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Tips para Lectura veloz

Temario
Lectura veloz. Consejos prácticos. Técnicas de relajación: importancia
de la lectura veloz. Ventajas. Conceptos erróneos sobre la lectura
veloz. Cómo aprendimos a leer. Cómo entendemos. Cómo leer rápido
y comprender. Malos hábitos de la lectura. Cómo eliminar los malos
hábitos. Claves de la lectura veloz. Campo visual y lectura veloz.
Ejercicios para ampliar el campo visual. Lectura veloz y ejercicios
iniciales. Lectura veloz y palabras. Terapia visual. Evolución de la
visión. Habilidades visuales fisiológicas. Entrenamiento visual. Misión.
Características de la terapia visual. Antecedentes históricos de la
terapia visual. Aplicación del entrenamiento visual. Fases de
entrenamiento. Principios generales. Ejercicios para la visión.
Relajación.
Importancia de la lectura veloz
Una técnica imprescindible para la era de la información, del
conocimiento y de Internet.
En el siglo XII de nuestra era se enseñaba a leer de igual manera
como se enseña hoy, en las postrimerías del siglo XX. Eran otras
las condiciones generales y resulta evidente que para los nuevos
ciudadanos del siglo XXI la lectura veloz es indispensable
Hoy resulta conveniente invertir media hora cada dos o tres días
para empezar a incrementar estas habilidades, para que;
estudiando y practicando dos o tres meses podamos leer el
doble, triple o décuplo según el deseo, propósito y objetivos que
nos fijemos.
Problemas con la lectura convencional
La lectura lenta desgasta, porque obliga a recorrer el texto por sílabas o
palabras.
Esto es equivalente a una escena a través de un pequeño orificio. A este tipo
de acercamiento que impide la comprensión global se lo denomina,
técnicamente, ‘lectura tubular’.
Se nos ha enseñado, desde la escuela primaria, a leer de esta manera, que al
principio es lógica y necesaria. El problema es que, de adultos, seguimos
leyendo de esta manera ineficaz.
Si una persona normal lee 250 palabras por minuto, le llevará casi 7 horas
terminar un libro de 200 páginas (suponiendo que hay quinientas palabras en
cada una). Pero si con la Lectura Veloz puede alcanzar las 1000 palabras, lo
hará en poco más de una hora.
Ventajas de la lectura veloz
La lectura veloz permite lograr una mayor comprensión de lo leído (a la vez que
una velocidad de lectura mayor que la habitual, de acuerdo con las dificultades del
texto y con los propósitos que el lector se plantea en relación con él lectura
superficial o profunda, de placer o de estudio, etc.). Pero estas son sólo algunas de
las ventajas, que el método brinda en relación con la lectura.
Además, permite lograr una mayor concentración durante el proceso de leer y una
mejor asimilación y retención de lo leído. Paralelamente, se logra una disminución
del cansancio mental y físico (principalmente ocular) que por lo general acompaña
al acto de leer. En general, cuando las técnicas de lectura veloz han sido bien
aprendidas, el lector adquiere el dominio de su propio proceso de lectura, tanto en
sus aspectos perceptivos como en los relacionados con el intelecto. Este dominio,
sumado al mayor rendimiento de la lectura, permite obtener resultados
asombrosos, que van más allá del mero logro de la eficacia en el proceso de leer.
Además del adiestramiento visual, la lectura veloz implica un desarrollo de la
capacidad intelectual aplicada al proceso de leer pero que, también, se traduce, en
una mejora general de la actividad intelectual. Se logra un desarrollo de la capacidad
de entendimiento, se aprende a analizar, a atender y hasta a pensar mejor; se logra
mejorar la memoria y dirigir y aumentar el interés por los temas que deban
considerarse. Por supuesto que todo esto tiene importantes aplicaciones en la vida
profesional y en la actividad diaria. Pero uno de lo usos más interesantes de tales
ventajas de la lectura veloz es el que de ella se hace en las llamadas “técnicas de
estudio”. En éstas, como su nombre lo indica, se capacita a los estudiantes y a todos
los que realizan tareas intelectuales para lograr un mayor rendimiento en el estudio
y para aprovechar mejor el tiempo a él dedicado. Para esos fines la lectura veloz es
una herramienta indispensable, no sólo porque buena parte del estudio se realiza
generalmente mediante la lectura de libros, sino también por el mencionado
desarrollo de diversas actitudes intelectuales que se alcanza gracias a las técnicas de
lectura veloz
Conceptos erróneos sobre la lectura veloz

La lectura rápida no es una lectura descuidada ni atropellada. Se confunde la rapidez


con el apresuramiento. En realidad, el lector veloz es un lector activo, alerta y
eficiente. Busca siempre las ideas importantes y los elementos de estructura y
organización que le ayudarán a comprender mejor el significado de lo que esta
leyendo. Por constante, el lector lento suele vagar en sus pensamientos, esto se debe
al hecho de leer por debajo de su capacidad para estar alerta e interesado por la
lectura.
Generalmente se piensa que cuando se lee con rapidez no se dispone de tiempo
para buscar el significado de las palabras desconocidas ni para leer pasajes difíciles,
pero no es así.
El lector veloz puede detenerse tan frecuentemente como el lector lento. El lector
veloz terminará la lectura primero y recordará más que el lector lento y además
podrá releer el texto con mayor facilidad.
Aprender a leer con rapidez no es sólo una necesidad impuesta
por la premura de los tiempos en que vivimos, sino paso
obligado para ser un buen lector, un lector eficiente. La lectura
veloz es una herramienta muy útil para avanzar con mayor
rapidez en los cursos que ofrecen los sistemas abiertos de
educación. El propósito último de la lectura es intelectual y
emocional. Pero los estimulantes de esta actividad mental, las
palabras y pensamientos del autor, se transmiten al cerebro
mediante un proceso físico. Así pues, la lectura es también una
actividad muscular en la que se logrará mayor éxito con cierto
adiestramiento y práctica.
Cómo aprendimos a leer
Aprendimos a leer pronunciando el sonido de cada letra según su figura.
Empezaron por enseñarnos las vocales y siguieron las consonantes. Nos
hacían mover los ojos de una letra a otra juntando sus sonidos. Continuaron
con sílabas y su enlace para formar palabras cortas. Nos enseñaron a repetir
en voz alta cada detalle, cada sonido, cada coma. Nos estamparon el hábito
de leer-pronunciar-oír-entender. Luego no podíamos entender si no
escuchábamos lo que pronunciábamos. Después nos dijeron "calladitos", nos
suprimieron la voz, y continuamos pronunciando internamente. Esa
pronunciación interior obligó al oído interno a seguir conectado,
interviniendo. Y así continuamos hasta la fecha, leyendo, apoyándonos con la
pronunciación, que es un obstáculo para lograr una auténtica lectura veloz.
Casi todos fuimos enseñados a leer sin dar a los signos de puntuación su valor
real.
Cómo debemos leer
Cómo debemos leer

