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Fases del 

Design Thinking

1. Conocer el problema y al público.


Antes de definir el problema que se tratará de solucionar, es importante entender
cuáles son todos los factores que contribuyen a ello. Sin sacar conclusiones desde
un primer momento, es importante observar experiencias, motivaciones con el fin
de conseguir la mayor comprensión posible desde un punto de vista más directo.
Por ejemplo, imaginemos que en nuestra empresa, notamos una inconformidad
con la hora de la comida. Quizá nuestros empleados tienen que soportar la carga
de preparar su tupper de antemano a diario u optar por una alternativa más
costosa en lo que a tiempo y dinero se refiere. A priori, deberemos anotar todos
los factores que entran en juego, como nuestros trabajadores, sus hábitos, sus
preferencias, su presupuesto, cómo valoran algunas comodidades, etc.
2. Define (claramente) el problema
Una vez familiarizados de la mejor manera posible con el entorno y el resto de
elementos que entran en juego con el problema, tenemos que definir con mayor
precisión qué es lo que procuraremos resolver. Analizando la información
conseguida en la primera fase, será más fácil especificar y aclarar exactamente
qué es lo que queremos solucionar.
Una vez sepamos qué papel tiene cada factor pertinente a la situación, definimos
claramente cuál es el problema que debemos focalizar. Por ejemplo, el
inconveniente que supone en el día a día de nuestros empleados tener que
preocuparse por la hora de comer, y no disponer de una alternativa cómoda.
3. Lluvia de ideas
En todo proceso estratégico, topamos con la fase imprescindible
del brainstorming. Tras haber dejado claro qué es lo que pretendemos conseguir y
teniendo en cuenta una gran cantidad de información que lo justifica, el siguiente
paso es idear. Esto se puede hacer de varias maneras y siguiendo varias técnicas,
pero lo importante es dedicar tiempo, recursos y esfuerzo a conseguir abundantes
propuestas e ideas. Así, seremos capaces de descartar lo que no nos interesa a la
vez de contemplar todas las maneras de llegar a donde queremos.
La lluvia de ideas tiene como finalidad aportar todas las soluciones posibles.
Referente a nuestro caso de ejemplo, algunas ideas podrían incluir facilitar
información sobre los restaurantes del alrededor junto a sus precios, pactar con
estos restaurantes para ofertas especiales para los empleados, ofrecer
plataformas de pedidos online, u ofrecer un servicio de catering dentro de la
empresa.
4. Hacer una prueba
Los ideadores de este proceso remarcan la importancia que adquiere esta fase del
proceso. Es importante crear un prototipo o modelo de prueba y aplicarlo al
entorno de nuestro problema. Esto puede ser un nuevo producto tangible o quizá
un cambio a nivel interno. Este periodo de prueba de implementación permite
valorar en contexto todos los elementos en juego, permitiendo así realizar los
ajustes necesarios antes de lanzar una innovación para el público en cuestión.
Antes de implementar cualquier cambio, es importante resolver las imperfecciones
que puedan surgir. Por ejemplo, si tratamos de proporcionar un servicio de
catering, una vez decidamos si es dentro de la empresa o en colaboración con
otra entidad, deberíamos probarlo durante un periodo de tiempo para ver cuáles
son los pros y contras de acuerdo con las valoraciones de los empleados o desde
la misma dirección.
5. Ajustes e implementación
La última fase ya consiste en hacer realidad la propuesta en cuestión. Hará falta
realizar los ajustes o cambios necesarios de acuerdo con los resultados de la
prueba y así optimizar la implementación final.
Tras la prueba y viendo cómo implementar el cambio de manera optimizada,
acaba de ajustar los precios, las ofertas, el servicio de entrega o recogida y todo lo
que pueda influir. Habiendo comprobado en tiempo real el funcionamiento del
nuevo servicio, podrás haber arreglado todos los problemas, ofreciendo la solución
más completa y cómoda para tus trabajadores.
¿Cuáles son las etapas del Design Thinking?

