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DERECHO Y MORAL
AUTORES:
Cobeñas Carrillo, Martha1
Dolores Cruzado, Marilin
Gonzales Ampicha, Helga Yulca
Vargas Mesones, Ross Mary Solange
Villanueva Rodriguez, Roberto
Vinces Morales, Bernabé
Zuasnabar Villegas, David
ASESOR:
Mg. Berrospi Acosta, Alan Félix
CALLAO – PERÚ
2022
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………...1
Las conexiones entre los conceptos de derecho y moral se pueden analizar de muchas
maneras, pero nos parece que la forma más interesante de mirar la relación entre ambos es
empleando el término de justicia como un intermediario entre ellos desde el aspecto jurídico.
Este planteamiento nos sitúa, por supuesto, en el centro mismo de la filosofía del derecho,
aunque, como veremos, nos conducirá inmediatamente a otros campos como el de la
sociología, política y la ética.
Frente a casos poco claros, la decisión que pueda ser tomada por el juez, es un acto
voluntario, donde tendrá que emitir un fallo no solo en base a las evidencias, sino que
principalmente, amparado en su experiencia y conocimiento, esta decisión sentará
jurisprudencia para posteriores efectos.
Para llegar a este fin, el administrador de justicia recurre, entre otros, a los principios
generales del derecho, estos principios guardan una estrecha relación con la moral, pues de
ellos, emanan normas que separan lo justo de lo injusto o el bien del mal.
Como ejemplo podemos mencionar los principios de ‘vivir honestamente’, ‘buena fe’,
‘no hacer mal a nadie’, entre otros, además de la conocida ‘dar a cada uno lo suyo’. Cabe
resaltar que otro de los grandes pensadores doctrinarios históricos como Tomás de Aquino
también han marcado el importante nexo de la moralidad en la ley. Uno de sus más famosos
postulados defiende que la ley busca la justicia, siendo lo justo dar a cada uno lo suyo que es
su derecho, argumento basado en la frase acuñada en principio por Ulpiano que señala que la
justicia ‘es una constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho’ (Ruiz, 2016).
Este es un asunto del que el maestro Joseph Raz se centró a partir del punto de vista del
positivismo la cual es excluyente y sosteniendo existente una excepción entre el derecho y la
moral. Asi como se han venido sosteniendo en otros autores como el gran abogado Eugenio
Bulygin, la controversia en la interacción de distintas maneras fácticas no está en discusión, lo
cual se encuentra en controversia ya que para aclararlo hay que indagar y posteriormente el
análisis, entendimiento y educación del derecho es pertinente mantener existente una
exclusión todavía a grado teórico y discursivo en ciertos niveles.
La excepción aquí es que esta sostenida de una postura muy detallada que nos habla
netamente del derecho, que inicia a partir de las causas como los recursos más pequeños y
fundamentales, hasta la tesis de las fuentes sociales del derecho como una perspectiva de
grupo y ordenadora del iuspositivismo.
En tanto, el motivo operante en cuanto parte del motivo completa, y como razón
protegida consigue su forma acabada cuando se completa con el motivo excluyente que le
asigna su peso específico, y ésta resulta ser una razón de primer o segundo orden en tanto
pertenece a una regla y el sistema normativo con intensión de autoridad que ordena sus dichas
reglas como parte del sistema excluyente. En este sentido todo lo cual integra a la regla
jurídica y del sistema jurídico tiene un carácter puramente jurídico y no moral.
Hoy en día claramente podemos darnos cuenta de que algunos creadores de leyes no tienen
fines morales, más aún utilizan esa potestad de creación de derecho como un conducto para un
beneficio económico, alianza de poderes e incluso como retaliación; los jueces también actúan
en algunos casos inmoralmente, y porque no decir sistemas jurídicos completos pueden estar
siendo manipulados por carteles.
Al respecto, Gardner, J. (2015) nos dice que el Derecho no siempre es empleado con un
fin moral, cuando debería ser todo lo contrario. Siendo los legisladores, funcionarios, diputados
quienes deberían tratar de actuar con pretensiones morales, más aún cuando estos funcionarios
tienen el poder de ser los voceros del Derecho.
El Derecho tiene como objetivo imponer deberes, generar derechos, otorgar permisos,
poderes, etc. y no necesariamente una aspiración moral, es más bien lo que impone el derecho a
fin de que se respete.
