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Si muere uno de los deudores solidarios, la deuda se divide entre los herederos en
Esta norma, que tiene como antecedente el artículo 1217 del Código Civil de 1936,
acreedores solidarios, prescribiendo que la deuda o el crédito se divide entre todos los
1.1. La deuda o el crédito del deudor o acreedor solidario, según sea el caso, se transmite a
sus herederos. En efecto, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 660 del Código Civil,
desde la muerte de una persona se transmiten de pleno derecho a sus sucesores universales,
sentido, la deuda o el crédito del deudor o acreedor solidario que fallece pasa a sus
herederos.
1.2. Un segundo efecto del fallecimiento del deudor o acreedor solidario, tiene que ver con
la forma como se transmite la deuda o crédito solid ario, que es lo que precisamente se
encuentra regulado en la norma bajo comento, la misma que establece que la deuda o el
crédito se divide entre los herederos del deudor o acreedor fallecido en proporción a sus
participaciones en la herencia.
2. Forma de transmisión de la obligación solidaria por sucesión mortis causa La disposición
que en nuestra opinión no es del todo exacta como pasamos a explicar seguidamente.
entre todos, la totalidad de la prestación debida por aquél; de manera que, si el deudor
encontraba su causante frente al acreedor común, esto es, estará obligado por la totalidad de
sus relaciones internas con los otros codeudores solidarios, en realidad, sólo le corresponda
una parte de la deuda, pue s el fallecimiento de uno de los deudores o acreedores solidarios
acreedor solidario.
Situación distinta es que, cuando son varios los su censores, a cada uno de éstos
individualmente sólo les sea exigible o sólo estén facultados a exigir la deuda o crédito de
deuda o el crédito que se divide entre tales sucesores es la deuda o el crédito solidario, esto
causante en sus relaciones internas con los demás codeudores o coacreedores solidarios; de
manera que, si los sucesores pagan la deuda ante el acreedor común, se sustituyen en todos
los derechos, acciones y garantías de éste contra los demás codeudores, hasta por la parte
por la que estaban obligados a contribuir en el pago de la deuda en sus relaciones internas.
Al respecto, Ospina señala: "Según ya lo vimos, la deuda se divide entre los herederos del
codeudor muerto, pero la obligación sigue siendo solidaria, y por consiguiente, el acreedor
puede demandar por el todo a cualquiera de los otros codeudores solidarios. En realidad, lo
que ocurre es que el lugar del deudor muerto viene a ser ocupado por sus herederos, cada
uno de los cuales lo representa hasta la concurrencia de su cuota hereditaria y que, reunidos
entre sí, responden de la totalidad de la deuda, como antes respondiera su causante. Bien
puede decirse, pues, que cada heredero no está obligado solidariamente, pero que el
Como puede apreciarse, no es que la solidaridad no se transfiera a los herederos, sino que
limitación que tiene como fundamento el hecho de que el fallecimiento del deudor o