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MONOGRAFÍA FINAL

CURSO DE
AGENTES DE PROPAGANDA MÉDICA

Tema: Micosis
Fecha: 21 de Abril de 2012
Alumnos:
Franco Enriquez
Jorge Enriquez
Gustavo González
Diego Martín Vega
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 2
Clasificación de Micosis 3
MICOSIS SUPERFICIALES 4
Pitiriasis versicolor 4
Tratamientos 6
MICOSIS CUTÁNEAS 7
Dermatofitosis 7
Clasificación de Dermatofitosis 7
Tratamientos 13
Candidiasis cutánea 14
Candidiasis Mucocutánea 15
Tratamientos 20
MICOSIS SUBCUTÁNEAS 21
Tratamientos 22
MICOSIS PROFUNDAS 23
Tratamientos 26
APÉNDICE: Antimicóticos 28
Antifúngicos del siglo XXI 35
BIBLIOGRAFÍA 36

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TRABAJO FINAL – CURSO DE APM
MICOSIS

INTRODUCCIÓN

La piel es el órgano más grande del cuerpo en cuanto a extensión, cubre todos los órganos
internos y tiene varias funciones importantes como ser el sentido del tacto y parte del sistema excretor,
pero como está expuesta completamente a los elementos ambientales, varios factores pueden afectarla,
lastimarla y exponerla a no funcionar bien.
Una de las causas más frecuentes de consulta médica sobre la piel, es la relacionada con los
hongos, que si bien son microorganismos que se alojan y desarrollan de forma natural en el organismo,
no todos son útiles y pueden multiplicarse rápidamente en áreas húmedas y cálidas del cuerpo y causar
infecciones diversas según el tipo de hongo llamadas micosis.
Los hongos pertenecen al reino vegetal y carecen de clorofila, por ello, para poder vivir
necesitan nutrirse de ciertas sustancias para sobrevivir, que las pueden obtener de animales y del ser
humano.
Dado que los hongos además de tener usos beneficiosos para el ser humano (levadura del pan,
hongos de fermentación de los quesos, los vinos, la cerveza, entre otros muchos ejemplos) forman
parte del colectivo de seres vivos que pueden originar enfermedades en el ser humano, el
conocimiento y uso de los antifúngicos es de vital importancia a la hora de tratar muchas
enfermedades.
Los hongos que afectan con mayor frecuencia son principalmente de dos tipos:
Los de tipo moho, que son los que ocasionan dermatofitosis o tiñas, que se presentan en áreas
cálidas y húmedas de la piel y son muy contagiosas. Crecen mejor en condiciones cálidas y húmedas;
se reproducen y propagan mediante esporas.
Los de tipo levadura, que son los causantes de enfermedades como la candidiasis, que tiene
diversas formas de manifestarse según el área afectada. Se denomina levadura a cualquiera de los
diversos hongos microscópicos unicelulares que son importantes por su capacidad para realizar la
descomposición mediante fermentación de diversos cuerpos orgánicos, principalmente los azúcares o
hidratos de carbono, produciendo distintas sustancias.
Las micosis son mucho más frecuentes de lo que uno se puede imaginar y son muy molestas,
desagradables, contagiosas y algunas de ellas graves y muchas veces resistentes a los tratamientos. Las
micosis son infecciones producidas por distintas variedades de hongos que invaden la capa más
superficial de la piel, así como el cabello, los pelos y las uñas. Tienen la capacidad de causar

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enfermedades en el hombre y constituyen un grupo de afecciones de la piel muy comunes, con
tendencia a presentarse por lo general, en los meses de verano.
Los gérmenes productores de estas afecciones son, sin dudas, muy oportunistas; por tanto, estas
aparecen con una alta frecuencia entre diabéticos, pacientes con SIDA, cáncer o cualquier otra
afección debilitante y crónica.
Componen al grupo de afecciones comunes ambulatorias que pueden ser manejadas en la
atención primaria de salud.

Clasificación de Micosis

Una forma habitual de clasificar las micosis ha sido atendiendo a su localización


anatomoclínica, de acuerdo con los tejidos colonizados inicialmente. De acuerdo a ese criterio
podemos clasificar las micosis en:

 Superficiales (capas más externas de la piel y el pelo)


Pitiriasis versicolor
Pitiriasis capitis (Dermatitis seborreica)
Foliculitis en pacientes inmunocomprometidos

 Cutáneas (capas más profundas de la epidermis, los pelos y las uñas)


Dermatofitosis (Tiñas)
Candidiasis Cutánea
Candidiasis Mucocutánea

 Subcutáneas (implican la dermis, los tejidos subcutáneos, el músculo y la fascia)


Esporotricosis linfocutánea
Esporotricosis fija o dermoepidérmica
Esporotricosis Pulmonar primaria
Esporotricosis Osteoarticular

 Profundas o Sistémicas (implican órganos internos)


Histoplasmosis
Blastomicosis
Cromomicosis
Coccidioidomicosis
Paracoccidioidomicosis
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MICOSIS SUPERFICIALES

Son las micosis que afectan la capa córnea de la piel y la porción suprafolicular del pelo. La
pitiriasis versicolor es la micosis superficial más frecuente, siendo las demás muy raras en nuestro
medio.