Ver el escrito y su contenido como bloques de información, del inicio de la


frase hasta el primer signo que aparezca, ahí, hacer pausa y ver que
instrucción hay, según la lectura oral:
•(,) coma: significa pausa de casi un segundo de silencio; debe emplearse en
pensar, captar asociaciones y retener.
•(;) punto y coma: significa pausa de un segundo completo de silencio. La
entonación desciende, sirve para separar y apoyar ideas.
•(:) dos puntos: significa pausa de un segundo completo de silencio.
•(.) punto y seguido: significa pausa de un segundo y un cuarto, de silencio.
•punto y aparte: significa pausa de un segundo y medio de silencio.
Cómo entendemos
El entendimiento al leer se logra en la confrontación mental que ocurre
en las pausas antes y después de cada movimiento del ojo, que es
cuando el dato leído o informe prioritario es comparado. El
entendimiento se produce cuando el dato que está entrando en la
mente es reconocido, porque ya se conocía. La lectura es comparar con
lo memorizado, desde letras y palabras hasta abstracciones y
conceptos. Si el dato que se percibe al leer no tiene contra qué
compararse no puede entenderse.
El no entendí viene de:
•Datos nuevos que nunca antes hemos registrado.
•Datos que estamos recibiendo mal; en asociaciones incompletas
• Datos que se registraron con error y se guardaron en otra asociación, pudo
ser por una mala lectura.
• Datos que la memoria consciente envió al almacén (subconsciente), o sea
que ya las olvidamos.
• Datos que están a nivel recuerdo-remembranza, difusos, sin
reconocimiento ni plena identificación.
El buen entendimiento es proporcional a la cantidad y calidad de
asociaciones previas; por eso los menos cultos entendemos menos. Al
intentar aumentar la eficiencia en lectura individual y considerar técnicas y
procedimientos, es necesario atender el desarrollo de la memoria casi en
paralelo para lograr un avance: integral: captura de datos y su procesamiento
intelectual.
Cómo leer rápido y comprender

Uno de los desafíos que tienen los lectores es aprender cómo


leer rápido y comprender lo que acaban de incorporar a su
mente, porque es un problema muy grave terminar un libro y
no haber entendido o no recordar nada de él.
Por ello, es importante tener en cuenta algunos sencillos pasos,
los cuáles servirán para conseguir mejores resultados en cuánto
a la lectura veloz.
Leer rápido y comprender, pasos:

Para poder alcanzar una lectura veloz y comprensiva debes:


• Crear el ambiente adecuado: no se puede concentrar si se está en un
lugar ruidoso, con mucho movimiento, paso de personas o ruidos. Es
preferible un sitio alejado, tranquilo, como un parque o la terraza.
• Aislarse completamente: si es necesario, apaga el móvil, el teléfono
y el ordenador, para no tener ninguna interrupción en el momento de
leer.
• Sentarse y relajarse, si es en el césped mucho mejor, sino en un lugar
con aire libre, al menos una ventana abierta, para tener contacto con
la naturaleza y concentrarte.
• Practicar ejercicios de relajación y respiración, te ayudará a reducir
las tensiones y aumentar la capacidad de comprensión.
Una vez que ya te hayas aislado completamente del exterior y te encuentres a gusto,
puedes comenzar con alguna de las técnicas de lectura, las cuáles te servirán para
aumentar y duplicar la velocidad con la que lees cualquier tipo de texto. Estas son:
•Lectura vertical: a diferencia de lo que estamos acostumbrados, se debe fijar la mirada en
el punto medio superior de la hoja y luego descender en forma de línea hacia la parte
inferior, haciendo un trabajo de “barrido” de cada renglón, tomando sólo lo más
importante.
•Comprensión sin vocalizar: realizar el mismo procedimiento que suelen hacer (forma
tradicional de leer de izquierda a derecha) sin repetir en forma oral lo que estás leyendo.
Aprender a no subvocalizar (repetir las palabras en la mente) también es muy importante,
porque reduce el tiempo que se necesita para absorber la información.
En la forma común de leer, el proceso de lectura es el siguiente: lectura, vocalización y
comprensión. En cambio en la lectura veloz se suprime el segundo paso, sólo queda
entonces: lectura y comprensión. Esta eliminación supone un ahorro de tiempo que será
vital para ti si deseas incorporar más información o hacer otra actividad.
Malos hábitos en la lectura
• Mover los labios cuando se lee: este hábito es uno de los más frecuentes y
reduce mucho la velocidad al leer, pues los labios se mueven más lento que
lo que la vista puede. Es decir, se está forzando a los ojos a que disminuyan
sus capacidades.
• Subvocalizar: esto significa repetir las palabras en la mente a medida que
las vayas leyendo. Esto también toma tiempo y ralentiza el trabajo que puede
hacer la vista.
• Usar la misma velocidad de lectura para diferentes textos: no se puede leer
de la misma manera un texto cargado de términos difíciles que una novela,
por ejemplo. Antes de comenzar a leer, se debe determinar el propósito y en
base a ello fijar la velocidad.
• Releer palabras o frases: hacen perder mucho tiempo y realmente no ayuda
en nada.
Una buena forma de comenzar a acelerar su velocidad de
lectura, es eliminar los hábitos que afectan negativamente esta
actividad.
En primer lugar, debe reconocer o descubrir los errores que está
cometiendo, y una vez identificados tendrá que trabajar para
eliminar estos hábitos de su vida.
Esta tarea puede ser difícil, especialmente cuando se trata de
descartar hábitos que están arraigados hace años a su forma de
leer. Sin embargo, con el esfuerzo y la voluntad suficientes, en
unos 30 días podrá reemplazarlos por otros hábitos más
saludables y eficientes.
Cómo eliminar los malos hábitos
Un camino para eliminar los hábitos que no nos permiten avanzar a la velocidad
deseada (no solo al leer, sino en todos los aspectos de nuestras vidas) es el
siguiente:
1. Detectar el problema (usted acaba de hacerlo).
2. Analizar su relevancia y en qué grado afecta nuestro deseo por alcanzar un
logro.
3. Pensar por qué lo hacemos. Quizá es porque desconocemos un método mejor,
o porque así lo aprendimos, y no nos damos cuenta de ello de forma consciente.
4. Examinar las consecuencias de mantener este hábito.
5. Tomar la decisión de cambiarlo. Y recordar que para modificar un hábito y
reemplazarlo por otro, se necesitan al menos 30 días de esfuerzo constante para
que el nuevo hábito se instale definitivamente.
Claves para la lectura veloz

• Reducir la cantidad de fijaciones que hace al leer, y el tiempo


que dura cada una de ellas:
Para esto, se hace necesario vencer el viejo hábito de la lectura
lineal, y aprender a captar grupos de palabras como un bloque
de información que el cerebro se encargará de procesar
convenientemente. La vista se mueve dando pequeños saltos
sobre el texto, y cada uno de estos saltos equivale a una fijación.
Hacer saltos más largos, y reducir el tiempo de cada fijación
aumentará notablemente la velocidad de su lectura.
• Ampliar su campo visual, entrenando la visión periférica:
El entrenamiento adecuado de la visión periférica, hará que su
vista pueda abarcar más palabras en una sola fijación. Esta
habilidad es de suma utilidad en cierto tipo de deportes, ya que
permite al deportista ver más allá de su línea de visión directa,
y anticipar jugadas al percibir el movimiento de otros
compañeros u oponentes.
• Eliminar las regresiones, no volver atrás a releer palabras, frases o
párrafos completos:
Muchas veces el hábito de mover la vista hacia atrás, para releer los párrafos
no es más que eso: un hábito adquirido involuntariamente. Y como tal, puede
ser corregido. Para ello serán de gran utilidad los marcadores de ritmo y de
dirección.
• Dejar de subvocalizar:
Este es otro hábito sin sentido, adquirido en épocas tempranas del
aprendizaje de la lectura, y que reduce muchísimo la velocidad de lectura. El
cerebro tiene una velocidad asombrosa para procesar la información que
recibe a través de la vista, pero si pronunciamos cada palabra (aunque solo
las digamos mentalmente, sin mover los labios), estamos agregando un
intermediario entre la vista y el cerebro, que agrega “ruido” al proceso de la
lectura.
Técnicas para lectura veloz

