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Oviedo, 2004
Título: Política Europea y Gestión Multinivel.
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Edita: Septem Ediciones
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Prólogo
Rafael BAÑÓN I MARTÍNEZ ............................................................................. 7
Introducción
José M. RUANO DE LA FUENTE ..................................................................... 11
PARTE GENERAL
ESTUDIOS DE CASO
11
No debe desprenderse de lo anterior que la presencia regional
ante las instancias europeas y su participación activa en los procesos
decisionales comporte la debilitación de los Estados como actores
políticos. Los cambios institucionales a los que se hace referencia, y
que comportan para las regiones nuevas oportunidades y responsabi-
lidades, no adoptan la forma de un juego de suma cero en el que
necesariamente (como pone de manifiesto la Constitución europea)
José M. Ruano de la Fuente
12
frontación partidista multinivel cuando la relevancia pública de las
políticas lo favorece.
Este complejo proceso de producción de actuaciones públicas
es lo que se ha llamado por la doctrina gobernanza. Se trata de un
concepto que no restringe la acción pública al Estado, sino que la
amplía para abarcar las actuaciones de otros actores políticos y socia-
les. De este modo, la gobernanza europea no es propiamente ni
estadocéntrica ni supranacional. En el seno del Consejo europeo o del
Consejo de ministros la lógica de actuación podría ser
intergubernamental, mientras que en esferas políticas secundarias en
las que intervienen el Parlamento, la Comisión o el Tribunal de Justi-
cia, bien podría calificarse de supranacional.
Lo verdaderamente destacable es que los Estados miembros son
tan sólo, como destacan todas las contribuciones que aquí se reco-
gen, uno de entre una variedad de actores que conforman la comuni-
dad política europea. Los Estados no son siquiera el único vínculo
relacional entre la política nacional y la negociación intergubernamental
en el Unión Europea. Frente a la exclusiva relación bilateral Unión-
Estados, surgen estructuras reticulares de carácter fluctuante y varia-
ble. Las entidades subestatales han aprendido a comunicarse directa-
mente con las instancias supranacionales operando al margen de los
canales formales de comunicación. De ello da cuenta JOSÉ M. RUANO
al referirse a la implicación de aquéllas en la gestión de las iniciativas
de impacto territorial, y al subrayar la diversidad de intereses entre
niveles de gobierno y la pluralidad de juegos de negociación relacio-
nados.
El recurso a la teoría de la gobernanza multinivel pretende bus-
car nuevas vías de comprensión de realidades complejas, que no per-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
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europeas y en la búsqueda de respuestas a este singular proceso de
integración y fragmentación simultáneas, que parecen abocar al ha-
llazgo de paradojas permanentes: la irrupción del cambio y la afirma-
ción de la homeostasis, el fomento de la competencia y la necesidad
de la cooperación entre entidades territoriales, la elevación del papel
de las regiones y los gobiernos locales sin que decline la centralidad
de los Estados,...Todos estos fenómenos son señales de que la “nue-
José M. Ruano de la Fuente
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EL GOBIERNO MULTINIVEL COMO
HERRAMIENTA ANALÍTICA DE LAS
POLÍTICAS EUROPEAS
Jorge Crespo González
INTRODUCCIÓN
El sistema tradicional de gestión de las políticas públicas se en-
cuentra inmerso en un proceso de transformación y cambio, que afec-
ta tanto al ámbito material de intervención pública, como a los modos
y técnicas de gestión y a los actores implicados. Ese proceso, en el
ámbito comunitario europeo y, en general, en los países de la OCDE,
se centra en: una pérdida de centralidad del nivel nacional de gobier-
no y administración; la emergencia de actores subnacionales que com-
piten con el nivel nacional en la prestación de servicios, y a veces en
el ámbito de lo identitario, y que se revelan como importantes actores
Políitica Europea y Gestión Multinivel
15
En este escenario, los viejos modos de analizar la acción pública
se tornan obsoletos, y surgen o reeditan sin embargo otras
conceptualizaciones, mejor o peor acabadas, a fin de dar cuenta de
los nuevos procesos. Términos como Estado relacional, Gobierno
multiorganizativo, Relaciones intergubernamentales, Gestión
intergubernamental o Gobierno multinivel (GM) son de uso frecuente
en los textos doctrinales y pasan a formar parte (junto a otros, como
gobernanza, gobernabilidad, gobernación, etc.) del inventario de vo-
Jorge Crespo González
16
se acomoda a los rasgos de las organizaciones internacionales
clásicas, ni tampoco a los de los Estados democráticos (MORATA
1998: 88-9).
Respecto a los Estados democráticos actuales, sorprende
la mayor complejidad de la distribución institucional de los po-
deres tradicionales (legislativo, ejecutivo y judicial) en el escenario
comunitario. En efecto, las Comunidades Europeas (CCEE) cuentan
con un Parlamento, elegido por sufragio universal, que no ejerce el
poder legislativo directamente, y que posee esencialmente funciones
consultivas y, en algunas materias, de codecisión (aparte de las pre-
supuestarias). La Comisión, cuya investidura es parlamentaria a pe-
sar de emanar de un ámbito de discusión intergubernamental y no
parlamentario, comparte con el Consejo de Ministros las funciones
ejecutivas, y con las Administraciones Nacionales (AANN) las relati-
vas a la implantación de las políticas en los Estados miembros (EEMM).
El Consejo de Ministros asume el poder normativo al máximo, en tan-
to que el Consejo Europeo realiza tareas de dirección política, fijando
objetivos y marcando ritmos. La ubicación institucional menos polé-
mica es la del poder judicial, que se asienta en el Tribunal de Justicia
de las CCEE al máximo nivel, junto a sus colaboradores, los tribuna-
les de justicia de los EEMM.
Entre los factores de diferenciación de la UE respecto a otras
organizaciones internacionales podemos citar:
1.- Que la Unión posee instituciones dotadas de poderes
propios, aunque esto no signifique en modo alguno que el ejer-
cicio de los mismos pueda realizarse de manera autónoma.
Funcionalmente es útil y en ocasiones indispensable que las ins-
tituciones comunitarias asocien a las diferentes AANN, y a otros
Políitica Europea y Gestión Multinivel
17
(entre los que encontramos los recogidos en el cuadro 1), gestio-
nados por una pluralidad de organizaciones especializadas3 .
Fuente: http://www.europa.eu.int
18
espacio interpretativo a la discrecionalidad de los EEMM4 , como
el hecho de contar con una institución propia que garantiza la
aplicación del derecho comunitario (El Tribunal de Justicia).
La actuación de la UE se remite, en síntesis, al diseño de regula-
ciones, supranacionales e intergubernamentales, de carácter estratégi-
co para las políticas públicas europeizadas (y aun en cada una de ellas
con diferente incidencia), asimismo realiza controles/evaluaciones de
la aplicación de algunas de las mismas mediante diferentes instrumen-
tos (piénsese en los fondos) y financia. De la misma manera, se centra
en las dimensiones simbólicas, de estilo y sustantiva5 , y no tanto en la
operativa, entre otras consideraciones porque la implantación de las
políticas se efectúa excepcionalmente de modo directo por los órganos
comunitarios, siendo lo habitual la implantación a través de los órganos
correspondientes de las AANN (de acuerdo con el principio de autono-
mía institucional que se relaciona más abajo).
Por otra parte, no puede decirse que la UE tenga la misma capa-
cidad de regulación para todas las políticas. El grado de incidencia de
la UE es variable de acuerdo con los diferentes ámbitos materiales de
intervención y su desarrollo a lo largo del tiempo. Podemos decir que
la incidencia es: alta, cuando se trata del gobierno de la economía
(política fiscal, industrial, energética y laboral –para ésta última la inci-
dencia es algo menor); media/baja, cuando se trata de las políticas
del estado del bienestar (sanidad, educación, protección social y vi-
vienda); y media/alta, para las áreas políticas emergentes
(medioambiental, inmigración, telecomunicaciones, igualdad de gé-
nero y lingüística– para esta última la incidencia es baja)6 .
4.- La Unión integra un proceso diferenciado de toma de deci-
siones que combina lo intergubernamental con lo
supranacional7 . En ambos casos las AANN ocupan posiciones
Políitica Europea y Gestión Multinivel
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virtud del procedimiento basado en la mayoría cualificada o sim-
ple8 , incide poderosamente en el modus operandi de las Admi-
nistraciones, ya que favorece la negociación y modifica la cultu-
ra político-administrativa de aquellos actores administrativos que
hasta hace poco tiempo se encontraban más cómodos a la som-
bra de la soberanía estatal en que habían sido socializados.
5.- Todas las circunstancias apuntadas implican que entre
las AANN y la Administración comunitaria se produzca un
Jorge Crespo González
20
mente estudiado, ya que si bien la integración se asocia a cambios
estructurales (económicos, políticos, etc.) muy rara vez se analiza
que las interacciones político-administrativas dentro de la UE son
generadoras de valores importantes y de una cultura propia10 .
6.- Es bien conocido, y más en el caso español, que los países
que desean adherirse a las CCEE deben cumplir determina-
dos requisitos, no sólo económicos (tener una economía
de mercado relativamente madura) o técnicos (capacidad
institucional para asumir el acervo comunitario, así como
para participar cotidianamente en el proceso de formulación
y gestión de políticas comunitarias) sino políticos: ser Esta-
dos de derecho y Estados democráticos.
7.-La asociación, acogida de mejor o peor grado según de que
Estado miembro se trate, de la pertenencia a la organización
comunitaria con la adhesión a la consecución de objetivos
políticos, más o menos difusos, a largo plazo.
8.- La existencia, además de los principios que articulan el
derecho comunitario con los nacionales (eficacia directa y
prevalencia del derecho comunitario) de otros que, con carác-
ter general, permiten modular las relaciones entre Adminis-
tración comunitaria y las de los EEMM (principios de coopera-
ción, autonomía institucional y subsdiariedad).
a) El deber de colaboración/cooperación
El fundamento jurídico del deber de colaboración se encuentra
en el artículo 5 del Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica
Europea. Con él se pretende que los EEMM, y por lo tanto sus Admi-
nistraciones, presten una total colaboración para el cumplimiento de
Políitica Europea y Gestión Multinivel
21
b) El principio de autonomía institucional
Se trata de un principio de construcción jurisprudencial que ha
sido reiterado numerosas veces por el Tribunal de Justicia de las CCEE.
Este principio implica que las medidas necesarias para la aplicación
del derecho comunitario en los ordenamientos nacionales deben ser
tomadas y asumidas, en el marco de los EEMM, por aquellas institu-
ciones nacionales que corresponda de acuerdo con sus propios proce-
dimientos y distribución interna del poder. Es lógico que así sea ya
Jorge Crespo González
c) El principio de subsidiariedad
La indiferencia de las instituciones comunitarias respecto a la
distribución interna del poder de los Estados miembros que había pre-
sidido la construcción comunitaria desde sus inicios, se ha ido
relativizando en los últimos años mediante la inclusión en el Tratado
de la Unión Europea (TUE) del principio de subsidiariedad15 y la crea-
ción de una nueva institución: el Comité de las Regiones.
El principio de subsidiariedad puede entenderse de dos formas:
horizontal y vertical. La subsidiariedad horizontal alude al hecho de
que las Administraciones Públicas sólo deben actuar allí donde los
actores privados no puedan o no quieran actuar de forma eficaz; y la
vertical se asienta en la consideración de que una autoridad superior
sólo debe actuar allí donde otra autoridad inferior no pueda hacerlo de
modo satisfactorio16 . Es esta última concepción de subsidiariedad la
que ha sido recogida en el TUE, aunque de manera simplificada, toda
vez que en el ámbito comunitario sólo opera entre dos niveles, el
comunitario y el estatal, excluyéndose el resto de Administraciones
que puedan ser concernidas: las regionales y locales.
Por otra parte, el TUE declara que “en los ámbitos que no sean
de su competencia exclusiva, la Comunidad intervendrá conforme al
22
principio de subsidiariedad”. De ello se sigue que hay un ámbito ex-
cluido de la aplicación del mismo (el de las competencias exclusivas
de la Comunidad), y otro, conformado por el resto de competencias y
asuntos, en el que al menos hipotéticamente se podría producir la
intervención de la Comunidad con arreglo al principio de subsidiariedad.
De todas formas, tal como reconoce SOBRINO HEREDIA, “la aplica-
ción del principio de subsidiariedad reposaría sobre tres criterios
cumulativos: necesidad, eficacia y proximidad”17 .
Para finalizar este epígrafe, cabe recordar que el principio que
venimos tratando equivale a un criterio de distribución de competen-
cias asociado a sistemas federales, según el cual los niveles superio-
res de gobierno sólo intervendrían cuando los inferiores no estén en
condiciones de hacerlo con eficacia18 .
23
quizás para describir cómo funcionan en la práctica nuestras organi-
zaciones públicas sea más adecuado hablar de Estado relacional,
Gobierno multiorganizativo, o GM. Es precisamente éste último enfo-
que el que vamos a exponer en el presente epígrafe.
El enfoque analítico del GM reconoce las limitaciones del Esta-
do Liberal de Derecho (con una Administración de potestades, de ca-
rácter garantista y regulador), así como del Estado del Bienestar (que
intenta universalizar determinadas conquistas sociales a partir de una
Jorge Crespo González
24
A nuestro juicio, el enfoque analítico más importante para inter-
pretar la integración comunitaria, desde la perspectiva de abordar con
más claridad la problemática de los diversos niveles de gobierno, es
el GM (Multilevel Governance). Dicho enfoque concibe la integra-
ción europea como la edificación de una nueva entidad política
en que la responsabilidad sobre las diversas intervenciones que
incluyen las políticas públicas se encuentra compartida entre
múltiples niveles de gobierno (supranacional, nacionales y
subnacionales). El nivel de gobierno nacional sigue siendo el esen-
cial, pero ya no afianzado en el concepto de una soberanía nacional
cada vez más débil y erosionada, sino en el de soberanía comparti-
da con buenas dosis de legitimidad de resultado19 . El GM comu-
nitario europeo permite movilizar a actores gubernamentales y no
gubernamentales en la formulación e implantación de las políticas
comunitarias (aunque con matices diferentes, de acuerdo con cada
política), es más adecuado para aquellas áreas en que la acción públi-
ca coordinada es más eficaz y eficiente, y aboga por comportamien-
tos que favorecen la negociación. De esta manera, el entramado polí-
tico-administrativo no sólo tendrá como objeto crear utilidad o satis-
facción individual mediante sus actuaciones, sino la edificación de
una arquitectura institucional, política y social en que los individuos,
grupos, organizaciones de la sociedad civil y Administraciones públi-
cas busquen y encuentren índices razonables de satisfacción en un
entorno incierto y policomplejo.
El enfoque analítico que propicia el GM incluye en una lectura
amplia, a nuestro entender, los siguientes aspectos:
a) El sistema institucional, formal e informal, que enmarca la
acción de los actores públicos y privados para la producción de
bienes, servicios y demás actividades que crean valor social (es
Políitica Europea y Gestión Multinivel
decir, la Governance).
b) La acción de gobierno, entendida tanto como la actividad
política en sentido estricto, como la que tiene que ver con las
políticas públicas y su gerencia (es decir, el Governing).
c) Los actores políticos, administrativos, económicos y so-
ciales que intervienen en el devenir de los asuntos públicos,
cada uno de acuerdo con su propia capacidad, racionalidad e
interés (es decir, los Governing actors).
Las ventajas de este concepto analítico respecto a otros son
25
claras. En primer lugar, apunta a los aspectos clave de la
Gobernabilidad democrática20 para “habilitar capacidades que per-
mitan formular estrategias nacionales de recomposición interna y de
reposicionamiento internacional”21 , lo que depende de tres factores al
menos: la existencia o no de un liderazgo eficaz, junto con un entra-
mado político-administrativo competente; las reglas del juego políti-
co, económico y social, tanto explícitas como tácitas, respetadas por
los actores; y la capacidad de formular e implementar las políticas
Jorge Crespo González
26
capítulos que siguen a este trabajo, los autores han hecho el esfuerzo
de aplicar la metodología a partir de alguno (o varios) de los elementos
citados, y/o de las pautas de análisis que se relacionan a continuación.
27
y subnacionales y sus correspondientes Administraciones, la Adminis-
tración comunitaria encarnada en la Comisión, el Consejo de la Unión
y el Consejo Europeo, el TJCE y los sistemas jurisdiccionales nacio-
nales, el Parlamento Europeo y los Parlamentos de los EEMM y el
Comité de las Regiones. Desde la perspectiva de los actores no gu-
bernamentales, cabe citar los grupos económicos, financieros y ban-
carios, agrupaciones de comerciantes, artesanos y de profesiones li-
berales, sindicatos, grupos socioprofesionales, pero también asocia-
Jorge Crespo González
28
(legislativo y judicial) de acuerdo con el reparto interno de poder, y sin
olvidar que los grupos afectados pueden intervenir tanto a nivel local,
como regional, nacional e incluso, para aquellos mejor organizados o
con más recursos, a nivel supranacional.
29
tos permite: crear un entorno de relación estable y confiable en que se
van configurando y conociendo las posiciones y límites de los actores;
no abusar del cortoplacismo y de la maximización de los beneficios a
costa de preferencias muy acusadas o irrenunciables para otros
intervinientes, que pudieran sentirse gravemente perjudicados; rela-
ciones estables, aunque a veces sean conflictivas, con independencia
de las mayorías políticas y gobiernos coyunturales. La preocupación
central de los participantes es que los asuntos salgan adelante. Sin
Jorge Crespo González
30
gestión de los programas a que da lugar, o de, simplemente, adminis-
trar los recursos.
31
ganizaciones, formalmente autónomas pero funcionalmente
interdependientes, que sirven para obtener objetivos conjuntos
en un escenario flexible y confiable, dentro de sistemas político-
administrativos policéntricos. Desde luego, esta perspectiva apor-
ta complejidad al análisis, toda vez que deben tenerse en cuenta nue-
vas dimensiones: más actores, con diferentes recursos y
racionalidades; y un replanteamiento de las relaciones y dialécticas
existentes entre sector público/sector privado, centralización/descen-
Jorge Crespo González
32
sible constatar que redes de interacción menos formalizadas
y estructuradas, que funcionen de acuerdo a criterios flexibles
e incluso informales, consiguen respuestas más adecuadas a
los problemas políticos y administrativos del momento. Esta si-
tuación se refuerza en el caso de una organización tan compleja
y con tantos intereses como es la comunitaria27 .
d) Y, finalmente, es claro que el proceso de fragmentación de los
distintos niveles de gobierno del que escribió DENTE,
incrementado sin duda por la traslación de capacidades de go-
bierno de los aparatos centrales de los Estados a instituciones
internacionales, supranacionales y subnacionales, ha permitido
la ampliación del número de posibilidades de acceso al va-
riado elenco de actores interesados en cada política.
Por otra parte, los actores intervienen en las redes de políti-
cas con diferentes recursos y racionalidades. Esa asimetría es
desde luego variable, de acuerdo con la política concreta de que se
trate, y el interés relativo que tengan para cada uno de ellos los aspec-
tos en discusión.
Los actores gubernamentales e institucionales basan su po-
der de intervención en el sistema esencialmente en la posesión de las
facultades de regulación, de disposición de recursos, de concertación
de intereses (la Comisión a nivel comunitario, y los EEMM a nivel na-
cional y subnacional) y de disciplinar al resto de participantes al menos
en los elementos y valores (a veces un tanto simbólicos) del interés
público28 . Por otra parte, su intervención es formalmente exclusiva en
determinadas fases del proceso decisorio comunitario (por ejemplo, en
el Coreper y en el resto de órganos del Consejo de la Unión).
La importancia de los actores no gubernamentales radica en
Políitica Europea y Gestión Multinivel
33
a) El mantenimiento de las interacciones entre las diferentes or-
ganizaciones y personas de la red exigen buenas dosis de re-
cursos y esfuerzos.
b) La importancia que se otorga a las relaciones informales apor-
ta una cierta flexibilidad de gestión, pero sin embargo integra
buenas dosis de espontaneidad e improvisación que no
siempre son objetivables y adecuadas; y, por otra parte, plan-
tea problemas cuando algunas de las personas que ocupan
Jorge Crespo González
34
g) Si la confianza mutua es una condición para la creación y
mantenimiento de redes, conviene anotar las dificultades para
atesorarla en el escenario comunitario, en el cual la descon-
fianza puede considerarse un dato del sistema. De esta ma-
nera, no es exagerado decir que el Consejo desconfía de los
alardes supranacionales de la Comisión, y ésta de los pruritos
intergubernamentales del Consejo; la Comisión desconfía de los
EEMM y éstos desconfían entre sí; y todos desconfían de los
actores no gubernamentales, cuyas acciones no siempre pue-
den controlar (piénsese por ejemplo en el comportamiento de
dichos actores a propósito del mal de las vacas locas). Y, ade-
más, la actuación del conjunto dependerá de los intereses en
juego y de la percepción que de ellos tienen los intervinientes: es
obvio que si los intereses protegidos son comunes (imagínese el
caso de la política aduanera frente a terceros), se tendrá más
posibilidades de recabar la confianza de todos los socios que si
se trata de un juego de suma cero (pensemos, por ejemplo, en el
reparto de los fondos agrícolas entre países).
7.- La tecnología
Una característica muy relevante del GM es el énfasis y preocu-
pación por el instrumental que facilita la interacción entre actores.
Aunque la tecnología de interacción no debe asociarse sin más a las
nuevas tecnologías de comunicación e información, nuestra reflexión
se remite fundamentalmente a éstas últimas.
Es constatable que la acción administrativa común e integrada
exige fuertes inversiones en nuevos medios tecnológicos que faciliten
la gestión conjunta y la interacción entre la Administración comunita-
ria y las de los EEMM. De esta manera, debe proseguirse y potenciar-
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últimos años podemos destacar dos: Euromethod, cuyo objetivo es
establecer una metodología común de planificación y desarrollo de
los sistemas de información para las AANN; e Insis, que intenta apli-
car las tecnologías de la información para dar solución a los proble-
mas de comunicación entre las instituciones comunitarias y los go-
biernos de los EEMM. Tampoco debe olvidarse que esas nuevas tec-
nologías tienen que servir para mejorar el servicio a los ciudadanos, y
que puede erigirse en una poderosas herramienta para realizar las
Jorge Crespo González
36
c) Cuál es el mapa de países que pueden formar parte de la UE.
d) Cuál es el papel de los gobiernos subnacionales30 en el dise-
ño organizativo futuro, y en la formulación y gestión de las polí-
ticas públicas comunitarias.
e) Cuál ha de ser el sistema de adopción de decisiones, el peso
de los diferentes EEMM en el mismo, y las diferentes mayorías a
aplicar.
f) Cuáles son las funciones que debe realizar la UE y cuáles los
EEMM, a la luz de la aplicación vertical del principio de
subsidiariedad31 , etc.
Las soluciones políticas y técnicas a las tensiones entre unidad y
diversidad, la clave de bóveda de la discusión multinivel en cualquier
sistema político complejo, son siempre contingentes, pero en el caso
comunitario la cuestión se complica porque el carácter dinámico y
creativo del proceso de integración es un elemento estructural del
espacio comunitario de decisión, que a su vez se caracteriza más por
su carácter fluido e inestable que por una ordenación clara, jerarquizada
y territorialmente uniforme.
Otros factores que indican que todavía quedan cosas que mejo-
rar son los siguientes: por una parte, el gusto, en diversos círculos
nacionales y subnacionales, por un discurso monista de la soberanía;
seguidamente, el hecho de que en muchos EEMM (entre ellos Espa-
ña) no se hayan creado mecanismos que permitan la gestión relacional
al máximo nivel, sobre todo en lo referido a la participación de los
niveles subnacionales en la formulación de las políticas públicas na-
cionales, a lo que cabe agregar la reformulación continua de las es-
tructuras institucionales comunitarias.
En razonable pensar, finalmente, que en la medida en que el dise-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
37
9.- Las subvenciones multinivel32
Entendemos por subvenciones multinivel el conjunto de transfe-
rencias de recursos financieros que tienen lugar entre organizaciones
pertenecientes a distintos niveles territoriales de gobierno. En el caso
que nos ocupa es claro que la organización que financia es la UE, en
tanto que las organizaciones receptoras son fundamentalmente las
AANN (incluyendo las subnacionales).
Jorge Crespo González
CONCLUSIONES
I.- Podemos decir que la gobernabilidad comunitaria europea no
escapa a las tensiones y desafíos constatados por la OCDE34 en di-
versos Estados, y que afectan muy particularmente a la gestión públi-
ca. De esta forma, estamos en presencia de un sistema político-admi-
nistrativo complejo y fragmentado, con un número creciente de acto-
res de gran diversidad, con niveles de Administración interdependientes
entre los cuales cada vez es más difícil aislar responsabilidades res-
pecto a cada segmento material concreto, puesto que existe un repar-
to de funciones en materia de concepción, ejecución y evaluación de
las diferentes políticas, pero además por estar sometidas éstas últi-
mas a distintos grados de europeización.
Por otra parte, para comprender la gestión de las políticas comu-
nitarias es necesario reflexionar al menos sobre dos cuestiones: las
peculiaridades de la UE en tanto artefacto de gobernabilidad, así como
los principios que articulan la Administración comunitaria con las de
los EEMM (cooperación/colaboración, autonomía institucional y
38
subsidiariedad); y la incidencia del entorno mundial, y en concreto la
necesidad de gobernar sociedades más complejas, segmentadas e
interdependientes, bajo los imperativos de la globalización, de la apa-
rición de nuevas instancias de gobernabilidad (supranacionales y
subnacionales) y del utillaje técnico-conceptual de la nueva gestión
pública.
II.- En la medida en que se constata la implantación de una nue-
va concepción de la acción pública y la creación de nuevos espacios
de gestión político-administrativa, se asiste a la impotencia de las vie-
jas categorizaciones, procedentes fundamentalmente del entorno del
Derecho público, para analizar la nueva situación, y correlativamente
la necesidad de nuevos modos y enfoques de reflexión sobre el sector
público y sus políticas. Uno de esos nuevos modos de análisis, de
gran potencia conceptual y descriptiva, es el propio al GM.
El GM concibe la integración europea como la edificación de
una nueva entidad en que la responsabilidad sobre las diversas inter-
venciones que integran las políticas públicas se encuentra compartida
entre múltiples niveles de gobierno, y actores de carácter privado y/o
semipúblico. Se trata de un enfoque amplio, que permite simultánea-
mente tratar el sistema institucional (tanto formal como informal), la
acción de gobierno y gestión pública, y los actores de todo tipo y nivel
territorial de actuación.
Algunas de las pautas de análisis de GM son:
a) La participación plural, fluida y multinivel. Es decir, la preocu-
pación por los actores institucionales (de diferentes niveles y
poderes) y no institucionales.
b) La importancia de los Recursos Humanos y su capacitación.
c) La estabilidad de las pautas de contacto entre personas y or-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
ganizaciones intervinientes.
d) La vinculación con las políticas públicas, en sus diferentes
fases y momentos.
e) La relativa importancia del marco normativo de relación.
f) La gestión en red.
g) La relevancia de la tecnología.
h) La financiación multinivel.
i) Una visión constructiva del conflicto.
39
III.- En el ámbito comunitario la aplicación de la metodología del
GM también tendrá en cuenta cómo se produce la gestión relacional
(es decir, la arquitectura organizativa y social que permite la participa-
ción de un conjunto o red de organizaciones en las diferentes políti-
cas), y, como ha sido expuesto, cómo se produce la financiación
multinivel y cuáles son los ejes de conflicto abiertos. Respecto a esta
última cuestión, y reconociendo que las soluciones políticas y técni-
cas a las tensiones en cualquier sistema político complejo son siem-
Jorge Crespo González
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Políitica Europea y Gestión Multinivel
43
NOTAS
1
Sobre la evolución de la gestión pública, las presiones para el cambio y las nuevas propuestas
técnicas de la gerencia pública es de gran interés consultar OLIAS (2001: 3 y ss.).
