Está en la página 1de 9

Sebastián Muñoz y María Paula Sierra

Argumentación
Periodismo y Opinión Pública
Segundo semestre
Ensayo argumentativo

Los vendedores ambulantes: invasores por falta de garantías

En los últimos años el debate en torno al espacio público ha tomado protagonismo en


los discursos políticos. El incremento de la venta ambulante ha logrado un
movimiento desmesurado de personas en las calles. En general, la venta ambulante es
percibida de forma negativa por parte del gobierno y de varios ciudadanos, pues
“genera congestiones en las vías, invasión del espacio público, aumento de la
inseguridad y otros problemas a los que se enfrentan los bogotanos año tras año” (El
Tiempo, 2016).

Debido a lo anterior, las administraciones han adoptado iniciativas que tienen como
objetivo la recuperación del espacio público en la ciudad. Existen dos posturas en el
debate: por un lado, se defiende el desalojar a los vendedores, y por el otro,
reconocerles el derecho a trabajar en la informalidad. No obstante, las soluciones que
ha presentado el gobierno han sido bastante deficientes. Es más, se ha incrementado
el problema. El presente ensayo tiene como objetivo demostrar que estas no son las
únicas opciones existentes para solucionar el conflicto. Se ha caído en un falso dilema
en el debate en torno al espacio público, pues hay otras medidas que se pueden
adoptar.

A continuación se expondrán las iniciativas que el actual alcalde de Bogotá ha


adoptado en torno a la problemática de la venta ambulante. Después, se justificará por
qué estas medidas no han sido propicias para darle una solución al problema. Por
último, se brindará una posible solución.

Para comenzar, se aclarará que el actual alcalde tiene una fuerte política de
desalojamiento de los vendedores ambulantes. Con su plan de gobierno “Bogotá
mejor para todos” Peñalosa ha modificado al espacio público en gran parte. Esta
iniciativa tiene como prioridad el convertir a las calles de Bogotá en sectores
atractivos, para poder mejorar la seguridad y la buena imagen de la ciudad. De este
modo, el trabajo de los vendedores ambulantes toma un papel secundario, pues no
incide en el desarrollo óptimo de la ciudad. La dificultad con esta iniciativa es que
está dejando de lado el problema de fondo de la venta ambulante, el desempleo.
Desalojar a los vendedores no les da trabajo, simplemente los obliga a tomar otras
medidas para sobrevivir. Sin embargo, la administración Peñalosa ataca a la venta
ambulante a partir de tres argumentos: el deber del Estado frente al espacio público,
la inseguridad en las calles y las medidas que ha tomado para reubicar a los
vendedores.

El primer argumento del gobierno consiste en que el espacio público es un bien


común que el Estado debe proteger. Según lo establecido en el artículo 82 de la
Constitución política de Colombia “es deber del Estado velar por la protección de la
integridad del espacio público”. Del mismo modo, el artículo 333 expresa que “[…]
la ley delimitará el alcance de la libertad económica cuando así lo exijan el interés
social, el ambiente, y patrimonio cultural de la nación.” En este sentido, el espacio
público limpio y transitable se convierte en un derecho de todo ciudadano y es un
deber del Estado el proteger estos lugares. Por ende, la venta ambulante no es
legalmente admisible y debe ser erradicada.

El segundo argumento de la administración distrital corresponde a la inseguridad y


desorden que generan los puestos de los vendedores en los espacios públicos. La
administración actual defiende que, aunque existen personas que buscan el sustento
para sí mismos y sus familias por medio de las ventas, estos no dejan de ser
escenarios peligrosos. En la primera operación de recuperación del espacio público,
por la calle 72, se incautaron 40 gramos de estupefacientes y dos personas fueron
capturadas por porte ilegal de armas[ CITATION Era16 \l 9226 ]. Por ello, el gobierno
asegura que está luchando para acabar con el vandalismo y el crimen. El acabar con
la venta ambulante es fundamental para disminuir la inseguridad en Bogotá.

El tercer argumento consiste en que el gobierno sí está dando opciones a los


vendedores para que abandonen al comercio informal. El IPES (Instituto para la
Economía Social) implementa programas para que estos trabajadores accedan a
puestos fijos, a través de iniciativas como el programa de vendedores ambulantes.

2
Este programa dicta cursos sobre “jardinería, vigilancia (incluidos medios de
tecnología), arte floral, arte culinaria y reparación de edificios. Estos cursos se
extienden entre uno y cuatro meses”[ CITATION Red171 \l 9226 ].