1. Leer bloques de palabras en cada fijación de la vista. Con


ejercicios que ayudan a desarrollar la visión periférica y las
técnicas de “barrido”, se leen grupos de palabras al mismo
tiempo, rompiendo con el hábito de leer una palabra tras otra.
2. Usar un puntero, tarjeta o la mano para marcar el ritmo de la
lectura. Esto permite ir moviendo la vista siempre hacia
adelante, a la velocidad que usted decida. Según la rapidez con
la que desplace el puntero, sus ojos avanzarán sobre el texto.
3. Leer sin vocalizar. Pronunciar las palabras a medida que lee
disminuye su velocidad de lectura, pues la vista puede ir mucho más
rápido que el movimiento de los labios. Lo mismo ocurre cuando no
pronunciamos las palabras en voz alta, pero las vamos pronunciando
sin mover los labios, para nosotros mismos, dentro de nuestra mente.
Si bien este hábito no siempre es negativo, no es estrictamente
necesario para la comprensión de un texto. Eliminarlo, le permitirá
acelerar su velocidad de lectura. El puntero lo ayudará, pues al
desplazarlo a una velocidad superior a su capacidad de vocalización,
inevitablemente lo hará desistir de mover sus labios. Estas tres
técnicas básicas, lo ayudarán a incrementar su velocidad de lectura.
¿Cómo leer rápido si no me gusta?
No todas las personas cuentan con el amor y la pasión por los libros. Sin embargo, tienen que
leer todo el tiempo por cuestiones laborales, del estudio o hasta para contarle una historia a sus
hijos antes de irse a dormir.
Algunos de ellos acuden a mi preguntándome Cómo leer rápido si no les agrada esta actividad. Si
quieres enterarte, no te pierdas la siguiente nota.

Cómo leer rápido: imagina que es otra actividad


Seguramente tienes una lista de actividades que amas hacer y que realmente disfrutas mucho,
desde hacer ejercicio hasta mirar películas y desde cocinar hasta jugar con tus pequeños.
También hay otras que no te agradan en lo absoluto, como ir a la oficina, viajar en transporte
público, limpiar la sala o visitar familiares.
Si te preguntara por qué haces cada una de estas cosas, es probable que me respondas:
- porque me agrada / desagrada
- porque no tengo alternativa
- porque puedo pagar los gastos
- Porque le hago un bien a los demás
- Porque ayudo a mis padres
- Porque me obligan
- Porque es mi deber como sostén en la casa
- Porque me aburro / divierto
- Porque me hace sentir vivo
Hay muy buenas razones por las que comenzar a poner en práctica la lectura veloz y
seguramente alguna de ellas te identifique:
- Soy una persona muy ocupada
- Tengo que procesar mucha información cada día
- Leo muy lento
- Compro libros que nunca tengo tiempo para leer
- Tengo muchos informes pendientes en el escritorio
- Me gustaría ser más eficiente en mi trabajo
Campo visual y lectura veloz
Cuando aprendimos a leer, la mayoría de nosotros primero conoció las letras,
después las agrupó en sílabas y finalmente pudo unirlas para formar palabras. Y
así, hemos adquirido un hábito de lectura lineal, desplazando nuestros ojos de
arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, leyendo una palabra tras otra.
Sin embargo, nuestra capacidad de percepción puede ir más allá de las palabras
sueltas, y con un poco de entrenamiento, usted podrá leer conjuntos de palabras
con mayor facilidad.
Estudios científicos realizados sobre el movimiento de los ojos, demuestran que
los lectores avanzados pueden abarcar unas cuatro palabras en un solo golpe de
vista. Esta habilidad se desarrolla en los cursos de lectura veloz, con ejercicios
especialmente desarrollados para estimular la capacidad visual del alumno y
ayudarlo a ampliar su campo de visión. La intención es cambiar un hábito de
lectura adquirido, por otro más productivo.
Ejercicios para ampliar el campo visual
Los siguientes ejercicios le servirán para entrenar su vista y aumentar su
visión periférica. De esta forma, podrá percibir más palabras en una misma
fijación de vista, y consecuentemente incrementará su velocidad de lectura.
1) Dibuje un punto en el centro de una hoja de papel en blanco. Escriba un
total de 15 letras y números alrededor de ese punto, sin ningún tipo de orden
lógico, ni patrón. A continuación, fije su mirada en el punto central, y trate
de visualizar todas las letras y números que pueda, manteniendo siempre la
vista fija en el punto.
A medida que el ejercicio le resulte más simple, agregue más números y
letras.
Cuando alcance el límite de su campo visual, desplace la vista hacia la letra o
número más cercano al punto, para acercarse a los símbolos que no haya
podido identificar.
Ejercicios
2) Dibuje un punto en el centro de la página de un texto de práctica. Fije su
mirada en ese punto, e identifique la mayor cantidad posible de palabras que
rodean ese punto.
3) Tome un texto de práctica, y centre la mirada en el espacio que hay entre un
renglón y otro, y una palabra y las demás. Ese será el punto de máxima visibilidad,
el punto donde fijar la vista, y no sobre las letras. Desde ese punto, imagine un
triángulo hacia abajo, cuya base será el grupo de palabras que abarcará de un
solo golpe de vista. Al comenzar, trate de abarcar tres palabras, y vaya
aumentando esa cifra progresivamente.
4) En un texto de práctica, dibuje una línea vertical en el medio de la página, y
deslice la vista por esa línea. Intente que sus ojos perciban las frases que están a
ambos lados de la línea, tratando de ampliar su visión periférica. A medida que
sus ojos se vayan entrenando, podrá leer las dos columnas sin desplazarlos del eje
central.
Lectura veloz, ejercicios iniciales
•Para poder entrenar la lectura veloz, los ejercicios deberán ir aumentando su
dificultad a medida que pasa el tiempo y tienes más práctica.
•Si recién estás comenzando, lo mejor es que tengas en cuenta ciertos aspectos
que debe tener la lectura rápida, con ejercicios prácticos que son muy fáciles de
detectar:
•Evita la vocalización: es decir, no muevas los labios mientras lees, mantén la
boca relajada. Esto se debe a que la pronunciación reduce la velocidad de la
lectura un 50 por ciento. Deberás aprender a reconocer cada palabra por su
aspecto, no por su pronunciación.
•Evita releer: no volver la vista hacia una parte del texto que ya hayas pasado,
aún cuando pienses que algo no entendiste. Si no comprendes lo que leíste, y
esto ocurre mucho al principio, es preferible que lo releas completo.
Lectura veloz: ejercicios para expertos
Lectura veloz: ejercicios para expertos
• Una vez que hayas puesto en práctica lo anterior y entrenes todos los días, los
resultados aparecerán como por arte de magia. Ahí puedes considerarte un experto
para pasar al siguiente nivel.
• En la lectura veloz, los ejercicios van aumentando su nivel de dificultad a medida
que incorporas correctamente los entrenados en el paso anterior.
Para lograr una lectura veloz, los ejercicios del segundo nivel son:
• Localiza dentro del texto una palabra preseleccionada
• Localiza las informaciones específicas en el texto
• Amplía de manera gradual el campo de fijación de la vista
• Mide el tiempo que tardas para leer una página y vuélvelo a hacer al día siguiente
• Ejercita tus ojos con movimientos rápidos
Lectura veloz y las palabras
En toda lectura veloz (y también en la tradicional) existen tres tipos de palabras:
-Las conocidas: aquellas que sabemos su significado y su relación en contexto con
las demás.
-Las desconocidas: las que no conocemos qué significan o por qué están escritas
en el texto.
-Las dudosas: puede ser que al momento de leerlas nos confundamos una letra o
bien que no sabemos totalmente su función.
En el primer caso no tendríamos ningún tipo de inconveniente: las conocemos,
sabemos su utilidad en el texto, estamos seguros de lo que quieren decir, etc. Con
aquellas que son desconocidas podemos tomar dos caminos: dejarlas de lado
(seguir leyendo) o bien buscar su significado en el diccionario. Si bien esto último
nos lleva más tiempo, lo importante es recordarla para siguientes lecturas.
Las que nos resultan dudosas nos pueden traer varios problemas, ya que
seguramente nos harán releer el texto, la frase o la palabra varias veces
hasta entenderla. Eso es lo que se trata de eliminar en la lectura rápida.
Sin hacer regresiones también podemos utilizar el diccionario o dejarlas
pasar. Tener en cuenta que la pérdida de tiempo se puede transformar en
un hábito perjudicial para nuestra comprensión y nuestra velocidad.
Cuando los textos son muy complejos y todavía no somos expertos en la
lectura “no tradicional” es probable que tengamos que hacer varias
regresiones, consultar con otras fuentes, preguntar qué quiso decir el
autor, etc., lo que llamamos “regresión controlada”. Por ello, para
comenzar, siempre es mejor tomar un texto más sencillo, con palabras
que en su mayoría sean de nuestro conocimiento.
Lectura veloz y la falta de vocabulario
En la lectura veloz no sólo se habla de la rapidez con que uno lee sino también
en la información que queda en nuestra memoria. Se sabe que leer
asiduamente nos permite tener un mayor bagaje cultural e imaginación,
menos faltas de ortografía y sobre todo, más vocabulario.
Por el contrario, no tenerlo es un freno a nuestra capacidad de aumentar la
velocidad de lectura, porque debemos regresar en cada momento con el fin
de comprender el sentido de la frase. Esto ralentiza sin dudas el proceso y nos
lleva a ser lectores “inmaduros”.
Para evitarlo, se puede confeccionar una lista de palabras que no se conocen
para luego buscarlas en el diccionario. Cuando se lee un libro, por ejemplo, se
pueden ir marcando las desconocidas y cuando se termina la página o el
capítulo no sólo conseguir su significado sino además sinónimos, antónimos y
derivados.
Guiar los ojos
Cuando un niño aprende a leer comienza poniendo el dedo en la página.
maestros y padres lo desalientan porque piensan que eso reduce la velocidad de
lectura. Quizá en esa etapa lo haga, pero de todos modos la pregunta es: ¿por
qué, instintivamente, el niño coloca el dedo en la página?
Y la respuesta es obvia: eso mantiene la vista en foco y ayuda a la concentración.
A pesar de que como adultos tenemos la creencia de que leer siendo guiados por
el dedo no es conveniente, podemos hacernos estas preguntas: ¿no usamos
acaso el dedo, un lápiz o una lapicera cuando buscamos una palabra en el
diccionario, o un número en la guía telefónica, o cuando sumamos una columna
de números, o bien cuando señalamos un pasaje de un texto al que deseamos
que alguien preste atención?
¿No es curioso, entonces, que en distintas situaciones usemos guía cuando
leemos, excepto en la lectura normal.
Está demostrado que cuando los ojos siguen una guía, su
trabajo es más cómodo y se vuelve más eficaz.

