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INSUFICIENCIA SUPRARRENAL
Y SÍNDROME DE CUSHING
Dirigido por
M. Ángeles Aniel-Quiroga
M. Jesús Martínez de Osaba
Eugenio Berlanga Escalera
Comité de Comunicación de la
Sociedad Española de Bioquímica Clínica
y Patología Molecular
© Reservados los derechos de autor
Editado por: Comité de Comunicación de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular
Padilla, 323, despacho 68 - 08025 Barcelona
Teléfono: 93 446 26 70 - Fax: 93 446 26 72
Correo electrónico: secre@seqc.es
ISBN: 84-89975-43-4
Octubre 2011
Comité Científico de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Pato-
logía Molecular
Comisión de Hormonas
Elías Álvarez García (Presidente)
Ángeles Aniel-Quiroga Rodríguez
Laura Audí Parera
Eugenio Berlanga Escalera
Ignacio Pedro Constanso Conde
Concepción García Lacalle
María Luisa Granada Ybern
Nieves López Lazareno
María Jesús Martínez de Osaba Madariaga
Montserrat Mauri Dot
María Eugenia Torregrosa Quesada
Comité de Comunicación
Felipe Antoja Ribó
M.ª del Mar Calvo Marval
M.ª del Patrocinio Chueca Rodríguez (Presidenta)
Roser Ferrer Costa
José Manuel González de Buitrago
Anna Padrós Fluvià
Belén Prieto García
Eulàlia Urgell Rull
Índice de autores
Presentación .................................................................................... 13
12
Presentación
1. Introducción
16
2.2 Hipófisis
19
2.3 Hipotálamo
21
(J Clin Invest 2001 108:1563-66)
4. Síntesis de glucocorticoides
25
27
El receptor GR-β parece que regula la expresión del gen por un efecto
inhibidor dominante de GR-α, es decir antagoniza la transcripción estimu-
lada por GR-α. Generalmente, GR-β se expresa a niveles mucho más bajos
que GR-α, pero en algunas situaciones patológicas aumenta su expresión,
lo que se relaciona con una sensibilidad disminuida a glucocorticoides.
Se han descrito mutaciones del gen del receptor de glucocorticoides que
dan lugar a situaciones de resistencia o hipersensibilidad a esta hormonas
(15).
Otro mecanismo capaz de modificar la disponibilidad del cortisol para
unirse al receptor y por tanto su actividad a nivel de diferentes tejidos es la
interconversión de cortisol en cortisona por acción de la enzima 11β-
hidroxiesteroide deshidrogenasa (11β-HSD). Esta enzima tiene dos isoen-
zimas. La 11β-HSD1 tiene actividad principalmente reductasa, cataliza la
conversión de cortisona, que no se une al receptor, en cortisol, aumentan-
do la cantidad de cortisol disponible, tanto a nivel circulante como, de una
manera más acentuada, a nivel del los tejidos en los que se expresa. Esta
enzima se expresa ampliamente en hígado, pulmón, tejido adiposo, cere-
bro, gónadas, hueso, músculo y otros tejidos que expresan receptor de
glucocorticoides. El sustrato para esta actividad reductasa es el NADPH
generado por la hexosa-6 fosfato deshidrogenasa (H6PDH). La 11β-HSD2
se expresa fundamentalmente en riñón, cataliza el paso de cortisol a corti-
sona que no se une al receptor de mineralocorticoides presente en riñón
28 por lo que anula el efecto mineralocorticoide del cortisol a nivel renal y
permite la acción de la aldosterona a ese nivel. Esta isoenzima 2 se expre-
sa también en la glándula parótida, el cortisol libre entra por difusión pasi-
va en la parótida por lo que el nivel de cortisol en saliva es un reflejo del
cortisol libre en sangre. La 11-BHSD2 transforma en la parótida cortisol en
cortisona por lo que el nivel de cortisol en saliva es aproximadamente la
mitad que en sangre.
Actualmente, se encuentran en desarrollo inhibidores de la 11-BHSD1 o de
sus cofactores con el objetivo de su uso clínico en varias patologías como
diabetes, síndrome metabólico, osteoporosis y alteraciones de la capaci-
dad cognitiva (16).
