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PERIODO DEL BAJO IMPERIO.

235 - 565.
988- 1318 A.U.C.

En este período se produce marcadamente la desorganización de la


sociedad romana. Causas de ello serán:

1) Las guerras civiles en Italia.

2) La lucha entre quienes pretendían el trono del emperador. Se suceden en el


trono los llamados emperadores militares: generales de fortuna, originarios de las
provincias, que son aclamados por el ejército (ahora transformado en factor
decisivo del poder). En su mayoría estos emperadores son asesinados tras breve
período de gobierno.

Cabe mencionar que los salarios de los soldados eran pagados por el
General, debido a ello, los soldados guardaban una mayor lealtad con sus
generales que con el Estado. Lo mismo será causa para que los emperadores
militares duren muy poco en el poder, sólo el tiempo necesario hasta que otro
general se haga fuerte.

3) Las invasiones Bárbaras.


Los pueblos denominados por los romanos bárbaros, que vivían fuera de
las fronteras imperiales, principalmente germanos, realizan incursiones dentro del
Imperio, y paulatinamente empiezan a establecerse en él, debido a la invasión de
sus territorios por los hunos y otros pueblos procedentes del Asia Central.

Hubo emperadores que trataron de evitar o frenar la decadencia de Roma,


pero no lo lograron. En este intento se destaca el emperador Diocleciano (Gaius
Aurelius Valerius Diocletianus) que reinó entre los años 284 y 305.

Este llevó acabo una amplia reforma del imperio con el fin de flexibilizar su
administración, proteger mejor sus fronteras, y resolver el problema de la
sucesión al trono. Para ello introdujo el sistema denominado Tetrarquía, que
implicaba la división del Imperio en dos y el gobiernos en cuatro. Este nuevo
sistema de gobierno se materializó elevando a la dignidad de augusto a
Maximiano (Marcus Aurelius Valerius Maximianus – Maximianus Herculius) el
año 286. Luego cada uno adoptó a sus prefectos del pretorio (jefes de sus
respectivas guardias pretorianas) Galerio (Caius Valerius Aurelius) y Constancio
Cloro (pálido) (Flavius Galerius Valerius Maximianus), nombrándoles sucesores
(césares).

Diocleciano se quedó con la jefatura del Estado en el Oriente, mientras


que Maximiano asumió la jefatura del Estado en el Occidente y los dos augustos
y los césares se dividieron el gobiernos en las siguientes partes.

DIOCLECIANO se reservó el gobierno de la Zona Oriental del Imperio, vale


decir, Asia Menor y Judea, asentando su gobierno en la ciudad de Nicomedia
(Ponto).

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GALERIO, césar del anterior recibió el gobierno de Macedonia, Grecia e
Iliria (actual Albania) estableciendo su sede de gobierno en Sirmium a las orillas
del rio Danubio.

MAXIMIANO, asumió el gobierno de Africa e Italia y estableció su capital


en Mediolanum (Milán), también zona fronteriza.

CONTANCIO CLORO, césar del anterior asumió el gobierno de Hispania,


Galia y Britania y estableció sus capitales en Eburacum (York) y Treveri, ya que a
este se le encargó el gobierno de un territorio de mayor extensión que el de sus
colegas.

Como puede verse, Roma ya no era el centro político del Imperio Romano.
El año 297 el imperio fue dividido en 12 distritos administrativos o diócesis
gobernadas por vicarios, y en 101 provincias. El imperio se convirtió oficialmente
en una monarquía absoluta (dominatum)) bajo un emperador divinizado,
asesorado por un Consejo de la Corona. El Senado quedó reducido en su función
como simple Consejo Municipal de Roma.

Por otra parte Diocleciano logró la unidad religiosa del Estado en torno al
paganismo, dictando tres edictos o constituciones imperiales contra el cristianismo
el año 303, con el fin de exterminarlo y restaurar el culto de los antigüos dioses
paganos. Así, se desató la más horrible de todas las persecuciones que sufrieron
los cristianos bajo el Imperio. En Egipto fueron ejecutados en masa hasta de 100
personas en un solo día.

