual ción desagradable si puede ser la forma en que un esposo de-
preocuparse. Sólo cuando Jim de repente pidió la separación, muestra su interés?

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tar y que el terapeuta lo interrumpirá. Para que esta técnica ·
Una vez sentada esa idea, el terapeuta puede redefinir la
dé resultado es preciso interrumpir repetidas veces y estar có-
actividad como afecto siempre que ocurran brotes repentinos modo en el rol de «reprensor». Es frecuente que estas fami-
de seudo hostilidad en el trascurso del tratamiento; dirá, por lias no quieran asumir la responsabilidad de sus propias afir-
ejemplo: «Nuevamente están haciendo el amor. ¿Qué puede maciones. Cuando finalmente lo hacen, la sesión se pone más
estar pasando que provoque esta necesidad de ser tan afec-
tranquila y más intensa en la medida en que los miembros
tuosos ahora?». Y más avanzada la terapia, los miembros de de la familia están ocupados en resolver cómo hablarse mu-
la familia pueden ser ayudados a expresar amor y la necesi-
dad de distancia de un modo más directo. tuamente en una forma poco habitual.

Establecer una cláusula de no intensificación. Una norma


Redefinir la hostilidad como una maniobra de distancia- común en familias seudo hostiles (y en las que juegan el juego
miento. Es cierto, sin lugar a dudas, que algunas personas de las acusaciones) es que un miembro ataque a otro, el cual,
necesitan más espacio psicológico que .otras o tienen mayores a su vez, inmediatamente incrementa el nivel de ataque y
. dificultades para tolerar la cercanía. Los miembros de la fa. aumenta el.volumen. A esto, el primer miembro responde de
milia,,que sienten que deberían mantenerse cercanos entre ellos, manera recíproca o, lo que es más frecuente, un tercer miem-
o que sienten que, al menos, deberían desear la cercanía, a bro se une a uno de ellos o enfrenta a· ambos, intensificando
veces no respetan sus propias necesidades de distancia. Estos aún más el conflicto .. Por ejemplo, June, de diecisiete af\os,
individuos suelen obtener distancia psicológica a través de la ·había sido hospitalizada porque atacó a su madre con un cu- .
seudo hostilidad, en lugar de-enfrentar el hecho de que la dis- chillo. Cuando se instituyó terapia familiar, dio comienzo.una
tancia es, a veces, realmente deseable. Algunas familias pue- reunión familiar típica. June acusó a Cheryl, su hermana me-
den aprender a aceptar que todos los. miembros necesitan cierta nor, del «crimen» de no cumplir con su turno de lavar la vaji-
distancia en ocasiones, y q~e esto resulta menos penoso para lla; Cheryl levantó entonces la voz para defenderse y acusar
todos los interesados si aprenden a reconocer las señales de a June de haberle quitado la radio. Las dos hermanas discu-
estas necesidades y encontrar formas menos perturbadoras de tieron durante lvarios minutos hasta que su madre comenzó
lograr o conceder el espacio requerido.
a gritarles lo imposible que eran ambas.
Llegar hasta los problemas y sentimientos subterráneos o
Insistir en la posición «yo». Los miembros de la mayoría resolverlos es imposible cuando este tipo de secuencia opera
de las familias seudo hostiles se comunican entre sí a través en un volumen máximo. Para interrumpir el círculo, se puede
de un constante flujo de acusaciones y desacuerdos que sir- imponer una «cláusula de no intensificación», es decir. inten-
ven para mantener la distancia entre ellos y oscurecer los ver- tar que todos los miembros de la familia se comprometan al
daderos problemas. Pedir que cada persona comience sus fra- comienzo de la sesión a no intensificar el conflicto cuando
ses con las palabras «Yo pienso» o «Yo siento» puede reducir este aparezca. Los terapeutas deben luego vigilar la sesión e
el intercambio de acusaciones y los malentendidos sobre las interrumpir toda pelea incipiente antes que se desarrolle y con-
motivaciones mutuas y permitir que emerjan las posiciones trolar el. nivel de ansiedad de manera que los miembros de
individuales diferenciadas. El terapeuta puede destacar la im- la familia no estén temerosos de lo que pueda suceder si nadie
portancia de mantener estas posiciones diferenciadas y al mis- grita. Si controla con rigor las discusiones familiares, el tera-
mo tiempo atribuir gran importancia a la cuestión que emer- peuta podrá hacer valer su norma de que cada problema que
ge y a la fuerza y la capacidad nacientes de los miembros de se plantea debe ser resuelto antes que se aborde uno nuevo.
la familia para enfrentarla de un modo más directo. Aquí va-
le una advertencia .. Muchas familias obedecerán en la letra
esta ley pero sin recoger su intención. Adoptarán un «Yo creo
que tú . .. » y continuarán el ataque. Es útil aclararles antici-
padamente que con ello no lograrán nada, que se lo debe evi~

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Problema 7. El juego de la acusación: un ejercicio
periódico en el establecimiento de· la causalidad lineal dices de la época en Cincinatti cuando tú ... ?», mientras que
J ohn levantó primero sus manos para indicar lo insoportable
La familia que juega el juego de la acusación presenta que era ella y lo inútil que era responderle, y después, apenas
características similares a la familia seudo hostil. Difiere en ella se tomó una· pausa para respirar, hizo aparecer al verda-
que el propósito manifiesto de las discusiones implacables no dero criminal: «¡Pero tú te pasas hablando con tu madre!».
es sólo tapar dificultades con la intimidad o cuestiones subte- Esta interacción se presentaba en el trascurso de la terapia
rráneas más profundas, sino establecer quién es el culpable siempre que tocaban temas sensibles como el dinero, el padre
de los problemas familiares. La etiología es todo. La familia de él, la madre de ella, la necesidad de distancia de él o el
actúa como si sus miembros realmente creyeran que determi- humor de ella. Como es característico en los casos de familias
nar «quién fue el primero» haría que el problema dejara de que juegan el juego de la acusación, las intervenciones que
serlo o, al menos, que una sola persona se hiciera cargo de a continuación sugerimos tal vez se deban repetir varias veces
él en tanto los demás «se lavarían las manos». Estas familias durante el curso de la terapia para que sean efectivas.
o parejas pueden quedarse fijadas en un proceso interaccio-
na! tepetitivo centrado en quién ha perjudicado· más a quién
a lo largo de los años de matrimonio y del ciclo vital de la SUGERENCIAS
familia. Esta pauta autoinvalidante puede parecer indestruc-
tible. Cada persona encauza sus comunicaciones de manera Sugerir que la búsqueda del culpable no ayudará. Esta sim~
de ganar puntaje como si hubiera un tablero de resultados ple intervención de sentido común suele ser omitida en favor
imaginarios en el cielo donde se pudiera verificar algún día, de respuestas más brillantes y, sin embargo, da resultado en
quién fue el culpal:,le. La acusación connota siempre; «Si no un gran porcentaje de casos en que esta pauta es de una dura~
fuera por ti no estaríamos metidos en este lío», y por exten- ción relativamente breve. La mayoría de las personas saben
sión: «Este lío sólo mejorará cuando tú cambies tu conducta que inculparse mutuamente no ayuda, pero se encuentran atra-
o actitud». padas en una lucha que no comprenden. Sienten que es la única
El juego de la acusación tiende a ocurrir sobre todo entre manera que conocen de explicar el embrollo en que están me-
parejas, aunque se puede observar a adolescentes y a sus pa- tidas. Desesperan de todo cambio pero creen que determinar
dres que se alistan para pelear de esta manera. Pero partici- quién es el culpable al menos dejará algo perfectamente en
pen es~osos o gene.raciones, las partes involucradas tienden claro. Necesitan de alguien que tenga autoridad y les ofrezca
a intercambiar acusaciones de manera continua. Por ejemplo, una manera de salvar la cara para detener un proceso inútil,
John y Judy, una joven pareja que frisaba los treinta años, y son capaces de responderle. El terapeuta puede decir sim-
presentaron una serie de problemas conyugales. Se.habían ca- plemente y repetidas veces: «En realidad no ayudará saber
sado enseguida de terminar el colegio y habían tenido una re- quién fue el primero, la cuestión es qué haremos para que
lación idílica. Ahora, ocho ados después, ambos estaban pen- la situación mejore ahora».
sando en el divorcio. John intentó explicar de un modo teóri-
co a la terapeuta qué estaba pasando en su opinión con su Usar la lógica para establecer qué pasaría si se probara
matrimonio. Judy perdió la paciencia e interrumpió para de- la culpa. Si la primera sugerencia no da resultado, el terapeu-
cir que el problema era que John se mostraba totalmente in- ta puede proponer que la familia converse acerca de qué pa-
sensible a-sus necesidades y comenzó a ejemplificar su falta saría si al fin determinaran quién es el culpable o, al menos,
de consideración. John respondió con un ejemplo de una pe- el principal culpable de los problemas familiares. ¿En qué re-
rrada de ella, tan grande que pudiera inspirar hasta en un santo mediaría esto la situación'? También en este caso hay que es-
esa alegada falta de sensibilidad. La batalla había comenza- tar dispuesto a persistir y a repetir las preguntas. La mayoría
do. Judy se vengó con una maniobra al estilo de «¿Y qué me de las personas tienen una o dos respuestas simples, como:
«Todo estaría bien si él sencillamente admitiera que se equi-

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vocó». El terapeuta debe poner en duda esos comentarios con
otros como: «¿En qué medida eso contribuiría a que todo es- venga a la situación. Los terapeutas pueden solicitar a esa per-
tuviera bien?». La mayoría de las personas se ven finalmente sona que sea la iniciadora del cambio de la familia y hacer
una sugerencia específica respecto de lo que deberia hacer pa-
forzadas a admitir que el establecimiento de la causalidad no
tiene sentido o, lo que es peor, puede llevar a que los miem- ra iniciar el cambio. Cuando lo propone, el terapeuta estará
dispuesto a admitir que esto puede no ser justo, pero en cam- ·
bros de la familia tomen una. decisión que desean evitar, por
ejemplo, la disolución de la familia como unidad. . bio será eficaz. Por ejemplo, en el caso de John y Judy, John
babia mostrado rigidez al no modificar en nada su conducta
en respuesta a los comentarios que la terapeuta había hecho
Usar una metáfora. Las metáforas se prestan para salvar
durante un periodo de varias semanas. Por otro lado, se pre-
la cara en la medida en que a menudo proporcionan a la gen-
sentaron algunos episodios históricos que indicaban que él era
te un vehículo para cambiar sin tener que admitir que se han
el miembro más sensible. La terapeuta sugirió a Judy que ella
equivocado o que sus modos de relacionarse no han funcio-
tendría que cambiar antes que John pudiera hacerlo. y que
nado. En este caso, una metáfora corno «el gran tablero de
resultados que hay en el cielo», utilizada con un toque de hu- te~ía que erradicar todo rastro de «arrogancia» en su voz,
que tanto molestaba a John. La terapeuta babia observado
mor, puede a veces ayudar a los miembros de la familia a
que John se ponía tenso siempre que Judy utilizaba un tono
renunciar a este tipo de preocupación por la culpa. En oca-
determinado. Ella lo calificó de «arrogante», que parecía pre-
siones hace falta una metáfora más fuerte. Por ejemplo, se
ferible al calificativo más apropiado de «tono de víctima».
. podría señalar que si el desacuerdo internacional provocara
Esto no sólo produjo un. cambio en ias interacciones de la
una guerra entre Rusia y los EE.UU. que resultara en un ho-
pareja, sino también un esfuerzo por parte de John para res-
locausto nuclear mundial, prolongados debates tal vez llega-
ponder con un movimiento recíproco de su parte, en este ca-
ran a determinar por fin quién fue el primero o quién es el
·so, una promesa de no quejarse acerca de las conversaciones
culpable, pero entretanto la mayoría de nosotros habría muer-
telefónicas de Judy con su madre. Esta fue, por supuesto, só-
to. El terapeuta podría incluso agregar: «Lo mismo vale para
lo la primera de muchas intervenciones en la pauta de perma-
sus relaciones familiares. Aun si pudiéramos ha!lar el origen
nente acusación mutua de esta pareja. No obstante, lograron
del problema, tal vez fuera demasiado tarde para que eso ayu-
finalmente relacionarse con menos agresión y más afecto.
dara». Por cierto, este es un ejemplo bastante extremo, pero
a veces la conmoción que provocan tales metáforas resulta Cuestionar al acusador. Una técnica tomada de un taller
muy útil cuando las personas están tan envueltas en la batalla
que han perdido de vista el costo. de Jay Haley y adaptada parece útil para desequilibrar un sis-
tema de acusación de un modo constructivo. El terapeuta eli-
ge una pregunta que formula a un miembro de la familia a
Reencauzar la energfa competitiva. El juego de la acusa-
lo largo de una sesión entera. Cualquier intento por cambiar
ción es generalmente llevado a cabo con un gran. monto de
el tema es saboteado enseguida por el terapeuta, que vuelve
espíritu competitivo. Hace falta tener ánimo y resistenci~ __pa- ·
a la pregunta inicial. Cuando los esposos están ocupados en
ra llevar adelante este juego. Por eso las personas que partici-
acusarse mutuamente, hacer foco sobre una sola pregunta pa-
pan en él son a menudo capaces de producir un cambio rápi- rece servir al menos a dos propósitos: desequilibrar el sistema
do si es posible desviar su energía competitiva de la búsqueda al poner el énfasis en la conducta de un miembro y sacar al
de la causalidad a un terreno más positivo. Empleando su me- terapeuta de la posición de mediador en ·1a negociación de la
jor juicio para apreciar qué miembro es el más capaz de cam- pelea familiar. El ejemplo siguiente ilustra uno de los usos
biar, evaluando quién ha mostrado menos rigidez en las acu- de esta técnica tan poderosa. Tras veinticuatro años de matri-
saciones o quién ha sido menos defensivo, los terapeutas pue- monio, Milton y Agnes tenían una pauta consistente en que
den definir a esa persona como «el más fuerte» o «el más Milton hacía permanentes y dolorosos intentos de agradar a
capaz de cambiar» o «el más preparado», según lo que con- Agnes, quien de manera invariable respondía quejándose y

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culpándolo de todas sus dificultades. Años de terapia con una a sí misma «¿Por qué a él'?», lo que restaba fuerza al ataque
docena de terapeutas, por lo menos, habían sido infructuosos o la volvía más receptiva a los límites que le impusiera el ma-
para lograr siquiera una mínima modificación de esta pauta rido. En cualquiera de los casos, este pequeño cambio fue el
básica y sólo habían servido para estimular variaciones crea- comienzo de una serie de cambios que en forma gradual aun-
tivas adicionales a sus ternas originales de acusación y marti- que notable mejoraron la relación.
rio. Esta terapeuta supo que estaba metida en el sistema cuando
se dio cuenta de que estaba más interesada en el cambio que
la misma pareja. Agnes acusaba a Milton de ser blando, pasi- Problema 8. El chivo expiatorio
vo y poco hombre. Alegaba que si él cambiara, habría una
posibilidad para el matrimonio y los niños serían felices. Mil- El fenómeno _del chivo expiatorio es similar en su presen-
ton acusaba a Agnes de no estar nunca satisfecha, hiciese él tación a la seudo hostilidad y al juego de la acusación. Supo-
lo que hiciese por ella. En su opinión, ella era irracional o ne hacer foco permanente sobre un miembro en tanto fuente
enferma mental. En ocasiones, ambos acusaban a sus tera- y lugar de todos los problemas familiares. Como resistencia,
pe4tas anteriores por no haberlos ayudado. Cuando la pareja se lo puede distinguir de una simple propensión a situar el
llegó a la sesión en la que se iba a usar esta técnica de la problema en un miembro por la manera en que los demás in-
«pregunta única», comenzó relatando un incidente en que la sisten en la idea de que aquel es el responsable de todos los
mujer había atacado al marido porque su hija de catorce años problemas familiares y por la ferocidad emocional.que ponen
había arrojado al inodoro un paño intimo y había bloqueado en defender este punto de vista. Nuevamente, el verdadero
la cañería. La pregunta que eligió formular la terapeuta fue: sentido y la verdadera fuerza de cualquier resistencia sólo pue~
«¿Por qué atacarlo a él?». No importa qué respuesta diera den ser apreciados por la respuesta de la familia a las inter-
Agries, la pregunta era la misma: «Está bien, pero, ¿por qué venciones del terapeuta. Las familias en que hay un chivo ex-
atacarlo a él?». Toda vez que ella trataba de cambiar de te- piatorio real no se mueven fácilmente de esta posición y con
ma, volvía a plantearse la pregunta: «Eso es muy interesante, frecuencia regresan a ella a lo largo del tratamiento.
· pero, ¿en qué se relaciona con el motivo para atacarlo a él?». Cuand,o se evalúa el sentido de la existencia de un chivo
Cuando aparecían otros ternas, la terapeuta decía: «Está bien, expiatorio es preciso tomar en consideración el grado de psi-
pero todavía quedo sin saber por qué usted lo ataca a él». copatologia o, al menos, los indicios conductales de psicopa-
La importancia de esta pregunta fue repetidamente realzada tologia del paciente individualizado. Si una persona severa-
y ninguna respuesta se consideró suficiente. Cuando terminó mente perturbada crea tensión con una amenaza de violencia,
la sesión, se encargó a la pareja la tarea de pensar «¿Por qué aunque esta parezca más manipulación que realidad, carecerá
a él?» durante la semana. Cuando volvieron a la semana si- de sentido decir que la familia se resiste al cambio por la vía
guiente, las cosas habían mejorado levemente por primera vez de utilizar al paciente individualizado como chivo expiatorio.
en veinticuatro años. Milton había puesto algunos límites a Hay que hacer algo en relación con la conducta del paciente
los sermones de su mujer y Agnes había respondido cocinan- antes que la familia pueda siquiera comenzar a considerar la
do varias de sus comidas favoritas. posibilidad de un cambio en la forma en que lo tratan.·
No está claro por qué esta técnica tiene ese poder. En este Lo más importante para recordar en relación con este te-
caso, pudo suceder que el poder de la terapeuta reforzara el ma es que la victima participa de su propio martirio, sea por-
poder de Milton para imponerse desde el momento en que que provoque activamente los ataques de los demás miem-
ella cuestionó implícitamente la legitimidad de los ataques de bros o porque los induzca pasivamente al negarse a hacer al-
Agnes. Tal vez la formulación repetida de la pregunta intro- go para ayudarse a si mismo. Todo esfuerzo del terapeuta para
dujo en Agnes alguna demora cognitiva entre el estímulo de rescatar a la víctima será resistido por esta y por el resto de
algo que funciona mal y la respuesta a acusar a Milton. Cuan- la familia. En cualquier caso, es aconsejable abstenerse de in-
do estaba a punto de «atacar», probablemente se preguntara tentos directos de «rescatar» a la víctima. Esto no haría más

