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SISTEMA DE GESTIÓN DE LA CALIDAD DE LOS

LABORATORIOS DE DOCENCIA

MANUAL DE LABORATORIO DE BACTERIOLOGÍA Y


MICOLOGÍA MÉDICAS
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SGC-FESZ-QFB-ML26 17/02/2020 1 14/320

• Desde el exterior, a través de cortes, heridas, picaduras de insectos,


enfermedades cutáneas u otras pérdidas de la integridad del estrato
córneo.
• Desde el interior, a partir del tejido subyacente o transportados por la
sangre.

Las infecciones en piel se comportan de un número limitado de formas que se


dividen en tres categorías generales:
1. Infecciones que se diseminan, denominadas impétigo cuando están limitadas a
la epidermis, erisipela cuando afectan vasos linfáticos dérmicos y celulitis cuando
el foco principal es la capa grasa subcutánea.
2. La formación de abscesos, conocidos como foliculitis, furúnculos y ántrax
estafilocócico.
3. Las infecciones necrotizantes, incluyendo la fasciítis y la gangrena gaseosa
(mionecrosis).
Las infecciones secundarias ocurren tanto en los huéspedes inmunocompetentes
como en los inmunosuprimidos, pero con diferentes grados de incidencia y
severidad.
Asimismo, las infecciones sistémicas se manifiestan en una variedad de formas:
abscesos, necrosis (p.ej. púrpura fulminante en la meningococemia crónica o en la
septicemia por Pseudomonas); erupciones o exantemas.
La piel responde a las toxinas elaboradas durante las infecciones que ocurren en
sitios alejados (p.ej. escarlatina descamación de la piel de las extremidades por
faringitis por estreptococos grupo A). Los estafilococos causan dos enfermedades
cutáneas inducidas por toxinas específicas el síndrome de la piel escaldada y el
síndrome del shock tóxico.
Infecciones de los músculos (miositis). Es raro que los microorganismos
infecciosos estén involucrados en las mialgias y rigidez musculares. Las
infecciones específicas de los músculos esqueléticos son poco comunes. Cuando
ocurren pueden deberse a un amplio espectro de microorganismos entre ellos
bacterias, hongos, virus y parásitos. Los músculos pueden ser invadidos desde
sitios contiguos de infección o por la diseminación hematógena desde un foco
alejado. Los tipos de infecciones y su frecuencia dependen del huésped, la región
geográfica o de los hábitos alimentarios del paciente. Algunas presentaciones
clínicas son tan distintivas que sugieren de inmediato el agente etiológico (p.ej. la
presencia de gas en el músculo hace pensar en una gangrena gaseosa
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secundaria al Clostridium perfringens). El tratamiento de las mialgias inespecíficas


en general es sintomático. Cuando se identifica un agente etiológico específico la
terapia debe apuntar contra este agente. Si hay tejido necrótico presente puede
ser necesario el rápido drenaje de los abscesos y un extenso debridamiento
quirúrgico.
Las infecciones de los huesos u osteomielitis pueden ser resultado de
infecciones transmitidas por la sangre (diseminación hematógena) o de la
introducción directa de los microorganismos desde fuentes externas ambientales o
contiguas (los tejidos blandos o las articulaciones). Un tipo especial en esta última
categoría es la infección de los huesos de los pies que ocurre en los pacientes
diabéticos.
Las infecciones de las articulaciones pueden ser causadas por bacterias, virus
y hongos. Es factible diferenciar entre estas posibilidades por la presentación
clínica del paciente y por los resultados de las pruebas de laboratorio del líquido
sinovial. En general las infecciones bacterianas son más comunes que los otros
tipos de infecciones y producen mayor número de leucocitos en el líquido articular
con predominio de los neutrófilos. La frecuencia con la cual los agentes
infecciosos causan artritis séptica varía con la edad. Staphylococcus aureus es el
agente etiológico más común y afecta a todos los grupos etarios. Además de la
antibioticoterapia por vía parenteral y altas dosis, debe drenarse el líquido sinovial
infectado (aspiraciones repetidas o drenaje quirúrgico a cielo abierto).

LESIONES EN PIEL

• Mácula. Es un área circunscrita de cambio del color normal de la piel sin


elevación o depresión de la piel alrededor. Hay lesiones que pueden
parecer máculas pero que la iluminación oblicua muestra que son elevadas
(p. ej. pápulas), esto puede ser importante en lesiones pigmentadas. Las
máculas pueden ser de cualquier tamaño y son resultado de (1)
hipopigmentación (p. ej. vitiligo) o hiperpigmentación -melanina o
hemosiderina, (2) anormalidades vasculares permanentes de la piel, como
un hemangioma capilar, o (3) dilatación capilar temporal (eritema).
• Pápula. Es una lesión sólida generalmente menor a 5 mm de diámetro. La
mayoría se eleva hacia arriba, más que profundamente del plano de piel
alrededor. En las pápulas dérmicas la elevación es causada por depósitos
metabólicos en la dermis o por infiltrados localizados en la dermis o por
hiperplasia localizada de elementos celulares en la dermis. La topografía de
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una pápula o placa puede consistir de múltiples, pequeñas, compactas


elevaciones que se conocen como vegetaciones. La confluencia de pápulas
conduce al desarrollo de elevaciones grandes, usualmente planas,
circunscritas conocidas como placas.
• Placa. Es una elevación sobre la superficie de la piel que ocupa una gran
superficie en comparación con su altura sobre la piel. Frecuentemente se
forma por la confluencia de pápulas como en la psoriasis y las micosis. La
liquenificación es una proliferación de queratinocitos y el estrato córneo que
forma una estructura semejante a una placa. La piel aparece engrosada y
sus marcas están acentuadas. El proceso resulta del roce de la piel y
frecuentemente se desarrolla en personas con atopia. La liquenificación se
presenta típicamente en la dermatitis eccematosa pero también en la
psoriasis y en las micosis.
• Roncha. Es una pápula o placa rosada, plana, redondeada que es
característicamente evanescente, desapareciendo en horas. Las ronchas
pueden ser redondas, irregulares, con pseudópodos cambiando
rápidamente de tamaño y forma debido al edema fluctuante en la dermis.
• Nódulo. Es una lesión palpable, sólida, redonda o elipsoide de mayor
profundidad que una pápula y está en la dermis o en el tejido subcutáneo o
en la epidermis. La profundidad involucrada y la palpabilidad más que el
diámetro diferencia un nódulo de una pápula. Los nódulos resultan de
infiltrados, neoplasias o depósitos metabólicos en la dermis o el tejido
subcutáneo y frecuentemente indican una enfermedad sistémica. La
tuberculosis, micosis profundas, linfoma y neoplasias metastásicas p. ej.,
pueden presentarse como nódulos cutáneos.
• Absceso o pústula. Es una elevación circunscrita de la piel que contiene un
exudado purulento que puede ser blanco, amarillo o amarillo verdoso.
Puede originarse en un folículo piloso o independientemente. Las pústulas
pueden variar de tamaño y forma, las pústulas foliculares son siempre
cónicas y generalmente contienen un pelo en el centro. Las lesiones
vesiculares de enfermedades virales (varicela, viruela, herpes simple y
herpes-zóster) pueden volverse pustulares secundariamente.
• Vesícula/ampolla. Una vesícula (menos de 5 mm) o una ampolla (más de
5 mm), es una lesión circunscrita elevada que contiene fluido. Sus paredes
son tan delgadas que son translúcidas y el suero, fluido linfático o fluido
extravascular pueden verse. Las vesículas o ampollas se originan de la
ruptura de varios niveles de la piel; la ruptura puede ser en la epidermis o

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