Vamos a utilizar el ejemplo de un productor digital para presentar cada fase


del Design Thinking. Antonio tiene un curso en línea sobre cocina vegana que
vendía bien, sin embargo, está gastando mucho con campañas en la red de
anuncios, lo que hace que el costo de adquisición de sus clientes sea muy alto.
Por esa razón decide dejar de hacer anuncios y sus ventas caen un 37%.

Inmersión: identificar un problema

Para resolver un problema es preciso, antes que nada, conocer su origen. En la


mayoría de los casos, los emprendedores ni saben que tienen un problema, ya
que están obteniendo buenos resultados.
Sin embargo, si ellos hicieran un cambio simple en la rutina operacional, podrían
tener un resultado aún mejor. Es decir, el problema no siempre es algo de
proporciones catastróficas, que puede ser sólo una oportunidad de mejora que
estás dejando pasar.
La etapa de inmersión consiste en evaluar el desempeño de tu empresa y la
calidad de tu producto, considerando el punto de vista de todos los involucrados:
personas de tu equipo, proveedores y cliente final.
Para ello se realizan varias encuestas, entrevistas con consumidores y búsqueda
de tendencias (Cool Hunting), pero, principalmente, muchos ejercicios de
observación. La observación es lo que permite diferenciar lo que las personas
realmente hacen o les gusta, de lo que ellas hablan que hacen o les gusta.
Pero no te preocupes que no necesitarás seguir a ningún cliente tuyo en la calle.
Actualmente, existen herramientas que te ayudan a observar a tu cliente sin
necesidad de salir del ordenador.
En el caso de Antonio, pueden estar ocurriendo dos problemas:
Las personas no perciben valor en tu oferta: Muchos usuarios acceden a la página
de ventas, pero no se sienten confiados para hacer la compra, ya que no
entienden cómo ese producto puede ayudarles a resolver un problema.
La segmentación de las campañas es incorrecta: el coste por clic es alto, porque
el anuncio les aparece a personas a quienes no les interesa el producto.

Ideación: pensando en soluciones

Después de que has identificado el problema, que también puede ser una
oportunidad de mejora, es el momento de hacer un brainstorming, “lluvia o
tormenta de ideas”, que es básicamente proponer ideas sin ningún juicio.
¡No te apegues demasiado al aspecto práctico! Sólo piensa en las soluciones que
crees que podrían agregar valor a la jornada de compra de tu cliente. Creo que
tendrás suficiente tiempo para comprobar si tu idea es aplicable en la próxima
etapa.
No hay límite de ideas en esta fase. Pero es importante que más personas
participen en el brainstorming, incluso aquellas que pueden beneficiarse de las
soluciones propuestas. Al final de este proceso, no te olvides de documentar tus
ideas.
¡Si realmente te esmeras en esta etapa, la lista tenderá al infinito!
Ideas que pueden ayudarle a Antonio a mejorar sus ventas o a reducir sus gastos
en anuncios:
– crear minicursos online para que las personas conozcan mejor el producto;
– anunciar en sitios específicos de productos veganos;
– ofrecer degustaciones de platos veganos en restaurantes;
– crear un juego interactivo en tu página de ventas, etc.

Prototipado: poniendo tu idea en práctica

La prototipación es la etapa de validar las ideas presentadas, ver lo que encaja en


tu proyecto y poner tu plan en práctica.
A pesar de ser la última etapa de tu trayectoria, el prototipado puede ocurrir en
paralelo a las otras fases. ¿Cómo funcionaría? Tú tienes una idea, creas un
prototipo, lo pruebas con un público más pequeño y evalúas los resultados.
Dependiendo del rendimiento, esta idea puede ser implementada, pero eso no te
impide probar otras soluciones para el mismo problema.
Antonio decidió crear un desafío online para aumentar el compromiso de su
audiencia. El ganador del juego tiene acceso al producto. La idea aumentó el
tráfico hacia la página de ventas, pero vendió pocas unidades. En ese caso, él
puede descubrir formas de optimizar el juego o bien buscar otras soluciones, y así
sucesivamente.

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