3.2.
BRÁ, Gerardo “La Doctrina por Gerardo Bra
Drago” en revista “Todo es
Historia”, Año XVII, Nº 195,
Agosto de 1983.
Diciembre de 1902. Potendas europeas agreden a
una república hermana; Inglaterra y Alemania, a las que
luego sumóse Italia, avasallan la soberanía de Venezuela.
"Atravesaba este país por una seria convulsión política,
agravada por una situación financiera que lo había obli-
gado a suspender el servicio de su deuda pública, de cu-
yos bonos eran en parte tenedores individuos de naciona-
lidad alemana, británica e italiana". (Lucio M. Moreno
Quintana, en "Tratado de Derecho Internacional", pág.
290). Hoy, más que nunca, debemos recordar ese deplo-
rable acontecimiento de la historia sudamericana; parti-
cularmente los argentinos, quienes, en el pasado año, sin-
tieron en carne propia la soberbia de los que imponen la
fuerza para cercenar derechos soberanos. Lo suce.dido a
la patria de Bolívar, hace ochenta y un años atrás, ase-
méjase a los episodios que rodearon al recobro de las
Malvinas y su reiterado despojo. Venezuela soportó, en
aquel entonces, una actitud brutal, avalatia por la inercia
cómplice de los Estados Unidos. En ambos conflictos,
los pueblos de las naciones atacadas creyeron estar res-
paldados por la Doctrina Monroe; en los dos casos, hubo
frustración. De todos modos, tanto para Venezuela, co-
mo actualmente para nuestro país, la amarga experiencia
brindó una visión más madura, cobrando mayor profun-
didad el sueño de la Gran Patria Americana, que, coinci-
dentemente, forjaran los héroes máximos de t;sos dos
60
... "doctrina que vivirá en el recuerdo de las
conferencias internacionales, en el índice de los
libros, en el silencio de las bibliotecas.. La grabará
el alma temerosa de las naciones débiles, que ante
el dolor de sus crisis, tienen derecho a no sentirse
abrumadas por la perspectiva pavorosa de que una
escuadra extranjera venga a exigirles el cobro de
empréstitos, que su situación financiera obliga a
someter a una postergación" ...
(De la conferencia del doctor Carlos Saavedra Lamas,
del 18 de Noviembre c!e 1942, en la Universidad de La
Plata, titulada: "Luis María Drago. Su obra.
Proyecciones y trascendencia").
países -y de América-: San Martín y Bolívar. También
demostró, a los pueblos venezolano y argentino, que una
gran causa, como la defensa del suelo patrio, motoriza
un sentimiento que borra las diferencias políticas y con-
solida la unidad nacional;
El atropello encontró en el gobierno argentino, pre-
sidido por el teniente general Julio A. Roca, incondi-
cional apoyo al país avasallado. Su ministro de Rela-
ciones Exteriores, doctor Luis María Drago, remitió, el
29 de Diciembre de 1902, la célebre nota al embajador
argentino en Washington, Martín García Mérou, en la
que fijaba la posición de nuestro paí's ante el conflicto
sosteniendo enfáticamente que es un principio ya acepta-
do de que no puede haber expansión territorial europea
en América, ni opresión de los pueblos de este continen-
te, por el incumplimiento de compromisos provocado por
. ·~
una precariedad financiera. Como bien señalara Rastelli ()
-coincidiendo con otros tratadistas- ... "es ante todo la
obra del estadista que tuvo el coraje de afrontar uno de
los conflictos de más peligrosas consecuencias que se ha-
ya presentado en \a vida de las repúblicas sudamerica-
nas". (... ) "La Doctrina Drago tiene fuerza y se ha im-
puesto al mundo porque ella es una doctrina política
americana; porque ella tiene su campo de acción donde
su autor quiso que sus principios rigieran y se alzaran co-
mo una valla infranqueable a la codicia de otra política

Las actuales generaciones
de patriotas
latinoamericanos
reconocemos el irrevocable
rango histórico y el
permanente valor jurídico
de la Doctrina Drago, "no
sólo .;....como lúcidamente
lo afirma Don Gerardo
Sra- por el espíritu de
justicia que conlleva;
también, por el intrínseco
sustrato de solidaridad que
encarna". Justicia y
solidaridad que no sólo
valen por su especificidad
ético-jurídica, sino que,
además, por los riesgos
que entrañaba, y entraña,
la subyugante pero
aterradora aventura
humana de interponerse
entre ~1 victimario y su
víctima.
No ignoraba el inolvidable
Canciller argentino -
como tampoco lo
ignoraban todos cuantos
JORGEDAGER
Embajador de Venezuela
en Buenos Aires
alentaron y respaldaron la
.exposición de sus ideas-
lo que podría sobrevenirles
como consecuencia de la
valie~tte denuncia de la
agresión colonialista contra
Venezuela. Nunca se ha
golpeado impunemente a
los grandes centros
mundiales de. poder. Pero
aún así, los argentinos
levantaron la voz e
hicieron que el mundo
civilizado la escuchara, y
lograron detener una
masacre que ya había
comenzado. Los agresores
decidieron seguir
discutiendo el asunto en
La Haya.
Luego vinieron las
Malvinas, y Venezuela
"fué el epicentro de la
explosión transmutado ra''
-según el fino decir del
autor de este trabajo. En
un acto de lealtad con la
historia, el gobierno de mi
Patria desdeñó los peligros
evidentes de la solidaridad
con Argentina, y se
enfrentó sin temblarle el
pulso a los agresores y a
sus aliados. Y ahora-
como acaba de decirlo
nuestro presidente Herrera
Campins- "nos están
cobrando esa actitucl".
"Pero no nos vamos a
arrepentir de haber
actuado así", añadió el
presidente Herrera, porque
él sabe que nunca antes
una posición
gubernamental había sido
más fervorosamente
respaldada por el pueblo.
¿Cómo es posible entonces
negar la carga de
historicidad contenida en
la Doctrina Drago, si ha
mantenido su vigencia
durante casi un siglo, y si
ha ocupado los primeros
planos en los dos más
importantes hechos que-
desde el punto de vista de
nuestras luchas por la
soberanía- han tenido
lugar en nuestro continente
durante todo ese período'?
Son estas cuestiones las
que despejará de un modo
irrebatible el autor,
haciendo prodigios de
síntesis; usando datos de
primera mano logrados a
través de su propia
minuciosa investigación;
exhibiendo una prosa
densa en imágenes e
ideaciones, y, sobre todo,
mostrando una
identificación plausible con
el repertorio teórico
integracionista de América
Latina, Gerardo Bra se
constituye con este breve
trabajo en escritor de
gratas y nobles páginas y
autor de forzada consulta.
El lector verá que tengo
razón.

