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Luis Gomez-Gastelum
University of Guadalajara
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El papel del Instituto Jalisciense de Antropología e Historia en la investigación arqueológica del occidente de México. Historia de la arqueología en Jalisco View project
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Coordinadores
requieren para su supervivencia.
Satisfechas las necesidades básicas,
suelen conseguir recursos naturales
allende los territorios que controlan, que
se consideran como objetos suntuarios,
ya que raramente están ligados con
Colección
del
Serie Arqueología
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS MESOAMERICANOS Y MEXICANOS
01. Preliminares.indd 1 16/08/2011 04:20:24 p.m.
01. Preliminares.indd 2 16/08/2011 04:20:24 p.m.
Moluscos arqueológicos de América
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Colección
Estudios del Hombre
Serie Arqueología
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
XXX p. : il., mapas, cuadros, fotos; 23 cm. (Colección Estudios del Hombre; 29.
Serie Arqueología)
ISBN 970
930.10594 –dc21
ISBN:
Presentación 9
Adrián Velázquez Castro
Emiliano Ricardo Melgar Tísoc
Luis Gómez Gastélum
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Introducción
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Los materiales
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Figura 1. Mapa de la cuenca de Sayula, Jalisco, que muestra los sitios excavados
por el Proyecto Arqueológico Cuenca de Sayula (Cortesía de dicho proyecto)
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generalmente flexionada, ya sea sedente o en decúbito dorsal, con los brazos cru-
zados sobre el pecho, y orientados preferentemente hacia el Este. Los restos se
encuentran depositados en fosas ovaladas o circulares, en algunos casos se repor-
taron como fosas amorfas debido a que han perdido la forma bajo la acción de la
maquinaria agrícola. Algunas de estas fosas son apenas lo suficientemente gran-
des para contener a un solo individuo, en tanto que existían también aquellas
que contenían hasta siete cuerpos que no presentaban orientaciones ni posiciones
uniformes (Acosta Nieva, 1995: 3).
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la sepultura original sugiere estar cortada por la que contiene a uno de los indi-
viduos (Ibíd.: 20). En total se recuperaron tres cuerpos, dos fueron depósitos
primarios, mientras el tercero se detectó en el análisis de laboratorio. Los de las
fosas estuvieron en posición sedente flexionada, el identificado con el número
1 careció de ofrendas, aunque presentó un fragmento de concha, mientras el
número 2 –un adulto joven probablemente de sexo masculino (Acosta Nieva,
2003: 325)- tuvo un cajete trípode y un ornamento de concha (Acosta Nieva,
1995: 20). El entierro 32 también fue múltiple, contó con cinco individuos
colocados en una fosa amorfa, tres de ellos en depósito primario y secundario
los restantes (Figura 3). Sólo el individuo 3 –joven adulto quizá masculino
(Acosta Nieva, 2003: 331)- contó con ofrendas y objetos, consistentes en un
cajete trípode, un silbato, cascabeles de cobre, así como una cuenta y un pec-
toral de concha (Acosta Nieva, 1995: 48). Por último, el entierro 58 contuvo
a dos individuos depositados en una sepultura amorfa, un adulto joven en
posición sedente flexionada y un infante incompleto cuyos restos se encontra-
ron mezclados con el primero (Figura 4). La ofrenda y los objetos estuvieron
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eje central imaginario. Comparte con las piezas ya descritas la tonalidad iri-
discente. De acuerdo con Schöndube et al. (1994:83), este conjunto fue de
los más delicados en consistencia y calidad del trabajo, y por su fragilidad
debieron estar sujetos a soportes de tela o piel.
El problema
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El análisis
Tal y como se señaló arriba, es el momento de revisar las formas de los objetos
de concha. A los más llamativos se les ha descrito con el término de “ancla”.
