Está en la página 1de 17

Ideología de género: un autoanálisis cristiano (Parte 1) Las aristas de la cuestión de género son

múltiples y tienen muchos análisis. DELIRIOS AUTOR 93/Luis_Marian 24 DE OCTUBRE DE 2020


23:00 h Imagen de [link]Jeffrey Czum[/link] en Pexels. Glynn Harrison (conferenciante del Forum
Apologética 2020 organizado por la AEE, GBU y la Fundación RZ) cree que los cristianos no
estamos captando los aspectos positivos de la revolución sexual actual: “Cuando los activistas
defienden el objetivo social de la equidad y la libertad civil, parece que a nosotros [los cristianos]
solo nos interesa defender nuestras posturas. Hemos fracasado una y otra vez en comprender los
argumentos […] Los cristianos esperaban ser capaces de retratar a sus adversarios como
anarquistas morales aspirantes a la depravación. Pero lejos de propugnar una pesadilla dantesca
de orgías descontroladas, los apologistas de la revolución [sexual] proyectan una visión inspiradora
de compasión y de igualdad.1” La batalla contra la llamada Ideología de género (IdG a partir de
aquí) se ha convertido en el objetivo prioritario de muchos cristianos actuales. Sin embargo, se
observa cierta confusión que no contribuye a la calidad del debate. Las aristas de la cuestión de
género son múltiples y tienen muchos análisis. Pero quisiera alinearme con Harrison y proponer
algunas reflexiones para la Iglesia. Comencemos. ¿De qué hablan las Instituciones al referirse a la
Ideología de género (IdG)? En primer lugar, de lo que habitualmente se habla fuera de las iglesias
es de igualdad o equidad de género, no tanto de ideología de género (IdG) que es una expresión
usada principalmente de forma reactiva. En este artículo asumiré la diferencia entre género y sexo
que establecen instituciones de referencia como la ONU y que explican que el sexo apunta a las
características fisiológicas con las que nacen mujeres y hombres. Por otro lado, el género serían las
ideas, normas y comportamientos que la sociedad ha establecido para cada sexo así como el valor
y significado que se les asigna. De este mismo modo define el género la RAE, como el “punto de
vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico”. Aclarados los términos, vemos que
algunas instituciones y medios cristianos se equivocan cuando definen la IdG como “un enfoque
que considera el sexo como algo que tiene un origen sociocultural y no natural o biológico. La IdG
desprecia la biología". Estas afirmaciones son erróneas porque –tal y como hemos visto-
¡Confunden sexo con género! Es cierto que la situación actual es tan nueva, variada y confusa que
este malentendido que niega las diferencias biológicas de sexo (unas diferencias establecidas por
la ciencia en las últimas décadas) también penetra en sectores seculares e incluso en instituciones
educativas. Sin embargo, esta confusión entre sexo y género no se corresponde con la línea más
establecida de las políticas de género. No las define. ¿Imposición de un pensamiento único?:
Ideología o ideologías de género Un problema básico en este debate (y en todos) es hacer de las
anécdotas la norma o de los extremismos el todo. Hay de todo en todo lugar. Y esto no es justo
igual que no lo es definir al cristianismo por los abusos que instituciones y creyentes cometen. No
todas las barbaridades realizadas por personas de colectivos LGTBI o feministas representan ni
anulan aquellas reivindicaciones bien ponderadas. Muchos cristianos mezclan multitud de asuntos
en su oposición a la IdG como si ésta fuera un todo homogéneo. Desde la defensa del aborto, el
adoctrinamiento institucional, la coacción de otras libertades… pasando incluso por el bestialismo
o la pederastia. Todo esto y más -dicen estos creyentes- es “La” IdG. Pero como la peruana Ana
Campoy explica, hablar de la “teoría única de género es una “fantasía” […] Los escritos de los
supuestos arquitectos de la IdeG surgieron “de diferentes contextos históricos […] cuando la
etiqueta LGBT aún no existía. Las ideas de estos pensadores, lejos de ser uniformes, son a menudo
mucho más complejas que las explicaciones simplistas que ofrecen sus opositores […] Los
gobiernos y los activistas LGBT a los que se acusa de imponer la “ideología de género” ni siquiera
relacionan temas como el matrimonio gay con el aborto o la educación sexual como hacen sus
opositores2”. Un ejemplo de esta vasta pluralidad es la perspectiva queer y su énfasis en el sexo
fluido. Esta visión no está de acuerdo con la discriminación positiva hacia las mujeres ni con las
clásicas reivindicaciones LGTBI porque las consideran artificiosas y una limitación de la identidad
humana. La supuesta imposición social de una sola visión de género se hace complicado tal y como
comprobamos en España durante el enfrentamiento entre el PSOE y los colectivos queer3 por
