ZONA T.

IMAGINARIO COLECTIVO VS REALIDAD

La zona T es un sector ubicado

en la localidad de Chapinero de
la ciudad de Bogotá, es conoci-
do por ser una zona comercial
con establecimientos exclusi-
vos que van desde bares hasta
tiendas de ropa. Debido al alto
costo de los establecimientos,
solo cierto sector de la pobla-
ción, con una alta capacidad de
consumo, puede acceder a
estos lugares. Esto genera que,
en el imaginario de la población
Bogotana, se idealice a la zona
T como un sector exclusivo
donde solo cierto tipo de perso-
nas acuden.
Sin embargo, existen otro tipo
de actividades que no son reco-
nocidas por el imaginario colec-
tivo y que por lo tanto tiende a
estar segregadas espacialmen-
te. Estas labores están principal-
mente relacionadas con el ser-
vicio del consumidor.
Por una parte, están las activida-
des de atención al usuario (me-
seros, bartenders, guardias de se-
guridad, asesores comerciales);
que, aunque suelen trabajar para
establecimientos privados que
cubren parcial o completamente
sus garantías laborales, no son
completamente reconocidos
como actores del sector.
Por otra parte, existen otras fun-
ciones que son vitales en la
cadena de mercado del sector
(vendedores ambulantes, recicla-
dores informales, domiciliarios) y
que suelen desarrollarse en el De manera que, si se da un paso
espacio público; pero que, a atrás y se analiza la zona T desde
pesar de esto, no son reconoci- otra perspectiva, se puede obser-
dos dentro de la zona T y por lo var cómo este sector se aleja del
tanto son constantemente per- imaginario colectivo idealizado
seguidos y segregados. que se tiene, y se convierte en un
Además, existen otro tipo de lugar lleno de segregación, dis-
dinámicas de segregación que criminación e inseguridad.
no están conectadas directa-
mente con el uso del suelo, pero
que están presentes en el ima-
ginario colectivo del sector y
que se relacionan con el clasis-
mo, el racismo, la xenofobia, el
machismo y la homofobia.

De manera que, no solo es la ca-

pacidad de consumo la que per-
miten a las personas acceder a
los establecimientos del lugar,
sino que también se debe cum-
plir con un estándar homogeni-
zado (forma de vestir hablar y
actuar) para no ser segregado y
mantener el estatus de exclusi-
vidad de la zona.

Por último, se presentan en el

sector fenómenos no muy reco-
nocidos que responden a diná-
micas “perversas” del mercado
de la zona y que están relacio-
nadas con problemáticas de
prostitución, venta de drogas,
estafa y secuestro.
USOS DEL ESPACIO PRIVADO Y EL ESPACIO PÚBLICO
EL ESPACIO PÚBLICO Y EL MOBILIARIO URBANO

Después del asentamiento de

las primeras comunidades se-
dentarias, el espacio público se
fue consolidando hasta la ac-
tualidad a medida que las diná-
micas y organización de la so-
ciedad se fortalecía y se comen-
zaba a crear una distinción
entre la identidad individual y la
identidad colectiva.

Así, a lo largo de la historia, el co. En la edad media, por ejem-

espacio público comenzó a es-
pecializarse y a tener diferentes
características, dependiendo de
su uso. Desde espacios cerra-
dos de carácter religioso como
los templos, hasta espacios
abiertos de carácter “pagano”
donde se realizaba la vida
social.
Además, el desarrollo del co-
mercio fue fundamental para la
organización de las ciudades y
la definición del espacio públi-
plo, debido a la sobreproducción
de mercancía y a la necesidad de
generar intercambios, se crearon
espacios abiertos como los mer-
cados. Además, las murallas,
aparte de proteger la ciudad, ser-
vían para controlar el flujo del
mercado. Apareciendo así, el rol
del estado en control del espacio
público.
Durante la revolución industrial,
el espacio público fue adquirien-
do un valor social y estético
debido a las demandas de los
trabajadores por la necesidad
de espacios dignos y con condi-
ciones de salubridad adecua-
das. Los parques y las áreas
verdes también tomaron un
valor importante debido a la alta
densidad de uso de suelo y ne-
cesidad de espacios más abier-
tos con buena calidad de aire.
Sin embargo, estos espacios no
son suficientes para solventar la
necesidad de espacio público
de los habitantes, sino que se
requieren de otros elementos,
como los mobiliarios urbanos,
para satisfacer las necesidades
de los actores dentro del espa-
cio público.
En Bogotá, por ejemplo, durante
la era colonial, la plaza princi-
pal, que funcionaba como eje
organizativo de la ciudad, se ca-
racterizaba por tener una fuente
de agua que tenía varios usos
convirtiéndose en un hito de
congregación social. Este ele-
mento, servía para darle de
beber a los caballos, como
punto de encuentro para las
mujeres y niños después de
haber asistido a misa, para reci-
tar las noticias recientes.
En Londres, las famosas cabinas
rojas, fueron creadas para posibi-
litar la accesibilidad y democrati-
zar la comunicación telefónica,
debido a la dificultad de tener un
elemento de estos en el hogar.
Sin embargo, actualmente estos
elementos han perdido cada vez
más su rol en la ciudad ya que
cada vez más se otorga la respon-
sabilidad al sector privado e indi-
vidual de ofrecer espacios acce-
sibles para solventar las necesi-
dades básicas, dejando a los es-
pacios públicos vacíos y con
pocos servicios que ofrecer a sus
habitantes. Los pocos que
quedan, son considerados princi-
palmente como hitos históricos y
puntos de referencia, perdiendo
su valor en la creación de vida
pública y colectiva.
Aunque es evidente que dentro
de la zona T, algunos actores del
lugar tienen mayor posibilidad
de acceso a espacios que
resuelvan parcial o completa-
mente sus necesidades, estos
lugares suelen ser de carácter
privado y no público. Esto
indica que solo aquellos actores
que tienen cierta capacidad
económica pueden dar solución
a sus necesidades.

