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El inquietante RQD de Deere

“[…] el comportamiento de una obra de ingeniería en una masa rocosa atravesada por
discontinuidades viene seguramente más influenciado por el carácter de las superficies
que la forman y por el tipo de material de relleno, que por la mera presencia de las
discontinuidades.”
Deere, Don U. 1963, “Technical Description of Rock Core for Technical Purposes”.
La recuperación de un sondeo se define como el porcentaje de testigo obtenido respecto
de la longitud total del sondeo, y aunque para sondeos en suelo es un parámetro muy
útil, para sondeos en roca no se puede decir lo mismo, ya que en estos materiales la
recuperación suele ser casi siempre muy alta.
Buscando un índice que discriminara algo mejor esa recuperación, Don U. Deere
definió entre ¿1963? y 1967 su RQD, o Rock Quality Designation, como el porcentaje
de recuperación de testigos de más de 10 cm de longitud (en su eje, y sin tener en cuenta
las roturas debidas al propio proceso de perforación) respecto de la longitud total de
sondeo.
Este es el esquema de su artículo de 1988, idéntico al que aparece en la norma ASTM D
6032-02:
Como suele pasar en geotecnia, lo que triunfa es lo cómodo y fácil de usar (que sea más
o menos exacto, ya es otro tema) así que, en muy poco tiempo, el RQD pasó a formar
parte de las clasificaciones geomecánicas más habituales, aunque se debe tener en
cuenta que:
 No sirve para suelos, por mucho que algunos se empeñen
 Se desarrolló para rocas ígneas, por lo que falla bastante en rocas estratificadas
 No debe tenerse en cuenta en el caso de roturas por desecación, retracción o tensiones
longitudinales
 Depende de la dirección del sondeo
 Hay que saber usarlo con precaución
Bien, pues dicho todo lo anterior y a pesar de ser tan popular, si alguien se molesta en
consultar el artículo publicado por Deere en 1963, “Technical Description of Rock
Core for Technical Purposes [pdf, 7 MB]” comprobará que NO SE MENCIONA
PARA NADA EL RQD y que, además, es citado erróneamente por casi todos los
autores posteriores, desde Bieniawski hasta Barton, pasando por Hoek y Brown, que lo
sitúan en 1964, error que persiste en la Wikipedia (al menos, en el momento de escribir
esto, en marzo de 2010).
La historia completa aparece en una amena comunicación de 1985, de Elías García
González, por aquella época Director de Obra Civil de INECO, con el acertado título de
“Un parámetro geomecánico algo inquietante, el RQD [pdf, 2 MB]“, incluida en un
“Simposio sobre el Proyecto de Túneles” que organizó Manuel Romana en la E.T.S.
de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Valencia.
Se trata de una lectura muy recomendable para todo aquel que tenga curiosidad por
saber cómo aplicar el RQD, cuál es su rango de validez y cómo influyó en el resto de
clasificaciones geomecánicas posteriores, en la que se puede leer: “Por si puede
aclararnos esta cuestión del verdadero origen del concepto RQD hace unos días
escribimos a D. U. Deere, contándole lo esencial de esta historia“…
Curiosamente… tres años más tarde, en 1988, Deere publicó otro artículo titulado “The
Rock Quality Designation (RQD) in Practice [pdf, 9 MB]” en el que dedicó los
primeros párrafos a justificar por qué no aparecía el RQD en el artículo de 1963 y
remarcando que la primera aparición publicada del RQD fue en 1967, con una nota al
pie que dice “An incorrect reference inadvertently cited in this paper credited Deere
with the introduction of RQD in his 1963 paper“.

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