2
Imperativos de espacio impiden que tratemos aquí la incidencia del entorno mundial, y en
concreto la necesidad de gobernar la fragmentación bajo los imperativos de la globalización y
de la nueva gestión pública. Ello habría sido especialmente pertinente toda vez que, tal como
estima CLOSA (2001:512), la europeización de las políticas sectoriales domésticas se produ-
ce “…en paralelo con otras variables vinculadas, como la hegemonía de determinados discur-
sos e ideologías a nivel mundial. Así, pues, existe europeización, pero en el marco de un
cambio a nivel mundial”.
Jorge Crespo González
3
En el caso de la Comisión, ese conjunto de unidades materialmente especializadas sumaban
36, entre Direcciones generales y Servicios, a principios de 2003.
4
Piénsese que, por ejemplo, los Reglamentos son directamente aplicables en todos sus ele-
mentos por los EEMM, y que las Directivas, que obligan al Estado destinatario en cuanto al
resultado, pero dejando a las autoridades nacionales la elección de la forma y los medios, en
ocasiones son tan detalladas que de manera indirecta prejuzgan la libertad de los Estados para
su aplicación interna, tanto normativa como administrativa.
5
A modo de ejemplo, es curioso observar cómo estas dimensiones pueden percibirse en BULLER
y HOGGART (1998: 159-160) cuando los autores se refieren a las acciones de la UE como
actor ambiental, y aluden a que la Unión crea y diseña legislación ambiental, la hace respetar,
negocia con terceros actores (nacionales e internacionales) sobre medioambiente, y potencia
la política medioambiental como un área política emergente.
6
Lo anterior procede de GOMA y SUBIRATS (1998: 393 y 394). A pesar de los años transcurri-
dos, su esquema puede considerarse aún válido, aunque las sucesivas reformas de los trata-
dos, así como la negociación entre los Estados, podrían llevar a que algunas de las políticas
citadas se dirijan hacia mayores o menores cotas futuras de europeización.
7
A estos efectos, entendemos por proceso de decisión intergubernamental aquel en que cada
uno de los EEMM conserva la capacidad de frenar o vetar la adopción de una decisión, o de
que, en caso de ser adoptada, no se aplique en su territorio; y por proceso de decisión
supranacional aquel en que la posibilidad de adoptar una decisión excede las capacidades de
los EEMM individualmente considerados, ya sea porque es una institución comunitaria quien
decide directamente (por ejemplo, la Comisión), porque la decisión se adopta por mayoría
cualificada o simple, o porque diferentes instituciones comunitarias inciden en el proceso y, en
ocasiones, codeciden (Parlamento Europeo).
8
Jose María de Areilza estimaba que “la toma de decisiones comunitaria se produce en un 70%
de las ocasiones por mayoría, de modo que un gobierno representado en el Consejo de Minis-
tros de la UE con frecuencia tiene que aceptar y aplicar normas contra las que ha votado”, en
“Las transformaciones del poder europeo: reforma institucional, principio de subsidiariedad y
cooperación reforzadas”, incluido en AREILZA CARVAJAL (1999:18).
9
CASSESE, S., (1985:42 y ss.).
10
Véase SPANOU, (1999:42).
11
En MORATA, F., (1998: 100-101).
12
Así lo estima FERNANDEZ TOMAS, A., (1996:174-177).
13
Con todo, en la Cumbre de Niza (diciembre de 2000) se ha planteado la posibilidad de que en
el año 2004 se produzca una Conferencia, de alcance comunitario europeo, para intentar deli-
mitar competencias entre los diferentes niveles de gobierno en la UE. Dicha Conferencia,
propiciada a instancia de los Länder y de nuestras Comunidades Autónomas, vendría a poner
en entredicho el principio de autonomía institucional.
14
El derecho comunitario debe cumplirse tanto si la ejecución es netamente administrativa,
como en el caso en que con carácter previo se exija una ejecución normativa, estando ésta o
no transferida a los poderes nacionales o subnacionales correspondientes.
15
El principio de subsidiariedad es mencionado varias veces en el TUE, pero es sobre todo en el
44
artículo 3.B) donde se consagra como principio general.
16
Repárese que no se trata en sentido estricto de un reparto de políticas por nivel de gobierno,
sino como explicitan GOMA y SUBIRATS (1998, 391), de “una asignación intrasectorial de
confluencia intergubernamental de capacidades de gobierno sobre la mayoría de las políticas,
basada en criterios funcionales de reparto de papeles”.
17
SOBRINO HEREDIA (1997:91).
18
MORATA, (1998:102)
19
Para profundizar sobre el concepto de “legitimidad” en el ámbito público, puede consultarse
con provecho BAÑÓN (1997: 51 y ss.).
20
Entendiendo la Gobernabilidad democrática como “la capacidad de un sistema social demo-
crático para autogobernarse enfrentando positivamente los retos y oportunidades que tenga
planteados” y que “una estrategia de gobernabilidad democrática es, pues, una estrategia de
construcción de capacidades”. En PRATS (s.f.).
21
PRATS (s.f.).
22
Por eso en la explicación de algunas de las pautas nos hemos inspirado en los teóricos de las
RIG, y particularmente de WRIGHT (1978), a partir de la presentación de su doctrina realizada
por AGRANOFF (1991, 4 y ss.).
23
WRIGHT (1978, 24 y ss)
24
A una potenciación de las relaciones e interacciones entre el sector público y privado aluden
aquellos que defienden la aplicación del principio de subsidiariedad horizontal, propiciando
criterios de reparto de funciones sobre algunas materias entre ambos; discursos que, por otra
parte, coinciden en el tiempo con la petición de una Administración más cercana a los ciuda-
danos, más abierta, en un entorno de “modestia” para las tareas públicas. En sentido son
interesantes las aproximaciones realizadas en Francia, esencialmente por M. CROZIER, des-
de la Sociología de las Organizaciones. Véase por ejemplo CROZIER (1995).
25
Esto toma, si cabe, mayor relevancia para nuestro propósito ya que la gestión de los asuntos
públicos, dentro de un sistema político-administrativo policéntrico, como es el comunitario,
implica no solamente resolver técnicamente algo, sino gestionar la participación para cual-
quier política de un conjunto o red de organizaciones. Es destacable que, tanto en el ámbito
comunitario como en el propio de los EEMM, se ha producido una eclosión de organizaciones
de encuentro, integración de intereses y gestión horizontal de los asuntos con proyección
comunitaria, junto con la materialización de un conjunto de principios de naturaleza jurídica
(por ejemplo el principio de cooperación, lealtad federal, etc.).Es obvio que la gestión relacional
no va a depender en exclusiva del diseño orgánico, sino también de otros factores, como la
cultura político-administrativa de cooperación.
26
Quien quiera información suplementaria sobre estos aspectos puede consultar CRESPO
(2001b:34-39).
27
Véase SCHARPF (2000: 34-35).
28
Sin menospreciar ni mucho menos el hecho de que algunos actores cuentan con legitimidad
democrática de origen.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
29
Por ejemplo KASSIM (1994: 15 y ss.).
30
Con sus diversas variantes. Por ejemplo, para contemplar el nivel regional de gobierno habría
que diferenciar la región meramente administrativa, de las manifestaciones que procedan de la
aplicación del principio de articulación federal o autonómico.
31
El valor añadido creado por la actuación comunitaria respecto a la nacional no es similar para
todos los ámbitos materiales y, además, algunos actores defienden, a veces interesadamente,
que el modelo comunitario de adopción y ejecución de decisiones políticas, al privilegiar la
decisión conjunta así como la obtención del consenso penalizando seriamente las opciones
radicales, conduce a un modelo presidido por la negociación a la baja y, probablemente, por la
adopción de decisiones subóptimas.
32
Para informaciones adicionales sobre la importancia cualitativa y cuantitativa de la financia-
ción multinivel, así como respecto a la gestión y el control de las subvenciones, consúltese
CRESPO (2001b:16 y ss). Asimismo, son de interés las reflexiones realizadas en BAÑON
45
(1998: 118 y ss.) sobre las transformaciones de la Administración General del Estado en Espa-
ña a partir de la integración en las Comunidades Europeas.
33 33
Los recursos destinados a los fondos consumen más del 70% de los créditos comprometi-
dos en el Presupuesto de la UE. Así, en el presupuesto de 2002 la subsección “Fondo europeo
de orientación y garantía agraria (garantía) consumió 44.505,1 millones de euros (el 45,2% de
los créditos), mientras que “Operaciones estructurales, fondos estructurales y de cohesión:
mecanismo financiero, otras operaciones agrícolas y regionales, transportes y pesca”, consu-
mió 34.002,5 (34,5% de los créditos). Estas cantidades contrastan con otras partidas, por
ejemplo, la de “gastos administrativos de todas las instituciones”, con 5176,8 (5,2%). En Co-
misión Europea (2002:7).
Jorge Crespo González
34
Véase OCDE, (1997).
46
LA MOVILIZACIÓN REGIONAL Y LA
EMERGENCIA DE UN SISTEMA DE
GOBERNACIÓN DE MÚLTIPLES NIVELES
EN LA UNIÓN EUROPEA
Argimiro Rojo Salgado
INTRODUCCIÓN
Frente a la noción de gobernabilidad, que hace referencia de
forma general a la aptitud de dirigir, y que es propia del sistema políti-
co, el concepto de gobernación –traducción castellana del término
inglés governance- se asocia a la capacidad de autocoordinación pro-
pia de redes constituidas por una variada constelación de organiza-
ciones y entidades tanto privadas como públicas, tanto estatales como
Políitica Europea y Gestión Multinivel
47
jor dicho, la sociedad-red. En resumen, gobernación equivale, de al-
guna manera, a gobernar sin gobierno.
La gobernación, entendida como mecanismo alternativo y
sustitutorio del gobierno para coordinar actividades colectivas, es el
resultado de los cambios profundos experimentados por la sociedad
actual, en la cual se ha incrementado el grado de complejidad y diver-
sidad, y donde el nivel de especialización e influencia de muchos agen-
tes económicos, sociales, culturales, mediáticos y administrativos cada
Argimiro Rojo Salgado
48
hacia arriba como hacia abajo.
Este doble proceso de cesión de poder político y de reasignación
de competencias desde los Estados, revierte y pone fin a una tenden-
cia secular a lo largo de la cual ha sido el Estado, en su estructura
centralista y unitaria, el único beneficiario de esa distribución de com-
petencias. Aunque el grado de centralización varió de unos países a
otros, se puede afirmar que de manera general desde el siglo XIII
hasta el siglo XX el Estado nacional no ha dejado de asumir más y
más competencias y atribuciones, a costa precisamente de sus enti-
dades territoriales y sociales preexistentes, a las que poco a poco fue
diluyendo a través de procesos de integración, asimilación y
homogeneización. Ciertamente, este proceso y esta tendencia centra-
lista y centralizadora ha sido favorecida por una serie de factores que
se han ido sucediendo a lo largo de los últimos siglos, tales como el
inicio de la época colonial, la intensificación del comercio internacio-
nal, la aparición de la ideología nacionalista en Europa, la identifica-
ción de la extracción centralizada de recursos, la expansión de las
políticas de bienestar, el control de los diferentes sectores de la eco-
nomía, la definición de los intereses generales de la nación, etc.
Esta tendencia se está invirtiendo en las últimas décadas, y el
proceso de desarrollo seguido de manera general en Europa occiden-
tal apunta a un traspaso de competencias tanto hacia el nivel
institucional europeo como hacia los diversos niveles de gobierno
subestatal. Ello conduce inevitablemente a la aparición de un sistema
de gobernación de múltiples niveles, en el cual los distintos niveles o
actores institucionales –además de otros- comparten, en lugar de
monopolizar, decisiones sobre amplias áreas competenciales. De esta
manera, a la dominación y dirección uniforme y exclusiva por parte de
los Estados centrales, estamos asistiendo a la emergencia de un pa-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
49
red de relaciones. En este contexto, las arenas supranacional, nacio-
nal y subnacional ya no sólo tienen puntos de contacto, sino que se
entrelazan y crean una situación de interdependencia cada vez más
densa y creciente (M. Keating y B. Jones, 1995).
A mi juicio, a esta situación de gobernación multinivel que poco
a poco se va implantando en el ámbito de la Unión Europea está con-
tribuyendo de forma destacada el intenso y persistente proceso de
movilización regional que viene recorriendo esta parte del viejo conti-
Argimiro Rojo Salgado
50
Partiendo de estos supuestos, el objetivo principal de esta expo-
sición estriba en analizar, por una parte, las sucesivas actuaciones
que en este mismo sentido se han ido produciendo tanto en el seno de
la Unión Europea como de sus Estados miembros, y que han posibili-
tado este emergente poder regional y el consiguiente sistema de go-
bernación de múltiples niveles en el ámbito comunitario europeo. Una
vez expuesto el actual marco general de actuación de las Regiones
respecto de la UE, aludiré, finalmente, y a modo de conclusión, a
determinados efectos e impactos que se están produciendo en la nue-
va politeya europea como consecuencia de esta nueva dinámica de
multilevel governance.
51
otro aspecto, el normativo, el cual se manifiesta proponiendo solucio-
nes a la problemática regional, formulando objetivos y metas, y estable-
ciendo las condiciones y procedimientos adecuados para la consecu-
ción de dichos objetivos. En cuanto movimiento social, el regionalismo
ha de entenderse como comportamiento colectivo organizado en torno
a la ideología regionalista, y orientado hacia la obtención de los objeti-
vos allí formulados.
Los factores y circunstancias que suscitan el regionalismo son
Argimiro Rojo Salgado
52
Se pretende, en tercer lugar, la consecución de un desarrollo eco-
nómico más justo, armónico y equilibrado desde el punto de vista terri-
torial. En la medida en que la regionalización es movilizadora de las
poblaciones y ayuda, como ya se apuntó anteriormente, a combatir la
desertización democrática originada por la falta de intervención creado-
ra de los interesados, puede favorecer el desarrollo centrado en las
necesidades colectivas, evitando un mero crecimiento basado en los
intereses del capital extranjero, con despilfarro de recursos en las áreas
metropolitanas, abandono de las zonas periféricas o insulares, etc., con
el consiguiente agravamiento de las desigualdades. En este sentido, la
regionalización política puede ser una importante contribución a la im-
plantación de un nuevo estilo de desarrollo, según el cual el espacio
regional, tradicionalmente considerado como sujeto pasivo del desarro-
llo, pase a constituir ese actor fundamental y privilegiado de todo el
proceso.
Como respuesta a la exigencia regionalista surge la regionalización,
que hace referencia a amplios procesos de carácter político, jurídico e
institucional encaminados a la descentralización, a la distribución y al
reparto del poder político desde el punto de vista territorial. La
regionalización conlleva la creación o rehabilitación, según los casos,
de nuevas unidades políticas territoriales dotadas de órganos de
autogobierno y de atribuciones y competencias legislativas, ejecutivas
y administrativas. Del análisis general de esta realidad se desprende
que existen dos modelos de política estatal en relación con el complica-
do proceso de integración nacional: la política monista o de la asimila-
ción, y la política pluralista o de la unidad en la diversidad. Mediante la
política de asimilación se persigue principalmente la formación de una
única identidad nacional entre colectividades culturalmente diversas. Y
ello se consigue a costa de ir eliminando los rasgos culturales o «nacio-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
53
considerar a sus Regiones únicamente como un instrumento de su
política de planificación y desarrollo económico, por lo que aquéllas
eran objeto de la consideración exclusiva de los tecnócratas que las
definían en función de meros datos técnicos y estadísticos. Pero a pe-
sar de este planteamiento y enfoque eminentemente sectorial y
reduccionista, la realidad regional, el regionalismo y la regionalización
se han ido imponiendo progresivamente, y no por simple voluntarismo
u opciones estrictamente políticas, sino por unos hechos mucho más
Argimiro Rojo Salgado
profundos y perdurables.
Tomando como referencia a los países de nuestro entorno, y más
concretamente a los que conforman la Unión Europea, pronto se descu-
bre cómo en las últimas décadas se ha venido produciendo un intenso
y continuado proceso generalizado de regionalización política en el seno
de los Estados, afectando sustancialmente tanto a la estructura como a
la misma filosofía política sustentadora del viejo Estado-nación.
Italia inicia esta etapa regionalista al adoptar su Constitución de
1948 una clara concepción pluralista del Estado, reflejado todo ello en
la división del territorio nacional en veinte Regiones, cinco de ellas con-
sideradas como especiales y las quince restantes como ordinarias. A
continuación es Bélgica la que a finales de la década de los sesenta
abre su proceso de distribución y reparto territorial del poder político,
agobiada principalmente por el secular y cada vez más crítico enfrenta-
miento entre las comunidades valona y flamenca. Ello se va a concre-
tar en importantes reformas constitucionales llevadas a cabo entre 1970
y 1989, en virtud de las cuales se crean tres Comunidades (valona,
flamenca y germanófona) y tres Regiones (Valonia, Flandes y Bruse-
las). Una última reforma constitucional es efectuada en 1993, siendo su
principal consecuencia convertir el hasta entonces Estado regional bel-
ga en Estado formalmente federal. La Constitución portuguesa de 1976
proclama el principio de autonomía y descentralización en la organiza-
ción territorial del Estado, y atendiendo a los condicionamientos geo-
gráficos, económicos, sociales y políticos de ciertos territorios de ultra-
mar, reconoce y crea las dos Regiones Autónomas de los archipiélagos
de Azores y Madeira. El territorio metropolitano continúa, y pese al
mandato constitucional, con el sistema de organización territorial tradi-
cional, esto es, centralista y unitario. España en su Constitución de 1978
institucionaliza el Estado autonómico, contando para ello con el impor-
tante precedente del llamado Estado integral de la Segunda República.
54
En este contexto general favorable a la regionalización algunos
países como Francia, la quintaesencia del centralismo y la creadora del
modelo de Estado centralizado-burocrático, va a plantearse también la
posibilidad y la conveniencia de la descentralización. Este proceso, ini-
ciado por De Gaulle, es retomado años más tarde por la administración
socialista la cual, en 1982, y mediante la aprobación de la llamada Ley
Deferre, inicia el proceso de descentralización administrativa en la Fran-
cia jacobina. El Reino Unido tampoco es ajeno a este fenómeno, y a
finales de los años sesenta se realizan los primeros estudios (Informe
Kilbrandon) y se diseñan los primeros proyectos relativos a la descen-
tralización o devolution; y todo ello motivado principalmente por la pre-
sión ejercida por los partidos nacionalistas de Escocia y País de Gales.
Debido al resultado negativo del referéndum de 1979, y a la frialdad con
la que los conservadores -desde entonces en el poder- acogieron el
tema de la regionalización, esta cuestión quedó relegada dentro de la
agenda política británica. Con la llegada al poder del gobierno laborista
de Tony Blair en 1977 este proceso se desbloquea, realizándose ya en
ese mismo año nuevos referenda en Gales y Escocia con resultados
favorables al sí en ambos territorios, lo que está propiciando la progre-
siva institucionalización del autogobierno en dichas Regiones del Rei-
no Unido.
Si, como se acaba de señalar, la respuesta a las exigencias del
regionalismo ha tenido una amplia y profunda manifestación en el mar-
co estatal, en el ámbito internacional también se viene produciendo una
réplica y una reacción positiva en relación al fenómeno regionalista. No
obstante, los procesos de regionalización de la sociedad internacional,
conducentes al reconocimiento e institucionalización de estas entida-
des político-territoriales subestatales en el ámbito supranacional, ha-
brán todavía de superar serios obstáculos, tanto en el campo doctrinal
Políitica Europea y Gestión Multinivel
55
El Consejo de Europa: la primera organización internacio-
nal que reconoce e integra la representación genuinamente
regional
El Consejo de Europa es una organización internacional de co-
operación, creada en 1949 con la finalidad de promover un inequívoco
proyecto integrador para una Europa todavía no recuperada del devas-
tador conflicto bélico. Sus promotores pretendían, precisamente, «crear
una unión más estrecha entre sus miembros, a fin de salvaguardar y
Argimiro Rojo Salgado
56
Baja elegida mediante sufragio universal directo. Esta idea inicial es
retomada al cabo de dos décadas con ocasión de dos importantes Con-
venciones organizadas por el Consejo de Europa. La primera de ellas
tiene lugar en Galway (Irlanda) en 1975, y allí se va a insistir en la
necesidad de generalizar a toda Europa la creación de entidades regio-
nales autónomas, añadiendo además que se considere «la importancia
de una representación colectiva e institucional de todas las Regiones
de Europa, representación que podría tomar la forma de una Segunda
Cámara, un Senado de las Regiones». La otra Convención tiene lugar
en Burdeos en 1978, y es considerada como el primer congreso de la
Europa de las Regiones, al congregar a representantes regionales de
más de veinte Estados integrantes del Consejo de Europa. En esta cita
atlántica se va a declarar en primer lugar «el derecho de cada europeo
a su Región», para pasar a continuación a definir la entidad regional así
como las consecuencias que de ello deriva en el ámbito político, econó-
mico y cultural. Finalmente se abordó -una vez más- el tema de la
participación institucionalizada de las Regiones, considerando al res-
pecto que «una participación de las Regiones en una Europa unida de-
bería de concretarse en la creación de una Segunda Cámara europea,
compuesta de representantes locales y regionales».
En la Declaración aprobada en Burdeos se propone, además, que
la propia Conferencia de Poderes Locales y Regionales de Europa
(CPLRE) se convierta en una Cámara de representación local europea,
hecho que se produce en enero de 1994, al aprobar el Comité de Minis-
tros del Consejo de Europa la Resolución Estatutaria relativa a la insti-
tución del Congreso de los Poderes Locales y Regionales de Europa,
pasando así a constituir el tercer órgano estatutario del Consejo de Eu-
ropa, al lado del Consejo de Ministros y de la Asamblea Parlamentaria.
Uno de los rasgos más significativos y novedosos del nuevo CPLRE es
Políitica Europea y Gestión Multinivel
57
cara al proceso de descentralización regional la aprobación de deter-
minados documentos como el Proyecto de Convenio sobre la Coope-
ración Interterritorial o la Recomendación para la elaboración de la
Carta Europea de la Autonomía Regional. Dicha autonomía o
regionalización –indispensable, entre otras razones, para corregir las
fuertes diferencias económicas y sociales entre las diversas partes de
Europa- ha de significar mucho más que una mera descentralización
del Estado. Ha de implicar la elección por sufragio universal de sus
Argimiro Rojo Salgado
58
Por lo que respecta a los órganos considerados ejecutivos de la
Comunidad cabe destacar, por ejemplo, como ya en 1961 la Comisión
Europea publica una «Nota sobre la política regional de la Comunidad /
CECA,CEE,CEEA», donde se propone el llamado Plan Global de Polí-
tica Regional, que refleja ya una concepción de lo regional que trascien-
de por primera vez la dimensión puramente económica. En 1972 el
Comité Económico y Social de la CEE crea en su propio seno una
Sección de Desarrollo Regional. En 1975 se crean simultáneamente el
Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Comité de Políti-
ca Regional (CPR), teniendo como finalidad principal impulsar el desa-
rrollo de las Regiones más atrasadas. Este hecho significa, en realidad,
la aparición de la política regional en el ámbito comunitario.
La reforma de 1988 va a suponer un importante hito en este
proceso de institucionalización de la política regional comunitaria. Di-
cha reforma -consecuencia a su vez de los objetivos y cambios intro-
ducidos por el Acta Unica Europea- va a consistir principalmente en la
modificación de los llamados Fondos Estructurales (FEDER, FEOGA
y FSE), el aumento hasta triplicarse de su dotación presupuestaria y la
concentración de la acción de los mismos en cinco objetivos priorita-
rios. Al mismo tiempo se establece un principio y un procedimiento de
cooperación y concertación entre la Comisión, los Estados y las distin-
tas instancias subestatales (Regiones, Länder, etc.) que estará pre-
sente tanto en la fase de preparación y financiación como en la de
seguimiento y evaluación de las intervenciones. En diciembre de 1988
entra en funcionamiento el Consejo Consultivo de los Entes Locales y
Regionales (CCELR), el cual, además de constituir el precedente del
actual Comité de las Regiones, hizo posible que por primera vez las
entidades regionales y locales consiguiesen una representación pro-
pia en el seno de las instituciones comunitarias.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
59
cultura, la economía, la autonomía política o la participación en el
sistema comunitario europeo.
En abril de 1984 el Parlamento organiza en Estrasburgo la Pri-
mera Conferencia Parlamento Europeo-Regiones de la Comunidad
sobre el tema del papel de las entidades regionales en el proceso de
construcción europea. Años más tarde, en 1988, aparece la importan-
te Resolución sobre la política regional comunitaria y el papel de las
Regiones, a la cual se añade la tan comentada «Carta Comunitaria de
Argimiro Rojo Salgado
60
la presencia y participación de las Regiones en el sistema comunitario
resulta imprescindible. Algunos de los puntos más sobresalientes de
este documento hacen referencia a cuestiones de gran transcendencia
como, por ejemplo:
• Que se realice la regionalización en los Estados en los que
todavía no está hecha, siguiendo la orientación de la Carta Co-
munitaria de la Regionalización.
• Que se impulse la creación del Comité de las Regiones y se
refuercen el papel y las prerrogativas del Parlamento Europeo
como medios para superar el déficit democrático.
• Que se establezcan las atribuciones propias de las Regiones,
de acuerdo con el dictado del principio de subsidiariedad.
• Que se refuerce la cohesión económica y social como medio
de reducir lasdiferencias entre los niveles de desarrollo de las
Regiones y para superar el retraso de las menos favorecidas.
De la acción general desplegada por la Eurocámara en favor de
las Regiones se pueden extraer, a modo de resumen, las tres conside-
raciones siguientes. En primer lugar la Región es considerada como
un elemento indisociable de la cohesión económica y social, constitu-
yendo el nivel político y administrativo ideal tanto para la planificación
como para la ejecución de las políticas estructurales. En segundo lu-
gar se atribuye a la Región un papel decisivo de cara a la exigencia de
profundización democrática, de participación cívica, contribuyendo así
a la corrección del déficit democrático que caracteriza desde sus ini-
cios el proceso de construcción europea. Por último, las Regiones son
consideradas como las verdaderas depositarias de la diversidad cul-
tural que tanto enriquece y caracteriza al viejo continente.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
61
Consejo. Por lo que respecta a la cuestión regional el TUE va a tener
también una trascendencia y un significado muy especial. Si hasta la
cumbre de Maastricht la instancia regional había sido ignorada por el
derecho positivo, después de Maastricht la situación empieza a cam-
biar ostensiblemente. La realidad regional va a verse afectada por
una serie de disposiciones que pueden considerarse claves para el
reconocimiento y la posterior consolidación de la dimensión regional
dentro del entramado institucional de la Unión Europea. En concreto,
Argimiro Rojo Salgado
62
III.- LAS POSIBILIDADES ACTUALES DE
PARTICIPACIÓN Y ACCIÓN REGIONAL EN EL
AMBITO DE LA UNIÓN EUROPEA
Como consecuencia de esa respuesta gradual de la Unión Euro-
pea -y también de los Estados miembros- a las demandas regionalistas,
han ido surgiendo distintas modalidades de participación y acción regio-
nal en los asuntos comunitarios. Entre las fórmulas de participación
regional existentes en la actualidad es justo destacar, en primer lugar,
una serie de mecanismos y procedimientos capaces de asociar a las
Regiones al proceso de elaboración de las políticas y normativa comu-
nitaria, tanto en la fase que transcurre en el interior de los Estados miem-
bros como la que tiene lugar en la sede comunitaria: es lo que se cono-
ce como participación ascendente.
En el interior de los Estados se han ido creando órganos e instan-
cias de participación, tales como la Conferencia para Asuntos Relacio-
nados con las Comunidades Europeas o la Consejería de Asuntos Auto-
nómicos en España; en Italia la Conferencia Estado-Regiones o la Ca-
bina di regia nazionale; en Alemania se utiliza el Consejo Federal
(Bundesrat) o el Observador de los Länder para canalizar dicha partici-
pación, etc.