estos motivos. Esta pluralidad también se constató durante la tramitación de la Ley de libertad
sexual cuando se produjeron discrepancias solamente entre las diversas ramas feministas. Son
solo ejemplos que ilustran que no existe una IdG sino muchas. Las cosmovisiones de género son
hoy más diversas también por la visibilización de la que antes carecían algunos colectivos por su
estigmatización social. Porque existir, siempre han existido. Lo que ocurría es que antes, los
homosexuales o transexuales –por ejemplo- no eran aceptados en los espacios públicos como hoy
sí lo son (Aunque en muchos de contextos siguen sin serlo, inclusos con penas de cárcel y muerte).
Que ahora sí sean visibles supone un choque psicológico negativo especialmente para personas
más mayores o con sensibilidades más tradicionales. Y es que las emociones y el bagaje cultural
cuentan mucho en cómo percibimos este asunto. En ocasiones más que los argumentos
esgrimidos. Todo esto hay que tenerlo en cuenta. ¿Es la Ideología de género un plan mundial
totalitario? Real o no, la idea de vivir en medio de una confabulación mundial tipo anticristo ha
sido común entre los cristianos de todos los tiempos. El anillo para gobernarlos a todos de J. R. R.
Tolkien fue una metáfora socialmente sugerente cuando el escritor cae herido en la 1ª guerra
mundial. Luego con los nazis los argumentos escatológicos aumentaban exponencialmente a ojos
de muchos cristianos. Un amigo que está concluyendo una tesis doctoral teológica sobre el
medievo me comenta que este convencimiento es transversal a todas las generaciones. Incluso los
movimientos para la igualdad racial de EE.UU fueron vinculados ¡A un nuevo orden antibíblico de
origen marxista! (ver imagen). [photo_footer]Manifestación en las Cortes contra la legalización del
matrimonio entre razas en los EEUU, años 60.[/photo_footer] Luego en los años 70 y 80 algunas
editoriales cristianas apuntaban a los hippies, el comunismo o la Unión Europea de las 10 naciones
como los diez dedos de la estatua de Daniel 2. Después el ocultismo o el plan mundial de los
jesuitas (¿Quién no evangelizó con los comics Chick?). Después llegó La Nueva Era con los discos
de Enya o Vangelis… Luego la postmodernidad, los Illuminati, Sadam Husein… ¡Fueron tantos! Y
hoy muchos están convencidos de que es La IdG quien pretende encabezar el nuevo orden
totalitario del final de los tiempos ¿Qué será dentro de 10 años? De hecho ya se observa en
algunos contextos religiosos cómo la teoría de las vacunas de Bill Gates comienza a desplazar a La
IdG como el plan nº1 para ese supuesto orden mundial dictatorial orquestado desde la sombra.
Solo expongo los hechos y, fuera como fuese, los errores del pasado deberían llamarnos a la
prudencia. Por respeto a Las Escrituras y a nuestra credibilidad como Iglesia esta necesidad de
poseer un enemigo concreto al que apuntar debe someterse al principio de amor a esos supuestos
enemigos (Mateo 5, 38-48) que hace del cristianismo un movimiento diferente al resto. Más
proactivo para restaurar y menos a la defensiva. Ciertamente no debemos minusvalorar ninguna
amenaza totalitaria. No me refiero a eso. Pero basta con visitar Twitter para comprobar que las
opiniones son casi infinitas en cualquier tema. La sociedad de la era Internet es más mosaico que
nunca, con acceso a argumentos de diferentes tendencias que hacen que cualquier intento de
imposición ideológica sea hoy más complicado que en cualquier siglo pasado. Es cierto que a los
más totalitarios dentro de movimientos LGTBI, feministas u otros colectivos les gustaría imponer
su visión al resto de la sociedad. Muchos lo están intentando y debemos luchar contra ello ¡Es algo
real! Pero es lo mismo que pretenden cristianos que afirman exactamente lo mismo y sin disimulo.
Hoy el mundo observa el auge de creyentes contrarios a la IdG pretendiendo “devolver” La Biblia
al congreso en varios países de América Latina ¿Dónde quedó la separación entre Iglesia y estado
del protestantismo? Cuando los evangélicos de Latinoamérica eran minoría reclamaban una
sociedad laica y plural. Pero ahora que crecen son muchos quienes abogan por imponer La Biblia al
resto de la sociedad ¿No están haciendo lo mismo que criticaban? ¿Y qué piensan estos creyentes
cuando en países musulmanes quieren llevar El Corán al congreso? ¿No deberíamos aplicar aquí
aquello de “Mi Reino no es de este mundo” (Juan 18, 36)? Es la historia que se repite. Intenciones
impositivas siempre las ha habido y las habrá, especialmente cuando se accede a cuotas de poder
que nublan aquellos principios que llevábamos hasta entonces. De esto nadie se libra. Tampoco la
Iglesia, como todos sabemos. Y es a la Iglesia a quien me dirijo en estos escritos. Valores bíblicos