Del mismo modo, cada vez que se realiza una operación de desalojo, el IPES se
acerca a los vendedores “para ofrecerles alternativas como quioscos de mecato en
sitios estratégicos y centros comerciales, empleos en empresas privadas (dependiendo
del perfil) y procesos de formación. A pesar de esto, tan sólo 162 han aceptado las
propuestas.” De esta manera, los vendedores no tienen excusas para seguir
practicando en la venta ambulante, pues el gobierno ya ha dado opciones y de todos
modos no las aceptan. La única opción que queda para el gobierno es desalojarlos
mediante movidas policiales.

Primero, se responderá al argumento del deber del Estado frente al espacio público.
Este argumento asume que no hay leyes que respalden a la venta ambulante, lo cual
es incorrecto. El problema no es que no hayan leyes a favor de los vendedores
ambulantes, el problema es que la administración no las cumple. De esta manera,
existe un derecho fundamental que se contrapone a los argumentos del gobierno
distrital, el derecho al trabajo. Según la Constitución, en su artículo 25 “el trabajo es
un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial
protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas
y justas.” Además, el espacio público “es fundamental para la convivencia en
armonía”[CITATION Gis10 \p 8 \l 9226 ] . Por lo tanto, es necesario generar medidas que
permitan un uso responsable de estos lugares, para que se beneficien al grupo de los
trabajadores informales y a los demás ciudadanos.

De esta manera, se está negando un derecho fundamental a estas personas como


ciudadanos para acceder a su medio de trabajo y a su derecho sobre los espacios
públicos. Incluso la Corte Constitucional se pronunció al respecto y aseguró que,
aunque es un deber del Congreso legislar para la protección de estos espacios, en el
caso de los trabajadores informales priman sus intereses[ CITATION Sem17 \l 9226 ].

3
Lamentablemente, este no es el único derecho que está siendo vulnerado. Las
acciones de la policía tienden a ser agresivas y vulneran la labor de estas personas,
quienes ejercen uno de sus derechos fundamentales. Según el Código de Policía, los
agentes están autorizados para multar a los vendedores ambulantes que infrinjan las
normas vigentes de ocupación del espacio público. Incluso, en caso de que la
conducta sea repetitiva, en una segunda oportunidad, tienen el poder de decomisar y
destruir mercancías[ CITATION Pro16 \l 9226 ]. Esto ha generado una cultura de miedo y
persecución en los sectores comerciales, pues las acciones de los policías son
consideradas como excesivas por los vendedores.

De ahí que el abogado Augusto Ocampo, ex director distrital de asuntos


disciplinarios, presentó una petición a la Procuraduría y a la Personería. Eso con el fin
de que se acompañaran los casos en los que existen lesiones y abuso de la autoridad
por parte de los policías[ CITATION Era16 \l 9226 ]. Por lo tanto, es necesario que se
implementen estrategias mucho menos agresivas, pues como asegura el Procurador
Fernando Carrillo, en vez de aliviar el problema, las medidas del gobierno lo están
agravando.

Por ello, en el 2016 la ex procuradora Martha Isabel Castañeda señala que estos
hechos no sólo generan malos tratos sino también aversión hacia la autoridad por
parte de los vendedores. Se está afectando la disposición del patrimonio material de
estas personas y se está vulnerando otro de sus derechos: el derecho a la
propiedad[ CITATION Pro16 \l 9226 ] .(Por qué) Sumado a la vulneración del derecho al
trabajo, se reconoce que los vendedores ambulantes son una comunidad en condición
de vulnerabilidad y que por lo tanto las medidas adoptadas son desproporcionadas.
También se están emprendiendo acciones que no necesariamente disminuyen la venta
informal. Por ese motivo, el numeral 4° y los parágrafos 2 y 3 del artículo 140 del
Código de policía, referentes al uso, modificación y daño del espacio; deben ser
declaradas como Inconstitucionales[ CITATION Pro16 \l 9226 ].

En este orden de ideas, las restricciones contra el uso del espacio público y las
operaciones policiales de incautación y destrucción de mercancías pueden ser

4
perjudiciales para los vendedores ambulantes. Según afirmó la Procuraduría en un
comunicado: “pueden lesionar de manera grave e inadmisible el patrimonio de tales
personas; dejándolas, incluso, en una situación más gravosa que aquella que dio
origen a la informalidad”[ CITATION Pro16 \l 9226 ] . Por lo tanto, se obstaculiza el
derecho de acceder a una forma de trabajo debido a la acción policial y demás
medidas que vulneran la dignidad.