Pitiriasis versicolor
Es una infección superficial crónica, no irritativa del estrato córneo producida por especies del
género Malassezia. Es una levadura lipofílica que coloniza la epidermis. Origina máculas serpiginosas
separadas, hiper o hipo pigmentadas en la piel del tórax, parte superior de la espalda y brazos. Las
lesiones parecen parches maculares de piel despigmentada indoloros, no pruriginosos y que causan
más problema estético que patológico. La piel afectada no se broncea bien y las lesiones resultan más
evidentes, por lo cual la consulta médica es más frecuente en verano.

La pitiriasis versicolor es una micosis muy frecuente y ampliamente distribuida entre la


población mundial, aunque su incidencia aumenta en los climas húmedos y cálidos, existiendo una
predisposición individual a padecerla. Su aparición se relaciona con la presencia de ciertos
aminoácidos y compuestos hidrófobos en la piel, así como con la disminución del recambio epitelial
en el estrato córneo.

Además de la pitiriasis versicolor, las especies del género Malassezia están implicadas como
agentes causales de otros cuadros clínicos:

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• Dermatitis seborreica y caspa (pitiriasis capitis): Áreas de piel enrojecida e inflamada,
recubierta de escamas grasientas de color amarillo, generalmente en cuero cabelludo, cara y tórax.
Tienen una evolución crónica y recurrente. En los pacientes con sida o síndrome relacionado puede
localizarse en las axilas con un cuadro muy florido de diagnóstico complejo.

• Foliculitis en pacientes inmunocomprometidos: Constituida por pápulas foliculares


pruriginosas y pustulosas en espalda, tórax y parte superior de los brazos.

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Tratamiento
Tópico mediante sulfuro de selenio al 2,5% en champú 7 noches con la posibilidad de
mantener unas aplicaciones de tipo profiláctico, 2 noches durante una semana al mes cada 3 meses,
también pueden usarse los imidazólicos en forma de gel.
También se puede realizar el tratamiento con imidazólicos o terbinafina en crema durante 2
semanas. Existe la posibilidad de utilizar tratamiento sistémico en casos muy rebeldes, con fluconazol
o itraconazol, 7 días. Se reservaría para casos muy extensos o rebeldes al tratamiento tópico.

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MICOSIS CUTÁNEAS

Dermatofitosis

Las infecciones cutáneas en el ser humano incluyen una amplia variedad de procesos en los que
pueden estar afectados la piel y sus anejos (pelos y uñas). El término dermatomicosis se refiere a
cualquier proceso micótico de la piel, y el de dermatofitosis, al causado por hongos dermatofitos.
Además de las infecciones primarias, en la piel también pueden encontrarse lesiones granulomatosas o
de otro tipo, como expresión de las metástasis de una micosis sistémica.
Las micosis cutáneas son las enfermedades más comunes de la piel, ya que se calcula que
cualquier persona padece una micosis cutánea entre 3 y 10 veces a los largo de su vida. Los hongos
que producen estas micosis, llamados dermatofitos, atacan solamente las capas más superficiales de la
piel, que están compuestas por queratina. La queratina es una proteína que le brinda a la piel cierta
dureza y resistencia contra la humedad, la fricción y los desgarros. La queratina es también el material
con el que se forman los pelos y las uñas. Los hongos dermatofitos justamente se nutren de la
queratina para su crecimiento.

Cuadros Clínicos de Dermatofitosis: Tiñas

La manifestación clínica de las micosis cutáneas, conocidas popularmente como tiña, varía
según si la infección se produce en ciertos lugares de la piel, del cuero cabelludo, de las uñas o de la
barba.
Los responsables de casi todas las micosis vesiculares agudas son el Trichophyton,
Epidermophyton y Microsporum, que aprovechan las condiciones de humedad y calor del verano y de
ciertos calzados para invadir la piel; la infección es frecuente en los sujetos que utilizan vestuarios y
duchas de clubes, donde pequeñas porciones de piel se desprenden de las personas infectadas y se
depositan sobre los pies de la víctima insospechada.

Clasificación de Dermatofitosis:
 Tinea Corporis (Cuerpo)
 Tinea Cruris (Ingle)
 Tinea Pedis (Pies)
 Tinea Capilatis (Cuero cabelludo)
 Tinea Manum (Manos)
 Tinea Barbae (Barba)
 Tinea Unguiüm (Uñas)

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Tinea corporis: La tiña de la piel es una de las micosis más frecuentes y se aprecia como un
parche de piel rojiza, con descamación y picazón intensa que aumenta con el calor y por la noche. En
el borde del área afectada se observan una pequeña ampollas, llamadas vesículas, que se rompen
rezumando líquido y dispersan la infección.

Tinea cruris: La tiña inguinal se refiere a la localización de la micosis en la ingle con las
mismas características de coloración, picazón y descamación. En todas estas tiñas también puede
agregarse lesiones de la piel por el rascado que obliga la picazón intensa, y en ocasiones estas
erosiones pueden dar lugar a una infección bacteriana sobreañadida que agrava aún más el cuadro y las
molestias.