En las sedes comunitarias dicha participación se produce a través
de diferentes conductos e instancias: (i) participación a través del Comi-
té de las Regiones (representación homogénea en Bélgica; mixta en
Alemania, Austria y España; paritaria en Italia); (ii) participación en los
Comités consultivos y Grupos de trabajo de la Comisión y del Consejo;
(iii) participación en el Comité de Representantes Permanentes
(COREPER); (iv)participación directa en el Parlamento Europeo (Co-
munidades y regiones de Bélgica); (v) participación en la Comisión (las
Políitica Europea y Gestión Multinivel
63
dad respecto del conjunto del Estado. En Bélgica la sustitución puede
decirse que es la regla, y los ministros de las entidades federadas par-
ticipan habitualmente en los trabajos de las organizaciones
supranacionales cuando éstas tratan temas de sus competencias. Res-
pecto del Consejo, la representación es exclusivamente regional (o co-
munitaria) cuando en el orden del día se aborden temas que inciden en
sus competencias, utilizándose al respecto un sistema de rotación se-
mestral entre las colectividades federadas. En el caso de que en el
Argimiro Rojo Salgado
64
relaciones de amistad que pueden ser la base y el inicio de proyectos y
realizaciones posteriores. Como señala Ivo Duchacek (1986), hay que
otorgarle la importancia que se merece a este tipo de actuaciones (co-
midas, congresos, reuniones improvisadas ...), por ser un instrumento
muy útil para la solución, por ejemplo, de problemas transfronterizos,
evitando así el control y la intervención innecesaria del gobierno cen-
tral. Otras muchas relaciones se producen ya de manera formal e
institucionalizada, utilizando los correspondientes canales y procedimien-
tos de la paradiplomacia regional. Sus manifestaciones son muy am-
plias, y dependen mucho del nivel de competencias atribuidas a las
Regiones en los diferentes países. Desde viajes y misiones de las auto-
ridades regionales, pasando por hermanamientos, campañas de pro-
moción en medios de comunicación extranjeros, participación en re-
des, conferencias y organismos internacionales, hasta el establecimiento
de oficinas o delegaciones permanentes en las principales ciudades del
mundo. La apertura de estas miniembajadas en Bruselas por parte de la
mayoría de las Comunidades Autónomas y de otras muchas más Re-
giones europeas ilustran suficientemente este comportamiento (A. Rojo,
1996).
Desde el punto de vista geopolítico, esto es, considerando el ám-
bito geográfico en el que se despliegan estas actividades, se observa
cómo la paradiplomacia regional se proyecta a través de tres ámbitos
geográficos diferentes: el transfronterizo, el transregional y el global (C.
García, 1996). Las relaciones transfronterizas, condicionadas esencial-
mente por la proximidad geográfica y la semejanza de la naturaleza de
los problemas comunes y de sus posibles soluciones, da lugar a contac-
tos con objetivos predominantemente funcionales, derivados de las
condiciones de vecindad, tratando de facilitar el movimiento de perso-
nas, productos, recursos, servicios, iniciativas, etc. Los temas son muy
Políitica Europea y Gestión Multinivel
65
ultimo, y en tercer lugar, se utiliza la expresión de paradiplomacia
global para designar los contactos político-funcionales de las Regio-
nes con todo tipo de agentes y actores del sistema internacional (ciu-
dades, Regiones, Estados, Organizaciones Internacionales, Multina-
cionales, ONGs, etc.). En la era actual, caracterizada por la interde-
pendencia, la interconexión, en una palabra, por la mundialización,
donde las distancias han dejado de existir, estas relaciones resultan
totalmente congruentes y, ciertamente, inevitables.
Argimiro Rojo Salgado
66
nal, national and European levels of political integration and action... Así,
pues, estamos ante lo que podemos denominar un sistema dinámico de
gobernación multinivel, el cual, además, parece ser ya irreversible.
De una estructura bipolar (Estados-regiones o Estados-Unión), en
cuanto a las relaciones entre los actores y arenas políticas territoriales,
se está pasando a una estructura multipolar, en la cual las entidades
subestatales interactúan con actores estatales, internacionales,
supranacionales, transnacionales, regionales, municipales, etc., dando
lugar a una intrincada y densa organización política red (M. Castells,
1997-1998). Las consecuencias e impactos que resultan de esta nueva
situación conviene que empiecen a ser adecuadamente evaluadas y
analizadas, dada su trascendencia y repercusión en nuestros diferentes
espacios geopolíticos. A modo de conclusión, y dentro del marco gene-
ral de este trabajo, avanzaré algunas consideraciones al respecto.
La aparición de este nuevo sistema político europeo, plural y com-
puesto por niveles e instancias de gobierno múltiples y heterogéneos,
está creando nuevos marcos y contextos que ofrecen posibilidades in-
éditas para la expresión y canalización de intereses, así como para la
participación en la formulación de las políticas públicas relativas a los
diferentes ámbitos y niveles político-territoriales. Concretamente, los
movimientos regionalistas y nacionalistas periféricos han encontrado
apoyo y soporte para sus reclamaciones en el ámbito de la nueva politeya
europea; los actores subestatales se han visto beneficiados por un ince-
sante incremento de oportunidades, de mecanismos e instancias para
poder influir en la vida política tanto de sus Estados como de la propia
Unión Europea; a su vez, este incremento de poder y capacidad de
influencia de las Regiones, tanto a costa del Estado como también –
aunque todavía de manera incipiente- de la propia Unión, está contribu-
yendo a reforzar la capacidad movilizadora de las élites y gobiernos
Políitica Europea y Gestión Multinivel
67
sión, el Consejo de la Unión, el Comité de las Regiones, etc. Los Länder
y Comunidades Autónomas están representados en el Comité de las
Regiones, en el COREPER, en los comités y grupos de trabajo del
Consejo y de la Comisión. A todo ello hay que añadir otras muchas
fórmulas e instancias de relación y presencia en el sistema comunitario
como, por ejemplo, la apertura de oficinas y delegaciones regionales
permanentes ante las principales sedes comunitarias, o los contactos
informativos y promocionales a través de una acción exterior cada vez
Argimiro Rojo Salgado
68
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Políitica Europea y Gestión Multinivel
69
LAS ACTUACIONES COMUNITARIAS DE
IMPACTO TERRITORIAL
José M. Ruano de la Fuente
71
influencia en la elaboración y en la ejecución de las políticas naciona-
les y regionales de desarrollo territorial y, por consiguiente, sobre el
desarrollo del territorio de a Unión Europea. En este contexto, efecto
territorial significa que las acciones comunitarias modifican las estruc-
tura y las potenciales territoriales de la economía y de la sociedad.
De acuerdo con el informe “Estrategia Territorial Europea”, de
José M. Ruano de la Fuente
72
rrollo del territorio europeo” y se fijan tres estadios de implantación: la
coordinación de las políticas de los Estados, el alcance de una visión
comunitaria global, y de una perspectiva territorial como marco suple-
mentario de las políticas estatales, lo que parece aludir a la necesidad
de lograr una coherencia suficiente entre las políticas de los Estados
miembros.
El desarrollo del territorio europeo debe considerar, siempre de
acuerdo con el citado estudio, el impacto territorial de las políticas y la
comparación de las prácticas de ordenación territorial, al tiempo que
se propone una partición del territorio en espacios para el apoyo de
acciones transnacionales. Sin embargo, a pesar de estas previsiones,
queda lo más importante: su implantación, que tiene que ver con la
forma, los instrumentos y la coordinación de políticas.
Los artículos 130 A y 130 C del Tratado de la Unión Europea
consagran un nuevo concepto clave: “a fin de promover un desarrollo
armonioso del conjunto de a Comunidad, ésta (...) actuará de acuerdo
con el reforzamiento de su cohesión económica y social”. Este nuevo
concepto permite por el momento salvar las apariencias: se refiere a
abstracciones mientras que la cohesión territorial hace referencia a
las realidades del terreno.
Reconocida la cohesión como meta de la acción comunitaria,
queda saber cuál es su definición. Es decir, ¿cómo traducir a términos
económicos y sociales una cohesión que debe poner el acento en las
situaciones particulares de ciertos territorios?
Si se observa la relación de políticas sectoriales que, según el
informe “Estrategia Territorial Europea”, tienen impacto territorial, lla-
ma la atención la mención de los fondos estructurales, toda vez que
hasta ese momento se les creía instrumentos de una política general
Políitica Europea y Gestión Multinivel
73
trucción europea: la libre circulación de mercancías, personas, bie-
nes, capitales y servicios, el establecimiento de reglas comunes de
competencia, la política monetaria, de cooperación aduanera y la po-
lítica comercial. Los primeros mimbres teóricos de ordenación territo-
rial se subordinan a la política económica: muchas políticas, ninguna
referencia a la cohesión, poca preocupación territorial. El territorio se
convierte en una variable de ajuste de la política monetaria para unos
José M. Ruano de la Fuente
74
definiciones distintas de cohesión territorial e, indirectamente, de las
reglas de la competencia y del funcionamiento del mercado común; o
que el tribunal nacional formule una consulta prejudicial al Tribunal de
Luxemburgo, lo que daría como resultado que los jueces terminarían
por definir el concepto de cohesión territorial y por determinar las obli-
gaciones de los Estados, en su nombre.
Queda por dilucidar si la instancia jurisdiccional podría imponer
actuaciones sin atender a consideraciones fronterizas, que trascien-
dan la mera cooperación voluntaria entre Estados; o, por el contrario,
si dicha instancia permitiría cualquier actuación estatal siempre que
no atentara a las reglas de a competencia, despreciando de este modo
la dimensión territorial, y por ende social, de la Unión. Con indepen-
dencia del sentido de la decisión adoptada, no parece aceptable que
un problema político tenga una solución judicial.
¿Puede la Unión Europea funcionar sin cohesión, esto es, sin un
grado suficiente de coherencia del sistema? La cohesión económica,
social y territorial compone la tríada de una cohesión global sin la que
no hay sistema político viable. La cohesión económica y la cohesión
social no siempre evolucionan en paralelo. En ocasiones, sus meca-
nismos se oponen y la discordancia suscita un problema territorial. En
este sentido, la cohesión territorial es la condición y la medida geográ-
fica de una voluntad de pertenecer a un todo. Sin esta tríada no hay
Europa política, solamente mercado.
La búsqueda, por tanto, de la cohesión territorial deber ser un
objetivo general equiparable a la defensa de los derechos humanos o
la protección del medio ambiente. El principal instrumento de actua-
ción debe ser el FEDER, pero también todas las políticas que tienen
en especial un impacto territorial. La búsqueda de este objetivo no
Políitica Europea y Gestión Multinivel
75
tuían una declaración estratégica que, si no tomaba en cuenta las diná-
micas vinculadas a las interacciones espaciales, especialmente econó-
micas y sociales, si no relacionaban resultados y objetivos, quedaban
en papel mojado. Hoy en día, a las áreas geográficas homogéneas se
superponen espacios relacionales, estructurados a partir de redes de
intercambio e interacción en permanente evolución.
José M. Ruano de la Fuente
76
decisión política de impulso de la cohesión comunitaria se vio posterior-
mente reforzada con la entrada en vigor del Tratado de Maastricht de
1991 de forma tal que los países beneficiarios del fondo de cohesión
duplicaron los recursos obtenidos en el período 1989-1993. Así, la par-
ticipación de los recursos estructurales1 en el presupuesto comunitario
de 1999 alcanzó el 37,5%, y éste, a su vez, pasó del 0,90% del PIB
comunitario al 1,27%
Hay que tener en cuenta que, a partir de los principios contenidos en la Agenda 2000, se
produjo una reducción en el número de objetivos y tipos de intervención. Así, para
facilitar la comparación se han agregado los datos de la forma siguiente: el nuevo
objetivo 1 integra los objetivos 1 y 6 del período 1994-1999; el objetivo 2 se ha
considerado equivalente a los antiguos objetivos 2 y 5b; el 3, a los antiguos 3 y 4; y el
IFOP, fuera del objetivo 1, se ha asimilado al antiguo objetivo 5a (pesca).
Fuente: elaboración propia a partir de los datos contenidos en Comisión Europea (2002)
77
Si se atiende a las diferencias de distribución de recursos en
los períodos 1994-1999 y 2000-2003 (ver tabla 1), puede verse cómo
el objetivo 1 absorbe en el último período una proporción más eleva-
da del total de fondos estructurales de los objetivos 1 y 6 del anterior,
lo que puede ser reflejo de una intención más clara de favorecer la
convergencia de las regiones más atrasadas de la Unión. Por otra
parte, el interés en concentrar más la acción comunitaria en los terri-
José M. Ruano de la Fuente
78
TABLA 2. PIB PER CÁPITA: DIFERENCIAS INTERREGIONALES
EN LA EUROPA DE LOS QUINCE.
Fuente: Comisión Europea: (2001): Segundo informe sobre cohesión económica y social
79
excepto España, Grecia y Portugal (con ingresos por debajo de la
media), que formarán parte de un segundo grupo con rentas en torno
al 70-80% de la media de la Europa a 27, junto con Chipre, Malta,
Eslovenia y Chequia; y un tercer grupo cuyos ingresos medios por
habitante se situarán alrededor del 40-50% de la media comunitaria, y
que supondrá el 16% de toda la población de la Unión (ver tabla 3).
José M. Ruano de la Fuente
80
TABLA 3 -CONTINUACIÓN-. PIB POR HABITANTE EN LA
EUROPA DE LOS VEINTISIETE (1998).
81
ba el mayor porcentaje de recursos (el 59,1%), seguido en orden de
importancia por el fondo social europeo, que acumula el 25,4% Esta
concentración de recursos es congruente con que, tanto el objetivo 1
como el fondo de cohesión, contienen las dos finalidades más directa-
mente relacionadas con el logro de la convergencia real con Europa.
Una vez que la Comisión establece las asignaciones indicativas
José M. Ruano de la Fuente
82
cohesión de 1999, que son de aplicación para el período 2000-20064 .
Lo que aquí interesa ahora es que los diferentes documentos de pro-
gramación y los proyectos se elaboran mediante la estrecha colabora-
ción entre el Estado, con participación de las autoridades regionales, y
la Comisión Europea, que, al cabo, aprueba su contenido.
La programación, a través de los documentos pertinentes, de los
fondos estructurales y del fondo de cohesión constituye una parte de
especial importancia en la ejecución de los fondos, puesto que es en
ese momento en el que se establecen las prioridades estratégicas a
las que se van a dedicar los recursos comunitarios, el montante espe-
cífico que corresponde a cada región beneficiaria, la contribución de
cada administración territorial a la región cuando se trate de acciones
con “cofinanciación nacional”, así como los procedimientos de ges-
tión, seguimiento, control y evaluación de los resultados obtenidos a
lo largo del período de implantación de las intervenciones.
En el período 2000-2006 las administraciones autonómicas ges-
tionan 14.882,4 millones de euros, lo que representa el 37,63% del
total de los fondos estructurales, frente al 35,3 correspondiente al pe-
ríodo 1994-1999 (Comisión 2003). Todas las administraciones auto-
nómicas han visto incrementados los fondos de los que disponen para
cofinanciar sus propias políticas de desarrollo, aunque ese incremen-
to es variable según se trate de regiones más o menos prósperas5 .
Por su parte, la Administración estatal y sus entes institucionales dis-
ponen del 62,37% del total de los fondos estructurales, aunque aquí
se incluyen los fondos transferibles a las corporaciones locales para
cofinanciar sus actuaciones propias a través de los programas que
componen el “marco comunitario de apoyo (especialmente mediante
el programa operativo local).
Políitica Europea y Gestión Multinivel
83
no se ha reducido a la fase de definición de los programas, sino que el
conjunto de las administraciones territoriales subestatales gestionan
directamente el 38% del total de fondos del objetivo 3 y el 45,5% de
los recursos del objetivo 1 (un 37,5% las comunidades autónomas y
un 8% las corporaciones locales), porcentaje que se eleva hasta el
69,7% en el caso del objetivo 2 como consecuencia del mayor techo
competencial de las comunidades autónomas que se localizan en áreas
José M. Ruano de la Fuente
B. Primeros resultados
Desde una perspectiva nacional, las acciones de impacto territo-
rial que aquí se analizan han tenido como resultado un proceso de
convergencia real tanto por lo que se refiere a la economía en su
globalidad como a la práctica totalidad de las regiones españolas. Cabe
subrayar el rápido progreso experimentado por algunas regiones que
ya superaban o prácticamente alcanzaban en 1998 la media comuni-
taria en términos de PIB por habitante (ver tabla 5) . Es el caso de
Cataluña, Navarra, País Vasco, Baleares y Madrid. Las regiones más
beneficiadas, a pesar de lo dicho, de la distribución de recursos es-
tructurales, que constituyen precisamente el objetivo central de cohe-
sión de estos instrumentos son las regiones cuyo PIB por habitante es
inferior, en paridad de poder adquisitivo, al 75% de la media comuni-
taria. Así, Andalucía, Asturias, Canarias, Castilla y León, Castilla-La
Mancha, Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia, Ceuta, Melilla y
Cantabria, aunque ésta última en situación de ayuda transitoria, perci-
bieron entre 1989 y 1993 el 71,5% de los fondos estructurales; el 77%,
entre 1994 y 1999; y el 84,5%, entre 2000 y 2006. Además, es preci-
samente en ellas donde se aplica una parte muy importante de los
recursos del fondo de cohesión: el 55% entre 1993 y 1999.
Cabe concluir, por tanto, que si bien se ha producido, en térmi-
nos de renta, un claro proceso de convergencia real de las regiones
españolas menos prósperas con los niveles medios comunitarios, no
se ha producido, sin embargo, un proceso de reducción de los
desequilibrios entre dichas regiones y las españolas más prósperas.
En este sentido, lo que se refleja del Segundo informe de cohesión es
84
que, al igual que en la mayor parte de los países de la Unión, los
desequilibrios no se han reducido en la última década, sino que, bien
al contrario se han incrementado entre regiones y se han acentuado
de forma especial en el interior de las grandes ciudades con el desa-
rrollo de focos marginales. Un análisis cualitativo de las estadísticas
disponibles refleja paradójicamente que las únicas comunidades au-
tónomas que han mejorado su posición relativa entre 1986 y 2000 han
sido Cataluña, Madrid, Navarra y Canarias. De ellas, sólo Canarias se
situaba por debajo de la media española; y especialmente Cataluña y
Madrid, precisamente dos de las regiones más prósperas, mejoraron
significativamente su posición, lo que puede hipervalorar el proceso
de intensificación de las disparidades entre las regiones españolas a
partir de la aplicación del coeficiente de variación empleado en las
estadísticas comunitarias.
85
TABLA 5. PIB PER CÁPITA DE LAS COMUNIDADES Y CIUDADES
AUTÓNOMAS SEGÚN SU POSICIÓN RELATIVA EN LA UE.
José M. Ruano de la Fuente
86
• El primero de los objetivos de la reforma consistía en procurar
un enfoque integrado a la toma de decisiones. Si bien solamente
el FEDER está diseñado instrumento de apoyo a las regiones
más desfavorecidas, no cabe duda de que los demás fondos
tienen un impacto sobre el territorio;
• En segundo lugar, se fuerza a la regiones receptoras de fondos
a la elaboración de planes plurianuales, con detalle de objetivos
y proyectos clave;
• Se trataba, además, de mejorar la coordinación vertical
intergubernamental. Esto implicaba automáticamente la partici-
pación efectiva de las regiones en la toma de decisiones y en la
gestión de los fondos. Así, los programas operativos empiezan a
elaborarse a nivel estatal y regional, aunque se supediten a la
aprobación de la Comisión.;
• Se introduce el principio de cofinanciación a tres niveles: co-
munitario, estatal y regional;
• Por último, desde 1993 se favorece la participación de agentes
privados (actores económicos y sociales) en el proceso de adop-
ción de decisiones para lograr un mayor respaldo a las actuacio-
nes y recabar mayor información de las potencialidades de de-
sarrollo de las regiones. Este es el origen de la formación de
redes de política regional en el ámbito de las regiones afectadas.
No cabe desconocer que, por lo referido al caso español, algún
autor (Morata, 2000) ha señalado acertadamente cómo se restringía
la implicación de las comunidades autónomas en la gestión de los
proyectos a partir de la definición previa por el gobierno del Estado de
los proyectos presentados y mediante la negociación directa de éste
con la Comisión sobre la distribución de los fondos (el estadio más
Políitica Europea y Gestión Multinivel
87
territorial hicieron imprescindible la apertura de nuevos canales de
comunicación vertical y la incorporación irretroactiva de las regiones
en el proceso político y, en consecuencia, el desarrollo de mecanis-
mos de coordinación a tres niveles, sin que eso supusiera el abando-
no por parte del gobierno estatal de papel como único interlocutor
reconocido por la Unión ni su responsabilidad en la formulación de
propuestas, la autorización o modificación de los proyectos, la admi-
José M. Ruano de la Fuente
88
este supuesto, las negociaciones intergubernamentales quedan afec-
tadas por la lógica de la competición partidista y, por consiguiente,
sometidas a la presión externa añadida del juego entre partidos.
En definitiva, la estructura institucional queda así conformada
por un juego de negociación a múltiples niveles en el que el ciclo
político se fractura en secuencias diferenciadas, a cada una de las
cuales corresponde un ámbito de negociación propio. Así, las decisio-
nes que tienen que ver con el todo, con la distribución interregional de
los fondos se toman a nivel europeo por el Consejo de ministros. Na-
turalmente, eso no excluye la posibilidad de que las regiones puedan
presionar a favor de sus intereses a través de distintos canales (Comi-
té de las Regiones, gobiernos estatales, Parlamento europeo, comités
formales e informales,...), pero en última instancia quedan excluidas
del marco formal de adopción de decisiones.
Este proceso aparentemente tan complejo se simplifica, sin em-
bargo, por la especificidad territorial de las relaciones interguber-
namentales. Es decir, los objetivos de las actuaciones comunitarias
se formulan, como se vio anteriormente, en programas para cada re-
gión concreta. Se elaboran con la implicación de la Comisión, los re-
presentantes del gobierno estatal considerado y las regiones benefi-
ciarias. De esta forma, la coordinación multinivel adopta una naturale-
za trilateral y puede ajustarse al marco institucional preciso de las
comunidades autónomas. Al pasar éstas a entablar relaciones direc-
tas con la Comisión, y al reducirse en consecuencia el número de
actores intervinientes en el proceso negociador, disminuye el poten-
cial de conflicto.
Esta diferenciación de ámbitos o arenas de negociación no sólo
permite soslayar los problemas que plantea la intervención de un nú-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
89
gún autor, las instituciones crean estructuras específicas de interco-
nexión en cada nivel que pueden tener un considerable impacto en las
posiciones negociadoras de los actores (Scharpf, 1997: 60-72). Esas
estructuras varían en función de los problema que abordan. En con-
textos “de trámite” las decisiones las toman los técnicos que se rela-
cionan en un ámbito de negociación multilateral diferenciado de los
ámbitos políticos; por el contrario, en situaciones de crisis, cuando el
José M. Ruano de la Fuente
90
proceso de toma de decisiones. Tratan, por el contrario, de buscar la
formación de “coaliciones” (Sabatier, 1988) que en ocasiones atravie-
san los límites de los ámbitos institucionales. Esta es la razón por la
que la gobernanza multinivel se caracteriza por la superposición de
redes informales tal como ha sido descritos en muchos estudios sobre
la conformación de la decisión política en la Unión Europea. En con-
secuencia, estos juegos interrelacionados configuran estructuras que
crean simultáneamente ámbitos de negociación, intensifican la comu-
nicación y estimulan el aprendizaje. Son además muy estables preci-
samente porque cualquier modificación de sus estructuras afecta al
equilibrio de poderes de todos los ámbitos de negociación. La altera-
ción de este equilibrio puede comportar, como se ha dicho, riesgos
insoslayables, además de poder ser evitada fácilmente por parte de
los actores con capacidad de veto.
En principio, cabría esperar que la dinámica de europeización
terminase por disolver las pautas nacionales de toma de decisiones
de naturaleza intergubernamental que no se adecuan a las exigencias
de la gobernanza multinivel. Pero esta conjetura no parece confirmar-
se: La persistencia de la estructura nacional de adopción de decisio-
nes ha dado ya lugar a evidentes problemas de ajuste a la estructura
decisional europea. Las tensiones y contradicciones entre la
gobernanza multinivel y la estructura del sistema político español por
lo que se refiere a la toma de decisiones afecta negativamente a la
coherencia de la política regional y a la ejecución de las actuaciones
comunitarias que le afectan. Un ejemplo claro de ello es la aún débil
participación autonómica (a pesar de la evolución descrita con ante-
rioridad) en asuntos que, como la materia de ordenación de su territo-
rio, tienen un protagonismo creciente.
Los verdaderos perjudicados de esta estructura son los actores
Políitica Europea y Gestión Multinivel
91
cooperación entre actores públicos y privados en el nivel regional, el
sistema autonómico español no se ha adaptado con la agilidad sufi-
ciente a esas tendencias: el nivel regional continúa integrado a partir
de relaciones intergubernamentales que facilita la generación de con-
flictos entre el gobierno del Estado y los gobiernos autonómicos, y
entre éstos y los gobiernos locales de su territorio. Bien al contrario, la
diferenciación, la comunicación, la descentralización y la gestión ba-
José M. Ruano de la Fuente
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Políitica Europea y Gestión Multinivel
93
NOTAS
1
Los fondos estructurales tienen como objetivo la promoción de reformas dentro del ámbito que
se les asigna reglamentariamente. El Reglamento nº 1260, de 21 de junio de 1999, que esta-
blece disposiciones generales sobre los fondos estructurales menciona expresamente al fondo
europeo de desarrollo regional (FEDER), el fondo social europeo (FSE), el fondo europeo de
orientación y garantía agrícola, sección orientación (FEOGA-orientación) y el instrumento fi-
nanciero de orientación pesquera (IFOP). El fondo de cohesión no es desde un punto de vista
estrictamente jurídico un fondo estructural. Sin embargo, también éste tiene como finalidad la
José M. Ruano de la Fuente
financiación de acciones para el logro de reformas estructurales. Por esta razón, en el lenguaje
coloquial se suele incluir al fondo de cohesión entre los fondos estructurales.
Debe tenerse en cuenta también la existencia de otros instrumentos financieros para facilitar la
integración de los países del este de Europa a partir de 2004. Estos son los programas PHARE,
SAPARD e ISPA.
2
Se redujo el número de iniciativas comunitarias de más de una docena a tan sólo cuatro. Otro
elemento de simplificación es la financiación de todas las intervenciones de la misma iniciati-
va con cargo a un solo fondo. Se entiende por iniciativa comunitaria los instrumentos especí-
ficos de la política estructural de la Unión Europea, propuestos por la Comisión a los Estados
miembros, con la finalidad de abordar problemas de dimensión europea con financiación de
los fondos estructurales. Se trata, por lo tanto, de acciones cuya iniciativa corresponde a la
autoridad comunitaria, lo que las diferencia de otras intervenciones de los fondos más orienta-
das a la solución de problemas de ámbito nacional o regional.
3
Tomadas en conjunto, el PIB por habitante de las regiones menos desarrolladas (las beneficia-
das por el objetivo 1 de los fondos) pasó de representar el 63% de la media comunitaria en
1988 al 69,5% en 1998.
4
Un mayor detalle de la programación por objetivos puede encontrarse en Comisión Europea
(2002): Las acciones estructurales comunitarias en España y sus comunidades autónomas.
Período 2000-2006, 2 vols., Madrid, Representación en España. Ahí se dice: “en el caso de los
fondos estructurales, la programación se establece para el conjunto del período contemplado
en las perspectivas financieras, a través de una serie escalonada de documentos de programa-
ción diferente (planes, marcos de apoyo comunitario o programas operativos o documentos
únicos de programación) referidos todos ellos al total conjunto del período. En el caso del fondo
de cohesión la programación se realiza a través de “proyectos” o de “paquetes de proyectos”
que se van presentando a lo largo del período sin que exista, por lo tanto, una programación
inicial que abarque el conjunto del mismo.
5
De hecho, el 66,8% de los fondos se concentra en las comunidades autónomas de Andalucía,
Castilla y León, Comunidad Valenciana y Galicia, por ser éstas las de mayor dimensión
poblacional y económica.
