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Hospital Clínico-Quirúrgico
“Dr. Luis Díaz Soto”
Autores:
Dra. Teresita Montero González*
Dr. José Hurtado de Mendoza Amat**
2002
Ciudad de la Habana
El Síndrome de Disfunción Múltiple de Órganos (SDMO) se inscribe en la literatura médica a
finales de los años 70 y tiene su auge en la década del 80. Se define como una amenaza aguda
de la homeostasis por una respuesta estereotipada a una agresión fisiológica intensa donde la
secuencia de órganos dañados sigue un curso predecible (1). La respuesta del organismo es
una “respuesta inflamatoria sistémica” que se produce por la acción de múltiples mediadores
que desencadenan la disfunción progresiva de órganos y sistemas (2) y puede causar la muerte
con frecuencia si no se asume un tratamiento enérgico y rápido. Se previene cuanto más
temprano se piense en él y se prepare al organismo para asumirlo (3,4).
En Cuba se estudian las alteraciones morfológicas de los fallecidos con este diagnóstico desde
1985 y se ha observado que las alteraciones histopatológicas encontradas en un modelo
experimental de ratón quemado, en la enfermedad por quemaduras en humanos, en los
fallecidos médico legales traumatizados, los quirúrgicos graves y los sépticos graves, entre
otros, coinciden con las descritas en el SDMO. Al conjunto de las alteraciones morfológicas
encontradas en estos fallecidos se llamó DAÑO MULTIORGANICO (DMO) (5). Es decir, el
SDMO es un diagnóstico clínico, mientras que el DMO es un diagnóstico morfológico
diagnosticado en las autopsias de estos pacientes fallecidos, es un binomio de categorías como
lo es desde el punto de vista filosófico la estructura y la función (5,6).
El trabajo desarrollado por el colectivo a que pertenece la autora durante más de 15 años en
esta línea de investigación, de probado interés médico militar por el número de bajas que
puede ocasionar en heridos de guerra, le han permitido realizar algunas observaciones:
El DMO afecta a cualquier grupo de edad (6).
El DMO se detecta en ocasiones, antes que las manifestaciones clínicas (5).
El número de órganos dañados es mayor que las fallas funcionales (Trabajo para optar por el
título de especialista en Anestesia del Dr. Edwin García García).
El estudio retrospectivo de casos con DMO ha revalorado el SDMO (Trabajo para optar por
el título de especialista en Anatomía Patológica de la Dra. Verónica Walwyn Salas).
La acción de los factores causales provoca una disreactividad del sistema inmunológico que
origina una respuesta inflamatoria sistémica con daño en múltiples órganos que pueden llevar
al paciente al SDMO o a la muerte (5).
La información de la literatura científica sobre el tema en la esfera clínica es abundante, (7-
12) sobre todo en aspectos relacionados con la etiopatogenia. Los trabajos relacionados con
las alteraciones morfológicas son escasos explicado por la crisis de la autopsia a escala
internacional (13,14). En Cuba esta situación se revierte (15) y ha permitido abordar este tema
desde el punto de vista histopatológico.
Desde el punto de vista terapéutico sobre el SDMO se ha expuesto la necesidad del uso de
inmunomoduladores (4,16,17) y oxigenación suplementaria (18) para prevenir o atenuar la
respuesta inflamatoria sistémica que desencadenan los factores causales.
La autopsia y el SDMO:
Todas las manifestaciones clínicas y humorales que llevan al diagnóstico del SDMO se
evidencian por alteraciones morfológicas. La autopsia es el método más adecuado para el
estudio del enfermo y la enfermedad, y brinda un material insustituible para investigaciones
científicas (13,14). La realización adecuada de la autopsia (32) permite conocer el desarrollo y
evolución de la enfermedad que provocó la muerte y establecer la correlación clínica-
patológica.(15)
En los países capitalistas la autopsia está en crisis por varios factores, entre ellos problemas
económicos y falsos conceptos de un adecuado estudio en vida del paciente (13,14). El avance
de las técnicas diagnósticas permite obtener diagnósticos de enfermedades con un
determinado rango de precisión; sin embargo, estas técnicas tienen una carga variable de
subjetividad que dependen de la habilidad, la experiencia y los conocimientos de quienes las
interpretan o realizan (14).
Los resultados que brindan las autopsias son insustituibles y los errores diagnósticos muestran
cifras por encima de 20 % en centros de alto nivel tecnológico (13). El exceso de
investigaciones que se realizan sobre los pacientes para justificar un estudio completo y puede
oponerse a los principios de la ética (14,33).
En Cuba están creadas las condiciones para realizar la práctica masiva de la autopsia. (13,15).
Desde 1985 con el desarrollo de la terapia intensiva se realizó un estudio de los fallecidos que
presentaban SDMO. Al conjunto de alteraciones morfológicos encontradas comunes en todos
los casos y que se relacionaban con las manifestaciones de fallo funcional, se les denominó
Daño Multiorgánico (DMO) (5).