europea eri América; en una palabra porque ella es el
cumplimiento de la Doctrina de Mqnroe. Y advierto en-
seguida que al decir que completa la Doctrina del ilustre
americano del norte oo quiero significar que la Doctrina
esté disminuida, sino,·que aquélla es de carácter general,
amplio y ésta, teniendo en vista la misma finalidad, ..
atañe a una causal que hubiera servido de pretexto a la
expansión territorial de Europa en América" ... (Ernesto
Rastelli, en su Tesis para optar al grado de Doctor en Ju-
risprudencia en la Universidad de Buenos Aires, presen-
tada con el título: "Exposición de la Doctrina Drago. Su
importancia"en el derecho internacional americano").
1 •
"Ese país que sólo reclama un protectorado .....
El Duque de Argyl, primo del Rey de Inglaterra, en un
artículo. publicado en ."Deutsche Review", expresaba:
"Hay un país, el único país donde nada es despreciable
sino los hombres, un país con una hermosa capital con
un espléndido puerto, con un buen suelo en que todo es
excelente con excepción del gobierno. Ese país que sólo
reclama un protectorado europeo para que se lo haga
entrar en el orden anhelado es la Argentina". Del citado
trabajo de -Rastelli hemos tomado esta cita, a ·la que se
agrega: "Cerrados los caminos de Africa y Oriente a la
'expansión económica de las naciones del continente euro-
pea, América se presentaba como tierra de promisión a
su expansión coloniaL Así, cruda y sin recelo, lo decían
la "Ninteenth Cencury (Abril de 1903) la "The Pilot Li-
terary Digest", el "Morning Post", la "Fornight/y Re-
víew, la "Atlantic Monthly" y el "The Americanisation
of the World". (... ) "El escritor alemán Van Weber ma-
nifestó: "No es demasiado tarde para utilizar la emigra-
ción en preparar el camino para Alemania en la América
del Sud. Es indiferente que los estados aislados que exis-
ten actualmente subsistan largo tiempo como naciones.
Es menester infiltrar poco a poco la sangre alemana· en el
organismo de esos estados en que hay un predominio es-
pañol y portugués. Llegará pronto un momento en que el
elemento alemán tendrá naturalmente la may~ría. En la
América del Sur debe irradiar y dominar una floreciente
y nueva Alemania".
La creencia europea de que en esta parte del mundo
abundan tierras feraces pero inexplotadas, habitadas por
gente ignorante, desarraigada y en paupérrimas condi-
ciones de vida; la sobreesrimación de su cultura; el culto
a la superioridad racial y hasta la estúpida convicción de
una misión civilizadora -forma de encubrir las apeten-
cias imperialistas -. promovieron diversas aventuras.
Una de ellas protagonizada por un oscuro procurador de
un villorrio francés, autoproclama do "Orielle-Antoine l,
Rey de la Patagonia y la Araucania", quien lograra em-

61
 1
Drago se consrituyó eq l'ii'cVoz
de América, cuando porencias
extrac:ontinenrafes intentaron
mancillar el honor de una de
sus naciones.
2
c:"asa colonial de La Guayra,
actualmenre converrida en
museo. Su población soportó ,
a principios de siglo, el
bombardeo de sus zonas
cosreras por fuerzas europeas.

3
Bolívar, al igual que San
Marrín, susrenró la necesidad
de un espíriw americanista,
más allá de las fronreras
comunes, para salvaguardar
los derechos de nuesrro
conrinente.

tres buques de guerra de ese país y el crucero británico

"lndef atigab le", iniciarían el bloqueo al puerto de La Hombres de toda edad piden armas, a los que se suman
Guayra. Dos días después, naves venezolanas son apresa valientes mujeres. Un corresponsal de "La Prensa" in-
das por marineros ingleses y alemanes embarcados - forma: "Es indescriptible el entusiasmo que reina en el
lanchas, siendo conducidas fuera de la rada. Tres en pueblo. Todos los hombres válidos, sin distinción de cla-
ellas, "Gene ral Cresp o", ''Tuto ma" y "Marg arita" , son de se social, acuden a las armas ". La excitación aumen
ta
hundidas. Casi al mismo tiempo, desembarcan 130 mari- cuando se tiene noticia de la captura del cañonero
neros alemanes; el destacamento regresa a La Guayr "Bolív ar" por el crucero británico "Char ybdís" .
acompañando al cónsul alemán. Herr Lentz. Un operata, El general Ferrer, ministro de guerra, se presenta en
i- La Guayra, al mando de dos mil hombres; mientr
vo similar es cumplido por marineros ingleses, llevand as, el
al cónsul de ese país y sus familiares, a bordo del crucero general Castro, hermano del presidente, se pone en
"Retri bution ". Mientras, el cañonero alemán "Pant her"o marcha con 800. (2)
se dirige a Carup ano y el crucero "Falk e" pone proa Un comentario del "New York Herald" expresa: .
a "El manifiesto del presidente Castro ha causado .gran
Puerto Cabello, con el objetivo de apresar al resto de en-
escuadra de mar venezolana. la tusiasmo en el país. Todos responden al llamado patriót
co, i-
El día 11, el presidente venezolano, Cipriano Castro, constr y hasta las mujeres se ofrecen para trabajar en la
emite un manifiesto: "El pie de los insolentes extranjeros ucción de las obras de defensa. En el puerto s
ha profanado el suelo sagrado de Venezuela. Lo que aca- ven, en efecto, a mujeres que trabajan· con la misma acti
ba de suceder es algo excepcional, que no tiene preceden- vi dad y ardor que los hombr es".
tes en la historia de las naciones civilizadas ni justific Los diarios de Buenos Aires' rebosan de frases
ción posible. Es un acto de barbarie, un atentado contra a- denatorias. Algunos, dan a conocer el texto de los con-
ulti-
los principios más rudimentarios del derecho de gentes mátums que las potencias aliadas en la ignominia, han
. dirigido al gobierno de ese país. El británico, presen
Es además un acto innoble, porque es el fruto inmora tado
la coalición cobarde de la fuerza y la perfidia. Tal esl de el 7 de Diciembre al ministro de Relaciones Exteriores,
acto que los extranjeros acaban de perpetrar cuando las «l dice en sus partes más significativas: "Creo conven
escuadras inglesa~_x aJemanas. sorp'ñ!~i;iieron::cechar()I1 recordar a V.E. que todas estas reclamaciones están iente
piqrre-rres·ouques de nuestra armada, que se hallaban 'Jl: .• rectamente fundadas y que todas ellas tienen su ori~enper-
sin en
me-dios-de-deféns·a-y-sufriendo·reparaciones en los di- los prejuicios sufridos por los súbdit os,de Su MaJestad,
ques". durante la reciente guerra civil, y en los atropellos de qUe
Como es de suponer, la intervención armada solí- fueran objeto los súbditos b¡:itánicos, los que habían sido
vianta la indignación general del pueblo venezolano. Sólo arrestados y maltratados sin motivo plausible". ( ... )
en La Guayra hay 966 voluntarios en pie de guerra "Estoy también encargado de manifestar a V.E. la espe-
. ranza de que el gobierno venezolano acceda a estas recla-
63