6
Se emplea aquí el concepto “juego” de forma heurística, a la manera de Scharpf, sin referirlo
formalmente a la teoría de juegos, sino a pautas de interacción. Así, la acepción “juego” se
caracteriza por el conjunto de actores, reglas, estrategias y resultados posibles que se diluci-
dan en un ámbito de negociación determinado. Esos espacios de negociación están definidos
por normas institucionalizadas, en particular reglas de exclusión o de inclusión de actores,
reglas de interacción (competencia, procedimientos) y reglas de decisión (mayoría o unanimi-
dad).
94
LA INTEGRACIÓN EUROPEA Y LAS
SINGULARIDADES REGIONALES:
CANARIAS, REGIÓN ULTRAPERIFÉRICA
Sixto Peraza Padrón
INTRODUCCIÓN
La Constitución de 1978 ha sido el punto de partida de un proce-
so de fuerte descentralización política y administrativa del Estado es-
pañol, que además se ha entrecruzado con el proceso de integración
de España, que se produjo en 1986, en las Comunidades Europeas.
El fenómeno descentralizador ha generado la aparición de centros
políticos que defienden intereses territoriales y socio-económicos que
no necesariamente han de coincidir con los intereses defendidos por
Políitica Europea y Gestión Multinivel
95
Comunidad Autónoma de Canarias (CAC) ha buscado el reconoci-
miento y la incorporación al acervo comunitario de su histórico hecho
diferencial mediante la coordinación y cooperación con otros actores
regionales con intereses similares en redes, foros y organizaciones
para convencer con argumentos a unas instituciones comunitarias y
estatales poco propensas a reconocer singularidades.
96
la Comunidad Autónoma4 e incluso hace posible su presencia en el
Parlamento de Canarias. La reforma estatutaria ha reforzado la de-
fensa del Régimen Económico y Fiscal (REF) (que se basa en la liber-
tad comercial de importación y exportación, la ausencia de monopo-
lios y las franquicias aduaneras y fiscales sobre el consumo) con el
reconocimiento de la condición de región ultraperiférica (RUP) de la
Unión Europea (UE). En lo que podemos denominar como acción ex-
terior de la CAC está prevista la participación en el seno de las dele-
gaciones españolas ante los órganos comunitarios europeos, la infor-
mación sobre los procesos de negociación y elaboración de los trata-
dos y convenios internacionales, y en las negociaciones de adhesión
a los mismos, así como en los proyectos de legislación aduanera en
cuanto afecten a materias de su interés. También la CAC podrá solici-
tar del Gobierno del Estado la celebración de tratados o convenios
internacionales en materias de interés para Canarias y, en especial,
los derivados de su situación geográfica como región insular
ultraperiférica o con aquellos países donde existan comunidades ca-
narias o descendientes de canarios. Es decir, que la problemática de
Canarias como región insular alejada geográficamente de España y
de Europa se ha acentuado en el Estatuto reformado en 1996 reco-
giendo por primera vez su condición de región ultraperiférica.
97
nidades Europeas presentando como característica que es el Estado
miembro con mayor territorio insular, pero no solicitó ninguna particu-
laridad para los mismos. Cuando en 1986 se incorporan España y
Portugal los territorios insulares se incrementan y se añade el hecho
de su lejanía del continente europeo. La Europa de los Quince incor-
pora nuevos territorios insulares aportados por Suecia y Finlandia.
Por eso, cada ampliación ha planteado la cuestión de las condiciones
en que se integraban los territorios insulares y la posterior adaptación
a la realidad comunitaria de los nuevos Estados miembros, generan-
Sixto Peraza Padrón
98
brada en Tenerife en 1981 con el patrocinio de la Conferencia de Po-
deres Locales y Regionales y la aprobación de la “Declaración de
Tenerife”, considerada como el momento en que las islas adquieren
conciencia propia, dentro de los territorios que constituyen la periferia,
al poner de relieve el factor “insularidad” frente al de “continentalidad”
y plasmar en un documento la perspectiva regional de sus intereses
específicos. A partir de ese momento se inicia el proceso de poner en
práctica lo acordado ante los distintos actores estatales y comunita-
rios (M. A. Asín Cabrera, 1988: 92-94). Es el punto de arranque de un
movimiento de los gobiernos regionales insulares para la creación de
alianzas, redes y frentes comunes para presionar e influir en la toma
de decisiones estatales y comunitarias involucrando a otros actores
sociales, económicos y académicos. En el nivel comunitario podemos
distinguir tres líneas de actuación para la defensa y protección de las
regiones insulares y ultraperiféricas. Una la constituye la progresiva
juridificación (incluso se llega a hablar de “constitucionalización”) del
status insular y ultraperiférico por la progresiva inclusión y referencia
en los Tratados de sus problemáticas específicas, en un primer mo-
mento, al amparo de la aplicación de las políticas regionales y, poste-
riormente, por la inquietud causada en las regiones insulares por la
futura ampliación, que podría generar un escenario de posible disolu-
ción de sus problemáticas y la repercusión en las políticas regionales
de las que hasta el momento son beneficiarias. La segunda es la crea-
ción de órganos que entiendan de sus específicas problemáticas en
las instituciones comunitarias como el Grupo Interservicios de la Co-
misión o el Intergrupo de Islas11 del Parlamento Europeo. Y, la terce-
ra, la aplicación de políticas regionales específicas como los Progra-
mas de Opciones Específicas por la Lejanía e Insularidad (POSEI) o
las iniciativas REGIS, REGIS II e INTERREG III. En el nivel estatal
las presiones de las regiones insulares sobre los gobiernos de sus
Políitica Europea y Gestión Multinivel
99
Guadalupe de 1995 firmado por los gobiernos de las siete regiones
ultrapérifericas en el que se comprometen a informarse, consultarse y
fijar posiciones comunes (M. Pérez Delgado, 2000: 75-79). Pero, a su
vez, dentro de las mismas y al amparo de las políticas regionales se
han fomentado relaciones de cooperación e intercambio entre los ar-
chipiélagos portugueses y canario en lo que se denomina
Macaronesia13 . Las RUP tampoco quieren ser consideradas como una
carga para las instituciones comunitarias, sino que también aportan
ventajas como su valor estratégico comercial y financiero14 en cuanto
Sixto Peraza Padrón
100
que el resto de Portugal, mientras que Canarias se ha ido integrando
en unas condiciones diferenciadas al resto del territorio peninsular. El
hecho de la constitución del mercado interior el 31 de diciembre de
1992 ponía de relieve las desventajas y limitaciones de estas regiones
y por lo tanto la desigualdad de condiciones que generaba para los
habitantes de estos territorios. Las instituciones comunitarias han afron-
tado estas peculiaridades mediante la creación del Grupo Interservicios
que es el organismo de la Comisión creado en 1986 para analizar la
problemática de las regiones ultraperiféricas y el recurso, por una par-
te, a los Fondos Estructurales en los cuales estas regiones gozan de
la prioridad de las regiones objetivo nº1, no sólo por no alcanzar el
75% de la media del PIB de la UE, sino también por su condición de
región ultraperiférica, y, por otra, la aplicación de las políticas comu-
nes. En este sentido la Comisión adopta en 1987 el reconocimiento
del derecho a la diferencia para las regiones ultraperiféricas en el sen-
tido de que la integración en las Comunidades implica la integración
en las políticas comunes, pero las Comunidades pueden modular la
aplicación de estas políticas para que resulten más adecuadas a las
circunstancias de este tipo de regiones europeas, siempre que se res-
peten ciertos límites como la limitación de su impacto a las econo-
mías locales y que directamente no afecten al funcionamiento del
mercado. La plasmación práctica de estas reglas tomando como pun-
to de partida el estatuto de integración de las regiones ultraperiféricas
en las Comunidades se adoptan los programas POSEIDOM (para los
territorios franceses de ultramar), POSEIMA (para Azores y Madeira)
y POSEICAN (para Canarias) que diseñan el modelo específico de
aplicación de las políticas comunes a dichas regiones. De hecho el
programa POSEIDOM fue el que sirvió como referencia de las posibi-
lidades que se ofrecían a estas regiones si se integraban en las políti-
cas comunes.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
101
cia, se constata que la realización del Mercado Común provoca des-
ventajas en estas regiones y la CE asume la obligación de colocarlas
en condiciones adecuadas para que puedan asumir este reto. Así,
para que se beneficien de la integración en la CE se usa como instru-
mento los recursos de los Fondos Estructurales reconociéndoles como
Regiones Objetivo1 y articulando iniciativas comunitarias adaptadas
a las mismas (p.e, la iniciativa REGIS con ventajas para la diversifica-
ción de las economías y mejora tecnológica de las empresas de estas
regiones). Al mismo tiempo, la CE puede modular y adecuar la aplica-
Sixto Peraza Padrón
102
nente de las desventajas de las regiones insulares y ultraperiféricas
frente a las incertidumbres de la futura ampliación de la UE hacia los
Estados del Este de Europa y la consiguiente redistribución del gasto
comunitario. El desarrollo del artículo 299.2 del Tratado ha sido segui-
do con sumo interés por las regiones ultraperiféricas. Así, la CRPM
creó en 1998 el Grupo Intercom-RUP para preparar la posición de la
Conferencia al respecto y la Conferencia de Presidentes de las Regio-
nes Ultraperiféricas aprobó en 1999 el “Libro Blanco de las RUP”. Las
instituciones comunitarias también han mostrado interés al respecto y
el Consejo Europeo de Colonia de 1999 pidió a la Comisión un infor-
me sobre el desarrollo del citado artículo, que fue aprobado por la
Comisión en marzo de 2000. Otras instituciones como el Parlamento
Europeo, el Comité de las Regiones y el Comité Económico y Social
también se han pronunciado al respecto.
103
condiciones con el resto del territorio español y plena aceptación de
sus políticas y la que abogaba por la no integración en la CEE, si bien
se suscribiría un protocolo de relaciones comerciales y otro de colabo-
ración técnica y financiera. Sobre la base de la Opción 2 el Gobierno
del Estado negocia con las instituciones comunitarias el Acta de Adhe-
sión de España en las Comunidades Europeas en el que se incorpora
el Protocolo nº2 sobre las Islas Canarias, Ceuta y Melilla firmado en
1985 (M. Cabrera Pérez-Camacho, 1999). El modelo elegido signifi-
caba que Canarias se integraba parcialmente en las Comunidades
Sixto Peraza Padrón
104
1989), que se estimula con la incorporación de los nuevos Estados
con territorios insulares, y, por otra, la construcción del mercado inte-
rior europeo que acentúa procesos de liberalización entre los Estados
miembros.
Las ventajas competitivas que nos garantizaban nuestro régi-
men económico-fiscal se fueron convirtiendo en desventajas, por la
propia dinámica que generó la integración de la Península en la CE, al
tiempo que en ésta se producían cambios significativos como el pro-
ceso de culminación del Mercado Único y la cohesión económica y
social que aparejaba incidía en la reforma de los fondos estructurales
y la PAC. Particularmente preocupante fue la perspectiva para el sec-
tor primario canario (agricultura y pesca), que además no se benefi-
ciaban plenamente de las ayudas comunitarias del Fondo Europeo de
Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA), ni de las ayudas derivadas
de la Política Pesquera Común (PPC), al tiempo que las ventajas co-
merciales se diluían al quedar Canarias en una posición asimilable a
la de tercer país, cuando nuestros flujos comerciales eran primordial-
mente con el área comunitaria.
En Canarias se considera preferible una mayor integración, pues
es posible mantener excepciones y modulaciones acordes con nues-
tra economía y sociedad, al tiempo que se obtienen ayudas financie-
ras complementarias, aparte de las que se percibirían por integrarse
en las políticas comunes16 . El primer paso reseñable en este sentido
lo constituye el memorándum adoptado por el Parlamento de Cana-
rias en marzo de 1988 por el que se pide al Grupo Interservicios de la
Comisión que elabore un informe sobre las alternativas y consecuen-
cias de permanecer en la situación actual o de una mayor integración
en Europa. Es decir, que el comienzo de la modificación del Protocolo
nº2 se produce antes de que se acabe de definir el modelo de región
Políitica Europea y Gestión Multinivel
105
cho comunitario en las Islas Canarias y la Decisión del Consejo (91/
314/CEE) de 26 de junio de 1991 por la que se establece un Programa
de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad de las Islas
Canarias (POSEICAN), cuya entrada en vigor fue el 1 de julio de ese
año y el desarrollo posterior culminó al año siguiente. Como conse-
cuencia de estas normativas se establecerá el Régimen Especial de
Aprovisionamiento (REA), que es un instrumento para evitar el incre-
mento del precio de productos considerados como básicos y esencia-
les, mediante ayudas a los de procedencia comunitaria y la posibili-
Sixto Peraza Padrón
106
nen la ultraperiferia (C.E. Alonso Rodríguez, 1999). Las perspectivas
futuras para que Canarias mantenga su condición de beneficiaria de
los Fondos europeos son preocupantes porque la media de renta se
aproxima al 75% del PIB comunitario y la integración de nuevos Esta-
dos de Europa central con niveles económicos más bajos hará que el
porcentaje de la media comunitaria suba perjudicando a las regiones
que en la actual situación son beneficiarias de los Fondos. A este pa-
norama hay que añadir que los Estados más ricos y que son contribu-
yentes netos del Presupuesto comunitario son reticentes a las peticio-
nes de incrementar sus aportaciones para mantener los actuales nive-
les de las políticas de cohesión económica y social.
107
desarrollarán con posterioridad y permanecerán en el ámbito orgáni-
co de la Presidencia del Gobierno.
108
mismas que en el Gobierno provisional visto anteriormente. No obstan-
te, la Presidencia del Gobierno crece en órganos al asumir competen-
cias sobre la organización y funcionamiento de la Administración Auto-
nómica (Función Pública, Inspección General de Servicios,...), así como
las relaciones de comunicación con el Parlamento de Canarias y el
seguimiento del desarrollo legislativo del programa de Gobierno. Por su
parte, la Consejería de Administración Territorial y Desarrollo Autonómi-
co si bien se configura como la que se relaciona con las otras Adminis-
traciones Públicas canarias y, más concretamente, con las Administra-
ciones Locales, al ejercer la función de desarrollo autonómico es la que
asume las negociaciones con el Estado sobre las transferencias. Más
interés ofrece desde el punto de vista de las relaciones institucionales
exteriores la Consejería de Economía y Comercio a la que le corres-
ponde examinar los problemas que acarrea para Canarias la integra-
ción de España en Europa y se le atribuye la realización de los estudios
sobre el eventual ingreso de España en las Comunidades Europeas,
dentro de la competencia general de planificación y desarrollo de la
política económica regional.
Este primer Gobierno Autónomo sufrió su primera remodelación
en marzo de 1985. El avance cuantitativo del proceso de transferencias
del Estado a la CAC es el motivo de la misma. La remodelación se
justifica por la sobrecarga de las funciones atribuidas a la Presidencia
del Gobierno y la inadecuación de la estructura administrativa, propia
de una fase inicial de la autonomía, a la asunción de competencias y
servicios traspasados por el Estado. En los aspectos que nos interesan
lo destacable es la desaparición de la Consejería de Administración
Territorial y Desarrollo Autonómico y la creación de la Consejería de la
Presidencia, que asume las atribuciones de la anterior, más otras de
carácter administrativo y técnico que se integraban en la Presidencia
Políitica Europea y Gestión Multinivel
del Gobierno, para que ésta ejerciera con más facilidad sus cometidos
políticos, y la remodelación de la Consejería de Hacienda por el au-
mento del volumen de gestión y decisión del gasto público. Respecto a
la Consejería de Economía y Comercio seguirá incrementando sus com-
petencias en las relaciones de la CAC con las Comunidades Europeas
y, junto con las anteriores de elaboración de estudios de seguimiento de
la adhesión de España en la CEE, asume las de la coordinación con el
Estado de la política de integración de Canarias en la CEE, en especial
en lo relativo a su Estatuto específico canario. Otro dato a destacar es
que la Vicepresidencia no asume la nueva Consejería de la Presiden-
109
cia, sino la de Industria, Energía y Medio Ambiente, si bien sigue sien-
do el responsable de la coordinación y comunicación del Gobierno
con el Parlamento de Canarias.
110
las competencias que antes se le atribuyeron a la Viceconsejería
homónima de los Gobiernos de la anterior Legislatura (planificación de
la política económica canaria y la realización de estudios en relación
con la CEE). El segundo Gobierno de la Legislatura que se forma a
partir de diciembre de 1988, después de la pérdida de confianza del
Presidente del anterior Gobierno, cuenta como novedad la creación de
una Comisión interdepartamental que sirvió de órgano para la elabora-
ción, seguimiento y armonización del Plan Económico Regional (la Co-
misión de Planificación Económica de Canarias) bajo la coordinación
de la Consejería de Economía y Comercio (por lo que se fortalece la
unidad administrativa específica de planificación económica creada en
el anterior Gobierno), y sin perjuicio de la existencia de otras Comisio-
nes. Los motivos de su creación son el producto de la adaptación de la
estructura administrativa de la CAC a las exigencias de la integración
en las Comunidades Europeas y, más concretamente, a los procedi-
mientos y requisitos establecidos para la aplicación de los Fondos Es-
tructurales y los demás instrumentos financieros a los que se acogía
Canarias. Así la finalidad de esta Comisión era elaborar el Plan de De-
sarrollo Regional de periodicidad quinquenal que debía incluir la des-
cripción de las principales líneas de actuación seleccionadas para el
desarrollo regional y de las acciones correspondientes, junto con la pre-
visión sobre la utilización de las contribuciones provenientes de las Fon-
dos Estructurales y de los instrumentos financieros. El otro dato
destacable es la nueva creación, también en esta Consejería, de una
unidad administrativa específica de promoción económica como res-
ponsable de las actividades dirigidas al apoyo y promoción de las em-
presas canarias en el ámbito regional y en el exterior, así como el fo-
mento de proyectos de inversión en Canarias, además de informar y
asistir a los empresarios sobre las ayudas y programas de su interés de
la CAC, del Estado y de las Comunidades Europeas. Después de lo
Políitica Europea y Gestión Multinivel
111
3) La concreción orgánico-administrativa de la acción exte-
rior canaria (1991-1999)
La tercera etapa que comprende desde 1991 hasta 1999 es crucial
y se caracteriza por la aparición de unidades orgánicas específicas de
relaciones de relaciones institucionales que canalizan la acción exte-
rior de la CAC. En el primer Gobierno de la III Legislatura la Presiden-
cia profundiza en su papel estatutario de representante institucional
de la Comunidad Autónoma y de su ejecutivo, funciones que se re-
fuerzan con la creación por primera vez de una unidad orgánica (la
Sixto Peraza Padrón
112
camente a las políticas y programas de la CEE que tengan incidencia
en Canarias, sin perjuicio de las competencias de ejecución de las
demás Consejería del Gobierno canario) y el Estado (ostenta la repre-
sentación de la CAC en la Comisión Sectorial para Asuntos relaciona-
dos con las Comunidades Europeas dependientes de la Administra-
ción del Estado) en los temas de incidencia comunitaria. Por lo que
respecta a la Vicepresidencia del Gobierno, siguiendo con la práctica
de la anterior Legislatura, asume la Consejería de la Presidencia y las
relaciones con el Parlamento de Canarias, constituyendo una nove-
dad la aparición de un Gabinete de asesoramiento propio, que hasta
entonces compartía con el Presidente.
El segundo Gobierno de la Legislatura surge en mayo de 1993
como consecuencia del triunfo de una moción de censura contra el
Gobierno anterior. Si bien desde las primeras elecciones autonómicas
habían logrado representación parlamentaria fuerzas políticas
subestatales canarias, que apoyaron y formaron Gobiernos anterio-
res, es la primera vez que éstas forman una mayoría absoluta en el
Parlamento y constituyen por primera vez un Gobierno que se declara
nacionalista canario. Coalición Canaria es esta fuerza nacionalista y
ha permanecido en el Gobierno canario gobernando en solitario o con
el apoyo del Partido Popular. El dato más significativo es la transfor-
mación de la anterior Dirección General de Relaciones Institucionales
en Viceconsejería y la ampliación de sus competencias a la promo-
ción de las relaciones con instituciones, no sólo de ámbito autonómico
y estatal, sino también internacional, lo cual generó una situación con-
flictiva con la Administración Central del Estado, en tanto que podía
invadir competencias del Estado en materia de relaciones internacio-
nales. Además, al margen de las competencias que corresponden a la
Consejería de la Presidencia sobre las entidades canarias en el exte-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
113
ción Económica y Asuntos Europeos. Por último, señalar que la Vice-
presidencia rompe con la trayectoria de los tres anteriores Gobiernos y
asume en esta ocasión la Consejería de Educación, Cultura y Deportes.
El Gobierno canario constituido al comenzar la IV Legislatura
(1995-1999) es reestructurado significativamente y se fortalece, en
los aspectos que nos interesan, a la ahora denominada Consejería de
Presidencia y Relaciones Institucionales que se estructura con una
Viceconsejería de Relaciones Institucionales de la que depende la
Sixto Peraza Padrón
114
les y, en particular, en la UE. La segunda reestructuración se produce
en 1998 con la desaparición de la Dirección General de Asuntos Euro-
peos, asumiendo la Viceconsejería sus competencias, pero creándo-
se una nueva Dirección General de Relaciones con África para
incentivar los lazos colaboración y desarrollo con el territorio africano
más próximo a Canarias.
nomía y Hacienda.
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NOTAS
1
De hecho la singularidad específica de Canarias es la existencia del régimen económico-
fiscal, ya que las otras son compartidas con el otro territorio insular español, las Islas Baleares.
2
Nos referimos a la conocida como Ley de Cabildos Insulares que rompió el uniformismo
administrativo provincial y supuso el reconocimiento de la realidad administrativa insular.
3
Supuso la creación y confirmación de los puertos francos y la libertad comercial exterior del
Archipiélago, desvinculándose del mercado nacional español.
4
Las Islas poseen una doble faceta en cuanto son Administración Local, equiparada a la Provin-
cia, e instituciones de la CAC cuando ejercitan competencias autonómicas transferidas y dele-
gadas.
5
Nos referimos concretamente a los Departamentos Franceses de Ultramar (DOM). Los Trata-
dos fundacionales hacen una leve referencia a los mismos, pero para los DOM y Francia es
crucial el año 1978, pues la Sentencia Hansen del Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas declara la plena aplicabilidad del derecho comunitario a estos departamentos. Esta
situación perjudicaría a dichas regiones en comparación con el tratamiento preferencial recibi-
do por los Países y Territorios de Ultramar (PTOM) y los países de ACP (Asia, Caribe y Pací-
fico). El planteamiento de Francia de un régimen especial para los DOM encontrará el apoyo
de dos Estados miembros de reciente incorporación con territorios insulares alejados: España
y Portugal.
6
Una vez producida la adhesión la población de Groenlandia decidió mediante referéndum la
salida de las Comunidades Europeas lo que conllevó la modificación de los Tratados.
7
El Reino Unido tenía reconocida especialidades a algunos territorios insulares que se han
mantenido después de la adhesión.
8
Con las excepciones de Estonia, Chipre y Malta.
9
Un estudio realizado por Eurisles en 1997 pone de manifiesto que la insularidad tiene un efecto
multiplicador con respecto al continente. Así, transportar una mercancía desde Holanda hasta
una ciudad insular da resultados como que Baleares no está cerca de Barcelona, sino en el sur
de Argelia, o las regiones ultraperiféricas más cercanas están, al menos, en Brasil (F. Fernández
Martín, 1999: 25). La falta de claridad en las estadísticas europeas sobre las islas ha propicia-
do la elaboración de datos desde las organizaciones defensoras de los intereses insulares
como la citada EURISLES que es una iniciativa de la Comisión de Islas de la Conferencia de
Regiones Marítimas y Periféricas (CRPM), de centros de estudios (Los costes de la ultraperiferia
Políitica Europea y Gestión Multinivel
117
tengan en cuenta sus singularidades en la Política Regional.
13
La Macaronesia es una amplia zona que abarca los archipiélagos de las Azores, Maderia,
Canarias y Cabo Verde, así como los islotes de las Salvajes. Sus características geológicas,
de fauna y flora con un alto número de endemismos le proporcionan homogeneidad. Además,
su valor estratégico en las rutas marítimas de los imperios español y portugués fue importante,
sin que se perdiera durante la expansión colonial europea del siglo XIX. La política regional ha
estimulado la cooperación en diversos campos como la protección y conocimiento de la flora y
fauna, protección del medio ambiente, desarrollo rural, transportes marítimos y aéreos, inter-
cambios comerciales... Otras iniciativas son la celebración, desde 1990, de las Jornadas Par-
lamentarias de Archipiélagos Atlánticos (Azores-Madeira-Canarias), la creación de la red sin-
dical de información y formación y la constitución del Comité Sindical ultraperiférico de las
RUP de Azores, Canarias y Madeira en el marco de la Confederación Europea de Sindicatos
Sixto Peraza Padrón
118
RELACIONES MULTINIVEL EN POLÍTICAS
DE GÉNERO
Mª José García Solana
INTRODUCCIÓN
El capítulo que a continuación se presenta tiene como objetivo
principal analizar cómo se articula el proceso de formación e
implementación de las políticas de género y qué papel juegan en es-
tas relaciones de poder los diferentes actores.
Las políticas de género o programas de género forman parte de
lo que algunos autores han denominado “áreas emergentes”
(MONDRAGÓN, 2001, 326) de políticas públicas. El principal rasgo
de estas políticas es la implicación de diversos niveles de gobierno y
actores en su desarrollo, en nuestro caso: Unión Europea, gobiernos
nacionales, regionales y gobiernos locales, así como, la interrelación
con la sociedad civil.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
119
derechos en el ámbito público y privado, puesto que la socialización
patriarcal había menoscabado considerablemente sus oportunidades
y posibilidades. La búsqueda de soluciones políticas a esta realidad
ha sido abordada de dos maneras, una sectorial, realizando políticas
diseñadas exclusivamente para el colectivo de mujeres y, otra inten-
tando convertir la perspectiva de género en una variable condicionante
del resto de políticas (transversalidad).
Aunque las relaciones intergubernamentales (RIG) son el marco
Mª José García Solana
120
I.- ESPACIOS DE RELACIÓN Y ACTORES DE LAS
POLÍTICAS DE GÉNERO
El desarrollo de políticas de género en los distintos niveles de
gobierno implica abordar un enorme abanico de posibilidades y ámbi-
tos de acción (empleo, formación, coeduación, investigación,
asociacionismo, conciliación vida familiar y laboral, violencia de gé-
nero, vivienda, etc). Esta complejidad que transmite la política de gé-
nero, sin embargo, muestra una serie de constantes que nos permiti-
rán comprender cómo desde esta política pública se articula una parte
del espacio público y político de en nuestras sociedades.
Varios factores hay que tener en cuenta en el análisis de las
políticas de género:
• marco legal-constitucional,
• la voluntad política en asumir el discurso de género y la inclu-
sión en la agenda política de esta perspectiva,
• las fuerzas políticas,
• la existencia de personal técnico y los canales de comunica-
ción y
• la estructura gubernamental en las políticas de igualdad con
sus principales órganos de decisión,
Marco legal-constitucional
Para comenzar, es necesario señalar, en el ámbito de la forma-
ción de las políticas públicas, cuál es el marco legal y competencial en
el que nos encontramos y en el que se mueven los actores que están
implicados en la toma de decisiones de las políticas de género.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
121
en el caso de limitarse a consideraciones institucionales no nos mos-
traría la realidad de una política que se asienta en un proceso de deci-
sión formal e informal y en una red de decisores, implementadores y
evaluadores que acaban configurando la política de género2 .
A pesar de ello, abordaremos a continuación el marco legal-cons-
titucional en el que se encuadran los multiniveles de las políticas de
género.
Mª José García Solana
122
señala en su artículo 1.3. que la Comunidad de Madrid “aspira a hacer
realidad los principios de libertad, justicia e igualdad de todos los ma-
drileños”.
Para concluir, la LRBRL en su artículo 25.2. k) establece para las
Corporaciones Locales que éstas prestarán servicios sociales y de
promoción y reinserción social, que se completa con la Disposición
transitoria 2ª en cuanto “los municipios ostentarán (...) cuantas com-
petencias de ejecución no se encuentren conferidas por dicha legisla-
ción sectorial a otras Administraciones públicas” .