Las alteraciones morfológicas valoradas para su diagnóstico son:
PULMÓN: Edema pulmonar de permeabilidad
RIÑÓN: Nefrosis osmótica
Necrosis tubular aguda
TDA*: Inflamación aguda y úlceras en esófago, estómago y duodeno
TDB**: Enteritis aguda (incluyendo la necrotizante)
HÍGADO: Tumefacción celular
Esteatosis hepática (incluye la aguda)
Colestasis intrahepática
VESÍCULA BILIAR: Colecistitis aguda alitiásica
PÁNCREAS: Tumefacción celular
Pancreatitis focal inespecifica
CEREBRO: Edema cerebral
Encefalopatia hipóxica
CORAZÓN: Miocarditis focal inespecífica
Infarto subendocárdico
SUPRARRENAL: Depleción lipídica
SANGRE: Coagulación intravascular diseminada
REACTIVIDAD DEL SMF ***: Adenitis reactiva
Esplenitis reactiva
Hepatitis reactiva
TGA*: Tracto gastro intestinal alto (incluye esófago, estómago y duodeno)
TGB**: Tracto gastro intestinal bajo (incluye intestino delgado y grueso)
SMF ***: Sistema monocítico fagocitario
El diagnóstico se realiza con la presencia de tres o más órganos afectados, excluyendo del
análisis la respuesta del SMF, por cuanto dada las bases etiopatogénicas el mismo, debe
reaccionar con la proliferación o agotamiento según el estado del sistema inmunológico del
paciente (5). Algunas alteraciones pueden observarse por otras causas, por lo cual, es
importante descartar lesiones previas y no incorporar al órgano sobre el que actúa el factor
causal.
En los siguientes años se estudia un número mayor de fallecidos auxiliados por un Sistema
Automatizado de Registro y Control en Anatomía Patológica (34) que permitió relacionar
múltiples procesos asociando el DMO con la infección, el choque, la muerte violenta, la
enfermedad por quemaduras, las intervenciones quirúrgicas (Trabajos presentados en el VI
Congreso de Anatomía Patológica, Santiago de Cuba 1988) y el pulmón del síndrome de
dificultad respiratoria del adulto (35,36).
Ruchti en 301 autopsia realizadas a pacientes de terapia intensiva coincide en sus
observaciones con las alteraciones que se observaban en los fallecidos con DMO (37). El
estudio de un modelo experimental de ratón quemado (38), las experiencias mostradas por
Teplitz en pacientes que fallecen por quemaduras (39) y por Ileopoulou y cols. (40) más
recientemente, muestran alteraciones morfológicas similares al DMO.
La presencia del DMO en más de una tercera parte del total de fallecidos estudiados (15),
indica su frecuencia y la relación con los traumatismos, las intoxicaciones y las infecciones,
muestran su elevado interés médico-militar.
El DMO puede ser causa directa de muerte (15); pero si alguna de sus manifestaciones es tan
severa que “per se” explique la muerte del paciente ésta sería la causa directa de muerte y el
DMO la intermedia; si otro evento actúa directamente en el proceso final del paciente y el
DMO influye, sería causa contribuyente y si no tienen relación con la muerte se considera
trastornos asociados (15) (Fig.1).
Nuytinh (41) realizó un estudio en 35 autopsias de casos traumatizados, los resultados
obtenidos corresponden a una respuesta inflamatoria sistémica independiente del tiempo que
medió para la muerte. Pape lo reafirma con el estudio de 59 fallecidos con SDMO a
consecuencia de traumatismos (42). Como es evidente, es necesario profundizar en los
aspectos patogénicos del DMO/SDMO.
Patogenia:
Respuesta inflamatoria:
La respuesta inflamatoria como proceso, es la mejor defensa del huésped (43), pero en exceso
provoca una reacción dañina en el organismo a pesar de los mecanismos naturales que la
controlan (2).
La inflamación es una reacción compleja del tejido conjuntivo vascular la cual se conoce
desde antes de nuestra era. Fue Aulo Cornelio Celso, médico romano, quien en el primer siglo
de nuestra era se refiere a “el cuadrilátero de la inflamación”: calor, rubor tumor y dolor.
Virchow, patólogo alemán (1821-1902) adiciona la impotencia funcional en el pasado siglo
XIX. John Hunter, anatomista y cirujano escocés (1728-1793) afirma que no es una
enfermedad, sino una respuesta inespecífica que produce un efecto saludable al organismo en
el que tiene lugar (43).
La inflamación es la respuesta del organismo al daño tisular que entraña reacciones
vasculares, humorales y celulares en el sitio de la lesión y que sirve para destruir, diluir o
tabicar el agente lesivo y las células destruidas poniendo en movimiento una serie compleja
de acontecimientos que en lo posible cura y reconstruye el tejido dañado. Es ante todo un
proceso único, inmediato y continuo (43,44).