Bibliografía
1. Introducción
2. Cortisol en suero
4. Cortisol en orina
37
2
La excreción urinaria de cortisol por m de superficie corporal permanece
constante a lo largo de la vida por lo que no es preciso utilizar valores de
referencia específicos para la edad o en individuos obesos.
Por último, la medida del CLU no es útil en la evaluación del hipocortiso-
lismo.
5. Hormona corticotropa
• Condiciones preanalíticas
• Aspectos metodológicos
6. Estrategias diagnósticas
8. Resumen
1. Introducción
2. Pruebas de confirmación
Bibliografía
54
Capítulo 4
1. Introducción
Hipotálamo Hipotálamo
CRH CRH
Hipófisis Hipófisis
ACTH ACTH
Suprarrenal Suprarrenal
Cortisol
Cortisol
Hipotálamo Hipotálamo
CRH CRH
56
Hipófisis Hipófisis
ACTH ACTH
Suprarrenal
Suprarrenal
Cortisol Cortisol
Basado en una figura de Wiebbke Arlt, Bruno Allolio. Lancet 2003; Vol 361:1881-93
2. Etiopatogenia
1. Disgenéticas
2. Fallo en la esteroidogénesis
3. Destructivas
Se descarta
Respuesta positiva insuficiencia
suprarrenal
Respuesta negativa
deficiencia de corticotropina
58
No incremento de
Incremento de corticotropina Test de corticoliberina
corticotropina
Insuficiencia Insuficiencia
suprarrenal Suprarrenal
terciaria secundaria
Los antígenos hacia los que va dirigida la respuesta autoinmune son varia-
bles. En los casos de IS en adultos existen autoanticuerpos frente a la en-
zima 21-hidroxilasa dependiente del citocromo P450, mientras que en las
IS familiares son las enzimas 21a-hidroxilasa y colesterol desmolasa las
que sufren preferentemente la agresión autoinmune. Los autoanticuerpos
contra la 21-hidroxilasa pueden inhibir de forma variable la actividad bio-
lógica de la enzima y contribuir al fallo suprarrenal.
En la evolución hacia la IS de los pacientes con anticuerpos adrenales (AA)
positivos se han descrito distintos estadios. Inicialmente se produciría un
aumento de la actividad de renina plasmática (ARP) con o sin descenso de
la aldosterona sérica y sin clínica de IS (estadio I). A continuación se pro-
duciría una respuesta ausente o reducida de cortisol a ACTH (estadio II).
Algunos enfermos se mantendrían en esta fase subclínica y otros progresar-
ían al estadio III (aumento de ACTH) o al IV (IS clínica). Por tanto, es la
zona glomerular la más precozmente afectada en la IS de origen autoin-
mune.
Se ha descrito la remisión espontánea de casos de IS subclínica con des-
aparición de los AA y recuperación de la normalidad funcional, por lo que
este proceso no es irreversible y sólo podrán considerarse los AA predicti-
vos de IS cuando presenten títulos muy elevados de forma persistente. Estas
remisiones parecen favorecerse por el tratamiento con esteroides a altas
dosis.
La IS autoinmune puede presentarse aislada o como parte del síndrome
poliglandular autoinmune (SPA) de tipo I y II (5). El SPA tipo I se transmite
de forma autosómica recesiva y afecta por igual a ambos sexos. Se pre-
senta antes de los 15 años de edad con candidiasis mucocutáneas, hipo-
paratiroidismo y enfermedad de Addison. El SPA tipo II es más frecuente
que el anterior y se transmite de forma autosómica dominante, con presen-
tación espontánea en el 50% de los casos. Aparece en edades más avan-
zadas que el anterior (20-40 años) y con preferencia en las mujeres. Fre-
cuentemente se asocian anemia perniciosa, diabetes tipo I, tiroiditis. En
asociaciones pueden presentarse conjuntamente o diferirse a lo largo de
los años.