A partir de lo expuesto, son dos las consideraciones que surgen:
por un lado, valorar hasta qué punto existe un verdadero marco legal
que nos ayuda a dar al menos una primera inter pretación
institucionalista de las políticas de género, y, por otro, valorar cuál es
el tratamiento de la perspectiva de género.
En primer lugar, podemos afirmar que, las políticas de género no
han encontrado una respuesta a su desarrollo en un mero análisis
normativo sino en un proceso diferente centrado en procesos de pla-
nificación, implementación y evaluación de la política y, en cuyo desa-
rrollo se definirá su contenido y el posicionamiento real de los actores
implicados.
Esta situación nos lleva a centrarnos en el análisis de las relacio-
nes intergubernamentales y el resultado de su articulación. En dichas
relaciones, entran en juego acuerdos formales e informales entre dife-
rentes niveles de gobierno –con relaciones verticales, ascendentes o
descendentes, y horizontales– que darán paso a un juego de intereses
y relaciones clientelares, donde la sociedad civil organizada y los ac-
tores públicos tejerán una red de relaciones que compita por la bús-
queda de una buena posición en la red de poder y sitúen al Estado
Políitica Europea y Gestión Multinivel
123
asistencia social señala la existencia de una problemática organizativa
–a nivel político y técnico- que va a ser una constante en el desarrollo
de los programas de mujer respecto a las áreas de servicios sociales.
En la mayor parte de las ocasiones, será la voluntad política y el desa-
rrollo técnico de los programas los que resolverán el conflicto.
124
que las líneas diferenciales que identifiquen las políticas de géne-
ro respecto al resto de organismos y políticas sociales, debe exis-
tir voluntad política y capacidad de diálogo que propicie la nego-
ciación y la introducción de esta perspectiva en el resto de órga-
nos y políticas públicas.
Las actuaciones que genera una política destinada al colectivo de
mujeres, por su amplia temática, plantea desde el primer momen-
to la necesidad de negociación con representantes de otras áreas
de gobierno. La voluntad política –concienciación y compromiso–
existente en otros representantes políticos permitirá introducir la
problemática de mujer en cada agenda política y llevar a cabo
acciones que supongan aplicar la transversalidad de las políticas
de género.
El grado de implicación y negociación alcanzado nos permitirá
hablar de mero simbolismo o de codecisión y cogestión. Un ejem-
plo, podemos encontrarlo en la política desarrollada contra la vio-
lencia de género, que trataremos posteriormente como caso con-
creto, por cuanto cualquier acción destinada a este colectivo debe
tener en cuenta la existencia y posibilidad de denuncia ( justicia,
interior, etc), la existencia de lesiones, daños físicos y psíquicos (
sanidad, salud pública), la violencia económica (necesidad de in-
serción laboral), la pérdida de habilidades sociales y capacidades
personales (servicios sociales, educación).
Esta situación da muestra de que no sólo es la solución eficaz a un
problema sino la voluntad existente en las diferentes áreas lo que
facilitará la búsqueda de soluciones globales a problemas sociales
que tiene influencias en diferentes políticas y áreas que, por lo
general, están parceladas y necesitan respuestas coordinadas.
• El entorno a la organización
Políitica Europea y Gestión Multinivel
125
b) Discurso de género en la agenda política
La incorporación del discurso de género es una clave fundamen-
tal para conocer hasta qué punto se desarrollarán políticas en este
campo, el grado de implicación de las mismas y los resultados que se
pretenden, ya que tanto la negación como la neutralidad en las accio-
nes públicas implican no hacer política de género.
Uno de los principales factores para la inclusión en la agenda
Mª José García Solana
126
Las fuerzas políticas
En el caso de las principales fuerzas políticas es reseñable que
el análisis del eje derecha -izquierda en el territorio que nos ocupa
provoca además la aparición de un eje centro-periferia.
El eje derecha-izquierda viene marcado por los valores del dis-
curso de género vs. sexo, sobre el que los distintos gobiernos constru-
yen la política de igualdad de oportunidades.
Desde los partidos de izquierda –tanto PSOE como IU– se ha
reivindicado principalmente el papel de la mujer desde el punto de
vista del género, es decir, que la política de igualdad de oportunidades
debe dirigirse a modificar el entorno social, cultural, educativo, etc,
que ha hecho que históricamente el papel de la mujer esté sometido a
la cultura y autoridad patriarcal. Incluir a la mujer dentro del concepto
de familia únicamente supone, para los partidos de izquierda, realizar
una política que mantiene y afirma los valores patriarcales de autori-
dad y la relación masculino/femenino asentada no en una concepción
de género sino de sexo.
Por otro lado, el partido de derecha (PP), por lo general, ha de-
fendido el discurso de la mujer en relación al núcleo familiar4 . Ha sido
en esta legislatura cuando ha aparecido de forma clara este discurso
que ha tenido su reflejo incluso en una ley.
En este discurso aparecen dos concepciones, por un lado, la
defensa clara de la familia tradicional, con críticas a la desestructuración
del núcleo familiar y el surgimiento de nuevos tipos de familia que
deslegitiman la clásica concepción y , por otro lado, la defensa de la
conciliación de la vida familiar-profesional que en realidad defiende la
imagen de la mujer como protectora y cuidador a la vez que apoya la
inserción de la mujer en el mundo laboral. Un claro reflejo lo encontra-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
mos en las políticas de lucha contra la violencia donde ésta puede ser
interpretada como violencia doméstica ( núcleo familiar) o violencia
de género.
Esta diferenciación en el discurso se traslada no sólo a los parti-
dos políticos estrictamente sino también a aquellos órganos en los
que tienen directa o indirectamente representación, por ejemplo, es el
caso de la Comisión de Mujer de la Federación de Municipios de Ma-
drid o el Consejo de la Mujer.
127
Junto al eje derecha-izquierda surge un eje centro-periferia. Hay
que tener en cuenta que los partidos del eje izquierda han formado
gobierno en la mayoría de los municipios de la zona sur de Madrid, o,
están en coalición, mientras que el PP gobierna en la Comunidad de
Madrid (Dirección General de la Mujer) y el Estado (Instituto de la
Mujer). La diferente línea de discurso político se reflejará en las accio-
nes que conformen la política de igualdad de oportunidades de muje-
res y hombres, y la concepción subjetiva de definir políticamente con
Mª José García Solana
128
nal técnico adscrito a los organismos de igualdad, son muchos los
municipios en los que el área o concejalía de igualdad no tiene perso-
nal técnico y es el concejal/a el que tiene que hacer ambas funciones
con personal no cualificado de la propia corporación.
En esta situación, las asociaciones y organizaciones de mujeres
especializadas suponen un apoyo técnico necesario. Esta realidad local
llevó a la DGM a desarrollar dos tipos de actuaciones que solventaron
el problema y que se centraron en dos acciones:
• un programa a nivel municipal de apoyo técnico en el desarro-
llo de planes de igualdad
• programa de incorporación de agentes de igualdad en los mu-
nicipios.
A pesar de las limitaciones, es el personal técnico de las Corpo-
raciones locales el que sorprende, en relación con otros niveles de
gobierno, por su mayor nivel de intercambio tanto formales como in-
formales, que se ha afianzado con la participación en programas eu-
ropeos (principalmente el NOW) pero que se ha continuado periódica-
mente mediante reuniones informativas y de trabajo.
Por lo general, en los municipios de la zona sur de la Comunidad
de Madrid, estos contactos suelen implicar intercambio de informa-
ción, actuaciones que se realizan, novedades legales, subvenciones
aparecidas, buenas prácticas, así como propuestas conjuntas de ac-
tuación entre las concejalías y áreas de la zona que han afianzado
una red informal de negociación.
129
I.1. LA CREACIÓN DE LOS ÓRGANOS DE IGUALDAD
El paso previo en el análisis de RIG es conocer qué actores son
visibles en el desarrollo de las relaciones de poder.
En España podemos señalar, en la creación y evolución de los
principales actores de políticas públicas 3 niveles:
• Estatal
Mª José García Solana
• Comunidades autónomas
Entre los órganos que impulsó el Instituto de la Mujer estuvo la
creación de la Dirección General de la Mujer en la Comunidad de
Madrid.
Las primeras políticas de igualdad en la Comunidad de Madrid
surgen con la creación de una Comisión Interdepartamental de la
Mujer.
La Dirección General de la Mujer se crea por aplicación de la
130
disposición transitoria Cuarta de la Ley 4/1988 de Presupuestos Ge-
nerales de la Comunidad de Madrid para 1989.
En el año 2001 la DGM pasó a formar parte de la Consejería de
Trabajo abandonando su anterior ubicación en la Consejería de Sani-
dad y Servicios Sociales.
La DGM tiene como principal misión la plena participación de la
mujer en la vida política, económica y social y la elaboración y coordi-
nación de diferentes planes de igualdad, marco que viene influenciado
por los primeros planes diseñados por el Instituto de la Mujer y que
recomendaba a las CC. AA su creación.
En la articulación de organismos de igualdad, a igual que el Ins-
tituto de la Mujer, la Dirección General de la Mujer potenció desde sus
primeros años de creación la implantación de una Red Regional de
Centros de Información y Documentación de la Mujer con ámbito lo-
cal, principalmente en municipios medianos y grandes. Esta línea de
actuación se ha abandonado a favor de la creación a nivel local de la
figura del Agente de Igualdad en la que la DGM juega un papel tanto
formativo como de apoyo económico.
• Gobiernos locales
La consolidación de áreas de igualdad a nivel local destaca por
su heterogeneidad tanto en su origen, desarrollo y competencias. Las
Concejalías de Mujer o Áreas de Mujer se crearon en la Comunidad
de Madrid más tarde que en países de nuestro entorno, en su mayoría
en los años 90.
No todas surgieron ex novo (VALIENTE FERNÁNDEZ, 19987/
1999, 178), sino que muchas de ellas son consecuencia de programas
Políitica Europea y Gestión Multinivel
131
nes y organizaciones de mujeres sin ánimo de lucro mediante la crea-
ción de los Consejos de la Mujer, que en la mayoría de los casos han
surgido por iniciativa política.
En España el desarrollo de los Consejos de mujer se ha produci-
do principalmente a nivel local y autonómico. No existe un Consejo de
la Mujer a nivel estatal y la necesidad de articular cauces de participa-
ción a este nivel provocó que en el año 2000 se organizaran las I
Jornadas sobre Consejos de la Mujer, a las que acudieron tanto Con-
Mª José García Solana
132
Por otro lado, la UE apoya la creación de redes de representan-
tes de interlocutores sociales y de ONG’s. Estos últimos se incorpora-
rán en el proceso de circulación de información e intercambio de bue-
nas prácticas, pero como actores implementadores y evaluadores, más
que decisores. No forman parte, por tanto, de la red estable de nego-
ciación que se crea desde el ámbito institucional.
Podemos afirmar que desde la UE las redes de negociación en-
tre Estados miembros sobre políticas de género se han desarrollado
dentro de las estructuras ya existentes, y la inclusión de las ONG e
interlocutores sociales no suponen en realidad que éstas participen en
el proceso de configuración de las acciones comunitarias, sino que
representan en realidad un espacio de experimentación que corre pa-
ralelo a las decisiones políticas en un nivel supranacional.
Centrándonos en el caso de España, los ámbitos de negociación
formal tanto a nivel estatal, regional y local vienen expresados, como
ya hemos comentado anteriormente, en los planes de igualdad.
El primer Plan de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y
hombres fue desarrollado por el Instituto de la Mujer en 1987.
En la actualidad está vigente el III Plan de Igualdad que com-
prende el periodo 1997-2000 y durante el año 2001 se ha producido su
evaluación y la planificación del IV Plan de igualdad.
El Instituto de la Mujer tiene encomendada la tarea de la planifi-
cación, seguimiento y evaluación que son fruto de la puesta en común
de los diferentes actores implicados a nivel nacional y autonómico
convocados por el Instituto de la Mujer. Los ámbitos de negociación
giran principalmente entorno a las decisiones de planificación, ejecu-
ción y evaluación de los planes.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
133
informes de los comités técnicos de evaluación y comisión de segui-
miento de los planes. Estas comisiones de trabajo son uno de los
escasos espacios donde participan asociaciones y organizaciones de
mujeres. Tienen una doble visión técnica y política ya que de ellos
surgen las conclusiones que sirven de base para la planificación del
siguiente plan de igualdad o para la modificación del que en ese mo-
mento se encuentre vigente.
Este proceso de negociación muestra el complejo intercambio
Mª José García Solana
134
En el ámbito de la Comunidad de Madrid, la Dirección General de
la Mujer no desarrolla el grado de interacción institucional que viene
expresada a nivel estatal. Nuevamente los planes de igualdad son obli-
gado referente para comprender cómo se estructuran las relaciones
políticas y técnicas en el desarrollo de las políticas de género.
En la actualidad se está en proceso de elaboración del IV Plan de
Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres que ha tenido una
vigencia de 4 años (periodo 1997-2000).
El impulso, seguimiento y evaluación depende de la Comisión
creada con este fin en la que existe un representante de la Administra-
ción Autonómica –por lo general de la DGM–, del movimiento asociati-
vo –que viene en representación del Consejo de la Mujer de Madrid– y
la Federación de Municipios de Madrid –a través de la Comisión de
Mujer–. Esta Comisión, que se reúne al menos una vez al año, tiene
una función simbólica con pocas capacidades de negociación sobre
fines e instrumentos con otros organismos que permitan crear una polí-
tica integral real.
A diferencia del Instituto de la Mujer que al menos en el marco
general establece la posibilidad de realizar colaboraciones a nivel hori-
zontal con otros Ministerios, a nivel vertical con las CC. AA y con repre-
sentantes de ONG’s o principales asociaciones de mujeres a nivel esta-
tal, la Dirección General de la Mujer sin embargo mantiene acciones
coordinadas con la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, en la
que orgánicamente se encontraba hasta el año 2001, más que con la
propia Consejería de Trabajo en la que se encuentra actualmente.
En relación a la coordinación con el ámbito local hay que señalar
que no existe ningún foro de negociación e interlocución que cree los
cauces necesarios para influir en el diseño e implementación de los
Políitica Europea y Gestión Multinivel
135
nes se producen no son coordinadas ni con los responsables políticos
ni con los responsables técnicos ( por ejemplo, las acciones formativas
de la DGM).
Por lo general, la representación del ámbito local en los niveles de
decisión nacional y autonómico suele realizarse mediante un cauce for-
mal que viene representado por la Federación de Municipios y Provin-
cias, y la FMM en el caso de la Comunidad de Madrid. En Madrid esta
representación viene de la mano de la Comisión de la Mujer que tiene
Mª José García Solana
136
Es importante señalar que, frente a esta falta de coordinación dentro
del propio ámbito local, en el proceso de diseño del Plan de Igualdad o
política concreta de igualdad son muchos los municipios, sobre todo los
municipios con menor población, los que tienen en cuenta las experien-
cias de otros municipios –sobre todo los afines políticamente– que pue-
den acabar propiciando acciones conjuntas, entendidas como apoyo o
coordinación.
137
Las conclusiones obtenidas de la IV Conferencia se centran en
dos ámbitos:
• en el tratamiento de la cuestión de la violencia de género y su
temática. El contenido de las actuaciones se centrará en:
• prevenir y eliminar la violencia
• estudiar causas y consecuencias de la violencia
Mª José García Solana
138
UE, en el Comité director para la igualdad entre Mujeres y Hom-
bres a partir del año 1996, y en cada Estado miembro, en los
organismos dedicados al desarrollo de las política de género.
Estos compromisos se reflejarán en la creación, dentro de los Pro-
gramas de Acción Comunitaria, de un apartado dedicado a la lucha
contra la violencia y por lo tanto a la planificación de programas e inicia-
tivas comunitarias. Dos son en concreto las acciones desarrolladas, por
un lado, STOP, dedicado a erradicar el tráfico de seres humanos, y
DAPHNE, destinado a la lucha contra la violencia hacia las mujeres y
las niñas. Este último programa implica potenciar la planificación de
políticas de lucha contra la violencia y situar como principales promoto-
res a los Estados miembros y las ONG’s.
El programa DAPHNE surgió en 1997 como una experiencia pilo-
to que ha continuado pero con mayor inversión económica. Este pro-
grama es muestra de la mayor importancia que han cobrado las ONG
dedicadas a la lucha contra la violencia –desde el V Programa de Ac-
ción Comunitaria- y la creación de redes de asociaciones, que se coor-
dinen en sus proyectos con los Estados miembros.
El programa DAPHNE ha tenido poca acogida e impacto en nues-
tro país, si bien, entre alguna de las instituciones que ha participado
está la Dirección General de la Mujer. La DGM desde 1998 ha participa-
do en total en 5 programas como partenaire, siendo promotores en 3 de
esos programas ONG’s españolas. Estas actuaciones se han dirigido
principalmente al ámbito de la sensibilización, mediante la realización
de campañas, y al de la investigación.
Fuera de estos programas el resto de actuaciones realizadas des-
de la UE han ido encaminadas a campañas de sensibilización y a la
realización de actos simbólicos durante el año 1999, declarado año contra
Políitica Europea y Gestión Multinivel
139
ferencia Sectorial extraordinaria en 1997, previo acuerdo en la Confe-
rencia anual de ese año. En dicha Conferencia se acordó la creación
del I Plan sobre violencia, así como las acciones y los convenios nece-
sarios para su realización. Dichos convenios tenían como principales
actores a los Ministerios, en tanto las CC.AA fueron simplemente con-
sultadas sobre sus propuestas. Dentro del Plan todos los Ministerios
implicados cofinancian las actuaciones descritas.
Siguiendo las líneas de actuación definidas desde la UE, el primer
Mª José García Solana
Plan contra la violencia señala cuáles van a ser las vías de desarrrollo:
• sensibilización y prevención,
• recursos sociales,
• análisis del marco legal y jurídico.
La implementación de dicho plan se ha realizado de manera coor-
dinada principalmente con los Ministerios, pero no se ha seguido la
misma tendencia con las CC.AA. La ausencia de coordinación inicial
con las CC.AA se ha intentado suplir a medida que evolucionaba la
ejecución del Plan.
La implementación del I Plan contra la violencia ha utilizado como
instrumento de coordinación los convenios, realizados con cada uno de
los ministerios implicados. En estos convenios se ha dado entrada tam-
bién a las asociaciones estatales de mujeres – que son las únicas sub-
vencionadas por el Instituto de la Mujer.
El contenido de estos convenios para la ejecución del plan se han
dirigido a:
• actuaciones de sensibilización y prevención,
• a actuaciones formativas en violencia de género en colabo-
ración con el M º de Educación y Cultura, CC. AA, Red de
centros de Profesores y Recursos y con el Ministerio del Inte-
rior y dentro del Ministerio de Asuntos Sociales.
• actuaciones de sensibilización con asociaciones de muje-
res, FMP y CC. AA .
• recursos sociales. Con ello se hace referencia a la creación de
servicios de atención directa que se han destinado tanto a infor-
mación como a prevención primaria, secundaria y terciaria de la
violencia de género.
140
Se han creado Centros de Información –su finalidad es prestar
servicios integrales– , uno de ellos en Madrid, y coordinados, no con
servicios con estos objetivos desarrollados a nivel regional o local, sino
coordinados con el Instituto de la Mujer.
Creación y coordinación de servicios de atención a la Mujer con la
Dirección General de Policía (SAM) y EMUMES en la Guardia Civil.
Este entramado se une a las Oficinas de atención a las víctimas crea-
das por la Ley 35/95 en las sedes de Juzgados y Tribunales y en las
fiscalías que así lo exijan.
Falta coordinación de servicios y, por lo tanto, la creación de pro-
tocolos operativos en los que el personal técnico se sienta partícipe y
asuma la responsabilidad de su aplicación como una herramienta
participativa y de cogestión. Esta coordinación horizontal de servicios
debería además incluir una mayor presencia de ONG’s y asociaciones
de mujeres que fueron y siguen siendo los principales actores que crea-
ron los servicios de atención a víctimas de violencia de género y en
muchos casos directoras y gestoras de las casas de acogida.
Como recursos adicionales están los centros y casas de acogida
que reciben del Instituto apoyo en su cofinanciación. La existencia de
estos centros en las CC.AA ha obligado al Instituto de la Mujer a em-
prender un nuevo marco de relación. Así desde el Instituto se propuso a
las CC.AA la creación de un Grupo de Trabajo que elaborara criterios
comunes y requisitos mínimos de dichos centros. Dicho informe fue
aprobado en la Conferencia sectorial de 1999 y es un instrumento de
trabajo para las casas de emergencia.
Sorprende esta actuación del Instituto, por un lado, por su control
e intervencionismo y, por otro, por la exclusión de las asociaciones en el
proceso de negociación del documento, teniendo en cuenta que buena
Políitica Europea y Gestión Multinivel
141
jorar la empleabilidad de las mujeres que sufren maltrato. Este
proyecto se implantó en dos municipios de Madrid.
Fruto de la evaluación de estas actuaciones ha surgido el II Plan
Integral contra la violencia doméstica, cuyas áreas de actuación siguen
siendo en rasgos generales las mismas, pero más limitado que lo pro-
puesto desde la UE. Para su coordinación, seguimiento y evaluación se
creó la correspondiente Comisión Interministerial.
Mª José García Solana
142
Los convenios realizados se han dirigido a la celebración de actos
de sensibilización y a la realización de actividades formativas destina-
das al personal técnico de servicios sociales, principalmente.
Desde el punto de vista de la necesidad de dar una solución inte-
gral, a los casos de malos tratos que aparecen diariamente, 3 son los
ámbitos de urgencia que deben estar coordinados si se quiere dar una
respuesta eficaz. Sin embargo como se verá, la realidad pone clara-
mente de manifiesto la falta de acuerdos horizontales y la ausencia de
coordinación con el ámbito local, lo que provoca que estas situaciones
límite sitúen continuamente el conflicto en el centro de las relaciones
entre instituciones públicas.
Para comenzar, uno de los conflictos declarados entre la Adminis-
tración autonómica y local es el producido por la gestión de servicios
e infraestructuras. Desde la CAM, se gestionan directamente centros
de emergencia, pisos tutelados y casas de acogida, es decir, gestionan
las plazas existentes. Esta situación implica una dependencia de los
municipios respecto a la CAM. Al final ante problemas donde prima la
urgencia, los municipios tienen que buscar recursos alternativos que
van a depender, por lo general, del escaso presupuesto asignado a
dichas concejalías.
Esta problemática se une a la provocada por la falta de agilidad y
cercanía de los servicios jurídicos de la DGM. El servicio de atención
jurídica tramita la asignación de abogado de oficio, procurador y asis-
tencia jurídica gratuita, así como una orientación jurídica más general.
Este servicio comenzó a funcionar en 1986 mediante un acuerdo tripartito
entre Ministerio de Justicia, Colegio de Abogados de Madrid y la CAM.
Junto a este servicio en el 2000 se ha creado un turno de violencia
doméstica en colaboración con el Ilustre Colegio de Abogados. Nueva-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
143
El nuevo compromiso de creación del I Plan contra la violencia
tampoco se ha hecho eco de la necesidad de participación y coordina-
ción con otros ámbitos de poder, y la unilateralidad en las acciones es la
nota dominante.
A pesar del compromiso político, hecho público, de consulta pre-
via a las asociaciones de mujeres, a través del Consejo de la Mujer,
éste no se ha realizado como esperaban las asociaciones. Así, la pro-
testa de este órgano se ha reflejado en un documento de trabajo del
Mª José García Solana
144
ha sido la creación de la Red de ciudades contra la violencia. Esta Red
de relaciones municipales comenzó siendo una propuesta política en-
cabezada por la Comisión de la Mujer de Madrid del PSOE y apoyada
por IU, que se ha desarrollado en los municipios de la zona sur con
gobiernos afines y con una política que busca la diferencia frente a la
DGM y que es utilizada como estrategia política.
Sin embargo, para entender el proceso de gestación de la Red de
ciudades contra la violencia hay que tener en cuenta otra serie de
premisas que tienen que ver directamente con la falta de protagonismos
en ciertos ámbitos políticos de estas áreas de trabajo.
La inclusión de la transversalidad en los programas europeos ha
supuesto adoptar la perspectiva de género en cualquier acción, en este
caso a nivel local, pero ello no lleva sujeto obligatoriamente incluir a las
áreas o concejalías de mujer. Así que, en vez de potenciar el papel de
las Concejalías de mujer en su labor de coordinación de áreas y aseso-
ramiento lo que ha provocado es que se queden en un segundo plano.
Un claro ejemplo ha sido que frente a la iniciativa NOW en la
que las Concejalías de mujer fueron las principales promotoras e
implementadoras de las mesas de trabajo, lo que supuso un incre-
mento de protagonismo y de presupuesto, en este momento el EQUAL
no ha respondido a las mismas expectativas. En él la aparición de las
Concejalías de mujer ha sido secundaria y ha dependido del posicio-
namiento que tuviera la Concejalía de empleo o promoción económi-
ca, y aunque se establecía como premisa obligatoria para la acepta-
ción del proyecto incluir organismos de igualdad no han sido necesa-
riamente concejalías o áreas de mujer.
Esta situación es mucho más conflictiva en aquellos municipios
en los que, estando en coalición, diferente partido dirige estas
Políitica Europea y Gestión Multinivel
concejalías.
Además esta tensión se ha incrementado debido a la contrata-
ción de personal, al margen de las áreas de mujer, que dedicado al
diseño y ejecución de programas vinculados a mujer. Esta situación
supone una ineficiencia organizativa debido a una duplicidad en las
tareas y un gasto presupuestario difícil de justificar .
Las diferentes situaciones descritas forman un entorno hostil a
estas áreas, que unidas a la necesidad de aunar recursos (mucho
menores que en otras concejalías), en materia de violencia de género
145
provocó que en el año 2000 surgiera la Red de Ciudades contra la
Violencia.
Los municipios que forman parte de esta red destacan por su
heterogeneidad desde el punto de vista de población, presupuestos
municipales y presupuestos de áreas de mujer, nivel de desarrollo de
políticas de género y contra la violencia, etc. Aunque la principal ca-
racterística es que el impulso político aúna a políticos afines, en su
mayoría municipios con partidos de izquierda. Pretende ser una red
Mª José García Solana
146
Junto a estos niveles de relación existe además una asesoría
técnica que apoya el funcionamiento técnico y político de la red.
Los principales problemas a los que se puede enfrentar esta red
son los choques políticos propios de la existencia de varios grupos
políticos implicados, el conflicto siempre latente entre mujer / servi-
cios sociales / empleo, la falta de financiación para la realización de
acciones y principalmente la ausencia de voluntad política, puesto
que a pesar de que a nivel técnico exista una red formal e informal
asentada, la dependencia de unos resultados electorales provoca que
la voluntad y compromiso de la política que ocupe el cargo de Concejala
será un factor determinante.
Hasta ahora el modo de financiación adoptado ha sido propor-
cional al número de habitantes en cada municipio y ha sido costeado
directamente por cada Concejalía de Mujer.
La Red de ciudades no mantiene ningún tipo de relación con
otros niveles de gobierno, incluida la Dirección General de la Mujer.
Dependiendo de la consistencia de las relaciones de la Red y la crea-
ción de una estructura política y administrativa, que aún no existe, se
formará un organismos con autonomía suficiente para autogestionarse
que pueda ser un actor relevante y necesario en las políticas de géne-
ro contra la violencia. O bien, seguir desarrollando la actividad parale-
la sin trascendencia más allá de los municipios implicados en la Red.
En esta red las asociaciones han tenido un papel secundario, si
bien sí se están buscando los cauces para la participación de la socie-
dad civil organizada.
Hay que señalar que en todos los niveles de gobierno el actor
que constantemente aparece articulando cauces de negociación son
las asociaciones de mujeres, fundaciones o empresas destinadas a
Políitica Europea y Gestión Multinivel
147
por otros niveles de gobierno o son ellas miembros promotores de los
programas.