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284
que enajenar al terapeuta de los miembros más poderosos de
la familia; y si estos no vuelven a la terapia, no se podrá ayu- enfoque es particularmente útil con familias que tienen miem-
dar ni a la víctima ni a la familia. ·
bros muy enfermos o en familias eón adolescentes o niños
con exoactuaciones severas.
SUGERENCIAS
Redefinir la conducta del paciente como algo positivo o
que concurre a una función importante dentro del sistema fa-
Cuestionar el control de la familia. Hay casos en que la miliar. Una redefinición positiva de la conducta del chivo ex-
conducta del paciente parece ser claramente manifestación del piatorio puede comenzar a modificar la visión unidimensio-
sistema familiar y no expresión de una patología individual. nal que la familia tiene de ella. Por ejemplo, una exoactua-
Recordemos los gestos patéticos de Jason al ingerir la sobre- ción de un niño se puede redefinir como un solícito intento
dosis o la negativa de Tanya a aprender a inyectarse la insuli- de distraer a los padres de problemas más dolorosos. Es im-
na que necesitaba para sobrevivir. En ambas familias había portante, cuando se emplea esta técnica, redefinir de manera
se.f\ales de que el paciente individualizado se convertía en chi- q\ie la familia pueda aceptar el mensaje, tal vez reconociendo
vo 'expiatorio porque los demás miembros no sabían cómo simultáneamente los aspectos positivos de la personalidad
controlar esa conducta. Tanto los padres de Jason como la. exoactuada del chivo expiatorio. Braulio Montalvo muestra
madre de Tanya se sentían rebasados por la conducta de sus un ejemplo brillante de esta técnica en una videocinta de la
hijos. En· ambos casos, las terapeutas optaron por ayudar a Philadelphia Child Guidance Clinic titulado The /ami/y with
la familia a controlar el comportamiento sugiriendo métodos a little Jire. En una familia uniparental con una niña piroma-
es-peeíficos eon-fos--q-ue-pudieran forzar-al paciente a ejercitar níaca, él no sólo compromete a la madre en la tarea de
algún autocontrol.
enseñar a su hija a encender fósforos con cuidado, sino que
En otras familias parece claro que los miembros poseen refuerza las habilidades de lectura de la niña diciendo a la
la habilidad necesaria para controlar la conducta de que se madre: «Usted debe de haber hecho mucho en favor de ella»,
quejan, pero por alguna razón no pueden aplicarla. Este es con lo cual reconocía las cualidades positivas existentes en la
en particular el caso de muchas familias con adolescentes per- nii'ta.
turbados. Si bien estos realmente pueden sufrir de incapaci- Con términos más estratégicos, la conducta negativa de
tantes sentimientos de depresión, de incompetencia personal, un miembro se puede redefinir como un sacrificio hecho en
y de falta de autoestima, es frecuente que el sistema familiar bien .de la familia como un todo o en bien de otros miembros_
se deje manipular por el miembro sintomático. En lugar de si, verdaderámente, es esa la función que.parece cumplir. La
poner un límite a las conductas irracionales del paciente y alen- familia Reiss se presentó con Ira, un hijo de veintiséis años
tarlo a hacerse responsable de sus sentimientos y su conduc- que constantemente amenazaba con suicidarse y mantenía al
ta, los miembros de la familia responden dejándose manipu- hogar en un alboroto permanente con sus exoactuaciones hos-
lar y poniéndose luego agresivos o sobreprotectores, o ambas tiles. Hacía varios ai'tos que había abandonado una promiso-
cosas. Comoquiera que ello sea, el nivel de afecto general- ria carrera artística y cualquier intento de vida independiente
mente tapa tanto los demás problemas familiares como los o de trato social. Sus padres hacían de todo por él, incluso
lados fuertes y los recursos que la familia pueda tener. Si ale- llevarlo de terapeuta en terapeuta, todos los cuales demostra-
ja el foco del miembro problema e interviene de manera de ron ser incapaces de influir sobre su conducta. Una evalua-
ayudar a los miembros de la familia a establecer un control ción de la familia reveló serias dificultades conyugales subte-
sobre esas conductas que los trastornan, el terapeuta gana as- rráneas y una profunda tristeza del padre. En realidad,·e1 único
cendiente y aminora los niveles de afecto hasta el punto en momento en que el señor Reiss no estaba deprimido era cuan-
que la energía familiar se pueda utilizar más positivamente. do se enojaba con su hijo. No obstante, ambos padres .hacían
Como resultado, cede el fenómeno del chivo expiatorio. Este foco sólo sobre la conducta de Ira y sostenían que si esta se
modificaba, todo andaría bien. El terapeuta reencuadró la con-

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ducta de Ira con arreglo a la función que cumplía dentro de que alientan esas expectativas no realistas ni siquiera son con-
la familia. Ira, dijo, era un joven extremadamente sensible cientes de que tienen expectativas y, mucho menos, de que
que de alguna manera había determinado que la familia se pudieran ser utópicas. Si un miembro parece paralizado para
sentiría dai'lada o dolorida si él se iba. Entonces, había opta- aceptar ofrecimientos de compromiso razonables de los de-
do por sacrificarse en bien de la familia sabiendo que, si no más miembros, puede ser útil averiguar lo que piensa acerca
lo hacía, sus padres sufrirían enormemente. Así perdieron po- del monto esperable de conflicto en una familia normaJ, para
tencia la hostilidad de Ira y la reacción extrema de sus pa- ver si sus ideas son realistas, o preguntarle qué tipo de familia
dres. En el lapso de una semana, Ira había encontrado un preferiría, para ver cuáles son sus fantasías y cuáles p9drían
trabajo por primera vez en muchos ai'los. ser sus ideales.

El cisne moribundo. La técnica del cisne moribundo es sim-


plemente una versión diferente de una intervención paradóji- SUGERENCIAS
ca, utilizada con frecuencia, en que el terapeuta se rinde ele-
gantemente ante las resistencias de la familia y admite su de- Educación. Algunas familias necesitan la ayuda del tera-
rrota. A veces un punto muerto se resuelve forzando a la peuta en un pequeno examen de realidad para determinar qué
familia a elegir entre la derrota del terapeuta -y, por lo tan- es razonable esperar de la vida familiar y de las relaciones
to, la finalización de la terapia- y el abandono de su resis- íntimas. No hace falta llevarlo a cabo de una manera tediosa
tencia. En esta intervención, el terapeuta admite que el pa- por medio de lecturas o de largas explicaciones. Comentarios
ciente individualizado es como la familia dice: «malo», «sin informales del terapeuta pueden ser muy instructivos. Frente
remedio» a lo que fuere. Indica que él tampoco encuentra una a una pareja perturbada por un conflicto conyugal, el tera-
solución al problema y admite, en esencia, que ha sido derro- peuta podría decir: «La mayoría de las parejas suelen tener
tado por la magnitud y la tenacidad del problema familiar. conflictos; es una parte normal de la vida conyugal. ¿Qué es
Muchas familias tratan entonces instintivamente de rescatar lo particularmente molesto de este conflicto?». Frente a pa-
al terapeuta de su derrota e intentan demostrar que su proble- dres que están preocupados por sus hijos que han alcanzado
ma no es insoluble. Repentinamente se completan las tareas una edad en la que comienzan a poner a prueba los límites,
para la casa antes asignadas y no cumplidas, y las que eran podría decir~ «Es tarea de los padres fijar límites, es. tarea
difíciles se perciben más hacederas. La negativa obstinada a de los hijos ponerlos a prueba. Ellos deben aprender s.tmple-
apartarse del tema del rnal comportamiento del paciente deja mente qué es aceptable y qué no lo es en la vida; no significa
lugar a iniciativas sobre lo que podrían hacer para mejorar que no los amen, sino que son normales».
su propia situación. Esta intervención conviene como recurso
extremo, después de que todas las demás fracasaron, y no es Confrontación masiva. En ocasiones, los miembros de la
aconsejable en el caso de familias con pacientes severamente familia se aferran tanto a sus ideales que se asemejan a las
perturbados, salvo que ya se hayan hecho todos los intentos familias seudo mutuales antes descritas. Alice O'Brien desea-
de combatir la desesperanza. ba fervientemente criar hijos perfectos. Cuando llegaron a la
adolescencia, su rebeldía y su desalii'io normales le parecieron
un problema serio. Los trajo a una clínica psiquiátrica para
Problema 9. Expectativas utópicas que los «compusieran». Tuvo grandes dificultades para acep-
tar que era imposible mantener la limpieza y la armonía per-
Si bien las expectativas irrealizables o utópicas no consti- fectas en el hogar. Su esposo, Joe, no hacía demasiado para
tuyen resistencias por sí mismas, pueden desempei'lar ese pa- ayudarla a apreciar la realidad y tendía a enfrascarse en su
pel si impiden a la familia ver alternativas reales y aceptar trabajo de carpintería cuando aparecían los conflictos entre
las posibles en lugar de las ideales. La mayoría de las familias sus tres hijos adolescentes. Como parte de una serie más com-

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para ella la condición de perito, puede invocar su oficio para
plicada de intervenciones, el terapeuta. confrontó repetidas ve- infundir esperanza. Dirá: «Este es un problema muy ·serio y
ces a Atice con la normalidad de sus hijos, con la necesidad comprendo que estén tan desalentados, pero ustedes han tra-
evolutiva de estos de ejercer algún control sobre sus límites bajado duro. He tratado a muchas familias con este proble-
y con la probabilidad de que produjeran rebeliones mucho ma y si bien ha requerido mucho trabajo por parte de sus
más serias si no establecían su independencia en esos peque- miembros, puedo prometerles que las cosas mejorarán pron-
ños aspectos. to». Si la falta de esperanza se presenta en estadios posterio-
res de la terapia, el terapeuta puede señalar que las cosas a
menudo parecen peores justo antes de empezar a mejorar real-
Problema 10. Desesperanza mente, lo cual en efecto sucede.
El problema opuesto al de las expectativas irracionales es
El cisne vuelve a morir. Las familias desesperanzadas se
el de la carencia total de expectativas. En estas familias, los asemejan mucho a las que mantienen un foco rígido sobre
miembros no pueden cambiar, en parte por su pesimismo en
el paciente individualizado. De hecho, una señal de desespe-
relación con la posibilidad de lograrlo. Su genuina falta de
ranza es la incapacidad de ver el problema desde otra óptica
fe en la vida y en la terapia les quita hasta la posibilidad de
salir adelante. Consideran que, incluso si las cosas cambian, o de ampliar el foco. Si la situación no es verdaderamente
no seria para mejor. Señalarles su omisión en el cumplimien- insoluble sino que más bien la desesperanza parece cumplir
to de tareas o en seguir sugerencias reditúa poco, excepto una alguna función en el sistema, por ejemplo, impedir que las
mayor depresión, ira o la amonestación de que el terapeuta personas utilicen sus recursos para afrontar sus problemas,
puede ser útil aceptar esa desesperanza. El terapeuta puede
simplemente no entiende.
decir: «Ustedes tienen buenas razones para estar deprimidos».
Los Stein eran una familia de clase media con un hijo que
era jugador crónico y que ya había perdido un trabajo por ·
SUGERENCIAS
hurtar en el negocio en que estaba empleado. También había
Escucharlos hasta el final. A veces, el motivo por el cual defraudado a su propia familia libran!io cheques falsos con-
las familias no tienen esperanzas en la posibilidad del cambio tra la cuenta de sus padres. A pesar de los esfuerzos de la
en las fases intermedias de la terapia es que no ha habido buena terapeuta para lograr que los padres fijaran límites a esas :con-
coparticipación al comienzo. Si el terapeuta no ha escuchado ductas, ellos estaban atrapados en una maraña de des~spe-
todas las pruebas por las que han pasado, las terapias que ranza. No podían poner en práctica la sugerencia «radical»
han intentado y que han sido un fracaso, es probable que los de la terapeuta que consistía en solicitar a David que asumie-
miembros de la familia sientan que él no comprende verdade- ra la responsabilidad de su conducta. La terapeuta aceptó final-
ramente la severidad de su problema. Por ello, cuando el te- mente la idea de ellos de que la situación era insoluble, de
rapeuta los tranquiliza les suena falso y poco confiable; las que como buenos padres no podían acusar a su hijo o, para
tareas asignadas les parecen inalcanzables. En tales casos con- el caso, negarse a pagar los cheques falsos que él había libra-
viene hacer una revisión de aquello por lo que han pasado, do y dejar que los negocios que los habían aceptado empren-
incluyendo un examen cuidadoso de todos los anteriores in- dieran acciones legales. La terapeuta apeló a asentir ante sus
tentos de cambio. Esta revisión también ayudará al terapeuta declaraciones de este tenor: «Déjeme contarle lo terrible que.
a elaborar una estrategia que sea de alguna manera diferente es esto», y se disculpó por no ser capaz de ayudarlos, agre-
de las aplicadas en el pasado. gando que era penoso que David debiera meterse .en proble-
mas aún mayores antes de reaccionar. La terapeuta fue tam-
Infundirles esperanza. Si el terapeuta ha escuchado los de- bién vaga en cuanto a fijar fecha para otra reunión, diciéndo-
talles de los problemas de una familia y ha pasado a ocupar les que se comunicaran con ella «más adelante». La señora

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mantener al padre ·fuera de la vida familiar y, a veces, para
Stein llamó pocas semanas después para decir que tras descu- mantener también al terapeuta al margen. La madre no reve-
brir que David no había asistido a un encuentro de Jugadores la al padre o al terapeuta los problemas de conducta del nii'io
Anónimos al que había prometido ir, ella había accedido a porque cree que obtendrá una respuesta negativa. Otros miem-
la sugerencia de su marido de que lo echaran de la casa. El bros de la familia retienen información sobre antecedentes psi-
padre de David confiscó su llave y le entregó sólo un pequeño quiátricos o conductas que consideran socialmente inacepta-
bolso con ropa. David, por supuesto, encontró refugio ense- bles, por ejemplo, maltrato infligido a los hijos o a la esposa.
guida en casa de sus abuelos, pero sus padres fu_eron capaces El terapeuta en general sospechará que se le escamotea infor-
de insistir en que no se le daría entrada en la casa antes que mación cuando no se producen cambios a despecho de sus
encontrara un trabajo, asistiera a Jugadores Anónimos ·y de- intervenciones. La intervención apropiada frente a la existen-
volviera todo el dinero de sus cheques falsos. Sería lindo po- cia de secretos dependerá de la función del secreto en la fami-
der informar que David dejó el juego. No lo hizo, pero sus lia y del modo en que esta, o uno de sus miembros, lo utilice
padres recuperaron un sentimiento de control y autoestima con\ el terapeuta.
y é~ dejó de robarles. Por ejemplo, si el secreto es una relación extramatrirno-
nial y~ terminada, puede o no ser importante pedir al miem-
bro correspondiente que comparta la información con su pa-
Problema 11. Privacidad familiar, secretos familiares, reja. La terapia familiar no requiere que los miembros' de la
retención de información familia renuncien a sus derechos de privacidad en todas las
áreas de su vida por el solo hecho de haber escogido trata-
Los secretos familiares constituyen resistencias en terapia miento familiar. Las confesiones acerca de relaciones extra-
familiar cuando caen en una de las cuatro categorías siguien- matrimoniales pueden causar más problemas de los que re-
. tes: los miembros de la familia guardan secretos unos de otros, suelven y llevar a que se haga foco sobre ellas, desviando la
que impiden el uso libre y franco de las sesiones de terapia; atención del matrimonio. Si, por el contrario, la relación ex-
los guardan tales que tratan de compartirlos con el terapeuta tramatrimonial está en proceso, en general es importante que ·
sin comunicárselos entre ellos; guardan secretos que compar- se rompa o se revele porque de lo contrario quitará energías
ten entre ellos pero no con el terapeuta, o temen que este pue- al compromiso de ese miembro en el trabajo de terapia y p_on-
da revelar a otros sus secretos. drá al terapeuta en situación de tener que aliarse con un miem-
Muchas familias son muy sensibles en el tema de la priva- bro en contra de otro. De esta manera, funcionará conió un
cidad familiar y sienten que no deben «sacar sus trapitos al obstáculo en las· sesiones y en la resolución de los problemas
sol». Esto incluye a menudo al terapeuta. La frontera de la conyugales.
familia permanece rígida y cualquier intento de atravesarla Estos problemas se· complican cuando miembros de la fa-
es visto como una traición a la integridad familiar. Algunas milia intentan comprometer al terapeuta en el.mantenimiento
familias tienen una valoración tan alta de la privacidad fami- de secretos de otros miembros, quedándose después que los
liar que no pueden hacer uso alguno de la terapia, mientras demás se fueron para contar al terapeuta algo acerca de la
que otras son simplemente ambivalentes. En cualquiera de los familia o llamándolo entre sesiones y pidiendo que no se men-
casos, la terapia es difícil. cione la llamada ni su contenido a los demás miembros. En
Los secretos pueden incluir hechos de la historia familiar, tales casos, un terapeuta puede verse atrapado en colusiones
como depresiones, enfermedades mentales o intentos de sui-
que lo aten de pies y manos ~ impidan una intervención efec-
cidio. También pueden incluir acontecimientos más actuales,
tiva o promuevan la desconfianza de otros miembros de la
como una relación extramatrimonial de uno de los miembros
familia.
o la jngestión de drogas por parte de una persona joven sin
el conocimiento de los padres. A veces, la retención de infor-
mación supone una alianza entre una ·madre y un niño para·

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SUGERENCIAS lia puede siempre volver a su estilo anterior de hacer las co-
.,
sas, pero que debería aceptar hacer lo que el terapeuta sugiere
Apoyar el valor de la privacidad. Un método de abordaje durante un periodo determinado. Por supuesto existe el ries-
del tema del excesivo cuidado por la privacidad en el caso de go de que la familia sabotee cualquier intervención de este
la familia que mantiene afuera al terapeuta es aceptar su va- tipo si su: interés está puesto en vencer al terapeuta. Si no es
lor al tiempo .que se señala la necesidad de mostrarse abiertos así, sus miembros pueden quedar gratamente sorprendidos por
en terapia para asegurar que se mantenga esa privacidad fa- los cambios producidos a partir de las sugerencias. Algunas
miliar. Por ejemplo, como lo sugiere uno de nuestros cole- personas se resisten a las intervenciones porque en verdad creen
gas, el terapeuta puede decir: «Yo estoy de acuerdo con uste- que algo no va a dar resultado o que el terapeuta simplemen-
des en que esto no debe ser declarado en público; por eso con- te no entiende su situación. A veces están en lo cierto: Saber
viene que lo tratemos enseguida, antes que la escuela, la policía que pueden volver a su modalidad anterior y que el ensayo
y otras instituciones deban intervenir ·en este proceso». no significa un compromiso les da la libertad de experimentar.
La familia Cohen era incapaz de arreglarse con su hija
'Pedirles que imaginen que han contado el secreto. Cuan- psicótica de veinticinco años. A pesar de que Phyllis era irra-
do los secretos se mantienen entre los miembros de la familia, cional, beligerante e imponía rituales extravagantes al resto
un buen método para facilitar el abordaje de los verdaderos de la familia, los padres se sentían incapaces de fijar límites
problemas (falta de confianza, miedo al rechazo, etc.) es pe- a su conducta porque ella era «enferma». Los intentos del
dir a los miembros de la familia que imaginen que han conta, terapeuta por explicarles que la joven necesitaba de una es-
do el secreto, y luego conversar sobre la reacción que espera- tructura y de un control fueron inútiles; la familia siguió per-
rían de cada uno de ellos. El terapeuta púede insistir en que mitiéndole que determinara las normas del hogar. Sus padres
el secreto en si es menos importante.que su miedo a las res- no podían creer que fuera posible que ella controlara su con-
puestas que recibirían de los ciegiás miembros. ducta o que no la perjudicarían ni la harían sentirse rechaza-
da si asumían el gobierno de la familia. Finalmente, el tera-
Evitar las colusiones y las triangulaciones. Cuando miem- peuta recurrió a elegir una conducta reprobable y les pidió
bros de la familia intentan comprometer al terapeuta para que que establecieran una regla en relación con esa conducta na-
guarde secretos de otros miembros, hay que echar a vuelo las da más que por una semana. Si al finalizar esa semana les
campanas y hacer flamear con vigor al menos una bandera parecía muy difícil, o si su hija era incapaz de atenerse a la
roja. Los terapeutas deben evitar tales pactos a toda costa. nueva regla, la terapeuta dejaría de presionarlos en ese senti-
Esto no significa que repitan cuanto escuchan de cada miem- do. Los padres optaron por establecer una regla en relación
bro, sino que· han de mantener el control sobre aquello que con la comida. Durante años, cada dos o tres días; Phyllis
se les cuenta. De lo contrario serán vulnerables a la triangula- decid.ía arbitrariamente tirar la mayor parte de la comida que
ción, a las extorsiones o a los enredos insolubles. Es preciso había en la casa con el argumento de que estaba contamina-
comunicar a aquellos miembros de la familia que desean en- da. Con mucha ansiedad, por primera vez, los padres dijeron
trevistas privadas, aun cuando estas sean breves, que si creen a Phyllis que esa conducta era inaceptable. Ella no estaba obli-
que alguna información es importante para la familia, les pe- gada a comer ningún alimento si consideraba que estaba con-
dirán que la compartan con los demás en la sesión siguiente. taminado, pero no podía decidir eso para toda la familia. Una
semana después, Phyllis no sólo había aceptado la regla, sino
que parecía contenta de que sus padres la hubieran estableci-
Tres intervenciones finales para todo momento do. Los padres estaban asombrados de que respondiera de
un modo tan positivo y concibieron nuevas esperanzas de cam-
«Inténtelo sólo por una semana». Un último recurso con- biar y mayor confianza én que tendrían la fuerza para mejo-
siste en señalar que el cambio no es ir~eversible, que la fami- rar sus vidas.