59
2.3 Insuficiencia suprarrenal secundaria
Secundaria
• Panhipopituitarismo
• Déficit aislado de ACTH
• Inhibición del eje hipotálamo- hipofisario
o Tratamientos esteroideos
o Postcirugía adenoma hipofisario o suprarrenal
• Shock séptico
• Postoperatorio
• SIDA
Periférica
• Resistencia periférica a glucocorticoides
o Congénita
o SIDA
3.2 Insuficiencia suprarrenal aguda
Es una situación clínica grave que se confirma con unos niveles de cortisol
< 5 µg/dL. Si posteriormente se analizan los niveles de ACTH y son ele-
vados se confirma el diagnóstico de insuficiencia suprarrenal primaria. En
situaciones muy incipientes o iniciales de la insuficiencia se pueden obtener
niveles de cortisol sérico dentro de los límites normales y en estos casos
para poder tener confirmación del diagnóstico se haría un test rápido de
estimulación con ACTH. Cuando el valor del cortisol no tiene un incremen-
to > 7 µg/dL sobre la cifra basal o no tiene un valor absoluto > 18 µg/dL
se confirma la insuficiencia suprarrenal primaria. Si el test rápido no da
unos resultados claros se puede realizar un test prolongado de ACTH du-
rante dos días, si los niveles de cortisol siguen siendo < 5 µg/dL se confir-
ma el fallo primario adrenal, cualquier cambio en los niveles de cortisol
indicarían que hay producción endógena por parte de la glándula supra-
rrenal Si los anticuerpos antiadrenales resultan positivos se confirmaría es
origen autoinmune se la insuficiencia suprarrenal.
Cuando los niveles bajos de cortisol sérico se acompañan con unos niveles
normales o bajos de ACTH, probablemente estamos ante un déficit de
ACTH lo que indica una insuficiencia suprarrenal secundaria. En este caso
para confirmar el diagnóstico se haría un test rápido ACTH o un test de
hipoglucemia insulínica. La hipoglucemia insulínica es un potente estímulo
central para la liberación de CRH que induce la producción de ACTH y
por lo tanto la síntesis de cortisol. Según algunos autores la hipoglucemia
insulínica sólo está indicada cuando hay sospecha de deficiencia reciente
de CRH o ACTH y el test rápido de ACTH podría ser falsamente normal.
En pacientes con sospecha de déficit de ACTH la hipoglucemia insulínica
nos permite evaluar la respuesta del cortisol y de la hormona de crecimien-
to. Para diferenciar si el déficit de ACTH es de origen hipofisario o hipo-
66 talámico se puede realizar un test de CRH, si no hay incremento de los
niveles de ACTH se confirma el déficit a nivel hipofisario, en cambio si se
produce respuesta al estímulo, el fallo estaría a nivel hipotalámico.
Bibliografía
1. Introducción
Durante las últimas décadas, una de las áreas más controvertida en los
pacientes graves, es el papel de la insuficiencia suprarrenal (IS) y la posibi-
lidad de su tratamiento. Aunque este tema ha sido muy debatido durante
años de investigación, no se ha podido alcanzar un consenso respecto a
la respuesta adrenal adecuada en el paciente grave ni a la identificación
de pacientes candidatos al tratamiento con glucocorticoides. Incluso no
hay acuerdo unánime en cuanto a la dosis de corticoides a administrar ni 69
a la duración del tratamiento.
2. Aspectos fisiológicos
71
Mark S. Cooper, M.D., and Paul M. Stewart, M.D. Corticoid insufficiency in acutely ill patients. N Eng
J Med 2003;348:727-34.
Hay una serie de factores que complican el estudio del eje HHS en el
paciente grave. Los niveles de cortisol varían en función del tipo y severi-
dad de la enfermedad, dificultando el establecimiento de valores de refe-
rencia generales. Los niveles más elevados se suelen encontrar en los casos
más severos, si bien, tanto los niveles altos como bajos suelen asociarse a
mal pronóstico.
Las pruebas para determinar la integridad del eje, como el test de hipoglu-
cemia insulínica (considerado como el gold estándar) o el test de metira-
pona, no se realizan en estos pacientes por ser inseguros, potencialmente
peligrosos y proporcionar datos difíciles de interpretar, por lo que el dia-
gnóstico de IS se hace en base a medida aleatoria de cortisol y a pruebas
de estimulación con ACTH.
A pesar de la correlación entre los niveles de cortisol y la severidad de la
enfermedad, es difícil estimar la respuesta adecuada en el paciente grave.