En consecuencia, se reconoce que si bien es importante proteger el espacio público


como un bien común, la forma en la que se está llevando a cabo no es la más idónea.
Por este motivo, la Sala Plena de la Corte Constitucional recibió la propuesta del
magistrado Iván Humberto Escruecería para realizar una modificación al decreto 140
del Código de Policía. Este cambio consiste en que antes de desalojar a los
vendedores ambulantes, la policía debe de haber aplicado una política pública en la
que se asegure la reubicación del vendedor para garantizar el derecho al trabajo, al
mínimo vital y a la dignidad de estas personas [ CITATION Sem17 \l 9226 ].

Un ejemplo de la violación a esta norma ocurrió en la primera recuperación del


espacio público realizada por Enrique Peñalosa en la Avenida Chile (calle 72 con
séptima). En este operativo, se desalojó a 300 vendedores ambulantes, quienes
reclamaron que se estaba violentando su derecho al trabajo. Efectivamente, según la
Corte Constitucional en la sentencia T-396 de 1997, tales actos violan los derechos y
la dignidad de las personas. Aunque el desalojo está permitido, este ocurre sólo
cuando existe un proceso que lo autorice y que cuente con políticas públicas que
garanticen mejoras para los vendedores. Un hecho que no fue respetado en el desalojo
de los vendedores en la primera recuperación, al no existir un diálogo previo entre
representantes del distrito y ellos.

El Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público del Distrito de


Bogotá (DAEP) se encarga de esto temas. Entre sus responsabilidades se encuentra el
manejo y la ocupación del espacio público. De hecho, gracias al decreto 098 de 2004
de la sentencia T772 del 2003, también está obligado a brindar protección al
vendedor y a sus derechos. De esta manera es posible ver cómo los vendedores

5
ambulantes están protegidos por la ley. Por lo tanto, se debe regular que las medidas
del gobierno cumplan con el decreto y la sentencia emitida por la Corte
Constitucional.

Para responder al argumento sobre la seguridad en las calles, basta con afirmar que la
inseguridad no es causada por los vendedores ambulantes. En realidad, la inseguridad
es una consecuencia de otro factor: la inflitración de la mafia en el espacio público.
Las apariciones de mafias han monopolizado el uso del espacio público, por lo cual
los vendedores se ven obligados a contribuir para poder trabajar. Esta “colaboración”
consiste en el pago de un “arriendo” para poder acceder a estos espacios. Según la
información del DAEP y la Fiscalía, los precios van desde 40 mil hasta 5 millones de
pesos. Este tipo de extorsión no sólo proviene de actores particulares, sino también de
funcionarios públicos. Tal fue el caso de la edil de Puente Aranda, Gloria Hernández,
pues fue denunciada por vendedores de San Andresito porque fueron extorcionadas
por Gloria para poder usar el espacio público. [ CITATION Col16 \l 9226 ].

Dicho de otro modo, se está suprimiendo el trabajo de estas personas a la vez que son
violentadas por terceros: los actores de la mafia e incluso los funcionarios públicos.
No obstante, se observa que muchos vendedores ambulantes son tratados como
delincuentes. Este hostigamiento por parte de la policía ha llevado a que muchos de
ellos se sientan intimidados. El anterior hecho contradice las afirmaciones del
gobierno que promueven el bienestar y el empleo legal para los vendedores. A causa
de estos atropellos, las medidas del gobierno no han sido efectivas para combatir el
problema de la seguridad y orden que generan las ventas ambulantes, pues en lugar de
perseguirlos se debería crear políticas públicas que permitan formalizar este trabajo.

El tercer argumento se refiere a las opciones que el IPES le brinda a los vendedores
para que dejen el trabajo informal. Incluso si el IPES las presenta como si fueran
medidas bastante eficientes, la realidad muestra todo lo contrario. La razón principal
de la ineficiencia de estas iniciativas la expresa Félix Palacio Arena, vendedor de
perros calientes en el sector de Chapinero.

6
“El Ipes, además de ofrecer quioscos en puntos desolados por donde no pasa nadie,
como el de la calle 90 con Autopista (debajo de un puente vehicular), hace un sorteo
en el que participan 40 personas y sólo hay un ganador. Mientras tanto, los demás se
quedan sin su modo de sustento. Por eso peleamos tanto cuando nos quitan nuestras
carpas, pues si el Distrito no tiene cobertura para todos, que nos deje en nuestros
puestos”. (El Espectador)

De esta manera, la cura al problema de los vendedores parece peor que la


enfermedad. Al ganar el quiosco, los vendedores se ven obligados en muchas
ocasiones a trasladarse a zonas en donde nadie les compra. Además, deben pagar un
impuesto. No obstante, al estar ubicados en zonas desérticas, el dinero no les alcanza
para pagarlo. Si el IPES afirma que los vendedores rechazan sus opciones es por
razones de fondo: estas no les sirven. Del mismo modo, el rifar un quiosco da una
solución legal para la minoría de los vendedores. Pero, ¿qué pasa con los otros?
Como ya se mencionó anteriormente, a los vendedores no se les puede desalojar de su
puesto sin antes asegurarles otro sustento para vivir. Mientras el IPES no brinde
soluciones para todos, el desalojar a los vendedores es ilegal.