El sistema tetrárquico de Diocleciano que estaba dirigido a solucionar el


problema de la sucesión al trono y la defensa de sus fronteras fracasó, puesto que
a su muerte seis candidatos se disputaron el título de augusto, (Galerio, Majencio
-Marcus Aurelius Valerius Maxentius- Maximino Daia -Caius Valerius Galerius
Maximinus- Severo II -Flavius Valerius Severus- Licinio -Valerius Licinianus
Licinius- y Constantino I - Flavius Valerius Constantinus-). Entre ellos se impuso
Constantino I El Grande (307-337 Occidente-324-337 Oriente) quien reconstruyó
la unidad imperial.

Constantino trasladó la capital imperial a Bizancio, transformándola en la


magnifica ciudad de Constantinopla (en la actualidad se llama Estambul,
Turquía).

Constantino el Grande fue el primer emperador cristiano. Después de su


muerte, algunos de sus sucesores intentaron restablecer el sistema tetrárquico de
Diocleciano, hasta que en el año 394, Teodosio I El Grande -Flavius Theodosius-
vuelve a quedar como único soberano, quien el año 391 y como augusto de
Oriente convirtió al cristianismo en religión oficial del Imperio, prohibiéndose
todos los cultos paganos. A su muerte el año 395, el Imperio se dividió
definitivamente entre sus dos hijos en un Imperio de Oriente que heredó Arcadio
-Flavius Arcadius- y un Imperio de Occidente, que heredó Honorio -Flavius
Honorius-.

El Imperio de Occidente subsistió 80 años gobernado por emperadores


débiles y amenazado por los germanos y los hunos. Tras la invasión de Atila el
hijo menor de su ayudante Orestes fue nombrado emperador con el nombre de
Rómulo Augústulo, pero el año 476 fue depuesto por su rival Odoacro, con lo
que se extinguió definitivamente el Imperio Romano de Occidente.

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En el Imperio Romano de Oriente, y durante el reinado del sucesor
de Arcadio, Teodosio II (408-450), se promulga el Código Teodosiano que es
una colección oficial de constituciones imperiales, también promulgado en
Occidente por Valentiniano III -Placidus Valentinianus-. Teodosio II encargó esta
obra a una comisión de jurisconsultos encabezados por el jurista de Antioquía
Antíoco Chuzon, que reunió en un solo texto las constituciones dictadas desde el
siglo III en adelante. Fue aprobada y publicada en Constantinopla en Febrero de
438 y presentada también al Senado de Roma por Valentiniano III. Este texto tuvo
una enorme importancia en la futura historia legal pues sirvió de base a la
codificación de Justiniano. A su vez, gran parte de él fue incorporado en la Lex
Romana Visigothorum del rey visigodo Alarico II.

Los sucesores de Teodosio II en el Imperio de Oriente fueron, Marciano,


Leon I, Leon II, Zenón, Basilisco, Anastasio, Justino I y Justiniano. Con este
último, quien durante su reinado, hará una recopilación de todo el derecho
romano, terminará la historia del Derecho Romano, recopilación que regiría en el
Imperio Bizantino hasta su caída el año 1453.

LAS FUENTES DEL DERECHO EN ESTE PERIODO DEL BAJO


IMPERIO

Las antigüas fuentes del derecho están agotadas en este período. Ya no


existen leyes, plebiscitos, ni senadoconsultos. En esta época los pretores han
perdido su facultad de dictar edictos pero la costumbre sigue siendo fuente de
normas obligatorias. En cuanto a las otras fuentes:

a) Las constituciones imperiales son la fuente más activa del derecho


privado.
b) La jurisprudencia o ciencia del derecho está en decadencia ya que no
evoluciona, puesto que los hombres doctos no se preocupan de los problemas
jurídicos, ahora se preocupan de discusiones teológicas o religiosas.