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Tinea Pedis: Cuando ocurre en la piel entre los dedos de los pies, por el uso de medias
húmedas o por el contagio en duchas o piletas, se la conoce como tiña de los pies o pie de atleta. La
picazón es muy intensa y se puede observar la piel de color rojo, con descamación, grietas y fisuras. Si
el pie de atleta no es tratado convenientemente, suele ser el origen de la infección micótica de las uñas
de los pies, conocida como onicomicosis. Es ella, las uñas se vuelven frágiles, de color amarillente, se
engrosan y se desmenuzan fácilmente.

El pie de atleta puede presentarse en tres formas clínicas:


Forma crónica intertriginosa presentada como un infección interdigital seca, cuyos síntomas
son: picazón (en algunos casos), maceración blanquecina, grietas y fisuras con un olor característico y
descamación.
Forma aguda, generalmente plantar: prurito (en algunos casos), grietas e hiperqueratosis por
donde todo el pie se amolda al zapato. Es frecuente ver ulceraciones y costras en lugares de mayor
fricción.
Forma vesicular húmeda: con vesículas que nunca deben de ser explotadas intencionadamente.

Las micosis ungueales son de tratamiento dificultoso y lento. En general se recomiendan el


tratamiento que debe realizar el podólogo, quien sabrá recomendar lo que técnica y fármacos
corresponde a cada paciente
El proceso de curación de la uña micótica es lento debido a que los cambios se evidencian a
través del crecimiento. La uña nueva, es decir, la que aparece inmediatamente por debajo del repliegue
(donde se observa una semiluna blanquecina) es la que empujará, virtud al crecimiento, a la uña
contaminada por la micosis. Por tanto, cuanto más lento sea el crecimiento, más se retrasará la
curación.

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El crecimiento es más lento en invierno, en personas mayores y en paciente con enfermedades
de la circulación sanguínea. En esta última circunstancia también se altera la llegada de la medicación
al lugar de la infección lo que reduce, adicionalmente, la efectividad de los fármacos. Son casos donde
se adoptan tratamientos locales y por vía oral en forma conjunta.

Cuando existen dudas en la causa de una alteración ungueal sospechosa de micosis se indican
exámenes tendientes a corroborar o descartar la presencia de hongos.

Psoriasis alba
Existe una variante de pie de atleta, del tipo autoinmune, en la cual el sistema inmunitario ataca
los tejidos de la piel, en particular en el pie entre dígitos. La enfermedad autoinmune de la piel más
común es la psoriasis. Esta variante del pie de atleta es conmunmente subdiagnosticada, o mal
diagnosticada como una micosis cuando no lo es, siendo el tratamiento el mismo que en las
enfermedades autoinmunes; básicamente corticoesteroides o inmunosupresores.

Tinea Unguiüm: Cuando los hongos logran invadir la lámina gruesa ungueal se produce la
afección conocida como tiña de las uñas u onicomicosis. Este cuadro suele ocasionar dificultades a la
hora de intentar un tratamiento. Tanto las manos como los pies pueden ser afectados por esta
enfermedad, aunque es más frecuente en las uñas de los pies. La gran codicia de los dermatófitos por
esta estructura se debe en gran parte a su composición química por la queratina.
Usualmente no cursa con síntomas, siendo un problema mayormente cosmético al mostrar uñas
de coloración blanquecina o amarillenta, quebradas, frágiles y deformes. Al progresar la infección se
ve la separación de la lámina ungueal del lecho de la uña. Ocasionalmente se puede acompañar de
dolor, o incomodidad y raramente se observa celulitis de la piel vecina. El extremo distal de la uña es
la que se afecta con muchísima mas frecuencia, en menor frecuencia puede iniciar en el extremo
proximal o lateral.

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tinea pedis conjunta con tinea unguiüm

Tinea Manum: Cuando ocurre en la piel entre los dedos de las manos, superficie lateral de los
dedos y espacios interdigitales.

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Tinea Capilatis: Los hongos también pueden crecer en el cuero cabelludo, lo que se conoce
como tiña del cabello. Esta se caracteriza por la aparición de parches circulares de calvicie con
cabellos rotos o cortados al ras por la infección micótica. El cuero cabelludo está enrojecido y pica
intensamente, lo que frecuentemente origina nuevas lesiones por rascado.

Tinea Barbae: La tiña de la barba, similar a la del cuero cabelludo, se produce cuando
justamente los hongo colonizan la barba. Esta enfermedad es propia de los hombres adultos y afecta a
la cara y el cuello, en especial en áreas pilosas. Puede ser contagiada por el rasurado. Por esta razón
también recibe el nombre de "Tiña de los barberos".

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Consejos para evitar las micosis cutáneas:
• Lavar diariamente con agua y jabón las zonas de roce, como los pliegues.
• Evitar el restregado en excesos, para no destruir el manto ácido natural protector de la piel.
Evitar los baños prolongados (no deben ser superiores a diez minutos).
• Utilizar prendas de vestir de algodón que absorben el sudor.
• Mantener limpios los objetos de uso personal, como peines, cepillos, toallas, gorros,
sombreros, entre otros.
• Utilizar medias de fibra natural como el hilo o el algodón, no sintéticas.
• Evitar andar descalzo en lugares públicos húmedos como piscinas, vestuarios y jardines.

