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Que es la cuentistica

Un cuento (del latín, compŭtus, cuenta)1 es una narración breve creada por uno o varios
autores, basada en hechos reales o ficticios, cuya trama es protagonizada por un grupo
reducido de personajes y con un argumento relativamente sencillo.
El cuento es compartido tanto por vía oral como escrita; aunque en un principio, lo más
común era por tradición oral. Además, puede dar cuenta de hechos reales o fantásticos
pero siempre partiendo de la base de ser un acto de ficción, o mezcla de ficción con
hechos reales y personajes reales. Suele contener pocos personajes que participan en una
sola acción central, y hay quienes opinan que un final impactante es requisito
indispensable de este género. Su objetivo es despertar una reacción emocional impactante
en el lector. Aunque puede ser escrito en verso, total o parcialmente, de forma general se
da en prosa. Se realiza mediante la intervención de un narrador, y con preponderancia de
la narración sobre el monólogo, el diálogo, o la descripción.
El cuento, dice Julio Cortázar, como en el boxeo, gana por knock out, mientras que la
novela gana por puntos. El cuento recrea situaciones. La novela recrea mundos y
personajes (su psicología y sus caracteres).2 3 4
En resumen, un cuento es una obra de ficción que se desarrolla con ciertos seres y
acontecimientos. Además, un narrador es quien presenta a los personajes, los puntos de
vista, los conflictos y el desenlace.
Básicamente, un cuento se caracteriza por su corta extensión pues por cierto debe ser
más corto que una novela, y además, suele tener una estructura cerrada donde desarrolla
una historia, y solamente podrá reconocerse un clímax. En la novela, y aun en lo que se
llama novela corta, la trama desarrolla conflictos secundarios, lo que generalmente no
acontece con el cuento, ya que este sobre todo debe ser conciso.
Los límites entre un cuento y una novela corta son un tanto difusos. Una novela corta es
una narración en prosa de menor extensión que una novela y menor desarrollo de los
personajes y la trama, aunque sin la economía de recursos narrativos propia del
cuento.5 3 6

Características
El Surrealismo
(en francés: surréalisme; sur [sobre, por encima] más réalisme[realismo]) o superrealismo es un
movimiento artístico y literario surgido en Francia a partir del dadaísmo, en la década de los
años 1920, en torno a la personalidad del poeta AndréBreton. Buscaba descubrir una verdad,
con escrituras automáticas, sin correccionesracionales, utilizando imágenes para expresar sus
emociones, pero que nunca seguían unrazonamiento lógico.

En el cubismo
no es la realidad externa la que se plasma, sino su poliédrica yacelerada proyección en nuestro
espíritu, con todas las predilecciones y deformaciones quele impone la originalidad de nuestro
modo de captarla. La imagen cubista no es simple con lade una flor en un espejo, sino
intrincada y polifásica como un mosaico. El poema cubista esuna yuxtaposición instantánea de
imágenes autónomas, desligadas. Se recrea en lo visual ydesprecia lo auditivo. No hay
anécdota, ni argumento, ni historia. Cada verso o doble versoes una célula independiente, pero
confederada con las otras para dar un poema que tienepor centro unificador al poeta mismo.

El realismo mágico
es un género artístico y literario de mediados del siglo XX. Eltérmino fue inicialmente usado por
un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir unapintura que demostraba una realidad
alterada, pero fue usado más tarde por ciertosescritores latinoamericanos

El existencialismo es una corriente, movimiento,o serie de doctrinas filosóficas y culturales


que tiene por objetivo y disciplina el análisis y la descripción del sentido individual de la vida
humana en cuanto “existe”.Sostiene que el existente humano piensa, actúa, se refiere y
relaciona consigo mismo, con su propia trascendencia, con sus contradicciones y sus
angustias. Para el pensamiento existencialista el individuo no es una porción mecánica o
“parte” de un todo, sino que el hombre es en sí una “íntegridad” libre por sí. Esta doctrina
filosófica considera qué es la existencia del ser humano libre y qué es lo que define su esencia,
en lugar de entender que su esencia o condición humana determina su existencia. El
existencialismo fue introducido en Hispanoamerica entre 1930 y 1940, veinte años antes de la
influencia literaria de Jean Paul Sartre.