Durante este período de abandono de la investigación científica en materia


de derecho, los jueces recurrían a los tratados o textos de los antiguos
jurisconsultos y no a su opinión para fallar. Estos daban una visión bastante
acertada de la ley vigente en Roma, pero la gran cantidad de estas obras,
complicaba la labor de los jueces, como también las numerosas divergencias de
opinión acerca de determinados principios de derecho.

Esto hizo que los emperadores realizaran una reforma, que se llevó a cabo
en dos etapas:

I.- Constantino I el Grande fue el primer emperador que trató de disminuir el


número de tratados a consultar y procedió a invalidar escritos especiales, cuyas
divergencias llevaban directamente a confusión.

En especial en el año 321, negó toda fuerza legal a las notas que habían
escrito Paulo y Ulpiano sobre la obra de Papiniano.

II.- La Ley de Citas. Esta es una constitución imperial dictada por Teodosio II (en
el Oriente) y Valentiniano III (en el Occidente), en el año 424 o 425 y que
establece lo siguiente:

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-Reconoce autoridad o fuerza de ley a la obra de cinco notables jurisconsultos
romanos: Papiniano, Paulo, Ulpiano, Gayo y Modestino. Debe destacarse que
esta medida, presenta la particularidad de que reconoce por primera vez, fuerza
de ley a las obras de Gayo quien en vida no tuvo, el ius publice respondendi.

-Además, reconoce autoridad o fuerza obligatoria a las opiniones de los juristas


mencionados por estos cinco jurisconsultos en sus obras, a condición de que la
exactitud de textos en sus obras, fuese estimada por el cotejo de los manuscritos.
Se citaba a Scevola, Sabino, Juliano, Marcelo y otros jurisconsultos que tenían
opiniones coincidentes con las manifestadas en sus obras.

-Se estableció además, que si estos jurisconsultos estaban en desacuerdo en


cuanto al punto consultado, prevalecía la opinión de la mayoría. En caso de
empate, predominaba la opinión de Papiniano. Si Papiniano no se había
pronunciado, el juez elegía la opinión que estimaba conveniente.

-Por otra parte esta ley mantuvo la resolución de Constantino de invalidar las
notas de Paulo y Ulpiano sobre la obra de Papiniano.

Esta ley ha sido objeto de críticas debido al hecho de que el juez, al


resolver, no debía tener en cuenta el valor intrínseco de cada opinión, sino que
debía hacer una suma de opiniones favorables a una solución, o sea, el juez
sacaba cuentas y no hacía apreciaciones. También se la ha criticado por haber
omitido las opiniones de otros notables jurisconsultos.

Justiniano derogó todas las disposiciones de la Ley de Citas y aprovechó


en su Corpus Iuris Civilis, las opiniones de los juristas que tuvieron ius publice
respondendi y las notas o comentarios de Paulo, Ulpiano y Marciano sobre la
obra de Papiniano.

EL CORPUS IURIS CIVILIS.

Justiniano ascendió al trono el año 527 y gobernó hasta el año 565. A


estas alturas las dos grandes fuentes del derecho son las leges y el ius..

Las Leges o leyes están constituidas por las constituciones imperiales.

El Ius lo integran todas las demás fuentes del derecho, y en forma


especial, las opiniones de los jurisconsultos vertidas en sus obras.

Tanto las unas como las otras, forman un complejo tan denso de opiniones,
que era necesaria una codificación, ordenamiento o compilación.

En esta tarea se embarca Justiniano, ayudado por eminentes profesores


de derecho. Justiniano consigue este objetivo, mediante la publicación de cuatro
obras:

1) El Código Viego, Codex Vetus o Codex Iustinianeus.


2) Las Pandectas o Digesto.
3) Las Instituciones o Institutas.
4) El Código Nuevo o Codex Repetitae Praelectionis.