Tratamientos:
Las medidas farmacológicas pasan por los antifúngicos tópicos o sistémicos. Los tópicos
pueden dividirse a su vez en inespecíficos, poco utilizados actualmente, como la tintura de yodo y los
específicos que se presentan en los siguientes grupos:

• Alilaminas (naftifina y terbinafina)


• Azoles (bifonazol, butoconazol, clotrimazol, eberconazol, econazol, flutrimazol,
ketoconazol, miconazol, oxiconazol, ertaconazol, tioconazol)
• Polienos (ciclopiroxolamina, tolnaftato).

Los antifúngicos sistémicos son fundamentalmente cuatro: griseofulvina, itraconazol,


fluconazol y terbinafina.

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Candidiasis cutánea

La candidiasis es una infección fúngica de cualquiera de las especies Candida (todas las
levaduras), de las cuales la Candida albicans es la más común. También comúnmente referida como
una infección por levaduras.
La candidiasis abarca infecciones que van desde las superficiales, tales como la candidiasis oral
y vaginitis, hasta las sistémicas y potencialmente mortales. Las infecciones Candida de esta última
categoría también son conocidas como candidemias y son usualmente limitadas a personas
inmunocomprometidas, tales como pacientes con cáncer, trasplante, o SIDA como también pacientes
de cirugía de emergencia no traumáticas.
Las infecciones superficiales y de membranas mucosas por la Candida que causan inflamación
y malestar son comunes en la población humana. Aunque claramente atribuible a la presencia de
patógenos oportunistas del género Candida, la candidiasis describe una serie de diferentes síndromes
de enfermedades que usualmente difieren en sus causas y resultados.

La candidiasis afecta normalmente las zonas húmedas y cálidas de la piel y las mucosas, como
las axilas, la boca, uñas, el glande y la vagina; las erupciones cutáneas asociadas con el uso de pañales
suelen ser de este tipo. Representa un 25% de las micosis cutáneas.

La zona más frecuentemente afectada son los pliegues cutáneos donde la humedad crea un
hábitat adecuado para su supervivencia. Se puede manifestar como:

Intértrigo de grandes pliegues: localizado en axilas, ingle, surco interglúteo, pliegue


submamario y, en personas obesas, en el pliegue suprapúbico. Suele estar favorecido por la diabetes, el
alcoholismo o la obesidad.

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Erosión interdigital: infección localizada entre los dedos de las manos o de los pies.

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Candidiasis del pañal: afección del lactante localizado en los pliegues inguinales, suprapúbico
e interglúteo. Recomendaciones para prevenir esta afección: Mantener la piel seca, con cambio de
pañales cada menos de 3 horas (10 veces al día, inclusive en la noche); proteger la piel del área del
pañal con el uso de pastas o ungüentos con óxido de Zinc. Es conocida popularmente como Micosis en
“W”

Onicomicosis candidiásica: inflamación periungueal, con dolor y enrojecimiento y, en las


fases agudas, exudado purulento. Ésta es la forma más característica de onicomicosis candidiásica, que
es más frecuente en la mujer. En otros casos la paroniquia es crónica, con una uña engrosada,
endurecida, de color pardo, estriada, no friable e invasión de todas las capas de la lámina ungueal. Una
tercera forma es la onicolisis candidiásica con despegamiento de la lámina ungueal. En las lesiones
cutáneas el agente causal más frecuentemente aislado es C. albicans.

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Candidiasis Mucocutánea (infección de mucosas por la Candida spp)

Oral: Es una infección bucal caracterizada por la aparición de manchas blanco-cremosas en la


lengua y en otras superficies de la mucosa bucal como la cara interna de las mejillas o el paladar
blando. Pueden ser eliminadas dejando una superficie sangrante y dolorosa. Estas placas
pseudomembranosas están constituidas por células epiteliales descamadas, leucocitos, queratina, tejido
necrótico, bacterias e incluso, restos alimenticios.

Esofagitis por Candidiasis: Esta entidad se suele asociar a procesos malignos hematológicos
y al sida. La invasión del esófago suele producirse por diseminación directa de un foco bucal. Los
síntomas más comunes son la disfagia (dificultad para la deglución) y el dolor subesternal. El
diagnóstico definitivo se realiza mediante biopsia endoscópica o por cepillado esofágico siendo
necesario hacer el diagnóstico diferencial con una infección por herpesvirus, ya que la mayoría de los
pacientes son inmunodeprimidos.

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Candidiasis de mucosa gastrointestinal (no esofágica): La candidiasis intestinal es una
forma más de representación de infección del hongo “Candida albicans”. Esta infección se da cuando
existe una proliferación masiva de las Candidas que habitan el intestino. Sus principales síntomas son
el estreñimiento o diarrea, indigestión, hinchazón e intolerancias a distintos alimentos. A nivel
sistémico la candidiasis intestinal puede producir fatiga, pérdida de peso, depresión e irritabilidad.
Se asocia a procesos malignos y suele presentarse como una úlcera o un grupo de ellas, tanto
en mucosa gástrica como en intestino delgado o grueso. Al igual que en otras candidiasis mucosas, se
pueden observar las típicas placas blanquecino cremosas por endoscopia.