Biografía de Horacio Quiroga


Horacio Silvestre Quiroga Forteza (Salto, Uruguay, 31 de diciembre de 1878 – Buenos
Aires, Argentina, 19 de febrero de 1937) fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo.
Fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista.2 Sus
relatos, que a menudo retratan a la naturaleza bajo rasgos temibles y horrorosos, y como
enemiga del ser humano, le valieron ser comparado con el estadounidense Edgar Allan
Poe.
La vida de Quiroga, marcada por la tragedia, los accidentes y los suicidios, culminó por
decisión propia, cuando bebió un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicas de la ciudad
de Buenos Aires a los 58 años de edad, tras enterarse de que padecía cáncer de
próstata.3

Nació el 31 de diciembre de 1878 en la ciudad uruguaya de Salto, en el oeste del país,


sobre el río Uruguay, frontera con la Argentina. Fue el segundo hijo del matrimonio de
Prudencio Quiroga y Pastora Forteza, quienes le dieron por nombre Horacio Silvestre
Quiroga Forteza.

CARACTERÍSTICAS DE ESTILO DE QUIROGA

APROXIMACIÓN A LA OBRA DE HORACIO QUIROGA (1878-1936)


Influido por Edgar Allan Poe, Rudyard Kipling y Guy de Maupassant, Horacio Quiroga destiló
una notoria precisión de estilo, que le permitió narrar magistralmente la violencia y el horror que
se esconden detrás de la aparente apacibilidad de la naturaleza. Muchos de sus relatos tienen
por escenario la selva de Misiones, en el norte argentino, lugar donde Quiroga residió largos
años y del que extrajo situaciones y personajes para sus narraciones.
Sus personajes suelen ser víctimas propiciatorias de la hostilidad y la desmesura de un mundo
bárbaro e irracional, que se manifiesta en inundaciones, lluvias torrenciales y la presencia de
animales feroces. Claramente influido por Rubén Darío y los modernistas, poco a poco el
modernismo del oriental comienza a volverse decadente, describiendo a la naturaleza con
minuciosa precisión pero dejando en claro que la relación de ella con el hombre siempre
representa un conflicto. Extravíos, lesiones, miseria, fracasos, hambre, muerte, ataques de
animales, todo en Quiroga plantea el enfrentamiento entre naturaleza y hombre tal como lo
hacían los griegos entre Hombre y Destino. La naturaleza hostil, por supuesto, casi siempre
vence en su narrativa.
La morbosa obsesión de Quiroga por el tormento y la muerte es aceptada mucho más
fácilmente por los personajes que por el lector: la técnica narrativa del autor presenta
personajes que saben que no deben cometer errores porque la selva no perdona. La
naturaleza es ciega pero justa; los ataques sobre el campesino o el pescador (un enjambre
de abejas enfurecidas, un yacaré, un parásito hematófago, una serpiente, la crecida, lo que
fuese) son simplemente lances de un juego espantoso en el que el hombre intenta arrancar a la
naturaleza unos bienes o recursos (como intentó Quiroga en la vida real) que ella se niega en
redondo a soltar; una lucha desigual que suele terminar con la derrota humana, la demencia,
las muertes o, simplemente, con la desilusión.
La escritura en la narrativa de Horacio Quiroga viene regida por un doble principio de economía
y de eficacia. La economía funciona ya en el plano anecdótico en la simplicidad del argumento:
no hay historias complejas, no hay anécdotas inútiles, o episodios gratuitos. Los personajes
son generalmente de rasgos firmes, sobriamente caracterizados, muchas veces aparecen
esquemáticos, construidos en función de la historia a la que pertenecen y del simbolismo que
les incumbe.
Las descripciones son breves, reducidas a los rasgos funcionales: la caracterización se hace
esencialmente a través de la acción. El espacio es a menudo el elemento más desarrollado
pero, sin embargo, las descripciones no son ornamentales: contribuyen a la definición del
ambiente, completan o acentúan el simbolismo de una situación o de un personaje, anuncian o
prefiguran un acontecimiento dramático.

