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Estudiante: Aldo Marcelo Arias Andrade

Aula: 3D-2
Materia: Derecho Procesal C.

Practica

El marco normativo Nacional


Es nuevo en Bolivia. Hasta antes de la década de los 90 y, especialmente, de la
reforma constitucional de 1994 no estaba articulado y obedecía a una lógica de
lucha, casi exclusivamente, unilateral. Sus principales actores eran, por un lado,
organizaciones ligadas a la Iglesia Católica, sectores sociales y organizaciones
civiles abiertamente ideologizadas y contestatarias al poder público y, por las
otras, ciertas instancias de la administración pública, generalmente lideradas
por los organismos de seguridad.
En este proceso, el tribunal debe enfrentar concepciones radicales de
soberanía arraigadas en el país, pero también en sus propios miembros;
controvertir dogmas para brindar una mejor protección a los derechos
fundamentales; y generar y enfrentar contradicciones. El Tribunal
Constitucional, como órgano de protección de los derechos humanos, se
transforma en un articulador entre la justicia doméstica y la supranacional, entre
el derecho constitucional y el derecho internacional y entre un pasado histórico
de inseguridad jurídica y un presente -y futuro- comprometido en dar muestras
de cambio.

El marco normativo internacional


Bolivia es parte de los siete principales tratados sobre derechos humanos en el
ámbito universal: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (de su
Primer Protocolo Facultativo, mas no del segundo), Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, Convención contra
la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (no del
protocolo), Convención sobre los Derechos del Niño (sólo de uno de los dos
protocolos), Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (y de su protocolo) y Convención Internacional
sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de
sus Familiares. De igual forma, el Estado boliviano es parte de otra serie de
tratados referidos a derechos humanos que fueron adoptados bajo el auspicio
de la Organización de las Naciones Unidas (en adelante ONU) y de la
Organización Internacional del Trabajo. En el plano regional, Bolivia ha
ratificado o se ha adherido a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (sin embargo, no lo hizo respecto a sus dos protocolos), a la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, a la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer y a la Convención Interamericana para la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad. De otro
lado, es necesario que todas las institucionales nacionales de protección y
promoción de los derechos humanos, públicas y privadas, revaloricen el DIDH
que hasta ahora no ha dejado de ser una esfera secundaria y extraña, hasta
exótica. En el ámbito público y ante la desaparición del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, el Poder Ejecutivo tiene que crear la instancia permanente
y especializada que se encargue de las relaciones con los órganos
internacionales y regionales de supervisión de los tratados y con otros que
operan extra convencionalmente. En el ámbito privado, es necesario que las
instituciones defensoras de derechos humanos continúen, en unos casos, con

el papel activo de seguimiento a los compromisos del Estado en materia de


DIDH y a las recomendaciones de los comités y, en otros, que empiecen a
utilizar con frecuencia los mecanismos de petición internacional.
La reelección como un derecho Humano
Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos
(OEA), envió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la
Corte Interamericana y al Comité Jurídico Interamericano el informe final que la
Comisión de Venecia que sostiene, entre otros puntos, que la reelección no es
un derecho humano, argumento en el que se respaldó el Tribunal Constitucional
Plurinacional (TCP) para habilitar la candidatura de Evo Morales para las
elecciones de 2019.
Almagro, en un video publicado en Twitter y basado en el informe de la
Comisión de Venecia, sostiene que la reelección no es un derecho humano
adquirido y que impedir este proceso no limita los derechos de los candidatos o
de los votantes. El envío de este documento por parte del secretario general de
la OEA coincide con el anuncio realizado este lunes por un grupo de
legisladores de oposición de remitir el mismo informe a la CIDH como prueba
contra los argumentos que dieron luz verde a la candidatura de Morales.
El actual presidente de Bolivia, por los resultados del referéndum del 21 de
febrero de 2016, no podía habilitar su candidatura a las elecciones de 2019,
pero un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), el 28 de noviembre
de 2017, reconoció la reelección indefinida como un derecho humano,
habilitándolo como aspirante a la Presidencia.

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