Existe, además, una quinta obra, denominada Novelas que recopila las
constituciones imperiales posteriores al Corpus Iuris Civilis. (Cada nueva

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constitución imperial recibía el nombre de Novellae).

1.- EL CODIGO VIEJO, CÓDEX VETUS o IUSTINIANEUS: es una recopilación


de las constitucioneis imperiales desde Adriano a Justiniano.
Justiniano le encargó esta labor a una Comisión de 10 profesores de
derecho, miembros de las escuelas de jurisconsultos de Constantinopla y Beirut,
presidida por Juan el Capadocio (Iohannes), cuyos principales integrantes eran
Triboniano y Teófilo. Su misión era reunir en una sola obra los Códigos
Hermogeniano, Gregoriano y Teodosiano, agregando las constituciones
dictadas con posterioridad a estas publicaciones, suprimiendo las contradicciones,
repeticiones y normas caídas en desuso. Los primeros dos códigos eran
recopilaciones de constituciones imperiales de carácter particular y el Código
Teodosiano, era una recopilación oficial, encargada por Teodosio II (408-450) y
que fue publicada en Roma por Valentiniano III (424-455).
La labor encomendada a esta comisión se publicó el año 529.

2.- EL CODEX REPETITAE PRAELECTIONIS o CODIGO NUEVO: cinco años


después, se formó otra comisión presidida por Triboniano, cuestor del palacio, y
conformada por otros cuatro miembros (Juan, Doroteo, Constantino y Menna),
a los que Justiniano encargó una nueva edición del código, debiendo incluir:

a) Varias constituciones imperiales promulgadas en este tiempo, entre estas, la


Constitución Cordi Novis, la Emendatione Codicis Iustinianei y la
Quincuagésima o Quincuaginta Decisiones. Esta última eran, cincuenta
constituciones imperiales, que fueron publicadas por Justiniano por medio de las
cuales se decidían cuestiones discutidas entre los antiguos jurisconsultos las que
habían sido reunidas en una colección.

b) Debían además, realizar algunos cambios para poder conciliar esta nueva
edición del código con las Pandectas o Digesto, obra que había sido promulgada
en el año 533.

Este nuevo código, llamado Codex Repetitae Praelectionis, promulgado


en diciembre del 534, es la única obra del Corpus Iuris Civilis que llegó hasta
nosotros.
Esta Obra consta de 12 libros que tratan de lo siguiente:

Libro I Derecho Eclesiástico, Fuentes del Derecho y Oficios de los


Funcionarios Imperiales.
Libros II a VIII Derecho Privado.
Libro IX Derecho Penal.
Libro X a XII Derecho administrativo.

3.- LAS PANDECTAS o DIGESTO: Después de codificar las Leges o Leyes,


Justiniano, se preocupó de codificar el Ius, la otra fuente del derecho, y esta
tarea va a ser el origen de las Pandectas o Digesto. Para este efecto se asignó a
Triboniano el año 530, la función de redactar una obra en que se integraron los
extractos de los escritos de 40 jurisconsultos que habían obtenido el Ius publice
respondendi
Triboniano se hizo asesorar por 16 profesores de derecho, entre ellos:
Constantino, Teófilo, Doroteo, Cratino y Anatolio. Esto en razón de que el
trabajo era inmenso, había 10.000 volúmenes que revisar. Esta comisión terminó
su tarea en tres años, y la obra fue publicada en diciembre del año 533.
Las Pandectas o Digesto constan de 50 libros divididos en títulos y cada
título en fragmentos, a los que se les dio el nombre de leyes.
Justiniano, a su vez, dividió esta obra en 7 partes, conteniendo cada una
de ellas un cierto número de libros.

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La expresión Digesto viene del latín, y quiere decir “clasificar” y la
expresión Pandectas del griego, “lo comprendo todo”.