Puedes hacer un ejercicio muy simple que te demostrará el


efecto de lo que estamos comentando.

Pídele a una persona que imagine un círculo más o menos de


su tamaño, y que luego de imaginárselo lo recorra con la vista.
Presta atención cuando haga esto último, observando muy
cuidadosamente sus movimientos oculares.
Para qué utilizar una guía
Utilizar una guía, pues, facilita los movimientos oculares, dotando a éstos de
mayor precisión y rapidez.
Lo mejor que puedes usar como guía es un objeto largo y delgado, como un lápiz
o una lapicera o un palillo. De esta manera, la guía no bloquea la visión de la
página porque se puede ver fácilmente alrededor de ella.
¿Para qué utilizar el movimiento de una guía? Podemos observar cuatro
funciones básicas:
·Reduce al mínimo la cantidad de trabajo que recae sobre el ojo.
·Ayuda a dirigir el ritmo veloz de la lectura.
·Aumenta la concentración. Si nos distraemos por un momento, sólo
recorreremos la página con sus dedos y al darnos cuenta de ello volverá
enseguida a la realidad.
·Previene la regresión, es decir, repasar lo que ya ha leído.
Distintos tipos de lectura
Poner en práctica este hábito de lectura le llevará muy poco tiempo, y mejorará tus
habilidades por el resto de tu vida. Las distintas velocidades de lectura.
Un buen lector no tiene una única velocidad de lectura, sino que adapta la velocidad al
objetivo que persigue y a las dificultades del texto. Por ejemplo, si se quiere estudiar
Matemáticas o Gramática, la velocidad no debería superar las 90 palabras por minuto. Las
velocidades varían entonces de acuerdo a si el tema es fácil o difícil, conocido o
desconocido, si se estudia, se investiga o se repasa, si uno quiere distraerse o debe hacer un
estudio crítico. Resumiendo, podemos decir que para leer bien es preciso tener varias
marchas o varias velocidades de lectura. Lo mismo que los automóviles que tienen la 1ra,
2da y 3ra, de acuerdo a la velocidad que se desee desarrollar y el tipo de camino que se va a
recorrer. Si estamos en un camino de montaña no podemos ir a 200 km. por hora, aunque
vayamos en el auto más nuevo y veloz. Si vamos por una súper carretera, nos llevarán por
delante si se nos ocurre ir a 20 km. por hora.
Si quieres llegar a ser un lector realmente eficiente, deberás dar a cada tipo de lectura, y en
cada circunstancia, una velocidad diferente.
Qué es la terapia visual
Como otros sistemas del cuerpo humano, muscular,
respiratorio, cardiovascular etc., el sistema visual también
puede mejorar sus rendimientos de funcionamiento si es
sometido a entrenamiento, es decir, a la práctica reglada y
programada de actividades. La terapia visual, también conocida
como entrenamiento visual es un conjunto de técnicas cuyo fin
último es conseguir una mejor calidad de visión que permita al
individuo la ejecución, con un máximo grado de confort y
mínimo esfuerzo de todas aquellas actividades que conllevan
componentes visuales implícitos en su realización.
Terapia visual
La terapia visual comportamental no sólo modifica la forma en la que
los ojos trabajan, sino la forma en la que trabajan todos los sentidos
conjunta y coordinadamente y cómo se procesan esas informaciones
en el cerebro.

