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¿Por qué los animales importan moralmente y pueden tener derechos?

Jorge Sierra

Al principio puede parecer raro que se afirme que los animales tienen derechos, de la
misma forma en que los seres humanos tienen derechos. Pero si tenemos en cuenta el
siguiente principio ético, el asunto deja de parecernos extraño. Se supone que uno está
obligado moralmente a respetar los intereses de las demás personas. Por ejemplo, si yo
no respeto su deseo o su interés de vivir, es decir si lo mato, yo estaría actuando mal. Si
yo le causó dolor sin tener en cuenta su interés de no sufrirlo, nuevamente eso estaría
mal. Por lo tanto, actuar mal significa que yo no tengo en cuenta sus intereses, mientras
que actuar bien significa que yo tome en cuenta sus intereses, por ejemplo al respetar su
vida, tengo en cuenta el interés que usted tiene en vivir. Ahora bien, este principio no
sólo debe ser aplicado a los seres humanos, sino que también debe ser aplicado a los
animales no humanos. Hay animales humanos que pueden ser personas y animales no
humanos que no son personas, pero que pueden sentir dolor y placer. Hasta donde
sabemos algunos animales pueden sentir placer y dolor. Supongamos que está fuera de
toda duda que los animales sienten placer y dolor, y que su muerte es injusta porque se
los priva de experiencias futuras de placer que podrían experimentar. Por ello,
claramente sería malo matar animales con el único fin de disfrutar del sabor de su carne.

Si estamos obligados a tener en cuenta los deseos de los demás, entonces debemos tener
en cuenta que los animales no desean sentir dolor, sino placer. Por lo tanto, estamos
obligados a no causarles ningún dolor. Alguien podría no estar de acuerdo, afirmando
que se trata simplemente de animales, no de seres humanos. Pero esto no es correcto,
pues es un hecho que el animal siente dolor y no es menos dolor por el hecho de que sea
un animal. Dolor es dolor, independientemente de quien lo sienta. Si le negamos el
derecho al animal de no causarle sufrimiento, estaríamos en la misma posición de un
racista que le niega a una persona negra su derecho a que no se le maltrate simplemente
por el color de su piel. Si lo anterior es correcto, entonces los animales tienen derechos
y merecen un trato digno.

De esta forma no hay justificación para el maltrato a los animales y su vida también
merece respeto. La esencia del principio de igual consideración de intereses es que en
nuestras deliberaciones morales damos la misma importancia a los intereses parecidos
de todos aquellos a quienes afectan nuestras acciones.

Hay cuatro razones en contra de matar personas: Utilitarismo clásico: los seres
conscientes de sí son capaces de temer su propia muerte, matarlos tiene peores efectos
sobre otros seres. Utilitarismo de preferencia que considera la frustración del deseo de
la víctima de seguir viviendo como una razón importante en contra de matar. El derecho
a la vida: para tener un derecho se debe tener la capacidad de desear eso a lo que se
tiene derecho, así que para tener derecho a la vida se debe ser capaz de desear la propia
existencia continuada. La autonomía: respeto a las decisiones autónomas de los agentes
racionales. Por lo tanto, si algunos animales no humanos son personas, está mal
matarlos a partir de estos 4 criterios.

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