Las reacciones vasculares causan cambios en el flujo sanguíneo laminar con pérdida de la
corriente central de los elementos formes, su polarización hacia las paredes vasculares y
aumento de la permeabilidad con escape de líquido al espacio extravascular.
Los eventos celulares (el rodamiento, la adhesión, transmigración, quimiotaxis y fagocitosis)
con el avance de la biología molecular en los últimos años se han logrado comprender mejor
(45,46). Cada uno de estos procesos depende de la presencia o expresión de las moléculas de
adhesión intercelular (MAIC) que van cambiando de un evento a otro facilitando cada uno.
La rapidez del proceso depende de sí están preformadas o si se comienzan a transcribir al
cuando llega el estímulo a la célula. La MAIC E-selectina está presente en las membranas de
los gránulos de las células endoteliales y se expresan por la acción de la histamina y el factor
activador de las plaquetas, mientras que la MAIC P-selectina induce su síntesis en la célula
con la presencia de las citocinas (factor de necrosis tumoral (FNT) e interleucina 1(IL-1))
(43). La MAIC L-selectina es propia de la fase de rodamiento y se expresa en los
polimorfonucleres neutrófilos (PMNn) (47) y en la transmigración (48).
La quimiotaxis se estimula con productos bacterianos (péptidos con N-formil metionina
terminal), lípidos, por activación del sistema del complemento (C5a), la producción de
leucotrieno B4 (LTB4) o citocinas (en particular quemoquinas del tipo IL-8) (47). Los
receptores de la membrana activan la proteína G, que al interactuar con la fosfolipasa C,
degrada el lípido de membrana fosfatidil inocitol 4,5 bifosfato (PIP 2) en inositol 1,4,5 fosfato
(IP3) y el diacilglicerol (DGA), el IP 3 propicia la liberación de calcio del retículo
endoplásmico que ensambla los filamentos monoméricos de actina y miosina en polímeros
lineales en el borde delantero de los pseudópodos con entrecruzamiento lo que propicía el
movimiento de la célula (49). El movimiento depende del patrón de receptores y del gradiente
de quimiocinas presente (43,45).
Para la fagocitosis se necesitan opsoninas como son los fragmentos Fc de la IgG, C 3b y C3b1
del sistema del complemento y proteínas plasmáticas fijadoras a carbohidratos como la
manosa (45). Cuando los receptores se unen a las opsoninas, pseudópodos citoplasmáticos
engloban la sustancia. En este evento se liberan especies reactivas del oxígeno que destruyen
sustancias extrañas y activan la peroxidación lipídica (50).
La acción de los mediadores juega un papel crucial en el evento de la inflamación, ellos
pueden estar preformados o formarse de “novo” tras el efecto del estímulo (43).
De los lípidos de la dieta y del ácido linoleico, un fosfolípido de membrana, se forma el ácido
araquidónico (AA), por la acción de la fosfolipasa A2. Este es la encrucijada entre dos
productos lipídicos biológicamente activos, si se estimula la ciclooxigenasa que producen las
familias de las prostaglandinas, prostaciclinas y tromboxano con importantes efectos en la
vasodilatación y el edema en la inflamación, y el tromboxano que tiene efectos de
vasocontricción y de agregación plaquetaria. Si se activa la lipooxigenasa, se forman los
leucotrienos con acción de vasocontricción, aumento de la permeabilidad y quimiotaxis (51).
El factor de agregación plaquetaria, de origen lipídico se acetila y activa, se une a receptores
de la proteína G y posibilita la agregación plaquetaria, la vasoconstricción y la
broncoconstricción, adhesión leucocitaria y quimiotaxis (43).
Las citoquinas o citocinas, descritas desde 1981, se unen a receptores de membrana regulado
por señales exógenas y endógenas, tienen acción pleotrópica y redundante con funciones
especiales sobre diferentes células. Las IL-3 y IL-7 tienen acción sobre la maduración de los
leucocitos, la IL-2 y IL-4 sobre el crecimiento linfoide, mientras la IL-10 y factor de
crecimiento transformante ß ejercen una regulación negativa (52-54).
La IL-1ß y el FNT- tienen una función muy importante en la fase aguda de la inflamación y
de hecho son los responsables del efecto de activación de los PMNn (55). Activan el endotelio
favoreciendo la agregación plaquetaria, la coagulación y estimulan la proliferación de
fibroblastos. Las quemoquinas (IL-8) son un tipo especial de sustancia producida por los
leucocitos con función quimiotáxica.
El Óxido Nítrico es un importante mediador descubierto en 1980, responsable de la relajación
del músculo liso, regulador del reclutamiento de leucocitos y disminuye la agregación
plaquetaria el cual se induce por citocinas (FNT- e interferon ) (43,56).