de género ¿Existe “una respuesta” cristiana? Si en la sociedad actual no hay una visión monolítica
del género tampoco existe tal cosa entre los cristianos. Y por esto el punto es entender que hay
diferentes IdG y que debemos aprender a coexistir. Lo mismo ocurre dentro la Iglesia. Muchos
movimientos pro-familia nos exhortan a combatir La IdG con una vuelta a los “valores bíblicos de
género y familia”. Pero ahí entramos en terreno resbaladizo. Me explico: En primer lugar, muchas
perspectivas de género y familia que encontramos en La Biblia no son asumidas por ningún
cristiano actual ¡Menos mal! Hoy no practicamos la poligamia (Ex. 21:10). Ni poseemos familias
con derecho de compraventa de sus miembros (Ex. 21, 7; leyes del siglo I). Ni estamos obligados a
casarnos con nuestras cuñadas viudas (Dt. 25, 5-10). Ni las cristianas desamparadas buscan
provocar una relación sexual con hombres para pertenecer a su familia (Ruth 3). Ni escribimos un
libro para manifestar nuestro favoritismo hacia la última y exuberante joven que incorporamos a
nuestro ya enorme harén (Cant. 6, 8-9). Ni… etc., etc. Todo esto y más son valores de familia y
género que aunque están en Las Escrituras descriptivamente no son prescriptivos para nosotros
sino superados por los principios de equidad y dignidad de Jesús. La realidad objetiva es que, a
pesar de todo, hoy en occidente el matrimonio es más cristiano que en tiempos bíblicos. Hoy el
casamiento es por libre decisión, prohibido a los niños o en igualdad de derechos para ambos
cónyuges, por lo que no se trata de volver a modelos menos justos de las sociedades de tiempos
bíblicos (nadie lo hace en realidad) sino fundamentalmente de vivir como Dios manda dentro del
modelo social de cada momento. De eso trata La Biblia: De actuar en fidelidad y compromiso
basado en el amor a Dios y al otro. Estos son los valores bíblicos de familia para hoy y siempre, no
los cambiantes modelos sociales caídos de cada era. Algunos defensores de la “vuelta a la familia
bíblica” no son conscientes de que sus valores no siempre vienen de La Biblia sino que se
entremezclan con legados que han ido moldeando nuestra cultura como la revolución industrial,
las determinantes perspectivas del sexo de San Agustín o el American Way of Life. Ciertamente,
algunos de estos valores son buenos, pero proceden de derivas de índole económica, social y
política. No solo vienen de La Biblia a la que en ocasiones se fuerza para encajarlos. Pero esto ya es
tema para otro artículo. Digo todo esto porque no distinguir que algunos mandamientos bíblicos
están sujetos a su contexto cultural ha machacando a millones de personas. Durante siglos una
mayoría cristiana consideró la propiedad de personas como el orden bíblico (basándose en un
literalismo errático de Éxodo 21, Colosenses 3, 22; Efesios 6, 5-9 ó 1ª Pedro 2, 18). Richard
Furman, presidente bautista en los EE.UU., fue ampliamente aplaudido cuando dijo que “El
derecho de tener esclavos está claramente establecido por las Sagradas Escrituras, tanto por
precepto como por ejemplo4”. Sin embargo, hoy nadie interpreta así estos textos ¿Qué ha
cambiado? Sí, la acción del Espíritu Santo en la historia ha contribuido a colocarnos unas gafas
muy diferentes con las que leer hoy estos versículos. Ninguna generación escapa de vivir
condicionada por lo bueno y malo de su tiempo, y es aquí donde surge la pregunta: ¿Y si hoy
estuviésemos cometiendo errores similares en cuestiones de género? Fuese como fuese, la
realidad objetiva es que dentro de la Iglesia hoy existen diferentes perspectivas de género. Un
ejemplo: Jair Bolsonaro abanderó la lucha contra la IdG nombrando Ministra de Familia a la
pastora Damares Alves, quien nada más ser nombrada dijo: “Atención, atención. Comienza una
nueva era. Los niños visten de azul, las niñas de rosa5”… Pero ¿Es esta “La respuesta” cristiana a la
IdG? Para algunos creyentes sí y para otros no, entre otras cosas porque La Biblia no dice rosa para
niñas y azul para niños. También son construcciones de género, ideología. Pero ahí no acaba la
pluralidad evangélica. Luego están quienes consideran a Alves una víctima de esa IdG que dice
combatir porque -según ellos- contraviene la enseñanza bíblica respecto a los roles de la mujer por
hacerse pastora y ministra sobre varones. Dentro de esta variedad cristiana también nos
encontramos quienes estamos a favor de propuestas de equidad de género promovida por la ONU
que -al igual que los Derechos Humanos- consideramos en gran parte inspiradas por el evangelio.
Como el abogado peruano Alejandro Rivas afirma: “En el contexto patriarcal, propio de los
tiempos bíblicos, la cultura definía restrictivamente la identidad de las mujeres. No obstante, Jesús
rompe con los estereotipos femeninos de su tiempo tratando a las mujeres como a iguales. Jesús