Los ejercicios se realizan con materiales muy variados, integramos en


la terapia visual ejercicios de integración cerebral y PNL. Además, se
establecen actividades de coordinación multisensorial como ejercicios
auditivos y motores. De esta forma, la terapia visual se convierte en
una herramienta muy potente de estimulación en nuestros programas.
Evolución de la visión
En un recién nacido el sistema visual “está” en potencia, existe
una pre-organización cerebral que tiene que desarrollarse en las
experiencias con el entorno. Cuando el niño o niña tiene 3 o 4
años e inicia su escolaridad, se aprecia su agudeza visual, su
capacidad de ver de forma nítida en cerca y lejos, y cuando no
puede se habla de miopía, hipermetropía o astigmatismo. Pero
otras habilidades visuales se deben desarrollar para las
actividades “de cerca” y la coordinación motora.
Estas habilidades le permiten seguir objetos en movimiento, Cuando un niño
desarrolla las diferentes habilidades del sistema visual también mejora su
rendimiento al correr, saltar, sortear obstáculos, evitar irregularidades del
terreno, montar en bicicleta... las buenas habilidades motoras estimulan a su
vez las habilidades visuales. Y por el contrario los niños “torpes”, que
tropiezan con facilidad, “no les gusta” hacer deporte, que les cuesta montar
en bicicleta... tienen en muchos casos bajas habilidades visuales. Esas
dificultades manifestadas en “lo motor” tienen en realidad mucha relación
con la visión.
La visión se compone de habilidades visuales fisiológicas, que dependen
principalmente del estado del sistema visual, y de habilidades perceptivas
que dan significado a las sensaciones visuales. Necesitamos desarrollar
ambas habilidades para que la VISIÓN, presente en muchísimas áreas del
cerebro, tenga significado, coherencia y nos permita aprender fácilmente.
Habilidades visuales fisiológicas
Movilidad ocular: Incluye las habilidades para seguir objetos en movimiento lineal
(horizontal y vertical) o de un punto a otro con los ojos de forma precisa y dirigir
perfectamente los ojos donde nosotros queramos de forma rápida y precisa. Imprescindible
para la lectura y los deportes.
- Cambio de Foco - Acomodación: La habilidad de mirar rápidamente de lejos a cerca o
viceversa, con nitidez y precisión. Por ejemplo, cuando miramos de la pizarra al libro o
viceversa, o de los mandos del coche a la carretera.
- Enfoque mantenido en el tiempo - Atención Visual: La habilidad de poder mantener el
enfoque en visión cercana de una forma cómoda y eficaz durante un tiempo determinado.
- Percepción de Profundidad: La habilidad de determinar las distancias entre objetos y de
ver el movimiento preciso en el espacio tridimensional.
- Visión Periférica: La habilidad de registrar e interpretar lo que está sucediendo alrededor
mientras se está atendiendo a una tarea visual central específica.
- Binocularidad: La habilidad de usar ambos ojos simultáneamente, con suavidad, igualdad
y precisión.
Entrenamiento visual (E.V)
El E.V. trata de mejorar las habilidades visuales para obtener un
rendimiento visual superior, un sistema visual más eficaz. Cuando el
sistema visual trabaja de una manera más eficiente, puede percibir,
procesar y comprender más y mejor la información visual. (Hay que
tener en cuenta que la información que procesamos es en un 80%
proporcionada por nuestro sistema visual). También podríamos
utilizar el término “ Educación Visual” lo cual implica que el proceso
de la visión puede ser mejorado por la práctica y el aprendizaje. Seria
un procedimiento de “enseñar a ver” partiendo de que todo lo que se
aprende, puede aprenderse mejor. Cuando una facultad se convierte
en más habitual, puede ser realizada con un menor gasto de energía
(y por lo tanto de forma más eficiente).
La misión del E.V
Se podría decir que la misión del E.V. es la de hacer la visión
más confortable y eficaz. Una persona debe ser capaz de ver
clara y confortablemente, y poder interpretar lo que ve sin
retraso. Esto necesita de la habilidad para orientar cada ojo con
precisión, de una perfección en el uso de los dos ojos a la vez,
de un cambio instantáneo de la focalización para las diferentes
distancias y de ser capaz de juzgar la forma, el tamaño y la
distancia.
Requisitos de la terapia visual

Debe cumplir:
- Estar en correlación con el examen de optrometría.
- Ser rápido y efectivo.
- Seguir un orden cronológico y evolutivo.
- Ser adecuado a las capacidades del paciente.
- Ir aumentando la dificultad a medida que las habilidades
mejoran.
- Debe realizarse tanto en consulta como en casa.
- Ser individual
Antecedentes históricos de la terapia visual
El término “ Entrenamiento Visual” se ha ido desarrollando a través de los años. Como
antecedentes históricos de esta técnica se pueden citar como ejemplos algunos
intentos de mejorar diferentes áreas del funcionamiento visual mediante la
ejercitación consciente de las mismas que han realizado los profesionales de la visión
en diferentes épocas con resultados mas o menos auspiciosos. Ya desde mediados de
1700 se comenzó a ocluir el ojo sano de los individuos que padecen ambliopías,
sabiendo que forzando de esta manera su utilización, se favorece la mejoría del ojo
afectado. A principios de este siglo algunos oftalmólogos propiciaban la realización de
ejercicios visuales con el objeto de mejorar ciertos trastornos refractivos como
miopías. A mediados de siglo se desarrollan con gran auge para el tratamiento de las
disfunciones del alineamiento o de la coordinación interocular una serie de técnicas
que originalmente, en su estilo clásico, conformaron lo que se denominó “Ortóptica”
(ojos derechos), cuyo soporte es la utilización de cristales prismáticos y aparatos
sofisticados como el Sinoptóforo o Amblioscopio.
Otra técnica desarrollada en los años 50 se denominó “pleóptica”
aplicada fundamentalmente al tratamiento de ambliopías y
correspondencias anómalas. El entrenamiento de la visión surge como
disciplina plena en las últimas décadas de este siglo. Sus bases se han
conformado al ir incorporándose conocimientos, derivados de otras
disciplinas, a las experiencias adquiridas por la utilización de técnicas
anteriores. Así, se puede decir, que actualmente, el entrenamiento de
la visión, emerge de la integración de diferentes conocimientos
aportados por diferentes escuelas científicas: las clásicas Ortóptica y
Pleóptica, la Teoría de los sistemas de información, las Teorías
modernas de aprendizaje, y las Técnicas utilizadas por la Psicología del
comportamiento o Biofeedback, etc.
Aplicaciones de la terapia visual

De acuerdo a las diferentes circunstancias de cada individuo, a


través del entrenamiento visual, se pueden conseguir los
siguientes resultados:
• Completar el desarrollo del sistema visual: Se utiliza para
apoyar y/o ayudar a completar el normal proceso de desarrollo
del sistema visual, en especial en aquellas personas, niños y
adultos jóvenes, que no lo han logrado de una manera completa
o a un tiempo adecuado, evitando y/ o mejorando retrasos
escolares en el aprendizaje.
• Conservar el sistema visual en condiciones óptimas de funcionamiento:
para evitar la aparición de problemas visuales, frenar la aparición o el avance
de las miopías funcionales, y/o síntomas de fatiga visual y ocular.
• Remediar problemas sutiles del funcionamiento visual muy incomodantes,
tales como: disfunciones oculomotoras, acomodativas, y/o trastornos de la
coordinación binocular no estrábicos (insuficiencias de convergencia, forias,
etc..). Estas situaciones tienen una frecuencia de presentación muy alta
dentro de los trastornos visuales, encontrándose en segundo lugar sólo
precedidas por los trastornos ópticos o refractivos; dependen de las
demandas de funcionamiento excesivas al sistema visual que sobrepasan las
propias reservas funcionales, tal como ocurre en las astenopías o molestias
visuales de los usuarios de ordenador.
• Remediar problemas severos de funcionamiento visual como ambliopías,
estrabismos, recuperación de paresias de los músculos oculares, nistagmus,
etc.
• Obtener máximo funcionamiento visual posible: en aquellos individuos que
deseen lograr un mejor rendimiento visual en actividades con grandes
componentes visuales como pueden ser: deportistas de alta competición,
sujetos que deseen realizar técnicas de lectura veloz o simplemente cualquier
persona que, por si misma, desee tener una mejor calidad de visión.
• Mejorar las habilidades motoras brutas, la coordinación ojo mano, y los
comportamientos visuales de niños y adultos que sufren de una lesión
cerebral, perturbaciones en el sistema nervioso, y diversos grados de retraso
mental.
Fases de la terapia visual
Las fases que vamos a seguir son las siguientes:
• Fase monocular: En esta primera etapa se actúa entrenando cada ojo por
separado intentando lograr un igualamiento en el funcionamiento entre
ambos enfatizándose la estimulación de aquel ojo menos hábil (p.ej en
ambliopías). Es preferible la obturación(con un celo translúcido sobre una
gafa inhibimos la visión central respetando la periferia)que la oclusión (que
inhibe tanto la visión central como la periférica). Se enfatiza el entrenamiento
de los sistemas oculomotor (seguimientos, sacádicos y fijación) y
acomodativos (amplitud y flexibilidad de enfoque); comenzando con bajos
niveles de dificultad y permitiendo la presencia de apoyos motores,
cinestésicos o auditivos. Simultáneamente se completa con entrenamiento
monocular perceptomotor (coordinación ojo mano, memoria visual,
percepción periférica, reconocimiento de formas y tamaños, espacio visual,
etc.).
• Fase biocular: cada ojo tiene su propio campo de visión. Es una etapa
intermedia, los circuitos oculares tratan la información al mismo tiempo;
pero el elemento de confusión no está presente. El paciente construye su
imagen de dos partes separadas que no tienen elementos comunes. Para
esta fase se pueden utilizar separadores de campo (septum) o prismas
• Fase binocular: En esta etapa se estimula el funcionamiento conjunto e
integrado de ambos ojos. Todos los ejercicios se hacen sin artificio alguno,
es decir con los ojos descubiertos. En esta fase se trabajarán las funciones
de las etapas anteriores pero con ambos ojos a la vez y se incorporará el
entrenamiento de las vergencias y la estereopsis primero en situaciones
estáticas y con incrementos suaves de las demandas para luego
completarse con entrenamiento brusco o a saltos y combinados con
movimientos oculares y desplazamientos corporales.
En ambliopías y estrabismos se añade una etapa más:

