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El asma es una enfermedad respiratoria, caracterizada por inflamación crónica de las vías aéreas (bronquios),
que causa episodios recurrentes de sensación de falta de aire (disnea), pitos en el pecho con la respiración
(sibilancias), tos y sensación de opresión en el pecho.
El asma bronquial se caracteriza por una obstrucción reversible y ocasional de la vía aérea que, si no se trata
adecuadamente, puede llevar a una obstrucción permanente. Se asocia frecuentemente a otras patologías.
¿Por qué se produce?
Se sabe que en algunos casos las personas son sensibles a algunas sustancias que
inhalan. Estas se llaman alérgenos o desencadenantes, es así porque a concentraciones
muy bajas provocan una gran respuesta en los bronquios, cerrándolos (hay
hiperreactividad). Los desencadenantes pueden ser ácaros del polvo, pólenes, pelos de
animales, componentes del aire como el humo del tabaco o del ambiente, infecciones
respiratorias, pero también exposición al frío, emociones fuertes o el ejercicio.
¿Cuáles son las causas?
Lo es mucho en la infancia, en los niños el doble que en las niñas. Y afecta al 3-7% de los
adultos, pero varía según los países y tras la infancia afecta igual a ambos sexos.
No; hay varios tipos, unos padecen un asma extrínseco: tienen antecedentes de alergias
(rinitis, eczema o urticaria), se han descrito en ellos genes que les predisponen (hay más
de 25 distintos en varias poblaciones de afectos). Son genes que se relacionan con el
sistema de defensa del cuerpo, la inmunidad o modulan la inflamación. Suele aparecer
pronto y con un componente hereditario claro.
En muchos pacientes se sabe que un agente de los descritos produce la enfermedad y
se demuestra en ellos hipersensibilidad a esos alérgenos. Otros tienen asma intrínseco, se
inicia en mayores de 35 años, carecen esos antecedentes y las pruebas de
hipersensibilidad a los alérgenos son negativas. También hay formas solo
desencadenadas por infecciones respiratorias.
¿Cómo se expresa?
De varias maneras, son frecuentes las crisis de asma: son bruscas, antes de ellas se está
bien, en general de poca duración y auto limitadas. Casi siempre el enfermo queda bien
hasta la siguiente. En algunos persisten algunas molestias, por ejemplo dificultad para
respirar, falta aliento o sentimiento de que la respiración es trabajosa, lo que los médicos
llaman disnea. Su intensidad es variable, pueden ser leves o graves y su causa puede ser
conocida o no.
Otras veces duran en el tiempo, horas, son crisis graves que suelen acompañarse de color
azulado de labios (la sangre no se oxigena bien), sudoración, opresión en el pecho,
ansiedad y gran dificultad respiratoria; son una urgencia médica grave.
Otras veces es asma persistente o crónica: es más frecuente si se inició en adultos o
supone una mala evolución de las otras, la dificultad respiratoria se asocia a tos, es más
intensa de madrugada y requiere usar esteroides orales para controlarse.
¿Quién puede padecerlo?
Aunque el asma puede aparecer a cualquier edad, es más común que debute en la
infancia, edad en la que suele estar asociado a un componente alérgico.
Se asocian a la aparición de asma infantil los antecedentes de asma y tabaquismo en los
padres, sobre todo en la madre.
En adultos es más común la asociación con sinusitis, pólipos nasales y sensibilidad a la
aspirina o anti-inflamatorios relacionados con la aspirina.
También es habitual la inflamación bronquial, con la consiguiente hiperreactividad, en
relación con ciertas exposiciones ocupacionales (polvo de madera, metales, compuestos
orgánicos, resinas plásticas, etc).
¿Cúales son las patologías asociadas?
Los signos y síntomas de la neumonía varían de moderados a graves y dependen de varios factores,
como el tipo de germen que causó la infección, tu edad y tu salud en general. Los signos y síntomas
moderados suelen ser similares a los de un resfrío o una gripe, pero duran más tiempo.