Una primera pregunta para entrar a dilucidar el simbolismo de los objetos
que nos ocupan sería: ¿es correcta esta identificación? Habiendo hecho la
descripción inicial, puedo asegurar que dicho término es el producto de la
primera impresión y probablemente –por esa misma razón- no sea adecuado.
Este resultado nos lleva a plantear otra pregunta: ¿son realmente represen-
taciones de “anclas” los objetos del primer conjunto? De nueva cuenta, la
respuesta más probable es que no. Si no lo son, entonces ¿qué podrían ser?
Quizá la respuesta está dada por la pieza que acompañó al entierro 58, cuyo
contorno en el extremo derecho está casi completo y donde se observa una
continuidad en la curvatura que no se aprecia en aquellas de la inhumación
14, quizá por el estado de conservación al momento de su descubrimiento.
A partir de una observación cuidadosa se puede proponer que la
silueta de esa pieza asemeja a la de una letra “U”, o bien al contorno de una
olla. Este planteamiento nos permitirá abrir la discusión para luego abordar
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A B
Figura 8. A. Vasija trípode del tipo Tizapán policromo que muestra el motivo “U” (Según
Ramírez y Cárdenas 2006), B. Figurillas tipo Mazapan, las dos del centro muestran el mismo
motivo (Según Lister 1949).
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Discusión
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como guía los contenidos de la religión mexica por su alto grado de desarro-
llo y complejidad al momento de la llegada de los españoles. Entrando en
materia, las asociaciones arriba sugeridas muestran estos artículos a manera
de representaciones lunares o de aspectos vinculados con la luna. Si se sigue
esa línea, se puede abrir un abanico de posibilidades para su significación.
En primer término se encuentra la propia presencia de la deidad lunar:
Tecciztécatl. Si bien no era de las figuras principales en la ritualidad mexica,
en los mitos de la creación del mundo tuvo un papel principal. Fue uno
de los dioses que se inmolaron para crear los astros luminosos que rigen la
vida en el mundo. Como tal, está íntimamente asociado con la muerte y el
Mictlan –la región del Norte-, según lo señalan González Torres (1972:
119) y Hamy (1993: 387). Este último, además indica que “es considerado
como una de las más importantes manifestaciones de Tezcatlipoca” (Ibíd.),
-uno de los dioses creadores del universo-, afirmación que es corroborada
por Michel Graulich (1999: 353).
Otro aspecto importante con el que los atributos lunares se encuen-
tran asociados, es el pulque. Ésta es una bebida alcohólica tradicional elabo-
rada con el jugo que exuda el maguey pulquero, conocido como aguamiel,
el cual debe fermentarse para que se produzca el octli. Es de sobra conocido
que la ingestión inmoderada de bebidas embriagantes, al desinhibir al bebe-
dor, provoca cambios en su conducta, situación que al parecer dio lugar
a su representación divina en las entidades reconocidas como los Centzon
Totochtin (los cuatrocientos conejos, Figura 11), deidades del pulque
(Sahagún, 1958: 119; Bye y Linares, 2001: 39). Éstos, además de estar aso-
ciados con el animal lunar por excelencia –el conejo que es posible observar
en ese astro-, son reconocibles por contar entre su indumentaria diversos
atributos que identifican a la luna en la cosmovisión del México prehispá-
nico, principalmente la nariguera denominada “yacametztli” y el glifo lunar
en los escudos que portaban (Sahagún, 1958: 118; González Torres, 1972:
121). Por otro lado, según Graulich (1999: 169), existe una relación muy
cercana entre los conejos y los ayudantes de Tláloc, deidad de la lluvia, pues
indica: “El hecho de que los Tlaloques y los Conejos se confundieran no
debe sorprendernos. Los Conejos eran lunares, así como los Tlaloques; el
Tlalocan estaba en la luna; el astro era un gran recipiente de agua al igual
que las montañas”. Concuerda con esta propuesta Yólotl González, para
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Figura 11. Imagen de una deidad del pulque según el Códice Borbónico.
quien existe “la posibilidad de que Tláloc sea la figura estilizada de una
rana, o que contenga algunos elementos formados de este batracio, y la rana
sí es un animal universalmente vinculado con la luna” (González Torres,
1972: 119). De lo anterior, resulta que el astro nocturno está, por lo tanto,
fuertemente vinculado con las lluvias en Mesoamérica.