En muchos casos la moral omite opinar en diversas cuestiones que podemos observar al
efectuarnos ciertas preguntas ¿Se debería quitar la vida a un inocente para salvar la de muerte a
otras tres personas inocentes? ¿Es irreprochable ser crueles para ser justos? Y peor aún en
ocasiones la moral ha encontrado solucionar estas disyuntivas realizando lo que la mayoría de
personas coincide. Gardner, J. (2015)
En tal sentido, el Derecho tiene el objeto de hacer que la moralidad disminuya sus
lagunas, debido a que el Derecho nos permite tener mayor conocimiento, experiencia, y así
poder consolidar y evitar caer en error ante querer dar solución a un conflicto.
Por otro lado, el Derecho también requiere de la moral para mermar vacíos legales,
cuando entra en controversias consigo mismo, por no poder dar solución utilizando solo normas
jurídicas, la ambigüedad del texto y la intencionalidad que le puedan dar los juristas podrían
defraudar la función que tiene el Derecho en lo que se refiere a las lagunas de la moral.
Gardner, J. (2015), Los jueces sobre todo están sometidos a resolver y decidir cada uno
de los casos que se les presente es su jurisdicción y menos aún podrían abstenerse de su juicio
como, por el contrario, si lo podemos hacer las demás personas, esto es en mérito de que ellos
se encuentran obligados hacer todo lo posible por resolver los conflictos usando las normas
jurídicas siempre y cuando no se topen con algún vacío y en consecuencia ejerce su
discrecionalidad al emplear razones morales en conjunto con las normas llegando a otras
conclusiones jurídicas quizá aún no reconocidas por el derecho.
Podríamos citar una norma ya existente que dio pie a una nueva: Nadie deberá ser
discriminado laboralmente en razón a su sexo, asimismo no se debería discriminar a una mujer
por encontrarse en estado de gestación, de no respetar la segunda situación mencionada se
estaría marginando a la trabajadora de igual forma por su sexo. Al intervenir el tribunal y emitir
un razonamiento que vincule sus decisiones a pesar de que la norma no lo exprese de forma
tácita, genera precedentes vinculantes.
Bajo un análisis minucioso de la primera norma del párrafo precedente, cabría decir que
la segunda ya era parte del derecho mucho antes de que se halla anunciado o interactuado con
ella.
Tanto los jueces como nosotros tenemos una razón moral para respetar el derecho, ellos
más aun por haber asumido el cargo que ocupan comprometiéndose a respetar el derecho e
incluso cuando el derecho no este acorde con la moral, sin embargo, el compromiso que tienen
ellos en respetar obligatoriamente el derecho no los encime de tener el ánimo de mejorar y
refrenar inmoralidades dentro de normas que fueron creadas por otros legisladores, en tanto
posean el poder jurídico para revertirlo.
Ahora nos preguntaremos ¿Tiene el derecho moralidad interna? Existe una concepción de
un ideal valor moral dentro de la legalidad del Derecho, calificando que una norma es legal
solo si contiene este valor moral, causando una confusión al decir que las normas pueden tener
menor o mayor legalidad, siendo una exageración afirmar esto, ya que las normas no son
Derecho por estar ligadas a la moralidad.
Es escéptico intentar asentar ante nosotros que la autoridad moral del derecho es
autónoma.
Suarez, E. (2020). Considera que existen dos sistemas normativos que regulan la conduta
humana siendo ellas el Derecho y la Moral relacionándose estas en tres tesis, en la primera el
derecho y la moral se enredan y a su vez el derecho se subordina a la moral, mientras que en la
segunda tesis no existe posibilidad de que crear normas jurídicas que vayan contrarias a las
normas morales, y como tercera será que el derecho es un círculo que se encuentra al interior de
un círculo mayor que sería el de la Moral, teniendo en conclusión que el primero es parte del
segundo.
Raz (1985, como se citó en Montero, 2011) menciona que existe “la creencia falaz de que las
disposiciones jurídicas son necesariamente razones morales [o que están moralmente
justificadas o que hay siempre razones morales para obedecer cada una de ellas], así como
también “que se considere que un sistema jurídico solo puede existir si la mayoría de su
comunidad-sujeto cree en su validez moral” (p. 127)
Respecto a la primera de las creencias falaces, enunciadas anteriormente, Montero
(2011) sostiene que en stricto sensu hay diferencias sustanciales entre el derecho y la moral,
puesto que a su consideración el derecho es un especie de sistema estructurado
normativamente, incorporado a su vez en otro, como lo es la sociedad; y que no siempre, en
stricto sensu, este contiene aquellos valores modélicos o expresiones de una sociedad, además
de que la moral no contempla ni considera todos los hechos normados jurídicamente.
