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20 POEMAS DE AMOR.

Argumento
Los poemas pertenecen a la época de juventud de Neruda. Su comienzo fue descrito
con una evolución consciente de su poética que trata de salirse de los moldes del
postmodernismo que dominaban sus primeras composiciones.

El libro está compuesto por veinte poemas de temática amorosa, sin contar el poema
final ("La canción desesperada"), los poemas no tienen título, quizás para hacer
partícipe directo al lector para una mayor comprensión.

Aunque el poemario esté basado en experiencias amorosas reales del joven autor, es
un libro de amor que no se dirige a una sola amante. El poeta ha mezclado en sus
versos las características físicas de varias mujeres reales de su primera juventud para
crear una imagen de la amada irreal que no corresponde a ninguna de ellas en
concreto, sino que representa una idea puramente poética de su objeto amoroso.

Resumen comentado VEINTE POEMAS DE AMOR Y


UNA CANCIÓN DESESPERADA
VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA
PABLO NERUDA

Este libro de poemas es el más conocido de Pablo Neruda, una de sus obras cumbre y
que marcará su futura obra poética en la que uno de los temas centrales, si no el más
importante, será el amor. Estos poemas en sí mismos no gozarán de originalidad en la
temática. Al fin y al cabo, el tema del amor es recurrente en la obra de la inmensa mayoría de
los poetas. Pero en estos poemas Neruda no sólo abordará la pasión que siente por su amada,
sea imaginaria o real, sino también por las metáforas que encierra, la virtud que supone para
el hombre o la mujer amar y ser amado, llegando a la conclusión de que a la postre amar es
sufrir, pero antes sufrir ese “sabroso veneno” que afirmaba la Celestina de Fernando de Rojas,
a ser una persona que jamás ha logrado encontrar el amor, aunque sea efímero y pasajero.

Dado que la obra está estructurada en veinte poemas de amor  y una canción
desesperada, (valga la redundancia), seguiremos un proceso de resumen de la obra con
carácter instintivo. Esto es, comentaremos cada uno de los veinte poemas y la canción para
entresacar que nos sugieren de forma inmediata cada uno de ellos. No obstante, prestaremos
una especial atención al poema veinte, que ha pasado por las miradas de millones de lectores,
al que dedicaremos una especial atención, intentando no caer en el tópico irremediable.
POEMA 1: El poeta ensalza la belleza formal que encierra la mujer. Se sumerge en el
misterio de su cuerpo y en la atracción que éste ejerce sobre él. La mujer es un mundo en sí
mismo, el poeta se pierde en su cuerpo y en su belleza. La mujer es compleja, pero asimismo es
la razón de la supervivencia del poeta. Este poema encierra un profundo interés antropológico.

POEMA 2: En este poema la mujer  es analizada desde una dimensión de carácter


espiritual. La mujer es un misterio sobrenatural, tiene un halo destructivo que arrasa todo para
el poeta. Parece como si la mujer diera o quitara vida al mismo tiempo.

POEMA 3: De nuevo se aprecia la fusión del amor del poeta con la mujer y con la
naturaleza. La mujer supone la perdición y la bendición a la vez para el poeta. El poeta pide a la
mujer que sea su guía para que se complementen mutuamente, como si se tratara de una
declaración de amor. “Márcame mi camino en tu arco de esperanza y soltaré en delirio mi
bandada de flechas”.

POEMA 4: En este poema vuelven a aparecer más símiles ligados a la naturaleza.


Puede ser considerado como un poema de transición entre el anterior y el siguiente. Aquí no
aparecen las referencias directas a la amada, sino elementos naturales que sirven de inspiración
al poeta.

POEMA 5: En este poema se vuelve a retomar la comunicación directa con la


amada.  Él busca con sus palabras transmitir emociones a su amada, que se sienta conmovida y
tengan el efecto deseado por el poeta como arma de seducción, y a la postre le pide que ella le
acompañe en esa ola de angustia que no es otra que el sufrimiento provocado por el amor.

POEMA 6: Aquí se percibe un relajamiento del poeta. Mientras que se mostraba en un


principio una agresividad y una necesidad de amor que invoca a la usanza del tópico del amor
cortés medieval, ahora se sumerge en una tranquila y sosegada melancolía, como si la amada
fuese ya una reminiscencia lejana en el tiempo pero omnipresente en su memoria, dando lugar a
una de sus composiciones más conocidas. Nótese en la última estrofa la antítesis en la que se
contrapone la calma y la tranquilidad con el ardor y el movimiento.