Esta dinámica del espacio pú-

blico y privado es problemática
ya que se capitalizan y privati-
zan espacios que deberían ser
accesibles para todo el mundo y
que no deberían ser limitados
solamente a quienes pueden
pagar.
De esta manera, aquellos que no
son consumidores o no tienen
una capacidad económica sufi-
ciente, se ven relegadas a un es-
pacio publico que no está equi-
pado para satisfacer sus necesi-
dades; mientras que, quienes
tienen estas características
puede acceder a los espacios pri-
vados que le brinda confortabili-
dad y satisfacción de sus necesi-
dades básicas.
 UTOPÍA
Se propone una distopia donde el hyper-consumismo se apodera de
la ciudad, privatizando por completo el espacio público e
hyper-densificando el espacio privado. Además de monopolizar el
consumo y enajenarlo de aquellos menos privilegiados y/o que
prestan algún servicio.

Se cuestiona la segregación y discriminación dentro de la zona T y

se resalta la preocupación de una ciudad hyper-densa, sin espacios
de carácter colectivo que ¬¬fomenten la interacción entre diferen-
tes actores de la ciudad.
LA TORRE O MANSIÓN DE DIOS

No se debe olvidar que el origen

del hogar esta relaciona intrín-
secamente con el fuego. Hogar
viene del latín focaris ‘de fuego’,
derivado de focus ‘hogar’. Se
dice que los primeros asenta-
mientos se dieron gracias a la
necesidad de congregarse en-
torno al fuego, ya que este es
capaz de solventar las necesi-
dades básicas del ser humano:
proveer calor, cocinar alimen- poner que el origen de la arqui-
tos, iluminar en la noche y pro- tectura radica únicamente en la
tegerse de los depredadores. necesidad de solventar las nece-
sidades básicas del ser humano,
Sin embargo, también se sabe proveer un techo, por ejemplo.
que el fuego va más allá de pro- Sin embargo, si se analiza más a
veer necesidades básicas al ser fondo la arquitectura responde a
humano y que también fue necesidades más complejas del
capaz de evolucionar el pensa- ser humano.
miento, de fortalecer la organi-
zación comunitaria y desarrollar Cuando se observa el humo del
su creatividad. fuego, se puede ver como este se
La arquitectura no está muy eleva. Lo mismo sucede con la
lejos de parecerse al fuego. En torre, uno de los arquetipos, junto
un primer instante se podría su- al laberinto, de la arquitectura. La
torre y el laberinto representan torre (arquitectura) representa y
la reunión del ser humano con tiene la capacidad de congregar
su necesidad cosmológica. La una comunidad en torno a un
torre como el sacrificio, y el interés más allá de lo terrenal.
laberinto como la memoria. Sa-
crificio y memoria entendidos
como elementos fundamentales
de la relación del hombre con
los dioses.
Analizando la simbología del
arcano mayor LA TORRE del
tarot de Rider, se puede observar
un incendio provocado por la
furia de dios representada por el
rayo, Además a los lados de la
torre se encuentran dos perso-
nas cayendo

En un primer instante se podría

suponer que la carta augura un
mal destino causado por la furia
de dios. Sin embargo, su signifi-
cado se puede revisar desde
otra perspectiva, donde para
acercarse a dios, se requiere de
una enseñanza por parte del
destino, que en un momento
desestabiliza, pero que luego
libera.