En el sistema del complemento, C3a, C5a y C4a son anafilotoxinas, aumentan la permeabilidad
y la vasodilatación, y activan la lipoxigenasa. C5a es además quimiotáctico para la adherencia
de PMNn influyendo sobre la activación de las integrinas, y C 3b y C3b1 participa en la
fagocitosis como opsoninas para PMNn y macrófagos (43,57).
La alteración en la función de un órgano y la liberación de mediadores de la inflamación, así
como el aumento del número y actividad las MAIC contribuyen al daño e intensifican la
lesión endotelial (57).
Translocación bacteriana:
El intestino y sus funciones han llamado la atención de los investigadores como "motor"
de la sepsis y del SDMO (60,77-81) en pacientes politraumatizados y con choque
hemorrágico. Cannon, en 1923 refería un factor tóxico intestinal como responsable de la
irreversibilidad del choque (82), años más tarde se conoció que las endotoxinas de las bacte-
rias gramnegativas eran las responsables de esta irreversibilidad. Lillehei, en 1957 encuentra
después de provocar estado de choque hemorrágico a perros, que el mantener una adecuada
perfusión del intestino puede prevenir la irreversibilidad del choque (83).
El fallo de la función de barrera efectiva de microorganismos intraluminares, que conduce al
paso de bacterias entéricas y endotoxinas a través de la barrera mucosa a los ganglios
linfáticos mesentéricos y los órganos distantes, es a lo que Wolchow llamó en 1966
translocación bacteriana (84).
Los estudios realizados en la década de los 70 se retoman y profundizan. Se reconoce que el
intestino puede ser el reservorio de las bacterias que causan sepsis sistémica de pacientes
graves, lo cual condujo a Border a utilizar el término de "estado séptico intestinal" (85).
El tracto gastrointestinal (TGI) desempeña en condiciones normales funciones de absorción
selectiva de nutrientes, endocrinas, metabólicas, inmunológicas y de barrera entre el medio
externo y el interno (77,81). Factores mecánicos como la integridad de las células de la
mucosa intestinal, el mucus y el peristaltismo; humorales como la IgA y la fibronectina de las
células superficiales y la flora microbiana anaerobia ofrecen una resistencia a la colonización
(79).
Al TGI se le conoce como iniciador y estimulador de la sepsis en pacientes críticos, aún con
cultivos bacteriológicos negativos (18,59,81). Los factores causales como el choque, atraen la
circulación de la sangre a órganos vitales y provocan vasocontricción esplácnica (18,80,81) lo
cual genera isquemia de la mucosa, y sólo bastan entre 5'y 10' para que se altere la vitalidad
de las puntas de las vellosidades intestinales.
La proteína de unión a ácidos grasos intestinales de 14 kD, se encuentra en la zona basal de
los entererocitos maduros. Durante la isquemia pierden su polaridad y sufren reordenamiento
del citoesqueleto liberando la proteína al torrente circulatorio (60). La persistencia del daño
conlleva a la translocación bacteriana, favorecida por:
Alteraciones ecológicas debido a las variaciones del pH, a la diminución del peristaltismo,
la dieta o alimentación parenteral y al uso de antibióticos.
Alteraciones en la defensa del huésped con adherencias de bacterias a la empalizada de
células de la mucosa y al mucus, y la disfunción de la respuesta del sistema linfoide
asociado a mucosa (52,76).
Pérdida de la integridad anatómica y funcional de la mucosa desde cambios mínimos
hasta el infarto transmural, la acción de los mediadores y la falta de disponibilidad de
nutrientes para el enterocito (glutamina) y el colonocito (ácidos grasos de cadena corta),
cuya demanda se incrementa en el estrés (81,86).
Las bacterias y endotoxinas atraviesan la barrera intestinal y estudios experimentales en ratas
quemadas muestran la translocación bacteriana hacia ganglios linfáticos mesentéricos desde el
primer día (87). En otros estudios, con empleo de microscopía electrónica, refieren que aún
con la mucosa íntegra puede ocurrir la translocación bacteriana por mecanismos de transporte
transmural (81).
Las endotoxinas son lipopolisacáridos (LPS) de la pared de bacterias gramnegativas que
viajan por la circulación unidas a lipoproteínas de alta densidad (HDL) hasta encontrar las
proteínas ligadoras de LPS (LBP) que se producen en el hígado. Esta interacción facilita la
unión al receptor CD14 presente en las membranas de los PMNn y monocitos/macrófagos.
El complejo LPS-LBP interactúa con una fracción del receptor CD14 y envía señales de
transducción intracelular, comenzando así la liberación de mediadores (21,55,76). En la
primera fase el FNT e IL-1 que estimulan la respuesta inmune para liberar IL-8,2,6,10,
factor estimulador de las colonias granulocitos y monocitos, interferón, metabolitos del ácido
araquidónico, factor agregador plaquetario, óxido nítrico, proteínas plasmáticas como el
complemento y factores de la coagulación, enzimas liberadas por los neutrófilos. Los
macrófagos/monocitos secretan el receptor soluble de CD14, que se depositan sobre el
endotelio, facilitando la acción de las LPS (Fig.4).