habla con una mujer samaritana (Jn 4), pese a que era indecente que una mujer hablase
públicamente con un hombre; él era acompañado por mujeres durante su ministerio público (Lc
8:1), cuando ellas, culturalmente, estaban relegadas al ámbito privado; se dejó tocar por una
prostituta (Lc 7,36-50), lo que para su contexto era sinónimo de impureza; escogió como primeros
testigos de su resurrección a las mujeres (Lc 24:1–12), hecho culturalmente desafiante, pues la
mujer no era considerada un testigo veraz, etc.6”. Puesto que la respuesta cristiana no es
uniforme, el reto es aprender a convivir en esta diversidad de un modo sabio, apacible y de buen
testimonio. Entendamos que esta pluralidad es un tipo de riqueza que dignifica, pues la unidad no
es siempre uniformidad y la libertad de conciencia en determinados asuntos es parte de nuestra
fe. Todos somos meros intérpretes falibles de Las Escrituras. Pero lo que sí es seguro es que Jesús
dijo que “en esto sabrán que son mis discípulos, en que tuviereis amor los unos con los otros”.
(Juan 15, 25). Y esto no es un eslogan hipee sino las palabras del Maestro. Así que más que tener
razón en cada punto del debate de género, el amor entre nosotros será el mensaje identitario más
potente que el mundo recibirá. Esa es la respuesta cristiana. La educación pública y el derecho de
los padres En un nivel más concreto nos encontramos con el derecho de los padres a elegir la
educación moral y religiosa de sus hijos tal y como establecen la Constitución española (art. 27) y
la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 26.3). Evidentemente, en los colegios no
debería haber ningún adoctrinamiento ideológico, y esto es algo de lo que se habla muchísimo en
los medios cristianos. No obstante, es necesario matizar que este derecho de los padres no es
siempre absoluto como algunos opositores de la IdG manifiestan. Los hijos no son propiedad de
los padres ni del estado, aunque ambos estamentos tienen una responsabilidad de diferente nivel.
A los cristianos que atribuyen este “derecho” de forma absoluta a los padres les pregunto: ¿Tienen
los padres el derecho de forzar la mutilación genital o la prostitución de sus hijas como ocurre en
otros países? ¿Qué respuesta cristiana ofrecemos para contextos en los que la desescolarización o
la explotación infantil son aceptados por la familia? Estas situaciones reales (y otras) son las que
llevan a la ONU y las instituciones a impulsar diferentes iniciativas para los derechos, el respeto y
la equidad de género de los niños. Esta sería una educación en IdG bien entendida, en línea con la
que proponen los cristianos peruanos del video: La libertad de expresión y el poder del amor
Algunos creyentes claman ante llamativos casos en los que algún cristiano ha sido expulsado de su
centro de estudios o trabajo “por dar su opinión bíblica acerca de la homosexualidad”. Pero lo que
a veces se desconoce es que en algunos de estos casos dicha “opinión” ha consistido en exigir la
muerte del homosexual publicando versículos como Levítico 22,13: “Varón con varón es
abominación, ambos deben ser matados”. Ahora imaginemos que es nuestro hijo cristiano de 12
años quien camina por el instituto bajo un letrero que dice: “Ser cristiano es un mal social, deben
ser matados” ¿Qué nos parecería? Lo paradójico es que los creyentes más agresivos contra la IdG
practican una actitud que se vuelve contra ellos. Olvidan que el énfasis en el respeto a la
pluralidad protege primeramente a los cristianos. Un ejemplo de que todo rechazo hacia “el otro”
es siempre una práctica anti-Reino es el sorprendente hecho de los cristianos que ponen a Rusia y
China como ejemplos de lucha contra la IdG. ¿Referentes de derechos y libertades a seguir?
Pongan “Rusia” o “China” en el buscador de ProtestanteDigital.com y vean el listado de
persecuciones y abusos contra nuestros hermanos de allí. Y sí, son días complicados para la
libertad de expresión cristiana. Pero la respuesta no es un “quítate tú para ponerme yo”. Como
tampoco manifestarnos únicamente para defender “nuestras ideas” como comentaba Harrison al
principio. La cuestión de género no es un asunto en blanco y negro sino algo que necesita de
mayor discernimiento e información, viendo cada caso en particular. Lo que es seguro es que el
Reino avanza con poder cuando también nos movemos para la libertad y la dignidad del otro,
aunque no piensen como nosotros. Es lo que hizo Jesús y lo que nos enseñó en varias de sus
parábolas. Y de paso, cuando así actuamos, mostramos al mundo cómo queremos que nos traten
a nosotros. “Haz con los otros como tú quieres que hagan contigo” (Lucas 7, 12) fue lo que se nos
dijo. Y si de leyes se trata, tampoco olvidemos: “Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad,