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Tratamiento: Una dieta adecuada para la candidiasis intestinal debe basarse sobre todo en
vegetales, frutas, alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, como legumbres, arroz o cereales
libres de gluten. La carne se recomienda blanca y si es roja ha de estar libre de grasa visible, para
evitar las digestiones pesadas, en caso de que hubiera inflamación del tracto digestivo.

Vulvovaginitis: Habitualmente cursa con leucorrea (secreción blanca) y placas


pseudomembranosas en la cavidad vaginal, aunque también la vulva, el periné y la región inguinal se
afectan con cierta frecuencia. Se acompaña de prurito y molestias locales que pueden originar
dispareunia (relación sexual dolorosa por irritación vaginal) y dolor en la micción. Se observa con
más frecuencia en pacientes diabéticas, gestantes o sometidas a terapia antibiótica.

Balanitis: Suele iniciarse con vesículas en el pene que evolucionan, en los casos intensos, a
placas pseudomembranosas, erosiones o pústulas superficiales en el glande y en el surco
balanoprepucial. Las lesiones pueden extenderse a escroto y pliegues, acompañándose de prurito y
escozor intenso. La Candida albicans es la especie aislada con mayor frecuencia. Los síntomas más
comunes son el ardor o quemazón después del coito. Puede afectar la región perianal, ingle y muslos.
Y en casos más graves el edema impide retraer el prepucio del pene.

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Tratamientos:

El tratamiento de la candidiasis se basa en cuatro pilares:


• Realización de un diagnóstico precoz y certero de la infección.
• Corrección de los factores facilitadores o de las enfermedades subyacentes.
• Determinación del tipo de infección candidiásica.
• Empleo de fármacos antifúngicos apropiados.

En el ámbito clínico, la candidiasis es comúnmente tratada con antimicóticos como por


ejemplo el clotrimazol tópico, nistatina tópica, fluconazol y ketoconazol tópico.
Por ejemplo, una dosis única de fluconazol (una tableta de 150mg por vía oral) ha sido
reportada de ser 90% eficaz en el tratamiento de una infección vaginal por levaduras. Esta dosis es
solamente eficaz para las infecciones vaginales por levaduras, otros tipos de infecciones por levaduras
podrían requerir diferentes dosis. En infecciones severas, se podría utilizar anfotericina B,
caspofungina, o voriconazol. Los tratamientos locales pueden incluir supositorios vaginales o duchas
vaginales medicadas. Se puede utilizar violeta de genciana para la lactancia materna con candidiasis,
pero cuando se utiliza en grandes cantidades este puede causar ulceraciones en la boca y la garganta de
los lactantes, y se ha relacionado con el cáncer de boca en los seres humanos y el cáncer en el tracto
digestivo de otros animales.

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MICOSIS SUBCUTÁNEAS

Son infecciones del tejido subcutáneo asociado a dermis y epidermis, causadas por hongos
saprofitos (que se nutren de células muertas) cuyo hábitat es el suelo y las plantas. Uno de los más
comunes es el hongo Esporothrix. Debido a que puede propagarse por las espinas de las Rosas, estas
micosis son popularmente conocidas como “enfermedad de los jardineros”. La puerta de entrada es la
inoculación traumática de material contaminado: astillas, espinas u otros objetos punzantes, por lo que
también se denominan micosis de implantación. Esta circunstancia permite agrupar a un conjunto
heterogéneo de infecciones causadas por hongos muy diversos y cuyo denominador común es la
puerta de entrada en el huésped.

Esporotricosis linfocutánea: Representa más del 75% de las distintas formas clínicas. La
primera lesión aparece en piel o tejido subcutáneo y de forma progresiva compromete los vasos
linfáticos drenantes. La pápula inicial se infiltra, dando lugar a un nódulo con tendencia a necrosarse y
ulcerarse. El fondo de la úlcera es rojo, granulomatoso y con frecuencia se cubre de una costra
serohemática. Al cabo de unas dos semanas aparecen otros nódulos a lo largo del trayecto linfático
principal. Los nódulos secundarios a lo largo del trayecto linfático suelen drenar espontáneamente. La

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evolución dependerá de la inmunorespuesta del huésped, virulencia de la cepa, tamaño del inóculo y
de la profundidad de la lesión.

Esporotricosis fija o dermoepidérmica: sólo hay una lesión. La infección es limitada y


menos progresiva. Los vasos linfáticos no suelen estar afectados y es más común en áreas endémicas.

Esporotricosis Pulmonar primaria: se observa en pacientes inmunodeprimidos, se adquiere


por inhalación y simula una tuberculosis cavitaria.

Esporotricosis Osteoarticular: forma diseminada en huesos y articulaciones. El hueso mas


afectado suele ser la tibia y la rodilla es la articulación que con más frecuencia se lesiona.