4.- LAS INSTITUCIONES o INSTITUTAS: Mientras se operaba los trabajos del


Digesto, Justiniano nombró una comisión de tres personas, integrada por
Triboniano, que la presidía, Teófilo y Doroteo, para redactar una obra
elemental, destinada a enseñar derecho.
Esta obra se conoce con el nombre de Instituciones o Institutas, las
cuales fueron publicadas en diciembre del 533.
Las Institutas, estaban integradas por trozos tomados de las obras de
jurisconsultos clásicos y también por extractos de constituciones imperiales. Es
decir, comprende las dos fuentes del Derecho de la época. leges y ius.
Estas Institutas siguieron el plan general que había seguido Gayo en sus
institutas. Las institutas estaban divididas en 4 libros, divididos en títulos y
párrafos, cuyo contenido es el siguiente:

Libro I: De las Personas y Nociones Previas de Derecho..


Libro II:De las Cosas, De los Derechos Reales y las Sucesiones Testamentarias.
Libro III:De la Sucesión Intestada y de las Obligaciones Contractuales y Cuasicontractuales.
Libro IV:De los Delitos y Cuasidelitos. De las Acciones y Medios Legales para hacer valer los Derechos
Propios.

Todo este cuerpo legal fue conocido desde el siglo XVI con el
nombre de Corpus Iuris Civilis.

- LAS NOVELAS.

Luego de publicadas las obras anteriores, la última de ellas, el Código


Nuevo, Justiniano declaró que en adelante no habría otra edición del código,
pero no dejó la función legislativa. Se dictaron nuevas leyes o constituciones,
respecto de las cuales quiso que formaran una obra especial llamada las Novelas,
(Novellae constitutiones, del latín nuevas). Este propósito no lo cumplió en vida,
puesto que fueron recopiladas después de su muerte. Estas Novelas no forman
parte del Corpus Iuris Civilis pero lo complementan.

De estas constituciones posteriores al código de Justiniano y de sus


sucesores, se conocen tres colecciones del siglo VI:

a) Esta primera colección recibió el nombre de Epítome Iuliani. Hacía el año 555,
Juliano profesor, de derecho en Constantinopla, publicó en latín un resumen de
124 novelas, destinado sin duda, a Italia, donde el derecho de Justiniano acababa
de ser publicado.

b) Una segunda colección conocida bajo el nombre de Authenticum Corpus


Novellarum o Authentica (o Versio Vulgata) de fecha desconocida comprende
la traducción literaria, del griego al latín, de 143 novelas. Recibió este nombre
porque reproduce el texto de las novelas con más fidelidad que el Epítome, o
porque, según ciertos autores, esta sería una traducción oficial de las Novelas
escritas en griego.

c) La tercera colección, hecha en griego, denominada de los humanistas, es la


edición más completa e importante, que data del fin del siglo VI. Contiene 138
novelas (168 o 169 según Arias), de las cuales 7 son posteriores a Justiniano y
llegan hasta el reinado de Tiberio II (578-582).

Cada novela empieza con un praefatio, indicando los motivos de la


publicación, luego vienen las disposiciones legales divididas en capítulos y

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párrafos y termina con un epilogus, que regula su aplicación.

JUICIO CRÍTICO AL CORPUS IURIS CIVILIS.

El fin que persiguió Justiniano con esta obra de codificación fue el dar
reglas jurídicas claras a su pueblo, en relación con el estado de la civilización y
costumbres existentes en su tierra. Con esto, también pretende poner fin a la
incertidumbre que reinaba por la proliferación de obras de los jurisconsultos y de
constituciones imperiales que se habían venido dictando durante la época
imperial.

Por medio de esta recopilación Justiniano hizo imperar en la legislación


romana disposiciones más equitativas que las del antigüo derecho romano. Para
ello encomendó a las comisiones encargadas de la tarea de codificación, realizar
alteraciones o cambios o interpolaciones (interpolationes) que pusiesen a la
norma jurídica en armonía con la época de la recopilación o codificación. A estas
interpolaciones o alteraciones se les ha llamado Emblemata Triboniani o
Tribonianismos, por la importante labor que cumplió Triboniano, quien encabezó
casi todas las comisiones a las que se encomendó esta tarea.