lealtad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay Ley”. (Ga. 5, 22-23). En el siguiente
artículo meditaremos en aspectos más concretos de género comparando datos e iniciativas de
Latinoamérica e Islandia para terminar con algunas propuestas finales para la Iglesia. Notas:
N.d.E . La segunda parte se puede leer aquí. N.d.E. Los artículos de esta serie tienen una respuesta
en Protestante Digital, escrita por Joel Forster, aquí. 1 Glynn Harrison, Una historia mejor: Dios, el
sexo y el florecer humano, con prólogo de Pablo Martínez Vila, Andamio, 2018, p. 36 y 37. 2
Huffpost.com, Ana Campoy, Conservatives Around The World Are Peddling A Conspiracy Theory
About Sex And Gender, 11-04-2016. 3 Europapress.es El PSOE difunde un argumentario contra la
teoría 'queer' que "desdibuja a las mujeres" y rechaza su inclusión en leyes. 4 Rev. Dr. Richard
Furman's Exposition of The Views of the Baptists, Relative to the Coloured Population in theUnited
States in a Communication to the Governor of South-Carolina. Charleston: Printed by A.E. Miller,
Nº 4 Broad-st., 1838. 5Elpais.com, La nueva ministra de Familia de Brasil: “Las niñas, de rosa; los
niños, de azul”, 04-01-2019. 6 Alejandro Rivas Alva, Diez razones por las que los evangélicos
deberíamos dejar de hablar de "ideología de género”, revista renovación, 6-11-2018 VALORA EL
ARTÍCULO (0) Imprimir Enviar TAGS Delirios Luis Marián Sexualidad Ideología De Género Ideología
7COMENTARIOS Si quieres comentar inicia sesión o regístrate Samuel C
Samuel05/11/202021:49 h7 0 0 El género fluido, que es a donde va la IdG, se busca que se
imponga como derecho humano, por lo que los cristianos como padres y ciudadanos seremos
perseguidos, en nombre de la pluralaridad, el amor y la tolerancia... Según Dios la autoridad
educativa la tienen los padres en tanto no inciten a pecar. Samuel C Samuel05/11/202021:36 h6
0 0 Está la cosmovisión Bíblica (de Dios)… y las demás, que son tan diversas pero tienen en
común su oposición a la cosmovisión Bíblica. Bien dices que el modelo bíblico no es seguido por
todos los casos relatados en la Biblia, pero tú mismo te posicionas en que hay valores bíblicos "hoy
y siempre": así es, valores ncompatibles con la IdG. Dios nos amó siendo pecadores, pero aún así
nos llamó al arrepentimiento, y eso no gusta, prefiriendo amor sin arrepentimiento, que en
realidad es otro Evangelio. SONIA Sánchez de la Cruz02/11/202019:42 h5 1 0 Gracias por tu
artículo Luis. Como mujer, cristiana que participa en una comunidad evangélica hace muchos años
y que trabaja con mujeres, me parece urgente, imprescindible y (por la diversidad de posturas y
opiniones) todo un desafío revisar el pensamiento único y absolutista que hace que muchas
mujeres (como género) sufran diferentes tipos de maltrato. Animo a revisar éste y otros temas
como un reto y oportunidad de aprendizaje y maduración espiritual y no como una amenaza.
Valentín02/11/202013:15 h4 1 0 Gracias por la exposición aclaratoria al respecto del
significado de Ideología de Género, así como las diferencias entre género y sexo. "La cuestión de
género no es un asunto en blanco y negro sino algo que necesita de mayor discernimiento e
información". Importante desafío en el ámbito cristiano considerar la diversidad, en cuanto a
pensamiento y opinión, como una riqueza y no como una amenaza. Disidente02/11/202012:56
h3 0 0 El autor cita la RAE, pero no dice que esa definición no existía antes de 2014. Es un
neologismo con carga ideológica, como heteropatriarcado. Cita a Bolsonaro, pero no a Obama,
Zapatero o Irene Montero ("el rosa oprime"). Tampoco menciona autores clave que promovieron
el término, como John Money, cuyo divulgado “caso de éxito” de reasignación de género a David
Reimer resultó ser un trágico fracaso. Decir que los niños tienen pene y las niñas vagina es
biología, no ideología. Lo opuesto sí lo es Galo25/10/202023:21 h2 0 2 La verdad es que el
término «ideología de género» es sólo un idiotismo -vocablos que se ponen de moda en ciertas
épocas, pero que no trascienden- para agrupar todo lo que ciertos creyentes consideran réprobo,
ya que si insisten en usar expresiones más, por decirlo de algún modo, clásicas, caerían en la burla
y el ridículo. Propaganda sensacionalista y amarillista, nada más, sin la mínima reflexión teológica,
a veces hasta carente de racionalidad jorge varon24/10/202022:08 h1 2 0 Estos ejercicios
especulativos pueden ser entretenidos (por lo menos por un rato) juegos mentales como todos los
derivados de los postulados posmodernistas. Pero si nos limitamos a sentar los pies sobre la tierra
tendremos que decir que la ideología de género podría ser algo inocuo si no llevara consigo un uso
aberrante del sexo. Punto.
Leer más:
https://cms.protestantedigital.com/magacin/56978/Ideologia_de_genero_un_autoanalisis_cristia
no_Parte_1

