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Identificar los referentes normativos internacionales en materia de

discapacidad
Históricamente las personas con discapacidad y las organizaciones que las representan
vienen trabajando y luchando por el reconocimiento de sus derechos como seres
humanos.
Las personas con discapacidad y sus colectivos, demandan el derecho a una vida digna en
condiciones de igualdad, en donde se afirme el efectivo acceso a los servicios educativos,
de salud, ocupacional y recreativo, además de la ampliación de escenarios para la
participación en el ámbito social, cultural, económico y político, sin que sean víctimas de
ninguna clase de discriminación. Para que esto sea posible, se requiere la garantía de sus
derechos, la materialización de la legislación internacional y la acción continua; integral,
coherente y coordinada de los diferentes sectores gubernamentales y de la sociedad en
general.
En los últimos años el tema de la población con discapacidad ha avanzado en su inclusión
en la agenda pública y el reconocimiento jurídico efectivo de sus derechos.
Las instituciones internacionales de derechos humanos, y los mecanismos de coordinación
tales como pactos y convenciones, han promovido la importancia de establecer una
política pública acorde a las necesidades específicas por medio de la focalización por
género, grupos etarios, pertenencia cultural y tipo de discapacidad. Inspirados en esta
tendencia, el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales y, más
específicamente, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
promulgada en 2006, ha logrado una localización en casi todos los países, desarrollando
nuevas medidas en torno a la población con discapacidad.
Los derechos de las personas con discapacidad han sido objeto de gran atención en las
Naciones Unidas y en otras organizaciones internacionales. Desde su creación, la ONU ha
trabajado en promover la equiparación de las oportunidades entre las PcD y los demás
ciudadanos, así como en la expansión, mejora y disfrute de las condiciones de vida
resultantes del desarrollo. Por lo cual se promulgó la Convención Internacional sobre los
derechos de las personas con discapacidad, buscando, además, que los diferentes países a
lo largo y ancho de todo el mundo, se uniesen bajo un interés común: reconocer la
importancia de las personas con discapacidad y sus derechos, y ensamblar mecanismos
efectivos y eficaces para abastecer sus necesidades de una manera integral y dinámica.
Dicha Convención, reconoce que la discapacidad es “un concepto que evoluciona y que
resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la
actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en
igualdad de condiciones con las demás”, lo cual hace referencia al modelo social y
relacional con que se ha estudiado y definido la discapacidad en las últimas décadas.
La Convención de Derechos Humanos para las Personas con Discapacidad y la Ley
Estatutaria 1618 de 2013, constituyen el principal referente teórico y
normativo Internacional y nacional en la definición del concepto de discapacidad a partir
del enfoque de derechos.
Dentro de estas normatividades para llegar a la Convención de las Personas con
Discapacidad adoptada por la Asamblea general de las Naciones Unidas el 13 de diciembre
de 2006 encontramos: La Declaración Universal de los Derechos Humanos por la ONU
1948; en estos momentos la discapacidad era vista asistencial. Su tratamiento,
meramente rehabilitador, sólo era concebido desde las políticas de caridad o beneficencia
de cada Estado, eran contempladas como agente pasivo en este proceso. En 1971 fue
adoptada la Declaración de los Derechos del Retrasado Mental, el primer instrumento
específico de Naciones Unidas en el que se reconocieron derechos a las personas con
discapacidad intelectual. Unos años más tarde, en 1975, fue proclamada la Declaración de
Derechos de los Impedidos, que ampliaba el ámbito subjetivo a todas las personas con
discapacidad. No obstante, ambas declaraciones, además de carecer de fuerza vinculante,
adoptaron el enfoque propio del momento, en el que la prevención y la rehabilitación
eran los aspectos cardinales en la regulación de la discapacidad. En 1991 la ONU establece
los Principios para la protección de los enfermos mentales y para el mejoramiento de la
atención en salud mental. en el 2000 la ONU Convención Interamericana para la
Eliminación de todas formas de discriminación contra las personas con discapacidad Y
Declaración de Panamá La Discapacidad un asunto de Derechos Humanos: El Derecho a la
equiparación de oportunidades y el respeto a la diversidad, en el 2001 la ONU
Clasificación internacional del funcionamiento de la discapacidad y la salud CIF;
Declaración de Caracas Los Estados miembros se comprometen a aunar esfuerzos para
crear y actualizar el ordenamiento jurídico a favor de las personas con discapacidad .
Declaración de Cartagena, en el año 2002; Sobre las Políticas Integrales para las Personas
con Discapacidad en el área iberoamericana. Es necesario destacar la importancia que
debe cobrar, en el ámbito iberoamericano, la rehabilitación basada en la comunidad,
como alternativa metodológica y estratégica que, al involucrar en un esfuerzo solidario a
las diversas instancias comunitarias, permite el logro de resultados adecuados y posibilite
a la vez la ampliación de los diferentes servicios comprometer la calidad de la atención.
Sin embargo, a pesar de los diversos instrumentos y actividades dedicados a la
disminución de la discriminación hacia las personas con discapacidad, siguen existiendo
barreras que impiden su participación y vulneran sistemáticamente sus derechos y
libertades fundamentales, dando como resultado, que la Convención Internacional, halle
en los mecanismos de estado una herramienta primordial a favor de la reducción y
eliminación de los obstáculos que restringen la integración de las PcD en los niveles
internacional, regional, nacional y local.

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