Es más fácil identificar un umbral mínimo por debajo del cual es posible
que haya IS y un nivel máximo por encima del cual es improbable esta
entidad, y en este sentido se han propuesto diferentes niveles aunque nin-
guno es satisfactorio completamente (12). Los niveles mínimos propuestos
oscilan entre 10 µg/dL (276 nmol/L) y 34 µg//dL (938 nmol/L).
La opinión general es que con valores de cortisol aleatorio superiores a 34
µg//dL es poco probable la existencia de IS. Por el contrario, la IS es
bastante probable en pacientes con cortisol basal inferior a 15 µg//dL
(414 nmol/L). Para pacientes con valores entre 15 y 34 µg//dL, una
respuesta pobre a la estimulación con ACTH puede orientar a la posibili-
dad de IS (8). Al menos entre los pacientes con shock séptico, estos crite-
rios parecen identificar a pacientes que se pueden beneficiar de tratamien- 77
to sustitutivo (13). Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos valores
son arbitrarios, puesto que los niveles de cortisol circulante reflejan par-
cialmente la acción a nivel tisular.
En relación con el test de estimulación con ACTH, tampoco hay criterios
unánimes. En un estudio llevado a cabo en pacientes graves se establecen
3 grupos con diferente pronóstico en relación con la respuesta observada
en este test. Establecen que los pacientes con shock séptico con un nivel de
cortisol basal superior a 34 µg/dL y un aumento menor o igual a 9 µg/dL
tras 250 µg de ACTH se asocian con la mayor mortalidad, seguidos de
aquellos que tienen niveles basales mayores de 34 µg/dL con aumento
mayor o igual a 9 µg/dL tras ACTH. La mortalidad más baja se asocia a
los casos con cortisol basal inferior a 34 µg/dL y aumento de más de 9
µg/dL tras ACTH. En otras palabras, el nivel de cortisol basal alto asocia-
do con respuesta a la ACTH baja es lo que condiciona un peor pronóstico
(10).
En otro estudio estipulan que el 50% de mortalidad en pacientes con shock
séptico se alcanza con incrementos de cortisol de 13,4 µg/dL y con res-
puestas más bajas aumenta la mortalidad (14). En un tercer estudio se
observó 100% de mortalidad en pacientes con respuesta del cortisol infe-
rior de 9 µg/dL, y sólo 32% de mortalidad con respuestas superiores a 9
µg/dL. Todos estos trabajos apoyan la hipótesis de que la magnitud del
cambio de cortisol tras la administración de ACTH puede tener un valor
predictivo respecto a la mortalidad (9).
En general, la mayoría de los autores establecen que el hallazgo de valo-
res de cortisol basal inferiores a 15 µg/dL con un incremento inferior a 9
µg/dL tras ACTH o de cortisol aleatorio inferior a 25 µg/dL, son los mejo-
res valores de corte para diagnóstico de IS en el paciente grave, mientras
que valores basales de 34 µg/dL con incrementos de 9 µg/dL son los que
mejor discriminan entre supervivientes y no supervivientes de shock séptico
(13,15).
El test de estimulación con ACTH refleja la capacidad de la corteza adrenal
para secretar cortisol tras una situación de estrés severo. La administración
aguda de ACTH produce una respuesta en la síntesis de cortisol. Si esta
estimulación es mantenida, la secreción aumenta y acaba produciéndose
una hipertrofia adrenal; por tanto, los valores de corte que se consideran
como respuesta normal en el paciente ambulatorio tras la administración
corta de ACTH, no pueden utilizarse en el paciente grave que está sometido
a una estimulación prolongada de esta hormona que es la responsable de la
disociación entre los niveles de cortisol y ACTH, lo que sugiere la existencia
de una estimulación de la síntesis de cortisol independiente de ACTH. El
78 debate surge en determinar si debe de existir una respuesta del cortisol a la
administración de ACTH en los pacientes graves, ya estimulados basalmen-
te. Algunos estudios observan que el incremento ocurre independientemente
de los valores basales de cortisol, mientras que otros sugieren que el incre-
mento disminuye en proporción a los mismos. Es posible que las diferencias
encontradas dependan del momento en el que se lleve a cabo el test. En las
fases iniciales del estrés severo se produzca un incremento adicional.