• Monocular en campo binocular: que seria una etapa anterior a la fase


binocular en la cual se entrenan ambos ojos simultáneamente pero donde si
bien los dos ojos perciben casi todo el entorno, se presentan estímulos que
son vistos por cada ojo por separado. Para lograr este efecto se utilizan por
ejemplo gafas anáglifas, planchas rojas y verdes etc.

GUÍA DEL ENTRENAMIENTO VISUAL


Hay principios generales que se aplican a todas las técnicas de Terapia Visual
y principios específicos para las técnicas de visión binocular, oculomotricidad
y acomodación. La T.V. se puede considerar como una forma de aprendizaje
y educación, por eso se deben utilizar principios y directrices generales para
alcanzar el éxito.
Principios generales de la terapia visual

1. Determinar el nivel donde el paciente puede realizar la tarea


fácilmente: esto le proporcionará confianza y motivación. Al
principio también se proveerá un máximo feedback y/o se
permitirá el uso de soportes, ayudas cinestésicas o auditivas,
para luego desarrollar la función lograda incluso en ausencia de
ellos.
2. Ser consciente del nivel de frustración: Si las demandas son
excesivas, agota la capacidad mental y de atención que debería
ser dirigida hacia el objetivo deseado, interfiriendo por tanto en
el procesamiento de la información.
3. Utilizar refuerzos positivos
4. Mantener un nivel de entrenamiento efectivo: Para cada función se
sigue un plan que ira presentando crecientes grados de dificultad.
5. Resaltar al paciente que los cambios se deben producir en su propio
sistema visual. A menudo cuando los pacientes realizan un programa
de E.V., tienen la impresión de que son los instrumentos, lentes o
prismas los que provocan el cambio en su sistema visual. Para
conseguir este objetivo, el lenguaje utilizado en la comunicación entre
el optometrista y el paciente es crítico.
6. Hacer que el paciente sea consciente de las metas del E.V.. Debe ser
capaz de explicar cual es su problema, como le afecta a su rendimiento
y como puede mejorar.
7. Establecer unos objetivos realistas y ser flexibles con estos objetivos o
metas.
8. Utilizar técnicas E.V. que den Feedback al paciente (por ejemplo: diplopia,
borrosidad, lustre, SILO, etc.): la retroalimentación es una fuerza
extremadamente poderosa en el aprendizaje. En cada actividad el paciente
debe de ser consciente de cuando ocurren las imprecisiones. Hay una clara
necesidad de que el paciente tenga “Conciencia de Error” en la tarea que está
realizando, siendo ésta utilizada para mejorar su rendimiento. Según mejora
el rendimiento, el paciente deja de tener necesidad de estar completamente
concentrado o depender de la conciencia de error. Éste es el llamado “Nivel
Automático” donde la atención y la concentración se dedican a tarea
cognoscitivas más amplias como comprender lo que se está leyendo.
Finalmente se agregarán distracciones auditivas, cinestésicas y cognoscitivas
que reforzarán el automatismo logrado.
Ejercicios de relajación visual
El Palming es un gran ejercicio de salud visual y relajación de
los ojos. Nos permite relajar el sistema visual en un breve
periodo de tiempo, consiguiendo detener casi totalmente la
actividad de la mayor parte de los procesos relacionados con la
visión, desde los músculos que se encargan de la acomodación
y de la convergencia, hasta la retina y sus células receptoras.
Método
¿Cómo se hace?
• Sentarse cómodamente y apoyar los codos en la mesa.
• Frotar las manos unos segundos entre ellas.
• Cerrar los ojos y colocar las palmas de las manos sobre ellos, de forma que quede un
espacio hueco y cerrado.
• Relajar la mente, procurando no desviarse en pensamientos.
• Observar detenidamente la oscuridad de nuestros párpados.
• Respirar profundamente durante la relajación, que puede durar el tiempo que se
desee. Lo ideal es entre 5 y 15 minutos.
• Esta técnica también es efectiva cuando tenemos dolor de cabeza causado por la
tensión ocular. Se recomienda hacerlo cuando se está frente al computador por un
tiempo prolongado y se puede combinar con otros ejercicios como el parpadeo
repetido, guiñar un ojo y el otro alternativamente, apretar y relajar ambos párpados,
entre otros.
Yoga ocular y relajación visual
A través de sencillas técnicas de yoga es posible relajar la visión del estrés ocular
cotidiano. El uso de computadoras y la exposición a rayos UV solares y
contaminantes desgastan la visión. Uno de los propósitos más deseados para reparar
los excesos navideños e iniciar un 2012 con bienestar es mantener en forma el
cuerpo, bajar esos kilos de más y disminuir el estrés mediante la práctica de actividad
física. Sin embargo, para verse bien y ver mejor, los ojos también requieren ser
ejercitados a lo largo del año ¡Y el yoga puede ser la solución! El yoga aporta muchos
beneficios para el cuerpo al proporcionarle fortaleza y flexibilidad, al tiempo que
ayuda a controlar la respiración y a relajar la mente. Así también es un aliado para la
salud de los ojos al liberarlos de tensión y mejorar su desempeño, previniendo su
deterioro por el sobre esfuerzo al que se someten diariamente, Mediante la práctica
diaria de los ejercicios de yoga para los ojos, los beneficios se verán reflejados en
disminución del estrés ocular, relajación de músculos, así como una mejor circulación
sanguínea e incremento del oxígeno y nutrientes. Las técnicas a seguir para darle
relajación y flexibilidad a los ojos mediante Yoga son:
Movimientos verticales
Sentarse con la espalda recta, manos sobre las rodillas y cabeza mirando al
frente. Mantener la cabeza quieta, mover los ojos y mira hacia arriba todo
lo que se pueda. Permanecer en dicha posición 3 segundos y después mover
los ojos y mirar hacia abajo todo lo posible. Repetir el ejercicio 4 veces. Al
terminar, parpadear rápido varias veces y cerrar los ojos para relajarlos.

