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2.

Derecho y moral en el modelo de interpretación de las normas

El derecho y la moral tienen claras diferencias en su concepción. Como ya


sabemos, la moral viene de la persona misma, son reglas no escritas que son
adquiridas por la persona por enseñanzas y la educación a través de la familia
y la sociedad, las mismas que son transmitidas de generación en generación.

Por otro lado, el derecho es la búsqueda de la equidad y justicia a través de un


conjunto de reglas y normas creadas por una persona (legislador, jurista,
doctrinario, sabio) o un grupo de personas (concejo popular, poder legislativo),
las cuales son propuestas y aceptadas por la comunidad o sus representantes,
estas leyes pueden ser modificadas con el paso del tiempo, de acuerdo a las
circunstancias o los intereses de la población.

En el capítulo dedicado a Moral y política de Aristóteles de su obra Historia de


la filosofía, el filósofo y cardenal español Zeferino González (s.f.), señala que,
para el pensador griego, la moral es la ejecución humana de actos honestos
que deben ser perfeccionados cuyo objetivo máximo es la búsqueda de la
felicidad. Como Aristóteles también señala que el destino de los humanos es
vivir en sociedad, ya sea para socializar, desarrollarse y participar de la
sociedad misma es, por tanto, que estos actos honestos deben desarrollarse
durante la convivencia en sociedad.

Mientras que, para la parte positivizada, el derecho se apega al imperio de la


ley y es esta la que está por encima de todo, se deduce que el derecho no
tendría ninguna relación con la moral; en tanto y haciendo una comparación
con la parte objetiva del derecho, los ciudadanos deben de cumplir con las
normas y doctrinas escritas en la ley, estas normas, van a traer orden y
armonía al Estado o sociedad. En un concepto más amplio, la búsqueda de
equidad nos dará normas, que tendrán como objetivo preservar el bien común.
De estos últimos conceptos se puede deducir cómo el derecho se desprende
de la moral, o siendo más claro, el derecho tiene su origen en la moral, la
misma que persigue el fin de la felicidad o la convivencia armoniosa en
sociedad. Pero no todas las normas jurídicas tienen un determinado fin pues,
muchos artículos de las leyes o incluso, los textos constitucionales, se
desprenden del derecho consuetudinario, los mismos que, no tenían como fin,
la creación de derecho.

En su contribución a la Enciclopedia de Filosofía y Teoría del Derecho,


volumen II; Gardner (2015) postula que, pese a que la creación de las leyes
tiene como objetivo la justicia, el bien común y a través de estas, justificar la
imposición de penas o sanciones; sin embargo, en la práctica, los legisladores
quienes son los promotores de las normas jurídicas, actúan de forma ‘cínica’,
pues a través de sus funciones como creadores y promotores de leyes, se
aprovechan de su cargo para generar normas jurídicas que beneficien sus
intereses económicos o su perpetuidad en el poder, lo que les llevaría a gozar
de privilegios. Estos fines que motivan a muchos legisladores, hace que, en
varios momentos, el derecho carezca de fines morales.

Respecto a la aplicación e interpretación de las normas, Montero advierte de


una incertidumbre jurídica, cuando se realiza el ejercicio frente a situaciones
reales en las que el administrador de justicia dirime entre su interpretación de la
norma jurídica entre ambas alternativas. Esta opción interpretativa se produce
ante casos difíciles, donde el juez se encuentra con la potestad de interpretar y
decidir de acuerdo a su criterio (Montero, 2011).

Frente a casos poco claros, la decisión que pueda ser tomada por el juez, es
un acto voluntario, donde tendrá que emitir un fallo no solo en base a las
evidencias, sino que principalmente, amparado en su experiencia y
conocimiento, esta decisión sentará jurisprudencia para posteriores efectos.

Para llegar a este fin, el administrador de justicia recurre, entre otros, a los
principios generales del derecho, estos principios guardan una estrecha
relación con la moral, pues de ellos, emanan normas que separan lo justo de lo
injusto o el bien del mal.

Son, precisamente, estos principios, según la concepción de Díaz Cosuelo


(1971) y demás doctrinarios argentinos, juicios de valor que nacieron mucho
antes que los legisladores promovieran leyes o normas positivadas que
regulasen la conducta de las personas. Es por ello que estos principios gozan
de doble valor en el que, además de ser fundamento del derecho como tal, se
convierte en una guía técnica para los administradores de justicia ante un
determinado vacío normativo.

Como ejemplo podemos mencionar los principios de ‘vivir honestamente’,


‘buena fe’, ‘no hacer mal a nadie’, entre otros, además de la conocida ‘dar a
cada uno lo suyo’. Cabe resaltar que otro de los grandes pensadores
doctrinarios históricos como Tomás de Aquino también han marcado el
importante nexo de la moralidad en la ley. Uno de sus más famosos postulados
defiende que la ley busca la justicia, siendo lo justo dar a cada uno lo suyo que
es su derecho, argumento basado en la frase acuñada en principio por Ulpiano
que señala que la justicia ‘es una constante y perpetua voluntad de dar a cada
uno su derecho’ (Ruiz, 2016).

Una de las características más importantes de la moral es la dignidad,


específicamente la dignidad humana, término de gran valor para el derecho.
Durante su participación en la conferencia ‘Sobre la dignidad humana’,
organizada por la facultad de derecho de la Universidad de Buenos Aires
(UBA), y que recoge el portal jurídico ‘Derecho al día’, el iusfilósofo español
Manuel Atienza señaló cómo el positivismo jurídico y la propuesta iuspositivista
de separar el derecho de la moral, desencadenan en una imposibilidad lógica
cuando a través de estos postulados se rechaza que la dignidad humana tenga
un carácter moral. Para Atienza, el derecho y la política incurren en un grave
error al querer discriminar a la moral y que, sin embargo, uno de los objetivos
de estas debería ser el de trabajar juntos para mejorar las condiciones de
dignidad de los ciudadanos y la convivencia amparada por la moral (Derecho al
día, 2021).
Referencias

Díaz, J. (1971). Los principios generales del derecho. Plus Ultra.


https://static.legis.pe/wp-content/uploads/2019/07/Los-Principios-
Generales-del-Derecho-Legis.pe_.pdf?
fbclid=IwAR0iZ9rqhWxplWh8o5ELpR_8WJDOr3ukNs4ILp7L7Py3tsTeVX
I8KHvv-N4

Gardner, J. (2015). Derecho y moral. En V, Rodríguez-Blanco y J. L. Fabra.


(Eds.). Enciclopedia de Filosofía y Teoría del Derecho, volumen II (pp.
1105-1119). Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México.
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3796/9.pdf

González, Z. (s.f.). Historia de la filosofía Tomo I. Segundo período de la


filosofía griega. https://www.filosofia.org/zgo/hf2/hf21075.htm

Montero, A. (2011). Derecho y moral. Estudio introductorio. Universidad


Nacional Autónoma de México.
http://coordinacioneditorialfacultadderecho.com/assets/derecho_y_moral.
pdf

Ruiz, V. (2016). Santo Tomás de Aquino en la filosofía del derecho. En-claves


del pensamiento. 10(19), 13-40.
http://www.scielo.org.mx/pdf/enclav/v10n19/1870-879X-enclav-10-19-
00013.pdf

Sobre la dignidad humana. (10 de junio de 2021). Derecho al día.


http://www.derecho.uba.ar/derechoaldia/notas/sobre-la-dignidad-
humana/+8327#:~:text=El%20valor%20como%20principio
%20de,conforman%20una%20unidad%20dial%C3%A9ctica
%20tensionada.

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