Los trabajos u obras de Justiniano tienen un doble carácter::

a) En primer lugar es una obra de codificación, porque implicó una recopilación y


ordenación sistemática completa que comprendió todas las fuentes del derecho,
tanto leges como ius.

b) También es una obra de legislación, porque Justiniano no se contentó sólo


con codificar, sino que dio fuerza de ley a todas sus obras, derogando toda otra
fuente del derecho romano. Por otro lado, Justiniano prohibió comentar el
Digesto, para evitar nuevas controversias, y únicamente permitió traducir el texto
al griego, con tal que la traducción fuese literal; autorizó a hacer resúmenes de la
obra o sumarios (índices) y completar las disposiciones de un título con el
resumen de las reglas contenidas en otros títulos sobre el mismo motivo.

El mayor mérito de este emperador, fue que transmitió un cuadro de


conjunto del derecho romano en sus Corpus Iuris Civilis, obra que se realizó en
6 años.

Evidentemente, esta obra ha sido criticada porque utiliza un lenguaje muy


pomposo o ampuloso, careciendo de la sencilla elegancia y concisión de los
jurisconsultos clásicos. También se le critican las repeticiones inútiles que contiene
la obra, y cierta ligereza para ubicar ciertos pasajes en lugares donde no deberían
estar. Finalmente se le critica al autor su falta de conocimiento de conjunto del
derecho, pues vuelve sobre los mismos temas antes de dar soluciones definitivas.

El Corpus Iuris Civilis tiene el mérito de ser enemigo de sutilezas y


complicaciones inútiles y además el haber creado en todas sus partes algunas
teorías más amplias y equitativas que las del antiguo derecho romano.

Desde el punto de vista histórico su importancia es considerable, pues los


bárbaros y el tiempo destruirían poco a poco la obra de los grandes jurisconsultos.
Sin embargo, el Digesto, remediaría en parte esta pérdida al contener fragmentos
importantes de esos jurisconsultos.

En fin, en la obra de Justiniano observamos aspectos que hay que alabar y


criticar, debe sin embargo destacarse el hecho de que este emperador emprendió

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esta obra en una época de decadencia la llevó a feliz término.

Con la muerte de Justiniano el año 565, termina la Historia del Derecho


Romano.

Una vez promulgado el Corpus Iuris Civilis, el emperador evitó las


controversias con respecto a la obra, y prohibió bajo pena de deportación y
confiscación de bienes, el hacer comentarios, que ocasionaban enredos y
confusiones, lo que era considerado inútil. Sin embargo, esta disposición no fue
acatada, así proliferaron las traducciones al griego, antologías, comentarios
monográficos, etc. Entre estas obras destaca la Paráfrasis de Teófilo, quien
había sido uno de los colaboradores de la compilación. Consiste en una
explicación libre en griego, de las Institutas, ampliamente interpretada, comentada
y referenciada. Además se hicieron comentarios del Digesto, que se disimularon
bajo la forma de índices, y en vida de Justinino el Corpus Iuris Civilis, fue objeto de
traducciones.

En el Imperio Romano de Oriente o Bizantino rigió hasta 1453.

En el siglo VIII volvieron a realizarse recopilaciones oficiales. El año 740


León III El Isáurico (717-741), publicó los Ecloga o Ley Isáurica, selección de
leyes tomada de la legislación de Justiniano, con modificaciones para hacerlas
mas humanas.

En 878 fue derogado este manual por Basilio El Macedoniano (867-886)


que publico otro, el Procheiron (Prokheiros nomos – legislación a mano) que sustituyó a los
Ecloga. En 886 una segunda edición de esta obra o una revisión, quedó sin
publicarse y sólo como proyecto: El Epanogogo (Epagogé ton nomon-exaltación de las leyes).
Incluso Basilio proyectó reunir en una compilación las cuatro obras de Justiniano
con la legislación posterior, pero esta versión fue terminada por su hijo León VI El
Filósofo (887-912), desde 886 a 911. Esta obra se llama Las Basílicas (u
ordenanzas imperiales) y comprende 60 libros.