El intestino es sensible a la hipoperfusión/reperfusión, su mucosa es rica en xantina oxidasa
que genera especies reactivas del oxígeno (12,87) lo cual agrava la respuesta que se produce
en el huésped. La inflamación sistémica en exceso, no modulada, provoca severas reacciones
que pueden ser autodestructivas, ya desde 1901 se le denominó "horror autotóxico" (30).
La apoptosis:
En 1972 Kerr describe la apoptosis como una forma de muerte celular que se considera el
punto final de una cascada de acontecimientos moleculares que ocurren por determinados
estímulos. Ellos incluyen la falta de estimulación hormonal o de factores tróficos y la
presencia de agentes tóxicos, entre otros (98). La apoptosis es la responsable de la pérdida de
células de poblaciones en constante proliferación como en las criptas del epitelio intestinal, de
la muerte de los PMNn en la inflamación aguda, y de la muerte de los linfocitos por
deprivación de citocinas (99).
Se caracteriza por la fragmentación nuclear y condensación de la cromatina, que se observa en
las células de forma aislada, con el citoplasma retraído. Desde el punto de vista bioquímico se
caracteriza por la acción de:
- Caspasas: Enzimas que hidrolizan proteínas descubiertas en 1997.
- Transglutaminasas: Enzimas que enlazan las proteínas fragmentadas.
- Endonucleasas: Enzimas que fragmentan el ADN.
- Fosfatidil serina y trombospondina: Glicoproteínas adhesivas de la membrana plasmática
que se expresan y estimulan la fagocitosis (43).
Las vías de señalización captan los estímulos. La interacción ligando-receptor con un dominio
o región de muerte celular permite activar la procaspasa 8 encargada de la activación de las
caspasas. La estimulación de linfocitos T citotóxicos destruye la célula efectora liberando
perforinas y granzima B que fragmentan las proteínas y activan las caspasas. Otras vías
incluyen la estimulación de genes específicos (43).
En la fase de control e integración actúan proteínas críticas para la vida o la muerte que
activan la apoptosis como la Bax y la Bad al promover la activación de la caspasa 9 y las que
inhiben la apoptosis entre ellas la Bcl2 y Bclxl al bloquear esta activación (47). Este equilibrio
es crucial para la supervivencia o mortalidad de la célula. El factor estimulante de las colonias
de los granulocitos, por ejemplo, puede liberar los inhibidores de la apoptosis y garantizar el
aumento de la capacidad destructora de la célula (100).
Las caspasas son las encargadas de la fase de ejecución, la 8 y la 9 son las de iniciación,
mientras que las otras realizan la ejecución y fragmentan las proteínas del citoesqueleto y la
matriz nuclear. Su acción afecta a proteínas de la trascripción, la replicación y la reparación.
Las moléculas de fosfatidil serina y trombospondina facilitan la fagocitosis, normalmente
existen en la célula pero sólo se expresan en la superficie cuando estos procesos se han puesto
en marcha (43).
En la década del 90, se comienza a asociar la apoptosis al SDMO, se trata de explicar por la
vía de control genético ¿ por qué unos pacientes presentan SDMO con determinados factores
causales y otros no, en igualdad de condiciones? La relación se mostró con:
La muerte celular que ocurre en órganos relacionados con la disfunción.
La muerte celular del endotelio vascular.
La reparación y remodelación del pulmón después del síndrome de dificultad respiratoria
del adulto.
La involución tímica y en la disfunción de los macrófagos con mayor presencia de las
infecciones.
La inhibición de la apoptosis por citocinas y otras sustancias en los PMNn explica la
persistencia de daño tisular en el SDMO (101-107).
Otro término de muerte celular descrito en 1995 por Majno y Jons fue la ONCOSIS, ya
planteada por Recklinghausen en 1910, caracteriza la célula tumefacta, globulosa y su base
bioquímica descansa en la deprivación del ATP, aparece en los primeros momentos de
ocurrido un daño, es preletal y se observa con más frecuencia en los túbulos contorneados
proximales del riñón y en el hígado. Al microscopio electrónico se observa engrosamiento del
citosol, dilatación del retículo endoplásmico y aparato de Golgi y condensación de las
mitocondrias, con desnaturalización de las proteínas. Si la afectación es masiva puede
explicar la muerte por irreversibilidad del daño (108).
Las complejas vías que explican que unos daños en un tejido provoquen una lesión y en otro
se produzca otra, no son conocidas aún. Las vías de acción intracelular son complejas y son
líneas de investigación en la actualidad.