Movimientos horizontales
Mover los ojos de izquierda a derecha, en horizontal sin forzar. Repetir el
ejercicio 4 veces, haciendo una pausa de 4 segundos en cada extremo. Como
último paso, parpadear rápidamente varias veces, cerrar los ojos y relajarse.
Movimientos diagonales
Realizar el mismo ejercicio que antes pero esta vez pasar de un punto que se
encuentre en la esquina superior derecha de su campo de visión a otro
situado en la esquina inferior izquierda. Repetir el movimiento opuesto: de la
parte inferior derecha a la parte superior izquierda. Realizar cada ejercicio 4
veces sin forzar. Para finalizar parpadear rápidamente varias veces, cerrar los
ojos y relajarse.
Movimientos circulares
Trazar un círculo moviendo los ojos primero en el sentido de las agujas del
reloj para llegar lo más que se pueda hasta el límite de visión pero sin
forzarla. Una vez completado el círculo en ese sentido, se debe repetir en el
sentido contrario al de las agujas del reloj. Repetir el ejercicio 2 veces en cada
sentido. Al terminar parpadear rápidamente varias veces, cerrar los ojos y
relajarse.
Ejercicios simples para realizar en cualquier momento del día:

Ama tus ojos: El mejor momento para seguir este ejercicio es al comienzo del día. Requiere muy
poco tiempo y es importante para la relación con tus ojos. Aunque al principio puede parecer
difícil, y tal vez incluso ridículo, sus beneficios serán evidentes rápidamente.
Mira tus ojos en un espejo y diles en voz alta: Os amo y siempre os amaré, siempre.
Baños de sol: Se realizan con los ojos cerrados, dirigiendo la cara hacia el sol y desplazándola
lentamente hacia derecha e izquierda repetidamente. Se recomienda realizarlos a menudo por
breves espacios de tiempo, haciendo unos segundos de palming entre cada exposición.
Baños de agua fría: Lavar los ojos con agua fría varias veces al día estimula su irrigación
sanguínea.
Guiño: Consiste en eso, en guiñar el ojo, tensionando toda la musculatura al cerrarlo y relajarla al
abrir. Este simple ejercicio permite eliminar posibles cuerpos extraños en el ojo, distribuir la
secreción del lagrimal al mismo tiempo que le da un agradable masaje.
Parpadeo: Abrir y cerrar los ojos repetidamente a gran velocidad. Ello concede cierto descanso
momentáneo a los ojos, al aislarlos de la luz, al mismo tiempo que los humedece. Repetir tantas
veces al día como apetezca.
Ejercicios para la visión: Método Bates