Pueden ser consideradas nexos de unión informal entre niveles
de gobierno y, por tanto, nudos relevantes en la red de poder.
148
Por otro lado, la necesidad de permanencia de las redes de rela-
ción ha provocado que el programa, que comenzó siendo anual, haya
pasado a partir del 2001 a ser un programa plurianual.
Con respecto al proceso de seguimiento y evaluación de los fon-
dos europeos éste se realiza por medio de la Comisión de servicios
que supervisa cada proyecto. Esta supervisión lleva un valor añadido
que es el de establecer canales de comunicación e intercambio de
experiencias y buenas prácticas con otros proyectos similares, a pro-
puesta de esta comisión.
El principal escollo existente en este programa es que en el pro-
ceso de cofinanciación de las acciones desde la UE se entrega un
50% al inicio del programa y el otro 50% al final. Esta forma de gestión
del programa supone un grave problema respecto a las asociaciones
ya que la mayoría, como así ocurrió en el caso español, no pueden
justificar el gasto inicial del 50% para que sea reembolsado debido a
que no tienen capacidad de autofinanciación (organizaciones sin áni-
mo de lucro) lo que obliga a solicitar préstamos que inicien los proyec-
tos. Si bien, los bancos no conceden, al menos así ocurrió en el caso
español, a las asociaciones esos préstamos.
Ante este problema la Comisión Europea para el programa 2001
proyectó una adaptación de la financiación a estos casos concretos.
Respecto a los proyectos realizados la mayoría se han destinado
a la sensibilización e investigación, incidiendo en las líneas marcadas
dentro de los Planes de igualdad y de lucha contra la violencia de la
DGM que ha sido además uno de los principales actores copartícipes.
Desde el Instituto de la Mujer junto al presupuesto coordinado
presentado por cada Ministerio para implementar las áreas en las que
participa en los planes de igualdad y de lucha contra la violencia, la
Políitica Europea y Gestión Multinivel
149
Al apoyo dado a la realización de programas y gestión de recur-
sos por parte de las asociaciones desde el ámbito de la UE y desde el
Instituto de la Mujer hay que sumar la línea de financiación desarrolla-
da por la DGM. Dos son las vías principales a las que se dirige su
financiación: ámbito local y asociaciones de mujeres.
Las subvenciones a las asociaciones de mujeres se han dirigido
principalmente a la financiación de grupos de apoyo a las mujeres
maltratadas, jornadas, talleres y programas de intervención y finan-
Mª José García Solana
ciación de centros.
La segunda línea de subvención de la DGM se dirige a Entes
Locales. Esta línea establece criterios temáticos de selección priorita-
rios y preferentes en los proyectos que cada corporación presente, por
lo general dando respuesta a los objetivos del plan de igualdad de la
DGM. Dentro de esta línea de subvención queda a propuesta de cada
ente local la realización de actuaciones cofinanciadas en materia de
malos tratos. Junto a estos criterios se unen otras valoraciones como la
existencia de coordinación de proyectos entre varios municipios, la exis-
tencia de Concejalía de la mujer o área de la mujer y su vinculación o
no con otras áreas, personal para el desarrollo de dichos proyectos,
número de habitantes de cada municipio, presupuesto de las Concejalías
o áreas de mujer en relación al presupuesto del ente local y la existen-
cia de planes de igualdad municipales, entre otros criterios.
Por último hacemos mención a la situación económica de las
Concejalías o áreas de mujer. Los programas que se desarrollan en
cada área o concejalía de la mujer suelen estar cofinanciados por otras
instituciones, si bien la situación de aislacionismo le lleva a realizar un
gestión eficiente del presupuesto escaso del que suele disponer. Con
todo ello, la realización de proyectos locales pasa por implicar a otras
instituciones (Federación de Municipios, Consejos Locales, Asociacio-
nes de mujeres a nivel regional o estatal) y asociaciones de mujeres del
municipio. Soportan igualmente el apoyo económico directo a las aso-
ciaciones de mujeres de ámbito municipal que son un vínculo funda-
mental con la sociedad en el desarrollo de proyectos y acciones.
CONCLUSIONES
La intención de este capítulo ha sido acercarse al análisis de las
políticas de igualdad concretando en el caso de las políticas de lucha
150
contra la violencia. Para ello hemos nos hemos planteado conocer
cómo se desarrolla y cuál es la articulación que implica la creación de
políticas de género, determinando quiénes son los actores y cuál es
su posicionamiento en la red de relaciones. El tipo de relaciones y la
intensidad de las mismas posibilitará que conozcamos el grado de
asimetría en las relaciones de poder, el grado de control o influencia y
las estrategias desarrolladas por los diferentes actores que se encuen-
tran en la red.
Esta visión nos ha posibilitado reconocer la dificultad de estable-
cer relaciones bidireccionales entre los diferentes niveles de poder y
la preponderancia de relaciones principalmente horizontales. La ma-
yor cercanía entre el nivel supranacional y el estatal se ha mostrado
en el diseño de los planes de igualdad y en las acciones planteadas,
entendidas como cumplimiento de compromisos políticos negociados.
La cooperación territorial entre los organismos de mujer a nivel estatal
–el Instituto de la Mujer– y a nivel autonómico –Dirección General de
la Mujer– en el desarrollo de los Planes de violencia de género han
mostrado una escasa relación vertical que cuando existe es principal-
mente unidireccional, tanto a nivel técnico como político. Esta misma
situación se repite con los entes locales.
Si bien es necesario referir que en todos los niveles de gobierno,
en cuestión de contenidos y conjunto de acciones que suelen ir acom-
pañando a los planes, los pilares principales de actuación están influi-
dos por las líneas marcadas desde la UE y son asumidos por los acto-
res de otros niveles.
La innovación y la novedad en este campo suele estar vinculada
la realización de proyectos o acciones en el ámbito local y en los que
las empresas que realizan proyectos con perspectiva de género o aso-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
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Mª José García Solana
NOTAS
1
En referencia a el posicionamiento de los diferentes actores dentro de este marco señalan
SUBIRATS J. Y GOMA R. “Su posible unicidad deriva de un marco legal que prescribe la
adopción de decisiones de gobierno, las cuales generan tomas de posición y negociaciones
con otros actores políticos” (SUBIRATS J. Y GOMA R, 1998, 397).
2
“Existen, por tanto, continuos residuos de indeterminación por mucho que las instituciones
pretendan reducir con normas y reglas las inseguridades de un juego donde todo sea posible.
Esos márgenes de indeterminación requerirán nuevos juegos, nuevos procesos de
intermediación” “Y, por otro lado, tampoco parece necesario u oportuno retener toda indeter-
minación o ambigüedad como una característica indeseable de todo proceso de elaboración
de políticas, ya que, como señaló Blau en su análisis de la discrecionalidad en los procesos
de puesta en práctica de las políticas, esa indeterminación o ambigüedad puede resultar
positiva para alguno de los actores en presencia, o lo que es lo mismo, puede resultar un
recurso a utilizar en ciertas ocasiones”, SUBIRATS, J., GOMA R., 1998, 29
3
La mayor parte de las disposiciones se han centrado en materia laboral y de seguridad social,
intentando crear un marco común entre los diferentes Estados miembros, si bien, hasta ahora
se quedan en una propuesta de intenciones más que realidades. Entre ellas nos encontramos
Directiva 75/117/ CEE del Consejo referente a igualdad en la remuneración, la Directiva 76/
202/CEE del Consejo, relativa a igualdad en el acceso al empleo, promoción y formación
profesional; Directiva 79/7/CEE del Consejo, relativa a la puesta en marcha progresiva del
principio de igualdad de trato en materia de seguridad social; Directiva 86/378/CEE del Conse-
jo relativa a la igualdad de trato en los regímenes profesionales de seguridad social; Directiva
86/613/CEE del Consejo sobre la protección de la maternidad; Directiva 92/85/CEE para pro-
mover la mejora en la seguridad y la salud de las trabajadoras embarazadas; Directiva 93/104/
CE del Consejo sobre distribución de tiempos de trabajo; Directiva 96/34/CE del Consejo de
acuerdo marco sobre la custodia parental; Directiva 97/80/CE relativa a la carga de la prueba
-en casos de discriminación por sexo- .consideración fundamentalmente en el caso de violen-
cia de género pues supone un mayor respeto a la víctima. Junto a estas directivas aparecen
decisiones de la Comisión, resoluciones del Consejo, Recomendaciones del Consejo, declara-
ciones del Consejo, etc.
4
Es actualmente cuando de forma clara surge el discurso ya que durante el periodo de los
gobiernos socialistas en los programas no aparecía dicho referente.
5
Memorias anuales del Instituto de la Mujer desde 1997 hasta 2000.
154
LA POLÍTICA DE INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA, DESARROLLO E
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA EN ESPAÑA.
UN CASO DE POLÍTICA MULTINIVEL
Nieves Saniger Martínez
INTRODUCCIÓN
Es un hecho hoy aceptado que la modernización de un Estado
conlleva, como uno de los factores básicos, el desarrollo de los siste-
mas de investigación científica y desarrollo tecnológico, al constituir
el factor productivo más importante y la clave a la hora de mejorar la
función de producción de las economías nacionales. La incidencia
que sobre el bienestar de la sociedad en su conjunto, y de cada uno de
Políitica Europea y Gestión Multinivel
155
llamar la Sociedad del Conocimiento, expresión que sugiere un con-
cepto amplio cuyos principales protagonistas son los descubrimientos
científicos, los avances tecnológicos y la universalización en la utili-
zación de las comunicaciones. Éstos, en su conjunto, se han conver-
tido en el motor de la economía mundial y, en consecuencia, del avan-
ce social, y están conformando una nueva organización política, eco-
nómica y social con pautas radicalmente diferentes. Es, pues, una
prioridad política unificar y coordinar las políticas de ciencia y tecnolo-
Nieves Saniger Martínez
156
pone en marcha tras la aprobación de la llamada Ley de la Ciencia en
1986, como por las acciones y los cambios experimentados en la UE
en este sector. En consecuencia, el objeto es presentar cómo esta
política se desarrolla en un complejo entramado institucional en el
que intervienen no sólo distintos niveles de gobierno nacionales y
transnacionales, sino también toda una serie de actores económicos,
científicos y sociales, y cómo la política europea tiene un impacto
directo sobre el comportamiento de los gobiernos, de las administra-
ciones y sobre la propia comunidad científica e investigadora. Para
ello, en primer lugar, se presentan algunas consideraciones generales
sobre las políticas de ciencia y tecnología. En el apartado segundo se
analiza la institucionalización y la articulación territorial de la política
de I+D en España, para en el tercero presentar los aspectos esencia-
les de la política comunitaria en esta materia. Por último, el cuarto nos
acerca al contexto en el que se articula el sistema de I+D en España,
incorporando unos apuntes, que nos han parecido ilustrativos, sobre
el proceso de formulación y aprobación del ERA y del nuevo VI Pro-
grama Marco de I+D. Para terminar se recogen las principales conclu-
siones a las que se ha llegado tras finalizar el estudio.
157
D ha hecho que todas ellas sean muy parecidas, aunque las realida-
des sociales y económicas de cada país puedan ser muy diferentes.
De hecho, se puede afirmar que la entrada del problema en la agenda
política internacional y las decisiones adoptadas en este nivel se han
reflejado después en las agendas políticas y en los procesos de toma
de decisiones a nivel nacional y regional, al menos en los países occi-
dentales democráticos e industrializados, produciéndose, como con-
secuencia, una homogeneización en las actuaciones. No obstante, es
Nieves Saniger Martínez
cierto, como afirma Sanz Menéndez, que “los primeros países en de-
finir y adoptar las políticas de I+D producen ideas e innovaciones
organizativas, con frecuencia como respuesta a las condiciones inter-
nas de sus países; sin embargo, los que llegan tarde reciben informa-
ción de estas innovaciones y tratan de imitar las elecciones ya toma-
das por otros” (1997; 33), siendo en la mayoría de las ocasiones los
resultados insatisfactorios.
Hay tres aspectos que ya por sí solos pero más aún contemplán-
dolos conjuntamente marcan o condicionan esta política. En primer lu-
gar, la forma cooperativa que adopta, prácticamente desde sus oríge-
nes, debido a la exigencia de que en los proyectos haya actores de
diferentes países, por lo que en la práctica se ha fomentado la coopera-
ción internacional (Sanz Menéndez, Fernández Carro y García, 1999;
223). Es un hecho evidente que los gobiernos en la actualidad se pre-
ocupan mucho más por fomentar actuaciones de colaboración y coope-
ración que permitan mejorar sus sistemas de ciencia-tecnología-indus-
tria que por incentivar acciones individuales, ya que en el contexto
globalizado en el que se intercambian conocimientos es lo más renta-
ble. Por lo tanto, se puede afirmar que es una política plurinacional.
En segundo lugar, la multiplicidad y la complejidad de los acto-
res implicados, tanto públicos como privados, a su vez causa y conse-
cuencia de la forma cooperativa. Por un lado, el sistema público de
investigación y desarrollo, formado por las instituciones que desarro-
llan actividades de I+D, principalmente las universidades y los centros
de investigación, por otro, los gobiernos y las administraciones, como
las instituciones responsables de diseñar y ejecutar la política científi-
ca y, en tercer lugar, el tejido empresarial, principales actores del pro-
ceso de innovación ya que transforman el conocimiento generado en
nuevos productos o procesos. Por último, en la mayoría de los países
desarrollados existen también las denominadas infraestructuras de
innovación o instituciones interfaz, cuyo principal objetivo es facilitar
158
el proceso de innovación poniendo en contacto a las instituciones de
investigación con el sector empresarial. De hecho, uno de los enfo-
ques para comprender la gestión de la política comunitaria y las rela-
ciones que se producen entre la administración comunitaria y las ad-
ministraciones nacionales2 es el que aporta la gestión en red que sos-
tiene que cada política, en el marco de la estructura de oportunidades/
restricciones institucionales, genera su propio entramado de actores
(Gomá y Subirats, 1998; 395). Como fácilmente se puede deducir, los
intereses de todos estos actores no siempre serán coincidentes y, de
hecho, en este sentido, se ha afirmado que las redes políticas de la
Europa comunitaria constituyen “mezclas híbridas de actores y de siste-
mas de relaciones nacionales, supranacionales, intergubernamentales,
transgubernamentales y transnacionales (Dan-Guyen, 1993).
En tercer lugar, el carácter de política económica subsidiada, ya
que en este proceso hay una serie de instituciones públicas y empre-
sas privadas que se ven beneficiadas por la concesión de las ayudas
y subvenciones que se canalizan a través de los proyectos, lo que
puede producir un uso inadecuado e injusto de los recursos por la
acumulación de ayudas redundantes en un mismo grupo de institucio-
nes o empresas y, por otra parte, estas empresas y organizaciones de
investigación van a ver condicionadas la definición y el alcance de
sus actuaciones a los objetivos y las prioridades de las áreas suscep-
tibles de recibir financiación.
Es un hecho, pues, que las políticas de I+D se desarrollan hoy
en día dentro de un proceso interactivo, sistémico3 e internacional, en
el que hay que tener en cuenta los múltiples agentes que intervienen,
las diferentes funciones que se desarrollan y la constante utilización
de mecanismos formales e informales. Como veremos, se crea toda
una red de organizaciones a través de las cuales se producen las
Políitica Europea y Gestión Multinivel
159
carácter intrínsecamente horizontal al afectar a todos los sectores pro-
ductivos (educación, salud, medio ambiente, etc.) y que depende de
cómo los sectores económico-financiero, educativo y de investigación
estén organizados (Borrás, 2000; 264). A pesar de las fuertes connota-
ciones distributivas que la caracterizan, se apoya también en instru-
mentos regulativos (derecho de la competencia, derechos de la propie-
dad industrial y estandardización) y redistributivos (reducción de las
disparidades tecnológicas entre regiones)” (Morata, 2000; 26 y Borras,
Nieves Saniger Martínez
II.- LA INSTITUCIONALIZACIÓN Y LA
ARTICULACIÓN TERRITORIAL DE LA POLÍTICA
DE I+D EN ESPAÑA
II.A.- EL SURGIMIENTO Y LA INSTITUCIONALIZACIÓN
En el momento en que España se constituye en un Estado social
y democrático de derecho y manifiesta la obligación que tienen los po-
deres públicos de promover la ciencia y la investigación científica en
beneficio del interés general (art. 44.2 de la Constitución Española), ha
de entenderse que se ha considerado que la I+D es un problema públi-
co. Coincidimos con Sanz Menéndez cuando afirma que “en el período
de la transición a la democracia la investigación científica y técnica
pasó a convertirse en un problema político y, por tanto, susceptible de
introducirse en la agenda del gobierno” (1997; 157). La crisis económi-
ca y las complejas circunstancias políticas por las que atraviesa el país
en este período van a dificultar la formalización definitiva de esta políti-
ca por el Gobierno, entonces de la UCD.
Resultado de todo ello es que a principios de la década de los 80,
España disponía de un sistema de Ciencia-Tecnología-Industria des-
conectado de las necesidades y objetivos de la sociedad y carente de
una estructura homologable con la de los países de su entorno4 . No
será hasta 1986 cuando la política pública de I+D inicie su desarrollo
tras la aprobación, en la primera legislatura del PSOE, de la Ley de
Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técni-
ca, de 14 de abril de 1986. Ley que establece como instrumento básico
160
de fomento, coordinación y planificación de la investigación científica y
técnica, al denominado Plan Nacional de I+D (PN I+D) y que opta por
un sistema de órganos coordinado, un órgano político-administrativo de
gobierno, la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología (CICYT)
a la que se encomienda la coordinación del sistema en el ámbito nacio-
nal e internacional y a la que se encarga también la elaboración y el
seguimiento de los Planes Nacionales y dos órganos consultivos: el
Consejo General de la Ciencia y la Tecnología y el Consejo Asesor para
la Ciencia y la Tecnología. El primero encargado de promover la coordi-
nación general de la I+D de las diferentes Comunidades Autónomas
entre sí y de éstas con la Administración del Estado y el segundo de
servir de vínculo efectivo entre la comunidad científica, los agentes
sociales y los responsables de programar la actividad científica, garan-
tizando que los objetivos de esta programación se ajusten a los intere-
ses y las necesidades sociales.
Con la aprobación del I y el II PN (1988-1991 y 1992-1995) se
lleva a cabo por primera vez en nuestro país una reestructuración de las
actividades en I+D coordinándolas a nivel de toda la Administración y
con un planteamiento teórico abierto tanto a la iniciativa privada como a
la comunidad científica, aunque en la práctica a ambas les es difícil
intervenir en la formulación de éstas y es el Gobierno, a través de la
CICYT, el que decide, ejecuta y evalúa. Sin embargo, en el proceso de
elaboración del III PN (1996-1999) se llevó a cabo ya una consulta muy
amplia con los diferentes actores implicados: colectivos de investigado-
res, sector empresarial y las administraciones responsables de las polí-
ticas sectoriales, participando en la elaboración más de 500 expertos
de los sectores públicos y privados. En definitiva, es el primer plan
consensuado que concentra los objetivos de los planes nacionales y les
da una orientación más finalista y aplicada.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
161
trol. En segundo lugar, destacan las modificaciones introducidos en el
nuevo PN ahora denominado Plan Nacional de Investigación Científi-
ca, Desarrollo e Innovación Tecnológica (PN I+D+I) para el período 2000-
2003. El cambio de denominación responde al objetivo de definir una
estrategia global que incluya todas las actuaciones públicas gestiona-
das por los diferentes Departamentos ministeriales con competencias
en I+D, aunque cabe afirmar que está condicionado por los objetivos
del V Programa Marco que se concibe en su conjunto con el fin de
Nieves Saniger Martínez
162
II.B.- LA ARTICULACIÓN TERRITORIAL
La configuración autonómica del Estado, derivada de la descen-
tralización territorial del poder que establece la Constitución de 1978,
va a incidir también en el proceso de institucionalización de las activi-
dades de I+D, es decir, la gestión de este sistema en nuestro país se
basa en un modelo de descentralización administrativa. En efecto, y
aunque el artículo 149.1.15 de la Constitución atribuye a la Adminis-
tración del Estado la competencia sobre el “fomento y la coordinación
general de la investigación científica y técnica”, el artículo 148.1.17
señala que las Comunidades Autónomas podrán asumir competen-
cias sobre “fomento de la cultura y de la investigación”. Es, por tanto,
el principio de coordinación general el que queda como competencia
exclusiva del Estado, lo cual, sin duda, permite un margen considera-
ble de potestad legislativa y política a las Comunidades Autónomas,
cuyo alcance varía en función de lo que establezcan los Estatutos de
cada Comunidad.
Independientemente del reparto competencial, la formación de
los nuevos espacios políticos puede implicar, y sería lo lógico, la ade-
cuación de esta actividad a las peculiaridades de cada uno de los
territorios. De esta forma, las Comunidades Autónomas podrían llevar
a cabo sus propias políticas públicas en los sectores de I+D que con-
siderasen prioritarios de acuerdo con las circunstancias y los
condicionamientos de cada momento y cada lugar. Pero esta posibili-
dad no va prácticamente a materializarse, ya que en el complejo en-
tramado institucional en el que se ven abocadas a desarrollarse inter-
vienen distintos niveles de gobierno y múltiples actores, que condicio-
nan fuertemente la configuración, las decisiones y las actuaciones.
No obstante, los gobiernos autonómicos demuestran desde fechas
tempranas su preocupación por las políticas de I+D creando comisio-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
163
los autonómicos son actores relevantes, ya que juegan el papel de
selección y filtro de las decisiones a tomar y a través de sus respecti-
vas Administraciones ponen en marcha esas actuaciones. Pero junto
con ellos hay que mencionar a todo un conjunto de personas organi-
zadas de forma jerárquica, a los que normalmente se denomina buró-
cratas, que debido a la posición que ocupan, a su capacitación profe-
sional, a los recursos que manejan y a las relaciones tanto formales
como informales que mantienen con el resto de la organización gozan
Nieves Saniger Martínez
164
máximos responsables de I+D de las universidades, y que incluye a la
Red de Oficinas para la Transferencia de los Resultados de la Investi-
gación de las Universidades (Red OTRI) y, por otra parte, la CRUE
forma parte de la Asociación de la Universidad Europea (EUA), orga-
nización de coordinación universitaria de ámbito europeo que centra
sus servicios en la creación de un área europea de educación superior
e investigación.
Sin perjuicio de todo ello, corresponde a cada Comunidad la com-
petencia de desarrollo legislativo y ejecución de la enseñanza y las
tareas de coordinación de las Universidades de su competencia, y
para ello éstas han creado órganos semejantes en los que buscan la
representación y, en consecuencia, la posibilidad de intervención. Así,
se han creado las Conferencias de Rectores a nivel autonómico (en
Andalucía, la CRUA).
U N IV E R S ID A D E S E S PA Ñ O L A S
P úb licas P rivada s
C on sejo de
C oo rdinació n C om un id ades
U nive rsitaria A u tóno m as
Políitica Europea y Gestión Multinivel
Fuente: CRUE
165
CUADRO 2. ORGANIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EN LA
UNIVERSIDAD
E JEC U C IÓ N G E S T IÓ N
U NIVE RSID AD
Vicerre cto ra d o d e
D e pa rta m e n to s In v e s tiga c ió n
Nieves Saniger Martínez
P e rso n a l
Fuente: CRUE
166
contacto directo con los decisores, o bien a través de la difusión de
sus concepciones o conocimientos. Actores que en el caso de las po-
líticas de I+D, tanto regionales como nacionales o comunitarias, jue-
gan un papel importante ya que normalmente existen fondos disponi-
bles a la espera de propuestas o problemas a resolver.
167
entre los cuales España ocupaba una posición predominante8 , y los
defensores del principio de “excelencia tecnológica”. El Tratado intro-
dujo también un cambio importante en lo referente a la coordinación
de los programas al establecer que “la Comunidad y los Estados miem-
bros deben coordinar sus Programas de I + D para asegurar que las
políticas nacionales y las de la Comunidad sean mutuamente consis-
tentes”.
Nieves Saniger Martínez
168
mentalmente de tres Comités Consultivos que aseguran la participa-
ción de la administración, la ciencia y la economía10 : el CREST (Co-
mité de la Investigación Científica y Técnica)11 que desempeña un
papel importante en la coordinación de la política de investigación de
la Comunidad y los Estados miembros; el CODEST (Comité de Desa-
rrollo Europeo de Ciencia y Tecnología)12 que se encarga de sugerir
nuevos temas claves y estrategias de investigación y, por último, el
IRDAC (Comité Consultivo de Investigación y Desarrollo Industrial)13
encargado de asesorar a la Comisión en cuestiones de investigación y
desarrollo industrial. Finalmente, la Comisión presenta una propuesta
sobre la que deliberan el Consejo y el Parlamento. Para la aprobación
definitiva en el Consejo se exige la unanimidad.
En líneas generales, “la política de I+D ha encontrado un exce-
lente caldo de cultivo en el Parlamento Europeo14 que ha actuado no
sólo como estimulador político de las propuestas que Comisión y Con-
sejo sometían a su dictamen –con anterioridad a la entrada en vigor
del Acta Única Europea- sino también como propulsor él mismo de
numerosas iniciativas suscitadas por sus propios diputados, con un
objetivo claro y concreto: hacer ver a los Estados miembros que las
actividades de I+D comunitarias resultan, a la larga, más interesantes
y rentables que las que cada Estado pueda llevar a cabo aisladamen-
te” (Colomé y Pujol, 1989; 17).
La formulación y la adopción de decisiones relacionadas con
esta política ha suscitado tradicionalmente controversia interinsti-
tucional, “reflejo de las tensiones entre el enfoque integracionista y
expansivo de la Comisión y el Parlamento, y las reticencias de los
Estados miembros representados en el Consejo” (Borrás, 2000; 269).
En definitiva, el poder de iniciativa corresponde casi en exclusiva a la
Comisión; pero puede verse debilitado cuando ésta carece del liderazgo
Políitica Europea y Gestión Multinivel
169
Estos programas tienen asignados unos recursos económicos y
organizativos que gestiona la Comisión y unos objetivos específicos.
Sobre esta base, la Comisión financia el 50% del coste de los proyec-
tos seleccionados en sucesivas convocatorias. Cada proyecto debe
reunir centros de investigación o empresas de, al menos, tres Estados
miembros y la selección se lleva a cabo con arreglo al principio de la
excelencia tecnológica de los proyectos. La propia constitución de las
redes de investigadores y la posterior presentación de su proyecto a la
Nieves Saniger Martínez
O rganizacion es A ctores
C ientíficas E jecuto res
E uropeas
C om unidad
C om isión U nive rsidades cien tífica y
E uropea
E u ropeas tecnológica
A ctores
D ecisores G obiernos
P olíticos nacional y
regiona l
Fuente: CRUE
170
problemas políticos en el proceso de ejecución de las acciones; inclu-
so la propia definición de la política científica y tecnológica deseable
está sujeta a la influencia del proceso político” (Sanz Menéndez, 1997;
39-40). Un proceso político que ha sido conceptuado como “interactivo”
(Morata, 2000; 19), al ser las decisiones el resultado de un complejo
proceso de negociaciones entre los muchos actores implicados.
171
importante fenómeno de europeización de las redes de actores impli-
cados en esta política, actores interconectados entre ellos y con in-
fluencia sobre los procesos de toma decisiones que van tomando con-
ciencia de que es en el ámbito europeo donde se toman decisiones
vitales para sus intereses, lo que les lleva a buscar medios y formas
de intervención en las instituciones europeas y a establecer relacio-
nes y acuerdos directamente con los órganos de la Comunidad y, por
otro, una progresiva europeización de las administraciones y de los
Nieves Saniger Martínez
172
cada territorio haya sido utilizada, ya que ni los organismos autonómi-
cos, ni los planes de I+D elaborados en las distintas Comunidades
Autónomas son la respuesta a demandas concretas, sino la adapta-
ción de las recomendaciones de los Programas Marco de la Unión
Europea, recogidas en los Planes Nacionales e inducidas en las agen-
das autonómicas a través del I PN de I+D. En general, todos los Pla-
nes Autonómicos de I+D reconocen estar enmarcados en los Planes
Nacionales y en los Programas Marco de la Unión Europea, como no
podía ser de otra manera, al depender su funcionamiento de la finan-
ciación que de ambas administraciones reciben.