Autoanálisis cristiano de
género (Parte 2):
Latinoamérica vs. Islandia
Haremos un ejercicio reflexivo para comparar datos de Latinoamérica e
Islandia que como iglesia pueden retarnos y proporcionarnos un mejor
criterio sobre el asunto.


01 DE NOVIEMBRE DE 2020 · 09:00

Imagen de Ferdinand Stöhr en Unsplash.


En el anterior artículo definimos algunos conceptos para entendernos
cuando hablamos de ideología de género (IdG a partir de aquí). Vimos que
no existe una sola “ideología” de género fuera de la Iglesia como tampoco
dentro de ella. Propusimos cómo abordar esta pluralidad interna y hablamos
de la educación pública y el derecho de los padres comprobando que el
asunto está lleno de matices que exigen discernimiento y buena
información. Terminamos hablando de la libertad de expresión y del poder
del amor en Cristo como respuesta. En esta última parte haremos un
ejercicio reflexivo para comparar datos de Latinoamérica e Islandia que
como iglesia pueden retarnos y proporcionarnos un mejor criterio sobre el
asunto. Comencemos.

América Latina y la Ideología de género

Justo antes del COVID-19 América Latina llamaba la atención del mundo
por sus movilizaciones masivas contra la IdG. Paralelamente, en estos
mismos países se desplegaba un clamor social pidiendo medidas
gubernamentales para la concienciación y modelos educativos más
igualitarios desde la niñez. A los cristianos del continente se les ha
vinculado más con las protestas contra la IdG que con esas otras
movilizaciones a favor de la igualdad, llegando incluso muchos creyentes a
oponerse a estas últimas por considerarlas una estrategia oscura de
imposición de IdG. Llegados este punto nos preguntamos: ¿Qué dicen los
datos?

Un informe de la ONU de 2017 situaba a América Latina y el Caribe como


la región del mundo con mayores índices de violencia contra la mujer. Y
subiendo… porque según el Instituto nacional de estadística mexicano,
2018 fue el año con más asesinatos de mujeres en los últimos 29
años1 ¡3.752 homicidios! Que equivalen a 10 mujeres asesinadas por día
solo en México. Desgarrador.
Para la ONU los niveles de violencia a los que ha llegado Latinoamérica
son inaceptables: “Presenta la tasa mayor de violencia sexual fuera de la
pareja del mundo y la segunda tasa mayor de violencia por parte de pareja
o expareja’’2. La cosificación de la mujer no solo deja regueros de
muerte y violencia sino daños colaterales como el abandono de las
responsabilidades paternas. De hecho ¿Cuántas madres con pareja “en
paradero desconocido” vemos en nuestras Iglesias? Las familias
monoparentales son un drama real contra la familia del que se habla
poco en nuestras iglesias. Toca preguntarnos: ¿Contribuirá el espíritu del
lema “El niño de azul y la niña de rosa” a la solución de esta tragedia? ¿O
acaso ese énfasis en las diferencias y expectativas pueden ser más bien
parte del problema? Estos estereotiposafectan también a más del 40% de los
homosexuales y el 65% de los transexuales de América Latina que sufren
violencia homofóbica en las escuelas según la Unesco3. Terrible.