Modelos Experimentales:
Entre los métodos de estudio de la Anatomía Patológica, los experimentales son poco
empleados por los patólogos asistenciales, son más frecuentes los trabajos realizados en
autopsias y biopsias. No obstante, son un valioso instrumento para el estudio de los procesos
biológicos del hombre (150-152).
Según Hurtado de Mendoza (153) desde el siglo XIX, el científico francés Claude Bernart
planteó que una de las ventajas de los métodos experimentales es que permite fijar y controlar
las variables y determinar a voluntad la extensión del trabajo a realizar.
Las quemaduras y los traumatismos estimulan la respuesta inflamatoria sistémica, la
deficiencia en la función de los PMNn y la disminución de la acción del sistema monocítico
fagocitario (154,155) lo que ha motivado el empleo frecuente de modelos animales
experimentales en estas enfermedades en investigaciones relacionadas con la sepsis y la
translocación bacteriana (156-159), alteraciones inmunológicas (160,161), el choque
(156,160), entre otros.
En el estudio de la función de los mediadores de la respuesta inflamatoria sistémica se
emplean con frecuencias modelos de ratones quemados como en estudios de la síntesis de
prostaglandinas (162,163), el papel de la citocinas (154,160,164), la acción de la especies
reactivas del oxígeno (155,158), la función de las células linfoides B (125) y efectos de
agentes terapúticos como la pentoxifilina (161) e inmunomoduladores (155).
El ratón es uno de los animales de experimentación más empleado en los modelos
experimentales, la similitud de su aparato inmunológico con el humano (151) lo hace
factible para estudiar procesos biológicos en él y traspolarlos al humano. Es adecuado el
empleo de modelos experimentales de quemaduras en ratones para estudios del DMO.
Consideraciones terapéuticas:
La mortalidad del SDMO es proporcional al número de órganos dañados y el mejor
tratamiento es lograr prevenirlo (16). Según refiere Kroatz (165), el SDMO es la causa de
muerte más frecuente en pacientes críticamente enfermos y en EU se presenta en más de 200
000 pacientes al año, causando la muerte al 50 % de ellos. En la medida que se pueda detectar
más rápido se podrá reducir su mortalidad (166,167).
La clave del tratamiento donde coinciden los estudiosos del tema ha sido en la
"PREVENCION” (9,23,168,169). Pomelov (4) en una revisión sobre el tema destaca la
necesidad de elaborar métodos pronósticos y de profilaxis del síndrome.
Se preconiza el uso de drogas vasoactivas y el tratamiento adecuado de los factores causales
para evitar que desencadenen el SDMO (30). El papel de los inmunomoduladores se ha
destacado en cuanto a prevenir la acción de los mediadores y potenciar la defensa
inmunológica (170-172).
Para Antonsson y Fiddian-Green (18) es imprescindible hacer llegar oxígeno a la luz
intestinal como vía preventiva de la lesión de la mucosa. El no abuso de los medicamentos y
su empleo en dosis adecuadas (173-175) que no exceda la deteriorada función metabólica de
estos pacientes es lo más recomendable. Prevenir la sepsis con tratamiento primario adecuado
de las heridas y de otros focos sépticos (176), así como, el uso de una nutrición adecuada y el
apoyo psicológico han demostrado ser cada vez más necesarios en las salas de cuidados
especiales.
En la busqueda de medicamentos de producción nacional, entre los productos o sustancias con
propiedades inmunomoduladoras se encuentran el Aloe barbadensis, producto obtenido de
una planta de reconocido uso terapéutico y el Ozono, variedad alotrópica del oxígeno que
comparte varias propiedades, entre ellas la de antiséptico y regulados de la respuesta
inmunológica. Otra sustancia, un polipéptido biológicamente activo, el Factor de Crecimiento
Epidermico (Epidermal Growth Factor (EGF)) humano, obtenido en el Centro de Ingeniería
Genética y Biotecnología por vía recombinante, que administrado en concentraciones
suprafisiologicas por vía sistémica tiene importante efecto como citoprotector tisular.
Ozono:
Según Rilling (177), aunque el físico holandés Martinus van Marum (1750-1837) fue el
primero en notar un olor peculiar cerca de unas máquinas eléctricas en 1785, el primer
conocimiento del Ozono se ubica en el año 1840 y corresponde al químico Christian Friedrich
Schönbein (1799-1868), y es en 1872 que se reconoce su naturaleza química por sir Benjamin
Collins Brodie (1817-1880) en Oxford. No se obtiene hasta 1857 con el desarrollo del tubo de
inducción por Werner von Siemens quien construye el primer generador de Ozono . Fisch lo
empleó en la práctica dental a principios de este siglo y se utilizó durante la primera Guerra
Mundial en el tratamiento de las heridas. En 1958, con el desarrollo de la industria del
plástico se introduce su aplicación en la medicina.
