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Una exposición de la fe
Cristiana contra el
Marxismo
Por el Hno. Javier Allende
Siempre han existido diversas teorías que buscan explicar el origen del universo.
Cuantos desvelos recursos, horas, días, meses, años y siglos de estudios se han
invertidos para explicar esto que pareciera sigue siendo enigma para los más capaces
de este mundo sin llegar a una verdad infalible e inamovible. Luego en algún punto de
nuestra historia, de nuestra gran historia, un libro único en su género aparece como
una gran revelación, como un gran faro que nos ilumina, que nos anuncia la verdad
que muchos intentaron buscar mediante sus mejores esfuerzos, y que de manera muy
simple, pero cuyas palabras siguen resonando en lo más profundo de nuestro ser dice:
“ En el principio creo Dios los cielos y la tierra”. Según las Santas Escrituras del
Antiguo y Nuevo Testamento, el origen de todo cuanto existe, de nuestro mundo y
todas las formas de vida que habitan en él, fueron hechas por Dios de la nada. De
modo que rechazamos como falsas, aquellas teorías que niegan la existencia de Dios
atribuyendo a la materia lo que es debido a nuestro Creador: como su eternidad,
poder y gloria. Por tanto la materia sí tuvo un principio, y Dios, mediante el poder de
su Palabra, la trajo a la existencia.
Dios hizo los cielos y la tierra, incluyo el mundo espiritual. De esta manera
consideramos como falsas todas aquellas ideologías marxistas que dan por seguro
que lo único que existe y siempre ha existido es la materia. La Revelación de Dios, la
historia de la humanidad y las distintas expresiones religiosas en el mundo, testifican
de una realidad espiritual. En cuanto a nosotros, creemos que dicha realidad ha sido
creada por Dios de la nada y trasciende el mundo material siendo el Señor el soberano
y sustentador del mundo visible e invisible.
Y seréis dioses, esa fue la catequesis del demonio, que ha estimulado al ser humano
durante toda su historia a usurpar los derechos Divinos. La idea de construir una
sociedad sin Dios, nos ha conducido en estos últimos siglos a enfrentamientos
terribles en busca de la supremacía sobre el otro y cambiar o trastocar aquellas leyes
que son propias de la naturaleza.
Algunos han dicho que los ateos no existirían, sin la existencia de Dios. Se
desvelan en probar su inexistencia, y la idea de Dios les ronda en sus mentes, sobre
todo los materialistas. La historia del pensamiento testifica de los esfuerzos que
hombres nobles y honestos que buscaron la verdad o bien concluyeron en la
existencia de un Dios sublime, o que detrás de todo existe una inteligencia superior
distinto a la materia. En cuanto a las religiones de la Antigüedad, aunque en sus
panteones pululaban los dioses, siempre hubo uno que sobresalía del resto.
Todo esto indica que el ser humano es un ser profundamente religioso, aunque
fuese un gran ateo, algo le impulsa a descubrir su sentido espiritual, y siempre está
buscando llenar su profundo vacío espiritual. Lo puede hacer mediante el arte, la
política o la ciencia. Pero en todas ellas encontrara el nombre de Dios. No importa los
esfuerzos que emprenda para renegar de su existencia, ningún argumento es
suficiente para resolver el problema. Por esta razón san Agustín dijo: “Inquieto esta
nuestro corazón hasta que descanse en ti”. Porque toda búsqueda desesperada por el
sentido de nuestra existencia y el fundamento de nuestra realidad finaliza con Dios, y
quien encuentra a Dios, descansa. Solo nos queda profundizar en su grandeza y
poder, y conocer algo de su gloria y majestad mediante la contemplación de su obra
creadora, y como nuestro Salvador mediante su revelación definitiva, Cristo nuestro
Señor, en quien se revela la verdadera humanidad, humanidad perfecta.
Por tanto nuestra humanidad deriva de nuestro vinculo con Dios, no importa
cuánto se esfuerce el ser humano en construir su vida sin Él, la imagen del Creador
está unida a su ser. La idea de la existencia de Dios les atormenta día y noche, y para
aliviar semejante tribulación Y negarle, han creado un sin número de dioses falsos
para llenar ese gran vacío espiritual y aliviar aquellos terribles dolores del alma. Por
esta razón, los materialistas sufren gravemente cuando lo pierden todo, mas aun
cuando desaparece o deja de ser aquello que representaba su máxima esperanza.
Pero en su porfía, piensan en construir un mundo justo sobre su propia justicia,
emancipado del Creador. Buscan sublimar la dignidad del ser humano sobre su propia
humanidad sin vínculo alguno con su Creador.
Algo similar acontece con el aborto en todas sus causales. Pues creemos que
también es un pecado gravísimo contra Dios y un atentado contra la humanidad,
porque lo que ha concebido una mujer en su vientre no es otra cosa que un ser
humano hecho a la semejanza de Dios. Por esta razón nos oponemos y rechazamos
como cristianos, el aborto en todas sus causales. Estamos profundamente
convencidos que es un asesinato, por tanto es un delito contra Dios y contra la
humanidad. Como hemos venido diciendo, y a diferencia de la enseñanza marxista,
creemos que ninguna mujer tiene derechos sobre su cuerpo, y mucho menos sobre la
vida del niño por nacer.
Como todos los seres humanos hemos sido creados a la imagen de Dios,
iguales en dignidad y derechos delante de nuestro creador, creemos que nadie tiene
derecho de sobreexplotar y violentar a su prójimo. Ni el hombre puede violentar y
explotar a su mujer, ni la mujer a su marido. Ni los padres a sus hijos, ni los hijos a sus
padres. Ni el jefe a sus trabajadores, ni los trabajadores a sus jefes. Condenamos y
rechazamos cualquier ideología que promueva la lucha de clases, de sexos y
cualquiera que se le asemeje.
Dios, a causa de nuestra maldad y para evitar que nosotros como individuos
ejecutásemos la justicia por nuestras propias manos, ha establecido autoridades
civiles y militares en todas las naciones para mantener el orden, la seguridad, y sobre
todo, la justicia. Por tanto solo las autoridades que han sido dispuestas por Dios
pueden aplicar, mediante las leyes, la pena capital, y mediante las leyes, la legítima
defensa. Con todo, como cristianos siempre estaremos a favor de la vida y en su
preservación, pero también a favor de la justicia.
1. ¿Qué es el marxismo?
R. El marxismo es una religión pagana anti cristiana, que se nos presenta como una
cosmovisión filosófica, económica y política.
R. Karl Marx fue un filósofo Alemán que nació en el siglo XIX y fue considerado como
el creador de las ideas socialistas y comunistas.
R. Aunque Marx fue judío y en su juventud manifestó una cierta afinidad con el
cristianismo primitivo, con el tiempo negó la existencia de Dios y se opuso a la religión
cristiana llegando a ser uno de los principales impulsores del Ateísmo de su época.
R. Así es. Karl Marx negó absolutamente la existencia de nuestro Dios, y creyó que
todas las cosas provienen única y exclusivamente de la materia, incluso aquellas
actividades que son intangibles como los sentimientos, razonamientos, emociones e
imaginación.
R. Karl Marx nunca pudo demostrar la eternidad de la materia. Por el contrario, Marx
decía que debía aceptarse sin demostración alguna. .
R. Así es, no lo aceptan en ninguna de sus formas porque consideran que la religión
cristiana es una droga que adormece al pueblo.
R. Porque los marxistas piensan que cada cual debe inventar o crear su propia verdad
de acuerdo a su imaginación y sentimientos.