No obstante, pensamos que el sistema autonómico ha tenido un
efecto notable y positivo en el Sistema Español de I+D ya que las
Comunidades Autónomas han desarrollado iniciativas de coordinación
y fomento de la I+D en su ámbito territorial, creando para ello órganos
de planificación y normativas específicas, se han incrementado los
recursos destinados a I+D y han intentado acercarse, a veces sin con-
seguirlo, a los problemas y las necesidades de cada territorio. La úni-
ca contrapartida será las diferencias que se generan entre unas Co-
munidades y otras.
173
tado sobre esta necesidad. Un hecho más que demuestra que “la Unión
Europea es, cada vez más, el nivel en el que se afrontan los proble-
mas comunes de los Estados miembros, se expresan los conflictos de
intereses y se negocian las soluciones” (Morata, 2000; 9).
El documento fue objeto, desde el primer momento, de un pro-
fundo debate. En primer lugar, en las instituciones europeas: Consejo
y Parlamento20 . En octubre de 2000, la Comisión presenta al Consejo,
Nieves Saniger Martínez
174
tación. La Comisión adopta, pues, el papel de dinamizador de ideas y
de elaborador del consenso inicial (Morata, 2000; 20).
Finalmente, durante la Presidencia española de la UE (enero-
junio de 2002) se han aprobado las reglas básicas del VI PM (2002-
2006)25 , adaptado al ERA. Fue aprobado por el Parlamento europeo
el 15 de mayo y adoptado por el Consejo el 3 de junio. Finalmente el
3 de julio, el Parlamento ha aprobado las normas de participación.
La adopción se ha logrado por el procedimiento de codecisión
entre el Consejo y el Parlamento europeo, de forma que, por primera
vez en la historia, la fase de conciliación entre ambos ha resultado
innecesaria. Su presupuesto total es de 17.500 millones de euros, de
los que 16.270 se destinarán a financiar actividades de investigación
no nucleares, lo que representa el 3’9% del presupuesto total de la UE
y supone la tercera política financiera en importancia (tras la política
agrícola común y los fondos estructurales) al mismo tiempo se han
establecido instrumentos de financiación y estructuración más efecti-
vos y con una implementación más simple. Con respecto al VPM re-
presenta un incremento del 17% nominal y del 9% real. Como se
puede apreciar en el cuadro núm. 4 el presupuesto destinado a I + D
ha venido incrementándose en cada uno de los PM.
El VI PM plantea un enfoque novedoso respecto al anterior, ya
que concentra e integra la investigación en siete áreas prioritarias -
como se puede apreciar en el cuadro núm. 5-; estructura el ERA, lo
fortalece mediante una mayor coordinación de las actividades nacio-
nales de investigación –como se recoge en el cuadro núm. 6- y lo
amplia con el concepto de innovación; al mismo tiempo, pone en
marcha mecanismos que permiten participar a las PYMES, en igual-
dad de condiciones, en los programas específicos (así, un 15% de la
Políitica Europea y Gestión Multinivel
175
las pymes con los institutos de investigación y la universidad. Precisa-
mente, para saber quién está preparado para formar redes de exce-
lencia y trabajar en proyectos integrados el PM ha incluido lo que se
ha llamado “expresiones de interés”, que no es otra cosa que una
petición a la comunidad científica para que envíe a la Comisión aque-
llos proyectos sobre los que tendrían interés en trabajar.
El alto grado de cumplimiento de los objetivos fijados por la Pre-
Nieves Saniger Martínez
18 17,5
16 14,96
14 13,12
12
10
8
6,6
6 5,36
4 3,27
0
1984-1987 1987-1991 1990-1994 1994-1998 1998-2002 2002-2006
Fuente: Comisión Europea
176
CUADRO 5. VI PROGRAMA MARCO DE I + D DE LA UNIÓN
EUROPEA
177
CUADRO 5 -CONTINUACIÓN-. VI PROGRAMA MARCO DE I + D
DE LA UNIÓN EUROPEA
Nieves Saniger Martínez
P olítica
P rogram as nacion ales C o ordinación a bierta E uropea de
inv estig ac ión
178
todo el proceso con el fin de disponer de los medios adecuados para
coordinar la posición de las universidades, elaborar documentos de
posición y fomentar el debate. Para ello, se acordó crear un “Servicio
de políticas comunitarias de investigación y desarrollo” con el nombre
“Servicio Europa I+D” que tiene como fines: articular una posición
común frente al desarrollo de la política comunitaria de I+D, hacer
llegar la voz de las universidades a Bruselas y a las autoridades na-
cionales con el fin de influir en el proceso, proporcionar un mecanis-
mo flexible y rápido para reaccionar ante documentos o decisiones
relacionadas con la política comunitaria que puedan afectar a las uni-
versidades de manera importante y fomentar el posicionamiento es-
tratégico de las universidades españolas.
Este hecho me parece de singular importancia ya que busca
convertir a las universidades en la práctica en verdaderos actores de
esta política pues, hasta el momento, por un lado, su influencia en la
formulación de posiciones había sido prácticamente nula, tanto en la
Comisión como en Madrid y, por otro, su participación en los PM es
muy reducida (desde las universidades españolas se pide relativa-
mente menos que desde otras con más tradición y experiencia en
estos concursos porque el sistema de petición es complicado y tal vez
no haya ese espíritu de competir). Es una realidad que el VI PM va a
suponer un cambio en las formas de hacer investigación, pero ello
plantea al mismo tiempo una oportunidad y un reto que puede permitir
a los grupos de investigación hacerse más fuertes y asumir posicio-
nes de liderazgo o bien quedar descolgados del tren de la I+D euro-
pea. Como se ha dicho desde la CRUE la colaboración y la participa-
ción en la I+D europea no debe ser para figurar, sino para actuar y
aprovechar este proceso en beneficio de su actividad. La considera-
ción global de la propuesta encierra ciertos peligros ya que aunque
Políitica Europea y Gestión Multinivel
CONCLUSIONES
El estudio detenido del nacimiento, la institucionalización y la
consolidación de las políticas de I+D nos permite afirmar que se trata
179
de un caso de política multinivel, ya que se desarrolla en un complejo
entramado institucional a múltiples niveles y es producto de una com-
pleja interacción entre personas y organizaciones.
Si desde la puesta en marcha de los Programas Marco se puede
afirmar que es evidente la existencia efectiva en esta política de dife-
rentes niveles de gobierno implicados: comunitario, nacional y regional,
siendo de entre ellos el comunitario el que, con carácter casi general,
Nieves Saniger Martínez
180
contrapartida, la Comunidad científica y tecnológica ha conseguido
intervenir de forma mucho más directa en este nivel supraestatal.
Aunque de acuerdo con el principio de subsidiariedad los entes
más cercanos al ciudadano deben jugar un papel fundamental es un
hecho que la idea de que la investigación y la innovación deben pro-
ducirse de forma consensuada entre diferentes niveles de gobierno y
a través de relaciones interorganizativas se encuentra ampliamente
difundida y apoyada. En otras palabras, la cooperación en este sector
está positivamente valorada y se presenta como una necesidad. No
obstante, las redes nacionales no desaparecen, sino que siguen que-
dando esferas de temas propios, a pesar de que en el control de la
agenda, incluso sobre estos temas, sea la UE quien tenga una capaci-
dad de control cada vez mayor, ya que la ausencia de una perspectiva
estatal implicaría aceptar y consolidar las distancias entre las regio-
nes más ricas tecnológicamente y las peor dotadas. Deben buscarse
fórmulas de cooperación, coparticipación y coordinación cuidando erro-
res de dispersión y fragmentación de recursos aunque en muchas oca-
siones éstas conlleven como consecuencia múltiples problemas y, sobre
todo, importantes condicionamientos.
Se advierte, al mismo tiempo, que la cooperación es difícil de
conseguir, ya que los países más avanzados prefieren dedicar la ma-
yor parte de sus recursos a lo que consideran son sus intereses de
Estado. Cuestión ésta de gran importancia para España que ha veni-
do consiguiendo durante los últimos años un elevado porcentaje de
los Fondos europeos para modernizar e incrementar esta política y
que puede desaparecer o disminuir cuando se produzca el ingreso en
la Unión de varios países del este de Europa (entre ellos Polonia, con
más de 40 millones de habitantes) que se iniciará hacia el año 2006, y
que va a absorber la mayor parte de los fondos que la Unión destina a
Políitica Europea y Gestión Multinivel
181
los programas europeos, así como el control de los fondos aplicados,
los retornos obtenidos y los resultados de los proyectos. En definitiva,
los múltiples niveles y actores, institucionales y no institucionales, se
deben aprovechar para promover un marco que de coherencia a los
intereses de la UE con los diversos intereses nacionales y regionales,
reclamando la circulación de retornos hacia las áreas geográficas más
desfavorecidas, tanto por lo que se refiere al uso como al desarrollo
de tecnología.
Nieves Saniger Martínez
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NOTAS
1
El compromiso de la CEE con la I + D parte del artículo 235 del Tratado de Roma, que de forma
genérica hace referencia a la posibilidad de definir medidas tendentes a mejorar la competitividad,
Políitica Europea y Gestión Multinivel
aunque por la naturaleza esencialmente económica que, en su nacimiento, adopta esta orga-
nización las partidas presupuestarias destinadas a investigación y desarrollo tecnológico se
centran en el carbón, el acero y la energía nuclear. Véase Barañano (1996).
2
Sobre las particularidades de las políticas comunitarias en un entorno de gestión pública
intergubernamental, véase Crespo González (2001).
3
La idea de que los ejes de esta política se deciden en el seno de redes o sistemas
interorganizativos está muy extendida. Véase, entre otros: Lundvall (1992), Nelson, (1993).
Sobre el caso español véase, Sanz Menéndez, Fernández Carro y García (1999). En este
trabajo los autores abordan el estudio de las redes de colaboración que emergen de los proyec-
tos europeos de I + D, utilizando el análisis estructural y de redes desarrollado por los estudios
sociológicos.
4
Es preciso mencionar, no obstante, que algunas de las medidas adoptadas durante la transi-
ción nos permiten diferenciar este período del régimen franquista. La creación de nuevos órga-
183
nos como el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), como institución especia-
lizada en el desarrollo tecnológico en las empresas, la aprobación de un nuevo Reglamento del
CSIC (1978), que establece un funcionamiento democrático en la gestión y sobre todo en la
formación de los equipos de investigación (proceso que no se vio acompañado por reformas
semejantes en el resto de los organismos públicos de investigación), la reforma de la CAICYT,
que separaba las funciones de planificar de las de ejecutar, y desde el punto de vista de la
estructura político-administrativa, el intento de establecer una mayor conexión entre Universidad
e Investigación, como lo prueba la creación del efímero Ministerio del mismo nombre.
5
No obstante, en la etapa anterior al cambio institucional algunas Comunidades Autónomas,
como Andalucía, pusieron en marcha Programas de Política Científica e instrumentos de
Nieves Saniger Martínez
coordinación de las actuaciones al respecto entre las distintas Consejerías, pero sin un rango
administrativo sólido que les permitiera disponer de plantillas de personal y de importantes
partidas presupuestarias.
6
Designados siete por el Congreso, siete por el Senado y siete por el Gobierno. Entre los vocales
designados por el Gobierno podrán figurar también miembros de la Administración General
del Estado.
7
Los artículos 163 a 173 del Título XVIII del Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica
Europea en la versión del Tratado de Amsterdam (antiguos artículos 130F a 130P del antiguo
Título XV) recogen los fundamentos de la política de I + D de la Comunidad.
8
El análisis de la actitud de los negociadores españoles a lo largo de 1991 permite apreciar que
la cohesión económica y social constituyó el caballo de batalla para el gobierno español. Acti-
tud que se vio fortalecida por una política de consenso entre todas las fuerzas políticas presen-
tes en el Congreso de los Diputados. La urgencia se explica, tanto por la oportunidad del
momento, como por la inquietud generada por el sistema de pagos de la Comunidad que
podría convertir a España, a partir de 1993, en contribuyente neto. De ahí que España hiciera
dos propuestas en materia de cohesión: por una parte, la reforma del sistema de pagos de la
Comunidad sobre la base de criterios de prosperidad relativa (equidad contributiva) y, por otra
parte, la creación de un fondo interestatal para impulsar en los “países pobres” de la Comuni-
dad inversiones en infraestructuras, transporte, educación, investigación y desarrollo y sani-
dad. (Barbé, 1999; 44 y 46).
9
La Comisión elaboró en 1996 el Libro Verde sobre la Innovación donde se identifican los
vacíos y las lagunas de la acción comunitaria y que se centra en tres grandes temas: el
impulso de una cultura innovadora (educación y gestión empresarial), la construcción de un
marco legislativo apropiado y acercar más la investigación científica a la innovación industrial
COM (1995) 688 final.
10
En calidad de iniciadora de las políticas, la Comisión se apoya en una densa red compuesta
por unos 600 grupos de expertos y comités consultivos (los “comités preparatorios”) en los que
participan tanto representantes de las administraciones de los Estados miembros –incluidas
las regiones- como de los grupos de interés (Morata, 2000; 19).
11
Forman parte de él dos miembros de cada Estado miembro, nombrados por los gobiernos
nacionales y que, por lo general, provienen de los Ministerios de Investigación nacionales.
12
Formado por 24 personas nombradas por la Comisión entre personalidades renombradas de
los ámbitos científico, técnico e industrial.
13
Está constituido por 14 miembros nombrados por ésta que tienen experiencia en el campo de
la I + D industrial, así como de un representante de cada una de las siguientes instituciones: la
Confederación Europea de Empresarios, la Confederación Europea de Sindicatos, el Consejo
Europeo de Empresas Públicas y la Federación Europea de Organizaciones de Investigación
Industrial.
14
Con el nuevo procedimiento de codecisión, introducido por el Tratado de Maastricht, los pode-
res del parlamento crecen de forma considerable.
15
Incluso la elaboración de la propia Ley es un instrumento que ya habían utilizado otros países,
ya que es la forma por un lado, de institucionalizar esta materia y, por otro, de facilitar la puesta
en práctica de las distintas medidas de actuación que el Gobierno va aprobando.
184
16
La situación se generaliza después de los Pactos Autonómicos de 1992 y de la modificación
de los Estatutos de Autonomía de las Comunidades Autónomas de 1994, al producirse los
traspasos definitivos en materia de educación a estas Comunidades Autónomas, lo que, sin
duda, incidirá en el desarrollo de nuevos sistemas de I + D autonómicos.
17
COM (2000) 6.
18
En 1999, la Unión Europea invirtió 70 billones de euros menos que los Estados Unidos en
investigación y desarrollo y en la actualidad se sitúa por detrás de este país y de Japón en
porcentaje del PIB dedicado a la investigación (1’8% frente al 2’7% y el 3’1% respectivamente)
y por lo que se refiere al número de investigadores, de patentes y de exportaciones de alta
tecnología por habitante. COM (2000) 612 final.
19
Esta cuestión constituyó el núcleo de la reunión informal de Ministros de Investigación cele-
brada el 20 de mayo de 1999, que les brindó la ocasión de discutir con expertos de la comuni-
dad científica. El interés se confirmó en el Consejo de Investigación del 2 de diciembre.
20
Por su parte, el Parlamento Europeo manifestó su pleno apoyo al proyecto en su Resolución
de 18 de mayo de 2000. Resolución seguida del dictamen del Comité Económico y Social de
25 de mayo de 2000 y precedida por el dictamen del Comité de las Regiones de los días 12 y
13 de abril. Posteriormente, el Consejo de Investigación de Feira, del 15 de junio de 2000,
hace una invitación a los países miembros en su resolución “Futuro de la Investigación Euro-
pea” para continuar con los pasos necesarios que conduzcan a lograr los objetivos del ERA
invitando a la Comisión a recabar información y asesoramiento de todos los agentes pertinen-
tes a nivel nacional y europeo en materia de investigación.
21
COM (2000) 612 final.
22
COM (2001) 94 final.
23
Los resultados de la misma pueden consultarse a través de Internet “Hacia un espacio euro-
peo de la investigación”: http://europa.eu.int/comm/research/area.html.
24
Por citar uno de los que se han celebrado en España, destacamos el Seminario organizado por
la Universidad Complutense de Madrid, dentro de los Cursos de Verano del Escorial, en el que
el Secretario de Estado de Política Científica y Tecnológica, Ramón Marimón, y el Comisario
Europeo de Investigación, Philippe Busquin, debaten el VI Programa Marco de la UE. Durante
su presentación Marimón destacó que las prioridades del Ministerio de Ciencia y Tecnología
“coinciden plenamente con los objetivos del Espacio Europeo de Investigación”.
25
El Consejo Europeo de Barcelona (15 y 16 de marzo de 2002) ha constituido un foro crucial
para lograr el pleno desarrollo del ERA, como continuación de los compromisos adquiridos en
el Consejo de Lisboa para la creación de una zona europea de investigación que resulte un
entorno propicio para las empresas innovadoras y, en particular, para las PYMES. En esta
cumbre se fijó como objetivo que en el año 2010 se alcance el 3% del PIB dedicado a I + D.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
185
POLÍTICA DE INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
(1985-2000): UNA PERSPECTIVA
INTERGUBERNAMENTAL
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
I.- INTRODUCCIÓN
En Europa, los movimientos migratorios se han ido transforman-
do desde 1980 como consecuencia de las nuevas tendencias: la
mundialización de los intercambios, que ha provocado la aceleración
de la movilidad y la ampliación del número de países afectados por la
inmigración; el paso de países de emigración a países de inmigración
en la Europa del Sur y del Este; la persistencia de una presión migratoria
hacia Europa; y la dimensión europea, cada vez más presente en las
decisiones que se ponen en marcha (Whitol, 2000: 18). Todos estos
factores han contribuido de forma considerable a la modificación del
Políitica Europea y Gestión Multinivel
187
Como vemos, en Europa se esta produciendo un aumento de los
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
188
la incorporación de nuevos actores, lo que ha contribuido a la forma-
ción de una red de gestión de la política de gran complejidad (Carrillo
& Delgado, 1998: 30). No olvidemos que en un principio la política de
inmigración era competencia exclusiva del Ministerio de Interior, pero,
con el tiempo, otros ministerios han ido adquiriendo competencias
sobre la materia (especialmente Asuntos Sociales y Exterior), al igual
que ocurre con los otros dos poderes restantes (legislativo y judicial) y
los diferentes niveles de gobierno (Unión Europea, Comunidades Au-
tónomas y Corporaciones Locales). Incluso fuera del ámbito público
numerosas organizaciones se han ido implicando de una u otra forma
(sindicatos, ONG’s, asociaciones de inmigrantes, etc). Todo ello, nos
ha llevado al convencimiento de que es necesario en un primer mo-
mento aportar una visión evolutiva de la legislación existente al res-
pecto, para poder analizar así, desde una perspectiva
intergubernamental todo el proceso que conlleva la aprobación de la
nueva Ley de Extranjería (L. O. 8/2000).
189
derechos, como el de reunión, el de asociación o el de la tutela judicial
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
efectiva.
Los factores que impulsaron la elaboración de esta ley fueron: el
ingreso en la CEE, que obligaba a homologar nuestra normativa al
acervo comunitario (y la política de extranjería no iba a ser una excep-
ción); la conveniencia de sistematizar la normativa anterior, que se
caracterizaba por su dispersión; la urgencia de articular un procedi-
miento que permitiese afrontar el nuevo contexto (Aragón & Chozas,
1993: 14); y la necesidad de diseñar un instrumento político que con-
trolara y regulara los flujos migratorios en el nuevo marco democráti-
co. Estas causas pueden ser más o menos discutidas por los expertos
en la materia, pero de lo que no cabe lugar a la duda, es que la L.O. 7/
1985 sobre Derechos y Libertades de los extranjeros, abría una nueva
perspectiva dentro del ámbito de las relaciones intergubernamentales,
ya que seis meses después de la promulgación de la ley España fir-
maba el Tratado de Adhesión a la Comunidad Europea. A partir de ese
momento la elaboración de las políticas se volvía más complejo con
la aparición de un nuevo actor de carácter supranacional con capaci-
dad para influir en cualquier fase del proceso de decisión (Carrillo &
Delgado, 1998: 24). De ahí que a los pocos meses de su adhesión
España se uniera al Acuerdo de Schengen firmado por los Gobiernos
de los Estados del Benelux, la República Federal Alemana y Francia.
Como vemos, la entrada de España en la CEE produjo un cambio en
la manera de hacer política, era necesario adecuar nuestra legislación
a las pautas comunitarias. Para ello se elaboró un reglamento de eje-
cución de la Ley especial para los comunitarios, aprobado por el R. D.
1099/1986, además del propio de la Ley, R. D. 1119/1986.
La Ley de 7/1985 marcó el comienzo de una política de extranje-
ría estricta2 , pero habría que esperar hasta diciembre de 1990 para
que ocupara un lugar primordial en la agenda del Gobierno, cuando el
ejecutivo remitió al Congreso de los Diputados un documento deno-
minado “La Situación de los extranjeros en España. Líneas básicas de
la política española de extranjería”. Este documento fue elaborado por
los Ministerios de Exteriores, Interior, Trabajo y Seguridad Social como
respuesta a la Interposición Urgente del Grupo Parlamentario Izquier-
da Unida-Iniciativa per Catalunya que hacía referencia a la situación
inmigratoria en España3 . El documento constaba de cuatro aportados
más la conclusión y los anexos, de los cuales los dos primeros eran de
naturaleza descriptiva; el tercero valoraba la normativa reguladora; y
190
el cuarto se conformaba como el núcleo esencial del escrito (Aragón
& Chozas, 1993: 40). Lo más significativo de dicho documento fue el
establecimiento de unos principios de actuación que definirían a partir
de ese momento la política española en materia de extranjería4 . Como
resultado su debate parlamentario, el Congreso de los Diputados aprobó
el 9 de marzo de 1991 una Proposición no de Ley en la que se instaba
al Gobierno a llevar a cabo un programa de actuación sobre política
de inmigración5 . En definitiva, se trató de una nueva regularización
de inmigrantes que vino a ratificar el Acuerdo de Schengen y a modi-
ficar la Ley de Refugio y Asilo. Pero también impulsó la creación de la
Dirección General de Migraciones (Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social) y de la Comisión Interministerial de Extranjería, convirtiéndo-
se ésta última en el principal órgano de cooperación interdepartamental
a nivel central. De esta forma, las relaciones intergubernamentales en
materia de inmigración adquirieron un nuevo grado de complejidad.
En julio de 1993 se produjo una reestructuración de los departa-
mentos ministeriales que afectó principalmente al Ministerio de Asun-
tos Sociales, que asumió, a partir de entonces, competencias en ma-
teria migratoria a través de la adscripción de la Dirección General de
Migraciones (R. D. 1173/1993). Pero ésta no fue la única medida
reorganizativa emprendida por el ejecutivo central, ya que dentro del
Ministerio de Interior se creó la Dirección General de Procesos Electo-
rales, Extranjería y Asilo (R. D. 2322/1993), y dentro de las Oficinas
Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores se constituyeron las
Secciones de Asuntos Laborales y de Seguridad Social. Con estas
decisiones se pretendía potenciar los aspectos relacionados con la
política de inmigración. Por este motivo, se llevaron a cabo además
una serie de acciones, como la elaboración del Plan para la Integra-
ción Social de los Inmigrantes a finales de 1994, la creación del Foro
Políitica Europea y Gestión Multinivel
191
Congreso de los Diputados ya había aprobado la constitución de una
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
192
debate, los partidos políticos con representación parlamentaria llega-
ron al acuerdo para derogar la antigua Ley de 7/1985. El proceso de
elaboración fue complejo al contar con la participación de organiza-
ciones sociales, sindicales y ONG’s, concluyéndose éste, justo unos
meses antes de las elecciones generales de marzo de 2000. El Dicta-
men de la Proposición de Ley fue aprobado por todos los grupos par-
lamentarios con la excepción del popular, cuyos diputados optaron
por la abstención con el fin de enmendarlo en el Senado. Así, cuando
la Proposición de Ley fue remitida al Senado, el Grupo Parlamentario
Popular presentó 112 enmiendas, lo que dejaba entrever su postura
respecto a la misma, pero gracias al consenso y las negociaciones
entabladas entre las distintas fuerzas políticas presentes en la cámara
alta, fueron aprobadas directamente 71, y como enmiendas
transaccionales 35, prácticamente la totalidad de ellas. De esta for-
ma, el ejecutivo popular, más concretamente el Ministerio del Interior
y Asuntos Exteriores, manifestaron sus reticencias ante la nueva Propo-
sición de Ley, y eso a pesar de que en todo momento el titular del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales se mostró a favor de ésta. La
L.O. 4/2000 fue aprobada definitivamente por el Pleno del Congreso de
los Diputados el día 22 de diciembre de 1999, siendo rechazadas las
enmiendas introducidas en el Senado, por lo que el texto definitivo fue
aprobado el 25 de noviembre de 1999 (Ruiz de Huidobro, 2000: 82).
193
La reforma de la Ley vino acompañada de una extensa exposi-
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
194
ble la existencia de una única estructura centralizada que abarque el
conjunto de la política. Antes al contrario, se impone un funcionamien-
to en redes de organizaciones y descentralizado con un carácter
marcadamente intergubernamental y pluralista por la multiplicidad de
intereses involucrados (Carrillo & Delgado, 1998: 30). Así, el marco
institucional de la política de inmigración resulta particularmente en-
marañado, ya que en cada iniciativa que se desarrollen en este cam-
po, intervendrán al menos los cuatro niveles territoriales (Unión Euro-
pea, Estado Español, Comunidades Autónomas y Corporaciones Lo-
cales). Pero además, dentro de la rama ejecutiva podrán ser partíci-
pes los distintos departamentos, consejerías, concejalías, etc, que
poseen competencia sobre la materia. Si esto fuera poco, en los últi-
mos años numerosas organizaciones fuera de lo que llamamos “ámbi-
to público” han participado de una manera u otra en la política de
inmigración desarrollada por el Estado. Como consecuencia de todo
ello, hemos optado por abordar la Ley de Inmigración 8/2000 desde
una perspectiva intergubernamental que nos permita analizar el posi-
cionamiento y comportamiento de cada uno de los distintos actores
que integran la mencionada red para tratar de conocer el porqué de
sus acciones. Para facilitar la compresión de nuestra exposición he-
mos decidido distinguir entre los actores propiamente institucionales,
los partidos políticos y otros actores.
A) INSTITUCIONALES
En este apartado hemos incluido los tres poderes en los que se
articula todo Estado. El hecho de que no hayamos incluido a los parti-
dos políticos dentro de él no quiere decir que no les consideremos
instituciones, ya que sería realmente difícil mantener y defender esta
postura con relativa coherencia. Si los abordamos en otro punto, es
simplemente para presentar sus posturas de una forma más
Políitica Europea y Gestión Multinivel
estructurada.