Porque se dice que el signo de tragedia acompaño a Quiroga


Su padre Prudencio Quiroga murió dos meses después del nacimiento de Horacio,
al dispararse de manera accidental con una escopeta. Tras la desgracia, la familia
ubicó su residencia por unos años en Córdoba, Argentina.

En 1891, el padrastro de Horacio se suicidó con una escopeta, acto que fue
presenciado por el joven de 16 años, cuando éste entraba a la habitación.

Según datos biográficos, en su época de estudiante Quiroga mostraba una actitud


rebelde en la escuela y prefería las actividades manuales o la ortografía en lugar del
estudio.

Además, gustaba del ciclismo, la fotografía, los experimentos químicos y la


mecánica. En su adolescencia empezó a interesarse por la literatura.

En 1987 hizo sus primeras colaboraciones en medios periodísticos; un año más


tarde conoció a la primera mujer que le robó el corazón y por quien escribió "Una
estación de amor".

Fundó la "Revista de Salto", en 1899, y un año después viajó a París. En 1902 se


suscitó una nueva tragedia en la vida de Horacio, luego de que le quitara la vida de
manera accidental a su amigo Federico Ferrando, mientras le enseñaba a manejar
pistola.

En Argentina trabajó como profesor de castellano y acompañó como fotógrafo a


Leopoldo Lugones en una expedición a la provincia de Misiones. Este viaje lo
deslumbró, al grado de ser el escenario de los cuentos que lo hicieran famoso.

Su segundo libro fue "El crimen del otro" (1904), al que le siguieron "Los
perseguidos" (1906), un adelanto de lo que después se conoció como literatura
psicológica e "Historia de un amor turbio" y "Los arrecifes de coral" (1909).

Durante sus vacaciones en Misiones, Quiroga se enamoró de su alumna Ana María


Cirs y no obstante la oposición de sus padres, se casaron en 1909 y fueron a vivir a
San Ignacio. De esta relación tuvo dos hijos, Elg, quien nació en 1911, y Darío, en
1912. Sigue. Horacio Quiroga/dos/en 1912.

En aquellos años, fue designado juez de paz y oficial del Registro Civil de San
Ignacio y cuando parecía que todo marchaba bien, ocurriría una nueva desgracia:
su mujer se suicidó en 1915, por lo que regresa a Buenos Aires, donde publica
"Cuentos de amor, de locura y de muerte" (1917).
La desgracia no llegó sola, pues poco tiempo después también se quitaron la vida su
maestro Leopoldo Lugones y la poetisa argentina Alfonsina Storni, quien despertó
en Horacio una profunda pasión.

En 1919 escribió "Cuentos de la selva", dedicado a sus hijos y el cual cobró gran
importancia entre la crítica por relatos como "La gama ciega", "El loro pelado", Las
medias de los flamencos", "La guerra de los yacars", "La tortuga gigante", "La abeja
haragana" y "El paso de esos cachorros de hombre".

Además de publicar en medios como Caras y Caretas, Fray Mocho, La novela


semanal, Plus Ultra, El hogar y La Nación, Quiroga continúa su prolífica producción
literaria con obras como "El salvaje" (1920), "Las sacrificadas" y "Anaconda" (1921)
y "El desierto" (1924).

Un año después editó "La gallina degollada y otros cuentos", al que le siguieron
"Los desterrados" (1926) y "La razón" (1927), obra con la que fue mencionado entre
los mejores escritores del momento.

Ese mismo año contrajo matrimonio con María Elena Bravo, una joven amiga de su
hija Elg, unión de la que nació otra niña, María Elena "Pitoca". De nuevo cambió su
residencia a Misiones en 1932; sin embargo, al ser abandonado por su pareja
decidió regresar a Buenos Aires.