baucar a algunos caciques y hasta formar una fuerza
aborigen adicta. Algo mucho más serio, pero no menos
operístico, fue el imperio que Francia logró imponer en
México, con el Archiduque Maximiliano. (1)
Tengamos presente que en aquella época las dos más
grandes potencias buscaban un entendimiento. Alberto
A. Conil Paz señala en su obra "Historia de la Doctrina
Drago": "Es preciso detenerse un· momento en esta ac-
ción conjunta de las dos potencias europeas. Era este el
momento que Gran Bretaña amañaba una alianza con la
Alemania Imperial, Joseph Chamberlain fue el artífice de
esa tendencia. "Sine Alemania hulla salus" le había
dicho a Bismarck, sintetizando su nueva política. Recién
en 1898, el año de Port Arthur y Fachoda y más tarde
con la visita de Guillermo II a Londres para los funerales
de la Reina Victoria, comenzaron las negociaciones en
busca de una verdadera alianza anglo-alemana, nego-
ciaciones que habrían de prolongarse durante 1901 y
1902".
Tales aspiraciones aliancistas no tuvieron solidez. En
la décadá posterior, ambas naciones se enfrentarían en
una guerra despiadada, victoriosa en las armas para
Inglaterra. En esa contienda tuvo .anónima actuación un
soldado austríaco -luego cabo- movilizado volunta-
riamente en un regimiento bávaro, quien, convertido en
político durante la posguerra, capitalizó el resentimiento
por las pesadas cláusulas del Tratado de Versalles, lide-
rando un movimiento que lo llevaría al poder. El resto
de la historia, por harto conocido, no merece ser conta-
do ...
Todo hace suponer que los avatares de la belicosa
política europea -dos conflagraciones con la participa-
62
2
ción de casi la totalidad de sus naciones en menos de cin-
cuenta años-; privaron a los colonialistas de hacer pie
en esta parte del mundo. O. al menos, de intentarlo.
Los bárbaros atacan
"En el extremo norte del continente sudamericano
está poniéndose en escena algo que las generaciones veni-
deras calificarán sin duda de ''intermezzo" cómico de la
historia de la humanidad en los primeros años del siglo
XX, pero que los contemporáneos no pueden presenciar
sin dolor y amargura. Dos grandes naciones movilizan
sus escuadras, ponen en movimiento los resortes de su
diplomacia, envían ultimátums, y se aprestan a invadir
Venezuela, sabiendo perfectamente lo poco sólidas que
son las instituciones de aquella república". Así se mani-
festaba el diario "La Prensa", de Buenos Aires, el 12 de
Diciembre de 1902.
Hemos transcripto la opinión de un órgano pe-
riodístico nuestro -que coincide con el resto de sus
colegas- para poner en evidencia la justa indignación
argentina, y su apoyo moral al gobierno y pueblos vene-
zolanos ante el inaudito atropello. El Caso de Venezuela
l ~
$
contó, en todo momento, con la repulsa de argentinos.¡
muchos de ellos deseosos de integrar una legión de com- :-
batientes que se unieran a los voluntarios venezolanos en \ cj t.
una lucha justa que trascendía las fronteras del país agre- \\
dicto, para constituirse en la defensa de la soberanía ame-
ricana. ~
Las acciones invasoras habían comenzado poco an-
tes. El 9, un telegrama procedente de Willemstad, dirigi-
do al diario alemán "Kolmsche Zeitung", informaba que
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1
1
;
¡ HOMEN AJE
; VENEZO LANO
AL
INSIGN E
CIUDAD ANO El 16 de Diciembre de
1975, el gobierno de los
DE Estados U nidos de
AME RICA Venezuela, emitió el
decreto W 1333, que
LATINA expresó en sus partes
dispositivas:
''Considerand o:
Que el 29 de
Diciembre de 197 5 se
cumplen 73 años de la
histórica nota en la cual el internacional más justo y
Ministro de Relaciones
Exteriores argentino, el
eminente Internacionalista
y diplomático Luis Maria
Drago formuló el
principio, convertido
posteriormente en doctrina desenvolvimiento de su
jurídica internacional, con
el nombre de "Doctrina
Drago", de que ninguna
potencia "puede obligar a
una república americana
por medio de la fuerza
armada el pago de las
deudas públicas que
cualquiera de éstas
contraigan con la
Hacienda o con los
súbditos de cualquier país
extranjero, ni mucho
menos ocupar el territorio
por igual motivo de
·ninguna nación
américana".
Considerando:
Que la doctrina tuvo
su origen en la defensa de
·~
los legítimos intereses y
derechos del Estado
venezolano, sometido
entonces a acciones de
fuerza por parte de
potencias extranjeras, que
llegaron hasta bloquear sus
costas;
Que la doctrina Drago
está vigente y cobra
actualidad en momentos
cuando las naciones del
mundo buscan en sus
relaciones un nuevo
equilibrio que asegure el
establecimiento de un
orden económico
equitativo; y se lucha por
establecer un código de
conducta de las empresas
transnacionales que
garantice el derecho de los
Estados- al libre
personalidad, a disponer
soberanamen te de sus
recursos y a fijar sus
propios patrones de
desarrollo;
DECRETA:
Art. 1° - Conmemorar
solemnemente en el
Territorio Nacional la
fecha del 29 de Diciembre
como Utl homenaje al
doctor Luis María Drago;
Art. 2° - Erigir un
monumento a la memoria
del doctor Luis María
Drago, como expresión del
reconocimiento del pueblo
venezolano a tan insigne
--~
:1:
..
·::,
. i
ciudadano de América
latina;
Art. ] 0 - La Oficina
Central de Información
procederá a editar obras
referentes a la "Doctrina
Drago";
Art. 4° - Promuévase
en los Institutos educativos
y culturales del país
actividades tendientes al
estudio y exaltación del
eminente j4rista, así como
de este acto trascendental
para el continente;
Art. 5° - Los
Ministerios de Relaciones
Interiores, Relaciones
Exteriores, Educación y
Obras Públicas y el
Ministerio de Estado ·para
la Información quedan
encargados de la ejecución
del presente Decreto.
Dado en Caracas, a
los 16 días del mes de
Diciembre de mil
novecientos setenta y cinco
- Año 166° de la
Independencia y 117° de la
Federación.
Firmado: Carlos Andrés
Pérez
Refrendado por:
Octavio Lepage, Ministro
de Relaciones Interiores;
Jorge Gómez Montellini,
Ministro de Relaciones
Exteriores; Arnaldo José
Gabaldori, Ministro de
Obras Públicas; Luis
Manuel Peñalver, Ministro
de Educación y Guido
Grooscors, Ministro de
Estado. ·