La gimnasia ocular fortalece los músculos y mantiene ágiles los ojos, su realización
metódica es una práctica de reeducación visual que permite mejorar la funcionalidad
de los ojos y mantiene la capacidad visual en buen estado. Son también pues,
beneficiosos para aquéllos que, a pesar de tener buena visión, quieran tonificar este
órgano tan castigado en la vida moderna. Si bien son unos ejercicios que requieren
tiempo y paciencia. Es también un ejercicio de voluntad que puede aportar grandes
beneficios; deben ir incorporándose a la vida diaria hasta que no comporten ningún
esfuerzo, es decir, hasta que la reeducación visual haya conseguido su objetivo:
recuperar la forma natural de mirar. A menudo el problema que se plantea es de
pereza disfrazada en forma de falta de tiempo: siempre hay algo más urgente que
hacer. Pero la simplicidad de la mayor parte de estos ejercicios permite que sean
realizados en poco tiempo y en cualquier lugar y momento. Los hay que ni tan sólo
son ejercicios: dormir bien, con la luz apagada, evitar malas posturas...
Son medidas que conocemos todos pero que quizá por su simplicidad se les
otorga menos importancia de la que tienen. La prevención es sumamente
importante, tanto para los ojos como para el estado general del cuerpo, es
el primer paso ineludible hacia la curación. Antes de adquirir nuevos hábitos
que puedan llevar a la recuperación, hay que ser consciente de aquéllos que
nos han conducido a la situación actual, y deshacerse de ellos.
Hay distintas actividades que pueden ser de gran ayuda a la hora de llevar a
término la reeducación visual, tales como el Yoga, el Tai Qi, o el Qi Gong.
Este último, incluso cuenta con ejercicios específicos para mejorar la visión.
Todas aquellas prácticas que trabajan la energía vital pueden resultar de
gran ayuda, ya que tonifican y relajan todo el cuerpo, y nos llevan al estado
más propicio para la recuperación y el mantenimiento óptimo de la salud y
de los ojos.
Ejercicios
En cuanto a los ejercicios, los hay de diferentes tipos: los activos, que persiguen
un objetivo determinado, y los de relajación, que buscan este estado
imprescindible para realizar los activos y mantener la vista sana. También hay
otros factores que es importante a tener en cuenta y que es necesario combinar
con los ejercicios, tales como los baños de sol, el aire libre, el agua fría, la
gimnasia y una buena alimentación. La óptima observación de la respiración es
otro elemento irreemplazable para la buena visión, no sólo por su papel en la
relajación sino porque aumenta la circulación de sangre oxigenada que llega a
los ojos. La poca importancia que se le da a la respiración no responde a su
capacidad para ofrecernos una buena calidad de vida. Podría probarse durante
un tiempo, durante el cual tomar consciencia de la respiración y probar qué
diferencia hay si en un momento de nervios hacemos una respiración
entrecortada, o una profunda, lenta y regular.
Durante la realización de los ejercicios, hay que mantener una respiración
profunda y acompasada, ya que a menudo, cuando se hace un esfuerzo
ocular tiende a disminuirse o parar a intervalos la respiración, como si de esta
manera se atendiera mejor lo que se está mirando, cuando es al contrario, ya
perjudica a los ojos. Si se está leyendo un texto que resulta pesado, o
extremadamente interesante, se tiende a minimizar la respiración, pero
también en el acto de lectura normal la respiración acostumbra a ser poco
profunda. Si durante una lectura se siente dolor en los ojos, sólo hay que
probar de leer haciendo respiraciones profundas e inmediatamente se notará
la diferencia, el dolor prácticamente desaparece y mejora la capacidad visual.
Asimismo, los ejercicios de respiración son también un complemento
excelente para los ejercicios visuales ya que, ayudan a la vez a la relajación.
Los ojos se ponen en forma cuando el juego visual es distendido, sin
tensiones ni cansancio.
Ejercicios activos
• Mirada analítica: Uno de los malos hábitos de los ojos defectuosos es pretender
abarcarlo todo en una sola ojeada, hecho que provoca una fijación de la mirada.
Los ojos de los aborígenes de tribus en estado más primitivo tienen una movilidad
continua. No fijan los ojos en ningún punto, sino que recorren todos los detalles y
extraen una visión de conjunto. Esta es la forma saludable de mirar. La sociedad
industrial ha propiciado la modificación de la visión natural que se traduce
básicamente en una fijación de la mirada. Para impedirlo, es necesario que los
ojos estén en continuo movimiento, tomando cada vez un pequeño detalle del
conjunto y que la mirada se vaya moviendo rápidamente de un lugar a otro. De
esta manera, el conjunto se dibujará de una manera más nítida a la vez que no
representará un esfuerzo extraordinario para los ojos. Hasta que no se adquiera
ese hábito, es un ejercicio muy beneficioso practicarlo con una imagen, un paisaje
o fragmento, analizando sus partes poco a poco, moviendo rápidamente los ojos.
Ejercicios activos
• Acomodación: Con una revista o un libro en la mano iniciar la lectura manteniéndolo lo más
cerca posible de los ojos, empezar a alejarlo lentamente hasta tener el brazo estirado, volver a
aproximar la página sin interrumpir la lectura, y así hasta veinticinco veces consecutivas. Después
dejar el libro y colocar el dedo índice entre los ojos, los más cerca que sea posible de la cara, en
posición vertical, alejarlo paulatinamente. Finalmente volver a acercarlo, pero siempre muy
lentamente. Repetir unas veinticinco veces.
• Gimnasia directa: Este ejercicio tiene la finalidad de habituar el ojo a mirar en todas direcciones
y recuperar así la flexibilidad de la musculatura, a la vez que afloja la tensión. Con la cabeza y los
hombros relajados pero sin moverse, empezar a mirar primero a la derecha y después a la
izquierda y viceversa. A continuación de arriba a abajo. Seguidamente se mirarán las cuatro
esquinas de una habitación, i después de unos cuantos días se pasará a la rotación visual
recorriendo un círculo con los ojos unas veinte veces en cada sentido. Otra forma de gimnasia
directa es cruzar los ojos. En contra de las amenazas maternas de que podrían quedarse así de
por vida, mirarse la nariz es una forma de estirar la musculatura. Estos ejercicios pueden resultar
al comienzo un poco dolorosos, incluso producir como una especie de mareo debido a que los
ojos se encuentran en tensión. Este dolor irá desapareciendo a medida que avance el ejercicio,
pero es importante no forzar los ojos.
•Alternancia: Dirigir la mirada a un lugar oscuro, mantenerla allá unos segundos y mirar
hacia un lugar muy iluminado. Efectuar una pausa en esta posición antes de mirar otra vez
al lugar oscuro y así sucesivamente.
•Balanceo: Este ejercicio se practica de pie, con los pies separados unos 30 cm. y dejando
que los brazos caigan libremente, a continuación se inicia un suave balanceo moviendo el
cuerpo de un lado a otro. Hay que mover todo el cuerpo, no sólo la cabeza o el tronco, e ir
levantando los pies alternativamente. Este ejercicio dispone de dos posibilidades: el
balanceo corto y el amplio. En el balanceo corto los pies se separan unos 50 cm.
aproximadamente. Hay que situarse delante de una ventana o paisaje, de manera que se
disponga de un objeto cercano y otro más alejado. La oscilación debe ser lenta y
acompasada. Hay que mantener la mirada en el objeto cercano. Al oscilar hacia la derecha
parecerá que el paisaje se mueve hacia la izquierda en relación con el objeto cercano.
Cuando se haya observado durante un buen rato, cerrar los ojos, y, sin dejar el movimiento,
evocar la imagen, con los mismos movimientos. En el balanceo amplio los pies deben estar
más separados y la oscilación debe ser mayor oscilación mayor. Este ejercicio es
especialmente beneficioso para los miopes.
•El Guiño: Es uno de los ejercicios más sencillo, y puede hacerse en cualquier momento, ya que
simplemente se trata de eso, de guiñar el ojo. Guiñar el ojo permite eliminar los cuerpos extraños, al
mismo tiempo que asegura una buena distribución de las secreciones lagrimales, es como un masaje.
En el momento de cerrar el ojo, debe apretarse al máximo, tensando toda la musculatura ocular, y en el
momento de abrir, relajar.
•La puerta: Situar el dedo índice a un palmo de los ojos y mirar a un punto lejano. Al cabo de un rato el
dedo se desdoblará y formará una puerta sin travesaño superior, es decir, que el objeto lejano que se
está enfocando quedará enmarcado por la imagen de los dos dedos. En el momento en que intentemos
enfocar los dedos, la imagen doble desaparecerá y sólo encontraremos uno de ellos. Probablemente
una de las dos imágenes aparecerá más borrosa que la otra, eso significa que el ojo contrario está
menos relajado o es más débil. A medida que se vaya practicando este ejercicio, los dos dedos tienen
que ir adquiriendo la misma intensidad. - Adaptación: En este caso son necesarios dos calendarios, uno
grande colgado en la pared y uno pequeño para tener en la mano. Fijar la vista, primero con un ojo y
después con el otro, en el número uno del calendario pequeño y seguidamente en el del grande, y así
con cada número de los dos calendarios. La adaptación resulta especialmente beneficiosa para los ojos
miopes, ya que les acostumbra a cambiar de enfoque y visualizar, a partir del calendario pequeño, los
números del calendario mayor.
• Ojo de pirata: Las gafas acostumbran a graduarse para cada ojo de forma separada.
Esta práctica desajusta todavía más el equilibrio y la coordinación de los ojos. Un buen
ejercicio para profundizar en el trastorno de cada ojo y posibilitar así el
restablecimiento de la coordinación es la utilización de un parche durante espacios
cortos de tiempo a lo largo del día. Los parches para los ojos pueden adquirirse en
cualquier farmacia. Tapar un ojo con el parche y hacer los ejercicios visuales, o
simplemente efectuar las actividades cotidianas, siempre que el ojo descubierto no
fuerce su capacidad, ya que en este caso sería contraproducente. Tapar el mismo ojo
cada día un rato, mientras se está en casa tranquilamente o dando un paseo,
tomando consciencia de cuáles son las sensaciones y sentimientos que provoca. Al
cabo de una semana, o el tiempo que se crea necesario, cambiar el parche al otro ojo,
comprobando cuáles son las diferencias en la percepción del mundo, las respuestas
emocionales y físicas. Es posible que un ojo tenga la capacidad visual muy por debajo
del otro, y por este motivo no realice determinados movimientos a la hora de mirar.
Con este ejercicio cada ojo realizará de este modo todos los movimientos necesarios
para la visión.
La relajación
La relajación es el componente indispensable que persiguen muchos de los
ejercicios destinados a mejorar la vista. Muchos de sus trastornos se deben a
la tensión y la fijación de la mirada, por lo que la relajación constituye un
paso imprescindible para la curación. Los ojos, para su buen funcionamiento,
deberían estar siempre en un estado de relajación dinámica, pero muchas
veces eso resulta imposible ya que el cuerpo no se encuentra relajado. Es por
eso que debe atenderse no sólo a la relajación de los ojos sino al estado
general del cuerpo. Si es posible, se recomienda hacer ejercicios de relajación
o meditación antes de los ejercicios visuales para que el cuerpo esté y siga
relajado. Al ser éste un punto tan importante para el buen funcionamiento de
la vista, en los momentos en que los ojos no son necesarios en la actividad
que se esta efectuando, tenerlos cerrados o simplemente en un estado de
pasividad que permita que estén distendidos.
Relajación
• Rotación del cuello: Los movimientos rotativos del cuello constituyen una
buena relajación, ya que a menudo ése es un punto en el que se acumula
tensión y queda agarrotado. También un breve masaje en la nuca hace un
efecto similar. Es una buena manera de empezar los ejercicios, o también
durante un descanso en el trabajo o durante la lectura. También pueden
masajearse los puntos de acupresura de la nuca relacionados con la visión.
Éstos se encuentran las protuberancias al final del cuello, donde empieza la
cabeza; presionando estas zonas se estimula la circulación de la energía de
los ojos.
• Palmeado: Este es un ejercicio básico destinado al descanso de los ojos.
Consiste en poner las palmas de las manos sobre los ojos cerrados, con los
codos encima de la mesa. Las manos no deben efectuar ninguna presión, se
trata e relajar, pero como más oscuridad se consiga mejor. De esta manera
durante unos diez minutos se relajarán los ojos. En el caso de que la visión
sea normal o casi normal se verá el campo visual totalmente negro, si no es
así es probable que aparezcan manchas grises o de color, franjas luminosas...
pero a medida que mejora la vista, estas franjas van desapareciendo. Sea
como sea, no debe atenderse a las manchas, ya que en ese caso los ojos no
se relajarían.
• Parpadeo: Es un ejercicio que consiste en abrir y cerrar los ojos, tal y como
se parpadea normalmente pero a más velocidad.
Aquí finaliza la píldora
«Tips para Lectura veloz»

Muchas gracias.

Fundación FUDE
Fundación para el Desarrollo Educativo

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