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“El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban
dificultosamente, y sacó un machete de la cintura.”
“El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el
hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían irradiado
desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla.”
El autor no necesita de muchas palabras para expresar la idea, por ese motivo
el cuento es bastante corto. Llegando al final de este, Paulino comienza a
sentirse mejor,
“Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna
le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.”
(Horacio Quiroga, “A la deriva”, página 2)
y el lector supone que esto se debe a la cercana muerte del personaje,
“El hombre estiró lentamente los dedos de la mano. —Un jueves... Y cesó de respirar”.
(Horacio Quiroga, “A la deriva”, página 3)
Sin duda el autor sabe expresar con palabras concisas y adjetivos muy
descriptivos para situar el contexto del cuento. Por un lado, el cuento está bien
relatado y es fácil interpretar la idea del mismo. No obstante, Horacio Quiroga
pudo agregarle más originalidad y algunas escenas en donde las cosas dieran
un giro inesperado para así captar aún más la atención del lector.