Tratamientos:
La Esporotricosis es tratada, por su eficacia y por ser económicos, con yoduros (por ejemplo
yoduro de potasio) por via oral. En casos de alergia a los yoduros, ciertos antimicóticos como el
Itraconazol son la elección. Otros como el ketoconazol y la Anfotericina B no son usados en estas
infecciones. El tratamiento de inmunosuprimidos e infecciones extracutáneas es por lo general
considerablemente difícil y son frecuentes las recaídas.

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MICOSIS PROFUNDAS

Las micosis profundas producen un cuadro clínico poco característico, haciendo muy difícil el
diagnóstico. Existen métodos para la detección del hongo, como por ejemplo examen microscópico
directo, cultivos y tinciones especiales.
Bajo la denominación de micosis profundas se incluyen las siguientes infecciones fúngicas:
• Micosis Profundas Sistémicas
• Micosis Profundas localizadas en un órgano, tejido o región anatómica.

Histoplasmosis: es una micosis sistémica, caracterizada por lesiones necrogranulomatosas, que


afecta a carnívoros, equinos y humanos por la infección con una de las tres subespecies del hongo
dimórfico Histoplasma capsulatum. No se trata de una enfermedad contagiosa que se pueda transmitir
entre personas o animales
Su manifestación en personas inmunocompetentes suele ser asintomática. Puede cursar con
cuadros parecidos a los de una neumonía con fiebre, falla respitatoria, y en un 20% aproximadamente
de los pacientes se llega a producir fallo renal y coagulopatía (deficiencia en la coagulación).

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Blastomicosis: es una enfermedad piogranulomatosa poco frecuente que afecta a humanos,
perros y gatos, producida por el hongo dimórfico llamado Blastomyces dermatitidis, encontrado
frecuentemente en el suelo y sobre maderas. Es endémica de regiones norteñas de América del Norte y
causa síntomas similares a la histoplasmosis.
Se produce una neumonía febril, con tos, astenia y disnea (dificultad respiratoria), primero de
esfuerzo y luego continua y progresiva; a menudo congestión e induración de los ganglios cervicales y
submandibulares.

Cromomicosis: Comúnmente llamada “Fiebre del Valle”, “Reumatismo del Desierto” o


“Enfermedad de la Posada”, es una infección crónica de la piel y de tejido subcutáneo, predominante
en miembros inferiores causada, sobre todo en el pie. En la mayoría de los casos es causada por
hongos dematiáceos (de pigmentación oscura) y parasitarios de los géneros Fonsecaea pedrosoi,
Phialophora verruscosa y Cladosporium carrionii.
Es considerada una infección poco frecuente, común en adultos mayores de 20 años y en
menor proporción en mujeres y niños aunque es cosmopólita; su prevalencia es considerable en
América latina. Las poblaciones más afectadas son las que habitan en zonas rurales en especial donde
la actividad laboral principal es la cría de caprinos entre quienes prevalece un constante riesgo de
traumatismo con la vegetación xerófita.

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La enfermedad se obtiene por inoculación (suelo o vegetación) traumática (raspones, puyazos,
cortadas) del hongo a la piel o a capas más profundas. Por ello es más frecuente ver las heridas
eritematosas en las piernas y brazos. La lesión se desarrolla localmente extendiéndose por contigüidad
y rara vez por vías linfáticas o hematógena causando lesiones metastásicas a distancia del sitio de
inoculación.
Así como ocurre con otras enfermedades micóticas, no se han reportado casos de transmisión
de un humano a otro. Ciertos matorrales como el cactus en el desierto tienen el hongo en sus espinas,
de donde es más fácil ser contragiado.

Criptococosis: es una enfermedad producida en personas y animales por hongos dimórficos


del género Criptococo. Se caracteriza por lesiones granulomatosas en pulmón con posterior
diseminación a tejido óseo, piel o sistema nervioso central, aunque se tienen reportes de identificación
en prácticamente cualquier órgano del cuerpo humano.
Las lesiones macroscópicas son de tamaño variable y aspecto tuberculoide, bastante sólidas de
textura y con cierta tendencia a la supuración. Las lesiones óseas tienden a situarse en epífisis y
uniones osteocondrales, y suelen desarrollar tractos fistulosos hacia el exterior.

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Paracoccidioidomicosis: es una micosis profunda por levaduras, sistémica y crónica
caracterizada por lesiones granulomatosas, que afecta principalmente a personas que tienen frecuente
contacto con la tierra. Produce infecciones pulmonares, úlceras granulomatosas en la nariz, boca y el
tracto gastrointestinal. No se trata de una enfermedad contagiosa que se pueda trasmitir entre personas
o animales.
Los pulmones son los sitios de infección primaria al inhalar dichas levaduras y fragmentos
miceliales del hongo. Estos son capturadas por los macrófagos pulmonares quienes diseminan al
organismo por el sistema reticuloendotelial. La inoculación directa en piel o mucosas no es común,
con excepción de quienes usan ramitas para limpiarse los dientes.

