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de una misma disciplina o código, ni de que el filme sea sometido contractualmente a ese
origen (porque no son lenguas del mismo formato, sino dos formatos). Toda transposición
requiere al menos una franja de independencia que podrá ensancharse o angostarse
según el criterio elegido, pero que es consustancial a la operación misma de transponer.
Problemas generales
“En la narrativa escrita comenzamos con la conciencia del heroe y tenemos que construir,
partiendo de esa conciencia, el mundo social y fisico que ese heroe habita, mientras en el
cine la situacion es inversa, porque el cine solo puede mostrarnos objetos, cosas,
personas. Nuestra actividad al mirar un filme consiste en inferir esa conciencia del heroe,
ya que sabemos mas”
El estilo de escritura de los primeros autores (ver pag 40) es lo que no logra
equivalencias: ni la polifonía y los modos de hablar de Puig y Raschella, ni la manera
asociativa de Lamborghini, ni la dilatación aletargada y porosa del tiempo de Saer, ni las
elipsis vertiginosas de silvina Ocampo. En todos ellos. La transposición obliga a un trabajo
de desmontaje y reconstrucción, nunca de analogías de traspaso.
Hay cierta aproximación especulativa que conduce a creer que hay escritores que “vieron”
sus novelas imaginándolas películas.
a- Extensión o economía
La idea de que transponer un texto breve implica un ejercicio gimnástico (el relato literario
como un musculo que hay que tensar) suele olvidad que la brevedad muchas veces tiene
fundamento. Ese fundamento está en la justeza del tono y en la voluntad del autor de
escamotear datos sobre los personajes para que sea el lector quien complete el sentido e
imagine los vacíos de la narración.
El cine como medio estético autónomo no pierde sus rasgos esenciales por el solo hecho
de que el dialogo ocupe un lugar d entro de esa amalgama de materiales.
Dialogo como monologo, dialogo polémico, dialogo didáctico o dialogo dialectico, las
cuatro variantes posibles de uso.
“el dialogo natural de escenario es inflado para que parezca natural en pantalla. Para ser
usado en cine tiene que ser despojado hasta el hueso, reducido a la función normal de la
lengua, lo cual en nueve de cada diez casos, es una concomitante de la acción y no su
sustituto”
“lo que se pretende no es que un guion cinematográfico deba leerse igual que una novela
o una obra teatral. Atendiendo al rol importante que juega el dialogo en una película, me
refiero a las palabras no como son escritas, sino como son dichas”
Obviamente cuando quien emplea esos diálogos literarios es un escritor dentro del filme,
pareciera que está mas permitido, o que aumenta el umbral de tolerancia.
A veces hay diálogos literarios que se sostienen por el peso del momento. El centro deja
de estar en la modalidad discursiva (monologo, soliloquio) y pasa a estar en el personaje
que dice el dialogo y el momento dramático elegido por los directores para incluir esos
textos, el centro no esta en el tipo de uso de la lengua, sino en la justificación de esas
elecciones. (mis recuerdos se perderan como lagrimas en la lluvia, por ejemplo)
c- La voz off. Distintos modos en que una entidad narrativa presente o ausente
refiere ciertos acontecimientos o percepciones sin que la veamos en el momento
preciso en que los narra.
d- El monologo interior y los discursos sobre el pensamiento
El monologo interior consigue una cercanía afectiva con el personaje, mientras que con
frecuencia la voz off consigue mas distancia que identificación. Por que ocurre esto? Seria
demasiado obvio hablar del pacto privado inherente al formato literario, por lo que aludiré
al mecanismo del cine, donde el hecho de que el espectador vea al personaje hablando
no es equivalente a oírlo sin que se lo vea.
Narradores y puntos de vista en psicosis por ejemplos. Por que no se muestra la cara de
mamá Bates, por qué se coloca la cámara en tal o cual posición y cómo para reforzar el
hecho de no mostrar su cara se enfoca a los personajes que la/lo ven.
Lo que queda no es la obra literaria sino el modo en que el director leyó o interpreto ese
material para construir a partir de él una película.
Hablar de fidelidad posible en el caso de El exorcista alude mas bien a que la vocacion de
aprovechamiento material es ostensible, si se advierte que Friedkin atesoró cada
peripecia y cada uno de los estadios narrativos, aun abreviando varios dialogos o
limitando la visita clave del padre Karras a la biblioteca, o el proceso de intelección de la
cinta con la extraña lengua de Regan.
La ensayista Luisela Alvaral afirma que hay solo dos caminos para abordar un texto
literario al cine: o bien sacrificar los pasos y la cronologia de la historia para extraer y
hacer vivir sus ideas y sensaciones conservando una intensidad similar al texto original, o
ser absolutamente fiel al relato y sus significantes y hacer una suerte de representación
ilustrativa, una obra que conserve la fidelidad con el hilo narrativo, la época, las
circunstancias y los personajes del original.
Es obvio que la fidelidad rotunda es solo un supuesto del analista, o un fantasma que
persigue vanamente quien transpone el material de un formato a otro.
En la pelicula Un tropiezo llamado amor se refuerza el antiguo axioma que afirma que en
la pelicula se debe narrar mas deprisa, porque el tiempo lo define el director y no el
espectador, al reves de lo que ocurre con una novela, en donde es el lector quien define
el tiempo.
David Lean discutia con sus guionistas si debía dejar en pie el puente como en la novela
de Pierre Boulle, o si debía derribarlo, decisión que intuía mas próxima al tipo de película
que deseaba hacer en El puente sobre el rio Kwan. Pero Lean se encargo de explicar que
él no quería reproducir la ironia que prevalecía en el texto, sino hacer solo un filme de
aventura, y desde esta decisión podemos comprender los cambios. Resumido, podría
plantearse asi: que haya transformaciones es inevitable en el proceso de transponer un
texto al cine, pero su productividad va a depender del criterio que las anima.
Fidelidad insignificante o improductiva tampoco quiere decir pereza o falta de rigor, pero sí
que el trabajo deriva en una laboriosidad equívoca, que no consigue pensar en la
literatura ni consigue pensar en el cine, que ve a ambas disciplinas como vehículos, como
receptáculos de un argumento que perdió su autonomía literaria y no trepó hacia una
autonomía cinematográfica. Los casos de fidelidad insignificante terminan dibujando una
zona de nadie, tan neutra y anónima como una obra sin autoría ni firma ni estilo.
En una novela es distinto un narrador omnisciente invisible de uno que se presenta como
existente en un filme de ficción. Si hay una voz off inmediatamente nos genera el deseo
de ver al personaje que habla.