294 295
Utilizar redes (en las sesiones o a larga distancia). Cuando tán volviendo demasiado cómodas pan todos; así incluirá a
una familia está en crisis y se siente al borde del precipicio, la familia en la decisión de intentar algo nuevo. O si no, pue-
exhausta y sin recursos, a menudo resulta útil activar a su fa- de emplear una nueva técnica sin dar explicaciones, y utilizar-
milia extensa o a su red social inmediata. Esto se puede hacer la como herramienta diagnóstica que le revele la forma en que
invitando al grupo entero a una reunión o comprometiendo ha quedado atrapado en el sistema familiar. En cualquiera
a sus miembros fuera de sesión. Muchos terapeutas huyen des- de los casos, lo que importa es producir un cambio que cues-
pavoridos de la terapia de redes porque les intimida la canti- tione el statu quo, los supuestos según los cuales todos obra-
dad de personas involucradas. Pero no háce falta que toda ban y las reglas de terapia que no consiguieron promover el
la red social de una familia se presente al. mismo tiempo en cambio.
el consultorio. Por ejemplo, Kitty, una joven madre de dos
niños se volvió agudamente paranoica y psicótica y se negó
a hablar. con el terapeuta a quien consideraba participe de un
complot en contra de ella. Tenía delirios religiosos en los que Resumen
decía que teníá que purificar su casa, y arrojaba muebles y
ropa de ella y de sus hijos por la ventana, al suelo cubierto La resistencia en el trascurso de la terapia se define como
de nieve. Se convocó a una red compuesta por la madre, las el conjunto de conductas, sentimientos, pautas o estilos que
hermanas, varios vecinos, el padrastro y el verdadero padre operan para impedir el cambio. Las resistencias.. se pueden pre-
pará que la convencieran de que aceptara tratamiento. Estos sentar en diversas formas: pueden ser manifiestas o encubier-
miembros del sistema concurrieron al hospital a sesiones en tas, concientes o inconcientes, y situarse en un miembro de
que se conversaba sobre cómo podían ser útiles, u ofrecieron la familia o estar distribuidas por todo el sistema familiar.
sus servicios por teléfono. Por medio de combinaciones de En realidad, la resistencia generalmente pasa de estados ma-
parientes, el terapeuta pudo organizar el traslado de los hijos nifiestos a encubiertos y se traslada de una parte del sistema
de Kitty a casá de la abuela· y hacer retirar el revólver que a otra. Más allá de la forma que adopte, lo que importa res-
ella tenía en la casa. Si bien fue imposible convencerla de que pecto de cualquier conducta definida como resistencia es su
viniera al hospital, porque temía que la internaran contra su función de impedir el cambio. Las secuencias son la clave pa-
voluntad, se consiguió estabilizar la situación e impedir que ra comprender la función, el sentido y la fuerza de las resis-
se hiciera daño a si misma o· lastimara a los niftos. tencias, y la mejor manera de abordar!~.
Todo terapeuta debe aprender a observar las pautas y se-
Conmover el statu quo. Cuando nada racional dio resul- cuencias de conducta que rodean a una conducta determina-
tado y el terapeuta está desesperado, conviene a veces produ- da; así podrá juzgar si conviene cuestionar directamente esta,
cir un cambio, cualquier cambio, sobre todo si el terapeuta pasarla por alto o emplear otros medios para abordarla. Será
sospecha que puede haberse convertido en parte integrante de sobre todo la orientación teórica del terapeuta la que deter-
las fuerzas que mantienen el statuo quo de una familia. Aun- mine qué conductas se definirán como resistencias. ~sto es
que el terapeuta y la familia disfruten de las sesiones y por así porque la resistencia no se sitúa en la familia como tal
momentos el proceso de terapia sea interesante y divertido, sino que es producto.de la interacción entre el terapeuta y la
la terapia no será legítima si no se encamina hacia los cam- familia. (Los terapeutas orientados hacia la acción y los orien-
bios requeridos por la familia. Si se dispone de un buen con- tados hacia la comprensión definirán como resistentes con-
sultor de terapia familiar, tanto mejor. Pero si no es así, el ductas distintas.) En este capítulo hemos presentado resisten-
terapeuta puede intentar introducir un cambio en la frecuen- cias comunes que aparecen en el trascurso del tratamiento y
cia de las sesiones o una nueva estrategia de intervención que hemos sugerido intervenciones para dominarlas.
sacuda a los integrantes y ponga nuevamente la terapia en mo-
vimiento. El terapeuta puede mencionar: que las cosas· se es-·

296 297
6. Resistencias producidas por los sistemas
asistenciales

«Hemos hallado al enemigo; el enemigo somos nosotros».


Pogo.

Carlos Sluzki cuenta una historia acerca de un joven que


fue atacado por un jaguar mientras caminaba por una selva
en Latinoamérica. Se salvó en el minuto final porque le acer-
tó con un disparo de su escopeta. Contó su av.entura a un
amigo· que se agitó enormemente. «Dios mío», dijo, «¿qué
hubieras hecho si no llevabas escopeta?». El joven pensó un
momento, y respondió: «Bueno, supongo que habría sacado
mi machete y lo habría atravesado». «Sí, por supuesto», dijo
el amigo, «pero si no hubieras tenido un machete encima, ¿qué
habrías hecho?». El hombre meditó nuevamente, y replicó:
«Supongo que hubiera agarrado un gran palo y lo hubiera
golpeado». <<Está bien, pero si no hubieras tenido tiempo pa-
ra buscar un palo, ¿qué habrías.hecho?». «Bueno», re~pon-
dió el joven, «supongo que me hubiese trepado a un árbol».
«Sí, pero si no hubieras podido subirte a él o no hubiera ha-'
bido un árbol lo· suficientemente alto en ese lugar, ¿qué ha-
1'1,
brías hecho en ese caso?», le preguntó el amigo. El joven en-
tonces fue cortante: «Espera un poco. Quiero saber: ¿eres ami-
go mío o del jaguar?».
Este cuento ilustra el sentimiento de muchos terapeutas
familiares que intentan hacer terapia dentro del contexto de
un sistema asistencial. El sistema que supuestamente está pa-
ra apoyarlos, a veces parece estar más del lado del jaguar o,
en este caso, del lado de la resistencia. Por si no tuvieran bas-
tante los terapeutas con las diferentes formas de resistencia
de las familias, deben enfrentar también las resistencias suti-
les o no tan sutiles a la terapia familiar situadas en ellos mis-
mos, en las instituciones en que trabajan y en los sistemas

299
que tienen-el poder de decidir qué tipo de psicoterapia y/o
psicoterapeuta recibirá apoyo financiero. .tas, la terapeuta para pacientes internos no le dijo a la nueva
En el éapítulo 1 se sei'!.aló que la resistencia podía ser con- terapeuta que Glenna y Sylvia se habían resistido a hablar so-
si~erada una propiedad del sistema terapéutico, es decir, que bre temas problemáticos. Cuando Glenna y Silvia cicclararon
podía situarse en la familia o en sus miembros, en el terapeu- que les habían resultado muy útiles las sesiones que tuvieron
ta y/o en los sistemas en que este trabaja. Visto de esta mane- con ella, no dijo nada. Su temor era que sus dificultades para
ra, se puede considerar que la resistencia actúa de manera in- manejar a la familia se interpretaran como falta de habilidad.
teractiva, acumulativa y aun sinérgica, en la medida en que La terapeuta de pacientes externos notó algo de resistencia
la resistencia de la familia contribuye a la resistencia del tera- familiar en la sesión pero lo atribuyó a una renuencia natural
peuta, y así sucesivamente. a cambiar de terapeuta y acordó un encuentro con la familia
En el ejemplo que sigue se puede ver cómo la resistencia para la semana siguiente.
interactúa en diversos componentes del sistema terapéutico. Glenna llamó el día de la cita para anunciar que había re-
cibido una factura muy alta del hospital. Alegó que no ·sabía
Sylvia,:.una joven de dieciocho ai'!.os, fue hospitalizada des- si su seguro la cubriría y que la conversación telefónica que
pués que intentó suicidarse ingiriendo la medicación antide- había tenido con el departamento contable del hospital le ha-
presiva de su madre. La entrevista rutinaria de admisión re- bía dejado la impresión de que ella tenía que resolver el pro-
veló que Glenna, la madre de Sylvia, había sufrido depresio- blema por su cuenta. Mientras tanto, sostuvo, no podía afron-
nes a partir de su divorcio del padre de Sylvia y la institucio- tar el gasto de la terapia. Alegó que, de todas formas, latera-
nalización de su hijo por abuso de drogas. Por esa misma épo- pia era innecesaria, porque Sylvia estaba bien. La terapeuta
ca, Sylvia había terminado el secundario y había comenzado para· pacientes externos sabia que estaba frente a una resis-
estudios terciarios en uno de los campus rurales de la univer- tencia normal a cambiar de terapeuta, .que probablemente fue-
sidad estatal, donde había tenido un buen desempef\o y don- ra superable. También sabía que podía· intervenir ante el de-
de había salido por primera vez con un muchacho. A medida. partamento contable en favor de Glenna o fundamentar la .
que avanzaba el prirner semestre, la madre de Sylvia, tal vez importancia de la terapia de convalecencia, pero no lo hizo.
sintiéndose menos deprimida y menos preocupada por sí mis- Estaba excedida de pacientes y la irritaba tener que tratar con
ma, comenzó a enviar una serie de mensajes sutiles a su hija el departamento contable que parecía cometer permanente-
en los que le sef\alaba que deseaba que viniera. Sylvia se em- mente errores de facturación en los casos de terapia familiar.
pezó a retraer y deprimir y por fin regresó al hogar apenas Respondió a Glenna que le alegraba que las cosas anduvieran
acabó el semestre. Casi enseguida tomó la medicación de la tan bien y que la llamara si cambiaba de opinión acerca de ·
madre. La unidad de internación en la que Sylvia ingresó hi- la terapia.
zo foco tanto sobre los aspectos bioquímicos potenciales de
su depresión como sobre el influjo potencial de los problemas En este ejemplo, la resistencia natural de dlenna y Sylvia
familiares. La terapeuta familiar de esa unidad intentó hacer a producir los cambios necesarios para que Sylvia se emanci-
foco sobre el proceso de emancipación de Sylvia y sobre la para logradamente fue exacerbada por tres factores origina-
forma en que otros procesos familiares lo había11 complicado dos en el sistema, que facilitaron la evitación de terapia ulte-
tanto para Sylvia como para Glenna. Madre e hija se resistían rior. Estos factores operan como resistencia a comprometer
a discutir el tema. No obstante, se apegaron a la terapeuta y tratar a las familias con éxito. En este caso, el primer factor
familiar en quien veían una persona que las había ayudado fue la falta de coordinación, cooperación y confianza entre
en la crisis familiar; sólo a desgana aceptaron la necesidad los sistemas de atención de pacientes internos y externos, re-
de p·asar a atenderse con una terapeuta familiar para pacien- presentados por dos terapeutas de familia. Cada sistema mi-
tes externos cuando Sylvia fue dada de alta. Aunque se orga- raba al otro con desconfianza; ninguno apoyaba ni daba de-
nizó una entrevista de transi~ión que incluía a ambas terapeu- masiado crédito al otro. El segundo factor lo constituyó el
departamento contable. Si bien las facturas son inevitables,

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L
esta factura en particular no inc!Úía el detalle de los gastos tas y los procedimientos de los profesionales funcionan
ni consignaba el monto por el cual Glenna era responsable inconcientemente como resistencia a la terapia familiar en los
y la cantidad que pagaría el seguro. Por otro lado, el departa- sistemas asistenciales. Aunque dividimos estas «resistencias»
mento contable tenía una historia de cometer errores de fac- de manera arbitraria en aras de l¡:t claridad, se debe compren-
turación en los casos de terapia familiar y de. responder en der que ocurren simultáneamente e interactúan entre sí de suer~
forma irritada y defensiva a las quejas de familias y terapeu- te que hacen disminuir probabilidad de terapia lograda.
tas. Si bien esta factura era correcta, la reputación del depar-
tamento contable hacía que la mayoría de los clínicos evitara
en lo posible el trato con él. El tercer factor fue la omisión
de la terapeuta de pacientes externos, quien no indagó las ra- Resistencias de los terapeutas
zones del repliegue de Glenna y prefirió aceptar la pérdida
del caso en lugar de empeñarse en arreglar la cuestión del pa- , Las resistencias situadas en los terapeutas consisten en pen-
go y manejar las demás expresiones de resistencia de Glenna samientos, sentimientos y conductas que impiden el logro de
y Sylvia . .Jntimamente sabía que podía haber hecho más para un compromiso con las familias o el éxito del tratamiento.
comprometer a esta familia y que su resistencia era supera- . Estos pensamientos, sentimientos y conductas ocurren en to-
ble; pero era relativamente fácil rotular a la familia de no coo- dos los terapeutas familiares pero se pueden exacerbar en prin-
perativa y desecharla. Su mensaje a Glenna fue claro: «¡No cipiantes y también en los obligados a hacer terápia familiar.
vuelva a llamar hasta que no esté dispuesta a trabajar!». o en los que experimentan la fatiga del terapeuta.
Si bien esta era sin lugar a dudas una familia resistente, Los principiantes en terapia familiar son o bien clínicos
el ejemplo muestra claramente cómo los comportamientos y con experiencia en otros mqdelos de psicoterapia o bien per-
los sentimientos de las distintas partes de los sistemas asisten- sonas que se inician en este campo. Se forman eri terapia fa-
ciales pueden operar como resistencias a llevar a cabo un tra- miliar voluntariamente y con entusiasmo o con algún grado
tami.ento exitoso. En este caso, tres factores inttractuaron para de escepticismo y/o coerción. El sistema en que practican pue-
hacer fracasar la iniciación de un tratamiento familiar. Si cual- de apoyar este proceso de aprendizaje o desatentarlo. Todas
quiera de estas conductas no hubiera tenido lugar: si la pri-. estas variables influirán sobre el monto de entusiasmo o am-
mera terapeuta alertaba a la segunda acerca de la resistencia bivalencia que los terapeutas traigan a sus experiencias con
de la familia; si. la factura era más clara o llegaba en otro familias. Incluso en condiciones óptimas se puede esperar cier-
momento, o el departamento contable teriia mejor reputación, to grado de resistencia del terapeuta por el simple hecho de
o si la segunda terapeuta estaba menos fatigada, quizá se ha- que resulta incómodo aprender una nueva modalidad de tra-
bría conseguido que la familia continuara el tratamiento por tamiento. Aun a los estudiantes que piden ingresar en institu-
lo menos hasta vencer las propias resistencias. En este caso tos donde puedan aprender terapia familiar les sucede mani-
no se logró comprometer a la familia en la terapia; no obs- festar resistencias una vez que se encuentran realmente en es-
tante, el conocimiento de los problemas potenciales genera- cena. Una colega nuestra confesó que, a pesar de su motivació·n
dos por las resistencias del sistema puede ayudar a evitarlos inicial de aprender terapia familiar, estaba tan nerviosa cuan-
o superarlos en situaciones similares. do recibió su primera derivación que llamó a la familia tres
Este capitulo se ocupará de las resistencias que se sitúan veces, y las tres colgó antes que atendieran. Después informó
en el clínico, en el sistema en el que trabaja y, en general, solemnemente a su supervisor que había intentado en varias
en los sistemas que gobiernan las formas en que se dispensan oportunidades ubicarlos y que nadie atendía el teléfono.
el cuidado de la salud y los servicios sociales. Si bien este exa- La resistencia de los terapeutas de familia principiantes tie-
men no pretende ser exhaustivo porque cada terapeuta, agen- ne muchas caras, algunas tan manifiestas como la de nuestra
cia e institución tiene sus particularidades idiosincrásicas, in- colega que colgaba el auricular al primertimbrazo. General-
tentaremos mostrar algunas de las formas en que las conduc- mente no es una oposición deliberada a la terapia familiar.
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Más bien tiende a ser producida por la ansiedad ~e competen- la sesión o con la falta de confianza que han dejado traslucir
cia, que puede ser exacerbada por una supervisión inadecua- en sus mensajes. Se desconciertan cuando los miembros de
da; por una ambivalencia en relación con la eficacia de la te- · la familia preguntari si la terapia familiar es realmente el mé-
rapia familiar, que puede ser exacerbada por la falta de expe- todo más eficaz de intervención terapéutica para un proble-
riencia; o por la fatiga del terapeuta, que puede ser exacerbada ma determinado. Hasta pueden encontrarse coincidiendo, ma-
por la falta de destreza. nifiesta o encubiertamente, en que el problema reside tan cla-
ramente en un solo miembro que la idea de sesiones familiares
· es absurda.
La ansiedad de competencia Los temores de los terapeutas de p.arecer y sentirse incom-
petentes a menudo se complican por los métodos de forma-
A la mayoría de los terapeutas que aprenden una nueva ción comunes en terapia familiar, como las videocintas y/o
modalidad les preocupa sentirse y parecer incompetentes. La la intensa supervisión. Los principiantes se ven obligados a
ansiedad de competencia es casi universal y no guarda rela- exponer su práctica ante los ojos de otros en momentos en
ción con 1a falta de compromiso en el aprendizaje y la prácti- que luchan por comprender una perspectiva totalmente dife-
ca del abordaje familiar. A nadie le agradá parecer incompe- rente de la conducta efectiva de las personas y de los caminos
tente, ni siquiera si es un paso necesario del aprendizaje. Los que permiten modificarla. Es difícil para terapeutas.jóvenes
que se inician en la práctica de la psicoterapia tienen además y faltos de experiencia mostrar su trabajo. Y lo es todavía
esta desventaja: su falta total de práctica clínica en el rol de más para terapeutas que tienen experiencia en otras modali-
terapeuta. Su ansiedad de competencia se complica por el enor- dades y que por eso se ven precisados simultáneamente a re-
me sentimiento de responsabilidad que la mayoría de los tera- nunciar a prácticas probadas y conocidas.
peutas noveles sienten por sus pácientes. La ansiedad de competencia de los terapeutas de familia
La situación es en un sentido mejor y en otro peor para principiantes puede también complicarse por cuestiones logís-
los terapeutas experimentados en otras modalidades terapéu- ticas que fomentan la resistencia del terapeuta. La dificultad
ticas. Si bien es probable que sepan al menos algo acerca del en convenir encuentros familiares, la necesidad de espacios
comportamiento humano, del rol del terapeuta y de las reglas más amplios, de mayor flexibilidad de horarios y de supervi-
básicas de la terapia, deben renunciar a un rol en el que se sores experimentados pueden parecer problemas insuperables
han ejercitado, para colocarse en el lugar de aprendices. Las para principiantes ambivalentes. Una de nuestras estudiantes
inseguridades inherentes al abandono de un rol cómodo en se enfrentó con dos de esos problemas en su primer abordaje
favor de uno desconocido y no probado, combinadas con la terapéutico. Su consultorio era demasiado pequei\o para ver
necesidad de aceptar una supervisión, pueden dar como re- a familias y su supervisor no estaba familiarizado con terapia
sultado resentimiento y fracasos terapéuticos. familiar. Sin amilanarse, preguntó si podía ensayar un abor-
Si bien la mayoría de los terapeutas son concientes de sus daje familiar. Se le dio permiso. Para hacerlo tuvo que pedir
preocupaciones en relación con su competencia, no perciben pq:stado un consultorio más amplio. Como los consultorios
que estas preocupaciones los conducen a participar en la pro- más espaciosos son asignados al personal más antiguo, tuvo
dución o exacerbación de las resistencias de las familias. La que pedir prestado .el de su supervisor, con lo cual trajo in-
mayoría de los terapeutas tienden a ver la resistencia como convenientes a un supervisor que ni siquiera practicaba la for-
algo que reside totalmente en las familias. En un principio ma de terapia que ella intentaba aprender. Un principiante
menos seguro habría renunciado a tratar familias en vista de
se desconciertan cuando se les dice que pueden trasmitir sus
propias inseguridades y ansiedades a la familia directamente las dificultades logísticas y la falta de supervisión experimen-
durante una llamada telefónica. No son concientes de que la tada.
no comparecencia de la familia a la primera cita puede rela- Si bien esta estudiante perseveró no obstante la falta de
cionars'e con su propio tono tímido de voz cuando acordaron supervisión, la resistencia del terapeuta generalmente se reta-