Tratamientos:
Son usados medicamentos Antifúngicos para el tratamiento de casos severos de histoplasmosis
aguda y todos los casos de histoplasmosis crónica y diseminada. El tratamiento típico para los casos
severos de la enfermedad comprende el tratamiento con anfotericina B, seguido por itraconazol por via
oral. El tratamiento con itraconazol necesitara ser continuado por al menos un año en casos severos.
En casos moderados, el itraconazol oral o ketoconazol son suficientes. La enfermedad
asintomatica usualmente no requiere tratamiento. La infección previa induce protección parcial contra
los efectos de la enfermedad si ocurre reinfección.

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El Itraconazol administrado oral es el tratamiento de preferencia en la mayoría de los casos de
blastomicosis. Las tasas de cura son elevadas y aunque el tratamiento, como en la mayoría de las
micosis, dura un período de varios meses, es una terapia tolerada por los pacientes. La anfotericina B
se considera más tóxica, de modo que solo se reserva para casos críticamente enfermos y en aquellos
que tengan afecciones del sistema nervioso central.

Para tratar la Paracoccidioidomicosis se utilizando compuestos azólicos, utilizándose con éxito


el Ketoconazol, a 400 mg/día, durante el primer mes, luego a 200 mg/día los siguientes 11 meses. El
Itraconazol a 100 mg/día, por un lapso de seis meses, parece determinar menos recaídas, pero su costo
es muy superior al Ketoconazol.

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APÉNDICE: Antimicóticos

Se entiende por antifúngico o antimicótico a toda sustancia que tiene la capacidad de evitar el
crecimiento de algunos tipos de hongos o incluso de provocar su muerte.
El principal problema de los antifúngicos, al igual que del resto de los antibióticos, es la
posibilidad de aparición de resistencias a los mismos por parte de los seres vivos objeto de su uso. En
los hongos se reconocen tres formas diferentes de resistencia a los antifúngicos, y al menos una de
ellas depende del contacto que hayan tenido previamente los hongos con las sustancias implicadas.
Así, el uso de productos inadecuados, a la dosis inadecuada, o durante un período de tiempo
demasiado corto, puede facilitar el cambio en las características del hongo y pasar de ser sensible a un
antifúngico a resistente al mismo. La similar estructura de muchos de los antifúngicos empleados hace
que presenten resistencia cruzada.

Los médicos hospitalarios han de enfrentarse a infecciones más complicadas y resistentes al


tratamiento, por lo que tienen especial cuidado en utilizar los antifúngicos, y en general todos los
antibióticos, de la forma más útil posible. Por ello en la mayoría de los hospitales se elaboran
protocolos y guías de uso de antifúngicos con la doble finalidad de curar la enfermedad lo antes
posible y evitar la aparición de nuevas resistencias.

Hay cuatros tipos principales de Antimicóticos:


• antimicóticos tópicos (cremas, polvo, lociones, spray)
• antimicóticos por vía oral (comprimidos)
• antimicóticos vía vaginal (óvulos)
• antimicóticos intravenosos

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Antimicoticos tópicos
Los antimicóticos tópicos pueden ser utilizados para tratar infecciones micóticas de la piel de
menor importancia, como la tiña, pie de atleta e infecciones del cuero cabelludo. Los antimicoticos
tópicos rara vez causan efectos secundarios, pero pueden aparecer ampollas, enrojecimiento, picazón o
irritación.
Los siguientes ejemplos son algunas de las marcas registradas más utilizadas en nuestro país:

Terbinafina

Lamisil®, Laboratorio Novartis Piecidex®, Laboratorio Andrómaco

Terekol® Laboratorio Panalab


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Clotrimazol

Empecid®, Laboratorio Bayer


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Miconazol

Deralbine®, Laboratorios Andrómaco


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Econazol

Micolis®, Laboratorio Roemmers


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Bifonazol/Difenhidramina

Piecidex®, Laboratorios Andrómaco


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Antimicóticos orales

Los antimicóticos orales se utilizan para tratar los casos más graves de la infección de la piel
por hongos o candidiasis. También se puede dar un tratamiento de antimicóticos orales que deben
tomarse si usted tiene un sistema inmune debilitado, ya que proporcionará protección contra una
infección micótica invasiva.
Ejemplos de antimicóticos orales son fluconazol, que se utiliza para tratar la candidiasis
vaginal, y el ketoconazol y el clotimazol, que se utilizan para tratar infecciones de hongos en las uñas
y la piel. La nistatina es utilizada como antibiótico antifúngico y está indicada en infecciones cutáneas
y mucosas originadas por la especie de hongo candida albicans: Candidiasis rino-faríngea, candidiasis
vulvo-vaginal y candidiasis digestivas.
Los efectos secundarios de los antimicóticos orales son: náuseas, dolor abdominal leve, la
diarrea, y indigestión. Estos efectos secundarios suelen ser leves y sólo duran un corto período de
tiempo. El daño hepático es un efecto secundario raro pero potencialmente grave de los antimicóticos
orales.
Los antimicóticos orales no se recomiendan generalmente para las mujeres que están
embarazadas o amamantando.