En nuestra opinión, consideramos que, si bien es cierto que las normas jurídicas
inicialmente se construyen sobre una base política, social, moral e ideológica más o menos
común y mayoritariamente aceptada por una sociedad, no refleja necesariamente a cabalidad
todo el cúmulo de valoraciones de índole moral construidas socialmente, y al mismo tiempo,
no se puede aseverar que las normas jurídicas se sustentan en esas valoraciones morales
aceptadas y reconocidas en su mayoría por la sociedad, puesto que muchos de los hechos que
regulan las normas jurídicas tienen en el fondo un contenido económico, ajeno, consideramos,
a los temas que analiza y valora la moral.
Ejemplo de ello son diversos hechos, tal es el caso de los contratos, testamentos,
etcétera, que son regulados por el derecho positivo vigente y que la moral no describe ni
establece reglas de comportamiento que trasciendan en el fondo de las mismas y tampoco
establece, respecto de estos hechos, un modelo ideal o conducta modélica que determine si
para la moral esta es o no buena, conforme a su
Así mismo, se sostiene erróneamente que el derecho es un orden moral y que cuando
existe una norma jurídica que no satisface el test moral, esta no puede considerarse derecho,
sin embargo Montero (2011) asevera que se puede dar el caso que existan normas jurídicas
contrarias a la moral, ejemplo de ello pueden ser algunos estados totalitarios que de forma
autoritaria han creado normas jurídicas que no tienen concordancia con la moral de su
población, empero, estas han tenido total vigencia en ese momento, siendo precisamente la
moral, una herramienta utilizada para enderezar o corregir dichas normas jurídicas, pero de
esto podemos inferir que no necesariamente coexisten, sino que se estructuran de forma
independiente.
Con relación a la segunda de las falacias, Montero (2011) precisa que la “práctica que
determina la validez de la norma no es sinónimo de la creencia de que la norma es válida
moralmente” ello porque las normas jurídicas se sostienen precisamente en un orden
normativo, en nuestro país es la Constitución este ordenamiento legal que da validez a la
misma carta magna y todos los demás ordenamientos que constituyen el derecho positivo,
“independientemente de la creencia de que es válido moralmente”(p. 128).
“Ciertamente, no se trata sólo de una adhesión y apoyo que pueda ser medido o
evaluado en el plano de la moral o la ética, sino también de una exigencia de
coherencia y conformidad de la que es posible extraer consecuencias jurídicas”
(Tribunal Constitucional, expediente 047-2004).
Son normas sociales que nos indican lo que deberíamos hacer y lo que tendríamos que evitar.
Determinan acciones que deben ser reconocidas o promovidas y las que deben castigarse o
criticarse. Ya que las situaciones se presentan distintas formas deben ser aplicadas según sea
el caso, y son fundamentales para la construcción de la sociedad.
Cada cultura tiene sus propios principios morales, sin embargo, tiene una característica
en común que traspasan a toda la sociedades e individuos.
La lista de principios, entre más extensa sea, más difícil será la consistencia entre
ellos. Por esta razón, los principios morales son pocos y se refieren a cuestiones
fundamentales que son comunes a las diferentes experiencias humanas.
Son consistente entre sí: quiere decir que al cumplimiento de las demandas de un
principio moral no debe tentar contra otro de ellos, como ejemplo podríamos decir, si todos
los seres humanos somo iguales y lo aceptamos como principio moral, no sería posible
aceptar también que las mujeres somos inferiores a los hombres y hay que obedecerlo como
otro principio moral.
Por eso el no matar no se considera como principio moral. Como una norma del
principio moral más flexible se podría decir, no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a
ti.
Tienen jerarquía: no todos los principios morales tienen la misma importancia, ya que
existen principios superiores, que se ponen por encima de los demás en el momento de un
dilema moral. Como ejemplo podríamos mencionar proteger la vida e integridad de las
personas es un principio moral superior, eso quiere decir que está por encima del principio de
la autodeterminación, esto significa que la libre expresión cultural de un pueblo no puede
estar por encima de la vida, lo cual no se debería realizar sacrificios humanos por más
tradición que sea.
En conclusión, podemos decir que los principios morales, son para una guía de buena
conducta basada en costumbres, hábitos, creencias que orientan el comportamiento de la
persona sobre lo que se debe hacer y es bueno y lo que no se debe hacer porque es malo,
pueden mejorar la conducta de las personas en la vida diaria favoreciendo a la sociedad.
Argumentar proviene del latín argumentum que significa usar el razonamiento para dar
razones, exponer tesis, adaptarse al auditorio incluso apelar a emociones para lograr que se
acepte o refute una tesis ya sea presentada de manera escrita o verbal. En Derecho, la
argumentación se relaciona con las premisas basadas en razonamientos normativos para
solucionar un caso.