maciones, y que no obligue al gobierno de Su Majestad a
adoptar medidas extraordinari as para obtener satis·
facción". ( ...) "Finalmente, tengo el encargo de comuni
car a V.E. que el gobierno de Su Majestad entiende cla-
ramente que la presente comunicación debe ser conside-
·rada como ultimátum". -· ... -~····--.._
La nota intimidatoria deLgooíerno alemán e~tá, tam-
bién, fechada el día 7. Mánifiest:cen-una--de--SÚs partes:
"A pesar del deseo sincero del gobierno alemán de man-
do definitivo a que las referidas reclamaciones obtengan
una satisfacción inmediata. Satisfacción inmediata de las
sumas que adeuda a sus ácreedores alemanes, las cuales,
según mi nota del 31 de Diciembre de 1901, ascienden a
1.718.815 bolívares y 67 céntimos": ( •.. ) "Quedan
incluidas las reclamaciones originadas por l~_pérdid-ªL
~ufridas_por--las..casas. de_ comercio a consecuencia de las
CíeStrucciones y matanzas ocurridas' durapJeja_gu erra ci-
vil, así como el importe debido al gráñ ferrocarrit'v.ene- (

tener las buenas relaciones que existen actualmente con
los Estados Unidos de Venezuela (sic), y por más que
respete la soberanía de esa república (?) .•. no puede ver
en el procedimient o empleado por ese gobierno el propó-
sito de negar sa,tisfacción.a_las reclamaciones formuladas
_por los súbditos alemanes deacuerooTo ñ-er-derecho de
gentes~·Por éSto ·se cree obligado a contribuir de un mo-
zolano a título de intereses y amortizaciones. deL emprésti-
to venezolano de 1896". ( ... )."Al mismo tiempo, el go-
bierno'imperi al cree que no debe omitir el hacer conocer
a V.E. que ha sido informado de las reclamaciones pre-
sentadas por el gobierno Británico, y que ambos gobier-
nos han resuelto proceder en común acuerdo para obte-
ner satisfacc;ión de todas sus reclamacione s". (3)

\ "Los venezolanos que acuden a.Jas armas. 'ño:saben.:naá
Una calle de La Asunción, en
la isla de Margarita, que
también fue castigada por la
brutalidad ~·olonialista.
1
. •
1
. J •
. .
..
· ·· .,, El dra 13, el embaJador estad'ounrden . •
se, .Bowe, con~··r·
..••
ferencia con el presidente Castro, ·para lograr· que.' la ;
cuestión se someta a un tribunal de arbitraje. Mientras.\e
baraja tal ~osibilidad, el gobierno venezolano procede a ·
la movilización. Un decreto establece el enrolamiento de
"todos los hombres válidos de 15 a 20 años". Al mismo
tiempo, pone en libertad a los presos políticos. ·
¿Qué sucedía, entonces, en el gobierno de los Esta-
dos Unidos? ... Oficialmente da a conocer su posición" li-
mitada a simple intermediario para las comunicacion
entre, Caracas por una parte, y Londres y Berlín por es la
otra; lo que significa, lisa y llanamente, el archivo de la
Doctrina Monroe.
Por parte de las altas esferas gubernamentales de la
. Gran Bretaña, los conceptos de 'Lord Lansdowe, mí-
nistro de Relaciones Exteriores, denotan su espíritu beli-
Cisia: ''Con gran placer declaro que en los asuntos vene-
zolanos, en estos momentos, los marinos ingleses y los
alemanes se dan la mano, para apoyar las justas reclama-
ciones de las dos potencias". (Doce años después el apre-
tón de manos se convertiría eu ... sendos cortes de man-
ga.) .
Comienza el bloqueo: Los buques ingleses lo efec-
túan desde la desembocadura del río Orinoco hasta La
Guayra; los alemanes, desde ese puerto hasta la fronter
con Colombia. Una dotación de 300 soldados británicosa
desembarca en la isla Santa Lucía. Los ingleses se
muestran muy activos: el cañonero "Aipe rt" captura al
cañonero venezolano "Zumb ador", remolcándolo hasta
Port of Spain. La misma suerte corre el cañonero "Za·
mora". Ambas naves son utilizadas por la armada britá-
nica para reforzar la zona del bloqueo: Una forma de pi-
·ratería de la más baja especie. Dos cruceros de la fuerza
agresora -el inglés "Charybdis" y el alemán
"Vine ta"-, llegan a la rada de La Guayra y se colocan
en orden de combate.
Roosevelt proclama la abstención
Los diarios argentinos coinciden en que la guerra ya
es un hecho, si bien no ha sido oficialmente declarada.
Los últimos sucesos ocurridos en el teatro de opera-
ciones, lo corroboran: al nuevo apresamiento de naves
venezolanas, se une el bombardeo de Puerto Cabello,
con la destrucción de los fuertes Solano y Libertador,
bombardeos que producen heridos en las filas defenso-
ras. Este reiterado atropello enardece aún más al pueblo
agredido. Una muchedumbre irritada toma pgr..asalto-al.
barco mercante inglés "Topa z". Dice el Da y/y News:)
á,
t dü_iis.deuda~_CQQtr?idas por su gobierno; saben solame
n-
·. te que su patria está en peligro y que su honor nacional
¡ha sido insultado. Pero las naciones europeas no se dan
cuenta de la verdadera situación. Las dos potencias inte-
resadas r~a-acroal- exp&lici6n ma!;
quelás sumas que reclaman de Venezuela. Pero hacen
más···aún:-colocan--á-su-deu-dor, eñ uña-si tuació n más
dificil que· nunca. Es como si un acreedor, deseoso de
cobrar una deuda, empezara por destruir las propiedades
de su acreedor".
El presidente Castro arenga a una enfervorizada
multitud Qll!!_repudia a viva voz el ataque a Puerto Ca-
bello. Pide mesura, enfatizando que "por grande que sea
nuestra indignación debemos conducirnos como pueblo
culto y civilizado, especialmente ahora, -cuando las más
poderosas naciones de Europa se conducen como verda-
deros salvajes... El buen nombre de Venezuela debe
quedar siempre intacto. Cualesquiera que fueran las
emergencias de la lucha, os recomiendo grao circunspec-
65
 '· . .,..

c1on, ·prudencia y hasta cordialidad hacia los extranje- -~· ·· .