POEMA 7: El poeta sigue mostrando en esta estrofa una profunda melancolía. Se


transmite una imagen del ser amado de carácter lúgubre. El amor que siente el poeta por ella
parece que no es correspondido.
POEMA 8: De nuevo se retoma el símil entre el cuerpo de la mujer y los elementos
naturales, destacando la desesperación del poeta. Del mismo modo que “viviendo todo falta y
muriendo todo sobra”, para el poeta, en el verso cuarto, se deduce que “amando todo se tiene, y
sin amor, todo nos falta”. Destaca la belleza de la amada en medio del silencio, y con su
silencio lo envuelve todo. Se puede apreciar una relación muy directa con el poema 15, en el
que también se hace referencia al silencio.

POEMA 9: El poeta aquí cambia de dimensión, y utiliza el mar como medio para
canalizar sus pasiones. Dejando de lado la tierra y el cielo, que antes utiliza, ahora el mar es el
lugar en el que viaja con la amada.

POEMA 10: El mayor interés de esta composición reside en las preguntas retóricas que
formula el poeta, siente que la amada le ha dejado en la estacada, se siente abandonado, y siente
que el amor se le agolpa precisamente cuando lo pierde. A veces basta perderlo para que nos
demos cuenta realmente de lo que hemos tenido con el amor. Volveremos sobre esta idea en el
poema 20.

POEMA 11: De nuevo comienza la descripción de la mujer en consonancia con la


naturaleza, pero esta vez se aprecia que el amor hacia ella adquiere un carácter destructivo,
violento. La mujer es un arma natural, que se desencadena como una totalidad de elementos
naturales.

POEMA 12: La amada en esta estrofa se consolida como la razón de ser de la existencia
del poeta. Ésta es otra de las composiciones más conocidas del libro, en la que el poeta percibe
a su amada como una realidad difícil de poseer y que genera una enorme tristeza y sufrimiento
en nuestro protagonista.

POEMA 13: El poeta personifica una actitud más activa en su amor. “Marca cruces de
fuego”, “su boca cruza escondiéndose”, “historias que contarte a la orilla del crepúsculo”…No
obstante, el poeta avisa de que la llama del amor puede irse apagando paulatinamente, nos
transmite una sensación de que ése amor puede ser efímero.

POEMA 14: En esta composición el poeta tiene un tono delicado, hasta cursi, si se
puede decir. La amada es su mayor protección, su tesoro oculto. A pesar de ello, la amada se
transfigura con una fuerza superior incluso a la de los elementos, frente a la cual el poeta se
muestra impotente en su lucha. En las cuatro últimas estrofas se transmite un profundo
simbolismo cargado de erotismo.
POEMA 15: Ésta es otra de las composiciones célebres, que poca presentación necesita.
Es tan elogiosa la actitud hacia la amada que sólo puede resumirse con esta frase: “Un silencio
basta para expresar y transmitir el amor sin que sean necesarias las palabras”.

POEMA 16: En este poema se percibe por fin una posesión directa de la amada por el
poeta. La amada ya no es lejana y enigmática, como un fin inalcanzable, sino que se posee a la
amada. Ya llegó el momento en que el poeta no es un amante pasivo que sufre desde una cierta
distancia o que tiene un contacto tortuoso con la amada, a menudo breve, y que es la causa de
su sufrimiento. El amante puede por fin disfrutar de su amor, y no es un mero prisionero
angustiado.

POEMA 17: Este poema es antitético al anterior, ya que la amada se aleja de nuevo,
generando en el amante la desdicha y de nuevo la lucha con los elementos naturales.  Incluso se
puede apreciar un cierto resentimiento y egoísmo por el alejamiento, al afirmar “Mi vida ante
de nadie, mi áspera vida”, cuando, si uno está realmente enamorado, debería ser al revés.

POEMA 18: Otra de las grandes composiciones. Transmite la omnipresencia de la


amada en todos los aspectos de la vida. Ella es amada sin ser vista, como cualquier otro
enamorado, y es aquí donde se puede percibir al aspecto más humano y general del amor que
profesa el poeta por la amada. Pero además, es un amor por encima de las dificultades y de los
elementos, que no parece tener fin.