El test de estimulación con ACTH, es un test rápido, sensible, con pocas
interferencias y efectos secundarios. Sin embargo, su interpretación ha
generado algunas controversias y tiene una serie de limitaciones como: el
hipoadrenalismo secundario por alteración hipofisaria o hipotalámica de
reciente aparición, que puede tener una secreción parcial de ACTH que
daría lugar a una respuesta normal al test, el tratamiento con dexametaso-
na o la resistencia a ACTH.
El test debería realizarse ante la sospecha de IS, sin demorarse en valorar
la concentración de cortisol basal.
Hay muchos fármacos que alteran los valores basales de cortisol o tras
estimulación con ACTH por diferentes mecanismos: alteración en la unión a
proteínas (estrógenos que aumentan la CBG), interferencia directa con la
síntesis de corticoides (ketoconazol, etionamida) o inhibición directa sobre
la secreción de CRH/ACTH (glucocorticoides inhalados, tópicos, intraarti-
culares u orales).
Hay fármacos con efecto antiglucocorticoideo directo (RU486) y otros que
tienen actividad glucocorticoide-like y por tanto inhiben el eje HHS (pro-
gestágenos como la medroxiprogesterona o el megestrol utilizado en el
cáncer de mama y endometrio y en la anorexia nerviosa).
Diferentes drogas utilizadas en el paciente grave como etomidato o keto-
conazol, inhiben la síntesis de corticoides, mientras que otras como la ri-
fampicina aumentan su aclaramiento. La introducción del tratamiento del
paciente grave con etomidato (imidazol carboxilado que se utiliza para
facilitar la intubación endotraqueal) se asoció con un aumento de la morta-
lidad, atribuida a fallo multiorgánico y sepsis, que posteriormente se vio
que era debida a su potente acción inhibidora de la síntesis corticoidea
80 adrenal. El uso de este fármaco se asocia a anormalidades en la respuesta
del test de ACTH, incluso tras una dosis única (21,22).
RECOMENDACIONES
Diagnóstico de IS
Recomendación 3.– La IS en el paciente grave se diagnostica mejor por un
incremento de cortisol tras 250 µg de ACTH inferior a 9 µg/dL o una
concentración de cortisol total aleatorio inferior a 10 µg /dL. (Grado de
recomendación 2B).
Recomendación 4.– En la actualidad no puede recomendarse de forma rutina-
ria el uso de la medida de cortisol libre. (Grado de recomendación 2B).
Recomendación 5.– El test de estimulación con ACTH no debería utilizarse
para identificar aquellos pacientes con shock séptico o síndrome de distrés
respiratorio agudo que deberían recibir glucocorticoides. (Grado de reco-
mendación 2B).
9. Estudios futuros
10. Conclusiones
Bibliografía
1. Introducción
2. Formas completas
Son todas las causadas por una destrucción inespecífica del tejido supra-
rrenal. La lista es larga, pero todas son raras e incluso excepcionales, so-
bre todo en el niño. El proceso de destrucción no se limita a la corteza
suprarrenal, y estas formas se acompañan muy a menudo de un déficit
grave de las funciones de la médula suprarrenal. Vamos a referirnos sólo a
aquellas formas que pueden presentarse en el recién nacido y lactante no
mencionando ni las formas invasivas ni las secundarias a infecciones víri-
cas.