La novela "Pasado amor" apareció en 1929, sin mucho éxito, por lo que Quiroga
comenzó a sentir indiferencia hacia sus escritos por parte de las nuevas
generaciones literarias que preferían otro tipo de lecturas.

A raíz de un golpe militar en Uruguay se quedó sin su puesto en el Consulado y se


dedicó a la floricultura. En 1935 publicó "Más allá", su último libro de cuentos.

Sus problemas familiares se agudizaron luego de que su esposa e hija lo


abandonaron, mientras que su salud se deterioraba, al grado de ser hospitalizado;
allí, se enteró que padecía cáncer gástrico y decidió suicidarse con cianuro, la
madrugada del 19 de febrero de 1937.

Impregnada de misterio, horror, locura y violencia, la obra de Quiroga se


caracterizó por reflejar la conducta humana en situaciones extremas y lo convirtió
en uno de los máximos exponentes de la literatura fantástica latinoamericana.

Temática de los cuentos de Quiroga


Los temas de las obras de Quiroga van desde el amor en sus primeros relatos, hasta el
horror la crueldad y la muerte muy frecuente en sus historias. Aun
así este autor también trata la problemática social presentando la lucha del hombre
contra la sociedad como un drama.
El ambiente se divide en dos: La ciudad cuyos paisajes tienen una importancia secundaria,
pues lo importante es el mundo psicológico y la Selva paisaje que influye directamente en el
personaje.
Porque se dice que Horacio Quiroga es criollista
HORACIO QUIROGA Y EL CRIOLLISMO-EL HOMBRE MUERTO
Horacio Quiroga fue uno de los iniciadores del criollismo en Hispanoamérica. Sus cuentos, en
gran parte, presentan la derrota del hombre ante los peligros de la naturaleza tropical, tema
explotado por casi todos los criollistas. Además, la obra de Quiroga se caracteriza por una
obsesión por la muerte derivada de su propia vida trágica. Inspirado en Edgar Allan Poe,
Quiroga luce una gran maestría técnica.
Aunque el tema de “El hombre muerto” podría ser el poco valor de la vida humana en el trópico,
en realidad, sería más acertado señalar como tema la tremenda fuerza de la casualidad en la
vida humana, dentro o fuera del trópico. Así es que el hecho de que Quiroga sea criollista no
quiere decir que todos sus cuentos sean criollistas. A diferencia de “A la deriva” (1912) y “Los
mensú” (1914), el protagonista de “El hombre muerto” no es peón mestizo ni muere como
consecuencia de haber sido mordido por una víbora o de haber sido explotado por empresarios
extranjeros. Lo inesperado está en que después de luchar y triunfar durante unos diez años
contra las fuerzas de la naturaleza, el hombre, tal vez colono extranjero, dueño de su propia
tierra, muere por casualidad, por un accidente sumamente improbable: al cruzar una cerca de
alambre de púa, se resbala y se le clava en el vientre su propio machete. Lo que crea, más que
nada, el ambiente magicorrealista es la falta de emoción con que se narra el accidente, la
ausencia del dolor, la ultraprecisión temporal y espacial y la indiferencia de la naturaleza. Son
estos mismos rasgos que conforman el cuadro pintado en 1928 por el alemán Franz Radziwill,
Accidente fatal de Karl Buchstätter. Aunque se trata de la muerte de un famoso piloto alemán,
el avión, que ya empezó a caer, parece suspendido en el centro del cielo en la parte superior
del lienzo y no turba en absoluto la tranquilidad del paisaje rural pintado con una gran precisión
en la parte inferior. Los paralelismos entre la pintura y la literatura respecto a este tema se
refuerzan en el “Paisaje con la caída de Ícaro” (1954) del poeta norteamericano William Carlos
Williams que describe sin emoción el cuadro pintado en 1555 por Breughel.

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