ros'' . : .
1- ' 'tf
,<
Q) '~\·. " \'t,

. ¿Cómo reaccionaba el gobierno de los Estados Uní-·· -~~

dos?... El presidente R , · ige un mensaje al , ..Y·. ¡•

congreso proclamando< a abstenci9 , y señala que la \: Martín Carda Merou era "
Doctrina Monroe no ha .. e-se¡:;::iñvocada por las repúbli- 1 ' embajador de la Argentina en ,
c~~··sudamericanas· como ·pretexro·pará ··erudir-el· cumplí-
1
Jos Estados Unidos ~·uando las !
· potencias europeas agredieren ~
._ rniento-'de.: sus ·e:omproniisos. ·Por· su ·parte-;-·el gobierno--- a Venezuela, y fue claro :
·:.r.-Srítanicc>:a-tra:vés de una· declaración emitida por su pri- · expositor de Jos principios ~~
·mer ministro, Balfour, en la Cámara de los Comunes, e~puestos por el canciller \
afirma que no existe el bloqueo pacífico, y que su país se 1 Drago ant~ el gobierno \
halla ahora en estado de guerra con Venezuela. "Parece ~~orteamencano. ~~
que el gobierno de los Estados Unidos -aclara- cree
que puede háber un bloqueo pacífico, y yo, por mi parte,
aún admitiendo esta opinión, creo que todo bloqueo
implica el estado de guerra".
En honor a la verdad, debemos dar la razón al esta-
dista de "Su Graciosa Majestad", porque la tiene. El
eufemismo creado por el presidente Roosevelt trataba de
minimizar la acción de las potencias coaligadas para
amedrentar a Venezuela. ¿Puede existir un bloqueo
pacífico cuando todo bloqueo es, de por sí, un acto de
fuerza, coercitivo, que no ad111ite la salida o entrada a
puerto de ninguna nave, ya de guerra, mercante o de pa-
sajeros, valiéndose del ataque armado?
Los diarios de Buenos Aires, en su totalidad, conde-
naban la peculiar actitud del gobierno norteamericano.
La Prensa (12/Xll/02) "No nos explicamos como el go-
-bierno de Washington acepta esa doctrina (la del cobro
compulsivo) cuando tan riguroso se manifiesta el princi-
pio de Monroe. Causa extrañeza, que no se haya adverti-
do la trascendencia de tal práctica, que abrirá una amplia
puerta a la intervención extranjera en América". El
Diario de Lainez ( 13-XII-02): "El gobierno de la Casa
Blanca no ha ignorado, no ha podido ignorar, el verda-
dero móvil de las naciones intervencionistas; pero por lo
visto el arte de hacerse el sonso no es exclusivamente latí·
no". La Nación (13-Xll-02): "El gobierno de la Unión
no podrá permanecer pasivo ante una conflagración que
lleva a amenazar los más caros destinos de su pueblo. De
su conducta dependerá la de las demás naciones de Amé-
rica, vinculadas a su política por la naturaleza misma de
los conflictos que pueden preverse en el futuro".
Hoy por ti mañana por mi, supimos decirle entonces
al hermano pueblo agredido. El tiempo demostraría que·
aquel acto innoble se repetiría, y, recíprocamente, el apo·
yo que encontrara la nación venezolana, a través de la
adhesión argentina, lo tuvimos por parte de los nativos
de la tierra de Bolívar cuando, ochenta años después.
sufrimos un avasallamiento de características muy parecí·
das por parte de una potencia colonizadora. Saavedra Lamas ensalzó la
Sigamos con lo que ocurriría a los pocos días de ini- Doctrina Drago, resaltando
sus muchos valores.
ciado el bloqueo: el 23, la escuadra anglo-alemana captu·
ra cinco veleros venezolanos que habían tratado de for·
zarlos. En ese operativo intervino, también, un buque deo
guerra italiano, "Giovanni Bausán", ya que pocos díaS
antes, el gobierno de ese país, había comunicado que to-
maría parte en el conflicto.
El bloqueo, pese a su histórica trascendencia, no de-
ja de tener alguna que otra anécdota risueña, que deja
mal parados a ingleses y germanos. Previo a su concre· l

ción, los comandantes de las escuadras británica y alema- i

na, habían anunciado al presidente Castro, por interme·
dio del embajador Bowe , que no permitirían que ningún !l .1

buque de guerra venezolano partiera del puerto de La

Guayra. Castro, al contestar, puntualizó que tal comuni·
cación era superflua, por cuanto los agresores ya habían
e.
capturado o destruido todos los buques de la armada ve-
nezolana, de tal modo que sólo se disponía de naves mer·
cantes.
66
 1\1aría ·Dr ago
"Nació en Buenos Aires el
6 de Mayo de 1859. Era
hijo del doctor Luis Maria·
Drago y de doña Estela
Sánchez, hija del teniente
coronel Modesto Antonio
Sánchez. Estudió abogacía,
doctorándose en 1882 con
una tesis sobre el poder
marital. En 1875 ingresó
en el diario La Nación
como corrector de
pruebas. En 1?81 Láinez
fundó El Diario
designando a Drago
redactor en jefe. Al año
siguiente, durante el
gobierno de Dardo Rocha
como gobernador de
Buenos Aires, fue elegido
diputado a la legislatura de
esa provincia. En 1883,
inició su carrera en la
magistratura como
secretario de la Cámara de
Apelaciones de Mercedes,
en donde fue ascendido a
juez en lo civil. El 27 de
Enero de 1886, fue
designado juez del Crimen
en La Plata. El 27 de
Mayo de ese año, fue
ascendido a fiscal de
cámara. El 6 de ·Mayo de
1890, el gobernador Julio
A. Costa lo designaba
fiscal de Estado, ( ... )
En Agosto de 1902, el
presidente de la República,
general Julio A. Roca,
designó a Drago ministro
de Relaciones Exteriores y
Culto, cargo que
desempeñó has:.a Julio de
1903 (... ) Retir<tdO de la
vida política durante tres
años, volvió a ella en 1906,
fecha en que fue elegido
diputado nacional. En
1907, el presidente
Figueroa Alcorta lo
designó delegado a la
segunda conferencia de la
paz a La Haya, donde
actuó brillantemente. En
1909, Estados Unidos e
Inglaterra decidieron
someter "al arbitraje de
Tribunal que deberá cons-
tituirse con arreglo a la
convención de La Haya,
las cuestiones relacionadas
con las pesquerías en las
cartas del Atlántico, al
norte de la América
Inglesa". Ambas naciones
invitaron a Drago a
formar parte de dicho
Tribunal. Drago se
embarcó el 27 de Junio de
1909, reuniéndose el
Tribunal el l de Junio de
1910. Drago regresó a
Buenos Aires el 12 de
Marzo de 1911 y el 7 de
Abril del año siguiente fue
elegido diputado nacional.
elegidos entre los más
No pudo incorporarse a la eminentes, la redacción del
Cámara, pues debió viajar
proyecto de Corte
a Europa por razones de Permanente de Justicia
salud. De vuelta se
Internacional, el doctor
incorporó el 27 de Drago, enfermo y retirado
Noviembre de 19!2. Su
de la vida pública, pero
mandato legislativo cuya obra no se había
terminó el 30 de Abril de
olvidado en las esferas
1916. Retirado diplomáticas europeas, fue
definitivamente de la vida
in.vitado a formar parte de
política rechazó la la comisión. El doctor
Legislación en la Gran
Drago falleció en Buenos
Bretaña que en 19!7 le Aires el 9 de Junio de
ofreció el presidente
!921". (del diccionario
Hipólito Yrigoyen. Histórico Argentino,
Cuando en Febrero de
publicado con la dirección
1920 el Consejo de la Liga de Ricardo Piccírilli,
de las Naciones, en todo el
Francisco L. Romay y ·
esplendor de su prestigio, Leoncio Gianello. Tomo
resolvió encomendar a una
111 - Ediciones Histórica~
comisión de jurisconsultos, Argentinas).