Robert Alexy uno de los máximos exponentes de la teoría iusmoralista, sostiene que el
derecho y moral están relacionados y que existe una necesaria vinculación. Según su teoría,
hay una pregunta más que los administradores de justicia deben hacerse para tomar una
decisión justa. Esta pregunta está basada en la moral en su sentido más estricto para la
solución de controversias.
García (2021) refiere sobre esto: “Todo iusmoralismo pone la moral verdadera, o
una parte de ella, como elemento definitorio de cualquier auténtico derecho, al
margen de cuál sea el tipo de objetivismo moral que la respectiva doctrina
iusmoralista cultive y de cómo solucione la cuestión ontológica y epistemológica
de los valores morales de contenido objetivo. (p,8)”.
Alexy opina también que cuando hay discrepancia entre lo que el sistema jurídico
positivo demanda como solución, la única decisión no es acorde a la ley sino a las normas de
la moral.
Se considera que con los autores analizados se cumple el objetivo de presentar el debate
actual sobre la relación entre el derecho y la moral, así como los argumentos más
contundentes que incluyen las tesis de la vinculación y separación, a partir de la explicación
de las principales escuelas del pensamiento jurídico de siglo XX el positivismo y el
Neoconstitucionalismo o post positivismo.
Esta teoría aplica la norma al imperio de la Constituciòn que es lo que prevale y que
aborda el juez cuando tiene casos denominados difìciles. Para esto utiliza elementos que
incluso pueden incluir valores morales.
¿Qué tendría que ver con la argumentación jurídica objeto de este trabajo? Las
aportaciones de cada corriente en definitiva buscan como bien común la justicia. La moral
podría comprenderse como el orden de la persona y el Derecho como el orden de la sociedad.
Gardner (2015) al hablar sobre el derecho y moral analiza desde algunas interrogantes
como: “¿Tiene el Derecho fines morales? ¿El Derecho siempre hace parte de la
moralidad? ¿La Moralidad hace parte del Derecho? ¿Tiene el Derecho una Moralidad
interna? ¿Hay una obligación moral de obedecer al Derecho?, (p,1105)”.
El autor sostiene que el hablar sobre fines morales del Derecho esto corresponde a los
funcionarios operadores de la justicia valiéndose de las operaciones jurídicas, es decir, sobre
las normas y leyes. “Cuando ellos actúan en el ejercicio de sus funciones oficiales deben por
lo menos realizar pretensiones morales en nombre del Derecho (p,1106)”.
CONCLUSIONES
Hay que tener en claro que en un Estado de Derecho como el que vivimos, el Derecho está
justamente para tener una sociedad justa o lo más justa posible y en convivencia sana. El
Derecho también regula conductas y estas vienen a ser de acuerdo a los valores de cada uno y
a la moral. Bajo esta perspectiva el iusmoralismo sería una simple utopía ya que el hombre
evita hacer ciertas cosas emanadas de su conciencia, de sus estudios, de su sociabilización,
pero estas son autónomas y voluntarias porque el cumplimiento de estos valores es por
voluntad de cada uno. El castigo es el cargo de conciencia, remordimiento o un simple mea
culpa.
Sobre esto se puede afirmar que no hay subordinación del Derecho a la moral como se
plantea. Para esto justamente tenemos al Derecho porque la creación de normas obliga al
cumplimiento y obligaciones ya que es coercible. Aquí se hablaría como señalan los
positivistas, de la supremacía del Derecho sobre la Moral.
Los iusmoralistas piensan que es posible encontrar la solución única o justa para que
cada caso en la solución en la moral. A los iuspositivistas en cambio ese modelo de
argumentación jurídica convence poco. Para los positivistas no hay justificación para que
juez se salte la ley democrática y legitimidad.
Iuspositivistas tienen escepticismo pues consideran que no hay definición única para
cada caso, la decisión judicial es insoslayable y vemos en la argumentación y sus
herramientas más cercanas al análisis del discurso, a la teoría del texto o pura retórica que
brindan un apoyo importante para detectar falacias, aceptar argumentación, localizar
manifestaciones, de seguir avanzando contra arbitrariedad judicial y exigencias de
racionalidad.
REFERENCIAS:
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Instituto de Investigaciones Jurídicas. Universidad Nacional Autónoma De México.
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Manuel Atienza. Teoría & Derecho. Revista De Pensamiento jurídico, (27), 14–43.
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Balaguer Callejón, F. (septiembre del 2003). Fuentes del Derecho, espacios constitucionales y
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