AMPc
CÉLULA SUPRARRENAL
StAR
CYP11A1
Esteroidogénesis
HSD3B2
POR
CYP17A1
CYP21A2
DAX1 SF1 CYP11B1
CYP11B2
AAAS
GCCR
ALD
LIPA (LAL) SCNN1A
KSS SCNN1B
SCNN1G
NR3C2
OH
COLESTEROL
P-450scc
CYP11A1 CH3 CH3
O
C=O C=O
P-450c17 OH P-450c17
17a-hidroxilasa 17,20-desmolasa
CYP17A1 CYP17A1
OH
OH OH DEHIDROEPIANDROSTERONA
PREGNENOLONA 17-OH-PREGNENOLONA
O O
O
PROGESTERONA ANDROSTENODIONA
17-OH-PROGESTERONA
O O O
11-DESOXICORTICOSTERONA 11-DESOXICORTISOL TESTOSTERONA
5a-reductasa
P-450c11 SRD5A2 P-450aro
CYP11B1 CH2OH OH CYP19
OH
C=O
P-450aro
CYP19A1
HO
P-450c11 O H
CYP11B1 DIHIDROTESTOSTERONA
O OH
CORTICOSTERONA ESTRADIOL
P-450c11 18-hidroxilasa
P-450c11 18-deshidrogenasa
17b-HSD
CYP11B2
CH2OH HSD17B3
CH2OH
O H C=O O
C=O OH
C
HO
HO
O OH
O CORTISOL ESTRONA
ALDOSTERONA
MINERALOCORTICOIDES GLUCOCORTICOIDES ESTEROIDES SEXUALES
nomenclatura del enzima
nomenclatura del gen
2.1.3.1.1 Déficit de 7-dehidrocolesterol desmolasa (gen DHCR7)
(OMIM 602858)
2.1.4 Fisiopatología
113
El establecimiento del ritmo circadiano para la síntesis de cortisol se produ-
ce durante el primer año de vida, posiblemente alrededor de los 2-3 me-
ses, y relacionado con el establecimiento del ciclo sueño-vigilia, aunque
existe gran variabilidad interindividual y existen autores que han publicado
fechas muy dispares (desde 2 semanas a los 9 meses) (29).
La insuficiencia suprarrenal produce un cortejo de anomalías biológicas
que no poseen en sí un valor diagnóstico de la enfermedad, pero que
deben hacer sospecharla.
2.2.1 Etiología
2.2.1.1 Secundaria
2.2.1.2 Terciaria
117
3. Formas incompletas o disociadas
3.2.2 Pseudohipoaldosteronismo
121
Este síndrome poco frecuente se describió en 1958 como la asociación
paradójica de un síndrome de pérdida salina con hiponatremia, hipopota-
semia, y cifras muy elevadas a la vez de aldosterona y ARP. La afección
puede ser esporádica. Más a menudo es familiar. Los pacientes no res-
ponden a la administración de mineralocorticoides. El tratamiento es palia-
tivo. La administración de NaCl en altas dosis (10-25 mmol/kg/día, ó
0,5-0,6 g de sal/kg/día) o bicarbonato es habitualmente necesaria para
restablecer y mantener el equilibrio hidroelectrolítico. El tratamiento debe
proseguirse varios años con el fin de garantizar un crecimiento normal.
Se han descrito dos tipos de seudohipoaldosteronismo (PHA) aunque sólo
en el tipo I existe pérdida de sal e hipotensión. En el PHA de tipo I, que
representa la forma con pérdida salina mencionada anteriormente, se han
descrito dos tipos de transmisión: una autosómica recesiva (OMIM-
264350) por mutaciones en alguno de los 3 genes que codifican para las
subunidades de los canales epiteliales del sodio (ENaC) del túbulo renal
(SCNN1A) (OMIM-600228), (SCNN1B) (OMIM-600760) y (SCNN1G)
(OMIM-600761) y otra autosómica dominante (OMIM-177735) por mu-
taciones en el receptor de mineralocorticoides (gen NR3C2, nuclear recep-
tor subfamily 3, group C member 2) (OMIM-600983). En la forma au-
tosómica recesiva la sintomatología de pérdida salina persiste en el adulto
mientras que en la autosómica dominante los síntomas son más leves y
remiten con la edad. En el PHA de tipo I autosómico recesivo, hace tiempo
que se había propuesto la hipótesis de que el déficit primario se debiera a
un defecto de reabsorción del cloro en el túbulo distal de la nefrona, que
produciría un aumento de la reabsorción de sodio en el túbulo distal y
originaría hipercloremia, expansión del volumen vascular e hipertensión.