Dentro del primer punto hemos incluido a la Unión Europea, ac-
tor que se ha incorporado a la escena política nacional desde el ingre-
so de España en la Comunidad Europea, no sólo por el hecho de que
pertenezcamos a ella, sino porque es la que marca las pautas a seguir
a la hora de elaborar las normativas nacionales en esta materia. Den-
tro de este mismo epígrafe hemos abordado las acciones de los go-
biernos nacional, autonómico y local sobre política migratoria, siem-
pre desde una perspectiva general. En el segundo punto nos centrare-
195
mos, principalmente, en el debate parlamentario que propició la apro-
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
1. PODER EJECUTIVO
1.1. La Unión Europea
El Gobierno del Partido Popular ha encontrado en la Unión Euro-
pea la base ideal en tras la que escudarse para emprender la tan
polémica reforma de la L.O. 4/2000. Los populares consideran que
dicha ley se adecua poco a los compromisos internacionales suscritos
por España en el ámbito de la Unión Europea, en concreto a los acuer-
dos firmados en la Conferencia de Tampere sobre la creación de un
espacio de libertad, seguridad y justicia. Es indudable la influencia de
la normativa europea en el ordenamiento español, y en esta materia
puede apreciarse más que en cualquier otra, ya que a mediados de
los años ochenta la cuestión de la inmigración carecía de relevancia
para nuestro país pero con la inminencia de la adhesión de España a
la CEE adquiere un carácter prioritario y relevante como consecuen-
cia de la presión ejercida por la propia Comunidad, que ve en ella un
problema susceptible de agravarse en el tiempo. Es por ello que exige
a España una política inmigratoria que le impida convertirse en la
plataforma de entrada hacia el viejo continente. Además, dada la es-
casa experiencia española sobre la materia, el gobierno español se ve
obligado a orientar la normativa a las referencias existentes en los
países de nuestro entorno, así como en función de los intereses esta-
blecidos por la propia Comunidad Europa. Todo ello porque desde los
años ochenta Europa se ha consolidado claramente como un conti-
nente receptor de inmigración, y eso a pesar de que muchos analistas
se habían aventurado a pronosticar el fin de los grandes ciclos
migratorios internacionales. Así pues, el problema migratorio se ha
convertido en algo más que en una “cuestión de Estado”, y se hace
necesaria una respuesta conjuntamente articulada dentro del marco
de la Unión Europea. Sobre todo a raíz de la entrada en vigor del
Tratado de Ámsterdam, en mayo de 1999, porque no olvidemos que
con anterioridad a éste, únicamente se había hecho referencia a la
196
libre circulación de trabajadores comunitarios, dejando para el marco
propio de cada Estado la regulación de las políticas de inmigración y
asilo. Sin embargo, a pesar de ello, se habían hecho esfuerzos conti-
nuos por establecer al menos acuerdos intergubernamentales en aras
de la coordinación y la armonización de las políticas, como el Conve-
nio Schengen. Pero es definitivamente el Tratado de Ámsterdam el
que ha modificado considerablemente la forma de hacer política en
Europa, por lo menos en lo que a inmigración y asilo se refiere, porque
al trasladarse al primer pilar se abre la posibilidad de desarrollar una
normativa comunitaria al respecto, aunque se impone la restricción
de que durante los cinco primeros años las decisiones se debían adoptar
por unanimidad del Consejo, invalidando con ello el procedimiento de
codecisión que rige en otras materias comunitarias. Aunque esto no
ha sido un impedimento para que tras la celebración de la cumbre de
Tampere (Consejo Europeo de jefes de Estado) la Comisión haya rea-
lizado una serie de propuestas parciales sobre distintos temas relacio-
nados con la inmigración y el asilo10 , lo que nos permite disponer del
diseño de lo que va ser la política comunitaria de inmigración, en par-
te ya evaluada en la cumbre de Laeken de diciembre de 2001. Incluso
durante los preparativos de dicha cumbre funcionarios de la Comisión
y el Consejo elaboraron unos planes de acción para seis países recep-
tores de inmigrantes que se aprobaron en la cumbre, aunque su apli-
cación ha sido poco efectiva hasta el momento (Pajares, 2001: 14).
Los últimos acontecimientos parecen anunciar que la Unión Eu-
ropea se decide por aplicar una política de inmigración destinada a la
lucha sin cuartel contra la inmigración ilegal. Desde el 20 de mayo de
2002 siete Gobiernos europeos, incluido el español, han anunciado un
endurecimiento de sus leyes de inmigración11 . Así, por ejemplo, se
acordó revisar los acuerdos de cooperación económica de todos aque-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
197
una la Ley de Extranjería12 que apenas había entrado en vigor, por
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
198
requiere para ser llevado a efecto. A continuación, expondremos algu-
nos de los acuerdos suscritos por el Gobierno con las distintas admi-
nistraciones y con terceros países en materia de inmigración.
Para comenzar, hay que decir que el 30 de Febrero de 2001 el
Consejo de Gobierno aprobó el Programa GRECO y la constitución
de tres órganos de carácter consultivo y de colaboración13 , para ac-
tuar sobre la materia desde distintas ópticas y para implicar a todos
los niveles de la Administración. La iniciativa fue calificada por el Mi-
nistro del Interior, Mariano Rajoy, como una “iniciativa ambiciosa que
aborda por primera vez el tratamiento de la extranjería” (ABC 31/03/
2001: 18).
El Programa GRECO fue aprobado por la Comisión de Justicia e
Interior del Congreso de los Diputados. Era la primera vez, en pala-
bras del PP y del Ejecutivo, que se puso en marcha una iniciativa para
acometer la inmigración desde todas sus vertientes. Dicho Programa
fue elaborado sobre la base de las propuestas de los Ministerios con
competencias en inmigración, mientras que su coordinación, prepara-
ción y diseño correspondió a la Delegación del Gobierno para la Ex-
tranjería y la Inmigración, con la participación en su ejecución de dis-
tintas Administraciones, Secretarías, Agentes Sociales y la Agencia
Española de Cooperación Internacional14 . Este programa está estruc-
turado en cuatro grandes apartados sobre los que se desarrollan dife-
rentes actuaciones de carácter plurianual, cuya aplicación se llevará a
cabo durante el período 2000/2004. Correspondía a la Comisión
Interministerial de Extranjería la verificación anual de su grado de
aplicación15 . El objetivo del Programa consiste en realizar un estudio
global del fenómeno inmigratorio a fin de controlar sus flujos. Ello
exigía la firma de convenios en los que se especificaran los criterios
de admisión y se apostara por políticas de codesarrollo destinadas a
Políitica Europea y Gestión Multinivel
199
específicas que están destinadas a tal fin. Pero todo ello, respetando
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
200
bre materias migratorias que se desarrollan en el seno de estos orga-
nismos. Además, ha suscrito convenios tanto a nivel internacional como
a nivel municipal y autonómico, sin olvidarnos de los firmados con los
llamados “actores sociales”20 .
Como hemos podido comprobar, el ejecutivo popular ha desa-
rrollado toda una política de inmigración al amparo de la Ley 8/2000,
contado para ello con la participación de distintos interlocutores socia-
les y administraciones, convencidos de que requerían su apoyo, para
lograr algo de claridad y efectividad en la materia.
1.3. Los Gobiernos Subnacionales
La Constitución Española de 1978 reconoce en su artículo 149 la
competencia exclusiva del Estado en materia de “nacionalidad, inmi-
gración, emigración, extranjería y derecho de asilo”, aunque en el artí-
culo 150 concede a las CC.AA la posibilidad de asumir determinadas
competencias a este respecto, siempre y cuando se le habilite por Ley
Orgánica, aunque realmente la dimensión intergubernamental de la
política española de inmigración se centra principalmente, por no de-
cir únicamente, en la prestación de servicios de índole social. Normal-
mente las Comunidades Autónomas esperan a que el ejecutivo cen-
tral dicte las normas que regirán la política de inmigración para con-
cretar sus actuaciones, y sólo unas pocas se aventuran a desarrollar
sus propias iniciativas (Carrillo & Delgado, 1998: 35). Así que en la
práctica los entes autonómicos se han convertido en la institución que
coordina a nivel regional la prestación de servicios sociales, mientras
que las corporaciones locales son las encargadas de prestar directa-
mente los servicios, tal vez por ser la administración más cercana al
ciudadano, aunque sus programas no se dirigen de forma específica a
los inmigrantes sino que son éstos los que se benefician de los dirigi-
dos a la población en general.
Políitica Europea y Gestión Multinivel
201
rentes administraciones, así como la participación de los actores so-
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
2. PODER LEGISLATIVO
La consecución de mayorías absolutas va en perjuicio del propio
juego parlamentario, disminuyendo el grado de influencia de éste so-
bre la elaboración y tramitación de las políticas. La aprobación de la
L.O 8/2000 es un claro exponente de esto al ser aprobada únicamente
con el respaldo parlamentario de los grupos popular, catalán y cana-
rio.
La iniciativa de modificación de la Ley 4/2000 nació desde el
mismo instante en que fue aprobada por todas las fuerzas parlamen-
tarias excepto por el partido popular, que rompe de forma explícita
con el consenso que habían venido manteniendo todos los partidos
políticos en torno a esta materia. La política de inmigración se con-
vierte de esta forma en un elemento crucial para la agenda electoral
de las distintas formaciones políticas, llevando a las mismas a un de-
bate carente de rigor que normalmente se surge cuando los medios
de comunicación se hacen eco de algún acontecimiento en relación
con el tema. Roto el consenso, nada más celebrarse las elecciones de
marzo 2000 que otorgaron el triunfo al PP por mayoría absoluta, el
jefe del ejecutivo encargó al Ministro de Interior, Mayor Oreja, la ela-
boración de un Proyecto de Ley Orgánica que reformara la L.O. 4/
202
2000. Por ello, tras unos meses de estudio y debate en el que partici-
paron grupos sociales, partidos políticos, el Consejo General del Po-
der Judicial y el Consejo de Estado, se defendió el proyecto de ley
ante el Congreso de los Diputados el 5 de Octubre de 2000, gracias a
que la Mesa del Congreso aprobó el 6 de septiembre anterior el proce-
dimiento de urgencia para la tramitación de la Ley de Extranjería con
los únicos votos de los representantes del Grupo Popular. Su ratifica-
ción definitiva hubo de esperar hasta el 22 de diciembre de ese mismo
año, siendo entonces Ministro de Interior Mariano Rajoy.
No creemos necesario tener que detenernos en los detalles del
todo el proceso legislativo. Tan sólo es necesario indicar que todo el
procedimiento estuvo marcado por la precipitación, como se pone de
manifiesto significativamente en el informe preceptivo del Consejo
General del Poder Judicial y en la propia tramitación de urgencia en
las Cámaras legislativas (Ruiz de Huidobro, 2001: 78). Todo parece
marcado por la improvisación, o por el deseo de resarcirse de la de-
rrota parlamentaria sufrida en la anterior legislatura, ya que tal vez lo
más apropiado hubiese sido desarrollar la ley mediante la aprobación
de su reglamento.
Pero el enfrentamiento parlamentario no concluyó precisamente
con la aprobación de la L.O. 8/2000. El Grupo Parlamentario Socialis-
ta presentó ante el Congreso de los Diputados una Proposición de Ley
Orgánica de reforma de la Ley Orgánica sobre derechos y libertades
de los extranjeros en España y su integración social el 23 de marzo de
2001. Esto no viene sino a confirmar nuestra hipótesis: la política de
inmigración se ha transformado en un arma arrojadiza entre los parti-
dos políticos, porque lo que aparentemente parece ser una práctica
habitual dentro de un sistema democrático, no lo es ahora que la ley
fue aprobada sólo tres meses antes con el respaldo de todos los gru-
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3. PODER JUDICIAL
Solamente el partido socialista presentó a través de su grupo
parlamentario un recurso de inconstitucionalidad, el 23 de marzo de
200121 . Su acción se justifica por la negativa del Gobierno a remodelar
el Plan de Inmigración, hecho que consideran necesario al vulnerar y
restringir la nueva ley el ejercicio de los derechos de reunión y mani-
festación (art. 7), asociación (art. 8), sindicación y huelga (art.11), tu-
203
tela judicial efectiva (art. 22), etc. Existe cierta correspondencia entre
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
estos artículos y aquellos contra los que los socialistas habían votado
durante el debate parlamentario. Para demostrar su inconstitucionalidad
los socialistas hicieron alusión a los artículos 10 y 13 de nuestra cons-
titución, aunque hay que decir que ésta reconoce unos determinados
derechos para los extranjeros residentes, de obligado cumplimiento
según el art. 53 de la CE, ya que en caso de lesionar su “contenido
esencial” serían considerados inconstitucionales, en virtud de la sen-
tencia del TC 107/198, f.j.3º.
La actitud del PSOE consiste en seguir manteniendo este recurso
pese a que el Gobierno le ha instado en varias ocasiones a que lo retire,
de ahí que el Tribunal Constitucional se convierta en un actor activo
cuando dicte sentencia. Aunque no es la primera vez que dicho Tribunal
debe pronunciarse sobre la inconstitucionalidad de una parte del articu-
lado de una Ley de Extranjería. Cabe mencionar a este respecto el
recurso presentado por una serie de organizaciones sociales contra varios
artículos de la Ley Orgánica 7/1985. El Tribunal falló, en 1987, en esa
ocasión contra el gobierno y a favor de los demandantes.
Por otra parte, Izquierda Unida no ha presentado de momento
ningún recurso de inconstitucionalidad, aunque sí ha propuesto a los
restantes grupos parlamentarios la interposición de uno. En este sen-
tido, ha encabezado alguna que otra iniciativa ante el Defensor del
Pueblo y ante distintos parlamentos y gobiernos autonómicos. La pri-
mera la aprobaron las Cortes de Aragón y, después, el parlamento
vasco. Si su intención como podemos comprobar, era interponer un
recurso de este tipo, cabría preguntarse por qué no se adhirió a la
iniciativa del PSOE. Ellos mismos responden a nuestra pregunta al
afirmar que los socialistas actuaron irresponsablemente, renunciando
a la presentación de una enmienda a la totalidad sobre el Proyecto de
Ley en aras de una posterior negociación con el Gobierno y, más aun,
cuando esa actitud confusa se ha trasladado al recurso iniciado por
dicho partido, hasta el punto de haber llegado a cuestionar las decisio-
nes tomadas por algunos de los parlamentos autonómicos. La justifi-
cación de IU tal vez esconda otra bien distinta: la necesidad de pre-
sentarse como verdadero interlocutor entre el gobierno y las asocia-
ciones, ONG’s, etc, adquiriendo con ello el protagonismo perdido en
la escena política. El tiempo será el que clarifique la actitud de unos y
otros sobre la política migratoria de nuestro país.
204
4. EL DEFENSOR DEL PUEBLO
El Defensor del Pueblo22 es un alto Comisionado de las Cortes
Generales designado para la defensa de los derechos comprendidos
en el Título I de la Constitución Española. Supervisa la actuación de la
administración para dar cuentas a la institución que le ha nombrado.
Es, por tanto, un órgano de control externo, de ahí que numerosas
asociaciones y fuerzas políticas hayan reclamado al actual Defensor
del Pueblo, Enrique Múgica, la interposición de un recurso de amparo
ante lo que ellos consideran una usurpación de los derechos de los
extranjeros residentes en nuestro país, aunque su respuesta ha sido
negativa, y eso a pesar del polémico debate que abrió la ley en el
seno de la sociedad española.
205
proceso electoral que no le permitió establecer ni definir un modelo de
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
206
organizaciones para mantener una lucha por el reconocimiento de un
nuevo procedimiento de regularización, donde la distinción entre ile-
gal y legal carezca de sentido. Están refiriéndose a la derogación de la
Ley y de su Reglamento para la aprobación de una nueva que articule
otra serie de aspectos que la coalición considera indispensables para
llevar una política de inmigración coherente24 . Para ello, tratan de
promover un recurso de inconstitucionalidad contra todos los artículos
que vulneren los derechos fundamentales de las personas. A tal efec-
to, IU presentó proposiciones reglamentarias en las CC.AA, y empla-
zó a otras fuerzas políticas a secundar dicha iniciativa, además desa-
rrolló todas las actuaciones legales e institucionales que les han sido
posible para recurrir las irregularidades del proceso abierto por el R. D
239/2000, de 18 de marzo, en la aplicación de la Transitoria Primera
de la Ley 4/2000. Pero su labor no se limita a este ámbito, sino que a
partir de ese momento exigirá su presencia en todas las consultas y las
negociaciones que se abran a nivel institucional, ya sea a nivel estatal o
autonómico, comprometiéndose con los distintos movimientos sociales
a difundir los acuerdos para favorecer la unidad de acción.
207
El mundo de las ONG’s se caracteriza por su volatilidad en tér-
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
208
sólo en el caso de que éste se mostrase ineficaz, proceder a su modi-
ficación.
CONCLUSIÓN
Nuestro país se enfrenta al problema de la inmigración, precisa-
mente en el momento en la que la perspectiva sobre el mismo se ha
visto modificada como consecuencia de la imagen que nos han tras-
mitido de la “patera”, convirtiéndose ésta en el auténtico símbolo del
“problema migratorio”, es decir, la “inmigración ilegal” ha pasado a ser
la fuente inspiradora de la política migratoria desarrollada por el eje-
cutivo, en la que priman la eficacia policial, la seguridad, el orden
público y la lucha contra las mafias que propician la explotación de los
inmigrantes. Desde nuestro punto de vista, es cierto que debemos
poner todos los medios que se hallen a nuestro alcance para evitar la
explotación y el surgimiento de mafias organizadas, pero la duda nos
surge cuando nos preguntamos si los procedimientos restrictivos que
hoy rigen la concesión de permisos de trabajo y residencia resuelven
el problema o, por el contrario, no hacen más que agravarlo. Sabe-
mos que ésta es una pregunta de difícil respuesta, más aun cuando
las medidas restrictivas que se han aplicado en gran parte de Europa
no han obtenido los resultados esperados. Por otra parte, tampoco
podemos sostener con seguridad que la flexibilización en los procedi-
mientos administrativos favorezca la lucha contra la inmigración. La
actitud idónea sería la de elaborar una política del inmigrante y para el
inmigrante, capaz de controlar y de integrar al mismo tiempo, pero a
día de hoy esto resulta prácticamente imposible. Los Estados no pare-
cen dispuestos a ceder soberanía en beneficio de una multiculturalidad
donde todos los poderes actúen en la misma dirección, ya que la
política de inmigración atiende un problema que se produce en un
Políitica Europea y Gestión Multinivel
209
división competencial del Estado autonómico, la resolución de los
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
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213
NOTAS
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
1
Nos estamos refiriendo a la República Federal Alemana, aunque actualmente esta distinción
carece de sentido tras la Reunificación.
2
La Ley de Extranjería fue desarrollada por el Real Decreto 1119/86, donde se estableció los
distintos tipos de permiso de trabajo y residencia a los que tenían acceso los inmigrantes
residentes en nuestro país.
3
“El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a elaborar y remitir a la Cámara, antes del 31
de diciembre del presente año, un informe sobre la situación de los extranjeros en España,
que comprenda en todo caso los siguientes aspectos:
a) Situación de los inmigrantes que se encuentran en España desde una fecha anterior
a la promulgación de la Ley Orgánica 7/1985, de 1 de julio, y que, por diversas causas, no
accedieron al proceso de regularización abierto por la ley.
b) Situación de los extranjeros que se encuentran en España en situación irregular
desde una fecha posterior a la promulgación de dicha ley.
c) Situación de las personas que hayan solicitado refugio o asilo en nuestro país.
d) Nuevas medidas, en su caso, con que, en el futuro, considera el Gobierno más
conveniente tratar las cuestiones relativas a la entrada y permanencia de extranjeros en
España, en el marco del proceso de unificación política de las Comunidades Europeas.”
(Aragón & Chozas, 1993: 39).
4
Los principios básicos sobre los que se instrumentó la política migratoria fueron los siguientes:
el control sobre la entrada; la lucha contra el empleo clandestino; la promoción e integración
social de los inmigrantes; el reforzamiento de la acción policial; la coordinación y centraliza-
ción administrativa; la reforma de los procedimientos de asilo y refugio; la comunitarización de
la política de extranjería; y la potenciación de la cooperación al desarrollo.
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El resultado final de la votación fue el siguiente: 219 votos a favor (PSOE, PP, CiU, CDS, Mixto
(AIC, UV, EE y EA), y PNV), ninguno en contra, y 11 abstenciones (IU-IC).
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El nuevo Reglamento todavía tenía un criterio más restrictivo que el del 1991, al poderse
acoger a él los extranjeros que se encontraran en España antes del 1 de Enero de 1996 y los
titulares de un permiso de trabajo y residencia con posterioridad a la entrada en vigor del RD
1119/1986.
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La Subcomisión fue creada en el seno de la Comisión de Política Social y Empleo del Congre-
so de los Diputados, en ella se encontraban representados todos los grupos parlamentarios, de
ahí que el informe emitido gozara de gran pluralidad. La Subcomisión se constituyó el día 18
de septiembre de 1996, con la siguiente composición: Vocales: Mª Jesús Aguirre Uribe (PNV),
Carles Campuzano i Canades (CiU), Matilde Fernández Sanz y Carlos Sanjuán de la Rocha
(PSOE), Enriqueta Seller Roca, Diego Jordano Salinas y Ana Mato Adrover (PP), Paulino
Rivero Baute (CC), Presentación Urán González (IU), Guillerme Vázquez Vázquez (Mx); Pre-
sidente: Jerónimo Saavedra Acevedo (PSOE); y Letrado: José Luis Ruiz-Navarro Pinar. Dña
Mª Jesús Aguirre cesó como Diputada el 23 de septiembre de 1997, siendo sustituida por D.
Carles Caballero Basáñez. El 11 de marzo de 1997, D. Jesús Manuel Pérez Corgos sustituyó
a Dña Enriqueta Seller Roca, y el 14 de octubre de ese mismo año, Dña. Inés Sabañés Nadal
sustituyó a Dña. Presentación Urán González. La Subcomisión elaboró su informe tras la
celebración de numerosas reuniones con altos cargos de la Administración, expertos y repre-
sentantes de distintas organizaciones sociales, con el fin de que aportaran sus conocimientos,
además realizó una visita al Pleno del Consejo General de la Emigración, y dos viajes a las
ciudades de Ceuta y Melilla. Se trataba que el Informe contara con la participación del mayor
número de actores posibles.
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El Reglamento de 1996, pone en evidencia una serie de factores: 1) Un desajuste técnico-
jurídico entre la LO 7/19985 y el RD 155/1996, porque considera los actuales movimientos
migratorios y la integración social de los inmigrantes, cosa que resulta paradójico en relación
con la LO7/1995; 2) Ineficacia del marco legal en cuanto a la regulación o el control de los
flujos migratorios se refiere, y eso, a pesar de que el Reglamento introduce ciertas mejoras al
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respecto; y 3) Insuficiente cobertura legal a las medidas para la integración social de los
inmigrantes previstas en el Plan para la Integración Social de los Inmigrantes (Ruiz de Huidobro
de Carlos, 2000: 73).
9
Art. 137, Título VIII, de la Constitución Española de 1978.
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Entre las propuestas cabría destacar las siguientes: la propuesta de directiva presentada en
diciembre de 1999, donde se regulo el derecho de reagrupación familiar; la propuesta de
directiva que aborda los derechos de los residentes de larga duración; la propuesta de directiva
sobre entrada de trabajadores de terceros países; la propuesta de mecanismo de coordinación
para regular los flujos de inmigración en todos los Estados de la U. E: la propuesta sobre
entrada de estudiantes y personas no activas, etc (Pajares, 2001: 13).
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Alemania incrementará los controles sobre ciudadanos de 22 países; Italia y Portugal expulsa-
rán a todo inmigrante sin contrato; el Reino Unido facilitará las expulsiones; Dinamarca recor-
tará el acceso a las ayudas sociales; Holanda reducirá sus cupos anuales y España prohibirá
la regularización de ilegales (EL PAÍS, 16/06/2000: 2).
12
Nos estamos refiriendo a la Ley de Extranjería 4/2000, aprobada con carácter de urgencia por
todas las fuerzas parlamentarias, exceptuando el Partido Popular.
13
Los tres órganos consultivos son: Consejo Superior de Política de Inmigración, Foro para la
Integración Social de los Inmigrantes, y Observatorio Permanente de Inmigración.
14
Los Ministerios con competencias en materias de inmigración son: el Ministerio de Asuntos
Exteriores, el Ministerio de Justicia, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Educación, Cultu-
ra y Deporte, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, el Ministerio de Administraciones
Públicas, y el Ministerio de Sanidad y Consumo. Todo ellos han contribuido en la elaboración
del Programa GRECO con sus propuestas. En cuanto a su ejecución, todos los Ministerios
anteriormente mencionados interviene en su puesta en funcionamiento, así como otros niveles
administrativos (CC.AA y Municipios), Secretarias (Secretaria General de Asuntos Sociales,
Subsecretaría de Asuntos Exteriores, Secretaría General de Gestión y Cooperación Sanitaria,
Secretaría de Estado de Educación y Universidades, Secretaría General de Educación y For-
mación Profesional, Secretaría de Estado de Justicia, Secretaría de Estado de Seguridad,
Secretaría de Estado de Organización Territorial del Estado, Subsecretaría de Sanidad y Con-
sumo, Subsecretaría de Trabajo y Asuntos Sociales), Agentes Sociales (sindicatos y empresa-
rios) y la Agencia Española de Cooperación Internacional.
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El Programa se estructura, en los siguientes puntos: 1) Diseño global y coordinado de la
inmigración como fenómeno deseable para España en el marco de la U.E, 2) Integración de
los residentes extranjeros y de sus familias, 3) Regulación de los flujos migratorios para garan-
tizar la convivencia en las sociedad española, y 4) Mantenimiento del sistema de protección
para los refugiados y desplazados. Cada una de estas líneas se desarrollaran en 23 acciones y
estas a su vez, en 72 medidas concretas.
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Las partidas presupuestarias destinadas para cada una de las acciones ha desarrollar son las
siguientes (ABC 25/4/2001: 27):
1) Para acordar Convenios Internacionales con República Dominicana, Colombia, Tú-
Políitica Europea y Gestión Multinivel
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(387 millones), OPI (57 millones), control del mercado de trabajo (11 millones), Consejo
Esther Rodrigo Franco - Gema Sánchez Medero
216
cuentren en España con anterioridad al 23 de Enero de 2001, otorgando el permiso de residen-
cia para todos aquellos que presenten una oferta de empleo o declaren estar en la búsqueda
del mismo, pero también para los que no se definan como población activa; creación de una
red pública de unos Centros de Acogida de Inmigrantes en las ciudades de Ceuta y Melilla,
gestionados directamente por la Administración o por las propias ONG’s mediante convenios
de colaboración; otorgar a los inmigrantes nigerianos las mismas condiciones que al resto de
inmigrantes; creación de un Secretario de Estado para las Migraciones, con el fin de evitar la
dispersión de competencias; elevar el rango institucional del Consejo General de Inmigración,
regulándolo por ley para garantizar su seguridad jurídica; modificar la normativa que rige el
funcionamiento del Consejo de Residentes, ampliando sus competencias; recortar los plazos
de resolución de los expedientes de solicitud de los permisos de residencia y de trabajo, etc.
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Entre las propuestas concretas que ellos realizaron debemos destacar las siguientes: recono-
cimiento y equiparación de los derechos de los inmigrantes con los de los nacionales (sanidad,
reagrupamiento familiar, educación, justicia, servicios sociales, socio-laborales, votación, etc),
establecimiento de contingentes labores y no labores, flexibilización de las condiciones de
renovación y todo lo que ello conlleva, creación de órganos administrativos con el suficiente
rango para coordinar y ejecutar las políticas migratorias, establecimiento de órganos de diálo-
go entre las distintas administraciones, reconocimiento de las funciones de interlocución y
asesoramiento a los órganos que representan a los inmigrantes, regularización a todos aque-
llos inmigrantes que tengan arraigo en España.
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En la primera parte de dicho documento, se hizo referencia a los riesgos que conlleva la
elaboración de una Ley de tal envergadura en tan poco espacio de tiempo. En la segunda, sin
embargo, se abordaron cuestiones de carácter jurídico técnicas, al analizarse ciertas aporta-
ciones que aparecieron como esenciales en el Borrador del Anteproyecto de Ley, como fueron
el principio de equiparación entre los derechos de los nacionales y de los inmigrantes, los
derechos y libertades de los extranjeros, la reagrupación familiar, las garantías jurídicas que se
les prestan, la entrada y permanencia, el acceso al trabajo y el régimen sancionador. A pesar
de reconocer que la propuesta de reforma solventaba muchas de las deficiencias que existían
en la Ley 4/2000, afirmaban que dejaban sin resolver unas cuantas (Ej. Las autorizaciones
para trabajar de los empleadores, del art. 34 propuesto y 33 vigente) e introducía otras tantas
(Ej. la falta de coordinación de las garantías jurídicas del Capítulo III con el régimen sanciona-
dor del Título III, y el conjunto de previsiones sobre los transportistas introducidas en el Título
III) (Manuel Herrera, 2000: 191).
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LOS AUTORES