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gado. Esto solo sería suficiente incentivo para que un tera-
ciona con la disponibilidad de supervisión y con las conduc-
peuta orientado psicodinámicamente se aferrase a esa moda-
tas del supervisor. Terapeutas no formados en terapia fami-
lidad sobre cualquier otra. Pero también aspectos relacionados
liar muy razonablemente se arredran o, al menos, vacilan mu-
con la forma en que se lleva a cabo la terapia familiar pueden
cho si tienen que ver a familias sin contar con una guía
volver difícil el pasaje a esta modalidad. La conducta mani-
conocedora y diestra. Aunque un supervisor entendido en fa.
fiesta requerida del terapeuta individual es relativamente sim-
milias y diestro en terapia familiar es por cierto deseable para
ple. El trabajo de comprensión se realiza fuera de escena. La
el que empieza, no es más que lo mínimo indispensable. Su-
paciencia, la perspicacia y el uso de la trasferencia son habili-
pervisores que apoyan esta modalidad a desgana tienden a pro-
dades de aprendizaje difícil, pero los terapeutas generalmente
ducir estudiantes que &ólo aprenden cómo perder a las fami-
lias en los estadios tempranos de la terapia. Y principiantes no son observados cuando las practican y es raro que se los
vea desatinar si no consiguen orientarse. Incluso si cometen
sin apoyo están destinados a un casi seguro fracaso. En sínte-
sis, un tipo de resistencia del terapeuta a la terapia familiar errores, sólo ellos y quizá sus pacientes se dan cuenta. Si bien
es m11,nifestación de la ansiedad del clínico, de una supervi- pueden ser supervisados, por ciertos sus supervisores no los
sión inadecuada o de una combinación de ambas. La situa- observan ni intervienen en las sesiones. El método de trata-
ción antes descrita, de fa estudiante sin supervisión experimen- . miento y supervisión tiene incorporados los reaseguros del rit-
tada, era propicia para alentar la resistencia de la familia y mo, la privacidad y la inactividad del terapeuta.
para poner en movimiento un proceso en espiral en que la La terapia familiar es diferente casi en todo. Las teorías
terapia familiar fracasara o se abandonara como modalidad actuales no son complicadas una vez que uno ha entendido
legítima. algu_nas nociones sistémicas básicas, como los conceptos de
fronteras, jerarquías y causalidad circular. Sin embargo, la
conducta manifiesta requerida de un terapeuta familiar com-
La ambivalencia del terapeuta respecto de la eficacia petente en una sesión familiar es compleja, es en extremo di-
de la terapia familiar fícil aprenderla y en general está muy expuesta. Los terapeu-
tas deben ser mucho más activos y controladores que lo usual
Tanto los principiantes como los terapeutas experimenta- en sesiones individuales y tienen que asumir mayor responsa-
dos en otras modalidades de tratamiento suelen mostrarse es- bilidad por el cambio. Mientras los terapeutas individuales tie-
cépticos respecto de la práctica de la terapia familiar cuando nen que prest~ atención a los procesos de interacción tei:apeuta-
comienzan a tratar a familias. Los principiantes rechazan las paciente, los terapeutas de familia, a causa de la mayor cantidad
cualidades manipuladoras de algunos modelos de intervención de personas involucradas en la sesión, deben reconocer y.:asimilar
familiar, sienten la necesidad «ética» de decir a los miembros más datos y hacerlo de manera más rápida.
de la familia todo lo que observan y piensan y no llegan a En esencia, en la terapia familiar los terapeutas deben
creer realmente en la conexión entre la sintomatología indivi- aprender a funcionar como computadoras humanas y obser-
dual y la conducta del resto de la familia. Si estas variables var un sistema multifacético de palitas complejas de conducta
preocupan a los terapeutas noveles en la práctica de psicote- mientras conciben, prueban, aceptan o rechazan hipótesis en
rapia, el problema se complica mucho en el caso de terapeu- continua elaboración acerca de las familias. Permanentemen-
tas con experiencia en otras modalidades de tratamiento pero te modifican su· visión de la familia y sus miembros mientras
que son nuevos en el trabajo con familias. Su escepticismo controlan sus respuestas a las intervenciones. Por otro lado,
respecto de la terapia familiar se exacerba cuando se ven con- deben llevar a cabo esta proeza frente a cada miembro de la
frontados con una visión radicalmente modificada acerca de familia y, a menudo, frente a cámaras de video o falsos espe- ·
las conductas requeridas para ser un terapeuta eficaz. Por jos. No sorprende que los principiantes tengan dudas acerca
ejemplo, el modelo psicodinámico de terapia individual es con- de la eficacia de esos procedimientos y se muestren renuentes
ceptualmente complicado y requiere un ,aprendizaje prólon- - a exponerse ellos mismos a su acción, y a exponer a las fami-

306 307

l
lias. Las preocupaciones por el secreto y la manipulación, y ca y convertirse en «agotamiento», que es un estado en que
los efectos de los contratos de corto plazo, contribuyen a que los terapeutas desarrollan ·una resistencia generalizada a ha-
los terapeutas tiendan a presentar conductas que funcionan cer tratamientos familiares. Si no cuentan con un gran monto
como resistencias a la terapia familiar. El fervor religioso que de apoyo, los principiantes son más susceptibles de contraer
puede existir. en el campo de la terapia familiar no salva las fatiga del terapeuta que los veteranos porque carecen: de los
resistencias que aparecen en los terapeutas que se inician en amortiguadores de una historia de refuerzos positivos. de ca-
el trabajo con familias. Las entrevistas de demostración, los .sos logrados.
talleres y los escritos de expertos en familia parecen sugerir
a los principiantes intervenciones que ellos no están en condi-
ciones de asimilar; por otro lado, sobresimplifican la natura-
leza compleja del cambio y la terapia y, de esta manera, Expresiones comunes de resistencia del
aumentan el escepticismo respecto de la eficacia de este abor- terapeuta
daje.
Los terapeutas tienden a expresar su resistencia a la tera-
pia familiar cuando omiten atender a los detalles necesarios
La fatiga del terapeuta para lograr que la terapia familiar o la supervisión despeguen
o sigan funcionando, cuando admiten las resistencias natura-
Una forma especial de resistencia del terapeuta puede ser les y superables de la familia como razones legitimas para apla-
producida o exacerbada, tanto en los terapeutas principiantes zar o interrumpir la terapia, o cuando alientan a las familias
como en los experimentados, por la «fatiga del terapeuta». de manera manifiesta o encubierta a interrumpir el trata-
Los terapeutas que sufren de fatiga tienden a experimentar miento.
un sentimiento de alivio cuando las familias cancelan una en- El primer grupo de esas resistencias se relaciona con los
trevista, una disminución de su energía para las sesiones fa- detalles externos. La preocupación por el consultorio adecua-
miliares, una falta de interés en el resultado de la· terapia y do, la disposición para trabajar de noche o la obtención de
persistentes reflexiones acerca de si han elegido la profesión grabaciones son todas áreas clave en las que puede expresarse
correcta. Los terapeutas que sufren de este síndrome pospo- la resistencia a hacer o aprender terapia familiar. Terapeutas
nen llamadas telefónicas a las familias o no devuelven las que resistentes tienden a rehusarse a ver a familias que no pueden
estas hicieron, son lentos para reprogramar una sesión can- venir antes de las cinco de la tarde. Tampoco suelen..:grabar
celada, tienden a ver- la misma dinámica en todas las cir- en videocintas sus sesiones familiares. La mayoria de;las ve-
cunstancias y declaran repetidamente que el pronóstico es ces informan que sus familias simplemente se rehúsan a ser
«reservado». En casos más avanzados de este síndrome, pue- grabadas, pero hay variaciones en relación con este tema, que
de ocurrirles faltar al trabajo con frecuencia a causa de do- incluyen excusas tales como un problema en la cámara, la ro-
lencias menores. tura de la máquina reproductora, la no disponibilidad de una·
La fatiga del terapeuta generalmente es provocada por una cinta para grabar o la dificultad para lograr que las familias
larga responsabilidad en demasiados casos difíciles, por falta vengan cuando el salón de grabaciones se encuentra disponible.
de apoyo de colegas clínicos o apoyo administrativo y/o por El segundo grupo de conductas del terapeuta que operan
la falta de variedad en la vida y el trabajo propios. Este sín- como resistencias se relaciona con la aceptación demasiado
drome, que recibe diferentes nombres, es más conocido comó fácil de las resistencias de la familia. La respuesta de la tera- .
«agotamiento». Las autoras prefieren el término «fatiga» por- peuta a Glenna y a Sylvia fue de este tipo: Cuando se mostra-
que sup.one una condición temporaria que se puede subsanar, ron resistentes a la terapia, ella cedió a esta resistencia sin in-
mientras que «agotamiento» parece denotar un «desgaste» irre- tentar usar sus destrezas para establecer una alianza terapéu-
versible. Pero si la fatiga no se remedia se. puede volver cróni- tica y comprometerlas con el tratamiento. Como la mayoría

308 309
de las familias que demandan tratamiento son ambivalentes mos la técnica de San Jorge, que consiste en inventarse un
ante su compromiso en este proceso, los terapeutas que se alían dragón más fiero cada vez. Su propia resistencia a la modali-
con el lado negativo de la ambivalencia perderán a la mayoría .dad los lleva a seleccionar casos tan intratables que ni aun
de las familias antes de la primera sesión. todos los padres y madres fundadores de la terapia familiar
El tercer grupo de conductas que operan como resisten- juntos podrían producir un cambio. Cuando la terapia fami-
cias está formado por las que inducen de manera manifiesta liar no produce efecto, se dicen a sí mismos: «Yo sabía que
· o encubierta la interrupción del tratamiento, aunque la resis- la terapia familiar no daría resultado», y retornan a _sus vie-
tencia de la familia no sea particularmente activa en ese mo-. jos métodos de práctica, sosteniendo y creyendo haber dado
mento. Los terapeutas que adoptan esta.forma de resistencia a aquella una buena oportunidad.
tienden a «deshacerse» de los casos con una variedad de ex- En síntesis, sea la resistencia del terapeuta el resultado de
cusas: esta familia es de tratamiento demasiado dificil, no hay la ansiedad de competencia, de la ambivalencia respecto de
esperanzas para el matrimonio, o la familia no se empeña. su eficacia y de la moralidad de su práctica, o provenga de
Pueden señalar directamente a la familia que el tratamiento la fatiga del terapeuta, ella se proyecta generalmente sobre
no es indicado o usar vías más sutiles. Por ejemplo, una de la familia. Los terapeutas deben aprender a reconocer que pue-
las autoras recibió a una pareja cuyo motivo de consulta era den estar jugando un.rol importante en la iniciación, la per-
un «síndrome de celos paranoicos» del esposo. De acuerdo petuación y la exacerbación de la resistencia familiar.
con la experiencia de la terapeuta, estos casos son de muy di-
fícil tratamiento en terapia de pareja. No sólo está siempre
presente la amenaza de violencia, sino que· además los tera-
peutas deben mostrarse directivos de una manera firme y con- Resistencias de las agencias e instituciones
sistente y «asumir la conducción». De lo contrario las sesio-
nes se desestructuran y estimulan aún más las cavilaciones ce- A veces, la localización primaria de la resistencia no está
losas, con lo cual empeoran el individuo y el matrimonio. No ni en la familia ni en el terapeuta, sino en el sistema más am-
obstante, en este caso, en el trascurso de varias sesiones, la plio en que el terapeuta trabaja. Estas resistencias pueden pro-
pareja asombrosamente había presentado muy poca resisten- venir de la falta de exposición a la terapia familiar, de los
cia. Enseguida los esposos se habían vuelto dependientes de «diablos conocidos» de la institución o de la respuesta del sis-
la terapeuta y de continuo recurrían a ella en sus crisis habi- tema a las provocaciones inconcientes de los terapeutas de fa-
tuales. En la cuarta sesión, el marido mencionó que le había milia.
sido útil lo que le dijo su anterior terapeuta, a saber, que no Las resistencias que se localizan en las agencias e >institu-
tenía derecho a pegar a su mujer. Si bien esto era probable- ciones pueden dividirse en las situadas principalmente en el
mente un mensaje para la terapeuta en demanda de más lími- equipo clínico y las situadas en la administración, aunque en
tes y más estructura, esta respondió con algunas preguntas las agencias más pequeñas estas funciones a menudo son lle-
acerca de la terapia individual del esposo y terminó sugirien- vadas a cabo por las mismas personas. La razón de esta divi-
do que quizá no debería haberla abandonado. El esposo la sión es que las resistencias situadas en el equipo clínico tien-
interrumpió sin demora diciendo: «Espere un momento, ¿es- den a relacionarse con el desconocimiento de la terapia fami-
tá usted intentando liberarse de mí?». Y tenía razón. Ella se liar y sus presupuestos básicos mientras que las resistencias
resistía a tratar a esta pareja porque era difícil y le insumía situadas en la administración tienden a asociarse con las de-
tiempo y esfuerzo. Por fortuna, este paciente era suficiente- mandas inusuales que los terapeutas familiares hacen a los
mente paranoico para reclamarle por su evasión, y ella pudo sistemas en que trabajan. Ambas reflejan una falta de com-
controlar su resistencia a tiempo y continuar con .el caso. promiso con la práctica de la terapia familiar.
Cuando los terapeutas _son verdaderamente escépticos res-
pecto de la terapia familiar, pueden adoptar lo que llamaría- .

310 311
La falta de exposición a la terapia fa miliar por parte de enfermedad crónica en una familia que era funcional en los
los clínicos veteranos demás aspectos. Intentó mostrar cómo se podían realizar de-
terminadas intervenciones para ayudar a los miembros de la
Los profesionales son fieles a aquellos métodos en los que familia a manejarse de un modo más efectivo. Tras ~u pre-
se han formado, en los que se sienten cómodos y con los que sentación, se abrió la discusión usual entre el cuerpo docente
han tenido éxito. Muchos supervisores y administradores ve- y los practicantes en psiquiatría. Primero hubo un silencio in-
teranos de agencias o clínicas estudiaron antes que la terapia cómodo; después, unas pocas preguntas acerca del diagnósti-
familiar se incluyera en los programas de formación. No ne- co del paciente (estadio final de enfermedad renal), seguidas
cesariamente son hostiles hacia la terapia familiar pero care- de una especulación acerca de cuánto podría sobrevivir el pa-
cen de una comprensión de sus teorías, sus métodos, sus ob- ciente con diálisis. A pesar de sus intentos repetidos de reen-
jetivos y sus beneficios potenciales. Mucho de lo que parece cauzar la discusión, nadie comentó las cuestiones relaciona-
resistencia a la· terapia familiar por parte de los sistemas asis- das con la familia y nadie mencionó las estrategias de inter-
tenciales es en realidad desconocimiento, o rechazo de la idea vención, aunque estas habían sido expuestas con gráficas y
de pr6ducir el cambio en una persona sintomática a través muestras de video. Cuando la presentación hubo finalizado,
de la manipulación del contexto del síntoma. En realidad, mu- la terapeuta preguntó a un colega qué había estado mal.
chos clínicos veteranos de orientación tradicional se acobar- «Nada», fue la respuesta, «la mayoría de la gente que está
darían ante la idea de algún tipo de «manipulación» como aquí no sabe demasiado acerca de terapia familiar, por lo tanto
abordaje terapéutico. hablan acerca de lo que saben. No obstante, estamos progre-
La resistencia institucional por desconocimiento de la te- sando. Por lo menos ya no dicen "¿ Terapia qué?"».
rapia fa01iliar generalmente se manifiesta en forma pasiva co- El desconocimiento de la terapia familiar se complica a
mo una ausencia de previsiones que consideren las necesida- veces por el hecho de que algunos clínicos veteranos pueden
des y los problemas de la familia, una renuencia a discutir presuponer que saben qué es, cuando en realidad esto no es
sobre la importancia de la terapia familiar para el programa cierto. No son poco frecuentes las reacciones negativas cuan-
de asistencia clínica en su conjunto y/o un escepticismo en do descubren que sus presupuestos son falsos. Por ejemplo,
relación con la eficacia de esta modalidad, particularmente un médico derivó a su hermano a la clínica de terapia fami-
cuando se trata de casos difíciles. Se ha oído decir incluso liar pata tratar un problema conyugal. Cuando se enteró de
a clínicos que por lo general apoyan la terapia familiar: «Este que su hermano y su cufiada hablaban entre ellos en las sesio-
caso es realmente duro. Requiere terapia individual», como nes en lugar de que su cui\ada hablara a la terapeuta-·acerca
si la terapia familiar sólo fuera apropiada cuando los sinto- de su madre, que era lo que él tenia en mente; retiró su'apoyo
mas no son demasiado serios. Este tipo de observaciones pue- y provocó la interrupción prematura del tratamiento. Éste mé-
de reflejar hostilidad hacia el punto de vista familiar, aunque dico, que realizó la derivación, consideraba correctamente que
más frecuentemente representa la tendencia natural de los clí- .la mujer de su hermano tenía problemas no resueltos con su
nicos a recurrir a métodos en los que se han formado, con madre. Se equivocaba al pensar que esta era la única causa
los que han tenido éxito y que comprenden. de los problemas conyugales y que la terapeuta familiar sim-
A veces, los clínicos veteranos evitan las discusiones sobre plemente explicaría a la mujer cómo tratar con su madre. Evi-
cuestiones familiares porque simplemente no desean mostrar dentemente no comprendía que el terapeuta familiar partiría
su escaso conocimiento de la teoría de la familia. Una de .las de la idea de que problemas actuales son mantenidos por con-.
autoras aprendió pronto esto, a poco de integrar un equipo textos actuales y, por lo tanto, la terapia haría foco sobre el
en el departamento de psiquiatría de un gran hospital escue- presente aunque la etiología de algunos de sus problemas con-
la. Trabajó durante semanas para su primera presentación en yugales se situara en la relación de la mujer con su madre.

1 una jornada: resumió laboriosamente horas de grabacii,n en


una presentación de veinte minutos sobre los efectos de una
El concepto de causalidad circular no formaba parte de sus
conocimientos teóricos.