El Ozono es una variedad alotrópica del oxígeno que a temperatura de 20C tiene una vida
media de 40 descomponiéndose en Oxígeno (178). Se obtiene haciendo pasar una corriente
de Oxígeno puro a través de una descarga eléctrica silente lográndose una concentración entre
0,05 y 5 volúmenes % (177).
El Ozono aplicado en dosis adecuadas es atóxico y no antigénico. Su interacción con
diferentes compuestos orgánicos genera la formación de peróxidos (179,180), los cuales en
cantidades adecuadas y controladas ejercen diferentes acciones biológicas confiriéndole al
ozono una serie de propiedades terapéuticas (177,181-186):
Mejora el metabolismo del oxígeno:
Mejora las propiedades reológicas de la sangre al producir un cambio de cargas en la
superficie celulares de los eritrocitos con mejor desplazamiento y flexibilidad de la sangre
por los vasos para llegar a los tejidos.
Aumenta la velocidad de glucolisis en los eritrocitos al unirse por dobles enlaces a los
ácidos grasos de cadena corta de las membranas celulares formando peróxidos de cadena
corta y aumentando la síntesis de glutatión que actúa con la glucosa en la formación del
2,3 Difosfo glicerol que al interactuar con la hemoglobina ayuda a liberar la molécula de
Oxígeno.
Participa en la descarboxilación del piruvato a Acetil CoA y su entrada en el ciclo del
ácido cítrico para la mayor liberación de adenosin trifosfato (ATP).
Modula el estrés oxidativo:
A pesar de ser una ERO, actúa estimulando la defensa antioxidante de la célula mediante
la inducción de enzimas antioxidantes y estimulan las cinasas intracelulares que facilitan
la liberación del inhibidor del factor de transcripsión nuclear (NF), lo que permite la
traslocación nuclear del mismo. Por su mecanismo de acción restaura la capacidad de
buffer de los sistemas antioxidantes.
Libera autacoides:
Los autacoides son sustancias de vida corta que participan en diferentes eventos con
propiedades medicamentosas, a ellos pertenecen los derivados del ácido araquidónico. El
Ozono mantiene el balance entre los eicosanoides con efecto beneficioso y perjudicial.
Acción Germicida:
Este es el efecto más antiguo que se maneja del Ozono, en el campo de la angiología se
tiene amplia experiencia, al igual que en la estomatología, desencadena procesos de
peroxidación letales a virus y bacterias.
Estimula el metabolismo:
Activa la cadena respiratoria con la oxidación del NADH y activa la reacción de
oxidación del citocromo c, beneficioso contra procesos tóxicos.
Propiedades inmunomoduladoras:
Inducción de linfocitos T y macrófagos para la producción de citocinas (GM-CSF, Il 1,
2, 4, 6, 8, TNF e IFN , y otras como la Il 10 y TGF 1), lo cual explica un efecto
modulador entre las más reactivas y las que tienden a controlar las reacciones produciendo
un efecto regulador.
Estimula el complejo mayor de histocompatibilidad tipo I con efecto virucida.
Sus resultados terapéuticos se alcanzan cuando se aplica a dosis adecuadas y por vía no
dañina para el organismo, evitando la respiratoria, sin producir reacciones adversas ni daño
genotóxico (187,188). Se aplica por vía sanguínea (arterial y venosa), intraarticular,
subcutánea, tópica y transrectal (177).
Aloe barbadensis:
Aloe barbadensis es una planta de la familia de las liláceas, de origen africano con 360
variedades distribuidas en casi todas las partes del mundo donde la planta se cultiva. Sobre
sus propiedades medicamentosas se conoce desde épocas muy remotas. En el Siglo I
Dioscorides lo emplea en cura sobre quemaduras. En EU se comienza a emplear en la
farmacología desde 1820 y en 1930 se comienza la investigación por Institutos (189,190), en
la actualidad se investiga ampliamente en el mundo sobre sus propiedades médicas.
La actividad de la planta varía según el lugar y el ambiente del cultivo y la época del año en
que se corte, sus compuestos principales están en la corteza y en el gel en forma de
antraquinonas, ácidos orgánicos y polisacárido ricos en manosas acetiladas (190). Algunas de
sus propiedades son:
Las antraquinonas de la corteza tienen la aloina y aloe emodina, con propiedades laxantes
(190).
Tiene propiedades lectinas, proteinas multivalentes que se unen a carbohidratos e inducen
la proximidad entre sustancias al nivel de las superficies celulares entre glicoproteínas y
moléculas glicolipídicas de células adyacentes (48,191). Las lectinas tienen efectos sobre
los factores de crecimiento y moléculas de adhesión intercelular con funciones
mitogénicas, hemaglutinina y de transformación blástica (192,193).
Antiinfeccioso por inhibir la prostaglandina E2 que a su vez inhibe la activación del gen
COX del agente infeccioso (194). Actividad antiviral atribuida a los grupos OH libres no
sustituidos (C5, C7, C3 y C4) de las antraquinonas (194,195).