Alejandro Rivas afirma que “una educación que enseñe a los ciudadanos


desde pequeños a identificar los estereotipos culturales que pesan sobre
los sexos es indispensable en la lucha contra la violencia […] Muchos
creyentes se levantan, hoy por hoy, contra el enfoque de género, pero ¿qué
están haciendo para evitar la violencia basada en los estereotipos que
provienen de la cultura?”.

Islandia y la equidad género como defensa de la familia

Una de las intervenciones pioneras de las políticas de igualdad modernas se


le atribuye a la presidenta de Islandia Vigdis Finnbogadottir. En 1995, poco
antes a la Conferencia de Pekín, Finnbogadottir defendió que la perspectiva
de género debía integrarse en los programas educativos. Tal y como más
tarde se definió, la propuesta consistía en eliminar estereotipos de los textos
escolares y concienciar a los maestros para que los niños hagan una
selección profesional informada y no en base a tradiciones predeterminadas
sobre género4.

Islandia decidió tomarse en serio estas iniciativas y hoy está considerado el


mejor país del mundo para ser mujer según el Foro Económico Mundial 5.
Este análisis toma diferentes indicadores como el acceso a la educación, la
brecha salarial, la esperanza de vida o la representación de mujeres en las
instituciones, entre otros índices.
Entre los logros de Islandia destaca que el 89% de las mujeres llegan a la
educación secundaria. Con un sistema único de conciliación laboral, ayudas
para guarderías y fomento de la natalidad, el 83% de las mujeres islandesas
en edad laboral están trabajando constituyendo el 45% de la fuerza laboral.
Aquellas mujeres que no lo necesitan o no quieren trabajar, pues no lo
hacen. Pero quienes sí lo desean o sí necesitan trabajar pueden hacerlo con
la ayuda estatal sin renunciar a la maternidad en un país que posee una de
las tasas de natalidad más altas de Europa con 2,1 niños por mujer 6, muy
por encima de los 1,31 de España7 en la que además contamos con muchas
más mujeres desempleadas en edad laboral.

Otras de las claves del éxito islandés residen en el acceso a escuelas


infantiles de bajo costo o en los tres meses de permisos de paternidad tanto
para mujeres como para hombres (está mal visto que los hombres no tomen
dicho permiso). Los últimos informes han demostrado una correlación
directa entre el descenso de divorcios y el permiso de paternidad 8.

Islandia es ahora el primer país del mundo en con menor brecha salarial
entre hombres y mujeres gracias también a una implementación cultural
progresiva de formación en la plena igualdad de oportunidades. La
asignatura de paridad es obligatoria en la enseñanza secundaria en un país
que registra una media de 1,8 asesinatos anuales (sumando ambos sexos).
Aunque se trata de un país pequeñito, llama la atención que en este siglo
XXI Islandia haya tenido varios años completos en los que no se ha
registrado ningún asesinato. Cero feminicidios; cero muertos. Para una
mayoría de islandeses proteger a la familia de sus amenazas reales pasa
más por estas propuestas que por fomentar estereotípicos ideológicos
tipo Los niños de azul y las niñas de rosa.

El credo mayoritario es la Iglesia Evangélica Luterana de Islandia y cuya


cabeza es la pastora Agnes M. Sigurðardóttir. Estas mujeres también han
contribuido a esta mentalidad de igualdad y respeto siendo algunas de sus
iniciativas más conocidas cuando 64 mujeres de esta denominación
denunciaron públicamente la discriminación y violencia dentro de la
iglesia9. Para ellas, ocultar los abusos eclesiásticos contra la mujer no
era el camino y optaron por una transparencia liberadora. Ahora se
sienten más libres y seguras.

¿Qué haremos?

No se trata de idealizar ningún modelo (en todos los sitios hay de todo),
pero resulta evidente que la mentalidad con la que se hace teología o se
implementan iniciativas sociales afecta directamente a la vida cotidiana de
millones de personas.
Muchos responsables hispanohablantes deberíamos aplicar primeramente a
nuestras congregaciones esa transparencia económica, igualdad y control
del poder que exigimos a instituciones y políticos. No podemos exigir al
mundo aquello que omitimos nosotros. Jesús afirmó que el mundo debe ser
iluminado con nuestras buenas obras para que glorifiquen a nuestro padre
que está en Los cielos (Mateo 5, 6). Pero si aquello que proyectamos hace
que los otros nos vean más como una amenaza que como una esperanza es
posible que algo esté fallando entre nosotros.