Mientras proseguían los ataques depredatorios - referencias particulares del honorable Wayne Mac Yeigh
bombardeo de Maracaibo, nueva destrucción de fuertes, -inform aba- se que
intento del secuestro de aduana s-,.la cancillería venezo- cuentra sumamente preocupa el presidente Roosevelt se en-
lana se dirigía a Jo( países americanos denunciando los de Venezuela y que ha dicho do con los acontecimientos··¡
actos vandálicos y demandando el apoyo que necesitaba última vez en que tenga textualmente: "Esta será la ·
ante el atentado de que era vh::tima. El presidente Roose- . europea en los Estados lugar una intervención armada
velt, mientras tanto, remitía notas a los gobiernos blo- . anuncie la intención del nuevo mundo, pues como se
queadores, en las qúe agradecía la confianza que las po- dos se opondrán con de llevarla a cabo, los_Estados Uni-
tencias habían depositado en él, al designarlo como ár- los medios a su alcance, todo su poder e influirán por todos
bitro, pero, que "no creía conveniente aceptar ese ofreci- guerra, para que aunque sea a riesgo de una
miento honroso ". A su juicio, era preferible para todas por el Tribunal las cuestiones en debate sean resueltas~
de La Haya".
las partes someter la. cuestión al Tribunal de La Haya. Promesas que no se cumplieron.
(4)
Alberto A. Conil Paz, en su obra ya citada, nos
ilustra sobre la tensión que vivía el jefe de Estado yanky: La posición Argentina
"El ministro argentino en Washington, García Mérou, El ministro de Relaciones Exteriores, Luis María
hacía conocer en sus informes, la desconfianza del intré- Drago, jurisconsulto
pido y esta vez sorprendido, presidente Roosevelt: "Por nacional por la provincia y diplomático, había sido diputado
de Buenos Aires, antes que el
67
 general Roca le confiara esa cartera: Hombre talentoso, )uÚÓ A. Roca era presidente
' • 'i .~·
/
!scritor de prosa fluida y brillante, poseía, ademá's, una de la Argentina en la época eli ¡
acendrada vocación por el derecho internacional y ge- que se produjo el atropello
nuinos sentimientos americanistas. A él se debe ·el con te· . contra la soberanía
nido de la nota remitida a nuestro representante en venezolana.
Washington, que luego sentaría características de Doctri-
na. Dícese que antes de remitirla se la leyó al general
Bartolomé Mitre, qui·en la aprobó. De todos modos, suya
es la autoría. -:_,
Recurrimos nuevamente a Moreno Quintana: "En su 1
nota, Drago objetaba el cobro militar de los empréstitos :
públicos, aludía a sus graves consecuencias, estimaba
aplicable al caso venezolano la doctrina de Monroe. y ca-
lificaba la situación de los acreedores que hablan suscrito
lítu!os de la deuda pública de un país cuya emisión -
decía con justo motivo- era un acto de soberanía. Sinte-
tizaba Drago la aspiración de que " ... no puede haber ex-
pansión territorial en América, ni opresion de los pueblos
de este continente, porque una desgraciada situación fi-
nanciera pudiese llevar a algunos de ellos a diferir el Una insuperable página
cumplimiento de sus compromisos" y pretendía el reco- informativa de la época narra
nocimiento, por Estados Unidos, del principio " ... de que sintéticamente la captura de la
la deuda pública no puede dar lugar a la intervención ar- flota venezolana en la carde
mada, ni menos a la ocupación material del suelo de las del 9 de Diciembre de 1902
naciones americanas por una potencia europea", con lo "por 240 marinos ingleses y
cual condenó el jurisinternacionalista argentino el cobro. alemanes que entraron en el
puerto de la Guayra en barcos
compulsivo de las deudas públicas. Al responder en 17-2- remolcados ... ".
1903 a la nota, el gobierno estadounidense eludió pro-
nunciarse acerca de la tesis argentina respecto de la cual
dijo no expresar asentimiento ni disentimiento. Fue dis-
cutida la doctrina Drago en la 3ra. conferencia interame-
ricana, ésta la difiri6 al pronunciamiento de la 2da. con-
ferencia de. La Haya (Río de Janeiro 27-8-1906). En esta
última, la doctrina fue objeto de un lamentable manipu-
leo que la refundió dentro de una propOsición hecha por
el delégado estadounidense, general Horace Porter, rela-
tiva a la limitación del empleo de la fuerza en el cobro de
deudas contractuales en general. Además, en tanto la una
proscribía en absoluto el uso de la fuerza, la otra la ad-
mitía en ciertas circunstancias desnaturalizando así el
principio mismo. Fue por eso que, al suscribir la con-
vención resultante, la delegación argentina hizo dos im-
portantes reservas ·que deslindaron ia situación de las
deudas del Estado provenientes de actos "jure imperii"
de la de aquellas consecuencia de aétos· "jure gestionis"
(I 8-10-1907). La primera aclaró que, en las deudas pro-
venientes de contratos ordinarios entre un particular y un
gobierno extranjero, no podría acudirse al arbitraje sino
después de haberse agotado los recursos _jurisdiccionales
y existir denegación de justicia. Y la segunda -que con-
templó explícitamente la Doctrina Drago- estableció que
el cobro de los empréstitos públicos no podría motivar ·
agresión militar "ni ocupación material del suelo de las
naciones americanas". Más tarde, se hizo la discusión
académica de si los conceptos emitidos en la nota de
Drago constituían o no una doctrina de derecho interna-
:ional. Su autor no lo creía así dado que, en su discurso
de 17-8-1906 ante la 3ra. conferencia interamericana, la.
declaró "un enunciado político de diplomacia america-
na". Pero generalizóse luego el criterio de considerarlos
_:omo tal. No obstante, ella fue motivo de ·acerbas críti-
'_cas~ por parte de publicistaS. iberoamericanos. Luis A:-c~e
Aérrera alegó que dicha tesis era redundante frente a la
ioctdna Monroe. Roque Sáeriz Pefta creyó que debía de-
purársela de su carácter político "para hacerla jurídica y
científica". Alejandro Alvarez la reputó absoluta, ina-
ceptable, superflua e insuficiente. Y Simón Planas Suárez
-tratadista venezolano- afirmó que era inaceptable co-
mo tesis jurídica e inconveniente para el interés finan-
ciero de los pequeños países necesitados de capitales
·extranjeros. Verdad es que, como doctrina, la nota de
68
 \
,.~Drago· no creó un nuevo princ1p10 de derecho interna-
muchos: ¿Obedec ía tal grito de def~1_1sa al af!un~io de un
Zk~cional. Se limitaba _ILia._aP.ik:ación cir~unstancial __de_la_ mal grave o a alguna amenaza , positiva que md1cara una
L~-: 'doctrina de-Monr .oe. Pero "fue·-ail:i-como proposic ión
jurKii-c-a-yacaso-oporwna en cuanto a los hechos que la
motivaro n".1 · . · ·' : ·
Lci Cierto que la nota incidió en el cese de hostilida-
des y en el posterio r avenimie nto a una solución. El 17
de Febrero, se protocol izaron en Washing ton, entre Ve-
.nezuela y los países del conflicto , las condiciones que,
básicamente, establecí an el levantam iento del bloqueo,
derivand o la disputa al Tribunal de La Haya. (5)
Creemos oportun o trascribi r la opinión oficial del
gobierno de Venezuéla. En la óbra- "La República Ar-
gentina y el caso de Venezuela", editada por un organis-
mo estatal de ese país, la Oficina Central de Informa ción