Un campo más donde la luna se encuentra sumamente vinculada es
la sexualidad, en especial con la femenina. En principio, los grupos nahuas
atribuían a su acción los ciclos menstruales, mismos que eran llamados
“flores” (Graulich, 1999: 115). Tan es así, que muy probablemente se le puso
el apodo de “Xochcuaye” (Cabeza florida), quien era reconocido por ceñir
su frente “con una corona de izquixóchitl, o ‘flores de maíz tostado’” (Ibíd.:
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hay una queva [sic], y en ella una piedra grande, a la cual todos los indios de la
Provincia de Avalos iban a consultar en sus necesidades, y le ofrecían fructos y
calabazos de Tachictli, que es el agua miel que sale del maguey, y echándole sobre
la piedra se lo bebía, y le respondía sin ver ellos quien les hablaba. Algunas veces
les decía: ‘¿Qué es lo que queréis, hijos? Dadme de beber, porque vengo muy can-
sado’. Algunas veces yo les pedía, algunas veces les pedían les diese agua porque
se les secaba[n] sus sementeras, y él les decía que se fuese aprisa porque antes de
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llegar a sus pueblos había de llovar [sic] mucho, y tal vez sucedió que antes de
llegar a sus pueblos había de lovar [sic] mucho, y tal vez sucedió que antes de bajar
el zerro [sic] lloviera. Quando echaban el vino Tachictli sobre la piedra, se con-
sumía haciendo ruido al beberlo, como si entrara algún chiflón o hozara ganado
de zerda [sic]; otras veces se les aparecía un viejo que en su lengua, que es coca, le
llamaban Cocal, el qual [sic] los hablaba y consolaba, y algunas veces les decía lo
que les había de suceder (Tello, 1984: 217-218).
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Agradecimientos
Referencias bibliográficas
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Acosta Nieva, Ma. del Rosario, Susana Ramírez Urrea y Luis Gómez
Gastélum
1998 “Desarrollo sociocultural de la cuenca de Sayula durante
la época prehispánica”, en R. Ávila, J. P. Emphoux, L. G.
Gastélum, S. Ramírez, O. Schöndube y F. Valdez (eds.), El
occidente de México: arqueología, historia y medio ambiente.
Perspectivas regionales, Guadalajara, Universidad de Gua-
dalajara y ORSTOM, pp. 101-118
Acosta Ruiz, Marco Antonio
2003 “Una aproximación a la etnohistoria de la cuenca de
Sayula”, tesis de licenciatura, Guadalajara, Universidad de
Guadalajara
Acuña, René (ed.)
1988 Relaciones geográficas del siglo XVI: Nueva Galicia, Serie
Antropológica (Etnohistoria), 65, México, Universidad
Nacional Autónoma de México
Alcalá, Jerónimo de
1988 La relación de Michoacán, F. Miranda (ed.), Col. Cien de
México, México, Secretaría de Educación Pública
Bye, Robert A. y Edelmira Linares
2001 “Pulque”, en D. Carrasco (ed.), The Oxford enciclopedia of
Mesoamerican Cultures. The Civilizations of Mexico and Cen-
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Gómez Gastélum, Luis
2005 “Conchas y caracoles en el antiguo occidente de México.
Un ensayo de antropología simbólica”, tesis de doctorado,
México, Escuela Nacional de Antropología e Historia
2008 “Notas para el estudio de la religiosidad prehispánica en
el occidente de México”, en P. Fournier y W. Wiesheu
(coords.), Festines y ritualidades. Arqueología y antropología
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