Debemos hacernos preguntas honestas y sacudirnos el temor. Fomentar la


empatía, informarnos mejor, establecer puentes y “juzgar con juicio justo”
(Juan 7, 24). Por supuesto que hay cristianofobia ¡Sin duda! E intentos de
adoctrinamiento desde las escuelas ¡Sin duda!... Como también hay abusos
y sufrimiento en las iglesias por ideas discriminativas de género ¡Sin duda!
Y ante unos y otros nuestra misión es ser parte activa del bien. Si nosotros
caminamos bien el mundo percibirá esa luz.

Admitamos que detrás de la gran movilización cristiana actual contra la IdG


no todo es un piadoso amor a la verdad acerca de las personas sobre su
género. Hoy existen situaciones mucho más graves y denunciadas en La
Biblia (como la creciente brecha entre ricos y pobres que sí destroza de
verdad a millones de familias) que no les importa tanto a muchos activistas
contra la IdG. Admitamos que a menudo se espiritualizan instintos poco
santos contra quien siente su sexualidad de un modo diferente al nuestro.
Admitamos también que hay hombres cristianos que temen la equidad de
género porque su estatus se ve amenazado por mujeres mejor equipadas
humana y espiritualmente que ellos.

Nuestra fuente de verdad última no viene de la biología (que como todo lo


“natural” está tocado) sino de quien capacita a cada cual de manera
particular (Ro. 12, 6). Creo que el Espíritu Santo siempre ha impulsado a la
autocrítica de su pueblo desde la humildad. Y creo también que hoy los
creyentes tenemos una oportunidad histórica para abanderar la igualdad
originaria de hombres y mujeres como imagen de Dios.

El Señor quiera que este cometido no preste tanta resistencia de siglos


como tuvo el abolicionismo cuando una mayoría cristiana aseveraba que la
esclavitud estaba “muy clara” en La Biblia. Que lo descriptivo y el contexto
cultural caído que Dios asume en Las Escrituras por nuestra cabezonería no
nos desvíe del poder de un evangelio revelado para avanzar y vivificar los
huesos secos.

Si con todo creemos que cualquier impulsor de “La IdG” está gravemente
equivocado, nuestro deseo solo puede ser su salvación y restauración,
nunca nuestro desprecio. Cuando a Jesús le preguntan “¿Qué he de hacer
para ganar la vida eterna?” él responde con la historia deun prójimo herido
que es rechazado por un religioso altanero. Y ahí vemos a un hombre roto
atendido por ese samaritano que tanto desprecio visceral despertaba entre
los oyentes de Jesús (Lucas 10, 25-37). Esta parábola que responde a la
pregunta más importante que podamos hacer trata de un mover compasivo
sin saber siquiera qué tipo de vida lleva ese prójimo. Por eso cuando Juan y
Jacobo piden que baje fuego para consumir a sus aborrecidos samaritanos
Jesús les responde: “¡No tenéis ni idea de qué espíritu sois! porque no vine
para perder almas, sino a salvarlas” (Lucas 9, 55-56).

Notas

N.d.E. Esta serie de artículos tendrá una respuesta en Protestante Digital.

1# Enlace al inegi.
2# Datos tomados de informe de la ONU en 2017.

3# El 40% de gays de América Latina sufre homofobia en la escuela, El


Comercio.

4# Finnbogadottir, Vigdis y Consejo de Europa, Equality and Democracy:


Utopia or Challenge? Palacio de Europa, Estrasburgo, 9-11 de febrero de
1995, p. 38

5# Datos de 2017 tomados del informe de la Brecha Global de Género


(Global Gender Gap Report) para medir la igualdad y desigualdad de
género. Publicado por el Foro Económico Mundial, y que incluye más de
140 países.

6# bbc.com, El secreto de Islandia, el mejor país del mundo para ser mujer,
05-11-2013

7# Elconfidencial.com, España registra la tasa de natalidad más baja en 40


años, 19-06-2018

8# Arna Olafsson, Herdis Steingrimsdottir, How Does Daddy at Home


Affect Marital Stability? The Economic Journal, Volume 130, Issue 629,
July 2020, Pages 1471–1500

9# Euronews.com, Female priests join #MeToo movement in Iceland, 16-


01-2018

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Delirios - Autoanálisis cristiano de género (Parte 2):


Latinoamérica vs. Islandia
PUBLICIDAD

LO MÁS LEÍDO EN PD

1
Versículos bíblicos sobre la homosexualidad

2
Un proceso con propósito

3
Los 10 versículos de la Biblia más populares

4
La mujer de Job

5
La Unión Bautista del Reino Unido debate si permitir a los pastores casarse con
personas del mismo sexo

PUBLICIDAD

También podría gustarte