Consideramos que, en temas de derechos, existe un choque entre los derechos de los
vendedores ambulantes y los del espacio público. Sin embargo, en las sentencias más
recientes, la Corte Constitucional ha legislado a favor de los vendedores ambulantes.
El caso más reciente ocurrió con Blanca Cristina Amaguaña, una vendedora informal
que fue desalojada de su recinto sin recibir ninguna clase de ayuda por parte de la
Alcaldía o del IPES. De esta manera, se violaron sus derechos del mínimo vital y al
trabajo, pues la Alcaldía no está cumpliendo con lo pactado recientemente.

La principal solución que planteamos es que la Alcaldía cumpla con las sentencias
expedidas por la Corte Constitucional. No se puede desalojar a los vendedores sin
antes asegurarles un sustento de trabajo, el cual puede ser cualquier clase de

En general me parece interesante la forma como responden los argumentos del


gobierno y los sopesan con casos reales y con lo que dice la ley. Para el final, me
parece bueno que hagan un recuento de los argumentos que han planteado y a partir

7
de esto muestren las posibles soluciones que mencionan al principio. Si deciden
concluir sin poner alguna solución borren esa intención que tienen en la introducción
para que el lector no se quede esperando. Aunque si considero interesante y bueno
para el ensayo que propongan algo, eso le da fuerza al ensayo.

Bibliografía
Colombia Informa. (20 de Enero de 2016). ¿Bogotá mejor para los vendedores ambulantes?
Obtenido de Colombia Informa : http://www.colombiainforma.info/bogota-mejor-
para-los-vendedores-ambulantes/
El Espectador. (13 de Noviembre de 2008). Polémica por nuevas medidas para vendedores
ambulantes. El Espectador. Obtenido de
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo90129-polemica-nuevas-
medidas-vendedores-ambulantes
El Tiempo . (5 de Octubre de 1993). VENDEDORES: PROBLEMA AMBULANTE. El
Tiempo . Obtenido de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-236723
El Tiempo. (17 de Octubre de 2017). Los vendedores que pasan de trabajar en la calle a un
empleo fijo. El Tiempo. Obtenido de http://www.eltiempo.com/bogota/historias-de-
vendedores-ambulantes-que-consiguieron-empleo-formal-en-bogota-142082
Erazo, C. (1 de Febrero de 2016). El defensor de los vendedores ambulantes de Bogotá. El
Espectador. Obtenido de https://www.elespectador.com/noticias/bogota/el-defensor-
de-los-vendedores-ambulantes-de-bogota-articulo-614082
Instituto para la Economía Social. (2008). Informe sobre el plan de desarrrollo: plan de
acción y avance de proyectos. Alcaldía Mayor de Bogotá D.C, Bogotá D.C.
Recuperado el 7 de noviembre de 2017
Procuraduría General de la Nación. (4 de Novimebre de 2016). Multas del Código de Policía
para frenar a vendedores ambulantes son inconstitucionales: Procuraduría.
Obtenido de ámbitojurídico.com:
https://www.ambitojuridico.com/bancoconocimiento/administracion-publica/multas-
del-codigo-de-policia-para-frenar-a-vendedores-ambulantes-son-inconstitucionales-
procuraduria
Semana. (30 de Marzo de 2017). Vendedores ambulantes podrían tener 'rebaja' en el Código
de Policía. Semana. Obtenido de http://www.semana.com/nacion/articulo/corte-
constitucional-norma-del-codigo-de-policia-que-afecta-a-vendedores-
ambulantes/520235

8
Uribe, C. B. (20 de Octubre de 2011). ¿Contaminación ambulante? Semana . Obtenido de
http://www.semana.com/opinion/articulo/contaminacion-ambulante/248125-3
Zárate, G. G. (2010). EL ESPACIO PÚBLICO COMO PROBLEMA Y ASUNTO DE LAS
POLÍTICAS PÚBLICAS. UNA REFLEXIÓN SOBRE EL ESPACIO PÚBLICO EN
BOGOTÁ DURANTE EL GOBIERNO DE LUIS EDUARDO GARZÓN (2004-2008).
Monografía, Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Políticas y
Relaciones Internacionales , Bogotá D.C.

También podría gustarte