1
0;1
312 313

lii.
,.
depresión de Anna había comenzado después que descubrió
Los «diablos conocidos» institucionales un amorío extramatrimonial del esposo, simultáneamente con
la pérdida de sus sistemas de apoyo corrientes a causa de un
Los modos de proceder habituales de las agencias son pa-
cambio de residencia.
ra los sistemas asistenciales lo que los «diablos conocidos»
La mayoría de los clínicos que operan estrictamente de
para los sistemas familiares. Son modos de proceder que han
acuerdo con un modelo médico optarían en tales casos por
funcionado en el pasado. Han probado ser efectivos y consis-
aliviar en un principio los síntomas. Con Anna se comenzó
tentes con los sistemas de creencias tanto de la estructura de
realizando una indagación para asegurar al clínico que la de-
poder de la institución como de los clínicos que realizan el
presión no era el resultado de una enfermedad no diagnosti-
trabajo. Un sistema de este tipo se resistirá a cambiar sus prác-
cada. Puesto que sufría de cambios en sus funciones vegetati-
ticas para incorporar una modalidad de tratamiento o un te-
vas (sueño, apetito, interés sexual), se probó con medicación
rapeuta a los que no comprenden o con los que no están fa-
antidepresiva. Sólo cuando el esposo la disuadió de obedecer
miliarizados. Generalmente intentarán incorporar el modelo·
a esa prescripción, el clínico miró más allá de la paciente indi-
sin hacer cambios en las políticas básicas. Sin embargo, la
vidual, es decir, tuvo en cuenta las cuestiones familiares. A
terapia familiar es revolucionaria. Un enfoque familiar apli-
esta altura, Anna, su familia y el sistema de asistencia habían
cado consistentemente requiere cambios en toda la línea.
hecho foco sobre Anna -considerada dueña exclusiva del
Las instituciones de nuestra cultura hacen foco sobre el
problema- de una manera tan intensa que fue difícil para
individuo como una unidad de la cual recogen información
y guardan registros por diversas razones prácticas. En nues-
todos persuadir a la familia de que las conductas de sus miem- ~ ~~; .

tra cultura transeúnte y siempre cambiante, las familias se di- bros también tenían un efecto importante.
viden y multiplican de manera impredecible. Es más fácil se-
guir el rastro de un individuo por vez. Sin embargo, esté foco
institucional sobre el individuo influye sobremanera en el ti-
Resistencias del sistema causadas por actitudes del
po de información que se busca y registra y, por lo tanto,
terapeuta
en el tipo de tratamiento que es posible hacer. En los sistemas
de asistencia de la salud, el tipo de información que se recoge Algunos sistemas se p~eden volver resistentes a la terapia
del paciente y de su problema influye sobre la elección de las familiar a causa de la actitud de los terapeutas familiares. Los
intervenciones terapéuticas. Por ejemplo, a menos que los pa- terapeutas que están comprometidos con el modelo familiar
y lo consideran el modelo de tratamiento más eficiente y efi-
cientes presenten sus quejas en términos de problemas fami-
liares, no se les suele pedir que relacionen sus problemas con caz, al punto de convertirse en «verdaderos creyentes»,.pue-
su situación familiar. De esta manera, los sistemas pueden ser den provocar la hostilidad de sus colegas cuando sostienen
insensibles a los problemas familiares o resistentes a las inter- que poseen la Verdad y la Luz. Otros profesionales, que con-
venciones de ese tipo porque sus políticas generales basadas sideran que han logrado ayudar a alguna gente a lo largo de
en el individuo no recogen la información necesaria para com- los años se desconciertan ante esta actitud de arrogante supe-
prender un caso dado desde una perspectiva familiar. Por rioridad. Si la postura del verdadero creyente es imprudente
ejemplo, Anna, una mujer que sufría de depresión, se presen- casi siempre, lo es sobre todo en el caso de terapeutas fami-
tó en la sala de emergencia de un hospital psiquiátrico. Habló liares que comienzan a actuar en ambientes tradicionales or-
sobre lo inútil de las cosas, la falta de sentido de la vida, su ganizados y mantenidos según el modelo médico. La relativa
sentimiento de insignificancia. Si el clínico que realizaba la juventud del movimiento de terapia familiar hace que los clí-
evaluación no inquiría sobre problemas familiares más allá nicos que quieren practicar terapia familiar en cualquier siste-
de las preguntas de rutina, no los habría llegado a conocer ma probablemerite sean nuevos dentro de él y, por consiguien-
porque esta mujer deprimida creía que ella tenía la culpa de te, tengan poco poder. Por lo tanto, si un terapeuta familiar
todo lo negativo que le sucedía-en la vida. Sin embargo, la enfrenta a todo un sistema, no sólo se expone a perder sino

314 315
a salir de esa lucha, en el mejor de los casos, con una prema- pio terapéutico de coparticipar en un sistema en el punto donde
tura fatiga del terapeuta y, en el peor, sin empleo. _este se encuentra. En su práctica con familias, estos terapeu-
Los problemas que surgen entre los «verdaderos creyen- tas probablemente evitarían una «confrontación», pero de al-
tes», que confían en la terapia familiar, y el resto del equipo guna manera se sienten compelidos a tenerla con el s/stema.
clínico generalmente conciernen a la cuestión de la territoria- Por ejemplo, algunos verdaderos creyentes se oponen fervien-
lidad. Con todos sus problemas, el viejo equipo multidiscipli- temente al uso de medicación, niegan la necesidad de hablar
nario tenía la ventaja de que permitía una diferenciación de alguna vez con un paciente en forma individual o se t>ponen
roles y una división de responsabilidades. Tradicionalmente, a cualquier acción que consideren que reforzará la idea de
el médico· era considerado el encargado de todo lo que con- que existe un paciente en la familia. Estas posturas con segu-
cernía al paciente, los psicólogos eran responsables de eva- ridad llevan a enajenarse de todos los demás miembros del
luarlos por medio de tests proyectivos, mientras que otro equipo entrenados en terapia familiar, e incluso de algunos
miembro del equipo -por lo general una enfermera o un asis- que lo están.
tente spcial~ trataban con la familia. La introducción de la Esto no quiere decir que los terapeutas de familia siempre
terapia familiar enturbió las aguas al incluir a la familia en provoquen las luchas entre el personal y las resistencias a la
el tratamiento. Cuando la familia se trasformó en paciente, terapia familiar. Incluso si no son verdaderos creyentes y han
ya no era la disciplina profesional la que determinaba quién tenido la precaución de ingresar al sistema con prudencia, pue-
se haría cargo de la terapia familiar, sino que se trataba más den ser conducidos, ante la sistemática desatención de las cues-
de una cuestión de interés y formación: lo puede hacer un tiones familiares, a una especie de paranoia situacional en la
médico, un psicólogo, un asistente social o una enfermera. que comienzan a ver en el modelo médico una conspiración
La diferenciación estricta de roles ha desaparecido y las cues- de la estructura de poder para mantener el control sobre el
tiones de territorialidad han tenido que ser renegociadas. sistema.asistencial. Por ejemplo, el descuido del médico su-
El grado de armonía que puede existir entre personal de pervisor o el supervisor de la agencia que no considera los
diferentes orientaciones depende de la flexibilidad de cada uno. datos de la evaluación familiar cuando formula la estrategia
Los terapeutas familiares no son los únicos verdaderos cre- de tratamiento en su conjunto puede constituir un agravio para
yentes. Los profesionales que son fieles al modelo psicodiná- la autovaloración del terapeuta familiar en tanto miembro del
mico pueden insistir en que el paciente sea visto y tratado co- equipo. Varios descuidos seguidos de este tipo pueden llevar.
mo un individuo y adoptar una posición rígida en contra de a un caso grave de fatiga del terapeuta y a un distanciamiento
la terapia familiar. Los que son fieles a un modelo biológico del resto del personal. A menos que puedan influir sdbre las
considerarán la terapia familiar como una actividad no perti- actitudes y las políticas adoptadas, los terapeutas que inten-
nente pero 'inofensiva, quizá moderadamente útil para lograr tan ver familias probablemente terminen renunciando a ello
la aceptación de un régimen médico por parte de un paciente. o buscando otro sistema donde trabajar.
Los terapeutas de familia que quieran hacerse un lugar en un Aun si la terapia familiar es una parte aceptada de los ser-
sistema de este tipo deben compartir la responsabilidad por vicios ofrecidos por una agencia o institución, se puede pro-
el tratamiento con el resto del equipo y no adoptar, más allá ducir conflicto entre el terapeuta familiar y el resto del perso-
ele lo que piensen, la postura manifiesta de que la familia es nal si los que no están formados en terapia familiar intentan
el verdadero paciente y los síntomas del paciente son sólo una dictaminar los objetivos de la parte de terapia familiar inclui-
representación de la patología familiar. Es mucho mejor de- da en el plan de tratamiento. Por ejemplo, un miembro del
mostrar la eficacia de las intervenciones familiares en un ni- personal puede sobreidentificarse con el paciente individual
vel práctico y dejar que otros profesionales deduzcan lo que e instar al terapeuta familiar a que realice intervenciones en
quieran. Sin embargo, los «verdaderos creyentes» pueden ser la familia que protejan al paciente de la crítica familiar, sin
incapaces de ser flexibles; entrarán entonces en luchas de po- tener en cuenta las consecuencias de largo plazo para el pa-
der con el resto del equipo con olvido del importante princi- ciente o para la familia. En tales situaciones los terapeutas

·'
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--
familiares pueden quedar triangulados entre las familias y otros las fichas las copias de documentos comunes a toda la fami-
miembros del personal de manera de encontrarse defendien- lia? El presupuesto en fotocopias se iría a las nubes. ¿Deben
do a miembros de la familia de los ataques reales o imagina- los ya sobreexigidos clínicos escribir una observación separa-
rios de los miembros del personal o librando peleas inútiles da para cada miembro de la familia? Las observaciones se
con el resto del equipo en relación con los objetivos «reales» acortarán o las familias que ven se achicarán. Si se establecen
de la terapia. Pueden comenzar a reaccionar en forma exage- fichas familiares, se presentan otros problemas. ¿Qué sucede
rada a las observaciones de otros integrantes del personal. Por si más de un miembro requiere tratamiento individualizado,
ejemplo, recientemente una colega se irritó en exceso cuando como podría ser medicación o admisión en· un hospital? Si
una· enfermera sei\aló que el esposo de una paciente era «un un marido se divorcia de su mujer, ¿qué sucede con su ficha?
desgraciado» porque se enojaba con ella cuando tenía sus ata- ¿Puede cada uno tener acceso a ella y usarla en contra del
ques de ansiedad. Esta colega olvidaba que la enfermera no otro? ¿Existe una posibilidad de asegurar la reserva entre
había tenido la oportunidad de ver la función que cumplía miembros de la familia en tales circunstancias? Si se otorga
el síntoma, a saber: la paciente castigaba al marido a causa a la familia en su conjunto un número con letras que indican
de su supuesta negligencia y al mismo tiempo lo ataba a ella .la ficha que corresponde a cada miembro, ¿cómo integrar es-
a través de su debilidad. tos datos en un sistema computarizado que ha sido progra-
mado para manejar los datos de un miembro por vez? La te-
rapia familiar también es una molestia para los administrado-
La resistencia administrativa o el factor de molestia res en el proceso de facturación. Las computadoras no están
acostumbradas a más de un número por caso y algunas tien-
Otra fuente principal de resistencia institucional a la tera- den a remitir facturas a miembros al azar y hasta pueden co-
pia familiar se sitúa en general primordialmente en los admi- brar a cada miembro separadamente el importe íntegro de una
nistradores y puede considerarse causada por su «factor de visita de toda la familia.
molestia». La terapia familiar es una molestia en todos los La terapia familiar es también una molestia porque su prác-
sistemas, pero particularmente en las instituciones psiquiátri- tica demanda mucho del sistema. Los terapeutas familiares
cas o de salud mental, acostumbradas a ver a los pacientes requieren consultorios y salas de entrevistas más grandes~ Re-
en forma individual. Los administradores se ven enfrentados quieren mayor flexibilidad para convenir horarjos acom()da-
con problemas desconocidos hasta el momento. ¿A quién se dos para todos los miembros de la familia, con lo cual.aumenta
le hace una ficha? ¿Quién debe pasar pc:>r un examen fisico? la cantidad de horas en que la agencia o la clínica tiene que
¿Quién debe pasar un examen de estado mental? ¿Quién obtie- . permanecer abierta. Es costoso e inconveniente mantener las
ne un diagnóstico? ¿Quién es el paciente? Es decir, la terapia clínicas abiertas de noche. También resulta inccmveniente pa-
familiar es fastidiosa para los administradores porque no en- ra los terapeutas, que preferirán pasar la noche con su fami-
caja prolijamente dentro de las prácticas y los procedimientos lia. Por otro lado, las estadísticas clínicas a menudo parecen
que han sido diseil.ados para el paciente individual. menos alentadoras cuando los clínicos hacen terapia familiar
Piénsese en la cuestión relativamente simple de registrar porque las necesidades de los diferentes miembros requieren
a los pacientes y controlar su progreso. Esto se suele hacer mayor tiempo dedicado por el personal a cada caso, lo que
asignando a la persona un número y abriendo una ficha con supone atender un menor número de casos. Si bien hay. evi-
el nombre y el número de esa persona. ¿Cómo proceder si dencias de que la terapia familiar .puede acortar la hospitali-
además del miembro que originalmente presentaba síntomas zación o incluso evitar su necesidad. no siempre lo verán co-
hay otros miembros de la familia para ver? ¿Se considera a mo una ventaja administradores que deben llenar las salas para
cada persona un «caso». con un número separado o se esta- asegurar la supervivencia económica de los hospitales.
blece una ficha familiar? Si se establecen fichas separadas pa- Los requisitos de formación de los terapeutas familiares
ra cada miembro, ¿puede asegurarse que-se incluyan en todas también aumentan los gastos del sistema. Si bien debatir so-

318 319
bre las sesiones familiares es mejor que carecer de toda super- der al pedido de rembolso de Un paciente que hacía terapia
visión, las videocintas o la supervisión en vivo son muy supe- familiar especificando que el tratamiento sólo sería rembolsa-
riores. La observación de videocintas sobre sesiones de tera- ble si to~os en la familia estaban enfermos y tenían separada-
peutas experimentados permite a los principiantes ver el mente trastornos que se pudieran clasificar y justificar según
proceso familiar sin sufrir la ansiedad que les produciría con- los criterios del DSM-lll. En este caso particular, el marido
ducir ellos mismos la terapia, mientras que la observación de de una mujer depresiva debía ser calificado de depresivo, o
sus propias videocintas con los supervisores permite un apren- se le debía atribuir algún otro trastorno definible, si se quería
dizaje acelerado acerca de las famili'as y de las intervenciones cumplir con los requisitos necesarios para seguir contando con
terapéuticas. La supervisión en vivo facilita un proceso de la cobertura. Tras horas de trabajo extra por parte del tera-
aprendizaje aún más acelerado porque los principiantes pue- peuta y del sistema hospitalario se pudo convencer a esta com-
den lograr una realimentación inmediata de sus supervisores pañía de seguros de que la terapia familiar es lo indicado y
y ver los efectos de sus nuevas intervenciones. Sin embargo, merece rembolso si un síntoma crónico se asocia a problemas
es caro iqstalar y mantener el equipo de videocinta y es costo- relacionales. Este, sin embargo, fue uno de los tantos conflic-
sa la supervisión en vivo a caus~ del tiempo que demanda. tos, la mayoría de los cuales tuvieron resultado adverso. Por
Los administradores a menudo temen que los costos sobrepa- ejemplo, sí ninguna persona presenta un complejo sintomáti-
sen a los beneficios. co, como sucede a menudo en el caso de parejas con dificul-
_tades conyugales, es difícil o imposible obtener un rembolso
de terceros. Las familias, las parejas y los terapeutas tal vez
prefieran tratar de resolver los problemas en forma individual
Resistencias de los sistemas más amplios en·vez de enfrentar directamente estas resistencias del sistema.
Los grandes sistemás demandan además del terapeuta un
En nuestra sociedad, casi todas las instituciones y agen- conjunto abrumador de informes, resúmenes, planes de tra-
cias tienen diversas fuentes de financiación, muchas de las cua- tamiento y otros papeles. El requisito de que los terapeutas
les ejercen el control sobre la forma en que se gastan los fon- llenen estos formularios o realicen resúmenes separados para
dos. Los suministrados por el Estado se deben gastar de la cada miembro de una familia suma una obligación extra a
manera especificada por la autoridad, y los aseguradores de- quienes atienden familias y disuade a muchos de _aplicar un
terminan qué prestaciones son susceptibles de rembolso. Es- enfoque familiar. La magia de las fotocopias ayuda en algu-
tos seguros están disef\ados para tratamientos individuales. nas tareas pero no en todas.
Tienen sus propias regulaciones y la mayoría no contemplan
la posibilidad de que el paciente sea la familia. La terapia fa-
miliar tendrá dificultades para el rembolso, salvo que un miem- Resistencias especiales provocadas por los sistemas
bro de la familia presente una perturbación bien diferenciada de bienestar y justicia
que se pueda clasificar dentro de la nosología psiquiátrica co-
rriente. Alguien debe llevar un rótulo que mencione una con- Algunos grandes sistemas dificultan la terapia familiar por-
dición que dentro del sistema corriente se considere rembol- que colocan al terapeuta en su función de tal y en la de poli-
sable. Esta necesidad resulta repugnante para muchos tera- cía al mismo tiempo. A veces se pide a rehabilitadores y agen-
peutas familiares desde un punto de vista ideológico y puede tes judiciales que hagan terapia familiar en el terreno y,
repercutir sobre el curso del tratamiento por la vía de prolon- simultáneamente, amenacen al jefe de la familia con retirarle
gar innecesariamente el foco sobre un míembro en particular. sus ingresos o con internar a uno o más familiares en un re-
Los aseguradores pueden crear resistencias a la terapia fa. formatorio. Estos trabajadores tienen sobre el destino de los
miliar en las familias y en las instituciones dificultando el pro- miembros de la familia un poder de que carecen quienes tra-
ceso de rembolso. Por ejemplo, una compañía llegó a respon- bajan en centros de salud mental. Es comprensible que las

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familias vacilen en confiar en un profesional potencialmente dido todo contacto con los problemas que surgen en el traba-
amenazador. Deberían estar locos sus miembros si aceptaran jo. concreto.
de buen grado semejante intrusión en su vida. Esto no signifi-
ca que estos profesionales no puedan ayudar, sino solamente
que deberán dominar todas las resistencias inherentes a cual- Resistencias de las familias provocadas por los
quier proceso de cambio, más las que genera su doble rol. sistemas hospitalarios para enfermos mentales
Es una cuestión espinosa d.ecidir si profesionales que re- internados
presentan a la autoridad pueden establecer relaciones terapéu-
ticas con familias. La respuesta es generalmente un reservado Un tipo particular de resistencia se genera en las familias
«Sí, siempre que ... ». Tales terapeutas pueden ser eficaces que están o han estado en contacto con los servicios de inter-
siempre que la familia esté motivada, siempre que existan sis- nación de una institución psiquiátrica. Esto es importante,
temas de apoyo a los que el terapeuta pueda recurrir en busca puesto que muchos de los pacientes severamente perturbados
de ayuda (por ejemplo, abuelos adoptivos que asistan a ma- que hoy son atendidos en terapia familiar externa han estado
dres sobrecargadas, programas de recreación para adolescen- durante años entrando y saliendo de hospitales psiquiátricos
tes aburridos, etc.), siempre que la cantidad de casos que el sin que se produjeran grandes cambios o mejoras ni en la con-
profesional atiende no le impida establecer un contacto fre- ducta del paciente ni en la de la familia. Si esto solo ya sería
cuente con las familias; y sobre todo, siempre que pueda de- suficiente para que la mayoría de las familias desconfiara de
mostrar a las familias que realmente se preocupa por sus ne- la utilidad de la ayuda profesional, muchas de estas experien-
cesidades y se interesa por lo que sucede a• sus miembros. Si cias hospitalarias han sido además inútiles e incluso alienan-
el profesional consigue trasmitir esta preocupación a los miem- tes para los miembros de la familia.
bros de la familia a pesar de la naturaleza coercitiva de su La mayoría de las familias hospitalizan a un miembro des-
rol y de la visión negativa de la familia respecto de la autori- pués que todo lo demás ha fracasado. Lo hacen en un mo-
dad o la agencia que él representa, es posible una terapia fa- mento de crisis, cuando los sentimientos de culpa, ira y deses-
miliar eficu. peranza son fuertes. Infaltablemente llevan muchos intentos
Pero la mayoría de los representantes de instituciones pú- de tratar con un paciente cuya conducta ha sido hosca, hostil
blicas tienen a su cargo una gran cantidad de casos y son par- o irracional. Cuando llegan al hospital, generalmente ya se
ticularmente vulnerábles a las exigencias de estructuras buro- acusan a sí mismos de la enfermedad del paciente o, al me-
cráticas siempre cambiantes. A esto se agrega que a menudo nos, sospechan que pudieron haberla exacerbado. Es la fami-
tienen que trabajar en el terreno, lo que significa que deben lia, no sólo el paciente, quien presenta una crisis. No atender
intentar hacer terapia familiar en los hogares, con frecuencia a la familia o utilizarla simplemente para reunir lós datos de
en medio del caos y de la confusión del ruido del televisor, la historia social es perder la oportunidad de comprometer
de los nii'l.itos del vecindario que entran y salen, y del sonido a sus miembros en el tratamiento del paciente y de comunicar
del teléfono. Nada más alejado de la intimidad de una sesión a la familia que los profesionales están interesados en sus asun-
en una clínica psiquiátrica. tos y sus problemas. ·
Considerando las dificultades que supone conducir una te- Muchos pacientes crónicos han sido hospitalizados repeti-
rapia familiar decretada por un tribunal o una repartición pú- das veces en instituciones estatales localizadas a kilómetros
blica, no extraña que aparezca resistencia a la terapia fami- de distancia de su hogar, con lo cual decrecen las posibilida-
liar en los mismos terapeutas. Conducir cualquier tipo de te- . des de compromiso productivo de la familia. Pedir a las fa-
rapia en estas condiciones es como querer matar a un enorme milias que hagan largos viajes es un ·método seguro para que
dragón con una navaja. Los rehabilitadores y agentes judicia- se produzca o exacerbe la resistencia. En ese caso las familias
les que reciben la orden de hacer terapia familiar a ·veces se vendrán pocas veces, y los fines de semana, cuando .probable-
quejan de que los administradores de que dependen han per- mente el personal no se encuentre en la institución. Si esto