Después de las Basílicas, un juez de Salónica, Harmenópulo publicó en


1345 un manual llamado Procheirón o Promptuarium, llamado también Hexabiblos por
estar dividido en seis libros, que era un resumen claro y metódico del derecho
greco-romano con notas sacadas de los Basílicas, que contribuyó a formar el
derecho civil griego cuando Mohamed II conquistó el Imperio de Oriente en1453.

En Occidente, cuando Narsés conquistó Italia el Corpus Iuris Civilis


reemplazó el Edicto de Teodorico. En 568 llegaron los lombardos que
mantuvieron en vigor esta legislación. El Derecho Romano siguió aplicándose,
pese a la fragmentación del imperio en numerosos reinos bárbaros, dado a que el
derecho era considerado un estatuto o cuerpo normativo personal, y además las
poblaciones que habían integrado el imperio, siguieron estas prácticas.

En el Reino Visigodo de Tolosa (Galia e Hispania), Eurico (466- 484)


promulga la más antigua compilación de leyes germánicas, en donde la normativa
para los súbditos romanos, se basó en los Códigos Gregoriano, Hermogeniano y
Teodosiano, y algunos textos jurisprudenciales. Esta compilación se conoce con el
nombre de Código de Eurico (475). Su sucesor Alarico II (484- 507) compila el
Breviarium Alaricianum o Lex Romana Visigothorum que contenía normas
teodosianas, -especialmente de orden procesal, llenando un vacío en el derecho
germánico-, extractos de constituciones de los tres códigos citados, referencias a
la Sententiae de Paulo, a un fragmento de responsa de Papiniano y al Epítome de
Gayo. Estos textos contenían normativa romana, para los habitantes romanos de
sus territorios, porque como se señaló, las instituciones jurídicas sólo eran

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aplicables a un grupo determinado. Los pueblos bárbaros dominantes se regían
por sus propias leyes y costumbres, pero las normas romanas, contribuyeron a
llenar los vacíos de esos sistemas jurídicos más rudimentarios.

Otro texto que originalmente se atribuyó al Rey ostrogodo Teodorico el


Grande (493-526), y que a partir de la década de 1950 se ha identificado con el
Rey visigodo Teodorico II, es el Edicto de Teodorico que se habría basado en los
mismos códigos que el Código de Eurico, más la Sententiae de Paulo y las
Institutas de Gayo. Este texto tiene la particularidad, de haberse apartado del
principio de personalidad del derecho, acercándose al principio de la
territorialidad en su aplicación, en los lugares donde convivían romanos y
bárbaros.

Finalmente dentro de estos textos destacamos a la Lex Romana


Burgundionum (500), que empleando las mismas fuentes que el Breviario de
Alarico, fue dictada por el Rey Godebando de los burgundios.

Sólo en el siglo IX se conocerá en Galia el Corpus Iuris Civilis, pero a los


lugares a los que se extendió el Reino Franco, siguió aplicándose derecho
romano.

Extendido de esta manera, el derecho romano se aplicó tanto en Francia


como en Italia en el oscuro período medieval, reanudándose su estudio en
Bolonia, Italia a partir del siglo XII.

Después de siglos de inseguridad, estancamiento cultural, y economía


agraria de autoabastecimiento, resurge la vida urbana, apareciendo la burguesía,
grupo social, cuyas inquietudes y posibilidades llevó a la creación y desarrollo de
universidades. La sociedad, se volvió más compleja, sus miembros se
relacionaron de manera más frecuente y variada, y este ambiente favoreció el
redescubrimiento del Derecho Romano.

Es probable que las Institutas y el Código, hayan sido estudiados en Roma,


Rávena y Pavía, pero no hay vestigios del Digesto, que quizá es la parte de mayor
valor científico de toda la compilación.