Los siguientes ejemplos son algunas de las marcas registradas más utilizadas en nuestro país:

Fluconazol

Mutum®, Lab. Raffo Micolis Novo®, Lab. Roemmers Ponaris® Lab. Panalab
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Clotrimazol

Empecid Gyno®, Laboratorio Bayer

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Terbinafina

Terekol® Laboratorio Panalab


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Itraconazol

Sporanox®, Laboratorio Janssen-Cilag


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Nistatina

Nistat®, Laboratorio Cevallos

Nistatina® Laboratorio BMS

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Antimicoticos por vía intravenosa

Los antifúngicos por vía intravenosa se utilizan para tratar infecciones fúngicas invasivas.
Como medida de precaución, también se dan a menudo a las personas que han tenido un trasplante de
médula ósea, porque estas personas son especialmente vulnerables a una infección micótica invasiva
(profundas).
Los agentes antimicóticos intravenosos más utilizado es el llamado amfotericina B. Se trata de
un medicamento de gran alcance que tiene un efecto tóxico en el cuerpo, por lo que sólo se utiliza
cuando se considera que los beneficios del tratamiento superan los posibles riesgos.

Los efectos secundarios comunes de la anfotericina B son: fiebre, escalofríos, temblores,


pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, respiración rápida.

La anfotericina B se administra solamente en el hospital de manera que los efectos adversos


pueden ser rápidamente detectados y tratados. La Anfotericina B es un antibiótico antifúngico, que
esta químicamente emparentado con la Nistatina y que fue descubierto en 1956. Se absorbe bastante
bien por vía intravenosa o por inhalación, pero muy mal por vía oral (concentraciones plasmáticas
inconsistentes). Además no se puede administrar por vía intramuscular. Estos mismo problemas se
suelen presentar con la Nistatina estructuralmente es muy semejante a la Anfotericina B, tiene el
mismo mecanismo de acción pero es algo mas toxica.

Anfotericina B

Amphotec®, Laboratorio Raffo Ambisome® Laboratorio Gilead Abelcet® Laboratorio B-Braun Bagó
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Antifúngicos del siglo XXI

El voriconazol, posaconazol, caspofungina, micafungina y anidulafungina son fármacos que


han visto la luz en este siglo.
Los dos primeros como perfeccionamiento de los derivados del núcleo triazólico ya existentes
(itraconazol) y los tres últimos como derivados de las equinocandinas, que posiblemente tengan grupo
propio en un futuro.
Moléculas en estudio y que aún no han sido aprobadas hay bastantes, en distintos estadios de
investigación. Entre ellas podemos destacar:

Albaconazol: Fármaco derivado del triazol, de investigación española, de espectro fúngico


similar al voriconazol. Al parecer presenta la ventaja de una alta difusión al líquido cefalorraquídeo
(15%), lo cual le daría un papel importante en el tratamiento de las meningitis y meningoencefalitis
fúngicas.
Icofungipen: Derivado sintético de la cispentacina, actuaría en el núcleo del hongo,
dificultando la síntesis de ácidos nucleicos. Esto tiene la ventaja de no presentar resistencia cruzada
con otros antifúngicos y de mejorar el perfil de interacciones y reacciones adversas al no actuar a nivel
del citocromo p450. Además, admite la vía oral. Su desventaja es que presenta un espectro de acción
muy reducido, por lo que también se están estudiando otras moléculas similares con el objetivo de
ampliar el espectro.

Mycograb: Es un anticuerpo recombinante humano contra la HSP90 fúngica (heat shock


protein 90). Se está probando asociado a otros antifúngicos para mejorar la actividad de éstos. Sería el
precursor de un nuevo grupo de moléculas que se intenta abrir en la investigación de nuevos
antifúngicos.

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BIBLIOGRAFÍA

• “Infecciones cutáneas micóticas” – Artículo Revista Dermatología - A. Martinez Roig (2005).

• “Micosis más frecuentes en nuestro medio” - Carmen Rubio Calvo, Joaquina Gil, Rafael
Benito Ruesca. - Revista Iberoamericana de Micologia (2001) - Asociación Española de
Micología.

• “Micosis Superficiales” – Artículo Revista Farmaceútica K@iros (2007).

• “Micosis Superficiales, Profundas y Sistémicas” - Rubén José Larrondo Muguercia, Aymée


Rosa González Angulo y Luis Manuel Hernández García. Artículo Revista Medicinal. Ciudad
de La Habana, Cuba.

• Artículo “Infecciones Vaginales por Cándida, Diagnóstico y Tratamiento” - Revista Peruana de


Ginecología y Obstetricia - Volmen 53 (2007) - Antonio Reynaud.

• “Medicamentos Antimicóticos” artículo página web Infodermatologia.com.

• “Tiñas y Pitiriasis, tratamiento y prevención” – Artículo Dr. L. Requena.

• “Pitiriasis versicolor – Dra. Carmen Padilla Desgarennes (2005) – Artículo de Revista


Dermatología de México.

• ”Enciclopedia Multimedia de Anatomía Humana” – John Reul, Bruce Banner – Segunda


Edición.

• Apuntes clases de Anatomohistología, carrera de Bioquímica, Universidad Nacional del Sur,


año 2005.

• Artículos de Micosis Superficiales y Profundas y Candidiasis, de la página web de Wikipedia.

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