323
322
se combina con el hecho de que ai'ios de tratamiento pueden
no haber producido demasiado cambio, se sientan las bases pariente enfermo. En.síntesis, están agotadas. Sería irrealista
para el fracaso en _formar alianzas de tratamiento entre los esperar que una familia se alegrara de tener la opqrtunidad
profesionales y las familias.
de volver a presentar la historia del paciente; de volver a ex-
La resistencia de la familia se exacerba también a causa perimentar la hostilidad del equipo, y que tuviera la esperan-
de procesos más sutiles inherentes a estos sistemas asistencia- za de un cambio genuino, si el equipo no prueba que tiene
les. Por ejemplo, en todas las unidades de pacientes internos algo especial para ofrecer y que es capaz de mostrar más com-
el personal tiene mayor contacto con los pacientes que con prensión hacia las necesidades de la familia.
las familias; por eso tiende a identificarse con los pacientes
y sus problemas. Como el estado de los pacientes a menudo
se agrava cuando la familia los visita, el personal tiende a con-
siderarla destructiva, invasora y perturbadora de la rutina de Evitación y superación de las resistencias
la institución y de la paz de la unidad. Además, las familias comunes originadas en el sistema
plantean preguntas para las cuales no hay respuestas y hacen
sentir incompetente al personal. Por otro lado, si las familias En todas las agencias e instituciones, salvo en las que cre-
no realizan visitas, el personal ·tiende a considerarlas despreo- cieron específicamente con el propósito de desarrollar, pro-
cupadas y negligentes. Las familias evasivas quizá sólo se es- bar y fomentar la terapia familiar, es decir, las organizadas
tén protegiendo a sí mismas de una nueva experiencia negati- por los padres y madres fundadores de la terapia familiar,
va con el personal de un hospital, pero es poco probable que tiende a producirse una resistencia del sistema a la terapia fa-
este discierna esa función saludable de su conducta. Sea co- miliar. Y aun con el inusual apoyo que brindan los institutos
mo fuere, el personal tiende a adoptar una actitud negativa de familia, los terapeutas no dejan de contraer ocasionalmen-
hacia los miembros de la familia, que se trasluce en la forma te la fatiga del terapeuta, que en algún momento de su carre-
en que los tratan. Las familias pronto se hacen la idea de que ra los hace resistentes a determinadas familias.
no son bien recibidas en la unidad. Esta actitud del personal, Para que surja la resistencia a la terapia familiar, debe
combinada con el hecho de que las familias mismas ya se sien- haber alguien dentro del sistema que represente el apoyo al
ten culpables, desbordadas e inútiles, acrecienta su distancia- menos de la idea de terapia familiar. El lugar dentro del siste-
miento del sistema asistencial o su hostilidad hacia éL. ma en que se sitúe el apoyo de la terapia familiar determinará
Si este proceso se ha dado varias veces con varios sistemas en gran medida la forma en que se deberá abordar la resisten-
hospitalarios, las familias acuden a un hospital sólo cuando cia. Conviene hacer una evaluación. del sistema. La primera
no aguantan más, cuando desean dejar al paciente e irse, y parte de esta evaluación consiste en un-autoexamen por parte
utilizan la hospitalización como un respiro de la tensión de de los terapeutas. Los terapeutas sin formación o los forma-
vivir con un miembro disfuncional y perturbador crónico. Si dos en una modalidad individual pero que intentan aprender
los miembros del personal desean comprometer a estas fami- terapia familiar deben preguntarse a sí mismos si realmente
lias en el tratamiento del paciente, tendrán un gran trabajo. desean intentar una nueva modalidad que sin duda será difi-
Ellas ya han pasado por todo. Han visto frustradas sus espe- cil. Al menos en un comienzo deben evaluar si podrán tolerar .
ranzas de pronta remisión, han pasado por la triste experien- la exposición de su práctica, y cuánto temor les causa. Deben
cia de asistir al deterioro de su pariente. Han quedado atra- evaluar si realmente disponen del tiempo y de la·energía nece-
padas en conflictos entre el paciente y el personal y han apren- sarios. La segunda parte de esta evaluación consiste en deter-.
dido a mirar con sospecha a cualquier empleado del hospital. minar el monto de apoyo que tendrán en el plano administra-
Han visto estropearse los beneficios de la medicaci.ón por el tivo y de supervisión. Los terapeutas deben indagar qué pien-
desarrollo de efectos secundarios desagradables y, a veces, irre- san sus superiores de la idea de la terapia familiar y con cuánto
versibles. A menudo han sido víctimas de la hostilidad de su apoyo podrán contar de los supervisores y los administrado-
res. Si no existe una fuente directa de apoyo para terapia fa-
_,JJ\·. - '.
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. 325
miliar dentro del sistema, los terapeutas pueden buscar fuera
del marco de su propia agencia o institución cursos y talleres miento acerca de familias no resultan demasiado cálidas ni
de terapia familiar, si bien esto requiere un espíritu verdade- alentadoras, y personas cálidas y alentadoras no saben en rea-
ramente independiente.
lidad demasiado acerca de familias. Ser alentador.no ·signifi-
Por otro lado, aun si existe un apoyo administrativo fuer- ca mostrarse efusivo sino sensible a los problemas que enfrenta
te para la terapia familiar, los terapeutas familiares esperarán el principiante. Idealmente, a este le conviene seleccionar su-
tropezar con reservas de los clínicos veteranos no entrenados pervisores que sepan alentar y sean de probada capacidad.
en terapia familiar, y quizá con la renuencia del departamen- Una forma de apreciar la capacidad de un supervisor en nues-
to contable a adquirir los accesorios necesarios para la for- tro campo es obtener el permiso para observar su práctica,
mación y la supervisión. Estas resistencias, aunque más pasi- en vivo o en una grabación. Esto no sólo ofrece la oportuni-
vas. empero pueden llegar a impedir el logro de la terapia fa- dad de observar el enfoque de un supervisor potencial y eva-
miliar; ellas requieren diferentes estrategias de intervención. luar si uno congenia, sino que además el mero hecho de estar
En lo que resta del capítulo exponemos formas de resistencia dispuesto a exponer sin reservas su propia práctica es un buen
a la t;erapia familiar situadas en los sistemas asistenciales o signo. Esos supervisores probablemente sean personas accesi-
en sus integrantes -o engendradas por ellos-; exponemos bles también en su trato.
entonces estas resistencias en detalle, y a continuación sugeri- Si los principiantes deben elegir entre un supervisor que
mos mét~dos para abordarlas. · alienta y uno que sabe mucho, deberán tener en cuenta sus
propias necesidades. Si saben que tienden a reaccionar de un
modo catastrófico frente a la crítica y/o que reciben escaso
Problema 1. Resistencia originada en el terapeuta por la aliento en general en su vida, deberán elegir el supervisor que
ansiedad de competencia alienta si quieren sobrevivir. Si pueden perseverar y aprender
estando incómodos, probablemente consigan mucho más ele
No hay manera de evitar este tipo de resistencia porque un consejero bien preparado aunque crítico. En cualquiera
es inherente a la situación inicial del aprendizaje de un nuevo de los dos casos, es preciso que elijan a alguien a quien res-
método de conducción de terapia. Todos la sienten durante peten.
los estadios iniciales de cualquier aprendizaje y la mayoría de
los terapeutas la experimentan periódicamente a lo largo de Aprender a utilizar la supervisión sabiamente. Si los tera-
su carrera. La única pregunta sería hasta cuándo dejar que peutas principiantes no tienen la posibilidad de elegir a sus
ese tipo de resistencia nos coarte. En la formación en terapia supervisores -e incluso si la tienen- es importante que· asu-
familiar, la ansiedad de competencia se complica a menudo man la responsabilidad de su propio aprendizaje y, de alguna
por la necesidad de exponer la propia práctica en un video manera, la responsabilidad de lo que sucede en supervisión.
y ante una supervisión en vivo, proceso capaz de exacerbar Por ejemplo, tal vez deban aprender a ser precisos acerca del
t
1 la ansiedad de cualquier principiante. tipo de aliento que necesitan o que toleran. Los supervisores
pueden olvidar lo dificil que resulta comenzar a ver familias
o lo amenazador que es exponer la propia práctica al escruti-
SUGERENCIAS
nio de otro. Los principiantes deben estar dispuestos a pro-
porcionar realimentación a sus supervisores o a plantear pre-
Buscar una buena supervisión. Los terapeutas necesitan guntas cuando no comprenden una sugerencia. Si no pueden
del aliento y la comprensión de supervisores y colegas, sobre cuestionar lo que dictaminan sus supervisores, probablemen~
todo en los comienzos de su carrera. Si los principiantes tie- te terminen desconociéndolos o saboteando las intervencio-

i nen la posibilidad de elegir a su supervisor, deben hacerlo cui-


dadosamente. A veces, personas que tienen un gran conocí-
nes sugeridas. Para obtener un verdadero apoyo de la super-
visión, los terapeutas deben estar dispuestos a decir: «Esta
parece ser una sugerencia buena pero no creo poder ponerla

í 326
327


en práctica». Recuérdese, nadie espera de un terapeuta prin- Problema 2. Resistencia de1 clínico por fatiga del
cipiante que sepa lo que hace; menos, los supervisores ante terapeuta
quienes exponen su trabajo. Si se sienten abrumados por la
cantidad de cosas que deben aprender en supervisión, pueden Como otras formas de resistencia originadas en el siste-
pedir a los supervisores que los ayuden a hacer foco sobre ma, la fatiga del terapeuta se proyecta en general hacia afue-
una o dos cuestiones importantes. Si el principiante sabe, por ra, de manera que parece situada en los sistemas familiares.
ejemplo, que su primera tarea es aprender a sostener el foco Las familias comienzan a faltar a las sesiones, tal vez en res-
en una· entrevista familiar, puede pedir concentrarse en ese puesta a mensajes sutiles e inconcientes que envía el terapeu-
asunto en supervisión y dejar momentáneamente de lado la ta. Las familias son asombrosamente sensibles a que el tera-
preocupación por pautas más complicadas de conducta inter- peuta desee o no atenderlas. De hecho, una manera de saber
activa. si un terapeuta necesita vacaciones es comprobar que varias
de las familias que atiende comienzan a cancelar citas.
Buscar otros apoyos. Braulio Montalvo cierta vez dijo a
dos ansiosos padres que «el cuidado parental empieza por no-
sotros mismos»; quiso decir que para cuidar a los hijos los SUGERENCIAS
padr:es deben primero criarse ellos. Esto también rige en el
Consultar a colegas. Resulta útil para un terapeuta con-
caso de los terapeutas. Por eso, si no se dispone de supervi-
sión experimentada, los terapeutas principiantes deben cui- versar acerca de sus frustraciones con colegas a quienes con-
dar de sí mismos buscando apoyo en otros lugares. Todo sis- sidere razonablemente objetivos y capaces de apreciar el pro-
tema de salud generalmente cuenta con varias personas inte- blema. Aun si los colegas no tienen una buena solución para
resadas en terapia familiar pero que están aisladas entre sí. resolver una frustración particular, generalmente produce ali-
vio poder verbalizarla (la vieja rutina de sacar afuera lo que
Aquellos terapeutas que se esfuercen en organizar un grupo
angustia). En esos diálogos resulta a veces útil preguntar a
de estudio o discusiones de casos, o que tomen. la iniciativa
los otros qué hacen cuando están agotados o pedir consejo
de dedicar algo de tiempo a cada una de estas personas aisla-
das para discutir sobre terapia familiar, resultarán moralmente para organizar las energías y el tiempo propios.
recompensados, y tendrán un sistema de apoyo valioso y un
Revisar videocintas. Como la resistencia originada en el
mayor número de derivaciones.
clínico a menudo se proyecta sobre la familia, puede resultar
útil revisar videocintas de entrevistas recientes para tener un
Confesar. Se ha recomendado .a los oradores que sufren
panorama de los problemas que se han desarrollado en la in-
de miedo al público que anuncien al comienzo de su discurso
teracción terapeuta-familia. Familias muy resistentes pueden
que la ansiedad los paraliza. Inspira esta táctica la considera-
producir en el terapeuta un enojo o una impaciencia incon-
ción de que una vez que han anunciado que pueden fracasar
cientes, que consuman sus energías. Tal vez el terapeuta des-
totalmente, se reducirá en mucho su ansiedad porque se ha-
cubra que ha brindado menos aliento que de costumbre, ha
brán librado de la ansiedad de tener que encubrir su ansie-
hecho exigencias injustificadas a los miembros de la familia
dad .. Los principiantes no necesitan confesar a las familias que
o, simplemente, no ha actuado de la manera habitual en él.
están ansiosos, pero pueden al menos confesárselo a sí mis-
En ocasiones alcanza con reconocer la propia fatiga para li-
mos, confesarlo a sus supervisores y a los pares en quienes berarse de tomar medidas para solucionarla y para enmendar
confíen. Una vez que han expuesto su ansiedad, no necesitan
estar tan preocupados por ocultarla y se pueden concentrar los propios problemas.
más plenamente en la familia que está frente a ellos o en lo Reducir el volumen de casos. Si los terapeutas se percatan
que intentan enseñarles sus suoervisores. de que se resisten permanentemente a las familias, puede ser

329
328
necesario que repiensen su método o el de la institución en
lo que respecta al número de casos que pueden conducir. Si SUGERENCIAS

los terapeutas ven a familias más que a individuos, general-
mente el número total de casos debe ser menor. Por otro la- Ingresar en el sistema con cuidado, respetando la estruc-
do, a veces es la naturaleza particular de un caso lo que pro- tura de poder. Si los terapeutas familiares provienen de afue-
voca fatiga. Por ejemplo, terapeutas que atienden muchos ca- ra del sistema, encontrarán ya bastantes dificultades con los
sos de familias que incluyen a pacientes con esquizofrenia procedimientos establecidos y las resistencias naturales al cam- 1

crónica pueden ser más vulnerables a la fatiga del terapeuta bio para enfrentar además a la agencia en su totalidad en el ¡¡1,
que clínicos saturados de casos leves. intento de hacerle cambiar sus puntos de vista. Es decisivo
Si algunas familias producen fatiga del terapeuta, puede obtener el apoyo de la administración. Conseguir que los otros I 11

ser aconsejable espaciar las reuniones con ellas, fijándolas ca- «piensen en función de familia» no garantizará el éxito pero
da dos o tres semanas. Esto puede o no desacelerar el proceso al menos prevendrá un fracaso seguro. El apoyo administra- 1
de cambio, pero de todas formas es preferible a que los tera- tivo da a los terapeutas familiares un carné de admisión, una
peutas h¡;tgan fracasar la relación terapéutica en su totalidad oportunidad para probar la utilidad de este tipo de tratamiento. 1
por estar sobrecargados. A veces es necesario que admitan Al ingresar en estos sistemas, conviene que evalúen qué es lo
1
que no pueden ser omniabarcadores y que ciertas familias les viable y lo que contribuirá a demostrar los beneficios de la
terapia familiar. Según las características del sistema, debe- /,!
resultan particularmente desagradables. Si un terapeuta no se
siente a gusto con una familia o considera que esta remueve rÍin elegir casos fáciles o de logro relativamente seguro, o aque-
sus problemas personales, su libertad de intervención resulta llos casos difíciles que nadie quiere tratar.
coartada. Si no puede manejar su propia resistencia con a]gu-
no de los métodos mencionados aquí o en el capítulo 4, será Evitar el papel de predicador y las luchas de poder inúti-
ético que trasfiera los casos que lo hacen reaccionar. les. La mayoría de los terapeutas deben reconciliarse con la
idea de practicar en forma cooperativa en lugares que están
y seguirán estando dominados por un modelo individual, sea
Problema 3. Resistencias deI sistema originadas en la psicológico, biológico o una conjunción de ambos. Después
falta de familiaridad con la terapia familiar de todo, Charcot y Freud precedieron a Jackson, Minuchin
y Bowen en casi un siglo. .
Como sei'\alamos al comenzar este capítulo, los terapeutas En la lucha por el reconocimiento de la terapia familiar ·
que no se dedican a terapia familiar generalmente tienen noti- como modalidad de tratamiento respetable en los círculos psi-
cia de esta pero no conocen sus principios y a menudo supo- quiátricos tradicionales, los terapeutas familiares han adop-
nen que se trata de una forma de terapia individual que se tado posiciones se diría que insostenibles acerca de la etiolo-
lleva a cabo con diferentes miembros en una misma sesión. gía y la psicopatología. No existen pruebas contundentes de
En muchos casos, las agencias e instituciones deciden in- que la familia pueda llevar a uno de sus miembros a la locu-
cluir terapia familiar en sus servicios sin una comprensión clara ra, aunque muchos de nosotros creamos tener pruebas expe-
de su teoría y sus métodos y después tienen que tratar con rimen~ales en contrario. Los estudios actuales sobre etiología
una modalidad de terapia o con un profesional que simple- de la psicopatologia indican que probablemente existan fac-
mente no encaja dentro de las prácticas estándar de la agen- tores biológicos eficaces tanto en la esquizofrenia como en
cia. El tipo de resistencia que el sistema exprese dependerá la depresión, y que no obstante la función lógica o indudable
de que el terapeuta familiar haya adquirido su experiencia en que parezca tener la familia en los trastornos psicosomáticos,
otro lugar y sea nuevo en este sistema, ·o bien un profesional no existen estudios epidemiológicos que ofrezcan una prueba
del sistema intente aprender y poner en práctica un programa clara de su rol en la etiología de esas perturbaciones. Estos
de terapia familiar. argumentos no disminuyen la importancia de los sistemas fa-
miliares, ni de la terapia familiar. Aun si finalmente se descu-

330
331
briera que la etiología de determinadas condiciones mentales
es completamente genética o bioquímica, las familias conser- tonces puso al equipo de terapia familiar a disposición per-
varían su importancia para el mantenimiento del síntoma y manente durante las veinticuatro horas. Prometió que quien-
para el curso y el desenlace de la enfermedad. Hay pruebas quiera que tuviese una familia y llegara con cualquier clase
indudables de que las familias influyen sobre el curso de la de problema, dispondría de un terapeuta familiar para tratar-
esquizofrenia, y parece probable que se ·pueda demostrar lo lo. El ofrecimiento significaba una sobrecarga para un equi-
mismo respecto de la depresión. Además, hay pruebas de que po tan pequeño y, sobre todo, habría sido innecesario si el
la intervención familiar es tan eficaz como la hospitalización personal del servicio de emergencia hubiera estado dispuesto
psiquiátrica y tiene menos efectos posteriores negativos. No a derivar familias a terapia familiar. Pero determinadas cues-
se trata, en consecuencia, de ponerse a discutir acerca de la tiones políticas y emocionales del sistema bloqueaban las de-
etiología de la enfermedad. Esas discusiones no hacen más rivaciones y era evidente que los terapeutas familiares debían
que enajenar la voluntad de los colegas y, por otro lado, po- adoptar una medida enérgica para ponerse a prueba. A pesar
larizan un terreno que ya lo está. de que muchos casos que sin duda eran familiares se presen-
Los t~rapeutas familiares deben evitar sobre todo las lu- taban en horarios convenientes, no se recurría al equipo. En
chas de poder en torno a determinar la teoría más «correcta», cambio, se lo llamó para situaciones casi insolubles en día do-
ya traten con partidarios de la teoría psicodinámica o con te- mingo y en medio de la noche, evidentemente más con la in-
rapeutas formados en modelos que van desde el psicodinámi- tención de poner a prueba el ofrecimiento que de derivar ca-
co hasta el de la modificación de la conducta. Esas luchas sos. Cuando los terapeutas familiares respondieron de buena
de poder pueden arruinar la moral del personal y acabar con gaña a esos llamados, aceptaron las derivaciones con seriedad
la confianza de los terapeutas en ellos mismos y en su prácti- e intentaron abordar estos casos difíciles, terminaron.los lla-
ca. Una de las autoras pasó por la desafortunada experiencia mados nocturnos y se hicieron derivaciones más razonables.
de ser contratada como terapeuta de familia por una agencia Siempre que se hacia una buena derivación o siempre que se
que tenía orientación estrictamente psicoanalítica. Provenía lograba una verdadera mejoría en casos difíciles, el equipo
de una de las instituciones organizadas alrededor de uno de familiar tenia la costumbre de volver a la fu ente de deriva-
los padres fundadores, donde la terapia familiar era casi una ción e informarle acerca de los logros. Gradualmente, estos ·
religión, y supuso que el personal se entusiasmaría tanto co- profesionales escépticos comenzaron a formular preguntas más
mo ella por el nuevo enfoque. Cuando intentó convertir a to- orientadas hacia la familia en sus evaluaciones, a pensar más
dos al punto de vista familiar, el personal reaccionó califican- en cuestiones familiares y a utilizar el equipo de terapia fami-
do su conducta como «perturbada», es decir, como una ma- liar. Si bien las familias nunca llegaron a ser su principal preo-.
nifestación de los problemas que tenia por haberse separado cupación, al menos dejaron que la terapia familiar hiciera pie
de su anterior institución, y la trató con condescendencia. No en la institución.
es necesario decir que se separó de la agencia tan pronto co-
mo pudo, tras haber aprendido algo acerca de los efectos po- Exponer las cuestiones familiares en toda oportunidad. Los
tencialmente negativos del papel de predicador. terapeutas familiares o aquellos que están interesados en co-
menzar a practicar terapia familiar en un sistema ·que no re-
Probar que se es útil y se tiene buena voluntad. Si un sis- conoce su valor, deben aprovechar oportunidades de hacer
tema desconoce la terapia familiar y sus potenciales benefi- tomar conciencia al personal acerca de la importancia de la
cios, no la usará en forma productiva. Los terapeutas fami- familia. Conviene que asistan a reuniones de rutina, reunio-
liares deberán tomarse un trabajo adicional para demostrar nes de equipo y conferencias sobre casos y presten atención
que la terapia familiar cabe dentro del sistema y que está en al surgimiento de cuestiones familiares. Si formulan pregun-
el mejor interés de todos recurrir a ella. U na de las autoras tas acerca de las familias y examinan su impacto potencial
ingresó en un sistema escéptico, desinformado y hostil. En- sobre el funcionamiento del individuo, tal vez interesen al resto
del equipo en cuestiones familiares y de esa manera logren