Esto se ha confirmado con trabajos que demuestran que el canal epitelial
del sodio (ENaC) desempeña un papel primordial en la regulación de la
absorción de los líquidos en el riñón, el pulmón, el colon y las glándulas
exocrinas, y en la regulación de la tensión arterial. Un funcionamiento
anormal del canal del sodio se asocia a una serie de afecciones como el
PHA de tipo I autosómico recesivo (mutaciones inactivadoras que provocan
pérdida de sal e hipotensión), el síndrome de Liddle (mutaciones activado-
ras con efecto dominante que provocan retención de sal e hipertensión), el
edema pulmonar y la mucoviscidosis. Este canal está regulado por varias
hormonas (entre ellas la propia aldosterona y la vasopresina), iones y pro-
teínas accesorias, como Nedd4, SGK, K-Ras2A y Cap-1. El canal ENaC
es la etapa decisiva para los epitelios que reabsorben sodio, como el
túbulo distal y el colon que controlan la tasa global del transporte transepi-
telial. El ENaC está compuesto por 3 subunidades homólogas: a, b y g. La
122 subunidad a es esencial para la formación de un canal funcional, mientras
que las subunidades b y g potencian la tasa de expresión de los canales
de sodio. Los ENaC pertenecen a la familia de los supergenes
DEG/ENaC. Los genes del ENaC se han clonado, y se han demostrado
sus mutaciones en dos enfermedades distintas: el síndrome de Liddle
(OMIM-177200) y el PHA de tipo I autosómico recesivo. En el síndrome
de Liddle se han detectado mutaciones activadoras de las subunidades b y
g, todas en la parte carboxiterminal de la proteína, quitando o modifican-
do el importante motivo funcional PY. En el PHA de tipo I autosómico rece-
sivo, se han detectado mutaciones que llevan a una pérdida de función en
las subunidades a, b y g, que darían lugar a una proteína truncada o mo-
dificarían un aminoácido con un papel importante en la función del canal.
Se trata de mutaciones en los genes SCNN1A, SCNN1B y SCNN1G)
(39-41).
En el PHA de tipo I autosómico dominante, existe pérdida de sal por
resistencia o insensibilidad de los tejidos diana a los mineralocorticoides
y es consecuencia de mutaciones inactivadoras del receptor de mineralo-
corticoides (gen MLR o MCR o NR3C2, nuclear receptor subfamily 3,
group C member 2) (42-44). A diferencia del autosómico recesivo por
mutaciones inactivadoras de los canales epiteliales del Na, presenta
fenotipos menos graves que disminuyen con la edad: la falta de respues-
ta a los mineralocorticoides se limita al túbulo renal, responde bien a la
administración de sal y el aumento de la actividad renina va disminuyen-
do con la edad.
Bibliografía
1. Introducción
131
134
4.1 Introducción
Hace tres décadas fueron descritos casos de niños con hipertensión arterial
y concentración de renina plasmática disminuida que presentaban signos
de exceso mineralocorticoide pero sin que se identificara ningún agente
mineralocorticoide en exceso (8,9). El análisis del perfil de esteroides en
orina de estos paciente permitió atribuir esta situación a un descenso de la
actividad del enzima 11bHSD2, presente en los tejidos sensibles a minera-
locorticoides como el túbulo renal. El cortisol es un esteroide con igual
afinidad para el receptor mineralcorticoide que la aldosterona, aunque
presente en sangre y tejidos en cantidades mucho mayores. En condiciones
normales, en los tejidos sensibles a mineralocorticoides, el enzima
11bHSD2 desactiva el cortisol convirtiéndolo en cortisona, proporcionando
así protección frente a de la acción mineralcorticoide del cortisol y permi-
tiendo el acceso libre de la aldosterona al receptor mineralcorticoide (Figu-
ra 5). En el síndrome de exceso mineralocorticoide aparente, una disminu-
ción en la actividad del enzima 11bHSD2 permite que el cortisol se una al
receptor mineralcorticoide, provocando hipertensión, hipopotasemia y
demás signos característicos de exceso mineralocorticoide conjuntamente
con una disminución de la actividad de renina plasmática y de aldostero-
na. La determinación del índice cortisol-cortisona libres en orina es conside-
rada un indicador sensible de la actividad de la 11bHSD2 renal, en-
contrándose aumentado en el síndrome de exceso mineralocorticoide apa-
rente. Mutaciones en el gen que codifica para el 11bHSD2 son
responsables de las formas genéticas del síndrome de exceso mineralocor-
ticoide aparente. También se ha demostrado la inhibición de esta enzima
por el ácido glicirretínico, presente en el regaliz. La carbenoxolona, deri-
vado del ácido glicirretínico tiene el mismo efecto. Asimismo, se ha obser-
vado que individuos con sensibilidad aumentada a la sal (estado precursor
de la hipertensión esencial) presentan actividades del 11bHSD2 disminui-
das demostradas por un aumento del índice cortisol/cortisona (10). Por
todo ello, el índice cortisol-cortisona es considerado un parámetro clínico
valioso para el estudio de la función mineralocorticoide y se propone su
utilidad como indicador precoz de hipertensión arterial.