(OC!),· se afirma: "Esta Doctrina fue de gran apoyo mo-
ral para Venezuela con motivo de la crisis internaci onal
que vivió en ocasión de las reclamaciones diplomát icas
que le hicieran· Alemani a, Inglaterr a e Italia ... De acuer-
do con esta Doctrina , ninguna potencia puede obligar a
una Repúblic a american a por medio de la fuerza armada
el pago de las deudas públicas que cualquie ra de éstas
contraig an con la Haciend a o con los súbditos de cual-
quier país extranje ro, ni mucho menos ocupar el territo-
rio por igual motivo de ninguna nación america na".
R. Gay de Montellá n, dejaría asentado en la revista
"Mercurio?' editada en Barcelon a, el 15 de Dic'emb re de
1910: "La nota es un grito de defensa, un toqec de aten-
ción a las naciones american as, amenaza das con la repe-
tición del caso de Venezuela. Y se han pregunta do
posible "repise" de 19 acaecido en Ve~ezuel.a?. Evldent~­
mente que en el fondo de.la ~ota del c!Jplomauco argentt-
no flotaba el temor de un peligro" .
Drago y la doctrina Monroe
Como ya pudimos apreciar , algunos tratadista s mini-
mizan la importan cia de la Doctrina Drago, argumen-
tando los más dignos de ser tenidos en cuenta, que era
redundan te de la Doctrina Monroe. Reiteran do los con-
ceptos de Rastelli -ya transcri ptos- resaltare mos 1~ parte
del párrafo donde asevera que "comple ta la Doctnna del
ilustre american o del Norte" ... y "que aquélla es de ca-
rácter general, amplio y ésta, teniendo en vista la misma
finalidad, atañe a una causal que hubiera servido de pre-
texto a la expansió n territoria l de Europa en América " ...
Drago la definiría en el banquete ofrecido al secreta-
rio de Estado norteam ericano, Elihu Root, en el Teatro
de la Opera, en 1906: " ... no un principio abstracto de
valor académi co, no una regla jurídica de aplicación uni-
versal, que no tendríam os personer ía para sostener, sin<?
un enunciad o político de diploma cia american a, que SI
bien se apoya en razones de derecho, tiende a evitar a los
pueblos de este continen te la calamida d de la conquist a,
que se pretende disfrazar de interven ción financie ra".
El ilustre diplomáti~o no escapó a la regla y fue va-
puleado moralme nte desde diferente s ángulos, ya que to-
do creador de exitosas concepciones doctrina rias, no
69
 1
puede• sustni.erse·'a-los embates de la 'envidia.' Muchos 'li
años: después, en una de sus obras (Discursos, Toino 111;
pág: ·96) recordaría que ''recibía a cada instante, conse-
jos, advertencias; indicaciones de todo género". ·
Los que trataron de restarle su fundamental valor
perdiéndose en disquisiciones de variado contenido, pa-
san por alto su esencial e incuestionable posición defen-
sora de derechos inalienables. El mismo Drago lo sos-
tendría en cierta oportunidad, señalando: "La Doctrina COBRADORE6 •ART NOUVEAU•
sostenida por la República Argentina respecto al cobro
coercitivo de deudas públicas,_ está encerrada en las si-
guientes palabras que transcribo de la nota del 29 de Di-
ciembre de !902: "El principio que quisiera ver reconoci-
do es el de que la deuda pública no puede dar lugar a la
intervención armada ni menos a la ocupación material
del suelo de las naciones americanas por una potencia
europea". Es un principio que, como es de suponer no
está contenido en la Doctrina Monroe; en cambio, la no- r/
ta de Drago lo señala taxativamente, no corno un cori;-fr.:
cepToa5s-traúó-.--éjúe parte de una suposición ante un fu::'T':
tu ro incierto, sino frente:a Uif-aCto··de fuerza ya consu-
mada.- Es·dable advertir, que Drago recelaba de ciertas
oinrenciones que reptaban en el Viejo Mundo: " ... en los
últimos tiempos se ha observado una tendencia marcada
en los publicistas y en las manifestaciones diversas de la
opinión europea, que señalan estos países como campo
adecuado para ias futuras expansiones territoriales" ... Así
lo manifestó en la nota remitida a la Tercera Conferencia
Panamericana, el 9 de Mayo de 1906.
Pero nadie mejor que él para valorar la Doctrina
Monroe, en lo atinente a sus reales proyecciones. En el
prefacio del libro editado por el gobierno venezolano, ya
citado, emite lo siguiente: "La Doctrina de Monroe, tal
como la entienden los Estados Unidos y como la acepta
nuestra nota, no tiene, ni con mucho, la aptitud y los al-
cances que le atribuyó Sarmiento al adherir a ella. No se
refiere de ninguna manera a las relaciones comerciales de
los paises de que se ocupa, sino es en verdad para de-
jarles, como lo hacia notar el Presidente Roosevelt en
uno de los últimos mensajes, la más amplia y absoluta li- La iluscración de la 1apa de
y Caretas del 20 de
bertad de reglamentar en la forma que mejor lo estimen Caras Diciembre de 1902 llevaba al
y de arreglar como lo juzguen más conveniente con las pie la siguience leyenda:
demás naciones, europeas o americanas, el movimiento "-¿Quién llama con ese
de su intercambio mercantil y económico. No es en reali- estrépito?/ -Somos nosotros,
dad una doctrina sino la simple expresión de una manera que veníamos a hacer efectivo
de ver política que tampoco determina líneas inmediatas el valor de esta faCtura./ -¿Y
ni definidas de acción. La República considera que es ac- para eso me destrozan la
to alarmante para ella el de que cualquier potencia puerta y me rompen los
vidrios?/ -Es que, además,
europea que se apropie o pretenda colonizar territorios queríamos hacer efectivo
en América como igualmente se sentirá alarmada si las nuestro valor".
naciones europeas, cualesquiera sean las razones que pa-
ra ello invoquen buscan la opresión de estos países, in-
terviniendo en sus instituciones o en el régimen de su ad-
ministración y· gobierno. Esos son los dos grandes y úni-
cos postulados contenidos en la célebre declaración del
Presidente Monroe y ellos no hacen sino enunciar un Y el espíricu belicista del
principio elemental de conservación y de vida, procla- Kaiser Guillermo 11 era
mando el derecho indiscutible de las nuevas nacionalida- simbolizado, en ocra
des para crecer y desenvolverse sin coacciones exteriores mordience sácira de la é¡xxa,
por esta cuarceta: "Al frente
que no podrían justificarse de ningún punto de vista hu- de su nación/ pequei\a
manitario o jurídico". encuentra la tierra:/ hace al
Agregaremos a estas frases un párrafo de Isidoro mundo entero guerra/
Ruiz Moreno, volcado en su libro "Historia de las Rela- otro Napoleón".
ciones Exteriores argencinas: "Por una paradoja del des-
tino, en la actualidad, la Doctrina Drago no es doctrina
política, como su autor Jo quiso; su generosa idea viste
hoy el ropaje de la norma jurídica, consagrada en textos
positivos de acuerdos internacionales" •
 Este es el aspecto que
presentaba el puerto
venezolano de La Guayra en
1902, poco antes de ser
cañoneado por naves
británicas y alemanas.
Si bien el escriwr francés lean
Raspail pretende hacer creer
en un libro recientemente
publicado que la aventura de
Orelie Antaine de Tounens,
"rey de fa Patagonia ", fue
obra de un mitómano, hay
razones suficientes para
sospechar que tras su insólita
epopeya Franda observaba
sus intentos con atención.