❑ Los signos y síntomas de la neumonía pueden incluir lo siguiente:
❑ Dolor en el pecho al respirar o toser
❑ Desorientación o cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más)
❑ Tos que puede producir flema
❑ Fatiga
❑ Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor
❑ Temperatura corporal más baja de lo normal (en adultos mayores de 65 años y personas con un
sistema inmunitario débil)
❑ Náuseas, vómitos o diarrea
❑ Dificultad para respirar
Consulta con tu médico si tienes dificultad para respirar, dolor en el pecho, fiebre persistente
de 102 ºF (39 ºC) o superior, o tos persistente, sobre todo si tienes tos con pus.
Es muy importante que las personas que pertenecen a los siguientes grupos de riesgo
consulten al médico:
Adultos mayores de 65 años
Niños menores de 2 años con signos y síntomas
Personas con alguna afección de salud no diagnosticada o con el sistema inmunitario
debilitado
Personas que reciben quimioterapia o toman medicamentos que inhiben el sistema
inmunitario
Causas
Son varios los gérmenes que pueden causar neumonía. Los más frecuentes son las bacterias y los virus que
se encuentran en el aire que respiramos. Generalmente, el cuerpo evita que estos gérmenes infecten los
pulmones. Sin embargo, a veces, estos gérmenes pueden ser más poderosos que tu sistema inmunitario,
incluso cuando tu salud en general es buena.
La neumonía se clasifica de acuerdo con el tipo de germen que la causa y el lugar donde tienes la
infección.
❖ Neumonía adquirida en la comunidad.
➢ Bacterias.
➢ Organismos tipo bacteria.
➢ Hongos.
➢ Virus.
❖ Neumonía adquirida en el hospital.
❖ Neumonía adquirida por cuidado de la salud.
❖ Neumonía por aspiración.
Factores de riesgo
La neumonía puede afectar a cualquiera. Pero los dos grupos de edades que presentan el mayor riesgo de padecerla
son los siguientes:
Niños de 2 años de edad o menores
Personas de 65 años de edad o mayores
Estar hospitalizado. Tienes un mayor riesgo de contraer neumonía si te encuentras en la unidad de cuidados intensivos
de un hospital, especialmente, si estás conectado a una máquina que te ayuda a respirar (ventilador).
Enfermedad crónica. Eres más propenso a contraer neumonía si tienes asma, enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC) o una enfermedad cardíaca.
Fumar. El fumar daña las defensas naturales que tu cuerpo presenta contra las bacterias y los virus que causan
neumonía.
Sistema inmunitario debilitado o suprimido. Las personas que tienen VIH/SIDA, que se han sometido a un trasplante de
órganos o que reciben quimioterapia o esteroides a largo plazo están en riesgo.
Complicaciones
Vacúnate.
Asegúrate de que los niños se vacunen.
Practica una buena higiene.
No fumes.
Mantén fuerte tu sistema inmunitario.
Código de evacuaciones.
Hepatitis
La hepatitis es una inflamación del hígado. La afección puede remitir espontáneamente
o evolucionar hacia una fibrosis (cicatrización), una cirrosis o un cáncer de hígado. Los
virus de la hepatitis son la causa más frecuente de las hepatitis, que también pueden
deberse a otras infecciones, sustancias tóxicas (por ejemplo, el alcohol o determinadas
drogas) o enfermedades autoinmunitarias.
La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos
contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen de ordinario por el contacto con
humores corporales infectados. Son formas comunes de transmisión de estos últimos la
transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos
invasores en que se usa equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión
de la madre a la criatura en el parto o de un miembro de la familia al niño, y también el
contacto sexual.
Tipos más comunes.
Hepatitis BInfección grave del hígado causada por el virus de la hepatitis B que se puede
prevenir fácilmente mediante una vacuna.
Hepatitis CInfección causada por un virus que ataca al hígado y provoca inflamación.
Hepatitis alcohólicaInflamación del hígado ocasionada por la ingesta excesiva de
alcohol.
Hepatitis autoinmuneInflamación hepática que se produce cuando el sistema
inmunológico ataca al hígado.
Hepatitis DEnfermedad hepática grave ocasionada por la infección con el virus de la
hepatitis D.
Hepatitis AInfección hepática muy contagiosa ocasionada por el virus de la hepatitis A.
Hepatitis EEnfermedad hepática ocasionada por el virus de la hepatitis E.