Por lo que el arquetipo de la

torre representa la puerta para
acceder a dios a partir de un sa-
crificio en torno al fuego. Pero
también, al igual que el fuego, la
 ITERACIONES

A partir del arquetipo de torre

se realizan unas iteraciones
para liberar la masa del volu-
men y crear vacios. Esto permi-
te mayor permeabilidad.
Además, se suman unos ele-
mentos anomálos que otorgan
vida y caracter a la torre.
La torre debe ser capaz, no solo de congregar diferente tipo
de personas y de dotarlas de servicios básicos que no les está
ofreciendo en este momento el espacio público de la zona T;
sino que también debe tener una responsabilidad ambiental
y deber ser sostenible por sí misma. De manera que las activi-
dades que se realicen dentro de estas deben ser aprovecha-
das también para producir otro tipo de servicios, como elec-
tricidad, agua potable, redes de comunicación.

Por lo anterior, cada artefacto dentro de la intervención está

dotado de elementos que resuelven este tipo de necesidades,
haciendo de la torre un elemento sostenible y responsable
con el medio ambiente.

radica en la importancia de
intervenir, no solo aquellos sec-
tores de la ciudad que son se-
gregados (normalmente los de
periferia en la ciudad de
Bogotá); sino también proponer
una intervención en aquellos
espacios que generan segrega-
ción ya que presentan oportuni-
dades de encuentro entre dife-
rentes sectores sociales, debido
a las dinámicas de consumo y
servicio.
Además, permite cuestionar la
organización de las ciudades
colombianas en torno a los es-
tratos y a la posibilidad de con-
sumo;
donde las poblaciones más vul-
nerables se ven obligadas a ubi-
carse en las áreas más alejadas
de la ciudad. Dificultando la ac-
cesibilidad a los servicios de la
ciudad, a la posibilidad de
El valor de esta investigación
empleo y a la interacción social
fuera de su comunidad.
No es suficiente con solucionar
las necesidades de las zonas se-
gregadas, sino que, a gran escala,
se debe romper con estos límites
dentro de la ciudad, rompiendo
de poco a poco la sectorización
de la ciudad.
Intervenir sectores exclusivos de
la ciudad, como la zona T, no solo
posibilita la interacción de dife-
rentes sectores de la población,
sino que también puede crear
conciencia entre los actores po-
blacionales más privilegiados y
permite visibilizar a aquellos
menos privilegiados.
Por último, aunque por tiempo y capacidad personal, durante la investiga-
ción no se pudo realizar un trabajo profundo junto a la comunidad, es ne-
cesario resaltar la importancia de la arquitectura participativa en la con-
cepción y desarrollo de estos proyectos.

Se debe comprender que el papel de un arquitecto, más allá de ser un

ente que lo sabe y lo decide todo, es el de ser un facilitador, que, junto a
otros profesionales, está al servicio de las comunidades y sus necesida-
des.

Para que un proyecto sea sostenible y duradero, se requiere de una co-

munidad que sienta apropiación hacia este. Tal participación solo se
logra a partir de un trabajo conjunto, de abajo hacia arriba, donde la po-
blación esté presente durante todo el proceso de diseño y construcción.
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AGRADECIMIENTOS

Agradezco profundamente a Claudio Rossi y Da-

niela Atencio, quienes me acompañaron durante
este proceso y que, además de ser de los mejores
profesores que tuve, son excelentes seres huma-
nos.

Agradezco también a todos los profesores. quie-

nes, con sus palabras y trabajo, se convirtieron
en una guía constante en mi formación y en mi
posición frente a lo que debe ser la arquitectura.
Especialmente a Ana Ortegon, quien fue y será
un referente constante en mi vida profesional.

Agradezco a mi familia, quienes compartieron

conmigo, no solo su tiempo y apoyo emocional,
sino también su conocimiento y sus puntos de
vista. Especialmente a mi mamá, quien me man-
tuvo con los pies en la tierra, encontrando una
solución a todo, aunque pareciera que no la hu-
biera. A mi papá, quien nunca dijo que no a mis
llamadas en medio de la noche para escuchar
mis inquietudes con respecto a la tesis. A Loren,
quien más allá de ser mi prima, se convirtió en mi
mejor amiga y en mi apoyo emocional. Por
último, a mi hermano pequeño, quien me recuer-
da la simpleza de la vida y que nada es lo sufi-
cientemente importante para perder la alegría.