139
Bibliografía
1 Nieman LK, Biller BM, Findling 2 Martin KA, Chang RJ, Ehr-
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TÍTULOS PUBLICADOS
DICCIONARIO CASTELLANO-CATALÁN-EUSKERA-GALLEGO DE
BIOQUÍMICA CLÍNICA Y DICCIONARIO INGLÉS-CASTELLANO-
CATALÁN-EUSKERA-GALLEGO DE BIOLOGÍA Y PATOLOGÍA
MOLECULARES
Xavier Fuentes Arderiu
(1997).
VITAMINAS HIDROSOLUBLES
Ramón Deulofeu Piquet, Maria Antonia Vilaseca y Maria Cruz Pastor
(directores)
La Comisión de Vitaminas Nutrición y Dietética, ha publicado la primera
parte de la Monografía de Vitaminas (volumen I) Hidrosolubles.
Hoy en día ha cambiado la perspectiva de estudio de las vitaminas, pues
sabemos que, en nuestro medio, tan importante es el déficit parcial como
fue la carencia absoluta en épocas anteriores. Los temas de nutrición son
de gran actualidad pues cada día tenemos más pruebas de que la calidad
de la dieta está en relación directa a la salud. Esta monografía reúne las
aportaciones de expertos de diferentes áreas tanto de la universidad, como
de los laboratorios clínicos e incluye un prólogo del profesor Gregorio
Varela-Mosquera, no olvida los aspectos metodológicos y aporta informa-
ción clínica y nutricional muy útil.
180 páginas (2005).
VITAMINAS LIPOSOLUBLES
Ramon Deulofeu y Begoña Olmedilla (directores)
Con este segundo volumen, la Comisión de Vitaminas, Nutrición y Dietéti-
ca culmina una de sus más anheladas aspiraciones, proporcionar unas
guías actualizadas sobre las vitaminas que reúnan aspectos metodológi-
cos, clínicos, nutricionales y epidemiológicos.
Actualmente, el interés en las vitaminas liposolubles y otros compuestos
relacionados (por ejemplo carotenoides) está en auge, especialmente por
las «nuevas» actividades biológicas que presentan y su relación con la
prevención de distintas enfermedades crónicas y degenerativas y, también,
por la posibilidad de modificar el curso de estas enfermedades mediante
cambios en la dieta. El impacto en salud pública derivado de tales cam-
bios puede ser enorme y, en este contexto, el papel del laboratorio resulta
esencial en la valoración, monitorización e interpretación tanto del estado
nutricional, a nivel clínico y epidemiológico, como en las evaluaciones de
las intervenciones dietéticas.
Esta monografía, sin ser exhaustiva, reúne información imprescindible apor-
tada por expertos en las distintas vitaminas liposolubles e incluye, además,
un capítulo sobre los carotenoides, abriendo la puerta para el abordaje
futuro de otros compuestos bioactivos con relevancia clínica, nutricional y
epidemiológica.
112 páginas (2006).
PROTEÓMICA CLÍNICA
José Manuel González de Buitrago y Laura Ferreira Redondo
La proteómica es la ciencia que estudia el proteoma, esto es, el conjunto
de todas las proteínas presentes en un medio biológico en un momento
determinado. La proteómica clínica es la aplicación de las técnicas y estra-
tegias de la proteómica al campo de la Medicina. En esta monografía se
presentan las principales técnicas que utiliza la proteómica y su aplicación
para el estudio de los proteomas del plasma sanguíneo, la orina, el líquido
cefalorraquídeo y otros líquidos y tejidos biológicos y el descubrimiento de
biomarcadores.
156 páginas (2006).