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• Desde el exterior, a través de cortes, heridas, picaduras de insectos,
enfermedades cutáneas u otras pérdidas de la integridad del estrato córneo. • Desde el interior, a partir del tejido subyacente o transportados por la sangre.
Las infecciones en piel se comportan de un número limitado de formas que se
dividen en tres categorías generales: 1. Infecciones que se diseminan, denominadas impétigo cuando están limitadas a la epidermis, erisipela cuando afectan vasos linfáticos dérmicos y celulitis cuando el foco principal es la capa grasa subcutánea. 2. La formación de abscesos, conocidos como foliculitis, furúnculos y ántrax estafilocócico. 3. Las infecciones necrotizantes, incluyendo la fasciítis y la gangrena gaseosa (mionecrosis). Las infecciones secundarias ocurren tanto en los huéspedes inmunocompetentes como en los inmunosuprimidos, pero con diferentes grados de incidencia y severidad. Asimismo, las infecciones sistémicas se manifiestan en una variedad de formas: abscesos, necrosis (p.ej. púrpura fulminante en la meningococemia crónica o en la septicemia por Pseudomonas); erupciones o exantemas. La piel responde a las toxinas elaboradas durante las infecciones que ocurren en sitios alejados (p.ej. escarlatina descamación de la piel de las extremidades por faringitis por estreptococos grupo A). Los estafilococos causan dos enfermedades cutáneas inducidas por toxinas específicas el síndrome de la piel escaldada y el síndrome del shock tóxico. Infecciones de los músculos (miositis). Es raro que los microorganismos infecciosos estén involucrados en las mialgias y rigidez musculares. Las infecciones específicas de los músculos esqueléticos son poco comunes. Cuando ocurren pueden deberse a un amplio espectro de microorganismos entre ellos bacterias, hongos, virus y parásitos. Los músculos pueden ser invadidos desde sitios contiguos de infección o por la diseminación hematógena desde un foco alejado. Los tipos de infecciones y su frecuencia dependen del huésped, la región geográfica o de los hábitos alimentarios del paciente. Algunas presentaciones clínicas son tan distintivas que sugieren de inmediato el agente etiológico (p.ej. la presencia de gas en el músculo hace pensar en una gangrena gaseosa SISTEMA DE GESTIÓN DE LA CALIDAD DE LOS LABORATORIOS DE DOCENCIA
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secundaria al Clostridium perfringens). El tratamiento de las mialgias inespecíficas
en general es sintomático. Cuando se identifica un agente etiológico específico la terapia debe apuntar contra este agente. Si hay tejido necrótico presente puede ser necesario el rápido drenaje de los abscesos y un extenso debridamiento quirúrgico. Las infecciones de los huesos u osteomielitis pueden ser resultado de infecciones transmitidas por la sangre (diseminación hematógena) o de la introducción directa de los microorganismos desde fuentes externas ambientales o contiguas (los tejidos blandos o las articulaciones). Un tipo especial en esta última categoría es la infección de los huesos de los pies que ocurre en los pacientes diabéticos. Las infecciones de las articulaciones pueden ser causadas por bacterias, virus y hongos. Es factible diferenciar entre estas posibilidades por la presentación clínica del paciente y por los resultados de las pruebas de laboratorio del líquido sinovial. En general las infecciones bacterianas son más comunes que los otros tipos de infecciones y producen mayor número de leucocitos en el líquido articular con predominio de los neutrófilos. La frecuencia con la cual los agentes infecciosos causan artritis séptica varía con la edad. Staphylococcus aureus es el agente etiológico más común y afecta a todos los grupos etarios. Además de la antibioticoterapia por vía parenteral y altas dosis, debe drenarse el líquido sinovial infectado (aspiraciones repetidas o drenaje quirúrgico a cielo abierto).
LESIONES EN PIEL
• Mácula. Es un área circunscrita de cambio del color normal de la piel sin
elevación o depresión de la piel alrededor. Hay lesiones que pueden parecer máculas pero que la iluminación oblicua muestra que son elevadas (p. ej. pápulas), esto puede ser importante en lesiones pigmentadas. Las máculas pueden ser de cualquier tamaño y son resultado de (1) hipopigmentación (p. ej. vitiligo) o hiperpigmentación -melanina o hemosiderina, (2) anormalidades vasculares permanentes de la piel, como un hemangioma capilar, o (3) dilatación capilar temporal (eritema). • Pápula. Es una lesión sólida generalmente menor a 5 mm de diámetro. La mayoría se eleva hacia arriba, más que profundamente del plano de piel alrededor. En las pápulas dérmicas la elevación es causada por depósitos metabólicos en la dermis o por infiltrados localizados en la dermis o por hiperplasia localizada de elementos celulares en la dermis. La topografía de SISTEMA DE GESTIÓN DE LA CALIDAD DE LOS LABORATORIOS DE DOCENCIA
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una pápula o placa puede consistir de múltiples, pequeñas, compactas
elevaciones que se conocen como vegetaciones. La confluencia de pápulas conduce al desarrollo de elevaciones grandes, usualmente planas, circunscritas conocidas como placas. • Placa. Es una elevación sobre la superficie de la piel que ocupa una gran superficie en comparación con su altura sobre la piel. Frecuentemente se forma por la confluencia de pápulas como en la psoriasis y las micosis. La liquenificación es una proliferación de queratinocitos y el estrato córneo que forma una estructura semejante a una placa. La piel aparece engrosada y sus marcas están acentuadas. El proceso resulta del roce de la piel y frecuentemente se desarrolla en personas con atopia. La liquenificación se presenta típicamente en la dermatitis eccematosa pero también en la psoriasis y en las micosis. • Roncha. Es una pápula o placa rosada, plana, redondeada que es característicamente evanescente, desapareciendo en horas. Las ronchas pueden ser redondas, irregulares, con pseudópodos cambiando rápidamente de tamaño y forma debido al edema fluctuante en la dermis. • Nódulo. Es una lesión palpable, sólida, redonda o elipsoide de mayor profundidad que una pápula y está en la dermis o en el tejido subcutáneo o en la epidermis. La profundidad involucrada y la palpabilidad más que el diámetro diferencia un nódulo de una pápula. Los nódulos resultan de infiltrados, neoplasias o depósitos metabólicos en la dermis o el tejido subcutáneo y frecuentemente indican una enfermedad sistémica. La tuberculosis, micosis profundas, linfoma y neoplasias metastásicas p. ej., pueden presentarse como nódulos cutáneos. • Absceso o pústula. Es una elevación circunscrita de la piel que contiene un exudado purulento que puede ser blanco, amarillo o amarillo verdoso. Puede originarse en un folículo piloso o independientemente. Las pústulas pueden variar de tamaño y forma, las pústulas foliculares son siempre cónicas y generalmente contienen un pelo en el centro. Las lesiones vesiculares de enfermedades virales (varicela, viruela, herpes simple y herpes-zóster) pueden volverse pustulares secundariamente. • Vesícula/ampolla. Una vesícula (menos de 5 mm) o una ampolla (más de 5 mm), es una lesión circunscrita elevada que contiene fluido. Sus paredes son tan delgadas que son translúcidas y el suero, fluido linfático o fluido extravascular pueden verse. Las vesículas o ampollas se originan de la ruptura de varios niveles de la piel; la ruptura puede ser en la epidermis o