Una vista de <...aracas en 1902

cuando la agresión golpeó a
sus puertas.

LA ·DOCTRINA
DRAGO
YEL
CASO MALVINAS
La Hispanoamérica
actual, corroída por
agudas cri_sis financieras,
tiene conciencia del
providencial valor de la
Doctrina Drago y la
necesidad de sustentar su
vigencia; no sólo por el
espíritu de justicia que
conlleva; también, por el
intrínseco sustrato de
solidaridad que encarna.
El drama del Atlántico Sur
desestabilizó el equilibrio
regulador de las hasta ese
entonces monótonas e
impersonales relaciones
interamericanas,
circunscriptas al protocolo
diplomático. Constituyóse
en el detonante de un
fervor, que tanto se
proyectó hacia la ayuda
militar o económica, como
en el apoyo moral que en
esos cruciales momentos
necesitábamos de aquellos
pueblos americanos de
levadura hispana.
Venezuela. fue el epicentro
72
()ch~nta ·años después un
suceso análogo ocurría en el
sur del continente. Guerra en
las Malvinas: el Hermes
avanza portando aviones
Harrier y Sea Harrier,
equipados c:on bombas
guiadas por /aser y de racimo
tipo BL 755 (foto de la revista
Aeroespacio).
de la explosión
transmutadora.
Indubitablemente, la
gratitud es una de las
virtudes de esa hermana de
raza, sangre y religión.
Tras la ofrenda fraternal
estuvo ensamblada la
mano tendida que le
acercamos a principios de
siglo, y cuyo recuerdo
motorizó el ímpetu inicial,
sedimentado luego por una
actitud similar del resto de
las naciones del continente.
Gran parte de los
argentinos tomamos
conocimiento por primera
vez de aquel episodio
luctuoso de la historia
sudamericana, en que
nuestro país asumiera una
posición valiente justa y
definitoria. Nos
enteramos, entonces, con
mayor profundidad, de un
hecho del que sólo
teníamos vagas referencias,
por no habérsele conferido
la importancia que ha
i-
i
cobrado últimamente. se expande y genera
Los resultados están a reacciones del mismo tipo.
la vista. Hoy dia se habla A veces, un hecho queda
de un mercado común sumergido en un recodo
latinoamericano, no del pasado, condenado a
utópicamente, sino como un silencio de décadas,
una posibilidad. Y se Hasta que el .
determinan planes para acontecimiento imprevisto,
acciones conjuntas, en la acción deseada, pero
favor de recíprocas reprimida, irrumpe con la
inquietudes, tanto fuerza del estallido, cual si
culturales como cumpliera un designio
económicas. Se puede ineluctable. Y convoca a
afirmar que las repúblicas aquel otro suceso, lo saca
sudamericanas se de su letargo, lo
despojaron de la insensatez conmueve, y lo armoniza
del aislacionismo, para con la actualidad,
dejar de permanecer como otorgándole vigencia en el
si fueran compartimientos presente. ¿No,es éste el
estancos. Es evidente que caso de la Doctrina
la inmadurez les impedía Drago? ....
concientizar los valores
propios y los de sus
vecinos. Muchas de ellas,
tenían la vista puesta en
Europa, con la ceguera de
los que se fascinan por
todo lo que ·provenga de
allende los mares.
Toda actitud positiva
Fuentes bibliográficas
~OTAS
_:_Carlos Saavedra Lamas - Folleto editado por la Universidad (!) Las incursiones colo-
de La Plata. Conferencia: "Luis Maria Drago. Su obra. Proyec- de justificar aduciendo que
nialistas en América son nu- por esa vía se intentaba burlar
ciones y Trascen dencia". merosas.
-Lucio M. Moreno Quintana - "Tratad o de Derecho Interna- casos por Referimos estos dos el bloqueo.
cional" '-tomo 1-. su valor anecdótico. (5) Recurrim os nueva-
-Ernest o Rastetli. "Exposición. de la Do~trina,Drago. ::;u ~1!1- Un estudio que estamos reali- mente a de M;,n..:m "Es preci-
portancia en el derecho mternac10nal amex:cano . -. zando nos permitirá abarcar so hacer al gobierno de la Re-
de su Tesis para el grado de Doctor en Junsprudenc1a.Pubhcac10n su. totalidad. pública Argentina la justicia
-Albert o A. Conil Paz- "Histori a de la Doctrina Drago". (2) El presidente Castro de reconocer que ha sido el
-"La República Argentina y el caso de· Venezuela". -Editad o confió a un adversario suyo, único que durante las nego-
por la Oficina Central de Información (OC!), de Venezuela. el general José Manuel Fer- ciaciones diplomáticas relati-
-Luis María Drago. "Discur sos" -Tomo lll. - nández popularmente conoci- vas a la cuestión de Vene-
-Isidor o Ruiz Moreno - "Histori a de las Relaciones Exteriores do como "El Mocho, el man- zuela, suscitó la cuestión de
Argenti nas". do de las fuerzas defensoras". principio de saber si las vías
(3) El célebre tratadista de hecho son realmente el me-
Consultóse, además: Colecciones de diarios argentinos. No- en Derecho Internacional. F. jor medio para obtener satis-
viembre, diciemb re de 1902 y enero y febrero de !903. de Martens, expresó: "Los facción en las cosas de cual-
acreedores de un estado quier especie ·de reclama-
extranjero o los detentadores ciones".
de obligaciones extranjeras no
tienen el derecho de sustituir
en su lugar a un gobierno na-
cional exigiendo que interven-
ga hasta con fuerza armada
para hacer pagar al deudor
sus deudas o reducirlo a que
ejecute las obligac iones
contrata das".
(4) El bombardeo al fuer-
te de San Carlos, de Mara-
caibo por parte de buques de
guerra alemanes, produjo
cuantiosos danos materiales y
un considerable número de
víctimas. Fue un acto cobarde
que _el gobierno alemán trató

73