332
333
un apoyo para este tipo de terapia. En este proceso, deben
formular preguntas no hostiles ni amenazadoras, y presentar · Hacer analogías. Los terapeutas familiares estarían locos
una posible forma diferente de explicar una conducta en lu- si tiraran por la borda todo lo que han aprendido acerca de
gar de sugerir una verdad. Por ejemplo, inicialmente puede psicopatología y desarrollo individuales o acerca de otros mé-
ser útil formular preguntas acerca de las relaciones familiares todos de influir terapéuticamente sobre la gente. No obstan-
del paciente: ¿ Vienen a verlo/ a los parientes? ¿Son coopera- te, a menudo se rechazan todas las demás teorías y prácticas
tivos o críticos? ¿Hay otros problemas inmediatos en la fami- cuando el establecimiento del punto de vista de los sistemas
lia? ¿Estaría la familia dispuesta a venir? En un principio pue- familiares se emprende como una campana política o semi-
de también ser útil formular preguntas histódcas. A veces es rreligiosa. Son numerosas las conexiones entre la terapia' fa-
posible demostrar que los síntomas del paciente han ido em- miliar y otras modalidades de tratamiento que pueden servir
peorando en momentos de gran tensión familiar, por ejem- como puentes útiles para generar la comprensión y la coope-
plo, después de muertes de abuelos o cuando los hermanos ración con otros terapeutas.
se alejan del hogar para estudiar. De esta manera, el equipo Los terapeutas de la conducta comprenden los principios
puede :eomenzar a ver la relevancia del abordaje familiar sin que llevan a extinguir determinadas conductas y a recompen-
encontrarse en la situación de tener que sacrificar sus orienta- sar otras, lo cual es por cierto una parte de lo que acontece
ciones teóricas básicas. en la terapia familiar. Los colegas de orientación conductista
pueden entender que el terapeuta familiar recompensa-selecti-
No emplear la jerga de la terapia familiar. El desconoci- vamente algunas conductas y castiga otras una vez que se en-
miento institucional de la teoría de la terapia familiar puede cuentra dentro de la frontera. familiar. El uso selectivo que
exacerbarse inadvertidamente si los terapeutas familiares con- el terapeuta familiar hace de las alianzas y de las tareas para
sideran que deben instruir a sus colegas sobre conceptos tales reforzar las fronteras generacionales también puede ser·visto ·
como «contexto». Las nociones básicas tal vez sean aburri- en función de conducta. Es bastante fácil explicar este tipo
das; lo cierto es que los terapeutas familiares que lanzan en de terapia a los entusiastas de la modificación de la conducta
forma repetida debates teóricos complicados y elaborados pue- sin utilizar el término «sistema».
den disgustar a sus colegas y a las potenciales fuentes de deri- En el caso de médicos es a veces útil trazar analogías que
vación. Si bien puede perdonarse a terapeutas que ocasional- relacionen las cuestiones de los sistemas familiares con la mi-
mente se entr!!guen a esta variante de psicoparloteo, pueden · ríada de sistemas reguladores existentes en el cuerpo humano.
provocar desconfianza en sus colegas. «Enmarai\amiento», por Los médicos están familiarizados con la noción de sistema aun-
ejemplo, es un término que todo terapeuta familiar compren- que no con los sistemas que operan· fuera de la piel de una
de pero que es dificil de explicar a terapeutas de una orienta- persona. Una simple analogía como «Considero que los ata-
ción diferente sin recurrir a gesticulaciones y rodeos, o inclu- ques de ansiedad de está paciente son agravados por la acti-
so a exhibiciones de videocinta. Resulta más sencillo utilizar tud crítica del marido, así como la úlcera es agravada por las
frases más fácilmente comprensibles como «la ansiedad com- comidas picantes» ayudará a explicar el punto de vista del
partida por la familia» o describir a los miembros de una fa- terapeuta familiar.
milia como «tan próximos que les resulta difícil tener diferen-
cias de opinión y más dificil aún expresarlas». Estas expli- Presentar casos. Es importante aprovechar todas las opor-
caciones son más adecuadas para alentar a terapeutas no fa- tunidades de presentar material de casos a colegas de diferen-
miliares a registrar acontecimientos en términos de interac- tes orientaciones. En esas presentaciones conviene demostrar
ciones y transacciones. La verdad es que si la práctica de la el rol que desempei\an las familias en el mantenimiento y/o
terapia familiar es muy dificil y complicada, no es dificil ni en la exacerbación de los síntomas, porque este es un punto
complicado comprenderla. Explicaciones simples a menudo menos polémico. Si los terapeutas pueden demostrar con la
alcanzan. exposición de secuencias de acontecimientos o con la exhibi-
ción de videocintas de sesiones familiares, que la conducta

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335
sintomática del paciente se exacerba cuando aumenta la an-
siedad de la familia, tal vez contribuyan a que los demás em- ciones intimas, que además requieren a menudo cuadros ge-
piecen a pensar en función de sistemas familiares. Este es un nealógicos multigener.acionales y explicaciones igualmente com-
primer paso en dirección a lograr apoyo para hacer trabajo plicadas. Los que no son devotos de la terapia familiar se im-
con familias y quizá también para convencer a otros de que pacientan con esos análisis y tal vei rehuyan despu~s toda
lo hagan. discusión sobre la teoría familiar.
El uso estratégico de las videocintas merece una observa-
ción especial. Si los terapeutas tienen la suerte de disponer
de un equipo de video, les conviene utilizarlo ampliamente Problema 4. Resistencias provocadas por los factores
para hacer sus demostraciones. Es importante, sin embargo, de molestia·
que no se dejen fascinar por la dinámica familiar y sus pro-
pias intervenciones brillantes. Los colegas son más receptivos Las resistencias generadas por los factores de molestia, co-
para demostraciones breves y bien comprensibles de la diná- mo se ha mencionado, se relacionan con el espacio, los regis-
mica ~miliar, que se puedan relacionar fácilmente con el man- tros, los pagos y el tiempo que lleva insertar genuinamente
tenimiento del síntoma. Para lograr un buen efecto, conviene a una familia en una terapia. La actitud de la administración
que escojan un aspecto de la dinámica y lo presenten en for- hacia la terapia familiar, expresada en sus procedimientos en
ma elocuente y repetida a lo largo de su exposición. Si un relación con esos puntos, se reflejará en las demás partes del
_ terapeuta desea demostrar el modo en que los miembros de sistema asistencial. Si la administración apoya la terapia fa.
la familia evitan el conflicto utilizando al paciente como chivo ·miliar, se superarán los problemas provocados por sus necesi-
expiatorio, podrá mostrar tres ejemplos claros de no más de dos dades especiales; si es poco colaboradora, será dificil practi-
minutos de duración cada uno y explicar después su relación car la terapia familiar, y fácil no hacer caso de ella; si la ad- .
con el mantenimiento del síntoma. Se puede recurrir al mon- ministración es hostil, la terapia familiar será imposible.
taje de videocintas. Si no se cuenta con un sistema para reali- Aquella parte del sistema que guarda los registros médi-
zar y montar videocintas, los terapeutas prepararán cuidado- cos y cobra a los pacientes puede causar un caos particular
samente las presentaciones anotando en la máquina reproduc- y, por lo tanto, la resistencia de las familias. Aquellas fami-
tora de video los números que corresponden a los segmentos lias que reciben facturas conmocionantes_ porque cobran la
que demuestr~n su argumento. Muchas presentaciones que por sesión de todos a cada miembro por separado son más sus-
lo demás eran buenas se arruinaron porque los terapeutas per- ceptibles de desertar en el acto. Lo mismo sucede con fami-
dían demasiado tiempo buscando el material indicado mien- lias en las que un miembro debe pasar horas en el teléfono
tras sus colegas se aburrían, se irritaban o se confundían acerca para arreglar su situación porque la computadora ha extendi-
de lo que aquellos querían demostrar. do facturas a varios miembros de la familia y la persona que
atiende el departamento contable nunca oyó hablar de tera-
Evitar debates sobre la propia familia del terapeuta. Otro pia familiar y no comprende el problema. Cuando el miem-
escollo con que tropiezan a veces los terapeutas familiares bro azorado termina de explicar que por razones de reinte-
cuando instruyen a sus colegas acerca de la teoría que los ins- gro, de impuestos, de salud personal, necesita una factura por
pira es su intento de utilizar la familia propia para ilustrar un paciente único con un diagnóstico único y una lista legible
determinados puntos. Si bien muchos terapeutas familiares de sesiones, en lugar de tres facturas diferentes con tres nom-
están fascinados con sus orígenes y el de sus colegas, es me- bres diferentes y tres listas que no coinciden en las fechas en
nos probable que otros profesionales experimenten lo mismo. que se llevaron a cabo aquellas, es probable que decida que
Los terapeutas familiares han adoptado esa costumbre en sus _ lo mejor es terminar con todo eso.
aftos de formación y les cuesta reconocer que muchos de sus
colegas consideran vergonzosas y aun aburridas estas revela-

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337
la terapia familiar.· En el ejemplo anterior, en que los tera-
SUGERENCIAS peutas familiares s.e pusieron a disposición de la sala de emer-
gencia durante las veinticuatro horas, la buena voluntad que
Evaluar la fuente y el móvil de resistencia relacionado con se traslucía en esta actitud permitió no sólo recibir qerivacio-
el factor de molestia. Es importante determinar si las resis- nes sino también lograr apoyo de emergencia en casos difíci-
tencias relacionadas con los factores de molestia existen por- les. No importa qué procedimientos se hayan adoptado, son
que nadie ha reconocido su importancia o porque se carece las relaciones informales y el contacto humano los que pro-
de recursos. ¿La razón por la que no se dispone de consulto- porcionan el combustible que hace funcionar el sistema. Los
rios suficientemente amplios para ver a familias es que nadie terapeutas pueden mostrarse impunemente arbitrarios, descon-
se ha tomado el tiempo de elaborar nuevos procedimientos siderados o condescendientes con personas que se encuentran
para familias o que a los poderes existentes no les interesa en una jerarquía inferior en un momento dado. Pero a la lar-
que se haga· o no terapia familiar? ¿El hecho de que los for- ga, la resistencia pasiva o activa de personas que han sido tra-
mularios de admisión que los pacientes deben llenar no inclu- tadas con desconsideración actuará en su contra y en contra
yan una; mención a cuestiones familiares se debe a falta de de las familias a quienes intenten asistir. Es una vieja y cono-
conocimiento, falta de respeto por su importancia o a que cida historia que las enfermeras de las unidades de internos
no se sabe qué preguntar? ¿Estas fallas·suponen una falta de tienden a no llamar innecesariamente a los residentes de guar-
apoyo de los cuadros superiores o un descuido de los cuadros dia que las han tratado como pares respetadas, mientras que
intermedios? No es necesario ser un estudioso de sistemas fa- aquellos residentes que han sido arrogantes serán sin duda des-
miliares para entender lo que significa falta de apoyo por parte pertados a las tres de la mañana por algo que el equipo de
de los cuadros superiores. enfermería podría fácilmente haber manejado por su cuenta.
De la misma manera, si los terapeutas familiares se han to-
Lograr un compromiso por parte de la administración; An- mado el trabajo de hacerse amigos del equipo de enfermería,
tes que la terapia familiar se inserte en un sistema asistencial es más probable que este les cuente acerca de una visita do-
se debe lograr que la administración se comprometa a consi- minguera de una familia, que revele algún malentendido fa-
derarla una parte importante de los servicios ofrecidos por miliar importante o las resistencias de la familia._Aquel tera-
la agencia o institución y apoye sus prácticas. El grado de apo- peuta familiar que ha tratado generosamente con el departa-
yo puede ser negociado, es decir, el monto de apoyo financie- mento contable, ayudando a desenmaraflar un problema de
ro y emocional que aquella puede proporcionar variará de un facturación, descubrirá que pueden encontrarse variaciones
sistema a otro pero debe existir acuerdo en el principio de que a un procedimiento rígido, incluso al extremo de hacer venir
la terapia familiar es válida. En general, si no se tiene el apo- a la gente del departamento contable al consultorio pára que
yo de la administración y no se dispone de una forma clara discuta un problema con una familia.
de demostrar la utilidad de la terapia familiar para lograr ese
apoyo, conviene renunciar a practicarla en ese sistema parti- ·· Hacer visitas frecuentes al departámento de admisión. Las
cular. Los terapeutas deberán cambiar de sistema o aplicar conversaciones con los empleados de admisión y con el jefe
la terapia que su sistema apoya. La alternativa probablemen- de residentes, el enfermero o él médico supervisor del depar-
te ·sea una úlcera, una baja autoestima y/o una gran soledad. tamento de admisión, permiten adquirir y compartir aquella
información mencionada antes. El contacto con el departa-
Hacet amistades en Jugares clave. Con el objeto de ganar mento de admisión es un excelente medio para educar al per-
apoyo para un punto de vista, a menudo conviene hacerse sonal sobre los casos que se beneficiarían con una terapia fa.
de amigos en diferentes partes del sistema y después pedir ayu- miliar y sobre las preguntas que aportan información acerca
da cuando surge un problema. A veces es más fácil proponér- del nexo entre los problemas presentados y la familia del pa-
selo que hacerlo, porque a menudo pareciera que todas las ciente. Por otro lado, esas conversaciones sirven para que el
partes del sistema se han puesto de acuerdo para dificultar

339
338
Problema 5. Resistencias generadas por los problemas
terapeuta se mantenga visible y la terapia familiar permanez- de territorio ·
ca en la mente de las personas.
· Los .problemas de territorio.expue~tos anteriormente en este
Ofrecerse para revisar los formularios. Todas las institu-
capítulo tienden a producirse por falta de conocimiento de
ciones disei'ian formularios para organizar de manera cohe-
los beneficios potenciales de la colaboración. La terapia fa-
rente las informaciones que juzgan indispensables. Las escue-
miliar puede y debe ser combinada con otras formas de .psico-
las, los hospitales y las instituciones sociales generalmente han
terapia y farmacoterapia. En aquellas instituciones que pre-
disei'iado sus sistemas de admisión y tratamiento según una
fieren un enfoque biológico o psicodinámico orientado hacia
perspectiva individual. Por ejemplo, én un gran hospital psi-
el individuo, la terapia familiar puede en general ser aceptada
quiátrico para casos agudos, las preguntas de los formularios
al menos como un método para asegurar la colaboración de
de admisión referentes a la familia se reducían a esta sola:
l¡i familia del paciente en el cumplimiento de las prescripcio-
«¿Tiene el paciente problemas familiares?». Se la debía res-
nes. Si los terapeutas familiares tienen serias reservas acerca
ponder con un «sí» o un «no». Cabe imaginar que un clínico
del empleo de medicación o de los contactos individuales con
ocupado no hará más que mirar la respuesta sin preguntar
pacientes, no deberían trabajar en hospitales o agencias en
por los detalles. La mejor manera de asegurarse de que las
que se utilice medicación o se trate a los pacientes en forma
cuestiones familiares se incluyan es incluirlas, es decir, dise-
individual; de lo contrario se verán envueltos en luchas de po-
i'lar preguntas que permitan conocer el contexto en que han
aparecido los síntomas o los problemas del paciente; así se der con los médicos, que perjudicarán a los pacientes y a las
familias.
alienta, además, la discusión de estos problemas. Esto incre-
menta casi automáticamente las derivaciones a terapia familiar. Si no hay buena voluntad de ambas partes, es considera-
bie el dai'io que puede provocar la formación de triángulos
Enviar informes. Estos son el método formal que tiene un
tóxicos entre los pacientes y los miembros del equipo de tra-
tamiento. Estos triángulos se producen casi siempre cuando
sistema para que los subsistemas se comuniquen ent~e si. Son
extremadamente útiles para recordar a varios subsistemas que la estructura de poder apoya una forma de terapia individual
y la intervención de la familia es considerada poco propicia.
la terapia familiar está viva en el Anexo 2389. También son
útiles para llamar la atención de la administración sobre de- En tales sistemas, las sesiones familiares pueden ser conside-
terminados problemas de un modo lógico que no se pase por radas destructivas y perjudiciales para el logro de la alianza
alto fácilmente. Quizá la función para la que menos se em- terapéutica o la trasferencia. Las necesidades de los pacientes
. son primordiales aunque otros miembros de su familia ten-
,t plean los informes es la de agradecimiento oficial a diferentes
personas por su ayuda. Se trate de la secretaria que obtuvo gan necesidades conflictivas importantes. Si se carece de una
un consultorio para un terapeuta familiar o de un empleado perspectiva familiar, no es fácil darse cuenta de que un foco
l
contable que trató con tacto a una familia o de un médico temporario sobre cuestiones familiares puede traer problemas
i
1
de guardia que se tomó el trabajo de informar al terapeuta
familiar que un miembro de la familia acudió a la sala. de eJ11er-
al paciente en el corto plazo, pero. a la larga lo beneficiará .
Esta diferencia básica de perspectiva se manifiesta en los cam-
pos de las prioridades, las decisiones y la determinación acer-
t gencia para solicitar medicación, esta técnica puede_ ser útil.
Todos se quejan cuando las cosas andan mal. Pocos hacen
llegar su felicitación cuando las cosas funcionan bien. Si los
ca de quién tiene el derecho de tomarlas. ·

terapeutas familiares envían informes -y sobre todo _si remi-


SUGERENCIAS
ten copia a supervisores importantes-, en muchos casos con-
seguirán ayuda y cooperación futuras.
Respetar la jerarquía. Todas las personas suelen tener cam-
pos que ~onsideran de su responsabilidad y otros que consi-