Estimula la proliferación y viabilidad celular (196,197).
Aumenta la fagocitosis y la actividad de los macrófagos por la estimulación de Il-1,
interferon, factor estimulante del crecimiento de los macrófagos/granulocitos y las
moléculas de adhesión intercelular. Activa las células linfoides B y T (198,199).
Inhibe proteínas como la colagenasa con efecto positivo sobre la cicatrización y la
bradicinina con propiedades analgésicas (192).
Ocupa la señal del LPS sobre el macrófago activando las defensas (193).
Estimula la defensa celular en los pacientes politraumatizados (200).
Tiene actividad anticomplementemia por la vía alternativa con consumo de C3 (201).
Se opone a la producción de las especies reactivas del oxígeno inhibiendo las vías
intracelulares de activación de los PMNn (201).
Estimula la defensa antioxidante por aumento de la superóxido dismutasa y la Glutation
peroxidasa (202,203).
Su mayor actividad biológica está en el polisacárido que contiene el gel rico en manosa
del cual se conocen propiedades de estimulación mielopoyéticas y eritroides para la
formación de macrófagos, granulocitos. Se le responsabiliza con la producción de las
citocinas. Estimula además la fagocitosis y la producción de Ig y aumenta la actividad
citotóxica de las células linfoides NK y CD 8+ con actividad antivirucida. Los
oligosacáridos intracelulares ricos en manosa son los responsables del transporte de
proteínas a través de las membranas y su secreción como es el caso de las
inmunoglobulinas, del movimiento de glicoproteínas, para el plegamiento de proteínas a
su configuración funcional y la manosa es parte de uno de los receptores de comunicación
extra-intracelular más activos (48,192,193).
El extracto de Aloe b es producido en Cuba y se presenta en forma de ámpulas de 3 mg de
Aloe b y 9 mg de cloruro de sodio (NaCl) al 0,9 %. En 1cc contiene:
a) Extracto de Aloe b:
Minerales (Ca++: 51.35; Mg++: 16.95; Mn++: 0.78; P+: 0.78; Fe++: 0.13; Cu++: 2.60 mg/%)
K+ y Na+ calculado sobre la base del Na: 372.3 mg/%
Acidos orgánicos libres: 0.067 mg/%
Polisacáridos neutros: 43%
Aminoácidos (ácido aspártico 42.7; serina 11.8; valina 14.3; ácido glutámico 11.2; alanina
17.0; lisina 12.9; isoleucina 10.1; leucina 10.2; treonina 5.02; ácido aminoisobutírico 18.5;
amonio libre 40.8; asparagina 5.4; fenilalanina 1.3; glicina 5.1mmol/ml)
Vitamina C y Vitaminas del complejo B ( B6, B5, B9, B11, B2, B3)
b) NaCl: 0,9%
Los 3 mg sólidos disueltos en 1 ml de agua destilada en ámpula de vidrio (190).
Fabricación: Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Empresa de medicamentos.
Alteraciones morfológicas
específicas de órganos y
sistemas:
DMO
REGRESIÓN MUERTE
ESPONTANEA O INMEDIATA SDMO
TERAPÉUTICA
REGRESIÓN O MUERTE
Factores vs Factores
genéticos HOMEOSTASIS ambientales
DAÑO
SDMO
REGRESIÓN MUERTE
REGRESIÓN O MUERTE
ESPONTÁNEA O INMEDIATA
TERAPÉUTICA
RECEPTORES:
LPS+LP
B
Membrana
VÍAS DE SEÑALES INTRACELULARES
Fosfatidil Tirocina
inositol cinasa
trifosfato
Retículo
endoplásmico CINASA
MAP
Liber I
a Ca+
+
Proteína C NO I
cinasa ERO NF
NF
TRANSCRIPCIÓN DE GENES DE
MEDIADORES, PROTEÍNAS,
GLICOPROTEÍNAS, ENZIMAS Y
OTROS.
Hígado E coli
LPS
LPB
LPS + HDL
LPS+LBP
CD-14
Ma/Mo PMNn
SDMO/
DMO
CD-14 Soluble
+LPS+LPB
Endotelio Liberan :
TNF
Figura 4: Translocación de bacterias o lipopolisacarido (LPS)
IL 1, 6, 8
por la mucosa intestinal. Viaja por vía sanguínea con una
lipoproteína de alta densidad (HDL) hasta unirse a la proteína IFN
de unión al LPS (LPB). El complejo estimula receptores CD14 NO
en macrófagos (Ma), monocitos (Mo) y PMNn que responden PAF
liberando: factor de necrosis tumoral (TNF), interleucinas Pg
(IL), interferón (IFN), óxido nítrico (NO), factor de Lt
agregación plaquetario (PAF), prostaglandinas (Pg) y
leucotrienos (Lt). El endotelio se estimula también.
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