POEMA 19: Aquí se ensalza a la mujer hasta considerarla como todo un sol vivificador
que puede mantener la vida y la estabilidad de la tierra. Nótese la antítesis de su personalidad
con la de la amada. Mientras ella es todo un sol, él es un corazón sombrío. La idealización para
con la mujer lleva al poeta a infravalorarse hasta el punto de no ser prácticamente nada, salvo
un ser amante que necesita del amor de la amada para ser algo.

POEMA 20: Qué se puede decir de estos versos. Con permiso del soneto quevediano
sobre el “Amor constante más allá de la muerte” que publicamos hace un tiempo en nuestro
blog, el destino ha querido que nos encontremos con otro de los grandes poemas que mejor
describen el amor de la literatura en español. Comienza con ese ritmo monocorde, misterioso y
embriagador del primer verso que se repite a lo largo del poema. “Puedo escribir los versos…”
La aliteración clara de los fonemas “r” y “s” contribuyen a darle más sonoridad y profundidad.

El poema es un recuerdo, en el que el poeta llega a veces a dudar sobre si realmente ha


llegado a querer a la mujer que una vez fue suya. Y sólo valoramos realmente lo que hemos
tenido, a menudo, una vez que lo hemos perdido. El poeta utiliza la noche estrellada como
escenario de recuerdo. ¡Cuán diferente es la noche estrellada en los brazos de la amada a estar
solo sin ella, sin posibilidad de recuperarla! La noche estrellada, pues, puede ser el lugar de
mayor felicidad y amor, a tornarse en el escenario de la melancolía más profunda, con la
compañía del paisaje y las estrellas como único consuelo. “La noche está estrellada…” Sólo
importa ahora que ella está ausente.

El antiguo amante intenta en vano buscarla, y se da cuenta, amargamente, de que por


muy denodados que sean sus esfuerzos, ella no volverá. Es más, aun regresando, el poeta cierra
cualquier posibilidad de reencuentro de forma lapidaria “…nosotros, los de entonces, ya no
somos los mismos”. A pesar de que en su hondura más íntima, “se muera por volver” (no dejen
de escuchar esa canción de Chavela Vargas).

El poeta se resigna a aceptar que ella será de otro, que no será suya. Cínicamente se
contradice diciendo que ya no la quiere, pero sí la quiere porque todavía no la ha olvidado. El
verso de “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”, equivale a toda una literatura. El amor
es efímero, intentamos aprehenderlo todo lo que podemos disfrutando de él al máximo cuando
lo poseemos, sabiendo que puede escaparse en cualquier momento…Y cuando estamos solos
pensamos en aquel amor pasado que jamás volverá, y tardamos en olvidarlo, si lo hemos amado
realmente, más de “19 días y 500 noches” (véase Sabina). Mucho más.

La melancolía invade al poeta hasta el punto de dudar sobre sus verdaderos


sentimientos hacia aquel amor pasado. “Ya no la quiero, pero tal vez la quiero”…Para finalizar
diciendo que ya no tendrá más dolor por ella, siendo de nuevo cínico, porque un amor perdido
no se olvida realmente hasta que llegue otro amor más fuerte que lo sustituya (un corazón
solitario dixit).

LA CANCIÓN DESESPERADA: La canción desesperada nos transmite, como su


propio nombre indica, la desesperación del poeta. Esta desesperación viene provocada por el fin
del amor. Neruda quiso escribir y dejar para el final la canción desesperada, pero,
posiblemente, y siendo acordes a los sentimientos, la desesperación es el primer instinto que
surge en el momento en que se acaba o termina la relación de amor. Para después pasar a la
melancolía. En este sentido, sería, posiblemente más lógico que se intercambiasen el orden la
canción desesperada y el poema 20, ya que en éste último el amor es ya visto desde una cierta
lejanía, con una profunda melancolía del amor que no se ha olvidado, pero una vez superada la
etapa de la desesperación del momento en que se pierde al amor.

En cualquier caso, no se deja de percibir que ése amor ha sido tortuoso y destructivo
para el poeta, como si él no hubiese podido estar a la altura de las circunstancias que solicitaba
el amor. Quizá fuese demasiado amor para él, o quizá ella fuese un naufragio. Pero sin duda
Neruda nos dejó una experiencia del amor plasmada en verso que es tan auténtica que cualquier
persona que haya amado alguna vez se siente identificada con esos versos en los que muchas
veces lo sencillo y lo transparente es más que suficiente para transmitir emociones que lo
artificioso y barroco.

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