340 341

~.
deran invadidos por miembros del personal, particularmente Problema 6 .. Resistencias especiales producidas por
los de posiciones inferiores. Como los terapeutas familiares las unidades .de pacientes· internos
no suelen ser los miembros más antiguos del equipo de trata-
miento, deberían respetar la estructura de poder y los límites Las resistencias producidas en las familias por mierp.bros
de los campos correspondientes a cada miembro del equipo. del personal que o bien las ignoran o son hostiles hacia ellas
En algunos campos las responsabilidades y los intereses de porque se han sobreidentificado con el paciente pueden ser
los miembros del equipo se superponen, pero los terapeutas evitadas o disipadas de diferentes maneras. Si bien las resis-
familiares deben estar particularmente atentos a estas cues- tencias engendradas por los sistemas asistenciales difieren de
tiones de límites y de territorios y trabajar para lograr sus ob- acuerdo con las características del sistema, esperamos que al-
jetivos sin pasar por encima de otros. gunas de nuestras sugerencias se puedan aplicar en otros con-
textos o, al menos, que inspiren un modo de pensamiento en
Definir los objetivos y los métodos de tratamiento. Muy relación con la superación del efecto de las resistencias origi-
a menudo los objetivos de varios miembros del equipo de tra- nadas en los sistemas en general.
tamiento pueden ser los mismos pero no así sus métodos. Una'
manera de evitar los problemas de territorio es que cada per-
sona involucrada en el tratamiento del paciente contribuya a SUGERENCIAS
los objetivos del tratamiento y que todos los miembros del
equipo sean concientes de la manera en que otros métodos Establecer contacto con la familia inmediatamente. Ape-
contribuyen a alcanzarlos. La comunicación abierta y el res- nas los pacientes son hospitalizados, los terapeutas familiares
peto entre los miembros del equipo hacia el aporte de cada deberían establecer contacto con su familia y proponer que
uno es la clave para hacer funcionar esta técnica. esta tenga una sesión sin el paciente. Además del foco sobre
las necesidades y los problemas del paciente, esta s.esión debe-
Si todo lo demás fracasa, confrontar los triángulos. Los ría incluir un foco sobre los sentimientos de la familia acerca
terapeutas familiares están en la mejor posición para diag- del paciente y la situación. Si se compila una historia social,
nosticar triángulos insanos porque estos entran dentro de su se debe poner un cuidado especial en no insinuar que la con-
propio territorio. Es decir, han sido formados para tomar en ducta de la familia ha contribuido a .la enfermedad del pa-
cuenta estos sistemas y deberían asumir la responsabilidad de ciente. Si el personal acusa aunque sea inconcientemente a la
prestar atención a lo que sucede. Esto no es fácil, por supues- familia, esta evitará naturalmente su contacto. Por eso, en .
to, porque también ellos están emocionalmente comprometi- las. primeras sesiones los terapeutas familiares deben apoyar
dos. No obstante, deberían tratar de percibir el hecho de que- a la familia y tener en cuenta las neces.idades de los miem-
dar atrapados en triángulos, e intervenir abordando directa- bros·, no sólo las del paciente. Esto incluye la ayuda a la fami-
mente al miembro o a los miembros del equipo con quienes lia para sobrellevar la desilusión por el fracaso de los sistemas
se ven en conflicto. Si un residente tiene que hacer terapia asistenciales en «curar» a su paciente y el trabajo con el eno-
familiar y un asistente social lo sabotea manteniendo reunio- jo, la. culpa y la tristeza de la familia.
nes informales con la familia durante las horas de visita, es
preferible que trate directamente con el asistente social, y no Ser el representante de la familia ante el equipo. Es im-
con su jefe. A la larga, lo importante en este tipo de conflic- portante ayudar al personal del servicio de pacientes internos
tos es resolverlos; no ganar una escaramuza. a éomprender a las familias. Si se informa a los miembros
del personal acerca de las dificultades que la familia ha teni-
do cori el paciente y se les recuerda que la intromisión de la
.familia es un signo de preocupación o que su falta de disponi-
bilidad es una defensa frente a la angustia, el personal será

342 343
resistencia extrema. Este tipo de terapia. se presenta en dos
más comprensivo y proyectará menos sentimientos hostiles so- casos: que el sistema legal c:ierive una familia o que el tera-
bre la familia del paciente. Por otro lado, los terapeutas pue- peuta trabaje para un sistema legal o lo represente de alguna
den informar a los miembros de la familia acerca de lo que manera. (Este segundo caso será tratado en el problema 8.)
otros miembros del equipo hacen para ayudar al paciente y Si la familia ha sido derivada, el terapeuta puede hasta- cierto
acerca de las razones por las cuales el equipo adopta ciertas punto disociarse de la justicia y proceder como lo haría en
decisiones terapéuticas. Así pueden convertirse en el vínculo otros casos. Esta separación no puede ser completa porque
vivo entre el hospital y los sistemas familiares . los miembros de la familia saben que el terapeuta hará infor-
mes. No .obstante, se puede establecer algún límite entre el
Trabajar en función de la adopción de una perspectiva fa- terapeuta y la autoridad.
miliar por parte del sistema. El verdadero objetivo de los te-
rapeutas familiares dentro de los sistemas hospitalarios es ge-
neralmente, además de hacer terapia familiar o recibir deri- SUGERENCIAS
vacionis de familias, lograr que el sistema asistencial o los
sistemas que hacen derivacio,nes adopten un modelo familiar, Explicitar la situación. Cuando la terapia ha sido ordena-
es decir, que incluyan a la familia en el abordaje del pacien- da por un tribunal, conviene expresar abiertamente lo que to-
te/cliente desde el comienzo hasta el final del tratamiento. En dos saben, o sea, que la familia está en terapia por orden ju-
un sistema de este tipo, las preguntas acerca del compromiso dicial. Los terapeutas podrán luego comunicar que entienden
y la disponibilidad de la familia estarán contenidas en la pri- que la familia no se sienta a gusto. Esta es una variante de
mera llamada, de manera que los miembros de la familia se la producción de resistencia manifiesta para evitar la resisten-
acostumbren a la idea de qÚe se los incluirá en el tratamiento ¡;:ia encubierta. Tras discutir un poco lo que experimentan los
del paciente. En la fase de evaluación, los miembros de la fa- miembros a raíz de la naturaleza coercitiva de su derivación,
milia participarán en la evaluación misma y en la toma de los terapeutas pueden resucitar el sentimiento de control y res-
decisiones acerca del tratamiento del paciente, en lugar de que- ponsabilidad de la familia señalando que ellos pueden en rea-
darse fuera de la sala de entrevistas. En el caso de unidades lidad oponerse a la terapia y aceptar las consecuencias. Si bien
de pacientes internos, los horarios de visitas y encuentros se las consecuencias son por lo general lo suficientemente serias,
ajustarán en función de promover frecuentes vi"sitas y sesio- debería quedar claro que la oposición es una posibilidad. De
nes familiares. Si bien las sesiones familiares tal vez no indu- lo contrario seguirán resistiendo la terapia en todo momento.
yan a un nµembro psicótico, la organización temprana de se-
siones en que participaran otros miembros de la familia los Negociar un contrato explfcito. El problema en la terapia
mantendrá comprometidos con el paciente en lugar de alen- ordenada judicialmente es establecer contratos de tratamien-
tarlos a dejar el problema en el hospital e intentar olvidarlo. to en que las familias tengan algo de control y al mismo tiem-
Para alentar un modelo familiar de cuidado de la salud, los po sean realistas acerca de la necesidad de responder a las de-
terapeutas familiares deberán instar a que· se considere a las mandas del tribunal. Es crucial trasferir a la familia algún
familias en todas las fases del tratamiento del paciente y en sentido de la responsabilidad respecto del resultado de la te-
todas las decisiones acerca de los recursos terapéuticos. rapia; de lo contrario el terapeuta será visto como un repre-
sentante del tribunal y se exacerbará la resistencia. Por ejem-
plo, un terapeuta puede decir: «Tengo que escribir una carta
Problema 7. Resistencias producidas por la terapia informando al tribunal que ustedes están viniendo y están tra-
ordep.ada judicialmente bajando en terapia; pero ustedes deben decidir sobre aquello
en lo cual quieren trabajar y sobre lo que qesean hacer con
• La imposición de terapia forzada a una familia siempre las sesiones».
pone en marcha una situación en que se puede esperar una·

345
344
---------~·~--~--~-- ~

Como la terapia ordenada judicialmente cuestiona la auto- ran producido cambios que les permitieran funcionar como
nomía de la familia e induce el sentimiento de estar bajo con- dos adultos autónomos y responsables en el cuidado de una
trol, es necesario ser claros acerca de los límites de la terapia, nii'\a. No habían alcanzado un grado de madurez que los lle-
el grado de participación del tribunal y el tipo de informes vara a confiar en el otro en ausencia ni habían desarrollado
que se elevarán. Los terapeutas no deben exacerbar el senti- una red vincular que les diera el apoyo y la guía que necesita-
miento de pérdida de control de la familia omitiendo decir rían para hacerse cargo de su hija. Si bien el estudiante quería
lo que harán y dejarán de hacer, lo que ofrecerán y no ofrece- elevar un buen informe al tribunal porque simpatizaba con
rán y lo que informarán y no informarán. La familia debe ·1a pareja y consideraba que estaban esforzándose, se dio cuenta
tener la capacidad de decidir con conocimiento de causa si de que no podía decir que estaban preparados para hacerse
el proceso en su conjunto vale el esfuerzo. A veces incremen- cargo de un bebé porque no tenía pruebas que lo confirma-
ta el sentimiento de control saber que los informes elevados ran. A desgana y para sorpresa de la pareja, se puso del lado
a otras agencias serán primero compartidos con la familia. del tribunal en la recomendación de no devolver a la niña en
Esto no significa que esta deba necesariamente participar en ese momento y de incluir la ayuda de un centro de padres
su coiifección, aunque en aquellos casos en que las familias que proporcionara un apoyo diario.
cooperan y realizan progresos, s.u inclusión en el proceso de
confección del informe parece un buen modo de reforzar los Instruir al tribunal acerca de lo que es posible lograr con
cambios que se han logrado. la terapia familiar. La terapia familiar es tan atractiva para
las agencias acostumbradas· a considerar el contexto de los
Evitar el sobreinvolucramiento en el resultado. La mayo- acontecimientos que puede implícitamente prometer más de
ría de los terapeutas trabajan en la profesión porque quieren lo que es capaz de ofrecer. No es posible hacerse cargo de
a la gente y desean ayudar. Es fácil para los terapeutas ali:. una familia que ha pasado desde el comienzo por la pobreza,
nearse con las familias que enfrentan problemas legales y so- los crímenes, las drogas o lo que sea y ofrecerle un refugio
ciales difíciles. Una vez que esto sucede, la tarea de tomar de clase media «al abrigo de un mundo cruel». La familia
una decisión dura acerca de si se ha logrado un cambio real que maltrata niños necesita algo más que una terapia familiar
se vuelve aún más dura. Uno de nuestros estudiantes recibió orientada hacia la resolución de crisis: un apoyo progresivo
a una pareja cuya hija había sido puesta en custodia después y una ayuda de largo plazo. Probablemente se deba instruir
de sufrir heridas durante las peleas cotidianas de los padres. . a los jueces y otras autoridades acerca de los beneficios po-
La pareja se mostró al principio resentida, hostil y amenaza- tenciales y las limitaciones de cualquier tipo de terapia, pero
dora, pero obediente en la asistencia a las sesiones. En su re- particularmente de la terapia familiar.
lación, ambos eran tan inseguros de sí mismos y del amor re-
cíproco que discutían violentamente cada vez que uno de ellos
salía solo. Ninguno aceptaba el empleo del otro porque esto Problema 8. Resistencias producidas por una autoridad
significaba largas horas de alejamiento en compañía de per- realmente representativa
sonas del sexo opuesto, lo que resultaba intolerable para am-
bos. Luego de unos meses, la pareja adoptó una actitud más En estos casos, el terapeuta/asistente social/agente judi-
amistosa hacia el terapeuta. Cuando describieron su propia cial está asociado directamente con el tribunal y de alguna
infancia, el terapeuta pUdo comenzar a comprenderlos. Con manera le hace recomendaciones directas. Estos terapeutas no
el tiempo lograron terminar con las peleas violentas que gene- se pueden disociar de la fuente de la autoridad coercitiva y
ralmente se iniciaban por cuestiones de infidelidad. Nuestro deben encontrar una manera de ser útiles al mismo tiempo
estudiante estaba muy orgulloso de que la pareja hubiera de- que retienen la autoridad. Los miembros de la familia saben
jado de pelearse y preparó un informe en que documentaba que uno de ellos puede ser enviado a un instituto correccional
• el logro. Sin embargo, no había pruebas de que ellos hubie-. o que tal vez un niño será remitido a un hogar adoptivo o

346 347
no será devuelto de un hogar adoptivo, según resulten las re-
Hacer sugerencias concretas. Como lo hacen en cualquier
comendaciones directas del ·agente/terapeuta. Estos terapeu- situación de crisis, los terapeutas deberían tomar la dirección,
proporcionar una estructura y hacer sugerencias concretas so-
tas deben usar dos sombreros, uno blanco y uno negro. Es
muy difícil aprender a cambiar de sombrero en segundos, si bre lo que pueden hacer los miembros de la familia para pro-
bien muchos trabajadores sociales y agentes judiciales se vuel- ducir un cambio. Estas familias no pueden usar una terapia
ven muy duchos en ello. Cuando tienen puesto el sombrero familiar reflexiva, de apoyo u· orientada hacia el insight. Lo
blanco, aparecen como consultores de la familia y represen- que se necesita es un pensamiento imaginativo que utilice las
tan a un igual en la jerarquía de poder; ponen cuidado en redes de apoyo existentes o potenciales que la familia tiene
no pasar por encima de los padres, salvo si estos pierden el ·a su disposición. Por ejemplo, en una familia que había edu-
control sobre los hijos. Pero cuando se colocan el sombrero cado con éxito a varios niños pero cuyo hijo menor estaba
negro, representan el poder de la sociedad que sustituye al al borde de la delincuencia y el abuso de drogas, el agente
de los padres. judicial observó que la autoridad de los padres había dismi-
nuido por enfermedad degenerativa. Calificó la situación co-
mo una crisis y sugirió que convocaran a los hermanos mayo-
SUGERENCIAS
res para que vinieran a ayudar. La situación se resolvió cuan-
do uno de los hermanos adultos del muchacho lo llevó a su
Definir la situación como una crisis. Demasiado a menu- hogar para arrancarlo de su grupo de pares y proporcionarle
do las familias que son remitidas a terapia familiar por una una fuente de apoyo y guía en los años que le faltaban para
orden de los representantes de .la sociedad han adoptado una madurar. ·
actitud y un estilo de vida en que sucesos que sacudirían a
la mayoría de las familias se han convertido en rutina. Estas Reforzar la estructura de poder. Es muy importante, cuan_.
rutinas pueden incluir peleas en que los miembros se atacan do se emprende una terapia familiar ordenada judicialmente,
mutuamente o a raíz de las cuales algún miembro desaparece tratar de respaldar con el poder de los tribunales a aquellos
durante días. También la intrusión de agencias sociales se ha individuos que parecen los más capaces de ejercer la autori-
convertido en rutina. Para motivar en lo posible a los miem- dad, o que deberían ejercer la autoridad y no lo hacen. Por
bros, la situación se debe redefinir como una situación de cri- ejemplo, la madre de una familia que incluía a un hijo de
sis en la que se espera que ellos actúen. Si ya no se trata de diecinueve años que bebia y hacia abuso de drogas.intentaba
lo consabido sino de algo peligroso es más probable que las establecer el control pero estaba claramente abrumªda por la
personas intervengan. Redefinir la situación como una crisis talla de· su hijo. Varias llamadas del terapeuta al padre pasi-
puede resultar difícil si la familia históricamente ha generado vamente resistente de este muchacho para hacerlo venir a te-
miembros delincuentes o si vive en un vecindario en que la rapia fueron inútiles. Sólo cuando el terapeuta puso todo el
mayoría de las familias comparten·un estilo de vida caótico. peso del poder en el padre, trasmitiéndole que él era la única
Por ejemplo, un agente judicial preguntó a un consultante de persona que podía salvar a su hijo, el padre finalmente se pu~
terapia familiar qué podía hacer por el menor de diez hijos so en acción. Vino con su mujer a una sesión de terapia en
en una familia en que todos los herinanos mayores venían en- la cual elaboraron una serie de reglas que el padre estuvo dis-
trando y saliendo de institutos correccionales y haciendo tera- puesto a sostener. Por supuesto, después de años de observar
i
:1 1 pias diversas sin que se produjera mejoría en su conducta an- pasivamente cómo su mujer manejaba a los hijos, no hubo
tisocial. En este caso., definir el comportamiento del niño co- efectos inmediatos, pero fue un comienzo.
mo una emergencia no habría determinado cambios en el
~ompórtamiento de la familia porque s·us miembros estaban
más allá de las emergencias. No obstante, esta técnica· puede
funcionar siempre que la pauta no sea crónica hasta ese punto.

348 349
Problema 9. Resistencias producidas por el trabajo en el en el hogar de un muchacho de catorce años que se negaba
terreno a salir de ia casa. Ella no tuvo la precaución de establecer
al comienzo sus expectativas acerca de la duración de la se-
La mayor parte de la terapia llevada a cabo por trabaja- sión; corno la familia era grande y todos querían dar su opi-
dores sociales y agentes judiciales por orden de un tribunal nión, la sesión duró unas tres horas. No es necesa"rio decir
se desenvuelve en el hogar de los clientes. Cuando la terapia que, al final, ella estaba exhausta y no había tenido la energía
familiar debe ser conducida en el propio territorio dela fami- necesaria para hacer intervenciones efectivas en la última hora.
lia, generalmente hay muchas intromis_iones incontrolables eri
la sesión, de nii\os,: animales, televisión y radio, vecinos, etc.,
que pueden ser utilizadas por los miembros de la familia co-
mo resistencias a la terapia. Estas interrupciones, junto a la Resumen
cuestión de la seguridad personal del terapeuta, también pro-
ducen resistencias a la terapia en los mismos trabajadores so- Este capítulo .se ocupó de las resistencias que si bien son
ciales. : proyectadas frecuentemente sobre la familia se sitúan en rea-
lidad en los terapeutas o en los sistemas asistendales en que
ellos trabajan, o que son producidas por los sistemas asisten-
SUGERENCIAS ciales pero expresadas por las familias. Las resistencias situa-
das en los terapeutas incluyen las que se producen en los prin-
Establecer pronto los lfmites. Si uno es realista, no puede cipiantes por la ansiedad de competencia o por su ambivalen-
entrar en la casa de una familia y tomar la dirección sin que cia respecto de la eficacia de la terapia familiar, así como las
previamente exista un intercambio social; todas las sesiones producidas por la fatiga del terapeuta tanto en principiantes
terapéuticas deberían en ese caso incluir una interacción so- como en terapeutas experimentados. Las resistencias situadas
cial básica como señal de respeto y cordialidad. Sin embargo, en las agencias e instituciones incluyen las producidas por el
la terapia nunca es una situación social. El ambiente de un desconocimiento del personal más antiguo de los principios
hogar puede distraer a las personas del serio propósito de la que fundamentan la terapia familiar, los «diablos conocidos»
reunió.o. Es muy importante que el terapeuta establezca pron- institucionales, aquellos procedimientos habituales que tien-
to los límites. No,. no está bien que la. televisión o la r~dio den a perpetuar viejas actitudes y prácticas, y también las pro-
estén ence~didas o que Johnny se quede, al lado jugando ,a ducidas por la irritación con la prédica de los «verdaderos
la pelota. Todos los. miembros de la familia que participan creyentes» de la terapia familiar. Las resistencias institucio-
en la terapia tienen que estar en la habi~ación. nales también son provocadas por el factor de molestia, es
decir, todos aquellos problemas de facturación y conserva-
Establecer llmités de tiempo. Nuevamente, la estructura ción de registros engendrados por el hecho de tener más de
de las sesiones que se llevan a cabo en un consultorio es im- un paciente por caso y por la necesidad de consultorios más
puesta a menudo por las costumbres de una agenda en par- amplios y mayor flexibilidad de horarios. Otras resistencias
ticular. La mayoría de las sesiones son de media hora, UIJ.!l ho- son provocadas por los sistemas más generales que influyen
ra o el !iempo que sea necesar.io. En el hogar no existe esa sobre el tipo de terapia que es financieramente viable. Una
estr.uctura. Las sesiones pueden oscilar entre diez minutos y resistencia especial produce la posición de autoridad de aque-
1' varias horas de duración si los terapeutas no enuncian cuáles llos terapeutas que practican en instituciones de bienestar y
son sus expectativas. Por supuesto, en momentos de crisis se justicia. Finalmente, resistencias dentro de las familias pue-
hace lo que es preciso, pero en terapia ordinaria se debe esta- den ser producidas por las unidades de pacientes internos que
blecer un límite de tiempo. Una de las autoras se vio cierta desatienden a sus miembros de la familia o les manifiestan
vez envuelta en lo que terminó por ser una terapia maratón hostilidad directa.

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Impreso en los Talleres Gráficos Color Efe, Paso 192, Ave-


llaneda, provincia de Buenos Aires, en noviembre de 1988.

Tirada de esta edición: 2.000 ejemplares.

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