A fines del siglo XI se conoce la existencia de un manuscrito del Digesto,


escrito a fines del siglo VI, es decir, a medio siglo de su promulgación, al que se
denominó Littera Pisana y luego Littera Florentina, por haber estado en Pisa, y
haber sido llevada en 1406 a Florencia.

Irnerio, un profesor de la Facultad de Artes –donde se impartían


conocimientos de carácter general y previo a las otras facultades- de Bolonia,
estudió la Littera Pisana y comenzó a interpretarla y a enseñarla. 10.000 alumnos
de toda Europa, concurrieron a Bolonia, interesados en esta forma superior de
conocimiento jurídico. Pronto, en casi todas las universidades que fueron
surgiendo, existieron Facultades de Derecho, en donde se estudiaba, Derecho
Romano y Canónico (formado bajo influencia romana y con el mismo carácter), no
los derechos locales.

Los juristas medievales y renacentistas, que realizaron estos estudios del


Derecho Romano, realizaban su trabajo de manera distinta y con objetivos
diversos, por ello de acuerdo a su postura frente al Derecho Romano, distinguimos
tres escuelas o posturas: a) la de los glosadores, b)la de los comentaristas, y c)
la de los humanistas. A la labor de las dos primeras, se las denominó mos
italicus (manera itálica), y a la de los humanistas mos gallicus (manera
francesa).

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-Los Glosadores.
-Irnerio y sus discípulos realizaron la exégesis (la precisión del significado) de los
textos justinianeos, por medio de glosas, o sea, anotaciones marginales o
interlineales, a propósito de una palabra, una institución, un criterio, etc.
A mediados del siglo XIII, Accursio, profesor en Bolonia, realizó una
ajustada y selectiva compilación de glosas de sus colegas, que fijaba y
encuadraba el texto justinianeo, denominada Glossa Magna, que quedó como
definitiva e indiscutida en los claustros y en la práctica judicial.
Los glosadores consideraban que el texto era una obra perfecta, y no el
resultado de diversas épocas históricas, con partes adulteradas por
interpolaciones, ajustes, y adaptaciones, a veces con contradicciones. Este
aspecto los distingue de los humanistas. Su objetivo era facilitar la comprensión de
lo que para ellos era un derecho racional, de validez general, y por ello no lo
articularon con los derechos locales, considerados inferiores, aspecto que los
distingue de los posglosadores o comentaristas.

-Los Comentaristas.
-Tuvieron una actitud más pragmática, pues extrajeron del Corpus Iuris Civilis, lo
que estimaron indispensable, combinándolo con el derecho de su época, para que
así prestase utilidad a la sociedad de su época, en rápido desarrollo. En esta
actitud, fueron verdaderamente creadores de derecho, de un derecho común
europeo, de aplicación subsidiaria a los ordenamientos locales, pero aplicable a lo
no taxativamente dispuesto por estos.
Su modalidad de trabajo, de la que deriva su nombre, fue la de elaborar
comentarios sobre pasajes de los textos justinianeos, con un amplio aporte de
material jurídico local y canónico. El más relevante de ellos, quien ha sido el jurista
que más ha gravitado en la formación del derecho occidental fue Bartolo de
Sassoferrato.

-Los Humanistas.
-A diferencia de los anteriores, los juristas humanistas, que adherían a esa
corriente espiritual de humanismo, veían al Corpus Iuris Civilis como el resultado
de una suma de elementos heterogéneos e inconexos, que se había ido dando
con el devenir histórico, y no como una creación atemporal y perfecta de la
iluminada razón. Por ello quisieron entenderlo y explicarlo en su génesis volviendo
a las fuentes antiguas del derecho. Entre sus exponentes tenemos a Cyacius.
Vigilius y Fabrot. Su actitud permitió integrar importantes vacíos en el
conocimiento erudito, pero sustrajo al Derecho Romano, de su contacto y relación
con la práctica cotidiana del derecho.

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